Del lío con el cambio de Vinicius a la extraña ausencia de Rodrygo: "¿Castigo? No pasa nada"

Del lío con el cambio de Vinicius a la extraña ausencia de Rodrygo: “¿Castigo? No pasa nada”

La desesperación y la falta de orden en el Real Madrid se reflejó durante la media hora de la primera parte en la que el Barça golpeó los sueños del título madridista, pero tocó techo en el minuto 73. Vinicius se hizo daño en el tobillo y levantó las manos hacia el banquillo. Pidió el cambio de forma evidente, haciendo el clásico gesto con los dedos. En ese momento, Carlo Ancelotti miró a Davide y éste llamó a Endrick, que estaba calentando en la banda.

El conjunto blanco acababa de marcar el 4-3 y tenía 20 minutos para intentar no morir en la orilla de la Liga. Vinicius, cojeando visiblemente, parecía no poder más y Endrick era la opción para hacer daño al espacio. El joven atacante brasileño se cambió y se acercó a la línea junto a Chendo mientras Ancelotti le hacía gestos a Vinicius para que se tirara al suelo. Pero al momento, el ex del Flamengo, todavía con molestias, le pidió que esperara.

Ancelotti le hizo caso, paró el cambio y Endrick se volvió a poner la sudadera y el peto mientras Vinicius trataba de seguir en juego. Recibió un balón, realizó un recorte y disparó a puerta de forma muy muy leve mientras sus compañeros, especialmente Fede Valverde, se enfadaba con él aireando los brazos.

Al momento, corriendo ya el minuto 83 y con el Madrid perdiendo la Liga, entró finalmente Endrick, pero por Lucas. Y a los tres minutos, Vinicius volvió a pedir el cambio, esta vez de forma definitiva. El banquillo no entendía nada y Valverde, de nuevo enfadado, tampoco.

Tres goles en Liga en 2025

"El cambio lo he hecho yo, no él. Lo ha intentado, le molestaba y ha pedido el cambio", resumió fríamente Ancelotti, que no tenía demasiadas ganas de analizar el partido más allá del juego y muy cortante en las respuestas importantes.

Vinicius dio dos asistencias de gol a Mbappé, pero su nivel durante los 83 minutos estuvo lejos de su mejor versión. Errático con balón, incapaz de superar a Eric García y desentendido de la parcela defensiva, volvió a cuajar un encuentro preocupante, especialmente de cara a la portería rival. Lleva sólo tres goles en Liga en 2025.

Rodrygo, sin minutos

El otro protagonista del ataque del Madrid, más allá de Mbappé, fue Rodrygo, pero por su ausencia. El ex del Santos, indiscutible para Carletto durante toda la temporada a pesar de su irregularidad, no contó con ningún minuto en el clásico. Hace una semana, contra el Celta, fue baja por una fiebre, y aunque se entrenó durante toda la semana con el resto de sus compañeros, no saltó al césped. La pregunta a Ancelotti fue directa: "¿Hay algún castigo a Rodrygo?". "No, no hay nada. No ha pasado absolutamente nada. Ha intentado recuperar estos días pero no estaba bien. Meterlo cinco minutos cuando no está bien es solo un riesgo", explicó el italiano.

Y entre ambos, Mbappé, que sumó otro hat-trick, lidera el Pichichi y se mete de lleno en la pelea por la Bota de Oro. Suma 27 goles en Liga, dos más que Lewandowski, y 54 puntos en la clasificación del galardón continental. Salah le saca un tanto y ambos están a la sombra, mínima (1 punto), de Gyokeres, atacante del Sporting de Lisboa que acumula 38 goles, aunque en su caso sólo se multiplican por 1,5 y no por 2 al ser una liga menor.

Insultos al canterano Víctor Muñoz

El último protagonista del ataque madridista en Montjuic fue el canterano Víctor Muñoz. Entró por Vinicius y tuvo una ocasión clarísima para el empate en el tramo final, pero su disparo se marchó desviado. Se fue del campo dolido y emocionado, y las redes sociales no le han ayudado. El futbolista, que pasó por las categorías inferiores del Barça y ahora lleva 10 goles y 7 asistencias con el Castilla de Raúl, ha tenido que cerrar los comentarios de sus publicaciones por los insultos de los aficionados, que la tomaron con él en su debut con el primer equipo.

El Madrid se enfrenta ahora a una semana complicada. El equipo juega el miércoles a las 21:30 en el Bernabéu contra el Mallorca, en lo que puede ser el adiós definitivo a la Liga en caso de no ganar y en lo que será, seguro, un juicio a Ancelotti y a la plantilla.

Se espera, además, que en los próximos días el conjunto blanco anuncie de forma oficial la salida del italiano a final de temporada, asumiendo la llegada de Xabi Alonso una vez termine el curso y pendiente también Ancelotti de la lista de convocados de la selección brasileña para el parón internacional de junio.

