Ruud Gullit: "Ancelotti es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento y aplaude. Echarle es injusto y un error"

Ruud Gullit: “Ancelotti es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento y aplaude. Echarle es injusto y un error”

Ruud Gullit (Amsterdam, 1962) es un tipo feliz con el carisma eterno de quien, por más que se cortase las rastas hace 25 años, aún reside en la memoria colectiva con uno de los mejores pelos de la historia. Pero tras las carcajadas hay un hombre reflexivo y comprometido. Siempre fue una estrella diferente, también cuando provocaba pesadillas en el Real Madrid de la Quinta con el Milan de los holandeses, que ganó dos Copas de Europa, o guiaba, con su amigo Van Basten, a Países Bajos a su único gran título, la Eurocopa 88.

El Balón de Oro 1987 conversa con EL MUNDO en Madrid, donde ha viajado para los premios Laureus, en una etapa plácida: "Tengo una gran vida. Viajo, sigo involucrado en el fútbol como experto de televisión y no sufro. Ser entrenador fue una mala idea. Es un trabajo horrible. Siempre, siempre, la humillación te está esperando. Puedes aplazarla durante un tiempo, pero antes o después llega". Y se parte de risa por primera vez.

Para media España serás siempre un villano y para la otra, un héroe.
Sí, lo sé y lo noto especialmente cuando vengo a Madrid. A la gente no le gusto mucho y algunos me lo dicen [risas]. En Barcelona, sin embargo, me piden muchas más fotos. Lo cierto es que aquella rivalidad entre el Milan y el Real Madrid fue muy bonita. Ellos, con la Quinta del Buitre, eran un grandísimo equipo, pero tuvieron la mala suerte de que nosotros éramos mejores. En cualquier otra época creo que hubieran ganado la Copa de Europa.

