Real Rácano Madrid

Real Rácano Madrid

Actualizado Viernes, 26 abril 2024 - 23:41

Un Real Madrid pobre y con cerrojo italiano no mereció ganar ante la Real Sociedad. Pero otra vez encontró un tesoro, lo enterró en su propia área hasta la extenuación y logró tres puntos más que dudosos.

Ancelotti seguro que se protege por haber salido con un equipo suplente, pero no tiene salvación y es lamentable haber jugado con tres jugadores menos el mayor tiempo del encuentro. En mi opinión fue absolutamente grotesco.

Los tres ex-futbolistas

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Un gol terapéutico de Güler en Anoeta acerca el alirón del Real Madrid en la Liga

Un gol terapéutico de Güler en Anoeta acerca el alirón del Real Madrid en la Liga

Un rostro taciturno anticipa cada acción de Arda Güler, que por momentos trae el recuerdo de aquel Özil indescifrable y hasta desesperante, pero exquisito. Hay algo futbolístico y algo cultural en la semejanza. Esos tipos no siempre sobreviven bien en el Madrid, un club inyectado, como si las dudas que inspiran fueran sospechosas. Veremos qué sucede con el joven turco, de 19 años, que llegó al Madrid cojo y no ha acabado de encontrar su lugar. De esa forma saltó a Anoeta, con aspecto de despistado o con un aspecto que no sabemos interpretar. El gol que definió la victoria, encontrado gracias a la buena decisión de Carvajal, una más, es la mejor terapia.

Güler tuvo su oportunidad como titular por primera vez en la Liga, porque los titulares se quedaron en el banquillo. Los titulares de Múnich, se entiende, que es donde el Madrid se juega lo mejor de la temporada. El título que la justifica ya está ganado. La Liga es ya para el Madrid dejar pasar el tiempo. También para el Barça, que empieza su futuro como si regresara al pasado. Anoeta era, pues, una estación de paso, aunque éstas se encuentran repletas de oportunidades para los menos habituales. Jugó Carvajal porque está sancionado en la Champions. Lo hizo Militao para saber si podrá hacerlo y repitió Modric en el once porque no empezará en el Allianz. Parece un pecado, pero es el pecado del tiempo.

Buen rendimiento de Militao

Militao acompañó a Nacho, con Kepa en la portería, frente a una Real punzante, con la presión alta y Barrenetxea y Javi Galán profundos, más el hiperactivo Kubo por la derecha. Para Fran García, que acabó por ver una tarjeta amarilla, fue un tormento. Ancelotti no contó con ninguno de los atacantes que utilizará el martes y alineó a Brahim y Joselu, además del jugador turco.

No era de esperar, pues, un Madrid a fuego. Pese a la motivación que representaba para los menos habituales, todos se sienten jugadores del Madrid, y el Madrid está ya en otra cosa, una vez pasado el clásico con éxito y levantado el dique de puntos sobre el Barcelona.

El equipo de Imanol lo quiso más y puso más, aunque también contaba con bajas. Se juega Europa el conjunto realista. Ello provocó que Kepa tuviera que emplearse a fondo, en especial con buenas manos bajas a disparos de Kubo o Turrientes, otro de los productos de Zubieta que es interesante seguir. La hierba mojada endemoniaba cada pelota y aumentaba la dificultad para los porteros. Turrientes es poderoso físicamente, vertical desde el centro del campo y carga la pierna a la primera. Antes del descanso lanzó alto un disparo muy potente; después, colocó bajo para una estirada del portero madridista, al que Lunin observaba desde el banquillo. Nunca ha sentido el ucraniano tanta jerarquía estando sentado.

Le faltaba a la Real la finura del último pase que dejara a algún jugador en posición de gol claro. la única vez que lo hizo, había falta previa sobre Tchouaméni que el VAR se encargo de indicar con acierto a Munuera Montero. En ese lugar se echa de menos a David Silva, uno de los mejores que hemos visto en esa especialidad. Anoeta lo homenajeó como merece antes del partido.

La llegada de Carvajal

El Madrid, en cambio, necesita mucho menos. Apenas había llegado con claridad cuando una progresión de Carvajal le llevó al lugar clave para el centro. El lateral del Madrid lo hizo al primer toque y ello restó tiempo a los defensas para posicionarse. El balón en perpendicular no fue detenido por ninguno, como si se produjera un fallo defensivo en cadena. Güler llegaba para rematar un centro limpio a la red de Remiro. La sonrisa apareció en su rostro hasta entonces crispado, en especial después de haber sido amonestado nada más empezar. Fue la razón por la que Ancelotti decidió sustituirlo por Vinicius pasada la hora, ya que el turco no rehuye el choque, pese a su aparente fragilidad.

La necesidad llevó a la Real a aumentar el ritmo sobre el área de Kepa, donde ya había entrado Rüdiger. y Militao no se dejaba nada, una señal de su recuperación. Volvió entonces a aparecer el compromiso defensivo del Madrid, reforzado por los cambios en una línea de cinco hombres, fórmula que le ha llevado a las semifinales de la Champions y acerca su alirón en la Liga.

La lucha de Brais Méndez contra la salud mental: "No quería jugar el fin de semana, no quería tener un balón delante"

La lucha de Brais Méndez contra la salud mental: “No quería jugar el fin de semana, no quería tener un balón delante”

Brais Méndez (Mos, Pontevedra, 1997) es un experto en salud mental. No por estudios, sino por golpes. Canterano del Celta, al éxito en el primer equipo gallego, con una convocatoria de la selección incluida, le siguieron los abucheos de la grada cuando su nivel no fue de sobresaliente. Ahí empezó a ir al psicólogo. De forma natural, sin grandes esfuerzos. Ahora, cinco años después, ha sido el máximo goleador de la Real Sociedad en Champions League con tres tantos y hoy recibe al Real Madrid en el Reale Arena.

