El Barça sentencia la Liga de los valientes frente a un Mbappé que golea sobre las ruinas del Madrid

El Barça sentencia la Liga de los valientes frente a un Mbappé que golea sobre las ruinas del Madrid

Es bueno sentir miedo, identificarlo en nosotros, porque es el primer paso para enfrentarlo. Quienes dicen no padecerlo, mienten. El Barça lo sentía, como demostró en una puesta en escena titubeante, imprecisa, de la que el Madrid se aprovechó, ya que nadie juega como el equipo blanco en el desfiladero de las dudas. Mbappé ponía nombre por dos veces al martirio de Montjuïc. No era un nombre cualquiera, era un nombre que da miedo. El hat trick del francés, en cambio, ya no provocó el mismo. Todo había cambiado por aquello que decía Umberto Eco, y es que nada da más valor al miedo que el miedo de los demás. [Narración y estadísticas, 4-3]

A ese otro miedo se empleó el Barça con una carga colosal, poseídos sus futbolistas por una determinación que ya habían exhibido ante el Inter, pero el Inter es un grandísimo equipo y el Madrid es un equipo que se sostiene de pie sobre las ruinas gracias a su orgullo. A Xabi Alonso corresponde la reconstrucción, porque el Año I de Mbappé, pese a este buen epílogo del francés, ha sido el año del derrumbe. Hansi Flick ha llevado a cabo la del Barcelona en una sola temporada para ganar los cuatro clásicos a su rival, al que ha marcado 16 goles, y levantar la Supercopa y la Copa, a la espera de aupar la Liga de los valientes, sentenciada en Montjuïc. Los valientes no niegan el miedo. Lo enfrentan.

Ancelotti y Flick.

Ancelotti y Flick.LLUIS GENEAFP

El liderazgo de Lamine Yamal

Valientes y jóvenes, dos características que personifica Lamine Yamal. Dueño de un acto de liderazgo, personalidad y madurez en los dos duelos frente al Inter, volvió a ser decisivo ante el Madrid con el gol de un empate que devolvía la línea de flotación al Barcelona. Un golpeo preciso, colocado, teledirigido por una mente privilegiada y un pie humano calibrado como un pie de rey, la herramienta de las pulgadas. Lo utiliza en los goles como en los pases, horizontales o verticales, siempre al lugar sensible.

Necesitaban los azulgrana esa aparición después de las apariciones en el área contraria de Mbappé. Es el duelo que viene, en los clásicos, en el Mundial del próximo año y hasta en el Balón de Oro. Para el francés, el Pichichi que lidera con sus tres tantos en Montjuïc únicamente sirve para redimirle numéricamente. El año más esperado ha sido un mal año en un mal Madrid, caído con estrépito en la Champions, cuya final disputara el PSG. El destino siempre nos reserva sorpresas, a veces macabras.Es caprichoso.

Mbappé, abatido, en Montjuïc.

Mbappé, abatido, en Montjuïc.LLUIS GENEAFP

Mbappé fue objeto de penalti, lo marcó y resultó mortal al contraataque, antes de la reacción del Barcelona. En el tercero, el decorado había cambiado, con los azulgrana por delante en el marcador y en el campo. Eso gol, sin embargo, sirvió para ofrecer otro final de thriller a un clásico, con manos polémicas, de Tchoauméni y Fermín, y el no gol que soñaría todo canterano. Lo falló Víctor Múñoz, un catalán de blanco.

Más no se le podía pedir a Mbappé en un duelo clave. No siempre fue así. No basta con llenar de goles el granero, sino saber que hay días que se deben abrir sus puertas de par en par. Lamine parece tenerlo claro, aunque el Inter superara su calidad con un mejor planteamiento colectivo. El Barça se equivocó ese día al señalar al árbitro. Se había hecho grande en el campo, pese a la derrota, y se hizo pequeño en la sala de prensa o en el palco del presidente. Laporta tuvo el acierto de escoger a Flick, no se le puede negar. Ahora lo mejor es estar calladito. Ante el Madrid, el Barça volvió a hacerse grande, campeón. Una victoria ante el Espanyol, el jueves, le daría el título, con independencia de lo que haga el Madrid.

