El "don" de Arda Güler y la contundencia de Ancelotti sobre su cesión: "No hay duda, se quedará el próximo año"

El “don” de Arda Güler y la contundencia de Ancelotti sobre su cesión: “No hay duda, se quedará el próximo año”

Mano derecha al corazón y mano izquierda al cielo, con el dedo índice levantado. La celebración de Arda Güler lo tiene todo para hacerse conocida. También su fútbol, que a base de pequeñas gotas va rellenando el frasco de su primera temporada en el Real Madrid. Ante la Real Sociedad lideró a la segunda unidad del conjunto blanco, que dio un paso de gigante por la Liga gracias a su gol. Carrera de Carvajal, pase milimétrico de primeras y definición con la zurda del ex del Fenerbahce. 0-1 para que los de Ancelotti se pongan a 14 puntos del Barça a la espera del duelo de los azulgrana ante el Valencia. Después quedarán sólo 5 jornadas, 15 puntos.

"No hay duda de que se quedará aquí el próximo año", respondió Carlo Ancelotti. Claro y conciso. Ante los rumores de los últimos días, que deslizaban la posibilidad de que el joven de 19 años saliera cedido la próxima temporada, el técnico italiano no pudo ser más contundente. "Me ha gustado mucho su gran actitud, luchando y peleando cada balón. Va a ser muy importante en el futuro", añadió.

Güler se llevó el MVP de un duelo en el que el Madrid no mostró todo su potencial. El turco ha disputado el 1% de los minutos posibles este año, pero los va aprovechando. Ante la Real acumuló 67 sobre el césped, fue el que más lanzó a puerta en el conjunto blanco (3 tiros), el tercero con mejor acierto de pase (93,8%) y el que mejor nota media se llevó en la maleta: 7,55. Incluso recibió una amarilla por protestar. Sabía que se jugaba mucho y no bajó la tensión.

Suma 98 minutos el Liga (31 de ellos antes del encuentro de este viernes), 59 en Copa y 8 en Supercopa de España. Ninguno en Champions. En total, 165 minutos en los que ha marcado dos goles: ante la Real y ante el Celta, cuando anotó en apenas un minuto de juego.

"Tiene cosas diferentes", admitió Fran García. Y la realidad es que regateó dos veces, más que nadie en el Madrid, y fue el mejor de su equipo en ataque, aunque en defensa le costó algo más. "Posee una calidad extraordinaria, tiene mucho talento. Sin balón debe mejorar y lo está haciendo. Lleva mucho tiempo trabajando de manera espectacular y, sí, podría haber jugado antes, porque entrenar ha entrenado muy bien, pero es muy joven y llegará su protagonismo", explicó el transalpino. "Hablamos de un chico que lleva más goles que minutos jugados y eso sólo puede ser un don", bromeó.

Enfado en la Real

En cuanto al duelo, la Real Sociedad, en voz de Kubo, Zubimendi u Oyarzabal, reclamó que "merecimos ganar". "Una pena por la afición por el cambio de horario y toda esta mierda que ha habido", añadió el japonés, que recalcó que el Madrid había tenido "suerte". "En 90 minutos han llegado una o dos veces", dijo, molesto por el gol anulado a su equipo tras una falta de Barrenetxea a Tchouaméni: Gol anulado: "Barrene va a robar y yo lo único que puedo comentar es que el jugador (Tchouameni) que pierde el balón se duerme. Esto en Champions seguro que no se lo van a pitar".

En sala de prensa, Ancelotti sacó pecho de su 'unidad B'. "Entiendo que la gente se pensase que veníamos a pasearnos, pero los jugadores no lo han hecho ni por un momento. Estoy muy orgulloso de ellos, por su compromiso, actitud, ganas e ilusión por seguir ganado. Han querido mantener la buena dinámica y se lo quiero agradecer. En este sentido, han sido espectaculares", comentó, en referencia a la 20ª portería a cero en Liga esta temporada.

La lucha de Brais Méndez contra la salud mental: "No quería jugar el fin de semana, no quería tener un balón delante"

La lucha de Brais Méndez contra la salud mental: “No quería jugar el fin de semana, no quería tener un balón delante”

Brais Méndez (Mos, Pontevedra, 1997) es un experto en salud mental. No por estudios, sino por golpes. Canterano del Celta, al éxito en el primer equipo gallego, con una convocatoria de la selección incluida, le siguieron los abucheos de la grada cuando su nivel no fue de sobresaliente. Ahí empezó a ir al psicólogo. De forma natural, sin grandes esfuerzos. Ahora, cinco años después, ha sido el máximo goleador de la Real Sociedad en Champions League con tres tantos y hoy recibe al Real Madrid en el Reale Arena.

