Estadios bajo los cubiletes de los trileros: incompetencia, terror por los 'whatsapps' del miedo y un 'excel' que la FIFA hará de nuevo

Estadios bajo los cubiletes de los trileros: incompetencia, terror por los ‘whatsapps’ del miedo y un ‘excel’ que la FIFA hará de nuevo

Los trileros abundaban en las calles de España. Todavía es posible ver algunos, pero, hoy, los percibimos como personajes asociados a otro tiempo, extinguido en el tardofranquismo. El juego del Trile, también conocido como la Bolita o la Mosqueta, consiste en mover rápidamente una bola entre cubiletes y adivinar dónde se encuentra. Los trileros suelen tener compinches que indican sigilosamente a quien realiza la apuesta. Después de ganar, aumenta la puja y, entonces, pierde. Los trileros del fútbol, desgraciadamente, no son cosa del pasado, como ha puesto de manifiesto el último y vergonzante episodio en la Federación, desvelado por Esteban Urreiztieta. Al menos, con un toque de modernidad, al cambiar los cubiletes por un excel donde el estadio de Balaídos, uno de los aspirantes a albergar el Mundial 2030, aparecía y desaparecía. Los trileros de la Federación, sin embargo, han ido más allá de los de la calle, porque además de estafar al que jugaba, traicionaban la ética de los propios estafadores, al grabarse en secreto unos a otros. Una práctica amoral extendida en un lugar podrido, percibido en las alturas del fútbol como el Tercer Mundo de la gobernanza de este deporte, muy por detrás de Marruecos, una organización que no parece únicamente una Federación de trileros, sino también de 'Villarejitos'.

El excel de María Tato enviado a la FIFA tiene, en realidad, el mismo valor que una invitación de boda. Se ruega confirmación. Nada más. En Zúrich lo deciden todo, también con quién casarse, desde que el organismo de Gianni Infantino convirtió los comités organizadores en comités de bienvenida, antes de Qatar 2022, y estableció un bureau ad hoc para cada campeonato. En 2026 o inicios de 2027, la inspección de la FIFA visitará estadios en los tres países organizadores, no únicamente los recintos del excel, y tomará sus decisiones sin que viejas cuentas pendientes, como las que tienen Abel Caballero y Rafael Louzán, supongan una variable.

El Gobierno español se ha situado en lo políticamente correcto, al pedir a la FIFA que aumente de 11 a 13 las sedes concedidas a España y de ese modo evitar conflictos de índole territorial. José Manuel Rodríguez Uribes envió, el pasado 26 de julio, una carta al secretario general del organismo, el sueco Mattias Grafström, en la que se refería a Vigo y Valencia como ciudades históricas, de tradición futbolística, claves en la vertebración territorial del país, al tiempo que abogaba por el justo reparto de los «beneficios económicos, sociales y emocionales».

"Si con estos dirigentes lo ganan todo..."

La FIFA no está cerrada a modificaciones, pero aumentar las sedes en España significaría, posiblemente, tener que hacerlo en Portugal y Marruecos, cuyo trabajo eficaz y en silencio es puesto como ejemplo en Zúrich, especialmente el del país africano, frente a los constantes escándalos y cambios de la Federación Española. «¿Si con estos dirigentes lo ganan todo, cuánto más ganarían con otros?», se preguntan, entre risas y asombro.

María Tato, durante su entrevista en EL MUNDO.

María Tato, durante su entrevista en EL MUNDO.Alberto Di LolliMUNDO

Fernando Gomes acaba de dejar la presidencia de la Federación Portuguesa de Fútbol, después de tres mandatos, para liderar el olimpismo del país luso. Un hombre muy bien visto en la FIFA, que había cargado de sensatez la candidatura, a la que ahora contribuirá en otro rol. En Zúrich también están agradecidos a Marruecos, no sólo por el impulso del fútbol en el país, también por su mediación diplomática ante Arabia para que prorrogara su interés por organizar el Mundial de 2030 a 2034. Ya es suyo. Marruecos construye un gran coliseo en Casablanca para el Mundial. No parece que peligre la final, con Florentino Pérez como garante del Bernabéu, en fantásticas relaciones, además, con Infantino, que le dio a Vinicius el Balón de oro sin oro.

La final es la guinda del pastel, pero el pastel está por repartir, y para ello Marruecos está formidablemente situado, con un posición estratégica clave como aliado de Estados Unidos y puente con el resto del mundo árabe, y un cuerpo diplomático eficaz y volcado en una cuestión de Estado. Para el Gobierno español, por ahora, el Mundial es cuestión de la Federación.

Pasividad en el Gobierno

La prueba es cómo la chapuza de los excel ha dejado mudo al Consejo Superior de Deportes, ante la dualidad de observar cómo un proyecto estratégico para el país empieza en las viñetas del cómic y la imposibilidad de intervenir la Federación, pese a la sucesión de escándalos. No hay 155 que lo posibilite, por supuesto, pero la alternativa de optar por un papel escrupulosamente político es lo que convierte a la política en inútil.

Sólo una acción penal podría explorar las acusaciones del alcalde de Vigo contra Louzán, al que señala por la exclusión de Balaídos en el segundo excel, como si se tratara de una venganza entre familias gallegas. Lo que, en cualquier caso, ha quedado acreditado es el bajo nivel profesional de la comisión a la que se encargó el trabajo. Una constante en una Federación donde abunda el nepotismo, con hijas e hijas por los despachos, y donde tener un pasado como futbolista, encajarse un buen traje y poner voz de radio no garantiza el nivel. Nivel tiene y de nivel sabe Javier Tebas, en la posición más cómoda de toda su etapa: la Federación hace lo que dice, pero el presidente de la Liga no tiene responsabilidad en lo que hace. Cuidado, no obstante, con los efectos colaterales si llegan las explosiones, sobre todo con enemigos poderosos de verdad.

Rafael Louzán, presidente de la Federación.

