Carlos Corberán, el devoto de la Virgen que resucita al Valencia con precisión de cirujano: “Está muy responsabilizado”

Actualizado Viernes, 4 abril 2025 - 23:08

La tarde del 29 de mayo de 2022 se jugaba en Wembley la final de los playoffs de ascenso a la Premier League entre el Nottingham Forest y el modesto Huddersfield Town, que entrenaba un técnico valenciano de 39 años: Carlos Corberán. En la grada se sentaba Miguel Ángel Corona, director deportivo del Valencia, que quería ver con sus propios ojos cómo se comportaba un entrenador del que ya se hablaba mucho en Inglaterra. Por entonces, el Valencia tenía hilvanada la llegada de Gennaro Gattuso y a Corberán se le escapó aquel ascenso con un gol en propia puerta, pero entró en la lista de candidatos al banquillo de Mestalla. Una nómina que siempre debe ser amplia, porque desde la llegada de Peter Lim, el puesto es una trituradora.

No fue hasta mitad del pasado mes de diciembre cuando las puertas del Valencia se le abrieron de par en par. No era fácil tomar las riendas de un Valencia hundido y en una dinámica que le conducía a Segunda. Corberán, que jugó de portero en la cantera y al que su abuelo llevaba a Mestalla, no huyó. Tenía experiencia suficiente y fe, tanta como en la Virgen de los Desamparados, de la que es devoto. 101 días han pasado desde la madrugada del 25 de diciembre, cuando el club anunció su fichaje, con el equipo colista, con sólo 12 puntos. En los siguientes 12 partidos de Liga ha sumado 19, repartidos en cinco victorias -todas en un Mestalla a rebosar- cuatro empates y sólo tres derrotas ante Real Madrid, Atlético y el humillante 7-1 frente al Barça, casi repetido después en Copa (0-5).

Para salvarse, el Valencia necesitaba una segunda vuelta impecable, para remontar los siete puntos que se habían abierto con la salvación. Y lleva camino de ello. Con los resultados del segundo tramo de la competición, el equipo sería cuarto y estaría en puestos Champions, sólo por detrás de Barça, Betis y Madrid.

El 51% de los puntos

El dato más significativo lo aporta su rendimiento frente a los rivales directos. En estas 12 jornadas, ha sumado 15 puntos más que el Valladolid y Las Palmas, 10 más que el Leganés, nueve más que el Alavés y cinco más que el Espanyol.

El valenciano, además, es el técnico que más ha mejorado a su equipo de los que llegaron con el campeonato empezado. Ha sumado el 51% de los puntos, cifra que no alcanzan Diego Martínez, Eduardo Coudet, Diego Cocca ni Álvaro Rubio. Por eso es uno de los técnicos revelación.

Metódico, reflexivo y siempre dispuesto a mejorar, supo hace un año que era el momento de dar el salto a LaLiga. Como hace con los jugadores, detectó sus puntos débiles y los trabajó. Desde la comunicación, porque nunca había dado una rueda de prensa en castellano, a la necesidad de hacer sonar su nombre en España, algo que años en la Championship no le habían garantizado pese a su buen trabajo.

«¿Cuánto cuesta un descenso?»

El pasado verano fue Las Palmas quien tuvo su nombre sobre la mesa y el Valencia lo supo, pero la opción era darle a Rubén Baraja la renovación que se había ganado. El mal arranque de curso lo cambió todo. En noviembre, el club ya pensaba en buscar un relevo o la permanencia sería imposible. Negoció con Quique Sánchez Flores, pero viró hacia Corberán. De hecho, su nombre fue el único que se transmitió a Singapur con una coletilla que nadie sabía si se aceptaría: había que pagar casi tres millones de cláusula para liberarle. «¿Cuánto cuesta un descenso?» fue la respuesta que se recibió, casi retórica, porque se dio luz verde a la operación.

De Corberán convencieron dos frases que escucharon los dirigentes del Valencia en la primera conversación. «Vengo a trabajar con lo que tenga», les dijo. Eso suponía un alivio para un club que nunca sabe si puede acudir o no al mercado. Se movían entonces, pero sin garantías de acceder a cesiones como la de Umar Sadiq.

