Rublev se sobrepone a la tenaz resistencia de Auger-Aliassime y gana en Madrid su segundo Masters 1000

Rublev se sobrepone a la tenaz resistencia de Auger-Aliassime y gana en Madrid su segundo Masters 1000

De menos a más en la que fue su sexta final de un torneo de esta categoría, Andrey Rublev conquistó en Madrid su segundo Masters 1000, tras el logrado el pasado año sobre la arcilla de Montecarlo. El ruso, que llegó a la Caja Mágica con cuatro derrotas consecutivas en primera ronda, tocado por su descalificación en el ATP 500 de Doha por sus airadas protestas a una juez de línea, confirmó el pronóstico y, habiendo dejado atrás a Carlos Alcaraz en cuartos, logró el decimosexto título de su trayectoria. Venció por 4-6, 7-5 y 6-4, en dos horas y 48 minutos. Asciende dos puestos en el ránking y desde este lunes será el sexto del mundo. Es el segundo ruso que gana en Madrid, después de Marat Safin, que lo hizo en 2004.

Bajo el techo retráctil de la Caja Mágica, debido a la tímida lluvia con la que se inició el partido, ante las 12.500 personas que llenaron el recinto pese a la ausencia de un jugador de la casa, Rublev vio cómo, en un final paradójico tal y como se había desarrollado el partido, su rival cometió una doble falta que le condenó a la derrota.

Ni siquiera los más arriesgados en los barruntos hubieran imaginado una final entre dos hombres que llegaban a Madrid plagados de dudas. Poco a poco fueron cayendo los principales candidatos al título, entre ellos el bicampeón Alcaraz, la más preciada pieza que se cobró el bravo tenista ruso.

El camino de su oponente en la final de este domingo fue más diáfano debido a las sucesivas retiradas de sus adversarios. Ganaba 6-1 y 1-0 cuando vio a Jakob Mensik mostrar bandera blanca en tercera ronda. No tuvo que disputar los cuartos por la baja de Jannik Sinner, que este sábado anunció que tampoco estará en Roma por culpa de sus problemas en la cadera derecha. Y se le marchó, con una dolencia en la parte baja de la espalda, Jiri Lehecka, a quien correspondió el papel de despedir a Rafael Nadal en el torneo del que es pentacampeón. Derrotó, eso sí, en octavos, a Casper Ruud, campeón en el Conde de Godó y finalista una semana antes en Montecarlo.

Mal comienzo

Rublev no disimulaba su asombro tras comenzar el partido con dos dobles faltas y ceder poco después su servicio en blanco. Tardó en despertar el ruso, que pronto volvió a entregar el saque. Mandaba Auger-Aliassime, que viajaba en carroza con el servicio y veía cerca la posibilidad de llevarse el set. Como se suponía, tal y como se presentó en la final, llegó la reacción de Rublev, que recuperó parte de la desventaja e hizo saber a su adversario que la tarea no le iba a resultar tan sencilla. Se llevó el set el canadiense, que había tenido su primera opción de cerrarlo al resto, pero estaba claro que había partido.

Auger-Aliassime se reivindicaba con el saque y prefería los intercambios cortos, en un encuentro jugado a cara descubierta, en el que ambos iban con todo en cada pelota. El segundo parcial caminaba hacia el desempate, un territorio que en principio le favorecía por la eficacia de su primer golpe. Sin embargo, le tembló algo la mano al canadiense cuando se aprestaba a igualar a seis y Rublev aprovechó su segunda pelota para hacerse con el parcial.

El tercer set fue un ejercicio de resistencia de Auger-Aliassime, que fue atendido en ambas piernas en cada descanso desde el quinto juego. Fue entonces cuando el partido alcanzó su máxima altura tenística y emocional, con un desenlace muy duro para el de Quebec, a las puertas del desempate. Sumó 14 saques directos, salvó ocho de 11 pelotas de rotura, pero acabó muriendo con una doble falta.

Swiatek gana su primer Masters de Madrid en una final histórica ante Sabalenka

Swiatek gana su primer Masters de Madrid en una final histórica ante Sabalenka

Actualizado Sábado, 4 mayo 2024 - 23:09

El torneo de Madrid dio una segunda oportunidad a Iga Swiatek y la jugadora polaca la aprovechó: en una repetición de la final del año pasado, cambió el sentido del resultado y se impuso a la bielorrusa Aryna Sabalenka por 7-5, 4-6 y 7-6 (7) en un partido memorable entre las dos mejores jugadoras del circuito.

