Un gol de García Pascual atenúa la grave crisis del Sevilla y le deja cerca de la permanencia

Un gol de García Pascual atenúa la grave crisis del Sevilla y le deja cerca de la permanencia

Actualizado Martes, 13 mayo 2025 - 23:35

En el descanso se habían revitalizado en la grada los gritos contra el presidente y el director deportivo. Al regreso de Vigo, donde el Sevilla perdió 3-2 ante el Celta, los jugadores durmieron en la ciudad deportiva debido a la amenaza de los ultras. La atmósfera en el Sánchez Pizjuán era de extraordinaria tensión después de que la amenaza de perder la categoría se hubiese hecho real. La llegada de Joaquín Caparrós no había frenado la caída: dos puntos de 12 posibles antes de la visita de la Unión Deportiva Las Palmas en la noche de este martes.

Los nervios dominaron a ambos conjuntos en la primera parte. Los canarios llegaban a Sevilla en una situación dramática, obligados a todo para no quedar casi sentenciados. Tras la derrota, si el Alavés vence al Valencia este miércoles, serán equipo de segunda división. El tanto salvador de los locales lo marcó de cabeza García Pascual en el minuto 58, tras un golpe franco lanzado por Suso que prolongó Agoumé de cabeza para que el goleador se elevase por encima de la defensa y enviase el balón a la red.

En el minuto 77 el árbitro anuló un gol a McBurnie por falta previa de Cardona sobre el guardameta Nyland, una decisión muy protestada por los jugadores de Las Palmas y su técnico, Diego Martínez.

Desenlace angustioso

El tramo final del encuentro se vivió con angustia entre los aficionados, que olvidaron por unos instantes la reprobación a la directiva por un fervoroso apoyo a su equipo. Los visitantes atacaban de manera desesperada. El Sevilla esperaba terminar de resolver el partido al contragolpe. Caparrós transitaba por la banda, con la lógica inquietud.

Fueron 12 minutos de prolongación. Sandro tuvo oportunidad de lograr la igualada con un lanzamiento de falta. Supo sufrir el Sevilla, que si el Villarreal gana al Leganés se asegurará continuar en primera después de una temporada muy convulsa que acabará dejando cicatrices. Tras la celebración, resurgieron los gritos de "¡Junior vete ya!", pidiendo la renuncia del presidente.

Lo que queda de campeonato: dos plazas de Champions, varias de Europa League y dos de descenso, aún por decidir

Lo que queda de campeonato: dos plazas de Champions, varias de Europa League y dos de descenso, aún por decidir

Hay aún muchas trincheras abiertas a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato. Casi resuelto el título, a falta de una victoria del Barcelona en los duelos que le restan, y definidas tres de las cuatro plazas para la próxima Liga de Campeones, después de que el Atlético de Madrid la certificase el sábado con su goleada a la Real Sociedad, están en juego los otros dos equipos, pues serán cinco españoles, que disputen el máximo torneo continental. También sigue abierta la pelea por acceder en la Liga Europa, donde hasta el decaído conjunto guipuzcoano, que es duodécimo, podría contar con opciones.

Salvo el Atlético de Madrid, que ya puede pensar en el Mundial de Clubes, todos los equipos de la Liga EA Sports se juegan algo en lo que resta de campeonato. A los rojiblancos les quedaría el plus de poder terminar subcampeones.

CHAMPIONS. Entre Athletic, Villarreal y Betis se disputarán las dos plazas de Champions. Los vizcaínos, aún convalecientes de la cruda eliminación ante el Manchester United en las semifinales de la Europa League, torneo cuya final se jugará en San Mamés, han llegado justos al tramo definitivo del curso. El triunfo ante el Alavés (1-0), gracias al autogol de Sánchez, les permite, no obstante, asentarse en la cuarta posición, con tres puntos sobre el Villarreal y seis sobre el Betis. El Athletic visita al Getafe el jueves y al Valencia el domingo. Cierra la temporada frente al Barcelona, en San Mamés.

El Villarreal puja fuerte después de su victoria en Montilivi. Recibe el miércoles al Leganés, visita al Barcelona el domingo y se despide como local el día 25 frente al Sevilla.

El Betis, eufórico tras clasificarse para la final de la Conference League, en la que se medirá con el Chelsea. sólo pudo empatar ante Osasuna (1-1). Viaja a Valllecas el jueves y al Metropolitano el domingo y cierran en el Villamarín frente al Valencia.

LIGA EUROPA. En principio, salvo que el Betis gane la Conference y la muy improbable hipótesis de que caiga hasta el noveno puesto, en cuyo caso habría nueve equipos españoles en Europa, serán un total de ocho. Aquí sí que la pugna está muy abierta. Además del descartado en la lucha por la Champions, tienen opciones Celta, Rayo, Mallorca, Valencia, Osasuna y Real Sociedad.