Han pasado cinco años desde que hablara de salud mental por primera vez, cuando fue pitado en Balaídos. ¿Cómo lo ve ahora?
Tengo mucho más conocimiento, en ese momento no tenía ni idea. Y ahora lo veo en perspectiva, por haberlo pasado y haberlo superado. Saber lo que has pasado y lo que no quieres volver a pasar.
¿Qué superó exactamente?
No creo que haya sido una depresión, pero sí un muy mal momento. Lo que peor llevaba era el no disfrutar del fútbol. El no querer jugar el fin de semana... Pasé de amar una cosa a no querer tenerla delante. Fueron un cúmulo de cosas. Era un momento delicado en el Celta, hubo una etapa en la que faltó Iago Aspas, que era nuestro referente, y yo quise colgarme esa mochila de responsabilidad. Pero las cosas no salían, las críticas cayeron en mí, se juntó con silbidos en el estadio, que mi familia lo pasó mal por eso... Fueron un cúmulo de cosas que hicieron que mi cabeza hiciera 'clic' y que no fuera capaz de superar esa situación. La bola se hizo más grande e incontrolable.
¿Y qué hizo en ese momento?
Al principio no quería verlo, decía que ya vendrían tiempos mejores. Pero cuando el momento se hace largo, que durante la semana te encuentras bien pero llega el fin de semana y ves que no, que estás bloqueado y que no eres capaz de hacer nada. Cuando son meses así dices algo pasa, algo hay que hacer.
¿Recuerda la primera charla con el psicólogo?
Iba recomendado por alguien que pasó algo parecido y fue sencillo explicarle lo que yo estaba viviendo. Que no disfrutaba el fútbol. Que no quería nada más que salir y disfrutar como lo había soñado de pequeño. Desde el principio entendí lo que quería que hiciera e hicimos un buen tándem.
¿Qué le recomendaba?
Cosas básicas, centrar la mente en el juego, en mi mismo, en lo que podía controlar. En muchos momentos mi cabeza pensaba 'si fallo este control me van a pitar', y eso no te permite disfrutar ni jugar. Eran ejercicios como estar concentrado en el trayecto de casa al entrenamiento, que te conoces perfectamente, pues estar concentrado en eso al 100%. Y luego aplicarlo al campo. Me fue de maravilla.
¿Se notaba con peor actitud con su familia?
Estaba más cabizbajo, triste... Pero era sobre todo el fin de semana. Yo entrenando disfrutaba y me lo pasaba bien, era luego al verme en el foco con 20.000 personas viéndome y juzgándome. Eso era lo que me hacía pasarlo mal.
¿Cómo es esa relación con el psicólogo? ¿Va de forma constante o sólo cuando cree que tiene problemas?
Yo charlo con él cada dos semanas, más o menos. Él ve los entrenamientos, ve actitudes o cosas que me comenta y yo le comento mis sensaciones, o cosas que quiero mejorar mentalmente, porque la concentración te puede fallar en algunos momentos.
¿Y si le pitaran ahora?
Sería totalmente distinto. Obviamente no me gustaría porque soy de los que piensa que durante los 90 minutos del partido hay que animar y luego ya mostrarás el enfado. También en aquel momento tenía 21 años, era muy joven, acababa de llegar al fútbol profesional y no sabía cómo funcionaba. Ahora las cosas son distintas.
Hablemos de fútbol. Vaya temporada.
Para mí es una temporada histórica. Tengo la espina clavada de fallar el penalti de la semifinal de Copa contra el Mallorca porque había mucha ilusión en el vestuario y la grada. Es duro y lo pasé mal, pero es fútbol, y eso también se trabaja mentalmente. Pero haciendo un balance general, muy feliz. Perdimos en Champions con el PSG y seguimos peleando por estar en Europa un año más.
El calendario no para. ¿Exprimen demasiado a los futbolistas?
Creo que es una maldita locura. Jugar cada tres días durante tres o cuatro meses seguidos es una barbaridad y admiro a los que lo han hecho durante diez o quince años. Me parece que es una locura, creo que cada vez meten más partidos, la gente viaja más lejos, volver de madrugada, entrenar... Es una barbaridad. Nos estamos cargando a los jugadores, es normal que haya lesiones y que la gente no aguante el ritmo. Irá a más.
Los críticos dirán eso de "cobran mucho, lo llevan en el sueldo".
Estoy acostumbrado a escuchar eso. Me parece el comentario más básico que puede existir. Lo que cobres no tiene nada que ver con que estés bien o no mentalmente o que el cuerpo no aguante jugar cada tres días partidos que cada vez son más exigentes. Son comentarios que se escuchan siempre pero que creo que pueden ir yendo a menos porque la gente está más concienciada con la salud mental.
¿Los comentarios por la Fantasy qué tal los lleva?
Eso es más por la calle (risas). Te encuentras a algún chaval que te dice que te tiene en el Fantasy, que te tiene de capitán y que le has dado pocos puntos. "Te toca venderme", les digo de coña. Siempre que sea de buen rollo, guay. Me hacen gracia.
¿Los comentarios en las redes son peor que los pitos? Usted se borró Twitter.
Twitter es la mejor red social que existe pero la gente lo utiliza para otra cosa, es muy fácil esconderse detrás de un apodo, no hace falta DNI y se ponen auténticas barbaridades. Me encantaría tener Twitter para seguir la NBA y la NFL, pero no quiero.
Al-Khelaifi: "Le pregunté a Laporta cuándo iba a dejar la estúpida idea de la Superliga"

Al-Khelaifi: “Le pregunté a Laporta cuándo iba a dejar la estúpida idea de la Superliga”

El Cívitas Metropolitano se ha convertido esta semana en el núcleo central del fútbol europeo. En pleno desenlace de las máximas competiciones continentales, el estadio del Atlético de Madrid ha reunido en su sala de congresos a algunos de los directivos más poderosos del planeta. Todos forman parte de la ECA, la Asociación de Clubes Europeos, con Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, como máximo responsable de la organización. A su lado, los 37 miembros del Comité Ejecutivo, entre los que están los españoles Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, y Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad.

