Nadal: "Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte"

Nadal: “Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte”

Después de entonar la primera de sus despedidas de las canchas, concluidos los fastos del homenaje que se le dispensó en la Manolo Santana tras perder ante Jiri Lehecka en su último partido en el Masters 1000 de Madrid, ya entrada la madrugada de este miércoles, Rafael Nadal ofreció la que fue también su última rueda de prensa en la Caja Mágica.

Recibido con aplausos por los periodistas, comentó: "Una noche emocionante. Nunca me han fallado la gente de Madrid ni de España. Lo que me han hecho sentir se va a quedar en mí para siempre. Hace tres semanas no sabía si volvería a jugar un partido oficial. He podido despedirme con un partido bastante decente. Esta ciudad y España han representado una energía que me ha ayudado mucho en mi carrera. No sé si será la última vez que juegue en España, aunque es muy probable que sea así".

Sobre sus sensaciones en un momento tan especial, dijo: "Me he emocionado mucho por dentro, pero no quería hacer un mar de lágrimas. No he terminado aún mi camino con la raqueta en la mano. No es el momento de dejar ir todo lo que llevo dentro a nivel de emociones. Queda un camino por recorrer y no quiero soltar toda esa adrenalina aún. He dado pasos adelante y veremos si soy capaz de consolidar esos avances. Me voy con menos dudas. Mi rival ha jugado a un nivel altísimo e incluso así he tenido mis pequeñas oportunidades en el primer set. Ha sido mi mejor set desde que he vuelto a competir, es el día que he estado mejor posicionado en pista. Muscularmente he tenido un poco de bajón al final del primer set".

¿La Copa Davis?

Dejó abierta la posibilidad de disputar la Copa Davis, que se juega en septiembre en Valencia cuya fase definitiva se celebrará en noviembre en Málaga. "Cuando no os he contado cómo iban las cosas era porque yo tampoco sabía qué contaros, porque no he tenido ninguna certeza en los últimos meses. Lo que pase en el futuro se verá. Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte".

Respecto al futuro inmediato valoró haber jugado cuatro partidos en Madrid y que su cuerpo haya resistido varias horas de competición. "Si no tengo la confianza en que mi cuerpo responda es difícil que mi tenis funcione. Estoy haciendo las cosas de la manera más prudente. Sobre Roland Garros os diré después de Roma. Espero poder jugar en Roma".

A la hora de recordar el pasado en el torneo, dijo: "La final de 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva, pero es uno de los recuerdos más bonitos. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido y al día siguiente no podía andar. No me imaginaba estar aquí con casi 38 años. Todos en aquel momento visualizábamos una carrera corta y muy complicada. Y aun con los problemas que ha habido, también me han dado la capacidad de valorar todas las cosas buenas que me han ido pasando".

Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Fue Jiri Lehecka, un poderoso tenista checo con muchas armas para adquirir protagonismo en el circuito, el último hombre que vio de frente a Rafael Nadal en la pista Manolo Santana. El adiós del ex número 1 del mundo y ganador de 22 títulos del Grand Slam a una de sus pistas fetiche, tal vez sólo superada por Roland Garros, se produjo pasada la medianoche de este miércoles, tras un partido en el que llegó a sembrar esperanzas de cosechar un nuevo triunfo hasta el desenlace del primer set y peleó hasta el final contra un serio adversario y contra sus propias reservas físicas. El revés de Nadal se fue ancho y Lehecka se impuso en los octavos de final por 7-5 y 6-4, en dos horas y un minuto.

Tras disputar 20 de las 22 ediciones, pues sólo se perdió la del pasado año, por lesión, y la primera, cuando aún era un chaval, se va el mejor jugador que ha pasado por este torneo, como atestigua su incomparable balance. Nadie suma tantos títulos ni tantas victorias. Pentacampeón y con 59 partidos ganados, Nadal, que pronto cumplirá 38 años, es el rey en la capital desde que lograra alzar el trofeo en el Rockódromo de la Casa de Campo cuando el torneo aún se disputaba en pista rápida y bajo techo. Desde que anunció que ésta sería la última ocasión en que lo disputase, cada una de sus presencias en la pista central ha cobrado un aura de especial emotividad, multiplicado de forma sobrecogedora en la que fue su última noche.