DESCENSO. La victoria del Leganés, que se impuso por 3-2 al Espanyol, le mantiene vivo en busca de la permanencia. Pocos se libran de problemas en la zona baja, donde la inquietud, si bien escasa para los madrileños, alcanza hasta el Getafe, que es decimotercero, con 39 puntos. El Leganés acabó apurado ante el Espanyol después de ir 3-0 por delante hasta el minuto 79, cuando Cabrera hizo el primer tanto de los catalanes, que volvieron a marcar gracias a Milla en el 98. Cissé (min. 33), Diomandé (min. 41) y Kumbulla (min. 63, en propia puerta) habían dado la holgada ventaja al equipo que entrena Borja Jiménez. Capaz de derrotar al Barcelona en Montjuïc y al Atlético de Madrid en Butarque, y de exigir al Real Madrid tanto en Liga como en Copa, el Leganés sufre por sus dificultades para litigar con rivales de su clase. Ayer respondió en una cita crucial para mantenerse vivo, beneficiado, además, por la derrota del Alavés. Todo indica que entre Alavés, Leganés y Las Palmas saldrán los dos equipos que acompañen al Valladolid a segunda. Pero Sevilla, Girona, Espanyol e incluso Getafe no pueden descuidarse.

Míchel: "Mi objetivo número uno es recuperar a los jugadores, que se sientan bien anímicamente"

Míchel: “Mi objetivo número uno es recuperar a los jugadores, que se sientan bien anímicamente”

Actualizado Viernes, 25 abril 2025 - 17:32

El Girona lleva una temporada complicada. Tras 33 jornadas en Liga, sin contar los empates, suma sólo nueve victorias. Un bagaje que le sitúa decimosexto en la tabla y que hace que el ambiente en el vestuario no sea precisamente esperanzador. Sin embargo, pese a esta delicada situación, su entrenador, Míchel, intenta verlo de una forma optimista. Así, tras el último traspiés -el empate cedido ante el Leganés, desperdiciando una superioridad numérica durante más de una hora- el técnico madrileño lo enfoca pensando que no fueron dos puntos perdidos, "sino que estamos a uno más cerca de conseguir nuestro objetivo".

A los catalanes les quedan cinco jornadas por delante, donde se enfrentarán al Mallorca, Villarreal, Valladolid, Real Sociedad y Atlético. En Liga, por debajo solo figuran cuatro rivales, lo que supone que en caso de derrotas o empates el regreso a Segunda División quedaría muy cerca.

Sobre este posible descenso habló Míchel, comentando que él también estaba "frustrado" y pensó que "nos podíamos ir abajo". El encuentro contra el Leganés le costó la tranquilidad, dejando así ver gestos como el de reventar una botella contra el suelo. La noche tampoco le dio tregua: "Tengo los gemelos destrozados, parece que jugué yo el partido. Llegué a casa a las 11 y algo, me tumbé en el sofá, me quedé medio dormido y me desperté a las cuatro de la mañana. A partir de ahí ya no conseguí conciliar el sueño".

"Cariño, comprensión y diálogo"

La situación de su equipo es sorprendente, sobre todo a la luz de su trayectoria durante el curso pasado, cuando ocuparon la tercera plaza, sólo por detrás de Real Madrid y Barcelona. De los 38 partidos jugados, ganaron 25, perdiendo tan sólo siete. Estos buenos resultados fueron los que les permitieron colarse en la Champions por primera vez en su historia, competición de la que se marcharon rápido, cayendo en la primera fase. La presencia en el gran torneo continental provocó un indudable desgaste de energía, la necesaria para sobrevivir en Liga.

Este ambiente tan difícil que se vive en el vestuario es algo que el preparador vallecano busca gestionar. Quiere "recuperar" a sus jugadores, acompañarles "a través del cariño, de la comprensión y del diálogo". "Gestionar todo esto no es fácil y yo les tengo que dar las herramientas. Más que 4-4-2 o 3-5-2 mi cabeza está en cómo recuperar a los jugadores y que ellos se sientan bien anímicamente", concluyó.

El control de las expectativas

Estas palabras de Míchel llegaron con motivo de la presentación del proyecto Save Football, donde ejerce como embajador, y que tiene a Rubén Godoy como fundador. El objetivo de esta iniciativa es la de mejorar las situaciones de violencia y de odio que se viven en el fútbol base, buscando reeducar desde abajo, en las categorías previas al profesionalismo.

Otro de los puntos tratados fue el de las expectativas sobre jugadores, algo que Míchel también vinculó con su club. "Las expectativas de este año del Girona nos han hecho muchísimo daño. Las hemos intentado controlar, las que vienen de fuera, pero al final hacen daño. Hay que tener mucha empatía con el jugador, el staff... no es fácil", finalizó.

