Gareth Bale: “He amado el fútbol desde niño, pero ha estado bien salirme un poco. No lo echo de menos”

Actualizado Sábado, 12 julio 2025 - 00:26

Gareth Bale, ganador de cinco Ligas de Campeones con el Real Madrid, autor de un gol en la final de Lisboa y otro de chilena en la de Kiev, se alejó del fútbol tras su retirada en 2022, con 33 años, y ha vuelto ahora como comentarista del Mundial de clubes en DAZN. Un tiempo sin balón que, admite en una charla con EL MUNDO en Nueva York, "ha estado genial". El galés, en su primera entrevista en años con un medio español, se sienta a hablar de fútbol, de táctica, del calendario, del PSG, de Xabi Alonso y de su Madrid, del que sigue siendo fan.

¿Qué le está pareciendo el Mundial de clubes?
Creo que está siendo un gran torneo. Al principio la gente no estaba del todo segura sobre ello, pero ahora que estamos en las últimas fases se puede ver mucho más entusiasmo. Lo vimos en la semifinal entre el PSG y el Real Madrid, que fue un gran partido, y tenemos ahora una final muy interesante entre el PSG y el Chelsea.
Está usted comentando el torneo en DAZN. ¿Le gusta? ¿Se imaginaba esto cuando jugaba?
Lo estoy disfrutando. Creo que no soy un comentarista como tal, simplemente doy mi opinión. Y lo disfruto. Está bien volver un poco al fútbol después de varios años alejado y es una buena forma de hacerlo. Disfruto viendo los partidos y dando mis opiniones.
¿Echa de menos el fútbol?
Mmmm... No (risas). No lo echo de menos.
¿Todavía disfruta viéndolo?
Sí, sí. Disfruto viendo los grandes partidos. Por ejemplo, el partido entre el PSG y el Madrid o la final de la última Champions. Cosas así. He amado el fútbol desde que era un niño y eso es algo que nunca se ha ido, pero ha estado bien salirme un poco para verlo como un aficionado.
Como exfutbolista que da su opinión en la televisión, ¿intenta tener cuidado al hablar de los jugadores por cómo esas palabras puedan afectarles?
No. Siempre intento pensar en lo que a mí me gustaría que dijeran de mí si estuviera en el césped. Y además es que siempre hay razones por las que tú puedes cometer un error o por las que no estás jugando bien que la gente no conoce. Mucha gente hace comentarios en el momento pero no ven más allá, lo que puede estar pasando en casa, lo que el entrenador te pide que hagas o la táctica diferente que está utilizando el equipo y que nadie sabe. Siempre intento dar el beneficio de la duda y dar una razón por la que creo que no lo están haciendo bien. Intento no ser muy negativo porque mucha gente sí lo intenta sólo para tener un 'clickbait' y avanzar en su carrera profesional. Sólo intento dar una opinión honesta y proteger un poco a los jugadores.
¿Qué le pareció el 4-0 del PSG al Real Madrid?
Es un resultado amplio, pero creo que si el Madrid no hubiera cometido esos errores en el inicio el partido hubiera sido diferente. Sin esos errores que quizás en 99 de 100 partidos no cometen, hubiera sido diferente. Y una vez que estás 2-0 contra un gran equipo se hace complicado, tienes que cambiar el ritmo del partido y arriesgar más para remontar, lo que al final te lleva a perder. Ya era un partido difícil para el Madrid con 0-0, pero con 2-0 abajo lo fue todavía más. De todas formas, cuando estás en una eliminatoria creo que da igual perder 4-0 o 1-0, te vas a casa igual. Creo que hicieron lo lógico al intentar atacar más pero no funcionó.
El PSG parece el mejor equipo de Europa ahora mismo.