Fue para ambas el choque más largo de sus dos semanas en la Caja Mágica: tres horas y once minutos sudadas punto a punto, con una exigencia física máxima. Llegaron con fuerzas hasta el final y decidieron el desenlance en el desempate del tercer set. Hasta entonces, nada de lo que pareció definitivo lo fue.

Swiatek ganó así el vigésimo título de su carrera, a los 22 años, y el tercero de este año, tras los de Doha y de Indian Wells. La nueva corona llega cuando cumple su semana 101 al frente de la clasificación mundial.

La jugadora de Varsovia pueda ya tachar su única gran tarea pendiente en los torneos de tierra, pues solo Madrid faltaba en una lista que ya incluía dos trofeos en Roma, dos en Stuttgart y tres en Roland Garros.

En el décimo enfrentamiento entre ambas, Swiatek y Sabalenka aún fueron capaces de sorprenderse. La polaca resistió el aluvión de potencia de su rival y esta fue capaz de tutearla en los intercambios y adivinar hacia dónde iba a trazar la línea.

Ganó Swiatek, pero pudo suceder lo contrario. Las diferencias entre ambas fueron mínimas, de matiz. Dos grandes jugadoras que pelearon hasta el límite y merecieron compartir la gloria. Swiatek lloró de alegría como en las grandes ocasiones.

Una sorpresa para empezar: Sabalenka cedió su primer servicio pese a meter casi todos los primeros saques. Pero lo recuperó de inmediato. Fueron unos primeros juegos de puntos rápidos, con errores de ambas. Si Sabalenka lanzaba saques a 195 km/h, Swiatek respondía con servicios a la T.

La polaca se sobrepuso a un 15-40 en el sexto juego, lo mismo que hizo su rival en el siguiente. Cada vez que una ganaba un pequeño terreno, la otra contestaba con una maniobra similar. La rotura de Swiatek llegó en el undécimo juego, propiciada por los errores de la bielorrusa pero sentenciada por la número uno con una derecha envenenada a la esquina.

El segundo set se convirtió en impredecible con dos roturas para cada lado en los cinco primeros juegos. Sabalenka ganó sus restantes saques con facilidad y dio el golpe en el 6-4. Era solo el segundo set que Swaiatek se dejaba en todo el torneo. El partido volvía a empezar cuando el reloj marcaba una hora y 52 minutos de juego.

No fue la bielorrusa la que empezó arriba el tercer set. La concentración de Swiatek, siempre a lo suyo ante cualquier circunstancia, empezó a hacer mella en Sabalenka, quejosa con sus propios errores. La polaca ofreció un manual de pases, de golpes de esquina a esquina, físicamente más entera que su rival, que llegó a la final con tres horas más de juego en las piernas.

Resiliencia de la polaca

Swiatek amagó dos veces con el 'break' en el tercer juego, sin llegar a convertirlo. De nuevo, respuesta de Sabalenka con la misma medicina, pero ella sí que se hizo con el saque de su oponente. El 3-1 habría sonado casi a definitivo en cualquier otro partido menos en este. Swiatek volvió a romper y se dirigió con prisa al banco para hidratarse.

Cada punto se celebró como una batalla ganada. Los errores se redujeron al mínimo: un saque, un par de intercambios y un paralelo sin respuesta posible. Ese fue el guion que ambas compartieron.

La noche caía sobre Madrid y las dos jugadoras seguían sobre la pista con todo por definir. El 5-5 llegó con un juego en blanco de Swiatek digno de verse repetido. El público, que no llenó la pista central, quería más y se volcó con Sabalenka, que se garantizó al menos el 'tie-break'.

Con la obligación de mantener su saque, la ganadora de cuatro Grand Slams lo pasó mal. Solo su temple le permitió salvar dos puntos de partido en contra, sin miedo de darle velocidad a la derecha. El desempate estaba servido mientras comenzaba la tercera hora de partido.