Con los tres directivos pudo charlar este periódico, en una mesa redonda exclusiva con seis medios durante 20 minutos. "Hemos discutido el nuevo acuerdo con UEFA y FIFA, tanto para el nuevo formato de competiciones europeas como para el nuevo Mundial de Clubes", admitió Al-Khelaifi. Según pudo confirmar EL MUNDO, el 'pastel' del fútbol europeo se repartirá ahora de la siguiente manera: la UEFA mantiene un poder del 51% y la ECA, los clubes, se queda con el 49%. "Gracias al presidente Ceferin, así ganamos todos. Y con la FIFA tuvimos una reunión el pasado viernes y nos dijeron que quieren cero euros de este primer Mundial de Clubes. Eso es importante", añadió.

Gil Marín, por su parte, valoró que es una decisión que "ayuda a los clubes pequeños". "Vamos a pasar de 3.500 millones de ingresos a 4.400. E incrementaremos la solidaridad con aquellos que no juegan las competiciones hasta el 74%". Algo que también apoya Charlie Marshall, CEO de la ECA: "Los mayores beneficiarios del cambio de formato de la próxima temporada será los clubes que no participan. Tendrá un impacto en toda la pirámide del fútbol europeo".

Pregunta. ¿Cómo de importante es para ustedes acercarse a los clubes españoles en un momento en el que el Real Madrid y el Barcelona apoyan el proyecto de la Superliga?

Respuesta. Al-Khelaifi: Estamos orgullosos de tener a Miguel Ángel y Jokin. Dos caballeros, no sólo grandes profesionales. El respeto de todos es la mejor imagen del fútbol español. Los clubes españoles son importantes para nosotros históricamente, ¿cuántos títulos tenéis? Muchísimos. Ahora han venido ocho equipos españoles a escucharnos y espero que se unan. Veo desde fuera el conflicto que hay en el fútbol español entre las diferentes organizaciones y no beneficia a nadie, hace daño a todos. Así que espero que haya unidad porque todo el mundo se podrá beneficiar.

Gil Marín: Hay que entender lo global que es el fútbol. Que en Europa tenemos 55 asociaciones diferentes, y que se ve diferente en Rumania o Polonia que en las cinco grandes ligas. Tenemos que encontrar un equilibrio entre lo que piden los grandes clubes y los pequeños. Hay que proteger la pirámide, que es lo más importante. Los niños sueñan con ser jugadores, pero si cierras esa competición a 15 o 20 clubes, matas esos sueños. Estamos protegiendo esa estructura. Hablamos de la Superliga por la fuerza que tiene el Real Madrid en los medios, pero fuera de España nadie habla de la Superliga. Está muerta.

Aperribay: Creo que en España tenemos una manera particular de ver todo esto, pero es diferente a la que se tiene en Turquía o Austria. Hay que ver el plano global, no sólo el local, que es el error que se está cometiendo en España. Tenemos que entenderlo. Los clubes de Europa no quieren grandes cambios, quieren hacer el fútbol fuerte, pero no diferente.

Tebas, Al-Khelaifi y Gil Marín, hoy en el Metropolitano.

Tebas, Al-Khelaifi y Gil Marín, hoy en el Metropolitano.ECA

Pregunta. ¿Espera que llegue el momento en el que los dos grandes clubes de España y la ECA estén de nuevo unidos?

R. Al-Khelaifi: Siempre hemos dicho que nosotros dejamos la puerta abierta. Y siempre he dicho que la Superliga no va a existir. Cuando se den cuenta, son más que bienvenidos. Están jugando la Champions ahora... Y han sido unos cuartos de final increíbles. La mejor competición de clubes del mundo. Ha sido bueno para los fans, para los medios... Aunque no mucho para mi corazón (risas). Esos clubes, los de la Superliga, están jugando la Champions porque saben lo importante que es. Y nosotros seguimos creciendo sin que ellos estén presentes. Tenemos el Joint Venture con UEFA y FIFA... No vamos a parar ni a esperar a nadie. Cuando vi a Laporta en Barcelona se le pregunté: '¿Cuándo vas a dejar la estúpida idea de la Superliga?'. Estoy seguro que lo hará. No tiene sentido.

El consejo de la ECA ha celebrado diversas reuniones a lo largo de la semana pero este miércoles era el día más importante por varias razones. La primera, la presencia de Javier Tebas, presidente de LaLiga, en el Metropolitano. El directivo español y la ECA, en concreto Al-Khelaifi, se habían distanciado por momentos en mitad de la eterna guerra existente en el fútbol europeo, pero la situación de Gil Marín como vicepresidente de LaLiga y miembro de la ECA ha reconducido la situación.

En las oficinas del estadio rojiblanco, el congreso de la ECA ha aplaudido el incremento en el número de clubes que forman parte de la asociación, que ahora es de 620, 266 más que al inicio de la temporada, y ha confirmado la nueva estrategia de la organización, que no es otra que ganar peso en las decisiones del fútbol europeo y aprovecharse de ese acuerdo con UEFA. Además, en el congreso ha planeado la idea de que UEFA y FIFA permitan la celebración de encuentros oficiales de las ligas domésticas en otros países, algo que se discutió en el pasado en el fútbol español.

