No te preguntes por quién pitan los árbitros

No te preguntes por quién pitan los árbitros

Yo no me acuerdo de Juanito llorando pero los futbolistas han llorado siempre. Lo que pasa es que ahora lloran por motivos diferentes. Antes dejaban escapar lágrimas de impotencia por una derrota inmerecida, o de rabia ante un tangazo arbitral, no pocas veces de alegría una vez rota la presa de la tensión.

En esta Eurocopa hemos visto llorar a muchos -quizá a demasiados teniendo en cuenta que son estrellas del fútbol y no asfaltan carreteras en ag

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Las lágrimas de Modric y la teoría de la conspiración croata: “Llevo 5 años hablando de FIFA y UEFA…”

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 09:08

Y ahí estaba Luka Modric, con el premio a MVP del partido en una mano y las lágrimas llenando su rostro. La UEFA quiso homenajear su esfuerzo estregándole el premio a mejor jugador del duelo, pero fue un galardón trampa porque obligaba al croata a pasar por las entrevistas a pie de campo y la rueda de prensa, un suplicio para un futbolista que no quería hablar, sólo deseaba el silencio de rabia de su vestuario.

"El fútbol a veces es cruel y hoy se volvió a demostrar", admitió Modric, que falló un penalti pero se redimió en la jugada siempre para darle una vida extra a su país. "No merecíamos ese gol", dijo, sobre el empate de Zaccagni en el minuto 98. Un gol que provocó el delirio de la minoría italiana en el Red Bull Arena de Leipzig y el shock profundo de la afición croata que llenó las gradas y alentó a su selección como si estuvieran en Zagreb.

"No sé de dónde sacó el árbitro ocho minutos para añadir", se quejaba Modric, en un lamento que fue todavía más contundente en la voz de su entrenador, Zlatko Dalic. "Somos un país pequeño, una Federación pequeña. No se pueden dar ocho minuto de descuento. Eso influyó en el resultado", dijo ante la prensa, antes de deslizar una hipotética teoría de la conspiración. "No sé de dónde sacó el árbitro esos ocho minutos. Hace cinco años que hablo de cómo se comportan la UEFA y la FIFA, pero nadie me ha escuchado. No puede haber ocho minutos de descuento. ¿Cuántas faltas e interrupciones hubo para recuperar ocho minutos?", insistió, declarando que "me duele que nadie nos respete".

Croacia aguantó como pudo el arreón final de Italia, que con tres puntos tenía muchas posibilidades de pasar a octavos como una de las mejores terceras, aunque midiéndose con el líder de un grupo en la eliminatoria. El empate le mete como segunda y se enfrentará a Suiza en la primera ronda. Diferente situación.

En cuanto a los croatas, suman dos puntos y sólo les puede salvar un milagro. Necesitan que Inglaterra gane a Eslovenia por tres goles o más, que República Checa pierda con Turquía, que Georgia derrote a Portugal y que Serbia caiga con Dinamarca. Cuatro resultados. Misión casi imposible.

En los pasillos del Red Bull Arena de Leipzig sólo habló Borna Sosa, que no disputó ningún minuto pero se quedó charlando con los medios con los medios croatas. El resto, salvo Modric por sus obligaciones como MVP, pasó por la zona mixta con la cabeza agachada, la mirada perdida y sin ganas de saludar a nadie. Sólo Budimir, delantero de Osasuna, tuvo una mirada cariñosa con la prensa española. Nada más.

Al micrófono, Modric reconoció que era "un día triste para nosotros y para la selección croata". En la sala de prensa, el centrocampista del Real Madrid recibió el cariño de la prensa italiana: "Sólo quiero aprovechar este momento para agradecerte todo lo que has hecho por el fútbol, no te retires nunca", le dijo un compañero transalpino. "Me gustaría jugar siempre pero llegará un momento en el que tenga que colgar las botas. Seguiré jugando, pero no sé por cuánto tiempo", contestó el croata.

Antes había pasado por el micro de Televisión Española: "Tengo que sentarme a hablar con mi familia y ver qué decisión tomo. Amo Croacia, amo jugar con mi selección, pero no sé, no puedo decir nada todavía", explicó sobre su final en el combinado nacional.