Rafael Louzán, presidente de la Federación.EFE

En Las Rozas muchos temieron que la crisis de los estadios pudiera ser la explosión definitiva. La razón es que la Federación es presa de su propia dinámica, de su gangrena, y nadie sabe hasta dónde puede haber sido grabado y hasta dónde pueden llegar sus whatsapps. Si María Tato tiene algunos comprometedores, únicamente ella lo sabe y sólo estaría obligada a aportarlos en un proceso judicial. Los mails con Louzán de la ya ex ejecutiva durante el proceso de selección de los estadios revelan que existía una conexión, nada más. Los supuestos whatsapps del miedo, sin embargo, desataron el pánico en una semana complicada en la casa, en la que el eficaz cortafuegos de su comunicación hizo muy bien su trabajo y puso a salvo a Louzán. El presidente sólo habló después de que María Tato cerrara su salida. La comunicación en la Federación es como atravesar un arrozal en los dominios del Vietcong. Nunca sabes de dónde puede llegar el siguiente disparo o el siguiente whatsapp. Continuará...

La UEFA abre una investigación a Rüdiger, Mbappé, Ceballos y Vinicius por "conducta inapropiada" tras el duelo de Champions en el Metropolitano

La UEFA abre una investigación a Rüdiger, Mbappé, Ceballos y Vinicius por “conducta inapropiada” tras el duelo de Champions en el Metropolitano

La UEFA ha abierto una investigación por motivos disciplinarios a varios jugadores del Real Madrid por su comportamiento tras el pase a cuartos de final de la Champions League en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid en la tanda de penaltis.

El comité de Ética y Disciplina de la institución europea está estudiando la posibilidad de que Antonio Rüdiger, Kylian Mbappé, Daniel Ceballos y Vinicius Júnior hayan tenido una "conducta inapropiada" en el estadio del club rojiblanco en el partido de vuelta de los octavos de final.

Según el Código Disciplinario de la UEFA, la conducta inapropiada está recogida de modo general en el artículo 11 que refiere los Principios de Conducta. Luego es el 15, en su apartado a, el que habla de la suspensión de un partido para los jugadores que tengan conducta no deportiva o provoquen a los espectadores.

Tras el último penalti, lanzado por Rüdiger, los jugadores del Real Madrid se dirigieron al fondo norte, en el que se encontraban sus seguidores, a celebrar el pase a cuartos. Algunos de los aspavientos que realizaron no gustaron a los aficionados del Atlético que estaban en la misma grada y hubo cierta tensión con los jugadores blancos.

Según se pudo observar en vídeos de redes sociales, los futbolistas incluidos en el expediente y alguno más se enfrentaron dialécticamente a la grada mediante ciertos gestos polémicos. Por ejemplo, se recogió como Rüdiger se llevaba la mano al cuello, Mbappé se agarró los genitales y Vinicius se señaló la manga donde estaba el escudo de la Champions y colocó un abrigo en el campo en señal de conquista.

La grada respondió con lanzamiento de objetos a los jugadores blancos y Bellingham llegó a 'rematar' una botella de agua de cabeza antes de retirarse de la zona conflictiva tras realizar ciertos bailes tanto el inglés como Ceballos y Rodrygo.

Otro expediente

De hecho, la institución europea también ha propuesto una sanción al club rojiblanco en el mismo partido por el lanzamiento de objetos. Se trata de una multa económica para la que el club ha presentado sus debidas alegaciones. Algo que también hará el Real Madrid respecto a sus cuatro jugadores investigados.

La organización europea ha iniciado ambos expedientes de oficio sin que ninguno de los clubes haya intervenido, denunciado o siquiera haya sido consultado por los hechos acaecidos el pasado 12 de marzo.

Cierre del Bernabéu

Esta investigación llega justo un mes después de que el órgano de Apelación de la UEFA hubiera ordenado el cierre parcial del Santiago Bernabéu durante un partido por los insultos de la grada a Pep Guardiola en el encuentro también de Champions ante el Manchester City.

El cierre parcial, en suspenso condicionado a la conducta del estadio durante los próximos dos años, iba también acompañado de una sanción económica de 30.000 euros.

Dios viste de blanco: el Real Madrid revive la pesadilla del Atlético en los penaltis

Dios viste de blanco: el Real Madrid revive la pesadilla del Atlético en los penaltis

Tenía razón Simeone. La eliminatotia estaba en manos de Dios, y Dios, como decía su compatriota Borges, no admite sobornos. Ninguno los cometió, entregados Atlético y Madrid a un derbi agonístico, sostenido el primero sobre un gol al alba, a los 29 segundos, sobrepuesto el segundo a la atmósfera del Metropolitano, al balón a los cielos de Velázquez lanzado por Vinicius, incluso a sí mismo. A Dios le tocaba elegir, no castigar, en el te quiero, no te quiero de los penatis, pero el resbalón de Julián Álvarez ante la suerte suprema tiene algo de castigo. El Madrid avanza, pues, a cuartos de la Champions como si caminara sobre las aguas, sin resbalarse, porque Dios viste de blanco. [Narración y estadísticas (1-1, 2-4)]

A Rüdiger correspondió el penalti decisivo, el último, después de que marcaran sus pesos pesados, Mbappé y Belligham los primeros, con un Vinicius fuera, que ya había fallado en el mismo lugar. Tiene Champions para corregirse. Marcos Llorente envió antes de Rüdiger al palo. El fatalismo se repetía para el Atlético y para Simeone, que gritaba a los suyos que levantaran la cabeza. Estaban eliminados pero estaban de pie.

Ese Madrid inyectado había salido al césped del Metropolitano como se sale del servicio del cine cuando la película está a punto de empezar. Siempre queda algún botón por abrochar. Mal asunto. Lo que le esperaba no era una comedia, precisamente. En 29 segundos, estaba en pelotas, lo que tardó el Atlético en desnudarlo, de la bragueta a la camisa. La eliminatoria empezaba de nuevo, igualada, en el minuto uno.