Nadal no pudo aprovechar su única pelota de rotura. Llegó en el octavo juego, con la posibilidad de situarse 5-3 y servicio, pero el checo la sofocó con una gran derecha paralela. Es Lehecka, 31º, un jugador completísimo. Además de un servicio que ejecuta con velocidad y dirección, pues tan pronto puede ubicarlo en la línea de intersección del cuadro como abierto, habitualmente por encima de los 220 kilómetros por hora, tiene solidez desde el fondo, ya sea con la derecha como con el revés, y buena mano cuando se acerca a la cinta.

Un juego crucial

El partido se quebró en el decimoprimer juego. Lehecka logró romper y encadenó ocho puntos consecutivos para hacerse con el parcial. Las posibilidades de Nadal, después del duro partido ante Pedro Cachín, pasaban por intentar una victoria en dos sets. El checo, de 24 años, hizo un nuevo break en el primer juego del segundo set y puso las cosas dificilísimas para el ídolo de la afición local, encorajinado por la grada en todo momento.

Tal y como llegó al torneo, con sólo dos partidos disputados en el Conde de Godó desde su reaparición tras volver a lesionarse en los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane contra Jordan Thompson, ni siquiera él mismo se veía ganando tres encuentros consecutivos en el Masters 1000 de Madrid. Nadal trata de acelerar su puesta a punto para Roland Garros después de año y medio casi en blanco.

En la Caja Mágica ha logrado adquirir ritmo competitivo y disputar encuentros exigentes, como lo fue el de segunda ronda frente a Alex de Miñaur, el jugador que le detuvo la pasada semana en Barcelona, el disputado ante Cachín, que le exigió un despliegue físico durante más de tres horas, y el disputado esta noche, en un horario infrecuente para él, contra Lehecka. Pese a que tiene un relevo de máxima garantía en Carlos Alcaraz, su figura se recordará siempre en esta ciudad, por su carácter, su compromiso y su capacidad para adaptarse con enorme éxito a unas condiciones que nunca fueron las más favorables para su tenis.

Nadal contempló desde el centro de la pista las imágenes de sus triunfos, en 2005, 2010, 2013, 2014 y 2017, entre el entusiasmo de un público que se mantuvo en la cancha coreando su nombre. «Que era una broma, que el año que viene vuelvo», comenzó su parlamento. «Viendo las imágenes, algunas parecen de otra vida», dijo ya hablando en serio. «Para mí ha sido un regalo que me habéis hecho, quizás más importante que algún Grand Slam que he ganado. He tenido la suerte de haber podido hacer de lo que era un hobby mi trabajo y además hacerlo de manera destacada. No puedo pedir nada más. Espero que de alguna manera haya sido un ejemplo positivo para las nuevas generaciones. Lo único que puedo decir es gracias. La vida y el cuerpo llevan un tiempo enviándome señales de que este día tenía que llegar».

Alcaraz da un paso adelante y neutraliza las armas de Struff

Alcaraz da un paso adelante y neutraliza las armas de Struff

A medida que toma cuerpo el torneo crece la impresión de que Carlos Alcaraz no está aquí de paso, con el freno de mano echado, sino que a poco que se lo proponga puede convertirse en el primer tenista capaz de ganarlo en tres ocasiones consecutivas. Jan-Lennard Struff era ya una prueba de mayor calibre, un jugador en un momento dulce con armas distintas a las de sus dos rivales anteriores. Obligado a ganar el partido dos veces, pues tuvo cuatro pelotas para cerrarlo con su saque en el décimo juego del tercer parcial, el español venció la tenaz oposición de su rival y se impuso por 6-3, 6-7 (5) y 7-6 (4), en dos horas y 52 minutos.

Si tiene que meter una marcha más, Alcaraz está de sobra afinado para ello, aunque hiciese peligrar su éxito en un horrible juego. Este miércoles le aguarda el ruso Andrei Rublev, séptimo cabeza de serie, que derrotó por 6-2 y 6-4 a Tallon Griekspoor. Alcaraz ganó el único enfrentamiento entre ambos hasta la fecha, en la fase de grupos de las pasadas ATP Finals, por 7-5 y 6-2.