Han pasado cinco años desde que hablara de salud mental por primera vez, cuando fue pitado en Balaídos. ¿Cómo lo ve ahora?
Tengo mucho más conocimiento, en ese momento no tenía ni idea. Y ahora lo veo en perspectiva, por haberlo pasado y haberlo superado. Saber lo que has pasado y lo que no quieres volver a pasar.
¿Qué superó exactamente?
No creo que haya sido una depresión, pero sí un muy mal momento. Lo que peor llevaba era el no disfrutar del fútbol. El no querer jugar el fin de semana... Pasé de amar una cosa a no querer tenerla delante. Fueron un cúmulo de cosas. Era un momento delicado en el Celta, hubo una etapa en la que faltó Iago Aspas, que era nuestro referente, y yo quise colgarme esa mochila de responsabilidad. Pero las cosas no salían, las críticas cayeron en mí, se juntó con silbidos en el estadio, que mi familia lo pasó mal por eso... Fueron un cúmulo de cosas que hicieron que mi cabeza hiciera 'clic' y que no fuera capaz de superar esa situación. La bola se hizo más grande e incontrolable.
¿Y qué hizo en ese momento?
Al principio no quería verlo, decía que ya vendrían tiempos mejores. Pero cuando el momento se hace largo, que durante la semana te encuentras bien pero llega el fin de semana y ves que no, que estás bloqueado y que no eres capaz de hacer nada. Cuando son meses así dices algo pasa, algo hay que hacer.
¿Recuerda la primera charla con el psicólogo?
Iba recomendado por alguien que pasó algo parecido y fue sencillo explicarle lo que yo estaba viviendo. Que no disfrutaba el fútbol. Que no quería nada más que salir y disfrutar como lo había soñado de pequeño. Desde el principio entendí lo que quería que hiciera e hicimos un buen tándem.
¿Qué le recomendaba?
Cosas básicas, centrar la mente en el juego, en mi mismo, en lo que podía controlar. En muchos momentos mi cabeza pensaba 'si fallo este control me van a pitar', y eso no te permite disfrutar ni jugar. Eran ejercicios como estar concentrado en el trayecto de casa al entrenamiento, que te conoces perfectamente, pues estar concentrado en eso al 100%. Y luego aplicarlo al campo. Me fue de maravilla.
¿Se notaba con peor actitud con su familia?
Estaba más cabizbajo, triste... Pero era sobre todo el fin de semana. Yo entrenando disfrutaba y me lo pasaba bien, era luego al verme en el foco con 20.000 personas viéndome y juzgándome. Eso era lo que me hacía pasarlo mal.
¿Cómo es esa relación con el psicólogo? ¿Va de forma constante o sólo cuando cree que tiene problemas?
Yo charlo con él cada dos semanas, más o menos. Él ve los entrenamientos, ve actitudes o cosas que me comenta y yo le comento mis sensaciones, o cosas que quiero mejorar mentalmente, porque la concentración te puede fallar en algunos momentos.
¿Y si le pitaran ahora?
Sería totalmente distinto. Obviamente no me gustaría porque soy de los que piensa que durante los 90 minutos del partido hay que animar y luego ya mostrarás el enfado. También en aquel momento tenía 21 años, era muy joven, acababa de llegar al fútbol profesional y no sabía cómo funcionaba. Ahora las cosas son distintas.
Hablemos de fútbol. Vaya temporada.
Para mí es una temporada histórica. Tengo la espina clavada de fallar el penalti de la semifinal de Copa contra el Mallorca porque había mucha ilusión en el vestuario y la grada. Es duro y lo pasé mal, pero es fútbol, y eso también se trabaja mentalmente. Pero haciendo un balance general, muy feliz. Perdimos en Champions con el PSG y seguimos peleando por estar en Europa un año más.
El calendario no para. ¿Exprimen demasiado a los futbolistas?
Creo que es una maldita locura. Jugar cada tres días durante tres o cuatro meses seguidos es una barbaridad y admiro a los que lo han hecho durante diez o quince años. Me parece que es una locura, creo que cada vez meten más partidos, la gente viaja más lejos, volver de madrugada, entrenar... Es una barbaridad. Nos estamos cargando a los jugadores, es normal que haya lesiones y que la gente no aguante el ritmo. Irá a más.
Los críticos dirán eso de "cobran mucho, lo llevan en el sueldo".
Estoy acostumbrado a escuchar eso. Me parece el comentario más básico que puede existir. Lo que cobres no tiene nada que ver con que estés bien o no mentalmente o que el cuerpo no aguante jugar cada tres días partidos que cada vez son más exigentes. Son comentarios que se escuchan siempre pero que creo que pueden ir yendo a menos porque la gente está más concienciada con la salud mental.
¿Los comentarios por la Fantasy qué tal los lleva?
Eso es más por la calle (risas). Te encuentras a algún chaval que te dice que te tiene en el Fantasy, que te tiene de capitán y que le has dado pocos puntos. "Te toca venderme", les digo de coña. Siempre que sea de buen rollo, guay. Me hacen gracia.
¿Los comentarios en las redes son peor que los pitos? Usted se borró Twitter.
Twitter es la mejor red social que existe pero la gente lo utiliza para otra cosa, es muy fácil esconderse detrás de un apodo, no hace falta DNI y se ponen auténticas barbaridades. Me encantaría tener Twitter para seguir la NBA y la NFL, pero no quiero.
Xabi Alonso, Mendilibar, Arteta... Euskadi brilla en Europa: "Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad"

