El Real Madrid, entre el gol y la ira, pone en riesgo el liderato en El Sadar

El Real Madrid, entre el gol y la ira, pone en riesgo el liderato en El Sadar

Un Madrid entre el gol y la ira puede haberse dejado el liderato en El Sadar. El gol lo representa Mbappé, que crece y crece mientras intenta alejarse de lo tóxico. Difícil. La ira la personifican, esta vez, Bellingham y Ancelotti. El inglés, expulsado presuntamente por un insulto o menosprecio a Munuera Montero sin el balón de por medio; el italiano, amonestado, lejos de su temple en la banda, incluso contenido por su hijo Davide. El empate en inferioridad ante Osasuna no puede disociarse de una actuación del equipo arbitral deficiente, con un posible penalti no señalado a Vinicius, el corregido por el VAR en el área contraria, tras una acción de Camavinga, y la expulsión de Bellingham. La Liga se calienta, y no para bien. [Narración y estadísticas (1-1)]

Bellingham lo hace solito. Ya se le ha visto dirigirse airadamente a jugadores o colegiados en otros partidos. Debe corregir esa impronta. La situación de Ancelotti, en cambio, es más sintomática y significativa del estado de nervios en que vive el Madrid en la Liga, no en la Champions, donde no sospecha. Con razón o sin ella por los errores arbitrales, que los hubo en El Sadar, no es algo que le convenga, porque resta energía a quien tiene la mejor. La discusión iguala a los equipos. La calidad los diferencia.

Sin discutir, el Madrid no es que fuera superior, es que abrumó a Osasuna con un arranque autoritario, de tirano, mucho más que de líder. Eso no es fácil en El Sadar, un lugar con electricidad esté como esté Osasuna. La intensidad es la primera característica de su idiosincrasia. Con Modric y Camavinga en el centro del campo, el Madrid se hizo con el mando del partido, amenazante, rápido en el movimiento de la pelota. Vinicius protestó una mano en la primera jugada y falló lo más claro en la siguiente jugada. No se habían alcanzado aún los tres minutos. El Madrid era un ciclón.

Jugada residual

Vinicius fue objeto, poco después, de una entrada de Moncayola en el pico del área. El desplazamiento fue claro, pero ni Munuera Montero señaló penalti ni el VAR recomendó al colegiado que lo revisara. Extraño. Era, al menos, para verlo. La comparación de esa jugada con la que el VAR pidió al árbitro que fuera a ver al monitor por la acción de Camavinga, en una jugada residual, da argumentos al Madrid en sus protestas. La única justificación reglamentaria es que, al ser amonestado con la tarjeta amarilla, haya de señalarse el penalti. De nuevo, una pena máxima por acciones de interpretación. El Madrid la suma a la que recibió en el derbi, por el pisotón de Tchouaméni con el balón pasado, y a la no roja a Romero sobre Mbappé en Cornellà, con la carta del club de por medio.

El gol de Mbappé fue, pues, como un espejismo, en una de las pocas acciones limpias, libres de protestas, que tuvo el partido. Valverde, de nuevo como lateral, cazó un rechace y puso la directa. Pocas conducciones en la Liga son tan imparables. El uruguayo es como un expreso. Corrió, centró y Mbappé llegó a la anticipación al central para colocar el balón justo bajo el larguero. Tremendo el remate del francés, activo, medido en los espacios para evitar el fuera de juego. La progresión, parada y centro que había hecho poco antes para Vini demostraban que está afinado. Lástima que la ira pueda llevárselo por delante.

Courtois, tras la concesión del penalti por el VAR.

Courtois, tras la concesión del penalti por el VAR.AFP

La amarilla a Ancelotti y la expulsión de Bellingham cambiaron el decorado, por la inferioridad y la crispación. Osasuna comenzó a aparecer, con Bryan Zaragoza por la izquierda y las llegadas de Aimar Oroz, que provocó la primera intervención salvadora de Courtois, mano abajo con fuerza, la suficiente para que el balón saliera por encima del larguero. Una parada de valor gol. El regreso del descanso trajo la misma tendencia, apoyado el equipo navarro en su superioridad y con Asencio como anticuerpo. Crece el central de la cantera. A Osasuna le convenían los quilombos en el área madridista. El polémico penalti de Camavinga, VAR mediante, llegó en ese contexto. Courtois había vuelto a evitar el empate, pero en los 11 metros ante Budimir, nada pudo hacer.

La igualada era ya una amenaza para el líder, que empezó el choque con uno y dos puntos sobre Atlético y Barcelona, respectivamente. Una vez consumada, el Madrid debía volver al juego. Ya habría tiempo de protestas. Lo hizo el equipo de Ancelotti, con un Mbappé que apurada sus fuerzas hasta la extenuación y forzaba lo mejor de Herrera bajo palos, y un Vinicius en estado puro, determinado, sin sonrisas irónicas. No las tuvo hasta el final ni las tiene un Madrid encorajinado, entre el gol y la ira.

Ancelotti, vete ya, por favor

Ancelotti, vete ya, por favor

Actualizado Domingo, 2 febrero 2025 - 00:11

Una vez más, el desquiciado Ancelotti fue el culpable de que el Madrid perdiera ante un vicecolista, como en un sainete. Si tuviera sentido de la responsabilidad hoy mismo debería presentar su dimisión.

Pero tiene tan poca vergüenza como técnico que no lo hará, porque se cree todavía el mejor del mundo. No admite ni una sola crítica. Sin darse cuenta de que todos los de su gremio tienen fecha de caducidad.