Los excesos y el absurdo

El balón transitó entre los futbolistas del Atlético como si derribara fichas de dominó, fichas blancas: Asencio, Valverde, Courtois. A Gallagher correspondió el remate final, en un cuerpo a cuerpo con el belga. Era como una señal del destino, puesto que el inglés había sido una de las dos novedades escogidas por Simeone en el once. Reinildo, la segunda, para armar una banda izquierda nueva con respecto a la ida en el Bernabéu. Por ese lugar recibió el golpe en la ida, muy temprano. Lo devolvía mucho antes, sin que el Madrid se hubiera abrochado todos los botones.

Simeone ni se inmutó en la banda, lejos su hipercólera. Esto es muy largo, pensó, entre expectante y sorprendido. En su mente anidaba la pregunta de qué hacer frente a un escenario inesperado, al menos tan pronto. Nunca sabremos cuál era su hoja de ruta si el Atlético hubiera tardado más en igualar la eliminatoria. Ahora estaba más claro, porque la situación regresaba a su terreno, a la cueva donde nadie juega a las sombras como el argentino. Le encanta intervenir, decidir sobre lo que acontece en el campo, manejar los tiempos de los partidos. A veces hasta el exceso, y los excesos conducen al absurdo.

El Atlético se replegó, huyó de la presión alta para proteger el tesoro e impedir correr al Madrid. Si lo hace, hay que jugar con la pelota y el crucifijo. Una vez pudo hacerlo, una, y Mbappé puso a Oblak en el paredón. El penalti de Vini se fue al cielo.

Julián Álvarez, en el penalti que fue invalidado por el árbitro.

Julián Álvarez, en el penalti que fue invalidado por el árbitro.AP

Al Madrid le quedó inicialmente la posesión, pero la posesión sin profundidad es un ejercicio estéril, como el amor sin sexo. En el fútbol español hemos conocido las dos versiones. El ataque posicional no dio frutos a los blancos en un primer tiempo en el que apenas sacaron un disparo de Rodrygo. Nada más. Poco. Poquísimo. Mbappé, desesperado, escapaba del área a los medios para tocar el balón y sentir que estaba en el partido.

El peligro lo generaba el Atlético, porque a su excelente organización defensiva añadía más intensidad en las disputas que se producían en las transiciones, con la excitación justa. Encontrarla era básico para los rojiblancos, en una atmósfera muy cargada, como sucede en los derbis del Metropolitano. No estábamos ante un derbi cualquiera. Igualar la eliminatoria tan pronto se lo permitió. Lo contrario los hubiera desquiciado.

Sin necesidad de desguarnecer sus líneas, con muchas precauciones por parte de Marcos Llorente y Reinildo, habituales en los despliegues, los jugadores de Simeone consiguieron llegar al área de Courtois y provocar que apareciese la mejor versión de Julián Álvarez, voraz para cargar la pierna desde cualquier lugar y disparar, incluso para intentar dos veces seguidas el gol olímpico. Sabe que es una estrella, sabe que quiere ser un número uno y sabe dónde ha de conseguirlo. Era un partido señalado. Julián Álvarez le ha ofrecido a este Atlético, donde vemos la versión otoñal de Griezmann, un vértice de calidad extrema, en el gol y en mucho más.

Cambios de riesgo

El Madrid debía elevar la presión y la movilidad para poder encontrar las ocasiones. Lo hizo tras regresar del descanso, sin que el Atlético cambiara su plan, salvo en los primeros minutos. Eso es muy del Cholo, un arranque a fuego y después el repliegue a la espera de la carroña. El factor sorpresa a veces funciona. Lo hizo en el primer tiempo. Después, no.

Ancelotti se había inclinado por Modric como titular, porque el partido pedía galones, temple, sabiduría. Sin embargo, la celda del Atlético le obligaba a mover los barrotes con energía. Camavinga saltó para ocupar el lugar del croata, pero a la vez se retiraba del campo también Tchouaméni, Valverde pasaba al centro y Lucas Vázquez ocupaba el lateral. Cambios de riesgo. Poco tiempo después, Brahim, en busca de las acciones de uno contra uno para superar piezas hasta entonces infranqueables.

La única vez que el Madrid lo había logrado fue por un error ajeno, de Griezmann, en su área. Pudo entonces correr, aplicar su manual, para conectar con Mbappé, único en los movimientos en ese lugar. Lenglet lo derribó. Con muy poco, Vinicius estaba ante los 11 metros, ante la puerta de Oblak como si fuera la puerta de la gloria. Volvió al purgatorio.

A la prórroga llegaron ambos entre el cansancio, las lesiones, como las de Mendy o De Paul, y el miedo. El Atlético ya no contaba con Giuliano, una dinamo que genera y genera energía, ni De Paul, pero aparecía el factor Correa. Un control de cirujano tras un envío de Oblak, de costa a costa. Insuficiente para tumbar al vigente campeón.

Mbappé y Vinicius presentan armas ante un buen Rayo antes del gran duelo del Metropolitano

Mbappé y Vinicius presentan armas ante un buen Rayo antes del gran duelo del Metropolitano

Al grito de "¡presenten armas!", el Madrid lo hizo, con Mbappé y Vinicius como fusiles erguidos, preparados. El Atlético, no. Dos disparos y retirada, una peligrosa retirada. La vigilia en la Liga del gran duelo de la Champions, el miércoles en el Metropolitano, deja mejores sensaciones para los blancos que para los rojiblancos, por el estado de sus grandes argumentos ofensivos, resolutivos ante un Rayo tan ambicioso como débil. En el primer 'round' del Bernabéu frente al Atlético, apenas aparecieron. El gol de Mbappé suma en el marcador, en la tabla y en la moral. El de Vinicius, soberbio, la inflama, aunque fuera en el marco de un acto corriente.

