Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

"Marzo, marceador, un día malo y otro peor". Así se resume el mes del Atlético de Madrid en el que el equipo dijo adiós a dos de las tres competiciones a las que aspiraba. Los colchoneros, campeones de invierno, se han desinflado en el momento más importante del curso, donde se dirimen los títulos. El entrenador, Diego Simeone, se sigue acordando del doble toque de Julián Álvarez en cada rueda de prensa, pero tampoco oculta la evidencia: "Dentro de la temporada hay momentos, buenos, malos y regulares. Hay que seguir compitiendo hasta el final".

El equipo está en un momento malo no, crítico. Además de la eliminación de la Champions y el recuerdo del penalti de Julián, en la segunda vuelta ha perdido 17 puntos de 30 posibles, cuatro de 12 en marzo, los mismos que dejó escapar en la primera mitad del curso. Con ese tanteo, los rojiblancos se quedan a nueve puntos de la cabeza y el golaverage perdido ante el FC Barcelona. "Los equipos de detrás ya se están acercando y nos alejamos de donde queremos", apuntó Jan Oblak tras el empate en Cornellá.

La Copa, este miércoles, es la gran esperanza rojiblanca para intentar conseguir un título esta temporada, aunque aún esté el Mundialito de Clubes en el horizonte. Pero la afronta, precisamente, contra un Barça que ha ganado sus últimos nueve encuentros ligueros, un récord de épocas de Pep Guardiola y Luis Enrique. Mal enemigo para agarrarse al flotador.

Nueve goles en seis partidos

Lejos queda aquella victoria sufrida ante el Athletic, al inicio de este fatídico marzo con gol de Julián. Fue un espejismo con truco, hasta cuatro palos golpearon Los Leones en ese duelo que se les escapó por la contundencia del argentino y la gran defensa rojiblanca, línea que ha naufragado en los últimos encuentros y con la que el equipo había conseguido agarrarse a la cabeza de la tabla, de la que ahora parece haberse despegado definitivamente.

El Barcelona abrió la brecha en la ida de la Copa, consiguiendo quebrar hasta en cuatro ocasiones la meta de Jan Oblak. Desde entonces otros nueve tantos han ido a parar a las redes rojiblancas en seis partidos. Siguen como el menos goleado de Primera con 23 goles, pero el segundo ya queda mucho más cerca, precisamente el Athletic con 24 y el Getafe cerraría el podio con 25.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.AFP

La fragilidad defensiva era algo que parecía de épocas pasadas, pero ha vuelto acompañada de falta de contundencia y de energía para afrontar el maratón de partidos que acumularon los rojiblancos desde la vuelta de Navidad, 18 encuentros en 10 semanas. Incluso Giuliano, un electrón con carga siempre positiva, ahorró carreras en Cornellà, fundido como venía de hacerse 8.000 kilómetros para jugar con Argentina.

Hay que destacar que parte del descalabro también ha venido por errores de concentración que han costado puntos. Vienen a la mente el planchazo y posterior cruzada de cables de Ángel Correa en Getafe, que terminó con su expulsión y la pérdida del argentino para los siguientes cinco partidos, y el penalti que hace Clement Lenglet ante el Espanyol. Un agarrón inocente, pero en la cara del árbitro, que concedió el empate al conjunto blanquiazul. En el Metropolitano este miércoles tocará limpiar la mente y, sobre todo, recuperar los resultados.

Simeone es lo que es... y a veces no es suficiente

Simeone es lo que es… y a veces no es suficiente

Cualquier debate sobre Simeone nace viciado porque para los atléticos no es un entrenador sino un familiar y un héroe y para los madridistas, que aseguran que a ellos el Atleti les da igual pero plagan las redes y los medios de ataques al Cholo, no es un entrenador sino un pimpampum. Este segundo grupo refuerza la reacción siciliana del primero y a partir de ahí todo es elegir bando. La más leve crítica te hace anticholista y cualquier elogio, un devoto ciego.

Y no. O no debería porque limita el asunto a una ridícula pugna de máximos: hay que renovarle de por vida o despedirle hoy mismo. Dos bobadas de similar calibre. Simeone recogió un Atlético en derribo y con las piezas de un triciclo destrozado construyó un avión. Es uno de los trabajos más brillantes de un entrenador en este siglo y eso no se lo va a quitar nadie.

Tan cierto como que una primavera más, y van cuatro seguidas, apenas comienzan las alergias y el Atleti ya está a verlas venir, con un partidito a la semana para acabar tercero sin sudar y decir que ha cumplido objetivos (la baza de la Copa cambiaría el ánimo más que la evaluación). La justa indignación con el (supuesto) doble toque de Julián Álvarez llega hasta donde llega y ese lugar no debería ser la rueda de prensa del Cholo tras dar pena ante el Espanyol. Era día para la autocrítica y, como ha pasado demasiadas veces en los últimos años, no llegó.

