Con una remontada en un margen de dos minutos, el Athletic se trajo los tres puntos de Bulgaria, dando un paso más hacia la siguiente fase de la Europa League. La situación se había complicado en el minuto 20, cuando el Ludogorets se adelantó gracias a Erick Marcus. Sin embargo, los goles de Iñaki Williams, asistido por Óscar de Marcos, y Nico Serrano, a pase de Unai Gómez, obraron la tercera victoria en cuatro jornadas para el cuadro bilbaino. [Narración y estadísticas (1-2)]
Un disparo alto de Nico Williams a los 15 segundos pareció avanzar buenas cosas para el Athletic. Pero no fue así en la primera mitad porque, aunque los de Ernesto Valverde llegaban en más ocasiones, mayor sensación de peligro daba el Ludogorets.
Aún con ello las primeras oportunidades de gol fueron rojiblancas, en las que Iñaki Williams no estuvo fino. Primero para empalmar, como ya ha hecho alguna vez, un centro desde la línea de fondo de su hermano; y después para reaccionar en el segundo palo a un córner de Berenguer que había sobrepasado al meta y la defensa locales.
Decisivo triple cambio
Perdonó el mayor de los Williams y en la siguiente jugada el conjunto búlgaro abrió el marcador. Lo hizo tras el saque de otro córner, con un impresionante disparo desde la frontal de Erick tras el rechace de Yuri al saque de esquina. Marcó un segundo gol el Ludogorets, pero lo hizo en claro fuera de juego de Rwan Cruz antes de ceder a su compatriota Rick para que superase a Julen Agirrezabala con una picadita suave.
Llegando al descanso, Berenguer, el más activo de su equipo hasta entonces, buscó batir a Padt con un libre directo, pero el meta respondió despejando a un córner en el nació lo que pudo haber sido el 2-0. Una contra local tras pérdida de Gorosabel que Erick cruzó demasiado encarando a Agirrezabala.
No varió el devenir del choque al regreso de vestuarios, ya que Duha amenazó de nuevo con el 2-0 con un balón a la espalda de la defensa, en el que le apuró Dani Vivian y acabó solventando Julen. Viendo cómo iban las cosas, Valverde decidió un triple cambio que su equipo estaba pidiendo a gritos, en especial a los desafortunados Gorosabel y Djaló.
Control y disparo
Intensificó su dominio el Athletic, empezó a aparecer Nico, y dos disparos desde frontal de Yuri y Unai Gómez, clave en su salida al campo, avanzaron al Ludogorets lo que se le venía encima. Que fue la remontada bilbaína en un minuto, con dos lecciones de control y disparo de Iñaki y el joven Serrano.
Iñaki se resarció de las ocasiones falladas en la primera mitad con un control orientado y un duro disparo que premió la enésima asistencia que le da De Marcos. Serrano acarició el balón que le pasó Unai Gómez, recortó para buscar el ángulo y disparó con la fortuna de que el balón dio en Son para hacer más imposible aún la parada a Padt.
Todavía pudo marcar el 1-3 el Athletic en ocasiones de Herrera y una doble tras córner de Paredes y Williams; aunque también pudo empatar el Ludogorets con un disparo de Gusev que impactó en el cuerpo de Yuri antes de una pequeña tangana final consecuencia de una dura entrada de Serrano a Rwan Cruz.
El Athletic ha sido castigado por la UEFA con una sanción de 30.000 euros por los incidentes protagonizados por algunos de sus seguidores en el Olímpico de Roma. Asimismo, el Comité de Apelación del máximo organismo del fútbol europeo impone al club bilbaíno la prohibición de venta de entradas para el siguiente partido como visitante, aunque deja suspendida esta medida durante un periodo de prueba de dos años.
De este modo, la afición del Athletic podrá viajar a Bulgaria, donde su equipo se medirá el 7 de noviembre al Ludogorets en la cuarta jornada de la Europa League.
El club bilbaíno ha adelantado que, una vez disponga de toda la información pertinente, "hará públicas las medidas que se adoptarán contra las personas identificadas en los citados disturbios" y además "ejercerá las acciones legales que correspondan para repercutir el importe de la sanción" a los responsables.
La mitad que al Anderlecht
El castigo económico al Athletic representa la mitad de los 60.000 euros impuestos por la UEFA al Anderlecht, cuyos ultras protagonizaron el pasado 3 de octubre unos incidentes similares durante el duelo ante la Real Sociedad.
El pasado 26 de septiembre, un reducido grupo de aficionados rojiblancos prendió bengalas en Roma y lanzó alguna de ellas a la grada local, "contraviniendo las normas de seguridad y ensuciando la imagen de nuestra afición", según explicó el club. En dicho comunicado, mostraba su "más firme condena" ante los "inaceptables actos" de esos hinchas.
Tras el partido, Iñaki Williams y el capitán Óscar de Marcos ya hicieron saber a esa minoría que su actitud era "inadmisible". Durante la rueda de prensa, Ernesto Valverde se sumó a la condena de sus futbolistas: "Para todos nosotros el fútbol es una fiesta. Y esto no es fútbol, no nos gusta".
A Nico Williams (Pamplona, 2002) le encanta empezar las frases por 'obviamente', pero hay pocas obviedades en lo que dice entre carcajada y carcajada. La Eurocopa le ha catapultado a un nivel de popularidad difícilmente alcanzable para quienes juegan fuera de Madrid y Barcelona y su continuidad en el Athletic ha sido uno de los culebrones del verano, sin embargo aparece con una gorra, una sonrisa y una naturalidad que escasean en las alturas del fútbol en que él se mueve ahora. Bueno, las gorras no escasean.
Nico y su 'hijo' Lamine Yamal se han convertido en el rostro alegre de un mundillo que se toma a sí mismo demasiado en serio, pero también en referentes del único tema con el que el extremo se pone grave: la lucha contra el racismo.
Veo tu cara en carteles y marquesinas anunciando hamburguesas por todos lados. ¿Alucinas?
Bufff... Obviamente, es difícil asumir todo esto, ¿no? Es decir, hasta ahora era sólo un chaval medio anónimo, no he acaparado muchas portadas. crecer como famoso me hace súper feliz, para mí es un sueño cumplido y quiero seguir creciendo en ese sentido, pero por otra parte... Joder, impresiona ver tu cara por todas partes. Al menos salgo guapo en lo de Goiko, ¿no? (risas).
Impecable. En tu día a día, ¿notas mucho cambio desde verano?
