La transformación del "niño" Arda Güler: conversaciones con Ancelotti, "mucha presión", gimnasio, nutrición...

La transformación del “niño” Arda Güler: conversaciones con Ancelotti, “mucha presión”, gimnasio, nutrición…

«Es un joven con mucha presión alrededor». Después de marcar ante el Girona su primer gol de la temporada, Carlo Ancelotti volvía a mandar un mensaje a Turquía y a poner calma sobre el foco mediático de Arda Güler. La perla otomana, «el Messi turco», como le apodaron en su país antes incluso de fichar por el Real Madrid, es una de las personalidades más famosas de una nación donde la pasión lo es todo.

A sus 19 años, Güler es uno de los futbolistas más ovacionados por la afición del conjunto blanco, tanto en España como en el extranjero. En Vallecas, última visita madridista, fue el más aclamado junto a Jude Bellingham a la salida del estadio tras el partido.

Y la final de la Copa Intercontinental de esta tarde en Doha no será una excepción. El turco, musulmán profeso, se presenta esta semana ante un público árabe que le idolatra y que ve en él la conexión entre la pasión religiosa y la futbolística. El Madrid tiene millones de seguidores en el mundo árabe y tras la salida de Benzema, también musulmán, Güler es ahora su nuevo icono, vitoreado a la llegada del Madrid a Doha este lunes.

«Ha madurado»

El turco sigue dando pasos adelante en el vestuario del cuadro de Chamartín. Ha sido titular en los dos últimos partidos de Liga, ha marcado un gol y ha dado dos asistencias. Pasos de gigante para «un niño», como le define Ancelotti todavía, que en 12 meses se ha transformado físicamente. «Ha madurado», admiten en Valdebebas, tanto de piernas como de mente, y se ha ganado un hueco en la rotación del campeón de LaLiga y la Champions.

Llegó en el verano de 2023 con apenas 18 años y una musculatura poco trabajada, aunque con todo el talento del mundo. Y le costó. Sufrió una lesión de menisco en la pretemporada de Estados Unidos, pasó por el quirófano, estuvo de baja dos meses y al volver acumuló varias lesiones musculares que le impidieron debutar hasta enero de este año, cuando su familia se presentó en las humildes gradas de Aranda de Duero una noche de Reyes para observar el primer partido oficial de su hijo con la camiseta blanca, en la Copa del Rey. Sus padres y su hermana son los grandes pilares de su círculo cercano y los que más paciencia le han dado en sus primeros y complicados momentos en el Santiago Bernabéu.

Por instantes se desesperó, con el ansia viva de querer demostrar sus virtudes y con la presión extraordinaria de todo su país por verle triunfar. «Ha tenido seis meses de lesiones y ahora está más tranquilo. Hay que ser paciente con él, entiendo que hay mucha presión sobre él, un país entero Turquía que quiere verle jugar en el Madrid, lo entiendo, pero paciencia. El chico, el niño, tiene 18 años, tendrá su tiempo», reflexionaba Ancelotti en la sala de prensa a principios de 2024.

Adaptación a la cultura española

El turco tuvo muchas conversaciones con el italiano y con miembros del cuerpo técnico durante las primeras semanas del año, cuando ya se encontraba mejor. Hizo público su deseo de jugar más y desde el banquillo le pidieron tiempo para encajar las piezas de un equipo que en ese momento peleaba por todo. También en la directiva, donde su gran apoyo ha sido Juni Calafat, culpable de su fichaje tras las interminables negociaciones con el Fenerbahce y con su familia. Calafat le terminó ganando la partida a Deco, enviado por el Barça a Estambul en mayo de 2023, y el tiempo, como le había prometido Ancelotti, llegó para el niño Güler en la primavera de la pasada temporada.

El 26 de abril había jugado 31 minutos en Liga, pero terminó el curso acumulando más de 400 y marcando seis goles. Ahora los números son diferentes: suma más minutos que en toda la campaña pasada (657) y ha sido titular siete veces. Ancelotti le define como «un diamante».

Güler, frente a Mbappé, el martes en Doha.

Güler, frente a Mbappé, el martes en Doha.REAL MADRID

Se ha centrado en el apartado físico, con dobles sesiones entre la ciudad deportiva y el gimnasio de su casa, donde le ayuda un entrenador personal. Ha mejorado su alimentación y ha ganado masa muscular. La adaptación a la cultura española, diferente a la turca en muchos sentidos, también ha sido clave. Y los apoyos del vestuario, especialmente de Fede Valverde y Brahim, le han dado un impulso dentro del grupo.

