En Mérida no han quedado muy contentos con la Real Sociedad B tras el play off de ascenso a Segunda División. El alcalde de dicha ciudad, el socialista Antonio Rodríguez Osuna, ha criticado con dureza al equipo vasco tras eliminar al AD Mérida por la mínima (0-1) en el estadio del equipo extremeño. El regidor ha tildado en X de "mamarrachos" a la Real Sociedad por, según ha expresado, tener "la música a toda hostia con el estadio vacío y no deja despedir" al Mérida.
Además, Rodríguez Osuna opina que los realistas tienen muy poca clase tras la eliminación por la celebración de los jugadores de la Real Sociedad B en el Estadio Romano 'José Fouto'. "Se puede tener menos clase que el @RealSociedad!"!, ha escrito.
En lo deportivo, el encuentro comenzó de la manera esperada, con dos equipos que se tantearon durante los primeros minutos. No fue hasta el minuto 19 cuando Arkaitz Mariezkurrena cazó un centro dentro del área de Lander Astiazaran que blocó bien el guardameta del Mérida, Juan Palomares.
A partir de ahí, se creció el conjunto visitante gracias a sendas llegadas firmadas con nombre y apellido: Javi Eslava. La respuesta, inmediata en este caso, fue doble, primero con una salvada 'in extremis' de Luken Beitia, y tres minutos más tarde, Arana salvó un remate a la media vuelta del atacante emeritense.
Pidió penalti el Mérida por un agarrón, bastante ligero, de Beitia sobre Eslava, aunque el colegiado de la contienda, Gerard Brull, no lo vio como suficiente.
Al regreso de los vestuarios, el choque se reanudó como al inicio del encuentro, con dos equipos mucho más posicionales y conservadores.
Con ocasiones locales aisladas como un lanzamiento de Lander Astiazaran bien repelido por Palomares o el intento de gol olímpico de Mikel Goti, no fue hasta el minuto 74 que se vio una ocasión clara de peligro, la del gol emeritense. Eslava se aprovechó de un error en la salida de balón de Beitia para batir la puerta txuri urdin e igualar la eliminatoria.
Para más inri, Mariezkurrena fue expulsado por doble amarilla en el 85 de partido, lo que mermó las fuerzas txuri urdin durante la prórroga.
Una prórroga que, precisamente, no pasará a los anales del fútbol, ya que las escasas fuerzas de ambos equipos y el interés local porque el cronómetro avanzase. De hecho, no fue hasta el 116 de partido que una gran cabalgada por banda de Mizzian acabó en los pies de un Eslava que, en boca de gol, la mandó por encima del travesaño.
Tarde de emociones y lágrimas en el Santiago Bernabéu. Chamartín despidió este sábado a Luka Modric y Carlo Ancelotti, el jugador y el entrenador con más títulos en la historia del Real Madrid. El croata disputará el Mundial de Clubes con el conjunto blanco y después buscará una nueva aventura, mientras que el italiano se convertirá este lunes en el nuevo seleccionador de Brasil. Tras vencer a la Real Sociedad (2-0) en el último encuentro liguero, ambos tuvieron su homenaje y sus discursos. "No llores porque terminó, sonríe porque sucedió", dijo Modric, mientras Florentino Pérez, en la grada, rompía a llorar.
Los 73.186 espectadores que llenaron el estadio, incluidos excompañeros como Toni Kroos, Keylor Navas o Mateo Kovacic, ovacionaron desde un primer momento a Modric, que fue titular y saltó el primero al calentamiento mientras la grada aplaudía sin parar.
Cuando su nombre sonó por megafonía, los aficionados volvieron a romper sus manos aplaudiendo, igual que con Ancelotti, justo antes de que cada fondo del Bernabéu mostrara un tifo con la cara de cada uno y un mensaje. "Gracias, leyenda", para Luka, "Gracias, Carletto", para Ancelotti. En el centro del campo reinó una camiseta gigante con el 10 de Modric. La emoción ya estaba a flor de piel y durante el duelo se siguió mostrando.
En el minuto 10, los espectadores cantaron "Modric, Modric", y en el 12 su cántico se dirigió a Ancelotti. En cada córner que sacó el croata, la afición se volcó en aplausos con él. Lucas, que no seguirá en el club, también salió ovacionado en su sustitución.
Llegaron los goles y llegó el minuto 87, cuando Ancelotti decidió retirar a Modric y el partido se detuvo. Ambos equipos, en un buen detalle de la Real, hicieron un pasillo y el croata se retiró con el júbilo constante de la grada y los abrazos de sus compañeros y rivales. En el césped aparecieron todos sus compañeros, los convocados y los lesionados, y en último lugar sorprendió la presencia inesperada de Toni Kroos, que fue el último en abrazar al que tantas veces había sido su compañero.
