Otro gol de Julián Álvarez acuna al Atlético como líder

Otro gol de Julián Álvarez acuna al Atlético como líder

Nada lastra a Julián Álvarez. No hay responsabilidad ni expectativas ni suplencia que pesen en su juego. Es un superhéroe que viste de anónimo pero aparece siempre cuando el Atlético le necesita. Ante el Athletic, para romper un partido trabado y arrimar al equipo al liderato. Con diez minutos en el campo le bastó. [Narración y estadísticas (1-0)]

No iba a ser un duelo fácil y la lluvia decidió complicarlo más. Los dos equipos remaron mucho para no equivocarse y agarrarse a sus objetivos. El del Atlético para dar el sorpasso al Real Madrid justo cuando se avecina el derbi europeo. Para el Athletic la intención era sostenerse en la cuarta plaza dispuesto, por qué no, dar el zarpazo al podio. Por eso siempre estuvo vivo en el partido. Fue la fuerza de esos deseos lo que equilibró un duelo con poco errores y solo un acierto.

En ambas facetas arrancó el Atlético. Le Normand remató alto un centro de Javi Galán en el minuto 4 que hubiera engrasado un partido al que el equipo de Valverde llegó con la lección bien aprendida. No tenían aún que sujetar a Julián Álvarez, pero no podían dejar campar a sus anchas a Griezmann y había que vigilar bien a Sorloth para que no abriera huecos que pudieran aprovechar Lino y Giuliano. Le pusieron la camisa de fuerza al francés con Vivian anticipándose a todo, pero por momentos se les escapó el argentino, al que le costó un poco empezar a aparecer. Primero tuvo que hacerlo Oblak saliendo a los pies de Iñaki Williams al que Dani Vivian había regalado una pelota filtrada que le dejó cara a cara con el meta esloveno. Las dos mejores ocasiones ya se habían visto a los 10 minutos.

Orden y colmillo

Pareció que el equipo de Valverde quería acosar, con un doble golpeo de Ruiz de Galarreta desde la frontal que se estrelló primero en De Paul y luego en Lenglet, pero entonces apareció Giuliano para poner un centro al segundo palo que a punto estuvo de cazar el gigante noruego. La segunda del menor de los Simeone nació de un robo con coraje al que tuvo que responder con una salida al borde del área Unai Simón.

Los rojiblancos querían mandar al tiempo que eran conscientes de que cualquier fallo lo pagarían ante un rival que mostró orden y tenía guardado el colmillo. El fallo lo cometió De Paul con una pérdida ante Berenguer, que no supo resolver el prometedor contraataque. La movilidad del delantero que se había convertido en un quebradero de cabeza para los centrales atléticos, pero no conseguía conectar con los Williams.

Al filo del descanso fue cuando ambos equipos se olvidaron de contener y se soltaron la correa para golpear. Sorloth cogió a Unai Simón descolocado en un remate que salvó Vivian mientras los bilbaínos obligaban a una defensa con demasiadas vigilancias pendientes. Si el partido no se había roto era por la falta de puntería.

Iñaki Williams, tras una ocasión desperdiciada por el Athletic.

Iñaki Williams, tras una ocasión desperdiciada por el Athletic.AFP

Simeone y Valverde mandaron el mismo mensaje en el vestuario: con 45 minutos por delante no se puede jugar a golpes, no demasiado pronto. Los dos equipos bajaron el pistón y fue el técnico argentino quien decidió cuándo se aceleraba. Otra vez lo hizo mirando al banquillo. De una tacada mandó al césped a Llorente, Gallagher y Julián Álvarez, poco después a Correa, y no tardó en verse por qué. Necesitaba pulmones y crear más peligro.

Primero la tuvo Berenguer con un tiro blando desde el punto de penalti, pero el Atlético se enlazó en el momento justo. Inició la jugada Molina, se apoyó en De Paul para encontrar escorado en la banda derecha a Llorente, que filtró para la aparición de La Araña entre los centrales. Se tambaleó el Athletic tras el gol aunque en lo que tardó en recomponerse no recibió más sustos.

Es más, Valverde inyectó pólvora con Guruzeta y el nuevo valor Maroan Sannadi buscando una remontada que se estampó en los palos de Oblak. Primero fue un saque de falta que Vivian estrelló en la cepa y el rechazo lo mandó Iñaki al larguero. Después una jugada ensayada que Nico Williams mandó al larguero. Fueron avisos ante los que los madrileños con un libre directo de Julián que hizo volar a Unai Simón. Un instante después, a Guruzeta se le escapa rozando el palo un centro raso de Yuri. Entonces apareció el rugido del Metropolitano para guardar la victoria e irse líderes a la cama.

Así es el Haaland de San Mamés: vasco con padres marroquíes, extraño en la ikastola, víctima del racismo y ''físicamente una bestia''

Así es el Haaland de San Mamés: vasco con padres marroquíes, extraño en la ikastola, víctima del racismo y ”físicamente una bestia”

En la ikastola se sentía extraño, solitario, sin amigos por sus orígenes marroquíes. Maroan Sannadi (Vitoria, 2001) aprendió a soportar un ambiente hostil y esa fortaleza la ha exhibido en su espectacular irrupción en el Athletic. Este delantero centro sólo lleva un mes en el club vasco y ya seduce a San Mamés. Fue contratado el pasado 1 de febrero (justo en el día de su 24 cumpleaños) tras destacar en el Barakaldo y en las categorías inferiores del Alavés. Desde entonces ha jugado tres partidos -dos como titular- y ha marcado un gol, el pasado domingo contra el Valladolid. Este sábado (21.00 horas) visita el feudo del Atlético.