El Barça supera con suerte y apuros la encerrona de Butarque

El Barça supera con suerte y apuros la encerrona de Butarque

Actualizado Sábado, 12 abril 2025 - 23:07

Al Barça le tocó hacer un ejercicio de supervivencia extrema en Butarque. Ante un Leganés ordenado en defensa y capaz de ponerle el miedo en el cuerpo buscándole las costuras en ataque, acabó por llevarse un triunfo por la mínima, con gol en propia puerta de Jorge Sáenz, que le permite afianzarse un poco más en la cabeza de la clasificación. [Narración y estadísticas (0-1)]

Lo peor para los intereses barcelonistas, en este caso, fue la lesión muscular de un Alejandro Balde que sería perfectamente suplido por un Gerard Martín que ha ido de menos a más a lo largo de lo que llevamos de curso y que se ha ganado sobradamente y con creces que no haya runrún alguno ya entre los aficionados azulgrana cuando le toca estar sobre el terreno de juego.

El Leganés mantuvo perfectamente bajo control al Barça en el primer tiempo. A pesar de que el conjunto de Hansi Flick saltó al césped dispuesto a apretarle las tuercas a su rival, apenas encontró acciones peligrosas pese a sus múltiples llegadas. La más clara, un disparo de Koundé, envenenado tras tocar levemente en Sergio González, que Dmitrovic pudo enviar a córner en un alarde de reflejos.

Los locales, mientras, fueron capaces de combinar orden defensivo con oportunas acciones de ataque. En la primera de ellas, antes de que se cumplieran los primeros 15 minutos de juego, Szczesny también tuvo que emplearse a fondo para evitar que Altimira, tras una fulgurante llegada de Raba a la línea de fondo, enviara el balón al fondo de la red.

Poco a poco, el orden defensivo del Leganés fue ahogando las opciones de un Barça que veía como una y otra vez los locales prácticamente flotaban a Araujo para que construyera él el juego. Algo que, desde luego, no se cuenta entre sus muchas virtudes.

Los azulgrana, además, se llevaron el jarro de agua helada de ver cómo Balde debía dejar el terreno de juego antes de tiempo por lesión. Justo, cuando empiezan a acumularse las grandes citas Europeas y con la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid a sólo un par de semanas de distancia.

El conjunto de Borja Jiménez, además, cerraría el primer acto poniéndole el miedo en el cuerpo a su rival. Primero, con un disparo de Raba que se perdió por encima del larguero. Después, con una caía de Diomandé en el área en la que Hernández Maeso entendió que buscó engañarlo (así se lo hizo saber, de hecho, a continuación) y una acción colectiva sobre la bocina que obligó a Raphinha a fajarse también en tareas defensivas.

Flick, visto lo sucedido en los primeros 45 minutos, optó por recuperar para la causa a un Frenkie de Jong reservado de inicio. Pero no fue el holandés el factor decisivo de que los azulgrana rompieran al fin su gafe ante la portería pepinera. Una buena recuperación de Gerard Martín le permitió a Raphinha ponerle un centro envenenado a Lewandowski que Jorge Sáenz, en su intento por enviar el esférico a córner, acabó por introducirlo finalmente en su propia portería.

Polémica

Al 0-1 estuvo a punto de seguirle el 0-2 antes del primer cuarto de hora del segundo tiempo, tras una buena acción de Fermín en el área rival que el joven centrocampista envió fuera por poco. Los locales, poco después, pedirían penalti por un contacto en el codo de Íñigo Martínez y otro casi a continuación en el brazo de Gerard Martín que ni el colegiado ni el VAR consideraron punibles.

Los locales, lejos de bajar los brazos, lograron incluso enviar el balón al fondo de las mallas por medio de Raba, si bien su tanto sería invalidado finalmente por fuera de juego. Tendría otra buena opción Diego, a centro de Juan Cruz. Su remate, no obstante, no encontró el camino de la portería. El Barça, mientras, no acababa de encontrar tampoco la manera de dejar el duelo definitivamente visto para sentencia. Un hecho que le obligó a vivir una recta final del duelo en el alambre, pero que acabó sin que el marcador volviera finalmente a moverse, gracias también a un balón rebañado in extremis a Munir cuando el delantero corría en solitario más que dispuesto a materializar la tan manida ley del ex.

Simeone es lo que es... y a veces no es suficiente

Simeone es lo que es… y a veces no es suficiente

Cualquier debate sobre Simeone nace viciado porque para los atléticos no es un entrenador sino un familiar y un héroe y para los madridistas, que aseguran que a ellos el Atleti les da igual pero plagan las redes y los medios de ataques al Cholo, no es un entrenador sino un pimpampum. Este segundo grupo refuerza la reacción siciliana del primero y a partir de ahí todo es elegir bando. La más leve crítica te hace anticholista y cualquier elogio, un devoto ciego.