Xabi Alonso, Mendilibar, Arteta… Euskadi brilla en Europa: “Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad”

Y Berenger la ajustó al palo y San Mamés sonrió desde el cielo. Y Arteta le hizo tres al Brighton para ponerse líder de la Premier mientras Xabi Alonso se aleja cada vez más del Bayern para acercar cada vez más la Bundesliga al Leverkusen. Y la Real apretó al PSG hasta que Mbappé demostró porqué es el mejor jugador del mundo. Y Mendilibar remontó un 4-0 en Conference League con un 6-1 para que sus hinchas griegos le recibieran de madrugada con el Porrompompero.

Y todo eso le ocurre a una gente de una tierra de apenas 7.000 kilómetros cuadrados y poco más de dos millones de habitantes. El fútbol vasco está de moda y el Athletic de Bilbao, tras 40 años y cinco finales perdidas este siglo, lo ha puesto en órbita frente al equipo del 'Vasco' Aguirre.

"Lo que marca la impronta del fútbol vasco es su competitividad". Es Xabier Fernández Monje, responsable de Comunicación en In- Komunikazioa y ex jefe de prensa del Athletic Club quien lo afirma. Fernández Monje, además, tiene varios libros relacionados con la historia del fútbol vasco y, especialmente, del conjunto bilbaíno. El equipo que, junto con la Real Sociedad, son los máximos exponentes de la región.

Aitor Ocio, ex futbolista del Athletic Club coincide con Fernández Monje en que el fútbol vasco, históricamente, siempre ha sido "una referencia". "Es un territorio donde es un elemento muy importante", cuenta el que fuera zaguero del germen del equipo actual, del que aún sobreviven Iker Muniain y Óscar de Marcos.

El Athletic, a su llegada a Bilbao.

El Athletic, a su llegada a Bilbao.Juan FlorEFE/Athletic

Lógicamente, el fútbol vasco ha pasado por épocas más laureadas como los primeros años 30 del Athletic Club o los principios de los 80 donde los leones y la Real Sociedad se repartieron varias ligas entre ellos. "A veces es cuestión de rachas", afirma Ocio respecto a aquellas victorias en la competición nacional que, en el caso del conjunto bilbaíno, se han repartido más en el tiempo en el caso de la Copa del Rey.

Sin embargo, además de la buena situación de los clubes de la región, en esta época coincide también la calidad de sus futbolistas y el nivel que están mostrando sus técnicos. "En los jugadores hay un gen de competitividad muy alto que se extiende hasta los entrenadores", cuenta Fernández Monje y destaca la capacidad de trabajo de los mismos y la discreción frente al escándalo o los focos de otros.

Xabi Alonso es, a día de hoy, el técnico que acapara todos los focos puesto que está a punto de arrebatarle la primera Bundesliga al Bayern en los últimos 11 años. "Su padre es entrenador y fue un jugador que su posición en el campo le hacía saber leer los partidos. Ese talento le ha ayudado, además de la vocación que tenía", ensalza Aitor Ocio al tolosarra que podría dar al Bayer Leverkusen la primera liga de su historia.

Mendilibar, tras ganar la Europa League.

Mendilibar, tras ganar la Europa League.AFP

En la Premier, además de que Mikel Arteta se encuentre peleando con su Arsenal por el título por segundo año consecutivo, Unai Emery ha conseguido meter al Aston Villa en puestos Champions. Mientras, Mendilibar sigue agrandando su leyenda en Grecia tras despedirse del Sevilla con una salvación y la séptima Europa League. "Cuando un técnico ha sido futbolista ayuda a gestionar un equipo porque entiende cómo se sienten y les permite empatizar", destaca Ocio.

Eso le pasa a Ernesto Valverde y a Imanol Alguacil que tienen que gestionar grandes generaciones de futbolistas, muchos de ellos internacionales. Ambos con filosofías muy sui generis en el fútbol globalizado actual. "Los equipos vascos han sabido leer bien el futuro del fútbol", explica Xabier Fernández Monje y destaca el trabajo que se está llevando a cabo en Lezama y Zubieta, los principales exponentes del fútbol base de la región. "Puede ser que se cuide más la cantera que en otras partes", añade Ocio.

Valor

Zubimendi, Nico Williams, Mikel Merino y Oyarzábal están entre los jugadores más valiosos de LaLiga según Transfermarkt con un precio de mercado de 50 millones cada uno. Españoles sólo les superan Gabi, Pedri y Lamine Yamal. "Muchas veces es confianza, pero también es importante tener paciencia", destaca Fernández Monje.

Clubes, entrenadores y jugadores todos de la mano para situar al fútbol vasco en una posición privilegiada en el fútbol actual. En un momento, por cierto, donde el deporte se está recuperando del golpe de la pandemia, algo que ha agudizado aún más la distancia económica entre grandes y pequeños, pero que parece que en Euskadi han conseguido evitar ese golpe gracias a su filosofía y su resiliencia. "Los equipos, no solo los vascos, si quieren cuadrar las cuentas se ven forzados a mirar a la gente de casa. Los vascos tienen más facilidades porque lo han hecho más veces·, apunta Monje.

De momento, equipos, jugadores y entrenadores vascos ya han inaugurado el palmarés este año con una Copa del Rey con deudas históricas, Xabi Alonso aspira a tres títulos más con su Bayer Leverkusen y Arteta y Mendilibar a uno cada uno.

