Los datos que describen la peor versión de Mbappé: "Le tenemos que esperar"

Los datos que describen la peor versión de Mbappé: “Le tenemos que esperar”

Si uno acude a las plataformas de análisis estadístico del fútbol europeo y observa las temporadas de Kylian Mbappé en la elite, no encontrará peor momento del francés que el actual. Porque los números no lo son todo, pero ayudan a explicar las sensaciones que está dejando el delantero. Y su partido en Anfield Road se suma a una temporada irregular, lejos del nivel mostrado en Francia y deseado en Chamartín. "La mejor medicina es la paciencia", le recomendaba Carlo Ancelotti en sala de prensa. A unos metros, sus compañeros cerraban filas a su alrededor, apoyando al atacante tras su error en el penalti y pidiendo tiempo a los críticos.

"Le tenemos que esperar", aseguró Dani Ceballos. "Los primeros años siempre son difíciles", admitió Luka Modric. Y el primer año, los primeros meses, de Mbappé con la camiseta blanca están siendo extraordinariamente complicados.

El futbolista con el que el Santiago Bernabéu, sus directivos, su vestuario y su afición, lleva soñando seis años ha aterrizado en un equipo campeón de Europa, después de un verano en el que apenas ha realizado pretemporada y a una plantilla condicionada en su juego por el adiós de Toni Kroos y las lesiones. Todo eso se suma a un Mbappé tímido en sus elecciones sobre el césped y torpe, por momentos, con el balón.

El resultado, según la web de estadística avanzada WhoScored, que analiza parámetros más allá de los goles y las asistencias, es la peor nota media de su carrera en Champions: 7,11. El lector pensará que es alta, pero es que el delantero ha superado con creces el 7,5 durante toda su vida continental.

Lleva un gol en cinco partidos, cuando en las últimas cuatro ediciones terminó con ocho, siete, seis y ocho. Y su actuación en Anfield ha sembrado las dudas que acercaban a su alrededor. Tuvo un 75% de acierto en el pase, el peor de todos los futbolistas de campo del Madrid, y perdió la posesión del balón, ya sea por un mal pase, un mal control o un mal regate, en 15 ocasiones. Es decir, los datos confirman las sensaciones.

Hasta ahora, la peor nota media de Mbappé en Champions había sido 7,16 en su debut con el Mónaco, allá por 2016, y en Liga, a pesar de sus siete goles en 12 jornadas, tampoco alcanza los registros estadísticos de su carrera. Promedia 7,42 de nota, de nuevo según WhoScored, el peor dato de su vida liguera desde su primer año completo con el Mónaco (7,22).

El mes de noviembre, lejos de aliviar la presión sobre él, parece haberla aumentado. Ha marcado un gol en los últimos seis partidos y sigue sin encontrar la forma a pesar de no haber acudido a la concentración de Francia en el parón de selecciones. "Pasa por una situación complicada", dijo Deschamps en ese momento. Una frase que repitió Ancelotti en los pasillos de Anfield.

"Hay momentos en los que a los delanteros les cuesta marcar y están decepcionados. Y hay una medicina, que es ser paciente. Es un momento difícil para él, pero todo el mundo tiene que apoyarle y pronto saldrá de ahí", reflexionó el italiano, que mencionó la "falta de confianza" como uno de los motivos. "Puede ser. A veces cuando no te salen las cosas tienes que jugar sencillo, y a veces te complicas un poco más...Está trabajando bien y tiene que ser paciente".

Mbappé, que terminó el duelo con molestias, abandonó Anfield junto a Camavinga y Mendy, sus mejores amigos dentro de un vestuario que quiso tener varios detalles con él en sus declaraciones a los medios. "No tiene que perder confianza, tiene que trabajar día a día, tiene nuestra confianza", dijo Modric. "Sé que va a dar grandes momentos a este club, es muy bueno", le elogió Bellingham. "Es un jugador de clase mundial y lo demostrará", admitió Lucas Vázquez.

