Simeone es lo que es... y a veces no es suficiente

Simeone es lo que es… y a veces no es suficiente

Cualquier debate sobre Simeone nace viciado porque para los atléticos no es un entrenador sino un familiar y un héroe y para los madridistas, que aseguran que a ellos el Atleti les da igual pero plagan las redes y los medios de ataques al Cholo, no es un entrenador sino un pimpampum. Este segundo grupo refuerza la reacción siciliana del primero y a partir de ahí todo es elegir bando. La más leve crítica te hace anticholista y cualquier elogio, un devoto ciego.

Y no. O no debería porque limita el asunto a una ridícula pugna de máximos: hay que renovarle de por vida o despedirle hoy mismo. Dos bobadas de similar calibre. Simeone recogió un Atlético en derribo y con las piezas de un triciclo destrozado construyó un avión. Es uno de los trabajos más brillantes de un entrenador en este siglo y eso no se lo va a quitar nadie.

Tan cierto como que una primavera más, y van cuatro seguidas, apenas comienzan las alergias y el Atleti ya está a verlas venir, con un partidito a la semana para acabar tercero sin sudar y decir que ha cumplido objetivos (la baza de la Copa cambiaría el ánimo más que la evaluación). La justa indignación con el (supuesto) doble toque de Julián Álvarez llega hasta donde llega y ese lugar no debería ser la rueda de prensa del Cholo tras dar pena ante el Espanyol. Era día para la autocrítica y, como ha pasado demasiadas veces en los últimos años, no llegó.

El Atleti no se dejó la Liga en el 2-4 del Barça sino en los esperpentos en Getafe y Cornellà. Una escena, la dimisión fuera de casa cuando no se mide a colosos, que repite desde hace un lustro. No es casualidad. Si la sensación es mejor esta temporada que las pasadas es porque el Cholo ha vuelto a crear un equipo competitivo ante Madrid y Barça, ha ganado la arriesgada apuesta de Giuliano y ha captado para la causa a un fuera de serie como Julián. No es poco, pero no es suficiente.

Simeone es el entrenador que es, como Guardiola, como Ancelotti, como Flick, como todos. Ha evolucionado, claro, pero dentro de los parámetros del fútbol en el que cree (control, que ocurra lo menos posible, esperar el error...). Y cuando lo basas todo en resistir, tus futbolistas morirán por ti en el Bernabéu, pero se sentirán peces fuera del agua cuando no tengan molinos enfrente en Leganés o Vallecas. Ahí ni encontrarán un enemigo ante el que ser David ni sabrán ser Goliat. Serán la nada. Así lleva años el Atleti y le condena al limbo de la decepción. ¿Es capaz el Cholo de cambiarlo? A estas alturas, la duda es legítima y el tiempo para resolverla no puede ser eterno.

Un salvador llamado Mbappé

Un salvador llamado Mbappé

Un partido caótico del Madrid de Ancelotti, que cada día es más patético, se salvó por un salvador llamado Mbappé, que quitó la soga de la horca, porque hasta un empate sería decirle al Barça que esto ya lo dejo.

Como siempre en la carrera del italiano, los grandes jugadores le taparon sus catástrofes tácticas. Porque no tiene un sistema de juego, porque con Modric y Camavinga, no recuperan una balón y lo peor es que la defensa es de risa.

Los dos laterales madridistas son una desgracia. En el primer gol del Leganés, que parecía drogado, Fran García cometió un error posicional, que terminó en gol, con la ayuda de una cesión ridícula de Lucas Vázquez.

El segundo fue aún más ridículo. ¿Dónde estaba Lucas Vázquez? Pues jugándo de extremo, que es lo que es. Mal rebote de Asencio y una vez más al Madrid le rematan en el área pequeña.

Todas esa chapuzas colocaron al equipo boca arriba, ciego y sin poder levantarse. ¿Quien lo salvó? Pues, como siempre, Mbappé, el salvador, el tan esperado, el profeta. Su segundo gol fue un ejemplo de precisión de inteligencia artificial.

Al final, como siempre, el miedoso Ancelotti, mandó a todo el equipo a defender, como si fuera una alma en pena. Es el miedo de Ancelotti. Hasta lo pasó mal, muy mal, con la idea de su catenaccio.

El Leganés jugó como un equipo milagroso, dada la plantilla y su dificultad para salir del descenso. Hizo un partido que gastó sangre, sudor y lágrimas: un esfuerzo descomunal. Su patetismo es que, como muchos otros equipos, solo juegan como posesos ante el Madrid. Luego, con los que tiene que ganar, pierde. Yo le veo como firme candidato a Segunda. Jugar contra la anarquía del juego del Madrid, al que se le hacen ocasiones como si la defensa fueran niños de colegio, hasta puede resultar fácil.

Como ocurre en demasiadas ocasiones, se salvó con el toque de corneta de jugadores decisivos. Aunque Vinicius ya no existe y Brahim regatea demasiado.

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Kylian Mbappé agarró al Real Madrid a la Liga con un doblete de sábado noche ante un correoso Leganés, que dio la vuelta al 1-0 del francés, se puso por delante antes del descanso y terminó cediendo por un buen tanto de falta de la nueva estrella del Santiago Bernabéu.