Sólo un rabioso enfado de Florentino podría acabar con tanta paciencia con el italiano El presidente tiene, desde hace muchos partidos, la idea de liquidarlo. Porque no puede seguir un partido más. Pero no se atreve.

Un Espanyol colérico, que se extralimitó con patadas, con faltas perpetuas, se pertrechó con una serie de penaltis, de los que Muñiz Ruiz ni quiso enterarse. Ni consultar el VAR. El gol de Vinicius clama al cielo como una gran perversidad. Para el Espanyol, con no perder era suficiente

Por supuesto, el árbitro gallego es un Negreira boy perteneciente al gran nido de víboras. La UEFA y la FIFA, que conocen la contaminación de los árbitros españoles, no hacen nada. Y nadie puede destruir ese Comité que se considera siempre inviolable.

De todas formas, un Espanyol muy flojo, casi bucólico, ni siquiera quiso la victoria, pero ganó tres puntos con la absoluta colaboración de Lucas Vázquez y el impresentable Tchuaméni.

Cuando no tiene el día el poder fabuloso de sus fenómenos, dado que Ancelotti ayuda tácticamante, El Madrid queda reducido hasta la desintegración. Bellingham no dio ni una. Vinicius tampoco y Mbappé un poco, con un Rodrygo también irregular.

Sigo en mi idea: Vinicius desarma a Rodrygo y Mbappé, No son compatibles y ya ha quedado patente. Con Vinicius, el Madrid juega peor ofensivamente. Rodrygo y Mbappé quedan muy desaprovechados.

Y es que lo de Ancelotti no tiene ninguna solución, salvo su dimisión, casi imposible. Se ha quedado otra vez sin un defensa como Rüdiger, producto de su fractura defensiva, mientras que le niega la sal a Asencio, su mejor defensa actualmente.

Lo más idignante para mi fue que buscara la salvación en Modric, de 39 años, mientras entierra a Endrick y Arda Guler. Es absolutamente patético. Y lo peor es que no veo salida a la mezquindad de Ancelotti, que sólo defiende a sus viejas glorias.

No sé si se dan cuenta en la Casa Blanca, pero los partidos que se avecinan al Madrid son tétricos. ¿Cómo quiere ganar al Atlético y al City? El Madrid está desgarrado, atrozmente capado.

Y no me creo que eso de que el club tiene dinero, cuando es el vigésimo equipo de la élite que más ha gastado en fichajes. Es todo un esperpento. Me dicen que la soberbia de Florentino le haga rechazar los fichajes de invierno. Pero es difícil de creer.

Su estadio de lujo y el fichaje de Mbappé eran los proyectos imprescindibles, pero ahora corre el riesgo de arruinar la temporada. Ya se encargó Ancelotti de fracasar y no ganar millones en la Champions. Se cargó al principio las posibilidades durante esa liguilla, absolutamente injusta, porque el sorteo primitivo lo pervierte todo.

El ejemplo de constancia de Kike García, el nómada del gol

El ejemplo de constancia de Kike García, el nómada del gol

Actualizado Sábado, 1 febrero 2025 - 21:51

Kike García (Motilla del Palancar, Cuenca, 1989) es la gran amenaza del Alavés. El veterano delantero, a sus 35 años, y Ayoze Pérez son los únicos españoles que figuran ahora mismo entre los 10 primeros en una tabla del Pichichi en la que brillan nombres como los de Robert Lewandowski, Kylian Mbappé o Raphinha.

Frente al Betis, precisamente, hace solo un par de semanas, García logró un hat-trick que le valió el triunfo al equipo babazorro y, en la última jornada, se las arregló también para anotar un tanto que les permitió a los suyos rescatar un punto frente al Celta en Mendizorroza.

Como el de tantos otros, su camino hacia la élite, en la que ha defendido los colores del Eibar y Osasuna además de los del Alavés, es un ejemplo de constancia y superación. Dio sus primeros pasos en el equipo de la localidad manchega que le vio nacer, de ahí pasaría a los juveniles del Quintanar del Rey y al Imperial, desde donde daría finalmente el salto a las filas de un Murcia con el que se estrenaría en Segunda en 2008.

Tras pasar seis temporadas en el equipo pimentonero, con el que jugó durante un año en Tercera, se incorporó en verano de 2014 al Middlesbrough de la mano de un Aitor Karanka que, tras haber asistido previamente a José Mourinho como técnico del Real Madrid, se había estrenado allí como primer técnico en noviembre de 2013.

Pendiente del futuro

Tras jugar dos temporadas en la Premiership inglesa y ser partícipe del retorno del Middlesbrough a la Premier League, llegaría, al fin, su estreno en Primera, con un Eibar cuyos colores defendió durante cinco temporadas y con el que llegó a marcar 12 tantos en una campaña 2020-21 en la que el equipo armero acabó por perder la categoría.

Osasuna, no obstante, le permitió seguir en la élite y, tras dos cursos como rojillo, fichó por un Alavés en el que, tras un primer año un tanto gris, está ofreciendo de nuevo su mejor rendimiento. El equipo vitoriano, no obstante, aún no ha cerrado la ampliación de un contrato que finaliza el próximo 30 de junio y ya hay varios conjuntos frotándose las manos con la idea de contar con sus servicios. Entre ellos, un Getafe con la puntería muy desviada en el área rival.