La sensación que transmitió Alcaraz en los dos primeros partidos, frente a Alexander Shevchenko y Thiago Seyboth Wild, fue la de una inmensa superioridad. Poco importó que el bicampeón del torneo, que encadena 24 victorias consecutivas en tierra batida española, 14 de ellas en la Caja Mágica, llegase condicionado por la lesión en el antebrazo derecho que le impidió jugar en Montecarlo y Barcelona. El número tres del mundo, segundo cabeza de serie en este Masters de Madrid, viaja a una velocidad distinta, inalcanzable para los adversarios que ha encontrado hasta ahora.

Erosión sobre el revés

Con un punto de agresividad mayor, cargó el juego sobre el revés de Struff y, movido por la inercia competitiva, soltó con más alegría su derecha, contenida en los últimos partidos por el contratiempo referido. Todo parecía encaminado hacia una nueva victoria en dos sets, con 2-0 arriba y servicio para él en el segundo, cuando el alemán revirtió la desventaja gracias a una doble falta y llevó el parcial al desempate, donde cometería menos errores y cerraría con un ace milimétrico y cargado de suspense, que precisó la revisión del vídeo. Al igual que la final de 2023, el partido precisaría de un tercer set.

Struff, que acaba de cumplir 34 años, venía de ganar en el ATP 250 de Múnich el primer título de su carrera, con una soberbia actuación. Dejó en dos juegos a Holger Rune, número 12 del mundo, en semifinales, antes de superar a Taylor Fritz en la final. El alemán posee un estilo propio. Hace valer su corpulencia y agresividad y con el tiempo ha aprendido a explotar sus cualidades en la altura de la capital.

Struff dependía en exceso del acierto con su servicio, que impacta con violencia desde sus 193 centímetros. A partir de ahí, si le funciona el golpe de arranque, tiene más facilidades para golpear con la derecha o para irse a la red. En el bajo porcentaje de puntos ganados con el segundo cabe encontrar parte de las razones de su condena. Lo cierto es que Alcaraz había marcado distancias desplegando lo mejor de su repertorio en el tramo definitivo, antes de mostrarse confundido en la resolución.

Además de arrinconar a Struff en el lado del revés, le desplazó con dejadas que, cuando así era preciso, completaba con un globo. Pero en el tercer set tampoco le alcanzó con el break en el cuarto juego. El alemán volvió incluso de un 3-0 adverso en el último desempate, de nuevo ayudado por los errores de su rival, pero prendido una vez más de la grada, Alcaraz, sin ceder en su gusto por el riesgo, culminó el triunfo.

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Rafael Nadal y Carlos Alcaraz confluirán en el supermartes de la Caja Mágica, día en el que se disputan todos los octavos de final del cuadro masculino. Los dos tenistas españoles no jugaban el mismo torneo desde noviembre de 2022, en Paris-Bercy. Hoy, el Masters 1000 de Madrid tendrá en su programa al pentacampeón del torneo, que este lunes venció por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 a Pedro Cachín, 91º del mundo, en tres horas y cuatro minutos, y al vencedor de las dos últimas ediciones, que descansa desde el domingo, cuando dio cuenta de Thiago Seyboth Wild.

Al mallorquín le espera Jiri Lehecka, 31º, un checo de 23 años que se postula desde hace tiempo para dar un salto de calidad y ganó a principios del calendario, en el ATP 250 de Adelaida, su primer título. «Me sorprendería derrotarle. Entrené con él el otro día. Tiene un saque muy potente y golpes duros desde el fondo. Posee un ránking inferior al de Alex [De Miñaur], pero enfrentarme a su calidad y velocidad de bola es otro paso», apuntó Nadal.

Además de la calidad del adversario, habrá de afrontar la dificultad de recuperarse en poco más de 24 horas. De hecho, contra su costumbre, jugará en la sesion de noche (22.00 h., Teledeporte y Movistar). «Lo veo bien. Tengo más horas para dormir y para trabajar mañana. Igual hasta veo un poco el Barça», comentó respecto al partido de Liga que disputaron anoche el equipo azulgrana y el Valencia. Sí habrá de privarse de las semifinales de la Liga de Campeones que el Real Madrid jugará en el Allianz Arena frente al Bayern Munich a las nueve de la noche de hoy, salvo que pueda echar un ojo a la primera parte mientras realiza la sesión de calentamiento.