Los saques prevalecieron y hubo poco juego. El partido pareció encaminarse al final de la mano de una derecha de Sabalenka que se marchó larga. Pero salvó un punto de partido y lo mismo hizo luego Swiatek. Hasta que esta, por fin, logró la victoria con una devolución de su rival más allá del límite.

Entre la final del año pasado y la de este en Madrid, ambas solo habían jugado una vez, en las finales WTA, con triunfo de la polaca. La ganadora se lleva 1.000 puntos para el ránking y un premio en metálico de 963.225 dólares.

Rublev impone su ley ante Fritz y disputará su quinta final de un Masters 1000

Rublev impone su ley ante Fritz y disputará su quinta final de un Masters 1000

Eliminados Carlos Alcaraz y Rafael Nadal, ausente Novak Djokovic, baja por lesión antes de cuartos Jannik Sinner, retirado también por lesión Daniil Medvedev tras perder el primer set de la antepenúltima ronda frente a Jiri Lehecka, eliminado prematuramente Alexander Zverev, al igual que Casper Ruud y Stefanos Tsitsipas, los dos principales protagonistas en arcilla en lo que va de temporada, el Masters 1000 de Madrid se ha ido descapitalizando de los nombres más queridos o atractivos para el público.

Su primer finalista será Andrey Rublev, número ocho del mundo, que se impuso a Taylor Fritz, décimocuarto, por 6-4 y 6-3, en un partido sin apenas ritmo, con demasiados errores, de los que no generan entusiasmo. Fue el ruso quien más hizo por llevarse el triunfo, fiel a su estilo, con mayor pujanza y destreza. Una rotura en cada uno de los sets le proyectó hacia la que será quinta final de un Masters 1000, la primera en la Caja Mágica.

Protagonistas inesperados

Cuatro semifinalistas inesperados, entre ellos el vencedor, un tenista que llegó al torneo decaído, aún bajo los efectos de su descalificación en el ATP 500 de Dubai por comportamiento antideportivo, y que creció hasta detener a Alcaraz, campeón en las dos últimas ediciones, y provocarle su segunda derrota en las cuatro participaciones en el torneo, antes de plantarse en la final. Fritz tampoco posee un gran bagaje en torneos de esta categoría, pero en esta edición había hecho valer sus condiciones, no las más aptas sobre tierra pese a la reciente final en Múnich, auxiliado por la altura de la ciudad.

Ninguno de los dos consiguió tomar el mando en los primeros juegos. Después de sendos breaks de entrada, el partido discurría sin que ocurriesen demasiadas cosas. Fritz dominaba por 5-3 el cara a cara, pero había perdido el único duelo sobre arcilla, el pasado año, en semifinales de Montecarlo, una referencia de peso a la hora de esbozar un pronóstico. Hubo que esperar al décimo juego, con rotura en blanco del ruso, para que se decantase el primer set.

El segundo fue aún más sencillo para Rublev ante un rival que apenas presentó oposición. El moscovita, que se garantiza ascender del octavo al séptimo puesto, será sexto si se lleva el torneo. Campeón en Montecarlo el pasado año, se encuentra ante una magnífica oportunidad.

Sabalenka remonta ante Rybakina y defenderá el título contra Swiatek

Sabalenka remonta ante Rybakina y defenderá el título contra Swiatek

Después de una segunda semifinal dominada por la emotividad, serán Aryna Sabalenka e Iga Swiatek quienes repitan este sábado la final del pasado año en el WTA 1000 de Madrid. La bielorrusa, defensora del título, buscará así su tercer triunfo en la capital, e igualar el registro de Petra Kvitova, tras imponerse a Elena Rybakina por 1-6, 7-5 y 7-6 (5), en dos horas y 17 minutos. Antes, Swiatek, primera favorita, derrotó a Madison Keys por 6-1 y 6-3.

Las dos mejores jugadoras del circuito volverán a cruzarse así en la final más atractiva en la Caja Mágica. Sabalenka, campeona este año en el Abierto de Australia, estuvo al borde de la lona, cuando su rival falló una derecha franca a media pista que le hubiera situado con pelota de partido al servicio en el décimo juego del segundo parcial.

"No sé cómo logré resucitar en el segundo set. Será una gran batalla. Hemos jugado grandes partidos", comentó la vencedora respecto al encuentro contra la tenista polaca. Se han enfrentado en nueve ocasiones, con seis triunfos de Swiatek, que logró la victoria en el más reciente, en las semifinales de las WTA Finals.