Lo que queda de campeonato: dos plazas de Champions, varias de Europa League y dos de descenso, aún por decidir

Lo que queda de campeonato: dos plazas de Champions, varias de Europa League y dos de descenso, aún por decidir

Hay aún muchas trincheras abiertas a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato. Casi resuelto el título, a falta de una victoria del Barcelona en los duelos que le restan, y definidas tres de las cuatro plazas para la próxima Liga de Campeones, después de que el Atlético de Madrid la certificase el sábado con su goleada a la Real Sociedad, están en juego los otros dos equipos, pues serán cinco españoles, que disputen el máximo torneo continental. También sigue abierta la pelea por acceder en la Liga Europa, donde hasta el decaído conjunto guipuzcoano, que es duodécimo, podría contar con opciones.

Salvo el Atlético de Madrid, que ya puede pensar en el Mundial de Clubes, todos los equipos de la Liga EA Sports se juegan algo en lo que resta de campeonato. A los rojiblancos les quedaría el plus de poder terminar subcampeones.

CHAMPIONS. Entre Athletic, Villarreal y Betis se disputarán las dos plazas de Champions. Los vizcaínos, aún convalecientes de la cruda eliminación ante el Manchester United en las semifinales de la Europa League, torneo cuya final se jugará en San Mamés, han llegado justos al tramo definitivo del curso. El triunfo ante el Alavés (1-0), gracias al autogol de Sánchez, les permite, no obstante, asentarse en la cuarta posición, con tres puntos sobre el Villarreal y seis sobre el Betis. El Athletic visita al Getafe el jueves y al Valencia el domingo. Cierra la temporada frente al Barcelona, en San Mamés.

El Villarreal puja fuerte después de su victoria en Montilivi. Recibe el miércoles al Leganés, visita al Barcelona el domingo y se despide como local el día 25 frente al Sevilla.

El Betis, eufórico tras clasificarse para la final de la Conference League, en la que se medirá con el Chelsea. sólo pudo empatar ante Osasuna (1-1). Viaja a Valllecas el jueves y al Metropolitano el domingo y cierran en el Villamarín frente al Valencia.

LIGA EUROPA. En principio, salvo que el Betis gane la Conference y la muy improbable hipótesis de que caiga hasta el noveno puesto, en cuyo caso habría nueve equipos españoles en Europa, serán un total de ocho. Aquí sí que la pugna está muy abierta. Además del descartado en la lucha por la Champions, tienen opciones Celta, Rayo, Mallorca, Valencia, Osasuna y Real Sociedad.

DESCENSO. La victoria del Leganés, que se impuso por 3-2 al Espanyol, le mantiene vivo en busca de la permanencia. Pocos se libran de problemas en la zona baja, donde la inquietud, si bien escasa para los madrileños, alcanza hasta el Getafe, que es decimotercero, con 39 puntos. El Leganés acabó apurado ante el Espanyol después de ir 3-0 por delante hasta el minuto 79, cuando Cabrera hizo el primer tanto de los catalanes, que volvieron a marcar gracias a Milla en el 98. Cissé (min. 33), Diomandé (min. 41) y Kumbulla (min. 63, en propia puerta) habían dado la holgada ventaja al equipo que entrena Borja Jiménez. Capaz de derrotar al Barcelona en Montjuïc y al Atlético de Madrid en Butarque, y de exigir al Real Madrid tanto en Liga como en Copa, el Leganés sufre por sus dificultades para litigar con rivales de su clase. Ayer respondió en una cita crucial para mantenerse vivo, beneficiado, además, por la derrota del Alavés. Todo indica que entre Alavés, Leganés y Las Palmas saldrán los dos equipos que acompañen al Valladolid a segunda. Pero Sevilla, Girona, Espanyol e incluso Getafe no pueden descuidarse.

García Cenzano o cómo abrirse paso en el tenis trabajando de sparring: "He estado dos horas imitando a Federer"

García Cenzano o cómo abrirse paso en el tenis trabajando de sparring: “He estado dos horas imitando a Federer”

Cuántos se estrellaron antes que él por la mentira de que si quieres, puedes. A veces quieres y no puedes. Y no pasa nada. De hecho, reconocerlo puede ser lo mejor que te pase en la vida.

Alejandro García Cenzano quería ser tenista profesional. A los 12 años dejó el fútbol para centrarse en la raqueta, empezó a echarle horas en su club, el Club de Tenis Chamartín de Madrid y a los 17 estaba donde debía estar: jugando torneos Futures. En Portugal, por ejemplo, se enfrentó a Carlos Taberner, coetáneo suyo, hoy el 139 del mundo, eliminado el viernes en segunda ronda del Masters 1000 de Roma. Durante tres años, entre 2014 y 2016, peleó todo lo que pudo en numerosos torneos, pero nunca pasó de tercera ronda. Al final aceptó sus limitaciones.

«Me costaba muchísimo ganar partidos, veía el nivel del resto y sabía que no iba a llegar a ser profesional», reconoce quien entonces, antes de cumplir los 20, trazó un plan. No sería jugador, sería entrenador y aquí viene lo extraño. En los banquillos del circuito sólo hay ex tenistas o preparadores de larga trayectoria y él no era ni una cosa ni la otra. Necesitaba estar en los torneos, aprender y darse a conocer así que decidió empezar desde abajo: durante varias temporadas, García Cercano fue sparring. Iba a un Grand Slam o un Masters 1000 y se ofrecía como ayudante en los entrenamientos de los tenistas, como un rival simulado.