El día que Nadal observó el naufragio del Madrid: “Seguro que va a ser lo que se espera de él”

Actualizado Jueves, 28 noviembre 2024 - 09:44

La historia reciente de los enfrentamientos entre Liverpool y Real Madrid resumía el éxito del partido en un futbolista: Vinicius Júnior. El brasileño marcó en la final de la Champions de 2022 y repitió hace dos temporadas, en los octavos de final continentales, cuando el conjunto blanco salió triunfante de Anfield gracias a dos goles de su joven y nueva estrella. Fue el gran peligro madridista y la pesadilla 'red'. Pero ayer, en una noche helada en Liverpool, la ausencia por lesión del ex del Flamengo descolocó a los de Carlo Ancelotti, congeló sus ideas y situó en el juzgado mediático a otro jugador: Kylian Mbappé. Y el francés no tuvo defensa.

Todo bajo la atenta mirada de Rafa Nadal, estrella en el palco de Anfield después de visitar a Pep Guardiola y a la plantilla del City en Manchester, a una hora de distancia del estadio del Liverpool. El de Manacor, acompañado por su hermana, conversó con Emilio Butragueño, Santiago Solari y Juni Calafat, y se rodeó de otros miembros de la Junta Directiva del cuadro de Chamartín. Eso sí, fue testigo de una noche negra para el Madrid.

A unos metros, Gareth Bale, que acudió para trabajar como comentarista en TNT Sports, junto a Rio Ferdinand y Steve McManaman. El galés pisó el césped, saludó a Butragueño y a miembros del departamento de comunicación y del cuerpo técnico del conjunto blanco y se acercó a ver, ya en privado, a algunos de sus antiguos compañeros, aunque el partido lo ensombreció todo.

La lesión de Camavinga

En el campo, la cara de Mbappé fue la cara del conjunto blanco. Impotente ante Virgil van Dijk, Ibrahima Konaté y Conor Bradley. Inefable frente a lo que le fue sucediendo en el partido. Torpe en los controles y en los regates, tímido al encarar a sus rivales, como si fuera otro futbolista, y errático en el momento más importante del duelo, el penalti que podría haber supuesto el empate y que el atacante galo estrelló en las manos de Caoimhim Kelleher. Inexplicable.

Ese fallo completó los 10 minutos de deriva madridista en Anfield, convertidos en 90 bajo la capa de héroe de Thibaut Courtois. En el minuto 52, Alexis Mac Allister puso el merecido 1-0 para los locales. A los dos minutos se lesionó Eduardo Camavinga, el mejor de los visitantes en el duelo, y en el 61 Mbappé falló desde los 11 metros cuando el Madrid pensaba que podía seguir vivo en el encuentro.

"Nosotros lo vemos bien, entrenando bien, a veces sale, a veces no, hoy no ha salido el penalti pero tenemos confianza en él y seguro que Kylian va a ser lo que se espera de él", reflexionó Luka Modric.

Último con plaza

Ancelotti, que se pasó el partido desesperado, corrigiendo continuamente a sus futbolistas y muy pendiente de Arda Güler, se giró hacia sus asistentes, especialmente hacia Davide, su hijo, y Francesco Mauri, y no imploró palabra. El silencio lo hizo todo. Era la continuación de la pesadilla de Mbappé justo cuando su equipo más necesitaba de su talento.

El penalti fallado por Mo Salah no alentó al Madrid, perdido tras el error de Mbappé, sino que empujó todavía más a un Liverpool que amplió distancias gracias a Cody Gakpo. Ahí donde crecieron los blancos en febrero de 2023 cayeron en noviembre de 2024, complicándose mucho la vida en la liguilla de la Champions. Los blancos son ahora vigesimocuartos, situándose como el último equipo con plaza para el playoff de enero, en el que se miden todos los posicionados entre el 9º y el 24º. A falta de tres jornadas en las que debe visitar al Atalanta y el Brest y recibir al Salzburgo, el Madrid suma sólo seis puntos en cinco jornadas. Situación límite.

“Help”, gritó el Madrid

Actualizado Miércoles, 27 noviembre 2024 - 23:33

Un Real Madrid que bordeó el ridículo cayó en manos de un rabioso Liverpool. El equipo inglés no tuvo piedad y enterró en vida a un conjunto blanco que se queda semi-muerto para esta Champions de locos.