Cuando el fútbol pelea contra el Alzheimer: "No recordaba a sus hijas, pero sí a Di Stéfano"

Cuando el fútbol pelea contra el Alzheimer: “No recordaba a sus hijas, pero sí a Di Stéfano”

A Teresa le cuesta reconocerse en las fotos y suelta una pequeña lágrima cuando por fin se da cuenta de que la niña pequeña que sonríe a la cámara es ella. En blanco y negro, con el tono sepia de un papel ya gastado, pero ella. «¿De cuándo será esto?», reflexiona ahora, 80 años después de la imagen. No es capaz de ponerle una fecha porque para ella y para muchos el tiempo ya se ha convertido en ciencia ficción. Algo que pueden ver y disfrutar, pe

Hazte Premium desde 1€ el primer mes

Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web

Si lo prefieres
<!--

¿Ya eres Premium? Inicia sesión

--> <!--

Cancela cuando quieras

-->
Los seis meses de dolor de Bellingham, el que más faltas sufre en la Liga: horas de gimnasio, un vendaje extremo...

Los seis meses de dolor de Bellingham, el que más faltas sufre en la Liga: horas de gimnasio, un vendaje extremo…

Mientras la grada rugía con fuerza ese «¡Jude! ¡Jude! ¡Jude! ¡Jude! ¡Jude! ¡Jude!» que ya es tradición en el Santiago Bernabéu, Bellingham levantaba sus brazos en cruz y mantenía la mirada con la afición. Nada desafiante. Sí icónico. Hacía 71 días que Chamartín no veía la celebración más famosa del fútbol español. Llegó a tiempo, justo para sentenciar al Barça, decidir la Liga y completar el histórico 'barrido', como se dice en el deporte americano, a los azulgrana.

El Madrid ha ganado los tres clásicos del curso por primera vez desde 1936 y el británico ha marcado en la ida y en la vuelta ligueras. En Montjuic anotó dos goles, uno en el minuto 68, el empate a uno, y otro en el 92, un disparo desde Birmingham para darle el triunfo a los blancos. En el Bernabéu también aguantó hasta el descuento, definiendo a la red un pase de Lucas Vázquez en el minuto 91.

Dos tantos que han dado seis puntos a su equipo y han quitado otros seis a su máximo rival. «Es así de simple. Merecimos ganar. Quítale seis puntos al Madrid y pónselos al Barça...», se resignaba Xavi en la sala de prensa de la Castellana.

Dos meses de sequía

Bellingham rompió ante el conjunto culé una sequía de más de dos meses con el Madrid. Vio puerta en un Inglaterra-Bélgica de marzo, pero con el cuadro madridista no anotaba desde el 10 de febrero, cuando consiguió un doblete en otro de los partidos que han sido claves en el liderato de los de Ancelotti.

Sus cuatro goles en 2024 (uno al Barça, dos al Girona y otro al Almería en enero) distan mucho de los 17 que anotó en el primer tramo de la temporada, 13 en Liga y 4 en Champions, pero tienen su explicación en las lesiones que ha sufrido durante los últimos meses.

Con dolor en el hombro y el tobillo

Bellingham juega con molestias en el hombro izquierdo desde el 5 de noviembre, cuando sufrió una luxación en el partido ante el Rayo Vallecano. Pudo terminar ese duelo, pero se perdió los siguientes dos encuentros ante Braga y Valencia. Junto a los servicios médicos del Madrid, decidió realizar un tratamiento conservador y no pasar por el quirófano para no perderse más tiempo. Aprovechó el parón de selecciones de noviembre para quedarse en Valdebebas con los fisioterapeutas y volvió al césped para marcar 4 goles en el final del año.

La solución ha sido doble: largas horas en el gimnasio fortaleciendo la zona y un vendaje extremo para proteger el hombro. Le quita algo de movilidad, pero le evita más molestias de las que puede soportar. La protección se observa a simple vista por la tela negra y porque le llega hasta el cuello, casi como una armadura.

Pero a pesar de jugar con el vendaje durante seis meses, ni Bellingham ni los médicos planean una intervención quirúrgica a final de curso. El británico se irá con la selección inglesa a la Eurocopa y volverá a finales de julio a Valdebebas para empezar la pretemporada. Mientras, el Madrid, que no puede pedirle que renuncie a su país, sólo le pide una cosa: trabajar el hombro en el gimnasio para evitar que los dolores sigan en agosto.

Además del hombro, la otra articulación que ha preocupado a Bellingham ha sido el tobillo. El inglés es el futbolista de la Liga que más faltas sufre y el cuarto de toda Europa. 2,8 por encuentro. Una constante que en febrero, precisamente ante el Girona, el último equipo ante el que había anotado, le dejó K.O: esguince de tobillo y tres semanas de baja. Volvió en Valencia, donde Gil Manzano le expulsó. Otros dos partidos fuera.

«Empecé la primera mitad de la temporada muy bien, hasta enero, ganando la Supercopa. Lo que me mató un poco en cuanto al ritmo fue la lesión de tobillo. Y que luego supero esa lesión, supero también el dolor en el tobillo, juego contra el Valencia y me sancionan. Me afectó al ritmo que tenía», admitió en Manchester. Una reflexión que también comparten en Valdebebas, donde poco a poco vuelven a ver su mejor versión. Mantener la constancia anotadora del inicio de la temporada era imposible, pero Bellingham vuelve a ser decisivo y a estar en la pelea por el Pichichi.