Ancelotti le ha moldeado, dentro y fuera del césped. Fuera, le ha mostrado cariño, como aquella presentación en Cibeles cuando le habló a la afición de «un chico muy interesante». En el campo, ante el overbooking de la delantera, circunstancia que sufre su compañero de generación Endrick, el técnico italiano ve a Arda más como interior, como parte del centro del campo. Ya sea en un mediocampo de cuatro futbolistas o de tres. Y ahí, desde un principio, le pide un trabajo defensivo que el turco, ahora, sí está siendo capaz de ofrecer. «Trabaja y corre mucho», dijo el transalpino sobre él tras el duelo ante el Girona.

Montella, seleccionador turco, ha elogiado hace unos días que Güler «ha mejorado mucho en términos de actitud y carácter». «Ha aprendido a luchar y competir», insistió. Todo después de una Eurocopa que ha empujado su carrera. Después de la montaña rusa que fue su primer año en Madrid, Arda se convirtió en una de las revelaciones del torneo. Su selección fue cuartofinalista y él uno de los mejores jóvenes, asentando su lugar en el conjunto blanco, negando cualquier cesión e impulsando su carrera en la Castellana.

Ancelotti: “¿Si he perdido el control del vestuario? Pregunta dura… No lo he perdido, por supuesto que no”

Actualizado Martes, 17 diciembre 2024 - 16:47

Carlo Ancelotti y Jude Bellingham fueron los protagonistas en la previa de la final de la Copa Intercontinental, nueva oportunidad para el Real Madrid de sumar un título esta temporada. Lo hará ante Pachuca y en un momento irregular del conjunto blanco, que viene de empatar en Vallecas contra el Rayo.

Ante la prensa, el entrenador italiano fue contundente sobre la situación de la plantilla y sobre el ambiente que se vive dentro. Cuestionado por un periodista extranjero por el "control" sobre sus futbolistas, Ancelotti, sorprendido, fue directo: "¿Que si he perdido el control del vestuario? Pregunta dura, eh. No, no lo he perdido, por supuesto que no. En el fútbol hay que atravesar momentos difíciles, a veces llegan en octubre-noviembre y a veces en abril-mayo. Lo importante es estar ahí. Si llega pronto, aún lo puedes rescatar. Seguro que seremos muy competitivos en la segunda parte de la temporada, seguimos vivos y no he perdido el control", reflexionó y recalcó el italiano.

Preguntado también por las críticas a su trabajo, el entrenador transalpino las consideró "aceptables". "Son parte de mi trabajo. He diferenciado muy bien lo que me molestó más en otras semanas. La crítica deportiva la tengo muy en cuenta, porque no siempre haces las cosas bien y te equivocas. La crítica te puede despertar. No hay ni un entrenador en la historia del fútbol limpio de la crítica. Es importante entenderlo".

Carletto tiene ante sí la posibilidad de convertirse en el entrenador con más títulos de la historia del Madrid. "Es algo importante también para mí, un honor que me comparen con entrenadores tan grandes", admitió. Y deslizó que Mbappé puede tener minutos en la final. "La situación de Kylian es sencilla, entrenó ayer y tuvo buenas sensaciones. Hoy será importante para evaluar sus sensaciones. Si está bien va a jugar, pero si hay un mínimo riesgo no lo hará. Las sensaciones de ayer fueron muy buenas y somos optimistas".

Será una tarde interesante para el Madrid y para Vinicius, que puede ganar el premio 'The Best' a mejor futbolista de la temporada. "Se lo merece por el trabajo que está haciendo", dijo Ancelotti.

Unos segundos antes, Bellingham había elogiado al brasileño. "Es un placer jugar con Vinicius, nos ayuda a levantar títulos. Sería muy meritorio si se lleva el The Best, me alegraría por él".

El inglés asumió la presión de jugar y liderar el Madrid. "La presión es un privilegio. Soy un aficionado al fútbol y entiendo cómo funcionan las cosas. Hay críticas y las aceptas. Eso se queda de puertas para adentro, el ruido exterior es algo de esperar", declaró, y dejó claro que no es el único líder del vestuario: "Creo que en los vestuarios hay muchos líderes. No iría mucho más allá, hay muchos futbolistas en el vestuario. Lo importante es que todos nos respetamos y podemos delegar responsabilidades porque confiamos mucho los unos en los otros".

