Muere Boris Spassky, el caballero del ajedrez que perdió la Guerra Fría

Muere Boris Spassky, el caballero del ajedrez que perdió la Guerra Fría

Actualizado Jueves, 27 febrero 2025 - 22:23

Boris Vasilievich Spassky (Leningrado, 1937) , décimo campeón del mundo de ajedrez, ha fallecido este jueves a los 88 años. Por desgracia para él, los aficionados recuerdan mucho mejor su derrota en 1972 contra Bobby Fischer, en Reikiavik, que su llegada al Olimpo del tablero, cuando derrotó en 1969 a Tigran Petrosian. Spassky logró la corona en su segundo asalto, porque en 1966 fue derrotado por su compatriota (nacido en Armenia) en la misma ciudad que lo coronó, Moscú.

Boris Spassky fue quizá el primer campeón que practicó un juego total, anticipo ajedrecístico de la "naranja mecánica" de Cruyff, con un pleno dominio de todo el tablero. Era un jugador universal, además de un ajedrecista educado y elegante, modesto y a la vez atractivo. Fue un caballero que prefirió perder el título contra Fischer antes que renovarlo con artes dudosas, lo que nunca le perdonaron. Jugador versátil, maestro de la estrategia y fino atacante, si algo le faltaba era mala leche. También se puede decir que a veces lo vencía la pereza, como gran oso ruso. Él mismo lamentó alguna vez su falta de motivación para el trabajo: "No creo que Capablanca, Alekhine o Lasker hayan sufrido este problema", admitió.

Boris Vasilievich era un vividor que fue feliz en Francia después de perder la corona. Una vez le preguntaron si prefería el sexo o el ajedrez. "Depende de la posición", contestó. Sus frases solían ser ingeniosas. Después de uno de sus divorcios explicó sobre la relación que mantenía con su mujer: "Éramos como alfiles de distinto color", incapaces de estar nunca en la misma casilla. Otro rasgo de su estilo era su habilidad para poner cara de póker. Fischer decía admirado que, cuando Spassky sacrificaba material, se mantenía imperturbable. Era imposible saber si se trataba de un error o de un profundo sacrificio. "Mantenía la misma expresión cuando iba a dar mate y cuando estaba a punto de perder".

Spassky aprendió a jugar a los cinco años, durante la evacuación de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial. A los diez, derrotó al campeón mundial Mijaíl Botvinnik en unas simultáneas y, siempre de la forma más natural posible, fue mejorando. Primero se proclamó campeón del mundo juvenil y luego se clasificó para el torneo de Candidatos, logro que repitió hasta en siete ocasiones, entre 1956 y 1985. Su primer asalto al título no prosperó, pero no le costó demasiado regresar a la final y no dejarse intimidar por el precedente.

El duelo del siglo

Su duelo contra Bobby Fischer en 1972 fue la batalla más importante de la Guerra Fría. La CIA y el KGB movían algo más que peones entre bambalinas, a las órdenes de maestros del ajedrez político como Kissinger, Nixon y Brezniev. Los más veteranos recordarán lo convulso que fue aquel duelo, en el que Bobby Fischer llegó a perder la primera partida por incomparecencia. Si hubiera querido, habría mantenido su título sin luchar, pero él quería enfrentarse a toda costa contra un gran maestro al que admiraba y no odiaba. Hizo tantas concesiones que jugó el encuentro en desventaja psicológica. Tampoco le ayudó sentir más pena que animadversión hacia su oponente. "Yo veía que se estaba volviendo loco. Tenía una buena relación con Bobby. Es Korchnoi quien necesita odiar a sus rivales para jugar con normalidad. A mí eso no me gusta en absoluto", afirmó años después.

Fischer se esfumó de la escena mundial y Spassky no tuvo ya la voluntad de volver a escalar la montaña. Veinte años después, en 1992, participó en el falso encuentro de revancha que le propuso el americano, con mucho dinero de por medio en la antigua y sancionada Yugoslavia. Él no pagó un precio tan alto por saltarse el embargo como su amigo, quien llegó a conocer la cárcel antes de morir en su querida Islandia, asilado y aislado. Sin embargo, Boris consideraba que lo que él sufrió y lo empujó a abandonar su país "fue mucho peor". Y no le gustó el modo en que la película "El caso Fischer" revivió su duelo de 1972. Le pareció una obra "artificial" y le molestó la "impostura" de Tobey Maguire y Liev Schreiber. "Se notaba que estaban actuando".