La segunda frase se ha demostrado aún más cargada de sentido: «La mejora en el campo siempre viene de la mejora individual». Es un mantra que repite y que ha traducido en charlas individuales para potenciar a Javi Guerra, Barrenechea o Diego López, a quien mandó al banquillo una tarde y marcó las cuatro siguientes. «Va tieso y lleva a todo el mundo tieso», aseguran. Para rescatar al Valencia ha actuado con precisión de cirujano y quienes le rodean lo definen como «minucioso» y «exageradamente responsabilizado», tanto que pasó la noche tras las derrota ante el Barça en su despacho en Paterna. Pese a las bajas y los 17 años que lleva el Valencia sin ganar en el Bernabéu, no quiere humillaciones. Para los creyentes como Corberán, las virtudes cardinales son prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Él las exhibe todas.

La UEFA multa a Rüdiger (40.000€), a Mbappé (30.000) y a Ceballos (20.000) por su comportamiento en el Metropolitano; Vinicius, absuelto

La UEFA multa a Rüdiger (40.000€), a Mbappé (30.000) y a Ceballos (20.000) por su comportamiento en el Metropolitano; Vinicius, absuelto

Actualizado Viernes, 4 abril 2025 - 17:35

La UEFA ha resuelto este viernes imponer una multa a tres jugadores del Real Madrid, entre ellos Kylian Mbappé, por "comportamiento indecente" en el Metropolitano en la vuelta de octavos de final de Champions ante el Atlético de Madrid.

El máximo organismo del fútbol europeo ha condenado al delantero francés a pagar 30.000 euros y le sanciona con un partido de suspensión cuyo cumplimiento está supeditado a la reincidencia. Es decir, si Mbappé vuelve a comportarse así en el próximo año, lo cumplirá. Pero si no vuelve a hacerlo, no lo cumplirá.

Los castigos no acaban aquí. Para Antonio Rüdiger la multa es de 40.000 euros e, igualmente, ese partido de suspensión supeditado a la reincidencia. Por su parte, a Dani Ceballos le han sancionado con 20.000 euros. La UEFA no infligió ninguna sanción al delantero brasileño Vinicius Junior, después de la apertura la semana pasada de una investigación contra los cuatro jugadores.

Artículo 11 y conducta "decente"

La UEFA no detalla los hechos sancionados, pero menciona la violación del artículo 11 de su código disciplinario -que exige una "conducta decente"- el pasado 12 de marzo, cuando el Real Madrid eliminó al Atlético en los penaltis.

Tras lograr el pase, los jugadores investigados tuvieron actitudes y gestos hacia el público local que la UEFA puso bajo investigación. Después de unos días, el Comité de Disciplina del organizador de la Champions ha decidido dejarlo todo en una multa económica salvo que Mbappé o Rüdiger reincidan en este tipo de comportamientos.

Las dos caras de la moneda de la Copa con el Barça "soñando" con el triplete y el Atlético fuera de todo en abril: "No hay reproches, los futbolistas lo están dando todo"

Las dos caras de la moneda de la Copa con el Barça “soñando” con el triplete y el Atlético fuera de todo en abril: “No hay reproches, los futbolistas lo están dando todo”

Quizás solo fueran detalles, quizás metaforas, pero ayer una moneda giró en el Metropolitano y sólo con ver a los entrenadores en rueda de prensa se podía imaginar a quién le salió cara. Hansi Flick salió fresco, despejado, como si se acabara de levantar, mientras que Simeone lo hizo como si hubiera jugado él los 90 minutos de la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. "Reproches no hay. Los futbolistas están dando todo. Creo que estamos dando el máximo y aspiro a seguir igual en liga", apuntó el Cholo en su comparecencia.

La Liga está casi imposible para los rojiblancos, a nueve puntos de un equipo que aún no ha perdido en 2025. La última derrota de los azulgrana fue, precisamente, ante el conjunto de Simeone antes del parón invernal y ese duelo levantó aún más el vuelo de los pupilos de Flick. "Después de la navidad mejoramos mucho, el equipo creció en su manera de cómo jugar, pero el partido contra el Atlético anterior ya había sido bueno y les había dicho a los chicos que estaba contento", reveló el entrenador alemán.

Un técnico que permite ahora ciertas licencias que no permitía al inicio de la temporada. Aún es pronto, dice, pero el camino lo tienen claro hacia el triplete. "Soñar está permitido, pero hay que trabajar muy duro", apuntó el técnico y le secundó poco después su jugador Jules Koundé en zona mixta. "Estamos metidos en todas las competiciones, el camino todavía es largo, pero sí soñamos", comentó el defensor.

