Las razones del adiós de Adrian Newey a Red Bull y su previsible fichaje por Ferrari

Las razones del adiós de Adrian Newey a Red Bull y su previsible fichaje por Ferrari

Con un lápiz de 0.3 mm 4H y un trozo de papel, Adrian Newey ha sublimado el arte del diseño en la Fórmula 1. A lo largo de 38 temporadas en el Mundial, el británico participó en 13 títulos de pilotos y 12 de constructores y durante las dos últimas décadas llevó a la cima a Red Bull. Sin embargo, el miércoles, la escudería austriaca tuvo que anunciar un adiós que desde hacía tiempo ya se dada por seguro en el paddock. "Es el momento de dar el relevo y buscar nuevos desafíos", confirmó Newey. A partir del primer trimestre de 2025, el genio de Stratford-upon-Avon, la tierra que vio nacer a William Shakespeare, queda libre. Su decisión desencadena una multitud de preguntas.

¿Por qué es un genio?

Si por algo ha destacado Newey es por su capacidad para encontrar una solución integral de diseño a cada nueva normativa técnica. No sólo la mejor, sino la más genial. No hay que remontarse a sus tiempos en Williams, cuando entre 1992 y 1997 hizo campeones a Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve. Ni a la creación del McLaren con el que Mikka Hakkinen firmó el doblete (1998-1999). Baste su última adaptación al reglamento que favorecía el efecto suelo, con la que Red Bull se impuso en 17 de las 22 carreras de 2022 y sólo dejó escapar una en 2023.

¿Por qué es crucial en este momento?

A los 65 años, la cotización de Newey en el mercado supera a la de la mayoría de pilotos. Sobre todo en este periodo de transición hacia la etapa que se abre en 2026. Con las nuevas regulaciones en el horizonte, su olfato supone el camino más corto de acercarse al título. Según los datos filtrados en las últimas horas, Newey ha negociado una salida anticipada, eliminando el tradicional periodo de gardening (la cláusula que prohíbe trabajar directamente para un rival nada más finalizar el contrato). Y eso supone un cambio crucial, dado que despeja sus opciones para diseñar un monoplaza de cara a 2026.

¿Quién es el mejor colocado?

El pasado septiembre, durante una entrevista en Beyond The Grid, el podcast oficial de la F1, Tom Clarkson preguntó a Newey si se arrepentía de no haber fichado nunca por Ferrari. "Emocionalmente, supongo, hasta cierto punto, sí. De igual modo haber trabajado con Fernando Alonso o Lewis Hamilton hubiera sido fabuloso y nunca sucedió", contestó. Y esas palabras resuenan con más fuerza después de que La Gazzetta dello Sport informase el miércoles de una reunión en Londres entre Newey y Fred Vasseur, team principal de Ferrari. Según el diario italiano, el acuerdo oficial se hará público tras el GP de Miami, que se disputa este fin de semana. Newey añadiría su nombre a la nómina anglófila que hizo grande a la Scuderia, donde ya figuran el inglés John Barnard o el sudafricano Rory Byrne. De este modo, los rumores sobre el interés de Aston Martin, que lleva un par de años reclutando a los mejores cerebros de Red Bull, o Mercedes, en busca de apremiantes soluciones aerodinámicas, quedarían disueltos.

¿Por qué dejar un proyecto ganador?

Hace una década, justo antes del inicio de la era híbrida, Newey ya manejó seriamente la opción de abandonar Red Bull porque sabía que los motores Renault habían perdido definitivamente la batalla ante Mercedes y Ferrari. Tras los cuatro títulos de Sebastian Vettel, la travesía por el desierto se presumía larga. Sin embargo, a día de hoy, Red Bull se mantiene como la indiscutible referencia de la parrilla, con cuatro victorias en las cinco primeras carreras del Mundial. La superioridad de la pista, en cambio, contrasta con lo que sucede en la trastienda del garaje, escenario de interminables disputas. Su vínculo con el team principal Christian Horner, en el ojo del huracán desde comienzos de año, se ha evidenciado mucho menos estrecho de lo que se pensaba. En realidad, este adiós reedita de alguna manera su marcha de Williams en 1997, cuando dejó plantada a la gente de Grove por no consultarle la contratación de Jacques Villeneuve y Heinz-Harald Frentzen.

¿Qué sucede ahora con Red Bull?

"El equipo corre peligro de desmoronarse. Para la paz interna es importante que las personas clave sigan a bordo, pero ya no es el caso. Newey se va y a principios de año también parecía que despedirían a Helmut Marko. Esto no es bueno para el futuro". Así de contudente se ha mostrado Jos Verstappen, padre del tricampeón mundial, durante una entrevista con el diario De Telegraaf. La marcha de Newey supone otro elemento desestabilizador, por mucho que el equipo se haya empeñado en dejar caer que su influencia real en el diseño no resultaba ya tan decisiva. En cualquier caso, tampoco se puede cuestionar la inercia ganadora del RB20, el coche con el que Mad Max va a ceñirse su cuarta corona y con el que también partirá como máximo favorito en 2025.

