Désiré Doué: lo que un nombre y un apellido dicen del nuevo ídolo adolescente del PSG

Désiré Doué: lo que un nombre y un apellido dicen del nuevo ídolo adolescente del PSG

Todo viene girando demasiado deprisa para Désiré Doué, autor de 12 goles y 12 asistencias para el PSG desde mediados de diciembre. El extremo, de 19 años, sigue empeñado en saltarse los plazos con insultante descaro. De hecho, sólo ha transcurrido un mes desde que transformó el penalti definitivo en Anfield, que otorgaba el pase a cuartos de la Champions. Dos semanas más tarde llegaría su debut con Francia, cuando tampoco titubeó para anotar desde los 11 metros, camino de la Final Four de la Nations League. El pasado miércoles, su contribución resultó también decisiva, con un golazo ante un Aston Villa que acababa de adelantarse en el Parque de los Príncipes. París, la ciudad que idolatró a Kylian Mbappé, Neymar y Leo Messi, se rinde ahora a su nueva estrella.

Durante la última semana, la camiseta de Doué ha sido la más vendida en la tienda oficial del club, por delante de las de Ousmane Dembélé y Khvicha Kvaratskhelia. La fiebre en torno a su fútbol versátil y vertiginoso ha aumentado de tal modo que Luis Enrique sufre en cada rueda de prensa para aplacar la euforia. «Los cumplidos están muy bien, pero hay que concentrarse en el trabajo. A comienzos de temporada recibió algunas críticas y ha logrado adaptarse. Aún le queda mucho camino por recorrer», dijo el asturiano antes de la eliminatoria ante el Liverpool.

Entre las jóvenes estrellas de la Champions, el brillo de Doué ya rivaliza con el de Lamine Yamal, dos años menor. Sin embargo, a diferencia del azulgrana, Doué ha mostrado una mayor polivalencia en los tres frentes del ataque. Desde el comienzo del curso, Luis Enrique le alternó como extremo derecho (38% de los minutos), extremo izquierdo (21%) y punta (9%). Incluso apostó por él como mediocentro ofensivo (28%) para reforzar sus llegadas por el carril central.

Apuesta de Luis Campos

«Es muy joven, regatea bien, es muy técnico, físico y defiende bien. Me gusta, pero quiero más de él», comentó el ex entrenador del Barça a comienzos de curso. Por entonces, su mejor baza atacante era Bradley Barcola. Entre agosto y diciembre, Doué apenas jugó de inicio tres partidos de Ligue 1 y uno de Champions. Sin embargo, algo cambió a final de año. Justo cuando Luis Campos decidió desprenderse definitivamente de Xavi Simons. Tras un par de cesiones al PSV y Red Bull Leipzig, el director deportivo del PSG traspasaba al holandés a cambio de 50 millones de euros. Exactamente el mismo precio que pagó en verano al Stade Rennes para hacerse con Doué.

Hoy, Barcola ya no encuentra sitio en el once del PSG y ve amenazado su estatus en la selección. El pasado 23 de marzo, Didier Deschamps dio paso a Doué durante la segunda parte ante Croacia, sacrificando a Barcola y pasando por alto que el novato había llegado con algo de retraso a la concentración en Clairefontaine. Estas incipientes indisciplinas se asemejan bastante a las de Neymar, su gran ídolo. Al igual que el brasileño, Doué suele plantarse ante los defensas, totalmente quieto antes de la finta. Y le gusta ese autopase de espaldas con el empeine o celebra un gol con idéntica pose, a modo de homenaje. Neymar, claro, nunca se implicó tanto en tareas defensivas.

Por citar otra diferencia, Désiré no cuenta aún con el oro olímpico de su ídolo, autor de un gol y el último penalti de la tanda ante Alemania en Río 2016. El pasado 9 de agosto, España tumbó a Francia en el Parque de los Príncipes gracias a un doblete de Sergio Camello. Aquel viernes, Doué lideró el ataque bleu durante la prórroga, aunque no pudo definir la última ocasión, justo antes del 3-5. Tras un espectacular caño ante Jon Pacheco, fue taponado por Adrián Bernabé y su disparo se perdió ligeramente desviado de los dominios de Arnau Tenas.

Doué festeja el 1-1 ante el Aston Villa en París.

Doué festeja el 1-1 ante el Aston Villa en París.AFP

Apenas una semana más tarde, el PSG presentaba a su nuevo futbolista y colmaba las arcas del Stade Rennes. Un nuevo hito para la mejor cantera del fútbol francés, que en los últimos años ya había hecho caja con Eduardo Camavinga (31 millones del Real Madrid), Mathys Tel (20 millones del Bayern) y el propio Dembélé (35 millones del Dortmund). El contrato firmado hasta 2029 debe considerarse un logro de Maho, su padre, que también ejerce como representante.

Esa vía paterna, procedente de Costa de Marfil, es la que ha elegido Guéle, su hermano, que juega de lateral derecho en el Estrasburgo y que se ha decantado por Los Elefantes, vigentes campeones de la Copa de África. Las raíces francesas, por parte de madre, deben interpretarse bajo el prisma de la semántica. Porque rara vez un nombre y un apellido dijeron tanto de un futbolista. Désiré, en la lengua de Montaigne, significa "deseado" y Doué, "talentoso".

Nico Abad: "Lo que realmente echo de menos de la televisión es el dinero"

Nico Abad: “Lo que realmente echo de menos de la televisión es el dinero”

Nico Abad (Madrid, 1970) ha pasado por todas las fases del periodista televisivo. Meritorio en el primer Canal+ como autor, junto a su amigo Antoni Daimiel, de muchos de los vídeos más célebres de ‘El Día Después’. Estrella incipiente del entretenimiento en los tiempos de ‘Lo más Plus’ y Cuatro. Narrador (controvertido) del Mundial de motos y presentador de informativos. Y ahora youtuber con el canal que lleva su nombre, referencial en el mundo de MotoGP, mientras ve el mar desde su casa en Castelldefels.

Has logrado el sueño de montártelo tú mismo, que funcione e irte a vivir a la playa.
Yo no he logrado ese sueño sino que me han obligado a soñar con esto. No ha sido una decisión propia sino forzada. Estaba fenomenal en la televisión, me despidieron de Mediaset y a partir de ahí ninguna tele me quiso. Entonces tuve que recordar una cosa que siempre le explicaba a los estudiantes de periodismo a los que doy clase: ahora la herramienta para hacer periodismo la tenemos a menos de 20 centímetros de nuestra mano y es el móvil. Me apliqué el cuento, monté mi canal y estoy en la quinta temporada ya. La jugada está saliendo, pero no elegí yo.
Fue por necesidad.
Exacto. Me quedé sin un trabajo que estaba muy bien pagado en la tele y, como todavía tengo muchas facturas, tuve que encontrar la manera de sacar dinero por otro lado. Gracias a Dios, estamos en una época en la que estas plataformas te dan una oportunidad de ganarte la vida, con sus pros y sus contras.