Creo que todo el mundo está disfrutando viendo al PSG. Tienen una manera muy interesante de jugar al fútbol con la presión tan alta, la intensidad y los jóvenes. No son superestrellas, son un equipo. Y son de lejos el mejor equipo de Europa ahora mismo. Si ganan el Mundial, serán el mejor equipo del mundo.
En este Mundial se está hablando mucho de la presión alta. ¿Cree que el fútbol ha cambiado? Que depende menos de las estrellas y más del entrenador y el equipo.
Sí. Creo que ahora depende más de lo que hagan los entrenadores que de las estrellas. Es más un juego de ajedrez. El deporte ha evolucionado, sin duda. Los entrenadores siempre han cambiado el juego. Creo que mi época fue Pep Guardiola el primero en cambiarlo realmente y ahora Luis Enrique quizás le ha dado un giro más a lo que él hacía. Ahora es un deporte diferente a lo que era y es todavía más un deporte de equipo.
Parece que ha empezado una era de dominio del PSG. ¿Ve al Madrid capaz de recuperarse?
Sí. Creo que lo que está haciendo el PSG está genial, están en un gran momento, pero nunca puedes dar por perdido al Madrid. Siempre van a ser peligrosos y siempre están a un paso de volver a ser un gran equipo. Creo que ahora, con Xabi Alonso al mando y dándole algo de tiempo, viendo lo que hizo en el Bayer Leverkusen, estoy seguro de que puede convertir al Madrid de nuevo en un equipo ganador. Por supuesto, yo soy aficionado del Madrid, así que espero que puedan ganar más la próxima temporada. Seguro que Xabi hará todo lo posible para que eso pase.
¿Veía a Xabi como entrenador cuando jugaron juntos?
Siempre lo pensé. Era un apasionado del fútbol y creo que en esta época necesitas ser un obseso del fútbol para ser entrenador, para vivir y respirar este deporte. Y él está en esa categoría. Puedes ver el gran trabajo que hizo en Leverkusen, ganó la liga contra el equipo que la había dominado tantos años. Fue un logro extraordinario con menos presupuesto. Ahí se vio lo gran entrenador que es. Estoy seguro que con el tiempo también lo demostrará en el Madrid.
¿Cree que el Madrid necesita ser un equipo y menos individualidades?
Sí, y estoy seguro que lo hará. Xabi sólo lleva en el equipo cuatro semanas y necesita tiempo. Después de ver lo que hizo en Leverkusen, seguro que intentará que las estrellas trabajen para el equipo a la vez que muestran su calidad individual.
Luka Modric ha jugado su último partido con el Madrid. Usted jugó con él en el Tottenham y en el Bernabéu. ¿Cuánto se ayudaron mutuamente?
Disfruté muchísimo jugando a su lado. Creo que es el futbolista con el que más partidos he disputado. Ha tenido una carrera increíble, pero todas las cosas buenas se acaban terminando y la edad te acaba pasando factura al final. Fue increíble jugar con él, nos elogiábamos mucho dentro del campo y creo que por eso jugábamos tan bien juntos.
Le pregunto por el calendario. ¿Hay demasiados partidos?
Sí. Hay demasiado fútbol. Desde el punto de vista de los jugadores, es un poco preocupante que no vayan a poder descansar. Veremos el impacto que tendrá en los jugadores, si habrá más lesiones o qué. Quizás tenga que pasar algo y mejorar el calendario, pero en este momento se gana tanto dinero con el fútbol que están creando más torneos y más partidos. Esperemos que las cosas se calmen un poco con el tiempo, que haya un calendario un poco mejor y que los jugadores tengan un poco más de tiempo para recuperarse y descansar. Ahora mismo es demasiado.
La historia única del 'Torero' Tarvet, el rival de Alcaraz: 733 del mundo, un título en Kenia y 115.000 euros que no podrá gastar