En otro momento, tal vez, el hecho de haberse erigido a estas alturas como el mejor anotador español de las cinco grandes ligas quizás le habría dado la oportunidad de quitarse una espinita que lleva clavada: estrenarse con la Roja. Su camino como internacional, en este caso, únicamente llegó hasta las convocatorias con la sub'21, si bien no llegó a jugar ningún partido.

Doblete en El Sadar

Con la sub'20, en cambio, conquistó el oro en los Juegos del Mediterráneo de 2009 y llegó a jugar también el Mundial de la categoría que se disputó ese año en Egipto, después de que una lesión de Bojan Krkic le abriera las puertas del torneo. «Para un chaval de Motilla del Palancar, de pueblo, es maravilloso lo que me está pasando», confesaba García el pasado diciembre tras marcarle un doblete a Osasuna en El Sadar, que propiciaron que el Alavés se llevara un punto. Dos tantos que, por respeto a su pasado, no quiso celebrar, pero por los que no dudó en poner en gran valor la labor de sus compañeros.

En su forma de entender el fútbol, el equipo está por encima de todo. Tanto, que incluso es capaz de sobreponerse al dolor tirando de antiinflamatorios si le necesitan. «No me gusta perderme nada», ha dicho. Aprieta los dientes ante la adversidad y tiene buena relación con el gol. Avales para el Alavés esta noche en Montjuïc.

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

Actualizado Sábado, 1 febrero 2025 - 21:19

El Villarreal CF se ha tomado en serio el propósito de hacer del Estadio de la Cerámica un campo inexpugnable. Como hace un par de semanas ante el Mallorca, el equipo de Marcelino dio otro recital goleando al Real Valladolid y metiendo presión al Athletic en su pelea por la cuarta plaza. Ayoze Pérez rompió la igualdad poco antes del descanso y acabó con la resistencia del colista, que se vio ampliamente superado en la segunda mitad por el juego coral y la pegada de los castellonenses. [Narración y estadísticas (5-1)]

Ayoze le da al Villarreal un plus en un ataque ya de por sí temible. Los problemas físicos han impedido al jugador canario tener continuidad pero cuando está se nota. Ante el Valladolid volvía al once casi mes y medio después de su última titularidad y fue el gran protagonista. No solo abrió el marcador sino que podría haberlo engordado con un poco más de acierto en la definición.

El delantero participó prácticamente en todas las acciones ofensivas del conjunto amarillo, como si quisiera recuperar el tiempo perdido, aunque no fue hasta el tramo final del primer periodo cuando rompió el equilibrio. Le había costado hasta entonces al Villarreal desbordar a un Valladolid ordenado y que no renunciaba a buscar portería, sobre todo a través del insistente Chuki.

Los de Marcelino, que daban la sensación de echar en falta el criterio de Dani Parejo en la medular, únicamente conseguían generar peligro a balón parado hasta que Ayoze firmó una genialidad tras convertir un saque de banda en una acción letal. El canario recibió de Cardona y se marchó entre tres rivales para encarar a Hein y batirle de tiro cruzado.

Gueye, en ambas áreas

El gol despertó el instinto asesino del delantero, que aún dispuso de un par de ocasiones antes del descanso. Se le fue por centímetros un remate después de una deliciosa pared con Gerard Moreno en la frontal. Sí cogió portería su siguiente tiro, tras bajar magistralmente un despeje de Gueye, pero Hein sacó una buena mano para despejar. Nada más arrancar el segundo tiempo tuvo otra buena opción tras una pérdida del Valladolid en la salida del balón, pero se le marchó arriba su tiro tras el pase de Gerard.

El conjunto de Diego Cocca trataba de mantenerse agarrado al partido y merodeaba el área local, aunque sin ocasiones excesivamente claras. Diego Conde abortó una internada de Sylla tras una buena maniobra del delantero senegalés. Tampoco llegó a buen término un tiro de Lucas Rosa que fue bloqueado por Gueye.

Intentando reivindicarse

El francosenegalés fue protagonista en las dos áreas, ya que solo un minuto antes había desperdiciado un pase de Ayoze rematando por encima del larguero. No perdonó la segunda que tuvo, definiendo con un ajustado disparo raso tras una acción de fortuna. Pepe quiso jugar de tacón tras un pase filtrado de Álex Baena pero el balón rebotó en un defensa y acabó en los pies de Gueye.

Por si había dudas sobre el desenlace del partido, Comesaña las ahuyentó firmando la sentencia a veinte minutos del final con un impecable cabezazo a centro de Cardona, una de las jugadas favoritas del Villarreal. Lejos de conformarse, los de Marcelino siguieron apretando, con los jugadores de refresco tratando de reivindicarse. Barry hizo el cuarto poco después de entrar al terreno de juego tras recibir de Denis Suárez, que no quiso ser menos y firmó el quinto con un disparo a la media vuelta. En la última acción del partido, Amallah maquilló la goleada para el Valladolid con una buena volea desde la frontal.

Javi Sánchez: "Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero... Lo pasamos mal"

Javi Sánchez: “Cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Vengo de una familia humilde y era mi trabajo, mi dinero… Lo pasamos mal”

Javi Sánchez nació en Getafe, pero es de Humanes, localidad del sur de Madrid desde la que iba casi todos los días en transporte público a Valdebebas. Del chico que empezó con ocho años en la cantera del Real Madrid al capitán, de 27, del Real Valladolid hay una carrera de garra, lucha contra las lesiones, entrenamientos con estrellas y presión por no descender. De todo charla con EL MUNDO antes de recibir al conjunto blanco.