Y no. O no debería porque limita el asunto a una ridícula pugna de máximos: hay que renovarle de por vida o despedirle hoy mismo. Dos bobadas de similar calibre. Simeone recogió un Atlético en derribo y con las piezas de un triciclo destrozado construyó un avión. Es uno de los trabajos más brillantes de un entrenador en este siglo y eso no se lo va a quitar nadie.

Tan cierto como que una primavera más, y van cuatro seguidas, apenas comienzan las alergias y el Atleti ya está a verlas venir, con un partidito a la semana para acabar tercero sin sudar y decir que ha cumplido objetivos (la baza de la Copa cambiaría el ánimo más que la evaluación). La justa indignación con el (supuesto) doble toque de Julián Álvarez llega hasta donde llega y ese lugar no debería ser la rueda de prensa del Cholo tras dar pena ante el Espanyol. Era día para la autocrítica y, como ha pasado demasiadas veces en los últimos años, no llegó.

El Atleti no se dejó la Liga en el 2-4 del Barça sino en los esperpentos en Getafe y Cornellà. Una escena, la dimisión fuera de casa cuando no se mide a colosos, que repite desde hace un lustro. No es casualidad. Si la sensación es mejor esta temporada que las pasadas es porque el Cholo ha vuelto a crear un equipo competitivo ante Madrid y Barça, ha ganado la arriesgada apuesta de Giuliano y ha captado para la causa a un fuera de serie como Julián. No es poco, pero no es suficiente.

Simeone es el entrenador que es, como Guardiola, como Ancelotti, como Flick, como todos. Ha evolucionado, claro, pero dentro de los parámetros del fútbol en el que cree (control, que ocurra lo menos posible, esperar el error...). Y cuando lo basas todo en resistir, tus futbolistas morirán por ti en el Bernabéu, pero se sentirán peces fuera del agua cuando no tengan molinos enfrente en Leganés o Vallecas. Ahí ni encontrarán un enemigo ante el que ser David ni sabrán ser Goliat. Serán la nada. Así lleva años el Atleti y le condena al limbo de la decepción. ¿Es capaz el Cholo de cambiarlo? A estas alturas, la duda es legítima y el tiempo para resolverla no puede ser eterno.

Un salvador llamado Mbappé

Un salvador llamado Mbappé

Un partido caótico del Madrid de Ancelotti, que cada día es más patético, se salvó por un salvador llamado Mbappé, que quitó la soga de la horca, porque hasta un empate sería decirle al Barça que esto ya lo dejo.

Como siempre en la carrera del italiano, los grandes jugadores le taparon sus catástrofes tácticas. Porque no tiene un sistema de juego, porque con Modric y Camavinga, no recuperan una balón y lo peor es que la defensa es de risa.

Los dos laterales madridistas son una desgracia. En el primer gol del Leganés, que parecía drogado, Fran García cometió un error posicional, que terminó en gol, con la ayuda de una cesión ridícula de Lucas Vázquez.

El segundo fue aún más ridículo. ¿Dónde estaba Lucas Vázquez? Pues jugándo de extremo, que es lo que es. Mal rebote de Asencio y una vez más al Madrid le rematan en el área pequeña.

Todas esa chapuzas colocaron al equipo boca arriba, ciego y sin poder levantarse. ¿Quien lo salvó? Pues, como siempre, Mbappé, el salvador, el tan esperado, el profeta. Su segundo gol fue un ejemplo de precisión de inteligencia artificial.

Al final, como siempre, el miedoso Ancelotti, mandó a todo el equipo a defender, como si fuera una alma en pena. Es el miedo de Ancelotti. Hasta lo pasó mal, muy mal, con la idea de su catenaccio.

El Leganés jugó como un equipo milagroso, dada la plantilla y su dificultad para salir del descenso. Hizo un partido que gastó sangre, sudor y lágrimas: un esfuerzo descomunal. Su patetismo es que, como muchos otros equipos, solo juegan como posesos ante el Madrid. Luego, con los que tiene que ganar, pierde. Yo le veo como firme candidato a Segunda. Jugar contra la anarquía del juego del Madrid, al que se le hacen ocasiones como si la defensa fueran niños de colegio, hasta puede resultar fácil.

Como ocurre en demasiadas ocasiones, se salvó con el toque de corneta de jugadores decisivos. Aunque Vinicius ya no existe y Brahim regatea demasiado.

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Kylian Mbappé agarró al Real Madrid a la Liga con un doblete de sábado noche ante un correoso Leganés, que dio la vuelta al 1-0 del francés, se puso por delante antes del descanso y terminó cediendo por un buen tanto de falta de la nueva estrella del Santiago Bernabéu.

