Nerea Martí: "Sólo es cuestión de tiempo que una mujer llegue a la F1"

Nerea Martí: “Sólo es cuestión de tiempo que una mujer llegue a la F1”

El pasado 9 de marzo, Nerea Martí (Albalat dels Sorells, 2002) conquistó en Jeddah el primer podio del año para Campos Racing. Un prometedor arranque para la piloto valenciana, única representante española en la F1 Academy, el campeonato donde 15 mujeres pelean por los requisitos mínimos para conducir, algún día, un Fórmula 1. El camino hacia la cima se antoja muy escarpado, porque la campeona sumará 10 puntos y la Superlicencia requiere 40. Sin embargo, tras muchos años peleando en un mundo de hombres, Martí tampoco va a rendirse ahora. "Nos han dado muchas oportunidades y creo que sólo es cuestión de tiempo que una mujer llegue a la F1".

Nerea atiende a EL MUNDO unos días antes de su viaje a Miami, la segunda cita de un campeonato de siete rondas. En su voz se mezclan una tenacidad de fajadora con algunas notas de descarnado realismo. "A veces, con el talento no es suficiente, porque también hace falta el respaldo económico. Sin dinero no vas a ningún lado. En mi caso, con mis propios medios no podría competir y todos los años tengo que seguir buscándome la vida para encontrar patrocinadores", constata. Este año, el apoyo de Tommy Hilfiger, la marca que ha vestido a Lewis Hamilton o George Russell, supone un fantástico aval.

La mera subsistencia implica todo un desafío en la F1 Academy, una categoría nacida en 2023 sobre las cenizas de las W Series. Bajo los auspicios de Susie Wolff, mujer del team principal de Mercedes, el objetivo prioritario fue recaudar fondos y evitar otro desplome financiero como el que había liquidado el tramo final de las W Series en 2022. Su formato se asemejaría a la F4, con 15 participantes al volante del mismo coche (Tatuus F4-T421), propulsado con un motor de cuatro cilindros y 165 CV. Para gozo del automovilismo español, Marta García se proclamó campeona con los colores de Prema Racing. Martí, como en 2021, su año de debut en las W Series, acabó cuarta en la general, con una victoria (Le Castellet) y una pole (Cheste).

Gimnasio y simulador

"Vamos en la dirección correcta, porque todo el mundo está apoyándonos y ayudándonos. Este año se ha dado otro gran salto de calidad. Nos están dando formación, visibilidad y unas oportunidades que hacen falta para que en un futuro podamos llegar bien preparadas", analiza. Y ese proceso de aprendizaje se traslada a su día a día en un Centro de Alto Rendimiento en Valencia. "Hacemos un poco de todo, tanto física como mentalmente. Trabajamos con cardio en el tren superior e inferior, pero también ejercitamos, de forma específica, los músculos del cuello", detalla. Por supuesto, el esfuerzo se compagina con la preparación en el simulador de Campos Racing.

La fiebre por el motor de Nerea se fijó en la infancia gracias a algunos "documentales sobre Ayrton Senna", su propia obstinación y el entusiasmo de su familia. "No conocíamos nada del mundo, no teníamos contactos, no teníamos nada. Pero de tanto dar por saco abrieron un pequeño equipo sólo para mí", recuerda sobre la influencia de Miguel, su padre, y Carlos, su tío, en sus primeros pasos en el karting. Desde su debut a los 14 años ha competido rodeada de hombres. Y se ha labrado un hueco pese a las dificultades.

"Corrí contra chicos desde el inicio y nunca tuve ningún problema para enfrentarme con ellos. He sido una más en pista. Incluso he ganado carreras. No he tenido ningún tipo de problema. Al contrario. También he sabido ganarme el respeto desde el primer momento. Siempre he competido como si fuera una más con el mismo objetivo que todos, que es ganar", desgrana. A esa naturalidad no agrega ningún matiz reivindicativo, como el de otras compañeras, con Cristina Gutiérrez, flamante campeona del Dakar en la categoría Challenger, al frente.

Martí, el pasado marzo en Jeddah.

Martí, el pasado marzo en Jeddah.CAMPOS RACING

"No compito para cambiar el pensamiento de nadie. Cada uno tiene sus ideas. Yo corro por mí, por mis éxitos, por mi futuro y por mis sueños. Si durante ese trayecto consigo que algunas personas cambien de opinión, perfecto, pero cada uno es libre de pensar lo que quiera", sostiene. De hecho, a su último podio en Arabia Saudí tampoco le añade ningún valor simbólico. "Cuando entro en un circuito me concentro en lo mío y me olvido un poco del resto. Pero sí que es verdad que este año había más mujeres. Compartimos un rato con un equipo de baloncesto femenino de allí, así que muy bien por ese lado", subraya.

La insólita penalización a Doriane Pin, por seguir a fondo tras la bandera a cuadros, valió el tercer escalón del podio en Jeddah. Un buen presagio para las 12 carreras de 2024, repartidas en dobles sesiones en Miami, Montmeló, Zandvoort, Singapur, Qatar y Abu Dhabi. ¿Dónde veremos, pues, a la mejor Nerea? "Soy muy constante en la preparación y eso hace que también lo sea en la pista. En los circuitos muy técnicos soy rápida. Mi punto débil quizá sea la primera vuelta, pero he estado trabajando mucho y voy a más". No hay mejor receta que el optimismo para encarar el futuro. Aunque sea con los pies en el suelo. "Tengo que seguir trabajando porque cada año es una aventura. Hay que crear nuevas oportunidades para seguir en este deporte tan difícil y bonito a la vez".

Mercedes y Red Bull, a la gresca por Verstappen: "A veces sólo se quiere generar ruido"

Mercedes y Red Bull, a la gresca por Verstappen: “A veces sólo se quiere generar ruido”

La superioridad de Max Verstappen en Shanghai no sólo se plasmó ayer en los 13 segundos sobre Lando Norris en la meta, ni con su ritmo de carrera, 77 centésimas más rápido por vuelta que McLaren y 1,27 segundos mejor que Ferrari. El dominio de Red Bull quedó aún más evidencia en los boxes, con un doble pit-stop casi simultáneo para sus dos pilotos en la vuelta 10, resuelto en apenas 2,1 y 2,0 segundos. De hecho, la única preocupación de Mad Max durante el tramo final se redujo a no pasar por encima de las piezas del Sauber de Guanyu Zhou esparcidas sobre el asfalto: «Pasé por la zona a 300 km/h y sólo quería comprobar que todo estaba bien, porque los neumáticos, cuando se enfrían y envejecen, se pinchan fácilmente». Sin nadie que le incordiase, el líder del Mundial impartió ayer otra clase magistral en China.

