El arrojo sin premio de un gran Dortmund: entre el ritual de Füllkrug y las lágrimas de Sabitzer

Actualizado Sábado, 1 junio 2024 - 23:35

Justo antes de saltar a la hierba, como cada noche, Niclas Füllkrug se activó con ese gesto tan característico en sus orejas. Algo así como un encendido automático con el que se aísla del ruido exterior y orienta sus cinco sentidos hacia lo único importante. Era el partido más importante de su vida y debía cumplir con la rutina. El delantero alemán, con un remate al palo y un gol anulado, vivió el lado más amargo del fútbol en Wembley.

El empeño de Füllkrug fue también la frustración de Edin Terzic, que no dudó en acercarse a felicitar a Carlo Ancelotti justo antes de que Slavko Vincic decretase el final. La desesperación de la leal hinchada borusser, a la que sólo hubo que reprochar esos abucheos fuera de tono ante Vinicius. El fútbol debería mostrarse menos cruel con Mats Hummels, autor de una final impecable. O con Marco Reus. Once años después de la final ante el Bayern, otra vez en Wembley, el capitán tampoco pudo saldar su deuda con la Champions.

No existían palabras de ánimo para unos futbolistas que habían cumplido lo que su técnico les reclamó en la previa. Arrojo ante el eterno campeón. Lloraba inconsolable Marcel Sabitzer ante las cámaras mientras las banderas amarillas aún flameaban. Si existe forma humana o divina de derribar al Madrid en una final, el Borussia apuró casi todas. Suyo fue el dominio, en lo táctico y anímico, a lo largo de 70 minutos. Pero en esa hora bruja, la que distingue a los grandes equipos de los inmortales, el Real jamás perdona.

Inmovilizar al espontáneo

Deberán volver con orgullo al Westfalenstadion, convencido de que sólo así era posible. Desde el primer minuto, para lo que la afición blanca resultaba casi una rutina, en el fondo del Dortmund se disfrutaba como un acontecimiento extraordinario. Dos horas antes del pitido inicial, cuando aún bullían los madridistas en Borough Market, el fondo alemán ya se teñía de amarillo y negro. La ovación a Jürgen Klopp rivalizó con los abucheos a José Mourinho cuando ambos aparecían por los videomarcadores. El vínculo con el equipo, tan estrecho, llegó al delirio en el momento en que los futbolistas hicieron esperar al árbitro para agradecer el incondicional apoyo.

Nada pudo objetarse a la combatividad del Dortmund. Si Sabitzer ni siquiera titubeó para inmovilizar al tercer espontáneo que había invadido el césped, lo demás vendría de añadidura. El Madrid había localizado el flanco débil en torno a Ian Maatsen, que sufría las acometidas de Dani Carvajal y Fede Valverde, pero el Dortmund casi siempre supo competir. Incluso pese a un Nico Schlotterbeck más atribulado que de costumbre. Al joven central quisieron tranquilizarlo antes de que se ganara una ridícula amarilla por protestas.

Superada la media hora, Davide Ancelotti tuvo que sujetar a su padre por la manga, porque el Madrid no podía tolerar tantos minutos a merced del rival. Justo antes del descanso, Gregor Kobel quiso entrar en calor con todo tipo de estiramientos. El Madrid, perdido en la presión, romo en la zona de tres cuartos, no había asomado por sus dominios.

En busca de respuestas

El entusiasmo del fondo germano se redoblaría en los instantes previos a la reanudación. Primero, con una pancarta con el lema Auf geht's Dortmund. Kampfen und siegen (Vamos, Dortmund. A luchar y ganar). De inmediato, no menos de dos docenas de bengalas emponzoñaron el ambiente. Cumplido el minuto 50, los suplentes de Ancelotti, que ni habían calentado al inicio junto al resto, saltaron a la banda. Luka Modric, siempre atento de reojo, parecía particularmente inquieto.

Fue llamativa la desesperación de Ancelotti, braceando como nunca en el área técnica y girándose hacia el banquillo en busca de respuestas. Su larga charla con Davide en el ecuador presagiaba algo, aunque el primer cambio llevaría la rúbrica de Terzic. El último hurra de Reus para infortunio del inspiradísimo Karim Adeyemi.

Había llegado el momento en que el Madrid inclina la historia sólo con el escudo. Füllkrug, que se había batido con bravura frente a Nacho, desatendió sus obligaciones en el primer palo ante Carvajal. El primer clavo en el ataúd del Dortmund, que ya no levantaría cabeza. El éxtasis había cambiado de fondo. En el blanco reclamaron aModric. Se contaban, exactamente, 86.212 espectadores en Wembley. Y hubo que esperar al minuto 85 para disfrutar del croata. Una vez más mereció la pena.