Nadal daba el 100% incluso peloteando

¿En qué consistía ese trabajo?
Iba a los campos de entrenamiento, la organización me decía con qué jugadores me tocaba ese día y les ofrecía mi ayuda. Lo normal era que me pidieran que imitara el juego de su próximo rival. He hecho sesiones de dos horas de revés cortado emulando a Roger Federer o golpeando con altura como Rafa Nadal. Recuerdo que cuando alguna tenista se enfrentaba a Monica Nicolescu me pedían que cortara la derecha, que es algo raro.
¿Cómo empezaste?
En un Mutua Madrid Open. Había sido recogepelotas del torneo, me ofrecieron ser sparring y vi que era una puerta de entrada perfecta al tenis profesional. Había estudiado para ser entrenador, incluso para ser árbitro, pero nadie me conocía. Haciendo de sparring podía aprender y, al mismo tiempo, darme a conocer. Por eso empecé a viajar a torneos por el mundo. Mi primera gira fue en Estados Unidos y México en 2017 y en allí, en el Masters 1000 de Cincinnati, ya pude entrenar con Rafa. Fue una experiencia que nunca olvidaré. Era alucinante cómo daba el 100%, aunque sólo estuviera peloteando.
¿Le pagaban?
En la mayoría de torneos no pagan. De hecho yo era el único que viajaba porque normalmente se tira de voluntarios locales. Algunos organizadores me ayudaban con el hotel o los gastos, pero la mayoría de veces me lo montaba con lo que ganaba entrenando a niños en mi club, el Chamartín, y alquilando algún Airbnb barato. Tenía claro que lo hacía como inversión de futuro. La única remuneración que recibía era cuando algún jugador o alguna jugadora me contrataba como sparring privado para un torneo, una gira o una pretemporada. Eso lo hice con Garbiñe Muguruza, Ons Jabeur o Bianca Andrescu.
Ellas trabajan más con sparrings.
Es lo más normal. Los jugadores suelen entrenar entre ellos o cuentan con algún amigo como sparring, como Carlos Alcaraz, que tiene la ayuda de su hermano Álvaro. Las jugadoras suelen tirar más de sparrings. He trabajado con siete números uno, Wozniacki, Azarenka, Pliskova, Garbiñe, Halep, Barty y Swiatek, y sólo dos número uno, Rafa y Carlos, con el que estuve toda la semana de Indian Wells de 2022. Me queda la espina de Federer. Un año, en Cincinnati, tenía sesión con él, pero luego prefirió entrenar sin sparring.

Su salto a los banquillos

En el pasado Mutua Madrid Open, García Cenzano todavía ejerció como sparring de Alejandro Davidovich, pero lo hizo como ayuda porque en realidad ya no lo necesita. El guion se ha cumplido. Después de muchos entrenamientos como ayudante, de muchos viajes pagados de su bolsillo, la paraguaya Verónica Cepede, que llegó a ser la 73 del ranking WTA, le pidió consejo y estuvo a su lado como entrenador durante cuatro años. Luego vinieron Tamara Zidansek, Peyton Stearns y últimamente Olga Danilovic, la actual número 33 del mundo, a quien acompañó como asistente la pasada temporada.

Ahora trabaja con promesas esperando alguna llamada de una de las mejores del mundo, pero el objetivo ya está cumplido: en el circuito ya le conocen, ya vive del tenis. Entender tus límites puede ser lo mejor que te pase en la vida.

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El primer capo del Giro de Italia comenzó a ganarse la vida tocando la trompeta en la banda de Cittiglio, su pueblo natal, cerca de Varese. Dos de sus hermanos también eran músicos: Albini, trombonista y Benito, saxofonista. Alfredo Binda (11 de agosto de 1902) creció en una familia en la que no sobraba nada en la mesa. Él era el décimo de 14 hermanos, hijo de un constructor que se marchó a vivir a Niza después de la Primera Guerra Mundial. En su casa había que arrimar el hombro y desde pequeño trabajó de aprendiz de yesero, pero a él lo que le gustaba era montar en bici. Antes de cumplir los 19 años ganó su primera carrera y ahí arrancó la gran historia centenaria de un pionero incomparable.

Binda, tras ganar 500 liras como mejor escalador en la subida de Ghisallo de 1922, decidió dedicarse al ciclismo. En 1924 se marchó a Milán para participar en el Giro de Lombardía, terminó cuarto y luego firmó contrato con el equipo Legnano. Los tifosi le llamaban Il Trombettiere di Cittiglio (El Trompetista de Cittiglio). Sorprendía a todos por su fuerza, rapidez y destreza en la escalada. En 1925, hace un siglo, se estrenó en el Giro de Italia. Entonces, el ídolo local era Costante Girardengo ( 29 años), ganador en 1919 y 1923 y apoyado por Benito Mussolini. El ciclista del régimen fascista acudió a ese Giro como principal favorito. La carrera arrancó el 16 de mayo, con una etapa entre Milán y Turín de 278 kilómetros y cerca de 10 horas de duración. En los albores del pasado siglo, los ciclistas corrían un día y descansaban el siguiente.