El Athletic tratará de gestionar la ansiedad para ganar ante el resiliente Mallorca su primera Copa en 40 años

Actualizado Viernes, 5 abril 2024 - 21:01

Cuarenta años y seis finales después, el Athletic busca de nuevo la Copa del Rey, un torneo al que ha intentado poner cerco en las últimas temporadas sin lograr el éxito que se le niega desde el 5 de mayo de 1984, cuando el equipo de Zubizarreta, Goikoetxea,Dani y compañía, dirigido por Javier Clemente, figura medular en los primeros ochenta, se impuso al Barcelona de Maradona y Schuster para lograr la vigesimotercera.

Tampoco en esta ocasión lo tendrá fácil. Detrás del decimoquinto clasificado de la Liga, sólo seis puntos por encima de los puestos de descenso, se esconde un Mallorca de lija, capaz de dejar atrás al Girona, la gran sensación del curso, y a la Real Sociedad, ganador del torneo en la edición de 2020. Con todo, en esta ocasión el conjunto que entrena Ernesto Valverde parece tener el título más a tiro que en las recientes balas perdidas. De las seis finales que se le escaparon, cuatro las disputó frente al Barcelona, una ante la Real y otra, ya muy lejana, en 1985, contra el Atlético de Madrid.

En su segunda temporada en esta tercera etapa al frente del equipo vizcaíno, Valverde dirige un grupo en continuo crecimiento, en el que, como ha comentado en más de una ocasión, muchos jugadores han dado un paso adelante. Como sucediera en 2022, cuando dejó en el camino al Real Madrid y al Barcelona antes de varar en semifinales con el Valencia, el Athletic se deshizo de nuevo de los azulgrana para liquidar después, ya a doble partido, al Atlético de Madrid, con quien litiga por una plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones.

Avalancha de aficionados

El Athletic rock and roll prometido por Jon Uriarte cuando tomó la presidencia ha tardado una temporada en llegar, tras un curso de discreta transición, pero aquí está, acompañado por cerca de 70.000 seguidores, 30.000 de los cuales habrán de conformarse con seguir el encuentro desde la fan zone habilitada fuera de La Cartuja. En Sevilla sólo se ven banderas rojiblancas y seguidores bilbaínos ataviados con toda la parafernalia propia de estas ocasiones. Resulta difícil dar con algún hincha mallorquín, cuya representación se estima más de tres veces inferior.

Javier Aguirre se siente cómodo en el papel que le corresponde a su equipo, sin renunciar al que podría ser el mayor triunfo de su dilatada carrera en los banquillos. «Del Athletic me preocupa su velocidad; al espacio son letales. Te equivocas en una salida de balón y te matan. Son muy dinámicos y cualquiera te la puede liar. Es el equipo de primera división que más balones roba y que más daño hace cuando lo consigue», comenta. «No basta con la ilusión. Hay que hacer un partido casi perfecto».

Con la única probable baja de Yeray, lesionado en el último encuentro de Liga, en el Bernabéu, el Athletic tratará de marcar pronto para obligar a su adversario a ser más propositivo de lo que acostumbra. La victoria del Athletic por 4-0 en el último partido de Liga entre ambos equipos resulta excepcional en una secuencia reciente que arroja tres empates, dos de ellos a cero. Con el vértigo de los Williams y la inteligencia de Guruzeta, que suma 15 goles esta temporada, el Ahtletic, que destaca por el equilibrio en todas sus líneas, tratará de buscarle la vuelta al Mallorca. Ahora bien, deberá gestionar la ansiedad, el ferviente deseo de volver a surcar la gabarra después de cuatro décadas

En el plano institucional, será una final marcada por las turbulencias en la Federación Española de Fútbol. Tras la dimisión de Pedro Rocha y la convocatoria de elecciones para el 6 de mayo será Rafael del Amo, presidente de la junta gestora, quien se siente en el palco. Ahí estará Rafael Nadal, dos días después de anunciar que tampoco estará listo para reaparecer en el Masters 1000 de Montecarlo.

Insultos, presiones... Así se cultiva la salud mental en los vestuarios del fútbol español: "Acabo y voy al psicólogo"

Insultos, presiones… Así se cultiva la salud mental en los vestuarios del fútbol español: “Acabo y voy al psicólogo”

Racismo, insultos dentro y fuera del campo, presión, lesiones, derrotas... En el fútbol profesional hay éxito, dinero y fama, tres palabras que provocan la envidia de medio mundo, pero también, y no demasiado en el fondo, hay aspectos negativos que a veces convierten una profesión privilegiada en un infierno. Por eso, en un planeta cada vez más tolerante con las preocupaciones psicológicas, las palabras «salud» y «mental» han entrado de lleno en los vestuarios del fútbol profesional español para no salir, seguramente, nunca más.

«Sufrí problemas de ansiedad, depresión, me escondía detrás de los rivales para que no me pasaran el balón... Hasta simulé una lesión para que me cambiaran porque tenía miedo a fallar», explica en conversación con este periódico Zuhaitz Gurrutxaga, jugador de la Real Sociedad entre 2001 y 2004. «Siempre había creído que sólo me pasaba a mí hasta que publicamos el libro Subcampeón. De repente me llegan mensajes de excompañeros con 300 partidos en Primera diciéndome que se sienten identificados con lo que cuento, que ellos también fingieron lesiones, se escondieron, no quisieron jugar... Yo creía que era el único en ese aspecto».