Sí, un montón. Antes de la Eurocopa sí que me conocía gente en España, pero ahora es algo mundial. Cuando fuimos en Europa League a Italia para jugar con la Roma, yo pensaba que la gente no me iba a conocer allí y, de repente, llego y había bastante gente esperándome y diciendo mi nombre o pidiéndome fotos. Eso me impresionó. Todo es un poco diferente a la vida que llevaba antes, pero lo acepto con mucho gusto. Ojalá todos los problemas de la vida sean esos.
¿Puedes salir aún a la calle a dar una vuelta con amigos o se ha convertido en una odisea?
Aquí en Bilbao la gente suele respetar bastante. En esta ciudad, el hecho de jugar en el Athletic es un privilegio y todo el mundo te trata de maravilla, todo son elogios y no te agobian, pero en otros sitios la cosa se complica. Por ejemplo, siempre me ha gustado ir a Madrid con mis amigos o con mi familia y podía salir de compras como uno más, pasaba un poco desapercibido, pero las últimas veces ya he pasado de ir a la Gran Vía porque todo el mundo quiere fotos, se monta mucho lío y no puedes ni andar. La última vez entré a comprar una gorra en el Bershka con mis amigos y, de repente, me rodeó un montón de gente. Yo no entendía por qué. Ahora entiendo que ha cambiado mi nivel de fama y hay cosas que ya es mejor no hacer, pero en cualquier caso es muy bonito y estoy disfrutando la experiencia. ¿Cómo no te va a gustar que la gente te quiera tanto?
¿Te está teniendo que dar muchas collejas tu hermano Iñaki para que no se te vaya la cabeza?
Bueno, alguna, pero igual que me las daba antes (risas). De verdad creo que soy la misma persona que he sido siempre. No cambió nada mi personalidad ni mi forma de ser, hago las cosas que hacía antes y creo que estoy llevando todo este boom con mucha naturalidad. No me ha tenido que regañar mucho Iñaki.
Al final, eso sí, te has comprado el Porsche que tu madre y tu hermano no te dejaban antes.
Sí, pero me lo he tenido que currar. Gané una apuesta que teníamos mi hermano y yo con permiso de mi madre. Si ganaba la Eurocopa, me daban permiso para comprarme el coche y mira... Al final me lo he comprado con 22 años, he estado bastante con uno más normal. Es un premio que quería hace mucho tiempo porque me encantan los coches, pero me han hecho trabajármelo, como debe ser.
Ahora que han pasado tres meses y se ha enfriado todo, ¿cuál es el principal recuerdo te queda de la Euro?
El compañerismo y los amigos para toda la vida que me llevé de allí. Más de los que yo esperaba al principio, la verdad. Pasas 44 días con las mismas personas, con experiencias y formas de ver la vida parecidas y al final congenias.
La mayor de esas amistades fue con Lamine Yamal, os convertisteis en una especie de dúo cómico inseparable, los Faemino y Cansado centennials.
Buah, nos reímos mucho. Creo que se nota que tenemos las mismas personalidades o muy parecidas y nos gustan las mismas cosas. Es un chaval con el que me llevo de puta madre y al que siempre intento aconsejar lo máximo posible como ha hecho mi hermano Iñaki conmigo. Él está en un gran escaparate y es una estrella mundial con 17 años. Es una locura. Todo lo que le salga bien a Lamine me hace feliz. Es un gran jugador que aún está madurando y creo que no tiene techo si sigue haciendo las cosas como hasta ahora. Es un chaval que, encima, no ha cambiado nada con el éxito. Sigue siendo la misma persona y me alegro muchísimo de tenerle como amigo.
Y, por lo que comentas, de aconsejarle, actuando un poco de hermano mayor. ¿Notas que has madurado?
Obviamente. Más me vale... (risas). Al final, yo era un cabra loca, un chaval que alguna vez sí que la liaba en casa, pero por suerte he tenido a mi hermano para estar allí y frenarme para que no la liase demasiado. Cojo todos los consejos que me da e intento aplicarlos en mi día a día. A él le ha ido muy bien y yo quiero que me vaya igual de bien, así que escucho, aprendo y creo que se me nota.
Esa pareja Nico-Lamine se ha utilizado desde la Euro como imagen de la España actual, un país multirracial y multicultural. ¿Cómo llevas ese peso? ¿Te sientes un símbolo de ello?
Sí. Es evidente, ¿no? Y me gusta serlo. Es importante concienciar a todo el mundo de que mucha gente viene a España a buscarse el pan, a intentar lograr un futuro que no tiene en sus países y a dar una vida mejor a sus hijos. Mi familia hizo ese viaje y lo hemos contado hace poco en una película que creo que explica perfectamente cómo son casi todos los que vienen aquí. Creo que España está avanzando en el buen camino y hay que seguir así. Siempre hay gente que intenta vender otra imagen de los inmigrantes, pero son minoría. Estoy muy contento de ver que se avanza en esa batalla contra el racismo.
Es el único tema con el que te pones realmente serio.
Claro, porque sé que, al ser personaje público, tengo mucha gente que me admira, me sigue y me escucha e intento dar voz a este problema porque es muy importante. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer? Yo miro también por la gente que viene aquí desde África o desde dónde sea y está viviendo la misma situación que he tenido yo en casa. Es gente que merece ayuda y apoyo, no odio. Voy a intentar hacer lo máximo que esté en mi mano para que esas personas puedan tener una mejor vida.
Naciste en Pamplona cuando la situación familiar empezaba a mejorar, pero entiendo que te educaron siendo muy consciente de todo lo que habían pasado tus padres.
Sí, siempre. Para mí, la familia lo es todo. Son todo lo que quiero en esta vida y más. Sin ellos, no podría avanzar en este largo camino. Las situaciones que hemos tenido en casa te hacen unirte todavía más e intentar luchar contra todo para salir adelante. Cuando Iñaki y yo empezamos a jugar al fútbol, nuestro objetivo principal era poder ayudar a mi familia a tener una vida mejor. El primer deseo era sacar a mi madre y a mi padre del trabajo, poder mantenerles y devolverles todo el esfuerzo bestial que habían hecho por darnos una vida buena. Que tus padres estén orgullosos de ti es lo que todo futbolista sueña y nosotros lo hemos conseguido.
¿Te da miedo que la burbuja del fútbol y los sueldos millonarios te hagan olvidar ese origen?