El Atleti no se dejó la Liga en el 2-4 del Barça sino en los esperpentos en Getafe y Cornellà. Una escena, la dimisión fuera de casa cuando no se mide a colosos, que repite desde hace un lustro. No es casualidad. Si la sensación es mejor esta temporada que las pasadas es porque el Cholo ha vuelto a crear un equipo competitivo ante Madrid y Barça, ha ganado la arriesgada apuesta de Giuliano y ha captado para la causa a un fuera de serie como Julián. No es poco, pero no es suficiente.

Simeone es el entrenador que es, como Guardiola, como Ancelotti, como Flick, como todos. Ha evolucionado, claro, pero dentro de los parámetros del fútbol en el que cree (control, que ocurra lo menos posible, esperar el error...). Y cuando lo basas todo en resistir, tus futbolistas morirán por ti en el Bernabéu, pero se sentirán peces fuera del agua cuando no tengan molinos enfrente en Leganés o Vallecas. Ahí ni encontrarán un enemigo ante el que ser David ni sabrán ser Goliat. Serán la nada. Así lleva años el Atleti y le condena al limbo de la decepción. ¿Es capaz el Cholo de cambiarlo? A estas alturas, la duda es legítima y el tiempo para resolverla no puede ser eterno.

Argentina celebra su clasificación para el Mundial con un goleada histórica ante Brasil

Argentina celebra su clasificación para el Mundial con un goleada histórica ante Brasil

Actualizado Miércoles, 26 marzo 2025 - 08:43

Argentina goleó esta madrugada a Brasil por 4-1 y celebró su clasificación para el Mundial de 2026 con cuatro jornadas de antelación y sin la participación de su máximo referente, el capitán Lionel Messi, ausente por lesión.

Con goles de Julián Álvarez (m.3), Enzo Fernández (m.12), Alexis Mac Allister (m.36) y Giuliano Simeone (m.70), la Albiceleste selló la derrota más abultada que sufrió Brasil -que recortó por medio de Matheus Cunha (m.26)- en una fase de clasificación.

Con la plaza asegurada antes de jugar gracias al empate de Bolivia con Uruguay, Argentina se gustó ante Brasil en una nueva edición del Clásico Sudamericano.

Argentina apabulló a Brasil desde el comienzo y encontró rápidamente el primer gol en el minuto 4 cuando tras una excelente combinación en los últimos metros de 35 toques, Thiago Almada le puso una buena pelota a Julián Álvarez, que se llevó el balón de atropellada contra los centrales Marquinhos y Murillo para definir con calidad ante la salida desesperada de Bento.

La Albiceleste no sacó el pie del acelerador y en el minuto 12 amplió tras otra gran jugada colectiva que terminó con un centro de Nahuel Molina para la definición de Enzo Fernández en soledad para empujar el balón a la red. A partir de ese minuto se vieron los mejores pasajes de juego colectivo del combinado local que se creció ante un rival que no encontraba ninguna respuesta ni colectiva ni individual.

Sin embargo, en el minuto 26 una salida en falso de Cristian Romero dejó a Matheus Cunha solo frente a Emiliano Martínez y, con una definición al palo metió de nuevo en el partido a Brasil.

A partir de ese momento, Argentina tardó en recuperar su mejor versión, que llegó 10 minutos después con el tanto de Alexis Mac Allister.

El final del partido fue caliente con varios choques de los jugadores argentinos con Raphinha que terminó con dos amonestados en cada equipo y el árbitro Andrés Rojas intentando que no creciera la polémica.

En el comienzo de la segunda parte, Dorival Júnior rotó con tres cambios su formación inicial con los ingresos de Leo Ortíz, João Gomes y Endrick para buscar alguna alternativa.

Sin embargo, Argentina no perdió el control del partido ante un rival inexpresivo. El resultado final llegó en el minuto 70 cuando Giuliano Simeone capturó un centro pasado para sacar un remate cruzado que se le metió por encima del portero Bento Krepski.

Argentina festejó con su público la clasificación y una jornada histórica con una goleada ante Brasil. Fue despedido con una ovación y ahora esperará la próxima doble fecha FIFA en junio ante Chile de visitante y Colombia de local.

Brasil, por su parte, deberá cambiar el chip, para su doble compromiso en junio contra Ecuador en Quito y Paraguay de local.