En la segunda jornada, con final en Arenzano, Girardengo asumió el liderato, una privilegiada posición que mantuvo hasta la quinta jornada, cuando el debutante Binda, con 22 años, le arrebató el mando de la prueba al aprovecharse de un pinchazo y de la traición de Gaetano Belloni (no esperó a su compañero y ayudó a Binda a cambio de una victoria de etapa). El líder cedió más de cinco minutos y medio. En Nápoles se produjo el primer gran sorpasso intergeneracional de la historia del ciclismo. Binda, que se adjudicó la siguiente etapa, con llegada en Bari y con un recorrido quebrado en la que empleó 13 horas y tres minutos, no abandonó el primer puesto del podio hasta la conclusión de la carrera, el 7 de junio, en Milán. Hasta esa fecha soportó las acometidas de sus rivales y la dureza de etapas maratonianas, como la novena, disputada entre Sulmona y Arezzo, con 377 kilómetros, ganada por Girandengo, en la que empleó 15 horas, 33 minutos y 55 segundos. El corredor de Mussolini terminó segundo, a cuatro minutos y 58 segundos de Binda. Girandengo se anotó seis de la 12 etapas, pero nunca más volvió a terminar un Giro.

El nuevo ídolo cautivaba por su elegancia sobre la bicicleta. La magia de La Gioconda. Ahora se cumplen 100 años del primer gran duelo en el Giro entre un campeón en el ocaso y un joven emergente. Un desafío que en esta edición se repite entre PrimozRoglic y Juan Ayuso (también 22 años).

Binda era un novato con escuela. En su tiempo de corredor en Francia se interesó por la mecánica, equipaba sus bicicletas con tubulares gruesos. Narran las crónicas de entonces que recorrió los 3.520 kilómetros del Giro de 1925 sin un pinchazo. Un ciclista muy fiable que el siguiente año no pudo repetir victoria por una caída, terminó segundo. En 1927 regresó con la consecución de la general y el triunfo en 12 de las 15 etapas. Ese año, además, se proclamó vencedor del primer Mundial de la historia. También arrasó en los Giros de 1928 y 1929. Su dominio aplastante y su carácter distante («No tengo interés en dar espectáculo. Mi negocio es ganar las carreras», decía) provocó un distanciamiento con el público, que se decantó por Learco Guerra, heredero de Giardengo y también respaldado por el Partido Nacional Fascista.

La superioridad de Binda aburría a los aficionados y no resultaba rentable para los anunciantes. En 1930, la Gazzeta dello Sport le pagó para que no corriera el Giro. El organizador de la prueba le abonó 22.500 liras, una cantidad correspondiente a lo que hubiera percibido por anotarse la general y varias etapas. Ese año, Binda participó en el Tour, donde cosechó dos triunfos parciales. Regresó al Giro en 1931, pero tuvo que retirarse por una caída. En 1932 finalizó séptimo y en 1933 logró su quinto título. En la Corsa Rosa, conquistó 41 etapas, récord que se mantuvo hasta 2003, batido por Mario Cipollini.

Binda se retió en 1936 tras fracturarse el fémur en la clásica Milán-San Remo. Además de sus cinco Giros, ganó tres Mundiales, dos Milán-San Remo y cuatro Giros de Lombardía. Fue seleccionador nacional durante 12 años. Falleció, con 84 años, el 19 de julio de 1986 en su Cittiglio natal.

Si no se puede divertir, sólo le queda ganar: Alcaraz ya está en octavos del Masters 1000 de Roma

Si no se puede divertir, sólo le queda ganar: Alcaraz ya está en octavos del Masters 1000 de Roma

Era la pista, que estaba demasiado húmeda, maldita noche de primavera. Era la noche, como aquella canción, y la falta de costumbre de jugar a esas horas. Era la raqueta, o las cuerdas de la raqueta, ni su equipo adivinaba el problema. Era un poco todo y era un poco nada. Carlos Alcaraz sufrió este domingo uno de esos partidos raros en la tercera ronda del Masters 1000 de Roma y, pese a ello, venció por 7-6(2) y 6-2 a Laslo Djere y se clasificó para la ronda siguiente, donde se enfrentará a Karen Kachanov.

Es la condena de su talento. De vez en cuando, el español salta a una pista de tenis, se descubre incómodo y cae en una suerte de desesperanza difícil de entender. No es tanto que pierda, o que haya riesgo de derrota, es que no se divierte y si no se divierte nada tiene sentido. Desaparece esa alegría tan suya y se vuelve gruñón o distraído o todo junto. Pese a ello, lo habitual es que gane, como ocurrió este domingo.

FABIO FRUSTACIEFE

Ante Djere tenía todas las de ganar, de hecho, y sólo tuvo que cumplir. El serbio es el modelo de rival que más le gusta, un notable pegador desde el fondo de la pista; en otras circunstancias hubiera ofrecido espectáculo. Pero esta vez no era la suya y sólo le quedó el triunfo. Acostumbrado a jugar de mediodía, bajo el sol, le costó adaptarse al cambio y tuvo que ponerse a trabajar.