Para saber más

En realidad, el regreso al Shanghai International Circuit, tras cuatro años fuera del calendario, resultó casi perfecto para Verstappen, porque el sábado también supo remontar desde la cuarta plaza hasta la victoria en la sprint race. Incluso cuando tropieza con algún obstáculo por el camino, el tricampeón mundial se impone con extraordinaria suficiencia. Mientras Sergio Pérez no lograba echar el lazo a Norris, el neerlandés volvía a batir a su compañero con 69 centésimas por vuelta. Con este cuarto triunfo del año, Red Bull ya suma 117 a lo largo de toda su historia, con lo que supera el registro de Mercedes en la era moderna (116, si descontamos sus nueve victorias de 1950).

Con McLaren y Ferrari sin recursos ante el aterrador ritmo del RB-20, los intentos de desestabilizar a Red Bull se ventilan fuera de la pista, donde Toto Wolff, jefe de Mercedes, sigue cortejando a Verstappen. Al igual que en Jeddah y Melbourne, donde admitió que le «encantaría» contar con el neerlandés en su garaje, el austriaco reiteró ayer sus recados a Max de un modo más sutil. Es decir, señalando a 2026, cuando entrará en vigor la nueva normativa. «Estamos en una posición muy buena para 2026. Somos ambiciosos con los objetivos que nos hemos marcado para la unidad de potencia, la batería, el combustible y si somos capaces de producir un chasis decente, seremos una valiosa alternativa», adelantó el team principal de las Flechas de Plata.

La ironía de Horner

Este mensaje velado, lógicamente, cayó ayer bastante mal en Red Bull y Christian Horner no tardaría en replicar. «No creo que los problemas de Toto sean sus pilotos. Probablemente tenga otros elementos en los que necesita centrarse en lugar de buscar pilotos que no están disponibles», aseguró el británico. Por si quedaba alguien que no se diese por enterado, Horner dejó constancia de que, en estos momentos, Mercedes cuenta con menos prestaciones que McLaren y Aston Martin, dos de sus equipos clientes.

«¿Habéis oído que George Russell termina contrato a finales de 2025? Quizá no esté tan interesado en 2026. El mercado se mueve», ironizó. Cuando le preguntaron si la posición de Verstappen no viene siendo calculadamente confusa, Horner despejó las nubes en el horizonte. «Puedo asegurar que no hay ambigüedad sobre dónde estará Verstappen el año que viene», zanjó.

Asimismo, tras una pregunta relativa a si Max debería poner coto a los rumores, Horner se mostró concluyente: «No sé cuántas veces tiene que decirlo. Lo ha repetido muchas veces. No voy a entrar en eso, porque creo que a veces sólo se quiere generar ruido». En cuanto al propio protagonista, que a finales de 2021 firmó un contrato multianual, las cosas también parecen claras. «Lo único que dije desde el principio es que queremos tener un ambiente tranquilo. Mientras esté contento con el equipo no habrá razones para irme», concedió Verstappen. En su decisión final pesará también el criterio de su padre Jos y Raymond Vermeulen, su agente. A la espera de una solución, seguirá arrasando a quien se le cruce estos días por la pista.

Fernando Alonso, sobre su séptimo puesto: "Vuelve a ser un milagro"

Fernando Alonso, sobre su séptimo puesto: “Vuelve a ser un milagro”

No guardó nada Fernando Alonso durante sus dos últimos relevos en Shanghai. Con el neumático duro, que pudo sostener durante 20 vueltas, y con la goma media, que le hizo cumplir los últimos 13 giros, el asturiano volvió a mostrar su feroz apetitivo competitivo, que le hizo progresar desde la duodécima hasta la séptima posición en la meta. Un jugoso premio para el líder de Aston Martin si consideramos el nuevo batacazo de Lance Stroll, decimoquinto en la meta.

"Cuando se nos da la oportunidad, como la salida, que estamos todos en igualdad de condiciones, volvemos a ganar una plaza y a divertirnos. Y luego, cuando los coches bajan a su posición natural, vuelve a ser un milagro que acabemos los séptimos", valoró el bicampeón mundial en los micrófonos de DAZN.

A juicio de Alonso la excesiva duración del safety car ayudó a quienes no tenían que volver a pasar por boxes para mantener la vida útil de sus neumáticos. Aunque a partir de la quinta vuelta ya nunca pudo asomarse a los puestos de podio, el ovetense se sentía más que satisfecho por su rendimiento en Shanghai. "Hemos acabado a cuatro segundos de George Russell y 10 segundos de un Ferrari, cosas totalmente impensables".

"Mejor que el año pasado"

"Hemos acabado delante de Lewis Hamilton y Oscar Piastri, cosas que no son normales. Creo que tenemos un coche, o ayer lo vimos en la sprint, un segundo más lento de media que los McLaren y los Ferrari y conseguimos estar peleando con ellos en carrera, así que muy contentos", valoró el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans.

Pese a la extraordinaria punta de velocidad de Lance Stroll (348 km/h), lo cierto es que el AMR24 sigue lejos del rendimiento de Red Bull, McLaren y Ferrari, los tres equipos más poderosos del fin de semana en China.

"El coche es mejor, casi un segundo y medio más rápido que el del año pasado, como vimos en Japón cuando lo comparamos. Pero nuestros rivales son fuertes. McLaren es un equipo muy fuerte, Ferrari y Mercedes también. Red Bull está en otra liga. Parece que estemos séptimo, octavo o noveno, que no es tanto como el año pasado, pero no es que el coche sea peor, es mejor, pero los otros son grandísimos equipos", finalizó el español.

Verstappen no da tregua y Alonso planta batalla en Shanghai

Verstappen no da tregua y Alonso planta batalla en Shanghai

Max Verstappen, como una aplanadora, no dio margen a McLaren y Ferrari en Shanghai. Ni una opción durante 56 vueltas, aunque Lando Norris sorprendiese a Sergio Pérez para subir a la segunda plaza del podio. Un safety car y la estrategia a dos paradas castigaron al mexicano en detrimento del británico, elegido piloto del día. No hubo mucho más donde rascar en el regreso a China, porque la regresión de Ferrari y la implacable inferioridad mecánica de Aston Martin, dejaron a Carlos Sainz y Fernando Alonso en el quinto y el séptimo puesto, respectivamente.

Admitía Verstappen en la meta que su RB20 iba sobre raíles y ni las ralentizaciones de los coches de seguridad iban a comprometer un triunfo decantado desde antes de la salida. Pronosticaba Norris la inferioridad de su coche frente a los Ferrari, aunque no pudo equivocarse de un modo más flagrante. Fue un domingo sin épica, sin historias que contar a los amigos, sin emoción alguna, porque Red Bull ha retomado el hilo y no parece dispuesto a soltarlo. Alonso puso todo de su parte, aunque terminó perdiendo cuatro posiciones. No hay más donde sacar en ese coche.