Bellingham sigue jugando con la protección en el hombro, una situación que estrenó la pasada temporada y parecía haber dejado de lado, pero que ha continuado este curso. "Todo bien, sigo con la protección, pero las sensaciones son muy buenas".

Luis Figo: "Los egos te pueden destrozar el ambiente, lo más importante es que cada uno sepa su papel"

Luis Figo: “Los egos te pueden destrozar el ambiente, lo más importante es que cada uno sepa su papel”

El fútbol español se partió en dos cuando Florentino Pérez convirtió a Luis Figo (Almada, 1972) en el primer galáctico. El portugués dejó el Barça y llegó al Real Madrid para iniciar la galaxia del Bernabéu, a la que luego se unieron Zidane, Ronaldo y Beckham. 20 años después, Vinicius, Bellingham y Mbappé buscan su propio universo. De todo charla el exfutbolista, que mañana participa en el evento LALIGA EA SPORTS X FC 25RUSH, una competición que mezcla un partido en el clásico videojuego y en la realidad junto a Carles Puyol y varios de los streamers más famosos de España.

¿Le gustan los videojuegos?
Bueno, ahora mismo, por mi edad, ya no dedico tanto tiempo a ser gamer, pero cuando era más joven sí. Me gustaban mucho.
¿Con qué compañeros peleaba más en la consola?
Con los de la selección, sin duda. Ahí la gente jugaba bastante, Rui Costa, Jorge Costa... Jugaban mucho, también a juegos de estrategia.
En el videojuego FC 25 es el segundo luso con más media después de Eusebio. ¿Usted se coloca ahí en la historia de Portugal?
Bueno, la cuestión virtual no la podemos controlar mucho, ¿no? Si me lo preguntas a mí, yo me pondría en lo máximo, pero no lo puedo controlar. Sólo espero que la calidad no sea mucho más mala de lo que era en realidad (risas).
En el nuevo modo 'Rush', estrenado en FC 25, se juega 5 contra 5 en un campo más pequeño. ¿A qué cinco elegiría usted?
Uf, difícil... Porque he jugado con mucha gente importante... Pero quizás de portero pondría a Iker (Casillas), luego a Roberto (Carlos), a mí mismo, Ronaldo y Zidane.
Los Galácticos. Ahora el Madrid está viviendo una nueva etapa de Galácticos tras la llegada de Mbappé y viene de ganar en Bérgamo tras unos meses complicados. ¿Cómo está viendo su temporada?
Era un partido importante, pero el Madrid cuando tiene que dar la talla sale siempre adelante. La Champions es su competición. A pesar de las dificultades del inicio, creo que el Madrid estará ahí con opciones hasta los momentos decisivos. Es un año difícil por la Eurocopa , porque han tenido pocas vacaciones y hay que darles tiempo.
¿Ve similitudes entre las dos generaciones, la suya y la de ahora?
No me gusta comparar, porque luego siempre sale alguien perjudicado. Son generaciones diferentes, los rivales son diferentes, el fútbol es diferente... Lo único que se puede parecer es que en el Madrid juegan los mejores jugadores del mundo. En eso sí, pero luego cada uno tiene su estilo y son épocas diferentes. No sé cómo lo haríamos nosotros ahora ni cómo lo harían ellos en la nuestra. Hay que disfrutar de cada generación.
Lo que sí se puede comparar es la presión de un vestuario con grandes jugadores. Usted fue el primero en llegar. ¿Cómo lo vivieron?
Sí, la presión yo sí la he vivido... (risas). La gente quiere las cosas rápido, pero hay que dar tiempo. Cambias de país, de equipo, hay una adaptación, hay gente que se integra más rápido... Depende de tantos factores, de cada uno, de la personalidad... Y lógicamente, no es lo mismo que jugar en un equipo que jugar en el Real Madrid. La presión existe en todos los lados, porque si tienes un nivel siempre tendrás responsabilidad y presión, pero la calidad está ahí. Lo que pasa que muchas veces la presión no te deja mostrar tu calidad y muchos jugadores llegan al Madrid y no consiguen expresar su talento. Pero creo que en general, los grandes jugadores como Mbappé tarde o temprano demostrarán sus virtudes.
Decía Cristiano que no le hacía falta salir con Benzema y Bale para rendir en el campo. ¿Ser amigos influye o no hace falta?
Yo creo que puede ser importante, siempre es mejor que te lleves bien. Pero en términos de juego siempre será más importante que cada uno sepa su papel y lo que tiene que dar al equipo, porque a fin de cuentas los egos te pueden destrozar en términos de ambiente, resultados y equipo. Lo más importante es que cada uno, con su calidad, sepa su espacio, saber lo que tiene que hacer y lo que tiene que sacrificar en pro del equipo. Si es así, perfecto.
Usted jugó hace poco un clásico de Leyendas. ¿Sigue habiendo pique o con la edad se pasa?
Nada, siempre quieres ganar (risas). Pero sí existe amistad y respeto por lo que hemos vivido. Dentro del campo, eso sí, intentamos disfrutar y ganar, a nadie le gusta estar corriendo y perder. Esa competitividad siempre la llevas dentro.
Cristiano sigue jugando en Arabia y en la selección. No para.
Cada uno sabrá cuándo tiene que parar, según sus condiciones. Yo paré con 36 y ya no podía más. Pero Cristiano es un tipo excepcional en todo lo que hace y siempre nos seguirá sorprendiendo. Creo que cada uno tiene que pensar cuándo se tiene que retirar, dicen que las segundas partes nunca son buenas y es mejor tener la consciencia del momento que estés seguro de hacer. No retirarse, volver y luego retirarse.
Mañana se enfrentará a algunos streamers, que son los nuevos ídolos de los niños.
Sí, creo que al final es un concepto que llega a todo el mundo, es mucho más amplio. Y esto que vamos a hacer, por ejemplo, es hacer del fútbol un deporte más innovador. A quien le guste el fútbol real, ahí estará, y al que le guste el virtual, también. Para todos.
Una victoria angustiante