Gurrutxaga, como reconoce, no es el único. Una rápida búsqueda en internet da con los nombres de Iniesta, Ferran Torres, Camarasa y un sinfín de futbolistas que han reconocido verse superados mentalmente por el fútbol. Su ejemplo explica lo natural que ya es el apartado psicológico dentro de los vestuarios, la ayuda constante que se presta en este sentido desde los clubes y los entornos de los jugadores y los pocos prejuicios que hay dentro de las plantillas. «Se habla con más naturalidad que antes. Acabo el entreno y me voy al psicólogo. Decir eso ahora es algo normal y antes quizás hacías para que no te pillaran, era algo que se escondía», admite a EL MUNDO Denis Suárez, centrocampista del Villarreal y ex del Celta, City o Barça, entre otros.

"El psicólogo no está para 'tengo un problema y voy"

Ya no es sólo que la salud mental haya dejado de ser un tabú en el mundo del fútbol, sino que se incentiva la conversación sobre ella para mejorar el rendimiento deportivo. Por eso los equipos tienen psicólogos, ya sea integrados en el cuerpo técnico o dentro de la estructura del club, y por eso cada vez está más de moda que los jugadores acudan a un coach personal que les ayude a sobrellevar el día a día. «El psicólogo no está para 'tengo un problema y voy'. Esa es la gran evolución de los últimos años. Ahora trabajamos en la prevención para que tengan competencias para crecer», explica al otro lado del teléfono Emilio Ibañez, psicólogo del Alavés y miembro del cuerpo técnico de Luis García Plaza, uno de los técnicos de LaLiga que tiene a un experto en psicología en su banquillo. Todavía son pocos los que se acercan al césped, mientras en otros vestuarios, como en el Madrid, el Barça o el Atlético, los futbolistas acuden a psicólogos individuales ajenos a la estructura de los clubes. Pero acuden, mientras entrenadores como Ancelotti o Simeone, según admiten desde el Bernabéu o el Metropolitano, son los «psicólogos de sus vestuarios».

«El cambio es brutal, muy importante. Me ven como uno más, en chándal y no en una oficina con una bata. El futbolista ha entendido que su éxito llega no sólo con una buena preparación física, sino con la parte mental», reflexiona Ibañez.

"Entiendo a Iñigo Martínez"

En las últimas semanas, la cuestión mental ha vuelto a ser protagonista al analizar los insultos racistas a Vinicius Júnior y el encontronazo de Iñigo Martínez con un aficionado que le había llamado «tonto» a la salida de un entrenamiento del Barça. Dos cuestiones, los insultos y las críticas, ajenas al propio balón pero que influyen en las actuaciones de los futbolistas. «Hay un problema de base en la sociedad, de formación. Yo no me he visto con un problema de este tipo (caso Vinicius), pero siempre trabajamos el tema de los valores. En el caso de Iñigo, a mis jugadores les digo que están en el escaparate del fútbol y que todo el mundo opina. Que lo que es bueno para unos es una mierda para otros y que hay opiniones de todo tipo. En el campo hay que intentar aislarse, y fuera hay situaciones en las que, con educación, no se tienen que callar», comenta Ibañez, que pone las redes sociales como ejemplo de muchos de los problemas: «Escondidos, sin dar la cara, la gente dice lo que quiere porque saben que no tiene trascendencia judicial».

Eso lo vivió Brais Méndez, ahora en la Real Sociedad, silbado en Balaídos cuando jugaba en el Celta, el equipo de su ciudad: «Parece que por pagar la entrada tienes derecho a todo y no es así. Yo no voy al puesto de trabajo de un panadero o jardinero y me pongo a insultarle. No me entra en la cabeza. Entiendo perfectamente a Iñigo Martínez», reconoce a EL MUNDO.

"Antes éramos señalados"

Comparado con el fútbol de hace unas décadas, Ibañez asegura que la exigencia emocional de ahora «es mucho mayor», pero que la apertura de los futbolistas y los clubes a este tema ayuda. «Yo como jugador tuve varias lesiones y los que nos apoyábamos en ese trabajo emocional éramos señalados. Parecía que se acababa el mundo, que estábamos metidos en unos problemas imposibles», reconoce el psicólogo.

Pero, ¿qué trabajan los futbolistas con el psicólogo? ¿Qué aprenden? «Lo he empezado a trabajar hace año y medio. Por ejemplo, si a mí el Barça me pilla con la edad que tengo ahora y no con 23 años, igual hubiese sido otra cosa. Marcaba un gol y era 'el mediocentro de los próximos 10 años'. Y al día siguiente dejabas de jugar y eres 'la venta del verano'. No es fácil. He aprendido muchas cosas a nivel personal, a darle importancia a otras cosas, no sólo al fútbol. A relativizar, que no es todo el día 'fútbol, fútbol, fútbol' y que puede haber malos momentos, que la gente te puede escribir...», explica Denis.

Al otro lado, el psicólogo: «Tengo un trabajo estructurado con cada uno de los futbolistas y lo hago de forma independiente al entrenador, que entiende mi privacidad. Voy por delante, hago una evaluación psicológica, cosas en las que pueden crecer durante la temporada, objetivos... Y sobre todo trabajar competencias emocionales, las habilidades sociales, la autonomía emocional, generarse uno sus motivaciones, que su confianza no dependa del exterior y que su trabajo tiene que estar por encima de su estado emocional».

"¿A mí quién me preparó?"