En 2012, parecía que la partida se acercaba a su final de forma plácida, pero Spassky vivió otro episodio sorprendente, digno de otra película de espías. Se fugó de París con una misteriosa mujer, dicen que sin papeles. Estaba ingresado por un doble ictus que le había paralizado el lado izquierdo y, de algún modo, se sintió en una cárcel. Una noche se escapó con ella, en circunstancias todavía por aclarar. "He vuelto a enrocarme largo", resumió ya desde Moscú. "Es muy posible que alguien deseara mi muerte", insistió para justificar su salida de Francia.

Olimpiadas y fuerzas ocultas

Como jugador por equipos, Spassky también fue un rival formidable. Participó en siete Olimpiadas con la URSS y ganó 13 medallas, entre individuales y colectivas. Ganó 45 partidas, entabló 48 y solo perdió una. En otras tres Olimpiadas de Ajedrez, ya con Francia, solo perdió dos de las 50 que jugó, siempre en el primer tablero.

Las últimas veces que vimos imágenes de Spassky era un viejecito casi irreconocible. A España vino varias veces, dio charlas y participó en sesiones de simultáneas. En una de ellas le hice tablas, de forma poco ortodoxa, porque el viejo Boris cometió un pecado imperdonable en el tablero, pero esa historia merece un relato aparte. Durante una entrevista, en Bilbao, contó que creía de algún modo en las fuerzas misteriosas y que una vez se sintió dominado por ellas. Su cabeza sabía cuál era la jugada buena, pero su mano se negó a obedecerlo. Si algo caracterizó al campeón es que nunca le gustó que movieran por él.

Muere a los 48 años Javier Dorado, ex jugador del Real Madrid, Rayo Vallecano y Mallorca

Muere a los 48 años Javier Dorado, ex jugador del Real Madrid, Rayo Vallecano y Mallorca

Actualizado Jueves, 27 febrero 2025 - 15:57

El exfutbolista Javier Dorado, ex jugador del Real Madrid, Rayo Vallecano, Mallorca, Sporting de Gijón y la UD Salamanca (temporada 2000/01), entre otros, ha fallecido este jueves a los 48 años tras una larga enfermedad, según ha informado el Mallorca en sus redes sociales.

El jugador, formado en la cantera del Real Madrid, fue jugador del primer equipo entre 1999 y 2000, donde en su primera temporada solo jugó 45 minutos en un partido de Copa del Rey ante el Valencia, y en la segunda, siete encuentros, llegando a proclamarse campeón de Europa tras ir convocado a varios partidos a pesar de no llegar a debutar.

"El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño a sus familiares, a sus compañeros, a todos sus seres queridos y a todos los clubes de los que formó parte", afirma el comunicado del club blanco publicado en su web.

Tras su paso por el Madrid, encadenó dos cesiones en la UD Salamanca -temporada 2000-2001- y Sporting de Gijón antes de ser traspasado al Rayo Vallecano, donde tras un año, volvió al club asturiano. Tras tres campañas, fue contratado por el Mallorca, volviendo a Primera División durante dos temporadas antes de anunciar su retirada en 2008.

En la temporada 2011-2012, fichó por el Atlético Baleares de Segunda División y tras una temporada anunció su retirada definitiva.

Muere Naroa Elizalde, fundadora del primer club femenino de pelota, a los 27 años

Muere Naroa Elizalde, fundadora del primer club femenino de pelota, a los 27 años

Actualizado Jueves, 27 febrero 2025 - 13:20

Naroa Elizalde, pelotari navarra y una de las fundadoras de Ados Pilota, el primer club profesional de pelota femenina, ha muerto a los 27 años de edad.

La jugadora de Zubieta participó en campeonatos como el Master Cup y en los organizados por Ados Pilota, que la ha despedido en sus redes sociales.

El proyecto fue presentado en Leitza en 2021 con la intención de impulsar este deporte para llegar a profesionalizarlo entre las chicas y así mejorar sus condiciones y poder dar su nivel más alto. Ella era una de las zagueras del club.

Las lágrimas de Ceballos no mentían: estará dos meses de baja

Las lágrimas de Ceballos no mentían: estará dos meses de baja

Las pruebas médicas han confirmado los peores pronósticos: Dani Ceballos estará dos meses de baja. El centrocampista andaluz abandonó llorando el Reale Arena, casi sin poder caminar, y al llegar a Madrid los análisis han determinado que sus lágrimas tenían motivo. El andaluz sufre una lesión en el músculo semimembranoso con afectación del tendón de la pierna izquierda.