Fue una pena, pero el equipo de Ancelotti ni defendió bien ni tuvo centro del campo y, ¿dónde estuvo el ataque? En el limbo de los justos. Además, no sabe jugar ni con presión ni sin ella. Todo lo contrario de un Liverpool, que te acongoja con su p

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Sucumbe Mbappé, sucumbe el Madrid

Sucumbe Mbappé, sucumbe el Madrid

Sucumbe Mbappé, sucumbe el Madrid. No es necesariamente el axioma de lo que sucedió en Anfield, pero dada la jerarquía del futbolista y el esfuerzo e inversión del club en el francés, la relación es evidente. Lo fácil es señalar a Mbappé por el penalti errado cuando el Madrid se aferraba a esa acción como un náufrago a un tablón en mitad de la tempestad. Un penalti, sin embargo, lo falla el mejor. Que se lo pregunten a Salah. A Mbappé hay que preguntarle por otras cosas, después de un partido errático, repleto de imprecisiones. También lo hizo Güler, el esperado Güler, pero la espera de uno y otro no tienen nada que ver, ni cuestan lo mismo. [Narración y estadísticas (2-0)]

Mbappé no es el único culpable de esta derrota ante el Liverpool (2-0) que pone al Madrid en una situación muy comprometida en la Champions, destinado a luchar por la pedrea en una primera fase nueva y extraña. El tiempo de los miuras queda lejos y es el tiempo del Madrid, pero la primera feria deja muchas sospechas, tras caer ante el Lille, el Milan, peores equipos que este Liverpool, con pleno en la Champions y líder de la Premier. Siguiente parada, Bérgamo, el Atalanta. De este modo, cualquiera lugar invoca una oración.

Las sospechas se ciernen sobre Ancelotti, por la irregularidad del equipo, y sobre Mbappé. Al primero le excusan las lesiones; al segundo, nada. Sin Vinicius, lesionado, Anfield era la arena para que buscara su lugar en el sol, después de un arranque de temporada tibio, donde apenas ha sido un crack de highlights. Hoy, la distancia entre Vini y Mbappé es un abismo, una sima. La ansiedad del francés, que lo que más cerca estuvo del gol fue de rebote, es un hecho, pero la ansiedad difícilmente es titular en el Madrid.

El 'vietcong' del liverpool

Mbappé era uno de los perfiles ofensivos escogidos por Ancelotti para un Madrid poco ofensivo. Tampoco eso es una coartada. Puede ser un contrasentido o puede ser un ejercicio de realismo, dado el parte de bajas del Madrid y la vocación de un Liverpool capaz de poner Anfield cuesta abajo cuando ataca. El día después de Klopp es el día siguiente, ahora de la mano de un desconocido de los banquillos, Arne Slot, que parece sacado de la carpeta de un head hunter. Se va el divo, se queda la idea.

Presiona y corre, corre mucho el Liverpool, algo que al Madrid le cuesta mucho aguantar con el mismo lenguaje. En Anfield tocaba el Madrid de la resistencia, el Madrid del Etihad, frente a un fuego ofensivo frenético cuando encuentra su ritmo, con futbolistas que alternan posiciones y roles, sin ofrecer referencias, como un ataque del Vietcong. La única solución era romper ese ritmo.

Lo consiguió el Madrid con un buen repliegue, aunque sin impedir las oportunidades que se sucedieron en la primera mitad. Courtois paró a quemarropa ante Darwin Núñez, Rüdiger cortó un centro de gol con el rostro inyectado y Asencio reaccionó a tiempo de sacar el balón sobre la línea después de su propio rechace. Nada más llegar al primer equipo y nada más empezar, era la jugada que puede condenar a quien llega de la cantera, siempre en debate, siempre bajo sospecha y siempre, o casi siempre, demasiado lejos del primer equipo del Madrid. Los centímetros que le podían haber señalado, en cambio, lo elevaron en su autoestima, sólido en su papel y bravo a empujones con Darwin Núñez. Aunque le costara una tarjeta, demostró cuajo en el área de Anfield. No es cualquier lugar. La maniobra de Mac Allister antes del gol lo encontró en el pulso final, pero el problema se había originado con anterioridad, en la falta de anticipación antes de que recibiera el delantero en el área.

Gakpo festeja el 2-0 junto a Van Dijk, Salah y Luis Díaz.