Croacia suma un subcampeonato y dos terceros puestos en los Mundiales, pero en las Eurocopas nunca ha tenido éxito. Es la selección que más victorias ha dejado escapar en el descuento de los partidos (4), según Misterchip. Le marcó Albania en el 95 para empatar a dos en la segunda jornada y le anotó Italia en el 98 para dejarla al borde del precipicio. "Este resultado duele mucho y volverá a doler en los próximos días y en los próximos meses", finalizó Dalic.

Italia resucita con un gol agónico en el minuto 98 para sentenciar a Croacia

Italia resucita con un gol agónico en el minuto 98 para sentenciar a Croacia

Luka Modric es una leyenda, el fútbol un juego extraordinario y el destino caprichoso e impredecible. El veterano centrocampista, quién sabe si en su último gran torneo con Croacia, falló un penalti pero marcó en la siguiente jugada para mantener vivo a su país en la Eurocopa hasta el minuto 98, cuando Zaccagni, héroe italiano, anotó el empate que dio el pase a los transalpinos y eliminó a los balcánicos. Fue un duelo agónico, de pura supervivencia. [Narración y estadísticas (1-1)]

Dalic decidió jugarse la vida con su centro del campo de siempre, ese que ha llevado a su país a una final y un tercer puesto en dos Mundiales consecutivos: Brozovic, Kovacic y Modric. La generación dorada merecía protagonizar su último baile de la mano. Y lo hicieron.

Después de un arranque prometedor en el que dominaron la posesión y tuvieron algunos acercamientos en las botas de Sucic y Kramaric, los italianos vieron que no tenían por qué tener miedo, que el empate les podía valer pero que su fútbol daba para más. Barella y Jorginho, capos del Inter y el Arsenal, asumieron su papel y domaron la pelota y a su rival.

Los balcánicos, agónicos y precipitados, tuvieron el balón por momentos, pero estuvieron nerviosos y sin ideas. El conjunto de Spalletti, sin embargo, dejó muy en lo alto el valor del papel que ha hecho España en este grupo. Los italianos son un gran equipo al que sólo le falta un gran nueve, lo que históricamente siempre ha tenido.

Dominar, pero no correr

Retegui, atacante del Genoa, tuvo las mejores ocasiones del primer tiempo. No llegó a un par de centros de Di Lorenzo y en el 20 dirigió un cabezazo que rozó el palo izquierdo de Livakovic, avisando a una grada croata que no dejaba de cantar. Un minuto más tarde, Brozovic apareció milagroso para desviar su volea. Sufría mucho Croacia. En el 26, Livakovic sacó ante Bastoni la ocasión más clara del choque. Un cabezazo a un metro al que el guardameta respondió con agilidad.

Croacia superó el arreón y, consciente de sus limitaciones, volvió a bajar las pulsaciones del duelo. Con ese centro del campo no puede correr, necesita dominar. Y si no domina, puede caer.

La entrada de los jóvenes Sucic y Pasalic no le dio a Dalic lo que quería. Deseó sangre, pero tuvo apatía. No aparecieron entre líneas y Kramaric no tenía el cuerpo suficiente para pelear con los centrales transalpinos. El choque empezaba a pedir a Budimir o Petkovic, gigantes croatas. Todo mientras Livakovic volvía a evitar el primero, esta vez desde los pies de Pellegrini.

El disparo de Zaccagni que valió el 1-1 en Leipzig.

El disparo de Zaccagni que valió el 1-1 en Leipzig.EFE

El descanso confirmó los presagios de Dalic, que dio entrada a Budimir en lugar de Pasalic. El del Osasuna se situó como referente para dar una opción en largo y Kramaric volvió a la banda izquierda, su lugar natural. Ahí creció el cuadro balcánico y ahí nació el 1-0, fruto de un golpe del destino que sólo puede ofrecer el fútbol.