Si el lector ha visto una cantidad respetable de partidos del Madrid a lo largo de los últimos años, lo que sucedió en Chamartín no debería sorprenderle demasiado. El conjunto blanco aterrizó en la Castellana después de un nuevo parón por los compromisos internacionales: un par de viajes, dos encuentros mas o menos importantes, algún día libre y de nuevo sobre el césped para seguir peleando la Liga. Una situación que se repite y que casi siempre tiene el mismo resultado, un Madrid somnoliento.

Y eso que Carlo Ancelotti innovó en la alineación. Dejó en el banquillo a los sudamericanos, lastrados por un viaje mucho más largo que los continentales, y apostó por los europeos. Vinicius, Rodrygo y Valverde se quedaron en la banda y Güler, Brahim y Modric se adueñaron del centro del campo junto a Camavinga, dejando a Bellingham y a Mbappé liberados en el ataque. Pudo ser una buena idea de inicio, pero fracasó.

Los blancos tardaron 23 minutos en tirar a puerta, un tímido lanzamiento de Brahim, se encontraron con un penalti a favor para poner el 1-0 y se lanzaron al principio antes del descanso, dejándose remontar por un Leganés con las ideas muy claras: sólido en defensa y vertical en el contragolpe. Los silbidos del descanso lo dijeron todo y explicaron la situación de un equipo que se olvidó por lo que estaba luchando.

El conjunto blanco dominó la posesión, pero no tuvo ritmo en el último tramo del campo. Una constante durante gran parte de esta temporada. Atacó a tirones, en jugadas en las que aprovechó la calidad superior de sus futbolistas, pero no creó fútbol sin balón, con movimientos dirigidos. Construyó su casa desde el tejado, sin cimientos. De momento el curso le acompaña, en plena batalla por los tres títulos más importantes, pero siempre da la sensación de vivir en el alambre.

Ante el Leganés se adelantó con un penalti transformado a lo Panenka por Mbappé tras un empujón de Óscar a Güler. Lo protestó el cuadro pepinero, pero González Fuertes lo tuvo claro. El gol adormiló todavía más a los de Ancelotti y los visitantes remontaron en diez minutos.

La remontada pepinera

El empate llegó en la siguiente jugada, al aprovechar Rosier un espacio a la espalda de Fran García. El lateral cedió atrás, Raba remató, Lucas no acertó a rechazar y el balón le quedó plácido a Diego García.

Siete minutos después, Brahim perdió una posesión en el medio del campo que provocó la contra del Leganés. Óscar aprovechó la ausencia de Lucas en el carril derecho blanco, perdido el gallego en la zona ofensiva, llegó a la línea de fondo y su pase de la muerte lo envió a gol Raba. El Madrid pidió mano de Óscar al llevarse la pelota ante Asensio, pero el colegiado no consideró la infracción.

La reacción madridista

El descanso apareció con sonidos de viento en Chamartín, que veía escaparse la Liga tras la victoria del Barça el jueves. Algo cambió en los vestuarios, sea por fútbol o por rabia, pero el Madrid apretó en los primeros instantes y encontró el premio por el ímpetu de Bellingham, tan elegante y técnico como generoso en cada esfuerzo.

El inglés se inventó un derechazo desde la frontal que Dmitrovic sacó abajo. El rechace lo recogió Brahim, que volvió a rematar ante el portero serbio. El balón salió disparado al larguero y Bellingham voló para lanzarse y empatar el encuentro.

El duelo se rompió por momentos. El Leganés siguió encontrando huecos a la contra con relativa facilidad y Diego García se plantó ante Lunin para igualar, pero su remate salió desviado ante la llegada defensiva de Bellingham. Los pepineros pidieron penalti por un toque del británico al delantero, pero ni el colegiado ni el VAR señalaron nada.

Ancelotti mascaba los cambios, con Vinicius y Rodrygo como chispas necesarias, cuando Brahim envió una pelota al palo. El partido era incontrolable y en el 75, la locura. Mbappé aprovechó una falta en la frontal para sorprender a Dmitrovic, desesperado porque su barrera se había abierto. Un doblete para igualar al Barça y agarrarse a la Liga.

Darko Brasanac: "Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura"

Darko Brasanac: “Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura”

Darko Brasanac (Cajetina, Serbia, 1992) creció en los noventa en un pueblo que rozaba la frontera entre Serbia y Bosnia. 30 años después, disfruta del fútbol en Leganés y hoy visita el Bernabéu tras una carrera que empezó en el Partizán y se asentó en LaLiga. En la memoria, su infancia feliz bajo las bombas de la guerra. Suena contradictorio, pero no lo es.