La historia única del ‘Torero’ Tarvet, el rival de Alcaraz: 733 del mundo, un título en Kenia y 115.000 euros que no podrá gastar

Bajo un calor insólito, 34ºC en Londres, la mayor temperatura registrada en la ciudad en un mes de junio, decenas de ingleses se amontonaban en las gradas de la pequeña pista 4 de Wimbledon para observar la hazaña de un compatriota suyo, un vecino, un aficionado como ellos. Oliver Tarvet vencía al suizo Leandro Riedi por un triple 6-4 y se clasificaba para la segunda ronda del Grand Slam, donde este miércoles se enfrentará al vigente campeón, Carlos Alcaraz. Un sueño de infancia, el partido de su vida.

Muchos tenistas locales reciben cada año una invitación para el torneo y algunos avanzan rondas, pero la gesta de Tarvet es única. A sus 21 años, no sólo debuta en Wimbledon, no sólo descubre un grande, no sólo se estrena ante un Top 10 del ranking mundial; es que está jugando su primera competición profesional. Después de ganar el torneo previo, su primer partido ATP fue el lunes ante Riedi y ante Alcaraz este miércoles disputará el segundo. De momento, su casillero marca un 1-0 en el circuito, donde aparece como el número 733 del mundo.

"¡Gareth!", gritaba para celebrar su triunfo, igual que hizo en los tres partidos clasificatorios, en una broma interna con sus amigos de la estadounidense Universidad de San Diego que supuestamente tiene alguna relación con Gareth Bale. "Cuando era niño solía venir aquí todos los años con mis padres y mi hermana. Estos días estoy sintiendo muchas emociones, pero la principal es felicidad. Estoy viviendo un sueño", pronunciaba Tarvet, nacido en Saint Albens, un pueblo a 30 kilómetros de Londres y formado en la Batchwood Tennis Academy.

Un premio que no gastará

De pequeño estuvo entre los mejores de Reino Unido, invitado al circuito Nike Junior International para sub-14, pero su progresión adolescente fue modesta. En 2021 fue invitado al Wimbledon junior y cayó en primera ronda y en esa categoría sólo celebró un título, el remoto J5 de Nairobi, en Kenia. Por eso cuando tuvo la oportunidad de aceptar una beca en Estados Unidos no lo dudó y se marchó a estudiar una carrera científica en San Diego y a competir en la NCAA con los Toreros, el equipo de la universidad.

ADRIAN DENNISAFP

"Estoy muy agradecido a la universidad y quiero acabar mi carrera, me queda todavía un año", comentaba este lunes sobre la posibilidad de convertirse de inmediato en profesional. Porque su gesta estos días en Wimbledon le puede cambiar la vida, pero no le hará rico, ni mucho menos. Aunque los tenistas que alcanzan la segunda ronda reciben unos 115.000 euros, Tarvet no se podrá quedar ni un euro. Las normas de la NCAA estadounidense sólo le permiten utilizar 8.500 euros para gastos y debe presentar los tickets.

"Es un poco raro porque en la mayoría de torneos a los que voy normalmente el premio no me da para cubrir los gastos y ahora me sobra. Quizá le alquile un avión privado a mi entrenador para la vuelta", asumía un tenista que hasta esta semana sólo había ingresado en toda su carrera 13.000 euros en premios. De hecho su experiencia hasta ahora se limitaba a la competición universitaria y a algunos torneos Futures durante el verano, en las vacaciones entre curso y curso. El año pasado llegó a ganar uno en Túnez y eso le elevó hasta el 624 del mundo; este julio cuando acabe Wimbledon entrará como mínimo entre los 400 mejores.

Su virtud, el saque

Por lo visto en primera ronda ante Leandro Riedi, para Alcaraz la principal amenaza de Tarvet será su saque, tan potente como efectivo. En su debut como profesional, el inglés no tuvo que encarar ninguna bola de break y ganó el 91% de los puntos que empezó con su primer saque. Mientras su rival cayó en muchos errores, a Tarvet le valió con mantener su servicio y jugar con consistencia. Ante el español necesitará mucho más si quiere vencer, aunque haga lo que haga saldrá de la pista central de Wimbledon con una ovación.

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"Me encantaría dejar mi huella aquí, voy a intentar disfrutar del partidos", que comparte con el campeón de cinco Grand Slam un hecho: ambos idolatraron a Rafa Nadal cuando eran niños. Luego los caminos de los dos se separaron hasta encontrarse este miércoles en un partido más para Alcaraz, en el partido de su vida para Tarvet.

La guerra Mou-Guardiola, la carrera de Bale, la salvación de Cruyff o el final del Tata Martino: los clásicos coperos como punto de inflexión para Madrid y Barça

La guerra Mou-Guardiola, la carrera de Bale, la salvación de Cruyff o el final del Tata Martino: los clásicos coperos como punto de inflexión para Madrid y Barça

El octavo clásico en una final de la Copa del Rey aterrizará el 26 de abril en La Cartuja. 4-3 gana hasta ahora el Madrid, que le dio la vuelta al balance histórico venciendo en las dos últimas ocasiones: 0-1 en la de 2011, con aquel salto de Cristiano Ronaldo, y 1-2 en la de 2014, con la carrera de Gareth Bale por la banda de Mestalla para superar a Marc Bartra y marcar el tanto decisivo. Dos partidos en los que los galácticos de la pasada generación decidieron el duelo. Así son los clásicos, cruzan a los dos mejores equipos del país y comparan constantemente sus galaxias.

Dentro de tres semanas, Sevilla actuará como punto de inflexión en ese análisis entre ambas plantillas. Los títulos acumulados en los últimos tres años explican la superioridad manifiesta del Madrid, con dos Champions, dos Ligas y una Copa en el bolsillo en plena explosión de Vinicius, Rodrygo, Jude Bellingham y compañía. Pero en los últimos meses, coincidiendo con la llegada de Kylian Mbappé, el Barcelona ha demostrado que su nueva camada ha llegado para quedarse. Guiados por Lamine Yamal, han vencido en el clásico de octubre y en la final de la Supercopa de España, ambos con contundencia (0-4 en Liga y 2-5 en Arabia).