Para saber más

¿Qué es lo que más recuerdas de esos duelos?
La sensación especial de salir ganador del Bernabéu. El Real Madrid era y es el club más grande del mundo y jugar bien en este estadio es una sensación fantástica. Luego hay otra cosa que siempre recuerdo de esos años y que te demuestra lo complejo que es el fútbol. La temporada anterior a las dos que eliminamos al Madrid y ganamos la Copa de Europa, nos eliminó a nosotros de la UEFA el Espanyol. Eso es el fútbol.
El legado de ese Madrid de la Quinta ha quedado marcado por no ganar la Copa de Europa.
Y no es justo porque si ganar la Champions es difícil ahora, entonces lo era mucho más. Sólo jugábamos los campeones de liga, así que no la disputabas todos los años. De hecho, el nombre Liga de Campeones ya no tiene mucho sentido cuando va el cuarto. Ganarla entonces era una misión de dos años: tenías que ganar la liga el primero y la Copa de Europa el segundo. Era muy complicado y, además, en las primeras rondas ya te podía tocar cualquier gran equipo a ida y vuelta, ni liguilla ni posibilidad de arreglar un error ni nada. La segunda vez, eliminamos al Madrid en segunda ronda, en noviembre. Era un grandísimo equipo.
Estaban Butragueño, Míchel, Hugo Sánchez… Sin embargo, al recoger el Balón de Oro de 1987, dijiste que lo merecía Gordillo.
Sí, y lo pensaba en serio. Me encantaba Gordillo porque tenía un carácter parecido al mío. Le divertía lo que hacía, que es algo que te sorprendería saber cuántos futbolistas hay a los que no les pasa. Yo siempre disfruté jugando y Gordillo era igual, aunque luego trabajase muy duro para el equipo también. Me gustaba su forma de entender el juego y la vida, me veía reflejado en él.
Tú te lo pasabas en grande y lo mostrabas.
Divertirse es lo más importante de la vida. Además, si no te gusta lo que haces es muy difícil que tengas éxito. Yo no creo en esos jugadores que simplemente juegan al fútbol para ser famosos y millonarios. No, eso es una mierda. Al fútbol se juega porque lo amas. Divertirme siempre fue mi prioridad. Nada más fichar por el Milan me llevaron a una concentración de dos semanas en unas instalaciones aisladas y a los tres días quise volverme a Holanda, no aguantaba eso. Se lo dije a Sacchi: "A mí no me puedes meter en una jaula, necesito ir al cine, necesito salir. Si no, no me puedo concentrar". Por suerte, se adaptaron un poquito a mí, me dieron más libertad y todo salió bien. Yo necesitaba divertirme y allí nadie parecía divertirse.
El fútbol italiano de los 80 no era una juerga.
No, no [risas]. Durante las comidas yo estaba feliz, charlando, riendo, haciendo bromas y notaba que la mayoría de jugadores me miraban con sospecha: "Este tío no es serio". Lo que pasa es que luego vieron en el campo y entendieron que era tan profesional como cualquiera de ellos y trabajaba duro, pero sencillamente no podía vivir sin risas.
Siempre tuviste muchos intereses más allá del fútbol. El Balón de Oro se lo dedicaste a Nelson Mandela.
Sí, era mi ídolo, mi ejemplo, mi causa. En Países Bajos había mucho remordimiento respecto a nuestro papel histórico en lo que sucedía en Sudáfrica y participé en organizar muchas manifestaciones contra el apartheid y de apoyo al ANC [el partido de Mandela]. Además, yo estaba muy metido en el mundo de la música reggae, cuya esencia es protestar contra el racismo, el fascismo, la violencia, el sufrimiento… Nelson Mandela o Steve Biko eran presencias constantes en nuestras canciones y en nuestra cultura. Teníamos una batalla que luchar y me involucré mucho en ello. Me reuní con muchos miembros exiliados del ANC y fue una decisión clara dedicarle el premio de Mandela, que aún estaba en prisión.
Luego le conocerías.
Sí, nos reunimos muchas veces. Estoy muy orgulloso de haber conocido a alguien con tanto carisma. No he conocido otra persona que tuviera semejante aura a su alrededor y mira que he conocido gente… Pero Mandela era especial y representa lo mejor del ser humano. Cuando salió de la cárcel, siempre fue humilde, intentó involucrar al enemigo en el proceso de reconstrucción de un país y una sociedad. Nunca quiso vengarse, sino crear juntos aunque le habían tenido 26 años en una celda. ¿Cómo una persona así no va a ser una inspiración enorme? Una de las últimas veces que nos vimos me invitó a Sudáfrica y me dio una medalla.
¿De qué tipo?
De comandante. Soy comandante de las Colonias Sudafricanas. ¡Es un gran título! [risas].
¿Por qué es tan difícil ver hoy a una estrella del fútbol involucrada en cuestiones políticas y sociales?
Porque la mayoría de las veces se vuelve contra ti. Los fans y los periodistas siempre están buscando historias y titulares y si te involucras, te están esperando. El mejor ejemplo de esto es Marcus Rashford. Hizo algo maravilloso liderando la lucha contra la pobreza infantil y denunciando la inacción del Gobierno. ¿Qué sucedió? Que cuando su rendimiento en el United bajó, un montón de gente le estaba esperando para decir que era porque estaba demasiado preocupado por otras cosas. No es cierto, no tiene nada que ver, todos los futbolistas pasamos por fases, pero eso les da igual: van a usar tu posicionamiento contra ti. Así que, aunque me duela, ahora mismo le aconsejaría a cualquier futbolista que se mantenga al margen. Como futbolista, es peligroso involucrarse en proyectos políticos y de derechos humanos porque se va a volver contra ti. Es horrible, pero es así. Por lo tanto, regla número uno: no te metas en política.
Tú no la cumpliste.
No, pero sí fui haciéndolo cada vez menos. Al final, es más sencillo vivir en tu burbuja. Lo primero que debes aprender cuando triunfas en el fútbol es a decir "no", porque todo el mundo quiere algo de ti y si no se lo das va a decir que eres un gilipollas. Bueno, pues a veces es mejor ser un gilipollas que dejar que te utilicen sólo por caer bien. Lo que me preocupa es que sigo viendo hoy muchos de los problemas que veía entonces. El racismo, el sexismo, la pobreza, las guerras… Y en cierto modo está yendo a peor porque, en buena parte debido a las redes sociales, la gente cada vez es menos receptiva hacia los demás, está más enfadada, se va más a la derecha, a la extrema derecha incluso… Teníamos una Europa estupenda y se está estropeando.
Estás en un comité creado en Países Bajos para fomentar la diversidad en cargos directivos.
Sí. Por ejemplo, la Federación Neerlandesa de Fútbol, pese a la cantidad de estrellas negras que ha tenido la selección, era sólo blanca y masculina. En muy poco tiempo hemos logrado que haya una mujer vicepresidenta [Marianne Van Leeuwen], que Nigel de Jong sea el director técnico y Clarence Seedorf esté en la directiva. El cambio no debe hacerse desde abajo, debe llegar desde la cima, porque es natural que los jóvenes busquen referentes en gente que se parece a ellos. Si sólo hay hombres blancos en puestos directivos es muy difícil para una chica negra creer que ella puede llegar allí. Hay cierta gente que no quiere asumir que la sociedad actual es diversa, le guste o no. Eso no es una opinión, es un hecho. Y si bloqueas a otras razas el camino hacia el éxito estás creando frustración, la frustración crea infelicidad y la infelicidad crea enfado. Y nada es más peligroso para una sociedad que tener a un montón de gente enfadada. Si quieres una buena sociedad es imperativo que haya igualdad de oportunidades. Me he encendido, hablemos de fútbol [risas].
Ruud Gullit, representando a los premios Laureus, posa en el hotel Palace.

Ruud Gullit, representando a los premios Laureus, posa en el hotel Palace.