Fernando Alonso, sobre su séptimo puesto: "Vuelve a ser un milagro"

Fernando Alonso, sobre su séptimo puesto: “Vuelve a ser un milagro”

No guardó nada Fernando Alonso durante sus dos últimos relevos en Shanghai. Con el neumático duro, que pudo sostener durante 20 vueltas, y con la goma media, que le hizo cumplir los últimos 13 giros, el asturiano volvió a mostrar su feroz apetitivo competitivo, que le hizo progresar desde la duodécima hasta la séptima posición en la meta. Un jugoso premio para el líder de Aston Martin si consideramos el nuevo batacazo de Lance Stroll, decimoquinto en la meta.

"Cuando se nos da la oportunidad, como la salida, que estamos todos en igualdad de condiciones, volvemos a ganar una plaza y a divertirnos. Y luego, cuando los coches bajan a su posición natural, vuelve a ser un milagro que acabemos los séptimos", valoró el bicampeón mundial en los micrófonos de DAZN.

A juicio de Alonso la excesiva duración del safety car ayudó a quienes no tenían que volver a pasar por boxes para mantener la vida útil de sus neumáticos. Aunque a partir de la quinta vuelta ya nunca pudo asomarse a los puestos de podio, el ovetense se sentía más que satisfecho por su rendimiento en Shanghai. "Hemos acabado a cuatro segundos de George Russell y 10 segundos de un Ferrari, cosas totalmente impensables".

"Mejor que el año pasado"

"Hemos acabado delante de Lewis Hamilton y Oscar Piastri, cosas que no son normales. Creo que tenemos un coche, o ayer lo vimos en la sprint, un segundo más lento de media que los McLaren y los Ferrari y conseguimos estar peleando con ellos en carrera, así que muy contentos", valoró el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans.

Pese a la extraordinaria punta de velocidad de Lance Stroll (348 km/h), lo cierto es que el AMR24 sigue lejos del rendimiento de Red Bull, McLaren y Ferrari, los tres equipos más poderosos del fin de semana en China.

"El coche es mejor, casi un segundo y medio más rápido que el del año pasado, como vimos en Japón cuando lo comparamos. Pero nuestros rivales son fuertes. McLaren es un equipo muy fuerte, Ferrari y Mercedes también. Red Bull está en otra liga. Parece que estemos séptimo, octavo o noveno, que no es tanto como el año pasado, pero no es que el coche sea peor, es mejor, pero los otros son grandísimos equipos", finalizó el español.

Verstappen no da tregua y Alonso planta batalla en Shanghai

Verstappen no da tregua y Alonso planta batalla en Shanghai

Max Verstappen, como una aplanadora, no dio margen a McLaren y Ferrari en Shanghai. Ni una opción durante 56 vueltas, aunque Lando Norris sorprendiese a Sergio Pérez para subir a la segunda plaza del podio. Un safety car y la estrategia a dos paradas castigaron al mexicano en detrimento del británico, elegido piloto del día. No hubo mucho más donde rascar en el regreso a China, porque la regresión de Ferrari y la implacable inferioridad mecánica de Aston Martin, dejaron a Carlos Sainz y Fernando Alonso en el quinto y el séptimo puesto, respectivamente.

Admitía Verstappen en la meta que su RB20 iba sobre raíles y ni las ralentizaciones de los coches de seguridad iban a comprometer un triunfo decantado desde antes de la salida. Pronosticaba Norris la inferioridad de su coche frente a los Ferrari, aunque no pudo equivocarse de un modo más flagrante. Fue un domingo sin épica, sin historias que contar a los amigos, sin emoción alguna, porque Red Bull ha retomado el hilo y no parece dispuesto a soltarlo. Alonso puso todo de su parte, aunque terminó perdiendo cuatro posiciones. No hay más donde sacar en ese coche.

De salida, el asturiano no se conformó con salir en una zona en la que nunca podría competir con Red Bull, sino que además se permitió la licencia de atacar por fuera a Pérez en la primera curva. Aguantó cinco vueltas en la segunda plaza, hasta que Checo pudo con él por el interior de la curva 6. La competitividad del AMR24 ni siquiera iba a sostenerse ante el McLaren de Norris, que un par de vueltas más tarde aprovechó el DRS para el adelantamiento en la curva 14.

Remontada de Hamilton

El campo de laboratorio de la zona trasera había quedado inaugurado por Lewis Hamilton en el décimo giro y sólo dos más aguantó Alonso con el neumático medio, antes de cambiar al duro. El heptacampeón, desde la antepenúltima plaza de la parrilla, se batió el cobre con más dedicación que de costumbre. Hasta acabar noveno, que no parece poca cosa dados los tiempos que corren para las Flechas de Plata.