De salida, el asturiano no se conformó con salir en una zona en la que nunca podría competir con Red Bull, sino que además se permitió la licencia de atacar por fuera a Pérez en la primera curva. Aguantó cinco vueltas en la segunda plaza, hasta que Checo pudo con él por el interior de la curva 6. La competitividad del AMR24 ni siquiera iba a sostenerse ante el McLaren de Norris, que un par de vueltas más tarde aprovechó el DRS para el adelantamiento en la curva 14.

Remontada de Hamilton

El campo de laboratorio de la zona trasera había quedado inaugurado por Lewis Hamilton en el décimo giro y sólo dos más aguantó Alonso con el neumático medio, antes de cambiar al duro. El heptacampeón, desde la antepenúltima plaza de la parrilla, se batió el cobre con más dedicación que de costumbre. Hasta acabar noveno, que no parece poca cosa dados los tiempos que corren para las Flechas de Plata.

En la vuelta 13, llegó el turno de los dos Red Bull, con una superioridad tan notoria como para permitirse esa doble parada. Había que examinar el ritmo de Ferrari y su hipotética ventaja ante Mercedes y McLaren. Sainz apenas podía asomar la nariz ante Russell, así que su atasco en la novena posición se prolongó más de lo debido. Cuando pasó a los duros, también protagonizó una bloqueada frente a Lance Stroll.

En la vuelta 21, el virtual safety car provocado por la avería de Valtteri Bottas dio una oportunidad a Leclerc. Pero como los comisarios no conseguían sacar al Sauber de la trazada, la dirección de carrera pasó al safety car. Aston Martin apostó por el blando para Alonso, mientras los favoritos, incluidos los dos Red Bull, preferían una segunda parada para montar el duro. Se trataba de un plan alternativo con el asturiano, con quien había que arriesgar en busca de la heroica.

La jugada de McLaren

Casi de inmediato pudo superar a Sainz, con el nuevo calzado, aunque la carrera volvería a quedar ralentizada por culpa del accidente entre Yuki Tsunoda y Kevin Magnussen en la curva 5. Stroll se había llevado por también por delante a Ricciardo, completando la doble desgracia de los Red Bulls Racing. Los comisarios castigaron con 10 segundos tanto al alemán de Haas, como al canadiense de Aston Martin.

Por delante, Leclerc iba cerrando los espacios a Pérez, con tal insistencia que el doblete de Red Bull quedaba seriamente comprometido. El plan D de Ferrari, con una sola parada, coincidía con el de Norris, instalado en la segunda plaza, complicando la existencia a Pérez. Aunque no se lo tomaran demasiado en serio cerca de Christian Horner, la jugada de McLaren iba absolutamente en serio.

Alonso, por contra, tenía que pasar por boxes en la vuelta 43 para montar los duros. De la quinta plaza, a la duodécima, pero con un neumático que le permitía rodar en los tiempos de Red Bull. Su remontada hacia los puestos de honor iba a certificarse ante Hamilton y Oscar Piastri, con pasmosa naturalidad. Stroll, como de costumbre, caía por pura inercia, dejando una vacante que aprovecharía Nico Hulkenberg, uno de los más consistentes de la parrilla. La séptima plaza de Alonso, comprometida hasta el final por la degradación, al menos pudo redondearse con el bonus de la vuelta rápida (1:37.810).

Fernando Alonso asombra a una vuelta y saldrá tercero en Shanghai

Fernando Alonso asombra a una vuelta y saldrá tercero en Shanghai

El viernes había asombrado con un asfalto húmedo y unas horas antes, durante la sprint race, se había batido implacable con Carlos Sainz antes de sufrir un pinchazo que le costó el abandono. Había dudas, por supuesto, sobre el rendimiento de Aston Martin en seco, pero Fernando Alonso se sacó de la manga dos impresionantes vueltas en Shanghai. Sólo cedió ante Max Verstappen, autor de la pole (1:33.660) y Sergio Pérez, que esta vez sí sacó lo mejor del Red Bull. El mejor modo de celebrar su nuevo contrato. La enésima demostración de que, con 42 años, aún puede desafiar a quien se le ponga por delante.

McLaren y Ferrari andaban a la gresca, buscando un puesto de privilegio. Aun sin recursos para discutir la sexta pole consecutiva de Verstappen, Oscar Piastri, Lando Norris, Sainz y Charles Leclerc, sabían de su velocidad a una vuelta. Pero a la hora de la verdad, todos cedieron paso a Alonso, autor de su mejor clasificación del año. El asturiano supo incluso reponerse a un pequeño error en el primer parcial. Se le habían escapado dos décimas, pero antes de abortar su intento, decidió seguir a fondo.

Fuera de toda lógica, porque Lance Stroll ni siquiera había podido colarse en la Q3, con 69 milésimas de déficit ante el Sauber de Valtteri Bottas. Sin embargo, Fernando supo reunir lo mejor de su repertorio en el primer intento, apenas 39 centésimas peor que Verstappen. Colarse entre Ferrari y McLaren ya debía hacer sentir feliz a Mike Krack, team principal de Aston Martin, pero Alonso aún traspasó más los límites (1:34.148).

Sainz, contra las protecciones

Mientras Red Bull festejaba su centésima pole en la F1, Ferrari regresó a las dudas. Sus ingenieros arriesgaron con una configuración aerodinámica distinta, buscando mejor ritmo en carrera y perjudicando la velocidad a una vuelta. Sobre un asfalto con demasiada abrasión, el SF24 nunca pareció competitivo. Leclerc ganó por la mano a Sainz. Pero el sexto y séptimo puesto obliga a una improbable remontada. Y aún pudo ser peor para el madrileño.

La Q2 avanzaba tras el primer aviso serio de Verstappen (1:33.946), con una sustancial ventaja sobre los McLaren. Restaban seis minutos cuando Sainz provocó una bandera roja. Fue pisar la grava de la última curva y salir despedido en dirección contraria, unos metros antes de la línea de meta. Aun sin marcar un tiempo válido, el madrileño pudo al menos arrancar el coche, dar una vuelta a paso de tortuga y alcanzar los boxes para las pertinentes reparaciones.

Hamilton, fuera en la Q1

Por fortuna, no había daños sustanciales en el alerón trasero ni en el fondo plano, así que Carlos pudo volver casi de inmediato para buscar su pase a la Q3. Y lo hizo, si no a lo grande, sí con soltura. Con un tiempo de corte de 1:34.7, Nico Hulkenberg y Bottas ocuparon las vacantes dejadas por Aston Martin y Mercedes.

La euforia de su segundo puesto en la sprint race matinal se había desvanecido demasiado pronto para Lewis Hamilton, eliminado en la Q1 por culpa de un bloqueo a la llegada a la curva 14, que le costó medio segundo. Y aún pudo ser peor si llega verse afectado por la ralentización obligada por un espectacular trompo de Logan Sargeant. Un desenlace tan igualado como para que Nico Hulkenberg alcanzase la sexta plaza con un Haas, para que los Alpine siguieran adelante o para que Pérez salvase los muebles por un suspiro. No hubo piedad, en cambio para Guanyu Zhou, por quien suspiraban miles de aficionados en las tribunas.