Las lágrimas ya eran generales y se pasó a los vídeos homenaje y a los discursos. "No es tan sencillo hablar hoy...", dijo Ancelotti, micrófono en mano en el centro del campo, emocionado, casi sin poder articular palabra. "Ha sido un honor, un placer entrenar a este club. Quiero agradecer en primer lugar a mi querido presidente, a Florentino Pérez. Ha sido extraordinario vivir esto con vosotros, ha sido una historia inolvidable porque nadie puede olvidar los tres goles de Karim contra el PSG, nadie puede olvidar los dos de Rodrygo contra el City ni el pase de Luka. Y nadie puede olvidar los dos goles de Joselu", rememoró, mientras la grada celebraba cada recuerdo y Florentino se empezaba a emocionar en el palco.
"Y yo tampoco puedo olvidar cada día que he pasado aquí. Hala Madrid y nada más. Os quiero mucho", terminó el italiano, con un nuevo aplauso multitudinario.
El micrófono pasó entonces a las manos de Luka Modric, con los ojos ya llorosos. "Ha llegado el momento que nunca quise que llegara, pero ha sido un viaje largo pero maravilloso", aseguró el croata, al que le tembló la voz al inicio pero luego pudo continuar.
"Primero quería dar las gracias al club, al presidente Florentino Pérez. Quería dar las gracias a todos los entrenadores durante todos estos años, a los compañeros que me acompañaron y a la gente que me ayudó. Muchas gracias de corazón. A mi familia también. Hemos ganado mucho, hemos tenido momentos maravillosos, pero el mayor título es el amor que me habéis dado en todos estos años. No hay palabras para agradeceros todo lo que me habéis dado estos años", ahí el público rugió de nuevo.
"Quiero decir una frase que he visto y que me gustó: No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió. Hala Madrid y nada más", se despidió el capitán del Madrid. En el palco, Florentino rompía a llorar.
Los jugadores mantearon a Modric y a Ancelotti y el croata realizó una vuelta de honor junto a su mujer y a sus hijos antes de despedirse para siempre del Bernabéu.
Hay aún muchas trincheras abiertas a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato. Casi resuelto el título, a falta de una victoria del Barcelona en los duelos que le restan, y definidas tres de las cuatro plazas para la próxima Liga de Campeones, después de que el Atlético de Madrid la certificase el sábado con su goleada a la Real Sociedad, están en juego los otros dos equipos, pues serán cinco españoles, que disputen el máximo torneo continental. También sigue abierta la pelea por acceder en la Liga Europa, donde hasta el decaído conjunto guipuzcoano, que es duodécimo, podría contar con opciones.
Salvo el Atlético de Madrid, que ya puede pensar en el Mundial de Clubes, todos los equipos de la Liga EA Sports se juegan algo en lo que resta de campeonato. A los rojiblancos les quedaría el plus de poder terminar subcampeones.
CHAMPIONS. Entre Athletic, Villarreal y Betis se disputarán las dos plazas de Champions. Los vizcaínos, aún convalecientes de la cruda eliminación ante el Manchester United en las semifinales de la Europa League, torneo cuya final se jugará en San Mamés, han llegado justos al tramo definitivo del curso. El triunfo ante el Alavés (1-0), gracias al autogol de Sánchez, les permite, no obstante, asentarse en la cuarta posición, con tres puntos sobre el Villarreal y seis sobre el Betis. El Athletic visita al Getafe el jueves y al Valencia el domingo. Cierra la temporada frente al Barcelona, en San Mamés.
El Villarreal puja fuerte después de su victoria en Montilivi. Recibe el miércoles al Leganés, visita al Barcelona el domingo y se despide como local el día 25 frente al Sevilla.
El Betis, eufórico tras clasificarse para la final de la Conference League, en la que se medirá con el Chelsea. sólo pudo empatar ante Osasuna (1-1). Viaja a Valllecas el jueves y al Metropolitano el domingo y cierran en el Villamarín frente al Valencia.
LIGA EUROPA. En principio, salvo que el Betis gane la Conference y la muy improbable hipótesis de que caiga hasta el noveno puesto, en cuyo caso habría nueve equipos españoles en Europa, serán un total de ocho. Aquí sí que la pugna está muy abierta. Además del descartado en la lucha por la Champions, tienen opciones Celta, Rayo, Mallorca, Valencia, Osasuna y Real Sociedad.