El técnico alemán tomó una decisión que era un mensaje a su equipo, al escoger el mismo once que en el Giuseppe Meazza. Ni una duda sobre los elegidos, pese a la interinidad de los laterales, Eric García y Gerard Martín. El primero repitió el guion, al marcar el primer tanto de los suyos después de recibir dos. Tras el exilio en Girona, Eric García se ha ganado un rol en este Barça gracias a su polivalencia y competitividad. El remate, a bocajarro, llegaba en la zona de los centrales, a la que no le había bastado que Valverde se convirtiera en uno más en posición defensiva, junto a Tchouaméni y Asencio. En Montjuïc fue, como en tantos otros lugares, la zona cero del Madrid.

Presión frenética

La frenética presión tras pérdida del Barcelona, un síntoma que conecta a este equipo con el que edificó Guardiola en el Camp Nou, resultó insostenible para el Madrid, que no pudo alcanzar siquiera el descanso con el empate. La dinámica llevó a errores, como el de Ceballos y Mbappé, que dejó a Raphinha en vertical. La combinación con Ferran Torres, perfecta, ofreció el gol a brasileño, que volvió a ampliar la ventaja antes de irse al vestuario.

Ancelotti había optado por un 4-4-2 para insertar a Güler, el futbolista de las dos caras. En Montjuïc ofreció de nuevo la peor, superado por la atmósfera y, posiblemente, por el sometimiento de su propio equipo. El turco es un talento que pide un entrenador que lo entienda. Veremos si es Xabi Alonso. Güler cayó en el descanso, como Ceballos, para dar entrada a Modric y Brahim. El croata siempre hace mejor el lugar por donde pasa, facilitado por un Barça que se tomó un respiro. Eso siempre es peligroso ante el Madrid, que en una contra volvió a presentar a Mbappé ante la portería de Sczcesny. El polaco perdió ese duelo para permitir el hat trick al francés, pero ganó el siguiente. Una buena forma de acabar después de empezar con un penalti que pudo gestionar de otro modo.

Vinicius dio el último pase a Mbappé antes de irse lesionado. Nada más que reseñar en su haber, en un pobre e irregular año. Los cantos de Arabia han sido como los de las sirenas para este Ulises del área. Mal asunto. Necesita volver al principio, mientras Mbappé necesita que este final sea su principio en un nuevo ciclo que debería empezar en el Mundial de clubes, si el Madrid convence a Xabi Alonso. En la cita no estará el Barça, aunque nadie vestido de azulgrana, hoy, lo lamenta, salvo por la caja del club. El esplendor está en la hierba.

Flick, tras la victoria ante el Madrid en el clásico: "Todavía no nos sentimos campeones"

Flick, tras la victoria ante el Madrid en el clásico: “Todavía no nos sentimos campeones”

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 19:49

Hansi Flick es de los que prefiere tener los pies en el suelo. Por mucho que sus jugadores celebraran sobre el césped con su afición un triunfo ante el Real Madrid que los coloca a dos puntos de hacerse con el título de Liga, el entrenador del Barça prefirió rebajar la euforia. "No nos sentimos campeones todavía. Estaría bien conseguir tres títulos, pero aún tenemos una victoria más que sacar", señaló el alemán en declaraciones a Movistar nada más terminar el partido. Si el conjunto de Ancelotti no logra vencer al Mallorca en el Bernabéu el próximo miércoles, o si los azulgrana se imponen al Espanyol en Cornellà-El Prat el jueves, con todo, la Liga ya estará matemáticamente en manos de la entidad barcelonista.