Gigante en cada pelea

En el 51, Kramaric, dentro del área, disparó a puerta y la mano de Frattesi desvió el balón. No lo vio Makkelie, pero sí el VAR. Un penalti clarísimo que Modric, en su batalla contra su propio final, quiso lanzar, asumiento la responsabilidad de toda su generación. Quién iba a ser. El croata buscó el lado izquierdo de Donnarumma, pero éste adivinó su idea y rechazó el lanzamiento. Locura italiana para seguir mirando a octavos de final. Pero el fútbol es increíble, imprevisible, y Modric, que podría estar hundido por la situación, se redimió para anotar el primer tanto del duelo en la siguiente jugada. Sucic puso un centro templado, Budimir remató, Donnarumma lo detuvo y el rechace lo envió a gol el centrocampista del Madrid.

El fútbol dio la vuelta en un segundo. De repente, Italia se quejaba y temblaba con balón y Croacia cantaba que seguía viva. Modric, MVP, se hizo grande, gigante en cada pelea por el balón, Brozovic ocupó espacios como si fuera 2018 y el equipo mordió, elevado por una afición que convirtió Leipzig en Zagreb.

Con el paso de los minutos, Italia se recompuso y fue consciente de su situación. Creció otra vez con el balón y asedió la portería de Livakovic en un tramo final catatónico. En Croacia, ya sin estrellas, sólo quedaron secundarios con oxígeno achicando balones. Parecían aguantar, pero una arrancada de un imperial Calafiori asistió a Zaccagni para que el de la Lazio anotara un golazo por la escuadra. Italia vivió, Croacia murió y depende ahora de una carambola milagrosa.

El Dinamo de Zagreb, zona cero croata en la última batalla de 'Los hijos de la guerra': "Jugar aquí es sagrado"

El Dinamo de Zagreb, zona cero croata en la última batalla de ‘Los hijos de la guerra’: “Jugar aquí es sagrado”

Esta noche, en el Red Bull Arena de Leipzig, a las nueve y contra Italia, los últimos 'Hijos de la Guerra' resolverán su suerte en esta Eurocopa. Será su batalla final, insistiendo en la misma analogía bélica que les ha acompañado durante la última década. La última trinchera de un grupo histórico cuyo corazón, su zona cero, nace en Zagreb, en el Estadio Maksimir, propiedad del Dinamo, su club, la academia en la que se ha construido gran parte del éxito de una selección única.

«Ahí todos quieren ser el 'nuevo' Modric», explica a este periódico Alen Halilovic, una de las últimas grandes promesas salidas de la cantera del club. Por ella o el primer equipo del Dinamo de Zagreb pasaron Suker, Boban, Prosineki y nueve jugadores más de la plantilla que casi toca el cielo en el Mundial del 98, donde cayeron en semifinales contra Francia.

El récord del Dinamo

Por la cantera o el primer equipo del Dinamo de Zagreb pasaron Modric, Mandzukic, Lovren, Brozovic, Kovacic, Kramaric y siete futbolistas más del vestuario que, otra vez, casi toca el cielo en el Mundial de 2018, perdiendo la final, cosas del destino, también ante Francia. En ese partido, el Dinamo batió el récord de jugadores de un mismo club en la pelea por la Copa del Mundo: 14 en total.

Y de nuevo, por la cantera o el primer equipo del Dinamo de Zagreb han pasado Majer, Gvardiol, Baturina y otros jóvenes que ahora, en Alemania, forman la columna vertebral de una selección que no quiere dejar caer a la generación que les ha guiado hasta aquí. En esta Eurocopa vuelven a ser 14 futbolistas criados en el conjunto de la capital croata o que alguna vez han vestido su camiseta.

Un éxito que no parece tener fin. El juvenil es un fijo en la Youth League cada temporada y el primer equipo ha vuelto a ganar la Primera División de Croacia superando al Rijeka y el Hajduk Split, sus principales rivales. Siempre con la ayuda de los éxitos de la selección. La presencia de la selección en la final de 2018 le dio más de dos millones de euros al Dinamo, que ve recompensado así su esfuerzo local en competiciones internacionales.

«Se entrena muchísimo en esa cantera. Yo me acuerdo cuando tenía 11 o 12 años y ya era como un jugador profesional. Cada día dos entrenamientos. No te da mucho tiempo para ir a la escuela, te aprietan, pero cuando tienes 17 años ya estás preparado», explica Halilovic.