DESCENSO. La victoria del Leganés, que se impuso por 3-2 al Espanyol, le mantiene vivo en busca de la permanencia. Pocos se libran de problemas en la zona baja, donde la inquietud, si bien escasa para los madrileños, alcanza hasta el Getafe, que es decimotercero, con 39 puntos. El Leganés acabó apurado ante el Espanyol después de ir 3-0 por delante hasta el minuto 79, cuando Cabrera hizo el primer tanto de los catalanes, que volvieron a marcar gracias a Milla en el 98. Cissé (min. 33), Diomandé (min. 41) y Kumbulla (min. 63, en propia puerta) habían dado la holgada ventaja al equipo que entrena Borja Jiménez. Capaz de derrotar al Barcelona en Montjuïc y al Atlético de Madrid en Butarque, y de exigir al Real Madrid tanto en Liga como en Copa, el Leganés sufre por sus dificultades para litigar con rivales de su clase. Ayer respondió en una cita crucial para mantenerse vivo, beneficiado, además, por la derrota del Alavés. Todo indica que entre Alavés, Leganés y Las Palmas saldrán los dos equipos que acompañen al Valladolid a segunda. Pero Sevilla, Girona, Espanyol e incluso Getafe no pueden descuidarse.
A un vendaval no se le puede poner freno y eso debió pensar Alexander Sorloth cuando fue encontrando el gol, uno tras otro y sin demasiado esfuerzo, cuando apenas había arrancado a sudar ante la Real Sociedad. Cada balón que rozaba su bota acababa en el fondo de la portería de Remiro. Y ese duende no había que dejarlo escapar. En un santiamén, mutó en el pistolero más rápido de la Liga, tumbando récord de otro fútbol que lleva vigente 84 años, y encarriló la victoria del Atlético antes de la media hora de partido. A sus compañeros les bastó con surtirle de balones. Daba igual un centro por la derecha o por la izquierda, un pase en profundidad o una contra en solitario. Todo lo que tocó Sorloth acabó reflejado en el marcador.[Narración y estadísticas: 4-0]
El primero se lo preparó Barrios, conduciendo una contra en el carril derecho y con un centro su carrera que solo tuvo que tocar de puntera para batir la meta realista. Sorloth era titular por la sanción de Julián Álvarez y en siete minutos ya había visto puerta. En tres más llegó el segundo. Esta vez se bastó solito. Samu Lino robó, se apoyó en su caída a la banda y el noruego alzó la vista, pero al no encontrar compañía en el área, se la jugó con acierto. Apenas había sacado de centro la Real cuando se encontró el tercero. Giuliano colgó un balón desde la derecha que rechazó Jon Martín al cuerpo de Martín Zubimendi, convertido en asistente involuntario para el hat-trick del noruego.
Tres goles en los 11 primeros minutos que son los más tempraneros de la historia de LaLiga. 15 había necesitado el valencianista Mundo en 1941 para endosarle los mismos al mismo rival, la Real Sociedad. Pero el estallido en las estadísticas que provocó el gigantón no se quedó ahí. Sus tres tantos los firmó en tres minutos y 57 segundos, lo que le ha convertido en el pistolero más rápido de la historia. Cuatro minutos y 45 segundos había necesitado Kevin Gameiro también con el Atlético en Gijón y tres segundos más David Villa con el Valencia.
Tanto partido quedaba por delante y tal era la excitación del Atlético que a la media hora cayó el cuarto, también de Sorloth para completar el póker en su noche mágica. Esta vez le asistió Javi Galán desde la orilla izquierda, no acertó Elustondo a despejar y apareció el noruego para el castigo.
A la Real Sociedad, deshecha, se le abrían vías de agua por todas partes. Era incapaz de mantener siquiera la pelota tiritando de desconfianza. O se quitaba de encima el pegajoso y arrollador dominio o la goleada sería histórica. Eso sin pensar que esta losa complica mucho su regreso a Europa, el último servicio que quería prestar Imanol Alguacil antes de su marcha.
Un centro de Take Kubo desde el carril izquierdo que no pudo cazar al segundo palo Zubimendi fue la única ocasión de los donostiarras en la dolorosa primera parte. Por eso en la segunda parte su banquillo se movió buscando solidez desde la que crecer, aunque eso supusiera el sacrificio de Kubo y Oyarzabal.
Lejos de esa reacción, lo que se encontraron fue a Sorloth estrellando con violencia en el travesaño el balón que al punto de penalti le centró Marcos Llorente. Los cuatro goles que le sientan en la mesa de Cristiano, Messi o Luis Suárez no eran suficientes para saciar al noruego.
Sin embargo, la excitación fue bajando en las filas rojiblancas. Alzó el pie y pasó de la verticalidad que destrozó a la Real a un control cómodo sobre un rival grogui y con la mirada perdida. Tampoco le hacía falta más y Simeone empezó a repartir esfuerzos pensando Osasuna y Betis. El equipo tiene atado el tercer peldaño en LaLiga, pero en el horizonte asoma el Mundial de Clubes y hay que sostener los esfuerzos.