Vale. Diría que eres el único futbolista de la historia que ha sido estrella como defensa, como medio y como delantero.
Es cierto. Empecé como líbero y así debuté en Primera con el Haarlem a los 16 años, pero en mi segunda temporada llegó un entrenador nuevo, Hans Van Doorneveld, y dijo que me quería convertir en delantero. Me resultó fácil aprender porque tenía la ventaja de que sabía cómo piensa un defensa y me anticipaba a ellos. Mientras, en las selecciones inferiores me ponían en el medio, de extremo derecho, y aprendía otras cosas. El problema de todo esto es que los entrenadores no utilizaban mi polivalencia en mi beneficio sino en el suyo. En vez de ponerme en el sitio donde yo más rendía, me ponían en el que mejor les cuadraba a ellos el puzle y eso me irritaba porque nunca me permitió especializarme en una cosa y refinarla totalmente. Al final era una desventaja poder hacer tantas cosas. Por ejemplo, en el Milan empecé de extremo, cuando se lesionó Marco [Van Basten], me pusieron de nueve, luego otra vez al medio… Me tenía que estar readaptando cada año y era frustrante a veces.
En el Feyenoord coincidiste con Johan Cruyff en la que fue su última temporada en activo (83-84).
Y ganamos Liga y Copa. Fue un maestro muy importante para mí, con esa mente privilegiada que le permitía ir muy por delante en todas las situaciones. Me dijo algo que yo no sabía en ese momento: "Rudi, tú eres diferente, vas a tener una gran carrera y debes estar preparado. Cuando vayas a un club nuevo, a los fans no vas a gustarles. Te van a gritar, te van a insultar, los demás jugadores te van a recibir mal pensando que no eres tan bueno. Entonces, lo primero que debes lograr es hacer mejor al resto. Eso te solucionará todos los problemas". Yo tenía 20 años, aún perseguía la atención, quería destacar yo y este señor me decía que pensara en gente que ni conocía [risas]. Por supuesto, tenía razón. Porque si eres realmente bueno jugando al fútbol, puedes leer y dirigir a tus compañeros hacia sus mejores versiones y eso acaba por protegerte a ti. Si vas a lo tuyo, sólo puedes hacer bien las cosas en las que tú eres bueno, pero si ves el fútbol como un todo, las virtudes de los 11 acaban siendo las tuyas. Eso me lo enseñó Johan, es la gran verdad del fútbol y una de las cosas más importantes que aprendí en mi carrera.
Tu gran amigo fue Frank Rijkaard.
En el fútbol y en la vida. Crecimos juntos en Ámsterdam, es como mi hermano. Frank siempre fue la última pieza que necesitaba todo rompecabezas. Hacía cada equipo mejor, pero no le gustaban la atención y la fama. Las odiaba y aún las odia, de hecho. Odiaba las conferencias de prensa, a los periodistas, los actos publicitarios… Sólo quería jugar y que le dejaran en paz. Era la columna vertebral del equipo tanto con el Milan como con Holanda, el que sostenía todo lo demás. Era un futbolista mucho mejor de lo que la gente se daba cuenta porque no tenía el más mínimo interés en que le aplaudieran y le dieran premios. Fuerte, atlético, inteligentísimo… Y una persona increíble. Un líder muy diferente a los habituales. Muy calmado, muy tranquilo, siempre acertado. Marco [Van Basten] y yo ya estábamos, pero hasta que no llegó Frank no ganamos la Copa de Europa y no es casualidad.
Vosotros dos erais buenísimos, pero Van Basten…
Él era excepcional. Es el mejor futbolista con el que he jugado y el segundo mejor contra el que he jugado, sólo porque lo hice contra Maradona. Y Marco, sano, no estaba lejos. Siempre conectamos muy bien, sabía dónde iba a estar sin mirarle, así que me centraba en darle el balón, era mi primera y mi segunda opción en cada jugada. Yo también era delantero, pero sabía que si me la jugaba yo, podía ser gol; si se la pasaba a él, era gol seguro. Así que, como lo que quería era ganar, se la daba todo el rato [risas].
Marcasteis ambos en la final de la Eurocopa 88 [2-0 a la URSS].
Y metimos dos cada uno en la final de Champions del año siguiente [4-0 al Steaua]. Teníamos una conexión increíble y yo amaba a ese tío, pero discutíamos porque él sólo pensaba en meter goles y las pocas veces que no se la pasaba venía a por mí muy cabreado: "¡Me duele lo que haces! ¡No me miras!". Y yo le mandaba a la mierda y me partía de risa. Eso le enfadaba aún más porque él se lo tomaba más en serio todo, pero es que me hacía mucha gracia verle dolidísimo porque no le había pasado un balón. Al final, siempre le acababa contagiando la risa y me decía: "Eres un imbécil, vete lejos" [risas].
No parece Arrigo Sacchi, vuestro entrenador en los dos títulos, el tipo más bromista del mundo a la hora de trabajar.
Buen tipo, pero muy serio. Fue mi primer entrenador en Italia y quien me convenció para ir. Al principio fue duro porque yo necesitaba divertirme y él nos tenía horas y horas trabajando durísimo en los sistemas defensivos. Una y otra vez ensayando la presión y la salida. Me parecía un coñazo, pero cuando entendimos lo que estaba siendo y que estaba revolucionando el juego, fuimos una máquina. Fue muy influyente para mí y para el fútbol mundial.
Le sustituyó Fabio Capello y con él no encajaste igual de bien.
No, tuvimos problemas y una vez casi nos pegamos de verdad, tuvieron que separarnos, pero aun así reconozco que era un gran entrenador. Yo empecé a tener lesiones y, además, se empezó a abrir el mercado a más extranjeros, por lo que se rotaba más y a mí no me gustaba. No estaba contento y me fui a la Sampdoria, pero luego se lesionó Marco y Capello me recuperó para el Milan, así que incluso con nuestras diferencias, nos respetábamos. Ahora somos muy buenos amigos y cuando nos vemos no le echo demasiadas cosas en cara [risas].
Tu compañero de habitación era Carlo Ancelotti.
Carlo es tu tío favorito, ese que cuando llega a la cena de Navidad todo el mundo se pone contento: "¡Viene el tío Carletto!". Y todo el mundo aplaude. Es una persona maravillosa, pero también extremadamente inteligente, que a veces se olvida. Nos reíamos muchísimo en la habitación, hablábamos de todo durante horas, pero a la hora de dormir la noche anterior al partido él se ponía siempre nervioso y yo dormía como un bebé. Y por la mañana me lo encontraba mirándome: "¿Cómo has podido dormir toda la noche? No he pegado ojo. Te da igual todo". Siempre supe que sería entrenador, era su plan ya en los últimos años. Es una gran persona para tener en tu vida y, si eres una estrella, vas a matar por él porque te entiende, es justo, empático y ha estado rodeado de grandes futbolistas toda su vida. Él mismo lo fue, así que sabe cómo lidiar con nuestras rarezas. Y tácticamente es brillante, nadie gana tanto como él sólo por ser buen tío.
Parece ya fuera del Madrid tras esta gris temporada.
Es injusto y un error, pero allá ellos. Ahí está Brasil esperándole, que no es un mal plan B, ¿no? De todos modos, lo que yo le diría ahora a Carlo es: "Ya lo has ganado todo, absolutamente todo. Con lo que te gusta la vida, comer, el buen vino… Tómate unas buenas vacaciones y disfruta. Ya te echarán de menos". A veces nos obsesionamos con que la vida empieza y acaba con el fútbol y no es cierto, por eso me alegro de no haber insistido en lo de ser entrenador. Nos creemos que no hay nada más y, luego, la gente lo deja y es feliz. Mira Xavi. Cuando llegó al Barça era joven y feliz, dos años después parecía un perrillo triste y abandonado. Habían pasado dos años y había envejecido 10. Sin embargo, le vi hace un mes y estaba radiante. Más alto, más guapo, de todo. ¡Eso es la vida! [risas]
Usted sí que tenía buena pinta con aquella melena.
Y el bigote. Un poco entre cantante de reggae y estrella del porno. He de decir en mi defensa que en esa época el bigote estaba de moda. Lo salvaba, ¿no?
Eso creo.
Me encantaba la música, tenía alma de estrella del rock y aquella imagen fue importante para que la gente todavía me recuerde. Lo que pasa es que en el año 2000 me cansé. Me rapé porque estaba harto de que la gente siempre me reconociera en cualquier lado, quería poder tomarme una cerveza sin que todos me miraran. Fue la mejor decisión de mi vida. Ahora estoy encantado: guapo y de incógnito.