Las razones del Atlético para protestar por el penalti: un precedente en 1999 y la expresión "con claridad"

Las razones del Atlético para protestar por el penalti: un precedente en 1999 y la expresión “con claridad”

Fueron 24 horas frenéticas en el seno del Atlético. Un día en el que, principalmente, los servicios jurídicos del club estudiaron "con calma" lo ocurrido en ese segundo penalti de la tanda ante el Real Madrid en la vuelta de los octavos de final de la Champions. Hay dudas en las oficinas colchoneras sobre la decisión del colegiado de anular la pena máxima por estimar que Julián Álvarez toca el balón dos veces antes de marcar.

Esas dudas se trasladaron en una primera queja a la UEFA, que el organismo europeo respondió con un comunicado y un vídeo categóricos. "Aunque mínimo, el jugador contacta el balón con el pie de apoyo antes de chutar, como se observa en el vídeo adjunto". Y cita el artículo 14.1 de las Reglas de Juego de la International Football Association Board (IFAB) como justificación de la decisión arbitral. "El ejecutor del penal no podrá jugar el balón por segunda vez hasta que lo haya tocado otro jugador", cita ese artículo.

Sin embargo, en el Atlético creen que en la frase anterior de ese epígrafe anula la argumentación de la propia UEFA. "El balón estará en juego en el momento en que se golpee y se desplace con claridad", recoge el texto. Así, argumentan desde la entidad rojiblanca que el supuesto roce de Julián Álvarez previo al golpeo no se puede considerar un desplazamiento claro del esférico.

El club emitió un comunicado a través de la agencia EFE para expresar la «incredulidad» y el «daño tremendo» a la entidad de una jugada que supone «un error en el uso del VAR» y que «se ha llevado por delante la ilusión de miles de aficionados». No obstante, dicen no querer poner excusas y mantienen «intacto su respeto por la labor arbitral».

La imagen que vio la UEFA para anular el penalti de Julián Álvarez contra el Real MadridUEFA TV

No recurrirán pues una decisión que el Reglamento Disciplinario europeo, según el artículo 9.1, explica que no cambiará el resultado del partido: "Las decisiones tomadas por el árbitro en el campo son definitivas y no podrán ser revisadas por los organismos disciplinarios de la UEFA". En este contexto, cabe recordar que las normas de la IFAB también establecen que la validez de los partidos no se verá afectada por decisiones erróneas del VAR o de revisiones de una decisión no revisable. "Cuando se implementó el VAR ya se indicaba que, incluso habiendo errores, los encuentros no se podían rearbitrar. Eso generaría que cada semana se intentasen impugnar cientos de partidos en todo el mundo", apunta Álvaro Gómez de la Vega, socio en Jofre Sports Law.

Sin embargo, hay precedentes y un apartado, el dos, del citado artículo 9 del Reglamento Disciplinario, que abría la puerta a una reclamación por parte del equipo rojiblanco, que finalmente no se va a producir. Este habla de casos en los que una decisión del colegiado implique un "error obvio". "La impugnación del partido es algo inviable porque es para supuestos muy especiales y no se da el caso en partido del miércoles donde se aprecia por la imagen que el jugador toca dos veces", apunta Gómez de la Vega.

El precedente al que se podría agarrar el Atlético es un penalti que lanzó Martín Palermo en el Torneo Clausura de 1999 ante el Platense. Pese a que el argentino tocó el balón en dos ocasiones, el árbitro concedió la pena máxima. La jugada, posteriormente, generó dudas en la FIFA que acabó consultando a la propia IFAB.

"El jugador tocó accidentalmente el balón por segunda vez tras un resbalón antes de que entrase en la portería. Ese hecho no puede considerarse como un acto voluntario y, según el espíritu de las reglas de juego, el árbitro concedió correctamente el tanto», respondió la organización. De hecho, en el caso de Julián Álvarez, la propia UEFA también ha reabierto el debate para con la FIFA y la IFAB sobre si se debe revisar esta norma.

Simeone mira al futuro

El portero del Real Madrid, Thibaut Courtois, dijo que ya se dio cuenta en directo de lo ocurrido en la jugada. "Sentí que tocó doble y se lo dije al árbitro", explicó el portero madridista y añadió: "No es fácil de ver y es mala suerte para ellos". Y lo cierto es que el protagonista fue cazado por una cámara de la retransmisión televisiva admitiendo ante varios compañeros que podría haberlo hecho. "Puede ser. No lo sé, pero puede ser", dijo a Correa, Lino y Barrios que le preguntaban en la piña de jugadores rojiblancos durante la tanda.

A última hora del jueves, en sus redes sociales, Julián Álvarez aprovechó para pronunciarse sobre la eliminatoria, pero evitó hablar sobre el penalti. "Duele quedar afuera después de haberlo dado todo en la cancha y luchar hasta el último minuto. No se nos dio, pero este equipo demostró carácter, entrega y corazón", escribió y agradeció a la hinchada por la entrega y felicitó al Real Madrid por la clasificación.