El Atlético está en el lado contrario. Cruz total en la moneda del fútbol. Lejos en liga, eliminados de Champions ante el Real Madrid y ayer se rehicieron a un primer tiempo horrible para soñar con el partido de la Cartuja. "Nos disculpamos por no haber conseguido el pase a la final, que era la ilusión de todos", dijo Josema Giménez en zona mixta.

Pero la clave del cambio de actitud fue la charla del Cholo al descanso y los múltiples cambios que se hicieron desde la caseta tanto tácticos como de nombres. "Les dije que nos habian perdonado y dejado vivos y eso nos daba optimismo para enfrentar con mas valentía el segundo tiempo", explicó el argentino.

El optimismo y la valentía los puso Alexander Sorloth. El responsable del tanto que terminó con la derrota del Barça en Montjuic fue una pesadilla para la defensa blaugrana, pero le falto contundencia y eficacia. Pese a que disfrutó de varias ocasiones claras, el noruego no pudo rematarla con un sólo disparo a puerta. Todos terminaron fuera o anulados por fuera de juego.

El equipo, con los cambios, había conseguido inclinar el campo hacia sus intereses, pero fueron incapaces de remontar el tanto inicial de Ferran, en una primera parte de los blaugrana memorable. "El rival juega muy bien, me gusta como juega y lo he dicho muchas veces", alabó el Cholo y fue correspondido por Flick que calificó al Atlético como uno de los "mejores equipos no de España sino de Europa".

Maratón y final

El Barcelona afronta ahora una maratón de partidos hasta la final de La Cartuja en la que habrá un Clásico. "Mañana llegaremos a las 3 de la mañana, dormiremos no mucho y luego a entrenar otra vez, recuperarse y ver qué es posible contra el Betis. No es fácil", apuntó Flick sobre el calendario.

De hecho, el alemán avisó de que no quería responder a ninguna pregunta sobre la final del 26 de abril ante el Real Madrid porque "su foco está en el Betis" y quedan "muchos partidos antes". Aunque al final deslizó: "El Clásico está bien". Los dos que ha jugado, por cierto, los ha ganado tras marcar cuatro y cinco goles al rival.

El tercer golpe final a Simeone

El tercer golpe final a Simeone

Actualizado Jueves, 3 abril 2025 - 00:25

El Atlético perdió el último resquicio para alcanzar la Copa. Fue ante un Barcelona decepcionante, que acabó pidiendo la hora para defender un gol, sólo un gol, de Ferran Torres. No le valió al Atlético la rabiosa segunda parte.

El Barcelona ha creado un "matrix" especial, donde en cada partido a los rivales les convoca en inferioridad. No tuvo perdón desde el primer minuto para acosar y reducir al Atlético a un pobre equipo defensivo.

En esa primera parte, la máquina de goles solo fabricó uno, con un gran pase de Lamine Yamal al goleador de moda Ferran. ¿Qué hizo el Atlético? Defenderse con ocho jugadores detrás del balón, acongojados y laminados por un desquiciado Simeone, que incluso llegó a tirarse al suelo como protesta por las tarjetas a cuatro de sus jugadores.

Entre ellos, De Paul y Julián Álvarez, más la amenaza de un inseguro Azpilicueta, la más peligrosa porque tenía a Raphinha, siempre tan escurridizo. Aunque éste ha perdido un cuarenta por ciento de la ferocidad goleadora de hace unas semanas. Quizá le tiene desafinado un Brasil caótico.

Mágicamente, con Simeone con la soga en el cuello, decidió atacar, algo que se le olvida muchas veces. En vez de acurrucarse en su área salió con garra, frescura y ambición. Dejó al Barça como un equipo mediocre.

Tuvo Sorloth la gran ocasión de empatar , que hubiese sido la perdición barcelonista, porque ese "matrix" se pixelaba y ya no tenía ese mundo triunfal. Lamine Yamal perdió el toque milagroso y Raphinha tenía su cabeza perdida.

Me sorprendió el pavor de Flick, que renunció casi al contragolpe y, desde luego, a su presión de asfixia, y metió a dos defensas más, Eric García y Araujo, que desequilibraban más aún a su asustado equipo, nervioso ante la rabia increíble de un Atlético con un tono valiente.