Dos bofetadas futbolísticas que han amenazado el trono del Madrid en el fútbol español, aunque la primavera dictará sentencia. Blancos y azulgranas se medirán el 26 en Sevilla, el 10 o el 11 de mayo en Montjuïc en una cita trascendental para la Liga y, quizás, en una hipotética final de Champions, el próximo 31 de mayo en Múnich. Sería la madre de todos los clásicos, el único que queda por disputarse en un gran evento tras tantas finales de Copa y Supercopa.

Trincheras en pleno apogeo

Lo que refleja la historia es que un clásico en una final siempre supone un antes y un después. Empezando por el primero, disputado apenas un mes antes de la sublevación militar que dio inicio a la Guerra Civil española. Fue el 21 de junio del 36, y fue en Mestalla. Ganó el Madrid 2-1 en el último partido de Ricardo Zamora. También ganó el Madrid en 1974, mientras que el Barça levantó el trofeo en 1968 y 1983. Y en 1990, el triunfo azulgrana salvó la cabeza de Johan Cruyff, dejando la Copa sin final 'clásica' hasta 2011.

Ese año, Mestalla fue testigo de una de las grandes batallas de la guerra Mourinho-Guardiola, unas trincheras en pleno apogeo en ese momento. El cabezazo de Cristiano en la prórroga dejó al Barça, que conquistó Liga y Champions, sin triplete. Fue un partido durísimo, con corrillos constantes sobre el árbitro, tensión en los banquillos y en la grada y duelos hasta el límite. Mourinho ganó la batalla, pero Guardiola contestaría unos días después en las semifinales continentales.

La de 2014 fue todavía más trascendental y confirmó la crisis de identidad del Barça tras la salida de Guardiola. El Tata Martino claudicó ante Ancelotti, Bartra ante Bale y la victoria madridista provocó la temporada en blanco de los azulgrana y la llegada de Luis Enrique al Camp Nou. Decisión de calado, porque con él llegaría el triplete de la 2014-2015.

Aquella visita a Valdebebas

Ahora, 11 y 14 años después de Mestalla, la Copa les vuelve a reunir en otro momento trascendental, con Yamal, Pedri, Raphinha, Mbappé, Vinicius y Bellingham sustituyendo a las estrellas de la pasada década. Lamine tenía tres años en la primera final de Mestalla y Mbappé estaba a punto de visitar Valdebebas con 12 años, regalo de sus padres e invitación de Zinedine Zidane para conocer a su ídolo Cristiano. El destino, caprichoso, les enfrenta ahora.

En el Bernabéu se observan estos dos próximos clásicos (Copa y Liga) como cruciales para el mandato de Ancelotti. Cuestionado en algunos momentos de la temporada por el nivel de juego del equipo, el italiano llega por primera vez a abril vivo en los tres torneos desde, precisamente, 2014. Aquel año terminó ganando Copa y Champions, pero hincó la rodilla en Liga, como el Barça, ante un Atlético que levantaría el título en el Camp Nou.

El desgaste de los clásicos influyó en la Liga, algo que intentará evitar Hansi Flick, obsesionado con mantener el nivel físico de su equipo para pelear el triplete y confirmar esa «nueva era» que se repite en la Ciudad Condal con cada victoria en los clásicos. De ello depende sostener la ventaja de tres puntos en Liga, con la Copa y la Champions como inyección mental hacia el vestuario.

Mbappé y Robert Lewandowski batallan por el pichichi liguero, Endrick y Ferran Torres por el copero. Ambos clubes, por todo. Un clásico.

La hegemonía del Real Madrid en la Champions, con seis finales en 11 años

La hegemonía del Real Madrid en la Champions, con seis finales en 11 años

La sexta final de la Champions en 11 años conecta al actual Real Madrid con el legendario campeón de los albores de la Copa de Europa. Desde entonces, ningún equipo había dominado el torneo con semejante poderío. Entre 1956 y 1966, el club blanco avasalló en el panorama continental con seis títulos, cinco de ellos consecutivos, y ocho finales, incluidas las derrotas ante Benfica (1962) e Inter de Milán (1964). Ahora, los futbolistas de Carlo Ancelotti pueden igualar aquel registro. En caso de vencer al Borussia Dortmund en Wembley conquistarán su decimoquinta Orejona, la sexta en poco más de una década.