Y se despide partiéndose de risa una última vez.

Theo Hernández regala los octavos al Feyenoord

Theo Hernández regala los octavos al Feyenoord

Actualizado Martes, 18 febrero 2025 - 23:03

Theo Hernández, con el partido totalmente controlado y con el Feyenoord sometido, cometió dos imprudencias que arrebataron los octavos de final de la Champions al Milan.

Una falta sin sentido y una simulación le valieron una expulsión decisiva que arruinó la temporada de los rossoneri y regaló el pase al equipo neerlandés (1-1), certificado gracias a un gol de Julián Carranza, en el minuto 73.

Cuando Santi Giménez apuntaba a ser el héroe de la remontada con un gol en el primer minuto de partido y una prestación a la altura de las expectativas, fue Carranza, con un remate de cabeza, el que le arrebató la gloria de un partido del que el más recordado será Hernández.

San Siro preparó una caldera, un ambiente inmejorable para llevar a su equipo en volandas en busca de la remontada. El efecto fue más que palpable. En la primera jugada, tras un lanzamiento largo a Walker, Giménez rascó un saque de esquina. Se acercó a la grada para encenderla más aún. Sacó en corto el Milan. Pulisic se acercó al pico del área y puso el balón en el segundo palo. Thiaw remató y dejó el balón en bandeja para el argentino, que se impuso a adversario, rematara a puerta vacía.

Todo iba como esperaba el equipo italiano hasta la concatenación de errores de Hernández y el gol postrero de Carranza.

Peleó el Milan en los minutos finales, pero el Feyenoord se protegió y no desaprovechó el regalo. Estará en el sorteo del viernes junto al Bayern, que sufrió ante el Celtic; al Benfica, que remontó al Mónaco; y al Brujas, que confirmó su sorpresa ante la Atalanta.

Digno adiós del Girona, también derrotado ante el Milan

Digno adiós del Girona, también derrotado ante el Milan

Las remotas opciones del Girona de continuar en Europa murieron en Milán, ante uno de los equipos ilustres del continente. Poco certero en ataque y demasiado expuesto a las contras de los italianos en la primera mitad, el conjunto de Míchel encajó la sexta derrota en los siete partidos que ha disputado hasta la fecha en el torneo. Sólo ha conseguido el triunfo ante el Slovan de Bratislava, a la espera de recibir al Arsenal en la última jornada.

Descapitalizado con respecto a la plantilla que sorprendió en España en la pasada Liga y con la merma de sucesivas lesiones, el Girona no ha podido hacer frente en su debut a un torneo de máxima exigencia. Incluso titubeante, con Conceiçao como relevo en el banquillo a la espera de ganar presencia en el Calcio, el Milan, reciente campeón de la Supercopa italiana, logró una victoria que le mantiene con opciones de concluir la fase regular entre los ocho primeros.

Leao, el mejor de la noche en San Siro, culminó con precisión y estilo una jugada nacida en la pérdida de balón de Herrera ante Bennacer, en el minuto 36. Antes, los locales ya habían disparado en dos ocasiones a los palos, por medio de Musah y de Teo. También dispuso de oportunidades el equipo catalán, demasiado ingenuo en los remates de Van de Beek y Tsygankov.

Digno y fiel a su propia identidad, el Girona volvió a competir como lo ha venido haciendo en todos los partidos y pudo lograr el empate en un magnífico disparo de Bryan Gil, que marcó por la escuadra en posición incorrecta por centímetros. Dueño del balón ante un rival acomodado en su terreno, buscó la igualada con alegría y generosidad. Le faltó remate y convicción.

¿Hasta cuándo, Ancelotti?

¿Hasta cuándo, Ancelotti?

Actualizado Martes, 5 noviembre 2024 - 23:43

El Madrid ya no es sólo vergonzoso. Es un equipo monstruosamente mediocre. Otra noche más del patetismo blanco, contra un Milan que parecía un candidato a la Champions cuando actualmente está en crisis en el Scudetto. Es una situación muy grave la del Real Madrid.