Entró en las categorías inferiores del Real Madrid con ocho años. ¿Cómo fue?
Si te digo la verdad, no sé a qué edad empecé a jugar al fútbol. Sé que a los siete empecé a hacer las pruebas para el Madrid y a los ocho ya estaba con ellos. Pero lo poco que recuerdo de antes es que jugaba en Humanes y que luego estuve en el Atlético Hispanidad, en Fuenlabrada. Pero fue poco tiempo. Un día mi padre llegó de trabajar y por lo visto le habían mandado un fax para que fuera a hacer las pruebas al Madrid. Y es curioso porque le dije que no quería, porque justo antes había ido a unas pruebas que hizo la Fundación Real Madrid en Fuenlabrada y pararon el entrenamiento porque llovía mucho. Y dije "esto no me gusta, si llueve no pasa nada" (risas). Y cuando llegó el fax le dije a mi padre: "Allí no vuelvo, que paran el entrenamiento cuando llueve". Me impactó muchísimo. Mi padre me dijo que iba a ser diferente, fui a hacer las pruebas a la ciudad deportiva antigua, la de las cuatro torres, y me quedé.
Alucinaría.
Imagínate, tan pequeño, llegas allí con tanto niño... Y yo que era del Madrid, que toda mi familia era merengue, que tenía desde pequeño la famosa camiseta de Teka... Era increíble. Te empiezan a dar un montón de ropa y yo que no estaba acostumbrado digo "¿Pero dónde estoy?".
¿Y sus amigos del colegio?
Me llamaban El Madridista (risas). De hecho, hasta que llegué a Valladolid para ellos he sido El Madridista. Hasta en la camiseta de la peña de Humanes pone Madridista en la espalda.
¿Cómo era la vida en Humanes?
Mi padre trabajaba haciendo conductos de ventilación en hospitales y tal, y mi madre no trabajaba. Y luego tengo una hermana cinco años más pequeña. Y Humanes pues... Yo vengo de una familia muy humilde y el barrio también lo es, pero he sido muy feliz. No paraba de jugar al fútbol en la calle y teníamos todo lo que nos gustaba. Jugábamos en el jardín, en la plaza, en los colegios... Nos saltábamos las vallas para entrar a jugar.
¿Y en el colegio qué tal?
Hasta el instituto bien (risas). Luego es verdad que mi madre no ha tenido coche nunca, mi padre salía a las siete de trabajar y yo a esa hora estaba ya entrenando. De Humanes a Valdebebas tenía dos horas de transporte público. Salía del instituto a las dos, iba a comer rápido a casa de mis abuelos y me iba directo a Valdebebas porque empezaba a las cinco. Salía a las ocho de la mañana para el instituto y llegaba a casa a las nueve o diez de la noche entonces... (Risas). No tenía tiempo, cenaba, estaba con mi familia un poco y ya a dormir.
En la cantera del Madrid pasó por todas las categorías. ¿No se vino arriba en el barrio? ¿No le han tenido que decir nada sus padres?
No, nunca he sido un chico que se haya flipado por estar allí, siempre he sabido de dónde vengo. Me considero un chaval humilde y es lo que me han inculcado en casa. Alguna vez que salía un viernes a cenar con amigos y tenía partido el sábado, pues "oye, no vengas tarde". Cosas así, pero no he sido un balilla, por así decirlo.
De adolescente empiezan las lesiones.
Yo era un chico de estatura normal, no destacaba mucho, pero de repente crecí mucho y empecé a tener lesiones por el tema del crecimiento. En el Madrid, con la prueba de la muñeca, me dijeron que iba a ser bastante alto, pero todavía no había pegado el estirón. Y cuando empecé a pegarlo empecé a lesionarme. Me frustraba bastante, pero el Madrid se portó bien, me ayudó y me supo aguantar. Ese tema del crecimiento me afectó mucho. Mi etapa juvenil fue la peor en ese sentido. Pero luego en el Castilla logré estar bien.
Cuatro años en el Castilla y llega a debutar con el primer equipo a las órdenes de Solari.
Era 2018. Vienen de ganar tres Champions y de repente te ves ahí... Me llamaron para hacer la pretemporada y dije "¿Dónde estoy?". Era como la oportunidad de mi vida, lo que tenía como objetivo lejano cuando empecé de pequeño. Me sorprendió la profesionalidad de cada uno, el hambre, la voracidad... Como si no hubieran ganado nada.
En 2019 se va al Valladolid y tiene una época complicada con las lesiones. Le llegan a llamar "jugador de cristal". ¿Hasta qué punto le afectó?
Cuando salí hubo alguna mala gestión de la gente que tenía alrededor en ese momento, porque llegué tarde a Valladolid y empecé a enlazar lesión tras lesión. Lo pasé bastante mal. Me apodaron "jugador de cristal" y no se daban cuenta de las consecuencias de las cosas. Yo lo intentaba todo, todo, para estar bien. Cuando me lo empezaron a decir yo intentaba pasar del tema, pero a la familia le llega y sufres. Pero gracias a Borja Mayoral, que era amigo mío de la cantera del Madrid y me presentó a gente con la que trabajaba, logré dar un salto de calidad y llegar a mi mejor versión.
¿Qué tipo de ayuda encontró?
Justo me había vuelto a lesionar y Borja me presentó a su fisioterapeuta, que fue el primero con el que empecé a trabajar. Y a raíz de ahí vio que me hacía falta un giro en la alimentación, que comía mucha pasta, muchos hidratos y cosas que a lo mejor me inflamaban demasiado y hacían que no recuperara bien. Empecé con un nutricionista y luego con un psicólogo, porque veía que hacía todo por mi parte y me frustraba muchísimo. No era feliz. A veces se necesita esa ayuda y no pasa nada por decirlo, te ayuda a cambiar. Para mí el motor del cuerpo es la cabeza y por mucho que estés bien de piernas, que no te duela nada, si mentalmente no estás bien créeme que no vas a tener resultados dentro del campo.
¿Ha llegado a contar las lesiones?
No, nunca. Pero cada vez que me lesionaba era como bajar al sótano. Era muy frustrante y mi familia también lo pasaba mal... Vengo de una familia humilde y para mí esto es mi trabajo, mi dinero... Ellos veían cada lesión como un abismo.
¿Se presionaba mucho por eso?
Sí, sí... Al final mi familia hizo muchos esfuerzos por llevarme a entrenar y eso no se olvida. Te metes tú mismo una presión para estar bien y que todo el mundo esté feliz que no ayuda.
Ahora es capitán, indiscutible, marcó un golazo contra el Espanyol... ¿Se ha liberado?
Sí, me encuentro muy bien. Llevo varios años encontrándome bien. Creo que en el año de Pacheta, en Segunda, es cuando empiezo a acumular minutos y a explotar. El año pasado tuve un pequeño traspiés, una cirugía que fue un palo muy grande, pero me encuentro bien.
En Valladolid ha vivido dos ascensos y dos descensos. Vaya montaña rusa.
Descender es durísimo. Se lo intento explicar a la gente que viene nueva y que no lo ha vivido, que es durísimo por todo. Por suerte, las dos veces que descendimos logramos ascender al año siguiente.
Hay una presión tremenda cuando se lucha por la salvación.
En el club hay mucha gente, no sólo jugadores. Utilleros, preparadores... Y cuando bajas, los salarios también bajan. No sólo jugamos por nuestro pan, jugamos por el de los demás, por la ilusión y las ganas de la gente que hace un trabajo invisible.
¿Ha notado un trato diferente por ser canterano del Madrid?
A mí me acogieron muy bien, pero es verdad que de vez en cuando te dicen "a ver el chavalito del Madrid, qué frío hace aquí...". Tienes que demostrar, porque vienes de una buena cantera.
¿Y en el barrio?
Yo siempre he sido bastante selectivo con la gente que se ha acercado a mí. En el barrio, mi círculo cercano siempre me ha tratado igual y espero que siga siendo así, porque son los que te hacen bajar a la tierra. Me gusta estar con ellos y estar fuera de la burbuja del fútbol, ver que hay otra vida. Eso me gusta. Te cuentan sus movidas, sus problemas, sus temas familiares y ves la vida con otra perspectiva.
¿Su padre sigue trabajando?
Sí, todavía le queda. Es una persona inquieta a la que le gusta valerse por sí mismo. Mis padres son dos culos inquietos. No se dejan jubilar, dicen que esto es mi vida. Pero siempre que les puedo ayudar con algo, les ayudo. Mis padres, mi hermana y mis abuelos han sido las personas más importantes para mí. También mis tíos, que me llevaban a muchos sitios, me compraban botas porque no había mucho dinero... Toda la familia contribuía.
Ha sido padre de un niño y ahora su pareja está esperando una niña. ¿Eso le ha cambiado?
Dicen que me ven más maduro (risas). Influye mucho, son tu motor, quieres darles lo mejor. Siempre me he considerado una persona dura pero ahora la mente te hace clic, te hace centrarte más y bromear poco con lo que haces.