Minutos después de la clasificación del Madrid a cuartos, el término "robo" fue trending topic mundial. Simeone, por su parte, se aupó al top 3 después de su calentón en rueda de prensa acerca de la polémica jugada. No obstante, hoy ya es otra palabra la que ocupa la mente del cuerpo técnico: "Barcelona".

El fútbol de los idiotas

El fútbol de los idiotas

La UEFA demuestra con unas imágenes que Julián Álvarez tocó el balón con los dos pies para, a continuación, preguntarse si esas acciones, claramente involuntarias por el resbalón del argentino, deberían conducir a la anulación del penalti. Es decir, salva a sus jueces de VAR y de campo, porque aplicaron correctamente el reglamento, y traspasa la polémica a la FIFA. Es el comunicado de la mala conciencia, porque el espíritu de la norma es impedir que el lanzador saque una ventaja que en el caso de Julián Álvarez no se produce de ninguna forma.

La reflexión que pide la UEFA, sin embargo, no debería quedarse en la norma 14 que ahora releen en el Atlético en todas direcciones, sino que habría que ampliarla a todo el sistema del videoarbitraje, porque lo que ocurre hoy con el lanzamiento del penalti ha sucedido ya con las manos y los agarrones en las áreas. Fue Ancelotti quien acuñó el término «penaltito», con acierto. Hombre de fútbol, en el Metropolitano puso la misma cara que todos los españoles cuando un tiro a la portería de Unai Simón fue detenido por la mano de Cucurella durante la Eurocopa. El VAR dijo que no era penalti. No era momento de debatir, sino de levantarse a por las patatas fritas. El Madrid no tiene ninguna responsabilidad en lo sucedido, esta vez beneficiado, otras perjudicado, hecho que ha desatado sus iras. Los cambios que pide, algunos con razón, no tienen que ver sólo con los colegiados en España.

El VAR decidió que debía ser anulado el lanzamiento de Julián Álvarez sin necesidad de consultar al colegiado polaco Marciniak para que interpretara la acción en el monitor. El protocolo dice que en esos casos no es necesario. Una norma que no se interpreta en su contexto, en el caso del fútbol en todo lo que tiene que ver con el juego y las intenciones, puede convertir a quien la toma en un necio. La tecnología, utilizada como una herramienta más, mejora nuestras vidas y puede mejorar el fútbol, por supuesto, pero la sumisión a la tecnología puede convertirnos en idiotas, también en un terreno de juego.

La UEFA publica un vídeo en respuesta al Atlético en el que se ve cómo Julián la toca dos veces en el polémico penalti

La UEFA publica un vídeo en respuesta al Atlético en el que se ve cómo Julián la toca dos veces en el polémico penalti

La UEFA ha respondido a la cuestión planteada por el Atlético de Madrid tras la anulación del penalti de Julián Álvarez en el duelo contra el Real Madrid de Champions con un comunicado y un vídeo que demuestra que el argentino tocó dos veces el balón en la pena máxima.

"Aunque mínimo, el jugador contacta con el balón con el pie de apoyo antes de chutar como se observa en el vídeo adjunto". Explica el comunicado que, como apunta, viene acompañado de un vídeo frontal en el que se puede observar en las varias repeticiones que se corrobora lo pitado por el árbitro.

El organismo europeo apela a la reglamentación de la International Football Association (IFAB) que es la que aprueba las Reglas de Juego que se aplican a todas las competiciones futbolísticas. Cita el texto el artículo 14.1 que indica que "el ejecutor del penal no podrá jugar el balón por segunda vez hasta que lo haya tocado otro jugador".

Así, como asevera la UEFA, el VAR se vio en la obligación de llamar al árbitro para que invalidara el gol anotado por Julián Álvarez en el segundo penalti de la tanda, en la que acabaría venciendo el Real Madrid por cuatro a dos.

El texto termina con el anuncio del organismo europeo de entrar en discusiones con la FIFA y la IFAB para revisar esa norma en los casos en los que ese doble toque sea "claramente involuntario".

¿Por qué se anuló el gol de Julián Álvarez? Esto es lo que dice el reglamento

¿Por qué se anuló el gol de Julián Álvarez? Esto es lo que dice el reglamento

Corría Julián Álvarez hacia sus compañeros con el puño en alto. Había igualado la tanda de penaltis ante el Real Madrid con un lanzamiento accidentado, pero que había terminado en la red de la portería que defendía Courtois. Pero el guardameta había visto algo raro y avisó al colegiado. "Sentí que tocó doble y se lo dije al árbitro", explicó el portero madridista y añadió: "No es fácil de ver y es mala suerte para ellos".