Si el lector ha visto una cantidad respetable de partidos del Madrid a lo largo de los últimos años, lo que sucedió en Chamartín no debería sorprenderle demasiado. El conjunto blanco aterrizó en la Castellana después de un nuevo parón por los compromisos internacionales: un par de viajes, dos encuentros mas o menos importantes, algún día libre y de nuevo sobre el césped para seguir peleando la Liga. Una situación que se repite y que casi siempre tiene el mismo resultado, un Madrid somnoliento.

Y eso que Carlo Ancelotti innovó en la alineación. Dejó en el banquillo a los sudamericanos, lastrados por un viaje mucho más largo que los continentales, y apostó por los europeos. Vinicius, Rodrygo y Valverde se quedaron en la banda y Güler, Brahim y Modric se adueñaron del centro del campo junto a Camavinga, dejando a Bellingham y a Mbappé liberados en el ataque. Pudo ser una buena idea de inicio, pero fracasó.

Los blancos tardaron 23 minutos en tirar a puerta, un tímido lanzamiento de Brahim, se encontraron con un penalti a favor para poner el 1-0 y se lanzaron al principio antes del descanso, dejándose remontar por un Leganés con las ideas muy claras: sólido en defensa y vertical en el contragolpe. Los silbidos del descanso lo dijeron todo y explicaron la situación de un equipo que se olvidó por lo que estaba luchando.

El conjunto blanco dominó la posesión, pero no tuvo ritmo en el último tramo del campo. Una constante durante gran parte de esta temporada. Atacó a tirones, en jugadas en las que aprovechó la calidad superior de sus futbolistas, pero no creó fútbol sin balón, con movimientos dirigidos. Construyó su casa desde el tejado, sin cimientos. De momento el curso le acompaña, en plena batalla por los tres títulos más importantes, pero siempre da la sensación de vivir en el alambre.

Ante el Leganés se adelantó con un penalti transformado a lo Panenka por Mbappé tras un empujón de Óscar a Güler. Lo protestó el cuadro pepinero, pero González Fuertes lo tuvo claro. El gol adormiló todavía más a los de Ancelotti y los visitantes remontaron en diez minutos.

La remontada pepinera

El empate llegó en la siguiente jugada, al aprovechar Rosier un espacio a la espalda de Fran García. El lateral cedió atrás, Raba remató, Lucas no acertó a rechazar y el balón le quedó plácido a Diego García.

Siete minutos después, Brahim perdió una posesión en el medio del campo que provocó la contra del Leganés. Óscar aprovechó la ausencia de Lucas en el carril derecho blanco, perdido el gallego en la zona ofensiva, llegó a la línea de fondo y su pase de la muerte lo envió a gol Raba. El Madrid pidió mano de Óscar al llevarse la pelota ante Asensio, pero el colegiado no consideró la infracción.

La reacción madridista

El descanso apareció con sonidos de viento en Chamartín, que veía escaparse la Liga tras la victoria del Barça el jueves. Algo cambió en los vestuarios, sea por fútbol o por rabia, pero el Madrid apretó en los primeros instantes y encontró el premio por el ímpetu de Bellingham, tan elegante y técnico como generoso en cada esfuerzo.

El inglés se inventó un derechazo desde la frontal que Dmitrovic sacó abajo. El rechace lo recogió Brahim, que volvió a rematar ante el portero serbio. El balón salió disparado al larguero y Bellingham voló para lanzarse y empatar el encuentro.

El duelo se rompió por momentos. El Leganés siguió encontrando huecos a la contra con relativa facilidad y Diego García se plantó ante Lunin para igualar, pero su remate salió desviado ante la llegada defensiva de Bellingham. Los pepineros pidieron penalti por un toque del británico al delantero, pero ni el colegiado ni el VAR señalaron nada.

Ancelotti mascaba los cambios, con Vinicius y Rodrygo como chispas necesarias, cuando Brahim envió una pelota al palo. El partido era incontrolable y en el 75, la locura. Mbappé aprovechó una falta en la frontal para sorprender a Dmitrovic, desesperado porque su barrera se había abierto. Un doblete para igualar al Barça y agarrarse a la Liga.

Darko Brasanac: "Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura"

Darko Brasanac: “Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura”

Darko Brasanac (Cajetina, Serbia, 1992) creció en los noventa en un pueblo que rozaba la frontera entre Serbia y Bosnia. 30 años después, disfruta del fútbol en Leganés y hoy visita el Bernabéu tras una carrera que empezó en el Partizán y se asentó en LaLiga. En la memoria, su infancia feliz bajo las bombas de la guerra. Suena contradictorio, pero no lo es.