Las ambiciones renovadas de Fernando Alonso y sus próximos récords a los 42 años

Las ambiciones renovadas de Fernando Alonso y sus próximos récords a los 42 años

Se hicieron muy largos en China los cuatro años fuera del Mundial, aunque pasaron como un fogonazo para Fernando Alonso. La última vez que había pisado el Shanghai International Circuit, en noviembre de 2018, el asturiano aún disputaba el Mundial de Resistencia con Toyota. Ahora, con 42 años, acaba de firmar un nuevo contrato con Aston Martin hasta 2026. Lejos de dejarse dominar por la nostalgia, Fernando mira hacia adelante con ambiciones renovadas. Si nada se tuerce, durante el próximo GP de Qatar se convertirá en el primer piloto con 400 carreras en la Fórmula 1. Y eso supondrá sólo un primer paso.

Alonso, el único de la actual parrilla que hace dos décadas disputó la carrera inaugural en Shanghai, mantiene intacta la pasión. Por eso ha decidido renovar su vínculo con la escudería de Silverstone. Y por eso se ha comprometido al 100% con un trabajo que le aleja de su familia. Nadie en el paddock duda de su talento, ni de su capacidad de sacrificio para mantenerse entre la elite a una edad tan avanzada. De hecho, hace sólo dos semanas él mismo admitió que el GP de Japón había sido una de las cinco mejores actuaciones de su vida. Ahora sólo necesita que el AMR-24 dé un paso adelante para pelear ante Red Bull y Ferrari.

Porque una victoria convertiría a Alonso en el piloto de más edad en ganar desde Jack Brabham en el GP de Sudáfrica de 1970. Y un podio le permitiría superar a Alain Prost como el cuarto con más 'top-3' de todos los tiempos. En cualquier caso, su relevancia histórica trasciende ese corto plazo. Si nada se tuerce, cuando acabe el Mundial 2026, habrá participado en 452 grandes premios. Es decir, el 38,5% de las carreras desde el arranque de la Fórmula 1, allá por 1950. De este modo superará a Rubens Barrichello, quien tras su adiós en 2011 había participado en el 37,6%. También a Michael Schumacher, que acumulaba el 34,9% tras su despedida en Interlagos en 2012.

Desbancar a Hill

Aunque ninguna figura tan apropiada para establecer analogías con Alonso como Graham Hill. No sólo porque el ex piloto de Lotus se consagró dos veces como campeón mundial, sino porque aún hoy permanece como único dueño de la Triple Corona, el galardón que distingue al ganador del GP de Mónaco, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis. Un viejo anhelo para Alonso, a quien sólo falta un triunfo en el legendario óvalo del Brickyard, después de tres intentos frustrados. A la espera de una nueva oportunidad, el asturiano sí podrá arrebatar otro honor a Hill en 2026. Porque desde el GP de Brasil de 1975, el último del británico, nadie se ha sentado en un F1 con 45 años.

A lo largo de este último medio siglo, sólo Vittorio Brambilla, Mario Andretti, Jacques Laffite, Rene Arnoux, Philippe Alliot, Nigel Mansell, Pedro de la Rosa, Michael Schumacher, Kimi Raikkonen y el propio Alonso participaron en un gran premio una vez superados los 40. El próximo en incorporarse a ese club, a partir de 2025, será Lewis Hamilton, ya vestido de Ferrari. Viejos rivales en McLaren, ambos se han beneficiado de la actual coyuntura en la F1, donde la veteranía resulta un bien demasiado preciado.

El túnel del viento

Baste mencionar que este Mundial ha sido el primero en el que no hubo ni una sola novedad respecto a la parrilla del año anterior. Aunque el calendario resulta agotador y los monoplazas siguen siendo exigentes para el físico, lo cierto es que Alonso o Hamilton no necesitan llevarlos al límite durante todas las vueltas, debida a la alta degradación de los neumáticos. Además, la experiencia multiplica su valor en un campeonato sin apenas pretemporada y con fuertes recortes en la duración de los entrenamientos. Ante este panorama, los equipos punteros recelan de la sangre joven.

De momento, el objetivo prioritario para Alonso pasa por aprovechar los recursos de Aston Martin. No sólo en cuanto a su capital humano, con Dan Fallows, Eric Blandin y el reciente fichaje de Andor Hegedus, sino también gracias a los datos procedentes de la fábrica. En Silverstone ya se cuentan los días para la puesta en marcha de su túnel del viento, prevista para diciembre. Y la apuesta final quedará para 2026, cuando entre en vigor la nueva normativa y el coche monte los motores Honda. Poco antes de anunciar su retirada, Alonso se convertirá en el cuarto campeón más veterano en activo, sólo por detrás de Giuseppe Farina (48 años), Juan Manuel Fangio (47) y Hill (45 y 11 meses).

La vida sin frenos de Dani Benítez: "El problema era mío, que no escuchaba a nadie"

La vida sin frenos de Dani Benítez: “El problema era mío, que no escuchaba a nadie”

A Dani Benítez (Lloseta, 1987) no se le cayeron los anillos cuando aceptó trabajar en una empresa de fertilizantes. Con ese salario sacaría adelante a la familia, mientras mataba el gusanillo en el Arenas de Armilla, de Tercera REFF. Su vida en Granada ya no es aquel desenfreno que acabó de forma abrupta en febrero de 2014 por un positivo de cocaína. Hoy es feliz.

Usted ya no prueba ni una gota de alcohol, ni ha vuelto a coquetear con las drogas. ¿Se considera totalmente curado?
Eso sería admitir que yo he tenido un problema con estas sustancias, cosa que no ha sido el caso. El alcohol, por ejemplo, realmente no me gusta. La gente que está a mi alrededor lo sabe. Realmente no me apetece, así que no bebo.
Una de las claves de su libro es la importancia que otorga a quienes en un momento tan difícil le echaron una mano...
En esa época tenía un trato prácticamente nulo con mi familia, pero siempre he contado con amigos que me han ayudado muchísimo. Lo que sucedía es que por entonces no escuchaba a nadie. Siempre he ido muy a mi rollo y tal vez si hubiese hecho caso a a mucha gente que tenía cerca, no hubiese cometido algunos errores. El problema era mío, que no escuchaba a nadie.
¿Ningún amigo le decía que estaba tirando su vida por la borda?
Me lo han dicho muchas veces, pero es que con aquel Dani era muy complicado. Estaba tan cerrado en mi pensamiento y en mi mundo que era imposible. Mikel Rico, por ejemplo, fue posiblemente el compañero del fútbol que más veces me lo dijo, pero Dani hacía lo que quería.
Los íntimos de Maradona decían que siempre había que distinguir entre Diego, el chico que había crecido entre la miseria de Villa Fiorito, y Maradona, el personaje que él mismo se había montado para protegerse del mundo. ¿Le suena de algo?
Me siento bastante identificado. A ver, yo siempre he sido una persona muy sencilla y muy cercana con todo el mundo. De hecho, gente que me ha pedido una foto por la calle siempre me lo ha dicho: "Oye, pues qué normal". Es que yo soy una persona normal, de carne y hueso. Lo que pasa es que en torno a mi figura futbolística se construyó un personaje muy diferente a quien realmente soy. Es cierto que tenía ese punto de niño más extrovertido, más dinámico, más de llamar la atención. Pero no tenía nada que ver realmente con todo lo que lo que se ha dicho que he hecho. Granada es una ciudad donde está a la orden del día hablar de la gente o inventar cosas. Se han dicho cosas que quien las haya inventado o iba borracho o se ha querido pegar una vacilada con sus colegas. Incluso dijeron que me había jugado un Audi R8 en una partida de póker. Es de locos.
A lo largo de todos estos años en el fútbol habrá conocido a mucha gente sin escrúpulos. ¿Aún guarda rencor a alguien?
Sinceramente, no. Ni a gente del fútbol ni a nadie. Soy cero rencoroso. Aunque evidentemente haya vivido situaciones o momentos donde podría tener ese rencor, es algo que no me gusta.