La "leyenda" Lucas Vázquez y la respuesta de Ancelotti a Xavi: "Eso de que el Barça merecía ganar... Hay que verlo"

La “leyenda” Lucas Vázquez y la respuesta de Ancelotti a Xavi: “Eso de que el Barça merecía ganar… Hay que verlo”

En el asedio del Etihad, el Madrid y Lunin soportaron el lanzamiento de 18 córners por parte del Manchester City. Uno tras otro, el conjunto blanco consigió evitar que alguno de ellos terminara en gol y complicara una eliminatoria de absoluto sufrimiento. Pero ayer, en el minuto 6 del Clásico que podía decidir la Liga, en el primer córner del duelo, Raphinha puso un centro al segundo palo, Lunin intentó alcanzar el balón pero falló al calcular sus tiempos y Christensen cabeceó a la red el 0-1 de los de Xavi Hernández. Podría haber sido el comienzo de la remontada azulgrana en Liga, pero no, fue una remontada, otra más, de un Madrid que se niega a ser vencido.

El Barça se presentaba en el Bernabéu a ocho puntos y después del fracaso contra el PSG no quería escaparse de la lucha por el campeonato. Ancelotti, mientras, deslizó las obligadas rotaciones de Carvajal y Mendy pero apostó por su once de gala, aunque con Tchouaméni y Camavinga fuera de posición y Modric y Kroos compartiendo centro del campo. «Tienes que tener una fe y un carácter increíble, porque esto no es casualidad. Este equipo tiene algo que no empuja adelante», admitió Modric tras el duelo.

El escenario, además, estrenó virtudes. Chamartín presentó su nuevo videomarcador de 360 grados, una serie de pantallas led unidas por todo el anillo superior, de once metros de alto en los fondos y seis en los laterales. Bellingham, en su paseo previo a cada encuentro, alucinaba con la nueva tecnología.

Volviendo al césped, Vinicius empató desde el punto de penalti tras una falta de Cubarsí sobre Lucas. «¡Pero si se tira! ¡Se tira!», repetía Xavi al cuarto árbitro. No hubo dudas y el brasileño puso las tablas antes de que la otra polémica del duelo. En el 28, Lunin sacó sobre la línea un remate de Yamal y Soto Grado estuvo unos minutos esperando a que el VAR decidiera si era gol o no. La Liga no posee la tecnología que sí hay en otros campeonatos para avisar al colegiado cuando el balón supera la red, así que el VAR tuvo que decidir con las repeticiones de televisión.

Gündogan, incrédulo, le insistía al árbitro que viera su reloj. No sabía el alemán que la herramienta no funciona en el fútbol español. Al rato, Tebas salía al paso de las críticas y compartía en Twitter varios errores de la tecnología de gol en otras ligas europeas que sí disponen de ella. «No hay que callarse, es una vergüenza», criticó Xavi tras el duelo. «Dije que ojalá el árbitro pasara desapercibido y acertara. Y no ha pasado ninguna de las dos cosas. Es una lástima. Con el partido que hemos hecho, lo normal es ganar», añadió.

Ancelotti, por su parte, prefirió centrarse en el partido: «No quiero opinar de lo que ha dicho Xavi. Hemos sido capaz de dar hasta la última gota de energía. Eso de que el Barcelona merecía ganar... Hay que verlo».

El clásico dejó a Bellingham como protagonista, pero también a Lucas Vázquez. El inglés rompió sus más de dos meses de sequía en Liga y catapultó al Madrid al título con su 17º gol, a uno del Pichichi Dovbyk. El gallego, mientras, culminó una semana de ensueño. En el Etihad se puso a dar toques al balón antes de su penalti en la tanda y ante el Barça fue titular y participó en los tres goles. Provocó el penalti, marcó el 2-2 a pase del brasileño y asistió en el 3-2. «Faltando cinco minutos estábamos en una falta en contra y diciéndonos: 'Vamos a por el gol, a ganar'. Es eso lo que representa este club y este escudo», admitió Lucas tras el duelo.

En Twitter, Bellingham, que bailó con el gallego tras el tercero, ponía palabras al partido de Lucas: "Lucas Vázquez, p... leyenda".

Un histórico triunfo que completa el 3-0 madridista en los clásicos de este año: los dos de Liga y el de la Supercopa, algo que no pasaba desde la temporada 1935-1936. «Súmale seis al Barça y réstale seis al Madrid. Es lo que ha decidido la Liga», admitió Xavi.

El Madrid deja la Liga vista para sentencia, escapándose a once puntos a falta de 18. Los blancos deben enfrentarse a Real Sociedad, Cádiz, Granada, Alavés, Villarreal y Betis.

El clásico charrúa del Madrid-Barça: la amistad, las dos adolescencias y los brazaletes de Valverde y Araújo

El clásico charrúa del Madrid-Barça: la amistad, las dos adolescencias y los brazaletes de Valverde y Araújo

El 23 de julio de 2015, Fede Valverde (Montevideo, 1998) debutó en el fútbol profesional uruguayo. Fue en un amistoso de pretemporada entre el Peñarol, el equipo de su adolescencia, y el Cruzeiro brasileño, celebrado en el estadio Atilio Paiva Olivera, un campo situado en la ciudad de Rivera, al norte de Uruguay, a unos metros de la frontera con Brasil.