Lleva ya nueve años en España.
Sí, aquí han nacido mis dos hijos, en Sevilla y en Pamplona. Andaluz y navarro. Hablan mejor español que serbio, que es más difícil, y además entre el Covid-19 y mi lesión de rodilla en 2023 hubo varios veranos que no pudimos ir a Serbia. En la pronunciación yo no veo diferencia entre ellos y el resto de niños aquí.
Del Partizán dio el salto al Betis y después ha seguido en LaLiga, Alavés, Osasuna, Leganés... ¿Casualidad o siempre quiso jugar aquí?
Un poco casualidad, porque no es fácil pasar de Serbia a España, normalmente los jugadores serbios se van a Italia o a Bélgica... Y mira. No pensaba que fuera a durar tanto porque tampoco soy de los que piensa a largo plazo.
¿El futbolista que no es estrella piensa sólo en el corto plazo?
Y las estrellas también. Tienen mucha calidad, pero tienen que hacerlo lo mejor posible para no estar lesionados, porque ningún club te aguanta si te lesionas mucho. Mira Hazard, era increíble, parecía que iba a triunfar y luego no fue lo esperado. Imagínate a nosotros cómo nos puede cambiar la vida. A mí hace dos años, que tuve una lesión de cruzado y menisco, me cambió un poco la vida, la carrera. Estaba en Osasuna y en febrero de 2024 me fui a Segunda, al Leganés, tuve que arriesgar.
Estando tan adaptado a España, ¿con la lesión tuvo miedo de que su carrera y su vida pudieran cambiar?
Yo soy bastante fuerte mentalmente y eso me ha ayudado a pasar por muchas situaciones en muchos equipos, tanto en España como en Serbia. Pero con la lesión no tuve miedo, si tienes miedo no puedes jugar al fútbol. Nos puede pasar a todos, hay que estar tranquilo.
¿Cómo es la cultura deportiva en la cantera del Partizán? ¿Dura?
Era diferente. Nosotros creo que teníamos un respeto mucho más grande que el que tienen ahora los jóvenes. Creo que la cultura ha cambiado y que hemos cambiado nosotros. Ahora soy padre y soy diferente a mis padres, ¿sabes? Antes era sobrevivir, me dolía algo, pero aguanto, está lloviendo, pero juego. En mi pueblo, con 7 años, si había un metro de nieve te ponías unas bolsas y a entrenar. Y ahora aquí en Madrid llueve un poco y ya preguntamos si entrenamos o no. Ha cambiado todo bastante. En la cantera del Partizán teníamos mucha disciplina, los entrenadores gritaban muchísimo, nos ponían mucha presión con 13 años. Y no lo recuerdo como algo malo porque eran cosas que nos ayudaban a crecer. Ahora la exigencia no es tanta, se ha perdido esa presión y se nota.
¿Esa cultura también era así en su casa?
Hablo mucho con mi mujer que ella y yo no somos nuestros padres. Antes cuando tus padres te miraban te ponías firme. Mira, el otro día fue el aniversario de uno de los bombardeos sobre Belgrado y vimos una foto antigua de un puente derribado y al lado la gente bañándose en el río con camisetas con una diana, como diciendo "aquí estoy". Éramos así. Nosotros, con siete años, con las sirenas sonando y los bombardeos, seguíamos jugando. Creces con ello y lo recuerdo como un niño feliz. Era otra cultura, otros tiempos.
La guerra influye en la forma de ser y competir.
Sí, los balcánicos somos muy competitivos en todos los deportes. La guerra de la ex Yugoslavia, los bombardeos... Todo eso te hace madurar antes y ver que la vida no es fácil, que lo tienes que trabajar muy duro. Mi madre se iba a trabajar a una guardería y si pasaba algo, pasaba, pero nada nos iba a dejar encerrados en un sótano. Y con el fútbol igual, hay que jugar y seguir con la vida. Mira, tenemos a Jokic, a Djokovic... deportistas increíbles. Y no sé qué es, pero seguro que la guerra tiene algo que ver. Influye mucho.
Cajetina , su pueblo, está cerca de la frontera con Bosnia.
Sí. Escuchábamos y sentíamos los bombardeos a 500 metros de mi casa, ventanas rotas y tal, pero por suerte a nadie de mi familia le pasó nada. Yo era pequeño y no tenía conciencia de la seriedad de eso. Ahora siendo padre me puedo imaginar cómo se sentían los míos.
En una entrevista con este periódico, Ante Budimir, delantero croata del Osasuna y amigo suyo, decía que los futbolistas no hablan de la guerra.
No. 'Budi' y yo somos muy amigos, nuestras familias se juntan cuando podemos, nuestras mujeres hablan siempre... Somos amigos para toda la vida y nunca hemos hablado de la guerra. Y con los que he coincido en otros equipos o ciudades tampoco. No es un tema para nosotros, es pasado y hay que cerrar esa página. Al final los balcánicos somos más parecidos de lo que parece y la mayoría de deportistas se respetan mucho entre ellos. Modric, que es increíble, ¿cómo voy a decir algo malo de Luka? A Zeljko Obradovic le ovacionan en Zagreb cuando el Partizán juega allí. Antes decía Jokic, Djokovic, Doncic... Son personas que hablan con respeto y da igual si es croata, esloveno o serbio, son gente que tiene respeto.
Esta noche visita el Bernabéu con el Leganés. ¿Con la evolución física de los futbolistas hay menos diferencias entre las estrellas o el resto?
Mmmm... No sé qué decirte, porque estas estrellas son increíbles también. Física, mental y técnicamente. Lo que creo que ha cambiado es que antes las estrellas eran puro talento y ahora, desde la explosión de Messi y Cristiano, son talento y físico al mismo tiempo. Mbappé tiene talento, pero también es fuerte y rápido. Bellingham no pierde un balón, corre, es fuerte... Pedri lleva muchísimos partidos y no se ha lesionado. Antes de Messi y Cristiano las estrellas duraban menos, había un pico de dos años y ya está, ahora creo que Mbappé, Vinicius o Bellingham van a durar más de diez años. Mira LeBron James. Los currantes antes igualaban el fútbol porque tenían más físico, ahora creo que no.