No. Nosotros no funcionamos en base a eso. Mis padres me han inculcado unos valores que van mucho más allá del dinero y de los lujos. La verdad es que tener unos padres y un hermano así me ha hecho afrontar esto del dinero y la fama de una manera muy diferente, entiendo que nada de eso es lo realmente importante y que no soy mejor que nadie por tenerlo. Es verdad que en el fútbol hay de todo, siempre hay gente que puede perder la cabeza, pero en mi caso siempre he sido humilde y por mucho que tenga voy a ser la misma persona y voy a intentar ayudar a todo el mundo. Mi hermano y yo, como personas de raza negra, tenemos una labor importante en esta vida que es la lucha contra el racismo. Es mi objetivo número uno. Como personaje público, para lograr aportar en esa lucha, no puedo despistarme ni convertirme en un flipado y no tener los pies en el suelo.
¿Tiene razón Vinicius en que España es un país racista? ¿Lo es el fútbol?
Obviamente, yo no estoy en la piel de Vinicius y no sé lo que lo que sentirá él. Yo puedo hablar por mí y es cierto que en el fútbol se insulta demasiado. No me gusta que insulten a los demás, ya sea a Vinicius o a Luka Modric. Al campo tienes que ir a disfrutar y a apoyar a tu equipo sin necesidad de insultar a nadie. Últimamente se han visto demasiados altercados en pocos días. Lo del derbi madrileño, lo de las bengalas en Roma... No lo entiendo. No sé, creo que tenemos que reflexionar porque no concibo esos comportamientos y hacen peor el fútbol. Demasiadas veces falta respeto al prójimo.
Hablemos un poco de fútbol. Otra de las consecuencias de vuestra irrupción en la Eurocopa fue la jubilación del tiki taca. Habéis llevado a la selección española a la modernidad futbolística.
Pues un poco y yo estoy superfeliz de que cambiase el estilo de juego porque este me favorece mucho más. Soy un jugador al que le gusta recibir en banda, encarar a mi rival, romper al espacio y el juego más vertical. La verdad es que me vino como anillo al dedo y estoy muy feliz de poder ayudar lo máximo posible a la selección.
¿Te diviertes jugando tanto como antes o ya pesa la presión?
Hay altibajos, la vida del futbolista son picos. Un día estoy superfeliz y me lo paso grande y otro, estoy más triste o más preocupado o agobiado. Es inevitable y cuanto más te miran más lo notas, pero mi pasión es el fútbol y disfruto como un niño cada vez que juego a la pelota. Me gustaría hacerlo muchos más años.
Hombre, te queda recorrido...
Sí, sí, aún no tienes que preguntarme eso que preguntan tanto de qué voy a hacer cuando me retire. Ni se me pasa por la cabeza (risas).
Te sucedió en el Barcelona-Athletic algo que jamás había visto. Tras todo un verano especulando con tu fichaje desde el propio Barça, sin que tú dijeras nada, te llevaste una pitada constante por seguir en tu equipo.
Me sorprendió, no te voy a mentir. Pero bueno, no le di mayor importancia porque cuando vas a un campo rival es habitual que te piten, lo que pasa es que esta vez fue personal. No pasa nada, creo que eso también es divertido siempre que no sean insultos. Que te silben es la esencia del fútbol y lo llevo bastante bien.
¿Y cómo llevas todo el culebrón en torno a tu continuidad en Bilbao?
Al final, tienes que vivir con esto. El fútbol funciona así, con muchos intereses de los clubes, de los medios, de los jugadores... y siempre hay ruido. No es ni malo ni bueno, es lo que hay y no me afecta en mi rendimiento. Sigo haciendo el mismo trabajo que he hecho hasta ahora. En lo personal, también han sido momentos duros en los que te paras a pensar en muchos escenarios y es difícil, pero tengo una familia y unos amigos increíbles que me apoyan. Quiero pensar que esto no va a pasarme cada verano.
Pues tiene pinta. La afición del Athletic está intranquila con que dijeras que habías decidido quedarte "un año más".
Yo no estoy pensando en eso ahora. El aficionado está muy contento de que me quede aquí y yo estoy muy contento de poder estar aquí. Bilbao es mi casa, quiero seguir disfrutando de ella y la verdad es que estoy muy feliz. Siempre he tenido las cosas muy claras y creo que la gente lo ve. Creo que lo estoy haciendo realmente bien e intentando llevar al Athletic a lo máximo en España y en Europa, con esa final en San Mamés que nos ilusiona tanto. Eso es lo único que importa ahora.
Pensaba pagar un clausulazo por ti en la Fantasy esta noche. ¿Te compro o no?
No sé yo, casi mejor no, porque esto del Fantasy empieza a ser peligroso. La gente se lo toma muy en serio y lo mismo luego me insultas si pagas mucho y no marco gol.
¿Estáis recibiendo muchos insultos por esto?
Es increíble, una locura. Lo dijo el otro día Luis García Plaza, el entrenador del Alavés, y firmo debajo. A la gente se le está yendo la olla con el Fantasy. Cuando estaba un poco más flojo por la lesión, me decían de todo. Te diría que el 99% de los jugadores de la Liga recibimos insultos de fanáticos de la Fantasy.
Muchos futbolistas también juegan. ¿Tú no?
Sí, en el vestuario tenemos una liga, pero es de la Premier, así que nos ahorramos problemas (risas).
Tras este 2024 que te ha cambiado la vida, ¿qué objetivos te pones para 2025?
Seguir creciendo en la misma línea que durante este año. Mi prioridad es incrementar la cantidad de goles y asistencias porque creo que es algo que puedo hacer y me lo exijo día a día. Tanto el míster [Ernesto Valverde] como la gente que tengo alrededor me aprietan porque saben el potencial que tengo si afino eso. Y en cuanto a lo personal, seguir siendo la misma persona que soy hoy, estar con los míos y no fallar a toda la gente que me sigue y me observa.
Supongo que eres consciente de que Lamine, Cucurella y tú os habéis convertido en los preferidos de los niños de toda España.
Obviamente, para mí es una ilusión increíble. No sé, creo que soy un chaval alegre, divertido y natural y eso los niños lo notan y se sienten más parecidos a mí. Al final, yo he sido ellos, un niño de esos al que le gustaba llevar las camisetas de sus ídolos y, para mí, poder hacer más feliz la infancia de alguien es lo máximo a lo que puedo aspirar. Inspirar a un chaval a que algún día sea mejor que yo es lo más bonito que se me ocurre.
