Red Bull ficha a Jürgen Klopp como jefe global de Fútbol

Red Bull ficha a Jürgen Klopp como jefe global de Fútbol

Actualizado Miércoles, 9 octubre 2024 - 10:43

El entrenador alemán Jürgen Klopp, técnico del Liverpool hasta la pasada temporada, ha sido nombrado nuevo "jefe global de fútbol" de la multinacional austriaca de bebidas energéticas Red Bull, propietario y patrocinador de varios clubes deportivos, cargo que ejercerá a partir de enero de 2025.

Dentro la compañía, el carismático preparador germano será el principal responsable de la red internacional y de la dirección estratégica de todos los clubes de fútbol actúan bajo la tutela de Red Bull, como el Leipzig, el Salzburgo, el Nueva York o el Bragantino brasileños.

"Quiero desarrollar, mejorar y apoyar el increíble talento futbolístico que tenemos", explicó Klopp en una publicación en redes sociales de Red Bull.

Según detallaron el diario 'Bild' y la cadena de televisión 'Sky', la figura clave detrás del cambio es el director general de Red Bull, Oliver Mintzlaff, responsable de todos los proyectos deportivos de la compañía desde 2022 y ex director ejecutivo del Leipzig, el cual, de acuerdo a la información, llevaría varios meses detrás del técnico alemán.

Amplía el rotativo germano que el nuevo cargo de Klopp "debería ser una función de nivel superior, no un trabajo del día a día", para que este "aporte su conocimiento especializado, su experiencia y su carisma", como una "mezcla de estratega, analista y consultor en materia de fichajes, entrenadores y desarrollo de clubes"

Griezmann y las porterías de su hijo con los trofeos MVP y la paciencia con la Araña: "Ha venido para jugar"

Griezmann y las porterías de su hijo con los trofeos MVP y la paciencia con la Araña: “Ha venido para jugar”

Antoine Griezmann es uno de los mejores jugadores de la historia del Atlético de Madrid y su máximo goleador con 184 tantos. El francés, ante el Leipzig, fue nombrado mejor futbolista del partido y, en la entrevista posterior al primer duelo de Champions de su equipo, reveló el curioso destino de los trofeos que recibe cuando le otorgan el MVP.

"Mi hijo estará contento. Le encanta jugar con los trofeos. Los usa de palos, así que tenemos más porterías", apuntaba el francés. Así que el gol y la asistencia que propiciaron la primera victoria del Atlético de Madrid en esta nueva Champions y que se materializaron en un balón dorado con el emblema de la máxima competición europea terminará de marco para deleite del menor de los Griezmann.

Anécdotas aparte, el galo dio una absoluta masterclass desde el mediocampo. Más allá de las estadísticas, el jugador fue el que mejor comprendió el partido que debían realizar los rojiblancos y terminó por arrastrar a sus compañeros hacia la victoria. "Lo necesitamos de esta manera. Es un jugador diferencial cuando el balón pasa por él. Necesitamos que el equipo lo acompañe para que pueda aparecer como lo ha hecho hoy", alababa Diego Simeone a su pupilo.

Quiso el técnico mencionar también a Julián Álvarez. Metió su nombre a propósito en una respuesta para remarcar que una recuperación suya había propiciado el primer gol rojiblanco. Sabe el Cholo que necesita a todos enchufados y más al ex del Manchester City al que tiró un capote sobre su falta de gol en este inicio de temporada.

"Le doy minutos porque es un jugador importantisimo. Vino para jugar y mostrar su jerarquía. No llega de cara a gol como él quisiera, pero le está pasando a Sorloth también. Seguiremos trabajando y esperando porque los goles van a llegar", aseguró en entrenador rojiblanco en la rueda de prensa posterior al encuentro.

Cariño belga

No se olvidó Simeone de Vermeeren. A raíz de una pregunta de un periodista alemán, el Cholo quiso tener unas palabras de cariño hacia su expupilo belga al que apenas concedió 160 minutos en los 6 meses que estuvo en la disciplina del Atlético.

"Me gustó, se encontró con un partido difícil y duro y seguro que lo jugó con más tensión de lo normal. Hizo un encuentro correcto. Se comportó muy bien con nosotros y tiene un futuro muy bueno", concedió el argentino.

Suma el Atlético tres puntos en este nuevo formato Champions League y prepara así su desembarco el Lisboa donde jugará ante el Benfica en la segunda jornada de la máxima competición continental. Antes Rayo, Celta y Real Madrid en 10 días, casi nada el calendario de esta temporada.