El germano, eso sí, no dudó tampoco a la hora de celebrar el triunfo conquistado ante el eterno rival, el cuarto consecutivo esta temporada, por mucho que durante muchas fases del duelo la victoria no estuviera precisamente del todo clara. "Esto va para los aficionados y para los jugadores. Es fantástico. El Madrid tiene un gran equipo, pero hemos conseguido remontar un 0-2. Y todo, después del partido de Milán, después de más de 120 minutos. No era fácil lidiar con eso y creo que lo hemos hecho muy bien, aunque me temo que tendré que ir a que me revisen el corazón", apuntó un Flick que asumió que los suyos tienen fallos pendientes de corregir. Sobre todo, en lo que respecta a la faceta defensiva.

"Pienso que hay que mejorar mucho en defensa. Cuando presionamos, todo va bien, pero cuando cometes un error, especialmente en ese primer gol que encajamos, se complica todo, aunque también es verdad que el equipo toma buenas decisiones a nivel colectivo y que teníamos grandes jugadores enfrente. No es excusa, pero jugando cada tres días no es fácil entrenar este tipo de cosas. Lo que está claro es que hay que mejorar y ya pensamos en la pretemporada para pulir todo esto", recalcó.

El técnico admitió además que vivió el duelo con cierta tensión. "Había muchas emociones en el banquillo, muchas decisiones a tomar. Con el penalti o el último gol pienso que podríamos haber dado un paso más adelante, pero con el 4-3 logramos la victoria de todos modos y eso al fin y al cabo es lo que queríamos", señaló después en rueda de prensa dejando caer, como quien no quiere la cosa, su descontento con las últimas dos decisiones de Hernández Hernández tanto en el área madridista como en sus inmediaciones en la recta final del partido.

Lamine Yamal

Lamine Yamal, cómo no, se llevó también muchos de sus elogios. "No es solo un chico, creedme. Tiene confianza, cree en lo que puede hacer y es muy inteligente. Para mí, lo importante era que todo el mundo mirara hacia el clásico después de lo que pasó en Milán, sin olvidar tampoco ese partido. Marco un gol muy importante, nos ayudó a remontar y, con 17 años, tiene una calidad muy alta", recalcó el alemán.

El de Rocafonda, poco antes, ya había hecho suyo parte de ese discurso. "Era un partido muy importante y la distancia que tenemos ahora también lo es. Sobre todo, después del partido de Champions, que ya está olvidado. Ahora toca disfrutar, aunque tenemos que corregir esos goles que regalamos al final, porque no nos crearon ocasiones muy claras", apuntó el delantero quien, a pesar de todo, tiene la máxima competición europea muy en mente. "La Champions se juega cada año y lo intentaremos hasta que la ganemos, pero lo importante era ganar este clásico para acercarnos más al título de Liga", sentenció en Movistar.

Mbappé, solo ante el Barça

Mbappé, solo ante el Barça

Un increíble y maravilloso Mbappé no pudo solo contra el Barça. La descomposición final de Ancellotti raspó el bochorno. Fue por su desacertada alineación ante un Barça, que precisamente no llega a este final como un gran triunfador. Hasta había provocado cierta histeria general.

El equipo de Flick terminó pidiendo la hora. Casi muerto físicamente, no supo lograr un tanto en el segundo tiempo y se escurrió entre la mediocridad orquestal de su ridículo sistema defensivo, que es una hemorragia total de fallos y de un desorden grotesco.

El final incluso pudo ser madridista. Y es que, aunque resulte un disparate, pudo ganar en los últimos minutos ante un Barcelona acogotado, mezquino y con la memoria del día de San Siro para terminar el choque en manos del rival.

Pero con Ancelotti son demasiados los errores. ¿Cuántas veces hemos denunciado que Lucas Vázquez no puede jugar de nada? Se empeña trágicamente el italiano, porque quiere demostrar a la Casa Blanca que se equivocaron al no fichar a nadie en defensa.

Y eso es verdad. Nadie dirá ahora que este descuartizado equipo puede ganar el esperpento del Mundialito. Máxime cuando hizo un ridículo partido en defensa, con Vázquez, que regaló dos goles, y uno más de un torpe y acabado Ceballos.

El Madrid sólo jugó con Mbappé, contra todo el venerado Barcelona. Pudo hacer hasta cinco goles. Es asombrosa su peligrosidad, su tino ante el gol. Parecía que jugaba un sólo jugador contra todo el mundo azulgrana. Impresionante.