Ambos estaban en el once. Como Bellingham, como Rodrygo. Las rotaciones, pocas, la mayoría obligadas y atrás, con una sorpresa: Lunin. Lucas Vázquez aparecía en el lateral derecho, donde es necesario administrar a Valverde, que sólo jugó unos minutos, y Alaba lo hacía en el centro por el griposo Rüdiger. Modric, que siempre toma buenas decisiones, volvía al centro en un buen día de Tchouaméni, más firme que en mucho tiempo. Hay que preguntarse si es por su mejora o por la compañía de la versión croata de Astérix. Guste más o menos, es el lugar de Tchoauméni, no el de su compatriota Camavinga, que tiene en su dinamismo un interesante desorden si es para desordenar al contrario, no a los suyos. Mejor, pues, lejos de lo que Luis Aragonés llamaba "pasillos de seguridad". Cuando saltó al campo, el francés lo hizo un paso por delante, en la zona de los interiores.

Un Rayo al ataque

La propuesta del Rayo, innegociable para Íñigo Pérez, dejaba buenos caladeros al Madrid a la espalda de su adelantada defensa. Los exploró Vinicius, fuera en la conducción, el regate o la asistencia. La que le dio a Mbappé acabó en gol, porque el francés dispara como si utilizara un látigo. El tanto del día, y de muchos días, fue, en cambio, el que el brasileño consiguió a continuación. Vini arrastró al central fuera de su zona a la que regresó para burlar a Ratiu y superar a Batalla, todo sin soltar la pelota.

Sin el lesionado Mumin, al que sus compañeros dieron aliento en sus camisetas, al Rayo le sentaba mejor pisar el campo del Madrid, incluso su área, que el propio. Vini y Mbappé eran demasiado para Lejeune y Aridane, porque el segundo no aporta lo mismo que el ausente. Si además el entrenador manda la línea hacia arriba, hay momentos en los que únicamente se pueden apretar las cuentas del rosario.

Lunin es un portero contrastado, pero cuando se aparece poco en la portería, siempre se pasa un examen, y más si el trabajo es sustituir a un cíclope. En esa tesitura, son clave las primeras acciones, la primera parada. Fueron, al menos extrañas. Una salida penosa del ucraniano pudo costarle el primer gol al Madrid, pero Aridane cabeceó alto cuando tenía toda la portería delante. Cuando detuvo el balón Lunin a disparo de Ratiu, un lateral tremendo en su despliegue, su rechace fue hacia la zona prohibida y Gumbau volvió a disparar. Asencio desvió lo justo. Entre el central y el portero pudieron, asimismo, liarla, en una cesión hacia atrás que encontró a Lunin superado y pudo acabar en la red. También el Madrid se encontraba más preciso del centro del campo en adelante. No es casual que ahí estuvieran los 'titularísimos'.

Las dos caras de Vini

El zapatazo de Pedro Díaz llegó cuando el Rayo había pasado por sus mejores minutos sin frutos, sobre la campana del descanso. La pelota entró claramente después de golpear el larguero. El VAR lo ratificó para hacer el partido largo, sin que el Madrid pudiera cerrarlo. Íñigo Pérez lo entendió, del mismo modo que Ancelotti, que movió el banquillo para guardar el resultado. Todos los que saltaron al campo, menos Brahim, fueron de corte defensivo. Lo dejaron Mbappé y Bellingham, que no tuvo precisamente su día, mientras Vinicius se enredaba y se ganaba una tarjeta.

Por esa senda tiene un problema el brasileño, y tendría muchos en el Metropolitano. Por la de la primera parte, en cambio, será un peligro. Es su perversa dualidad. También la del Madrid, mejor en el homenaje al fallecido médico del Barcelona, Carlos Miñarro, y al colegiado David García, de Segunda federación, que en la parodia de los árbitros.

Brahim cobra la mínima ventaja en el derbi del miedo

Brahim cobra la mínima ventaja en el derbi del miedo

El Bernabéu es un buen lugar para la contemplación si se es espectador. Como mirar una catedral para los devotos, con un marcador que es como un fresco en movimiento. Como futbolista, sin embargo, es un mal asunto. El Atlético partió deliberadamente contemplativo, agrupado en su campo, a la espera de que no pasaran cosas. A Simeone le puede su naturaleza, tenga lo que tenga, y no es un reproche, ni es negativo. Es lo que es, y le ha ido de maravilla. En el Metropolitano, en cambio, deberá proponer más, porque la Champions lo exige; el Madrid, también. No le bastará su acting en la banda. Sin necesitar de una noche mágica, el rey de Europa cobra ventaja en unas circunstancias mucho más adversas, porque en el Bernabéu siempre pasan cosas si se deja crecer a los suyos, aunque las haga un suplente que no debería sentirse como tal. Es Brahim. La contemplación desde la hierba es un mal asunto. [Narración y estadísticas (2-1)]

Las primeras acontecieron esta vez muy rápido para conectar a Valverde y Rodrygo, que pudo con la velocidad de Javi Galán como si no se esforzara. El brasileño se desliza, sin desgaste, por donde otros pisan con clavos. El eslalon acabó en un gol pletórico, messianico.

Para saber más

Fue como el directo inesperado nada más sonar la campana del primer round que deja grogui al oponente. Ahí estaba la oportunidad del Madrid para romper la eliminatoria y obligar a Simeone a cambiar su hoja de ruta, que se plantó en el Bernabéu a jugar una eliminatoria, no un partido. Después de verse superado de semejante forma, como le ocurrió al lateral rojiblanco, un futbolista queda tocado emocionalmente. Rodrygo volvió a intentarlo, pero el defensa reaccionó con los tiempos justos, al límite del penalti. Giménez detuvo en la banda opuesta a Vinicius, menos preciso que su compatriota con un Mbappé de oyente. Rodrygo es el Patito feo del ataque, aunque Ancelotti es de la generación que conoce bien el cuento de Andersen.