Protegió a Barrios, con molestias, y poco a poco fue mandando al campo a balas que podían ser letales. Griezmann, la zurda de Lemar -que se lució en una falta al borde del área- o el pulmón de Gallagher. También echó mano de Correa, letal y al que Remiro le birló el quinto gol. Pero esta vez ese cambio tenía una intención diferente de la habitual: hacer que Sorloth saliera de su mágico partido ovacionado por el Metropolitano.
La Real Sociedad ha cerrado en apenas 24 horas el relevo en el banquillo de su primer equipo y ya ha anunciado que Sergio Francisco será el relevo de Imanol Alguacil durante las dos próximas temporadas. Sergio Francisco Ramos (Irun, 1979) es el actual entrenador del Sanse desde la temporada 2022-23 donde sustituyó a Xabi Alonso. El entrenador dirigirá mañana al equipo filial en su partido contra el Unionistas de Salamanca pero a partir del lunes se incorporará a la planificación de la campaña 2025-2026 junto al nuevo director deportivo Erik Bretos.
Sergio Francisco, ex jugador de la Real y técnico de sus categorías inferiores, da el salto al primer equipo después de los casi 7 años en los que ha sido dirigido por Imanol Alguacil. El aún entrenador realista anunció ayer jueves su decisión de no continuar en San Sebastián, cumpliendo con el calendario que él mismo había anunciado para concretar su futuro. La despedida de Alguacil se producirá el final de la presente temporada por lo que el técnico de Orio, en principio, continuará en el banquillo mientras su sucesor inicia la planificación de un proyecto deportivo remozado.
El ascenso de Sergio Francisco al primer equipo se produce cuando también se lleva a cabo el relevo en la dirección deportiva ya que Roberto Olabe cederá el testigo a Erik Bretos. Bretos ha formado parte del equipo de Olabe desde 2018 después de dar el salto a la Real desde el Eibar. Periodista de profesión, Erik Bretos de 35 años de edad no contaba con experiencia previa ni como jugador ni como técnico.
Sergio Fernández, sin embargo, sí se formó en las categorías inferiores de la Real y llegó a jugar cinco encuentros con el equipo en el año 2000. Desde 2024, ejercer como técnico en los equipos inferiores realistas. Su mayor éxito en los banquillos fue el ascenso del tercer equipo de la Real a la Segunda RFEF. Ha dirigido el 'Sanse' durante las últimas tres temporadas realizando un "trabajo brillante", según la nota de la Real en la que se confirma su nombramiento como entrenador del primer equipo.
El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, no continuará en el club la próxima temporada, ha informado la entidad txuri urdin club en un comunicado.
A pesar de que tenía una oferta de renovación de su contrato, que finaliza este 30 de junio, el técnico guipuzcoano ha comunicado al club su decisión de no seguir al frente del primer equipo la próxima campaña.
Alguacil cierra así un exitoso ciclo de seis temporadas y media en el banquillo de la Real Sociedad, a la que llevó a lograr el título de la Copa del Rey de 2020, el primer trofeo del club en este siglo (aparte de la Liga de Segunda División), además de clasificar al club para competiciones europeas cinco temporadas consecutivas.
El entrenador guipuzcoano ha comentado en varias ocasiones que la Real le había ofrecido renovar, pero que prefería esperar para comprobar la evolución del equipo, por lo que emplazó a finales de abril o principios de mayo para comunicar su decisión.
Finalmente, no ha agotado ese plazo y el club ha anunciado hoy su marcha, que obligará a la Real Sociedad a abrir un nuevo ciclo, ya que tampoco estará el otro gran pilar del proyecto, el director deportivo, Roberto Olabe.
Alguacil militó siete temporadas como jugador en la Real Sociedad, entre 1991 y 1998 y dos en el Villarreal, tras lo que pasó por clubes como el Real Jaén, la Cartagonova y el Burgos, donde se retiró en 2003.
Su carrera como entrenador comenzó en el club de su localidad, el Orioko, para integrarse posteriormente en la estructura de Zubieta, donde dirigió al filial durante cuatro temporadas. Su primera oportunidad en el primer equipo llegó tras la destitución de Eusebio Sacristán, en marzo de 2018, cuando se hizo cargo de la primera plantilla de manera provisional.
La siguiente temporada la comenzó como técnico del filial, hasta que la Real destituyó a Asier Garitano, en diciembre de ese mismo año, y volvió a confiar en Alguacil, que desde entonces ha ocupado el banquillo txuri urdin. Una Copa del Rey, dos veces semifinalista de este torneo y cinco participaciones consecutivas en competiciones europeas, una de ellas en la Liga de Campeones, constituyen el balance del entrenador que ha dirigido más partidos consecutivos a la Real, 325, justo uno más que otra leyenda blanquiazul, Alberto Ormaetxea.