Llevo anunciando la muerte de un entrenador al que ya no le queda ni sentido futbolístico. Ancelotti es culpable de convertir a un montón de estrellas en un montón de estiércol. Conviert

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Morata baila en el Bernabéu para superar a un Madrid en el que Ancelotti no encuentra el rumbo

Morata baila en el Bernabéu para superar a un Madrid en el que Ancelotti no encuentra el rumbo

Son días difíciles para el fútbol. No hace falta que lo diga Ancelotti, señor en la sala de prensa, con la verdad que todos compartían, todos menos la Liga, pero extraviado en el banquillo, sometido por un Milan que nada tiene que ver con aquellos en los que jugó o dirigió. Ese Milan desconocido, sin italianos, bailó en un Bernabéu que parecía un paisaje lunar, lleno de cráteres, al son que marcaron Morata y Reijnders. [Narración y estadísticas]

La carga emocional era inevitable en el Bernabéu, reverencial en el silencio de homenaje a las víctimas de Valencia. A las emociones que importan se iban a unir, una vez rodó la pelota, otras que importan menos, por la vuelta a la escena de Vinicius después del no Balón de Oro y el regreso de Morata a un lugar donde lo han querido y lo han pitado, pero para la condición humana, en general, es más común el recuerdo de lo malo. Está en su derecho Morata, después de un exorcismo emocional que lo ha liberado, y está como nunca. Hiperactivo en todas partes, también en el gol, llevó al Madrid a los límites en los que vive peligrosamente, después de encajar siete goles en el Bernabéu en los dos últimos partidos, ante Barça y Milan. Morata pasó, marcó y hasta taconeó al larguero frente a un Madrid que también le resultó desconocido.

Pitada al himno de la Champions

La rabia concentrada por la decepción del Balón de Oro llevó al Bernabéu a pitar el himno de la competición que da sentido a su historia. Son esas contradicciones de las que es peligroso emborracharse. El caldo de cultivo, añadido al 0-4 de clásico, como cuatro puñales, propiciaba la salida del Madrid como una salida de toriles. La presión alta apareció donde no siempre lo hace, hecho que provocó pérdidas iniciales en el Milan, con un riesgo excesivo por parte de Maignan con los pies. Si no obtiene su fruto y el rival la supera, entonces el Madrid repliega de forma defectuosa, corre más de la cuenta, sin tener muy claro cómo y dónde presionar, lo que ofrece muchas alternativas de pase a los oponentes. Con un tipo como Reijnders enfrente, mejor santiguarse. El gol que logró el holandés, tercero de su equipo, después de recorrer medio campo y combinar con Leao para matar a Lunin, retrata los males del Madrid. No es la primera vez que sucede esta temporada. Ahí aparece un trabajo pendiente por parte de Ancelotti.

Lo sabe el técnico, que ha hecho de su centro del campo esta temporada un 'Tiovivo'. Modric volvió a la titularidad, con la intención de que el croata encontrara los pases verticales para Vinicius y Mbappé, y diera equilibrio a la línea. En el descanso, visto el fracaso y por debajo en el marcador, cambió al unísono a sus dos acompañantes, Valverde y Tchuoaméni, pitado en el Bernabéu. Más tarde retiraría también al croata.

No es habitual en el italiano, con toda una parte por delante, hecho que convertía la decisión en un mal síntoma. Camavinga y Brahim fueron lo sustitutos, en busca de más dinamismo y profundidad. El peligro era el espacio, convertido el campo en un páramo para que corrieran Leao y Theo. Con una desventaja mínima y mucho tiempo por delante, sorprende que el Madrid no tuviera otro plan que el de tocar la corneta.

La imprecisión de Vinicius

Alineados por Paulo Fonseca en la izquierda, Theo y Leao anunciaban por dónde debía llegar el peligro del Milan, un equipo de buen pie. Morata, en cambio, tiene un rol mucho más coral, retrasado hasta en acciones defensivas, con movimientos que dan alternativas, pero sin perder el sentido del gol, como ocurrió para rematar el despeje de Lunin en el segundo gol visitante. El primero, en cambio, no llegó por ninguna de esas vías, sino a través de una acción a balón parado. Thiew cabeceó entre Tchouaméni, paralizado, y Militao.

Vinicius buscaba las réplicas, pero quien tuvo las más claras fue Mbappé. En la mejor encontró a Maignan bajo los palos. Intermitente el francés, sus apariciones dependían de que el Madrid lo encontrara. Lo hizo Modric en la segunda mitad, pero el disparo salió desviado. El francés, muy ansioso, necesita utilizar más recursos para estar presente. Lo hace Vinicius y lo hizo Morata, pese a tener el gol como misión. El brasileño, sin embargo, no estuvo preciso. Apenas encontró una opción clara en la que fue objeto del penalti. El lanzamiento, a lo 'Panenka', le daba al Madrid la igualada, pero nada más. Un disparo de Rüdiger quiso activar la épica, pero el VAR dijo no. La épica no se cena todos los días, aunque ahora esta Champions va a necesitar sus atracones, ya que Ancelotti no encuentra el menú.

Las dudas del Madrid ante un mes crítico: la mitad de kilómetros que el Dortmund, Kroos, las estrellas...

Las dudas del Madrid ante un mes crítico: la mitad de kilómetros que el Dortmund, Kroos, las estrellas…

En el Santiago Bernabéu los problemas se miden en derrotas. Y a veces, cuando el éxito es demasiado constante, incluso en empates. «El empate es la antesala de la crisis», define siempre Ancelotti. Y claro, una derrota es el agujero negro del madridismo. Un lugar en el que destruirlo todo: al entrenador, a las estrellas, a los asistentes, a los futbolistas de rotación... Nadie sirve. Ni siquiera acumulando 36 partidos sin perder entre todas las competiciones y habiendo ganado hace unos meses Liga y Champions. Quizás por eso, el italiano pidió «mente fría» y no tirar «todo a la basura» después de caer en Lille. Una derrota dolorosa por las sensaciones repetidas durante varios momentos de este curso: «Ojalá sea un gran toque de atención», admitió el italiano. Van varios y en Valdebebas ya deslizan la necesidad de un punto de inflexión.

