Kylian Mbappé no jugará el derbi madrileño contra el Atlético. El delantero francés sufre una lesión muscular y, según ha podido saber este periódico, estará de baja unas tres semanas. Se perderá, por tanto, el encuentro ante los rojiblancos, la segunda jornada de Champions contra el Lille, en Francia, y el partido del Bernabéu ante el Villarreal.
El galo sufrió ayer ante el Alavés una lesión en el bíceps femoral de su pierna izquierda, pidió el cambio y se retiró con un gesto contrariado. En la sala de prensa, Carlo Ancelotti advirtió que hoy pasaría pruebas para ver el alcance de las molestias, y las mismas no han podido ser más contundentes.
Mbappé volverá después del parón de selecciones de octubre, un parón que le hace perderse menos partidos con el Madrid. Regresará en Vigo, el 19 de octubre ante el Celta, y estará listo, salvo sorpresa, para el clásico contra el Barça, el próximo 26 de octubre.
La baja del francés obligará al técnico a cambiar el sistema contra el Atlético. Durante el inicio de curso, Ancelotti siempre había apostado por el 4-3-3, con Vinicius, Rodrygo y Mbappé en el ataque. En el Metropolitano, sin embargo, volverá al sistema de cuatro centrocampistas, con Tchouaméni, Valverde, Modric y Bellingham en la medular y los dos brasileños en la delantera. En la recámara, Arda Güler y Endrick.
La buena noticia para el entrenador transalpino es el regreso de Eduardo Camavinga, que estos días empezaba a tocar de nuevo balón y podría estar disponible para el derbi, aunque habrá que esperar al entrenamiento de este jueves para confirmarlo.
Viéndole levantar el partido contra el Espanyol, me descubrí pensando algo a lo que me he resistido todo lo humanamente posible: "Mierda, qué bueno es Vinicius". Cambió el partido en cuanto salió y el pase del 2-1, brillantísimo, no se le habría ocurrido hace un año, ni hablemos ya de ejecutarlo con precisión. Mbappé es el mejor del mundo, pero el brasileño, con Lamine aproximándose a todo trapo, es el más desequilibrante pues, a diferencia del f
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Munuera Montero se llevó gran parte de los abucheos del Santiago Bernabéu en la noche del sábado, una noche que fue de "rock and roll", así lo admitió Carlo Ancelotti, para el conjunto blanco tras su victoria por 4-1 contra el Espanyol.
Después de un buen inicio de encuentro, el cuadro de Chamartín se vio por debajo en el marcador y necesitó de la salida al campo de Vinicius Júnior para remontar el duelo y sumar otros tres puntos a su clasificación. Pero la cita, más allá de los cinco goles, tuvo gotas de polémica.
El colegiado amonestó por protestar a las tres estrellas del Madrid, Mbappé, Bellingham y Vinicius. El galo en la primera parte, tras protestar un fuera de juego, y al británico y al brasileño en el segundo tiempo, justo después del 3-1 de Vinicius.
Fueron momentos de tensión entre los futbolistas más importantes del Madrid y el árbitro del duelo. "Te la estás jugando, Kylian", le llegó a decir Munuera Montero a Mbappé tras una conversación con él.
En el minuto 81 llegó la gran polémica. Bellingham cayó al suelo en un forcejeo con Aguado y el colegiado decidió no pitar falta, a lo que el inglés respondió levantando la mano y protestando. Su reacción fue castigada con amarilla, algo que molestó al Bernabéu y a Vinicius, que acudió a reclamarle la situación al árbitro. Munuera Montero tampoco dudó con el brasileño, que recibió otra amarilla. Chamartín enfureció.
Según captaron las cámaras de Movistar, Bellingham, enfadado, dijo en inglés: "Piece of shit (pedazo de mierda)".
Ninguno de los tres jugadores hablaron en la zona mixta, pero Ancelotti sí fue preguntado al respeto y reconoció que "el método de los árbitros ha cambiado un poco". "Esta temporada llevamos tres que han sido muy severas. El método de los árbitros ha cambiado un poco. Son más severos en este sentido y debemos acostumbrarnos", valoró el italiano.