Debuta como estrella publicitaria con Goiko
Tras la Eurocopa, la imagen de Nico se ha disparado y las marcas no han tardado en darse cuenta. Acaba de estrenar su primera campaña publicitaria como protagonista y lo hace con Goiko, la cadena de hamburgueserías gourmet más grande de España. El eslogan cuadra a la perfección con la forma de ser del pequeño de los Williams: 'Más burgers, menos dramas'. «Verme ahí como imagen de una marca como Goiko es un orgullo y me encanta la frase del anuncio: 'No te comas la cabeza, mejor cómete una Kevin Bacon'. Totalmente a favor», se ríe el nuevo icono publicitario.
El Athletic volvió a rugir en Europa seis años después de la última vez, celebrando un gol salvador de Aitor Paredes en los compases finales de un partido ante la Roma donde supo sufrir, para empujar con convencimiento en los minutos finales y llevarse un punto en la primera jornada de la Europa League. [Narración y estadísticas (0-1)]
Volvió el Athletic a competir en Europa 2387 días después la última vez. Y volvió puntuar en un partido que parecía perdido. Fueron seis años largos en los que peleó por volver a vivir noches grandes. Su reestreno fue sin Nico Williams en el once titular, en una de las grandes plazas de la competición y ante una Roma acostumbrado a rendir en la Europa League, semifinalista de la pasada edición y finalista en la anterior.
Muchos condicionantes en contra que, sin embargo, no pesaron a los 'leones' en los primeros 15 minutos, en los que presentaron una versión muy positiva. Agresivo y ofensivo. Con personalidad y presencia. El Athletic dispuso de dos ocasiones claras, pero las desaprovechó con definiciones erráticas de Iñaki Williams y Paredes.
El plan de Juric
A partir de entonces, el equipo de Ivan Juric se hizo claramente con el control. Coincidió su despertar con el del Olímpico, mudo los primeros 15 minutos a modo de protesta por sus enfrentamientos con la directiva y el despido de Daniele De Rossi, al que recordaron con una pancarta. Con un plan claro, con mecanismos ofensivos y una presión al hombre a todo campo, llegó la primera de la Roma. De un pase largo de Celik a Artem Dovbyk, que superó a Vivian y que tuvo que salvar Agirrezabala con una salida in extremis.
El gol llegó en otra jugada preciosa giallorossi, con Paulo Dybala como ejecutor de un caño, una apertura a banda para la subida de Angeliño y un centro medido del español a la cabeza de Dovbyk, que sumó el tercer gol en los últimos tres partidos.
Mejoró notablemente el Athletic tras el descanso, aunque sin hacer trabajar demasiado a Svilar. Ni siquiera con la entrada de Nico por Djalo pudo marcar la diferencia. Sólo un disparo de Iñaki Williams asustó al meta serbio antes del gol. Tenía la posesión ante un rival que se dejaba hacer, pero que era sólido.
Del 2-0, al 1-1
De hecho, la más clara la tuvo La Loba en pies de Soulé, que había sustituido a Dybala. El argentino se encontró con un regalo de Paredes, que le dejó solo ante Agirrezabala tras un inoportuno tropezón que el meta vasco se encargó de desbaratar tras una gran intervención.
Pero el Athletic no se iba a rendir tan fácil en su vuelta y en cuanto encontró una grieta la exploró hasta sacar petróleo, encarnada en Abdulhamid por el perfil diestro romano, desde el que Nico botó una falta salvadora que Núñez remató en un primer momento, ganado por arriba a Hermoso, y que Paredes se encargó de remachar desde el corazón del área, resarciéndose de sus dos errores previos.
La Fiscalía Provincial de Madrid ha presentado una denuncia contra los insultos racistas que recibió Nico Williams durante el encuentro que el Athletic de Bilbao disputó contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano el pasado 27 de abril.
El Ministerio Público considera en su escrito que los gritos que un espectador profirió contra el jugador cuando se disponía a realizar un saque de esquina tiene un "evidente desprecio al color negro de la piel de éste", y los escenificó, además, con gestos de menosprecio de carácter racista.
Según recoge el escrito, se trataron de sonidos "uh, uh, uh, uh", que reflejan una onomatopeya que imita el sonido emitido por los monos, "que, como es público y notorio, ha sido proferido en diversas ocasiones por grupos de aficionados de distintos países para ofender públicamente a deportistas por el color de su piel".
El organismo entiende que los gritos proferidos contra el futbolista podrían ser constitutivos de un delito de lesión a la dignidad. Según el artículo 510 del Código Penal las penas son de uno a cuatro años de prisión y multa de seis a 12 meses para quienes "públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio sobre un individuo o grupo por su pertenencia al mismo por razones de raza, sexo, religión, origen, identidad sexual o ideología" y de seis meses a dos años y multa de seis a doce meses "a quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos que debe estar basado en una característica común de sus miembros, como su raza".
El futbolista, tras el encuentro afirmó: "He escuchado sonidos de mono, han sido pocos, gente tonta hay en todas partes y no pasa nada. Espero que esto vaya pasando poco a poco, al final estamos haciendo una lucha interna y externa contra esto y es lo que hay".
El responsable, socio de la grada de animación del Atlético de Madrid, ya fue suspendido cautelarmente por el club por esos hechos en aplicación de su normativa interna al considerarlo una falta muy grave.
La Policía identificó a ese socio como un miembro veterano del Frente Atlético, el grupo ultra que se sienta en la grada de animación del fondo sur del estadio Metropolitano.
El club fue sancionado por el Comité de Competición con el cierre de dos partidos de este sector del estadio por estos hechos y una multa de 20.000 euros.
No obstante, el Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol aceptó el recurso del Atlético de Madrid por su activa colaboración, la identificación del responsable y el hecho de que fuera un incidente aislado. Todo ello permitió afirmar que concurrió la máxima diligencia posible por parte del Club.
Correa se ha disfrazado de agitador y le sienta bien. Hay jugadores que apenas necesitan toca la pelota un par de veces para tumbar a un rival. Es un don y el argentino lo tiene. En San Mamés apareció en el minuto 88 para desatascar al Atlético y, con una carrera en el añadido, plantarse ante Agirrezabala y meterle a su equipo los tres puntos en el bolsillo. [Narración y estadísticas]
Eso buscaba Simeone y eso le dio el goleador, relegado al banquillo de inicio, con la inestimable ayuda del atrevido Giuliano y la capacidad de Sorloth no sólo para rematar sino también para intimidar y asistir. Así lo hizo anticipándose a Lekue en la pelea por una pelota que Nico envió al centro del campo y lanzando a la carrera a Correa hacia la portería para resolver un duelo con pocas ocasiones. De hecho, le sobró toda la primera parte.