"Ya no se preocupaban por mí, ni siquiera para mandarme un mensaje y ver cómo andaba"

Hoy se habla de que los futbolistas viven aislados en una burbuja que les aísla del mundo real. Ahora que usted vive un poco alejado de todo eso. ¿Cómo ve este fenómeno desde fuera?
En mi época, tras el entrenamiento nos íbamos al bar de enfrente con la afición a tomar una Coca-Cola, una cerveza o unas tapas. Hoy en día eso es imposible. Y vosotros, los de la prensa, lo sabéis, porque cada día os cuesta más llegar a un futbolista simplemente para entrevistarle. Y por una parte lo entiendo porque si la gente habla muchísimo, al final tú como futbolista lo que buscas es pasar un poco desapercibido. Por esa parte lo entiendo y lo respeto. Pero por otra no. Creo que se ha perdido un poco el acercamiento con la afición. Y creo que eso también es bueno tanto para el club como para los jugadores. Es cierto que no todos son así. Hay algunos cercanos. Pero también hay mucho miedo a las críticas, a que hablen mal de él. Y sabe perfectamente que de un día para otro puede pasar de muy bueno a muy malo. Ese miedo es el que ha hecho que se cierren un poco.
Guti solía decir: "Yo me veo saliendo con 20 años, no con 60. Me veo ahora en la discoteca, no dentro de 40 años".
Eso lo piensa el 90% de la gente, pero claro, al ser más mediático, el mensaje de Guti tenía mucha más fuerza. Estaba siendo sincero y eso lo admiro.
El estigma social de verse señalado en Granada debía de resultar complicado, pero verse como un apestado entre sus compañeros de profesión pudo escocer aún más...
Soy consciente de que me lo gané por lo que hice, pero también es cierto que me dolió bastante. Porque no te lo dicen, pero tú lo percibes. Tonto no soy y me daba cuenta de que ya no era lo mismo. Ya no se preocupaban por mí, ni siquiera para mandarme un mensaje y ver cómo andaba. Los futbolistas quieren tener los menos problemas posibles y es muy raro que salga alguien a defenderte. Pero eso también me ha servido para saber realmente quién ha estado junto a mí y quién no. De todo se aprende en esta vida.
¿Se puede explicar con palabras lo que sentía conduciendo un coche a casi 300 km?
No, no se puede. Supongo que alguien puede pensar «este tío es tonto», porque que me jugaba la vida y la de los demás, que es aún peor. Pero era una sensación de desconexión total. Ponía el volumen a toda hostia y a todo lo que diera el coche. Ese momento de adrenalina no lo suplía con nada. Me evadía de todo. Lo hacía como quien tiene un problema y necesita tomarse unas pastillas.
De todas las mochilas con las que ha tenido que cargar en la vida, ¿cuál ha sido la más pesada?
Evidentemente, una fue el fallecimiento de mi madre en 2011. La otra es que siempre he echado de menos tener una familia. Cuando vienes de padres que no tienen una buena relación... Esa es la mochila que más problemas me ha traído. Aunque yo no dijera nada, lógicamente lo sufría en silencio.

JAVI MARTINEZ

Cuando el cáncer se llevó a su madre, usted andaba en una espiral de excesos que le impidió sentir nada...
Perdí la ilusión por todo, me daba igual que todo fuera blanco o negro. Ese fue mi problema. No percibía nada, ¿sabes? Es como si mi vida hubiera acabado, como si hubiera estado un tiempo en standby. Hoy lo afronto con mucha más tranquilidad.
¿Este libro le va a ayudar a perdonar a su padre?
Mi padre está perdonado desde hace tiempo. La semana pasada me preguntaron si me había maltratado. Mi padre no me maltrató. O sea, no me pegó palizas. Pero que el que yo hable así de él es porque me dolió mucho que no haya sabido gestionar lo que es una relación entre padre e hijo. Porque ahora yo, que soy padre de tres niños, lo veo muy diferente, ¿sabes? Si tuviera que perdonarle algo es el hecho de no haber gestionado mejor, de no haber estado más cerca. Cada uno sabe lo que hace en su vida y si él no ha tenido esa decisión de decirme a mí nada, o bien por orgullo o bien porque él lo ve de un modo diferente, pues ya está. Al final es mi padre y eso no lo va a cambiar nadie.
Una de las imágenes más potentes del libro es la suya encerrado en su casa de Mallorca, con las persianas bajadas, tras el positivo por cocaína. ¿Llegó a pensar en el suicidio?
Sí, por supuesto. Coincidió con mi separación y fue posiblemente el momento más duro de mi vida. Llegó un punto que dije "o voy palante, afronto todo e intento cambiar o me quiero ir de este mundo". Porque no tenía sentido que yo siguiese aquí.
¿Recurrió a la ayuda de algún profesional?
Respeto totalmente a los psicólogos y a los psiquiatras, pero considero que al final sales por ti mismo. Con eso me me valió para tirar, para ser cabezón y para conseguir lo que quería, que era cambia. No fui nunca ni necesité ayuda de un profesional.