La 6º cantera de Europa

Según el último estudio del Observatorio CIES, el Dinamo de Zagreb es el 10º equipo del mundo y el 6º de Europa en la clasificación de clubes que han formado a más jugadores en activo en el mundo. Sólo le superan Ajax, Benfica, Sporting Lisboa, Dinamo Kiev y Barça en el viejo continente y Defensor de Uruguay, Nacional de Uruguay, River Plate y Boca Juniors en el resto del planeta.

Acumula 74 jugadores, por 86 del Ajax, el que más, 77 del Barça, 67 del Real Madrid, 58 del PSG, 47 del Manchester United y 45 del Manchester City, por poner otros ejemplos de clubes punteros que le superan en presupuesto, instalaciones y número total de jóvenes futbolistas en sus canteras. Da igual. El conjunto croata realiza campus de verano por todo el mundo, desde Australia a Canadá, a 175 dólares eldía. Es lo que tiene el éxito mundial.

El de Croacia es un vestuario rejuvenecido, que mira menos a la guerra y más al siglo XXI, con menos experiencia y, veremos, quizás menos fútbol. Eso explica la realidad de su selección, superado por España en la primera jornada, incapaz de ganar a Albania en su segundo encuentro y necesitada de un triunfo ahora para pasar a octavos. Por el fútbol y por el orgullo patrio. «Jugar en esta selección es sagrado», repite Luka Modric en la zona mixta de la Eurocopa. Él lo sabe mejor que nadie.

A sus 38 años, que serán 39 en septiembre, nadie se atreve a pronosticar el final de su carrera con su país. Que no le extrañe a nadie volver a leer las frases de este artículo en el Mundial de 2026.

Modric, que continuará una temporada más en el Real Madrid, es el último cimiento de esos 'Hijos de la Guerra'. El capitán croata que escapó de las bombas, como tantos otros de sus compañeros. Ahí está también Domagoj Vida, central de 35 años que entró en la lista pero no cuenta para Dalic; y Perisic, también de 35, apurando sus últimos minutos con su país mientras juega en Split. Ellos son los veteranos, con Brozovic, Kovacic y Budimir a medio camino entre la vieja y la nueva generación. La batalla, de todos.

Morata y la SGAE

Morata y la SGAE

Si los títulos de Selecciones dependieran de la calidad de las respectivas Ligas nacionales, esta Eurocopa la ganaría Inglaterra en una final contra Italia, de no cruzarse antes. Una de las varas de medir la importancia de esas Ligas nacionales reside en el número de jugadores internacionales que militan en equipos de los países en cuestión. Futbolistas de primer y primerísimo nivel que no necesitan salir de sus fronteras. Sus clubes, son lo sufi

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Cómo se persigna De la Fuente

Cómo se persigna De la Fuente

Actualizado Sábado, 15 junio 2024 - 20:48

Inmejorable inicio en una Eurocopa, con un triunfo florido con tres goles y con la sensación que deja como un "equipo escorpión", con los dos puñales por los lados y remates de casi de todos. Hasta de Carvajal.

¿Qué dejó Croacia? La estampa de un perdedor. Jugó al póker muy mal. Se veían sus estrategias. Arriesgaba cuando se le notaba que iba de farol y jamás pareció decisiva. Además, parecía nerviosa, histérica.

Imposible haber mejorado el formi

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España, un gol más, un complejo menos

España, un gol más, un complejo menos

Caído el imperio de la posesión, que fue la Roma del fútbol, a España le han pasado muchas cosas. Unas son las propias de la decadencia, de la pérdida de poder e influencia. Otras llegaron por obra y gracia de un puñado de cretinos que confundieron servir al fútbol español con servirse a sí mismos. La especie, lamentablemente, abunda. La reconstrucción sobre la ruina deportiva y moral es compleja, y más para Luis de la Fuente, que lleva un año es

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Halilovic: “Cuando te llaman el ‘nuevo Modric’ o el ‘nuevo Messi’ todo va bien hasta que no eres como ellos”

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 23:11

Podría ser la típica historia de un juguete roto, pero Alen Halilovic (Dubrovnik, 1996) rechaza darse por vencido. Ha pasado una década desde su fichaje por el Barcelona, cuando sólo tenía 17 años y parecía la futura estrella del fútbol europeo, y hoy verá el inicio de la Eurocopa desde casa, pero quiere volver. En la charla con EL MUNDO lo admite todo, sus errores, las dificultades del fútbol y su deseo de un título para Luka Modric.