Para saber más

¿Qué pros y qué contras?
La contra principal es que aquí no tienes equipo. Las plataformas están diseñadas para que hagas contenido en solitario porque la remuneración sólo llega para que cobre uno. Sin embargo, yo estoy haciendo el camino para intentar que cobremos muchos y crear equipo. Voy un poco a contracorriente y el canal ya lo monté con una agencia. Comencé en Twitch y luego hice un trasvase de todo el contenido a YouTube porque entendí que la audiencia a la que yo me dirigía estaba más allí. En Twitch me sentía vendiendo sombrillas en la montaña, que de repente hay un día de calor, pasa uno y te la compra, pero las sombrillas hay que venderlas en la playa. Y mi playa era YouTube, ahí he encontrado el sitio.
¿Echas de menos la tele?
De la tele echo de menos el dinero, eso por encima de todo. Luego, lo que te comentaba de trabajar con un equipo, una redacción que te corrija, te aprieta, te ayude… Por ejemplo, estoy haciendo ahora un vídeo de todas las lesiones de Jorge Martín, he encontrado 37 y me encantaría contar con algún compañero que pudiera contrastarlo, porque posiblemente sean 36 o 38 y en las plataformas me van a matar. "Nico, otra vez has vuelto a fallar, no tienes ni idea, son 36". Yo tengo que convivir con esto, porque si no te mueres, pero echo de menos tener el apoyo del equipo. A cambio, soy un tío muy casero y trabajar en casa ha sido un descubrimiento que no cambio por nada. Mi ritmo, mis horarios, compaginar con la familia… Lo único que realmente echo de menos es el dinero. Después, ya lejos, la certeza de que lo estoy haciendo bien que te da un equipo. En ese orden.
Al final te has quedado hablando de motos pese a que el recibimiento fue muy hostil cuando narraste el Mundial en Telecinco, ¿por qué?
Al final me he quedado porque es lo que me funciona. Lo que no quería hacer bajo ningún concepto era fútbol. Esto sí que lo tenía claro. Empecé haciendo polideportivo, pero la gente de la agencia me decía: "Nico, si tú pones tu nombre en Google salen motos. Es por lo que más se te reconoce". Y eso es clave para que la plataforma te identifique y te favorezca, los datos en Twitch lo demostraban y cuando pasé a YouTube decidí hacer sólo motor, Fórmula 1 y MotoGP, pero los números de las motos eran mucho mejores. Esto es como si tuviera una pescadería: si en este barrio se vende pescadilla, no traigas cangrejos de río porque no es lo que la gente quiere consumir.
¿Qué papel jugó Ángel Nieto en tu vida?
Tuvo un efecto en mí brutal porque entré en un mundo muy hostil hacia mí y él, desde el minuto uno, me abrió la puerta. Dicen que hay gente que construye paredes y otros que construyen puertas, pues Ángel la construyó y me la sostuvo abierta mientras otros intentaban cerrarla. No es que me explicara las motos, es que me invitó a su casa y me dijo que me quedase a dormir. Fue tremendo, mi gran apoyo en las motos. Era un tío supergeneroso y me trató como mi padre. Esa es la verdad, fue una figura paterna en un momento en que la necesitaba. Desde que falleció, sueño muchísimas veces con él y lo he comentado con su hijo Pablo, que me dijo: "Pues imagínate yo". Ángel no era un tío sólo de motos, era un tío de vida con las cuatro letras en mayúsculas. Estar a su lado era un privilegio y un aprendizaje continuo. Aún me descubro preguntándome un montón de veces. "¿Cómo haría esto Ángel?". Echo en falta poder llamarle.
Narraste MotoGP de 2013 a 2016, ¿por qué fue tan hostil la afición contigo?
El tema es que lo que sucedía en redes, todos esos ataques e insultos, era diametralmente opuesto a lo que me sucedía en la calle. He estado en un restaurante y cuando he ido a pagar me han dicho que un señor había pagado y me había dejado esta nota dándome las gracias por narrar así las motos. En la calle todo era " Nico, tío, cómo mola" y en las redes me deseaban que tuviera cáncer de garganta. Y esto no es una exageración, es literal. Mi interpretación fue que la televisión tiene mucho de hábito y se llevaba mucho tiempo con una narración muy determinada en TVE, mucho más sosegada, y yo entré allí como un elefante en una cacharrería. Narraba pegando gritos porque es lo que me sale cuando veo una frenada fuerte o unas curvas enlazadas. Es que no se entiende la barbaridad que son las motos hasta que las estás viendo en directo. ¡Cómo no vas a gritar cuando ves dónde frenan!
Parece razonable, sí.
Entonces yo todo eso lo llevaba a la cabina y Ángel Nieto me decía: "Tío, a mí es que me pones pila narrando así, tenía que haberse hecho siempre así". Eso es lo que me sostenía porque si miraba las redes… Llegó un momento en que dejé de entrar y no me enteraba. Un lunes por la mañana, a la vuelta de Jerez, me llaman de la Cadena SER y lo primer que pensé fue: "Joder, ¿qué liada habré habré montado esta vez?". Y fue que el rey emérito, por lo visto, me apartó el micrófono porque yo lo metí cuando estaba con Nieto y ni me había dado cuenta de aquello, pero en Twitter se había montado un escándalo. Era una locura aquello. Los fines de semana que no había motos yo también era trending topic porque narraba Lobato la Fórmula 1 y me caía a mí también.
¿Decían que ojalá fueras como Antonio?
Al revés, le decían a Lobato que ya se le había pegado lo malo y estaba gritando como el idiota de Nico Abad [risas].
¿Te afectaba?
Sí, claro que te afecta porque te planteas si realmente lo estás haciendo así de mal. Me preocupaba y lo contrastaba con la redacción y con el resto del equipo de comentaristas, les contaba que estaba siendo una pasada de insultos y que si de verdad la estaba cagando. Ellos siempre me apoyaron y es a lo que me agarré. A ellos y a lo que luego vivía en los circuitos y en la calle donde todo eran elogios y fotos. Al final decidí que no podía hacer caso ni a unos ni a otros y quedarme con un punto medio, pero llegué a tener que mandar amenazas al departamento jurídico de Telecinco muchas veces.
¿Hasta ese punto llegó?
Sí, sí. Llegaron a mandarme un dibujo muy detallado de mi cabeza en una guillotina mientras me daban con un falo gigante. Un puto delirio.
A raíz de los estilos, tuviste una buena bronca hace poco con Ernest Riveras, que fue el siguiente narrador del Mundial de motos.
Él se cabreó porque coincidíamos dando clase en un máster online y la narración que él hacía, para mí, no es la que se debe hacer, no es mi estilo ni lo que yo busco en la tele que me mola. Entonces, un día hice una broma a los estudiantes porque les había dado clase justo antes él y les dije pues yo les iba a decir todo lo contrario. Eso le llegó a él, le sentó a cuerno quemado y montó un lío en redes tremendo con un vídeo al que ni contesté ni voy a contestar porque cualquier cosa que diga se la va a tomar a mal y no merece la pena.
