El cóctel emocional de Mbappé: el reto del Madrid, la competencia con Vinicius, el divorcio con Francia y una escabrosa denuncia en Suecia

El cóctel emocional de Mbappé: el reto del Madrid, la competencia con Vinicius, el divorcio con Francia y una escabrosa denuncia en Suecia

La explicación al apagón de Kylian Mbappé está en su mente. A esa conclusión llegan quienes están cerca del futbolista, también quienes le conocen y le observan, hoy, desde la lejanía. La regularidad y la presencia en el juego puede encontrar razones en el funcionamiento colectivo del Madrid, algo que debe anotarse en el debe de Carlo Ancelotti, pero los errores continuos en la toma de decisiones cuando se encuentra frente a frente con el portero, a solas, responden a un problema emocional de alguien sometido a un cóctel de presiones. En el punto de penalti estallan.

Presiones que empiezan por su desafío en el Madrid, un club que nada tiene que ver con el PSG. Mbappé mira a un lado y a otro, y observa a jugadores a los que las Champions se les caen de los bolsillos. La urgencia por alcanzar el trofeo se convirtió en obsesiva para su antiguo club y, por añadidura, para el futbolista: una unidad de destino perversa. La pasada temporada ya dejó ver a ese Mbappé hastiado y errático en su búsqueda. Le sucedía a Zidane, a pesar de llegar al Bernabéu ya como campeón del mundo, al igual que Mbappé, hasta que la volea de Glasgow fue como un exorcismo. También sus comienzos fueron difíciles.

Una llegada muy preparada

Mbappé preparó su desembarco en el Madrid al detalle, incluso con el aprendizaje del español, con cada gesto y hasta con el traje de su presentación, más cerca de Florentino Pérez que del estilo 'grunge' de sus compañeros. Ha querido agradar, pero en ese deseo ha dejado atrás un punto de rebeldía, parte de su ego. En su equipo lo ha encontrado en Vinicius, alguien que compite hacia afuera y hacia dentro, contra todos. Con sus virtudes y sus excesos, Vini llena el campo, lo revienta. Es el Mbappé de la final del Mundial, el que marcó tres goles, el segundo de penalti para empatar, y también lanzó con éxito el primero de la tanda ante Argentina. Cayó Francia pero emergió el astro. Este Mbappé es otro.

"Hemos de darle tiempo", dice Ancelotti, que insistió en que el francés lanzara el penalti ante el segundo penalti ante el Getafe, después de rechazar el primero tras su error, capital, en Anfield. El VAR lo impidió. En San Mamés, volvió a fallar. Como ante el Liverpool, no era un penalti cualquiera, sino el que servía para empatar. Por ello el italiano lo pedía desde la banda ante el Getafe, era un lanzamiento con menos presión, para romper el bucle negativo en el que está el jugador.

Ayuda psicológica

Si Mbappé ha buscado ayuda psicológica o debe hacerlo es algo que el Madrid deja a su criterio. Es una norma no escrita en el primer equipo, que no tiene un psicólogo adscrito como otros clubes de la Liga.

Los problemas de Mbappé, sin embargo, no sólo están en el Madrid. El divorcio con su país, ejemplificado en la última no convocatoria de Didier Deschamps, son otro frente. El jugador hizo todo lo posible para ser nombrado capitán cuando parte del vestuario y de la opinión consideraban que debía ser para Antoine Griezmann. Si la repentina renuncia del atlético a la selección, una vez comenzada la Liga de Naciones, responde o no a ello es una incógnita. Pero el hecho de no acudir a la convocatoria anterior por estar lesionado, volver a jugar poco antes con el Madrid y acudir a Suecia en un viaje personal hicieron que las críticas se dispararan. El día que Francia jugaba su partido, además, estaba en un local de ocio. El hecho abrió una crisis en el vestuario de Francia y dañó su credibilidad en el país, ya minada por los canales que controla Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, tras su cruenta salida del club parisino.

Mbappé no quiere ser un caso Benzema, no pretende romper, sino liderar a su país y al Madrid, dos vértices sobre los que construir su figura. Necesita a las dos, necesita la Champions y el Mundial como plateas.

Una violación en su hotel

En Suecia, además, se produjo un hecho escabroso, al llegar a la policía una denuncia por violación en el hotel donde se encontraba el futbolista, que viajó a Estocolmo acompañado de algunos familiares y amigos, como el jugador Nurdi Mukiele. Determinados medios locales vincularon esa denuncia con la presencia del jugador del Madrid, aunque desde su entorno, en Francia, se trasladó que Mbappé habría mantenido relaciones consentidas con una mujer. Las investigaciones por la denuncia continúan.

El Madrid sigue con inquietud su evolución. La colosal apuesta de Florentino Pérez por el jugador recomienda precaución, la misma que tiene Ancelotti cuando dice que "seguramente no está a su mejor nivel". El público del Bernabéu le aplaude hasta en el fallo, consciente de que dentro de ese jugador dubitativo está el verdadero Mbappé. Necesita un estallido que rompa el estallido. Como Zidane.