El Valencia enciende ante el Leganés los propulsores para huir del descenso

Actualizado Domingo, 9 febrero 2025 - 18:23

El Valencia pone el turbo para huir del descenso con tres victorias consecutivas en Mestalla. Quiere vivir y da síntomas de haber redirigido su camino en LaLiga, de haberse acostumbrado a manejarse en el alambre y saber cuáles son las batallas que no debe perder para lograr el objetivo. No era su guerra la Copa del Rey y no pelearla, por doloroso que fuera, le permitió no distraerse en su esfuerzo por ser otro. Ante el Leganés fue un equipo tenaz que supo masticar el duelo sin cometer errores que le pasaran factura hasta que llegó el universo para premiar a Mosquera, incómodo en las últimas jornadas, y sobre todo a Diakhaby. Queda atrás el temor por su rodilla. Antes de que se cumplan 12 meses, juega y marca. [Narración y estadísticas]

Mestalla estaba preparada para empujar a sus jugadores como en cada final de las que disputada. No hizo falta. Esta vez, desde el césped tiraron de la grada. Es cierto que probó el Leganés con dos disparos lejanísimos, pero el Valencia se asentó con control y dominio. Corberán optó por arroparse con tres centrales para adelantar la línea con algo más de seguridad y con Rioja convertido en un carrilero amo de la banda derecha, un experimento que funcionó. Y muy bien.

Los madrileños no parecieron tan fieros y tuvieron que sobreponerse a la lesión de Barisic en el minuto 7 y a que Raba, en su plan de encontrarle las cosquillas a los centrales, fracasara. Sólo Rosier se atrevió con un disparo alto. Fue entonces cuando el Valencia apretó para ir encerrándolos en su área.

Emergió otra vez la figura de Javi Guerra como catalizador. Se ha despojado del miedo que lastró su plástica zancada y se atrevió con un tiro desde la frontal ajustado al palo de Dimitrovic. Junto con los centros de Rioja, fueron un dolor de cabeza para la defensa pepinera, que se vio asediada a saques de esquina. Hasta que recibió el primer gol. Un balón a tierra de Cuadra Fernández, que había interrumpido, lo rescató Diego López, se la dejó de cara a Almeida en el pico del área y el tiro del portugués, como si el área fuera un pinball, lo envió Mosquera con la pierna izquierda lejos del alcance del portero.

En media hora, el Valencia se había puesto con ventaja y el Leganés respondió con un disparo de Darko Brasanic que hizo trabajar a Mamardashvili. No parecía despertar del equipo de Borja Jiménez y al borde del final de la primera parte le llegó el segundo. Un centro chut de Rioja obligó a repelerlo a Dimitrovic y apareció Diakhaby para poner el segundo en el marcador y hacer estallar que Mestalla, a coro, gritara su nombre.

Al regreso del vestuario, Hugo Duro pudo haber sentenciado tras una asistencia de Almeida que se paseó por el área pequeña del Leganés, pero también Óscar tuvo un disparo que rozó el palo de Mamardashvili. El partido estaba inclinado, que no cerrado. Por eso Jiménez quiso agitarlo y Corberán buscó más pólvora con Sadiq. A punto estuvo de no hacerle falta si a Gayà no se le hubiera escapado centímetros por encima del larguero su vaselina desde el pico del área pequeña.

Como el Leganés no lograba reaccionar, los valencianistas buscaron más, con tanta personalidad como la que mostró Sadiq para robar en la línea de medios, conducir hacia la portería y dejarle a Diego López la pelota con tiempo para ajustarla al poste y obligar al guardameta del Leganés a estirarse.