Muchos errores, mucho trabajo

Los cuatro golpes ganadores que acumuló en los primeros puntos fueron un espejismo. Hasta el tie-break del primer set, sumó errores de todos los colores, especialmente con la derecha, aunque también hubo problemas con el revés paralelo e incluso con las dejadas. En el primer set sumó 18 fallos por sólo nueve ‘winners’. Muchas prisas, mucha precipitación. Con 6-5 en el marcador y saque para Djere, si Alcaraz salió ileso fue porque supo serenarse, poner a pelear con largos intercambios y porque en la muerte súbita recuperó la magia, su magia. En los ‘highlights’ aparecerá un ‘passing shot’ suyo cuando ya estaba vencido y sólo podía defenderse. A Djere le temblaron las piernas y, de paso, su potente saque. Ahí se terminó el partido.

Con el serbio doliéndose de ciertas molestias en el brazo derecho, el segundo set fue completamente distinto. Alcaraz, con la comodidad de su ventaja, optó por minimizar el riesgos, y dejar que su adversario fuera quien tuviera que jugársela. Le funcionó. Sin nuevos sustos, cerró su victoria de la manera más rápida posible. Fue uno de esos partidos raros, no se divirtió, pero ya está en octavos del Masters 1000 de Roma.

El insaciable Unicaja no se cansa de ganar: derrota al Galatasaray y levanta su segunda Champions seguida

El insaciable Unicaja no se cansa de ganar: derrota al Galatasaray y levanta su segunda Champions seguida

Se valorará con el tiempo, cuando se mire a esta época de frotarse los ojos. De coleccionar títulos, tantos que las cuentas de Unicaja se pierden en su grandeza. En Atenas llegó el sexto en tres años, la segunda Champions League consecutiva, que sería la guinda del proyecto Ibon Navarro si no fuera porque este colectivo parece lejos de estar saciado.

Todo empezó en Badalona, aquella Copa del Rey contra pronóstico despedazando gigantes. Unos meses después, ganar empieza a ser casi una obligación para este Unicaja histórico, que acabó con el Galatasaray (67-83) en una final de pura experiencia, de equipo que compite como nadie, que dominó toda la tarde a un rival al que remató en la recta de meta sin siquiera pestañear. Fueron Kendrick Perry, Kalinoski y Tyson Pérez los héroes y Tyson Carter el MVP, un grupo salvaje en el que se turnan el protagonismo para bien común.

No fue tarea sencilla, pese a la clara condición de favorito de Unicaja, su sabiduría ganadora, eso tan difícil de adquirir. El Galatasaray, a la sombra de Fenerbahçe, Efes y Besiktas en Turquía, ya desplumó aLa Laguna Tenerife en semifinales, evitando la final española de este torneo de la FIBA con premio de un millón de euros para el ganador. Y no se arredró ante la habitual pujanza malagueña, que venía con el viento a favor tras el más difícil todavía de ganar dos días antes al anfitrión AEK.

Tyson Pérez culmina una jugada, ante el Galatasaray.

Tyson Pérez culmina una jugada, ante el Galatasaray.GEORGIA PANAGOPOULOUEFE

Los de Ibon Navarro tardaron dos minutos en ponerse en órbita. Fue un arranque extraño, con dos faltas en menos de un minuto de Kravish. Esas dudas pronto las despejó Unicaja con su baloncesto coral y agresivo, haciendo cada intento turco una verdadera pesadilla. Nadie en eso como Alberto Díaz, que volvía locos a los rivales: forzó en un momento hasta tres faltas en ataque. Una pericia tan jugosa casi como la del que mete triples. Así llegaron las primeras ventajas considerables, un 13-24 tras triple de Kalinoski.

Tyson Pérez

Pero el rebote era un problema inesperado y Galatasaray se reencontró con un parcial de 13-2 que igualó el duelo. Fueron seis puntos seguidos de Tyson Pérez los que rompieron esa dinámica incómoda para Unicaja y Tyson Carter el que remató antes del descanso con tres tiros libres para sus 12 puntos en ese instante. Eso, puntos (y triples), era lo que le faltaba a los andaluces para ser más ellos.

A la vuelta continuó la tónica. Unicaja, al que el retorno al partido de Kravish le dio mucho, pretendiendo romper la tarde, y Galatasaray, que sólo presume de un título europeo en sus vitrinas (la Eurocup de 2016), agarrándose a ella con todo lo que tenía, soñando con la sorpresa los de Yakup Sekizkok -que fuera ayudante de Ataman (ahí estaba en primera fila del Sunel Arena junto a Juancho, Vildoza...)- en el Efes.

Le 'mataban' los fallos en los tiros libres y tener enfrente a un grupo tan poderoso mentalmente como Unicaja, conocedor de los terrenos. Fueron cinco puntos seguidos de Kalinoski los que empezaron a hacer acariciar el trofeo. Era un +12, la máxima (56-68), con menos de cinco minutos de juego. Un poco más adelante, Ejim estiraba un poco más. Y después, dos tripes más, Perry y de nuevo Kalinoski, fue la puntilla cuando ya sonaba de fondo en las tribunas el 'Tu bandera' el himno de una era. El que se ha escuchado en cada uno de los cuatro trofeos de esta temporada (Intercontinental, Supercopa, Copa y Champions) de 11 en toda su historia.