Lleva ya nueve años en España.
Sí, aquí han nacido mis dos hijos, en Sevilla y en Pamplona. Andaluz y navarro. Hablan mejor español que serbio, que es más difícil, y además entre el Covid-19 y mi lesión de rodilla en 2023 hubo varios veranos que no pudimos ir a Serbia. En la pronunciación yo no veo diferencia entre ellos y el resto de niños aquí.
Del Partizán dio el salto al Betis y después ha seguido en LaLiga, Alavés, Osasuna, Leganés... ¿Casualidad o siempre quiso jugar aquí?
Un poco casualidad, porque no es fácil pasar de Serbia a España, normalmente los jugadores serbios se van a Italia o a Bélgica... Y mira. No pensaba que fuera a durar tanto porque tampoco soy de los que piensa a largo plazo.
¿El futbolista que no es estrella piensa sólo en el corto plazo?
Y las estrellas también. Tienen mucha calidad, pero tienen que hacerlo lo mejor posible para no estar lesionados, porque ningún club te aguanta si te lesionas mucho. Mira Hazard, era increíble, parecía que iba a triunfar y luego no fue lo esperado. Imagínate a nosotros cómo nos puede cambiar la vida. A mí hace dos años, que tuve una lesión de cruzado y menisco, me cambió un poco la vida, la carrera. Estaba en Osasuna y en febrero de 2024 me fui a Segunda, al Leganés, tuve que arriesgar.
Estando tan adaptado a España, ¿con la lesión tuvo miedo de que su carrera y su vida pudieran cambiar?
Yo soy bastante fuerte mentalmente y eso me ha ayudado a pasar por muchas situaciones en muchos equipos, tanto en España como en Serbia. Pero con la lesión no tuve miedo, si tienes miedo no puedes jugar al fútbol. Nos puede pasar a todos, hay que estar tranquilo.
¿Cómo es la cultura deportiva en la cantera del Partizán? ¿Dura?
Era diferente. Nosotros creo que teníamos un respeto mucho más grande que el que tienen ahora los jóvenes. Creo que la cultura ha cambiado y que hemos cambiado nosotros. Ahora soy padre y soy diferente a mis padres, ¿sabes? Antes era sobrevivir, me dolía algo, pero aguanto, está lloviendo, pero juego. En mi pueblo, con 7 años, si había un metro de nieve te ponías unas bolsas y a entrenar. Y ahora aquí en Madrid llueve un poco y ya preguntamos si entrenamos o no. Ha cambiado todo bastante. En la cantera del Partizán teníamos mucha disciplina, los entrenadores gritaban muchísimo, nos ponían mucha presión con 13 años. Y no lo recuerdo como algo malo porque eran cosas que nos ayudaban a crecer. Ahora la exigencia no es tanta, se ha perdido esa presión y se nota.
¿Esa cultura también era así en su casa?
Hablo mucho con mi mujer que ella y yo no somos nuestros padres. Antes cuando tus padres te miraban te ponías firme. Mira, el otro día fue el aniversario de uno de los bombardeos sobre Belgrado y vimos una foto antigua de un puente derribado y al lado la gente bañándose en el río con camisetas con una diana, como diciendo "aquí estoy". Éramos así. Nosotros, con siete años, con las sirenas sonando y los bombardeos, seguíamos jugando. Creces con ello y lo recuerdo como un niño feliz. Era otra cultura, otros tiempos.
La guerra influye en la forma de ser y competir.
Sí, los balcánicos somos muy competitivos en todos los deportes. La guerra de la ex Yugoslavia, los bombardeos... Todo eso te hace madurar antes y ver que la vida no es fácil, que lo tienes que trabajar muy duro. Mi madre se iba a trabajar a una guardería y si pasaba algo, pasaba, pero nada nos iba a dejar encerrados en un sótano. Y con el fútbol igual, hay que jugar y seguir con la vida. Mira, tenemos a Jokic, a Djokovic... deportistas increíbles. Y no sé qué es, pero seguro que la guerra tiene algo que ver. Influye mucho.
Cajetina , su pueblo, está cerca de la frontera con Bosnia.
Sí. Escuchábamos y sentíamos los bombardeos a 500 metros de mi casa, ventanas rotas y tal, pero por suerte a nadie de mi familia le pasó nada. Yo era pequeño y no tenía conciencia de la seriedad de eso. Ahora siendo padre me puedo imaginar cómo se sentían los míos.
En una entrevista con este periódico, Ante Budimir, delantero croata del Osasuna y amigo suyo, decía que los futbolistas no hablan de la guerra.
No. 'Budi' y yo somos muy amigos, nuestras familias se juntan cuando podemos, nuestras mujeres hablan siempre... Somos amigos para toda la vida y nunca hemos hablado de la guerra. Y con los que he coincido en otros equipos o ciudades tampoco. No es un tema para nosotros, es pasado y hay que cerrar esa página. Al final los balcánicos somos más parecidos de lo que parece y la mayoría de deportistas se respetan mucho entre ellos. Modric, que es increíble, ¿cómo voy a decir algo malo de Luka? A Zeljko Obradovic le ovacionan en Zagreb cuando el Partizán juega allí. Antes decía Jokic, Djokovic, Doncic... Son personas que hablan con respeto y da igual si es croata, esloveno o serbio, son gente que tiene respeto.
Esta noche visita el Bernabéu con el Leganés. ¿Con la evolución física de los futbolistas hay menos diferencias entre las estrellas o el resto?
Mmmm... No sé qué decirte, porque estas estrellas son increíbles también. Física, mental y técnicamente. Lo que creo que ha cambiado es que antes las estrellas eran puro talento y ahora, desde la explosión de Messi y Cristiano, son talento y físico al mismo tiempo. Mbappé tiene talento, pero también es fuerte y rápido. Bellingham no pierde un balón, corre, es fuerte... Pedri lleva muchísimos partidos y no se ha lesionado. Antes de Messi y Cristiano las estrellas duraban menos, había un pico de dos años y ya está, ahora creo que Mbappé, Vinicius o Bellingham van a durar más de diez años. Mira LeBron James. Los currantes antes igualaban el fútbol porque tenían más físico, ahora creo que no.