Otro partido insoportable del Madrid que no se mereció ni ese empate raquítico, morboso y absolutamente vergonzoso. Se puede observar que el equipo de Ancelotti es una perversión del fútbol, en muchos minutos, calumnia al fútbol. Algo inaudito.
Ancelotti ha convertido al Madrid en un equipo ruin, mezquino, absolutamente lejos de ser un conjunto. Ha convertido a los madridistas en un circo de malos malabaristas, domadores que los leones se los comen. Y, desde luego, cualquier equipo mucho peor técnicamente se convierte en un gigante.
Además, el italianizante es un siniestro alienador. ¿A quién se le ocurre jugar con un inhabilitado Alaba, que colaboró con dos goles y Camavinga, que fue un bochorno a pies de Kubo? Y deja a Rüdiger y Mbappé en el banquillo
El resultado fue que le metieron cuatro goles en el Bernabéu. Eso es una vergüenza. Valverde y Tchouameni parecieron dos fantasmas en el centro del campo, en compañía de un mediocre Lucas Vázquez.
Lunin hizo un ridículo aterrador. Dejó que le remataran en su área y recibió el primer gol por debajo de las piernas. El ucraniano es un jugador misterioso. Y peor fue que quitara a Endrick, que era el mejor atacante, porque Vini y, sobre todo, el nefasto Rodrygo, eran unos jugadores sospechoso e inútiles, que probablemente son prisioneros del mediocre Brasil.
Ancelotti volvió a hacer el ridículo con no sacar a Modric ni a Brahim, cuando el Madrid era un muñeco en manos de una Real absolutamente superior táctica y técnicamente. Hizo más que lo imposible para destrozar al equipo blanco. Y, desde luego, lo humilló hasta mandarle casi al infierno. Es un equipo destrozado por su entrenador e hijo. Se parte, se rompe, se destroza, no sabe manejar los partidos. Es un completo horror que se salva únicamente por la calidad de pocos jugadores.
Todavía habla de ganar títulos, cuando estoy seguro de que es imposible, aunque aparézcales la épica y la fortuna de un equipo marcado por su mala planificación de la plantilla. Porque la mitad de culpa se encuentra en la abulia de fichajes de la Casa Blanca. Y puede acabar presuntamente en tragedia a final de la temporada. Todo es ridículo ahora en el Real Madrid de Ancelotti.
Y el espíritu inquebrantable del Bernabéu, con los símbolos de victorias imprevisibles, se impuso al final, ante una Real Sociedad que ni mereció perder ni tuvo suerte en el epílogo, cuando le faltaban las fuerzas y el Madrid es un misionero de la suerte.
Del calvario a la Cartuja, del padecimiento al altar, transita este Madrid, como si lo hiciera a caballo de un presente que es su propia historia. Gana y gana, convenza o no convenza, se sobrepone a sus malos días y a los peores días de algunos de sus jugadores. Como Alaba, al que todo lo que le tocaba, acababa en la red de Lunin. Rüdiger, su sustituto, lo redimió con el tanto de la clasificación. Como Vinicius, negado para el gol, pero alumbrado para asistencias que son goles envueltos en papel de Papá Noel. La Real Sociedad asistió a ese destino que no se comprende, sólo se padece, y ahora aguardan Atlético o Barça, que hoy encienden el Metropolitano, para un duelo que sumará un título para el vencedor y una tragedia para el perdedor, sea quien sea.
Lo que empezó como un serial de sobremesa, en el que no pasaba nada salvo por el gol de Barrenetxea y la pequeña revolución de Endrick, acabó a ritmo de thriller gracias al inconformismo de la Real Sociedad. Imanol nunca perdió el pulso al partido, ni en ventaja ni en desventaja, para llevar a su equipo muy por encima de su nivel este curso. Para muestra, el gol. Ha sido su problema durante toda la temporada y en el Bernabéu marcó cuatro, dos de ellos de Oyarzabal, aunque uno en colaboración con Alaba. No fue el día del austríaco, al que Ancelotti sustituyó ya en la prórroga, después de tanta calamidad. El italiano no quería más penaltis, no más tentar a la suerte, y echó el resto, todo lo que tenía, con Modric, Brahim y Güler.
Cinco goles en 20 minutos
Al tiempo añadido, otro más para el Madrid tras el que afrontó ante el Atlético en la Champions, se llegó después de que, en el segundo tiempo, la Real se pusiera en ventaja, Bellingham y Tchouameni volvieran a dar la iniciativa a los locales y Oyarzabal, en el tiempo añadido, hiciera posible la prórroga. Cinco goles en 20 minutos.