Lo cierto es que justo cuando Álvarez llegaba a la piña con sus compañeros, Szymon Marciniak se llevaba la mano al pinganillo. Al otro lado estaba Tomasz Kwiatkowski y confirmaba lo que ya había atisbado el portero madridista: Julián había tocado dos veces el balón.

Marciniak miraba entonces al cuarto árbitro y hacía la seña de que el penalti quedaba anulado y levantaba un dedo reiterando que el único penalti válido de los rojiblancos era el anotado por Sorloth en el primer lanzamiento. Mientras, en el corrillo de jugadores colchoneros, Correa, Lino y Barrios preguntaban al argentino por lo ocurrido y este parecía que les indicaba, según las imágenes de la retransmisión: "No sé".

La imagen que vio la UEFA para anular el penalti de Julián Álvarez contra el Real MadridUEFA TV (Vídeo)

Pero el equipo arbitral, mayoritariamente de origen polaco, tenía claro lo ocurrido. En en lanzamiento del penalti, Julián, involuntariamente puesto que se había producido por un resbalón, había vulnerado los artículos 10 y 14 de las Reglas de Juego de la International Football Asociation Board (IFAB).

El precepto decimocuarto habla del procedimiento de lanzamiento de un penalti. En su apartado 1 especifica: "El ejecutor del penal no podrá jugar el balón por segunda vez hasta que lo haya tocado otro jugador". Que es lo que estimó el VAR que se produjo tras el tropezón del argentino.

Y el décimo es el que explica la sancion preceptiva para ese tipo de acciones: "Si el lanzador es penalizado por una infracción cometida después de que el árbitro haya dado la señal para ejecutar el lanzamiento, se registrará este como fallado y se amonestará al lanzador".

El polaco no amonestó a Julián Álvarez, quizás porque pudo interpretar que ese doble toque se produjo de manera involuntaria, pero sí que procedió a anular el lanzamiento tan pronto como el VAR confirmó lo que había pasado.

La UEFA no hace públicas las actas de sus encuentros, como ocurre en las competiciones españolas, pero dos copias de los documentos sí se entregan a los equipos al finalizar el partido. El Atlético podrá ver en la suya la decisión que tomó el árbitro polaco y que marcó la tanda de penaltis en los octavos de final de la Champions.

Dios viste de blanco: el Real Madrid revive la pesadilla del Atlético en los penaltis

Dios viste de blanco: el Real Madrid revive la pesadilla del Atlético en los penaltis

Tenía razón Simeone. La eliminatotia estaba en manos de Dios, y Dios, como decía su compatriota Borges, no admite sobornos. Ninguno los cometió, entregados Atlético y Madrid a un derbi agonístico, sostenido el primero sobre un gol al alba, a los 29 segundos, sobrepuesto el segundo a la atmósfera del Metropolitano, al balón a los cielos de Velázquez lanzado por Vinicius, incluso a sí mismo. A Dios le tocaba elegir, no castigar, en el te quiero, no te quiero de los penatis, pero el resbalón de Julián Álvarez ante la suerte suprema tiene algo de castigo. El Madrid avanza, pues, a cuartos de la Champions como si caminara sobre las aguas, sin resbalarse, porque Dios viste de blanco. [Narración y estadísticas (1-1, 2-4)]

A Rüdiger correspondió el penalti decisivo, el último, después de que marcaran sus pesos pesados, Mbappé y Belligham los primeros, con un Vinicius fuera, que ya había fallado en el mismo lugar. Tiene Champions para corregirse. Marcos Llorente envió antes de Rüdiger al palo. El fatalismo se repetía para el Atlético y para Simeone, que gritaba a los suyos que levantaran la cabeza. Estaban eliminados pero estaban de pie.

Ese Madrid inyectado había salido al césped del Metropolitano como se sale del servicio del cine cuando la película está a punto de empezar. Siempre queda algún botón por abrochar. Mal asunto. Lo que le esperaba no era una comedia, precisamente. En 29 segundos, estaba en pelotas, lo que tardó el Atlético en desnudarlo, de la bragueta a la camisa. La eliminatoria empezaba de nuevo, igualada, en el minuto uno.

Los excesos y el absurdo

El balón transitó entre los futbolistas del Atlético como si derribara fichas de dominó, fichas blancas: Asencio, Valverde, Courtois. A Gallagher correspondió el remate final, en un cuerpo a cuerpo con el belga. Era como una señal del destino, puesto que el inglés había sido una de las dos novedades escogidas por Simeone en el once. Reinildo, la segunda, para armar una banda izquierda nueva con respecto a la ida en el Bernabéu. Por ese lugar recibió el golpe en la ida, muy temprano. Lo devolvía mucho antes, sin que el Madrid se hubiera abrochado todos los botones.