Peñarol levanta pasiones en la mitad del país, repartiéndose el apoyo de la hinchada con Nacional, y el encuentro llamó la atención del público local, especialmente de los jóvenes futbolistas de la zona, que querían ver de cerca a algunas de las futuras estrellas de la selección. Sobre todos los demás, el centrocampista Fede Valverde, que unos meses antes, en mayo, había firmado un contrato con el Real Madrid. Tenía 17 años recién cumplidos y seguiría en Peñarol hasta alcanzar los 18.

Desde uno de los asientos de la grada, Ronald Araújo (Rivera, 1999), que vivía a unos metros del estadio y acababa de cumplir 16 años, observó el debut profesional de Valverde en el minuto 60 del encuentro. «Siempre que venía un equipo grande a jugar a nuestro departamento, nosotros íbamos a mirar, teníamos la oportunidad de ver jugadores. Y yo estaba en el estadio cuando entró y debutó Fede», recordó el defensa. Hoy se vuelven a medir en un clásico clave por la Liga. El Madrid, eufórico tras ganar en Manchester. El Barça, decaído después de caer ante el PSG.

Esa conexión entre Valverde y Araújo refleja dos realidades muy diferentes en su evolución futbolística. El del Madrid tuvo los focos sobre él desde sus inicios, formando parte de las categorías inferiores de Uruguay desde los 14 años, fichando por el Madrid a los 16, debutando con Peñarol a los 17, volando a España a los 18, cedido al Deportivo y debutando con la absoluta de Uruguay a los 19, afianzándose en el primer equipo del Madrid con 20...

Araújo, por su parte, creció en el equipo de su ciudad natal. Con 9 años llamó la atención de varios ojeadores e incluso llegó a tener una propuesta de Danubio, club de Montevideo, y de Boca Juniors, pero su familia no estaba dispuesta a separarse de él siendo tan pequeño. Así que siguió en casa, desde donde vio debutar a Fede Valverde. Quizás impulsado por la suerte de ese otro adolescente, Araújo dejó ese mismo verano el Huracán de Rivera y se mudó a la gran ciudad, a Montevideo, para fichar por el Rentistas, un equipo 'ascensor' del fútbol uruguayo. Dos años allí le sirvieron para que Boston River, también de la capital, se fijara en él. Doce meses en el club y sueño cumplido: Araújo fichó por el Barcelona 2019, con 20 años, y desde entonces nada volvería a ser igual.

El clásico de hoy es también el clásico charrúa porque mide a los dos grandes baluartes del fútbol uruguayo. El muro defensivo y el todoterreno del centro del campo, convertidos, 9 años después de aquella tarde de julio en Rivera, en futbolistas capitales de Real Madrid y Barcelona. Valverde será la temporada que viene uno de los cinco capitanes del conjunto blanco y ya es el capitán de Uruguay, y Araújo ya lleva el brazalete azulgrana, símbolo perfecto de su importancia dentro y fuera del terreno del juego para sus equipos.

Pero la rivalidad doméstica no impide que sean «muy amigos», como explican fuentes cercanas a ambos jugadores. Los orígenes de Valverde, a pesar del éxito deportivo, son también humildes, y dentro de la selección sus compañeros más cercanos son Araújo y Darwin Núñez.

La admiración es mutua. «Me fascina Araújo. Lo amo. Además es uruguayo y buen amigo mío», aseguró Valverde recientemente. «Enfrentarse con Fede en la Liga es duro, todos sabemos la calidad que tiene. Y después tenerlo en la selección es tremendo porque es un jugador excepcional. Nos da un salto de calidad», admitió Araújo el curso pasado. De Rivera al Bernabéu.

Ancelotti y las críticas por ser muy defensivo en Manchester: "No he encontrado a ningún madridista triste"

Ancelotti y las críticas por ser muy defensivo en Manchester: “No he encontrado a ningún madridista triste”

Superada la euforia por la victoria en los penaltis contra el Manchester City, Carlo Ancelotti apareció en la sala de prensa de la ciudad deportiva de Valdebebas un día antes de enfrentarse al Barcelona en un duelo vital por la Liga. Así, sin tiempo para mayores preocupaciones. "Estamos muy cerca... Será el clásico de siempre", admitió, sobre un rival al que ahora tiene a 8 puntos y podría enviar a 11 si consigue ganar.

"El pastel está preparado, falta poner la guinda este mes", reflexionó. Sobre el conjunto azulgrana, elogió la mezcla de juventud y experiencia tras la explosión de Yamal y Cubarsí. "Es importante, como hemos hecho nosotros, mezclar bien juventud y veteranía".

Recordando los penaltis y las sensaciones vividas en el Etihad Stadium, Ancelotti quiso salir al paso de las críticas por ser demasiado defensivo ante el City: "No me sorprende. Cada uno es libre de opinar. Hay que manejar bien tener la pelota y no tenerla y lo hicimos muy bien. No he encontrado ningún madridista triste todavía. Hay un dicho en España que me gusta mucho y voy a decir: 'háblame del mar, marinero...'", bromeó, y más tarde añadió sobre el sistema defensivo: "¿Cinco defensas? Lo descartamos de inicio, pero no durante el partido. Si hacen falta seis, siete, o jugar con dos porteros pues se hace. No descartamos nada".

