La historia derrota al juego en el Bernabéu con un Vinicius imparable ante el Dortmund

La historia derrota al juego en el Bernabéu con un Vinicius imparable ante el Dortmund

El carro se transformó en cuadriga con el sonido seco del latigazo que el coliseo blanco espera, paciente, por mala que haya sido la noche. Es el latigazo del gol. Lo soltó Rüdiger, un tipo con aspecto de gladiador que llegó hace poco tiempo a la verde arena, pero contagiado ya de lo incomprensible. Lo incomprensible sucede en el Bernabéu. Lo incomprensible es lo que se preguntan los jugadores del Borussia Dortmund. Lo incomprensible lo personifica Vinicius, dueño de un hat trick que precede a su Balón de Oro. Noches como ésta lo explican.

La historia dice que cuando ese latigazo se escucha en esta grada, la victoria llega por la ley de la naturaleza, como el verano sucede a la primavera. A la historia, sin embargo, hay que acompañarla. El Madrid lo hizo con el alma y el Bernabéu, con la liturgia, para superar a un rival que había sido mejor con la pelota. Ahora queda acompañarla con el juego, aunque el juego, hoy, parezca algo que nada tiene que ver con el Madrid, con lo que acontece en el Bernabéu. También es fútbol.

Vinicius logró un empate que parecía imposible después del dominio incontestable del Dortmund, plasmado en dos goles de ventaja al descanso. En el segundo tiempo, el Madrid consiguió cinco, tres del brasileño en total, una de esas remontadas que quedan para el recuerdo, una más, aunque no tenga la trascendencia de otras. Queda mucho para los títulos. El final del brasileño, un demonio, resultó incontenible para un rival que no cayó jamás, que obligó a lo mejor a Courtois y que incluso hasta los últimos minutos pisó el área contraria. No pudo, sin embargo, con la escena, ni con Vinicius.

Mbappé frente a Vinicius

Mbappé observó la crecida de Vinicius como un subalterno. Fue importante en el centro del primer gol a Rüdiger, clave, y en el trámite del segundo, pero fue uno más. Más peso tuvo Modric, titular después de iluminar al Madrid en Vigo, porque Ancelotti necesita un auriga, aunque sea un viejo auriga, para poner a correr a los 'purasangre'.

El papel de Vinicius es el que debía corresponder a Mbappé, o eso debe pensar el francés. En ese duelo debe encontrar una motivación. Vinicius le dará todos los pases posibles, pero no le va a dar un metro en el pulso de ídolos y de egos cuando toque el oro. Será el lunes.

Mbappé apareció en el centro del área, un lugar donde no explota sus mejores condiciones, la carrera al espacio. La posición de delantero centro no le beneficia. Ancelotti no es el primer entrenador que lo sitúa en el área, ya lo hicieron Deschamps o Luis Enrique. La decisión es el resultado de la optimización de recursos, al dejar la banda izquierda a Vinicius, como el PSG o Francia sucedía con Barcola o Dembélé. Una volea en los primeros minutos, desviada por un defensa, fue de lo poco que el francés pudo encontrar en el primer periodo. Sus cualidades piden espacio para activar su físico, para explotar en la carrera, el desborde y el gol. Por supuesto que tiene calidad para hacerlo como delantero centro, pero es en el primer rol en el que es mortal pero no único, no con Vinicius. El área puede acercarle al gol, pero también le acerca a la prisión.

Ancelotti ha repetido que Mbappé y Vinicius tienen libertad para moverse en el frente de ataque. Frente al Dortmund no lo hicieron inicialmente, estáticos, lentos. Eso provocó que el Madrid jugará en exceso al pie, en lugar de hacerlo al espacio, hecho que facilitó el trabajo defensivo del Dortmund. Ryerson, en la derecha, lo hizo con una solvencia sorprendente, dado que suele ser la zona cero para un rival del Madrid, al tratarse de la banda por la que encara Vinicius y a la que cae Mbappé.

Inacción por falta de plan

A Vinicius y Mbappé les acompañaba Rodrygo, titular en el regreso de Ancelotti al 4-3-3, después de la mala experiencia, pese a la victoria, con los tres centrales en Vigo. Modric, clave en ese triunfo, volvía al once en un centro del campo, junto a Valverde y Bellingham. Ni Tchouaméni ni Camavinga. La experiencia no funcionó, con un dominio total de Nmecha, Sabitzer y Brandt durante la primera hora. Nmecha dio un curso de mediocentro y Brandt estuvo en todas partes. La razón no era únicamente su calidad, sino también la inacción del Madrid. Inacción por falta de plan, de ideas y, especialmente, de presión, agresividad y velocidad con la pelota. Sin presión alta, el Madrid replegaba frente a un rival que tocaba y tocaba hasta hacer eternas las posesiones.