Simeone ni se inmutó en la banda, lejos su hipercólera. Esto es muy largo, pensó, entre expectante y sorprendido. En su mente anidaba la pregunta de qué hacer frente a un escenario inesperado, al menos tan pronto. Nunca sabremos cuál era su hoja de ruta si el Atlético hubiera tardado más en igualar la eliminatoria. Ahora estaba más claro, porque la situación regresaba a su terreno, a la cueva donde nadie juega a las sombras como el argentino. Le encanta intervenir, decidir sobre lo que acontece en el campo, manejar los tiempos de los partidos. A veces hasta el exceso, y los excesos conducen al absurdo.

El Atlético se replegó, huyó de la presión alta para proteger el tesoro e impedir correr al Madrid. Si lo hace, hay que jugar con la pelota y el crucifijo. Una vez pudo hacerlo, una, y Mbappé puso a Oblak en el paredón. El penalti de Vini se fue al cielo.

Julián Álvarez, en el penalti que fue invalidado por el árbitro.

Julián Álvarez, en el penalti que fue invalidado por el árbitro.AP

Al Madrid le quedó inicialmente la posesión, pero la posesión sin profundidad es un ejercicio estéril, como el amor sin sexo. En el fútbol español hemos conocido las dos versiones. El ataque posicional no dio frutos a los blancos en un primer tiempo en el que apenas sacaron un disparo de Rodrygo. Nada más. Poco. Poquísimo. Mbappé, desesperado, escapaba del área a los medios para tocar el balón y sentir que estaba en el partido.

El peligro lo generaba el Atlético, porque a su excelente organización defensiva añadía más intensidad en las disputas que se producían en las transiciones, con la excitación justa. Encontrarla era básico para los rojiblancos, en una atmósfera muy cargada, como sucede en los derbis del Metropolitano. No estábamos ante un derbi cualquiera. Igualar la eliminatoria tan pronto se lo permitió. Lo contrario los hubiera desquiciado.

Sin necesidad de desguarnecer sus líneas, con muchas precauciones por parte de Marcos Llorente y Reinildo, habituales en los despliegues, los jugadores de Simeone consiguieron llegar al área de Courtois y provocar que apareciese la mejor versión de Julián Álvarez, voraz para cargar la pierna desde cualquier lugar y disparar, incluso para intentar dos veces seguidas el gol olímpico. Sabe que es una estrella, sabe que quiere ser un número uno y sabe dónde ha de conseguirlo. Era un partido señalado. Julián Álvarez le ha ofrecido a este Atlético, donde vemos la versión otoñal de Griezmann, un vértice de calidad extrema, en el gol y en mucho más.

Cambios de riesgo

El Madrid debía elevar la presión y la movilidad para poder encontrar las ocasiones. Lo hizo tras regresar del descanso, sin que el Atlético cambiara su plan, salvo en los primeros minutos. Eso es muy del Cholo, un arranque a fuego y después el repliegue a la espera de la carroña. El factor sorpresa a veces funciona. Lo hizo en el primer tiempo. Después, no.

Ancelotti se había inclinado por Modric como titular, porque el partido pedía galones, temple, sabiduría. Sin embargo, la celda del Atlético le obligaba a mover los barrotes con energía. Camavinga saltó para ocupar el lugar del croata, pero a la vez se retiraba del campo también Tchouaméni, Valverde pasaba al centro y Lucas Vázquez ocupaba el lateral. Cambios de riesgo. Poco tiempo después, Brahim, en busca de las acciones de uno contra uno para superar piezas hasta entonces infranqueables.

La única vez que el Madrid lo había logrado fue por un error ajeno, de Griezmann, en su área. Pudo entonces correr, aplicar su manual, para conectar con Mbappé, único en los movimientos en ese lugar. Lenglet lo derribó. Con muy poco, Vinicius estaba ante los 11 metros, ante la puerta de Oblak como si fuera la puerta de la gloria. Volvió al purgatorio.

A la prórroga llegaron ambos entre el cansancio, las lesiones, como las de Mendy o De Paul, y el miedo. El Atlético ya no contaba con Giuliano, una dinamo que genera y genera energía, ni De Paul, pero aparecía el factor Correa. Un control de cirujano tras un envío de Oblak, de costa a costa. Insuficiente para tumbar al vigente campeón.