Un indignante Real Madrid

Un indignante Real Madrid

Un calamitoso fallo del novato Asencio, que confundió a Courtois y otro ignominioso de Valverde sentenciaron otra derrota indignante del Madrid en San Mamés. Y una vez más, Ancelotti fue el culpable de un vil partido defensivo.

Encima Mbappé ha caído en un agujero tenebroso. Falló otro penalti y lo volvió a tirar como un calco de Anfield. Y peor es que empieza pensar que se ha equivocado solemnemente de haber venido a Madrid. Es sólo un niño perdi

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El miedo de Mbappé en los 11 metros marca otra derrota del Madrid

El miedo de Mbappé en los 11 metros marca otra derrota del Madrid

Miedo en los 11 metros. Podría ser el titulo de un thriller, pero es el titular de una crónica de fútbol, el diagnóstico de un mal que atrapa al jugador que llegaba al Madrid para ser el mejor del mundo y, hoy, es el futbolista más débil del mundo. Mbappé no ha perdido ninguna de sus cualidades, como demostró en el disparo que dio origen al efímero empate blanco, gracias a Bellingham, pero ha perdido la fe cuando se sitúa en el lugar en el que se encuentra a solas con sus pensamientos. Dos penaltis fallados y uno rechazado en tres partidos lo demuestran. El Madrid tiene un problema que va más allá de una derrota ante un Athletic mejor en todo lo que puede serlo, la intensidad o la fe. Lo demás es cosa de Vinicius, ausente, y Mbappé, de alguna forma también ausente. [Directo y estadísticas]

Sin lo mejor de esos dos futbolistas y muchas bajas en defensa, Ancelotti recompuso el equipo con sentido de la precaución. El regreso de Tchouaméni no fue un regreso a la defensa. Era una buena noticia para Asencio, cuyo trabajo había dejado buen sabor para el chef Carlo. Poco se le podía reprochar de lo que sucedió en Anfield. En San Mamés, dura plaza, una mala lectura suya y de Rüdiger dejó en ventaja a Sancet y Berenguer en la acción del primer gol. En descargo del canterano hay que decir que estaba cojo por una acción precedente.

Luis TejidoEFE

Tchouaméni volvió a situarse en el pivote, acompañado de Ceballos. Es un rol donde no se ha encontrado ni el Madrid ha encontrado lo que quiere. La inserción del francés, además, condicionó la disposición del equipo, al restar una pieza al ataque y dificultar la transición ofensiva, con Mbappé y Rodrygo a demasiada distancia. Era un Madrid muy largo. Valverde, a su vez, estaba más preocupado de auxiliar a Lucas Vázquez que de las conducciones con las que abre en canal a los rivales. El gallego y Fran García, en los laterales, eran dos talones de Aquiles, no uno, para el Madrid frente a tipos como Nico Williams o Sancet.

La ausencia de Vinicius

La presión alta del Athletic, intensa y constante, tenía una parte de la responsabilidad, pero no toda, ya que el Madrid en ocasiones encontraba caminos para superarla. El problema era cómo enlazar con sus piezas ofensivas antes de que el Athletic replegara, con un Vivian omnipresente. No lo consiguió. Mbappé recibía al pie, no al espacio. En mitad del tráfico se movía mejor Rodrygo, aunque ninguno, con metros o sin ellos, se mueve como Vinicius. Su baja para el Madrid es como decirle a un púgil que en el ring no use el directo.

Rodrygo pudo ser objeto de un penalti por parte de Gorosabel, que puso la pierna con la que contactó el brasileño. De ese modo lo entendió Figueroa Vázquez en el VAR, pero no Sánchez Martínez al revisarlo en el monitor. No es lo habitual. La jugada había acabado con un remate a la red de Mbappé, en posición de fuera de juego. Fue lo más cerca que el Madrid estuvo del gol en el primer tiempo. Poco, muy poco y poquísimo del francés frente a una defensa en la que Ernesto Valverde realizó hasta tres cambios con respecto a la última victoria, en Vallecas. La dinámica del partido, volcado el juego sobre el área de Courtois, no ayudaba al francés, pero un jugador de su jerarquía está para cambiar dinámicas por sí mismo. No es uno más. Se supone.

La mirada al césped de Mbappé

Esa dinámica, pese a no haber disfrutado el Athletic más que de una ocasión de Gorosabel tras un taconazo de Iñaki Williams, le llevó finalmente al gol tras volver del descanso. El mayor de los Williams fue quien volvió a lanzar un balón al área cargado de veneno y, tras la pasividad de los defensas blancos, Berenguer no tuvo más que empujar el balón en la llegada conjunta con Sancet, ambos hasta la línea, superado ya Courtois.

LUIS TEJIDOEFE

El Madrid se estiró, pero fue un error de Aguirrezabala al medir mal la salida y golpear en la cabeza de Rüdiger, lo que ofreció la reválida a Mbappé. Lanzó como un niño, blando, blando. El portero del Athletic detuvo el lanzamiento. El francés volvió a mirar al césped.