El Madrid suma ya bastantes dudas en su calendario. Su mejor noche fue la de la Supercopa de Europa, cómo no, con la motivación de un título. Después llegaron los empates en Mallorca y Las Palmas, las primeras partes de 0-0 en casa contra Valladolid y Betis, la irregularidad contra el Stuttgart, el caos final contra el Alavés... Situaciones en las que el conjunto blanco no brilló a pesar de las victorias y comenzaron a ser germen de las reacciones a la derrota del miércoles en Francia.

Las lagunas del equipo son evidentes y el cuerpo técnico es el primero en admitirlas. «No hemos encontrado un sustituto deKroos. Es así», reconoció Ancelotti antes del duelo continental. Con el alemán también se sufría, sí, y basta retroceder doce meses para encontrar triunfos agónicos en septiembre y octubre gracias a los goles de Bellingham, pero la plantilla parecía tener las ideas más claras.

El nivel de las estrellas

El alemán bajaba en salida de balón al lado izquierdo, Bellingham era la punta del famoso rombo, Rodrygo mezclaba entre la punta y la derecha, Camavinga, Tchouaméni y Valverde se repartían con sentido el centro del campo... El cuadro de Ancelotti parece haber perdido esa química, al menos de momento. Bellingham se ve obligado a bajar demasiado, Tchouaméni parece lento por momentos, Camavinga acaba de regresar de lesión, Valverde se pega en exceso al carril diestro tapando a Carvajal... Los defectos en Lille fueron excesivos.

Y por último, Vinicius y Mbappé. El primero está todavía cogiendo el punto de ritmo que le hace diferencial. Sin eso, parece costarle repetir esos esfuerzos que le van a convertir en Balón de Oro. Y Mbappé, que es el máximo goleador del equipo, todavía no mezcla con naturalidad con sus compañeros. En Lille, el centro del campo jugó demasiado lento en un equipo pensado para que sus delanteros sean rápidos y verticales al espacio. Lo reconoció Ancelotti: «Nuestros atacantes necesitan un juego más vertical».

El Madrid perdió hace un año en el Metropolitano con Kroos de titular y en Valdebebas se niegan a pensar que no hay solución posible a los problemas de juego sin el alemán. Admiten los errores pero miran también a los futbolistas de manera individual y esperan que este mes sea «un punto de inflexión» en el nivel de cada uno. Los jugadores del Madrid son de los que menos corren tras las dos primeras jornadas de Champions, según los datos de la UEFA. 108 kilómetros de media, por los 115 del City o Liverpool o los 224, el doble, del Dortmund.

El Dortmund y el Milan, en el Bernabéu

En las próximas semanas, el Madrid recibirá al Villarreal, visitará Vigo, recibirá al Dortmund y al Barça, viajará a Valencia y jugará ante el Milan en el Bernabéu. Seis duelos, cuatro de Liga y dos de Champions, claves para el devenir madridista en ambas competiciones.

Y entre medias, la entrega del Balón de Oro el próximo 28 de octubre en París, justo dos días después del clásico. Si nada cambia, Vinicius se llevará el galardón, en lo que será un momento de euforia para el futbolista y para el club y, veremos, si un momento de inflexión en la temporada del Madrid. Lo necesitan por puntos y sensaciones.

Los candidatos marcan terreno: goleadas del Manchester City, el Dortmund y el Inter

Los candidatos marcan terreno: goleadas del Manchester City, el Dortmund y el Inter

Casi simultáneamente al primer gol de Robert Lewandowski ante el Young Boys llegó el tanto de Gündogan en Bratislava. El Manchester City instaló el campamento cerca del área del Slovan y apenas se movió de allí. Circulaba bien la pelota con el alemán al mando de las operaciones y Doku percutiendo por la banda derecha. Al cuarto de hora los de Pep Guardiola ya ganaban por 0-2, gracias al tanto de Phil Foden. Pudieron ser tres antes del descanso si el palo no se hubiera entrometido en un fino disparo de Doku.

Después del empate en casa ante el Inter de Milan y tras las dudas generadas por la igualada frente al Newcastle, el equipo británico necesitaba demostrar que puede ofrecer garantías tras perder a Rodri para el resto del curso. Refrendó su autoridad con un nuevo tanto de Haaland y otro del debutante McAtee, tras una entrega mimosa de Foden: 0-4. También rotó el campeón de la Premier: Ederson, Ruben Dias, Bernardo Silva y Walker empezaron desde el banquillo. Sólo Dias y Walker tuvieron algunos minutos.

Derrota del PSG ante el Arsenal

El Paris Saint Germain pasó más que un mal rato en su visita al Arsenal. Havertz adelantó a los gunners con un cabezazo que dejó bajo sospecha a Donnarumma. Aún con el runrún de la ausencia de Dembélé por motivos disciplinarios, el equipo francés, que pudo empatar con un remate de Nuno Mendes rechazado por el poste, vio cómo una falta botada por Saka desde la derecha se deslizaba por un bosque de piernas hasta convertirse en el segundo tanto local.

En el minuto 63 entró Mikel Merino, en su debut con la camiseta del Arsenal. Casi de inmediato Joao Neves se topó con el travesaño. Los de Arteta habían dado un paso atrás y lograron administrar su ventaja. Al Borussia Dortmund se le cayeron los goles ante la debilidad de un Celtic que se fue al descanso con un 5-1 y acabó recibiendo siete. Adeyemi hizo tres. El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso derrotó por 1-0 al Milan (Boniface, minuto 51), que sale de la segunda jornada sin un solo punto.