Él no es es defensa, no puede hacer nada con la desfachatez de retaguardia y con un Bellingham absolutamente perdido en la niebla, un Fran Garcia que no da la talla y un combinado perverso de brasileños de Ancelotti.

La salida de Ancelotti es tardía. Alguien tiene que decirle a Florentino que los jugadores reniegan cuando saben que el técnico no va a seguir. Pecado mortal que no lo hubiera despedido con aquel cuatro a cero al comienzo de la temporada, con un Barcelona que lo ridiculizó hasta ser un pelele.

Nadie puede creer ahora que Xabi Alonso, con estos jugadores, haga un milagro en Miami. Más le vale a la Casa Blanca que piense que es un equipo al que le sobran nada menos que Vinicius, Rodrygo y Bellingham, entre los famosos

Yo los podría a la venta. Tienen mercado y son un disparate más, como el actual fútbol de Brasil. Bellingham parece un fantasma que juega de espaldas. Claro que Arda Güler estuvo mal. Si es que lo hizo jugar de lateral derecho para socorrer al mediocre Lucas Váquez. Incluso no le dejó jugar en el centro del campo.

Este nuevo episodio de un Madrid burlesco, lo desacredita hasta la infamia. Hay que limpiar la plantilla y se van a necesitar cientos de millones. Para ayudar a un Mbappé desamparado por la mitad del equipo. Es absolutamente indecente lo que le han hecho al francés

Tangos del clásico

Tangos del clásico

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 19:04

Con los pies en Montjuïc y la cabeza en Maracaná, vivió Ancelotti el último clásico español de clubes de su vida. Nunca lo olvidará por último y por enloquecido. Un duelo delirante en goles, incluso los anulados, y en ocasiones frustradas que mostró las virtudes y los defectos de ambos equipos a lo largo del curso. Un impresionante caudal ofensivo y una excesiva permeabilidad defensiva. En el Barça, a resultas del sistema. En el Madrid, como consecuencia de las deficiencias causadas en gran medida por las lesiones en la línea.

El siguiente clásico de Ancelotti será americano, de selecciones y contra Argentina, que desde hace un siglo ha exportado al mundo sus dos productos estrella: el fútbol y el tango. Y, de 2013 a 2025, un Papa futbolero con apellido italiano, como el de los futbolistas. Muchísimos futbolistas argentinos tienen apellidos italianos. Sin ir más lejos, Ancelotti, nacido en Reggiolo, podría haber nacido en Tucumán. Solari, su sucesor temporal mientras llega Xabi, nació en Rosario. Podía haberlo hecho en Pescara.

"Nostalgia", cantaba en 1935 Carlitos (Carletto) Gardel. El Barça, que tuvo a Maradona y a Messi, carece de argentinos en la plantilla. Una rareza actual, pero no histórica: el club ha importado, en general, poco producto de allá. El Madrid, que tuvo a Di Stéfano, lo mismo. Una anomalía histórica en quien ha mirado mucho hacia el Río de la Plata. Ahora el Barça tiende a volverse hacia Europa y tira de La Masía. El Madrid pesca en todas partes menos en casa.

En 1935 cantaba Carlitos "Por una cabeza", uno de sus tangos más célebres. En las carreras de caballos se gana o se pierde a menudo por una cabeza. En el tango gardeliano se perdía, metáfora hípica de esas derrotas en la vida que, precisamente por ajustadas, o sea, evitables, más fruto de la mala suerte que de la mala práctica, marcan para siempre de un modo aún más indeleble.

Por la mínima

Hace unos días, en un martes de fatalismo tanguero, el Barça perdió por un gol la semifinal de la Champions. Y, por un punto, el acceso a la Final Four de baloncesto. El deporte es con frecuencia una empresa de máximos resuelta con un desenlace de mínimos. Se pierde o se gana por una cabeza, por un gol, por un punto, por un tubular, por un centímetro, por una centésima.