Es decir, que la máquina goleadora, el supremo equipo de la temporada, llegó a perder toda su esencia. Flick renunció a atacar. Simeone había sido valiente, inconcebiblemente, porque llegó a jugar con tres delanteros, pero el caso es que Griezmann ya no está en el mundo de los grandes jugadores. Una pena.

Ha sido el tercer golpe final a un Simeone que cosecha un gran fracaso de temporada. Curiosamente todas sus posibilidades las quemó en su propio Metropolitano. Y eso es inexcusable.

Frente al Madrid fue culpa suya por ser tan defensivo. En liga, con el Barça pareció un muñeco, a pesar de llevar dos goles por delante, y finalmente hoy con este epílogo a su temporada, con una reacción demasiado tardía.

En fin, ha dejado al club, que hizo una gran inversión en jugadores para poder vender el equipo a lo grande, desnudo. Simeone lo ha abaratado aún más. Hace temporadas que el show de Simeone se ha acabado por repetitivo defensivo.

El Barcelona mostró que no es una máquina maravillosa de fútbol y que se le puede ganar siempre que corras y seas muy ofensivo.

La ofensa es la de Laporta, un tipo sin escrúpulos y tramposo, que ha dicho que a su Barça -habla como si fuera suyo- le quieren liquidar en los despachos. Todo cuando le han pillado en una estafa de cien millones de euros por decir que había vendido unos palcos inexistentes. Patético.

El Barça y Ferran se citan con el Madrid en la final de la Copa del Rey

El Barça y Ferran se citan con el Madrid en la final de la Copa del Rey

¿Qué es el fracaso? El fracaso está en no intentarlo, claro. Pero a veces también aparece detrás del canto de una moneda. En que un disparo de Lamine roce el palo por fuera y no por dentro, en un mal o buen control de Julián ante Sczesny, en una picardía de Griezmann que sale o no, o en que Munuera decida desautorizar al VAR y mantenga la amarilla a Azpilicueta en lugar de la roja. [Narración y estadísticas, 0-1]

Se tiró una moneda al aire en el Metropolitano. Una moneda que giró durante los 90 minutos. Que pudo caer de cara para el Barcelona en la primera mitad o para el Atlético en la segunda. Que a veces necesita una brisa para que se vuelque de un lado y que Ferran fue el que la sopló sin que nadie quisiera contestar su soplido por mucho que lo intentara. Esa moneda compró el billete para La Cartuja al Barça, pero lo sudó hasta el final.

Los Atlético - Barcelona han recuperado el lustre de los 90, la calidad, las alternativas y la pierna fuerte. Los rojiblancos se ganaron dos amarillas en sus dos primeras faltas. Esa primera, como decimos, naranja. Y el Barça quiso el cuerpo a cuerpo, el vértigo. Cómo no quererlo con extremos como Raphinha o Lamine.

El canterano culé había dado una pase de la muerte que salvó Giménez con riesgo del autogol, tirado una porra de pisada al hijo de Simeone frente a su padre, asistido a Koundé para una ocasión clarísima y rozado el gol en el primer cuarto de hora. Los primeros cinco acercamientos del Barcelona fueron por su costado. Son conscientes de que Lamine, en trance, se parece a un argentino que emigró hace poco a las Américas, salvando las distancias.

En el Atlético la cosa empezó cambiada. Griezmann, rejuvenecido, robando dos balones peligrosos en un minuto y acertando en cada acción. Julián, en cambio, fallando dos controles fáciles para él y con los que podría haber generado peligro en la portería de Sczesny. El equipo buscó en sus salidas a De Paul, pero el argentino estaba más a defender que a crear. Y pasó lo que tiene que pasar con esto de la manta que te tapa la cabeza o los pies. Simeone cerró los caminos interiores, pero Pedri encontró a Lamine en un costado que vio perfecto el desmarque de Ferran. El Tiburón no perdonó. Se le caen los goles de los bolsillos juegue de titular o de suplente. Flick ha transformado esta Barça desde sus cimientos. No hay jugador que no haya mejorado su versión.

El tanto se sintió en ambos conjuntos, el Barça sacó el colmillo y el Atlético se desordenó. Simeone llamó a Griezmann en tres ocasiones en cinco minutos para mover el sistema pero, ante tanto cambio, los jugadores no supieron cómo colocarse ante el vendaval culé. Nueve disparos, el último un mano a mano que marró Raphinha, a uno en media hora. El resultado, apenas un gol, era quizás la mejor noticia.