Sobre la tanda, destacó a su cuerpo técnico, que siempre le hace "dudar" en su toma de decisiones, algo que es "positivo" y fruto de la "juventud". "Aportan mucho todos en el cuerpo técnico. Mucho entusiasmo, lo que es importante para mi edad".

De cara al clásico, Ancelotti confirmó que Militao "puede ser titular" y está pendiente de la situación de Ferland Mendy, que no se entrenó con el resto de sus compañeros por una sobrecarga. Viendo la cercanía del duelo ante el Bayern, en apenas 10 días, el italiano podría no forzar al francés. "Le falta algún día más", explicó.

Otro de los protagonistas del día fue Nacho, foco de varias noticias en las últimas horas por su futuro. Cuenta Marca que el defensa habría decidido dejar el conjunto blanco a final de esta temporada. "Su futuro lo decide él. Hizo un partido espectacular, del defensa de primer nivel que es. Hay que respetar sus decisiones, ya sabe lo que pensamos", respondió Ancelotti.

Dovbyk, Bellingham, Budimir, Lewandowski... ¿Camino del peor Pichichi del siglo XXI?

Dovbyk, Bellingham, Budimir, Lewandowski… ¿Camino del peor Pichichi del siglo XXI?

En la temporada 2001-2002, Diego Tristán marcó 21 goles para el Deportivo de La Coruña. La Liga se la llevó el Valencia y el mal momento doméstico de Real Madrid y Barcelona dejó la peor tabla anotadora del siglo XXI en el fútbol español. Justo nada más empezarlo. El atacante sevillano fue el único capaz de superar los 20 goles y se llevó el Trofeo Pichichi con la media más baja en cuanto a goles por partido de los últimos 30 años: 0,62. Ni Kluivert ni Morientes, ambos con 18 tantos, consiguieron darle caza. La escasez goleadora en el fútbol español era alarmante hasta que llegaron Ronaldo, Forlán, Eto'o, Ruud van Nistelrooy y, por supuesto, Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Pero 22 años después, el problema se repite.

El ucraniano Artem Dovbyk (17), seguido por Jude Bellingham (16) y Ante Budimir (15) pelean por el Pichichi de la Liga. El croata de Osasuna ya no podrá sumar más, pues en el partido ante el Valencia se fracturó tres costillas y es baja para lo que queda de temporada. A siete jornadas del final de la competición, estamos oficialmente cerca del peor Pichichi del siglo XXI.

Las salidas de Messi, Cristiano, Luis Suárez o Benzema y el bajón físico de Lewandowski, máximo goleador del curso pasado con 23 anotaciones en 34 encuentros (a 0,68 por partido) han dejado a la Liga huérfana de grandes goleadores. Messi y Cristiano son un caso único, goleadores insaciables más allá de su época que elevaron el techo del galardón del Pichichi a los 40 goles por temporada, pero el fútbol español siempre ha tenido referentes goleadores. Algo que ahora mismo pende de un hilo, y un hilo muy fino.

El ejemplo de Sorloth

Dovbyk recibe al Cádiz esta noche con el Girona. El ucraniano no veía puerta desde el 21 de enero, pero ante el Betis anotó un doblete que le elevó posiciones en la clasificación y el gol conseguido ante el Atlético le deja como líder en solitario. Bellingham intentará retomar su olfato goleador en el clásico de mañana en el Bernabéu, porque después de un inicio de curso extraordinario, sólo suma tres tantos en Liga en 2024, dos de ellos ante el Girona.

Budimir, por su parte, era el atacante más en forma del campeonato. Acumulaba seis goles en los últimos ocho encuentros y tenía muchas posibilidades de llevarse el trofeo, pero esa lesión le aparta de la carrera. Por detrás de todos ellos aparece Borja Mayoral, con 15, también lesionado hasta mayo tras romperse el menisco. Con 14 están Álvaro Morata, que lleva un gol en los últimos dos meses, y AlexanderSorloth, en plena racha, con seis goles en las últimas seis fechas.

El ejemplo del noruego del Villarreal sirve para todos: una racha buena te mete de lleno en la pelea. Que se lo digan al azulgrana Lewandowski, que entre octubre y enero sólo marcó tres goles y al que su buen febrero, unido al tanto en el Metropolitano, le ha elevado a los 13 tantos, a cuatro de revalidar el Pichichi. En la pelea están todavía Guruzeta y Griezmann (13), Vinicius y Hugo Duro (12), y han bajado un escalón delanteros que otros años se han codeado con los mejores, como Gerard Moreno (10).

Juanito y Da Silva

La realidad, pese a todo, es que gane quien gane el premio será uno de los más baratos, o el que más, del siglo. A estas alturas del curso pasado, transcurridas 31 jornadas, Lewandowski llevaba 18 goles y acabó con 23 tras un buen tramo final. En la 21-22, Benzema ya llevaba 24, y si nos vamos a los años buenos de Cristiano y Messi, el portugués y el argentino ya habían superado los 25 o los 30 a estas alturas de varias de sus temporadas. Hay que remontarse de nuevo a esa 01-02 para encontrar un Pichichi tan rácano en la jornada 32. En esa campaña, Morientes y Kluivert lideraban con 16 tantos, por 15 de Tristán, que remontó al final hasta los 21 que le dieron el trofeo.