Ancelotti, que posee una cuadra de caballos de carreras, sabe lo que es ganar y perder por una cabeza. Entre ellas la suya, que ya había rodado antes del encuentro. Hace unas semanas entonó su propio tango: "Adiós, muchachos", aunque con algunos se reencontrará en Brasil. Y con Raphinha. El fútbol es un pañuelo.

En un trascendental partido sin, pues, argentinos (están casi todos en el Atleti cebando mate e interpretando a coro "Arrabal amargo"), el Barça amarró la Liga y dejó al Madrid fané y descangayado. La obligada sustitución de Vinicius por Víctor Muñoz resumió la imposibilidad de que el Madrid venciese. No entregó el partido (de hecho, casi lo empata el chaval), pero envió un mensaje de impotencia metafísica. Los hinchas de los dos equipos pueden cantar el mismo tango: "Esta noche me emborracho".

Los del Barça para celebrarlo. Los del Madrid para tratar de olvidar.

La locura y la polémica del clásico: dos revisiones del VAR, tres goles anulados y los "regalos" que mataron al Madrid de Ancelotti en 20 minutos

La locura y la polémica del clásico: dos revisiones del VAR, tres goles anulados y los “regalos” que mataron al Madrid de Ancelotti en 20 minutos

El Barcelona le ha metido 16 goles al Real Madrid en los cuatro clásicos oficiales de esta temporada. Cuatro en la ida liguera, cinco en Arabia, tres en la final de Copa y cuatro en el duelo decisivo de Montjuic que decidió el título. Un encuentro loco marcado por la rápida ventaja del Madrid (0-2 en el minuto 14) y por la instantánea reacción culé: 3-2 en el minuto 34. Es decir, los de Flick, en una cita vital por la Liga, remontaron a su eterno rival en 20 minutos. 20 minutos que fueron la tumba de este Madrid de Carlo Ancelotti. Su última piedra en el banquillo.

El conjunto blanco, con toda una semana libre para preparar el duelo, dio un fugaz paso adelante hacia el título con los dos tantos de Mbappé, el primero de penalti (el más tempranero en un clásico desde 1997) y el segundo tras un buen desmarque a la espalda de la defensa culé que le sirvieron para situarse líder del Pichichi con 25 (luego 26) y para superar a Zamorano como debutante con más goles en su debut en el Madrid. Pero fue un espejismo. Los de Ancelotti, con una defensa plagada de bajas, se replegaron en área propia y dejaron respirar con balón al Barça, que disfrutó dominando a su antojo a su rival.

Ancelotti pedía calma mientras sus futbolistas daban pasos hacia atrás, incapaces de presionar a sus rivales. Valverde, desesperado, arengaba a sus compañeros, pero no sirvió de nada. Y eso que el italiano había alineado a un centrocampista más, Güler en lugar de Rodrygo, para tratar de tener más balón. No funcionó.

El Barça fue una apisonadora. Marcó en el 19, en el 32 y en el 34 para ponerse la Liga en bandeja. Hubo algo de polémica con el VAR, pero los goles lo taparon todo. Los árbitros revisaron el penalti del 0-1 por posible fuera de juego de Mbappé, pero entendieron que el galo no intervino en el inicio de la jugada antes del error de Cubarsí en el control. En el 0-2, los azulgrana pidieron falta a Lamine antes del tanto, pero no hubo nada. Y al filo del descanso, ya con 3-2 y antes del error de Lucas en el 4-2 de Raphinha, Hernández Hernández anuló un penalti de De Jong sobre Mbappé por fuera de juego previo mientras la grada cantaba "Florentino, hijo de puta". Antes del partido, la afición culé había mostrado carteles en los que el presidente del Madrid y el de la Liga.

Hubo tiempo para otra revisión y también con Mbappé como protagonista, al anularle el colegiado un tanto por fuera de juego. El Madrid veía que era posible hacer daño al Barça en ataque, pero su defensa hizo aguas y el descanso llegó con el segundo mayor número de goles en la historia de estos duelos.