Un equipo desgastado

Un gol no cambia, sin embargo, un plan, y el Atlético siguió a lo suyo, con la prioridad de dejar al Madrid sin espacio y refugiarse en largas posesiones que evitaran las pérdidas. Sin la pelota, cerraba los espacios entre las líneas; con ella, hacia el campo anchísimo. Ello hacía correr al Madrid, un equipo desgastado físicamente. Era parte del plan del argentino, que sabe de los buenos finales de los suyos. No lo tuvieron. Ello no daba, de momento, ocasiones al Atlético, que tuvo la primera en una llegada de Giuliano, cuyo centro, dirigido a Lino, fue interceptado por Valverde. El uruguayo estaba en el campo bajo riesgo, pero en dos acciones, el pase del gol y el corte del no gol, demostró por qué.

En un contexto en el que mandaban el respeto y las precauciones, con balones al pie y sin presión alta por parte de ninguno de los equipos, los goles sólo podían llegar gracias a acciones individuales. Rodrygo había encontrado el espacio por sorpresa, pero eso no iba a volver a suceder. La de Julián Álvarez fue individualísima. Después de un error de Camavinga, alzó su visión periférica desde el cuerno del área y lanzó un disparo teledirigido que salvó la envergadura de Courtois. Como burlar las alas de un cóndor.

La réplica la puso Brahim, nada más regresar del descanso, al sostenerse en el área gracias a su potente tren inferior y su bajo centro de gravedad, y salvar contarios para colocar el balón en el lugar imposible de Oblak. Una acción de alivio para el Madrid, porque Simeone ya había mandado aumentar el ritmo de los suyos al salir del vestuario. Al argentino le gusta jugar varios partidos dentro de un mismo partido, no digamos ya en una eliminatoria. La nueva ventaja del Madrid llegaba de la nada, como había ocurrido con el tanto de Julián Álvarez.

Julián Álvarez, ante Camavinga, en la acción del 1-1.

Julián Álvarez, ante Camavinga, en la acción del 1-1.AFP

Brahim y Julián tiene algo en común, y es haber llegado procedentes del Manchester City. Todo lo que deja Guardiola suele tener tara, pero con estos jugadores alguien se equivocó, por ponerlos poco o por abrirles la puerta. También en la Federación Española. Julián, la gran referencia de este Atlético, ya por encima de Griezmann, apunta en grande. Brahim, recambio del sancionado e intocable Bellingham, hace muchísimas cosas, y todas bien.

Oblak encajó el segundo gol, pero el Atlético encajó el temor, y más cuando Ancelotti echó mano de Modric, al que Simeone veía como titular, para sacar del campo a Camavinga. Brahim se lo recordó a gritos desde la banda tras su gol. Sabe el argentino lo que el croata puede hacer, por lo que llamó a Le Normand para pasar a jugar con línea de cinco y vació su centro del campo para poner a Correa y Sortloth, los jugadores de sus finales. Si había algo que jugar que fuera en las áreas, aunque estuvo más cerca de perder más que de ganar algo. Camino del Metropolitano, el Madrid lo hace más seguro de lo que estaba antes de saltar a su propio estadio. Simeone sabe que necesitará más.

Un derbi sin pobres

Un derbi sin pobres

El relato del Atlético ha sido interpretado por pocos como por Diego Simeone, mitad entrenador, mitad mesías. Le gustaba aludir al equipo del pueblo como oposición al realísimo equipo de la aristocracia. El partido a partido del Atlético era la adaptación del día a día de los pobres. Como relato ha funcionado, pero se trata de un relato superado en el campo, donde se juega un derbi ya sin pobres. De un lado, el rey de la Champions, perezoso como todos los reyes, pero ungido del don divino capaz de provocar fenómenos telúricos en la hierba del Santiago Bernabéu. Del otro, el eterno aspirante a una revolución que no llega, pero, hoy, con tanta pólvora como el rey.

Los encuentros europeos entre Madrid y Atlético han devuelto a cada uno a su casilla, como si se tratara de una barrera en la que es la historia la que dice no, fuera en el minuto 93 o con un Madrid diezmado por la batalla, fuera en finales como en eliminatorias. La Supercopa que lograron ganar los rojiblancos en un derbi, en 2018, tenía algo de premio consolación, como una Champions de chocolate.

Dominio emocional

El Madrid es siempre favorito en un torneo que domina emocionalmente de una forma inexplicable. Eso no quiere decir que gane siempre. Quiere decir lo que quiere decir. Lo siente de esa forma el conjunto blanco, y lo sienten quienes lo enfrentan. En la medida en la que el Atlético pueda abstraerse, será capaz de imponer su salud futbolística, claramente mejor, hoy, que la del Madrid. Eso no ocurría las veces en las que se enfrentaron con anterioridad, pese a la solidez del Atlético de la primera Liga con Simeone en el banco. A esta versión puede faltarle el carácter de tipos como Godín o Gabi, que eran la extensión del entrenador en el campo, pero dispone de muchos más recursos para defender bien, organizarse para lo que quiera en el centro del campo y buscar el área contraria de formas distintas.

El ataque en el que empiezan Griezmann y Julián Álvarez y aparecen Sorloth o Correa es como un carnaval. Es mejor la condición superlativa de Vinicius y Mbappé en el plano individual, pero en el juego de complementariedades tiene más alternativas el Atlético. Simeone se ha dado cuenta y a menudo las utiliza todas, como sucedió en los dos partidos disputados este curso en Montjuïc. De los cuatro choques con Barça y Madrid, no ha perdido ninguno.

El factor Julián Álvarez

Julián Álvarez es la gran adquisición de la temporada, un delantero sutil en sus movimientos, lo que le convierte en un tormento para sus rivales, porque no ofrece referencias. Aparece en todas partes y desparece, siempre con decisiones que mejoran el ataque o lo hacen definitivo. Le acompaña el gol como se acompaña a las estrellas. Quien quiera serlo los necesita. Que se lo pregunten a Lamine Yamal. El argentino suma 21 en todas las competiciones este curso.