La resistencia toma Mestalla: el Valencia se pone en pie con una victoria ante la Real

Actualizado Domingo, 19 enero 2025 - 23:16

El Valencia tiene un eslabón centenario que le une a Primera: Mestalla. Es arropado por su pueblo donde ejerce su resistencia. Lo hizo hace dos años y se ha conjurado para repetirlo. Es la misión de una grada que lleva en la piel la lucha contra el dueño que les abandona, pero no olvida su misión. Ante la Real Sociedad, en todos los momentos en que el equipo comenzó a temblar, emergió como escudo protector para ayudar a sumar una victoria, la tercera, la primera de Corberán y el paso al frente hacia una tarea titánica. [Narración y estadísticas (1-0)]

El Valencia necesitaba gestionar su angustia, algo que va más allá del fútbol. Temblaba el equipo cuando además de al rival tenía que sobreponerse a sus propios demonios. Saben todos los jugadores, y se lo recuerda todo un estadio, que el escudo de defienden sostiene una historia que no pueden manchar con un descenso. Pero son últimos y cada jornada es una menos de vida para intentar resucitar. Hay que ganar partidos, sumar puntos, recuperar el fútbol olvidado y hacerlo sin que la responsabilidad lastre las botas.

Contaba la Real con ese aliado para tratar de llevar el duelo a la agonía que siempre acaba penalizando. Desahogados y con más armas, la opción de desesperar al Valencia fue la suya al inicio. Alguacil confió en que, con la Europa League en el horizonte, le bastaría sin Kubo o sin Oyarzabal. Por eso sufrió.