Este gigante (1,92 metros) ha sorprendido a San Mamés por su instinto goleador y entereza anímica, valores destacados por su descubridor, Jonatan Torio (48 años). «Es muy duro en los duelos, físicamente es una bestia. Siempre se sacrifica por los compañeros», advierte el que fuera su entrenador en el Ariznabarra, equipo vitoriano de Tercera División.

Mucho ruido hubo en su vertiginoso estreno. Con sólo un entrenamiento fue convocado por Ernesto Valverde para el partido contra el Betis, del 2 de febrero, en el Villamarín. En el estadio bético, cuando calentaba en la banda junto a Djaló y Adama Borio, recibió los improperios de un energúmeno: «Sannadi, para tu casa, negro. ¡A África con tus muertos!». Dos semanas después, en el campo del Espanyol le llamaron «puto moro». Iñaki Williams lo escuchó y exigió al árbitro que aplicara el protocolo por odio e insultos racistas. El partido se detuvo durante unos minutos.

Situaciones incómodas y bien conocidas por Maroan, hijo de inmigrantes. En una entrevista en El Correo ya dijo: «Yo era el único de fuera en la ikastola. Siempre me sentí rechazado por parte del resto. No tenía amigos y encontraba en el fútbol lo que no tenía en la vida. Con el fútbol sí sentía reconocimiento y el cariño. No sé dónde habría llegado si no hubiera sido por el fútbol».

Los padres de Maroan son marroquíes, él tiene doble nacionalidad, puede elegir entre la selección de Marruecos y España, y cumple los requisitos exigidos para jugar en el Athletic: nacer en el País Vasco o formarse en la cantera bilbaína. En el fútbol encontró refugio y también la rampa de lanzamiento hacia el éxito. A los seis años se incorporó al Lakua, club que mantiene un convenio de colaboración con el Athletic.

Contacto por whatsapp

Tras pasar por los juveniles del Aurrera inició su despegue. En 2020 pidió una oportunidad al Ariznabarra (cuna de Peio Uralde y Gaizka Toquero). Así lo recuerda el técnico Jonatan Torio: «Maroan contactó conmigo por whatsapp porque quería jugar en mi equipo. Yo, al principio, sin verle, le dije que no me interesaba porque me parecía raro que en su último año de juvenil no jugara en el primer equipo del Aurrera, pero Álex, un entrenador amigo mío, me insistió en que le hiciera una prueba. En el primer entrenamiento ya me convenció. Me sorprendió por su corpulencia y gran calidad. Se asociaba muy bien con sus compañeros. Ahora dicen que se parece a Erling Haaland, pero Maroan es técnicamente mejor». [Noruego y vasco comparten fisonomía: 1,94 metros y 88 kilos para el nórdico; 1,92 y 87 kilos para el español. Ambos, 24 años].

En la pretemporada con el Ariznabarra ya demostró su potencial. «En el primer partido», recuerda Torio, «metió un gol y pronto los entrenadores de los equipos rivales me empezaron a preguntar de dónde le había sacado». El chaval superó muy bien el paso de juveniles a Tercera División. Aprendió rápido. «Trabajamos mucho la movilidad y estudiamos los puntos débiles. Una vez, cuando no estaba jugando bien, a él y a su compañero en la delantera les pusimos a jugar de centrales, para que se sintieran en la piel del otro. A él le sorprendió, pero lo aceptó como una manera para seguir mejorando. Nosotros, un equipo de barrio, sólo entrenábamos tres veces a la semana, pero él quería más», señala Torio.

En 2021 fue fichado por el San Ignacio, nodriza del Alavés, donde también despuntó como goleador. Un año después recaló en el Alavés B. El pasado 16 de julio fue cedido al Barakaldo (Primera Federación), fue titular indiscutible y marcó 11 tantos. El técnico Imanol de la Sota estaba encantado con sus zurdazos y espléndidos remates de cabeza.

En el último mercado de invierno, el Athletic le contrató por 4,5 millones de euros. Ernesto Valverde está encantado con un chico que no olvida sus inicios. «Maroan sigue manteniendo contacto conmigo por whatsapp e Instagram. Al principio parece tímido, pero lo que pasa es que no habla para no molestar. Yo le animo para que siga creciendo en este mundo tan difícil del fútbol. Ha encajado bien en el Athletic porque al equipo le faltaba ese perfil de jugador y por su forma de ser. Es un jugador que no se deja nada en el vestuario», señala Torio, el descubridor de la nueva perla de San Mamés.

Sorloth, el ogro que sale del banquillo para aterrar al Barça: cinco goles en los últimos cinco partidos

El revulsivo de Diego Simeone es el látigo que castiga al Barcelona. Alexander Sorloth (Trondheim, 1995) es el gigante que rescata al Atlético de Madrid en el borde del abismo. Nadie como el noruego asusta tanto a los escuderos azulgranas. El fornido delantero centro ha marcado al equipo culé cinco goles en los últimos cinco partidos disputados y, casi siempre, lo ha hecho saliendo desde el banquillo o en el tiempo añadido.