"En esos minutos de la primera parte hemos tenido errores evidentes que nos han costado los goles. Hemos regalado oportunidades. Se podía defender mejor, pero no hay que olvidar que estamos sin cinco defensas", recordó Ancelotti sobre las bajas de Carvajal, Rüdiger, Militao, Alaba y Mendy.

Gol y polémica

Tras el descanso, un gol y más polémica. Vinicius y Mbappé encontraron la espalda de la defensa en el 69 y el Madrid tuvo media hora para poder apretar y soñar con la Liga, pero tampoco funcionó.

Más tarde, polémica. Hernández Hernández revisó durante dos minutos en el VAR una mano de Tchouaméni en el área que finalmente no concedió como penalti, provocando el cántico de la grada: "La Liga es una mafia".

El canterano Víctor Muñoz tuvo una clarísima para empatar, pero falló. Como Mbappé, que vio cómo el colegiado le anulaba otro gol por fuera de juego. Fermín metió el quinto de los azulgrana, pero Hernández Hernández, en la segunda consulta de la tarde a la pantalla, anuló por tercera vez un gol tras los dos de Mbappé.

A siete puntos del Barça, la realidad del Madrid se traslada ahora al futuro sobre el banquillo. "Nada que reprochar de actitud y compromiso. Ha sido un partido igualado y lo hemos competido. Hay que intentar ganar los tres que quedan", dijo el técnico.

Mil maneras de ganarle al Madrid

Mil maneras de ganarle al Madrid

Una de mis escenas favoritas de Margin Call, una peli que va sobre la quiebra de Lehman Brothers y el encendido de la crisis financiera, es cuando Jeremy Irons, director general de la compañía, se asoma a la ventana desde la que se ve un Nueva York amaneciendo, y le confiesa a un subordinado que él no ha llegado tan arriba por ser el más listo, sino por saber cuándo la música deja de sonar, y que ahora no se oye nada.

Florentino Pérez, desde el despacho de un rascacielos de ACS, o algo salí, debió despedir al staff técnico de Ancelotti explicándole lo mismo. Que usted puede que no llegue a dirigir Lehman Brothers, pero sabe que la melodía ha cambiado desde hace algún tiempo, ya sea en un Clásico o en un parque infantil, donde el niño que se ponía la camiseta de Bellingham de repente ha aparecido con una de Lamine.

Nada que no haya contado antes Hegel en su dialéctica del amo y el siervo, porque no hay imperios eternos, y el del Madrid se muere mientras pasa ante sus ojos una repetición de los mejores fallos arbitrales de Real Madrid TV.

Los blancos en Barcelona no pudieron ser más fieles a su estilo, por lo menos en los primeros minutos. No había hecho nada y ya ganaba cero dos. Como tantas otras veces en las que parecía encargar las copas de Europa desde el sofá, como quien pide un Glovo.

El Barça repitió el mismo once que en Milán porque todo lo que puede salir muy bien sale muy bien, aunque se pierda. Y encajó dos goles, como siempre, o como quien se toma dos cañas antes de salir de casa, para entonarse.

Mbappé se fue al Madrid para ganar la Champions, sin que a nadie se le pasara por la cabeza que el PSG le vendía por el mismo motivo, porque nadie presta atención a las necesidades de los demás cuando se habla de las necesidades del Real Madrid. De momento, lo ha hecho para intentar ganar el Pichichi y chocar brillantemente contra Ceballos.

Pero no todo es malo para el Madrid. Ancelotti, a la cuarta, ya sabe lo que es casi empatarle al Barça, pero dicen que llega Xabi Alonso, que aún tenemos que ver si sabe ganarle al Getafe. De las cuatro victorias del Barça de Flick al Madrid de Ancelotti, quizá en esta se hizo más evidente, el Barça que se ha perdido la historia del fútbol de no haber llegado a este Clásico deprimido y exhausto.