Gakpo festeja el 2-0 junto a Van Dijk, Salah y Luis Díaz.AFP

El tanto fue la consecuencia del asedio que el Madrid no pudo impedir con el break del descanso. Fue peor. El segundo tiempo arrancó, de hecho, con la mejor intervención de Courtois, mano abajo, continuó con el gol y, de inmediato, la lesión de Camavinga, hasta entonces el mejor futbolista del Madrid, junto con Courtois.

Una serie negra que, sin embargo, dio paso a los cambios y a una ocasión aparecida de la nada gracias a uno de sus protagonistas. Lucas Vázquez saltó al campo para que Valverde, inicialmente lateral, pasara al centro del campo, junto a Ceballos. La primera vez que pisó el área, Lucas Vázquez provocó un penalti de Robertson. Mbappé dio entonces continuidad a su partido. Lo lanzó mal, como lo haría Salah, pero con mejores antecedentes. La mejora del Madrid fue insuficiente frente al gol de Gakpo. Mbappé miró al césped sin respuestas. A él lo mira el madridismo.

Regatear hacia el banquillo

Regatear hacia el banquillo

Más que un preparador físico, un psicólogo u otro sistema de juego, la temporada de Kylian Mbappé la salvaría una brújula. Le salen todos los regates en horizontal. Zigzaguea potente, se quita rivales en dribbling o manoteando, avanza en ilusionante carrera hasta que el espectador, a la vez que sus rivales y compañeros, advierte que su destino parece el banquillo o la propia cámara de televisión. Cuando intenta avanzar en vertical el desenlace es

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Un Mbappé inexplicable ante la mirada de Nadal: “Seguro que va a ser lo que se espera de él”

Actualizado Miércoles, 27 noviembre 2024 - 23:06

La historia reciente de los enfrentamientos entre Liverpool y Real Madrid resumía el éxito del partido en un futbolista: Vinicius Júnior. El brasileño marcó en la final de la Champions de 2022 y repitió hace dos temporadas, en los octavos de final continentales, cuando el conjunto blanco salió triunfante de Anfield Road gracias a dos goles de su joven y nueva estrella. Fue el gran peligro madridista y la pesadilla 'red'. Pero ayer, en una noche helada en Liverpool, la ausencia por lesión del ex del Flamengo descolocó a los de Ancelotti, congeló sus ideas y situó en el juzgado mediático a otro jugador: Kylian Mbappé. Y el francés no tuvo defensa.

Todo bajo la atenta mirada de Rafa Nadal, estrella en el palco de Anfield después de visitar a Guardiola y a la plantilla del City en Manchester, a una hora de distancia del estadio del Liverpool. El de Manacor, acompañado por su hermana, conversó con Butragueño, Solari y Juni Calafat, y se rodeó de otros miembros de la Junta Directiva del cuadro de Chamartín. Eso sí, fue testigo de una noche negra para el Madrid.

A unos metros, Gareth Bale, que acudió para trabajar como comentarista en TNT Sports, junto a Rio Ferdinand y Steve McManaman. El galés pisó el césped, saludó a Butragueño y a miembros del departamento de comunicación y del cuerpo técnico del conjunto blanco y se acercó a ver, ya en privado, a algunos de sus antiguos compañeros, aunque el partido lo ensombreció todo.

En el campo, la cara de Mbappé fue la cara del conjunto blanco. Impotente ante Van Dijk, Konaté y Bradley. Inefable frente a lo que le fue sucediendo en el partido. Torpe en los controles y en los regates, tímido al encarar a sus rivales, como si fuera otro futbolista, y errático en el momento más importante del duelo, el penalti que podría haber supuesto el empate y que el atacante galo estrelló en las manos de Kelleher. Inexplicable.

Ese fallo completó los 10 minutos de deriva madridista en Anfield, convertidos en 90 bajo la capa de héroe de Courtois. En el minuto 52, Mac Allister puso el merecido 1-0 para los locales. A los dos minutos se lesionó Camavinga, el mejor de los visitantes en el duelo, y en el 61 Mbappé falló desde los once metros cuando el Madrid pensaba que podía seguir vivo en el encuentro.

"Nosotros lo vemos bien, entrenando bien, a veces sale, a veces no, hoy no ha salido el penalti pero tenemos confianza en él y seguro que Kylian va a ser lo que se espera de él", reflexionó Modric.