«Todo son pequeños pasitos»

Tras dejarse sólo un juego ante el júnior Darwin Blanch en el debut y tomarse revancha inmediata contra De Miñaur, que venía de derrotarle en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal hubo de apelar a su vena guerrera para deshacerse de Cachín, que arrastraba 15 derrotas consecutivas antes de llegar al torneo. Cuartofinalista en el ATP 250 de Brisbane, en su regreso al circuito después de casi un año, el ex número 1 disputa por primera vez en 18 meses cuatro encuentros consecutivos, un plus en su apresurada puesta a punto para Roland Garros.

«Mi físico no estaba peor en el tercer set», explicó. «Estaba despierto mentalmente. Ha sido una pena no ganar en dos, pero estoy feliz por haber aceptado el reto. Todo son pequeños pasitos hacia delante. Hace tres semanas y media estaba en Manacor, casi sin poder sacar y perdiendo con los chicos de la academia un día, otro día y otro día».

Una incógnita

No obstante, sembró alguna duda ante la dificultad de jugar dos días consecutivos, algo nuevo en este delicado proceso de reconstrucción. «Es una incógnita para mí. Vamos a ver si soy capaz. Hace mucho que no juego asumiendo esas cargas. Hay que recuperar automatismos».

En su último año en Madrid, salvo lesión, parece improbable que Nadal no salte a la pista frente a un público al que ha distinguido de manera reiterada como el mejor. A principios de año, en Brisbane, tras perder frente a Jordan Thompson en tres horas y 26 minutos, fue en la mañana posterior al partido cuando sintió la lesión que volvió a apartarle de las pistas hasta el Conde de Godó, tal y como recordó ayer en su parlamento frente a los periodistas. «Nunca me he recuperado demasiado mal. Incluso con 35 o 36 años no me pesaba la edad. Hoy es completamente distinto. Nunca había estado dos años sin jugar y mi cuerpo es mucho más impredecible».

Durante la jornada, antes del partido de Nadal, dada la fervorosa simpatía por el Real Madrid que comparte con Alcaraz, se llegó a especular con que el defensor del título abriría la jornada a las 11 de la mañana, tal y como habría sugerido su padre, y que Nadal ocuparía el turno de las cuatro de la tarde, de modo que ambos pudieran presenciar el partido de fútbol. Sólo el desgaste y la longitud del duelo de Nadal dieron lugar al cambio en el programa. Serán Daniil Medvedev y Alexander Bublik quienes inauguren una jornada con los 16 mejores en competición.

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

El bueno de Cachín no tuvo derecho al aliento de la discreta hinchada argentina. Algún grito perdido de "¡Vamos Pedro!" adquirió de inmediato carácter conspirativo y encontró la reacción de un sonoro murmullo en la Caja Mágica. Mal día para llamarse Pedro en el templo del tenis madrileño. Vaya usted a saber por qué. Y eso que el jugador de Bell Ville reaccionó con bravura tras un pésimo primer set y obligó a Nadal, que afina su puesta a punto pero todavía carece de continuidad en el juego, a pasar tres horas y cuatro minutos, las que necesitó para certificar un éxito más sufrido de lo que se podía esperar: 6-1, 6-7 (5) y 6-3.

La victoria ante Pedro Cachín y la consiguiente clasificación para octavos de final fortalecen a Nadal en este largo tiempo de incertidumbre. Son ya tres triunfos consecutivos, registro insólito viniendo de donde viene, y este martes le espera Jiri Lehecka, 31º, un artillero checo de 23 años que no ha de resultarle inabordable, siempre que logre recuperarse bien. La paliza ante Cachín, con menos de 24 horas de descanso, elevará la exigencia en un periodo donde todos los cuidados son pocos.

Superado un top 20 como Alex de Miñaur, 11º en el escalafón, se suponía que Nadal no tendría demasiados problemas frente a Cachín, un argentino de 29 años sin demasiado peso en el circuito. La victoria del sábado, en una escenografía propia de su despedida del torneo, supuso un indudable empujón para el ex número 1 del mundo, urgido a recuperar crédito y autoestima a menos de un mes del inicio de Roland Garros, donde tiene depositadas buena parte de sus ilusiones.

La inesperada reacción

Sin embargo, este lunes, tras disfrutar de un largo pero plácido primer parcial, Cachín mejoró el porcentaje con su servicio y empezó a meter más bolas en pista, progresión confluyente con un decaimiento de su rival. Se situó 4-1 y dispuso de dos bolas de set antes de llegar al desempate, pero envío sendas derechas más allá de la línea de fondo. Fue en el tie break cuando logró igualar el partido tras un passing shot cruzado de revés ante un saque y volea de Nadal.