Muere Fabrizio Borra, histórico fisioterapeuta y amigo personal de Fernando Alonso

Muere Fabrizio Borra, histórico fisioterapeuta y amigo personal de Fernando Alonso

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 18:27

El italiano Fabrizio Borra, histórico fisioterapeuta y amigo personal del doble campeón del mundo de Fórmula Uno español Fernando Alonso, falleció este domingo, a los 64 años, a causa de una larga enfermedad.

Borra acompañó a Alonso desde sus comienzos en la F1, allá por 2001, cuando el doble campeón mundial asturiano debutó en la categoría reina con Minardi; y, desde entonces, participó de todos sus grandes éxitos deportivos, alternándose en sus funciones de fisioterapeuta con su colega y compatriota Edoardo Bendinelli.

Uno de los grandes expertos en su ámbito y siempre de trato amable, 'Fabri' no sólo era uno de los profesionales más contrastados, sino una de las personas más respetadas y queridas en el 'paddock' de la F1, representantes de los medios de información incluidos.

Alonso -con 32 victorias y 106 podios en la F1; y en una segunda juventud a los 43 años- mostró su profundo dolor por el fallecimiento de su 'fisio' y amigo de forma pública a través de las redes sociales.

"Te echaré de menos, Fabri. Cada día. Gracias por haberme enseñado tanto y por haberme hecho una persona y un deportista mejor", escribió, en italiano y en su perfil de IG, Alonso tras conocer la triste noticia.

"Toda mi carrera a tu lado ha sido la mayor suerte que pude haber tenido. Descansa en Paz, hermano", manifestó el doble campeón del mundo asturiano en referencia a Borra

El idilio de Mads Pedersen con Albania: recupera el rosa tras ganar su segunda etapa

El idilio de Mads Pedersen con Albania: recupera el rosa tras ganar su segunda etapa

Del rosa al rosa pasando por el ciclamino. Mads Pedersen recuperó el liderato en una etapa, ésta sí, de clásica transición, entre Vlorë y Vlorë. La carrera ha ido dando vueltas por Albania por los mismos sitios. La etapa, no obstante, prometía, si es que había interés por parte de algunos secundarios, de mover la carrera.

Lo hubo por parte de un grupito acaudillado por Joshua Tarling y formado, además, por Lorenzo Germani, Mark Donovan y Chris Hamilton, a los que más tarde se unirían Alessandro Tonelli y Dries de Bondt, que no pasó de los tres minutos de ventaja sobre un pelotón tranquilo pero alerta. Era un intento abocado al fracaso.

A esos aventureros los alcanzaron Lorenzo Fortunato y Pello Bilbao, que coronaron por ese orden la dificultad del día, el puerto de Llogarasë, de segunda, 10 kms. a una media del 7%. Estaba demasiado lejos de la llegada, a casi 50 kms., la mitad de ellos, más o menos, de bajada, para resultar decisivo. En ese tramo murió el intento de Pello y Fortunato.

Pero, en cierto modo, el puerto sí fue decisivo. Mostró el interés del Lidl-Trek por eliminar a los velocistas, en beneficio de Pedersen, y también el del Red Bull-Bora de que el asunto no se descontrolase y se le fuera de las manos. Y también el de UAE de Ayuso. En resumidas cuentas, los equipos de los favoritos. El Bora defendía el liderato de Roglic, pero no demasiado. Si lo conservaba, bien. Si no, no pasaba nada. Pedersen es un líder temporal, y su trono rosáceo, una estación de paso.

Eliminados, pues, los velocistas, el danés ganó en un sprint limpio y algo ajustado al neozelandés Corbin Strong y al venezolano Orluis Aular (Movistar), otra vez tercero.

El Giro abandona este lunes Albania y entra en Italia con una etapa entre Aberobello y Lecce. Con toda probabilidad se la llevará un sprinter.

Los Celtics y la línea

Los Celtics y la línea

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 17:47

No sabemos quien ganará la NBA, cada año menos hay menos favoritos. Los Celtics, el vigente campeón, incluso dominando 25 puntos arriba, no se fía de ventajas altas: estás a tres ataques triplosos de que el parcial deje tiritando lo que antes era un partido solucionado.