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España triunfa con un oro y una plata en el Mundial de relevos

España triunfa con un oro y una plata en el Mundial de relevos

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 20:17

La ciudad china de Guangzhou y el 11 de mayo de 2025 pasarán a los anales del atletismo español. En el Campeonato del Mundo de Relevos, clasificatorio para el Mundial completo de Tokio de septiembre, el equipo femenino de 4x400 conquistó el título y el de 4x100 se hizo con la plata.

Paula Sevilla, Eva Santidrián, Daniela Fra y Blanca Hervás lo bordaron en el relevo largo. El último tramo fue apoteósico. Hervás, majestuosa, sin descomponerse en ningún momento, elegante, erguida, con las rodillas altas, superó en la recta a la última estadounidense para vencer con récord de España (3:24.13). Tercera fue Sudáfrica.

En los 4x100, Esperança Cladera, Jaël Bestué, Paula Sevilla (ella otra vez) y Maribel Pérez sólo se inclinaron por poco ante Gran Bretaña, a pesar de que el último cambio de testigo entre Paula y Maribel fue defectuoso. Espléndido, en cambio, el tercero entre Jaël y Paula. Sus 42.28 se quedaron muy cerca de los 42.18, récord de España, de la primera jornada.

Blanca Hervás, heroína definitiva de los 4x400, había corrido horas antes la repesca de los 4x400 mixtos, en unión de, por orden de aparición, David Zurita, Carmen Avilés y Samuel García. Y remató la victoria en 3:12.55, récord de España. Realizó 48.85 en su posta. Soberbia. El equipo viajará a Tokio.

Es verdad que la competición no reunía a los grandes nombres de los 100 y los 400, excepto, en los 4x100, los de las jamaicanas Shelly-Ann Fraser- Pryce y Shericka Jackson, muy veterana la primera (38 años) y fuera de forma (30 años) la segunda. Pero había muchas marcas mejores que las de las españolas y muchos nombres más notorios. Las nuestras se superaron a sí mismas y, de paso, a sus rivales.

El Barça sentencia la Liga de los valientes frente a un Mbappé que golea sobre las ruinas del Madrid

El Barça sentencia la Liga de los valientes frente a un Mbappé que golea sobre las ruinas del Madrid

Es bueno sentir miedo, identificarlo en nosotros, porque es el primer paso para enfrentarlo. Quienes dicen no padecerlo, mienten. El Barça lo sentía, como demostró en una puesta en escena titubeante, imprecisa, de la que el Madrid se aprovechó, ya que nadie juega como el equipo blanco en el desfiladero de las dudas. Mbappé ponía nombre por dos veces al martirio de Montjuïc. No era un nombre cualquiera, era un nombre que da miedo. El hat trick del francés, en cambio, ya no provocó el mismo. Todo había cambiado por aquello que decía Umberto Eco, y es que nada da más valor al miedo que el miedo de los demás. [Narración y estadísticas, 4-3]

A ese otro miedo se empleó el Barça con una carga colosal, poseídos sus futbolistas por una determinación que ya habían exhibido ante el Inter, pero el Inter es un grandísimo equipo y el Madrid es un equipo que se sostiene de pie sobre las ruinas gracias a su orgullo. A Xabi Alonso corresponde la reconstrucción, porque el Año I de Mbappé, pese a este buen epílogo del francés, ha sido el año del derrumbe. Hansi Flick ha llevado a cabo la del Barcelona en una sola temporada para ganar los cuatro clásicos a su rival, al que ha marcado 16 goles, y levantar la Supercopa y la Copa, a la espera de aupar la Liga de los valientes, sentenciada en Montjuïc. Los valientes no niegan el miedo. Lo enfrentan.

Ancelotti y Flick.

Ancelotti y Flick.LLUIS GENEAFP

El liderazgo de Lamine Yamal

Valientes y jóvenes, dos características que personifica Lamine Yamal. Dueño de un acto de liderazgo, personalidad y madurez en los dos duelos frente al Inter, volvió a ser decisivo ante el Madrid con el gol de un empate que devolvía la línea de flotación al Barcelona. Un golpeo preciso, colocado, teledirigido por una mente privilegiada y un pie humano calibrado como un pie de rey, la herramienta de las pulgadas. Lo utiliza en los goles como en los pases, horizontales o verticales, siempre al lugar sensible.

Necesitaban los azulgrana esa aparición después de las apariciones en el área contraria de Mbappé. Es el duelo que viene, en los clásicos, en el Mundial del próximo año y hasta en el Balón de Oro. Para el francés, el Pichichi que lidera con sus tres tantos en Montjuïc únicamente sirve para redimirle numéricamente. El año más esperado ha sido un mal año en un mal Madrid, caído con estrépito en la Champions, cuya final disputara el PSG. El destino siempre nos reserva sorpresas, a veces macabras.Es caprichoso.

Mbappé, abatido, en Montjuïc.

Mbappé, abatido, en Montjuïc.LLUIS GENEAFP

Mbappé fue objeto de penalti, lo marcó y resultó mortal al contraataque, antes de la reacción del Barcelona. En el tercero, el decorado había cambiado, con los azulgrana por delante en el marcador y en el campo. Eso gol, sin embargo, sirvió para ofrecer otro final de thriller a un clásico, con manos polémicas, de Tchoauméni y Fermín, y el no gol que soñaría todo canterano. Lo falló Víctor Múñoz, un catalán de blanco.