Una victoria angustiante

Actualizado Martes, 10 diciembre 2024 - 23:47

Tres goles de sus tres estrellas salvaron al Madrid de la caída a los avernos de Europa. Fue una victoria angustiosa. Con alto porcentaje de que Ancelotti ejerciera su desesperante catenaccio en el momento que su equipo cobraba ventaja.

Otra triste desesperación es la lesión de Mbappé, que horriblemente ha caído al precipicio muscular. Empezó con un gol fenomenal, de estrella, pero nadie contaba con que se lesionase. Es un avatar más de su desgra

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No hay gol feliz para Mbappé

No hay gol feliz para Mbappé

El relato madridista esperaba ese gol de Mbappé, un gol decisivo, de los que rompen un bloqueo, no un gol para llenar el granero. La inesperada situación de compromiso en que ha derivado esta Champions lo servía. Falló en Anfield, en el punto de penalti, pero acertó en Bérgamo para adelantar al Madrid. Fue una acción made in Mbappé: control, zancada y gol. Todo a altísima velocidad y altísima precisión, sin espacio para la duda que crece como la

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El Real Madrid sale vivo de Bérgamo, donde pierde por lesión a Mbappé

El Real Madrid sale vivo de Bérgamo, donde pierde por lesión a Mbappé

El Madrid volvió a salir vivo del precipicio de la Copa de Europa. Con talento, con pegada, con agonía... Con todo lo que es la historia del conjunto blanco. Mbappé, Vinicius y Bellingham levantaron al cuadro de Chamartín para sacarlo del asedio de Bérgamo, donde se jugaba su futuro continental. De Ketelaere y Lookman les metieron el miedo en el cuerpo, pero aguantaron. [Narración y estadísticas (2-3)]

Ante lo "jodido" de la situación, como reconoció Valverde en la previa, Ancelotti no titubeó en su alineación. Dio entrada a Vinicius, que llevaba cuatro partidos de baja por lesión, y situó a Tchouaméni como central en lugar de Asencio. Nadie había ganado en Bérgamo, castigado todo el mundo por ese extenuante marcaje al hombre del cuadro de Gasperini, así que la tarea era de nota.

Y el Madrid no decepcionó en el inicio. La entrada de Vinicius y Brahim dotó al equipo de mordiente y regate, clave a la hora de superar la presión rival, y el plan de buscar la espalda de los centrales con Mbappé dio lugar a los mejores 15 primeros minutos del curso madridista.