Octavofinalista el pasado año, Cachín había encontrado la redención en Madrid, tras una secuencia de 15 derrotas consecutivas desde octubre. Su triunfo en segunda ronda contra Frances Tiafoe fue el primero logrado a lo largo de su carrera ante un jugador de los 20 primeros del ránking. Tenista de crecimiento tardío, relanzó su carrera al trasladarse hace unos años a Barcelona y contar como asesor con Álex Corretja.

Dentro de su proceso de reincorporación al circuito, a Nadal le toca foguearse con experiencias de estas características. La temprana rotura en el inicio del tercer set le permitió llevarse un partido que manejó con determinación y oficio en los momentos culminantes. Además de ofrecer un tenis fluido en el primer parcial, fue capaz de sostenerse en pista en el encuentro más largo desde que perdió con Jordan Thompson a principios de año en cuartos del ATP 250 de Brisbane. Entonces fueron tres horas y 26 minutos, con el alto precio de no volver a competir hasta el Conde de Godó. "Vamos a ver cómo nos levantamos mañana, ojalá que bien", comentó a pie de pista.

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: "Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo"

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: “Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo”

Es tal la suficiencia con que se maneja Carlos Alcaraz que cualquier rival corre el riesgo de ser reducido a escombros. Lo fue Alexander Shevchenko en el debut y corrió similar suerte Thiago Seyboth Wild, a quien se le presumía mayor resistencia sobre arcilla, el territorio donde ganó su único título hasta la fecha, en Santiago de Chile, hace cuatro años, y en el que sorprendió a Daniil Medvedev, nada menos que en Roland Garros.

Para saber más

Pero el bicampeón, que ganó por un doble 6-3, en una confortable hora y cuarto, no ha necesitado la máxima exigencia ni comprometer un físico delicado por la dolencia en el antebrazo derecho para citarse de nuevo este martes con Jan-Lennard Struff, el mismo hombre al que derrotó en la final del pasado año para revalidar el título.

«Sé de su nivel. Buen servicio, buen saque y volea, buenos tiros de fondo... Pero tal y como estoy puedo hacer grandes cosas y voy a provocar opciones para intentar ganar el partido y hacerle sentir incómodo», comentó el segundo cabeza de serie sobre el próximo encuentro.

Struff tuvo que esperar hasta cuatro días antes de cumplir los 33 años para ganar su primer título. Lo hizo hace poco más de una semana en el ATP 250 de Múnich, con una trayectoria impoluta, en la que sacó los colores a Holger Rune en semifinales (6-2 y 6-0) antes de imponerse a Taylor Fritz en la final.

Precedentes

Alto y buen sacador, el jugador de Warnstein, un municipio de Renania del Norte-Westfalia, formó parte del proceso de crecimiento de Alcaraz, que se le encontró en los octavos de Roland Garros de 2021, con derrota en tres sets, y volvió a topársele, un año más tarde, en la primera ronda de Wimbledon, en aquella ocasión con victoria en cinco parciales. Todo ello antes de la final de 2023 en la Caja Mágica, que se llevó por 6-4, 3-6 y 6-3.

Ahora 24º del mundo, Struff ha entrado este año directo al cuadro principal, con victorias en dos parciales frente a Jaume Munar y Ugo Humbert, 14º. Mucho más tortuoso fue su camino en la pasada edición, donde se vio obligado a disputar la fase previa y precisó ganar ocho partidos, dos de ellos frente a Aslan Karatsev, a quien superó en la qualy y en las semifinales, antes de litigar por el título con Alcaraz.

El alemán ha tardado en rentabilizar unas condiciones como las de Madrid, aptas para las características de su juego, de golpeo plano y tendente a conceder poco ritmo al oponente, pero en los dos últimos años, ya en el tramo final de su carrera, sabe extraer rédito de sus cualidades en la altura de la capital.