Este año en el Fortuna Sittard de la Eredivisie ha conseguido 4 goles y 2 asistencias en 31 partidos, sus mejores números en las últimas temporadas.
Ha sido uno de mis mejores años. Con muchos minutos, sin lesiones, el equipo ha ido bien y no era fácil, pero al final todo salió bien, mejor de lo que esperaba. Me gustó la liga, el club... Estoy contento.
¿Necesitaba un año así?
Sí. El verano pasado tuve ofertas de Arabia Saudí y de Países Bajos. No sabía qué hacer, si irme a Arabia y luego volver a Europa o quedarme un año aquí y probar, y creo que hice bien con la decisión de quedarme.
¿Es complicado decirle "no" a Arabia?
Sí, fue complicado porque venía de no estar muy bien durante las últimas dos temporadas, no había jugado mucho, había tenido una lesión... Y con 26 años, que ya no eres tan tan joven, dices "bueno, me voy por dinero". Creo que ahora en la liga saudí hay muy buenos jugadores y en los próximos años irá a más, pero yo el año pasado no me quería ir por dinero. Quería darme otra oportunidad aquí y ver qué pasaba. No era fácil, pero cogí este riesgo y estoy contento.
Mentalmente, ¿cómo han sido estos últimos años?
Desde el año pasado bien. En los últimos tres o cuatro años tenía mucha prisa en mi cabeza, pensaba todo el rato: "Tengo que demostrar". Me metía mucha presión y no era fácil. Y este año sólo he querido estar bien, tranquilo, ser positivo y disfrutar del fútbol sin lesiones.
Sobre la Eurocopa. ¿Qué tiene Croacia para sacar tanto talento de una población tan pequeña?
Es difícil de explicar. Tenemos algo más de 3 millones de habitantes pero mucha gente vive para esto. Desde pequeños todos quieren ser Modric y luego equipos como Dinamo Zagreb y Hajduk Split siempre tienen mucho talento. Se entrena mucho. Yo recuerdo cuando estaba en el Dinamo con 11 años y ya era como un jugador profesional. Cada día dos entrenamientos, no tenías mucho tiempo para ir al colegio, te aprietan... Y luego con 17 años ya lo sabes todo, sólo tienes que decidir qué es lo mejor para ti.
A los 17 fichó por el Barcelona. ¿Cómo llevó que siendo adolescente le vieran como a una estrella?
Está bien cuando te dicen que eres el nuevo Modric, nuevo Messi, la nueva estrella o blablabla... Si haces bien las cosas todo está bien, pero si no eres Modric o Messi la gente ya empieza a decir que tienes problemas, que te lo crees demasiado... No es fácil salir al campo y demostrar cuando la gente dice todas esas cosas. Yo siempre pensaba que estaba mejor que Xavi o Iniesta, pero no, no puedes pensar así. Eso con 20 años lo puede pensar Messi, pero nadie más. Necesitas a alguien que te ayude, confiar en el club que ha pagado ocho millones por ti y estar tranquilo. Pero cuando eres joven no escuchas a nadie, piensas que eres el mejor. Hay que disfrutar del momento y poner los ojos sólo en el fútbol porque si no estás bien de cabeza todo cambia.
Con 20 años y después de varias cesiones, el Barça le vendió al Hamburgo. ¿Cree que se equivocó usted o que fue falta de confianza del club?
Creo que las dos cosas. Ahora lo pienso y creo que el Barça tenía razón, porque aunque pensaban que no podía jugar muchos minutos en el primer equipo confiaban en otra cesión en LaLiga y a ver qué pasaba. Pero yo venía de jugar más de 30 partidos en Gijón, no quería salir cedido y dije: "O me quieres aquí o me voy". Tenía que haber escuchado al club. Tenía 20 años y tenía que haberme ido cedido otra vez, haber jugado 30 partidos y a ver... Pero yo quería que todo pasara muy rápido. Quería salir y ser Messi en un año. Y no podía ser.
¿Ha visto el Playoff del Sporting?
¡Sí! Mucha gente sabe que sigo siempre al club, estuve muy a gusto allí, tengo muchos amigos, jugué una buena temporada allí, hablo con algunos jugadores y quiero que estén en Primera lo antes posible.