En la vuelta 13, llegó el turno de los dos Red Bull, con una superioridad tan notoria como para permitirse esa doble parada. Había que examinar el ritmo de Ferrari y su hipotética ventaja ante Mercedes y McLaren. Sainz apenas podía asomar la nariz ante Russell, así que su atasco en la novena posición se prolongó más de lo debido. Cuando pasó a los duros, también protagonizó una bloqueada frente a Lance Stroll.

En la vuelta 21, el virtual safety car provocado por la avería de Valtteri Bottas dio una oportunidad a Leclerc. Pero como los comisarios no conseguían sacar al Sauber de la trazada, la dirección de carrera pasó al safety car. Aston Martin apostó por el blando para Alonso, mientras los favoritos, incluidos los dos Red Bull, preferían una segunda parada para montar el duro. Se trataba de un plan alternativo con el asturiano, con quien había que arriesgar en busca de la heroica.

La jugada de McLaren

Casi de inmediato pudo superar a Sainz, con el nuevo calzado, aunque la carrera volvería a quedar ralentizada por culpa del accidente entre Yuki Tsunoda y Kevin Magnussen en la curva 5. Stroll se había llevado por también por delante a Ricciardo, completando la doble desgracia de los Red Bulls Racing. Los comisarios castigaron con 10 segundos tanto al alemán de Haas, como al canadiense de Aston Martin.

Por delante, Leclerc iba cerrando los espacios a Pérez, con tal insistencia que el doblete de Red Bull quedaba seriamente comprometido. El plan D de Ferrari, con una sola parada, coincidía con el de Norris, instalado en la segunda plaza, complicando la existencia a Pérez. Aunque no se lo tomaran demasiado en serio cerca de Christian Horner, la jugada de McLaren iba absolutamente en serio.

Alonso, por contra, tenía que pasar por boxes en la vuelta 43 para montar los duros. De la quinta plaza, a la duodécima, pero con un neumático que le permitía rodar en los tiempos de Red Bull. Su remontada hacia los puestos de honor iba a certificarse ante Hamilton y Oscar Piastri, con pasmosa naturalidad. Stroll, como de costumbre, caía por pura inercia, dejando una vacante que aprovecharía Nico Hulkenberg, uno de los más consistentes de la parrilla. La séptima plaza de Alonso, comprometida hasta el final por la degradación, al menos pudo redondearse con el bonus de la vuelta rápida (1:37.810).

Fernando Alonso asombra a una vuelta y saldrá tercero en Shanghai

Fernando Alonso asombra a una vuelta y saldrá tercero en Shanghai

El viernes había asombrado con un asfalto húmedo y unas horas antes, durante la sprint race, se había batido implacable con Carlos Sainz antes de sufrir un pinchazo que le costó el abandono. Había dudas, por supuesto, sobre el rendimiento de Aston Martin en seco, pero Fernando Alonso se sacó de la manga dos impresionantes vueltas en Shanghai. Sólo cedió ante Max Verstappen, autor de la pole (1:33.660) y Sergio Pérez, que esta vez sí sacó lo mejor del Red Bull. El mejor modo de celebrar su nuevo contrato. La enésima demostración de que, con 42 años, aún puede desafiar a quien se le ponga por delante.

McLaren y Ferrari andaban a la gresca, buscando un puesto de privilegio. Aun sin recursos para discutir la sexta pole consecutiva de Verstappen, Oscar Piastri, Lando Norris, Sainz y Charles Leclerc, sabían de su velocidad a una vuelta. Pero a la hora de la verdad, todos cedieron paso a Alonso, autor de su mejor clasificación del año. El asturiano supo incluso reponerse a un pequeño error en el primer parcial. Se le habían escapado dos décimas, pero antes de abortar su intento, decidió seguir a fondo.

Fuera de toda lógica, porque Lance Stroll ni siquiera había podido colarse en la Q3, con 69 milésimas de déficit ante el Sauber de Valtteri Bottas. Sin embargo, Fernando supo reunir lo mejor de su repertorio en el primer intento, apenas 39 centésimas peor que Verstappen. Colarse entre Ferrari y McLaren ya debía hacer sentir feliz a Mike Krack, team principal de Aston Martin, pero Alonso aún traspasó más los límites (1:34.148).

Sainz, contra las protecciones

Mientras Red Bull festejaba su centésima pole en la F1, Ferrari regresó a las dudas. Sus ingenieros arriesgaron con una configuración aerodinámica distinta, buscando mejor ritmo en carrera y perjudicando la velocidad a una vuelta. Sobre un asfalto con demasiada abrasión, el SF24 nunca pareció competitivo. Leclerc ganó por la mano a Sainz. Pero el sexto y séptimo puesto obliga a una improbable remontada. Y aún pudo ser peor para el madrileño.

La Q2 avanzaba tras el primer aviso serio de Verstappen (1:33.946), con una sustancial ventaja sobre los McLaren. Restaban seis minutos cuando Sainz provocó una bandera roja. Fue pisar la grava de la última curva y salir despedido en dirección contraria, unos metros antes de la línea de meta. Aun sin marcar un tiempo válido, el madrileño pudo al menos arrancar el coche, dar una vuelta a paso de tortuga y alcanzar los boxes para las pertinentes reparaciones.