Más no se le podía pedir a Mbappé en un duelo clave. No siempre fue así. No basta con llenar de goles el granero, sino saber que hay días que se deben abrir sus puertas de par en par. Lamine parece tenerlo claro, aunque el Inter superara su calidad con un mejor planteamiento colectivo. El Barça se equivocó ese día al señalar al árbitro. Se había hecho grande en el campo, pese a la derrota, y se hizo pequeño en la sala de prensa o en el palco del presidente. Laporta tuvo el acierto de escoger a Flick, no se le puede negar. Ahora lo mejor es estar calladito. Ante el Madrid, el Barça volvió a hacerse grande, campeón. Una victoria ante el Espanyol, el jueves, le daría el título, con independencia de lo que haga el Madrid.

El técnico alemán tomó una decisión que era un mensaje a su equipo, al escoger el mismo once que en el Giuseppe Meazza. Ni una duda sobre los elegidos, pese a la interinidad de los laterales, Eric García y Gerard Martín. El primero repitió el guion, al marcar el primer tanto de los suyos después de recibir dos. Tras el exilio en Girona, Eric García se ha ganado un rol en este Barça gracias a su polivalencia y competitividad. El remate, a bocajarro, llegaba en la zona de los centrales, a la que no le había bastado que Valverde se convirtiera en uno más en posición defensiva, junto a Tchouaméni y Asencio. En Montjuïc fue, como en tantos otros lugares, la zona cero del Madrid.

Presión frenética

La frenética presión tras pérdida del Barcelona, un síntoma que conecta a este equipo con el que edificó Guardiola en el Camp Nou, resultó insostenible para el Madrid, que no pudo alcanzar siquiera el descanso con el empate. La dinámica llevó a errores, como el de Ceballos y Mbappé, que dejó a Raphinha en vertical. La combinación con Ferran Torres, perfecta, ofreció el gol a brasileño, que volvió a ampliar la ventaja antes de irse al vestuario.

Ancelotti había optado por un 4-4-2 para insertar a Güler, el futbolista de las dos caras. En Montjuïc ofreció de nuevo la peor, superado por la atmósfera y, posiblemente, por el sometimiento de su propio equipo. El turco es un talento que pide un entrenador que lo entienda. Veremos si es Xabi Alonso. Güler cayó en el descanso, como Ceballos, para dar entrada a Modric y Brahim. El croata siempre hace mejor el lugar por donde pasa, facilitado por un Barça que se tomó un respiro. Eso siempre es peligroso ante el Madrid, que en una contra volvió a presentar a Mbappé ante la portería de Sczcesny. El polaco perdió ese duelo para permitir el hat trick al francés, pero ganó el siguiente. Una buena forma de acabar después de empezar con un penalti que pudo gestionar de otro modo.

Vinicius dio el último pase a Mbappé antes de irse lesionado. Nada más que reseñar en su haber, en un pobre e irregular año. Los cantos de Arabia han sido como los de las sirenas para este Ulises del área. Mal asunto. Necesita volver al principio, mientras Mbappé necesita que este final sea su principio en un nuevo ciclo que debería empezar en el Mundial de clubes, si el Madrid convence a Xabi Alonso. En la cita no estará el Barça, aunque nadie vestido de azulgrana, hoy, lo lamenta, salvo por la caja del club. El esplendor está en la hierba.

Flick, tras la victoria ante el Madrid en el clásico: "Todavía no nos sentimos campeones"

Flick, tras la victoria ante el Madrid en el clásico: “Todavía no nos sentimos campeones”

Actualizado Domingo, 11 mayo 2025 - 19:49

Hansi Flick es de los que prefiere tener los pies en el suelo. Por mucho que sus jugadores celebraran sobre el césped con su afición un triunfo ante el Real Madrid que los coloca a dos puntos de hacerse con el título de Liga, el entrenador del Barça prefirió rebajar la euforia. "No nos sentimos campeones todavía. Estaría bien conseguir tres títulos, pero aún tenemos una victoria más que sacar", señaló el alemán en declaraciones a Movistar nada más terminar el partido. Si el conjunto de Ancelotti no logra vencer al Mallorca en el Bernabéu el próximo miércoles, o si los azulgrana se imponen al Espanyol en Cornellà-El Prat el jueves, con todo, la Liga ya estará matemáticamente en manos de la entidad barcelonista.

El germano, eso sí, no dudó tampoco a la hora de celebrar el triunfo conquistado ante el eterno rival, el cuarto consecutivo esta temporada, por mucho que durante muchas fases del duelo la victoria no estuviera precisamente del todo clara. "Esto va para los aficionados y para los jugadores. Es fantástico. El Madrid tiene un gran equipo, pero hemos conseguido remontar un 0-2. Y todo, después del partido de Milán, después de más de 120 minutos. No era fácil lidiar con eso y creo que lo hemos hecho muy bien, aunque me temo que tendré que ir a que me revisen el corazón", apuntó un Flick que asumió que los suyos tienen fallos pendientes de corregir. Sobre todo, en lo que respecta a la faceta defensiva.