Ese planteamiento no es el que corresponde al Madrid, pero, en cualquier caso, únicamente tiene sentido con una eficacia defensiva altísima. No la tiene el conjunto de Ancelotti y al Dortmund le costó poco, muy poco, demostrarlo. Llegó al área y encontró en las dudas de Lucas Vázquez una mina. Tras una de sus pérdidas, Gurassy cedió a Malen para abrir el marcador y, más tarde, el lateral no pudo anticiparse a Gittens en un centro.

Lucas Vázquez pudo resarcirse con su gol, tercero del Madrid, después del empate. El hueco dejado por el lesionado Carvajal no es cualquier cosa, porque aportaba mucho más que un lateral. De lo que sucedió después del latigazo de Rüdiger, con Vinicius desencadenado, sabe mucho Carvajal. De lo que pasó antes, hay que preguntar a Ancelotti. Mejor antes del clásico.

Espacio para Mbappé, la obsesión del cuerpo técnico del Madrid: acumulación en el lado derecho, intercambios con Vinicius...

Espacio para Mbappé, la obsesión del cuerpo técnico del Madrid: acumulación en el lado derecho, intercambios con Vinicius…

Kylian Mbappé es el máximo goleador del Real Madrid esta temporada. Suma ocho tantos en los 12 partidos que ha disputado, cinco en los últimos siete. Cifras decentes pero no extraordinarias, que es lo que busca el conjunto blanco en un fichaje de su envergadura. El futbolista mejor pagado de la plantilla es también la gran pieza del puzle global de Ancelotti, un rompecabezas que de momento no termina de encajar y que busca cada semana nuevas soluciones. Y es que el cuerpo técnico lleva ya tres meses instalado en una obsesión: la liberación de Mbappé. Un pensamiento que lo condiciona todo. Hoy, ante el Dortmund, vivirá una nueva prueba.

El delantero francés ve puerta cada 121 minutos y dispara más que nadie, pero más por ansia individual que por las ocasiones que el equipo genera para él. Tres de sus ocho goles han llegado de penalti y se le nota encajonado en el embudo del Madrid. Todos parecen estarlo y romperlo es la obsesión de Ancelotti y sus asistentes. Pero, ¿cómo?

El Madrid, salvo en Balaídos, no ha cambiado demasiado de sistema, pero sí de piezas. Sigue jugando en 4-4-2 con rombo o en 4-3-3 con Rodrygo en la derecha, pero la salida de Kroos y la llegada de Mbappé han trastocado el sistema, la ocupación de los espacios y el estilo de juego del equipo. Sin el alemán y con el galo, Ancelotti ha sumado un delantero más y ha perdido a un centrocampista en salida de balón, obligando a situar a Mbappé entre Vinicius y Rodrygo y retrasando a Bellingham a la medular, alejándole de la frontal del área y haciendo más difícil su llegada a la frontal, salvadora para el Madrid el año pasado. El británico todavía no se ha estrenado este curso y su frustración es cada día más evidente.

El problema de juego de los de Ancelotti es claro, pero también es obvio que el Madrid morirá con estas piezas, de ahí las mil pruebas en este inicio de curso y el pequeño caos que sufrió el equipo en Vigo al intentar el sistema de tres centrales. ¿Para qué? Por los espacios.

Acumulación en el lado derecho

Una de las situaciones que ha observado el cuerpo técnico es precisamente esa acumulación de jugadores en tres cuartos de campo. Demasiada. Tchouaméni, Camavinga, Valverde, Bellingham, Vinicius y Mbappé, con Rodrygo como alternativa a uno de los centrocampistas franceses. Son seis hombres para el ataque, los mismos que el año pasado, pero solapados.

Hasta este verano, Kroos asumía el lado izquierdo en salida, Tchouaméni o Camavinga el eje, Valverde el interior derecho, Vinicius y Rodrygo las bandas, siempre en diagonal hacia el centro, y Bellingham tenía para él todo el frente de ataque para moverse en libertad hacia el área o para ayudar en salida. Desde agosto, nada cuadra.