Hamilton, fuera en la Q1

Por fortuna, no había daños sustanciales en el alerón trasero ni en el fondo plano, así que Carlos pudo volver casi de inmediato para buscar su pase a la Q3. Y lo hizo, si no a lo grande, sí con soltura. Con un tiempo de corte de 1:34.7, Nico Hulkenberg y Bottas ocuparon las vacantes dejadas por Aston Martin y Mercedes.

La euforia de su segundo puesto en la sprint race matinal se había desvanecido demasiado pronto para Lewis Hamilton, eliminado en la Q1 por culpa de un bloqueo a la llegada a la curva 14, que le costó medio segundo. Y aún pudo ser peor si llega verse afectado por la ralentización obligada por un espectacular trompo de Logan Sargeant. Un desenlace tan igualado como para que Nico Hulkenberg alcanzase la sexta plaza con un Haas, para que los Alpine siguieran adelante o para que Pérez salvase los muebles por un suspiro. No hubo piedad, en cambio para Guanyu Zhou, por quien suspiraban miles de aficionados en las tribunas.

Las ambiciones renovadas de Fernando Alonso y sus próximos récords a los 42 años

Las ambiciones renovadas de Fernando Alonso y sus próximos récords a los 42 años

Se hicieron muy largos en China los cuatro años fuera del Mundial, aunque pasaron como un fogonazo para Fernando Alonso. La última vez que había pisado el Shanghai International Circuit, en noviembre de 2018, el asturiano aún disputaba el Mundial de Resistencia con Toyota. Ahora, con 42 años, acaba de firmar un nuevo contrato con Aston Martin hasta 2026. Lejos de dejarse dominar por la nostalgia, Fernando mira hacia adelante con ambiciones renovadas. Si nada se tuerce, durante el próximo GP de Qatar se convertirá en el primer piloto con 400 carreras en la Fórmula 1. Y eso supondrá sólo un primer paso.

Alonso, el único de la actual parrilla que hace dos décadas disputó la carrera inaugural en Shanghai, mantiene intacta la pasión. Por eso ha decidido renovar su vínculo con la escudería de Silverstone. Y por eso se ha comprometido al 100% con un trabajo que le aleja de su familia. Nadie en el paddock duda de su talento, ni de su capacidad de sacrificio para mantenerse entre la elite a una edad tan avanzada. De hecho, hace sólo dos semanas él mismo admitió que el GP de Japón había sido una de las cinco mejores actuaciones de su vida. Ahora sólo necesita que el AMR-24 dé un paso adelante para pelear ante Red Bull y Ferrari.

Porque una victoria convertiría a Alonso en el piloto de más edad en ganar desde Jack Brabham en el GP de Sudáfrica de 1970. Y un podio le permitiría superar a Alain Prost como el cuarto con más 'top-3' de todos los tiempos. En cualquier caso, su relevancia histórica trasciende ese corto plazo. Si nada se tuerce, cuando acabe el Mundial 2026, habrá participado en 452 grandes premios. Es decir, el 38,5% de las carreras desde el arranque de la Fórmula 1, allá por 1950. De este modo superará a Rubens Barrichello, quien tras su adiós en 2011 había participado en el 37,6%. También a Michael Schumacher, que acumulaba el 34,9% tras su despedida en Interlagos en 2012.

Desbancar a Hill

Aunque ninguna figura tan apropiada para establecer analogías con Alonso como Graham Hill. No sólo porque el ex piloto de Lotus se consagró dos veces como campeón mundial, sino porque aún hoy permanece como único dueño de la Triple Corona, el galardón que distingue al ganador del GP de Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis. Un viejo anhelo para Alonso, a quien sólo falta un triunfo en el legendario óvalo del Brickyard, después de tres intentos frustrados. A la espera de una nueva oportunidad, el asturiano sí podrá arrebatar otro honor a Hill en 2026. Porque desde el GP de Brasil de 1975, el último del británico, nadie se ha sentado en un F1 con 45 años.

A lo largo de este último medio siglo, sólo Vittorio Brambilla, Mario Andretti, Jacques Laffite, Rene Arnoux, Philippe Alliot, Nigel Mansell, Pedro de la Rosa, Michael Schumacher, Kimi Raikkonen y el propio Alonso participaron en un gran premio una vez superados los 40. El próximo en incorporarse a ese club, a partir de 2025, será Lewis Hamilton, ya vestido de Ferrari. Viejos rivales en McLaren, ambos se han beneficiado de la actual coyuntura en la F1, donde la veteranía resulta un bien demasiado preciado.

El túnel del viento

Baste mencionar que este Mundial ha sido el primero en el que no hubo ni una sola novedad respecto a la parrilla del año anterior. Aunque el calendario resulta agotador y los monoplazas siguen siendo exigentes para el físico, lo cierto es que Alonso o Hamilton no necesitan llevarlos al límite durante todas las vueltas, debida a la alta degradación de los neumáticos. Además, la experiencia multiplica su valor en un campeonato sin apenas pretemporada y con fuertes recortes en la duración de los entrenamientos. Ante este panorama, los equipos punteros recelan de la sangre joven.