Nadie ha ganado a Alcaraz en Madrid desde que lo hiciera Rafael Nadal en la segunda ronda del torneo, en 2021 y el resultado de su duelo con Struff pasará más por sus manos que por lo que pueda hacer el alemán. «Sigo sin fiarme del todo del antebrazo, aún está en mi mento. Cada vez que voy forzado o pego una derecha más agresiva viene el pensamiento de cómo va a reaccionar. El objetivo es no hacerme daño», reiteró. «Físicamente estoy muy bien y me muevo bien, pero ese pensamiento va a tardar en irse».

Paradójicamente, la limitación le lleva a hacer de la necesidad virtud, a mostrarse más contenido. «Estoy jugando de una manera diferente. Juanqui [Juan Carlos Ferrero, su entrenador] me dice que no hace falta pegar la derecha al 200%, que basta con relajar y sacar la mano hacia delante, intentando que corra la bola».

La pelota viaja en buena dirección, como lo hace la de Nadal, quien, tras ganar el sábado a Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, en un partido que pudo ser el último en este torneo, jugará este lunes (16.00 h., Teledeporte y Movistar) contra Pedro Cachín, 91º, en un enfrentamiento inédito. El argentino, de 29 años, ha detenido en Madrid la sangría de 15 derrotas consecutivas y viene de superar a Frances Tiafoe, 20º preclasificado. Al igual que en el caso de Alcaraz, Nadal es favorito. Si se ha recuperado bien, tiene muchos números para unirse al murciano en los octavos del martes.

Alcaraz vence a Seyboth Wild y entra de carrerilla en octavos de final en el Mutua Madrid Open

Alcaraz vence a Seyboth Wild y entra de carrerilla en octavos de final en el Mutua Madrid Open

De nuevo sin necesidad de mucho, como sucedió en el debut ante Alexander Shevchenko, Carlos Alcaraz dejó atrás a Thiago Seyboth Wild y entró sin rasguños en octavos de final. A estas alturas del curso, a menos de un mes para Roland Garros, todos los jugadores extreman los cuidados para estar a punto en París, y al ganador de las dos últimas ediciones del torneo, que sumó su decimotercera victoria consecutiva en la Caja Mágica (6-3, 6-1, una hora y quince minutos), le preocupa más acometer intacto tal vez el principal objetivo de la temporada que convertirse en el primer tenista que gana el Masters 1000 de Madrid en tres ocasiones consecutivas. Algo más que comprensible. No obstante, si mantiene esta superioridad sobre sus adversarios, todo puede ser compatible.

Seyboth Wild, 63º, dio el gran golpe al imponerse a Daniil Medvedev, que venía de ganar en el Masters 1000 de Roma su primer título sobre arcilla, en el arranque de la pasada edición de Roland Garros. Pero antes, en 2020, con 19 años, se había hecho en Santiago de Chile con el hasta ahora único título de su carrera, entrando en el cuadro como wild card para convertirse en el primer campeón de un torneo ATP nacido en 2000 y en el más joven de su país en conseguir un trofeo en la era profesional. Nunca había ganado un partido en Madrid, y en segunda ronda dejó atrás a Lorenzo Musetti, 28º, un joven tenista italiano que sigue sin refrendar su talento.

Desinflado

El brasileño empezó bien, sostenido por su servicio y una derecha de plomo, pero se apagó pronto, en cuanto constató que sus buenas maneras no le daban para neutralizar a un rival muy superior, que experimentaba con los saques abiertos y las visitas a la red y veía fluir su tenis de manera natural. A partir del break que consiguió en el séptimo juego, la pugna se inclinó completamente de su lado. Seyboth Wild cedió el set con doble falta y entregó ocho juegos consecutivos.

Las mayores dudas sobre Alcaraz no residen en la elocuencia de su tenis, con el que puede presumir de veinte victorias consecutivas en España desde el inicio de 2022, sino en la respuesta del antebrazo derecho, que protege con una malla compresora. El campeón de las dos últimas ediciones del torneo ha reiterado que ante cualquier molestia dejará la competición. De momento, no hay motivos para preocuparse. Le espera este martes Jan-Lennard Struff, a quien derrotó en tres sets en la última final.

Nadal: "Estoy lejos de aspirar a cosas importantes"

Nadal: “Estoy lejos de aspirar a cosas importantes”

Cauto, templado, como nos tiene acostumbrados a lo largo de su dilatada carrera, más allá de las lógicas expresiones de entusiasmo cuando la ocasión así lo sugiere, Rafael Nadal no hizo valoraciones hiperbólicas de la victoria frente a Alex de Miñaur, ponderando, eso sí, el valor de poder jugar y competir. «Hace unos días era difícil pensar que pudiera estar en tercera ronda. He aguantado más de dos horas y jugar delante de esta gente es una pasada», comentó frente a los medios de comunicación, poco después de concluido el encuentro.