Marcó, de penalti, en el último partido disputado entre ambos equipos en el Bernabéu, en Liga. Un choque referencial para los entrenadores, porque dio la medida de lo que puede hacer el Atlético cuando se despliega y de la capacidad de resurgir del Madrid, sea cual sea la adversidad. Carlo Ancelotti lo recordó, porque necesita a ese Madrid en una eliminatoria que puede resultar crucial para el futuro del equipo, perdido el liderato en la Liga, irregular en el juego y de los nervios a causa de las polémicas arbitrales. Sólo la final de Copa, a un tiro, alivia. Crucial también para sí mismo, porque en su sitio nunca se gana lo bastante.

La ausencia de Bellingham

Habló el italiano de falta de actitud y compromiso tras caer con el Betis, una advertencia antes de este derbi que no es un derbi cualquiera, pero hay problemas que están en su haber y en el del club, aunque la plaga de lesiones y la causa arbitral da coartada para todo. Dijo, ayer, que hay dos tipos de jugadores: los que corren y los que hacen la diferencia. Ya lo saben Vini y Mbappé. Los necesita del mismo modo que necesita que corra Valverde, al que puede forzar en la derecha. Bellingham, que corre y hace la diferencia, es su gran baja en este primer round de la eliminatoria.

Ancelotti y Simeone no esperan un resultado en el Bernabéu que incline en exceso la eliminatoria. Verá su desenlace en el Metropolitano. Una ventaja para el Atlético, no porque se produzca en su estadio, sino porque lo hará en el no Bernabéu. En ese lugar, durante la Champions, suele producirse una liberación de energía capaz de mover un resultado como se mueve la tierra. Es un fenómeno telúrico llevado al fútbol.

El Atlético se aleja, pues, de ese lugar en los finales que ha aprendido a jugar a lo Madrid, gracias a su banquillo, pero también a la determinación de su entrenador. Simeone es un técnico muy intervencionista durante el partido, que mueve rápido el banquillo, algo que reta a Ancelotti, más conservador, como buen aristócrata. Es el otro derbi.

Vinicius contra su criptonita, de la irregularidad en los derbis a su jardín de Champions: "Es su momento"

Vinicius contra su criptonita, de la irregularidad en los derbis a su jardín de Champions: “Es su momento”

Vinicius Júnior está a dos pases de gol de convertirse en el mejor asistente de la historia de la fase de eliminatorias de la Liga de Campeones. Analicen la frase, porque explica a la perfección el nivel que ha dado el brasileño en las rondas del K.O. de la máxima competición europea a pesar de tener solo 24 años. En el Etihad Stadium de Manchester superó las 12 de Messi y está a dos de las 15 de Cristiano. Números que obligan a pensar que esta noche será capaz de brillar ante el Atlético de Madrid, su criptonita, el equipo capaz de negarle casi cualquier virtud en los 15 partidos que ha disputado contra ellos. «Estoy en mi mejor momento», advirtió ayer. Le toca ser protagonista.

Para Vinicius será el primer derbi en Champions, circunstancia que puede cambiar el chip del futbolista para el encuentro. Hasta ahora, los Madrid - Atlético han tenido al futbolista en el foco mediático, pero casi siempre por temas extrafutbolísticos. Cada visita al Metropolitano ha terminado con mucha tensión entre el futbolista y la grada, incluso con algún cántico racista a las puertas del estadio o con el vergonzoso muñeco colgado de un puente de la M-30.

Esas circunstancias y la táctica defensiva de Simeone han conseguido que Vinicius no muestre ante el Atlético su mejor versión. Ha disputado 15 encuentros ante los rojiblancos y sólo ha marcado un gol, el anotado en el Bernabéu en los cuartos de final de la Copa del Rey del curso 22-23. Más allá de esa noche, el brasileño añade tres asistencias, dos de ellas en el mismo duelo (jornada 17 de la Liga 21-22 en Chamartín) y otra en el empate de la primera vuelta de este curso en el Metropolitano.

Persecución a Cristiano

Es decir, Vinicius sólo ha provocado goles en tres de de los 15 enfrentamientos en los que ha participado contra los de Simeone desde su debut en el derbi liguero de 2018. Ahora, después de verse contra el rival madrileño en Liga, Copa y Supercopa de España, el derbi se traslada a Europa, territorio donde Vinicius ha sido capaz de aislarse del ruido mediático de la competición doméstica para dar una versión superlativa. Según WhoScored, plataforma de análisis estadístico, su nota media ante el Atlético de Madrid en Liga no supera el 7, mientras que en Champions League el brasileño lleva tres temporadas rozando el 8 en la competición (7,98, 7,82 y 7,77).

Su persecución a Cristiano para conseguir el récord de asistencias convierte a Vinicius en el futbolista más determinante de las últimas ediciones continentales. Nadie ha producido tantos goles en eliminatorias como el brasileño, que en Europa se transforma. Desde 2018, ha marcado o asistido en 15 de las 17 eliminatorias de Champions que ha disputado: 11 goles y 13 asistencias, es decir, 24 acciones de valor gol en 31 encuentros, incluidos los dos tantos en las finales de París y Wembley. Como su fuera su propio jardín.

A esas cifras se agarran en Valdebebas para empujar a su futbolista contra Simeone. El Cholo, ya sea con Nahuel Molina o Marcos Llorente en el lateral, ha conseguido detenerle, aprovechando también la tensión ambiental que ha tenido el derbi en sus últimas ocasiones. La entrada de Giulano en el once del argentino otorga todavía más atención sobre Vinicius, siempre con De Paul, mediocentro que ocupa el lado derecho del doble pivote, con un ojo sobre el brasileño.