El impacto del error lo sufrió todo el equipo, también Ancelotti, que agitó el banquillo en busca de soluciones. El disparo que propició el empate de Bellingham era una prueba de vida, algo a lo que aferrarse, pero es difícil hacerlo tras una derrota debido al error del Valverde en el tanto de Guruzeta. No todo es culpa de Mbappé, pero esta caída que frena al Madrid en la caza del Barça, lleva su nombre, su miedo.

El hijo de Eto'o: un futbolista ''moderno'' a quien ''no le pesa el apellido del padre'' y aprovecha la Copa como escaparate

El hijo de Eto’o: un futbolista ”moderno” a quien ”no le pesa el apellido del padre” y aprovecha la Copa como escaparate

Delantero por genética. Etienne Eto'o Pineda (Palma de Mallorca, 2002) creció con un balón pegado a sus pies. Ser el hijo de Samuel, ex jugador del Real Madrid, Barcelona, Inter, Mallorca, Espanyol y Leganés, marca del destino. El chaval se abre camino en el filial del Rayo Vallecano. En la última eliminatoria de la Copa del Rey, frente al Villamuriel, se estrenó con el primer equipo. En apenas un par de chispazos exhibió su calidad, sólo disputó 15 minutos y marcó un tanto. Este miércoles espera contar con una nueva oportunidad en el Unionistas-Rayo (19.00 horas, Movistar). Curiosamente, Samuel Eto'o también hizo su primer gol como profesional en un partido de Copa, disputado el 10 de septiembre de 1997, en Vallecas, entre el Rayo y el Leganés.

Etienne Eto'o también juega de delantero, pero es más alto (1.89). Comenzó en las categorías inferiores del Mallorca, luego pasó por Atlético Baleares, Oviedo, Poblense, Guimares y Unión Collado Villalba. Esta temporada ha jugado 13 partidos con el Rayo B y ha marcado ocho goles. Posee doble nacionalidad, pero se ha decantado por Camerún, con la sub-23 ha participado tres partidos y ha marcado un tanto.

El Rayo controla con celo las intervenciones públicas de Etienne y aplaza para más adelante las numerosas peticiones de entrevista. En febrero de 2021, en la Copa de África sub 20, el jugador dijo, en la web de la Confederación Africana de Fútbol, que aspira a emular a su progenitor: «Quiero aprender y seguir los pasos de mi padre. Intentaré ser mejor que él, aunque sé que será difícil. Quiero trabajar duro para tener éxito como él. Él siempre está ahí para apoyarme y darme consejos».

David Cobeño, secretario técnico de Rayo Vallecano, en conversación con EL MUNDO, destaca la madurez del delantero: «Es muy educado. Desde el primer día se ganó el cariño de los jugadores del primer equipo. Da la sensación de que no le pesa el apellido, él lo sabe llevar muy bien y está orgulloso de lo que representó su padre».

Rápido y con recursos técnicos

Etienne vive solo en Madrid. Su madre, que reside en Mallorca, le visita periódicamente. Con su padre (actual presidente de la Federación de fútbol de Camerún) mantiene buena relación, coincidió con él en la pretemporada del Rayo. «Etienne es una referencia en el área, rápido, con recursos técnicos. Se sacrifica en beneficio del equipo y es muy efectivo en la primera presión adelantada. Es un jugador moderno. Si tuviera que compararle con alguien sería con Morata, por su facilidad de moverse en varias posiciones y jugar al espacio. Es más dinámico que Joselu. El tiempo dirá si triunfa en algún equipo grande, pero tiene mimbres para ello», señala Cobeño.

Ínigo Pérez, que le hizo debutar el 29 de octubre, este miércoles podría otorgarle otra oportunidad. La Copa, como gran escaparate. Quien sí jugará seguro contra Unionistas será James Rodríguez, según ha confirmado el técnico.

El hijo de Samuel Eto'o tiene contrato con el Rayo hasta junio y en el pasado curso destacó como goleador del Unión Collado Villalba, de Tercera Federación. Su entrenador entonces, David Bohega, valora su polivalencia: «Es rápido, remata fenomenal de cabeza y va bien con ambas piernas. Es muy completo. En la pasada temporada, con el Collado Villalba, marcó 15 goles y fue el autor del tanto con el que derrotamos al Real Madrid y logramos la permanencia. Ese gol fue muy especial para él».

Estudios superiores

«Es un chaval que sabe estar en su sitio, nunca tiene un mal gesto, cursa estudios superiores y lleva bien eso de ser el hijo de una estrella del fútbol», añade Bohega, que ahora trabaja como técnico en el Rayo Majadonda.