Griezmann, príncipe del Metropolitano

Griezmann, príncipe del Metropolitano

Actualizado Viernes, 20 septiembre 2024 - 00:01

Brava victoria del Atletico. La luchó, siempre la buscó y la logró, justo cuando morían los últimos suspiros del partido. Un centro sutil de Griezmann y Giménez, casi convidado de piedra, logró el gol de cabeza más importante de su historia.

Todo comenzó cuesta arriba, cuando una aventura en solitario de Sesko dio un pase de gol y Oblak estuvo fantástico, pero en el rebote con Le Normand y Giménez poco atentos permitieron al esloveno el gol del

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Griezmann pone el combustible y Giménez la chispa en la victoria del Atlético ante el Leipzig

Griezmann pone el combustible y Giménez la chispa en la victoria del Atlético ante el Leipzig

Siempre se han de aprovechar los días de tormenta para recurrir a los adjetivos rimbombantes que nos deja este fenómeno natural. Las crónicas agradecen, muchas veces, los aluviones de poderío ofensivo, los ataques en tromba (de agua) y las carreras fugaces (como el rayo). Es el Leipzig un equipo, además, al que le sientan como un guante todas estas esencias, como ha demostrado en los últimos años en la Champions, pero el Atlético supo aplacar su tormenta con dos fogonazos. Griezmann puso el combustible y Giménez la chispa al buen partido rojiblanco. [Narración y estadísticas (2-1)]

Los alemanes no son de pausa, buscan el vértigo y así lo entendió el Atlético, que les recibió junto y recogido en bloque bajo. Salió Reinildo de inicio, un bastión defensivo, pero sorprendió Simeone con Correa, Julián y Griezmann en el once. No importa qué se espere del técnico, siempre hará lo contrario a lo predecible.

Y el Atlético se dejó llevar de inicio a un juego vertiginoso que no es el suyo porque la veteranía de medio campo para atrás te da poso, pero no velocidad. Y, tras un buen ataque rojiblanco que malogró De Paul en el balcón del área, salieron los alemanes como rayos ante un equipo que no puede transicionar tan rápido. En 30 metros ya eran tres alemanes contra dos rojiblancos. Disparó Openda, que se encontró una buena manopla de Oblak, pero el cancerbero ya no pudo con el cabezazo de Sesko.

El regreso de Vermeeren

La reacción del Atlético se produjo 10 minutos después, primero con una picaresca protagonizada por el jugador más listo del campo. Un córner que saca rápido Griezmann con los dos equipos colocándose, pero con Julián Álvarez atento al primer palo aunque no pudo dar la orientación necesaria al esférico. Y luego, tras un regalo de Gulacsi que terminó en las botas de Riquelme y al plantarse ante él y le entró un ataque de juventud e intentó ceder a un Correa vigiladísimo. El argentino disparó, el rechace llegó a Griezmann y apareció una bota salvadora alemana para negar el gol al francés. El estadio elevaba las manos y Simeone se las llevaba a la cabeza.

Volvía Vermeeren al Metropolitano y se debió olvidar de que ya no llevaba la rojiblanca. Se durmió en el borde del área, le robó De Paul y Correa no pudo finalizar con éxito. Casi tiene el argentino el quite del perdón en la jugada siguiente. Tras la salida de un córner, Angelito se acercó al primer palo para meter la punterita y elevar el balón por encima de todos los jugadores que lo miraban hipnotizados cómo golpeaba en el palo y terminaba en las manos de Gulacsi.

Griezman celebra su tanto en el Metropolitano.

Griezman celebra su tanto en el Metropolitano.Manu FernandezAP

Olía el Metropolitano a tormenta y olía también el gol, que llegaría pocos minutos después. Sería Griezmann, el jugador que partía en esta ocasión desde el mediocampo, lo que le confería un aura de indetectabilidad que aprovechó para rematar solo desde el punto de penalti un gran centro de Llorente. Un gol que encendió a las masas y a los jugadores. De hecho, un minuto después, Julián desperdició otro centro de Llorente para hacer el segundo. Definitivamente, se descubrió un partido que se escondía tras nubes negras.

La tormenta no sólo afectó al juego, sino que hizo lo propio con la tecnología de VAR. Cinco minutos estuvo el juego parado por un problema con el pinganillo. Eso no paró al Atlético, que mantuvo la intensidad con la que se había marchado a la caseta con Correa y Griezmann como puntas de lanza, ambos con posiciones intercambiadas para dar descanso al francés, algo fatigado.