Detenidos 18 capos ultras de Inter y Milan: extorsión en la venta de entradas, impuestos ilegales en el parking del estadio o cárteles en la venta de bebidas

Detenidos 18 capos ultras de Inter y Milan: extorsión en la venta de entradas, impuestos ilegales en el parking del estadio o cárteles en la venta de bebidas

Actualizado Lunes, 30 septiembre 2024 - 09:51

Extorsión en la venta de entradas para los partidos del Inter y del Milan, un pago mensual impuesto a las plazas de aparcamiento en los alrededores del Giuseppe Meazza, "cárteles" entre los ultras nerazzurri y rossoneri en la venta de bebidas y otros bienes en el estadio, violentas reyertas entre los grupos, pero también inscripciones patrimoniales ficticias. Los jefes de los grupos organizados de ultras de los dos equipos de fútbol de la ciudad de Milán han sido detenidos este lunes por la Policía y la Guardia di Finanza.

Hay dieciséis personas en prisión y otras dos bajo arresto domiciliario por orden del juez de instrucción Domenico Santoro en una investigación de la Fiscalía de Milán que ha expuesto indicios de delitos de hasta cuatro vertientes diferentes.

Curva Norte

En el caso de la Curva Norte de los seguidores del Inter (donde las medidas cautelares han alcanzado, entre otros, al dirigente Andrea Beretta y al subjefe Marco Ferdico), se alega una asociación criminal que habría facilitado el asesinato de Antonio Bellocco -perteneciente a los propios ultras del Inter y vinculado con la 'Ndrangheta (la mafia calabresa)-. Belloco, de 36 años, murió apuñalado hace un mes por el propio Beretta (con quien había jugado al fútbol sala justo la noche anterior) en un repentino y acalorado enfrentamiento que estalló por reclamaciones económicas recíprocas.

Entre los detenidos se encuentran todos los nombres más destacados de la agrupación, entre ellos Renato Bosetti, recién nombrado regente de la curva tras el asesinato de Bellocco; Matteo Norrito, conocido como 'Chuck', y Mauro Nepi.

Las investigaciones de la Fiscalía de Milán han arrojado luz sobre los últimos seis años de acontecimientos dentro y fuera del Meazza. En particular tras la liberación de Vittorio Boiocchi, que en 2018 volvió a dirigir a la afición del Inter tras 26 años en prisión. Y posteriormente fue asesinado a tiros debajo de su casa en la localidad de Figino, hace ahora dos años.

El asesinato de Boiocchi quedó sin resolver (no hay cargos en esta investigación) pero, según los investigadores, estaba relacionado con desacuerdos sobre el reparto de ingresos en la curva y con luchas de poder. Boiocchi había sido protagonista de extorsiones e intimidaciones relacionadas con la gestión del aparcamiento. Tras el crimen comenzó la "guerra" por la sucesión de Boiocchi.

Por un lado, el derrocamiento de los 'Irriducibili' (los 'irreductibles') liderados por Domenico Bosa, conocido como Mimmo Hammer. Se trata de un grupo histórico de extrema derecha. Fue entonces cuando Antonio Bellocco adquirió cada vez más poder dentro y fuera del Meazza. Hasta la ruptura y el enfrentamiento fatal entre con "Berro" al salir del gimnasio. Un asunto que confirmó, para los investigadores, "el interés de la 'ndrangheta en la gestión del negocio de los estadios". Sin embargo, la investigación reveló también la implicación de otras familias históricas de la mafia del área milanesa en la gestión de los negocios y en la "protección" de los distintos bandos en continuo conflicto entre sí.

Curva Sur

En el caso en lugar de la Curva Sur, los ultras del Milan, se habla de otra asociación criminal (sin el agravante de facilitación mafiosa y activa sobre todo en episodios de violencia) encabezada por el también detenido Luca Lucci, el ultra famoso por la foto tomada el 16 de diciembre de 2018 junto al entonces viceprimer ministro Matteo Salvini en la fiesta del 50 aniversario de la Curva Sud.

Matteo Salvini y Luca Lucci

Matteo Salvini y Luca LucciCORRIERE DELLA SERA

Junto a él han sido detenidos, entre otros, su hermano Francesco Lucci y Christian Rosiello, guardaespaldas del cantante Fedez (no implicado en la operación de este lunes). Rosiello fue protagonista hace unos meses de la paliza propinada al entrenador personal Cristian Iovino en una discoteca. Junto a ellos, Islam Hagag, conocido por el apodo de 'Alex Cologno', también gran amigo del cantante, ha acabado esposado. El fin de semana anterior a las detenciones Fedez, Iovino y Hagag pasaron juntos unos días en París.

También han sido arrestados otros miembros de la directiva del Sud, como Alessandro Sticco, conocido como Shrek -implicado con Hagag en la paliza a un hincha del Milan al final del campeonato del año pasado- o Fabiano Capuzzo.

Los secretos del fichaje de Morata por el Milan: espantada en Arabia, llamadas perdidas en Madrid y un tercio del sueldo

Los secretos del fichaje de Morata por el Milan: espantada en Arabia, llamadas perdidas en Madrid y un tercio del sueldo

Álvaro Morata es un chico especial. De entrada, es el futbolista español que más dinero ha movido en fichajes (220 millones) en su carrera, el quinto a nivel mundial por detrás de Neymar, Cristiano, Lukaku y Dembélé. De salida, se trata de un hombre de 31 años, en la cima de su carrera (la temporada pasada fue la mejor de su vida, 21 goles, y acaba de ganar, como capitán, la Eurocopa) que, sin embargo, no es feliz en su país porque hay quien, en las redes sociales, se burla de él. Este viernes, el Milan ha hecho oficial su fichaje para los próximos cuatro años tras pagar su cláusula de rescisión (13 millones). Es el final de un adiós que se empezó a gestar la pasada primavera.