"Uno de mis fallos fue ser tan normal y cercano con todo el mundo"

Algunos jugadores no ven el fútbol como un fin en sí mismo, sino como un medio para adquirir fama y dinero. ¿A uste te gustaba realmente el fútbol?
Uno de mis fallos fue ser tan normal y cercano con todo el mundo. Y eso también fue contradictorio porque yo amo el fútbol y odio la fama. Soy un tío con mucha personalidad y siempre me ha dado igual.
Sólo ha pisado una vez de nuevo el estadio de Los Cármenes. Quizá por nostalgia de una época muy buena en cuanto fútbol, pero también muy negra a nivel personal...
Fui una vez con mi con mi hija Candela, pero no he querido volver por sentimiento de culpa. Me decía: "Hostia, estaba ahí dentro jugando y y ahora estoy aquí por esto y por esto". Y luego también por la gente, porque imagina meterte con todo el mundo que prácticamente sabe quién eres. Cada vez me agobian más los sitios con mucha gente, donde no paran de pedirme fotos. No me gusta. La parte mala es que el Granada no ha querido saber nada de mí y eso me ha dolido mucho más que cualquier otra cosa. Así que prefiero no ir. A nivel de directiva y de club, se están haciendo las cosas muy, muy mal. Por eso está así el club, la verdad.
Si alguno de sus hijos se enfrenta un día a los problemas que usted sufrió... ¿cómo cree que actuaría?
Intentaría hablar con él, explicarle las cosas. No creo que pase, la verdad, pero si se diera estoy completamente preparado para pasar por eso y ayudarle para que no tenga ese problema. Gracias a Dios. mis hijos están fenomenal. Son chavales muy listos y no creo que vayan a sufrir lo mismo.

JAVI MARTINEZ

Ahora se habla mucho de los insultos en los estadios. A usted le cantaron de todo. ¿Alguna vez pensó que lo tenía merecido?
Si mi nombre fuera Vinicius... ¡madre mía! Ha sido una locura lo que he vivido en campos de Tercera, pero nunca he pensado que lo mereciese. Creo que no hay excusa para entrar en el terreno personal.
Usted cree mucho en el destino. ¿Considera que todo este sufrimiento ha merecido la pena?
Por supuesto. He aprendido muchísimo y me ha hecho madurar. Porque el mayor de mis males ha sido la falta de madurez.
Guardiola: "Qué manera tan cojonuda de perder"

Guardiola: “Qué manera tan cojonuda de perder”

A Pep Guardiola sólo le quedó felicitar al Real Madrid por su heroico desempeño en el Stadium of Manchester. "Claro que le doy mérito porque defendieron muy bien", subrayó el técnico del City, que eludió cualquier apelación a la justicia. "Hemos jugado de forma excepcional, pero no pudimos marcar. El fútbol es de goles y ellos lo hicieron un poco mejor en los penaltis", reiteró tras el tremendo esfuerzo de sus futbolistas.

Pese al dolor por la eliminación, Guardiola dejó una de esas frases que sus seguidores podrían esculpir en bronce. "Qué manera tan cojonuda de perder", exclamó. La apelación a su maestro Johan Cruyff, que decía no creer en la suerte, sólo representó el inicio del alegato. "Si la gente se lo ha pasado bien, yo encantado". De nada sirvieron los 33 disparos del City , 12 de ellos a portería y otros 12 bloqueados por la defensa. Una cifra cuatro veces superior a la de los blancos, cuya ofensiva se limitaría a un sólo saque de esquina, por 18 de los locales.

"Hemos jugado muy bien, pero no hemos podido cerrarlo. Sólo puedo pedir esto a mis jugadores. Claro que les doy mérito, porque han sido capaces de aguantar. Hoy nos ha faltado el último disparo, el último detalle. No queda más que aceptarlo", concluyó el ex preparador del Bayern. Por su cabeza parecía revolotear aún el brillante fútbol de su equipo, que amasó el 67% de la posesión, con un 92% de acierto en el pase. Y esa decisión táctica que había dejado al Madrid aún más contra las cuerdas.

Doku, ante Carvajal

Desde antes del descanso arrastraba una tarjeta amarilla, por una infracción sobre Jack Grealish. Ya tenía mérito aguantar al 10 inglés, pero el asunto para Dani Carvajal se complicó aún más en el minuto 72, cuando Guardiola dio paso a Jérémy Doku. Era un momento crítico para el City, frustrado por tanto asedio sin fruto. El extremo, de 21 años, debía añadir esa pizca de fantasía. Desde su primera finta, la hinchada skyblue lo vio claro: el pase a semifinales pasaba por la bota derecha de Doku.

Hay algo insondable en la mirada del belga, uno de esos regateadores de los que se puede esperar cualquier cosa. Como de Ousmane Dembélé, con quien comparte club de procedencia: el Stade de Rennes. En sus 45 minutos, participó en 55 jugadas y sólo erró un pase (26/27), con 10 pérdidas, pero con un tremendo desequilibro por su zona. Sólo el coraje de Carvajal, una bestia competitiva, permitió al Madrid sostenerse en pie. Hasta que la musculatura del lateral estalló en el minuto 110. Contener a Doku representó la última frontera para el Madrid, sujetado bajo su larguero durante toda la noche.

Nada hubiese sido posible sin Lunin, que ya venía avisando antes de sus dos paradas en la tanda decisiva. El ucraniano, autor de ocho intervenciones y siete despejes, se impuso en casi todos los duelos aéreos de la noche. Sobre el mismo césped donde Thibaut Courtois cayó masacrado hace poco más de un año. Uno de esos escenarios que definen toda una carrera. Fue la noche de Lunin, como también la de un City que llevó el partido a unos niveles inasumibles para cualquier rival que no sea el Madrid.

Carvajal, ante Doku, el miércoles en Manchester.

Carvajal, ante Doku, el miércoles en Manchester.EFE

Porque con esa extenuante presión, ambiciosa y sincronizada, el equipo de Guardiola no sólo impedía cualquier amago de contragolpe, sino que recuperaba en posiciones de privilegio. De las intenciones había avisado, en el el sorteo Kyle Walker, quien eligió la primera posesión, en lugar de la habitual parcela de ataque en su guarida, donde el City encadenaba 41 partidos sin derrota. Un acontecimiento tan anómalo como los saques de fondo resueltos con balones en largo de Fede Valverde y Nacho. Casi sin aliento para sacudirse lo que se les venía encima, los hombres de Carlo Ancelotti sí resolvieron su primer acercamiento ante Ederson.

24 disparos en el área

La regularidad de Rodrygo en la Champions se entiende mejor a tenor de los cinco goles y las dos asistencias con las que ha saldado sus tres últimas participaciones. Un par de años después de su milagrosa aparición en semifinales, el brasileño volvió a aparecer puntual ante el City, su víctima favorita (cuatro goles en siete partidos).

La efectividad del 11 contrastó con la inoperancia rematadora de Erling Haaland, que volvió a cerrar una noche aciaga ante el 14 veces campeón de Europa. Antes del pitido inicial, Luis Figo había entregado al noruego el premio al máximo goleador de la pasada Champions, pero su infortunio volvió a concretarse con un cabezazo al larguero. A diferencia de hace ocho días en el Bernabéu, cuando resolvió con tres disparos lejanos, el City chutó 24 veces en 120 minutos desde dentro del área. Salvo con Kevin de Bruyne, al grupo de Guardiola le faltó esta vez la puntería. Y eso se paga muy caro en la Champions.