Silvia Díaz, gestora del Unión Collado Villalba, destaca que una de las virtudes de Etienne es la competitividad: «Es muy exigente consigo mismo. A mí me tenía frita todos los días, me llamaba para que le abriera las puertas del campo para entrenarse fuera de hora, al margen del equipo. El pasado 13 de octubre vino a jugar aquí con el Rayo B, la gente de la grada le ovacionaba. Al final del partido ganamos nosotros por 2-1 y él se cogió un enfadado monumental. Es un chico muy respetuoso, tiene un feeling especial para contactar rápidamente con la gente».

Paco Grande: "Llegué a TVE hablando de rigor y me dijeron: 'Aquí lo que importa es quién gobierne'"

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Antiviolencia propone multas a los aficionados que insultaron a Lamine Yamal en el Clásico, pero excluye al Real Madrid

Antiviolencia propone multas a los aficionados que insultaron a Lamine Yamal en el Clásico, pero excluye al Real Madrid

La Comisión Antiviolencia ha propuesto multas económicas para los aficionados que profirieron insultos y gestos de carácter racista a Lamine Yamal y a otros jugadores del FC Barcelona durante el Clásico, el pasado 26 de octubre, pero ha excluido al Real Madrid de la propuesta de sanción.

El organismo sugiere sanciones que van de los 5.000 a los 4.000 euros y la prohibición de acceso a recintos deportivos durante 12 meses a cuatro aficionados que insultaron de manera racista a Lamine Yamal y a otros jugadores culés. También propone una multa de 4.000 euros y la misma prohibición de acceder a un estadio para otro sujeto que "agredió violentamente a dos aficionados visitantes" por llevar una camiseta del Barça.

El organismo responde así a la denuncia de LaLiga en la que se recogen improperios al futbolista culé en el minuto 77 del encuentro. Según el informe se escucha: "Hijo de puta, eres un hijo de puta. Mena de mierda, que sois unos menas. Menas de mierda. Hijos de puta" y "puto negro".

La propia denuncia de la patronal habla de "numerosos insultos por parte de algunos aficionados, sin ser en ningún caso ni generalizados ni coordinados" referentes a ese minuto. Ansu Fati y Raphinha, también recibieron gritos racistas durante el choque.

No obstante, el documento también incluye otras cinco ofensas proferidas por el público madridista y una, por el visitante durante el encuentro. El equipo arbitral y el obervador de la Federación, en cambio, no recogieron ningún incidente en el acta del partido.

Por su parte, la Comisión Permanente de Antiviolencia ya había anunciado, el lunes posterior a la victoria blaugrana por 0-4, que estaba estudiando las imágenes para "depurar las responsabilidades pertinentes". Imágenes que no hacen referencia únicamente al minuto 77, momento en que LaLiga recoge en su informe los insultos a los dos futbolistas del Barça, también sobre improperios durante el calentamiento del equipo visitante.

Esta comisión advirtió que "para la erradicación de este tipo de actitudes y comportamientos, resulta imprescindible el trabajo coordinado de todos los actores implicados" y habla de la "especial colaboración de los clubes" para identificar a los responsables. El Real Madrid ya anunció que había localizado a los individuos que profirieron los insultos y advirtió de que les impondría las medidas más estrictas en su régimen interno.

Estos hechos fueron denunciados también por parte de LaLiga ante la Brigada Provincial de Información de Madrid, acción a la que se ha sumado el Real Madrid, para que sean investigados además en la Justicia ordinaria.

Lamine Yamal, por su parte, quitó hierro a los insultos recibidos durante su celebración. "Que te digan aficionados de fuera cuatro tonterías no te tiene que importar. Es al revés. Cuando te dicen eso es que lo estás haciendo muy bien", declaró el futbolista culé tras recoger el trofeo Kopa al mejor jugador joven de la temporada pasada.

El barcelonista recibió en su momento el apoyo del madridista, Vinicius Junior, que condenó los hechos tras el encuentro. "Lamentable lo que ha pasado ayer en el Bernabéu con insultos racistas. No hay espacio para estos criminosos en nuestra sociedad. Todo mi apoyo a Lamine, Ansu y Raphinha", expresó el brasileño.

Precedentes

El caso similar más reciente fue el que sufrió Nico Williams en el Metropolitano la temporada pasada. En aquella ocasión, la comisión centró su dictamen en castigar al individuo localizado y expulsado por el club, al que le propuso una sanción de 6.000 euros y la prohibición de entrar a un recinto deportivo durante 18 meses.

No se puede comparar en cambio la propuesta que recibió el Atlético de Madrid por los incidentes registrados en su feudo en su duelo ante el Real Madrid esta temporada. En esa ocasión, la comisión juzgó, principalmente, el lanzamiento de objetos contra el portero merengue, Thibaut Courtois, la invasión de campo por parte de algunos aficionados radicales del Frente Atlético y la suspensión provisional del encuentro durante 14 minutos.

Por esos hechos, la Comisión propuso el cierre total del Metropolitano durante dos semanas y una multa pecuniaria al Atlético de Madrid de 65.000 euros.