"Toni, ¿qué vas a hacer?": la necesidad, el miedo y la esperanza del Madrid por el futuro del "mejor Kroos" que han visto

“Toni, ¿qué vas a hacer?”: la necesidad, el miedo y la esperanza del Madrid por el futuro del “mejor Kroos” que han visto

La pregunta se repite en el vestuario y en cada zona mixta. Se la hacen sus compañeros, sus entrenadores y los periodistas que viajan con él a cada destino. "Toni, ¿qué vas a hacer?" El futuro de Kroos tiene en vilo a la directiva del Real Madrid, a cada trabajador del club, a la prensa y al aficionado. Ahora, quizás, más que nunca, mientras se observa "el mejor momento" del centrocampista alemán desde que es jugador del conjunto blanco. Palabras mayores que llegan desde la ciudad deportiva madridista, donde viven el día a día con él y donde a pesar de las cuatro Champions ganadas y los 10 años de carrera en Chamartín, nunca le han visto así.

Con "así" se refieren a la mezcla entre su nivel futbolístico y su liderazgo dentro y fuera del terreno de juego. Durante años, Kroos, capital en la década prodigiosa del Madrid, se mantuvo en un escalón mediático inferior a los Cristiano, Benzema o Modric. Los tres con al menos un Balón de Oro en sus manos. Los tres representantes de una época inigualable. Y mientras ellos ganaban, Kroos miraba. Acumulaba excelentes actuaciones, presencias en los equipos ideales de la Champions, la UEFA y la FIFA, pero siempre detrás de sus compañeros. Sólo hay que ver las nominaciones al Balón de Oro. Estuvo en la lista en 2014, 2015, 2016 y 2017, pero desde entonces no han considerado incluirle. Ni siquiera en 2018, con la Champions del Madrid, con el Balón de Oro a Modric, la segunda posición de Cristiano y con Varane, Courtois, Bale, Benzema, Ramos, Marcelo e Isco entre los 30 mejores del mundo. Todos menos él.

En 2018, tras la salida de Cristiano, se deslizó su nombre entre las posibles salidas para reconstruir el Madrid y se le unió para casi siempre a la edad de Modric, cuatro años mayor que él. Kroos tenía 28 en 2018, entraba en la mejor etapa de un futbolista. Y lo ha demostrado. Renunció a la selección por el Madrid y por su carrera y terminó negando su propia premonición: decía que se iba a retirar a los 32 y aquí sigue, hoy, con 34.

Los datos, a su favor

Esta temporada tiene el mejor porcentaje de pase de todos los centrocampistas de LaLiga y la Champions (95,3%, el mejor de su carrera), ha regresado a Alemania para liderarla en la Eurocopa de su casa y debe decidir qué hacer la próxima temporada. El Madrid quiere que siga, y más que eso, necesita que siga. "No hay nadie como él", admiten los que trabajan con él cada día en Valdebebas.

Los datos acompañan la teoría. Además del porcentaje de pase, Kroos es el mediocentro con mejor rating (nota media contando diferentes estadísticas) de LaLiga para la plataforma 'WhoScored', por delante de Ilkay Gündogan y Fede Valverde. Es el mediocentro que más balones largos exitosos realiza por partido (8,4) y el tercero que más pases clave da por encuentro (2,1).

En el Allianz Arena, se inventó el gol de Vinicius. Literalmente. Con su brazo derecho le señaló al brasileño el destino de su desmarque y con el pie encontró el hueco para que el delantero anotara el 0-1. Tocó el balón más veces que nadie, 98, dio más pases que nadie, 79 (tres errores), ganó más duelos que nadie, siete, realizó más intercepciones que nadie, cuatro, y creó más ocasiones que nadie, tres.

Falta de herederos

Una exhibición que confirma, aunque no hacía falta, las reflexiones del club sobre él. La dirección técnica, que en los últimos años ha acumulado juventud y potencial en el centro del campo con Tchouaméni, Camavinga, Valverde y Bellingham, todavía no ha encontrado un perfil joven similar a Kroos o a Modric. "Hay una falta alarmante de ese perfil en el fútbol mundial", cuentan desde dentro. Y un breve repaso lo confirma. Las estadísticas ponen a Kroos y Gündogan como los mejores mediocentros del curso junto a Rodri. Hay algunos que apuntan alto, como Vitinha (PSG), y otros, como Barella (Inter), que llevan un par de años siendo los mejores de los 'humanos', pero nadie invita a pensar en lo sobrenatural de Kroos.