El Valencia enciende ante el Leganés los propulsores para huir del descenso

Actualizado Domingo, 9 febrero 2025 - 18:23

El Valencia pone el turbo para huir del descenso con tres victorias consecutivas en Mestalla. Quiere vivir y da síntomas de haber redirigido su camino en LaLiga, de haberse acostumbrado a manejarse en el alambre y saber cuáles son las batallas que no debe perder para lograr el objetivo. No era su guerra la Copa del Rey y no pelearla, por doloroso que fuera, le permitió no distraerse en su esfuerzo por ser otro. Ante el Leganés fue un equipo tenaz que supo masticar el duelo sin cometer errores que le pasaran factura hasta que llegó el universo para premiar a Mosquera, incómodo en las últimas jornadas, y sobre todo a Diakhaby. Queda atrás el temor por su rodilla. Antes de que se cumplan 12 meses, juega y marca. [Narración y estadísticas]

Mestalla estaba preparada para empujar a sus jugadores como en cada final de las que disputada. No hizo falta. Esta vez, desde el césped tiraron de la grada. Es cierto que probó el Leganés con dos disparos lejanísimos, pero el Valencia se asentó con control y dominio. Corberán optó por arroparse con tres centrales para adelantar la línea con algo más de seguridad y con Rioja convertido en un carrilero amo de la banda derecha, un experimento que funcionó. Y muy bien.

Los madrileños no parecieron tan fieros y tuvieron que sobreponerse a la lesión de Barisic en el minuto 7 y a que Raba, en su plan de encontrarle las cosquillas a los centrales, fracasara. Sólo Rosier se atrevió con un disparo alto. Fue entonces cuando el Valencia apretó para ir encerrándolos en su área.

Emergió otra vez la figura de Javi Guerra como catalizador. Se ha despojado del miedo que lastró su plástica zancada y se atrevió con un tiro desde la frontal ajustado al palo de Dimitrovic. Junto con los centros de Rioja, fueron un dolor de cabeza para la defensa pepinera, que se vio asediada a saques de esquina. Hasta que recibió el primer gol. Un balón a tierra de Cuadra Fernández, que había interrumpido, lo rescató Diego López, se la dejó de cara a Almeida en el pico del área y el tiro del portugués, como si el área fuera un pinball, lo envió Mosquera con la pierna izquierda lejos del alcance del portero.

En media hora, el Valencia se había puesto con ventaja y el Leganés respondió con un disparo de Darko Brasanic que hizo trabajar a Mamardashvili. No parecía despertar del equipo de Borja Jiménez y al borde del final de la primera parte le llegó el segundo. Un centro chut de Rioja obligó a repelerlo a Dimitrovic y apareció Diakhaby para poner el segundo en el marcador y hacer estallar que Mestalla, a coro, gritara su nombre.

Al regreso del vestuario, Hugo Duro pudo haber sentenciado tras una asistencia de Almeida que se paseó por el área pequeña del Leganés, pero también Óscar tuvo un disparo que rozó el palo de Mamardashvili. El partido estaba inclinado, que no cerrado. Por eso Jiménez quiso agitarlo y Corberán buscó más pólvora con Sadiq. A punto estuvo de no hacerle falta si a Gayà no se le hubiera escapado centímetros por encima del larguero su vaselina desde el pico del área pequeña.

Como el Leganés no lograba reaccionar, los valencianistas buscaron más, con tanta personalidad como la que mostró Sadiq para robar en la línea de medios, conducir hacia la portería y dejarle a Diego López la pelota con tiempo para ajustarla al poste y obligar al guardameta del Leganés a estirarse.

Estaban cómodos hasta que, en el minuto 80, los madrileños se acordaron de que se metían el líos. Como saben que el Valencia puede temblar, trataron de buscarle las cosquillas. Primero fue con una falta lanzada por Óscar que salvó el portero georgiano encadenando una seguidilla de malos despejes que siempre acababan creando peligro, como el peligroso disparo de Neyou. Pero este Valencia parece que haber hecho terapia de supervivencia. El final del partido le recordó a Mestalla que su destino este año es sufrir.

La "mentalidad" de Gonzalo García, el héroe copero del Madrid: estudiante de Big Data, Pichichi de Primera RFEF y fan de Cristiano Ronaldo

La “mentalidad” de Gonzalo García, el héroe copero del Madrid: estudiante de Big Data, Pichichi de Primera RFEF y fan de Cristiano Ronaldo

Un cabezazo perfecto en el minuto 93 para dar el pase al Real Madrid a las semifinales de la Copa del Rey. Así fue el primer gol de Gonzalo García, de 20 años, con el primer equipo del conjunto blanco. Una definición de su forma de jugar: "Es un chaval con una grandísima mentalidad", cuentan en Valdebebas. Ahora es el héroe copero del madridismo.

Saltó al césped en el minuto 82 y apenas tocó balón hasta que conectó un testarazo que incidió en las comparaciones que más se repiten en la ciudad deportiva del Madrid: "Si se parece a alguien, es a Zamorano", responden en las categorías inferiores del cuadro de Chamartín.

"Estoy súper feliz, nervioso. No sé ni qué pensar. Es el sueño desde que estoy en la cantera", declaró el atacante después del partido, describiendo su conversación con Brahim, asistente en el gol. "Le dije a Brahim: 'Cuando llegues a línea de fondo, ponla'. La puso perfecta y el balón ha entrado solo".

Gonzalo tiene el gol entre ceja y ceja, como su ídolo, Cristiano. "Siempre ha sido mi ídolo, un referente. Y de ahora si me quedo con uno es con Mbappé. Me fijo en él y es una barbaridad".