Courtois y el "ruido" con Mbappé: "Es como lo de la botella, de pronto le das y sale todo"

Courtois y el “ruido” con Mbappé: “Es como lo de la botella, de pronto le das y sale todo”

Thibaut Courtois cumplió ayer 250 partidos con el Real Madrid. Siete temporadas y 13 títulos, entre ellos dos Champions League y tres Ligas siendo continuamente uno de los héroes del equipo. Todo después de un inicio de etapa, en 2018 y con 26 años, con dudas y con alternancia en la portería con Keylor Navas. Una situación que es historia para el belga, convertido en uno de los mejores porteros de la historia del conjunto blanco. O el mejor. Quizás por eso, pocos como él para aconsejar y reflexionar sobre el momento que vive Kylian Mbappé en el Bernabéu. El francés va a cumplir 26 años, los mismos que tenía Tibu cuando aterrizó en Chamartín, y suma ocho goles en Liga y uno en Champions, donde su última actuación en Anfield dejó algunas críticas entre los aficionados.

«Lo suyo es como lo de la botella, que le das y sale un poco nada más, y de pronto le das y sale todo. Va a ser lo mismo con él. Meterá más goles, está trabajando duro y hay que apoyarle. Hay mucho ruido por fuera, él quiere marcar y a veces cuando lo quieres demasiado no sale. Pero es un gran jugador, tiene mucha calidad y al final el gol más difícil es el que ha metido», declaró Courtois en la zona mixta del estadio.

Desde que volvió de la lesión muscular que le apartó durante tres jornadas, el belga ha dejado la portería a cero en los dos duelos ligueros que ha disputado, contra el Leganés y ante el Getafe. Y frente al Liverpool, a pesar del 2-0, evitó varios tantos del cuadro local.

Ante la prensa, Courtois recordó también sus primeras semanas en el Madrid y las comparó con las de Mbappé. «Llegas a un equipo nuevo, con la exigencia del Madrid y no sabes lo que te esperas. A veces te sale. Y cuanto más quieres, menos sale. Se trata de estar tranquilo, hacer bien lo fácil y ya luego harás bien lo difícil. Y eso saldrá, va a meter muchos goles. A mí también me costó. A veces necesitas un partido de referencia y todo sale bien, y estoy seguro que le pasará también», insistió el portero, convencido del éxito del delantero: «Ojalá ante el Athletic marque tres».

Contra el Getafe, Mbappé disparó cinco veces, dos de ellas a portería. Una fue gol y la otra se la sacó David Soria. De las otras tres, dos se fueron rozando el palo de la portería. Unos centímetros de suerte que, según Ancelotti, no opacan su «gran partido». «Ha jugado muy bien, ha estado activo, peligroso y ha marcado un gol muy importante para controlar mejor el partido. Se creó las oportunidades, que es lo que queremos de él», explicó el entrenador.

El apoyo de la grada a su nuevo delantero sigue intacto, con ovaciones constantes y con un gran aplauso en la última ocasión errada, rozando el final del partido y tras una gran combinación con Güler. El francés sólo podía reír ante la desesperación de no marcar.

Más allá de las ocasiones falladas, Mbappé tuvo la opción de anotar en el penalti señalado por Hernández Hernández en la primera parte por agarrón de Nyom a Rüdiger, pero el encargado de lanzar la peña máxima fue Jude Bellingham. Hasta ahora, los penaltis se los habían repartido Vinicius y el francés, por lo que sin el brasileño, el elegido parecía ser el galo, que falló en Anfield. «Antes eran Vinicius o Mbappé, hoy Bellingham o Mbappé, y entre ambos decidieron que lanzara Jude», explicó Ancelotti.

El inglés anotó el primer gol y se quedó en el vestuario en el descanso tras sentirse mareado después de un golpe en un salto con Soria. Una vez terminado el duelo, acudió a Valdebebas para pasar pruebas médicas, que descartaron una lesión. Según el club, sufrió un tirón cervical pero no tendrá problemas para jugar el miércoles contra el Athletic en San Mamés.

Mbappé, un caso clínico

Mbappé, un caso clínico

Otro partido fallido del Madrid. Incompleto, destartalado y sin que su juego tenga sentido. El Getafe fue un equipo, sucio, desaprensivo, que sólo quiso jugar al fútbol cuando ya estaba muy perdido.

Pero el tema estrella del partido es Mbappé. Logró un gol de los de antaño. Maravilloso. Todo a partir de ahí fue in desfile indecente de errores, de fallar tres goles solo ante el excelente Soria.

Es un caso clínico para un psicólogo. No llega a ser u

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El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

Dos chispazos, varios fallos ante la portería rival y dos sustos. Así fue la tarde del Real Madrid ante el Getafe. Los blancos apretaron la Liga, situándose a un punto del Barça con un partido menos, al vencer al equipo de Bordalás con goles de Bellingham de penalti, y de Mbappé. El galo anotó un gol y erró tres ocasiones claras ante Soria que pudieron convertir el duelo en goleada y su momento en una liberación. La grada tembló con los dos palos del Getafe, pero el choque fue madridista.