Nadie gobierna en la tierra: "Demasiados torneos importantes, demasiado largos y demasiado juntos"

Nadie gobierna en la tierra: “Demasiados torneos importantes, demasiado largos y demasiado juntos”

Novak Djokovic, número 1 del mundo y tricampeón del Masters 1000 de Madrid, se dio de baja en esta edición, al igual que sucedió el pasado año. Hizo semifinales en Montecarlo, su único torneo sobre tierra hasta la fecha. Se le espera en Roma a partir del 9 de mayo. El italiano Jannik Sinner, número 2, decidió no disputar los cuartos de final frente a Felix Auger-Aliassime. Arrastra problemas en la cadera desde Montecarlo, donde también fue semifinalista. Está inscrito en Roma. Carlos Alcaraz, número 3, defensor del título y doble campeón en la Caja Mágica, perdió en cuartos ante Andrey Rublev, condicionado po r la lesión en el antebrazo que le impidió jugar en Montecarlo y Barcelona. También figura en la lista de Roma.

Los principales candidatos a ganar Roland Garros, que se jugará del 27 de mayo al 9 de junio, y al posible premio añadido de una medalla olímpica en el mismo escenario, del 26 de julio al 11 de agosto, se tientan la ropa, guardan fuerzas y reducen el rodaje en la superficie.

«Son torneos demasiado importantes, demasiado largos y demasiado juntos en el calendario», comenta a través del teléfono Marc Boada, fisioterapeuta de Maria Sakkari, número seis del mundo, y hasta hace pocas semanas de Grigor Dimitrov, décimo en el ránking y finalista del Masters 1000 de Miami. Djokovic cumplirá 37 años el día 22. Sinner tiene 22. Alcaraz entra en los 21 el próximo domingo. El serbio, que no ha ganado título alguno esta temporada, administra energías en el tramo final de su carrera. El italiano y el español arrastran la exigencia del curso: Sinner suma tres títulos en 2024, Alcaraz revalidó la corona en Indian Wells y fue cuartofinalista en el Abierto de Australia y en Miami.

«El calendario es cada vez más exigente y los jugadores que se preparan para ganar un Grand Slam tienen muy difícil jugar para ganar dos torneos importantes de dos semanas, como son ahora Madrid y Roma. Hay algunos top 10 que disputan estos torneos sólo como preparación, haciendo simultáneamente sesiones más largas de físico», agrega Boada.

El precedente de Nadal

Nadie gobierna la tierra como durante tres lustros Rafael Nadal, capaz de hacer cumbre en París tras dejar su huella en los torneos precedentes. El 14 veces campeón de Roland Garros, que el 3 de junio cumple 38 años, vive una situación excepcional. Sólo ha podido disputar nueve partidos en los últimos 18 meses debido a las lesiones y trata apresuradamente de afinar su puesta a punto para intentar aproximarse a un nuevo mordisco en su torneo favorito. Octavofinalista en Madrid, también disputará el torneo de Roma, donde tomará la decisión sobre su presencia en la gran cita de la arcilla.

Sólo dos de los 10 primeros cabezas de serie llegaron a este jueves en el torneo. Entre las víctimas más significativas se encuentra también Alexander Zverev, quinto en el ránking y bicampeón, sorprendido en octavos por Francisco Cerúndolo.

«La evolución general en todos los deportes es hacia un competidor más físico. Los tenistas son más altos, le pegan más fuerte y se someten a un mayor desgaste. La intensidad ha crecido mucho, de ahí que también los equipos sean más amplios, con especialistas en todos los ámbitos, también en el nutricional», prosigue Boada.

Desde que hace dos temporadas los torneos de Madrid y el pasado año el de Roma ampliaron su duración, el escenario ha cambiado. Ya no es factible aspirar a pelear por todo en todos los puntos de la tierra. Como hacía Nadal.