Ceballos se hizo daño en una acción con Kubo, rozando el final del partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey entre la Real Sociedad y el Real Madrid, y no pudo continuar. Se tiró en el suelo y se llevó la mano a la parte posterior del muslo izquierdo. Cuando llegaron los médicos, el futbolista ya estaba llorando de la impotencia. Sabía que se había hecho algo muy serio.

Consiguió andar hacia los vestuarios, apoyado en los hombros de dos fisios y abrazado por la mayoría de sus compañeros, y de camino al autobús apenas podía mover la pierna izquierda.

El andaluz, clave para Ancelotti esta temporada y disfrutando del mejor momento de su carrera, deberá parar ahora, cuando incluso sonaba su nombre para ser parte de la próxima lista de Luis de la Fuente.

"Muy triste por no poder ayudar a mi equipo en este tramo tan importante de la temporada. Y muy triste por tener que parar en el que sentía que era mi mejor momento...", ha escrito el centrocampista de 28 años en su cuenta de Instagram.

"Toca afrontarlo con fuerzas, con ganas de luchar y con la certeza de que volveré aún más fuerte. Esto no ha acabado. He salido de peores. Gracias por tanto cariño... Nos vemos pronto, antes de lo que pensáis", concluye el comunicado del jugador.

Si Ceballos cumple el plazo de dos meses de baja, podría perderse hasta 13 partidos: ocho de Liga, la eliminatoria de Champions contra el Atlético, una hipotética ronda de cuartos, la vuelta de Copa contra la Real y la hipotética final copera del 26 de abril en La Cartuja (Sevilla). El gran objetivo es que el andaluz pueda estar recuperado para dicho encuentro, si el Madrid llega.

En Liga, no estará ante Betis, Rayo, Villarreal, Leganés, Valencia, Alavés, Athletic y Getafe.

El parón por el “¡Asencio, muérete!” y el cambio de Ancelotti porque “Raúl estaba afectado”: “Condenamos los insultos, hay otras maneras”

Actualizado Jueves, 27 febrero 2025 - 01:42

Raúl Asencio se quedó en los vestuarios en el descanso del Real Sociedad - Real Madrid, en la ida de las semifinales de la Copa del Rey. Le habían sacado una peligrosa tarjeta amarilla y Carlo Ancelotti decidió que era mejor dar entrada a Lucas Vázquez, pero no fue el único motivo. El técnico italiano admitió que el canterano madridista "estaba afectado" por los cánticos que había dirigido hacia él parte de la grada del Reale Arena. "¡Asencio, muérete!", cantó en varias ocasiones un sector del público.

Ante esos hechos, Vinicius Júnior, capitán del Madrid por primera vez, avisó a Sánchez Martínez, a lo que el colegiado del duelo respondió deteniendo el partido y activando el protocolo contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia. El encuentro se paró durante unos minutos, el árbitro habló con los capitanes y con los entrenadores y se emitió un mensaje por la megafonía y los videomarcadores rechazando cualquier tipo de insulto en ese sentido. Al tercer aviso, se suspendería.

La decisión de Sánchez Martínez es una novedad, porque hasta ahora sólo se habían parado momentáneamente encuentros por insultos racistas y para lanzar ese mensaje por megafonía. Así ha sucedido en otras ocasiones con Vinicius Júnior o Nico Williams, pero no por insultos de carácter personal. De hecho, hace un año, una parte de la afición de El Sadar le cantó a Vinicius "Vinicius, muérete", y Carvajal, capitán del Madrid ese día, advirtió a Martínez Munuera, pero el colegiado no detuvo el partido ni lo reflejó en el acta.

"A nadie le gusta que le canten 'muérete'"

Con esta acción, el Comité Técnico de Árbitros sigue las directrices de la Federación y de LaLiga, que en los últimos meses han ampliado sus mecanismos para acabar con el odio en los estadios del fútbol español.

"Creo que se ha actuado bien. Vinicius avisó al árbitro y él hizo lo que se debía hacer. Se ha actuado bien. Raúl estaba afectado, lo cambié por eso y por la amarilla. A nadie le gusta que le canten 'muérete' en un estadio", explicó Ancelotti en sala de prensa.