El mapa de calor de los futbolistas ante el Celta fue contundente. La zona más pisada por los jugadores del Madrid fue el interior derecho, ahí intentaron conectar Valverde, Bellingham, Tchouaméni e incluso Camavinga. La izquierda, toda para Vinicius y para las apariciones de Mbappé, y nadie en el lado zurdo en salida de balón. Ni siquiera Bellingham, que ha jugado en ese lado en varias ocasiones pero al que Ancelotti quiere en la derecha. ¿Por qué? Por Mbappé. «A Kylian le gusta caer a la izquierda, a Jude le queremos por la derecha con Rodrygo», explicó ayer el técnico.

Intercambios con Vinicius

Lo ideal, reflexiona el cuerpo técnico, es que los seis de ataque intercambien posiciones, como en el gol de Vinicius para el 1-2 en Vigo, donde el brasileño se desmarcó en diagonal para terminar definiendo en la derecha del área. Crear espacios para que las estrellas puedan potenciar su gran virtud: correr al hueco. Pero eso no está pasando, ni siquiera al poner a Tchouaméni como tercer central para centrar a Camavinga y Valverde y generar más espacios por dentro para Mbappé y Bellingham. Esa es la teoría, pero a la práctica le quedan muchas pruebas. «No lo he explicado bien», asume Ancelotti.

En Lille se vio la peor imagen del equipo. El 4-4-2 con Camavinga, Valverde, Tchouaméni y Bellingham fracasó, con los tres primeros ocupando prácticamente la misma zona del campo. Ahí nació la idea de jugar con tres centrales en Vigo, pero en defensa no funcionó.

Mbappé, mientras, busca su espacio. En el PSG fue delantero y extremo izquierdo, en Francia disfrutó escorado al lado zurdo con Thuram en punta... En Madrid, parece clave su comunicación con Vinicius para intercambiar posiciones y alternar egos.

Luka no ‘caduka’

Actualizado Domingo, 20 octubre 2024 - 17:40

Espléndido en su asistencia victoriosa a Vinicius, abarcando mucho campo y poniendo orden en sus filas, Luka Modric, a los 39 años y 40 días, se convirtió ante el Celta en el futbolista más veterano en vestir la camiseta del Real Madrid. Su antecesor estadístico, un Puskas ya esférico, disputó su último encuentro de blanco, una eliminatoria copera contra el Betis, con 39 años y 36 días. El croata accede así a uno de esos exclusivos laureles indiv

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¿Jugó en Balaídos el campeón de Europa?

¿Jugó en Balaídos el campeón de Europa?

Actualizado Sábado, 19 octubre 2024 - 23:57

Dos fogonazos, uno de Mbappé y una genialidad de Modric, salvaron al Real Madrid de una derrota muy tóxica. El equipo de Ancelotti siempre puede jugar peor, sea cual sea el enemigo. Y sólo se salvan los grises-morados con un par de destellos. El Madrid actual es una calamidad.

A veces, me pregunto si este equipo es el campeón de Europa. Es imposible. Es una blanca palidez del año pasado. Cada vez más perjudicado por los estúpidos inventos de Ancel

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La contradicción de Brasil ante el abismo: "Falta de futbolistas diferentes", el "no" de Ancelotti, el Balón de Oro de Vinicius...

La contradicción de Brasil ante el abismo: “Falta de futbolistas diferentes”, el “no” de Ancelotti, el Balón de Oro de Vinicius…

Brasil es el único país que ha disputado todos los Mundiales. Un dato tan inmaculado como las cinco copas que duermen en sus vitrinas. Pero la seleçao vive ahora uno de los peores momentos de su historia. Así de contundente es la agonía que reina en territorio sudamericano. Por primera vez en 100 años, Brasil camina sobre el precipicio mundialista. Después de ocho partidos de clasificación para el torneo de 2026, el equipo de Dorival es quinto en la tabla, con 10 puntos, uno más que Paraguay y Bolivia, que marcan la frontera entre viajar o no a Estados Unidos, México y Canadá dentro de dos veranos.

Los dos encuentros que disputarán en este parón ante Chile (cinco puntos) y Perú (tres) se antojan vitales para su supervivencia. Son 18 jornadas en total, seis selecciones conseguirán el pase y otra disputará la repesca. Lejos están Argentina (18 puntos), Colombia (16) y Uruguay (15), las naciones que ahora mismo dominan el balón en Sudamérica. Un drama para el joga bonito de Brasil, anclado en un estilo de juego arcaico y pendiente de la salud de sus estrellas.