De Arbeloa a Raúl

Moldeado por Álvaro Arbeloa en el Juvenil, donde marcó 35 goles hace dos temporadas para llevarse el premio de máximo anotador de División de Honor, ahora es el pupilo perfecto de Raúl González en el Castilla. La leyenda blanca le ha convertido en capitán y buque insignia del filial, siendo uno de los principales culpables de la resurrección del equipo y transformándose en el mejor futbolista de la categoría.

El Castilla empezó la temporada en la parte baja de la tabla y parecía un curso para pelear por la permanencia, pero los goles de Gonzalo han servido para darle la vuelta a la situación y ahora los de Raúl están a solo tres puntos de los puestos de playoff. El delantero ha marcado 19 goles, el que más en Primera RFEF, siete más que el segundo (Eyong, del Villarreal B) y diez más que el tercero (Eslava, del Mérida). Es decir, no hay nadie como él.

Entre sus logros, dos póker anotadores: cuatro goles al Mérida en noviembre y otros cuatro al Algeciras la semana pasada. Números que han resultado en la llamada de Ancelotti para la Copa y en los diez minutos que le ha dado el italiano cuando el partido más apretaba.

"Gonzalo está en una racha muy buena en el Castilla y esto demuestra que la cantera suma. Los que trabajan abajo están haciendo un buen trabajo, llegan preparados. Les falta experiencia, pero lo están haciendo bien", explicó Ancelotti en rueda de prensa.

El italiano elogió a los jóvenes, centrándose especialmente en Gonzalo y en Jacobo Ramón, que sufrió un poco más: "Estaba nervioso, ha pagado su primer partido. Pero es mejor de lo que ha demostrado hoy", manifestó.

Estudia Big Data

Gonzalo, sin embargo, encontró el gol salvador. El delantero madrileño, que estudia un doble grado en ADE y Business Analytics especializado en Big Data, debutó con Ancelotti en Cádiz, en noviembre de 2023. Poco a poco ha ido recibiendo llamadas para el primer equipo. No estuvo en Cartagena contra el Deportivo Minera ni tampoco en Arabia Saudí para la Supercopa, pero sí en Liverpool o en la Intercontinental de Doha.

La situación de la delantera, con Mbappé como indiscutible y Endrick como primer refuerzo, le deja con pocas opciones para el futuro, pero el objetivo del chico es liderar al Castilla y seguir acompañando a los mayores cuando pueda. En el verano las alternativas son infinitas. Varios clubes preguntaron por él en invierno, negándose el Madrid a su salida, y en verano es de esperar que salga del club, a modo de cesión o de traspaso con opción de recompra o con un % de su propiedad para el conjunto blanco. Quieren que se desarrolle sin perderle la pista.

Gonzalo muestra una prueba de vida de la cantera con el gol que lleva al Madrid a las semifinales

Gonzalo muestra una prueba de vida de la cantera con el gol que lleva al Madrid a las semifinales

La solución cantera salva al Madrid. Tomen nota. Ancelotti lo hace, remiso durante largo tiempo a echar mano del vivero del Valdebebas. En Butarque lo hizo por obligación y por desesperación. Dos centrales primero, porque no hay otros, salvo Vallejo, un oyente en el banquillo. Un delantero en el desenlace, porque el partido se iba y se iba. Es Gonzalo García, el '9' de Raúl, potente y directo. El gol es suyo, un gol agonístico que lleva al Madrid a las semifinales de Copa tras la honesta lucha del Leganés ante su gente. [Narración y estadísticas, 2-3]

Gonzalo remató a fuego un centro de Brahim en el tiempo añadido, un testarazo de 'killer' puro en el coto privado del portero, por el centro, aunque el Madrid demostró, un partido más, que es de izquierdas. Al menos con la pelota. A todas sus estrellas les sienta mejor. También a Rodrygo, que sin Vinicius en el once cambia su lugar habitual por su lugar natural, lo que le permite unas diagonales hacia adentro mucho más efectivas.

Endrick, antes que Gonzalo

Se trata de un futbolista con recursos suficientes para buscarse espacios, en los costados o entre las líneas, pero la izquierda encaja mejor con sus características. Desde ese lugar se orientó hacia portería y lanzó para la llegada de Modric, el centrocampista inesperado en el área. Desde el mismo lugar inició la acción que llevó el balón a un área convertida en un paso de cebra en hora punta donde siempre cruza primero el más listo. Es Endrick, vivo, intuitivo, pero no todo lo preciso que requiere el puesto. El larguero le privó de ser Gonzalo. La decisión de Ancelotti, al sustituir uno por otro, fue clave.

Dos goles en menos de media hora que parecían suficientes. Dos goles que jamás lo son, porque uno en contra hace el partido largo, largo... Dos lo igualaron. De hecho, era el objetivo de Borja Jiménez desde el principio, como de cualquier modesto que se enfrenta a un grande. Al Getafe, fuera del partido demasiado rápido, le faltó su pierna dura en el Metropolitano. El Leganés jugaba en Butarque, con propósitos muy distintos y frente a un Madrid desfigurado.

Ancelotti hizo rotaciones por obligación y por convencimiento ante lo que viene, el Atlético y el City, en un Madrid con dos centrales de la cantera, Asencio y Jacobo Ramón, y sin la 'Santísima Trinidad' del ataque, Bellingham, Mbappé y Vini. El brasileño entró tras el descanso, con disparo y un ritmo frenético. Un once inicial con nivel, claro, pero también con incógnitas en una competición, todavía a partido único, que penaliza un estornudo.