El próximo 1 de junio, sobre la sagrada pradera londinense, el Madrid disputará su decimoctava final de la Copa de Europa, con la que aumenta la diferencia histórica ante Milan y Bayern, ambos con 11. A este logro deportivo hay que añadir los premios de la UEFA, cifrados en torno a los 130 millones de euros. De momento, el club de Chamartín ya se ha embolsado 114,75 millones por las tres eliminatorias y su inmaculado trayecto en la fase de grupos. A la espera del reparto del mercado televisivo, quedarían pendientes los 4,5 millones que distinguen al campeón, más los 3,5 millones por el derecho a disputar la Supercopa de Europa.

La actual hegemonía dio comienzo el 24 de mayo de 2014, con la final ante el Atlético (4-1 en la prórroga). De aquella plantilla de la Décima, dirigida también por Ancelotti, únicamente sobreviven Dani Carvajal y Luka Modric -que disputaron los 120 minutos- más Nacho, que se quedó fuera de la convocatoria en Lisboa. Tras la decepción en semifinales de 2015 ante la Juventus, Zinedine Zidane protagonizó desde el banquillo el periodo más glorioso de la historia reciente. La tanda de penaltis en San Siro ante el Atlético (2016), el inolvidable 4-1 a la Juve en Cardiff (2017) y la chilena de Gareth Bale en Kiev ante el Liverpool, en el último partido de Cristiano Ronaldo (2018), plasmaron la tiranía merengue. Desde mediados de los 70, con el Ajax de Johan Cruyff y el Bayern de Franz Beckenbauer, ningún equipo había encadenado tres títulos consecutivos.

Siete intentos fallidos

El triunfo de ayer en el Bernabéu abre una oportunidad histórica para el 14 veces campeón de Europa, que podría al fin coronarse en el estadio más legendario del continente. Desde 1963, Wembley ha albergado siete finales de la Copa de Europa, pero los blancos, hasta ahora, ni siquiera pudieron pisar su césped. La primera decepción se produjo en mayo de 1968, cuando el conjunto dirigido por Miguel Muñoz cayó en semifinales (1-0, 3-3) ante el Manchester United de Bobby Charlton y George Best, a la postre campeón tras su 4-1 en la prórroga ante el Benfica. Ya en la segunda década de este siglo, el Madrid se quedó a las puertas con sus tropiezos en las semifinales de 2011 ante el Barcelona (0-2, 1-1) y las de 2013 frente al Borussia Dortmund (4-1, 2-0). Curiosamente, Wembley ha resultado históricamente propicio para los azulgranas, que alzaron los títulos de 1992 y 2011 a la sombra de su mítico arco.

A nivel individual, el pase deja a Ancelotti a un paso de su quinta Orejona, tras las dos previas de blanco (2014, 2022) y las levantadas con el Milan (2003, 2007). Este hito le afianzaría en el olimpo de los banquillos, con dos títulos más que Pep Guardiola (2009, 2011, 2023), Bob Paisley (1977, 1978, 1981) y Zidane (2016, 2017, 2018). Asimismo, le permitiría igualar a Zizou como el preparador madridista más laureado, ya por delante de José Villalonga (1956, 1957), Luis Carniglia (1958, 1959) y Vicente del Bosque (2000, 2002).

Carvajal y Modric

La final supone una oportunidad histórica para Carvajal y Modric, que podrían igualar en Wembley el récord de Paco Gento, el único futbolista capaz de alzar seis veces la Copa de Europa. A esa nómina también cabría añadir a Toni Kroos y Nacho. No obstante, el alemán sólo tomó parte en cuatro finales y se quedó fuera de la de 2013, donde el Bayern derrotó al Dortmund (2-1). El primer capitán, por su parte, sólo participó en la final de Kiev, sin disputar un minuto de las de 2014, 2016, 2017 y 2022. Además de Cristiano Ronaldo y Alfredo Di Stéfano, los grandes emblemas del club, otros pentacampeones de blanco fueron Karim Benzema, Marcelo, Casemiro, Isco y Bale. Y en el siglo pasado cabe mencionar a José María Zárraga, Juanito Alonso, Rafael Lesmes, Marcos Alonso y Héctor Rial, todos ellos durante el periodo 1956-1960.

Modric, por último, se enfrenta a otro notable desafío en Wembley. En caso de victoria, el centrocampista croata se convertiría en el segundo futbolista más veterano en proclamarse campeón de la Champions. A los 38 años y 245 días quedaría muy cerca del récord de Paolo Maldini, quien en 2007 levantó el trofeo para el Milan a los 38 años y 331 días.