Desde el inicio de esta temporada, hay una nueva norma en relación a las conversaciones con los colegiados: sólo se pueden dirigir a ellos los capitanes de los equipos. Nadie más.
En sala de prensa, Ancelotti elogió el encuentro de su equipo, capaz de remontar un marcador adverso y de sumar el partido número 38 seguido sin perder en Liga. Una temporada. Desde la derrota en el Metropolitano en septiembre de 2023. "Confirman que este equipo lo ha hecho bien, lo hace bien", declaró, y dio un dato que le sorprende: "Esta temporada hay un dato: sólo hemos marcado un gol en primeras partes. Llama la atención. Lo he hablado con los jugadores antes del partido, a ver si podía cambiar esta dinámica. No lo ha hecho, pero sí hemos jugado con más intensidad". "Ha sido un partido de rock and roll, sí", finalizó.
El entrenador explicó los problemas físicos de Carvajal y Bellingham, que terminaron el partido algo tocados. El lateral tuvo que pedir el cambio después de marcar el empate, pero Ancelotti aseguró que es "sólo un golpe, nada serio". El inglés, por su parte, se hizo daño en el hombro izquierdo al lanzarse al suelo a cortar un balón, y por momentos se temió por una lesión más grave.
Se quedó durante un minuto tumbado en el césped haciendo gestos de dolor en el mismo hombro que ya le dio problemas el curso pasado, pero finalmente pudo disputar casi todo el partido. "A ver cómo se encuentra mañana, aunque no parece nada particularmente preocupante. Hace un mes se quitó la protección del hombro porque estaba bien, pero ha vuelto a tener este problema. Creo que no será un problema, aunque debe cuidarse, obviamente", explicó Carletto.
Un Madrid sin cerebro, sin saber como se juega al fútbol, al final derrumbó la voluntad del Espanyol, gracias al poder técnico de sus futbolistas, que continuamente resuelven los conflictos del equipo. Lo imposible sucedió cuando el Espanyol logró un tanto gracias a un error increíble de Courtois. La suerte es que pocos minutos después, otro fallo grosero de Joan García le regalo a los madridistas el empate.
Desde ese momento, el equipo blanquiazu
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El Madrid vive de impulsos, de momentos y de chispas. Contra el Espanyol recuperó ritmo de juego y mereció más en la primera parte, pero se vio por debajo en el marcador tras un rebote. Apareció ahí, por fin este año, Vinicius, chispa e impulso del conjunto blanco durante los últimos años. Entre él, Carvajal, Rodrygo y Mbappé remontaron el duelo. [Narración y estadísticas (4-1)]
Ante las exigencias del calendario y el físico del equipo, Ancelotti inició las rotaciones que había prometido hace unas semanas. Le dio la oportunidad en el once a Fran García y a Arda Güler, que entraron en el lugar de Mendy y Vinicius. Además, Carletto desplazó a Tchouaméni a la defensa para dar descanso a Rüdiger.
La entrada del joven turco dio más dinamismo al ataque madridista durante la primera media hora. Se entendió bien con Modric y provocó las mejores ocasiones del conjunto local, aunque Mbappé no estuvo fino. El galo, de nuevo en el centro del ataque con Rodrygo a la derecha, disparó tres veces entre los tres palos en los 30 minutos iniciales, pero Joan García evitó sus goles.
Sostenidos por Valverde
En el 10, Güler dejó un buen balón de cabeza a Mbappé, el francés controló con el pecho y remató ante la salida de Joan. Dos minutos más tarde, Güler probó al portero, y cinco después le tocó a Mbappé desde la frontal, pero su remate salió demasiado centrado. Eran buenos minutos de un Madrid sostenido por Valverde en el eje, con menos acumulación de gente en la creación y más en la frontal. Mereció ponerse por delante y Mbappé lo intentó de nuevo en el 27, pero no atinó y el equipo cayó en la calma.
A partir del 30, estuvo más impreciso en el último tercio, no terminó sus ataques y dejó al Espanyol correr en transiciones, para enfado de Ancelotti. Arda, que había sido el mejor, desapareció, y con él el equipo.