La necesidad como combustible

No podía permitirse el Valencia otra cosa que no fuera empujar y empujar a la Real al área de Remiro. Por los carriles, con Foulquier sacando los colores a Pacheco y Javi López. Por ahí apareció Javi Guerra para, en cuatro minutos, poner un centro al punto de penalti que Diego López cabeceó cruzando el exceso. Habían detectado un punto débil que volvería a aprovechar Guerra para buscar a Hugo Duro en el corazón del área, aunque el madrileño la dejó pasar imaginando la incorporación de Rioja al segundo palo. Había perdonado dos veces y Mestalla farfullaba sin dejar de alentar porque la parroquia se siente involucrada en la faena de la salvación.

La necesidad se ha convertido en combustible que Corberán trata de canalizar hacia al juego y lo logró. El Valencia apretó con orden a la Real ahogándolo de manera que no tejió dos pases. Su medular se volvió transparente, tanto por el trabajo de Barrenechea como por el crecimiento de Javi Guerra, que volvió a dar destellos del jugador que emergió hace dos temporadas. Zubimendi no podía sostener el equilibrio, Brais no aparecía y Sergio Gómez, sin pelota, ni existió.

Ahora bien, sus ocasiones aparecieron a la carrera. La más clara la creó Becker tumbando a Mosquera a la altura de su banquillo para poner un centro a Öskarsson, solo en la media luna, que inexplicablemente envió al lateral de la portería de Mamardashvili.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.EFE

Ese fallo espabiló al conjunto donostiarra, que fue creciendo siempre de la misma manera: con velocidad a la espalda de los centrales y de Gayà. Era una forma de intimidar y, a la vez, de neutralizar las escapadas del capitán valencianista. Justo en ese momento, en el minuto 25, el Valencia asestó el golpe.

Acertado en la brújula Javi Guerra buscó de nuevo la derecha, por donde progresó Foulquier para sacar un centro chut raso al segundo palo para la aparición de Hugo Duro, que fusiló a Remiro. El resto fue apretar los dientes para sostenerse hasta el descanso, porque la Real tuvo el empate en una rocambolesca jugada con múltiples remates en la que el Valencia, como un equipo de alevines, defendió por acumulación. La gestión de las ventajas es una asignatura pendiente.

El mando de Brais

Lo que se intuyó fue una evidencia al regreso del vestuario. La Real se desató bajo el mando de Brais e hizo dudar a los locales, sometidos y sin encontrar cómo volver a estirarse. Más madera buscó Alguacil con Take Kubo y Barrene y retrucó Corberán buscando la seguridad de Pepelu para volver a pisar área. Todo el estadio empujó al equipo a una reacción y empezó a enseñar el colmillo.

Fue Rioja el que, tras la peinada de Hugo Duro, encaró la portería donostiarra y, en lugar de soltar un zurdazo, optó por buscar la entrada de Fran Pérez. La segunda fue aún más clara. Gayà, como si jugara al billar, colocó la pelota entre los centrales para que la ganara Hugo Duro, pero estrelló el remate en el cuerpo de Remiro. Entró en efervescencia la grada y el banquillo de la Real se removió. Refrescó Alguacil y ya no pudo prescindir más de Oyarzabal. Acababan los donostiarras con todo su talento en el campo mientras Corberán remendaba por las lesiones de Diego López y Luis Rioja.

Poco más ocurrió porque el Valencia tocó arrebato. Se empeñó en cerrar el partido agarrándose a ese gol de Hugo Duro, apretando los puños y los dientes, achicando agua y sostenido por un Mestalla convertido en el jugador número 12 que explotó recordando que sí, se puede.

El gran 'show' Mbappé

El gran ‘show’ Mbappé

Actualizado Domingo, 19 enero 2025 - 18:50

Mbappé fue el soberbio jugador de siempre, el mago del área, el de los milagros ofensivos y con una facilidad para ser absolutamente increíble. Pudo meter cuatro cinco, seis... los que le hubiera dado la gana ante una Unión Deportiva ridícula, asombrosamente mediocre.

Mbappé fue como un ángel libre porque no estaba Vinicius, que le molesta. Curiosamente, también Rodrygo se transforma de una manera especial, como si le liberaran de una opresión ofe

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Barça y Getafe, la cara y la cruz de la Liga: el más goleador contra el que menos marca y más faltas comete

Barça y Getafe, la cara y la cruz de la Liga: el más goleador contra el que menos marca y más faltas comete

El escudo de los números no tranquiliza a Hansi Flick. El germano no se fía de las antagónicas estadísticas que describen las trayectorias del Barcelona y del Getafe en esta Liga que ahora inicia la segunda vuelta. El técnico avisa de que su equipo, impulsado por un viento favorable en el comienzo de año, afronta este sábado una visita incómoda al Coliseum. «Lo importante es centrarnos en jugar como queremos. Cuando controlamos el partido y tenemos la pelota, no sufrimos. El Getafe es un equipo muy peligroso al contragolpe que sabe defender y juega bien a la espalda de la defensa», recalca.

El alemán prefiere ser prudente ante un adversario que persigue la rentabilidad sin florituras. El Barcelona -invicto en 2025 y que ha anotado 10 tantos en los últimos dos encuentros- es el equipo más goleador de Primera División, con 51. La escuadra de José Bordalás es, junto al Valladolid, la que menos ha marcado, con 13. Los datos también contrastan con la eficacia de los resultados. El Barcelona consigue dos tantos cada 10 lanzamientos (el mejor porcentaje de todos) y el Getafe ni siquiera logra uno (el peor).