Para saber más

Indiana, Cleveland y Oklahoma son mercados pequeños que han hecho buena o muy buena Liga Regular. Sin líderes globales, pese a que Shai Gilgeous-Alexander fue elegido MVP. Podríamos ver a cualquiera de estas tres franquicias en la final. Lo cual habla bien del sistema retributivo de posibilidades competitivas. Incluso del económico. La agenda setting nos hace creer que en Europa todos los equipos están en números rojos y en USA todos obtienen grandes beneficios. No es así. Hay franquicias con números muy justos, incluso en pérdidas (las menos), a los que los principales mercados equilibran sus pérdidas operativas con el revenue sharing, una bolsa económica de reparto. Por lo que sea, la camiseta de los Hornets no es muy comprada...

Los Nuggets de Jokic, los lobos de Anthony Edwards, el crepúsculo de los Warriors y hasta los Knicks... también podrían plantarse en junio. Nadie va 3-0. El sobreuso de la línea de tres puntos ha ayudado a eliminar el factor del gigante dominador. Los equilibrios center-pequeños ya no son tan determinantes. El Joker juega tanto de cara como de espaldas. La supervivencia del porcentaje de acierto de tres siempre está peligrosamente unida al suicidio de los Deep threes. Casi todos saben tirar, no todos pueden meter cuando llega mayo y junio.

La gran línea económica de la NBA la marca la compensación gigante por sus derechos audiovisuales y el escaparate en social media. 11 años de contrato sí que es tirar de larga distancia sin miedo. Pueden lanzar el triple de la NBA Europa y proyectos similares. Es la naturaleza americana, emprender sin miedo al fracaso, la conquista del salvaje fiscalmente oeste/este euroasiático.

Mientras Tatum, Jaylen, Jrue, Horford y White siguen usando los triples contra unos Knicks que viven permanentemente en espíritu de remontada: se dirime una batalla futura por el estilo. Si los Celtics dan la vuelta a la eliminatoria, llegan a la final y la ganan, la identidad multiusos se impondrá por segundo año y con amenaza de dinastía.

En los 80 le preguntaron al Comisionado en el cargo si un Celtics-Lakers era lo que quería la NBA por audiencias y respondió sagazmente que mejor un Lakers vs Lakers. 30 años después se puede seguir con grandes datos de audiencia en redes el Mavs vs Mavs por el traspaso de Doncic, atenuado por el debate interno en los Lakers sobre la idoneidad de LeBron más Doncic cuando las defensas también son importantes para ganar eliminatorias. Estar todo un equipo en la misma línea de sacrificio colectivo sin que el entrenador pueda levantar demasiado la voz. Nada sencilla tarea.

Los talibanes prohíben el ajedrez en Afganistán por "objeciones religiosas respecto al juego"

Los talibanes prohíben el ajedrez en Afganistán por “objeciones religiosas respecto al juego”

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 16:05

El ajedrez ha sido prohibido oficialmente en Afganistán, según un funcionario del Comité Olímpico Nacional de Afganistán.

La decisión ha sido confirmada por Atal Mashwani, portavoz del Comité Olímpico Nacional de Afganistán, quien ha indicado que la suspensión estará vigente "por un tiempo indefinido" y se debe a "preocupaciones religiosas respecto al juego".

La suspensión se produce en medio de un mayor escrutinio de diversas actividades por parte de las autoridades talibanas y refleja la creciente influencia de las interpretaciones conservadoras de la ley islámica en las actividades deportivas afganas.

Algunos eruditos islámicos afirman que los deportes que se ajustan a los principios islámicos no solo son permisibles, sino que en algunos casos incluso se fomentan. Por ello, las perspectivas religiosas han apoyado cada vez más la promoción de las actividades físicas y mentales.

"Todos los deportes que no perjudiquen la salud, no atenten contra la dignidad humana, no impliquen corrupción financiera ni distraigan de los deberes religiosos son permisibles, y algunos incluso se consideran Sunnah", ha expresado el erudito Mohammad Saleh Islampur.