Después de la decepción de Liverpool, el Bernabéu recibió con cariño a Mbappé. Cánticos, alguna ovación, ánimos tras los primeros errores... Y delirio con el 2-0 del francés, un golazo desde fuera del área. Así le quiere Chamartín, atrevido y con éxito. No es una mezcla fácil en semejante escenario, apto solo para las cabezas más amuebladas. En ello trabaja el ex del PSG, calmando su ansiedad a base de goles.

Ante el Getafe, Ancelotti le escoró a la izquierda, aprovechando la vuelta de Rodrygo y acumulando entre el centro y la derecha al brasileño, a Brahim, a Lucas y Valverde. Liberando el carril zurdo para la conexión entre Mbappé y Bellingham, triunfadora contra los de Bordalás.

En el medio, el técnico le entregó el timón a Ceballos y demostró que el andaluz tiene ante sí una de las grandes oportunidades de su carrera. Parece, junto a Modric, el único capaz de aportar sentido constante al juego del Madrid. Camavinga y Fede son explosivos y verticales, Tchouaméni es un eje defensivo y no se sitúa como organizador. Así, el andaluz compró billetes contra el Getafe, demostrando que bajo sus pies puede correr el fútbol del conjunto blanco ante gran parte de los equipos de la Liga.

A pesar de todo, al Madrid le costó derribar el muro del Getafe. Una situación esperada dado el estilo de Bordalás, sus virtudes y sus defectos. Sin grandes delanteros ni hombres creativos en su rotación, al entrenador valenciano no le queda otra opción que apostarlo todo a la parcela defensiva y una suerte de contragolpe que casi nunca llega.

Aguantó durante la primera media hora, pero se rompió a partir del penalti de Nyom a Rüdiger. Hernández Hernández, que ya había avisado y amonestado al francés en un lance similar unos minutos antes, señaló pena máxima por un agarrón del defensa sobre el central alemán en un córner. Lo revisó y lo confirmó el VAR, y lo transformó Bellingham, que cogió el balón desde el pitido y engañó a David Soria tras un pequeño salto.

A unos metros, Mbappé ni siquiera hizo amago de intentar el lanzamiento tras su error en Anfield. Una decisión consensuada durante la semana a la espera del regreso de Vinicius.

Ocho minutos después, el galo se desquitó y dio el primer paso para superar el bache futbolístico y mental en el que parece estar sumido. Aprovechó un genial pase al hueco de Bellingham en una contra del Madrid y se atrevió a disparar desde veinte metros. Un lanzamiento bajo, con efecto a la izquierda de Soria, que pegó en el palo y se coló en la portería del Getafe.

Estalló de alegría el Bernabéu, la plantilla y el cuerpo técnico, conscientes todos de que Mbappé necesita acertar para engancharse al ritmo del calendario, que no descansa. Lo necesita él y lo necesita el conjunto blanco.

En el descanso, Ancelotti dejó en el vestuario a Bellingham, mareado tras un golpe con Soria, y le dio más minutos a Güler, irregular en su oportunidad en Anfield. El partido entró en una pequeña siesta, fruto del resultado, cómodo para los blancos, de las pocas virtudes ofensivas del Getafe, del cansancio y de las próximas obligaciones del calendario.

El VAR tuvo que corregir a Hernández Hernández, que había señalado penalti por mano de Berrocal tras un disparo de Mbappé. El francés había cogido el balón para lanzarlo después de que la grada coreara su nombre pidiéndole tirar, pero se quedó con las ganas.

Uche metió algo de miedo en el cuerpo al estadio con un disparo al palo y Mbappé volvió a tener una clarísima, recibiendo un pase de Güler al espacio, regateando a Soria y definiendo fuera, inexplicablemente, cuando tenía toda la portería para él. No sería la última del galo, que estrelló en el portero un nuevo remate minutos después.

El Getafe se estrellaría otra vez contra el palo tras un disparo de Patrick mientras el Madrid pensaba ya en el duelo del miércoles en Bilbao, en el del fin de semana en Girona, en el de Champions en Bérgamo y en el siguiente en Vallecas. Demasiadas preocupaciones como para gastar oxígeno ampliando rentas. Mbappé, eso sí, volvió a tener una ocasión clarísima tras una combinación con Güler. Sigue sin suerte.

Luis Milla: "Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura, de un lado y de otro"

Luis Milla: “Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura, de un lado y de otro”

Debutó en Primera División con 23 años, tarde, según las costumbres de hoy en día, después de una carrera en el "barro" de divisiones inferiores, de lesiones, de varios "no" en las canteras de Valencia, Real Madrid y Atlético. Lejos de hacerle tirar la toalla, el rechazo le impulsó. Luis Milla Manzanares (Majadahonda, 1994), hijo del que fuera centrocampista de Barça, Madrid y Valencia, es el cerebro de un Getafe que hoy visita el Bernabéu. Se sienta con EL MUNDO para reflexionar sobre la vida, el fútbol, las amistades o la política. De todo.