Lo ocurrido en la locura del pasado martes en el estadio olímpico de Montjuic es una historia repetida. Sorloth, tras relevar a Griezmann en el minuto 67, salió para igualar la eliminatoria de ida de semifinales de la Copa. En el 93 anotó el tanto del empate (4-4) y puso al Atlético en la rampa de lanzamiento para la vuelta en el Metropolitano.

El Barça, una vez más, fue azotado por el delantero nórdico, como ya ocurrió en el partido de Liga de esta temporada, también disputado en la montaña olímpica. En diciembre marcó el 1-2 del triunfo del Atlético, en el minuto 96. En el curso 2023-24 firmó el definitivo 3-5 de la victoria del Villarreal, en el minuto 99. En esa misma temporada también anotó en el derrota del Villarreal en La Cerámica por 2-4. En su última campaña con la Real Sociedad (2022-23), también logró la victoria en el Camp Nou por 1-2, marcando en el minuto 72.

Piñedo y el tramo final

Sorloth es el recuso de Simeone para los instantes desesperados. Siete de sus 13 goles los ha conseguido después del minuto 80. El golpe ganador en el último asalto es el arma del noruego y del propio equipo rojiblanco. En la Copa del Rey, el Atlético suma 19 goles, nueve de ellos en el último cuarto de hora. En Liga, 17 de 42 marcados llegaron a partir del minuto 75. En Champions, fueron cinco de 20. En total, 31 de los 81 anotados se consiguieron en el último tramo, algo que dice mucho de la preparación física del grupo, parcela que ahora está dirigida por Luis Piñedo, sustituto del Profe Ortega.

El Atlético es el equipo de las grandes ligas europeas con más goles, entre todas las competiciones, a partir del minuto 80, con un total de 28, de los que 16 fueron decisivos para lograr 11 victorias y tres empates.

Déficits de atención

En el intervalo postrero de los partidos, Simeone, con sus modificaciones tácticas y decisivos relevos desde el banquillo, obtiene altos réditos. Eso lo sabe muy bien el Barcelona que afrontará la vuelta de la semifinal copera tras desperdiciar una buena renta. El equipo de Hansi Flick brilla por su juego, pero en numerosas ocasiones muestra déficits de atención en los prólogos y epílogos de los duelos.

De los 45 goles encajados este temporada, 18 de ellos (el 40%) llegaron en los primeros 10 minutos o en los últimos 10, más el tiempo añadido. Esa tendencia a desconectarse al principio o al final se ha manifestado en 14 de los 45 encuentros, informa Efe.

Simeone se siente cómodo en los partidos largos y Flick sufre para cerrar los partidos. El yin y yang.

Pedri, de la exhibición al desencanto: "Tenemos que aprender de este tipo de cosas"

Pedri, de la exhibición al desencanto: “Tenemos que aprender de este tipo de cosas”

Actualizado Miércoles, 26 febrero 2025 - 00:20

Tras remontar un 0-2 en contra encajado en los primeros minutos y llegar a ponerse 4-2, el Barça acabó por permitir que el Atlético se llevara un 4-4 de Montjuïc con sabor a derrota. Así pareció entenderlo Pedri, uno de los más destacados por parte de los locales, en declaraciones a TVE. «Es el peor resultado cuando te pones 4-2. Ya nos pasó en la Liga y hemos vuelto a repetirlo. Ha que tener cuidado y tenemos que aprender de este tipo de cosas», señaló el centrocampista, autor del 1-2. En la Liga, el pasado 21 de diciembre, las ansias por buscar el triunfo acabó por provocar que los rojiblancos acabaran por llevarse la victoria. De nuevo, como en esta ocasión, con Sorloth como autor del último tanto.

«Creo que las dos veces que hemos jugado contra el Atlético hemos hecho un gran partido. Esta vez empezamos con un palo muy duro, pero me quedo con cómo ha reaccionado. Cuando nos ponemos por delante hay que tener más calma y jugar. Me siento importante, pero prefiero que el equipo gane y se hable del equipo», apuntó un Pedri que prometió dejarse la piel en la vuelta que se jugará el 2 de abril en el Metropolitano.

«Tengo confianza plena en este grupo. Va a ser difícil allí, pero vamos a ir a por todas. Eso, seguro», sentenció el canario. En el Atlético, mientras, las sensaciones finales fueron muy diferentes a las de los azulgrana, a pesar de que las cosas se les llegaron a poner terriblemente cuesta arriba tras ponerse 0-2 en los primeros seis minutos.

«Pensando que podemos»

«Sabíamos que no iba a ser fácil, es uno de los mejores equipos de Europa. Hicimos un gran trabajo y aún quedan 90 minutos todavía», aseveró un Julián Álvarez decisivo en el arranque. «Queda todo muy igualado. Íbamos ganando por dos goles de diferencia muy temprano y a balón parado nos metieron varios tantos. Con el 4-2, la clave era aguantar e intentar achicar la diferencia para la vuelta. Ahora, quedan 90 minutos, hicimos un gran partido y tenemos que pensar ya en el próximo», insistió el argentino.

«La clave es estar siempre metidos, siempre con la cabeza arriba, pensando que podemos. Siempre lo trabajamos de esta forma y el equipo lo demuestra, tanto los titulares como los que salen desde el banquillo, que siempre nos dan una gran ayuda», insistió. «Con nuestras armas y nuestra fuerza como equipo, siempre hacemos lo nuestro para intentar ganar», sentenció.