Hay que viajar todavía más al pasado para descubrir una jornada 32 peor que la actual a nivel goleador. En la 1990-1991, Manolo, delantero del Atlético, acumulaba 15 tantos, uno menos que los Pichichis actuales, mientras que Butragueño, que acabó siendo Pichichi con 19, sumaba sólo 10. El Buitre despertó al final y logró evitar ser el peor máximo goleador de los últimos 50 años en la Liga, mención que todavía tienen sobre sus hombros Juanito y Jorge Polilla Da Silva, que anotaron 17 en la 83-84.

Dovbyk, Bellingham, Morata o Lewandowski intentarán esquivar en estas últimas siete jornadas pasar a la historia como el peor Pichichi del siglo XXI (necesitan llegar a 22) o el peor de los últimos 50 años.

El viaje de Lunin, el gigante "misterioso", el héroe inesperado: "Frío y profesional, vive para entrenar"

El viaje de Lunin, el gigante “misterioso”, el héroe inesperado: “Frío y profesional, vive para entrenar”

Aunque no lo mostrara con gestos ni emociones, en los pasillos del Etihad Stadium de Manchester no había un hombre más feliz que Andriy Lunin (Krasnohrad, Ucrania, 1999). Tampoco uno cuyo destino hubiera cambiado tanto durante estos meses. No se suponía que el ucraniano se convirtiera en héroe de la temporada del Madrid. No lo planeó así el propio club, que cuando Thibaut Courtois se lesionó firmó a Kepa Arrizabalaga. Ni el propio Carlo Ancelotti, que entregó la titularidad al portero español nada más llegar a Valdebebas.

Pero el miércoles, en la cima de la máxima competición continental, Lunin demostró que él también tenía un traje de superhéroe en el bolsillo. Como El Soldado de Invierno, compañero del Capitán América al que mantienen crionizado durante años y que cuando despierta apenas muestra signos de personalidad humana. Alguna broma así, siempre con cariño, recibe el ucraniano en Valdebebas, con la celebración del triunfo ante el City como último ejemplo. Cuando Rüdiger marcó, el alemán comenzó a correr fuera de sí hacia sus compañeros. Y a unos metros, Lunin caminaba tranquilo hacia ellos. Ni un salto, ni un puño en alto, casi ni un grito. «Todos me conocen, saben que soy un hombre tranquilo, pero os puedo garantizar que soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo», admitía en la zona mixta del estadio.

Como El Soldado de Invierno, Lunin ha estado durante años petrificado a la sombra de Courtois, intercalando cesiones poco fructíferas con largos meses en el banquillo. Primero Leganés, luego Valladolid, más tarde Oviedo... Equipos en los que sólo sumó 29 partidos en tres temporadas. Después de la pandemia, el conjunto blanco decidió que la mejor opción era continuar con su progresión en Valdebebas, acompañando a Courtois en los entrenamientos y recibiendo oportunidades en la Copa del Rey y en los momentos ligueros en los que el belga no pudiera participar: Un partido en la 20-21, 4 en la 21-22, 12 en la 22-23 y 19 en este curso, donde le ha ganado a Kepa una batalla en la que partía en desventaja.

Sus formas cuando Ancelotti eligió a Kepa

Disputó los dos primeros partidos de la Liga, justo después de la lesión de su compañero, pero cuando llegó Kepa pasó 13 seguidos en el banquillo. Casi tres meses, entre agosto y noviembre, en los que no levantó la voz. Otro en su situación podría haber reclamado un trato diferente, podría haber recordado que quien ha estado años esperando la oportunidad era él y no otro, pero Lunin, siempre «frío, tímido y profesional», como destacan en el club, mantuvo las formas, el trabajo diario y el respeto por Kepa y sus técnicos.

La lesión del español le volvió a dar una oportunidad y no la dejó escapar. Tras unas semanas de baile en la portería, Ancelotti confirmó que el ucraniano era su portero titular. Una confianza que en el Etihad encontró su recompensa.

Los datos de Manchester

El asedio del City sobre la portería madridista fue constante. Recibió 34 disparos, 11 de ellos a puerta, superando los 16 y 8 del 4-0 del año pasado o los 9 y 6 que le lanzaron a Courtois en la final de la Champions contra el Liverpool, dos de las últimas agonías vividas por el Madrid en Europa. Lunin lo detuvo todo salvo el empate de De Bruyne, imparable tras el error de un Rüdiger que luego también fue héroe.

En el vestuario, el ucraniano asume el triunfo, pero no quiere medallas. «No soy un héroe», repetía en el Etihad. Una palabra que para él tiene otro significado desde la invasión rusa en Ucrania. Héroes son otros. La guerra le ha influido porque tiene a su familia allí, pero no ha querido perderse entrenamientos ni partidos por ella a pesar de que el Madrid se lo ofreció en su momento.

El interior de Lunin es «casi un misterio», bromean en la ciudad deportiva, donde los más veteranos también le comparan con Clint Eastwood en alguna película del Oeste. «Es muy serio, vive para entrenar», relatan. Casado y con un hijo pequeño, a sus 25 años se enfrenta a una decisión clave en su carrera: renovar o no con el Madrid.

Tiene contrato hasta 2025 y se ha revalorizado en los últimos meses, multiplicando por cuatro su valor de mercado: de 4 a 16 millones. El Madrid no le quiere perder hasta ver cómo vuelve Courtois, pero el ucraniano querrá minutos después de su buen año. «A final de temporada hablaremos de papeles», contestó contundente El Soldado de Invierno.