El Getafe está sufriendo en este inicio. ¿Cómo lo está viviendo?
Ha sido un verano complicado pero ahora tenemos que ser conscientes de que esto es lo que hay, que los nuestros son los mejores que podemos tener y que tenemos que creer en nosotros. El equipo ha hecho méritos para tener más puntos, pero esto es fútbol.
¿Cómo es una pretemporada con Bordalás?
Dura, dura, muy exigente. Te exprime. Recuerdo algún día de terminar con una cara de muerto... Llegamos a límites que yo casi no había conocido y es una gran suerte porque te saca el máximo. He vuelto a disfrutar y creo que me ha hecho mejorar. A pesar del sufrimiento, es una maravilla porque el fútbol va muy rápido y si te frenas, cualquiera te pasa por encima. Él es un motivador desde siempre y sus discursos llegan. A mí me llegan. Sus equipos se pegan contra una pared si hace falta para chocarla y derribarla. Te hace valorar lo que significa esta profesión, que es la mejor del mundo y a veces te puedes relajar o no ser consciente de lo que tienes, que el fútbol dura poco y hay que exprimirlo, no dejar nada por hacer.
En esa reflexión sobre la profesión, usted es hijo de futbolista, ha estado en canteras importantes... Pero luego le ha tocado vivir el barro de categorías más humildes. ¿Ha habido algún cambio de actitud en su vida?
Creo que no, porque mis padres siempre me han transmitido humildad y trabajo, que no me creyera más que nadie. Pero también mi carrera me ha llevado a no creerme nada porque me han echado de todos los lados (risas). Me han dicho que no contaban conmigo en cuatro canteras diferentes, he jugado en Tercera, en Segunda B, en Segunda... No ha habido momentos en los que pudiera pensar que era más que otra persona porque he estado en el barro total. Y estoy orgulloso de eso porque me ha hecho valorar lo que tengo y crecer personal y futbolísticamente. Es más difícil jugar en esas categorías que en Primera, sin duda. Ha sido un camino espectacular.
Durante su carrera, ¿su padre era de los que estaba muy encima o dejaba hacer?
Siempre me ha dicho que disfrutara, nunca me ha puesto presión, jamás me ha corregido cosas de mala manera y todo lo que hemos hablado ha sido natural. Creo que vemos el fútbol y la vida de la misma manera. Ahora que muchas veces voy a ver partidos de niños y de adolescentes me da pena ver a padres que hablan como si fueran los entrenadores. Los niños tienen que jugar, aprender y escuchar al entrenador, ya está.
¿Cómo ha sido ser hijo de futbolista en un vestuario adolescente y de una cantera importante?
Pues cuando somos niños creo que de forma inconsciente hay más comentarios, pero nunca he tenido la sensación de sufrir en exceso por esas cosas. Iba un poco a mi bola, disfrutaba de jugar, escuchaba alguna cosa pero nada. Me llevé palos por no estar en un sitio, en otro y en otro, pero volví a levantarme.
¿Qué saca de tanto "no"?
El "no" duele, claro. Me acuerdo de llegar a casa cuando me dijeron que no seguía en el Cadete del Madrid y ver a mi madre llorar pero porque estaba llorando yo, porque me veía sufrir. Y mira, al final me fui a Majadahonda y fui feliz tres años. Así ha sido mi carrera. En Valencia no contaron conmigo en infantiles y me fui a una academia de allí.
¿Cuál fue el punto de inflexión?
Creo que llegó después de romperme el cruzado, cuando me fui a Fuenlabrada. Llevaba ocho jornadas y no jugaba nada, pero nada de nada. De repente expulsaron a un compañero y tuve una oportunidad, una. Era contra el Real Unión de Irún. Siempre he dicho que hay que estar preparado para cuando llegue la oportunidad, ese día la agarré y no la solté.
Al año siguiente, en noviembre de 2017, visitó el Bernabéu con el Fuenlabrada y marcó un golazo.
Ese gol es especial por lo que significó. Disfrutaba como un niño con ese grupo, el entrenador, Antonio Calderón, confió en mi y me dijo nada más llegar al banquillo que iba a ser jugador de Primera... Le competimos al Madrid (2-2), el gol tuvo se repercusión, la gente me conoció un poquito... Todo ayuda.
A partir de ahí va escalando. De Segunda B al Tenerife en Segunda. Tres años en Canarias y ficha por el Granada, ya en Primera, donde llegan a jugar Europa. Eso sí, sufre varias lesiones musculares. ¿Se llega a obsesionar?
Jugar Europa fue un sueño cumplido que quiero volver a cumplir y que voy a pelear a muerte. Quizás en algunos momentos te obsesionas, pero con el tiempo lo he normalizado y he puesto todos los medios que están en mi mano para recuperarme y rendir mejor. Sin volverme loco, eso sí, porque creo que la obsesión no ayuda. Cuando uno tiene demasiadas preocupaciones, problemas o piensa demasiado las cosas, es difícil rendir. Por eso intento estar tranquilo.