La investigación

La situación personal de Asencio ha saltado al campo desde hace unos meses. El canterano es uno de los investigados en un caso sobre una presunta grabación y difusión de un vídeo de contenido sexual con una menor de 16 años. Asencio había pedido el archivo de la causa contra él, pero fue rechazada y sigue como investigado por la presunta difusión.

El Madrid ha expulsado a todos los imputados en el caso salvo al central, que mantiene que no participó ni en la grabación ni en la difusión. El resto están fuera y algunos, como Ferran Ruiz, ya ha debutado con equipos de LaLiga como el Girona.

A Asencio, mientras, Ancelotti le ha ido dando oportunidades ante la plaga de lesiones y le han silbado en muchos estadios, el último el Reale Arena, y rivales como Maffeo han usado la investigación judicial para atacarle dentro del campo: "Vete a difundir vídeos, subnormal", le dijo el defensa en la Supercopa de España.

"Hay otras maneras de condenar los hechos"

En San Sebastián, sin embargo, los silbidos han pasado a un "Asencio, muérete" que tanto Oyarzabal como Alguacil se encargaron de denunciar. "Como en muchos estadios, lo que unos pocos canten no empaña al resto de la afición. Se condenan los insultos, por supuesto. No nos gustan. Hay otras maneras de condenar los hechos que alguno haya podido hacer. No es la manera adecuada, hay que hacerlo de otro modo", reflexionó el capitán de la Real Sociedad.

En sala de prensa, Alguacil insistió en el argumento: "Si es así, porque yo no lo he escuchado, condenarlo, porque no nos gusta que se escuchen esas cosas en ningún campo, pero nuestros aficionados y nuestros jugadores son de los más nobles de LaLiga. El comportamiento ha sido de chapeau, como suele ser siempre. Evidentemente condenar esos cánticos, si han existido, pero estoy orgulloso de mis jugadores y de los aficionados".

Un Madrid tacaño

Actualizado Jueves, 27 febrero 2025 - 00:29

Un gran gol de Endrick, a pase de Bellingham, y una vez más los jugadores salvaron a un Ancelotti lamentable, que ante un rival muy inferior jugó como si el Madrid fuera un equipo pequeño dispuesto a sufrir hasta el final.

El técnico no puede lavar su chusco sentido defensivo a la italiana. Con su puñetero bloque bajo, más antiguo que los dinosaurios, pudo saltar por los aires. Para su suerte apareció un fenomenal Lunin, que más tarde o temprano será el sucesor de Courtois.

El Madrid del absurdo Ancelotti jugó todo el partido al catenaccio, como si se enfrentará a un gigante. Una pantomima, porque si hubiera atrevido un poco en ataque, casi seguro, se habría llevado un tanteo que dejaría la eliminatoria sentenciada.

Aunque la paura de Carletto puede más que todo, cuando la Real era un tosco adversario de pocos jugadores con calidad y que se cansaron de correr, como el conejito de la pilas, a partir el inicio de la segunda parte.

Sólo había que ver a su denostado Endrick, en una isla de soledad, como un náufrago. Pero el brasileño sentenció el partido, con la ayuda de Bellingham. Mientras que el debut de Vinicius como capitán no pudo ser más pobre.

Estaba perdido entre las arenas del desierto y con una más que preocupante baja forma. Incluso Bellingham le dio un caramelo para marcar y lo solucionó con un tirito absolutamente ridículo.

Aunque el espectáculo más bochornoso fue el del muy mediocre Fran García. Incluso ayudó a regalarle un gol a la Real, que parece inutilizada para marcar. García no puede jugar ni un sólo minuto más en el Madrid. Es irrelevante y peligroso.

Poco más o menos como Camavinga, otro problema para Lunin, con sus perdidas dañinas. No me gustan los jugadores cojos de una sola pierna. Ni crea juego ni es capaz de robar algún balón del contrario.

Si no hubiera estado Ceballos hubiera sido u desastre. Al final, también cayó el sevillano en el torbellino de faltas, algunas tan peligrosas que tuvieron que reemplazarlo.

La Real es un equipo sin fuste, pendiente de un desangelado Kubo, frágil como un jarrón japonés. Una extravagancia de la universalidad del Madrid. Si la Real presume de jugadores como Kubo, mucho peor es el tal Aramburu, un despojo de mala intención, de acabar con el rival como sea. Es un vinotinto de Caracas. Y peor para el triste Imanol, que siempre se queda de perfil. Ni para adelante ni para atrás.