Bajo una intensa lluvia, ninguno de los dos equipos encontraron la forma de hacerse daño. Ni un disparo entre los tres palos. El Athletic se plantó muy serio para que al equipo de Simeone le costara carburar. Llorente, una de sus armas, iba a tener que controlar a Nico y su contribución en ataque mermó. Pero el partido no estaba ahí. Valverde sabía que su centro del campo tenía que morder a Koke y a Barrios, cortocircuitar cualquier opción de que encontraran a Griezmann porque el francés iba a ser el encargado de alimentar a Julián Álvarez. Si la pelota la manejaban Reinildo, Giménez o Le Normand, todo se les iba a complicar.
Aún así, tuvieron algún susto. En el minuto 12 se lo dio el goleador argentino, que no pudo armar un disparo cruzado y le salió manso sin crear problemas a Agirrezabala. No estaba incómodo el Atlético, pero no se sacudía de la telaraña que tejieron los vascos, que tardaron en acercarse a Juan Musso, debutante en la portería porque Oblak se cayó de la convocatoria por problemas estomacales.
La estirada de los leones no consiguió traducirse en ocasiones y fue de nuevo el Atlético quiso poner pausa, mover la pelota y tratar de desordenar a su rival. Así fue como Lino encontró en la frontal a Gallagher, quebró a Prados muy fácil y soltó un derechazo que no encontró portería. No tuvo continuidad este arreón atlético y el duelo no despertó.
La alarma sonó en el vestuario y, cesado el aguacero, apareció el fútbol. Aumentó el ritmo y la tensión, algo en lo que el Athletic manejó mejor. Tanto que se encontraron los hermanos Williams para lograr un gol que fue anulado por fuera de juego. Ander Herrera había visto a Iñaki en la banda derecha y él, de primeras, buscó a Nico para que la empujara en el segundo palo, pero estaba ligeramente adelantado. Quiso responder el Atlético y la ocasión la creó un Griezmann, más presente, con un centro raso que se paseó por el área pequeña de Agirrezabala sin que llegara a rebañarlo Samu Lino.
Refrescó Valverde su once para entrar en el toma y daca que se avecinaba. Se envalentonaron sus hombres y Sancet soltó un latigazo desde la medialuna que provocó el lucimiento de Musso.
Cabeceó Simeone y echó mano a todo lo que tenía, empezando por Sorloth, Riquelme y De Paul y acabando por su hijo Giuliano. No puede especular el argentino con los quilates que tiene en la plantilla y, de ese atrevimiento, a la fuerza o por convencimiento, nació la victoria.
Nico Williams fue uno de los protagonistas del partido entre el Barça y el Athletic. Tanto dentro como fuera del terreno de juego. Los infructuosos avances del club azulgrana por hacerse con su fichaje este verano, en un intento de que pudiera reeditar la gran sintonía que ha mostrado con Lamine Yamal en la Roja, han sentado mal en el seno del conjunto bilbaíno.
Unos intentos que, desde el punto de vista del presidente de Athletic, Jon Uriarte, llegaron a rozar la falta de respeto. «Han sucedido cosas que no nos han gustado, ha habido faltas de respeto en el caso Nico. Incluso minusvalorando al Athletic Club. Todos fichamos jugadores, pero hay que hacerlo con cierto respeto», aseguró el máximo dirigente rojiblanco en declaraciones a los micrófonos de DAZN.
No hubo comida con la directiva azulgrana, algo justificado sobre el papel por la apretada agenda a raíz de la celebración de la Semana Grande de Bilbao. En cambio, sí estuvo presente en el palco de Montjuïc.
El menor de los hermanos Williams, cómo no, fue recibido inicialmente con pitos por unos seguidores azulgrana que se ilusionaron mucho con la posibilidad de verlo como uno más de los suyos. Pero, con el paso de los minutos, esos pitos fueron paulatinamente desplazados por la más absoluta indiferencia.
Así lo constató, por ejemplo, Ernesto Valverde. «A Nico le he visto muy bien, encarando, haciendo que el rival tuviera que ir hasta su área, haciendo bien su trabajo, el uno contra uno y esperamos que esté incluso mejor a medida que vayan pasando los partidos. Sí es cierto que hubo pitos al principio, ya lo hemos visto, pero al final fue todo más llevadero. El público ha venido sobre todo a animar a su equipo», aseguró el técnico del Athletic, quien tuvo palabras para una nueva hornada de La Masia que cuenta ya con titulares indiscutibles como Cubarsí o Lamine Yamal. «Son jugadores jóvenes, pero con muchísimo talento. Es difícil tapar todas las lineas de pase que puede encontrar Cubarsí, por ejemplo. Y lo de Lamine Yamal ya es otra cuestión. Son jugadores con gran calidad, con un gran futuro, muy fuertes. Tenemos cantera y hay que cuidarla», aseguró. En cuanto al nuevo estilo azulgrana, explicó que, para él, no fue ninguna sorpresa.
«No me ha sorprendido, su planteamiento fue como el que mostró en Valencia. Es como hablar de Lamine Yamal, o, de Messi, y que me preguntéis si me ha sorprendido. La respuesta es 'no, es muy bueno y se va de cualquiera'», sentenció el técnico del Athletic.
Lamine Yamal, precisamente, fue al final determinante para que el Barça abriera el marcador. Incluso, superando previamente a su buen amigo Nico Williams, tal y como confesó el propio crack azulgrana ante los micrófonos de DAZN nada más acabar el partido. «He visto un poco de espacio, he visto que venía Nico, que no es muy intenso en la defensa, y cuando he encontrado espacio, he chutado», resumió, feliz, por supuesto, por haber encadenado la segunda victoria de la temporada y haber ganada ante los suyos.
En los prolegómenos del encuentro, según admitió, sí habló con el menos de los Williams. «Somos muy amigos», admitió, señalando algo que no es un secreto para nadie. Pero, sobre el césped, mientras defiendan colores diferentes, esa amistad se queda en el vestuario. El Barça de Flick, sobre todo, quiere ser implacable. «Lo que intentamos es pensar siempre en el gol. Cuando recuperamos el balón, vamos como flechas a la contra y somos muy peligrosos», zanjó.