El sufrimiento de Lucas

Tras una combinación entre Brahim y Lucas, el andaluz buscó a Mbappé la frontal del área, éste superó a De Roon con un solo control y batió a Carnesecchi con un disparo seco. El gol fue el premio al buen hacer madridista y metió el miedo el cuerpo a la grada durante unos instantes. Pero fueron eso, instantes.

Unas jugadas después del tanto, Rodrygo comenzó a calentar por la banda y levantó las sospechas. Mbappé dejó de buscar la espalda de los defensas italianos, al Madrid le duró poquísimo el balón en cada posesión y el Atalanta comenzó a asediar la portería de Courtois. Sufrió especialmente Lucas, impotente ante Lookman, MVP de la última final de la Europa League.

Los bergamascos acumularon oportunidades y sólo la aparición de Rüdiger y Tchouaméni para cortar disparos evitó el empate. Lookman en el 13, De Ketelaere en el 17 y el 19, Bellanova en el 20...

Rival incansable

En el banquillo, Ancelotti pedía calma a sus jugadores, insistentes en el plan del inicio pero incapaces de llevarlo a cabo por los problemas físicos de Mbappé, que terminó pidiendo el cambio en el 34. El Madrid, precipitado, perdía el balón demasiado rápido y Brahim y Bellingham ya no podían darse la vuelta con tanta facilidad. El Atalanta, sin embargo, no bajaba marchas, incansable.

Mbappé, tras su lesión en Bérgamo.

Mbappé, tras su lesión en Bérgamo.EFE

Rüdiger tuvo una buena opción en el 39, tras un centro de Ceballos y una continuación de Bellingham, pero su disparo se marchó fuera. Y antes del descanso, los italianos encontraron oro en un error de Tchouaméni. El galo no fue contundente en una arrancada de Kolasinac hacia el área y rozó al defensa en la carrera. Una zancadilla que Marciniak castigó con penalti.

De Ketelaere envió la pena máxima a la escuadra de Courtois y los locales se llevaron un gol psicológico al bolsillo camino de vestuarios. El Madrid, 24º en la Champions, se enfrentaba a una segunda parte clave por su supervivencia continental. Y ya se sabe lo que suele suceder cuando el Madrid se enfrenta al precipicio de la Copa de Europa. Que sale victorioso. Sin Mbappé y con Rodrygo y Vinicius recién salidos de lesiones musculares, el conjunto blanco se hizo gigante en Bérgamo. Aguantó la batalla física y de ritmo que propuso el Atalanta y castigó el atrevimiento defensivo de los italianos.

A la espalda de los centrales

Vinicius cogió el testigo de Mbappé y comenzó a desafiar la espalda de los centrales, y en una de ellas apareció el gol. Brahim intentó un pase al hueco al brasileño, Hien lo desvió, pero el rechace dio en Ederson y volvió al delantero del Madrid, que cruzó de zurda ante Carnesecchi. El conjunto blanco siguió creciendo y en la siguiente jugada silenció Bérgamo. Vinicius bajó a recibir en el carril central, levantó la mirada y vio el desmarque de Bellingham a la espalda de De Roon. De nuevo, el mismo plan. El inglés recibió, sentó al neerlandés con una finta y batió al portero con la zurda.

Pero Gasperini vive y muere con su plan durante los 90 minutos, y el Atalanta no tiró la toalla. En el 65, Lookman retó a Lucas en el pico del área y sorprendió a Courtois con un disparo al palo derecho del belga.

El tanto y la fatiga madridista, donde sólo Rodrygo, reemplazo de Mbappé, saltó desde el banquillo, convirtieron los últimos minutos en un asedio italiano. En el 83, Ancelotti movió el árbol. Entraron Modric y Asencio por Ceballos y Brahim y el campo se inclinó hacia Courtois, pero nadie le venció. Ni siquiera Retegui, a portería vacía en el 94. El Madrid sale vivo de Bérgamo y sigue en pie en la Champions. Así es su historia.

Un sábado de sustos musculares en el Madrid: Bellingham, la "precaución" con Rodrygo y el 'pinchazo' de Mendy

Un sábado de sustos musculares en el Madrid: Bellingham, la “precaución” con Rodrygo y el ‘pinchazo’ de Mendy

El gran susto de la noche para el Real Madrid llegó en el minuto 58. Jude Bellingham se sentó en el césped, se señaló su muslo izquierdo y pidió el cambio. Con el encuentro ante el Girona resuelto tras el gol y la asistencia del inglés, los temores del conjunto blanco se trasladaron al partido de Champions League de este martes. El martes por la noche, el Madrid disputa en Bérgamo un duelo trascendental por su futuro en el torneo continental. Una cita en la que espera poder contar con Bellingham.