La última perfidia de una Federación que trata de acabar con el Madrid de cualquier forma, ha sido el caso del Comité de Indisiciplina. Hasta los árbitros que han quedado perplejo con la amnistía a Antony. Ya han adulterado el partido con el Betis por amnistiar al irregular brasileño, del que se ha hartado el mismísimo Manchester United y casi lo regala. Así es la cloaca de la Federación.

Aitor Antxustegi, el ciclista español que se ha enamorado de los desafíos Everesting: "Me preguntan cuántas subidas llevo y no lo sé"

Aitor Antxustegi, el ciclista español que se ha enamorado de los desafíos Everesting: “Me preguntan cuántas subidas llevo y no lo sé”

En lo alto de un puerto del País Vasco cualquiera puede observar el espectáculo. Un hombre con su bicicleta sube una vez y otra y otra y cuando ya ha hecho unas cuantas subidas se para a comerse un bocadillo de jamón y vuelve a empezar. Así se puede pasar todo el fin de semana. Si el curioso está en el alto de Lekoitz, verá al ciclista llegar hasta 137 veces; en Urkiola, ascensión mítica vasca, 52 veces; y en Sollube, San Pedro o Karakate, nadie sabe, «es fácil perder la cuenta». El corredor en cuestión se llama Aitor Antxustegi 'Berritxu', tiene 53 años y es la mayor leyenda española de los desafíos Everesting.

En los últimos años, ex ciclistas e influencers como Alberto Contador o Valentí Sanjuan han probado el reto que consiste en completar los 8.848 metros que mide el Everest subiendo una y otra vez la misma montaña, pero nadie ha acabado en España tantísimos como Antxustegi. Hasta 54 acumula, con varios dobles Everesting, un triple Everesting y hasta un cuádruple Everesting, es decir, más de 35.392 metros de desnivel en una misma salida. Fueron 68 horas y 50 minutos dando pedales en Lekoitz. En total, 980 kilómetros.

¿Pero por qué?
Ando en bici de toda la vida y siempre me han gustado los retos personales. He hecho rutas muy largas y muy duras. Me pongo objetivos difíciles para ponerle emoción al asunto. Pero no soy competitivo, no valgo para eso.

"Llegué a competir en aficionados"

«De pequeño jugaba a todo, como se hace en los pueblos pequeños. A frontón, a fútbol, hacía carrera a pie, subía al monte... A los 16 años tuve un accidente, me hice daño en la rodilla y empecé a ir más en bicicleta de carretera. Me gustó y llegué a competir en aficionados, lo que ahora es sub'23. Pero aquí, en el País Vasco, había un nivel increíble. Salíamos 200 tíos y era muy difícil no llegar fuera de control. Yo soy de 1971 y en esa generación estaban Olano, Laiseka, Zarrabeitia, Cuesta, Sagasti... Muchos de los que formaron el primer equipo Euskadi. A mi me costaba mucho», recuerda Antxustegi en conversación con EL MUNDO entre retos.

El año pasado hizo un Everesting cada mes, es decir, 12 Everesting en todo el año. Este 2025 se lo plantea de otra manera. «Tengo ideas, pero no me gusta explicarlas porque yo hago deporte lo más relajado posible. Casi ni lo cuento a la familia. Un día cojo el coche, lo cargo de comida, tortilla de patatas, bocadillos de jamón y subo con él arriba de un puerto para tener avituallamiento. Y a partir de ahí, abajo y arriba, abajo y arriba», cuenta el ciclista aficionado que trabaja como policía local en Durango. Después de dejar la competición, mientras sacaba su plaza como agente, descubrió las Brevet, marchas ciclistas no competitivas de gran fondo y completó muchas de ellas, como la París-Brest-París, la más famosa, de 1.200 kilómetros. Pero necesitaba más. «Nunca he soltado la bici, ahora hago entre 22.000 y 25.000 kilómetros al año. Antes ya hacía retos, pero en 2018 encontré la web de Everesting, vi que se homologaban y empecé con esto. Muchos los he hecho en el País Vasco, pero también en Cantabria, en Navarra...»