Revolución sin premio

Entonces, Simeone tocó a rebato. Sacó a Sorloth en el descanso y el noruego tuvo la primera casi en el primer minuto. Fue fuera de juego, pero cambió algo el aire. El Atlético puso un uno contra uno a todo el campo y el Barcelona se vio sorprendido por este arranque rojiblanco aupado al 5-3-2 que tanto le gusta al Cholo. Repitió el noruego tras un gran pase de De Paul que le dejó solo ante Sczesny, pero su disparo no vio portería. El Barça aceptó el cambio de papeles esperando la contra y Raphinha pudo cerrar el partido, pero Musso respondió bien.

Es curioso cómo actúan los seres humanos ante la desesperación, el miedo o el fracaso. El Atlético se vio fuera de todo tras los primeros 45 minutos. Seguro que Simeone, muy activo en la banda, se lo recordó a los suyos en el descanso: Que el fracaso es no intentarlo, y el equipo acusó el recibo y se levantó para tutear al todopoderoso Barça, el imperio que no ha perdido en 2025. Solo un empate, pero éste lo consiguió la resistencia rojiblanca.

Los mapas de calor cambiaron completamente con un conjunto, el de Simeone, pisando constantemente el territorio culé. Flick sacó a Eric para ganar el medio, pero ese territorio estaba poblado de rojiblancos, que corrían y mordían como no lo habían hecho en los últimos partidos. Si habían llegado hasta aquí, había que morir matando. Y hubo más uy que ocasiones reales. El Barça aguantó y se pidió un Clásico en La Cartuja.

Un detenido en los enfrentamientos entre ultras del Atlético y la Policía tras la llegada del equipo al Metropolitano

Un detenido en los enfrentamientos entre ultras del Atlético y la Policía tras la llegada del equipo al Metropolitano

Decenas de radicales se han enfrentado a la Policía tras el paso del autobús del Atlético de Madrid camino del estadio Metropolitano para el duelo de Copa del Rey ante el FC Barcelona de esta noche.

Tras el paso del vehículo en el que viajaba la expedición rojiblanca, numerosos aficionados han tirado al suelo las vallas de control dispuestas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para mantener la seguridad.

Varias patrullas de antidisturbios y de Policía a caballo han acudido a contener a la masa, que se ha enfrentado a ellos con el lanzamiento de varios objetos entre los que había botellas de cristal, piedras y varias bengalas.

Ante el revuelo, han acudido varias unidades más de antidisturbios y han conseguido detener el conato de enfrentamiento dispersando a los seguidores más radicales.

Unas 3.000 personas habían acudido al llamamiento de la afición para recibir al Atlético de Madrid. Una convocatoria que habia circulado por redes sociales y detrás de la que estaba, entre otros, el Frente Atlético, grupo radical del conjunto rojiblanco.

El recibimiento al equipo antes de una cita importante es algo habitual para la parroquia rojiblanca. Las famosas busianas trasncurren, principalmente, por la Avenida Arcentales, una de las calles aledañas al estadio Metropolitano.

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: "Es todo entrega"

Los dos abrazos de Giuliano, la resiliencia tras la lesión y el coraje para ser el jugador más revalorizado del Atlético: “Es todo entrega”

Acababa de terminar el partido ante Brasil cuando Giuliano Simeone (Roma, 2002) decidió cerrar el círculo de la única manera que podía: con un abrazo. Esta vez fue su madre, Carolina Baldini, la que lo recibió entre lágrimas para celebrar la victoria ante Brasil por 4-1 con el primer gol de su hijo con Argentina. "Llevaba 22 años preparándose para este momento", dijo la progenitora.

Ese círculo comenzó algo después, hace 10 años, y fue en Copa del Rey, pero el rival del Atlético de Madrid no era el FC Barcelona con el que se enfrentan hoy, sino el Real Madrid. Giuliano también estaba en el césped, pero como recogepelotas, y los rojiblancos también jugaban en casa, pero en aquel entonces era el Vicente Calderón. En aquella ocasión no fue su gol el que provocó el abrazo, esa vez con su padre, sino el de Raúl García. Y hoy el Cholo no sólo es su padre, también su técnico. "Su relación es muy buena, pero cuando se pone la camiseta la relación es profesional, no es su padre sino su técnico", cuentan desde el vestuario.