Para saber más

Tras una primera parte del curso impresionante (19 goles hasta enero), las cosas se torcieron. Varias lesiones y, sobre todo, el gol fallado ante el Borussia Dortmund en la vuelta de los cuartos de Champions y los pitos que recibió, con España, en el Bernabéu en marzo, precipitaron un final de temporada oscuro para él. Junto a su mujer, Alice, tomó la decisión de marcharse de España, y así se lo transmitió personalmente a Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y a Simeone, su entrenador. ¿Las razones? Que ya estaba cansado de aguantar las críticas y, sobre todo, que la situación empezaba a afectar a sus hijos. Pensó incluso ir a Turquía, hasta que alguien le advirtió de que en ese país, con la fiebre que hay allí por el fútbol, no podría ni salir a la calle. Con varias opciones abiertas, firmó un acuerdo con un representante saudí para que le consiguiera un buen contrato en Arabia.

A la concentración de la selección llegó un futbolista atormentado. "Yo creo que, si gana, es posible que hasta deje el fútbol", contaban algunos de los que han convivido con él durante estos 45 días. Más que la ascendencia sobre el grupo que se le supone a un capitán, ha sido su bonhomía la que ha generado el cariño que le tenía el equipo campeón de Europa. Al igual que los casos de Nacho, Joselu (ya confirmados) o Dani Olmo, Le Normand, Laporte o Mikel Merino, Morata también ha estado decidiendo su futuro en mitad de la Eurocopa.

A última hora de la noche del 1 de julio, Morata, a través del representante saudí con el que había firmado un contrato, cierra las condiciones para firmar por el Al Qadsiah, el mismo por el que había fichado Nacho unos días antes y que acaba de subir a Primera División de la mano de Míchel. Sin embargo, algo ocurre en esas horas porque, a la mañana siguiente, cuelga un post en Instagram, en colaboración con el Atlético, y escribe: "No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo". Ese día, en el móvil de Simeone aparecen varias llamadas perdidas de Morata. También en el de Miguel Ángel Gil.

Morata.

Morata.PABLO GARCÍARFEF

Tras el partido contra Alemania, 5 de julio, parece decidido a irse a Italia, con la Juventus y el Milan como opciones. De nuevo su mujer, Alice, tiene mucho peso en la decisión, que esta vez, ya sí, es definitiva. El acuerdo con el equipo rossonero lo cierran su representante, Juanma López, y su padre, fuera ya de la ecuación el agente saudí que sí había llevado las riendas de la operación fallida en Arabia.

Lo que va a cobrar en Italia es aproximadamente un tercio de lo que ya tenía apalabrado con el Al Qadsiah, y que rondaba los 13 millones netos por temporada, más incluso que Nacho. Firma en Milán para cuatro años, huyendo del ruido que, dice, le rodea en España. Sólo lo escuchará, si es que existe, cuando regrese con la selección, otro aparente cambio de opinión que, de pensar en el adiós (así lo dijo a este periódico), le deja en posición de seguir siendo capitán. De momento, porque con Morata nunca se sabe.

Morata, del título y la espina con el Atlético a su marcha a Italia

Morata, del título y la espina con el Atlético a su marcha a Italia

Actualizado Miércoles, 17 julio 2024 - 14:17

Morata se va. Tras protagonizar la celebración de la Eurocopa con la selección, el delantero del Atlético de Madrid despejó ayer las pocas dudas que podrían quedar sobre cuál iba a ser su futuro más inmediato. El madrileño acudió ayer al centro de entrenamiento rojiblanco para despedirse de sus compañeros y del cuerpo técnico que le ha acompañado estos últimos años. "Me he despedido porque era importante para mí, era importante saludarles y agradecerles todo", señaló ante los micrófonos de la Cadena Cope, donde también confirmó su salida hacia Milán.

La historia de Morata con el Atlético de Madrid ha estado marcada por los altibajos. En tres años y medio y con una larga cesión a la Juventus a mitad de camino, lo cierto es que el delantero no ha conseguido ser ese ansiado goleador que tanto reclamaba Diego Simeone. Porque si bien en esta campaña ha logrado sus mejores cifras como rojiblanco (15 goles en Liga), una mala segunda mitad de temporada y las dudas que siempre han girado en torno a su figura han acabado por determinar una salida que, por momentos, no llegó a estar tan clara.

Una publicación en sus redes sociales hace dos semanas pareció confirmar su decisión de quedarse, pero sus palabras en una entrevista en EL MUNDO volvieron a dejar todo en el aire: "Ya he dicho que me muero de ganas por ganar un título con el Atlético, pero hay que poner una balanza lo que compensa y lo que no".

Esa será, quizás, la espina que le quedará pendiente al hasta ahora delantero rojiblanco. Morata se irá a Italia sin haber podido conseguir lo que sí ha logrado como capitán de la selección, aunque él también quiso dejar claro su punto de vista. "Levantar la Eurocopa es como ganar un título con el Atlético", afirmó ayer.

Todo apunta a que el madrileño firmará un contrato por cuatro temporadas como rossonero y que pagará en estos días la cláusula de rescisión de su contrato que asciende a unos 13 millones de euros.

IRREGULARIDAD

La titularidad ha sido otro elemento indispensable para entender la etapa de Álvaro Morata en el Atlético de Madrid. El técnico argentino nunca ha dudado a la hora de contar con otro tipo de delanteros como Memphis, Correa o Diego Costa, en esa primera etapa, para buscar más efectividad o velocidad de cara a portería y acompañar a Antoine Griezmann en la punta de ataque.

Además, la llegada de Luis Suárez en aquella temporada en la que el club consiguió el título, fue clave para que acabara concretándose su préstamo al equipo juventino.