¿Usted, a nivel profesional, qué tiene alrededor?
Preparador físico, los medios en casa para descansar, entrenar y rendir... Pero insisto, la ayuda está bien pero lo más importante es estar tranquilo de cabeza y canalizar bien los problemas que puedas tener. Mis mejores momentos han sido cuando no pienso, cuando estoy en un 'estado de flow' donde todo fluye, concentrado 100%. Eso lo aprendí gracias a unos profesionales con los que trabajé el tema mental. Me ha ayudado muchísimo. Llego al campo y se me olvida lo de fuera.
Cambiando de tema, Marcos Llorente es uno de sus mejores amigos.
Sí, desde que teníamos 13 años hasta ahora. Coincidimos en la cantera del Madrid. Estábamos en equipos distintos, pero íbamos al mismo colegio, el bus nos dejaba en la misma parada... Le admiro mucho, personal y futbolísticamente. Me ha hecho crecer mucho en lo deportivo, porque he seguido un poco sus pasos. Fue de los primeros en trabajar fuera de lo que es el día a día del club y con el tiempo hemos conseguido encontrar el equilibrio. La gente piensa que es un enfermo del físico pero él disfruta la vida, que hay tiempo para todo, y siempre ha sido muy exigente consigo mismo. No hay nada más que verle en el campo. Es una barbaridad.
Me han dicho que están picados al golf y que él es mejor que usted...
Eso es inviable (risas). Lleva menos tiempo que yo jugando, me habrá ganado un par de veces nada más. No tengo rivales en mi grupo de amigos. Nos gusta mucho el golf, nos despeja y es un deporte que si lo haces con cabeza es bueno.
¿Cómo lleva un futbolista la fiebre por el Fantasy?
Pues es curioso, eh. Yo he tenido mala suerte, porque mi jugador franquicia es Olmo y ha estado lesionado dos meses, pero le he aguantado. Tenemos mucho pique. Y luego tienes en tu equipo Fantasy a jugadores que tienes enfrente, o mete un gol Mauro (Arambarri), que lo tiene un rival, y dices 'me cago en... este ya se lleva doce puntos' (risas).
¿Durante el partido hacen alguna broma con los rivales?
No, no. Durante el partido te olvidas. De hecho contra el Girona nos metió Yangel Herrera, que lo tenía yo en mi equipo, y no lo pensaba. Luego llegué al vestuario y me dicen en el grupo de WhatsApp 'Yangel te ha salvado la jornada', y digo 'no me fastidies, si nos ha metido gol a nosotros'. Pero la gente está enferma con el tema eh, me llegan muchísimos mensajes, algunos buenos y otros con insultos, pero me río y no le doy importancia.
Le cambio el tercio. Además de la Fantasy, ¿en los vestuarios de LaLiga se habla de política?
Sí, sí. Y me puedes preguntar, no tengo problema.
Desde fuera parece que los futbolistas no quieren hablar nunca de política. ¿O es que no les preguntamos?
Bueno, creo que al final se ha generado una cosa en este país que es que no se puede hablar de nada. Que todo lleva una crítica. Hablas y te dicen 'tal futbolista no se entera de nada'. Y sale un actor o actriz y lo mismo. Hay un clima muy feo en el país, los políticos nos han llevado a un punto de crispación que no lleva a ningún lado. Todo se lleva al extremo y en vez de acercarnos nos estamos alejando cada vez más. Y es una pena, porque tenemos un país maravilloso, pero tenemos un ambiente que no me gusta nada.
¿En el vestuario se debate y se discute?
Claro, pero como con tus padres y amigos. Tengo amigos de una forma, amigos de otra... En mi caso, ni para un lado ni para otro, tengo la capacidad de saber y decir si uno se equivoca en un momento, que otro se equivoca en otro... La sensación es que hay que defender a capa y espada a alguien por tus ideas, y no es así. No es la forma de mejorar las cosas. Y claro que se habla de lo que pasa en el país, no estamos al margen de las cosas como muchas veces piensa la gente. Hay gente que puede estar al margen, y es lícito, pero no todos.
Hablando de eso, ¿cómo han reaccionado aquí a una situación como la de la DANA?
Creo que hemos intentado ayudar y que necesitan mucha más ayuda de la que podemos dar nosotros. Aquí se promovió la recogida de muchas cosas, pero no hay que decir lo que uno hace, el acto ya vale. Lo que sí está claro es que no hemos tenido gente al mando a la altura de lo que requería la situación y es una pena. Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura de lo que merece el país, de un lado y de otro. Hay que intentar acercarnos y no estar en una guerra constante de ideas. De verdad que no lo entiendo, veo programas porque me gusta saber, escuchar opiniones de un lado y de otro... Y me alucina la sensación de tener que defender cosas que son indefendibles por tus ideales. No es así. No es la forma de ser autocríticos. Es una pena.