Cualquier padre querría ver a su hijo triunfar en el club de sus amores, pero Simeone quiso que Giuliano quemara las mismas etapas que cualquier canterano. "Sus grandes amigos, además de los argentinos, son Barrios y Riquelme, con los que coincidió en las categorías inferiores", apuntan fuentes rojiblancas.

El pequeño de los Simeone llegó al Atlético de Madrid en su etapa de juvenil procedente de River Plate. Nacido en Roma, cuando su padre jugaba para la Lazio, de pequeño vivió en Argentina con su madre, al estar ya sus padres separados. Pero aterrizó en Madrid y la rompió, hizo cinco goles en sus 10 primeros partidos, y eso le valió ser una de las joyas de la cantera rojibanca a pesar de llevar ese apellido.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.

El argentino celebra su primer tanto con argentina.Luciano GonzálezEFE

Pese a ser un activo prometedor, desde el club decidieron foguearle con varias experiencias primero en Segunda y después en Primera. En Zaragoza volvió a demostrar su olfato goleador con nueve goles y tres asistencias y después llegó su primera experiencia real en la máxima categoría con el Alavés. Entonces, el drama. En un partido de pretemporada ante el Burgos, Giuliano sufrió una entrada criminal por detrás que le partió el peroné y le luxó el tobillo. "El primer pensamiento que me vino a la cabeza cuando vi el pie para otro lado es: 'No vuelvo a jugar al fútbol'", expresó el Cholito sobre su lesión.

Entonces el argentino dijo que llegó a una encrucijada en la que tuvo que decidir para pasar ese obstáculo si quería "hacerse peor" o "mejorarte y aprender". Obviamente, escogió la segunda opción. En el conjunto babazorro sólo pudo jugar 16 partidos, los primeros, pocos minutos, pero en los últimos seis, de los que fue titular en cinco, consiguió hacer un gol y dos asistencias. "Es un chico que es todo entrega", explican desde el banquillo rojiblanco.

Nunca rendirse

Esa entrega le valió volver al club el pasado verano. Un equipo en el que no tenía hueco puesto que la plantilla tenía muchos delanteros en nómina y llegaban, además, Julián Álvarez y Sorloth. Entonces, la salida de Samu Omorodion le brindó un resquicio que el chico quiso aprovechar desde el principio. "Ha aprovechado con calidad y entrega la mínima oportunidad que se le ha dado y ahora es titular indiscutible", apuntan desde el club.

Los tres primeros partidos suplente, luego seis minutitos contra el Athletic, 14 contra el Valencia, cinco contra el Rayo y primera titularidad ante el Celta. Pero su verdadera irrupción llegaría tras el varapalo ante el Betis. La primera derrota en Liga de la temporada y una imagen apática del equipo. Hacía falta energía y, si hay algo que caracterice precisamente al Cholito es eso, el coraje. "Lo que destaco de él es su energía. Su energía es diferencial, transmite algo que es muy difícil ir a comprarlo, eso lo tienes o no lo tienes", alabó su padre.

Explosión

Su titularidad con gol ante Las Palmas ya le valió un hueco en el once del que no saldría y este año ya suma cuatro tantos y siete asistencias en lo que va de curso. Es uno de los integrantes de la plantilla más queridos en el Metropolitano y también uno de los responsables del cambio del equipo hasta este bajón de marzo en el que se han perdido casi todas las opciones a dos de los tres grandes títulos.

El crecimiento del equipo ha ido en paralelo al del jugador. Giuliano partió al inicio de la temporada con un valor de 13 millones de euros y ahora su precio está en 25 millones según la plataforma Transfermarkt. En ese ranking, es el tercer jugador de LaLiga que más se ha revalorizado tras el madridista Asencio que ha pasado de 12 a 30 millones y de Pedri cuyo valor ha aumentado de 100 a 120 millones, el más alto de su carrera. Hay rumores de una oferta del Chelsea de 35 millones, pero en el club lo tienen claro: "Ni se plantea desprenderse de él".