De momento, el objetivo prioritario para Alonso pasa por aprovechar los recursos de Aston Martin. No sólo en cuanto a su capital humano, con Dan Fallows, Eric Blandin y el reciente fichaje de Andor Hegedus, sino también gracias a los datos procedentes de la fábrica. En Silverstone ya se cuentan los días para la puesta en marcha de su túnel del viento, prevista para diciembre. Y la apuesta final quedará para 2026, cuando entre en vigor la nueva normativa y el coche monte los motores Honda. Poco antes de anunciar su retirada, Alonso se convertirá en el cuarto campeón más veterano en activo, sólo por detrás de Giuseppe Farina (48 años), Juan Manuel Fangio (47) y Hill (45 y 11 meses).

Fernando Alonso, feliz por "una de las cinco mejores carreras de mi vida", aunque "nadie se acordará nunca de ella"

Fernando Alonso, feliz por “una de las cinco mejores carreras de mi vida”, aunque “nadie se acordará nunca de ella”

El esfuerzo por contener a Oscar Piastri y George Russell, hasta alcanzar en sexta posición la bandera a cuadros, dejó más que feliz a Fernando Alonso en Suzuka. "Fue mi mejor carrera al menos en un año. Desde abril o mayo de 2023, nunca había tenido un fin de semana tan completo como éste. Seguramente esté entre las cinco mejores carreras de mi vida, aunque nadie se acordará nunca de ella, porque he acabado sexto y fui quinto en la clasificación", aseguró el líder de Aston Martin.

La regularidad de Alonso al volante del AMR-24 se trasladó a la tabla de tiempos, donde su ritmo de carrera fue 95 centésimas más rápido que el de Lance Stroll. Pese a remontar cuatro posiciones, de la decimosexta de la parrilla a la decimosegunda en la meta, el canadiense se había mostrado muy molesto con las prestaciones de su monoplaza. "Es increíble lo mala que es nuestra velocidad en la recta. Parecemos de otra categoría", lamentó por radio. No obstante, según los datos del speed trap, Stroll alcanzó los 333 km/h, el cuarto mejor registro de la parrilla, únicamente por detrás de los Haas y Russell.

A falta de confirmar las mejoras aerodinámicas en el suelo y los pontones del monoplaza verde, lo cierto es que Alonso supo competir codo con codo frente a McLaren y Mercedes, cuya superioridad mecánica quedó otra vez de manifiesto. "Nuestra posición natural es noveno y décimo. Hicimos quintos ayer, lo que fue un pequeño milagro. Y sextos hoy... un gran milagro. Tendré esta carrera siempre en mi memoria, aunque será olvidada por el público tras dos o tres días", valoró el bicampeón mundial.

'Pit-stop' de 2,3 segundos

Entre los aspectos positivos del domingo, también cabe valorar la rapidez de los neumáticos de Aston Martin durante los dos pit-stops de su jefe de filas. "Wow. Ha sido muy rápido. Gracias, chicos", exclamó el asturiano tras una excelente paso por boxes resuelto en 2,3 segundos. La buena sintonía con los ingenieros y mecánicos volverá a ponerse a prueba dentro de 15 días en el regreso del GP de China. "Aún tenemos que analizar nuestro paquete de actualizaciones, así que echaremos un vistazo a todos nuestros datos antes de llegar a Shanghai", anticipó Fernando.

Por último, el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans quiso enviar un mensaje a la FIA a propósito de su duelo frente a Russell. Cuando le preguntaron por si había entregado el DRS a Piastri para protegerse del británico de Mercedes, Alonso argumentó de un modo a medio camino entre la broma y la crítica.

"No sé qué decir después de Australia. Igual me descalifican para el resto del campeonato...", arrancó Fernando, en referencia a la maniobra ante Russell castigada con 10 segundos por la FIA. "Está claro que teniendo detrás a Piastri era una forma de defenderme de Russell. Seguramente quitaba un poco de la batería en la última recta para que Piastri se acercase más. Es lo que hizo Carlos [Sainz] el año pasado en Singapur: darle DRS al segundo para protegerse del tercero. Es algo normal que hacemos en todas las carreras", finalizó el ovetense.

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Sobre el sagrado asfalto de Suzuka, Red Bull no tiene rival. Se sabía de antemano y se rubricó con el doblete de Max Verstappen y Sergio Pérez, cuyo exasperante dominio dejaba una sola vacante en el podio. A ese tercer escalón se encaramó Carlos Sainz, que no ha bajado del top-3 en sus tres primeras carreras del año. Ferrari hizo todo lo que tenía en la mano para animar una carrera más bien anodina, dominada por las estrategias, donde Mad Max tampoco iba a dejar escapar el bonus de la vuelta rápida (1:33.706).