Borja cambió su dibujo habitual en el Lega para jugar con un 4-1-4-1, con la intención de cerrar los espacios entre líneas y apretar la salida de balón del Madrid. Tchouaméni estaba esta vez como pivote, en el centro del campo, por lo que los objetivos de la presión eran Jacobo y Asencio, además de Lunin. Jacobo, de 1,95, es un gigante de buen pie, aunque estuvo algo tibio en los balones divididos frente a Cruz o Neyou, hiperactivo el primero desde el principio. Quizás le pesó su primera titularidad. Es comprensible. El central no tuvo más remedio que cortar con la mano un disparo de Cruz en el área, que el delantero transformó para apretar el marcador y devolver a los locales al partido. Había partido.

La polivalencia de Brahim

De hecho, lo hubo desde el principio, con un Leganés que partió ambicioso y provocó dos buenas intervenciones de Lunin antes de que el Madrid asomara en ataque. Necesitaba el equipo de Ancelotti balón y criterio para tramitarlo, y lo pusieron Modric y Brahim. Del croata ya se ha dicho todo. Llegan más jóvenes a su zona, pero no llega ninguno como el croata, una pieza única. Brahim no llegó para lo mismo, pero se trata de un futbolista capaz de hacer muchas cosas en distintas partes del campo. Tiene desborde y velocidad, pero tiene, además, capacidad de enlazar líneas y organizar las transiciones. Fue de lo mejor del Madrid, junto con Rodrygo, y asistió a Gonzalo en el gol.

Creció, pues, el Madrid con la pelota, pero sin ella tiene asignaturas pendientes, agravadas por el sudoku en que se ha convertido su defensa debido a las lesiones. El gol con el que empató el Leganés fue una prueba, más allá del mérito en la asociación entre Cruz y Brasanac. El disparo del primero dio en Mendy y dejó a Lunin vendido. La remontada señalaba entonces a Vini, ya en el campo. Lo entendieron todos y empezaron a buscarlo. Lo probó el brasileño, incisivo, rápido, pero sin el gol para el que el destino eligió a un antidivo y ofreció una prueba de vida de la cantera.

Óscar Rodríguez: "Estoy en contra del móvil, te ata muchísimo... Y no le veo beneficio a las redes sociales"

Óscar Rodríguez: “Estoy en contra del móvil, te ata muchísimo… Y no le veo beneficio a las redes sociales”

Actualizado Martes, 4 febrero 2025 - 22:10

A Óscar Rodríguez (Los Navalmorales, Toledo, 1998) no le gustan las entrevistas. «No me van mucho. Hay gente a la que le gusta que la conozcan más y yo soy lo contrario. No me gusta hablar de mí», admite en la charla con EL MUNDO, sentado en el césped de la ciudad deportiva del Leganés. A un kilómetro, en Butarque, su equipo recibe esta noche al Madrid en la Copa. Y Óscar, canterano madridista durante una década, aprovecha para recordar algunas cosas de las vividas en Valdebebas, donde recibió a Kylian Mbappé a los 13 años, y para reflexionar sobre las redes, la familia y el dinero.

