El Atlético gana el ‘miniderbi’ en el tedio del Coliseum
A veces cuesta remover el pasado. Es duro revisitar lugares donde viviste un hecho dramático y más cuando dijiste adiós definitivo a la liga del curso anterior. Vienes además sin Oblak, tu portero titular, y Giuliano, tu abrelatas particular. Y la lata sólo se abrió con un rebote, porque no hubo manera de hilvanar 10 pases seguidos. Fue en las postrimerías del partido en una jugada con mil rebotes y encima fue por fuego amigo. Duarte terminó con todo el trabajo azulón en un suspiro. Revancha consumada. [Narración y estadísticas, 0-1]
El partido empezó como un tornado. El primer balón fue rebotando entre mil piernas y le cayó a Liso en el área de Musso, pero este no terminó por concretar. En la siguiente jugada fue el Atlético el que pisó terreno de Soria y forzó el primer córner del encuentro aunque, como en los 92 anteriores, no pudo sacar nada positivo. Por poco lo logran en el segundo tras una jugada ensayada de los rojiblancos. El balón lo remató sólo al segundo palo Nico, pero Soria respondió bien tanto en el primer testarazo como en el rechace posterior. La pizarra rojiblanca ya había dado señales de vida en el minuto 5 de partido.
Sobreintensos ambos conjuntos, muy del gusto de sus entrenadores, el partido fue un ida y vuelta con poco toque y mucho acercamiento. Barrios y Milla pusieron la pausa y Djené, que Bordalás lo colocó de mediocentro defensivo, la pierna fuerte. En el interior derecho se quedó la gente con las ganas de ver a Llorente. El isquio del madrileño aguantó 13 minutos en el campo y salió Griezmann en su lugar. Es noticia una lesión del polivalente jugador rojiblanco, quizás su presencia en el equipo de De la Fuente en este parón haya afectado.
A medida que corrió el cronómetro en el primer tiempo, el partido se fue afeando. Muchas interrupciones y poco fútbol. Habrán críticos de Bordalás que le achaquen al técnico este parón, pero tampoco el Atlético generó la fluidez suficiente para hacer daño a un conjunto azulón, que es el equipo que menos remata de Primera, pero de los que más efectividad acumula, aunque Mayoral errara el cabezazo del balón que le puso Iglesias. Las defensas se impusieron a los ataques incluido Nahuel Molina, cuya labor atrás le ha costado más de un disgusto al Atlético.
Pugna entre Nico y Rico en Getafe.EFE
No es Giuliano, pero Nico encaró con peligro en varias ocasiones a Rico en la izquierda. Un Griezmann algo más acertado, podría haber inaugurado el marcador antes del descanso, pero las dos que tuvo el francés las remató flojo y mal. Poca cosa que llevarse a la boca antes del descanso donde quizás cabría destacar los 700 partidos de Koke como rojiblanco, casi nada. One club man.
A la salida de los vestuarios, con la gente aún masticando el bocata, Griezmann casi provoca un atragantamiento a medio Coliseum con un cabezazo al palo de Soria, aunque la acción terminaría invalidada por fuera de juego. Fue un espejismo en un desierto. Tras una hora de partido, nada que echarse a la boca en este derbi madrileño, con el público azulón celebrando cada córner como si de un gol se tratara. Y casi le sirve uno al Getafe para inaugurar el marcador si Arambarri acierta a embocar el balón que le cayó en el área.
Gol milagroso
Quitó Simeone a Julián por Sorloth a ver si cazaba alguna por arriba y retrasó a Baena para intentar encontrar fluidez en un juego muy bronco. Pero quien apareció fue Raspadori, con un disparo monumental que echó Soria a córner y tras el saque de esquina un fuera de juego salvó a Griezmann del fallo a medio metro de la línea de gol.
Y cuando moría el partido, cuando el Getafe parecía haber desactivado al Atlético, un rebote en el área azulona fue introducido en su portería por Duarte. Quizás los rojiblancos lo habían merecido más, pero el gol no eliminó la sensación de aburrimiento de un duelo descafeinado.




