Los principales argumentos del grupo madrileño (15º clasificado) radican en su fortaleza defensiva, es el segundo que menos tantos recibe, 16, sólo superado en este concepto por el Atlético de Madrid, el líder, con 12. «Los equipos se construyen desde la base», insiste Bordalás, que muestra el contragolpe como recurso predilecto y que ahora atraviesa por el momento más productivo del curso, con tres victorias consecutivas en partidos oficiales.

16% de posesión ante el Pontevedra

Para el técnico alicantino, el dominio queda en un segundo plano. Mientras que el Barça encabeza el ránking de posesión, con un 67%, el Getafe es el quinto por la cola, con un 43%, sólo un punto por encima de Alavés y de Leganés y dos superior al Valladolid y al Español. En el último partido de la Copa del Rey, jugado en el feudo del Pontevedra (0-1), sólo sumó un 16% de posesión y efectuó un lanzamiento a portería. Eso sí, la segunda parte la disputó con un jugador menos y los cinco últimos minutos, con nueve.

El Barcelona disfruta con el balón y el ataque posicional; el Getafe prefiere las transiciones rápidas. Los culés son líderes en pases realizados (11.408) y los azulones, últimos (5.670). «Sufrimos cuando cometemos muchos errores. Queremos tener la pelota para generar tantas ocasiones como sea posible», afirma Flick. Las diferencias entre ambos también se reflejan en la conquista de puntos: 38 frente a 19, el doble.

En las últimas campañas, Bordalás es acusado de que sus equipos retienen excesivamente el juego y que generan muchas confrontaciones directas. Él rechaza esa acusación, pero lo cierto es que el Getafe, según las estadísticas recogidas por LaLiga, es el que más faltas comete, 325. Por el contrario, el Barcelona es el que menos, con 173. Sombras y luces en el Coliseum.

Lamine Yamal y Leo Messi

Estilos contrapuestos en un duelo en el que este sábado el Barça pretende frenar su particular racha negativa en Getafe. En sus últimas cuatro visitas al recinto getafense no ha marcado, con una derrota (1-0) y tres empates (0-0). Pero eso era antes de la llegada de Hansi Flick y de las exhibiciones de un su tridente ofensivo: Lamine Yamal, Robert Lewandowski y Raphinha.

Ayer, Bordalás elogió la labor que está realizando Flick en su primera temporada en la Liga: «Está dotando al equipo de una personalidad, de un sello, de un estilo y de una competitividad muy grande». También alabó las condiciones del nuevo fenómeno del fútbol español: «Lamine Yamal es un jugador que nos hace disfrutar a todos y el hecho de que ya le comparen con Leo Messi dice mucho del potencial que atesora. Es muy joven y todavía tiene que pasar mucho tiempo para llegar a ser Messi. Ojalá siga haciéndonos disfrutar y su crecimiento sea el correcto».

Vinicius podrá jugar la Supercopa: Disciplina le impone dos partidos por su expulsión en Valencia

Vinicius podrá jugar la Supercopa: Disciplina le impone dos partidos por su expulsión en Valencia

Han sido varios días de análisis semántico por unos y otros de lo que César Soto Grado había indicado en el acta del Valencia - Real Madrid del pasado viernes respecto a la expulsión de Vinicius por empujar en el cuello a Stole Dimitrievski. La clave en la redacción del documento estaba en las expresiones: "fuerza no insignificante" y "sin estar el balón en disputa".

El Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol ha interpretado la más leve para los intereses del Real Madrid y el delantero brasileño. Así, ha calificado la acción como una conducta violenta incluida en el artículo 130 del Código Disciplinario de la RFEF por la que le impone, al ser una roja directa, dos partidos de sanción que se cumplirán en la competición en la que se produjo la misma.

Además, esta sanción lleva adscrita una multa pecuniaria para el club de 700 euros y de 600 euros al jugador infractor, en este caso el propio Vinicius, en aplicación del artículo 52 del citado código.

El futbolista brasileño, cuya sanción se movía en un arco de dos a tres partidos, se perderá los duelos de liga ante Las Palmas el próximo 19 de enero en el Santiago Bernabéu y ante el Valladolid el día 25 del mismo mes en Zorrilla.

El Comité considera que la acción ante el portero valencianista se ha producido sin haber posibilidad de disputar el balón o el juego detenido, como refleja Soto Grado, y también que la fuerza empleada por el brasileño no era excesiva. Por eso la han encuadrado bajo el amparo del 130 y no del 103, que es el que habla de una "agresión" con la "circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido" a la que se le aplica una sanción de cuatro a 12 partidos.

Esta última circunstancia, hubiera elevado el cumplimiento de la sanción a todas las competiciones organizadas por la Federación Española por lo que Vinicius no hubiera podido disputar la Supercopa en Arabia, torneo al que el Real Madrid ha viajado esta misma mañana tras su victoria copera del lunes ante la Unión Deportiva Minera.

Alegaciones del Real Madrid

No obstante, el Real Madrid ha querido recurrir la expulsión de su jugador y que se deje sin efecto la expulsión porque considera que concurre "un error manifiesto en el acta arbitral" ya que se basó "en una valoración incompleta y sesgada de los acontecimientos".

Explica el club que, antes del lance con Dimitrievski, se produjeron insultos racistas no recogidos en el acta así como una "provocación previa mediante agresión del jugador del Valencia". Mencionan también, como atenuante, el arrepentimiento del jugador al terminar el encuentro.