Mbappé jugó un partido con un equipo del Madrid en Valdebebas en 2012. Ahí había un Óscar...
Sí, era yo, aunque no era consciente de ello hasta que me enseñaron la foto hace poco. Creo que vino una semana a entrenar con nosotros, pero ya no me acuerdo de nada.
Esta temporada el Leganés ya ha ganado al Barça y el Atlético. ¿Son un poco 'matagigantes'?
A ver cómo llegan después de la derrota contra el Espanyol. Vienen de perder y vendrán como un tiro. Pero bueno, estamos con ganas. Hemos logrado buenos resultados contra los grandes y lo intentaremos.
Usted es de Los Navalmorales, un pueblo de Toledo. Cuando le fichó el Madrid a los 11 años, se hacía 150 kilómetros de ida y otros 150 de vuelta junto a su padre.
Sí, toda mi familia es de Los Navalmorales. Es un pueblo pequeño, muy humilde. Siempre estaba con el balón, desde los dos años. Tenía esa obsesión con el fútbol. Mi padre ha hecho muchos kilómetros para que yo lograra mi sueño. Nos llevaba a varios, hacía de taxista por Toledo y Talavera hasta Madrid.
Y ahora, tantos años después, ¿cómo maneja lo de ser futbolista?
Creo que soy sencillo y familiar. Tengo los mismos amigos de toda la vida, los que conozco y ya está. Soy cabezón cuando me sale un mal partido, me enfado y me tiro mi tiempo para que se me pase... Pero ahora con el niño ha cambiado la cosa.
¿Ser padre le ha cambiado?
Claro, al ser padre ya no puedes llegar a casa y estar cabreado. El niño te lo cambia todo. No me gusta salir de aquí y seguir hablando de fútbol, no quiero estar todo el rato mamando eso. Quiero salir de aquí y despejar la mente.
¿El futbolista es desconfiado con el que no es de su círculo de amigos?
Sí, están estos que se te acercan... Pero los futbolistas no somos tontos. Sabes quién se acerca por interés y quién de verdad te quiere.
¿El dinero ha cambiado su forma de ser?
No, es que tampoco tengo caprichos. Tengo coches, como todos, pero no me llama la atención... Lo más caro es el coche, y no soy mucho de coches. Ni de comprar mucha ropa. Ahora los gastos ya son para el niño.
Ni gastos en usted, ni coches muy caros, ni caprichos... ¿Le dicen algo en el vestuario?
No, no... Saben que soy así, sencillo. Hoy en día la moda es aparentar, pero no me gusta, más que nada porque no lo he visto en mi familia.
Hábleme de ella.
Siempre me han apoyado, me lo han puesto muy fácil y ahora estamos siempre juntos, especialmente los hombres, mi padre, mis hermanos y yo. Nos vemos a diario.
¿Su padre le aconseja en decisiones futbolísticas?
Sí, es el que lleva la batuta. El que tiene la última palabra. Y también mi hermano. Pero siempre ha sido muy natural y nunca he tenido esa presión que sí que he visto en otros compañeros, que después de un partido decían «joder, la que me va a caer ahora...». Mi padre en la vida me ha dicho nada.
Salió del Madrid con 20 años, cedido al Leganés, luego ficha por el Sevilla y ahora, después de pasar por varios equipos, ha vuelto a Butarque. ¿Qué ha aprendido?
Salí del Madrid a Primera División, que era mi sueño, y lo cogí con muchas ganas. Ahora creo que tengo más madurez, he aprendido mucho más y todavía tengo ilusión.
¿Recibir alguna bofetada ayuda?
Sí, te das cuenta de la realidad. De que hay momentos mejores y peores, que así es el fútbol, que un día estás arriba y a veces abajo. Pero también te lleva a aprender y a madurar. La parte de Sevilla ha sido la más complicada. No me arrepiento, porque lo decidí yo junto a mi padre, aprendí mucho y me trataron muy bien. No tuve los minutos que quería, pero eso nunca se sabe, no me arrepiento.
Hablemos de música. Creo que adora el flamenco. ¿Canta?
No, no... Me gusta, pero no canto. Es lo que escucho, ni trap, ni reggaeton ni nada de eso.
No usa mucho las redes sociales.
No, cero. Las tengo ahí y antes las usaba más... Pero no le veo beneficio. Tampoco soy mucho de móvil, ni siquiera del WhatsApp. Prefiero quedar en persona. Muchas veces me ven y me dicen «te he llamado y no lo has cogido». Es que no me gusta estar con el móvil. Si estoy haciendo un plan o lo que sea, siento que el móvil te ata muchísimo.
Pues ahora los niños no se despegan del móvil.
Ahora con los dibujos no queda otra. Le pones los dibujos y se relaja un poco. Pero estoy en contra, si por mí fuera... En ese sentido soy como mi padre, que no tiene ni WhatsApp, va con un móvil de estos antiguos.
Guerra civil en San Mamés: una minoría radical divide a la grada y echa un pulso al Athletic

Guerra civil en San Mamés: una minoría radical divide a la grada y echa un pulso al Athletic

Apenas siete meses después de que un millón largo de seguidores del Athletic Club abarrotaran las dos márgenes de la Ría para celebrar el título de la Copa del Rey, el virus de la división comenzó a florecer en La Catedral. El grupo más duro de la Herri Harmaila (grada popular, en euskera) lanzó el primer aviso a la directiva de Jon Uriarte el 28 de noviembre y durante 30 minutos del partido contra el Elfsborg sueco dejó de animar. Desde entonces, el chantaje ha ido a más. El millar de seguidores de este colectivo han decidido no volver a animar hasta que la directiva no se comprometa a evitar que la Policía vasca haga su trabajo. El pulso amenaza con enfrentar a la afición cuando Unai Simón e Iñaki Williams levantan la voz para recuperar una «unidad» rota.

Fue el portero internacional -el mejor jugador rojiblanco en el empate de este domingo con el Leganés (0-0)- quien dijo las cosas claras. «Estamos en una buena situación en La Liga y en Europa, que todos hubiéramos deseado al inicio de temporada. Y esta situación que estamos viviendo con la afición es una mierda», denunció tras el agrio empate en San Mamés. La «situación», además, tiene pocos visos de mejora y, como ratificó minutos después Iñaki Williams también en sala de prensa, preocupa mucho en los vestuarios y el palacio de Ibaigane.

El último incidente extiende el chantaje que el grupo Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) mantiene con la directiva hacia el resto de los 45.000 aficionados rojiblancos, incluso los que se sientan junto a ellos. Simón incidió en otra clave ante los medios: «Es triste que se escuche ese runrún, que a gente que quiere animar no se le deje», constató. Una valiente denuncia del guardameta que el Athletic Club secundó 24 horas después al calificar de «absolutamente inaceptables las presiones» que sufrieron quienes intentaban animar.

Las entradas

La directiva ha publicado que facilita 44 entradas y material destinado a la animación (megáfonos, bombos y banderas) para una grada integrada por unos 4.000 socios. Pero este domingo, y con el balón en juego, uno de los líderes de ICHH se encaró contra otro seguidor del grupo Piratak Athletic que, megáfono en mano, intentaba animar en San Mamés.

El megáfono permaneció mudo y los ICHH se apuntaron otra pírrica victoria en una batalla ya a cara descubierta que arrancó en vísperas del partido de Copa contra Osasuna. Los jóvenes radicales declararon la víspera del partido copero que dejaban de «coordinar y participar» en la animación de los partidos. Un día después, el Athletic fue eliminado por Osasuna (2-3) y la amarga derrota agravó la crisis interna.