«Los cambios dieron frescura»

«El equipo demostró un espíritu de competir enorme. El 1-2 nos hace el daño, lógico de un equipo que pierde en casa 0-2 y te empieza a acorralar hasta que llegó el 3-2. Empezaron bien, llegó su 4-2, pero los cambios revitalizaron al equipo, le dieron frescura. El partido no estaba fácil y los chicos mostraron unas ganas de competir que me apasionan. Es un rival muy difícil, pero también tenemos nuestras armas», apuntó Diego Simeone en rueda de prensa.

«Para el 2 de abril queda muchísimo, ya llegará el momento de pensar en lo que pasará en ese momento. Ahora, lo que toca es el Athletic. La eliminatoria está abierta, es un rival muy difícil, pero tenemos nuestras herramientas», insistió el entrenador del Atlético.

Barça y Atlético escriben su elogio de la locura en Montjuïc

Barça y Atlético escriben su elogio de la locura en Montjuïc

No hay destino al que no se sobreponga el Barça ni reto del que se apee el Atlético. Ambos trasmutan en indestructibles cuando se enfrentan. Como forjados en una siderurgia, pueden tambalearse pero no caen. Resisten, toman aire y empiezan a mostrar sutileza, talento o resiliencia que acaba noqueando a los rivales. Hasta en la locura pueden reinar los dos. Y loco fue un duelo que olió a partido de otro milenio, de aquellos que crearon memoria. Barça y Atlético en esencia pura, rompiéndose a golpes sin cálculos, pero ambos muriendo y resucitando.[Narración y estadísticas (4-4)]

El Atlético salió al asalto, como si quisiera prolongar el duelo de la Liga que se llevó por empuje en el último suspiro. No pudo ser más calcado el final, con Sorloth de protagonista, pero como entonces, los rojiblancos tardaron en sonreír. Y eso que Szczesny tuvo que tocar la primera pelota en juego para mandarla a córner porque Griezmann ya había colocado la pelota para el remate de Julián Álvarez. La supervivencia culé apenas duró un instante. Puso el francés la bola en juego desde la esquina, se tiró el apoyo con De Paul y la recogió para telegrafiarla al segundo palo, donde apareció La Araña. 53 segundos y ya estaban por delante de un Barça que aún ni sudaba.

El arañazo se convirtió en herida cuando el argentino aprovechó el pase blando de Koundé a De Jong para robar y lanzar la carrera del Principito, que quebró a Balde en el punto de penalti para engordar el marcador y sólo habían transcurrido seis minutos. Grogui estaban los azulgranas, que tardaron diez en tirar a puerta.

Resetear en dos minutos

El vendaval que se intuía empezó a amainarlo Ferran, al que Pedri y Raphinha dejaron solo ante Musso, que le ganó por serenidad. Empezaba a desperezarse el Barça bajo la seria mirada de Flick en la banda. Todo empezaba por jugar y eso fue lo que hizo Lamine, lanzando a Koundé hasta la línea de fondo para que pusiera el balón atrás, al corazón del área, donde apareció Pedri. Casi en la celebración, Gallagher cede un córner que Raphinha pone al segundo palo para que Cubarsí marcara. El Barça en dos minutos, en dos jugadas, había reseteado el duelo.

Entonces la intención fue dominarlo y no tardó en conseguirlo, porque la efervescencia del Atlético desapareció en media hora. Es cierto que se ajustó para no sufrir, pero vivió tan alejado de Szczesny que le costó poner a prueba al polaco, por momentos más un libre de antaño que un guardameta. Los rojiblancos eran incapaces de arrebatarle la pelota al Barça y no podían correr. Tampoco Simeone pareció enloquecido, más bien amarró muy consciente de que la eliminatoria tenía minutos por delante y 90 más en el Metropolitano.

Era el consuelo que le quedaba mientras suspiraba aliviado al ver a Ferran birlarle la pelota a su defensa pero volver a ser presa del ansia, pegarle mordida y tan floja que apareció Giménez a despejarla con Musso vencido. Necesitaba pasar por el vestuario el Atlético a recomponerse, pero lo hizo con un gol más en contra. Nació de un caño de Lamine a Galán un córner que Raphinha mandó de nuevo al segundo palo donde esta vez, solo, apareció Iñigo Martínez para poner un testarazo cruzado al fondo de la red. En el añadido apareció de nuevo Yamal para soltar su zurdazo fetiche y hasta Olmo, con poco brillo.

El remate de Pedri en la acción del 1-2.

El remate de Pedri en la acción del 1-2.AFP

En la segunda parte, los rojiblancos volvieron a descifrar cómo hacer daño. Se encontraron con que Pedri no cazó otro balón lateral de Raphinha y que Hernández Hernández no consideró penalti la caída de Lamine en el área, pero también con que Julián Álvarez leía que había una pradera tras la espalda de la defensa culé. No dejó de intentar forzar el fallo una y otra vez. Buscó en largo a De Paul que aparecía por la orilla derecha, pero se rehízo Balde antes de que el centrocampista pudiera armar el remate. Además, Julián se encontró a Correa como socio para castigar al Barça en transiciones que les hacían correr demasiado hacia atrás.

El partido había entrado en una fase de locura que bien podía acabar con un empate porque el Atlético quería resucitar. Lo había intuido Flick y mandó al campo a Lewandowski. No tardó el polaco en demostrar que huele el gol. Pedri habilitó a Lamine en la banda para que rompiera a Reinildo y su centro tenso lo cazó el goleador culé. Fue entonces cuando el alemán quiso poner la pausa y mandar piernas frescas al campo y a Pedri a descansar al banco.