Medvedev, lesionado, abandona tras perder el primer set y Lehecka disputará las semifinales

Medvedev, lesionado, abandona tras perder el primer set y Lehecka disputará las semifinales

Jiri Lehecka disputará este sábado (20.00 h., Teledeporte y Movistar) en Madrid frente a Felix Auger-Aliassime su primera semifinal de un Masters 1000. El checo, 31º, 22 años, se había llevado el primer set por 6-4 ante Daniil Medvedev, tercer favorito, cuando su rival abandonó la pista lesionado. La otra plaza en la final se la jugarán Andrey Rublev y Taylor Fritz (16.00 h.). Al igual que le sucedió a Jannik Sinner, que ni siquiera pudo saltar a la pista en su encuentro de cuartos ante Auger-Aliassime debido a un problema en su cadera derecha, Medvedev tampoco pudo competir por problemas físicos. El público madrileño se quedó, así, sin poder disfrutar de ninguno de los dos encuentros de cuartos programados para este jueves.

Cuando tan sólo se habían disputado cinco juegos, el partido se detuvo para que Medvedev fuera atendido en la pierna derecha. El ruso abandonó la pista y regresó después de ocho minutos, perdió su servicio, dando muestras de no encontrarse en condiciones para competir. Salvó dos pelotas de break, ganó el juego y volvió a recibir cuidados, en la silla. Sólo le daría para acabar el set. De este modo, Alcaraz, que hubiera perdido el número tres del mundo en caso de victoria del ruso, lo mantendrá la próxima semana.

Medvedev tiene que defender dentro de poco más de una semana en Roma el título conquistado el pasado año, el único que ha ganado sobre tierra batida a lo largo de su carrera. Lehecka, el hombre que despidió a Nadal del torneo, consigue su tercera victoria en nueve partidos frente a integrantes del top5.

"Me puse muy quejica por no aprovechar las oportunidades": Madrid se queda huérfana sin Alcaraz ni Nadal

“Me puse muy quejica por no aprovechar las oportunidades”: Madrid se queda huérfana sin Alcaraz ni Nadal

Con menos de veinticuatro horas, Madrid perdió a sus dos principales activos en un torneo que se queda en estado de orfandad. En la madrugada del miércoles, despedido con los honores que merece tras participar en 20 de las 22 ediciones y ganar más títulos y partidos que nadie, se fue para siempre Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas de la historia, homenajeado a pie de pista y con el largo tributo del público al que se ganó año tras año. Este miércols, contra las previsiones, tomó la puerta Carlos Alcaraz, a quien aún habrá mucho tiempo de ver, y con carácter triunfal, en una competición donde no perdía desde que el 5 de mayo de 2021, cuando ingresó en la mayoría de edad, le superó precisamente Nadal.

Por si los daños fueran pocos a la hora de restar atractivo al torneo, Jannick Sinner, el mejor jugador de la temporada, número dos del mundo, campeón del Abierto de Australia, del Masters 1000 de Miami y del ATP 250 de Rotterdam, anunció que no jugará hoy su encuentro frente a Felix Auger-Aliassime debido a los problemas de cadera que padece desde el torneo de Montecarlo.

Siete de los 10 primeros cabezas de serie ya están fuera de competición, tras las eliminaciones con anterioridad de Alexander Zverev, quinto, Casper Ruud, sexto, Stefanos Tsitsipas, séptimo, Hubert Hurkacz, noveno, y Grigor Dimitrov, décimo. El torneo tendrá este domingo un campeón inédito.

«Ha sido un día difícil. El partido tan largo e intenso ante Struff me pasó factura porque hacía tiempo que no competía a ese nivel, y amanecí con agujetas en todo el cuerpo y el antebrazo ahí, ahí. También estoy resfriado, pero lo principal es que he estado mucho más débil mentalmente de lo normal. Me puse muy quejica por no aprovechar las oportunidades», explicó Alcaraz en conferencia de prensa, tras perder contra Andrey Rublev, pesaroso por convertir sólo una de sus ocho bolas de rotura, la que le facilitó llevarse el primer set.

Ganador de las últimas ediciones en Madrid y campeón este año en el Masters 1000 de Indian Wells, condicionado por esas molestias que no acaba de dejar atrás, Alcaraz se mueve en la pista con una cierta indefinición. La prudencia a la hora de golpear su derecha le ha obligado a modificar su plan de juego, a extraer de su amplio repertorio otras formas de prosperar en los partidos. Ha perdido violencia en el drive y trata de añadir mayor sentido táctico. La fórmula puede incluso resultar interesante en su evolución, pero esa menor explosividad le resta posibilidades ante jugadores de las características de Rublev, con impactos de hormigón.