Ancelotti, que se pasó el partido desesperado, corrigiendo continuamente a sus futbolistas y muy pendiente de Arda Güler, se giró hacia sus asistentes, especialmente hacia Davide, su hijo, y Francesco Mauri, y no imploró palabra. El silencio lo hizo todo. Era la continuación de la pesadilla de Mbappé justo cuando su equipo más necesitaba de su talento.

El penalti fallado por Salah no alentó al Madrid, perdido tras el error de Mbappé, sino que empujó todavía más a un Liverpool que amplió distancias gracias a Gakpo. Ahí donde crecieron los blancos en febrero de 2023 cayeron en noviembre de 2024, complicándose mucho la vida en la liguilla de la Champions. Los blancos son ahora 24º, situándose como el último equipo con plaza para el playoff del mes de enero, en el que se miden todos los posicionados entre el 9º y el 24º. A falta de tres jornadas en las que debe visitar al Atalanta y el Brest y recibir al Salzburgo, el Madrid suma sólo 6 puntos en cinco jornadas. Situación límite.

La construcción del nuevo Liverpool post Klopp: un hombre en la sombra y la elección de un 'desconocido' gracias al Big Data

La construcción del nuevo Liverpool post Klopp: un hombre en la sombra y la elección de un ‘desconocido’ gracias al Big Data

Jürgen Klopp sigue gobernando el lateral de la fachada del número 27 de Burnand Street, una de las calles pegadas a Anfield Road. Es un mural icónico, reflejo de la devoción de la afición red por la que ya es una de sus leyendas. Un poco más lejos, en Slater Street, en el centro de la ciudad, otro mural ensalza la figura del técnico alemán, campeón de la Champions, la Premier, la FA Cup, la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes, la Copa de la Liga y la Community Shield con el Liverpool durante la última década. Es decir, campeón de todo. Klopp es historia, pero historia ya pasada. Su imagen es para los murales, porque la realidad, el banquillo, es para Arne Slot, guía de este 'nuevo' Liverpool, un club que se ha lavado la cara en la banda y en los despachos tras la salida de Klopp, líder en la Champions y líder en la Premier antes de recibir al Madrid.

Tras el anuncio del adiós de Klopp el pasado 26 de enero, el Liverpool se puso manos a la obra para construir su nuevo organigrama. Uno totalmente nuevo porque el alemán lo era absolutamente todo en el conjunto británico. Tanto que desde la llegada de Klopp en 2015, todos los equipos de la Premier habían cambiado de entrenador. El primer paso de los directivos del holding americano Fenway Sports Group, propietario del cuadro de Anfield, fue poner la decisión en manos de Mike Gordon, la misma persona que eligió a Klopp hace nueve años.

Gordon es el hombre en la sombra de Anfield, donde hablan de un directivo silencioso en público, pero clave en privado. Nunca ha dado una entrevista, no quiere salir en ruedas de prensa ni en fotos. Sólo en una, con la Champions de 2019. Trabaja de puertas para dentro y así lo hizo el pasado invierno para elegir el nuevo organigrama deportivo del Liverpool después de meses de vaivenes. El club se quedaba sin Klopp y acumulaba tres directores deportivos en apenas tres años. Demasiada turbulencia.

El regreso del arquitecto

El anuncio de Klopp en enero, meses antes del final de la temporada, le dio tiempo para actuar. Convenció a Michael Edwards, director deportivo y arquitecto de la era del alemán, que había dejado el club en 2022, y le volvió a entregar las llaves de la organización. Le convirtió en CEO de Fútbol porque se negaba a volver a su mismo puesto, y le encargó la búsqueda de un nuevo director deportivo y, especialmente, de un entrenador que liderara la era post-Klopp. A su espalda, los fichajes de Salah, Mané, Firmino o Van Dijk, columna vertebral del último gran Liverpool.

En marzo, Edwards ya había elegido a su hombre de confianza para los despachos: Richard Hughes, el director deportivo del Bournemouth, culpable de la llegada de Andoni Iraola a la Premier League y uno de los directivos revelación de la liga. Tardaron unas semanas en concretar un nombre para el banquillo. Por las mesas de Anfield Road pasaron los currículums de Xabi Alonso, De Zerbi o Ruben Amorim, pero finalmente el elegido, ya en el mes de mayo y después de un par de meses de reflexión, fue el neerlandés Arne Slot, técnico del Feyenoord. Un desconocido para el gran público, lejos de los focos de los grandes, al que le firmaron un contrato por tres temporadas.