Era el minuto 85 y, lejos de cerrarse, el duelo siguió siendo de ida y vuelta. Por eso Julián Álvarez encontró premio a su tesón, aunque tuviera que ser en forma de asistencia a Llorente para que recortara distancias. Todo era posible, tanto como que un resbalón de Koundé dejó solo a Lino en su carrera hacia el área para darle a Sorloth el empate con sabor de déjà vu liguero.

Los 37 días que marcan el Everest para los grandes del fútbol español: la Liga más igualada en 30 años y desgaste en Copa y Champions

Los 37 días que marcan el Everest para los grandes del fútbol español: la Liga más igualada en 30 años y desgaste en Copa y Champions

A principios de marzo de 1993, en la jornada 25 de aquella Liga, Barcelona, Real Madrid y Deportivo de La Coruña estaban separados por tan sólo un punto. Azulgranas y blancos empataban a 38, mientras que los gallegos, terceros, acariciaban la sombra de los grandes con 37. Recordarán ese título, que fue la segunda Liga perdida por el Madrid en Tenerife. Pues bien. Ahora resulta que tres décadas después, el fútbol español está por primera vez en la misma situación. Jornada 25 y tres clubes en un punto: Barça y Madrid con 54 y Atlético con 53 justo antes de un mes de marzo que promete ser decisivo.

Flick, Ancelotti y Simeone se juegan la temporada en los próximos 37 días, algo menos de seis semanas, de la ida a la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. En el medio, cuatro jornadas de Liga, la eliminatoria de octavos de final de Liga de Campeones y un parón de selecciones que todos necesitan en este exigente calendario futbolístico.

Curiosamente, en las trincheras de esas seis semanas habrá enfrentamientos directos clave para el día a día de los tres clubes: Atlético - Barça en Copa y en Liga y Real Madrid-Atlético en el torneo continental. Desgaste mental y físico.

Desde los partidos de ida en Copa, que se disputan esta noche y mañana, a la vuelta, planeada para el 1 y 2 de abril, cada equipo disputará ocho partidos, pero seis de ellos serán antes del parón internacional. Seis duelos en apenas 20 días para tres plantillas llenas de futbolistas que estuvieron con sus selecciones el verano pasado y arrastran una carga física notable.

El calendario de los tres

El Atlético, por ejemplo, vivirá una tensión competitiva extrema. El Madrid parece superior a la Real y el Barcelona tiene una eliminatoria de Champions más asequible ante el Benfica, pero los de Simeone bailarán con los cocos en ambas competiciones. Su calendario da miedo: Barça en Copa, Athletic en Liga, Madrid en Champions, Getafe en Liga, Madrid en Champions y Barça en Liga antes del parón, con el Espanyol como paso previo a la vuelta de Copa ante los azulgrana, el día 2 de abril.

«Tenemos ilusión y ganas de competir. Debemos centrarnos en el partido contra el Barcelona y luego ir partido a partido», declaró ayer diego Simeone, fiel a su famoso argumentario de no pensar más allá.

En el caso de los culés, después de recibir al Atlético esperarán en Montjuic a la Real para seguir manteniendo el liderato de la Liga. Después volarán a Lisboa para la ida continental ante el Benfica, recibirán a Osasuna y a los portugueses, visitarán el Metropolitano, recibirán al Girona en Liga y terminarán la saga de partidos con la vuelta de Copa contra los de Simeone.

«He escuchado que el Benfica tiene una semana de descanso antes de jugar contra nosotros. No estamos felices, pero no está en nuestras manos», criticó Flick, cuyo Barça jugará el domingo en Montjuic y el miércoles en Da Luz. «A veces es difícil hablar con la Federación y LaLiga, lo vi en Alemania. Lo intentaremos gestionar bien», insistió.

El tercer implicado en este Everest futbolístico es el Real Madrid. Los blancos viajan mañana a San Sebastián para la ida copera y el sábado visitarán el Benito Villamarín antes de recibir al Atlético en la ida de Champions. Después, Rayo en Liga, vuelta de los octavos ante los rojiblancos, visita al Villarreal y encuentro contra el Leganés antes de la vuelta de Copa contra la Real.

Seis partidos en 20 días y ocho en cinco semanas que en el caso del Madrid se acumulan en un calendario inabarcable. A los compromisos ligueros y de Copa, similares a los de sus dos rivales por el título, los blancos suman la Supercopa de España (como el Barça) y los dos encuentros del playoff de la Champions League contra el Manchester City, algo que se ahorraron azulgranas y rojiblancos. Desde el inicio de 2025, el Real Madrid ha disputado siempre un partido a mitad de semana. 16 duelos en ocho semanas, que serán 22 en 11 antes del próximo parón. Sin tiempo para nada.

"No hay preparación"

«Tenemos demasiados partidos y nos jugamos mucho en cada uno de ellos. Cuando juegas cada tres días no hay preparación. Hay recuperación, vídeo y partido, así durante 40 días. Nuestro trabajo es tener listos, preparados y motivados a todos, también a los que no juegan porque son indispensables», reflexionó Ancelotti hace unos días.

Por esa explotación constante del calendario se entiende también la irregularidad que han tenido los tres equipos en el campeonato doméstico. Esta jornada han ganado los tres a la vez, algo que no sucedía desde la 12ª y que sólo se ha repetido en siete ocasiones este curso. El Madrid no ganaba desde hace un mes en Liga, el Barça sufrió una mala racha en invierno y los rojiblancos tuvieron un bache en septiembre y octubre. En seis semanas, veremos.