Brasil sigue esperando la recuperación de Neymar, gran icono de la última década y lesionado de gravedad en su desastroso (pero millonario) paso por Arabia. Mientras, el aficionado pone sus esperanzas en el trío madridista formado por Vinicius, Rodrygo y Endrick, pero el primero es baja en este parón, el segundo ha tenido problemas físicos en los últimos días y el tercero todavía es joven para llevar sobre sus hombros la presión extrema del país.

«Nos están perdiendo el respeto»

En los últimos dos años, Brasil ha sumado derrotas ante Uruguay, Colombia, Argentina y Paraguay, la última en el pasado parón de selecciones de septiembre. Cuatro derrotas que provocaron la destitución de Diniz en enero y deslizan ahora el adiós de Dorival. Tras el fracaso de Tite, que estuvo en el cargo entre 2016 y 2022, y la corta estancia de Menezes (tres partidos), Brasil lleva cuatro seleccionadores en apenas tres años.

«Están perdiendo el respeto por nuestra selección y tenemos que cambiar eso. Son los jugadores los que tienen el poder de cambiar eso», pidió Bebeto después de la decepción en la última Copa América, donde Brasil quedó eliminada en cuartos.

En la memoria, el constante «no» de Carlo Ancelotti a la canarinha, una situación que ha enquistado el banquillo y que ha atormentado a Ednaldo Rodrigues, presidente de la Federación. Contaba con que el periplo del italiano en Madrid sería más corto de lo que está siendo y que les llevaría al Mundial 2026, pero Carletto está viviendo una segunda juventud en el Bernabéu, ha ganado dos Champions, tiene una plantilla de jóvenes estrellas y parece que sólo cambiará Chamartín por la jubilación.

«Nos faltan futbolistas de un estilo diferente»

En Brasil llevan meses buscando candidatos, aunque las dudas son tan grandes como las futbolísticas. Todo recuerda al pasado, tanto la opción de Scolari como los problemas de talento en el equipo, necesitado de un mediapunta creativo de los de antes. «Nos faltan futbolistas de un estilo diferente, como Ronaldinho, jugadores que ponen balones fáciles para los atacantes», añadía Bebeto.

La contradicción será más evidente cuando a finales de este mes Vinicius levante el Balón de Oro en París, el primero para Brasil desde el de Kaká en 2007. Cumbre para el futbolista mientras la selección se hunde.

Bellingham y los problemas del Madrid: 0 goles en 10 partidos frente a los ocho del año pasado

Bellingham y los problemas del Madrid: 0 goles en 10 partidos frente a los ocho del año pasado

El estreno que pulverizó todos los récords ya es un página releída en el libro de los mejores recuerdos. Cambio radical en sólo un año para Jude Bellingham. La polivalencia del británico impactó en el inicio de la anterior temporada, con una efectividad superior a la del insaciable Cristiano Ronaldo. A estas alturas del curso 2023-24, en la jornada octava de la Liga, una antes a la previa del parón por los compromisos de las selecciones, el internacional inglés sumaba seis goles en el campeonato doméstico y dos en la Champions y tres asistencias. Casi llegó a un gol por partido.

«Es increíble. Ha nacido para jugar en el Real Madrid y para marcar una época en el equipo más grande del mundo. Ojalá que nuestra conexión dure muchos años porque creo que vamos a jugar juntos aquí durante mucho tiempo. Estoy encantado con él», dijo entonces Vinicius sobre su nuevo compañero. «Tenemos la suerte de haber fichado a un jugador espectacular. Es muy inteligente y aprende muy rápido», añadió Carlo Ancelotti

Los guarismos asombrosos de hace un año contrastan con los pobres resultados del presente. Bellingham aún no ha marcado esta campaña, en la que ha disputado cuatro partidos en la Liga y dos en la Champions. Esa falta de eficacia es una de las causas del bajón exhibido durante el último mes y medio por el equipo de Ancelotti, que este sábado recibe (21:00 horas), al Villarreal, tercero en la clasificación.

«nos falta intensidad con balón»

En la Liga, Bellingham, mermado por una lesión muscular en la pierna derecha, sólo ha participado en cuatro citas, en todas ellas jugando como titular, con un total de 351 minutos y una media de 87,7 minutos por encuentro. Ha sumado una asistencia y ha lanzado a portería en cinco ocasiones, tres de ellas entre palos.