Alguna vez, en mitad de un reto Everesting, ha dicho: 'Paro aquí, estoy hasta las narices'.
No, eso no. Sí que alguna vez es desagradable porque se pone a llover, pero intento elegir días de buen tiempo. Hubo una moda de hacer Everesting, con Contador y otros, que no paraban ni a mear y acabaron reventados. Pero yo lo hago sin estrés. Una vez bajé de las 10 horas, pero normalmente tardo entre 12 y 14 horas. Yo voy haciendo, voy haciendo, siempre en modo ahorro. Si me encuentro a alguien y me pregunta cuántas subidas llevo ni lo sé. Me suelo marcar una hora para acabar y ya está.

Desde hace unos años, los desafíos Everesting tienen una empresa detrás que los estandariza e incluso clasifica -hay un ranking mundial- y a partir de este curso habrá competición. Entre el 29 de mayo y el 1 de junio, en Andorra, en la estación de Ordino-Arcalís, varios corredores de trail running buscarán ser los más rápidos en completar esos 8.848 metros. Si en el futuro lo hacen sobre una bici, a Antxustegi, que renuncia a los geles y otras imposiciones de la competición, que no le esperen. «También hay que saber hacer deporte para uno mismo, sin tanta tensión», finaliza.

Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

La Copa del Rey se presentaba como un oasis para Real Madrid y Barcelona, la oportunidad de un título que aliviara más o menos sus tortuosas temporadas. Incluso un resorte para enderezar el camino. Era fácil pensar que uno de los dos regresaría de Gran Canaria con un poderoso impulso anímico con el que afrontar su realidad, pues de las últimas 15 ediciones habían ganado 14 (con 10 finales entre ambos incluidas). Pero no sólo volvieron derrotados, -uno en la final, el otro en cuartos-, también con más problemas de los que se fueron. Este jueves se enfrentan en el Palacio (20.45 h., Movistar), un clásico de Euroliga cargado de urgencias.

Para saber más

Diez días después de que el Unicaja se proclamara campeón, al Real Madrid le falta un jugador, pues Dennis Smith Jr., uno de sus refuerzos invernales, pegó la espantada y ya está en Atlanta intentando reconducir lo que iba a ser una carrera de estrella. Para la no historia blanca quedarán los 35 minutos de juego, repartidos en cuatro encuentros, del que venía con la vitola de haber sido todo un número tres del draft. «No se ha adaptado a nuestra forma de hacer», confirmó Chus Mateo, también que nadie vendrá por él (ya se cerró el mercado Euroliga) y que se queda con los «14 que van a pelear hasta final de temporada» (Gaby Deck está en la recta final de su recuperación). Incluido un Serge Ibaka del que se deslizó su malestar por su poca trascendencia en la rotación (menos tras el fichaje de Bruno Fernando), incluso que estaba dispuesto también a salir. «Rumores que no creo que tengan una muy buen intención», en palabras de su entrenador.

Tampoco parece que el Barça vaya a fichar, pese que Joan Peñarroya confirmó ayer la lesión de Juan Núñez (inflamación del menisco externo de la rodilla derecha), del que no descarta que no vuelva a jugar en lo que resta de temporada. Se une el base madrileño a Kevin Punter, caído en Las Palmas, Jan Vesely y Nico Laprovittola. Los azulgrana se quedan con apenas un base puro en la plantilla, Tomas Satoransky (Brizuela, incluso el joven Dame Sarr, tendrán que echar una mano en la dirección), y con muchos problemas hasta para completar la convocatoria. También ellos experimentaron lo de las incorporaciones fallidas. Raulzinho Neto por lesión y el gatillazo inexplicable de Thomas Heurtel, al que hicieron regresar de China y ahora está jugando en el Leyma Coruña.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.MARIANO POZO / ACB PHOTO

Con todo esto, ¿quién está peor? A priori, parecería que el propio Barça, eliminado en cuartos de Copa, séptimo en ACB (11-9) y que no levanta un título desde la Liga de 2023 (sin contar sus últimos años de penurias). Los de Peñarroya tienen, eso sí, una victoria más en Euroliga. Es decir, en caso de caer hoy se quedarían igualados al Real Madrid con 14-13 (con el basket average perdido, pues los blancos ganaron en el Palau 90-97). Una victoria les daría un buen balón de oxígeno.