En el mismo tiempo tras iniciarse el choque, únicamente Barrenetxea encontró la red. Un balón peinado de Oyarzabal cayó a la espalda de Lucas Vázquez, mal posicionado, como Asencio. El realista encontró el campo abierto, avanzó y batió a Lunin. Nada que reprochar al ucraniano, aunque esas acciones de uno contra uno constituyen una de las especialidades de Courtois. La titularidad en la portería en Sevilla es otra de las decisiones que deberá tomar Ancelotti.
La ventaja de un gol en la ida hizo que el italiano administrara esfuerzos en el equipo en un curso largo y cargado. La vuelta de las semifinales era el partido número 50 del Madrid, con la final de Copa, la Liga, la Champions y el Mundialito por delante. Una barbaridad. La suplencia inicial de Mbappé y Rüdiger tenía que ver con ello, pero la eliminatoria exigió otro ejercicio de estajanovismo. Hasta que el cuerpo aguante.
Endrick, en el Bernabéu.Bernat ArmangueAP
Las competiciones tienen sus propios idilios. Como los amores. El de esta Copa es un joven de 18 años que habitualmente viaja en el vagón del equipaje del todopoderoso Madrid. Lástima que el desenlace lo encontrara fuera. Ancelotti, que lleva toda la vida en esto, sabe que el fútbol tiene cosas que es mejor no analizar, sólo dejarse llevar. Como los amores. Le faltó hacerlo hasta el final. Veremos cómo acaba el torneo en la Cartuja, pero de momento ha elegido a su Míster Copa. Es Endrick, con cinco goles.
Pronto sabremos si en la final, el 26 de abril, Ancelotti se deja llevar. Difícil. Endrick apareció por Mbappé en el Bernabéu, pero Mbappé está aquí para jugar finales, para la gloria y para los apuros, aunque, ayer, no le señalara el destino. Atlético o Barça le esperan en la misma medida en la que le temen.
Endrick marcó en Anoeta y lo volvió a hacer en el Bernabéu en el primer momento crítico del choque, después de que Barrenetxea adelantara a la Real Sociedad y hurgara en un problema sistémico ya del Madrid, en un día, además, de defensa experimental. Asencio era el líder, junto a un Alaba en tiempo de regreso, más Lucas Vázquez y Camavinga en las bandas. El francés regresaba al lateral izquierdo, el lugar por donde debía progresar Kubo, muy activo hasta que acabó fundido. El francés logró frenarlo en muchas fases, pero no pudo con Pablo Marín en la llegada que propició su centro y el gol en propia puerta de Alaba que volvía a igualar la eliminatoria y abría el fuego del segundo tiempo.
Un inicio de cálculo
El Madrid partió el duelo con sentido del cálculo, no con voluntad de vértigo, pero eso casi nunca se cumple en la Copa, que brinda las mejores emociones. El conjunto de Imanol lo aprovechó para tomar la iniciativa, con presión adelantada, posesión de sus centrocampistas, muy cómodos, y repliegue rápido para no dejar espacios al Madrid. Cuando pudo hacerlo el equipo blanco, llegó el empate. Vinicius lanzó un pase al espacio y Endrick tomó la ventaja sobre Elustondo, que había sustituido al lesionado Aguerd, para elevar sobre Remiro con una vaselina. Un gol de categoría, como el pase.
Nunca sabremos que habría pasado si hubiera seguido en el campo, en unas áreas agitadas y muy vulnerables a balón parado, como probaron los goles de Tchouameni, Rüdiger o el segundo de Oyarzabal. Cualquiera quiere estar en esa fiesta. Ahora aguarda la fiesta de verdad.
Parecía llamado a dominar la futura banda derecha del Real Madrid y a ser la puerta millonaria del club hacia el tan deseado mercado asiático, pero Takefusa Kubo (Kawasaki,, 2001) sigue sin pasar el umbral del vestuario local de Chamartín y cada vez está más lejos. Por él, cansado de esperar desde su fichaje en 2019, y por el propio conjunto madridista, confiado su carril diestro a Rodrygo, Brahim y Güler. Hoy vuelve a visitar la Castellana con la Real Sociedad, dueña de sus derechos federativos y del 50% de lo que genere la plusvalía de una futura venta. El otro 50% es del Madrid, que lo vendió por seis millones a los txuri-urdin y se guardó esa opción, esperando ahora un ingreso millonario cuando alguien se acerque a los 60 millones de su cláusula.
A sus 23 años, Kubo volverá al Bernabéu con el mismo ánimo de revancha y la misma rabia acumulada de siempre, amenazando futbolísticamente al equipo que un día llamó a Japón y le recuperó para el fútbol español después de haber abandonado las inferiores del Barça.