El inicio de temporada parece haber dado la razón a todos. A Gordon por la oferta a Edwards, a éste por la elección de Hughes y a ambos por la apuesta por Slot. El Liverpool terminó la pasada temporada con el miedo en el cuerpo por el adiós de Klopp, tercero en la Premier, lejos del Manchester City, sin título europeo tras caer en cuartos de la Europa League y con la única alegría de la EFL Cup. Todo mientras Salah, Van Dijk y Alexander-Arnold afrontaban su última campaña bajo contrato. Ahora las sensaciones son totalmente diferentes.

La importancia del Big Data

Los reds están invictos en Champions (4 de 4), han ganado los dos de Copa y en la Premier sólo han perdido un partido (Nottingham) y empatado otro (Arsenal) en 12 jornadas. Suman 31 puntos y le sacan ocho al City, segundo. Han sido una apisonadora, pero tampoco ha sido todo casualidad. En la decisión y el éxito de este nuevo Liverpool, igual que en el de la era Klopp, tiene mucho que ver el Big Data.

Para elegir a Klopp, Mike Gordon confió en los números, pero en 2024 la estadística va mucho más allá. William Spearman, graduado en Harvard, es el jefe de Big Data del conjunto británico y el responsable del algoritmo que evalúa las condiciones de un entrenador según las necesidades del equipo: estilo, futbolistas, desarrollo de jóvenes... Ahí, el mejor entre los candidatos fue Slot, campeón de la Eredivisie 2023, finalista de la Conference en 2022 y campeón de Copa en 2024 con el Feyenoord.

Encontraron similitudes entre él y Klopp en la forma de trabajar, la intensidad de su plantilla, la presión, la verticalidad... Todo lo tiene este nuevo Liverpool que parece haber encontrado su faro cuando parecía misión imposible. Lo siguiente será remodelar la columna vertebral, convencer a Alexander-Arnold para continuar (y que no se vaya al Madrid) y valorar el siguiente paso a dar con Van Dijk y Salah, leyendas del club.

El verano más difícil para Bellingham: “La crítica fue exagerada, me echaron la culpa, mi madre no quería salir de casa…”

Actualizado Martes, 26 noviembre 2024 - 18:56

Jude Bellingham apareció en la sala de prensa de Anfield Road con una sonrisa en la cara. "La sonrisa ha vuelto", admitió en la última concentración de la selección inglesa. Ahora, preparado para pisar el terreno del Liverpool con el Real Madrid, quiso reflexionar sobre los últimos meses, en los que ha sufrido dentro y fuera del campo tras perder en la final de la Eurocopa contra España. "Había perdido la sonrisa después de lka final porque no me habían tratado bien. Me echaron la culpa un poco a mí por perder la final, y creo que en la última convocatoria con nuevas caras, volvió la alegría, por eso dije que volvió la sonrisa". "En el Madrid nunca he perdido la sonrisa", reconoció.

El centrocampista inglés aseguró que "durante la Eurocopa parecía que el mundo se estaba cerrando sobre mí". "Había una crítica exagerada y creo que cruzaron una línea y lo tomaron a lo personal con mi familia. Y para mí la familia es lo más importante. Mi madre no quería salir de casa en verano, fue muy personal para mí", explicó.

De vuelta al Madrid, Bellingham pasó los tres primeros meses de temporada sin marcar hasta que rompió el bote ante Osasuna, repitiendo contra el Leganés en la última jornada de Liga. "Cuando marcas la situación se confunde un poco. Yo soy honesto, me hablo a mío mismo y soy autocrítico... Pero los titulares llegan cuando marcas. La expectativa era alta después del año pasado, pero creo que mi nivel ha sido bueno y creo que juego mi mejor fútbol cuando puedo participar más en el juego", insistió.