"Estoy bien", dijo el británico al salir del estadio. Ante los medios, Carlo Ancelotti fue optimista. "Bellingham está bien, ha sido un poco por cansancio en la pierna y ha preferido no arriesgar. Está bien y disponible", terminó el italiano, contundente, también por deseo propio, sobre la situación del inglés de cara al partido en Italia.

Bellingham suma cinco goles en las últimas cinco jornadas de Liga, mejorando su racha de cuatro consecutivas marcando en el curso pasado, y ha asumido el rol de líder del Madrid, tanto en el ataque como en la presión a la salida del balón rival. Quizás de eso, de no dar ninguna jugada por perdida y de agotar esfuerzos, ha llegado este aviso. Por suerte para el conjunto blanco, parece que se ha quedado en eso. El inglés abandonó el césped caminando sin cojera aparente e incluso se acercó a la grada para tener un detalle con una aficionada.

Más grave parece lo de Ferland Mendy. El lateral francés, suplente los últimos partidos, pidió el cambio en el minuto 81 después de sentir "un pinchazo" en el muslo derecho, como informó el Madrid después del encuentro. "Parece que Mendy tiene algo muscular", admitió Ancelotti.

El galo, que marcó el tanto de la victoria en el triunfo del Madrid en Bérgamo en los octavos de final de la Champions 20-21, tiene complicado llegar al duelo contra los italianos.

Bellingham y Mendy se sumaron a un sábado de malas noticias médicas en el Madrid, que empezó el día con el anunció de que Rodrygo Goes era baja para el encuentro ante el Girona por "precaución", decía el club, por molestias musculares en la pierna izquierda. El brasileño, que se perdió la cita contra el Liverpool por una lesión en los isquios, regresó el pasado domingo contra el Getafe y jugó casi todo el partido ante el Athletic en San Mamés, acumulando demasiados minutos en pocos días.

La importancia del partido de Bérgamo y las sensaciones del brasileño han sido claves para no forzar su situación en Girona. "No se encontraba bien y hemos preferido dejarle en Valdebebas trabajando. Creo que estará el martes", explicó Ancelotti sobre el ex del Santos.

En cuanto a las alegrías madridistas en Girona, más allá de la actuación extraordinaria de Bellingham, los protagonistas positivos fueron Arda Güler y Kylian Mbappé, titulares y goleadores. Ambos viven situaciones de presión. "El gol le va a venir bien porque es joven y tenía mucha presión a su alrededor", reconoció Ancelotti sobre el turco.

El francés, por su parte, volvió a ver puerta y acumula nueve goles en Liga, donde se mantiene como máximo goleador del Madrid, a siete del Pichichi Lewandowski. "Jugar con Bellingham es increíble", elogió el galo. "Tenemos que ir a ganar contra el Atalanta, perdimos el último partido y esto es la Champions", advirtió sobre el encuentro del martes.

El Madrid se da un respiro y pasa por encima del Girona a hombros de Bellingham

El Madrid se da un respiro y pasa por encima del Girona a hombros de Bellingham

El Real Madrid se regaló un respiro en Montilivi, plaza teóricamente difícil en la pelea por la Liga, y sumó tres puntos que le hacen quedarse a dos, con un partido menos, del Barcelona. El conjunto blanco pasó por encima del Girona a hombros de Jude Bellingham, goleador y asistente antes de retirarse con molestias a tres días del duelo contra el Atalanta. Mbappé, que sigue buscando sensaciones, sentenció el duelo con el tercer tanto del partido.

Después de los «palos», como así los definió Ancelotti en la previa, tras la derrota en San Mamés, el técnico italiano continuó ajustando a su Madrid en Montilivi camino del trascendental duelo de Bérgamo, con la supervivencia continental en juego. Y viendo la alineación, todavía sin Vini, el ajuste más importante tiene a Bellingham como protagonista.

Ancelotti, que durante algunos momentos del primer tramo de la temporada había acorralado al inglés en la banda, parece decidido a convertir al británico en eje central de su juego. No suena a una decisión contraproducente, sino lógica viendo los defectos de este Madrid. El conjunto blanco sufre en salida de balón y sufre al presionar. ¿Quién puede solucionar eso? Bellingham, capaz de recibir de espaldas entre líneas y con oxígeno para no desfallecer en la presión, fue el líder madridista ante el Girona.