Desaparecido ante el Barça

«Es su momento», deslizan en la ciudad deportiva del conjunto blanco tras una temporada en la que el brasileño ha mantenido sus números gracias a actuaciones estelares, pero también ha tenido momentos más bajos, lastrado también por una lesión muscular que le apartó durante unas semanas. Suma nueve goles y siete asistencias en Liga y siete y tres en Champions, camino de igualar las cifras de la temporada pasada, pero en algunos partidos grandes no ha aparecido, especialmente contra el Barça en Liga y en la Supercopa de Arabia, contagiado también por un equipo que no ha mantenido velocidad de crucero.

Ahora, y justo después de hacer «todo mal» en el Villamarín, como reconoció ayer, busca reactivarse. «He tenido lesiones y no puedes estar al 100% en todos los partidos. La afición te pide estar cada tres días, pero no siempre estamos bien de cabeza ni físicamente», admitió ante los medios, negando también que se sintiera «engañado» por no ganar el Balón de Oro.

La situación, eso sí, le influyó, prometiendo en redes hacerlo «multiplicado por diez» tras quedar segundo en París. Después de cuajar una notable eliminatoria contra el City tras la pancarta del Etihad que le recordaba el premio a Rodri, el brasileño, cerrando también el debate de Arabia, se mide a su criptonita.

Vinicius habla sobre Arabia, el Balón de Oro, los árbitros y el Atlético: "Me pone nervioso cuando no sacan tarjeta a los demás y a mí por protestar sí"

Vinicius habla sobre Arabia, el Balón de Oro, los árbitros y el Atlético: “Me pone nervioso cuando no sacan tarjeta a los demás y a mí por protestar sí”

Vinicius Júnior apareció por la sala de prensa de Valdebebas por primera vez desde la comparecencia que realizó con la selección brasileña en marzo de 2024, cuando rompió en lágrimas al hablar del racismo que sufría en el fútbol español. Doce meses en los que al delantero del Real Madrid le ha pasado de todo: la Liga, la Champions, la polémica del Balón de Oro, alguna lesión... Y una temporada actual en la que ha tenido altibajos, pendiente ahora de la eliminatoria contra el Atlético de Madrid en Champions. "Es la primera vez que juego contra ellos en Champions y tengo muchas ganas, no podemos fallar".

"He tenido lesiones y no puedes estar al 100% en todos los partidos. Vamos a jugar más de 80 partidos esta temporada y es complicado. La afición te pide estar cada tres días, pero no siempre estamos bien de cabeza ni físicamente. Todos los jugadores tienen molestias y tienen que jugar", reflexionó, y aseguró que está en su "mejor momento".

"Mi temporada va bien. Después de la última la gente pide más de mí, es normal, pero ahora llega el momento más importante y nosotros siempre jugamos mejor ahí", insistió Vinicius.

Los 15 minutos del brasileño ante los medios dieron para mucho, incluido el tema arbitral y su ausencia, junto a la expedición del Real Madrid, en la ceremonia del Balón de Oro. "Me siento más cómodo con los árbitros europeos. Defienden más a los jugadores que dan espectáculo, castigan a los que dan patadas. No nos gusta hablar de los árbitros, pero nos gusta que piten bien", declaró.

El delantero reconoció su nerviosismo en algunos momentos de los partidos, también relacionado con la actuación de los colegiados. "Me pone nervioso cuando los árbitros no sacan tarjeta a los demás y cuando yo protesto por primera vez me la sacan. Estás caliente y haces cosas que no debes hacer, pero estoy mejorando para estar más tranquilo. La gente se olvida que solo tengo 24 años y tengo que aprender mucho", aseguró.

El foco pasó entonces a la gala del Balón de Oro y Vinicius contó que fue el club el que le dijo de no ir a París. "El club me pidió quedarme en Madrid y yo hago lo que el club me manda", dijo, y rechazó sentirse "engañado" por el premio. "La gente vota lo que cree. Yo tengo mi pensamiento y creo que tendré muchas oportunidades de ganar premios y títulos con este club. He ganado dos Copas de Europa y quiero ganar más", dijo.

Sobre la mesa, la oferta de Arabia Saudí y las negociaciones para su renovación con el Madrid. Si las palabras del brasileño son ciertas, el acuerdo con el conjunto blanco está cerca. "Tengo contrato hasta 2027 y ojalá podamos renovar cuanto antes. Soy feliz, cumplo mi sueño de jugar con los mejores, tengo el mejor entrenador, el mejor presidente, la gente me ama, no podría estar en un sitio mejor que aquí", comentó, y recordó que ante el Atlético "no podemos fallar".

Unos segundos después, Carlo Ancelotti confirmó que están a la espera de ver cómo entrena Fede Valverde en la tarde de hoy y que si el uruguayo no puede jugar ante el Atlético, el lateral derecho será Lucas Vázquez. Parece que el charrúa podrá forzar su físico para el encuentro y que Asencio hará pareja con Rüdiger en el centro de la zaga. "Los jugadores que descansaron en Sevilla, como Asencio y Camavinga, pueden tener la oportunidad", dijo.

"Será una eliminatoria igualada", declaró el italiano, que repitió que ante el Betis "falló la actitud, pero ojalá haya sido un caso aislado".

Vini e Isco de Arabia

Vini e Isco de Arabia

Escuchado en una de esas poliédricas tertulias televisivas a uno de esos ubicuos tertulianos de uso múltiple: "No me gustaría estar en la piel de Vinicius".

A muchos les encantaría. Si la disyuntiva es permanecer en el Madrid ganando una fortuna o emigrar a Arabia percibiendo otra aún mayor, no tendrían problema alguno en afrontar el angustioso dilema. Tampoco les importaría estar en el pellejo de Florentino: retener a un jugador de máximo nivel mundial o recibir 300 millones por su traspaso, liberar masa salarial y poner por la izquierda a Kily o a Rodry.

Dado que toda elección implica una renuncia, jugador y presidente se lo tendrán que pensar en busca del punto coincidente entre el bien mayor y el mal menor. Pero, con independencia del desenlace de la historia, Arabia no es un empleo: es un retiro para las estrellas veteranas, receptoras de una suculenta pensión de jubilación. Un asilo. Arabia no es un destino: es un destierro para los jóvenes prometedores, atraídos por el pringoso brillo del oro negro. Un exilio. Empapan de chapapote sus mejores años.