El técnico alemán, por su parte, se mostró resignado por no haber podido contar aún con Dani Olmo, pero se mostró esperanzado con vistas al partido ante el Rayo en Vallecas. «No lo sé. Espero que sí. Son cosas que tenemos que aceptar, no podemos cambiarlas, lo sabíamos de antemano. Prefiero no pensar en esto, sino centrarme en lo que puedo hacer», apuntó el alemán, quien considera que su equipo aún puede ir a más. «Creo que siempre es bueno mejorar, es lo que le digo al equipo. Cada partido es un paso adelante para que estemos mejor, es lo que estamos haciendo. Analizaremos el partido y veremos qué podemos hacer mejor para el próximo, tomando las decisiones correctas», sentenció, sin olvidarse, cómo no, de elogiar la aportación de Lewandowski: «Es un profesional y siempre está pendiente de su preparación. La edad no importa. Cuando está en forma y es positivo, puede marcar muchos goles y ayudar en la presión. Necesitábamos ese segundo gol, presionó y lo marcó. Es un jugador top, así lo ha demostrado a lo largo de estos años».
El duelo fratricida entre Lamine Yamal y Nico Williams acabó con una trabajada victoria del Barça sobre el Athletic por 2-1. El joven crack azulgrana, quien tiene ya sobre el césped gestos de auténtico veterano, se encargó de abrir el marcador con la involuntaria colaboración de Lekue. Y Robert Lewandowski, un veterano que se empeña en vivir una suerte de juventud eterna, se encargó ya en la segunda parte de remontar la momentánea igualada sellada por Sancet, de penalti, con su tercer gol en la Liga esta temporada. Un tanto al que, además, sumó dos remates al poste rival y un remate acrobático muy bien desbaratado por Alex Padilla. La escuela de porteros de Lezama sigue proporcionando al mundo del fútbol guardametas de excelentes cualidades y rendimiento.
Cómo no, vistos los antecedentes, el partido se presentaba como un duelo entre Lamine y Nico, dos excelentes amigos, hermanos de otra madre en la Roja y fuera de los terrenos de juego. Y, a decir verdad, lo cierto es que los dos pusieron mucho de su parte para hacer honor a esa premisa. Cuando uno de los dos buscaba alguna incursión por su zona de ataque, el otro acudía sin dudarlo para colaborar en tareas defensivas. La grada de Montjuïc se mostró inicialmente tremendamente hostil con el menor de los Williams, si bien esa hostilidad fue bajando decibelios a medida que avanzó el choque hasta que los seguidores barcelonistas optaron por la más total indiferencia.
Por mucho que Nico Williams buscara con ahínco ser protagonista en los primeros compases, fue su hermano Lamine el primero en dejar su impronta. El joven crack azulgrana, tras aprovechar un despeje no muy atinado de Padilla a la salida de un córner y tras marcharse del propio Nico, culminó su acción con un zapatazo que, tras ser desviado levemente por Lekue, acabó por convertirse en el primer tanto del encuentro. La respuesta del 10 del Athletic, casi acto seguido, fue un centro envenenado que puso el miedo en el cuerpo a los barcelonistas. Lewandowski, cuando se encaraba la recta final de la primera parte, tuvo una oportunidad inmejorable para el 2-0 tras una buena combinación entre el propio Lamine y Raphinha, pero su disparo acabó por estrellarse en el palo de la portería rojiblanca.
El Athletic, pese al susto, lograría marcharse al descanso con 1-1 en el marcador. Sancet, al transformar un penalti inicialmente no sancionado por Gil Manzano, quien corrigió su decisión a instancias del VAR, devolvió la igualada al marcador después de que Lewandowski se quejara también de una posible pena máxima que se perdería en el limbo una vez castigada la acción de Cubarsí sobre Berenguer.
En la reanudación, el conjunto de Valverde pareció apostar por dar un paso atrás, conservar la igualada en lugar de buscar el 1-2 y le dejó toda la iniciativa a un Barça que, poco a poco, fue cercando el área rival en busca del gol del triunfo. Avisó Lewandowski, con un remate muy plástico perfectamente respondido por Padilla y un remate de cabeza al travesaño.
A la tercera, en cambio, el polaco no perdonó. Aprovechando un rechace a la desesperada del meta rival tras una internada de Pedri, acabó por mandar al fondo de la red el 2-1 que le serviría al Barça para sellar su segunda victoria en la Liga, por mucho que su rival acelerara un poco las cosas tras el tanto.
Los leones, abandonando el trantrán con el que se plantaron en el césped, trataron de arañar ese mismo punto con el que parecieron conformarse durante muchos minutos. Incluso mostrándose excesivamente contundentes en algunos lances. Su empuje se quedó sin premio.
Lamine Yamal y Nico Williams tienen una conexión especial. Tanto sobre el césped, cuando defienden los colores de la Roja, tal y como quedó demostrado en la pasada Eurocopa, como fuera de él. Mientras duró una competición que culminó con el cuarto título de su historia para la selección española, el joven de los Williams casi siempre estaba cerca de los jugadores del Barça. Una actitud que llevó a propios y extraños a pensar que su fichaje por el club azulgrana no era para nada una quimera. Más aún, cuando tanto el ahora 10 del Athletic, como la última gran perla de La Masía, pasaron también juntos incluso parte de sus vacaciones. Su amistad, a pesar de todo, tendrá que quedar aparcada este mismo sábado, cuando el conjunto que dirige Hansi Flick se mida en Montjuïc a unos leones que han peleado con uñas y dientes para evitar que el jugador hiciera las maletas. Por lo menos, este mismo verano.
El propio presidente, Joan Laporta, en la presentación del técnico germano, dejó caer que el club estaba en disposición de contratar tanto a Dani Olmo, su único gran fichaje, al que se le sumaría también el del joven Pau Víctor, como a Nico Williams. El Athletic, no obstante, removió cielo y tierra para asegurarse la continuidad de un jugador al que le dieron nuevos galones otorgándole un dorsal con tanto peso como el número 10 y por quien estaban incluso más que dispuestos a denunciar al Barça ante la Liga si, finalmente, el club pagaba los 58 millones de euros que figuran ahora mismo en su cláusula de rescisión. Su argumento: que la entidad azulgrana incumpliría los controles económicos de la competición y que superaría el límite salarial que tiene establecido. Algo que se evidenciaría, en este caso, con los problemas que está teniendo el club barcelonista para inscribir a Olmo y que han acabado cristalizando en la salida relámpago deIlkay Gündogan, cuyo regreso al Manchester City traspasado a coste cero se oficializó este mismo viernes.