La noche no fue sencilla para el Madrid en el inicio. Nadie imaginaba lo contrario. Los de Míchel son valientes e inteligentes con balón, a veces incluso demasiado osados, y durante la primera media hora fueron superiores a su rival. Un Madrid con el motor gripado, incapaz de conectar en estático y de robar alto para generar peligro.

Asprilla y Bryan Gil fueron un tormento para Mendy y Lucas, especialmente el segundo, compartiendo carril zurdo con Miguel Gutiérrez y logrando las mejores ocasiones del Girona. Un pase atrás al que no llegó nadie, un disparo desde lejos que rozó el palo... Asprilla, por su parte, se inventó un pase sin mirar a Van de Beek que el holandés, ya dentro del área, envió alto. Era el minuto 28 y el susto despertó al Madrid.

Los blancos dieron un paso adelante en la presión, confiaron en su físico, que debe ser una de sus mayores virtudes, y sondearon la meta de Gazzaniga hasta que Bellingham vio puerta en el 35. La presión madridista provocó la pérdida local en campo propio, Bellingham cedió a Brahim, éste se internó en el área por el carril izquierdo, intentó un pase atrás que despejó mal Miguel y Bellingham, en el rechace, marcó el 0-1 para calmar ánimos.

El inglés lleva cinco jornadas seguidas marcando, justo desde que Ancelotti centró su posición y le hizo pisar más área que antes. Desde ahí llega más al remate, es el primero en presionar la salida de balón rival y sirve de hilo conector entre los dos centrocampistas y los tres delanteros. El sistema está creado para él y ni siquiera la vuelta de Vinicius, chispa constante del Madrid, debería moverle de sitio.

Tras el descanso, el Girona bajó pulsaciones y el Madrid fue capaz de respirar con balón durante largas posesiones, creciendo en confianza en mitad del temporal de sensaciones que ha vivido en las últimas semanas. Modric y Bellingham hicieron suyo el partido en estático, movieron a su rival y empezaron a encontrar situaciones favorables.

Tchouaméni, central en lugar de Asencio, se encontró con Gazzaniga al cabecear una falta lanzada por el croata. Y de los pies del capitán del Madrid salió el 0-2. Todo en apenas tres toques. Luka, en campo propio, conectó con Bellingham en la medular, el inglés controló, se giró y vio con rapidez el desmarque del turco entre los centrales rivales. Güler avanzó y cruzó el balón a la esquina izquierda de Gazzaniga.

Después de la alegría del gol, llegó el susto. En el 58, Bellingham se fue al suelo tras enviar un balón largo, dolido en la zona del isquio izquierdo. Pidió el cambio y se quedó en el banquillo, pero el miedo de cara al encuentro contra el Atalanta (el martes a las nueve de la noche) se apoderó del conjunto blanco.

La ausencia del inglés no dinamitó al Madrid, superior a un Girona hundido física y mentalmente. Y de nuevo, apareció Modric. En el 61, el croata indicó y esperó el desmarque de Mbappé, el galo pisó área y batió a Gazzaniga con un buen disparo. El tanto sentenció la cita y completó una segunda parte sobresaliente del Madrid, que se queda a dos puntos del Barça y prepara la visita a Bérgamo con más confianza.

El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

Dos chispazos, varios fallos ante la portería rival y dos sustos. Así fue la tarde del Real Madrid ante el Getafe. Los blancos apretaron la Liga, situándose a un punto del Barça con un partido menos, al vencer al equipo de Bordalás con goles de Bellingham de penalti, y de Mbappé. El galo anotó un gol y erró tres ocasiones claras ante Soria que pudieron convertir el duelo en goleada y su momento en una liberación. La grada tembló con los dos palos del Getafe, pero el choque fue madridista.

Después de la decepción de Liverpool, el Bernabéu recibió con cariño a Mbappé. Cánticos, alguna ovación, ánimos tras los primeros errores... Y delirio con el 2-0 del francés, un golazo desde fuera del área. Así le quiere Chamartín, atrevido y con éxito. No es una mezcla fácil en semejante escenario, apto solo para las cabezas más amuebladas. En ello trabaja el ex del PSG, calmando su ansiedad a base de goles.