"La Champions, nuestro Balón de Oro"

Entre medias, el Balón de Oro. El inglés fue tercero, por detrás de Rodri y Vinicius, y reconoció que el conjunto blanco "merecía el premio". "Rodri es un jugadorazo, pero creo que el premio debía haber sido para un futbolista del Madrid, particularmente para Vini". Pero aún así, declaró que "la Champions fue nuestro Balón de Oro". "Fue el reconocimiento de que éramos el mejor equipo de Europa, eso es suficiente para mí. No pienso en el Balón de Oro".

Eso sí, el británico admitió que "las críticas, especialmente las personales, son otro reto para hacer callar a la gente". Y habló sobre la situación del vestuario: "En el vestuario, en el autobús... Hay mucha confianza, hemos sufrido lesiones antes y hemos aguantado. Tengo mucha fe en el grupo, todos pueden sumar".

Ancelotti no acepta consejos

Minutos más tarde le tocó el turno a Carlo Ancelotti, que sacó pecho de su número de partidos y recordó que "nadie me puede dar consejos". "Yo pienso que oigo muchos consejos, pero creo que no hay que olvidar que he hecho 1.300 partidos, 1.300 alineaciones y 4.000 cambios por lo que no creo que nadie aquí me pueda dar consejos", contestó a la prensa, cuestionado sobre los cambios del duelo ante el Leganés y los 90 minutos que le dio a Vinicius, ahora lesionado.

Sobre el once de cara al partido ante el Liverpool, no dio pistas. "La verdad es que Fede lo ha hecho muy bien, yo no tenía ni una sola duda. Era una emergencia... pero hay que ver a Lucas en el entreno de hoy. Es una posibilidad que contra el Leganés no tenía".

Juanma Rodríguez: "Defender al Real Madrid en la España de hoy es un gesto de rebeldía y romanticismo"

Juanma Rodríguez: “Defender al Real Madrid en la España de hoy es un gesto de rebeldía y romanticismo”

Un subdirector de este periódico que sólo lee ensayo y no ha visto un partido de fútbol entero en su vida es adicto a 'El Chiringuito'. ¿Por qué? Principalmente, por Juanma Rodríguez (Madrid, 1962) y sus actuaciones, un tipo con el vocabulario de un escritor, el físico de tu vecino, el madridismo de un socio y la sobreactuación de Nicholas Cage al que es difícil dejar de mirar cuando sale en pantalla. Lo amas, lo odias o no entiendes nada, pero m

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Vinicius sufre una lesión muscular y es baja hasta la Intercontinental

Vinicius sufre una lesión muscular y es baja hasta la Intercontinental

Nuevo problema para el Real Madrid. El conjunto blanco ha anunciado que Vinicius Júnior sufre una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda. El futbolista brasileño se perderá, como mínimo, cinco partidos y la idea del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti es que esté listo para la Copa Intercontinental, que se disputará el próximo 18 de diciembre en Doha.

"El loco calendario... A recuperar", ha escrito el delantero en sus redes sociales. La realidad es que Vinicius ha sido el tercer jugador más utilizado por Ancelotti durante este primer tramo de la temporada, sólo superado por Rüdiger y Fede Valverde. El ex del Flamengo acumula 1.522 minutos en 18 partidos, en los que ha anotado 12 goles y ha dado ocho asistencias.

El partido más importante que se perderá Vinicius será el de este miércoles en Anfield ante el Liverpool, duelo clave para el Madrid en la liguilla de la Champions League. Los blancos son 18º en la clasificación tras dos victorias y dos derrotas, y se enfrentan a unos 'reds' que lideran la tabla con cuatro triunfos en cuatro encuentros.

El brasileño, que no presentaba síntomas de lesión ante el Leganés, disputó los 90 minutos en Butarque tras haber viajado con Brasil en el parón de selecciones. Buscaba el gol el delantero, al que Ancelotti dejó en el campo mientras retiraba a Mbappé, que no había sido llamado con Francia para los duelos internacionales.

No es una lesión nueva para Vinicius, que durante el curso pasado ya sufrió molestias parecidas en dos momentos de la temporada. Se perderá Anfield, los duelos ligueros ante Getafe, Athletic y Rayo y el de Champions en Bérgamo contra el Atalanta.

En su lugar, Ancelotti valora apostar por Arda Güler, Brahim o Rodrygo, si el brasileño se recupera a tiempo.