Estuviste en Canal+ desde su fundación en 1990. Daimiel y tú os encargabais de ir por los campos buscando imágenes para el mítico ‘Lo que el ojo no ve’ de ‘El Día Después’.
Otra cosa por la que también se me critica mucho es porque pienso y digo que el periodismo no hay que estudiarlo, hay que aprenderlo haciéndolo. Y es lo que hicimos todos nosotros en aquella redacción de Deportes, donde quitando cuatro realizadores gallegos, todos los demás no teníamos ni idea de televisión. Alfredo Relaño, Carlos Martínez y todos los que tenían experiencia venían de la Cadena SER y ‘El País’ y con ellos estábamos unos cuantos becarios, como Antoni y yo, y Maldini, que llegó con sus cintas de vídeo. Íbamos a los estadios, le decíamos al operador de cámara lo que nos gustaría grabar y la mitad de las veces nos decía que si estábamos locos, que era imposible, que el objetivo no llegaba ahí. Íbamos aprendiendo con ellos. Además teníamos una libertad total para hacer cualquier cosa. Nacho Lewin nos dijo el primer día: "Grabad donde no esté el balón". Y eso lo cogió luego Michael Robinson y lo llevó a una altura narrativa tremenda porque él flipaba con todas esas historias. Crecíamos haciendo un periodismo que no se había hecho nunca en televisión. Lo inventamos nosotros por necesidad y por ignorancia. Fue una época preciosa.
Han pasado 35 años de aquello y la tele deportiva española sigue siendo en un alto porcentaje lo que se inventó en aquel primer Canal+.
Sí, porque unimos cómo vivía la gente el deporte con cómo lo mostrábamos en pantalla. La gente reconocía en la tele las cosas que pasaban en los campos y antes no se veían. No era sólo el seguimiento a Hugo Sánchez para ver si pisaba al defensa o le metía un pellizco, eran historias de aficionados en los campos de fútbol que la gente reconocía como propias. Esa unión entre la gente y el periodismo generó una gran identificación, nos sentían próximos, lo gracioso es que nuestro único mérito es que lo hicimos así porque no sabíamos hacerlo de otra manera.
Corren muchas leyendas sobre el piso que compartisteis durante años Daimiel, Maldini y tú. Hay un libro ahí.
Hay mucha leyenda, pero lo que se puede contar ya lo sabe todo el mundo y lo que no se puede contar tampoco se puede escribir, así que sería un libro intrascendente y va a quedar sin escribirse. Al piso lo llamamos Southfork, como el rancho de la serie ‘Dallas’, y cuando empecé en Twitch hacíamos una vez al mes una sección llamada así. Nos juntábamos los tres a hablar de cualquier cosa, como cuando vivíamos juntos, y eso lo petaba, lo reventaba en números. Lo dejamos de hacer porque las agendas se nos complicaron, pero tenía un efecto nostalgia brutal. Aquellos años fueron muy especiales.
Has hablado antes de Robinson. Cuando acabe está serie, le daré el MVP: nadie genera un elogio general ni medio parecido en el gremio.
Normal, porque ha sido un tío muy importante en la comunicación deportiva en este país. Más que importante, te diría trascendente. Él dio crédito y puso en valor ese periodismo nuevo que nos estábamos inventando. Con un presentador tradicional que no lo entendiera o no lo quisiera, esa revolución habría muerto en ese mismo momento. Pero Robinson le dio cuerpo. Y como jefe y compañero era inmejorable. Nos invitaba a comer dos veces por temporada a todos los reporteros en un restaurante caro, se gastaba un pastizal y nos decía: "Chicos, no me deis las gracias porque yo firmo autógrafos gracias a vosotros". Y como comunicador era sensacional. Nos daba toda la libertad del mundo y luego él lo recogía y lo convertía en oro. Muchas veces traíamos cosas a las que no sabíamos darle el sentido y él le encontraba el chiste y lo hacía brillar. Ha sido un tío definitivo en la comunicación en este país. Eso lo supo ver Relaño en cuanto comentó en TVE el Mundial de Italia 90. Dijo: "Hostia, este pavo que habla medio raro el español, pero es muy gracioso va a ser una estrella" Y lo fichó de inmediato. Relaño también ha sido trascendente en la información deportiva en este país.
Otro que estaba desde el inicio es Josep Pedrerol. ¿Te ha sorprendido su evolución de aquel Canal+ al actual ‘El Chiringuito’?
A lo mejor te sorprendes, pero Pedrerol siempre ha querido hacer ‘El Chiringuito’, también en Canal+. Al menos, lo intentaba. Cuando estuvo presentando con Robinson ‘El Día Después’ se desesperaba: "¡Qué hacemos un lunes por la noche contando lo que ha pasado el sábado! Tenemos que contar lo de hoy". Quería un tío el lunes al Bernabéu a ver qué podía rascar y Michael le decía: "Tranquilo, Pedre, tranquilo, relájate" [risas]. Y Robinson era el que mandaba, pero Josep lo que quería era actualidad, actualidad y actualidad, lo que hace ahora. Y hablaba mucho de su época en la radio, en Barcelona. Era un entusiasta del directo.
¿Por qué te fuiste de Canal+?
Porque Disney Channel estaba abriendo en España, por medio de alguien que conocía a alguien les propusimos un proyecto que les gustó mucho y yo estaba un poco rayado en Canal+ porque quería que me pagasen más. Ya no estaba Relaño, el jefe era Carlos Martínez, entré en su despacho y le dije: "Deberías subirme el sueldo porque si no voy a acabar yéndome". Y me respondió: "Bueno, pues vete". Fue tan rápido que salí casi contento, pensando que no me había puesto pegas, pero a los cinco minutos reflexioné: "Coño, qué cabrón, no ha hecho ni lo más mínimo por retenerme el tío". En ese momento pensé que era un gilipollas, pero ya se me ha pasado y no se lo tengo en cuenta.
Regresaste a la cadena en 2004.
Hice cinco temporadas de ‘La Liga Disney Channel’ y, por las cosas del destino, acabamos grabando el programa en los estudios de Canal+. Allí me vieron los de ‘Lo más Plus’ y Ana García Siñeriz me dijo que necesitaban a alguien de deportes, hice una prueba, les gusté y me ficharon. Me fui de allí siendo un reportero y acabé haciendo cámara en Canal+ gracias a que me fui. Si no, probablemente nunca lo habría logrado. ‘Lo más Plus’ fue un exitazo, hice ‘La hora Wiki’ con Raquel Sánchez Silva, nació Cuatro y entré en el trasvase de presentadores al abierto, allí hice entretenimiento y me rescataron en Los Manolos.
Nico Abad posa para la entrevista en Castelldefels.