Hamburgo, Las Palmas, Milan, Lieja, Heerenveen, Birmingham City, Reading, Rijeka, Fortuna... Ha cambiado mucho de equipo, ¿por qué?
No me salían las cosas. Estuve en Inglaterra, en Bélgica... No me sentí bien. Jugué mucho en la banda derecha y no me gustaba, yo soy un mediocentro o mediapunta. A veces era culpa mía, a veces culpa del club... Creo que he perdido varios años, pero ahora todavía tengo tiempo, tengo 27 años y me queda mucho. Estoy feliz porque he demostrado que puedo jugar a buen nivel.
Hoy en día, parece que con 27 ya se es viejo.
Mira Modric, con 27 fichó por el Madrid y dijeron que era el peor fichaje del club. Ahora es uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol. No digo que vaya a hacer eso, pero todo puede pasar.
¿Cómo de difícil es gestionar la carrera? Elegir destinos, clubes...
No es fácil decidir, porque cuando tienes 20 años te crees que lo sabes todo y en realidad no sabes nada. En esos momentos lo importante es tener a una persona, familiar o agente que te aconseje. Yo cuando tenía 20 años creía que debía salir del Barça y que en Hamburgo iba a ser el próximo Van der Vaart. Pero la verdad es que en esos años no era fácil para mí jugar en Alemania, había pocos jóvenes en el equipo. El Barça creía que para mí era mejor quedarme en España cedido pero yo no quería, quería ser top.
¿Ha habido algún momento en el que haya dicho "no puedo más"?
En algún momento seguro, porque ahora no es tan fácil ir todos los días a entrenar y si no juegas ya piensas que no eres bueno, pero al final cada futbolista ama al fútbol y disfruta. Por eso sigo.
¿Usted es mejor jugador ahora que con 20 años?
Sí. Con 20 años no me interesaba tanto el fútbol, estuve más disfrutando... Y ahora me encanta ver partidos y ver a los jugadores de mi posición, cuando era joven pensaba que yo era el mejor. Ahora sé que puedo aprender de ellos.
¿Qué objetivos tiene?
Quiero volver a un nivel top. Creo que este año lo he hecho bien pero pienso que puedo dar mucho más. Me quiero demostrar a mí y a mi gente que puedo y quiero subir un escalón. A los 20-21 años jugué buenos partidos en LaLiga y uno de mis sueños es volver. Creo que puedo demostrar mucho ahí y que mi estilo de juego se adapta bien, pero tengo contrato en Fortuna y a ver qué pasa, creo que ellos me quieren vender, así que me ayudan y yo les ayudo. Quiero volver a la selección y no es fácil hacerlo desde Países Bajos porque los mediocentros de Croacia juegan en los mejores equipos del mundo. Quiero ir a una liga mejor y competir con mejores jugadores.
¿El fútbol español es el que mejor se adapta a usted?
Sí. He pasado del Dinamo al Barcelona, he estado dos o tres temporadas en LaLiga... Creo que ahora no puedo fallar. Tengo 27 años y no quiero ir a países donde no conozco el clima o la gente. Ya fallé con 20 años al irme a Hamburgo, donde perdí dos años, pero ahora no puedo fallar.
Que se retirara Modric le abriría un hueco en la selección.
A mí y a muchos (risas), pero ningún joven es mejor que Luka. El mejor es él. Y si sigue así con 43 años debe seguir jugando.
¿Cómo ha sido su relación con Luka?
He hablado mucho con él. Cuando jugué con la selección él era el capitán y le conozco bien. En los últimos meses sólo hablamos para felicitarle por los títulos (risas). Pero es una persona increíble, ya no hablo del fútbol. Si le llamo ahora y le pregunto qué es lo mejor para mí sé que me va a dar un buen consejo. Para Croacia, una de las personas más importantes. En esta Eurocopa creo que la gente de todo el mundo estará feliz si él gana, como Messi con el Mundial de Argentina. Quiero que gane Luka.