En la izquierda, Rodrygo no estuvo todo lo incisivo que le pedía el duelo y el Madrid sufrió para crear. Mbappé y el brasileño intercambiaron posiciones durante algunos instantes, buscando el francés más espacio en el costado zurdo, pero el ritmo del balón era demasiado lento.
Fran García pidió penalti por un manotazo de El Hilali, pero Munuera Montero, que había sacado amarilla a Mbappé por protestar, dejó seguir sin castigo y la primera parte terminó con el público molesto con el colegiado.
Tras el descanso, Joan siguió acumulando paradas. Una a disparo de Mbappé y otra tras un gran zurdazo de Bellingham. Mejoraba el conjunto de Ancelotti, recuperando el ritmo de los primeros minutos del duelo, pero seguía sin acierto. Una constante durante estas primeras semanas de la temporada. A los blancos les cuesta abrir la lata de sus partidos, tanto en el Bernabéu como lejos de casa, y especialmente ante rivales que se encierran atrás y buscan la contra. Es el día de la marmota en Chamartín, una y otra vez.
El fútbol es caprichoso y no suele entender de sensaciones. Lo sabe el Madrid, que muchas veces ha encontrado premio en escasos intentos, y lo vivió el Espanyol, que logró el 0-1 en un pelotazo de Joan a Jofre y en un centro de éste hacia nadie que tocó en Güler y se coló entre las piernas de Courtois.
El error de Joan García
Era el minuto 54 y el Madrid necesitaba despertar, así que Ancelotti llamó a Vinicius y éste le regaló sus mejores minutos de la temporada. En 25 minutos había sentenciado el duelo con una asistencia, un gol y varias arrancadas que descosieron a la cansada defensa perica.
Carvajal empató en el 58 tras un pase de la muerte de Bellingham y un error, el primero, del portero, y Rodrygo puso por delante a los locales en el 75 tras un gran pase de Vinicius con el exterior.
Respiró el Bernabéu y aceleró el Madrid, que disfrutó de unos minutos de correcalles ante un Espanyol rendido en la batalla. Vinicius anotó el tercero tras un pase al hueco de Mbappé y el galo marcó su gol después de un penalti provocado por Endrick, que siempre produce cuando le dejan. Tres puntos más.
Un Madrid irregular se salvó con un alemán llamado Rüdiger y con otro gol sorprendente y de calidad de Endrick, cuando el Stuttgart se había lanzado como un poseso para lograr empatar, algo que, sin duda, mereció.
Los primeros veinticinco minutos, los diablos rojos alemanes bailaron y dejaron al equipo blanco en ridículo. En sólo quince, cuatro ocasiones, hasta que ocurrió el milagro y apareció Courtois para detener cuatro tantos claros alemanes,
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Dos penaltis, dos fogonazos de Arda Güler y Vinicius, salvaron al Madrid de una catástrofe, porque estuvo rendido a la Real Sociedad, con un sistema antediluviano. El Madrid habló con el santo Sebastián.
Una vez más, como tantos partidos, con líneas tan escasas de jugadores, porque el secretario técnico lo quiere así y Ancelotti hace reverencias, el Madrid pide a gritos a tres jugadores. Al menos. Un defensa y dos centrocampistas. Y un goleador. E
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Había pasado buena parte de la noche mirando de reojo a Zubimendi, comandante en jefe por San Sebastián, pero tras un balón parado, Arda Güler pudo al fin cargar el fusil de su bota izquierda. A Sergio Gómez, otra de las figuras de esta bondadosa Real Sociedad, le dio entonces por un absurdo gesto de protección con los brazos. Un penalti clamoroso. El único modo plausible, ahora mismo, de que Vinicius cante un gol. No anda para mucho más el brasileño, víctima de otra pena máxima cuarto de hora después. Tras ceder su turno, Mbappé resolvió el triunfo del Real Madrid en un feudo hostil. Al equipo de Imanol, sin ese ápice de fortuna en el remate, poco más se le pudo reprochar. Al de Ancelotti aún se le espera mucho margen de mejora.