Nico Abad posa para la entrevista en Castelldefels.David Ramírez (Araba Press)

¿No te gustaba presentar concursos?
Sí, era una manera de hablar. Yo estaba flipado con el entretenimiento, muchísima gente trabajando desde un papel en blanco para poner algo en la tele que enganchase, había una energía muy fuerte, muy bestia, gente supercreativa, y tú tenías que presentar eso y estar a la altura. Me encantaba y la audiencia era la hostia, ahí sí te sientes una estrella de la tele… Cuando sale bien, claro, porque si no lo cancelan y el bajón es tremendo. Me estaba enganchando a eso cuando me llamaron de Deportes.
¿Y por qué decidiste volver?
Bueno, yo nunca he tomado decisiones sobre mi futuro. Eso está al alcance de muy, muy pocos en la televisión. Somos trabajadores y cuando tú estás en una empresa y te dicen que quieren que hagas algo, no puedes decir que no salvo que tengas una razón muy grande. Ni siquiera hubo negociación de dinero, me dijeron que pasara a hacer eso y pasé. Elena Sánchez, que era la directora de Cuatro, nos dijo a Juanma Castaño y a mí que Los Manolos estaban funcionando como un tiro de lunes a viernes y, luego, el fin de semana el bloque de deportes se caía. Nos encargó, directamente, copiar a Los Manolos. Lo intentamos hacer y no nos salió, porque no somos ni Lama ni Carreño, pero nos salió una cosa híbrida que le moló mucho a la gente también y ese formato de fin de semana lo hicimos siete temporadas. Fue de las épocas más bonitas mías en televisión.
¿Y la más fea?
Cuando nadie veía ‘Soy el que más sabe de televisión del mundo’ [risas]. Las audiencias son las notas del colegio y hay dos maneras de afrontarlas. Una es estar seguro de lo que haces, pensar que es bueno, que a la gente le va a acabar gustando y darse un tiempo, ir tranquilo. Pero esa teoría confronta con los directores que lo quieren todo ya, ya, ya para vender publicidad y presentar un dato que les ponga como líderes: Casi siempre se impone su versión, claro.
Mediaset compró Cuatro en 2010 y tú te quedaste hasta 2020, cuando acabas saliendo de manera fea. ¿Qué pasó?
Se afeó porque yo creía que tenía derecho a una indemnización y ellos me decían que no, así que decidió un juez y me dio la razón. Después de las motos, volví a informativos, pero ya fue todo raro. Mediaset, por la razón que fuera, empezó a recortar mucho la partida de deportes y salió Lama, salió Juanma Castaño y solo quedábamos Manu Carreño y yo. En 2020 me dijo Telecinco que nos iba a renovar ya el contrato, que acababa en diciembre de 2021, para quedarnos todos tranquilos, pero pasaron los meses y nadie me decía nada. Renuevan a Manu Carreño y siguen sin llamarme, así que subo al despacho del jefe y, cuando me ve, hace contacto visual conmigo y se pira sin decirme nada. Ahí ya dije: "Hostia, mala cosa".
Sí, no tenía buena pinta.
Bueno, pues se quedó ahí. Llegó la pandemia, hice todos los informativos porque teníamos el pase de trabajador indispensable y cuando los jefes se reincorporaron en abril, me dijeron: "Nico, hemos tomado una decisión. Te dijimos que íbamos a renovar, pero no te vamos a renovar. Háblalo con el abogado para ver una indemnización tonta que te quedará". Lo hablé con el que me lleva las cuentas y me dijo que de tonta, nada. Me querían meter un gol por toda la escuadra. Reclamé una indemnización y, aunque aún me quedaban varios meses de contrato y estaba currando normal, de repente un día me dicen que suba al despacho del presidente y me mandaron a casa. Me echaron y les demandé por despido improcedente. Al final les gané, claro.
¿Das por cerrada tu etapa en la tele?
No es que yo la dé por cerrada, es que las teles me han cerrado esa puerta creo que definitivamente. Cuando me despidieron de Telecinco, como sé que los jefes de las cadenas se conocen entre ellos, llamé a los directivos de todas las demás cadenas para que se enterasen por mí y no por la prensa. Llamé a Movistar, Atresmedia y a Dazn, les expliqué lo que había pasado para que tuvieran mi versión, porque sabía que iban a escuchar la otra, y les dije que me molaría seguir trabajando en la tele y estaba a su disposición. Acabábamos de salir de pandemia y todos me dijeron lo mismo: "Hostia, Nico, qué buena noticia. Ahora tenemos una cola de trabajo por sacar que no hemos hecho en pandemia, pero te llamaremos". Esto fue en junio. En septiembre, vuelvo a hacer ronda de llamadas. "Hostia, Nico, sí, sí, sí. Espera al cierre de año, pero seguro que algo podremos hacer. Te llamaremos". No me llaman. Y en Navidad pensé que estarían tiernitos y ya hubo uno que directamente ni me cogió el teléfono. Ahí supe que esto se había acabado.
¿Crees que te pusieron la cruz por la pelea con Mediaset?
No, creo que el problema estaba en que yo era un presentador caro y ninguna cadena me quiso contratar teniendo en cuenta lo que ofrecía y lo que costaba. Al final todas las televisiones funcionan con una escalera de la que yo también he sido parte. Te van formando y cuando te dan el paso a presentar un programa tú siempre eres más barato que el que sale. Entonces, yo ya voy con un caché alto y todos los chavales que han estado durante ese tiempo subiendo la escalera llegan a mi punto costando mucho menos dinero. Empresarialmente no compenso porque no soy un presentador que te da dos puntos de share, eso hay que tenerlo claro también.
¿Lo has pasado mal?
No. Hago un balance superpositivo, tío, porque sigo vivo. ¿Sabes qué pasa? Que tengo grabado a fuego que de bebé estuve a punto de morir. Salí en las revistas médicas como un caso milagroso de recuperación de una deshidratación extrema. Eran los años 70 y me dieron un 90% de no salir y salí. Y tengo una anécdota brutal muchísimos años después con Joaquín Luqui, el mito de Los 40 Principales. Un día coincidimos en los estudios y me escuchó locutar. Al salir, me dijo: "Qué pasión los de deportes. ¿Te importa que te lea la mano?". Yo flipando. Me coge la mano y suelta: "¡Hostia, esto es imposible! Tú te has muerto justo cuando empezó la vida". Y yo, que no creo en esas cosas, aluciné.
Hombre, surrealista es.
Mucho. El caso es que tengo grabado que soy un superviviente desde el minuto cero de vida. O me matas tres veces o no me muero. Voy adaptándome, voy haciendo camino y mantengo la misma ilusión. Me gusta tanto el periodismo que estoy totalmente atado a él. Además no sé hacer otra cosa porque fui a MasterChef y me echaron antes de semifinales. Así que más me vale seguir con esto.
Las técnicas de meditación que han llevado a Szczesny a ser una estrella en el Barça: "Papá, ¿por qué está durmiendo?"

Las técnicas de meditación que han llevado a Szczesny a ser una estrella en el Barça: “Papá, ¿por qué está durmiendo?”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 21:06

Wojciech Szczesny salta al terreno de juego para empezar a ejercitarse justo antes de que empiecen los partidos con una tranquilidad pasmosa. Casi como si estuviera aún en el campo de golf en el que recibió la llamada del Barça para incorporarse como recambio del lesionado Marc-André ter Stegen. A base de no inmutarse ni cuando sus compañeros marcan un gol decisivo ni cuando le toca abandonar el césped tras ver tarjeta roja, como le ocurrió ante el Real Madrid en la Supercopa, transmite una tranquilidad contagiosa. Y además, se ha ganado con su personalidad, a veces un tanto socarrona, a unos compañeros que son bastante más jóvenes. Tiene 34 años.

«No lo sabía. ¿Tenéis un ramo de flores para mí?», llegó a espetar este lunes en plena rueda de prensa cuando le comentaron que el 14 de abril es el día del portero, fecha establecida tomando como homenaje el día de nacimiento del colombiano Miguel Calero, estrella del Pachuca y fallecido algo más de un año después de colgar los guantes.

Eso sí, tan pronto bromea como se pone serio. Sobre todo, a la hora de hablar de un factor tan importante para él como es la meditación. «No tengo tiempo para explicar toda mi rutina, es bastante larga, pero empecé hace tiempo, cuando me mudé a Italia. Me ayudaba a centrarme en el fútbol y me ayuda mucho en el día a día, con mi familia y con mis hijos. Se lo recomiendo a todos los jugadores, porque da una perspectiva mejor y creo que los profesionales pueden mejorar sus habilidades con ella. Saber gestionar la presión es algo muy bueno», apuntó.

«No necesito silencio»

Según aseguró en declaraciones a los medios oficiales del Barça, ni siquiera necesita aislarse del ruido. «No necesito silencio para meditar. Lo hago, a veces, en el autobús, camino del partido. Muchos no saben lo que estoy haciendo y seguramente piensan '¿qué está pasando?' No he visto a nadie hacerlo conmigo, pero creo que es muy útil», aseguró. E, incluso, desveló una anécdota al respecto. «Me siento cómodo haciéndolo delante de todo el mundo. Y una vez tuve una situación divertida con Ter Stegen. Marc me contó que su hijo había entrado en el vestuario antes del partido, vio que todo el mundo estaba haciendo lo suyo mientras yo meditaba y le preguntó: 'Papá, ¿por qué duerme Szczesny?'», agregó.

El alemán, que sufrió una grave lesión de rodilla a finales del pasado mes de septiembre, ya ha empezado a trabajar prácticamente a ritmo de competición. Para jugar en la Champions y emular lo que hizo Thibaut Courtois el año pasado, con todo, el polaco debería quedarse sin ficha en Europa. «Si Marc está de vuelta y en forma y los técnicos deciden que vuelva a la portería, estaré de acuerdo con ello. Dicho esto, quiero jugar esta competición, por supuesto. Espero que si la decisión es en la otra dirección, Marc lo entienda también. Tenemos una gran relación, pase lo que pase es decisión de Flick y la respetaremos», apuntó Szczesny al respecto.

«Ahora, solo está centrado en los entrenamientos. Cuando esté disponible, la decisión es del técnico, no nuestra. Ambos lo entendemos, no es incómodo ni hay tensión entre nosotros. Pase lo que pase, lo aceptaremos y lo respetaremos. Los dos queremos lo mejor para el equipo», recalcó, sin olvidarse tampoco antes de elogiar a su compañero y a la vez rival. «Compararnos no tiene sentido. Está volviendo de una lesión muy grave, pero, cuando esté recuperado, no creo que haya muchos porteros que puedan competir con su nivel», sentenció.

Szczesny, durante la rueda de prensa del lunes en Dortmund.

Szczesny, durante la rueda de prensa del lunes en Dortmund.AFP

Su gran objetivo, cómo no, es ganar la Champions. Un título que se le resistió en su paso por el Arsenal, la Roma o la Juventus. «Lo que más me gusta del fútbol es ganar, quiero ganar trofeos grandes y cada vez estoy más cerca de ganar esta competición, así que voy a intentar aprovechar la oportunidad y lograr algo realmente especial tanto para el club como para nosotros», aseveró el polaco.