El cuarto puesto de Charles Leclerc, elegido piloto del día, representa otra fantástica noticia en Maranello. Desde su octavo puesto en la parrilla, el monegasco optimizó el rendimiento de su SF-24, con una sabia gestión de los neumáticos. Igual que Sainz, siempre puntual a la hora de sacar los tiempos, siempre preciso para evitar los riesgos. Fernando Alonso, su mentor en la Fórmula 1, puede sentirse orgulloso. El pilotaje de Carlos reúne buena parte de sus virtudes. Y eso es mucho decir, porque la actuación de Alonso en Suzuka tuvo de nuevo el genuino sabor de la heroica. Sólo él puede quedar sexto con un Aston Martin más lento que ocho rivales.

La acción quedó en suspenso durante casi media hora por culpa de un accidente en la primera vuelta, camino de The Esses. Daniel Ricciardo, que había partido undécimo con los medios, intentaba adelantar a Lance Stroll cuando sufrió la embestida de Alex Albon, demasiado intenso con los blandos. Los operarios repararon las protecciones con la proverbial diligencia nipona y la FIA ordenó otra salida en parado.

El ritmo de Norris

Se presentaba la primera oportunidad para una nueva estrategia con los neumáticos. Red Bull y McLaren no cambiaron nada, pero Mercedes iba a apostar por el duro. Sainz prefirió un medio nuevo, mientras Alonso siguió con el mismo blando. En la parrilla, el asturiano había mostrado una honestidad sencillamente desarmante. Las simulaciones de Aston Martin le condenaban al noveno puesto, justo por delante de su compañero, que partía decimosexto. De modo que lo más prudente sería no forzar cuando le apretaran Oscar Piastri o Leclerc, que ya había ganado la posición a Lewis Hamilton.

Hubo cierta tranquilidad en la resalida, pese al bloqueo de George Russell y el toque entre los Alpine en la curva 1. Casi de inmediato, Pérez perdió el DRS frente a Verstappen, el único que rodaba con regularidad en 1:37. En la undécima vuelta, Lando Norris renunció a las gomas medias que tan mal gestionaba su McLaren, lo que dio la primera opción a Sainz. Justo por detrás, Alonso aguantaba con los blandos, taponando a Piastri.

Todo se animó a partir de la decimoquinta vuelta, cuando pararon Pérez (2,1 segundos) y Sainz (2,3). Un giro más tarde, cumplió con el pit-stop Verstappen, justo a tiempo para salir por delante de Russell. No se iba a librar Red Bull del undercut de Norris al mexicano, gracias al frenético ritmo del MCL38 con los duros. Para desgracia de McLaren, su rendimiento caería pronto en picado por culpa de la degradación.

Quien mejor gestionaba los neumáticos era Leclerc, líder provisional gracias a una apabullante consistencia. Hasta el ecuador de la prueba empujó el monegasco con sus medios. Cuando parecía que ya no aguantaba más, tras ensuciar su calzado en una pequeña excursión por la grava, aún se mantuvo por delante de Norris en el pit-lane. Sainz, por detrás, agradecería cualquier ayuda en su lucha por el podio frente a su viejo amigo en Woking. "¿Por qué me paráis tan pronto?", lamentó Lando, obligado a un último relevo con los duros de 26 vueltas.

Tras cumplir con su segundo pit-stop, Sainz montaba un calzado 10 vueltas más fresco Norris y 11 respecto a Leclerc. Sin embargo precisaba de una fotografía completa de la situación. Sus dudas fueron resueltas por radio y él cumpliría a rajatabla. Se deshizo del McLaren a final de recta antes de enfilar hacia Leclerc. Era momento de cederle paso, tal y como confirmó Xavi Marcos, ingeniero del monegasco. "No pierdas tiempo con Carlos porque estamos compitiendo frente a Norris". Por segundo fin de semana consecutivo, Il Predestinato cedió paso caballerosamente a su compañero.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.AP

La titánica lucha de Alonso, en inferioridad mecánica, se fraguó siempre ante Piastri. Mientras Stroll aullaba por la escasa punta de velocidad en las rectas, el abuelo de la parrilla agachaba la cabeza para completar una carrera sin fisuras. A sus 20 vueltas finales frente al McLaren hubo que añadir ese pícaro recurso de entregar el DRS al australiano para defenderse de Russell. El mismo truco que Sainz le había recetado en Singapur.

Parecía el momento de Mercedes, cuyo rendimiento sigue muy por debajo de lo esperado. Especialmente en manos del rezagado Hamilton. Russell, a quien Pérez había borrado del mapa con un fabuloso adelantamiento en 130R, sí pudo desembarazarse de Piastri en la penúltima vuelta. Alonso aún conservaba un segundo, margen suficiente para alcanzar la bandera a cuadros en sexta posición.

Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

La primera jornada de entrenamientos apenas permitió extraer conclusiones en Suzuka, por culpa de una ligera lluvia que truncó por completo los planes. Las difíciles condiciones del asfalto, ni seco ni mojado, impidieron el normal desarrollo de la FP2, con la mayoría de pilotos esperando dentro de los coches y sin pisar la pista. Durante la primera sesión, Max Verstappen había marcado el mejor tiempo (1:30.056), con 18 centésimas de ventaja sobre Sergio Pérez y 21 ante Carlos Sainz.

Fernando Alonso ni siquiera rodó durante la sesión vespertina, aunque por la mañana sí pudo completar 19 vueltas, para acabar séptimo, a 54 centésimas de la cabeza. Habrá que esperar al sábado, según el plan establecido por Aston Martin, para examinar al AMR24, que estrena mejoras aerodinámicas en el suelo y los pontones. El objetivo de la escudería de Silverstone pasa por aumentar la carga aerodinámica y controlar la degradación de los neumáticos, aunque de momento las mejoras no han permitido el lucimiento de Lance Stroll, decimoquinto clasificado en la matinal, a dos segundos de la cabeza.

El GP de Japón, tradicionalmente emplazado a comienzos de octubre, ha cambiado por primera vez su ubicación en el calendario. Y los caprichos de la primavera se han llevado por delante las previsiones de los equipos, que renunciaron a rodar para evitar riesgos, convencidos de que el resto del fin de semana se disputará sobre asfalto seco. De momento, las pocas certezas apuntan al dominio de Red Bull y la progresión de Ferrari.

El accidente de Sargeant

Dispuesto a olvidar su abandono de Australia por culpa de una avería en los frenos, Verstappen dominó la tabla de tiempos, aunque Sainz y Charles Leclerc mostraron un esperanzador ritmo en las tandas largas. durante los 10 últimos minutos de la FP1. Las estrategias del domingo apuntan a dos paradas, por lo que el rendimiento de los neumáticos duros se antoja esencial.

El otro foco de atención del viernes fue el feo accidente de Logan Sargeant contra las barreas de la Curva Dunlop. El estadounidense, que hace dos semanas ni siquiera pudo tomar la salida en Albert Park, perdió el control a la salida de las famosas S, pisó la hierba y terminó impactando con violencia contra las barreras. La bandera roja dejó con muy mala cara a los mecánicos de Williams, que no cuentan con un chasis de repuesto en Sukuza, dado que Sargeant tuvo que ceder el suyo a su compañero Alex Albon.

El último protagonista de la jornada fue Ayumu Iwasa, piloto de la Academia Red Bull, que tomó el relevo de Daniel Ricciardo al volante del RB durante la mañana. El japonés, de 22 años, acabó decimosexto, por detrás de Stroll y con 17 centésimas de margen sobre el Alpine de Pierre Gasly.

Fernando Alonso, ante los comisarios tras el feo accidente de Russell

Fernando Alonso, ante los comisarios tras el feo accidente de Russell

El brutal impacto contra las barreras de la curva 6 había dejado al Mercedes casi en vertical, pero George Russell aún tenía fuerzas para implorar una bandera roja. "Estoy en mitad de la pista, por Dios", exclamaba el británico por la radio. En ese preciso momento, Fernando Alonso empujaba su renqueante Aston Martin hacia la meta de Albert Park. Nada más soltar el volante, lo primero que hizo en el pit-lane fue examinar el pedal del acelerador. Sin embargo, ese contratiempo no iba a disuadir a los comisarios, que de inmediato convocaron al asturiano para aclarar lo sucedido.

"Tuve varios problemas durante las últimas 15 vueltas en la batería y en la entrega de potencia", admitió el bicampeón mundial. Según había admitido a sus ingenieros, tenía tan atascado el pedal del acelerador que hubo de pisarlo a fondo para alcanzar en sexto lugar la bandera a cuadros.

Ese contratiempo iba a comprometer su pilotaje durante el tramo final ante Russell, a bordo de un monoplaza más competitivo. "Iba sufriendo un poco, pero no me puedo centrar en los coches que vienen por detrás. Cuando vi el coche de Russell me preocupé bastante", añadió en los micrófonos de DAZN.

La estrategia de Alonso quedó patente a travé de las cámaras on board , donde se vio con claridad cómo cargaba sus baterías antes de la recta para exprimirlas cuando Russell afilase los cuchillos en las cuatro zonas de DRS. Sin embargo, para saber con exactitud si cometió alguna ilegalidad, los comisarios deberán examinar con detalle las telemetrías.

Por su parte, Russell ofreció también su versión de los hechos, sin querer entrar en acusaciones hasta no analizar todos los datos. "Desaceleró de repente y volvió a acelerar. No me lo esperaba, me pilló por sorpresa. Eso fue culpa mía, pero también es interesante que nos hayan llamado a declarar. Estoy intrigado por ver qué tienen que decir los comisarios", comentó en los micrófonos de Sky F1.

Durante la última carrera del pasado Mundial, Lewis Hamilton ya se quejó de un brake test de Alonso camino de la curva 5 de Yas Marina. Entonces, la FIA anotó el incidente, pero ni siquiera abrió una investigación.