Los tres disparos a los palos de Courtois dejaron con mal cuerpo a la afición donostiarra, que ya venía penando tras las derrotas ante Rayo Vallecano y Alavés y los traspasos de Le Normand y Mikel Merino, básicos en el equipo. Para paliar los males quizá bastase la visita del Madrid, que siempre enciende los ánimos de la ciudad, o las recientes presentaciones de Aguerd y Oskarsson. Un central, titular, y un rematador, suplente, para un 4-3-3 donde sorprendía con Sucic como pareja de Zubimendi.
Ancelotti, juguetón la víspera con los periodistas, dio paso a Güler y a Brahim Díaz, en detrimento de Rodrygo. Privado de sus mediocentros genuinos, el técnico recurría a Fede Valverde en una posición que no potencia sus virtudes. Más bien todo lo contrario. Desde bien pronto el uruguayo alternaría esa posición de pivote con Modric, porque el arranque no admitió ni un instante de tregua. Con el balón y con la presión alta, la Real quiso parecerse a ese equipazo que el año pasado hizo carbonilla al Inter y el Benfica. Un torrente difícil de contener. En un plazo de 10 minutos, Zubimendi picó por arriba para Sadiq, pésimo en el control, y Kubo dejó en suerte a Sergio Gómez, que no pudo bajarla tras el bote.
Ni hierro, ni acero, ni granito
Había una idea en la Real, una convicción. Ese impulso propio de quien sabe la importancia del momento. El Madrid, por contra, guardaba sus cartas, sin dejarse perder por la confusión. Como aún no se ve con capacidad para controlar, ni mucho menos dominar, la orquesta de Ancelotti se entrega a sus concertinos. Al desafinadísimo Vinicius o al cada vez más entonado Mbappé. Incluso antes de saltar a la hierba, el francés sentía que podía repetir lo ofrecido el pasado febrero en Donosti con el PSG. Suyas fueron las ocasiones de mayor peligro, alcanzado ya el ecuador de la primera mitad. Una, habilitada por Brahim, propició la lesión muscular del internacional por Marruecos. La segunda, aún más clara, fue barrida por Aguerd, otro de los Leones del Atlas.
Por esas ocurrencias que sólo puede ofrecer el fútbol, el partido conmemoraba el centenario de Eduardo Chillida, escultor de la materia y las preguntas al universo. Una curiosa paradoja, dado el constante ajetreo. Ni una brizna de hierro, acero o granito en las áreas. Sólo errores defensivos y un par de remates levemente imprecisos por parte de la Real. Espectacular el zurdazo de Sucic, casi en la cruceta del impávido Courtois. No menos poderoso el tiro de Sadiq contra el travesaño, tras quebrar la cintura de Militao. Cuando el Reale Arena aún lamentaba los goles perdidos, Remiro salvó abajo un cabezazo de Rüdiger. Y Rodrygo, sustituto de Brahim, tampoco acertaría tras un tremendo fallo en la salida de los centrales.
Según la propia confesión de Sergio Gómez, Imanol redobló su arenga durante el descanso. Así, nada más volver, Sucic probó de nuevo el tacto de la madera tras una delicadísima pared con Sadiq. La segunda mitad pondría a prueba los pulmones txuri urdin, que ya fallaron varias veces el curso pasado. Sostener el ritmo, saltar al balón dividido, atacar los espacios, representaba un riesgo máximo. El único asumible para el técnico local.
El Madrid, con la consabida experiencia de un partido mil veces jugado, sabía llegado su momento. En cualquier balón cruzado, en cualquier diagonal de sus delanteros, podría imponer su calidad. Así lo hizo dos veces de penalti. El segundo sobre Vinicius, por pisotón de Aramburu, fue concedido tras la llamada del VAR. Como el triunfo visitante, tampoco admitía demasiada réplica.
Ha pasado de ser la mega estrella del país a casi un apestado. Francia ha pasado de pelear lo posible para que no se marchara a casi alegrarse de que lo haya hecho. Se confirma el divorcio de Francia con Kylian Mbpapé. El ex futbolista del PSG, ahora en el Real Madrid, recibió pitidos en el encuentro de la selección francesa contra Bélgica en la Liga de Naciones del lunes, que ni siquiera jugó como titular.