El Comité responde al Real Madrid que el propio club no niega la acción que realiza Vinicius, que es la que se debe juzgar en el caso que ocupa, y que el colegiado pudo visionar toda la acción, incluido el gesto inicial del guardameta valencianista, que también se ha tenido en cuenta en la resolución.

Por último, Disciplina informa de la recepción por parte de LaLiga de un informe en el que se recogen cánticos vejatorios producidos en Mestalla y que "incoará el oportuno expediente extraordinario para que pueda dilucidarse en el mismo, con todas las garantías, los hechos que puedan acreditarse y la imposición, en su caso, de las sanciones que correspondan".

Nervios, milagro y boicot: así recibe el Valencia, con nuevo entrenador, al Madrid

Nervios, milagro y boicot: así recibe el Valencia, con nuevo entrenador, al Madrid

Once entrenadores del Valencia han debutado ante el Real Madrid. Lo hicieron los recordados Di Stéfano, Ranieri, Benítez o Emery, como también Valdano o Pellegrino, con trayectorias más breves y grises. Esta noche Mestalla, en llamas contra Peter Lim, recibirá a Carlos Corberán. A este técnico valenciano sin experiencia en LaLiga se ha encomendado el club para lograr lo que parece ya un milagro.

La agonía a la que sometieron el adiós de Baraja condena al equipo, tembloroso, a un rendimiento extraordinario que nadie ha conseguido. Y lo hace con un calendario que empieza por recuperar el partido aplazado por el azote de la dana ante Real Madrid, que llega con el colmillo afilado en busca del liderato, y sigue con Sevilla, Real Sociedad y Barcelona. Una cuesta de enero pasmosa para un Valencia que camina en el alambre.

Penúltimo, con 12 puntos en 17 partidos, necesita sumar para no enfrentarse a una estadística que asusta. Desde 1995, cuando cada victoria en el campeonato de Liga comenzó a premiarse con tres puntos, sólo un equipo que acabó la primera vuelta con una docena de puntos logró esquivar el descenso. Fue el Zaragoza en 2012, cuando después de lograr sólo dos victorias y seis empates con Javier Aguirre en el primer tramo de la temporada -justo los mismos números que tiene el Valencia- cuajó una segunda vuelta brillante con 12 victorias con Manolo Jiménez al frente.

Pendientes de Sadiq

A eso se agarra Corberán y, tras él, todo el valencianismo con más fe que certezas. Y es que, a día de hoy, la materia prima con la que trabajará el ex técnico del West Bromwich Albion es la misma que no ha rendido desde el pasado abril.

El club, con la autorización de Lim, que parece haberse dado cuenta ahora del riesgo de descenso, busca un lateral derecho y ultima la cesión del delantero de la Real Umar Sadiq si pasa el reconocimiento médico. Pero en el debut no los tendrá, ni tampoco al sancionado Pepelu y los lesionados Mamardashvili, Gayà o Rafa Mir.

Es una incógnita saber cómo será el nuevo Valencia con sólo cinco días de trabajo, en sesión doble, eso sí. «Lo primordial es saber qué queremos ser, a qué queremos jugar y cómo queremos conseguirlo. Esto es un proceso. Quiero un equipo entregado, valiente, resiliente. Esas son las señas que quiero ver en el Valencia», confesó el técnico. Pero tiene el reloj corriendo en contra. Por eso ha llegado con un nutrido grupo de ayudantes y con dos años de contrato bajo el brazo, pase lo que pase, dicen, tras el pago de una cláusula de rescisión de casi tres millones, condiciones aceptadas por la angustia. Eso sí, el proceso de crecimiento debe ser rápido o el destino se volverá irreversible.

Corberán, durante un partido de la Europa League, en 2022.

Corberán, durante un partido de la Europa League, en 2022.AP

¿Cómo ha encontrado a una plantilla que sólo ha sido capaz de ganar en Mestalla al Betis y al Girona? «Si mantienen la actitud, el compromiso y el esfuerzo de estos cinco días, vamos a crecer mucho», advirtió, aunque enfrente esté un equipo que, si bien ha titubeado en el primer tramo de temporada, llega con la inyección moral de tener en su mano el liderato.

«Es una oportunidad para crecer, para plasmar ideas y para demostrar el compromiso y la energía con la que han entrenado. Una oportunidad para acercarnos a ser el Valencia que queremos», insistió el técnico sin más detalles, serio y esquivando respuestas como atajaba balones como canterano. Por si acaso, Ancelotti se ha estudiado a su West Bromwich y cómo puede adaptarlo, lo que no hará fácil el debut, y no sólo por el rival.

Sin público hasta el 19 y con agradecimiento

La parroquia de Mestalla está harta de Lim, de ver cómo hunde a su equipo cada temporada un poco más mientras ahora insiste en acabar un estadio que no quieren y que pone en riesgo la viabilidad económica. Sólo sueñan con su salida y, mientras, hay colectivos como Libertad VCF que llaman al boicot y convocan el vaciado de Mestalla para este partido. Ante las dudas entre los aficionados, que ven compatible oponerse a quien consideran un tirano con darle calor a un equipo ahora que aún lucha por seguir vivo, el vaciado será hasta el minuto 19. Eso esperaba Corberán: «Yo acabo de llegar y respeto todo debate. Pero siento que la afición del Valencia no nos va a abandonar».

Será un duelo clásico, pero raro. Con Florentino Pérez en el palco, sin Vinicius en el disparadero de la grada y con agradecimiento al Real Madrid por su generosa donación y gestos de apoyo tras la dana.