Vinicius no ha recibido una oferta de un club de Arabia, sino de Arabia. Sociedades anónimas o clubes-Estados, en Europa pujan por los futbolistas el PSG, el City, el Milan, etc., no Francia, Gran Bretaña o Italia. La de Arabia es una Liga de medio pelo (de camello) que puede gastar infinitamente más de lo que vale e ingresa porque los cuatro mejores equipos del país, y por esa razón gozan de semejante categoría, pertenecen en un 75% al PIF, el fondo estatal de inversión. Son el Al Hilal, el Al Ittihad, el Al Ahli y el Al Nassr.

A modo de rechifla contra un Campeonato artificioso y viciado. Como repudio a una teocracia ante la que Occidente se arrodilla en bloque, y cuya capital pone nombre al estadio del Atleti, los rebautizaremos Al Khachofa, Al Gharroba, Al Falfha y Al Hubia. Les persigue, amenazante, un quinto equipo, entrenado por Míchel y con Nacho en sus filas, el Al Qadsiah, propiedad de Aramco, la petrolera estatal. Estamos en las mismas. A éste, como reacción epidérmica en forma de sarpullido, lo llamaremos Al Erghia.

Arabia colocaría a Vini en cualquiera de esos cuatro clubes punteros, el que más le conviniera. A Arabia, no a Vini. Y les ordenaría a los otros tres, y a todos los demás, que no se empleasen con dureza contra quien llegaría para dar espectáculo y hacer magia frente a defensores alejados de la categoría media de las Ligas punteras. Arabia lo quiere para el circo tanto como para el fútbol.

Aunque su partido en Sevilla podría llevar a pensar que tenía la cabeza entre La Meca y Medina, elucubrando acerca de su propia "hégira", parece que Vini no quiere marcharse. Al menos de momento, a no ser que fermente en su ánimo la idea de que en el Golfo lo van a tratar mejor los rivales, los árbitros y los públicos.

Hablando de Sevilla y en plural mayestático, si fuéramos Mohamed bin Salman (¡Alá nos libre!), nos fijaríamos en Isco, en sus últimos bailes de gala. Echaríamos el ojo y el anzuelo a ese geniecillo de piernas cóncavas, tan prestidigitador, a su modo, como Vinicius.

Además, es andaluz. Tiene sangre agarena.

Otro desastre de Ancelotti e hijo

Otro desastre de Ancelotti e hijo

Actualizado Sábado, 1 marzo 2025 - 21:31

El Betis mereció ganar tras un nuevo cataclismo del Real Madrid, que se quedó como un escritor con la página en blanco. No hay más que decir, salvo que el Madrid regala la Liga y, esta vez, no es por los árbitros.

Les voy a decir el embrollo que metieron al Madrid, en el nuevo desastre de padre e hijo, de apellido Ancelotti. El primer gran error fue poner como centrales a un Rüdiger que sin el apoyo del centro del campo, sin velocidad, se queda desnudo, acompañado de un Alaba al borde del adiós.

¿Por qué se olvido de Asencio, que actualmente es el mejor defensa del Madrid? No me imagino a un jugador fuerte mentalmente que le afecte que le llamen "asesino". Y si se lo llaman, peor para el Betis. Estos son los complejos de un caduco entrenador.

A partir de ahí, tras unos despampanantes veinte primeros minutos, el Madrid se cayó en un pozo sin posibilidad de emerger. Con Modric más cansado y un Tchouaméni que es un absoluto desastre, el equipo equipo de cristal era irrelevante.

Si fueran unos buenos técnicos, no desperdiciarían tanto talento como Rodrygo, un Mbappé a la baja, abrumado con tanto cambio táctico de Ancelotti. Un correr y bajar fuera del área.

Una pantalla a Alaba, que estaba alelado, resucitó a un Betis que estaba en el limbo. Para colmo, el técnico que odia los cambios, prescindió de Mbappé, cuando aún faltaban 20 minutos y mantenía a un Vinicius que daba vergüenza verlo. El brasileño ya no se va de nadie y sólo sobresale por idioteces con la árbitros. Alguien me decía: "Que lo manden al desierto". Y pienso que sería una magnífica idea.

A partir de tantos errores, el Madrid se deprimió con el empate y se sintió condenado a perder. El Betis pareció un enorme equipo, cuando sólo está para la Conference League. Qué manera de hacerse el hara-kiri los de Ancelotti.

Que no se crea el altivo Pellegrini que ha sido por su equipo y su planteamiento. Ha encontrado el Madrid de inicios de la gira, que la regala el gol como si fuera baratija. El Betis hizo como todos los equipos que juegan en casa al Madrid.

Expulsan espuma por la boca, se hinchan a correr, hacen decenas de faltas y próximamente perderán con cualquier equipo de la Conference, como ya ha ocurrido. Salvaron en casa con los últimos 30 minutos agotados. Cualquier equipo con cabeza, le hubiera podido hacer mucho daño.

Pero, ¿quién iba a hacer un gol? ¿Arda Güler? Al turco sólo lo ha vuelto loco y no es posible que ahora juegue tan mal. Y Endrick, con ansia y pocos minutos, no encuentra el tesoro del gol. Además, nunca vi un partido en que el Madrid perdiera todos los balones.

Lo peor es que Ancelotti tiene muchas bajas, porque cuando en un principio había más jugadores para una plantilla incompleta, ni se quejó, como obediente y sumiso de la Casa Blanca.

No veo luz en el túnel para el Madrid. Ni por ánimo ni por juego podrá soportar al Atlético. Entonces, el Madrid habrá perdido dos títulos como si estuvieran anestesiados por los Ancelotti. Pero le queda la Copa, que la va a perder también. El pesimismo se ha apoderado de la Casa Blanca.