Rodrigo de Paul, el cerebro y 'motorcito' que más corre de la Champions: "El equipo hace muchos esfuerzos, en Europa hay que luchar y jugar"

Rodrigo de Paul, el cerebro y ‘motorcito’ que más corre de la Champions: “El equipo hace muchos esfuerzos, en Europa hay que luchar y jugar”

Muchos Atléticos aún tendrán en la mente aquella época no tan lejana en la que se pedía la salida de Rodrigo de Paul (Sarandí, 1994) del equipo rojiblanco. "No es el de la selección", "no está implicado", se escuchaba. Eran muchas las críticas que recibía el argentino pese a volver con el Mundial bajo el brazo hace año y medio. Y lo cierto es que el mediocentro no había alcanzado en el Metropolitano el nivel que exhibió en el Udinese. Hasta ahora.

"Ha logrado transmitir lo mismo que con la selección en el Mundial y convertirlo en el Atlético de la mejor manera", le elogió Diego Simeone hace unas semanas, y añadió: "Antes lo había hecho en espacios separados, ahora está teniendo continuidad". De Paul es imprescindible en este Atlético de Madrid tanto desde el césped como a nivel de vestuario. El argentino siempre ha exhibido "personalidad, jerarquía y visión de juego", según alaba su técnico. Y esta temporada hay que sumarle el esfuerzo. De ahí que le llamen motorcito. "Siempre se ha esforzado, pero ahora las cosas le están saliendo tanto a él como al equipo", dicen desde el vestuario.

El cinco del Atlético es el jugador de la primera plantilla que más kilómetros ha recorrido en los nueve encuentros de Champions League, superando al sacrificado Julián Álvarez, 64 frente a 63. "A veces toca correr más, otras menos, el equipo hace muchos esfuerzos. En europa hay que correr, hay que jugar", declaró en rueda de prensa.

Pases que rompen líneas

Su despliegue en el Bernabéu seguro que será tomado en cuenta por Carlo Ancelotti a la hora de configurar un mediocampo que pueda sujetar el físico rojiblanco en la medular liderado por el argentino. Además, es el centrocampista del Atlético que más balones corta con 20, dos más que Marcos Llorente, que ha ejercido mucho más de defensa esta temporada.

A ello se le suma, y esto sí entra dentro de sus características, que es el jugador de Europa con más pases filtrados o pases que rompen líneas. De Paul suma 21. El segundo es Lamine Yamal. con 18 y completa el podio Joshua Kimmich con 16. De los 21 del argentino hay que añadir que siete han terminado en asistencia de gol y está a una de igualar su mejor registro como colchonero, las ocho de la 22/23.

En la ida fue un poco el pegamento y el corazón del conjunto rojiblanco. Protagonizó 95 acciones con balón, provocó dos faltas y ganó tres de cinco duelos disputados. Además, y pese a buscar muchas veces ese pase vertical, el argentino completó un 87% de los desplazamientos que intentó. Por eso los aficionados contuvieron la respiración cuando tuvo que ser sustituido en el descanso del partido del pasado domingo ante el Getafe tras un golpe de Álvaro Rodríguez.

El clan argentino

No obstante, todo apunta a que estará disponible hoy para el duelo en el Metropolitano. Y es que por él pasa el juego del Atlético. Es como si fuera el base de un equipo de baloncesto. Lidera el ranking de controles, pases y toques de balón muy por delante del resto de compañeros. Aunque en este último aspecto se le acerca Antoine Griezmann, su gran amigo dentro de la plantilla y con el que más bromas se le ve hacer dentro del vestuario. "Es un tipo muy divertido y abierto", mantienen fuentes internas sobre De Paul.

El francés no pertenece al clan argentino, ese grupo de jugadores campeones del mundo y que pasan muchos ratos juntos fuera de las instalaciones deportivas del club, pero su capacidad de unir ha hecho que congenie mucho con De Paul. Por su parte, el argentino es uno de los principales responsables de la buena adaptación de Julián Álvarez en el vestuario rojiblanco.

Juntos, serán la gran baza del Atlético. "Cuando estás ante estos partidos hay que disfrutarlos y sabemos que no depende de un jugador sino del grupo", expresó el jugador rojiblanco.