"Pienso que hay que mejorar mucho en defensa. Cuando presionamos, todo va bien, pero cuando cometes un error, especialmente en ese primer gol que encajamos, se complica todo, aunque también es verdad que el equipo toma buenas decisiones a nivel colectivo y que teníamos grandes jugadores enfrente. No es excusa, pero jugando cada tres días no es fácil entrenar este tipo de cosas. Lo que está claro es que hay que mejorar y ya pensamos en la pretemporada para pulir todo esto", recalcó.

El técnico admitió además que vivió el duelo con cierta tensión. "Había muchas emociones en el banquillo, muchas decisiones a tomar. Con el penalti o el último gol pienso que podríamos haber dado un paso más adelante, pero con el 4-3 logramos la victoria de todos modos y eso al fin y al cabo es lo que queríamos", señaló después en rueda de prensa dejando caer, como quien no quiere la cosa, su descontento con las últimas dos decisiones de Hernández Hernández tanto en el área madridista como en sus inmediaciones en la recta final del partido.

Lamine Yamal

Lamine Yamal, cómo no, se llevó también muchos de sus elogios. "No es solo un chico, creedme. Tiene confianza, cree en lo que puede hacer y es muy inteligente. Para mí, lo importante era que todo el mundo mirara hacia el clásico después de lo que pasó en Milán, sin olvidar tampoco ese partido. Marco un gol muy importante, nos ayudó a remontar y, con 17 años, tiene una calidad muy alta", recalcó el alemán.

El de Rocafonda, poco antes, ya había hecho suyo parte de ese discurso. "Era un partido muy importante y la distancia que tenemos ahora también lo es. Sobre todo, después del partido de Champions, que ya está olvidado. Ahora toca disfrutar, aunque tenemos que corregir esos goles que regalamos al final, porque no nos crearon ocasiones muy claras", apuntó el delantero quien, a pesar de todo, tiene la máxima competición europea muy en mente. "La Champions se juega cada año y lo intentaremos hasta que la ganemos, pero lo importante era ganar este clásico para acercarnos más al título de Liga", sentenció en Movistar.

Mbappé, solo ante el Barça

Mbappé, solo ante el Barça

Un increíble y maravilloso Mbappé no pudo solo contra el Barça. La descomposición final de Ancellotti raspó el bochorno. Fue por su desacertada alineación ante un Barça, que precisamente no llega a este final como un gran triunfador. Hasta había provocado cierta histeria general.

El equipo de Flick terminó pidiendo la hora. Casi muerto físicamente, no supo lograr un tanto en el segundo tiempo y se escurrió entre la mediocridad orquestal de su ridículo sistema defensivo, que es una hemorragia total de fallos y de un desorden grotesco.

El final incluso pudo ser madridista. Y es que, aunque resulte un disparate, pudo ganar en los últimos minutos ante un Barcelona acogotado, mezquino y con la memoria del día de San Siro para terminar el choque en manos del rival.

Pero con Ancelotti son demasiados los errores. ¿Cuántas veces hemos denunciado que Lucas Vázquez no puede jugar de nada? Se empeña trágicamente el italiano, porque quiere demostrar a la Casa Blanca que se equivocaron al no fichar a nadie en defensa.

Y eso es verdad. Nadie dirá ahora que este descuartizado equipo puede ganar el esperpento del Mundialito. Máxime cuando hizo un ridículo partido en defensa, con Vázquez, que regaló dos goles, y uno más de un torpe y acabado Ceballos.

El Madrid sólo jugó con Mbappé, contra todo el venerado Barcelona. Pudo hacer hasta cinco goles. Es asombrosa su peligrosidad, su tino ante el gol. Parecía que jugaba un sólo jugador contra todo el mundo azulgrana. Impresionante.

Él no es es defensa, no puede hacer nada con la desfachatez de retaguardia y con un Bellingham absolutamente perdido en la niebla, un Fran Garcia que no da la talla y un combinado perverso de brasileños de Ancelotti.

La salida de Ancelotti es tardía. Alguien tiene que decirle a Florentino que los jugadores reniegan cuando saben que el técnico no va a seguir. Pecado mortal que no lo hubiera despedido con aquel cuatro a cero al comienzo de la temporada, con un Barcelona que lo ridiculizó hasta ser un pelele.

Nadie puede creer ahora que Xabi Alonso, con estos jugadores, haga un milagro en Miami. Más le vale a la Casa Blanca que piense que es un equipo al que le sobran nada menos que Vinicius, Rodrygo y Bellingham, entre los famosos

Yo los podría a la venta. Tienen mercado y son un disparate más, como el actual fútbol de Brasil. Bellingham parece un fantasma que juega de espaldas. Claro que Arda Güler estuvo mal. Si es que lo hizo jugar de lateral derecho para socorrer al mediocre Lucas Váquez. Incluso no le dejó jugar en el centro del campo.

Este nuevo episodio de un Madrid burlesco, lo desacredita hasta la infamia. Hay que limpiar la plantilla y se van a necesitar cientos de millones. Para ayudar a un Mbappé desamparado por la mitad del equipo. Es absolutamente indecente lo que le han hecho al francés