Para Ancelotti, el inglés, por su versatilidad, se ha consolidado como una pieza básica porque se desenvuelve con soltura tanto en la medular como en la línea de ataque. En este momento de juego muy discreto, el técnico pide a todos más intensidad.

«No creo que al equipo le falte un jugador de toque. Camavinga, Modric, Valverde, Bellingham tienen toque. Tchouaméni es fundamental en el aspecto defensivo del equipo. Tenemos mucha variedad, pero nos falta intensidad con balón. Tiene que haber una circulación más rápida para llegar a los delanteros. También hay que tener más intensidad a nivel defensivo», apuntó ayer el italiano, que espera estirar la racha de 40 partidos consecutivos sin perder en Primera División. Para seguir invictos y cautivar al público de Chamartín se antoja necesaria una conexión fluida entre Mbappé, Vinicius y Bellingham.

Las dudas del Madrid ante un mes crítico: la mitad de kilómetros que el Dortmund, Kroos, las estrellas...

Las dudas del Madrid ante un mes crítico: la mitad de kilómetros que el Dortmund, Kroos, las estrellas…

En el Santiago Bernabéu los problemas se miden en derrotas. Y a veces, cuando el éxito es demasiado constante, incluso en empates. «El empate es la antesala de la crisis», define siempre Ancelotti. Y claro, una derrota es el agujero negro del madridismo. Un lugar en el que destruirlo todo: al entrenador, a las estrellas, a los asistentes, a los futbolistas de rotación... Nadie sirve. Ni siquiera acumulando 36 partidos sin perder entre todas las competiciones y habiendo ganado hace unos meses Liga y Champions. Quizás por eso, el italiano pidió «mente fría» y no tirar «todo a la basura» después de caer en Lille. Una derrota dolorosa por las sensaciones repetidas durante varios momentos de este curso: «Ojalá sea un gran toque de atención», admitió el italiano. Van varios y en Valdebebas ya deslizan la necesidad de un punto de inflexión.

El Madrid suma ya bastantes dudas en su calendario. Su mejor noche fue la de la Supercopa de Europa, cómo no, con la motivación de un título. Después llegaron los empates en Mallorca y Las Palmas, las primeras partes de 0-0 en casa contra Valladolid y Betis, la irregularidad contra el Stuttgart, el caos final contra el Alavés... Situaciones en las que el conjunto blanco no brilló a pesar de las victorias y comenzaron a ser germen de las reacciones a la derrota del miércoles en Francia.

Las lagunas del equipo son evidentes y el cuerpo técnico es el primero en admitirlas. «No hemos encontrado un sustituto deKroos. Es así», reconoció Ancelotti antes del duelo continental. Con el alemán también se sufría, sí, y basta retroceder doce meses para encontrar triunfos agónicos en septiembre y octubre gracias a los goles de Bellingham, pero la plantilla parecía tener las ideas más claras.

El nivel de las estrellas

El alemán bajaba en salida de balón al lado izquierdo, Bellingham era la punta del famoso rombo, Rodrygo mezclaba entre la punta y la derecha, Camavinga, Tchouaméni y Valverde se repartían con sentido el centro del campo... El cuadro de Ancelotti parece haber perdido esa química, al menos de momento. Bellingham se ve obligado a bajar demasiado, Tchouaméni parece lento por momentos, Camavinga acaba de regresar de lesión, Valverde se pega en exceso al carril diestro tapando a Carvajal... Los defectos en Lille fueron excesivos.

Y por último, Vinicius y Mbappé. El primero está todavía cogiendo el punto de ritmo que le hace diferencial. Sin eso, parece costarle repetir esos esfuerzos que le van a convertir en Balón de Oro. Y Mbappé, que es el máximo goleador del equipo, todavía no mezcla con naturalidad con sus compañeros. En Lille, el centro del campo jugó demasiado lento en un equipo pensado para que sus delanteros sean rápidos y verticales al espacio. Lo reconoció Ancelotti: «Nuestros atacantes necesitan un juego más vertical».

El Madrid perdió hace un año en el Metropolitano con Kroos de titular y en Valdebebas se niegan a pensar que no hay solución posible a los problemas de juego sin el alemán. Admiten los errores pero miran también a los futbolistas de manera individual y esperan que este mes sea «un punto de inflexión» en el nivel de cada uno. Los jugadores del Madrid son de los que menos corren tras las dos primeras jornadas de Champions, según los datos de la UEFA. 108 kilómetros de media, por los 115 del City o Liverpool o los 224, el doble, del Dortmund.

