El Arsenal sigue vivo ante el Bayern tras un brillante partido en el Emirates

El Arsenal sigue vivo ante el Bayern tras un brillante partido en el Emirates

No conviene descuidarse nunca ante el Bayern Munich, por mucho que soporte un curso convulso. Lo hizo un Arsenal demasiado tierno, que no supo administrar los tiempos en la primera mitad y dio vida a un rival al que había sometido en un brillante inicio. Los británicos, no obstante, siguen vivos en el cruce después de que su técnico acertara a la hora de mover el banquillo, tras una bonita noche de fútbol con dos estilos de acusadas diferencias.

Era mucho lo que se jugaban los de Tuchel en una temporada marcada por el desencanto. Virtualmente perdida la Bundesliga, fuera de la Copa y derrotado por el Leipzig en la Supercopa alemana en el inicio del curso, el conjunto alemán tiene en la Liga de Campeones la única vía de redención esta temporada.

El Arsenal tomó pronto el mando del partido y encontró premio en un remate de Saka en el interior del área tras un doble error del lateral izquierdo Davies. Era el líder de la Premier, con su fútbol aseado, quien sentaba las bases para proseguir en el continente su magnífico rendimiento en una de las ligas más competitivas.

Nada indicaba que el Bayern revertiría la situación en apenas unos minutos. El desconcierto defensivo que originó el precipitado abandono del marco de Raya en una jugada aparentemente inane fue el germen del tanto del empate de los hexacampeones de Europa. Goretzka acabó encontrando a Gnabry con un pase interior en la posición de delantero centro y éste logró la igualada.

Latigazos del Bayern

No se desviaron del plan los de Arteta, moviendo la pelota con paciencia en busca de Neuer. El Bayern jugaba a otra cosa. Buscaba salir con rapidez al contragolpe. Y volvió a encontrar recompensa en una carrera de Sané en diagonal que desequilibró a toda la defensa británica hasta que fue derribado por Saliba en el área. El penalti lo transformó Kane, logrando su trigesimonoveno gol de la temporada, séptimo en la Liga de Campeones y decimoquinto ante un adversario al que ha castigado como a pocos. No le tembló el pulso al consumado realizador, que desplazó a Raya y marcó con un disparo raso y suave. Fue su mejor aportación en una noche poco lúcida. Peor aún la de Havertz, que apenas apareció.

Entonces sí pasó por momentos de desconcierto el Arsenal, que vio de nuevo acelerar a Sané, en esta ocasión sin la lucidez exhibida en el tanto de la igualada.

El Bayern era otro con ventaja en el marcador. Defendía con eficacia e incrementaba su peligro en las contras. Pero Arteta movió el banquillo y dio entrada a los dos protagonistas del empate. Gabriel Jesus realizó una maniobra exquisita, con dos recortes en un ladrillo, y cedió la pelota al belga, que disparó cruzado para batir a Neuer. Los locales regresaron a la eliminatoria sin perder la identidad que les había traído hasta aquí, dominantes en la fase de grupos aunque obligados a llegar a los penaltis en octavos frente al Oporto. Se vivieron los momentos más brillantes del encuentro, con un Bayern que ni mucho menos se dejó intimidar por la reacción local y buscó el triunfo.

Fue Coman, de hecho, quien pudo desequilibrar el partido, con un remate al poste en el minuto 88. El Bayern tendrá la vuelta en casa y le bastará con una victoria para estar en semifinales. Hará bien, no obstante, en no confiarse ante un Arsenal que supo sobreponerse a los instantes más comprometidos. Una última acción de Saka obligó a la intervención del VAR ante el posible penalti de Neuer.