Flick, por ahora, evita decir si seguirá o no siendo su número uno hasta el final del curso, pero insistió que todo en Europa pasa por apear definitivamente al Borussia Dortmund. «Quiero que mi equipo muestre lo bueno que es y que disfrute de jugar contra uno de los más importantes de toda Europa. Queremos hacer un buen partido, el 4-0 de Barcelona fue genial y queremos mantener el nivel», zanjó. Como Szczesny.

Un futbolista investigado por apuestas ilegales en Italia implica a Morata en sus negocios: "Los Rolex me los consigue Álvaro"

Un futbolista investigado por apuestas ilegales en Italia implica a Morata en sus negocios: “Los Rolex me los consigue Álvaro”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 20:55

El italiano Nicolo Fagioli, centrocampista de la Fiorentina investigado por participar en una red de apuestas ilegal, instó a varios de sus amigos cercanos y compañeros de profesión a dejarle dinero para hacer un negocio de reventa de relojes de lujo con el español Álvaro Morata, que no figura entre los investigados.

La intención de Fagioli era ganar dinero rápido para saldar su deuda por el juego. "Los Rolex me los consigue Álvaro Morata por mucho menos y luego él los revende. Llevo un año haciendo este negocio con él", fue uno de los mensajes interceptados por las autoridades y publicado este lunes por 'La Gazzetta dello Sport'.

Fagioli está siendo investigado por la Fiscalía de Milán (norte) junto a una docena de jugadores por haber participado en una red ilegal de apuestas entre 2021 y 2023. En octubre de ese último año recibió una sanción deportiva de 7 meses sin jugar por haber apostado a partidos de fútbol, algo prohibido por la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).

La investigación al resto de jugadores, entre los que se encuentran Leandro Paredes, Ángel Di María o Junior Firpo, nació de conversaciones telefónicas extraídas de los móviles del propio Fagioli y de su compatriota Sandro Tonali, que también fue sancionado deportivamente, aunque con 10 meses de castigo.

A raíz de esta investigación y de los chats privados de Fagioli se descubrió la gigante deuda del futbolista internacional italiano, que llegó a los casi 3 millones de euros, tal y como desveló 'Repubblica'.

Fagioli, desesperado por saldar la deuda y bajo las amenazas de los jefes de la red ilegal, que le obligaron también a ser una suerte de reclutador de jugadores para que apostaran, recurrió a sus compañeros del Juventus, amigos cercanos y excompañeros del Cremonese para recaudar dinero para poder pagar.

A algunos de los que pidió dinero les mencionó el nombre de Morata, aunque no está comprobado que dijera la verdad. El capitán de la selección española no figura entre los investigados.

"Por favor no lo cuentes porque si Álvaro se entera de que lo hago o que se lo cuento a otros se cabreará mucho y no me dejará hacerlo más. Ellos (joyería) no ganan dinero con esto, pero lo hacen porque Álvaro y yo les damos publicidad por ahí", le explicó en un mensaje de audio a Gianmaria Zanandrea, excompañero en la cantera de la 'Juve', tal y como publicó 'Eurosport'.

En total, Fagioli llegó a reunir cerca de 600.000 euros. Entre los nombres más destacados de las 31 personas que dejaron dinero figuran los de Federico Gatti (Juventus) y Radu Dragusin (Tottenham), aunque el más llamativo es el de Federico Luciani, árbitro asistente de Serie A, que le prestó 73.000 euros.

El colegiado hizo un total de 8 transferencias en 2022 por valor de 73.000 euros a la joyería 'Elysium', que era la tapadera de los futbolistas para saldar sus deudas. Simulaban una compra de un reloj o joyas de lujo, pero solo dejaban o transferían el dinero y se quedaban con la factura, mientras que el producto se mantenía en la tienda; o pagaban el doble por cualquier producto y, en ese caso, sí lo retiraban.

Muchos de los que le dejaron el dinero sin saber el motivo real por el que Fagioli lo necesitaba empezaron a exigirle que lo devolviera: "Espero hasta el lunes, me has roto las pelotas.... Me dijiste que tu padre lo necesitaba y te lo di de inmediato", le espetó su compatriota Caleb Okoli, con el que coincidió en el Cremonese.

Fagioli jugó durante algo más de una temporada con la 'Juve' bajo la presión de las amenazas de los gestores de la red de apuestas. "Haré que dejes de jugar. Incluso te quitaré el bolígrafo para firmar contratos porque eres un mierda", le dijo 'Nelly', uno de ellos.

De hecho, durante esa época, a principios de 2023, dejó una imagen que se hizo viral al cometer un error ante el Sassuolo que supuso la derrota de los suyos. Fue sustituido y rompió a llorar en el banquillo, en lo que en un principio se achacó al error y que, sin embargo, como después confesó el propio futbolista, fue por la presión de las deudas.

En cualquier caso, en lo que refiere a los futbolistas investigados, al ser una red de apuestas ilegal -salvo que se demuestre que apostaron en partidos de fútbol- no recibirán sanción deportiva, aunque sí podrían recibir una penal

Cara y cruz de Rodrygo: talismán del Madrid en la Champions y tres meses de sequía en la Liga

Cara y cruz de Rodrygo: talismán del Madrid en la Champions y tres meses de sequía en la Liga

El ritual ya está preparado para una nueva noche mágica. El pantalón de la suerte, la camiseta de las remontadas, la espinillera tatuada, la bota firmada... Todo es poco para reclamar los augurios más favorables. El gran talismán del Santiago Bernabéu en los desafíos extremos de la Champions es Rodrygo Goes, a quien el miércoles esperan para culminar otra hazaña asombrosa frente al Arsenal.

El brasileño siempre aparece en el lujoso escenario continental. Inolvidable su doblete ante el Manchester City en las semifinales de locura del curso 2021-22 y su puntería en los cuartos (ida y vuelta) de la pasada edición. Guardiola siempre ha destacado el talento del internacional brasileño. En el Real Madrid, equipo al que llegó en verano de 2019, ha marcado 70 goles, 25 de ellos (35%), en la Champions. «El Rodrygo de verdad es el que veis en Champions. Todo me sale bien en esta competición», declaró tras recoger su premio MVP en el primer partido de los octavos de final contra el Atlético de Madrid.

En esta temporada, el polivalente delantero suma cinco tantos en los 11 partidos disputados en la máxima competición continental: dos ante el Salzburgo, otros dos contra el Brest y uno contra el Atlético, pero acumula dos encuentros consecutivos sin marcar, en los estadios de Metropolitano y Anfield. El miércoles, en la caldera de Chamartín, se sentirá más arropado y con una motivación extra en su torneo fetiche. Últimos ensayos para la liturgia embriagadora.

Desplazado del foco

Carlo Ancelotti confía en que el 11 recupere su efectividad goleadora y termine con sus discretos resultado desde comienzos del presente año, sobre todo en los compromisos de Liga, en los que presenta seis tantos (frente a Mallorca, Espanyol, Alavés, Rayo Vallecano, Sevilla y Las Palmas), pero no marca desde hace tres meses, 11 partidos sin celebración, la última diana la consiguió el 19 de enero, en el 4-1 contra el equipo insular, con un lanzamiento con la pierna derecha. Sin su acierto goleador en esta nefasta racha, el Real Madrid ha perdido tres partidos, empatado dos y ganado seis. Una sequía alarmante para un jugador que reclama más cariño a prensa y afición. Él se siente desplazado del foco que acaparan Mbappé, Vinicius y Bellingham.

En esta temporada ha participado en 46 partidos, en los que ha anotado 13 goles, a los 11 rubricados en la Champions y en la Liga hay que sumar dos en la Supercopa de España.

Rodrygo es uno de los habituales en las rotaciones de Ancelotti, su relevo natural es Brahim. El pasado domingo fue titular en la victoria contra el Alavés y fue reemplazado por Bellingham en el minuto 63, dosificación de fuerzas para preparar el hechizo de otra noche formidable. El Madrid le necesita.