Por eso el Madrid necesita y espera el "" de su renovación, al menos por una temporada más, mientras sigue viendo evolucionar a sus jóvenes y rastrea el mercado en busca de joyas ocultas. El miedo al "no" existe, pero la confianza en el "sí" gana porque ven al propio Kroos consciente de lo extraordinario de su nivel y de su importancia en el equipo.

Nuevo episodio racista en Mallorca: un joven hace gestos de un mono tras el gol de Tchouaméni

Nuevo episodio racista en Mallorca: un joven hace gestos de un mono tras el gol de Tchouaméni

Actualizado Domingo, 14 abril 2024 - 15:06

Un joven aficionado imitó este sábado los gestos de un mono en una de las gradas de Son Moix tras el gol del francés Aurélien Tchouaméni que dio la victoria al Real Madrid (0-1) ante el Mallorca, según recogen las cámaras de Movistar +.

Se trata de un nuevo episodio racista en el estadio mallorquinista que no fue recogido por el colegiado José María Sánchez Martínez en el acta del partido.

En las imágenes se puede apreciar como el seguidor bermellón, con camiseta negra y bufanda del equipo balear, se burla del futbolista galo mientras sus compañeros le rodean celebrando el gol.

Sánchez Martínez sí incluyó en su escrito el lanzamiento de una "botella de agua llena" al terreno de juego, que "no impactó en ningún jugador", remarca.

"El lanzamiento se produjo desde la zona donde están ubicados los seguidores del club local. Por ese motivo el partido estuvo detenido durante 1 minuto, avisando al delegado de campo por megafonía que el lanzamiento de objetos debía cesar de inmediato", concluye el árbitro murciano.

La Policía Nacional está intentando identificar al aficionado que hizo los gestos del mono a Tchouaméni. "El club ha activado el protocolo contra la violencia en el fútbol y está colaborando con la Policía Nacional en la identificación de dicha persona", señala el Mallorca en un comunicado.

"El RCD Mallorca no tolera ni tolerará ninguna manifestación de racismo y participa activamente en todas las campañas para erradicar esta lacra que va más allá del deporte", remarca el club. La nota finaliza agradeciendo "una vez más a la afición su comportamiento ejemplar". "Que un caso aislado no empañe el respeto y la deportividad del mallorquinismo", precisa el Mallorca.

Vinicius, atacado hace un año

No es la primera vez que Son Moix registra casos de actitudes xenófobas. Hace un año, un abonado del Mallorca fue sancionado con 4.000 euros de multa y 12 meses sin entrar al campo bermellón por gritarle "eres un mono" al también jugador del Madrid Vinicius Júnior, que este sábado entró al terreno de juego en la segunda parte.

Ese choque tuvo sus consecuencias y acabó en el Juzgado de Instrucción 3 de Palma. LaLiga denunció los insultos y cánticos racistas que Vinicius recibió en la capital balear, situación muy repetidas en otros campos.

El jugador declaró por vídeo conferencia el 4 de abril de 2023 que se había sentido "ofendido" por los gritos xenófobos y racistas que recibió durante el partido.

El Mallorca emitió entonces un comunicado insistiendo en el que "se posiciona siempre en contra de cualquier tipo de insulto o manifestación racista y trabaja de forma conjunta con La Liga para la identificación del responsable de los gritos racistas para así tomar las medidas legales oportunas".

La animadversión que genera Vinicius entre los radicales bermellones se repitió tres meses después en la previa del partido que enfrentaba al Mallorca y al Valencia.

El Juzgado de Instrucción 10 de Palma abrió una causa, archivada poco después, por los insultos al jugador del Madrid reflejados en una pancarta exhibida en un bar frecuentado por "ultras" del Mallorca.

Maffeo cierra su cuenta en X

La previa de la visita del Real Madrid de este sábado también estuvo marcada por la decisión de Pablo Maffeo de cerrar su cuenta en "X".

El defensa hispano argentino prescindió de esa red social "por las burlas y ataques" que recibió de seguidores blancos tras verter lágrimas después de perder la final de la Copa del Rey en la tanda de penaltis el pasado sábado ante el Athletic Club de Bilbao en el estadio de La Cartuja de Sevilla.

El gesto de enjugarse las lágrimas lo imitó el defensa mallorquinista delante de Vinicius para acusarlo de "llorón" por sus continuas quejas al árbitro.

"Que tres idiotas me digan cosa no me afecta, creo que les afecta más a mi familia que a mí. Simplemente cerré las redes porque vi un comentario hacia mi hija y, antes de entrar al trapo, calentarme y mandar a tomar por culo a alguien, para ser yo el quinqui y el macarra, mejor lo cierro. Sólo lo usaba para leer cosas. A mí no me afecta, estoy bien, el equipo me ha apoyado y estoy tranquilo", explicó el futbolista del Mallorca al finalizar encuentro ante el Madrid.