Ante el Getafe, Ancelotti le escoró a la izquierda, aprovechando la vuelta de Rodrygo y acumulando entre el centro y la derecha al brasileño, a Brahim, a Lucas y Valverde. Liberando el carril zurdo para la conexión entre Mbappé y Bellingham, triunfadora contra los de Bordalás.

En el medio, el técnico le entregó el timón a Ceballos y demostró que el andaluz tiene ante sí una de las grandes oportunidades de su carrera. Parece, junto a Modric, el único capaz de aportar sentido constante al juego del Madrid. Camavinga y Fede son explosivos y verticales, Tchouaméni es un eje defensivo y no se sitúa como organizador. Así, el andaluz compró billetes contra el Getafe, demostrando que bajo sus pies puede correr el fútbol del conjunto blanco ante gran parte de los equipos de la Liga.

A pesar de todo, al Madrid le costó derribar el muro del Getafe. Una situación esperada dado el estilo de Bordalás, sus virtudes y sus defectos. Sin grandes delanteros ni hombres creativos en su rotación, al entrenador valenciano no le queda otra opción que apostarlo todo a la parcela defensiva y una suerte de contragolpe que casi nunca llega.

Aguantó durante la primera media hora, pero se rompió a partir del penalti de Nyom a Rüdiger. Hernández Hernández, que ya había avisado y amonestado al francés en un lance similar unos minutos antes, señaló pena máxima por un agarrón del defensa sobre el central alemán en un córner. Lo revisó y lo confirmó el VAR, y lo transformó Bellingham, que cogió el balón desde el pitido y engañó a David Soria tras un pequeño salto.

A unos metros, Mbappé ni siquiera hizo amago de intentar el lanzamiento tras su error en Anfield. Una decisión consensuada durante la semana a la espera del regreso de Vinicius.

Ocho minutos después, el galo se desquitó y dio el primer paso para superar el bache futbolístico y mental en el que parece estar sumido. Aprovechó un genial pase al hueco de Bellingham en una contra del Madrid y se atrevió a disparar desde veinte metros. Un lanzamiento bajo, con efecto a la izquierda de Soria, que pegó en el palo y se coló en la portería del Getafe.

Estalló de alegría el Bernabéu, la plantilla y el cuerpo técnico, conscientes todos de que Mbappé necesita acertar para engancharse al ritmo del calendario, que no descansa. Lo necesita él y lo necesita el conjunto blanco.

En el descanso, Ancelotti dejó en el vestuario a Bellingham, mareado tras un golpe con Soria, y le dio más minutos a Güler, irregular en su oportunidad en Anfield. El partido entró en una pequeña siesta, fruto del resultado, cómodo para los blancos, de las pocas virtudes ofensivas del Getafe, del cansancio y de las próximas obligaciones del calendario.

El VAR tuvo que corregir a Hernández Hernández, que había señalado penalti por mano de Berrocal tras un disparo de Mbappé. El francés había cogido el balón para lanzarlo después de que la grada coreara su nombre pidiéndole tirar, pero se quedó con las ganas.

Uche metió algo de miedo en el cuerpo al estadio con un disparo al palo y Mbappé volvió a tener una clarísima, recibiendo un pase de Güler al espacio, regateando a Soria y definiendo fuera, inexplicablemente, cuando tenía toda la portería para él. No sería la última del galo, que estrelló en el portero un nuevo remate minutos después.

El Getafe se estrellaría otra vez contra el palo tras un disparo de Patrick mientras el Madrid pensaba ya en el duelo del miércoles en Bilbao, en el del fin de semana en Girona, en el de Champions en Bérgamo y en el siguiente en Vallecas. Demasiadas preocupaciones como para gastar oxígeno ampliando rentas. Mbappé, eso sí, volvió a tener una ocasión clarísima tras una combinación con Güler. Sigue sin suerte.

Regatear hacia el banquillo

Regatear hacia el banquillo

Más que un preparador físico, un psicólogo u otro sistema de juego, la temporada de Kylian Mbappé la salvaría una brújula. Le salen todos los regates en horizontal. Zigzaguea potente, se quita rivales en dribbling o manoteando, avanza en ilusionante carrera hasta que el espectador, a la vez que sus rivales y compañeros, advierte que su destino parece el banquillo o la propia cámara de televisión. Cuando intenta avanzar en vertical el desenlace es

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