Brahim cobra la mínima ventaja en el derbi del miedo

Brahim cobra la mínima ventaja en el derbi del miedo

El Bernabéu es un buen lugar para la contemplación si se es espectador. Como mirar una catedral para los devotos, con un marcador que es como un fresco en movimiento. Como futbolista, sin embargo, es un mal asunto. El Atlético partió deliberadamente contemplativo, agrupado en su campo, a la espera de que no pasaran cosas. A Simeone le puede su naturaleza, tenga lo que tenga, y no es un reproche, ni es negativo. Es lo que es, y le ha ido de maravilla. En el Metropolitano, en cambio, deberá proponer más, porque la Champions lo exige; el Madrid, también. No le bastará su acting en la banda. Sin necesitar de una noche mágica, el rey de Europa cobra ventaja en unas circunstancias mucho más adversas, porque en el Bernabéu siempre pasan cosas si se deja crecer a los suyos, aunque las haga un suplente que no debería sentirse como tal. Es Brahim. La contemplación desde la hierba es un mal asunto. [Narración y estadísticas (2-1)]

Las primeras acontecieron esta vez muy rápido para conectar a Valverde y Rodrygo, que pudo con la velocidad de Javi Galán como si no se esforzara. El brasileño se desliza, sin desgaste, por donde otros pisan con clavos. El eslalon acabó en un gol pletórico, messianico.

Para saber más

Fue como el directo inesperado nada más sonar la campana del primer round que deja grogui al oponente. Ahí estaba la oportunidad del Madrid para romper la eliminatoria y obligar a Simeone a cambiar su hoja de ruta, que se plantó en el Bernabéu a jugar una eliminatoria, no un partido. Después de verse superado de semejante forma, como le ocurrió al lateral rojiblanco, un futbolista queda tocado emocionalmente. Rodrygo volvió a intentarlo, pero el defensa reaccionó con los tiempos justos, al límite del penalti. Giménez detuvo en la banda opuesta a Vinicius, menos preciso que su compatriota con un Mbappé de oyente. Rodrygo es el Patito feo del ataque, aunque Ancelotti es de la generación que conoce bien el cuento de Andersen.

Un equipo desgastado

Un gol no cambia, sin embargo, un plan, y el Atlético siguió a lo suyo, con la prioridad de dejar al Madrid sin espacio y refugiarse en largas posesiones que evitaran las pérdidas. Sin la pelota, cerraba los espacios entre las líneas; con ella, hacia el campo anchísimo. Ello hacía correr al Madrid, un equipo desgastado físicamente. Era parte del plan del argentino, que sabe de los buenos finales de los suyos. No lo tuvieron. Ello no daba, de momento, ocasiones al Atlético, que tuvo la primera en una llegada de Giuliano, cuyo centro, dirigido a Lino, fue interceptado por Valverde. El uruguayo estaba en el campo bajo riesgo, pero en dos acciones, el pase del gol y el corte del no gol, demostró por qué.

En un contexto en el que mandaban el respeto y las precauciones, con balones al pie y sin presión alta por parte de ninguno de los equipos, los goles sólo podían llegar gracias a acciones individuales. Rodrygo había encontrado el espacio por sorpresa, pero eso no iba a volver a suceder. La de Julián Álvarez fue individualísima. Después de un error de Camavinga, alzó su visión periférica desde el cuerno del área y lanzó un disparo teledirigido que salvó la envergadura de Courtois. Como burlar las alas de un cóndor.

La réplica la puso Brahim, nada más regresar del descanso, al sostenerse en el área gracias a su potente tren inferior y su bajo centro de gravedad, y salvar contarios para colocar el balón en el lugar imposible de Oblak. Una acción de alivio para el Madrid, porque Simeone ya había mandado aumentar el ritmo de los suyos al salir del vestuario. Al argentino le gusta jugar varios partidos dentro de un mismo partido, no digamos ya en una eliminatoria. La nueva ventaja del Madrid llegaba de la nada, como había ocurrido con el tanto de Julián Álvarez.

Julián Álvarez, ante Camavinga, en la acción del 1-1.

Julián Álvarez, ante Camavinga, en la acción del 1-1.AFP

Brahim y Julián tiene algo en común, y es haber llegado procedentes del Manchester City. Todo lo que deja Guardiola suele tener tara, pero con estos jugadores alguien se equivocó, por ponerlos poco o por abrirles la puerta. También en la Federación Española. Julián, la gran referencia de este Atlético, ya por encima de Griezmann, apunta en grande. Brahim, recambio del sancionado e intocable Bellingham, hace muchísimas cosas, y todas bien.

Oblak encajó el segundo gol, pero el Atlético encajó el temor, y más cuando Ancelotti echó mano de Modric, al que Simeone veía como titular, para sacar del campo a Camavinga. Brahim se lo recordó a gritos desde la banda tras su gol. Sabe el argentino lo que el croata puede hacer, por lo que llamó a Le Normand para pasar a jugar con línea de cinco y vació su centro del campo para poner a Correa y Sortloth, los jugadores de sus finales. Si había algo que jugar que fuera en las áreas, aunque estuvo más cerca de perder más que de ganar algo. Camino del Metropolitano, el Madrid lo hace más seguro de lo que estaba antes de saltar a su propio estadio. Simeone sabe que necesitará más.