Muchas dudas previas

«Un día antes de empezar el torneo no sabía si podría competir y estuve casi una semana sin golpear de drive», explicó el murciano en rueda de prensa. «Está claro que una vez que entro a pista no me gusta nada perder, pero considero esta semana muy positiva porque he podido jugar cuatro partidos a una intensidad alta. Ahora toca seguir trabajando para recuperar cuanto antes la normalidad en mi golpe de derecha».

«Él ha jugado bastante bien. Su servicio fue increíble. No pude llevarle al límite en cada pelota y cuando un jugador como él logra golpear en buena posición es casi imposible hacer puntos para derrotarle», agregó el tenista de El Palmar.

El vencedor se mostró lógicamente muy satisfecho por un triunfo que confirma su reacción en Madrid, adonde llegaba tras sufrir cuatro derrotas consecutivas y con el estigma de haber sido descalificado del ATP 250 de Dubai por conducta antideportiva cuando jugaba ante Alexander Bublik. «No sé, sinceramente, si una de las bases de la victoria estuvo en mostrarme más calmado. No sé si podría decir esto. No tenía energía ni fuerza para hacer nada más que estar concentrado en mi juego. No tenía energía para discutir», comentó con una sonrisa. Con un balance de cuatro victorias en once partidos ante jugadores del top 3, la ya penúltima de ellas lograda contra Tsitsipas en las ATP Finals de 2022, Rublev da un paso adelante en el ecuador de la temporada de tierra y se convierte en un serio candidato al título.

Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Como es comprensible cuando aún no ha cumplido 21 años, Carlos Alcaraz carece de estabilidad en algunos partidos. Le sucedió en octavos de final ante Jan-Lennard Struff y volvió a ocurrirle en cuartos frente a Andrey Rublev. Tras un primer set brillante, quedó sometido en el segundo. Bien es cierto que el ruso elevó el rendimiento, en particular con su saque, casi inabordable por mucho que Alcaraz fuese a recibirlo casi pegado a los anuncios, pero también cabe achacar el desenlace a una desconexión del defensor del título y doble ganador del torneo. Aún corto de competición tras su ausencia en Montecarlo y Barcelona por la dolencia en el antebrazo derecho, le falta gestionar mejor los momentos de los partidos, sostener el relato de su tenis sin consentir abruptos giros de guion. Rublev se impuso por 4-6, 6-3 y 6-2 y se clasificó para semifinales.

En menos de 24 horas, el Masters 1000 de Madrid se ha quedado sin sus dos ídolos. Tras la despedida del torneo para siempre de Rafael Nadal, con el público madrileño aún bajo una profunda melancolía, Alcaraz vio cómo Rublev dejaba en 14 victorias consecutivas su triunfal secuencia en el torneo y provocaba su primera derrota en la capital desde que cayese ante Nadal en la segunda ronda de 2022. Por si los daños fueran pocos a la hora de restar atractivo a la competición, Jannick Sinner, el mejor jugador del año, decidió no disputar su partido de cuartos frente a Felix Auger-Aliassime, pensando en Roland Garros.

El bicampeón del torneo y defensor del título había encontrado en el difícil partido frente a Jan-Lennard Struff, un rival que siempre le resulta incómodo, una plataforma de lanzamiento hacia el objetivo máximo en este torneo, que no es otro que revalidar la corona. Hasta entonces, hasta esa tercera ronda, Alcaraz realizaba una especie de autoexamen, calibraba ambiciones y riesgos, pendiente de esa lesión en el brazo derecho de la que aún no se ha desembarazado.

Buen primer set

Una vez cautivado por las emociones de un partido que él solo se complicó, Alcaraz lo quería todo. Bajo techo ante la tímida lluvia previa al partido, tardó poco en provocar la primera brecha en el marcador, impulsado por un magnífico passing shot cruzado de revés. Andrey Rublev, su rival en cuartos, es puro temperamento y tiene tendencia a mostrarse demasiado monocorde. No fue así este miércoles.