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: "Mañana no es una final"

Simeone rebaja la presión tras la eliminación de Champions y las derrotas en Liga: “Mañana no es una final”

La eliminación de la Champions sigue escociendo en un Atlético de Madrid que el pasado sábado pudo desertar de la pelea por la Liga. Ahora afrontan la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el peor de los rivales posibles para Diego Simeone. Podría ser la última gran ocasión para luchar por un título esta temporada, pero el entrenador quita presión a los suyos. "Mañana no es una final, es una semifinal que nos puede dar acceso a una final", puntualizó.

El técnico no quiso volver a entrar en la polémica jugada de la eliminación europea y esquivó las preguntas a su manera habitual: "Barcelona". No obstante, sí se refirió a la decepción que le supuso a él ese momento y que compartió en ruedas de prensa anteriores. "Hablé de mis sentimientos no de los demás", ha apuntado el entrenador y luego ha recordado que "el equipo está haciendo una temporada muy buena" para asegurar que la filosofía del Atlético debe de ser siempre el "partido a partido".

En el Atlético de Madrid se rehúye la palabra fracaso, "eso es cuando no lo intentas", ha explicado el Cholo y repitió los méritos del equipo durante este curso que pueden terminar en Copa el próximo miércoles en el Metropolitano ante un equipo al que no pretende presentarle novedades. "No habrá muchos cambios en la cabeza de su entrenador ni en la nuestra", ha mantenido.

Uno de ellos está en la portería. Para el duelo de mañana, el argentino confirmó a su compatriota Musso bajo palos pese a que es consciente de la fortaleza ofensiva del FC Barcelona que muestra "la misma intensidad todo el partido". "Intentaremos atravesar nosotros por mejores momentos para desviarles de su potencial", ha apuntado.

Hay que recordar que los rojiblancos, en los dos últimos choques, han recibido cuatro goles por parte del FC Barcelona, dos de ellos de RobertLewandowski. El delantero polaco está viviendo una segunda juventud y eso lo aprecia el técnico colchonero. "Hay que felicitarlo. Está haciendo unos números increibles. Admiro la perseverancia, el trabajo y el seguir luchando", ha valorado de la gran amenaza blaugrana.

La que debería ser una de las amenazas por la parte rojiblanca es Antoine Griezmann, del que Simeone admite que no está en su momento más alto. "Hay jugadores que cuando acostumbran a mostrar tanta jerarquia, talento y gol, luego queremos que aparezca siempre y espero que lo haga mañana", ha demandado el Cholo sobre su gran estrella.

Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

Marzo, el oscuro mes de las dos despedidas del Atlético: KO en Champions y una victoria en cuatro partidos de Liga

"Marzo, marceador, un día malo y otro peor". Así se resume el mes del Atlético de Madrid en el que el equipo dijo adiós a dos de las tres competiciones a las que aspiraba. Los colchoneros, campeones de invierno, se han desinflado en el momento más importante del curso, donde se dirimen los títulos. El entrenador, Diego Simeone, se sigue acordando del doble toque de Julián Álvarez en cada rueda de prensa, pero tampoco oculta la evidencia: "Dentro de la temporada hay momentos, buenos, malos y regulares. Hay que seguir compitiendo hasta el final".

El equipo está en un momento malo no, crítico. Además de la eliminación de la Champions y el recuerdo del penalti de Julián, en la segunda vuelta ha perdido 17 puntos de 30 posibles, cuatro de 12 en marzo, los mismos que dejó escapar en la primera mitad del curso. Con ese tanteo, los rojiblancos se quedan a nueve puntos de la cabeza y el golaverage perdido ante el FC Barcelona. "Los equipos de detrás ya se están acercando y nos alejamos de donde queremos", apuntó Jan Oblak tras el empate en Cornellá.

La Copa, este miércoles, es la gran esperanza rojiblanca para intentar conseguir un título esta temporada, aunque aún esté el Mundialito de Clubes en el horizonte. Pero la afronta, precisamente, contra un Barça que ha ganado sus últimos nueve encuentros ligueros, un récord de épocas de Pep Guardiola y Luis Enrique. Mal enemigo para agarrarse al flotador.

Nueve goles en seis partidos

Lejos queda aquella victoria sufrida ante el Athletic, al inicio de este fatídico marzo con gol de Julián. Fue un espejismo con truco, hasta cuatro palos golpearon Los Leones en ese duelo que se les escapó por la contundencia del argentino y la gran defensa rojiblanca, línea que ha naufragado en los últimos encuentros y con la que el equipo había conseguido agarrarse a la cabeza de la tabla, de la que ahora parece haberse despegado definitivamente.