Fueron varias las menciones al indesmayable respaldo de los aficionados, que calificó de «bonito», «emocionante». «Nunca podré agradecer el cariño y el apoyo que recibo aquí. Siempre te queda la ilusión de vivir días así. Que sea aquí, en casa, significa mucho. He tenido muchos momentos especiales aquí, desde la victoria en la final de 2005 ante Ivan Ljubicic, pero éste de hoy también es inolvidable, más aún cuando es uno de los últimos».

A continuación, ya en el análisis del encuentro y de la victoria, explicó: «Tampoco nos dejemos llevar por la emoción de un partido. Hay muchas cosas que ajustar. He estado competitivo. Los últimos tres días han sido un pelín mejores. Hay que ver cómo me recupero. Hay cosas que aún no puedo hacer como me gustaría, con apoyos más potentes. Lo prioritario sigue siendo que no me ocurra nada en lo que queda de torneo». Siempre atento al todavía amplio margen de mejorar, dijo: «Me gustaría jugar más la bola de lado a lado. En el segundo set he podido girar más el revés hacia su derecha. Necesito jugar con táctica, largo y alto».

Recobrar confianza

Todo pasa por recobrar seguridad, sin prisa, pero celebra encarar el quinto partido en las dos últimas semanas, algo que no había sucedido desde que abandonó las pistas en enero de 2023. «Las perspectivas las marcará mi día a día. Tengo que recuperar la confianza en mi cuerpo y en mí mismo a nivel tenístico».

Las preguntas recurrentes, a menos de un mes para el inicio del torneo, rondan alrededor de Roland Garros, el Grand Slam que ha ganado en 14 ocasiones y al que no pudo acudir el pasado año por encontrarse toda la temporada fuera de las pistas. «Los que competimos también vemos el deporte desde una perspectiva global, no sólo desde un estado emotivo. Esto es sólo un partido y estoy lejos de aspirar a cosas importantes, pero no quiere decir que no tenga ilusiones y esperanzas».

Reiteró que el torneo parisino significa para él mucho más que ningún otro y que no irá a disputarlo si no se encuentra capacitado para aspirar a algo importante. «Es el torneo más importante de mi carrera y estará siempre en mi corazón. Sólo iré si puedo saltar a la pista y soñar. En caso contrario, no tiene sentido. Además, es al mejor de cinco sets. Es diferente. He de acudir con la esperanza real de que mi cuerpo responda a las demandas. Si no es así, no estaré».

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

¿Qué se puede esperar aún de Rafael Nadal? Este sábado, en el día señalado para su despedida del Masters 1000 de Madrid, con Felipe VI en el palco para rendirle honores por si se consumaba el adiós, el español exhibió de nuevo su gusto por el combate para lograr la victoria ante Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, y clasificarse para los octavos de final, una ronda donde no se contaba con él. Venció en dos horas y dos minutos y jugará este lunes en octavos ante Pedro Cachín. [Narración y estadísticas (7-6 [6], 6-3)]

La escenografía estaba lista después de sus palabras tras la victoria ante Darwin Blanch, en las que anunció que ésta iba a ser la última ocasión en la que disputaría el torneo y que le sorprendería ganar a su próximo rival, el mismo hombre que le derrotó la pasada semana en segunda ronda del Conde de Godó. Ante tal hipótesis, pronto se activaron todos los protocolos para despedir como le correspondía al ganador de 22 títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y pentacampeón del torneo.

En una atmósfera propia de gran final, con momentos en los que dominó con su derecha como en su mejor época, Nadal desmintió sus propios vaticinios. Sacó adelante un primer set de una hora y 16 minutos, sin importarle conceder las cuatro primeras pelotas que tuvo para hacerlo suyo en el desempate, e hizo sentir al australiano todo el peso de su leyenda.