Luka Modric sólo habla en croata: “Lamine hace cosas increíbles y tiene una gran carrera por delante, ya lo sabemos”

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 18:31

Luka Modric recibió la primera pregunta en español. Respondió en croata. En la segunda pregunta, el periodista, de nuevo español, pidió recibir la respuesta en castellano. "Es que me piden que responda sólo en croata", y se lo dijo, en ese idioma, al jefe de prensa de su selección. Tras una mirada mutua, dijo Modric: "Sólo en croata". Y así respondió toda la rueda de prensa, fueran las preguntas en el idioma que fueran, este viernes en la sala de prensa del Olímpico de Berlín.

Fuera una anécdota o fuera una reafirmación, un tanto absurda, del profundo sentimiento nacionalista de las expediciones deportivas croatas, el centrocampista del Madrid respondió, entre sonrisas, en su idioma. Está aquí, en Alemania, 18 años después de debutar en la selección, en el Mundial de 2006 (en realidad lo hizo en marzo de ese año, ahí jugó el primero de sus 175 partidos, y 25 goles, del hoy capitán). "En todo este tiempo he mejorado en todos los aspectos, pero prefieron que sean los demás los que hablen de mi", zanjó.

Modric elogió sinceramente a España. "Es una de las favoritas para el torneo. Antes la base era el Real Madrid y el Barcelona, pero ahora el seleccionador está dando oportunidades a jugadores de otros equipos y tienen mucho talento, muchas variantes", explicó, y no tuvo reparos en elogiar a la gran sensación de su rival este sábado. Lamine Yamal se convertirá en el jugador más joven de la historia en debutar en una Eurocopa.

"¡Me siento muy viejo al oír estas cosas!", bromeó primero. "Seas joven o viejo, lo que importa es lo que demuestras en el campo. Lamine Yamal ha hecho cosas increíbles y todos lo ven como un gran peligro de España. Tiene una gran carrera por delante, todos lo hemos visto", dijo sobre el jugador de la selección española.

Después fue el turno de Dalic, el seleccionador, que dijo no querer "venganza" tras la derrota en los penaltis de la final de la Nations League el pasado verano. "Venganza no, pero sí queremos ganarles". Aunque lo mejor de su turno fue cuando le preguntaron si le hubiera gustado que Dani Olmo, que pasó casi una década en Zagreb formándose, hubiera decidido jugar por Croacia. "Sí", respondió sin titubeos. Fueron muchos los intentos, por cierto, de la Federación croata porque eso fuera así, pero Olmo nunca tuvo dudas de que jugaría con España.

Ofrenda y 'Kroosmanía' ante la diosa Cibeles: "No nos cansamos de ganar"

Ofrenda y ‘Kroosmanía’ ante la diosa Cibeles: “No nos cansamos de ganar”

Actualizado Lunes, 3 junio 2024 - 02:22

Resulta por momentos casi una tradición. Algo prácticamente inherente a la alérgica primavera madrileña, que obliga también a los asistentes a la Plaza de Cibeles a buscarse la vida para soportar el calor. Bufandas al cuello, botella de agua bien fría y una inmaculada camiseta blanca son elementos imprescindibles para festejar la consecución de una nueva Champions. Es el nuevo ritual de una afición madridista que no paró de gritarle al cielo de Madrid los versos del himno de su equipo.

La Decimoquinta lograda el sábado en Wembley tenía este domingo la visita obligada a la diosa y haciendo caso a lo que dijo su capitán, Nacho Fernández, pocas semanas atrás, Madrid se volcó con sus héroes.

La celebración comenzó recién entrada la tarde, cuando a las cinco y media los jugadores se subían al autobús en el Bernabeú para dirigirse a la catedral de la Almudena. La patrona, ya acostumbrada a recibirles, les acogió deseosa de recibir un nuevo trofeo en forma de ofrenda "Tengo muchas ganas de vivir el recibimiento en el Bernabéu", decía Bellingham ante los medios oficiales del club horas antes de que se produjera el homenaje. Toda una premonición. Nada más terminar con las fotografías protocolarias, tocaba ir hacia la Puerta de Sol y visitar la sede de la Comunidad.