Al otro lado, un tenista de amplio registro, que puede jugar de muchas maneras. En Madrid sigue sacando punta al saque abierto liftado en el lado de las ventajas, con el que desesperó, entre otros, a Novak Djokovic en las semifinales de hace dos cursos. Alcaraz ya había derrotado a Rublev en la fase de grupos del último torneo de maestros, el único cruce entre ambos antes de la cita de este miércoles.

Cada uno de los contratiempos iniciales, por pequeños que fueran, encontraban una respuesta valiente del español. Miren sino. 5-4 arriba, tras haber contado con dos bolas de set al resto en el juego anterior. Doble falta y 15-30 para Rublev. Alcaraz sirve y termina pronto la jugada con volea de derecha. Tardaría poco en certificar el primer parcial.

Todo cambió de manera radical a partir del segundo set. Se diluyó progresivamente Alcaraz mientras crecía su rival. Triste, decaído, tal vez limitado en su físico, al murciano no le alcanzó con el apoyo de una grada ya en estado de orfandad, sin ningún español en los cuadros individuales del torneo.

Nadal y el torneo de Madrid: una estrecha relación con algún episodio de desamor

Nadal y el torneo de Madrid: una estrecha relación con algún episodio de desamor

Madrid ya no espera a Rafael Nadal. Quedaron las lágrimas en su palco, donde le acompañó, como es habitual toda su familia. Quedan las lágrimas de Diego Pablo Simeone, uno de los testigos privilegiados de su última gran noche, pues lo fue, poco importa que esta vez no lograse sumar una victoria más a las 58 obtenidas a lo largo de sus 20 participaciones en el torneo, ningún título más a los cinco que deja entre su legado. Más triunfos que nadie. Más títulos también.

Es el final de una larga historia, el momento en el que ninguno de los 12.5000 aficionados que llenaron la pista Manolo Santana hasta la madrugada del miércoles para acompañarle hasta que su silueta desapareció hacia los vestuarios quería siquiera imaginar.

El chico, aquel que empezaba a construir su carrera casi en los albores del torneo, ya había dado muestras de ser un aventajado, con su brillante contribución a la conquista de la segunda Copa Davis de España ante Estados Unidos, en la final de Sevilla, derrotando a Andy Roddick con tan sólo 18 años. La temporada siguiente ganó en Montecarlo, Barcelona, Roma y su primer Roland Garros.

Nadal había debutado en el Masters de Madrid en 2003, en la segunda edición del torneo. Perdió de entrada con Álex Corretja. En 2004, poco antes de su eclosión en la Copa Davis, ganó a Davide Sanguinetti y cayó frente a Vincen Spadea. Fue en 2005 cuando logró el primero de sus cinco títulos, cuando aún se jugaba en otoño, en pista rápida y bajo techo, en el Rockódromo de la Casa de Campo, antes del convulso cambio a la primavera y a la arcilla, que se produjo en 2009 y de entrada no contó con su respaldo.

Detalle para Rafa Nadal.

Detalle para Rafa Nadal.THOMAS COEXAFP

Gloria y dolor

La final contra Ivan Ljubicic fue uno de los episodios en los que se empezó a forjar su leyenda de extrema combatividad. Irreductible, superó al croata, entonces número 12 del mundo y un especialista en la superficie, por 3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3), en tres horas y 53 minutos. No le bastó a Ljubicic con los dos sets de ventaja y los 32 saques directos, alguno de los cuales alcanzó los 239 kilómetros por hora. Espoleado por el público, en la atmósfera cuasifutbolística que ha caracterizado el Masters 1000 de Madrid desde su nacimiento, Nadal se sobrepuso a los problemas físicos y dio a la gente aquello que pedía: una victoria con sangre, sudor y lágrimas. Fue su último partido hasta el torneo de Rotterdam. Ahí se empezaron a manifestar los problemas crónicos en el escafoides tarsiano del pie izquierdo, el síndrome de Müller-Weiss que tanto daño le ha causado a lo largo de su trayectoria. Toni Nadal, entonces su entrenador, llegó a comentar entonces sus dudas respecto a que pudiera seguir compitiendo al más alto nivel. No volvió a jugar hasta febrero de 2006, en Marsella.

«La final de 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva, pero es uno de los recuerdos más bonitos. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido y al día siguiente no podía andar», recordaba tras el partido frente a Jiri Lehecka.