Joaquín Caparrós vuelve al Sevilla "con la misma energía" que el primer día

Joaquín Caparrós vuelve al Sevilla “con la misma energía” que el primer día

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 16:53

Joaquín Caparrós declaró, en su presentación como entrenador del Sevilla, al que llega tras la destitución de Xavi García Pimienta, que se encuentra "feliz y con la misma energía e ilusión" ante esta cuarta etapa en el banquillo sevillista que cuando llegó "por primera vez en el año 2000 con Roberto Alés y Monchi".

"Vengo a mi casa, que es el Sevilla Fútbol Club. Hay una magnífica plantilla y sólo pido que el componente de fortuna que tiene este juego le sonría al equipo. Todos tenemos un denominador común, que es el escudo de Sevilla. Es el momento para que estemos todos unidos", afirmó Caparrós en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán, en la que estuvo acompañado por el presidente, José María del Nido Carrasco, y del director deportivo, Víctor Orta.

El técnico utrerano defendió su "filosofía del partido a partido" para destacar que "en el templo que es el Ramón Sánchez-Pizjuán, todo el mundo debe estar unido", el próximo domingo, "para sumar tres puntos importantes" frente al Alavés "que van a traer la tranquilidad. Los futbolistas necesitan eso".

Caparrós pidió a sus jugadores "ponerlo todo para enganchar a la afición" contra un "Alavés que va a venir con el culito apretado y seguro que va a complicar mucho las cosas", pero confió en la "buena plantilla que se ha configurado".

"Hay que mirar a los ojos a los futbolistas y decirles que si todo el mundo da el mil por mil, se van a sumar muchos puntos", dijo el preparador andaluz, que afirmó tener "un gran concepto de (Xavier) García Pimienta", recién destituido, y destacó que el Sevilla es "un gran club que lleva el nombre de la ciudad".

"Es un club reconocido en todo el mundo que debe ser capaz de volver a competir", añadió el veterano entrenador, quien precisó que no se proyecta al futuro porque "cuando pasen estos siete partidos, se podrá hablar de cualquier circunstancia".

Caparrós reivindicó su "capacidad y energía" para dirigir en la élite a sus 69 años, ya que "la sociedad vive un momento en el que lo nuevo es lo importante y no se mide ni la experiencia ni el conocimiento. Se está desaprovechando mucho talento de gente mayor" que, como él, se considera "mejor entrenador que hace veinte años".

Del Nido Carrasco, por su parte, quiso "destacar la predisposición de Joaquín Caparrós para venir, no ha dudado en ningún momento", lo que "merece un agradecimiento. Tiene experiencia más que sobrada en el banquillo y aúna todas las cualidades para impulsar el proyecto".

Víctor Orta, aseguró que el nuevo entrenador del Sevilla "tiene un conocimiento milimétrico de la plantilla y su experiencia va a hacer ganar al equipo", que necesitaba un impulso porque "nadie en este club sobrevive a una racha de cuatro derrotas seguidas".

Orta indicó que se siente "cómodo" con la visión que tiene Caparrós del fútbol, puesto que es un deporte en el que "se puede llegar al resultado de muchas maneras" y como su "ideología es ganar", sólo espera hacerlo en el "partido del Alavés, clave para salir de esta mala racha".

El fin de la maldición de Rory, el abrazo a su hija, Poppy, y las lágrimas sobre Augusta: "Fueron 14 años de gestación"

El fin de la maldición de Rory, el abrazo a su hija, Poppy, y las lágrimas sobre Augusta: “Fueron 14 años de gestación”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 16:08

Gene Sarazen, en 1935, fue el primero que completó el Grand Slam tras vencer en el Masters. Ben Hogan, con 40 años, fue el más veterano en lograrlo tras su victoria en el Open Championship de 1953. Gary Player tenía 29 años cuando, en el US Open de 1965, se convirtió en el tercer jugador en conseguir esta gesta. Un año después, Jack Nicklaus lo logró en el Open Championship de 1966 con solo 26 años y Tiger Woods entró en la historia del golf en el año 2000 con su victoria en el Open Championship con apenas 24 años, el más joven en la historia.

La épica de lograr, en un deporte individual, triunfar en los eventos referenciales y más importantes esta reservado a un puñado de privilegiados. Hasta el domingo, en golf solo cinco jugadores en la historia de este deporte lo habían logrado, ninguno de ellos lo hizo en una misma temporada.

Rory cerró el domingo un capítulo más de la historia de este deporte, lo hizo con 35 años, aunque el norirlandés nunca hubiera pensado que el camino iba a ser tan complicado. Un total de 11 tentativas ha tenido desde julio de 2014, cuando logró su tercera victoria en un major. Hasta entonces, todo había ido a velocidad supersónica.

En 2011, gana su primer major, el US Open de Congressional, con 8 golpes de ventaja. Un año después, conquista el PGA Championship con otra cómoda renta de ocho impactos y, dos años más tarde, en 2014, gana el Open por delante de Sergio García y Ricky Fowler. Estas victorias le posicionan, con solo 24 años, como candidato a sumar su nombre a la exclusiva nómina de jugadores que han triunfado en los cuatro majors al menos una vez. Ese mismo año, además, volvería a ganar el PGA Championship, sumando su cuarta gran victoria.

Desde entonces, para Rory solo existía una obsesión: el Masters de Augusta. "Voy a ir a Augusta el año próximo con 25 años y la posibilidad de ganar el Grand Slam, ni siquiera yo pensé que fuera posible", dijo hace algo más de una década en la sala de prensa del Open en Royal Liverpool.

Lo que tampoco podría sospechar entonces Rory es que el camino iba a ser tan largo y tortuoso, y que terminaría obteniendo el objetivo en la undécima tentativa. "Empezaba a preguntarme si alguna vez llegaría mi momento. Creo que llevo los últimos diez años viniendo aquí con la presión del Grand Slam sobre mis hombros y tratando de lograrlo... Sí, ahora me pregunto de qué vamos a hablar todos de cara al Masters del próximo año. Pero me siento absolutamente honrado, emocionado y muy orgulloso de poder llamarme campeón del Masters", eran las palabras del nuevo y emocionado triunfador.

McIlroy junto a su familia con el trofeo.

McIlroy junto a su familia con el trofeo.Getty

Todo parecía perfecto hace 14 años para que Rory, con solo 21 años, desbancara a Woods de la historia como el más rápido en lograrlo. Durante los tres primeros días de Masters, impuso su ley y llegó al domingo con una sólida renta de cuatro golpes de ventaja. Nadie dudaba de que aquel iba a ser un día histórico en Augusta. Su compañero de ronda entonces fue Ángel Cabrera, el mismo que tras pasar casi tres años en prisión, volvía al Masters este año y quiso acordarse de Rory. "Me encontré una nota en mi taquilla de Ángel Cabrera deseándome suerte antes de la ronda", desveló el domingo.

Cabrera fue testigo de excepción del sufrimiento aquel domingo de 2011, un calvario que comenzó con un triple bogey en el 10, bogey en el 11 y un doble más en el 12. Rory terminó su primera tentativa con 80 golpes y la más cruel lección de toda su carrera. El analista de la CBS, Peter Kostis, tuvo el mal trago de hacerle la primera entrevista tras la debacle. "Necesito un abrazo", recordó que Rory le dijo al oído antes de empezar. No era más que un chico de 21 años que admitía tener decorada las paredes de su habitación familiar en Hollywood (Irlanda) con pósters de Tiger Woods en el Masters de 1997.

Redención

Aquella fue la oportunidad más clara que a Rory se le presentó hasta el pasado domingo de ganar el Grand Slam. Desde entonces, desde el PGA Championship, su currículum de frustraciones ha ido creciendo. Se escapó el Open de 2022 en St. Andrews, fue segundo en el US Open de 2023 por detrás de Wyndham Clark, y el desenlace más dramático llegó en el US Open de Pinehurst en 2024, donde falló en los últimos tres hoyos dos putts de poco más de un metro para dejar escapar una nueva victoria.