"Después de sólo un año, ya es hora de decir adiós. Vine aquí para afrontar un reto nuevo y emocionante, y estaba preparado para hacerlo. Lo di todo para luchar por el equipo y el club de la mejor manera posible en una temporada difícil y quería ayudar a mis compañeros en una nueva campaña. Ahora me voy en una situación difícil, pero si mi marcha puede ayudar financieramente al club, eso hace que me sienta un poco menos triste", señaló el alemán en un mensaje escrito en inglés y compartido a través de sus redes sociales. "Después del partido contra el Valencia, tuvimos una conversación honesta y pensé que quería ayudarnos, pero ha cambiado de idea, son cosas que pasan. Le conozco personalmente, ha sido un jugador fantástico para el Barça y sólo puedo decir cosas buenas de él", señaló al respecto Hansi Flick.
Con esta salida, eso sí, espera que Olmo pueda ser al fin inscrito en la Liga. "Dani, está listo para jugar, esperamos que pueda hacerlo, que pueda entrar en el equipo y que pueda ayudarnos. Confío en poder disponer de él lo antes posible", aseguró el técnico alemán, quien tuvo también palabras de elogio para un Lamine Yamal a quien tiene en muy alta consideración. "Jugó la Eurocopa, lleva dos semanas y media entrenando con nosotros y lo que he visto hasta ahora es increíble. Tiene posesión, control... Jugadores como él ayudan enormemente a cualquier equipo. Espero que no repitamos los errores que cometimos en la primera mitad en Valencia y hay que ubicarlo en la posición adecuada», apuntó acerca del joven crack barcelonista. Muchísimo más parco en palabras, eso sí, se mostró a la hora de valorar el juego de un Nico Williams por quien tanto han suspirado los azulgrana.
"No es mi trabajo hablar de él, yo me centro únicamente en mis jugadores. Jules Koundé le frenará bien", se limitó a apuntar Flick acerca del delantero del Athletic. El tira y afloja que han protagonizado tanto la entidad bilbaína como el Barça por el jugador, con el club azulgrana resistiéndose a renunciar a su contratación hasta prácticamente el último momento y los leones jugando todas las cartas posibles para retenerlo, mientras el propio futbolista hacía gestos más dirigidos hacia su continuidad, podría provocar que la grada de Montjuïc le brinde un recibimiento poco amistoso. Ernesto Valverde cree que todo discurrirá con normalidad. "Yo he jugado muchos partidos en Montjuic. Y te garantizo queno es el campo más caliente del mundo, más que nada por la distancia que hay con la gente. Además, es verano. El público animará a su equipo, habrá muchos turistas y la gente estará con ganas de ver al Barça, igual que cuando nosotros jugamos aquí. No espero nada especial", dijo ayer el técnico del Athletic.
No era una visita cualquiera. Después de cuarenta años sin poder ganar un título, el lunes, el Athletic cumplió con un compromiso que llevaba marcado en rojo en el calendario de los despachos de Lezama desde que la Copa volviese a Bilbao subida en La Gabarra. No faltó nadie. Como cada año, jugadores, cuerpo técnico y miembros de la junta directiva acudieron a entregar una ofrenda floral y, en esta ocasión, a ofrecer el título a la Basílica de Nuestra Señora de Begoña. La relación entre ambas instituciones es muy estrecha. Una costumbre llena de simbolismo y espiritualidad que conecta a la Patrona de Vizcaya con el club que hace vibrar a 'La Catedral' del fútbol.
"Es tradición. Para algunas personas puede incluso confundirse con algo religioso, pero no lo es, es sagrado. Es muy importante. Esto provoca una mezcla que en Begoña se da de una manera muy especial porque aquí se la denomina la Amatxu, que en euskera quiere decir: la madre querida", apunta el sacristán Enrique Franco. Una protección maternal que llega hasta el rincón más íntimo del vestuario rojiblanco, donde una estampa de la Virgen acompaña al equipo de Ernesto Valverde y al femenino antes de cada partido. Aun así y como les cuenta su sacerdote, hay ocasiones en las que el esfuerzo y el buen juego son el único camino para llegar a la victoria: "Cuando viene les suele decir que la Virgen no hace milagros, que también hay que entrenar y jugar bien".
Porque el fútbol, para los dirigentes, siempre ha tenido algo místico y espiritual que lo hace especial y más, cuando hay un título en juego. "Un día un presidente del Athletic vino a rezar faltando pocas fechas para que se jugara una final de Copa y cuando entró pensé: "¿A qué habrá venido?" Entonces, le hice una pregunta: "Si se va a tirar un penalti y se santiguan el portero y el jugador que lo va a lanzar, ¿a quién hace caso Dios?" Y el presidente respondió: "Dios no está para esas cosas", recuerda también Franco.
La figura del capellán
España ha sido históricamente un país muy ligado al catolicismo. Sólo hay que acudir a los libros de historia para comprobar la importancia que ha tenido la religión en la sociedad. Sin embargo, los datos del CIS recogidos anualmente por el Observatorio del Laicismo revelan que el número de creyentes en nuestro país habría descendido progresivamente hasta situarse en un 54,4%. Esta cifra contrasta con la realidad de la máxima categoría del fútbol español, donde al menos 14 de los 20 clubes mantienen algún tipo de relación institucional, según sus publicaciones oficiales, con alguna entidad religiosa cercana. Y son este tipo de actos como las ofrendas florales, sumadas a la figura de los capellanes, los elementos imprescindibles para entender cómo se desarrolla el vínculo.
Para algunos estos actos pueden resultar anecdóticos, banales y sin mayor trascendencia, pero la realidad es que su significado trasciende lo meramente futbolístico. El Valencia C.F y su relación con la Virgen de los Desamparados es un gran ejemplo de ello. "Lo más bonito es cuando llega un título" confiesa Álvaro Almenar, vicerrector de la Basílica, capellán oficial del club y declarado valencianista desde pequeño. Aquella última Copa del Rey ganada ante el Barcelona en el Benito Villamarín todavía continúa en el recuerdo.
Este distinguido sacerdote, que tiene el honor de recibir a los jugadores en las visitas, acude al estadio de Mestalla cada partido con una hora de antelación al pitido inicial. Dentro del túnel de vestuarios, se dirige a una pequeña capilla con la imagen de la Virgen y pregunta si algún jugador está disponible para acompañarle en un pequeño rezo: "Normalmente siempre hay alguien que desea hacer alguna pequeña oración. Rezamos un Ave María, entregamos un pequeño ramo de flores, le pedimos que no haya lesiones y que nuestro equipo gane. Con total libertad, a veces viene Jesús Vázquez, Gayá o los lesionados. Luego me subo a mi sitio a ver el partido como un aficionado más".