Estaban cómodos hasta que, en el minuto 80, los madrileños se acordaron de que se metían el líos. Como saben que el Valencia puede temblar, trataron de buscarle las cosquillas. Primero fue con una falta lanzada por Óscar que salvó el portero georgiano encadenando una seguidilla de malos despejes que siempre acababan creando peligro, como el peligroso disparo de Neyou. Pero este Valencia parece que haber hecho terapia de supervivencia. El final del partido le recordó a Mestalla que su destino este año es sufrir.

La "mentalidad" de Gonzalo García, el héroe copero del Madrid: estudiante de Big Data, Pichichi de Primera RFEF y fan de Cristiano Ronaldo

La “mentalidad” de Gonzalo García, el héroe copero del Madrid: estudiante de Big Data, Pichichi de Primera RFEF y fan de Cristiano Ronaldo

Un cabezazo perfecto en el minuto 93 para dar el pase al Real Madrid a las semifinales de la Copa del Rey. Así fue el primer gol de Gonzalo García, de 20 años, con el primer equipo del conjunto blanco. Una definición de su forma de jugar: "Es un chaval con una grandísima mentalidad", cuentan en Valdebebas. Ahora es el héroe copero del madridismo.

Saltó al césped en el minuto 82 y apenas tocó balón hasta que conectó un testarazo que incidió en las comparaciones que más se repiten en la ciudad deportiva del Madrid: "Si se parece a alguien, es a Zamorano", responden en las categorías inferiores del cuadro de Chamartín.

"Estoy súper feliz, nervioso. No sé ni qué pensar. Es el sueño desde que estoy en la cantera", declaró el atacante después del partido, describiendo su conversación con Brahim, asistente en el gol. "Le dije a Brahim: 'Cuando llegues a línea de fondo, ponla'. La puso perfecta y el balón ha entrado solo".

Gonzalo tiene el gol entre ceja y ceja, como su ídolo, Cristiano. "Siempre ha sido mi ídolo, un referente. Y de ahora si me quedo con uno es con Mbappé. Me fijo en él y es una barbaridad".

De Arbeloa a Raúl

Moldeado por Álvaro Arbeloa en el Juvenil, donde marcó 35 goles hace dos temporadas para llevarse el premio de máximo anotador de División de Honor, ahora es el pupilo perfecto de Raúl González en el Castilla. La leyenda blanca le ha convertido en capitán y buque insignia del filial, siendo uno de los principales culpables de la resurrección del equipo y transformándose en el mejor futbolista de la categoría.

El Castilla empezó la temporada en la parte baja de la tabla y parecía un curso para pelear por la permanencia, pero los goles de Gonzalo han servido para darle la vuelta a la situación y ahora los de Raúl están a solo tres puntos de los puestos de playoff. El delantero ha marcado 19 goles, el que más en Primera RFEF, siete más que el segundo (Eyong, del Villarreal B) y diez más que el tercero (Eslava, del Mérida). Es decir, no hay nadie como él.

Entre sus logros, dos póker anotadores: cuatro goles al Mérida en noviembre y otros cuatro al Algeciras la semana pasada. Números que han resultado en la llamada de Ancelotti para la Copa y en los diez minutos que le ha dado el italiano cuando el partido más apretaba.

"Gonzalo está en una racha muy buena en el Castilla y esto demuestra que la cantera suma. Los que trabajan abajo están haciendo un buen trabajo, llegan preparados. Les falta experiencia, pero lo están haciendo bien", explicó Ancelotti en rueda de prensa.

El italiano elogió a los jóvenes, centrándose especialmente en Gonzalo y en Jacobo Ramón, que sufrió un poco más: "Estaba nervioso, ha pagado su primer partido. Pero es mejor de lo que ha demostrado hoy", manifestó.

Estudia Big Data

Gonzalo, sin embargo, encontró el gol salvador. El delantero madrileño, que estudia un doble grado en ADE y Business Analytics especializado en Big Data, debutó con Ancelotti en Cádiz, en noviembre de 2023. Poco a poco ha ido recibiendo llamadas para el primer equipo. No estuvo en Cartagena contra el Deportivo Minera ni tampoco en Arabia Saudí para la Supercopa, pero sí en Liverpool o en la Intercontinental de Doha.

La situación de la delantera, con Mbappé como indiscutible y Endrick como primer refuerzo, le deja con pocas opciones para el futuro, pero el objetivo del chico es liderar al Castilla y seguir acompañando a los mayores cuando pueda. En el verano las alternativas son infinitas. Varios clubes preguntaron por él en invierno, negándose el Madrid a su salida, y en verano es de esperar que salga del club, a modo de cesión o de traspaso con opción de recompra o con un % de su propiedad para el conjunto blanco. Quieren que se desarrolle sin perderle la pista.