¿Seguro que el filial del Barcelona es el Atleti?

¿Seguro que el filial del Barcelona es el Atleti?

En lo que va de temporada se han producido los siguientes hechos: el Real Madrid ha perdido sus dos partidos contra el Barça por un global de 2-9, el Atlético ganó 1-2 a los de Hansi Flick en Montjuïc y Gil Marín lideró el veto de LaLiga a la inscripción de Dani Olmo mientras Florentino Pérez, que ya dijo en su día que "necesitamos un Barça fuerte". respaldaba a su aliado Joan Laporta. Repito: son hechos. No sospechas, suspicacias o teorías de la conspiración. Fríos datos. Pese a ello, cierto madridismo aún acusa al Atleti de ser un filial culé.

Quizás esta noche los azulgrana arrollen al Atleti, pero eso no cambiaría una realidad indiscutible: el mayor aliado del Barcelona en el fútbol español es el Real Madrid. Y entiendo que eso duela a sus aficionados, porque es una postura empresarial absolutamente contraria a la esencia sentimental de este juego, pero es lo que hay.

Esa esencia sentimental es la misma que provoca, por supuesto, eso que tanto molesta al madridismo: que el aficionado atlético prefiera de manera abrumadora que, no afectando a su equipo, gane el Barça y no el Madrid. Obvio. No entender eso es no entender nada.

El fútbol no tiene sentido sin rivalidades y el rival del Atleti es y siempre será a quien sufre cada día en su ciudad. El Barça ha sido incluso un aliado, un placebo, un alivio efímero durante esos tiempos oscuros, hasta que llegó el Cholo, en que los rojiblancos eran incapaces de estar a la altura de su historia. Cuando no peleaban los tuyos, sólo quedaba que Messi peleara por ti.

"Pero al madridista le da igual el Atleti", claman. Falso. Pregunten a Florentino, que creció en una época en que su vecino era un rival real, cuál es su enemigo de cabecera. O miren ahora, que vuelve a ser un equipo de élite, el odio que genera Simeone en Chamartín. La diferencia es que el Madrid tiene dos enemigos, uno ciudadano y otro nacional, donde Atleti y Barça sólo tienen uno, pero su comportamiento es exactamente el mismo que critica. Y es normal, todos somos antis en el fútbol. También ellos.

Lo curioso es que en los últimos tiempos, como reacción al procés en determinado sector y tras desvelarse el caso Negreira en el resto, se ha producido en la masa atlética un claro desapego hacia el Barça, hasta el punto incluso de equipararlo al Madrid en una aristocracia contra la que luchar. Eso duró, claro, hasta que el Madrid decidió recordarle, a base de ataques y lloros, que aún hay diferencias. Sustanciales.

Julián Álvarez hace los deberes del Atlético ante un Valencia tan esforzado como frágil

Actualizado Sábado, 22 febrero 2025 - 20:59

No piensa ceder el Atlético. Fue el mensaje que lanzó en Mestalla por si alguien dudaba mirando el calendario. Una sola derrota en casi cuatro meses le sostienen en todas las peleas aunque, por momentos, muestre algunas dudas. Ante el Valencia liquidó el duelo en la primera media hora con la magia de Griezmann y la letalidad de Julián Álvarez, pero tuvo que apretar los dientes cuando los locales arrearon antes de que Correa echara los tres puntos al zurrón. [Narración y estadísticas]

Los primeros dos goles se los apuntó la Araña pero al Valencia lo descosió un francés. Como el gato de Cheshire de Alicia, aparecía y desaparecía por donde menos se lo esperaba la defensa del Valencia, incapaz de detectarle. No necesitó correr ni bregar, ni aunque Corberán le hubiera puesto enfrente más músculo en la medular. Le bastó con buscar el lugar donde le dejaban pensar para ir regalando asistencias de gol.

Quiso el Valencia acordarse de cómo competía estos duelos antes de empequeñecerse y buscó apretar en el área de Oblak queriendo el control, pero sin ningún acierto. Ni Sadiq ni Iván Jaime ni Javi Guerra tuvieron ocasión de armar sus remates. Y los colmillos rojiblancos no tardaron salir, aunque fuera en una jugada anulada por fuera de juego. Giuliano mandó a pasearse la pelota por el área pequeña de Mamardashvili como primer aviso. El segundo ya fue gol. Apareció Griezmann en la frontal para elevar la pelota por encima de la defensa y que cayera a los pies de Lino. El brasileño la estrelló en el larguero, pero el rechace, con la punta de la bota lo tocó Giuliano ante la mirada pasiva de toda la defensa para dejar a Julián Álvarez que abriera el marcador.

El Valencia resopló y volvió a buscar a Oblak para quedarse atascado en tres cuartos de campo. Nadie era capaz de armar la pierna y el Atlético vivía cómodo recostado en su orden y esperando los errores, porque llegaban. Siempre llegan pese a los esfuerzos de Corberán por corregirlo. Desde el fondo de la clasificación no es fácil no equivocarse. Entonces aparecía Giuliano para correr, más por costumbre que por necesidad.