La búsqueda de la fe
En una plantilla con múltiples religiones y creencias, Almenar admite que siempre se fija en si algún jugador se santigua cuando salta al terreno de juego. Además, reconoce que siempre ha encontrado a alguien dispuesto a compartir con él ese pequeño momento de intimidad: "Es verdad que hoy las plantillas son plurireligiosas, hay quien cree, quien no cree...pero siempre hay un pequeño grupo". Sus homólogos en el Levante, con quienes comparte devoción, realizan una labor similar.
En una de las visitas, un jugador compartió con uno de los capellanes, José Luis Sánchez, un momento inolvidable. "Estando en la Plaza de la Virgen me dijo: "Padre, yo no soy creyente, pero para mí es muy importante buscar lo mejor. Y al igual que yo quiero ser más preciso en la técnica y marcar gol, a mí me gustaría que si usted tiene fundamentos serios para que yo pueda descubrir que sin Dios el hombre no tiene sentido, me los dijera porque soy un hombre abierto, libre y tengo capacidad de escuchar. Fue muy bonito", recuerda emocionado Sánchez.
Barcelona es otra parada obligatoria para entender mejor esta conexión. Desde la construcción del Camp Nou en 1957, los largos pasillos que llevan a los vestuarios escondían una pequeña capilla con la imagen de la Virgen de La Moreneta, patrona de Cataluña. En ese pequeño rincón, protegido a las visitas, se forjaba uno de los vínculos más bonitos de nuestro fútbol.
Joan Laporta saluda a un sacerdote del Santuario de Montserrat durante una de sus últimas visitas.Óscar BardajíMontserrat
Òscar Bardají, director de comunicación del milenario santuario de Montserrat, explica cuál ha sido su uso durante las últimas décadas: "Antes se hacía una misa allí y dependiendo también del año, el 24 de septiembre, que es el aniversario de la inauguración del Camp Nou, iba un sacerdote que también estaba en la Masía y la oficiaba. Ahora se hace menos", matiza. Con el estadio en reconstrucción, el club ha confirmado en un comunicado que la mantendrá en su lugar. Lo único que queda entonces por saber es a qué lado del túnel estará. "Antes daba la casualidad de que la salida de los jugadores se hacía por la derecha, porque el banquillo que utilizaban estaba a ese lado saliendo del túnel. Luego cuando llegó Johan Cruyff lo cambió a la izquierda. Desde entonces, por esa parte pasa el equipo contrario y tiene mejor vista de la capilla. El pase más directo lo tienen ellos. Depende del jugador si tiene una fe religiosa o no", explica Bardají.
Desde el presidente José Luis Núñez, pasando por Sandro Rosell, Josep María Bartomeu y las dos etapas de Joan Laporta, el Barça se ha encomendado año a año a la Virgen para que le ayude a conseguir algunas de sus más increíbles gestas: "Cuando ganó 6-1 al Paris Saint Germain, remontando el 4-0 de la ida, hubo una gran cantidad de seguidores que al día siguiente subieron a Montserrat para dar gracias a la Virgen. Se hicieron hasta programas de radio desde aquí. La gente pensaba que era obra más de La Moreneta que de los propios jugadores", afirma.
Además, fruto de esa unión entre club y santuario, los más jóvenes de La Masía y los niños del coro de la Abadía mantienen una conexión especial más allá de lo futbolístico. "Los chicos más mayores de la escolanía con los de una edad similar de la Masía hacen un intercambio. Una vez suben a Montserrat y luego bajan a la ciudad deportiva y se hace una actividad, juegan un partido y después cantan o vienen aquí y les enseñan las instalaciones...", relata Bardají.
Continuidad en el tiempo
Son esos sentimientos, que solo pueden explicarse a través de la fe, los que llevan a los clubes a continuar con esta tradición ligada a valores como la solidaridad, el compañerismo o el sacrificio. Una filosofía que el Padre Ángel no duda en destacar. Desde su despacho en el madrileño barrio de La Latina, el presidente de Mensajeros de la Paz mantiene un estrecho vínculo con la mayoría de los equipos de fútbol del país.
Las continuas demostraciones de fraternidad y afecto de los clubes con los más necesitados son para él un ejemplo para la sociedad: "El deporte es un ente precioso de convivencia y creo que eso se valora mucho en el fútbol. Nosotros hemos estado con todos los equipos: Real Madrid, Barcelona, Atlético...", afirma el sacerdote.
Todos ellos continúan manteniendo una tradición que, a pesar de la tendencia, ninguno de sus protagonistas espera que desaparezca: "Yo creo que se va sustentando, pero no tiene la vitalidad que tenía antes", comenta Bardají sobre el posible abandono de la actividad. Las ya protocolarias celebraciones de los dos equipos madrileños en la Catedral de la Almudena cuando logran un título, la Gloriosa Virgen Blanca que acompaña los ascensos del C.D. Alavés, la canaria Virgen del Pino que cuida de la U.D. Las Palmas o la Virgen de las Angustias que reza por el Granada son solo algunas muestras de que estos sentimientos continúan latentes entre los aficionados. Sí, es cierto, los datos dicen que España está poco a poco dejando de ser católica, pero el fútbol continúa pidiendo a la Virgen que cuide de su destino.
Tradiciones y rivalidades religiosas en el fútbol europeo
Celtic vs Rangers: Es el derbi religioso por excelencia en Europa. El partido conocido como Old Firm, que enfrenta a los verdiblancos del Celtic y a los azules del Rangers, tiene todavía un enorme trasfondo espiritual. Fundados por un hermano marista católico y reconocidos por su apoyo a la República de Irlanda, los aficionados del Celtic guardan un enorme rechazo a los unionistas y protestantes del Rangers. Su animadversión dentro y fuera de los terrenos de juego sigue provocando algunos incidentes entre jugadores y aficionados.
Southampton y Everton: En la cuna del fútbol mundial también existen orígenes religiosos. El Southampton, conocidos como los "santos" del fútbol inglés y con origen en cinco integrantes de la iglesia de Saint Mary's, que da nombre a su estadio, han vuelto este año a la Premier League. Allí, les espera el Everton, cuyo nombre original fue Sto. Domingo F.C., en honor a la parroquia del distrito. En la actualidad, mantiene una estrecha vinculación con la iglesia situada justo al lado del estadio Goodison Park, San Lucas Evangelista.
Aston Villa: El club dirigido por Unai Emery resalta entre sus grandes tradiciones cada vez que juega como local, el vibrato de las campanas de la iglesia situada a pocos metros del estadio. Un gesto que anima a sus aficionados a entonar su famosa canción "The Bells are ringing" (Las campanas están sonando).