"Sí, creo... yo diría que fueron catorce años en gestación, desde aquella vez en 2011 que salí con cuatro golpes de ventaja y sentía que podía lograrlo. Sí, había muchas emociones acumuladas que simplemente salieron en ese green del 18", ha explicado McIlroy. Emociones que se desbordaron con el abrazo a su hija Poppy después de haberse derrumbado sobre el green del 18 en el Augusta Nacional. "Un momento así hace que todos los años y todas las ocasiones en las que estuve cerca hayan valido la pena", sentenciaba Rory.

Jorge Martín tiene 11 costillas rotas y sufre un neumotórax en un 2025 aciago: "Esto podría haber sido mucho peor"

Jorge Martín tiene 11 costillas rotas y sufre un neumotórax en un 2025 aciago: “Esto podría haber sido mucho peor”

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 11:11

A Jorge Martín le está persiguiendo el infortunio en 2025. El año en que iba a defender su primer campeonato del mundo de MotoGP está siendo todo un calvario. Antes del arranque oficial de la temporada, sufrió un par de caídas que le obligaron a permanecer en el dique seco hasta un Gran Premio de Qatar al que llegaba consciente de que acabar el fin de semana ya sería una grandísima noticia.

Según recalcó el pasado jueves, aún sentía bastante dolor y no se encontraba al 100% a nivel físico, con lo que dejar la prueba antes de tiempo era algo que no se atrevía a descartar en absoluto. Con lo que no contaba, seguro, es que sería a causa de una nueva caída que ha vuelto a provocarle graves secuelas y que le llevó de nuevo a pasar por un ingreso hospitalario, en este caso en el Hamad International Hospital del país de Oriente Medio.

En las últimas vueltas del Gran Premio de Qatar, Jorge Martín dio con sus huesos en el suelo. Lo preocupante, en este caso, es que tardó mucho más de lo habitual en abandonar el asfalto. Trasladado al centro médico, se indicó inicialmente que sufría una contusión torácica complicada a su vez con un neumotórax. El hecho de que tuvieran que ponerle un drenaje no hizo más que multiplicar una serie de malos presagios que acabarían por confirmarse unas horas después, tras pasar por nuevas pruebas médicas.

El español suma 11 nuevas fracturas, en este caso, en las costillas del lado derecho del tórax, ocho en los arcos costales posteriores de la primera a la octava y tres en los arcos laterales de la séptima a la novena. Además, tiene también una leve inflamación de la pleura relacionada con el neumotórax. Por lo menos, eso sí, se ha descartado que tenga afectados el cerebro, la columna a nivel de cervicales o los órganos del abdomen. Algo que no impedirá, no obstante, que tenga que estar varios días hospitalizado antes de que pueda recibir el alta médica.

En este contexto, su participación en el próximo Gran Premio de España, que se celebrará en Jerez entre el 25 y el 27 de abril, se antoja como más que complicada. El piloto, que compartió un par de imágenes de su ingreso en el hospital a través de sus redes sociales en la mañana de este mismo lunes, sabe que las cosas se le podrían haber puesto aún más en contra.

"Doy gracias a Dios porque esto que me ha pasado podría haber sido mucho peor", aseguraba el de San Sebastián de los Reyes, que cuenta, cómo no, con el apoyo incondicional de Aprilia. "El rendimiento pasa a un segundo plano tras lo sucedido. Nuestros pensamientos están con Jorge en estos momentos tan difíciles, estamos con él", ha recalcado Massimo Rivola, CEO del equipo italiano.

La temporada 2025, sin duda, se ha puesto tremendamente cuesta arriba para un Martinator que, si por algo se caracteriza, es por no darse nunca por vencido, si bien parece ahora mismo muy difícil que pueda estar entre los puestos más altos de la tabla este curso.

Rory McIlroy sobrevive al dramático desenlace del Masters para ser leyenda del golf

Rory McIlroy sobrevive al dramático desenlace del Masters para ser leyenda del golf

Euforia, gritos, maldiciones, risa nerviosa, llantos, congoja. La última jornada del Masters podría resumirse con una sucesión de sentimientos, un recorrido de onomatopeyas que fueron del "ohhh" al "ahhh", pasando por el aplauso a la decepción o de la tristeza a la euforia. Un cóctel de emociones que haría más justicia a la hora de describir lo sucedido durante algo más de cuatro horas del domingo en Augusta. Ni los periodistas más veteranos de la sala de prensa recuerdan un desenlace así: "Quizás el de 1986", apuraban de memoria en un corrillo, o más cercano en el tiempo, el de 2011, de aciago recuerdo para Rory McIlroy, héroe de esta edición, pese a haber coqueteado con la tragedia durante varios momentos de la jornada. Ya deberían estar haciendo la edición especial del gnomo para el Masters 2026 con la cara de Rory.

El Augusta National, el campo más correcto del planeta, se desquició por completo en lo que ya debería ser un domingo que ocupe un lugar en la cúspide de la historia del golf, a la altura del duelo al sol, el milagro de Medinah o las gestas más heroicas de Tiger Woods.

Muy pronto empezaron las emociones. Ya en el hoyo 1, Rory, que salía con dos golpes de ventaja a los últimos 18 hoyos, falló su salida al bunker y encadenó una serie de errores que lo llevaron al doble bogey. Bryson DeChambeau, solvente, sacó adelante un par que igualaba el torneo. Lo habíamos venido como algo más que un duelo, Europa contra Estados Unidos, LIV Golf frente al PGA Tour, las dos principales personalidades del golf se medían en el último partido del Masters. Rory cargaba con una mochila repleta de fantasmas del pasado. "Voy a dejar el teléfono a un lado y quizás vea el segundo capítulo de la tercera temporada de los Bridgerton, me quedé dormido anoche", apuntillaba el aspirante al Grand Slam.

recuperación imposible

El birdie en el hoyo 2 de Bryson le puso por primera vez por delante en el torneo, aunque reaccionó rápido el norirlandés para restar un golpe en el 3, mientras el norteamericano cometía el primer error del día. McIlroy recuperaba la iniciativa en el marcador. Volvía a afianzar el irlandés su liderato con un doble hoyo (birdie-bogey) en el 4, tres de ventaja para Rory. El primer hoyo donde ambos salvaron el par fue el 5. En el 7, el irlandés falló a los árboles de la izquierda e inventó una recuperación imposible por arriba, aunque no culminó con birdie.

Sin embargo, sí remató en los hoyos 9 y 10 con dos birdies más, especialmente importante fue de este hoyo 10, donde en 2011, siendo líder, cometió un triple bogey que fraguó una de las debacles más crueles de la carrera del norirlandés. No sería la última. Aunque hace 14 años, Rory terminaría perdiendo el Masters con una ronda final de 80 golpes.

Para entonces, DeChambeau ya se había condenado con un doble bogey en el hoyo 11 a ser una pieza decorativa en el desenlace, y el inglés Justin Rose se había reivindicado con seis birdies en los últimos ocho hoyos. El inglés, que ya perdió el playoff del torneo con Sergio García en 2017, había recuperado siete golpes de desventaja. A estas alturas, el torneo parecía cosa de dos jugadores, más bien de McIlroy y sus fantasmas. Lo intentó Patrick Reed, que terminó con -9 después de embocar un eagle desde la calle en el hoyo 17.

El festejo de McIlroy tras imponerse a Rose en el 'playoff'.

El festejo de McIlroy tras imponerse a Rose en el 'playoff'.AP

Scottie Scheffler, número uno, terminó la semana cuarto con -8, y una ronda de 69 golpes, que confirma la mejoría lenta del defensor de la chaqueta verde. El sueco Ludvig Åberg, segundo el año pasado en su primera participación, iba camino de algo más, pero terminó con bogey en el 17 y triple bogey en el 18, para confirmarse con una séptima plaza en -6.