En los clubes, más allá del primer equipo, la preocupación principal a nivel psicológico recae en los niños y niñas de la cantera. Ya sean aquellas con el foco mediático encima, como La Fábrica o La Masia, u otras más humildes. «¿A mí quién me preparó para de repente pasar de ser un desconocido a ser conocido siendo un crío?», se pregunta Gurrutxaga, que a los 16 años estaba en las inferiores de la selección. «En mi pueblo la única presión que tenían era saber si tenían pasta para salir ese sábado o no. El fútbol puede ser una picadora de carne si no estás preparado», explica el exfutbolista, que ahora forma parte del proyecto 'Preparados' de LaLiga, que ayuda a los futbolistas en activo a ser conscientes de la importancia de la salud mental y de lo necesario de la preparación para la retirada. «Es difícil entender que con 34 años seas mayor para tu trabajo cuando es la edad a la que mucha gente está empezando su vida laboral», incide.

Mbappé impone su ley para impulsar al PSG a cuartos ante una Real impotente

Mbappé impone su ley para impulsar al PSG a cuartos ante una Real impotente

No quiere Mbappé imaginarse la vida del PSG sin él. No todavía. La cuenta atrás ha comenzado y el final parece escrito, pero el francés se esfuerza en preparar la gran fiesta de despedida. No quiere marcharse de París sin haber cumplido con la misión casi divina que le han encomendado. Ganar la Champions como la mejor terapia para matar las penas. Hasta Luis Enrique, que ensaya el futuro sin él mientras avasalla en la liga francesa, sabe que no puede privarle del último baile en la Champions. Y no sólo por pleitesía, sino por puro egoísmo. Imposible prescindir de un futbolista descomunal que impone su ley. Ante la Real Sociedad, el PSG se catapultó en su espalda hacia los cuartos de final. [Narración y estadísticas, 1-2]

No le hizo falta más al equipo parisino ni en el Parque de los Príncipes ni en el Reale para frenar a los descarados vascos y los sentenciaron antes siquiera de que comenzaran a dibujarse. Si alguien esperaba que la Real incomodara como lo hizo en París, se equivocó. Quiso y no pudo ni un segundo. Sin balón y sin forma de atrapar al rival en su presión, quedó a su antojo.

Tuvo la primera ocasión en un centro de Becker al segundo palo que buscaba la cabeza de Take Kubo y atajó de manera poco ortodoxa Nuno Mendes, claramente el lateral por donde se podía desangrar el PSG. Pero los donostiarras no encontraron cómo aprovecharse. Luis Enrique les había puesto una trampa de la que no pudieron huir. Acostumbrado a colocar a Mbappé como delantero centro, en San Sebastián lo devolvió a la orilla y no tardó en retar con dos endiablados cambios de ritmo a Traoré y buscar por un hueco imposible a Barcola. Suerte que apareció Remiro. Fue el primer indicio de que Mbappé, más lejos del área, iba a cocinar y a sentarse a la mesa al mismo tiempo.

El técnico asturiano buscó la movilidad de Dembélé y Barcola intercambiando posiciones casi como interiores para ganar en superioridad al centro del campo de la Real. Un plan que le salió perfecto. Fue el Mosquito lanzó la carrera de Mbappé. De dos zancadas se plantó en el área, recortó a Zubeldia, lo desquició con sólo amargar y, en una baldosa, cruzó un disparo que descosió la red. En el campo mandaba y del partido sólo había transcurrido 15 minutos.

No levantó cabeza la Real, y no por lo abultado del marcador de la eliminatoria. Es que no sabía cómo reaccionar al plan de partido que le había dibujado el PSG. En ese desconcierto apareció otra vez Remiro para salvar el segundo gol de Mbappé servido en bandeja por Barcola. El más mínimo error de los donostiarras lo convertían en un ataque que siempre pasaba por las botas de su astro mientras que Alguacil veía desde la banda con impotencia cómo sus futbolistas eran una sombra de aquel equipo firme en la fase de grupos que sometió al Inter. No está la Real en su mejor momento. Su fútbol se ha espesado justo cuando las temporadas empiezan a decidirse.

46 goles en Champions con 25 años

Quiso deshacer este argumento Kubo con un zurdazo desde la frontal al filo del descanso, pero nada cambió en la segunda mitad. Volvió a dominar el PSG, que echó mano del talento de Kang-In para alimentar las carreras de Mbappé. No pudo surtir efecto más rápido. El balón del coreano permitió al capitán ganarle la carrera a Zubeldia, impotente, pisar el área pequeña y colocarlo con un derechazo al palo corto de Remiro. Era su gol 46 en la máxima competición Europa para convertirse, con 25 años y tras Messi, en el segundo jugador más joven en conseguirlo. Era, además, el golpe definitivo que enterraba el sueño de la Real tras una década buscando la Champions.

Espoleados por la grada txuri urdin, los donostiarras quisieron crecer y al menos cerrar esta eliminatoria con algún gol en su marcador. Los cambios de Alguacil ayudaron. Lo buscó Barrenetxea, también Oyarzabal, pero quienes más cerca lo tuvieron, forzando a Donnarumma, fueron Zubimendi y André Silva con un remate a bocajarro. Hasta el canterano Olasagasti se atrevió. La Real se volcó en la portería del meta italiano hasta que Mikel Merino marcó para dar consuelo al Reale y cerrar una eliminatoria que tuvo un dueño: Kylian Mbappé.