Las 10 claves del éxito de Xabi Alonso con el Bayer Leverkusen

Las 10 claves del éxito de Xabi Alonso con el Bayer Leverkusen

Hasta ayer, sólo la Juventus había sumado 43 partidos consecutivos, entre mayo de 2011 y mayo de 2012, sin conocer la derrota. Hasta ayer, sólo un monumento iluminaba el anodino skyline de Leverkusen, una ciudad industrial y pasada de moda, a medio camino entre Colonia y Düsseldorf. Era la Bayer-Kreuz, con su diámetro de 50 metros, el mayor orgullo para los hinchas, quienes en 2007 se empecinaron en salvarla de una muerte segura. Sin embargo, la cruz del gigante farmacéutico comparte hoy simbolismo con el busto de Xabi Alonso, el entrenador del momento en el fútbol europeo, el que ha obsequiado al Levekusen con su primera Bundesliga en 120 años de historia. Estas son las claves de su éxito.

1. Ataque líquido

El pasado noviembre, la revista Kicker ilustró la idea de fútbol de Alonso con una imagen mitológica. "Ha creado una criatura que se parece a la hidra. Cuando le bloqueas una ruta hacia el gol, logra abrir otras dos". La flexibilidad del Leverkusen, el modo en que sus futbolistas cambian de posición en campo contrario, parte de un esquema 3-4-2-1, aunque termina por canalizarse a través de mil cauces distintos. Por momentos, sus cadenas de pases pueden recordar a un equipo de Pep Guardiola, mientras sus devastadoras transiciones traigan al recuerdo a José Mourinho, otro de los maestros de Xabi. Con tanto dinamismo hasta los neutrales pueden identificarse con el fútbol ofensivo de un campeón que este curso ha marcado sus cinco goles al Bayern a balón parado.

2. Un mercado provechoso

El director deportivo, Simon Rolfes, se había enterado de que Leonita, la mujer de Granit Xhaka, suspiraba por volver a Alemania después de varios años en Londres. Así que no dudó en enviar al propio Alonso para convencer al capitán del Arsenal, que llegaría a cambio de 15 millones de euros para formar pareja con Exequiel Palacios, todo un campeón del mundo con Argentina. Aún sobraban 40 millones por el traspaso de Moussa Diaby, así que el presupuesto se dividió, casi a partes iguales, entre Victor Boniface, un ariete nigeriano procedente del Royale Union Saint-Gilloise belga, y Nathan Tella, que venía de alzar la Championship con el Burnley. Difícil encontrar mejor rendimiento con refuerzos tan alejados de la fanfarria.

Boniface, en el centro, festeja junto a Tapsoba, Tah y Tella.

Boniface, en el centro, festeja junto a Tapsoba, Tah y Tella.AFP

3. Carácter en el tramo final

La personalidad del campeón se ha forjado en situaciones de extrema necesidad, cuando no se ha dejado arrastrar por los nervios. Más bien al contrario. Seis goles a partir del minuto 85 abrieron la puerta a cuatro remontadas, dos en eliminatorias y otras dos en jornadas cruciales de Bundesliga El primer caso se dio el 20 de enero, con el 2-3 en el estadio del Red Bull Leipzig. Un par de semanas más tarde, en los cuartos de la Copa de Alemania, dio la vuelta al marcador ante el Stuttgart (3-2). Aún más increíble resultó el 3-2 al Qarabag durante los octavos de la Europa League, dado que en el minuto 70 caía 0-2. El 30 de marzo, el título liguero quedó casi visto para sentencia con el 2-1 al Hoffenheim, con goles en el minuto 88 y 90+1.

4. El cero en la portería

A los 34 años, Luká Hrádecký se ha consolidado como el capitán y el custodio bajo los palos. El finlandés es el guardameta con más porterías a cero de la Bundesliga (14), sólo por detrás de Yann Sommer (17 con el Inter) y Unai Simón (15 con el Athletic). De los 19 goles que encajó, sólo tres llegaron tras un saque de esquina, lo que habla del poderío de sus tres centrales, los que más balones aéreos ganaron en Alemania. Especialmente llamativa resulta la recuperación de Jonathan Tah, que hace poco más de un año acusaba una alarmante lentitud. Por su parte, el marfileño Odilon Kossounou (23 años) y el burkinés Edmond Tapsoba (25), han dado el salto hasta confirmarse como dos referentes en su puesto, donde destacan por su buena salida de balón.

5. Carrileros como cuchillos

A los 28 años, tras seis temporadas y media en Lisboa, la carrera de Alejandro Grimaldo parecía estancada cuando, el pasado verano, el Leverkusen acordó con el Benfica un traspaso a coste cero. En pocas semanas, el canterano del Barça pronto destacó por su juego por dentro, mientras por el costado derecho Jeremie Frimpong daba amplitud pegado a la línea. Las asombrosas cifras del valenciano (nueve goles y 13 asistencias en la Bundesliga) justifican por sí solas la llamada de Luis de la Fuente, que le hizo debutar con la absoluta el pasado noviembre en Chipre. Menos comprensible resulta la escasa confianza de Ronald Koeman en Frimpong, autor de 12 tantos y 13 pases decisivos en las tres competiciones.

Alonso, tras el pitido final ante el Werder Bremen.

Alonso, tras el pitido final ante el Werder Bremen.AFP

6. Actores de reparto

Sólo 72 horas después de un trabajadísimo 2-0 en la ida de cuartos de la Europa League, el Leverkusen alineó en el partido más importante del año a cuatro futbolistas (Nathan Tella, Robert Andrich, Piero Hincapie y Amine Adli) que no venían formando de inicio. A esta nómina de secundarios cabría añadir al croata Josip Stanisic, cedido por el Bayern, o el checo Patrik Schick, autor de goles trascendentales. El compromiso de todos con la idea y el hambre por la gloria casan bien con la juventud del Bayer. Con 26,9 años, su edad media es sensiblemente inferior a las de Inter (29,9), Real Madrid (28,1) o Manchester City (27,3). Entre los líderes de las grandes ligas, solamente Luis Enrique cuenta en París (25,5) con una escuadra más joven.

7. Una estrella de 20 años

No sólo se trata de que tras 41 partidos en tres competiciones acumule 17 goles y 18 asistencias. El fútbol de Florian Wirtz trasciende los números, porque siempre resulta aburdo intentar poner puertas a la fantasía. Partiendo desde la izquierda, jugando entre líneas, el mediapunta alemán es un especialista en los espacios reducidos. Con las medias casi por los tobillos, su juego es un canto al caos y la belleza. Con sólo 20 años ha dado el paso definitivo hacia el estrellato, pero en junio de 2019, con 16 recién cumplidos, ya fue una apuesta en firme del Leverkusen, que se lo arrebató, a cambio de 200.000 euros, a los odiados vecinos del Colonia.