Público entregado

"¡Viva Rafa!", "Viva el Rey", "Viva España", se escuchaba en ordenada secuencia con atronador respaldo, para que quedasen claras las inclinaciones de buena parte de los 12.500 espectadores que llenaron la pista Manolo Santana, cubierta por el techo retráctil debido a la lluvia. Tampoco esa contingencia favorecía a Nadal, cuyo tenis alcanza su mejor expresión al aire libre y al nivel del mar.

En su tercer partido después del torneo de Brisbane, donde volvió a lesionarse a principios de año, Nadal no se conformó con afinar el aún precario estado físico, sino que se sintió competitivo y, empujado por la grada, se fue a por un triunfo que puede marcar un punto de inflexión en su rodaje para Roland Garros. Le queda mucho por delante, entre otras cosas elevar la velocidad de su servicio, que no llegó a los 190 kilómetros por hora, pero es seguro que este triunfo, por el rival, por el escenario y por la forma en que se produjo, fortalecerá su decaído ánimo. Poco a poco, Nadal empieza a parecerse a Nadal.

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: "La altura me favorece"

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: “La altura me favorece”

Con la concluyente victoria de este viernes frente al kazajo Alexander Shevchenko son 12 las logradas de forma consecutiva por Carlos Alcaraz en el Masters de Madrid, donde no pierde desde el 5 de mayo de 2021, cuando, en el día de su decimoctavo cumpleaños, siendo todavía un proyecto de estrella, cayó 6-1, 6-2 ante Rafael Nadal.

El hoy número tres del mundo, ya al galope en la élite del tenis, campeón de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos, con tres etapas en el primer puesto de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), mantiene su idilio con la Caja Mágica y este domingo buscará los octavos de final frente al brasileño Thiago Seyboth Wild. Aquel encuentro ante Nadal fue, de hecho, el único que ha perdido en estas pistas.

Antes, en su debut, superó a Adrian Mannarino. Después, en la secuencia de triunfos establecida en las tres últimas ediciones, ha dejado atrás a Nikoloz Basilashvili, Cameron Norrie, Nadal, Novak Djokovic, Alexander Zverev (en dos ocasiones), Emil Ruusuvuori, Grigor Dimitrov, Karen Khachanov, Borna Coric,Jan-Lennard Struff y el referido Shevchenko. Tenistas de toda clase y condición, con el punto álgido en 2022, cuando liquidó de foma consecutiva a Nadal y Djokovic para ruborizar en la final a Zverev, 6-3 y 6-1, han comprobado cómo se las gasta el murciano en su escenario favorito, donde aspira a convertirse en el primer jugador que gana tres títulos consecutivos.

Es también bicampeón del Conde de Godó, torneo del que este año hubo de ausentarse por la lesión en el antebrazo derecho de la que aún se protege con una malla compresora, y de Indian Wells, donde revalidó el título hace pocas semanas, pero en ninguna competición presenta los registros de la capital.

El Godó e Indian Wells

En Barcelona perdió de entrada ante Pedro Sousa, en 2019, y Frances Tiafoe, dos años después. En el desierto californiano, cayó en su debut, contra Andy Murray, en 2021, y frente a Nadal, en las semifinales, un curso más tarde.

«La altura me va bien. He jugado aquí desde pequeñito y siempre me he sentido a gusto. Estoy cada vez más cómodo. La altura favorece mi juego. Y además, estar en casa te da un plus de energía, con el apoyo de los aficionados y al lado de mi familia y de mis amigos», explicó en la conferencia de prensa posterior al partido, en la que se confesó satisfecho con sus prestaciones y con el rendimiento físico, sobre todo por no sentir molestias en la zona comprometida de su cuerpo, molestias que pusieron en duda su participación casi hasta última hora.

«Decidí que iba a jugar ayer [por el jueves], después de hacer un set de entrenamiento con Daniil Medvedev. Después de comunicar que no participaría en el Conde de Godó estuve una semana sin coger la raqueta. Y vine aquí sin tener claro si podría jugar».

La evolución es buena, pero su continuidad en el torneo dependerá de que siga siéndolo. El segundo cabeza de serie, que afirmó antes del inicio de la competición que se conformaría con disputar tres o cuatro encuentros, reafirmó que ante la más mínima molestia se detendrá: "A la mínima [de dolor], dudo que pueda seguir". El día 8 comienza el Masters 1000 de Roma y el 26 se inicia Roland Garros, el gran objetivo de la estación de arcilla, para el que tratará de encontrarse en plenitud.