La Ertzaintza identifica a más de 150 ultras de la Real Sociedad y el PSG que habían quedado para pelearse

La Ertzaintza identifica a más de 150 ultras de la Real Sociedad y el PSG que habían quedado para pelearse

Actualizado Martes, 5 marzo 2024 - 13:46

La Ertzaintza ha identificado en las últimas horas a medio centenar de "seguidores de riesgo" de la Real Sociedad y a más de un centenar de ultras del Paris Saint Germain con diversos objetos destinados a agredirse mutuamente en varias 'quedadas' detectadas por los agentes en las horas previas al partido de la Champions que enfrentará a ambos equipos este martes en San Sebastián.

El Departamento vasco de Seguridad ha indicado que, dentro del dispositivo especial de seguridad establecido para el encuentro, entre la tarde del lunes y esta madrugada ha identificado a medio centenar de ultras del equipo donostiarra y ha registrado una veintena de vehículos.

Como resultado de esta operación se han incautado a los hinchas radicales de la Real Sociedad al menos 15 bastones de golf, una barra metálica, tres piolets, dos pares de nudillos metálicos, un cuchillo, dos navajas, un bastón extensible, varios destornilladores, un martillo, una bengala, cuatro protectores bucales, dos raíles de cajón, tres bisagras metálicas, varios pasamontañas y guantes.

Al mismo tiempo, "gracias a la colaboración policial internacional", la Ertzaintza está identificando desde el lunes a varios grupos con más de un centenar de seguidores del PSG.

En la mañana del martes, la policía vasca ha retenido en la frontera de Behobia a un autobús de seguidores del equipo parisino y ha hallado en su interior "objetos peligrosos de uso prohibido", que no ha detallado.

El Departamento de Seguridad ha indicado que esta madrugada la Ertzaintza ha detectado 'quedadas' entre aficionados radicales de ambos equipos para agredirse, por lo que ha desarrollado un dispositivo de control de grupos y vehículos sospechosos en la zona con el fin de evitar las peleas.

Traoré, el musulmán de Anoeta, 'hermano' de Camavinga y recurso ''imprevisible'' para frenar a Mbappé

Traoré, el musulmán de Anoeta, ‘hermano’ de Camavinga y recurso ”imprevisible” para frenar a Mbappé

El antídoto de Anoeta para combatir a Kylian Mbappé en la vuelta de los octavos de la Champions es un musulmán practicante de Mali que abrigó a Eduardo Camavinga en sus inicios en el Rennes. Hamari Traoré (Bamako, 1992) quedó en evidencia por un despiste en el partido de ida contra el PSG y ahora quiere curarse las heridas con un marcaje impecable al fenómeno francés.

Joxe Mari, como le conocen los seguidores de la Real Sociedad, despuntó como juvenil en Mali. Este hijo de un joyero y de una comerciante creció bajo la inspiración de Drogba, Kanouté y Yaya Touré. Sus compañeros en la academia Jean-Marc Guillou le llamaban Ronaldo porque le gustaba hacer bicicletas. A los 20 años fichó por el París FC de tercera división, luego ingresó en el Lierse belga, en 2015 pasó al Stade Reims y en 2017 fichó por el Rennes. Es capitán de la selección de Mali, con la que ha disputado 53 partidos y marcado dos goles. Este verano fue contratado por el club donostiarra tras un exhaustivo seguimiento del director deportivo Roberto Olabe y del técnico Erik Bretos. «Hamari no es un jugador africano al uso. En él podemos ver un nivel de fundamento técnico muy alto, lo que le hace ser muy fiable en la recepción y el pase. Defensivamente domina las acciones de uno contra uno defensivo. Tácticamente es suficientemente ordenado», explica Olabe.

Traoré fue señalado por Imanol Alguacil como culpable de la derrota contra el PSG. El lateral, tras sufrir un golpe en la rodilla, se desentendió del marcaje de Mbappé. «No me lo explico. Que un jugador que ha tenido que salir del campo, cuando el rival tenía un córner a favor, no acabe en el hospital no lo entiendo. Ese jugador se ha ido del partido y el equipo también. Si queremos competir contra estos rivales no podemos hacer estos regalos». Luego, el entrenador matizó que el mensaje no era para Traoré, sino para todo el equipo. «Con Hamari no hay ningún problema. Él sabe que estoy encantado, que es para mí importantísimo», señaló.

Traoré ha sabido ganarse el aprecio del técnico y de sus compañeros con su cercanía y compromiso. «Hamari no viene de la cantera, tiene una cultura y una religión distintas, pero no desentona con el resto, es muy buena gente», ha dicho el portero Álex Remiro.

«Hamari es de origen africano, pero con cultura francesa, algo que en San Sebastián es bastante natural, dada la realidad socio-política-geográfica que tenemos con Francia. Tiene una gran capacidad de socialización, algo que fue clave para su rápida adaptación al club, y una energía especial para conectar de manera afectiva con el entorno, con el trabajo del día a día con sus compañeros, con el staff y con los fans», añade Olabe.

Admirador de Sergio Ramos y Cafú

Traoré, que vive en Donosti con su mujer e hijo, nacido el pasado julio, se define como familiar y seguidor del Corán. «Mi religión habla de no perjudicar a nadie y de respetar a todas las personas. El trabajo y la humildad es fundamental. He conocido jugadores 10 veces más fuertes que yo y que no llegaron a ser profesionales. Tuve la oportunidad de ser profesional, estoy muy agradecido a Dios», señaló en el portal Onze el defensa realista, que admira a Sergio Ramos y a Cafú.

El maliense ha coincido con jugadores de alto nivel, pero siente especial cariño por Camavinga, ex compañero en el Renns. «A Eduardo le conozco hace tiempo, es como mi hermano pequeño. Es muy, muy buen jugador, ha progresado mucho», decía a Marca poco después de firmar contrato con la Real.