Y es que la historia de Kubo en la capital es la de la espera y el rechazo. Un «no» constante que ha condicionado la primera etapa de su carrera. Aterrizó en el verano de 2019, formando parte de una camada adolescente que era vista en la cúpula como la heredera de la época dorada. Por ahí estaban Vinicius y Valverde, firmados en 2018, más Brahim, Rodrygo y Kubo, cuyos fichajes llegaron en 2019 junto a Militao y Mendy.
El ejemplo de Odegaard
De todos ellos, sólo Kubo se ha quedado en la carretera, compartiendo con Martin Odegaard el foco de los proscritos. En su momento, el noruego decidió que no iba a esperar y el club le vendió al Arsenal por casi 40 millones, previo paso brillante por la Real Sociedad. Lo suyo fue rápido y ahora es el capitán de los gunners.
En el caso de Kubo, todo ha sido diferente. Una situación peculiar limitada desde el principio por su pasaporte extracomunitario. La acumulación de extranjeros en el Madrid, especialmente brasileños, obligó al conjunto blanco a elegir desde 2019 a varios descartes, y Rodrygo siempre le ganó la partida a Kubo en el extremo derecho. Mientras el brasileño crecía junto a Vinicius en el ataque madridista, el japonés vivía temporadas complicadas entre Mallorca, Getafe y Villarreal. Cuestión de elecciones y de destino.
Así que el Madrid ganó la Champions 2022 con Rodrygo como héroe de la eliminatoria contra el Chelsea y el City en el momento en el que Kubo terminaba su segundo paso por Mallorca. Antes, había pedido dejar el Villarreal a mitad de año porque Unai Emery no contaba con él, y acabó unos meses en el Getafe de José Bordalás. Un camino de espinas que le revolvía el estómago, presionado mediáticamente en Japón y con la obsesión de brillar en Europa.
Kubo, rodeado de jugadores del Valladolid, el sábado en el Reale Arena.EFE
De blanco sólo le hemos podido ver en una pretemporada, la de 2019, cuando fue uno de los protagonistas por la ilusión que despertaba su fichaje. Se fue a la gira americana con Zidane, tuvo minutos y volvió para ponerse a las órdenes de Raúl en el Castilla, donde compartió algún amistoso con el propio Rodrygo. Un casting que terminó ganando el brasileño, que aceptó jugar varios partidos oficiales con el filial.
El japonés, mientras, observaba la elite con ansia. «Era cabezota. Tenía mucha personalidad y muy claras sus decisiones», recuerdan en Valdebebas fuentes consultadas por este periódico. «Me estresaba muchísimo en cada entrenamiento porque quería demostrar mi valía», admitió hace unos meses en una entrevista.
No llegó a debutar en partido oficial con el Madrid porque salió cedido al Mallorca justo antes del inicio de aquella temporada. Una decisión que el club veía bien para su formación, pero que quizás llegó demasiado pronto y el foco, lejos del Bernabéu, se fue apagando. No volvió a jugar de blanco. La pandemia en 2020, los Juegos en 2021 y su fichaje definitivo por la Real en 2022 lo impidieron.
Retraso en las nacionalizaciones
En esa operación, el Madrid se guardó una opción preferencial para recuperarle y el 50% de la plusvalía de una futura venta a cambio de seis millones. Seguía gustando en Valdebebas, pero el retraso en las nacionalizaciones de Militao, Rodrygo y Vinicius lo alargaba todo. Tres años después, todo parece haber cambiado. El japonés renovó con la Real hasta 2029, aunque mantuvo la cláusula en 60 millones, una decisión que desliza la intención de una futura venta.
El Madrid tiene hueco para extracomunitarios, nacionalizados ya los brasileños, pero la nueva zurda joven se apellida Güler y el nombre de Kubo se ve más como fuente de ingresos que en la espalda de la camiseta, esperando en Valdebebas ese salto definitivo en la carrera del talento asiático. Hoy, en la vuelta de semifinales de Copa, nueva reválida.
El 12 de marzo a las 21.00 horas, Kylian Mbappé esperaba el pitido inicial de Marciniak en el Metropolitano para jugar la vuelta de Champions ante el Atlético. 66 horas después, estaba haciendo lo propio con Gil Manzano en La Cerámica ante el Villarreal en Liga. Tras el pitido final, sentenciaba junto a Eduardo Camavinga: "Estoy muerto". Carlo Ancelotti, tras la victoria y dos goles de su delantero, estallaba: "Es la última vez que vamos a jugar un partido con menos de 72 horas de descanso. Nunca más". El Madrid abría la caja de Pandora.