Porque lo cierto es que el Madrid tampoco está para muchos alardes. Desde la final perdida en Berlín, se recuperaron en parte levantando la ACB ante el UCAM Murcia, pero han vuelto a perder dos finales a un partido, la Supercopa y la Copa, ambas contra Unicaja. Son líderes de la Liga Endesa, pero su panorama en Europa a falta de ocho jornadas es alarmante. «Ahora vienen muchísimos enfrentamientos directos con equipos implicados en esta lucha, queremos hacer un buen esprint final», admitía ayer Mateo refiriéndose a la disputa de los playoffs. Es decir, acabar entre los seis primeros, algo que se antoja complicado si no empieza a ganar hoy mismo (el próximo jueves visita la pista del campeón Panathinaikos). Objetivo de mínimos sería estar al menos en el play in, que disputan a un partido del séptimo al décimo.

Endrick se pide la Copa para un Madrid que tiembla por Ceballos

Endrick se pide la Copa para un Madrid que tiembla por Ceballos

El hambre de Endrick ha puesto el primer pie del Madrid hacia la final de la Copa del Rey, que se celebrará en La Cartuja el 26 de abril. El tanto del brasileño empujo a los blancos en rotación ante una Real Sociedad intensa, que asedió por momentos a Lunin y deberá buscar la heroica el 1 de abril en Chamartín. [Narración y estadísticas (0-1)]

Después de varios partidos en el fondo del armario, Ancelotti le puso el traje de titular a Güler y Endrick, olvidados durante las últimas semanas por la importancia del playoff de Champions contra el City y el buen estado de forma del ataque. Y el Madrid, que tiene la Copa en la tercera posición de prioridades de la temporada, respiró con ellos. Especialmente gracias al brasileño, con ganas de comerse el mundo.

La Real Sociedad arrancó pasional, empujada por las bengalas de la previa, que tiñeron de rojo el antiguo Anoeta. El cuadro de Imanol, irregular durante el curso, buscó al Madrid desde el minuto 1, planteó una presión alta para buscar el error inicial y casi lo consigue en el minuto tres. Kubo se plantó ante Lunin tras un error de Camavinga y una pared con Oyarzabal, pero el ucraniano despejó a córner.

Los gritos contra Asencio

El paso de los minutos despertó a los blancos y asentó su plan. Camavinga y Ceballos en el doble pivote, Bellingham liberado, Arda en derecha y Vinicius en izquierda. El Madrid no quiso balones largos, como en otras ocasiones, sino que llamó a la Real a presionarle para salir del agobio en varios toques buscando el espacio libre en el centro del campo. Así llegó el 0-1.

Endrick bajó a recibir y cedió para Vinicius antes de dibujar un desmarque directo a portería. Potente, vertical. El balón se detuvo en los pies de Bellingham, que esperó la carrera del delantero para ponerle un milimétrico balón a la espalda de los centrales. Endrick controló, aprovechó las dudas de Remiro en la salida y definió con el exterior de forma sensacional.

Su hambre de minutos, de goles y de gloria ponía al Madrid camino de la final de La Cartuja, pero la Real, y menos en San Sebastián, no se iba a rendir. Los txuri-urdin enfocaron sus opciones en el lado derecho de la defensa madridista, con Asencio en lugar de Lucas, sufriendo el canterano ante Barrenetxea, que le superó en varias ocasiones para amenazar a Lunin y le sacó una amarilla que provocó el cambio de Asencio en el descanso. Justo después de que la grada le cantara «Asencio, muérete» y obligara a Sánchez Martínez a parar el duelo y aplicar el protocolo contra el racismo, la intolerancia y la xenofobia.

Ceballos, sobre la hierba, tras su lesión en el tramo final.

Ceballos, sobre la hierba, tras su lesión en el tramo final.EFE

Antes, Lunin había sacado varios disparos de Brais, Barrenetxea y Oyarzabal y Remiro había evitado el 0-2 de Vinicius tras un contragolpe de Bellingham antes de que el partido entrara en el terreno de las interrupciones y la tensión.

Tras el descanso, Ancelotti retiró a Asencio, lastrado por la amarilla, y dio entrada a Lucas. No cambió demasiado el Madrid, pero el partido creció en tensión y ocasiones. Se rompió. La Real dio un paso adelante en ataque y cambió de banda, insistiendo ahora en el lado de Fran García, con Kubo y Brais buscándole una y otra vez. Ahí tuvo sus mejores opciones, pero Lunin se hizo gigante.