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Todo estaba medido al detalle y el himno de la Décima, tan cantado por Ancelotti, sonaba por todos los altavoces mientras la presidenta saludaba uno a uno a los jugadores al salir del autobús. Isabel Díaz Ayuso, que estuvo presente el sábado en la final de Wembley, no dudó en elogiar la identidad del club que lleva el nombre de la región que gobierna: "Ser del Madrid es genial. En cada partido hay una masa ingente de personas deseando que gane y otra deseando justo lo contrario". Grandes elogios a Florentino Pérez y al equipo acompañaron también su discurso.

La salida al famoso balcón dejó el primer gran momento de la tarde. Después de los cánticos de "¡Campeones, oé!" y "¡Somos los reyes de Europa!", alentados por Nacho y Carvajal, Kroos y Rüdiger pusieron la guinda. "¡Loco, ven aquí!", le decía el alemán al central, que era aclamado por toda la afición. Y él, como era de esperar, respondió con altura: "Estoy muy cansado. ¡Aquí está el loco!", gritó. No hacía falta nada más para contentar a los aficionados allí presentes.

Una simple frase, que ya quedará en la historia de las celebraciones, es suficiente para hacer sonreír a las miles de madridistas que esperan con ansia escucharte.

La siguiente parada estaba en el Ayuntamiento de Madrid y la música de Freddy Mercury ambientó la llegada y el recibimiento de Martínez Almeida.

"Alcalde, se lo vamos a perdonar", bromeaba Nacho en su discurso aludiendo al sentimiento atlético del regidor madrileño. Pese a la insistencia de los presentes, finalmente no hubo momento camiseta, aunque fiel a su estilo, Almeida quiso recordar unas palabras que le dijo a un, por momentos, nervioso directivo del Madrid durante la final: "Os conozco, os he sufrido muchas veces. Sé cómo acaba este partido. Vais a ganar la Copa de Europa y os recibiré en el Ayuntamiento". Los vecinos colchoneros seguro que se sentirán identificados.

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Por fin. Una vez había acabado el protocolo, los jugadores pasaron de un impoluto traje y corbata a las camisetas blancas, las bufandas y el autobús descapotable. Todo tiene sus momentos. Saltos, música continua y móviles en alto buscaban la foto perfecta para recibir a los campeones a la entrada de la Plaza de Cibeles.

Vinicius mostraba una figura de cartón gigante con la imagen de Kroos y Ancelotti sacó su clásico puro. "Icónica. Ahora bailamos", decía el técnico italiano a la televisión tras hacerse una fotografía con sus jugadores. No cabía nadie más en la calle Recoletos y al grito de "¡Campeones!", el Real Madrid desfilaba para volver a ver a la eterna diosa griega. Poco antes de la diez la noche, la Decimoquinta regresaba a casa. Valverde, Courtois, Belligham, todos la querían. Nacho fue el primero en tomar la palabra: "Este Madrid es increíble, no nos cansamos de ganar y vamos a disfrutar mucho el día de hoy [por ayer] porque es espectacular".

Después de que el autor del gol de la final, Dani Carvajal se arrancara con "¡Vinicius, Balón de Oro!", el brasileño se dirigió, también cantando, a otro de los protagonistas de la noche: "¡Toni Kroos, te quiero!". El alemán, que estaba eufórico, agradeció a la afición todo el cariño recibido durante esta década, legó su número 8 a Fede Valvede y pronunció una frase que ya quedará para el recuerdo: "Tengo una casa y es aquí". Sólo quedaba su entrenador, que lejos de cantar, quiso presentar a Arda Güler, quien se atrevió con unas palabras en castellano: "Hola madridistas. Somos una familia, muchas gracias por todo". "Hey, Jude", en honor a Bellingham, la estrella que ha deslumbrado al Bernabéu esta temporada, también sonó muy fuerte por las calles de Madrid. Ya anochecía cuando el capitán decoró el cuello de la Cibeles con los colores del equipo y, acompañado de Modric, alzó al cielo la Decimoquinta para desatar la locura. En el nuevo templo, totalmente abarrotado, tuvo lugar el fin de fiesta. Todos los jugadores fueron presentados uno a uno y el "¡Nacho, quédate!" fue coreado al unísono para cerrar una jornada inolvidable.