Sonido de viento que escuchó el capitán, pero también el entrenador, Didier Deschamps, cuando se nombró la alineación de la selección en el estadio Décines-Charpieu. El triunfo del equipo francés no impidió el malestar del público. También ha sido criticado por otros deportistas, que consideran que su actitud agrava el hecho de que no esté jugando como se espera.
Mbappé no fue titular, salió en el minuto 67, y su juego no fue decisivo. El público ya le había despedido con frialdad en su último partido con el PSG, antes de irse al Real Madrid. En sus últimos meses en el equipo parisino, de hecho, recibió críticas tanto de la afición como de los medios por su rendimiento.
Tras la derrota de Francia frente a Italia por tres golpes. L'Équipe afirma que Mbappé "ya no es tan explosivo ni decisivo como antes. Sigue siendo un muy buen goleador y un muy buen jugador, por supuesto, pero ya no da tanto miedo".
Otro periodista de RMC ha señalado: "El último buen partido de Mbappé se remonta al Mundial de 2022. Entonces nos dijimos que no podíamos prescindir de él. Como es posible que se haya vuelto tan mediocre?".
La afición ya acudía caliente con Mbappé al partido de ayer. Antes del encuentro frente a Italia, dijo a los periodistas: "Estoy en una etapa de mi vida y mi carrera donde vengo, juego, intento hacer lo mejor posible, ayudar al equipo. Lo que piensa la gente es lo que menos me preocupa".
Críticas en los medios
"No se puede ser tan insensible al sentimiento de los aficionados del equipo de Francia, a las frustraciones que ellos pueden tener. Debería intentar responder a esto, forma parte del trabajo de un futbolista y del vínculo afectivo que debería tener con su público, ha escrito el ex jugador y ahora columnista de L'Equipe, Bixente Lizarazu.
El futbolista, criado en la barriada de Bondy, en la periferia parisina, ejemplo durante tanto tiempo para muchos jóvenes, genera ahora rechazo en parte de los que antes le aclamaban. Sin embargo, siempre ha estado protegido por el presidente, Emmanuel Macron, quien trató de evitar su marcha al Real Madrid. Además, su mensaje calaba en momentos clave como durante la ola de disturbios del año pasado o en las pasadas elecciones legislativas en Francia, cuando parecía que la extrema derecha de Marine Le Pen podía ganar.
Hoy le llueven los pitidos y las críticas. Francia ensalza a sus estrellas con la misma rapidez con la que las castiga. Mbappé ya no es intocable.
En la vuelta de Kilian Mbappé al Parque de los Príncipes, Francia sucumbió ante el combinado de Spaletti, que logró remontar con bastante solvencia el tempranísimo gol de Barcola. El delantero del Paris Saint-Germain tardó apenas un minuto en adelantar a los locales tras una pérdida de balón de Di Lorenzo cerca de su área pero, sorpresivamente, todo se quedaría ahí. En un momento de lucidez.
Poco tardaría el equipo italiano en remontar. Dimarco, el lateral del Inter de Milán, puso el empate a la media hora de partido con una gran volea al segundo palo y a la vuelta de vestuarios, Frattesi primero y Raspadori después se encargaron de marcar distancias y dejar sentenciado el encuentro a falta de 15 minutos para el final. Poco se pudo ver del delantero madridista en un partido muy discreto por parte de su selección, que se vio totalmente superada por su rival y sin ningún tipo de ideas a la hora de atacar.
A esta derrota, el conjunto galo sumó también la lesión del central sevillista Loic Badé, que abandona la concentración en Clairefontaine tras terminar el entrenamiento del jueves con problemas en el bíceps femoral derecho y someterse a pruebas médicas durante la mañana del viernes.
En el otro partido del grupo, la selección belga venció cómodamente a Israel con un doblete de Kevin de Bruyne y con otro tanto de Yuri Tielemans. Timothy Castagne, el defensa del Fulham, metió en propia puerta el único tanto del combinado israelí. Con este resultado, el conjunto de Tedesco, sin Thibaut Courtois, se queda como segunda de grupo, empatada a puntos con Italia y a la espera de medirse a Francia el próximo lunes.