Madrid, que se había quedado sin final en su primera edición, en 2002, por la baja de Jiri Novak, lesionado, contra Andre Agassi, necesitaba consolidarse de la mano de una gran figura nacional, después del triunfo de Juan Carlos Ferrero en 2003. Venían los mejores, pero hacía falta un valor seguro que desatase el sentimiento de identidad. Ion Tiriac, propietario del torneo antes de su venta hace dos años a la multinacional IMG, mantenía en vilo a los aficionados con sus exigencias al ayuntamiento y las amenazas de llevárselo a otro lugar del mundo donde el negocio le fuera más rentable.

Nadal se despide del público de Madrid.

Nadal se despide del público de Madrid.Manu FernandezAP

Además de su malestar por el cambio de fechas y por tener que jugar en altura a pocas semanas de Roland Garros, también lideró las protestas contra el fugaz experimento de la tierra azul, en 2012.

Pero más allá de puntuales controversias, Nadal será recordado como la mejor bandera de esta competición, testigo que ahora toma Carlos Alcaraz. En su hoja de servicios, queda también la semifinal frente a Novak Djokovic, en el estreno en el escenario que ahora acoge el torneo. Nadal se impuso por 3-6, 7-6 (5) y 7-6 (9), en cuatro horas y tres minutos, tras salvar tres match points. Sigue siendo el más largo de en todos los Masters 1000. Aquel duelo fue elegido en 2022, en la conmemoración del vigésimo aniversario, tras la votación de más de 90.000 aficionados a través de las redes sociales, como el mejor de la historia del torneo.

Nadal: "Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte"

Nadal: “Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte”

Después de entonar la primera de sus despedidas de las canchas, concluidos los fastos del homenaje que se le dispensó en la Manolo Santana tras perder ante Jiri Lehecka en su último partido en el Masters 1000 de Madrid, ya entrada la madrugada de este miércoles, Rafael Nadal ofreció la que fue también su última rueda de prensa en la Caja Mágica.

Recibido con aplausos por los periodistas, comentó: "Una noche emocionante. Nunca me han fallado la gente de Madrid ni de España. Lo que me han hecho sentir se va a quedar en mí para siempre. Hace tres semanas no sabía si volvería a jugar un partido oficial. He podido despedirme con un partido bastante decente. Esta ciudad y España han representado una energía que me ha ayudado mucho en mi carrera. No sé si será la última vez que juegue en España, aunque es muy probable que sea así".

Sobre sus sensaciones en un momento tan especial, dijo: "Me he emocionado mucho por dentro, pero no quería hacer un mar de lágrimas. No he terminado aún mi camino con la raqueta en la mano. No es el momento de dejar ir todo lo que llevo dentro a nivel de emociones. Queda un camino por recorrer y no quiero soltar toda esa adrenalina aún. He dado pasos adelante y veremos si soy capaz de consolidar esos avances. Me voy con menos dudas. Mi rival ha jugado a un nivel altísimo e incluso así he tenido mis pequeñas oportunidades en el primer set. Ha sido mi mejor set desde que he vuelto a competir, es el día que he estado mejor posicionado en pista. Muscularmente he tenido un poco de bajón al final del primer set".

¿La Copa Davis?

Dejó abierta la posibilidad de disputar la Copa Davis, que se juega en septiembre en Valencia cuya fase definitiva se celebrará en noviembre en Málaga. "Cuando no os he contado cómo iban las cosas era porque yo tampoco sabía qué contaros, porque no he tenido ninguna certeza en los últimos meses. Lo que pase en el futuro se verá. Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte".

Respecto al futuro inmediato valoró haber jugado cuatro partidos en Madrid y que su cuerpo haya resistido varias horas de competición. "Si no tengo la confianza en que mi cuerpo responda es difícil que mi tenis funcione. Estoy haciendo las cosas de la manera más prudente. Sobre Roland Garros os diré después de Roma. Espero poder jugar en Roma".

A la hora de recordar el pasado en el torneo, dijo: "La final de 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva, pero es uno de los recuerdos más bonitos. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido y al día siguiente no podía andar. No me imaginaba estar aquí con casi 38 años. Todos en aquel momento visualizábamos una carrera corta y muy complicada. Y aun con los problemas que ha habido, también me han dado la capacidad de valorar todas las cosas buenas que me han ido pasando".