Rose encendía el hoyo 18 con un birdie final desde casi siete metros para firmar con 66 golpes la mejor ronda dominical y presionar a su compañero de Ryder Cup con un -11.

El drama ya se estaba cebando entonces con McIlroy, que inexplicablemente tiró su bola al agua de tercer golpe en el hoyo 13 con un sandwedge. Había pasado de 14 bajo par y un cómodo colchón de cuatro golpes de ventaja a perder tres golpes en tres hoyos y afrontar el Amen Corner en -11. Un nuevo bogey en el 14 le dejaba contra las cuerdas en -10. El murmullo del campo parecía ir fabricando un nuevo relato de la enésima debacle de Rory en los majors, la última tan reciente como el US Open del año pasado en Pinehurst, donde Rory se dejó dos putts de un metro para perder el torneo.

Gesto de incredulidad

Pero el norirlandés se tenía guardado un soberano hierro en el 15 para una oportunidad de eagle de poco más de metros que no pudo convertir. Hizo birdie en el 15 con dos putts y falló otro clamoroso en el 16. Otra vez las manos en la cabeza de incredulidad por otra oportunidad perdida, pero una nueva reacción en el 17, dejando la bola dada de dos con otro explosivo golpe desde la calle. El birdie le daba un golpe de ventaja sobre Rose con el 18 a jugar. La salida fue perfecta en el golpe más complicado del hoyo final, pero de nuevo el drama. Rory tiró su bola al bunker con el wedge en las manos, y otro putt de dos metros para par que se iba al limbo de los fracasos. La sala de prensa, el campo, todos enmudecieron, con un silencio condescendiente que hacía temerse un nuevo y cruel final. Rose le esperaba para un desempate.

Pero tocó la versión del Rory bueno en la continuación y mejoró un buen golpe de Rose. El putt no llegaría a los dos metros, y sí, esta vez terminaría dentro. Un final feliz para un cuento donde las hadas y los monstruos se daban de garrotazos. Rory, caía de rodillas en el green del 18, lloraba como un niño. La victoria más especial y la que lo lleva a la categoría de leyenda. Ya tiene su colección de los cuatro grandes y entra en el olimpo restringido donde solo Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus, Gary Player y Tiger Woods han entrado. El último fue el Tigre en el año 2000.

Por su parte, Jon Rahm logró maquillar el torneo con un buen fin de semana que lo deja en el puesto decimocuarto. Cerró el español con 69 golpes a las puertas del top-10. "Me daría un seis y medio", se puntuaba el de Barrika, que ya espera ansioso al PGA Championship en pocas semanas.

Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres 'pit-stops' "inaceptables"

Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres ‘pit-stops’ “inaceptables”

A última hora del domingo en Bahrein, mientras sus operarios embalaban los bártulos rumbo a Jeddah, un par de escenas evidenciaron la atmósfera que se respira en Red Bull. Dentro del hospitality, Christian Horner, su team principal, improvisaba una reunión de alto voltaje con su plana mayor, encabezada por Pierre Waché, director técnico, Paul Monaghan, ingeniero jefe y Helmut Marko, asesor deportivo. Unos minutos antes, a la puerta del garaje, Marko, de 81 años, ya había tenido que soportar las quejas de Raymond Vermeulen, el representante de Max Verstappen, harto del pobre rendimiento del RB21.

La sexta plaza en Sakhir dejó muy con mal sabor de boca al vigente campeón, que había dominado a placer en 2023 y 2024 con sendas victorias desde la pole. El ritmo de su coche, nueve décimas más lento de promedio que McLaren y casi medio segundo peor que Ferrari y Mercedes, sólo pudo equipararse al de Alpine. De hecho, Verstappen tuvo que ceder ante el empuje de Esteban Ocon (Haas), Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) y Lewis Hamilton (Ferrari), apurando hasta la última vuelta para superar a Pierre Gasly.

Para saber más

"Fue muy alarmante. Sabemos que no somos competitivos", lamentó Marko. Desde el viernes, Red Bull venía sufriendo diversos contratiempos con los frenos y con el equilibrio del RB21, que degradaba los neumáticos de un modo muy preocupante. "Esta carrera ha sacado a la luz algunos escollos que debemos solucionar rápidamente. Entendemos dónde están los problemas, pero introducir las soluciones llevará un poco más de tiempo", completó Horner.

El semáforo y una rueda atascada

Durante su primer encuentro con la prensa, en la zona mixta de Sakhir, Verstappen confesó que no tenía ganas de abordar estas cuestiones con sus superiores. El holandés parecía morderse la lengua al recordar algunos episodios de la carrera, como los pit-stops que frustraron cualquier intento de remontada. Una mancha en el expediente de Red Bull, célebre por la eficiencia de sus mecánicos.

Durante el primer paso por boxes, los mecánicos se retrasaron más de cuatro segundos al montar los neumáticos duros, mientras Mad Max esperaba, en vano, el cambio de la luz roja del semáforo. Unos minutos después, Yuki Tsunoda también sufrió en sus carnes una confusión similar, con la luz amarilla parpadeando junto a la roja. En la vuelta 26, Verstappen también tuvo que detenerse 6,2 segundos por culpa de la rueda derecha delantera, atascada en el momento más inoportuno. Marko calculó que estos errores costaron "dos posiciones" a su líder.

"Debemos recuperar lo antes posible el rendimiento. Si el coche no es el más rápido y tampoco funcionan las paradas en boxes... Es inaceptable", subrayó el asesor del equipo, con tono iracundo. "Todo lo que podía ir mal salió mal", ratificó Verstappen, fuera del top 5 por quinta vez en las 25 últimas carreras. Apenas siete días después de su triunfo en Suzuka, queda aún más evidencia que aquella gesta sólo debió atribuirse a una genialidad del tetracampeón. Y que el cambio de rumbo en Red Bull se antoja muy difícil a lo largo de 2025.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.AFP

Tampoco sobran los motivos de alegría para Tsunoda, pese a sumar sus primeros dos puntos como piloto de Red Bull. Desde el GP de Las Vegas 2024, sólo Verstappen había aumentado el casillero del equipo. A partir de ahora, los rumores sobre el futuro del tetracampeón se multiplicarán en el paddock. Pese a que su contrato expira en 2028, lo cierto es que durante las últimas semanas se viene especulando sobre un posible cambio de aires a partir de 2026, con Mercedes y Aston Martin como destinos más plausibles.

Tsunoda, Sainz y el error de la FIA

A la espera de unas previsibles actualizaciones aerodinámicas en Jeddah, Red Bull aún debe darse por satisfecha con su cierre de domingo en Sakhir, donde Tsunoda se libró la sanción tras un incidente con Carlos Sainz. "Fue una estupidez lo que me hizo", lamentó el madrileño por la radio, tras el fuerte impacto que seccionó uno de los pontones de su Williams. Luego, con algo más de calma, Sainz quiso repasar lo sucedido: "Si fuera Yuki y perdiera el coche en una batalla en pista, también entendería que no me castigaran. Hoy la moneda ha salido cruz, pero es lo que hay".

Mucho más cuestionable resultó lo sucedido con Sainz tras su sanción por sacar de la pista a Antonelli en la curva 10. Los comisarios le impusieron 10 segundos, que el piloto de Williams cumplió escrupulosamente durante su tercer pit-stop. Sin embargo, una hora después del final de la prueba, la FIA sorprendió con una notificación donde imponía a Carlos tres puestos de sanción en la próxima carrera, por no haber cumplido esos 10 segundos de castigo.

La confusión se prolongó durante casi tres cuartos de hora, hasta que el organismo regulador emitió un nuevo escrito, donde eximía a Sainz de cualquier penalización en Jeddah. Sólo cabe interpretar que los comisarios (Garry Connelly, Mathieu Remmerie, Vitantonio Liuzzi y Mazen Al Hilli) ni siquiera habían revisado las imágenes donde se veía al FW47 detenido en el pit-lane.