El Barcelona abrió la brecha en la ida de la Copa, consiguiendo quebrar hasta en cuatro ocasiones la meta de Jan Oblak. Desde entonces otros nueve tantos han ido a parar a las redes rojiblancas en seis partidos. Siguen como el menos goleado de Primera con 23 goles, pero el segundo ya queda mucho más cerca, precisamente el Athletic con 24 y el Getafe cerraría el podio con 25.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.

Simeone, en el banquillo de Cornellà.AFP

La fragilidad defensiva era algo que parecía de épocas pasadas, pero ha vuelto acompañada de falta de contundencia y de energía para afrontar el maratón de partidos que acumularon los rojiblancos desde la vuelta de Navidad, 18 encuentros en 10 semanas. Incluso Giuliano, un electrón con carga siempre positiva, ahorró carreras en Cornellà, fundido como venía de hacerse 8.000 kilómetros para jugar con Argentina.

Hay que destacar que parte del descalabro también ha venido por errores de concentración que han costado puntos. Vienen a la mente el planchazo y posterior cruzada de cables de Ángel Correa en Getafe, que terminó con su expulsión y la pérdida del argentino para los siguientes cinco partidos, y el penalti que hace Clement Lenglet ante el Espanyol. Un agarrón inocente, pero en la cara del árbitro, que concedió el empate al conjunto blanquiazul. En el Metropolitano este miércoles tocará limpiar la mente y, sobre todo, recuperar los resultados.

Simeone es lo que es... y a veces no es suficiente

Simeone es lo que es… y a veces no es suficiente

Cualquier debate sobre Simeone nace viciado porque para los atléticos no es un entrenador sino un familiar y un héroe y para los madridistas, que aseguran que a ellos el Atleti les da igual pero plagan las redes y los medios de ataques al Cholo, no es un entrenador sino un pimpampum. Este segundo grupo refuerza la reacción siciliana del primero y a partir de ahí todo es elegir bando. La más leve crítica te hace anticholista y cualquier elogio, un devoto ciego.

Y no. O no debería porque limita el asunto a una ridícula pugna de máximos: hay que renovarle de por vida o despedirle hoy mismo. Dos bobadas de similar calibre. Simeone recogió un Atlético en derribo y con las piezas de un triciclo destrozado construyó un avión. Es uno de los trabajos más brillantes de un entrenador en este siglo y eso no se lo va a quitar nadie.

Tan cierto como que una primavera más, y van cuatro seguidas, apenas comienzan las alergias y el Atleti ya está a verlas venir, con un partidito a la semana para acabar tercero sin sudar y decir que ha cumplido objetivos (la baza de la Copa cambiaría el ánimo más que la evaluación). La justa indignación con el (supuesto) doble toque de Julián Álvarez llega hasta donde llega y ese lugar no debería ser la rueda de prensa del Cholo tras dar pena ante el Espanyol. Era día para la autocrítica y, como ha pasado demasiadas veces en los últimos años, no llegó.

El Atleti no se dejó la Liga en el 2-4 del Barça sino en los esperpentos en Getafe y Cornellà. Una escena, la dimisión fuera de casa cuando no se mide a colosos, que repite desde hace un lustro. No es casualidad. Si la sensación es mejor esta temporada que las pasadas es porque el Cholo ha vuelto a crear un equipo competitivo ante Madrid y Barça, ha ganado la arriesgada apuesta de Giuliano y ha captado para la causa a un fuera de serie como Julián. No es poco, pero no es suficiente.

Simeone es el entrenador que es, como Guardiola, como Ancelotti, como Flick, como todos. Ha evolucionado, claro, pero dentro de los parámetros del fútbol en el que cree (control, que ocurra lo menos posible, esperar el error...). Y cuando lo basas todo en resistir, tus futbolistas morirán por ti en el Bernabéu, pero se sentirán peces fuera del agua cuando no tengan molinos enfrente en Leganés o Vallecas. Ahí ni encontrarán un enemigo ante el que ser David ni sabrán ser Goliat. Serán la nada. Así lleva años el Atleti y le condena al limbo de la decepción. ¿Es capaz el Cholo de cambiarlo? A estas alturas, la duda es legítima y el tiempo para resolverla no puede ser eterno.