El Atlético balanceaba de orilla a orilla el juego hasta que aparecía el Principito y su magia. Le faltó silbar mientras se iba escorando al pico izquierdo del área para colocar otro balón entre los centrales que cabeceó Julián. El argentino pudo hacer el tercero antes del descanso aprovechando un error de Mosquera en la salida de pelota, tan grosero como su remate. Dos goles de cuatro remates por ninguno de Valencia dibujaban un panorama cómodo. Eso debió pensar Simeone sacando del campo a Lino y Azpilicueta, para reforzar con Galán y Gallagher escorado a la izquierda. No sabía que la idea de Corberán era agitar el partido.

Alimentó el ataque con Hugo Duro y se adueñó del duelo. A arreones encerró al Atlético con remates de Javi Guerra y los centros de Gayà primero para Sadiq, que reclamó una mano de Molina en el área que cortó su cabezazo -como el Valencia en redes sociales pese al respeto arbitral- , y luego para Hugo Duro.

No quería rendirse este Valencia, con más coraje que acierto, mientras los rojiblancos se recomponían moviendo de nuevo el banquillo. Enmendaba Simeone lo que había hecho al descanso, soltando a Gallagher por el centro, porque daba la sensación de que los valencianistas habían regalado la primera parte y lo podía arreglar.

Probó Almeida con un derechazo antes de que volviera al campo entre silbidos Rafa Mir para obligar a Oblak con un testarazo. Quería el Valencia, arriesgaba, pero las dudas del Atlético no eran suficientes para dejar escapar su cómoda ventaja. Es más, apareció el error valencianista que cerró el encuentro. Javi Guerra perdió la pelota que permitió a Gallagher armar una contra con la calma suficiente para que Correa la acabara con un derechazo cruzado que vació Mestalla.

Un derbi de Champions con cuentas pendientes: de la tensión arbitral a la herida abierta de Simeone

Un derbi de Champions con cuentas pendientes: de la tensión arbitral a la herida abierta de Simeone

«Partidazo, partidazo... Estamos preparados. Estamos preparados». El Cholo Simeone tuvo pocas palabras, dobles, pero fueron contundentes, para describir el sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones. El azar continental ha definido un durísimo derbi madrileño entre Real Madrid y Atlético, la quinta vez que se enfrentarán en la competición, y ha querido que por su lado del cuadro viajen también Arsenal, PSG y Liverpool. Un camino infernal hacia la final del próximo 31 de mayo en Múnich.

La noticia cayó con peso en ambos clubes, donde no había muchas ganas de derbi, enfrentados en las últimas semanas por la polémica arbitral. El Madrid se ha mantenido firme en su cruzada contra el Comité Técnico de Árbitros, con esa carta a la Federación como último punto de inflexión, y el Atlético ha utilizado sus redes sociales para mostrar su rechazo a su gran rival, asegurando que el conjunto blanco lo que hacía era «presionar, amedrentar, intimidad o coaccionar» a los colegiados a través de su televisión oficial.

El derbi liguero de hace dos semanas, con el penalti deTchouaméni a Lino y el definitivo empate en el marcador, sólo aceleró críticas y acontecimientos. La investigación por parte de la Federación a las empresas de Munuera Montero tuvo de nuevo al Atlético activo en redes sociales, tildando de «bulos» las noticias sobre los negocios del árbitro.

Mientras, el fútbol. Madrid y Atlético se enfrentarán el martes 4 de marzo en el Bernabéu, lo que obliga a LaLiga a adelantar al sábado el Betis-Madrid, planeado para el domingo día 2. Así, ambos (el Atlético recibe en casa al Athletic) tendrán los mismos días de descanso.

El miércoles 12 del mismo mes, la vuelta en el Metropolitano, en lo que será el tercer enfrentamiento del curso tras los dos de Liga, el sexto en la historia de la Copa de Europa y el quinto en el torneo desde que Simeone es entrenador rojiblanco. La primera había sido en las semis de la 58-59, que llegaron al partido de desempate donde ganó el Madrid 2-1 con goles de Di Stéfano y Puskas.

Simeone, 0-5

Simeone intentará cerrar una herida abierta. Nunca ha sido capaz de salir triunfador de sus enfrentamientos contra el Madrid en Champions. Perdió las finales de Lisboa y Milán, una en la prórroga y la otra en los penaltis, y cayó derrotado en los cuartos de final de la 2014-2015, con aquel gol de Chicharito, y en las semifinales de la 2016-2017, último partido continental en el Calderón. En dos de esas ocasiones, 13-14 y 14-15, tenía a Ancelotti en el banquillo rival.

El técnico italiano tiene sentimientos encontrados ante el Atlético. Sonríe en Champions y sufre en Liga. Pero viendo que el derbi cae ahora en territorio continental, debe arquear la ceja con cierta felicidad. Ancelotti, que ha jugado 27 partidos ante el Atlético entre todos sus clubes, ha ganado 10 y ha perdido nueve, no ha conseguido vencer ni una vez con el Madrid a su vecino en los últimos cuatro enfrentamientos: tres empates seguidos en Liga y victoria del Atlético en la prórroga copera del año pasado.

Igualdad en los derbis

Desde su regreso al banquillo madridista en el verano de 2021, Ancelotti ha ganado cuatro derbis (dos de Liga y otros dos en la prórroga, en la Copa y en la Supercopa de España), ha empatado cuatro y ha perdido tres (dos en Liga y uno en la prórroga de la Copa). Un balance equilibrado extremadamente equilibrado que se decantará para un lado de la capital de España en marzo.