Las reacciones han seguido en cadena en los equipos que juegan competición europea. El más alineado con "el calentón" del Madrid es el técnico de la Real Sociedad, Imanol Alguacil: "Somos los dos que más partidos con menos descanso hemos jugado. No les falta razón, porque así es muy complicado competir".
Tenía razón a medias el técnico txuri-urdin. Es cierto que ambos son los equipos con más encuentros seguidos con tres días o menos de descanso: 22 llevan los de Ancelotti, desde el suspendido por la Dana ante el Valencia, y 20 acumula la Real. Ambos pagaron la ronda extra por no estar entre los 24 mejores de sus respectivas competiciones europeas y continúan también en la Copa del Rey. Pero la Real Sociedad, con cinco, es quien más duelos ha disputado sin las recomendadas 72 horas de descanso. Aunque no el único.
Sin reflejo en ningún reglamento
El Atlético iguala a los donostiarras y a ambos les siguen Real Madrid, Athletic y Betis, con cuatro. El Barcelona sólo ha sufrido dos -beneficiado por la suspensión de su compromiso ante el Osasuna- y el Girona, uno. "Nosotros no tendríamos que haber jugado unos cuantos. Jugamos los jueves en Europa, normalmente a las nueve de la noche y terminamos a las once. No son 72 horas de descanso", expresó el entrenador del Athletic, Ernesto Valverde.
El problema de este calendario es que no existe ninguna reglamentación de cumplimiento obligatorio que marque unas horas de descanso. Lo más cercano fue el Comité formado por LaLiga, la RFEF y AFE en la pandemia en la que se acordaron esas famosas 72 horas, pero sin llegar a reflejarlo en ningún reglamento. Los sindicatos de futbolistas, tanto españoles como internacionales, sí tienen recomendaciones, pero son eso, recomendaciones.
La diferencia podría llegar en 2026. Desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) planean intentar introducir ese periodo de descanso en el convenio colectivo que regula el fútbol profesional. A día de hoy sólo hay dos artículos (8 y 11) que hablan de tiempo de reposo, pero se refieren al que afecta a las concentraciones y a los días de descanso previstos en el calendario laboral, no entre encuentros. Sí se puede encontrar en el artículo 9 del convenio de los jugadores de Primera RFEF: "La confección del calendario, en todo caso, respetará un mínimo de 72 horas de descanso entre partido y partido", reza.
Inteligencia Artificial para los horarios
LaLiga gestiona con la ayuda de herramientas con Inteligencia Artificial la configuración de los horarios intentando no favorecer a ningún club. Se toman multitud de factores en cuenta, como la equidad competitiva, la meteorología, las peticiones de los clubes y los desplazamientos de aficionados. Aunque mención aparte merecen la coordinación de los criterios deportivos con la maximización de los derechos audiovisuales.
Alguacil y Alex Remiro, durante el último partido ante el Rayo.EFE
Más allá de la reglamentación e intereses hay un evidente problema respecto a la salud de los jugadores. La Real ha sufrido 14 lesiones en lo que llevamos de 2025; el Real Madrid, 17, por mencionar dos de los clubes más damnificados. Especialistas en preparación física explican a EL MUNDO que no respetar ciertos umbrales de descanso "aumenta mucho el riesgo de lesión en los futbolistas".
La clave estriba en tres factores: la percepción psicológica, la potencia muscular y la presencia de la enzima creatinkinasa (CK). Según diversos estudios, ésta, que marca el tono de la musculatura, se recupera a partir de las 72 horas. No obstante, Jonatan Rotaetxe, preparador físico y director de Henao Sport, defiende que el ideal de descanso serían 96 horas porque el fútbol es un deporte con mayor "sobrecarga" neuromuscular, técnica y biomecánica y añade que ese periodo es el mínimo para la recuperación, pero que no permite preparar partidos porque no permite entrenamientos específicos. Miguel Ángel Cordero, director de Fisio Dynamic, habla de otros factores, como la edad a la hora de que esa enzima CK se module más lenta o rápidamente.
"mayor estrés y frustración"
Por último, la falta de descanso afecta también al estado psicológico de los futbolistas. La psicóloga deportiva Lorena Cos explica que la presión por rendir al máximo sin un tiempo suficiente de descanso "genera mayor estrés y frustración, afectando a la confianza y el bienestar emocional del jugador", y añade que aumenta el riesgo de lesiones.
La Real Sociedad ya ha quedado eliminada en la Europa League, pero el Real Madrid, suponiendo que llegara al último partido de cada competición, jugaría este curso un total de 72 encuentros, sin contar con los que los futbolistas participan con sus selecciones. Habrá jugadores blancos que puedan irse incluso a 80 duelos y . "Intentamos aumentar un show que va en detrimento de la salud del deportista", califica Rotaetxe sobre el destino del fútbol. Modelo NBA, le llama Mbappé.