El lateral no olvida sus raíces y regresa a su cuna siempre que puede. «Cuando llego a Mali no bebo la misma agua que los demás, porque mi cuerpo ya no está acostumbrado. Así que pido agua mineral. Me quejo del calor y me dicen que mi comportamiento ha cambiado. Allí me llaman El blanco. Me río con ellos cuando me lo dicen, no es peyorativo», recalcaba en Onze un jugador que, si no hubiera sido futbolista, se habría dedicado al periodismo y que tiene un hermano, Adama Noss, que juega de mediocentro en el Hull City inglés.

Ahora está centrado en el partido de esta noche y en el objetivo de superar el 2-0 del partido de ida y meterse en los cuartos de la Champions. Será una pieza fundamental en el marcaje de Mbappé, un delantero al que conoce muy bien, dado que en la Liga francesa se enfrentaron durante ocho temporadas. Olabe confía en las aportaciones de Traoré: «A jugadores como Mbape, de talla mundial, no importa demasiado cuánto lo conoces, si no cómo compites contra ellos, para defenderles y atacarles, ahí Hamari, es muy competitivo y confiamos mucho en él», insiste el director deportivo.

En Anoeta destacan la experiencia del defensa, pero algunos alertan de sus reacciones «imprevisibles». A demás del despiste con Mbappé, en la última Copa de África fue expulsado tras discutir con el árbitro del partido contra Costa de Marfil. Joxe Mari Traoré, un singular txuri urdin.

El Mallorca soprende a la Real en los penaltis de la mano de Greif y estará en La Cartuja

El Mallorca soprende a la Real en los penaltis de la mano de Greif y estará en La Cartuja

Se desbordaba por la mañana el río Orio a su paso por Zubieta. Pero la lluvia de Mónica, inclemente, aunque teñía el cielo de negro no podía con el césped de Anoeta, impecable. Sobre el verde, dos púgiles buscaban la historia con el balón corriendo de un bando a otro. Primera mitad de tanteo, con más arañazos que golpes. En la segunda los goles y la emoción que se prolongó hasta una prórroga frenética finiquitada con la lotería de los penaltis. La papeleta le tocó al Mallorca. [Narración y Estadísticas, 1-1]

Imanol Alguacil pedía infierno y lo que tuvo fue un diluvio. Pero el Mallorca, como buen equipo isleño, se maneja bien en fuertes marejadas. Más aguante que Rocky Balboa. El objetivo lo merecía y lo consiguió. Hablamos de la cuarta final para el Mallorca. Aguirre tenía un debe en su currículum español, aquella final perdida con Osasuna ante el Betis en 2005. Alguacil quería igualar a un ídolo blanquiazul, John Benjamin Toshack. El escocés ganó la de 1987 ante el Atlético y perdió la del 88 ante el Barcelona. El de Orio ya tiene la del primer derbi vasco en la buchaca y se quedó con ganas de disputar la segunda.

Pocas ocasiones en la primera parte, un tiro de Zakharyan que acabó manso a las manos de Greif y otro cruzado de Abdon Prats, el pichichi de la Copa, tras una jugada de patadón y tentetieso. Pero un error infantil del capitán del Mallorca pudo cambiar el signo del partido. Raíllo sacó una mano a pasear en un centro lateral de Zubimendi cuando moría la primera mitad. Sin embargo, Brais no aprovechó la oportunidad y lanzó al medio raso. Greif no picó y atajó con los pies negándole la suerte al centrocampista txuriurdin. 45 minutos menos, 135 sin goles.

Pero no se cumplieron los 140 porque los carrileros del Mallorca no quisieron dejar esta semifinal sin goles. Lanzó una banana Jaume Costa tras una descarga de Larin, habilitado por medio centímetro, y entró Gio González como un martillo para picar el cabezazo al segundo palo. Inapelable.

El escenario perfecto para el Mallorca, la situación perfecta para Javier Aguirre y el momento perfecto para sacar al pirata Muriqi, calentando en la banda. Y salió a falta de media hora por el pichichi de la Copa. Al minuto respondió Alguacil sacando a Oyarzábal, el Mr. Copa de la Real, el único que tiene solución a un conjunto sin apenas goles. El capitán que dio la Copa del Rey a Alguacil tras transformar un penalti en la Cartuja. Quién si no iba a empatar el partido en el minuto 70 después de una gran descarga de Brais. Fue, además, poco después de que Larin pudiera sentenciar para el Mallorca pero marró la oportunidad.

Milagro de Samu

Apretó la Real tras el gol de Oyarzábal con el apoyo de su público, pero Jaume Costa silenció Anoeta por unos instantes cuando remató solo desde el punto de penalti en una contra. El balón se fue alto y los donostiarras pudieron volver a meter aire en sus pulmones que sacó Gil Manzano al decretar el final del tiempo reglamentario. Volvieron a contenerlo los txuriurdines tras una doble ocasión que salvó bajo palos Samu a cabezazo de Merino y a zambombazo de Tierney. Dudó el espectador y dudó el VAR unos minutos, porque sin tecnología de gol, costaba saber si el balón del escocés traspasaba completamente la línea. La prórroga comenzaba tan frenética como terminaba la segunda mitad.

El que apretaba para decidir antes de los penaltis fue el Mallorca, más entero físicamente que los blanquiazules. No le dio tiempo. Tocaba lotería y Greif trucó el bombo y amargó a Oyarzábal. Un tirador infalible. Llovía en Anoeta, lloraba la Real.