El que gane la eliminatoria se enfrentará al PSV o al Arsenal en cuartos de final, con la vuelta en Madrid, y podría medirse al Liverpool o al PSG en semifinales, ahí con la cita de vuelta lejos de España. Ingleses y franceses se cruzan en octavos, y en cuartos tendrían un duelo favorables ante Brujas y Aston Villa por un puesto en semis.

El Barça, agraciado

Un cuadro durísimo que dista del que el sorteo ha regalado al Barcelona. El equipo de Hansi Flick se medirá en octavos al Benfica, con la vuelta en Montjuic, y en caso de superar el cruce disputaría los cuartos contra el Dortmund o el Lille, con la vuelta en territorio alemán o francés. Más adelante le esperaría uno entre Bayern-Leverkusen y Feyenoord-Inter, últimos enfrentamientos de octavos. Si llega a semifinales, el Barça jugaría la vuelta lejos de Montjuic.

La ida de cuartos será el 8 y 9 de abril y la vuelta el 15 y 16. Las semis, el 29 y 30 de abril y el 6 y 7 de mayo, dejando la final para el 31 de mayo en el Allianz Arena de Múnich.

Un sorteo de Champions con mucho morbo: derbi madrileño, Xabi Alonso, Luis Enrique y finales anticipadas

Un sorteo de Champions con mucho morbo: derbi madrileño, Xabi Alonso, Luis Enrique y finales anticipadas

Un sorteo cargado de altas dosis de morbo para despejar el camino hacia la final de la Champions. Este viernes (12.00 horas, en Nyon) se celebrará la ceremonia de emparejamientos de los octavos de final y de todos los cruces hasta la clausura del campeonato, el 31 de mayo, en el Allianz Arena de Múnich. Un bombo que proporcionará encuentros estelares y anheladas revanchas. Una eliminatoria que frustrará a favoritos.

Unos octavos de final que se disputarán en las dos primeras semanas de marzo y en los que el Real Madrid, tras doblegar al Manchester City, vuelve a atemorizar a sus rivales. Los blancos recibirán en la ida al Atlético de Madrid o al Bayer Leverkusen, dos rivales incómodos para Carlo Ancelotti. En los últimos enfrentamientos, Diego Pablo Simeone ha neutralizado la capacidad ofensiva del equipo del Bernabéu. Ambos técnicos se han medido en 26 ocasiones, con nueve victorias para cada uno y ocho empates, pero esa igualdad se rompe en la Champions, en la que se impone el italiano, con tres victorias (una cuando estaba en el Bayern) y un empate, por sólo un triunfo del entrenador argentino. Sería un nuevo derbi con aroma de final, el duelo preferido por Kylian Mbappé, por eso de reducir el número de viajes.

A estas alturas de temporada, el Bayer Leverkusen se muestra menos compacto que el Atlético, sería un rival más propicio para el Real Madrid (se han enfrentado en siete ocasiones, con cuatro victorias blancas y dos empates), pero Ancelotti podría sentirse molesto por las inevitables comparaciones con Xabi Alonso, que parece destinado a heredar el puesto del italiano en el banquillo blanco. Este emparejamiento provocaría que el Atlético visitara el feudo de un Bayern Múnich que está lejos de sus mejores momentos y que sufrió hasta el último suspiro para eliminar al Celtic gracias a un tanto de Alphonso Davies, pero cuenta con la motivación extra de disputar la final en su estadio. Musiala y Kane son sus principales argumentos ofensivos. Si se produce este doble duelo hispano-alemán, el Madrid y el Atlético sólo se enfrentarían en la final.

El cuadro bávaro marcó para siempre la historia del Atlético. En 1974 ganó la final de la Copa de Europa con un desenlace doloroso para el equipo rojiblanco liderado por Luis Aragonés, Adelardo y Gárate. Muniqueses y madrileños se han enfrentado en ocho ocasiones, con cuatro victorias alemanas, dos españolas y dos empates. En el Metropolitano prefieren al Bayern antes que al vecino de Chamartín.

Otro duelo a modo de final anticipada es el que el protagonizará el PSG ante una de las dos escuadras más brillantes de la liguilla: Barcelona o Liverpool. El equipo de Luis Enrique ha experimentado una brutal evolución en dos últimos meses, con una gran eficacia goleadora, el miércoles humilló al Brest con un 7-0. Lucho ha convencido a Dembélé para que juegue de falso delantero centro y con ello ha conseguido que el francés ofrezca su mejor versión. La transformación del delantero se certifica con 23 goles marcados, con dos hat-trick en el último mes.

Para el Barcelona volver a enfrentarse al PSG supondría una oportunidad para vengarse de la eliminación de cuartos de final de la pasada temporada, con aquel estruendoso 1-4. Ahora, el Barça presenta una fisonomía distinta, con mayor verticalidad y una soberbio acierto ante el marco contrario. Flick ha recuperado a Lewandowski, ha motivado a los chavales y ha sabido sacar lo mejor de Raphinha. Culés y parisinos se han enfrentado en 14 ocasiones, con cinco triunfos para cada uno y cuatro empates. Si se produce este emparejamiento, Madrid y Barcelona sólo podrían medirse en semifinales.

El otro posible rival del Barcelona sería el Benfica de Otamendi y Di María, una formación muy irregular, el pasado martes sufrió una barbaridad para eliminar al Mónaco, con el empató (3-3) en su feudo.

Inglaterra, Alemania y España son los países con más representantes en los octavos de final, tres cada uno.