Los radicales de ICHH argumentan que la directiva de Uriarte no actúa ante una presunta «represión» de la Ertzaintza en los accesos y en la grada de San Mamés. El presidente rojiblanco no ha cedido al chantaje de una minoría que, jornada tras jornada, aparece retratada en los informes que elabora la Liga de San Mamés.

Amenazas a Uriarte

El primero de esta temporada, contra el Getafe (1-1), retrató a este grupo. Según el informe de La Liga, en los minutos 41 y 72 los situados en sus localidades gritaron «¡Puta Barça, eh, eh!». Cuando concluía el encuentro, (minutos 75, 82 y 87), el insultado fue José Bordalás, técnico del equipo rival. El Athletic recibió la pasada temporada sanciones por un total de 49.000 euros por estos cánticos. Todos los gritos recogidos en los informes de La Liga han sido protagonizados por «un grupo de aficionados locales» que se sitúan debajo de las pancartas «Iñigo Cabacas» y «Herri Harmaila». Cabacas fue el aficionado del Athletic que murió el 9 de abril de 2012 tras recibir un pelotazo de goma de la Ertzaintza tras un partido europeo del Athletic.

Además, un miembro de este grupo radical amenazó a Uriarte el pasado 4 de diciembre. Los de Ernesto Valverde habían logrado una vibrante victoria (2-1) frente al Real Madrid cuando un miembro de ICHH se encaró reiteradamente con el presidente advirtiéndole de las «consecuencias de meterse» con ellos. Uriarte denunció ante la Ertzaintza las amenazas e hizo pública su decisión.

Fin a la historia, polémica y disculpas tras la hazaña del Leganés: "A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras"

Fin a la historia, polémica y disculpas tras la hazaña del Leganés: “A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras”

Duele mucho ver que todo el trabajo que has hecho contra un club grande se puede venir al traste en una acción en el último minuto de partido. Duele más si consideras que esa acción, un penalti en contra, la ha estado reclamando tu rival desesperadamente cuando tú consideras que estaba al límite del reglamento.

Primero fueron los gestos al banquillo de Diego Simeone de Borja Jiménez de que hablan mucho y después, tras las pertinentes réplicas rojiblancas y el posterior fallo de Griezmann desde los once metros, vino el de las lágrimas y unas palabras que captaron las cámaras de la retransmisión: "A llorar, ahora vas a la sala de prensa y lloras".

Tras el feo incidente y la victoria del Leganés sobre el Atlético para cortar su racha de 15 victorias seguidas, la mejor en la historia del club, fue Borja Jiménez el que fue a rueda de prensa no a llorar sino a disculparse por lo ocurrido en el banquillo. Lo hizo antes de responder a ninguna pregunta tras el paso del Cholo por la misma silla en la que él estaba sentado.

"Antes de todo quería pedir disculpas porque me han cogido haciendo un gesto, que en el fragor de la batalla y durante el penalti, entre los banquillos siempre nos decimos muchas cosas sin ninguna mala intención, pero quería disculparme porque hice un gesto que no me representa", apuntó Jiménez de los incidentes en la banda.

Reveló el propio entrenador del Leganés que no tuvo la oportunidad de hablar con Simeone ni antes ni después del partido por lo rápido que entró y salió el argentino del terreno de juego, pero que sí pudo debatir con algunos miembros del vestuario rojibllanco pero no de la polémica.

No obstante, seguro que si Simeone tiene motivos para llorar no son arbitrales sino por la inesperada derrota de su equipo. Era sólo la segunda en liga, sí, pero cortaba una racha de 15 victorias seguidas. "Hemos recorrido 15 partidos maravillosos, récord en la historia del club, fue un camino muy bonito que nos benefició en Liga, Copa y Champions", apuntó el técnico argentino.

Habló también de dolor, el Cholo, pero es consciente de que esto es fútbol y la derrota es algo tan normal como la victoria, aunque no para él en los últimos tiempos. "Cuando uno se acostumbra a ganar luego es más difícil perder porque es muy lindo. Obviamente duele perder, pero es parte del camino y hay que aceptarlo", apuntó.

De hecho, sus números en el Atlético siguen siendo los de un entrenador más acostumbrado a festejar que a lamentar. Hablamos de 423 victorias en 710 partidos por solo 132 derrtotas y 156 empates. Sigue el Atlético líder de la liga por delante de Barça y Real Madrid pese al buen juego culé. "Pensar que el Barcelona perdió cinco partidos y es probablemnete el que mejor juega y quizás no había tenido que perder ninguno, bueno es fútbol", comentó.

Matagigantes

Uno de esas derrotas se la infligió también el Leganés, con un ejercicio de resistencia como el de este sábado en Butarque. Dmitrovich se tuvo que esmerar en ambos duelos e hizo de su portería un muro. Si el portero serbio recibió 15 disparos sobre su portería ante los culés, los rojibancos hicieron 19. La posesión en cambio fue en un 80% para los culés frente al 67% de los colchoneros en los duelos con los pepineros.

"El nivel de exigencia debe ser ganar siempre. Pasó también como cuando ganamos al Barça y después perdimos con el Villarreal. Si ganáramos siempre estaríamos arriba y no es nuestra realidad, pero todos los encuentros valen puntos. Tenemos que disfrutar. Esta semana hemos ganado a dos equipazos como Atlético y Almería", comentó Jiménez.