Aplastante victoria de Carlos Sainz en Melbourne

Aplastante victoria de Carlos Sainz en Melbourne

Con las cicatrices de su abdomen aún frescas, mermado por una cirugía que le había dejado fuera de combate hace sólo dos semanas, Carlos Sainz dominó de forma aplastante en Albert Park, camino de su tercera victoria en la Fórmula 1. La más autoritaria, la más simbólica, la que ponía fin a la racha de nueve consecutivas de Max Verstappen, víctima de una avería en los frenos. Red Bull, por una vez, fue vulnerable y Charles Leclerc completó el doblete para Ferrari. El delirio rojo en Melbourne y la emoción de Sainz en la radio, casi a lágrima viva: "La vida es una montaña rusa".

Camino del champán, con la bandera española en la mano, Carlos aún se permitía las bromas con Leclerc y su amigo Lando Norris, que cerraba podio. Poco antes de cruzar la meta ya había ordenado a sus mecánicos que el monegasco se acercara para la celebración conjunta. Sobraba tiempo, porque un duro accidente de George Russell contra las barreras de la curva 6, había ralentizado la carrera en la última vuelta. De nada importaba tampoco que Leclerc le hubiese arrebatado el bonus de la vuelta rápida (1:19.813). Nadie podía discutir el protagonismo de Sainz, que controló a su antojo.

Rodando con singular regularidad en 1:21, el madrileño abrumó a la competencia durante sus dos relevos con el neumático duro. Ni siquiera concedió la duda a Ferrari, alejando del radar del DRS a Leclerc. Se hizo más fuerte cuando la debilidad le devoraba por dentro. Ahora puede parecer ventajista escribirlo, pero ni el propio Verstappen pareció en condiciones de aferrarse a su estela. Aunque no resulte equiparable, Sergio Pérez bastante tuvo con sujetar a Fernando Alonso, sexto en la meta.

La rotura de Hamilton

Todo lo que la Fórmula 1 llevaba meses esperando tomó forma en Albert Park. El aplastante dominio de Red Bull, convertido en soporífera monotonía, se hizo de pronto carbonilla. "Acabo de perder el coche. Ha sido realmente raro", adelantó por radio Verstappen tras un extraño en la curva 9. Por entonces, Sainz ya se lo había quitado de encima en la segunda vuelta, dejando constancia del brío de su Ferrari. Unos metros más adelante, un hilito de humo empezó a emanar del RB20. Los frenos de la rueda trasera derecha ardían en llamas. Justo en el mismo escenario, exactamente dos años después, el tricampeón del mundo mordía el polvo.

El vacío de Mad Max dejó patidifusos a los favoritos. Ferrari veía abrirse las puertas del cielo, McLaren calculaba sus opciones de podio y Red Bull depositaba sus opciones sobre los hombros de Pérez. Por si no sobrasen alicientes, Lewis Hamilton inflamó los ánimos en el séptimo giro con un madrugador paso por boxes. Dos vueltas más tarde, Oscar Piastri y Leclerc, en busca de un undercut ante Norris, cambiaron también sus gomas. El compuesto duro debía aguantar 25 vueltas, pero Sainz, con el medio seguía clavando los tiempos, sin que nadie le importunase.

Había interés en cómo gestionaría Ferrari el graining de sus gomas. Al volante de un monoplaza totalmente equilibrado, Sainz no mostraba ni un síntoma de debilidad. Incluso pudo levantar el pie para sostener su ventaja frente a Leclerc y los McLaren. Tras estirar al máximo los medios durante 16 vueltas, la primera parada se saldó saldada por los mecánicos rojos en 2,6 segundos. Un respiro.

Sainz, al volante del SF-24, el domingo en Albert Park.

Sainz, al volante del SF-24, el domingo en Albert Park.AFP

Por detrás, Alonso mostraba un ritmo de crucero más que notable con los duros, rodando casi a la par de Pérez y Norris. Aston Martin pretendía alargar la vida útil de los neumáticos, a la espera de cualquier eventualidad. Y por una vez, la fortuna se alió con el asturiano. El abandono de Hamilton, víctima de un fallo de motor a la salida de la curva 10, provocaba el virtual safety car. Un regalo del cielo para Alonso, que ganaba cinco posiciones.

Desde luego, las gomas amarillas obligaban a un ímprobo trabajo a Fernando, con unos cronos casi calcados a los de Lance Stroll. Quería negar los espacios a Pérez, pero el mexicano le arrebató la posición en la vuelta 27, con una sencilla maniobra a la llegada de la curva 9. De ahí hasta la meta se mantuvo a la defensiva frente a George Russell. Sobre un asfalto con cuatro zonas de DRS, con un rendimiento inferior al de Mercedes, Alonso parecía presa fácil para el británico. El acecho acabó de la peor manera. Con Russell contra el muro y con Alonso citado por los comisarios. Si consideran que su frenada fue verdaderamente errática, el domingo podría acabar peor de lo pensado en Melbourne.