En el 49, el ucraniano salvó un remate a bocajarro de Oyarzabal y se estiró en el rechace para evitar el gol de Kubo. En el otro lado del campo, Endrick envió un misil al larguero cuando en el banquillo del Madrid ya cantaba el gol.

Vinicius, sin acierto

El brasileño volvió a ganar espacio con un desmarque que sorprendió a la defensa de la Real y Vinicius le encontró en largo, pero el palo desvió el disparo. Fue la gran carta de presentación del joven atacante, un gol y un travesaño, para convencer a un Ancelotti al que le ha costado darle minutos.

El Madrid tuvo 10 minutos de espacios a la contra en los que Vinicius pudo sentenciar, pero no estuvo asentado el día en el que estrenaba brazalete de capitán. Tampoco Lucas, que envió el balón alto tras un zigzagueo en el área.

El perdón de los blancos pellizcó a la Real a partir del minuto 60. Los de Imanol se volcaron contra Lunin, pero les faltó punch, como a Oyarzabal, que tardó en definir tras un error de Fran García y permitió la llegada de Tchouaméni, sacando una nota alta como central. Bellingham perdonó en el otro área y Ceballos, clave este año, se rompió, dejando la gran mala noticia del Madrid en la ida de San Sebastián.

Inglaterra cumple en Wembley su pequeña revancha ante España

Actualizado Miércoles, 26 febrero 2025 - 23:10

Inglaterra pudo con España en Wembley para cumplir una pequeña revancha tras la final de la Copa del Mundo 2023. A la selección que dirige Sarina Weigman le bastó con un gol de Jessica Park y las buenas intervenciones de su guardameta, Hannah Hampton, para imponerse por 1-0, resarcirse del empate con Portugal firmado en el debut de la Nations League y condenar a la derrota al conjunto de Montse Tomé, que venía de derrotar a Bélgica en el Ciutat de Valencia (3-2).

Las españolas, que dominaron gran parte del encuentro frente a unas rivales que supieron explotar perfectamente su despliegue a la contra y su solidez defensiva, buscaron con ahínco el gol que les permitiera llevarse al menos un empate de su visita a Londres, pero vieron cómo sus intentos se frustraron una y otra vez ante el ordenado muro rival.

De nada le sirvió a España su control del juego en los primeros compases. Inglaterra, con un remate de Park tras rechace de Irene Paredes prácticamente sobre la línea de gol, se puso por delante en el minuto 33, después de sobreponerse al dominio inicial de las españolas y firmar varias aproximaciones con peligro al área de Cata Coll.

Apagón de los focos

La portera azulgrana, de hecho, ya se encargó de desbaratar un primer disparo peligroso de falta de Lauren James y frustró poco después un remate tan cercano como escorado de la propia delantera del Chelsea. Con el 1-0, las visitantes, que ya había visto cómo Lucía García estrellaba un balón en el travesaño poco antes de que se cumpliera el primer cuarto, retomaron el pulso y amenazaron, pero ni Salma Paralluelo ni Aitana Bonmatí tuvieron acierto para batir a Hampton. La portera del Chelsea, eso sí, tuvo que emplearse a fondo para frustrar un último remate de la doble ganadora del Balón de Oro, casi cuando morían los primeros 45 minutos del choque.

En la reanudación, España saltó más que dispuesta a poner la igualada. Y, en los primeros instantes, Mariona Caldentey, Lucía García y Salma tuvieron buenas opciones para lograrlo. Inglaterra, con todo, respondió con un remate blando de Clinton y, tras un breve apagón de los focos de Wembley, un disparo desde fuera del área que la guardameta barcelonista acertó a desviar.

Terceras de grupo

Pese al susto, la selección española apostó por estirar un poco más sus líneas. Sus llegadas, a pesar de todo, no lograban el objetivo. La mayoría de sus disparos no encontraban la dirección de la portería. Y, cuando lo hacían, como en un prometedor intento de Leila, relevo en el lateral izquierdo de Olga Carmona, se encontraban con el acierto de la guardameta británica. A punto estuvo, además, Inglaterra de dictar sentencia en una recta final en la que Cata Coll salvó una doble ocasión con cierto suspense y a la que finalmente no pudo seguirle el tan perseguido tanto del empate.

Portugal, que venció 0-1 a Bélgica, se queda primera con cuatro puntos, los mismos que Inglaterra. España cae al tercer puesto, con tres unidades, con el que tendría que ir a un 'playoff' para no descender, mientras que Bélgica sigue colista .