El Dortmund y el Milan, en el Bernabéu

En las próximas semanas, el Madrid recibirá al Villarreal, visitará Vigo, recibirá al Dortmund y al Barça, viajará a Valencia y jugará ante el Milan en el Bernabéu. Seis duelos, cuatro de Liga y dos de Champions, claves para el devenir madridista en ambas competiciones.

Y entre medias, la entrega del Balón de Oro el próximo 28 de octubre en París, justo dos días después del clásico. Si nada cambia, Vinicius se llevará el galardón, en lo que será un momento de euforia para el futbolista y para el club y, veremos, si un momento de inflexión en la temporada del Madrid. Lo necesitan por puntos y sensaciones.

Ancelotti cada vez avergüenza más al Madrid

Ancelotti cada vez avergüenza más al Madrid

Actualizado Jueves, 3 octubre 2024 - 00:04

Un Real Madrid ahorcado por un Ancelotti vergonzoso hizo bueno al modesto Lille, que ni en sus mejores sueños podía pensar en ganar y dejar en ridículo al campeón de la Champions. El equipo blanco equipo está hundido y abocado a la falta de credibilidad. Porque no juega al fútbol. La soberbia del club no ha querido fichar dos centrales imprescindibles y dos medios que puedan genera calidad en el centro del campo.

A Ancelotti ya le pueden fichar a

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Los insultos racistas a Vinicius fueron "gravemente vejatorios" y "afectaron a su dignidad"

Los insultos racistas a Vinicius fueron “gravemente vejatorios” y “afectaron a su dignidad”

Actualizado Martes, 1 octubre 2024 - 13:03

Los insultos "racistas" y "gravemente vejatorios" que Vinicius recibió de forma reiterada en el estadio palmesano de Son Moix, proferidos desde la grada por un joven aficionado mallorquín de 22 años, "afectaron a su integridad y a su dignidad". Y por tanto constituyeron delito.

Además, y a pesar de las coartadas iniciales que esgrimió el autor de los insultos, fueron dirigidos contra el jugador del Real Madrid "por motivo del color de su piel negro". Y no por su actuación dentro del terreno de juego, como llegó a alegar el acusado, que le llamó "puto mono" en varias ocasiones a gritos, siendo sus improperios captados por las cámaras de televisión y luego ampliamente difundidos.

Así lo concluye de forma literal y expresa la sentencia recién dictada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma que condena al autor de los insultos racistas, S. E., a una pena de un año de prisión.

Para saber más

La resolución judicial, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, castiga al autor de los insultos por dos delitos contra la integridad moral con el agravante de motivación racista. No le impone indemnización, ya que el jugador de fútbol renunció expresamente a ella.

La magistrada Carmen Caminals no sólo le condena por los hechos cometidos el 5 de febrero de 2023 contra el extremo del club de fútbol madrileño durante el partido que el equipo merengue disputó contra el RCD Mallorca, que colaboró desde el primer momento con las autoridades policiales.

Sino que también le condena por la actitud reincidente del mismo sujeto, que apenas trece días después, el 18 de febrero, en otro partido de Liga, insultó también al jugador del Villarreal Samu Chukweze, al que llamó "negro de mierda" y "puto negro" y contra el que realizó "gestos racistas", según considera acreditado la sentencia.

El joven, que no tenía antecedentes antideportivos, se derrumbó en su declaración judicial, mostrándose arrepentido y envió incluso una carta al jugador del Real Madrid pidiendo disculpas. Cuando declaró ante la juez llegó a decir que siente admiración hacia el futbolista brasileño y negó ser racista, atribuyéndolo al contexto del estadio.

La pena de cárcel no implica cumplimiento obligatorio al ser el castigo menor de dos años. La propia sentencia, que es ya firme y no será recurrida, recoge la suspensión de la condena siempre que el acusado no se aproxime a menos de 50 metros de un estadio durante tres años y "realice un curso en materia de igualdad y no discriminación".

Simeone, excelente entrenador, eficaz provocador y nefasto portavoz

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Cuando en mitad de una crisis, a Kennedy le exigían soluciones inmediatas, el expresidente norteamericano solía responder que el tejado se repara cuando hace sol, no bajo la lluvia. Simeone se subió al tejado para señalar algunas grietas del fútbol, como es el comportamiento de sus actores en el terreno de juego, instantes después de que sobre el Metropolitano llovieran mecheros. No eran los misiles a los que durante semanas tanto temió el gabine

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