8. Ojeador y arquitecto

Nadie recuerda sus tiempos como centrocampista trotón en el Oldenburg, pero la capacidad de Tim Steidten para detectar el talento ajeno le pronto se hizo célebre en la Bundesliga. Fue él quien llevó al Werder Bremen a un chaval pelirrojo del Chelsea llamado Kevin de Bruyne y quien dio confianza a Serge Gnabry, tras unos años calamitosos en el Arsenal y el West Bromwich Albion. En junio de 2019, Steidten aterrizaba en Leverkusen con su inquebrantable fe en la tecnología bajo el brazo. Hasta tal punto alcanza su afán de seguimiento que ha llegado a estudiar la frecuencia con la que un centrocampista gira la cabeza y observa lo que le rodea. Antes de fichar el verano pasado por el West Ham, sus mejores aciertos en el BayArena fueron Diaby -comprado al PSG a a cambio de 15 millones de euros y vendido al Aston Villa por 55- Frimpong, Tabsoba y Kossounou.

Wirtz, ante Paqueta y Emerson, durante el partido ante el West Ham.

Wirtz, ante Paqueta y Emerson, durante el partido ante el West Ham.AFP

9. La prioridad es todo

Aunque tuvo que rematar antes de tiempo la rueda de prensa, bajo la amenaza de otro baño de cerveza por sus futbolistas, Alonso no dudó en dejar claras sus prioridades: "Queremos más, queremos la Copa y también la Europa League". A esta ambición, muy humana, se sumaron los homenajes a Christoph Daum y Klaus Toppmöller, sus predecesores en el banquillo que forjaron la leyenda negra del Neverkusen. De aquella derrota ante el Unterhaching (2-0) que hizo campeón al Bayern durante la última jornada (10/05/2000), a la volea de Zinedine Zidane en la final de Glasgow (15/05/2002). Hoy, las opciones de triplete del Leverkusen se trasladan al 25 de mayo, con la final de la Copa de Alemania frente al Kaiserslautern, penúltimo hoy en la Bundesliga 2. En cuanto a la Europa League, el Bayer defiende su 2-0 ante el West Ham. Los otros tres rivales rumbo a las semifinales (Benfica, Atalanta y Roma) no se antojan, en este momento, superiores.

10. Triunfar sin un goleador

Con 191 centímetros de altura y 91 kilos en la báscula, las comparaciones con Romelu Lukaku no sólo fueron cosa de Marc Wilmots, ex seleccionador belga. El juego de espaldas de Victor Boniface y su potencia en los duelos facilitan la tarea a los mediapuntas. Los balones en largo también resultan más factibles gracias a su corpachón. Sin embargo, el nigeriano (18 goles en 27 partidos de las tres competiciones) aún queda lejos de la efectividad del futbolista de la Roma. Como ya se había roto dos veces el ligamento cruzado en 2020 y 2021, su lesión en el aductor desató las alarmas en enero. Alonso quiso minimizar los efectos contratando a Borja Iglesias, pero el ex delantero del Betis sólo ha anotado un gol en 15 partidos.

Xabi Alonso y el Leverkusen cierran a lo grande su primer título de la Bundesliga

Xabi Alonso y el Leverkusen cierran a lo grande su primer título de la Bundesliga

Un hat trick de Florian Wirtz, que había salido tras el descanso, resolvió el primer título de la Bundesliga para el Bayer Leverkusen, que puso fin, con cinco jornadas de antelación, a 11 años de dinastía del Bayern Múnich. El equipo dirigido por Xabi Alonso no sólo ha conquistado el mayor éxito en sus 120 años de historia, sino que mantiene su asombrosa racha invicta. Nada menos que 43 partidos sin conocer la derrota a lo largo de una temporada que aún podría cerrar con el triplete, alzando la Copa de Alemania y la Europa League. [Narración y estadísticas (4-0)]

Las rotaciones, con cuatro caras nuevas en su once inicial, no mermaron el rendimiento de un Leverkusen que ya había tomado ventaja con un penalti de Victor Boniface en el ecuador del primer tiempo y un espectacular disparo de Granit Xhaka a la hora de juego. Después de tres apurados triunfos por la mínima, la apabullante goleada ante el Werder Bremen llevó al delirio a los 30.000 espectadores que abarrotaban el Bay Arena. El espeso humo rojo de las bengalas teñía el ambiente, marcado por los bailes y abrazos de los futbolistas en el banquillo. La invasión de campo por parte de los hinchas, al grito de "¡Viva España!", obligó al árbitro, Hasmar Osmer, a dar por concluido el partido en el minuto 90, justo después del 5-0, obra de Wirtz.

"Es indescriptible. Aún no he asimilado lo que hemos hecho, así que tendré que volver al vestuario para ser consciente", aseguró Xhaka, fichado el pasado verano procedente del Arsenal a cambio de 15 millones de euros. El fin a la leyenda negra de un club al que llegaron a apodar Neverkusen, por su propensión a la tragedia. Entre sus momentos más negros, quizá ninguno como el curso 2001-02, cuando perdió en el último instante tres títulos, incluida la Champions ante el Real Madrid.

Varios registros

Alonso, como marca la tradición, recibió el baño de cerveza con el que se da por inaugurada la fiesta de los campeones. El momento más dichoso de su breve trayectoria en Leverkusen, iniciada en octubre de 2022, cuando el equipo deambulaba penúltimo en la tabla. El despegue lo que se antoja una trayectoria fulgurante. Porque el donostiarra, de 42 años, se perfila hoy como uno de los técnicos más influyentes de Europa. De momento, tras rechazar las ofertas de Liverpool y Bayern, ha firmado un nuevo contrato a orillas del Rin hasta 2026.

Si mantiene su racha en las cinco últimas jornadas, el Leverkusen será el primer campeón invicto de la Bundesliga. Una motivación extra para Alonso, criado a las órdenes de maestros como Rafa Benítez, José Mourinho y Pep Guardiola, pero con un libreto propio. Partiendo de su 3-4-3 en ataque y su 5-3-2 en defensa, el Leverkusen ha manejado varios registros a lo largo de la temporada. En la mayoría de ocasiones ha querido sentirse protagonista con el balón, aunque sin titubear tampoco cuando tuvo que protegerse, como hace dos meses durante su decisivo triunfo ante el Bayern (3-0).

La explosión de Alonso representa el mayor motivo de orgullo para un club que hasta ahora sólo contaba con la Copa de la UEFA de 1988 -resuelta con una increíble remontada ante el RCD Espanyol- y la Copa de Alemania de 1993. A su labor táctica hay que añadir el trabajo en los despachos de Fernando Carro, director ejecutivo, y la intuición de Tim Steidten, arquitecto de la plantilla campeona. El actual director deportivo del West Ham descubrió, antes que nadie, el potencial de jugadores como Jeremie Frimpong, Edmond Tapsoba o Wirtz, que hoy figuran en las agendas de los grandes transatlánticos del continente.