La Araña, desaparecida

Sigue Julián Álvarez sin encontrar los espacios en el juego del Atlético. Sustituido por Sorloth en el minuto 60, apenas dejó un remate a puerta el argentino y más por picardía de Griezmann que por mérito propio. Otro cambio fue Correa por Molina, una pedrada del Cholo en un partido empatado y que es importante ganarlo en esta nueva Champions de todos contra todos.

El último cuarto de hora fue un toma y daca a base de cabezazos. Primero remató Sorloth blando a las manos de Gulacsi, luego fue Poulsen el que erró por centímetros y finalmente un buen centro de Molina lo remató Griezmann, pero se encontró la manopla del portero húngaro.

Entonces, con medio estadio dando bueno por el empate, apareció la cabeza de Giménez al segundo palo para poner la primera victoria en el casillero rojiblanco. Nunca se puede dudar de las decisiones del Cholo. Tres puntos sufridos, pero importantísimos en un formato, el de esta Champions, que no da tregua.

El drama de Reinildo, uno de los 'peones' de Simeone: "Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar"

El drama de Reinildo, uno de los ‘peones’ de Simeone: “Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar”

Reinildo Mandava (Beira, 1994) sonríe. Sonríe todo el rato. Y eso puede ser lo normal en un futbolista de élite, que lo tiene o parece que lo tiene todo. Pero sólo Reinildo y su familia saben lo que ha sufrido para llegar hasta aquí. Tanto, que al recordarlo parece a punto de romperse en medio de la entrevista, pero la sonrisa siempre termina volviendo. Porque Reinildo siempre saca el lado positivo de las cosas y nunca, nunca, se rinde. ¿Les suena?

Para saber más

¿Qué siente cuando suena el himno de la Champions?
Es algo que no se explica, en el momento es increíble, pelos de punta y una fuerza que no sabes de dónde viene. La Champions es algo especial.
Leipzig, PSG, Lille, ¿cree que el sorteo ha sido difícil o benévolo?
Nos ha tocado esto y estamos ahí para trabajar y pelear partido a partido y a ver lo que sale al final.
¿Se quedó con la sensación de que se pudo hacer más con el Dormund?
Sí, todos nos quedamos con ese feeling porque se notaba que podíamos haber hecho un poquito más, al final el fútbol es así. Cabeza arriba y a trabajar. No hay partido fácil.
¿Ven opciones de ganar la Champions League?
Trabajamos partido a partido y al final haremos las cuentas.

Fichajes

Se ha fichado bien y eso le puede quitar minutos, ¿le preocupa?
Es nuestra vida. Tenemos que estar preparados para jugar lo que toca. Depende del entrenador, él elige y creo que para él también es difícil. Tener un equipo que hace tres cambios y juega igual es muy bueno.
¿Ha estado en alguna plantilla en la que se veía inferior?
No, he jugado con futbolistas que tenían más talento, pero siempre me gusta pelear. Nunca he fichado sabiendo quién va a jugar y soy de intentar aprovechar las oportunidades, cuando me las dan, lo doy todo.
¿Cuál es el rival más difícil al que se ha enfrentado?
Puede ser Di María, pero a mi el nombre no me impresiona. De hecho les pego primero para que sepan que estoy ahí y saben que no estoy de broma. Es mi mentalidad.
¿Y de sus compañeros?
Marquitos (Marcos Llorente). Es un tío de mucha calidad, muy rápido y me gusta mucho porque entrena como yo.
Cuando saludaba a los nuevos, ¿se acorbada de cuando fichó usted?
Sí, lo veo y digo:"Buah, seguro que han sentido algo parecido y se han quedado ilusionados por estar en esta plantilla". Yo elegí venir aquí pese a que tenía muchos equipos interesados porque siempre he querido trabajar con el míster. Dije a mi agente: "Rechaza todo porque voy al Atleti".
Desde luego, ven el fútbol igual
Yo creo que en el fútbol actual te hablan de talento y eso, pero si no trabajas vas a ser uno más. Hay que luchar todos los días, sea por dos minutos, por cinco o por 90. Entonces lo doy todo el la cancha hasta que termine el partido o salga con una pierna en la mano.
¿Cómo fue su primera impresión de Simeone y cómo es ahora?
Unas de las cosas que más me sorprendieron fueron su manera de pensar, de creer y de trabajar. Y, usando el coaching, la manera que tiene de hacerte a tí cambiar de mentalidad con un simple clic.

"El rival más difícil, Di María, pero no me impresionan los nombres. De hecho, les pego primero para que sepan que estoy allí"

Cuando se ve en estas instalaciones, ¿recuerda de dónde viene?
Lo pienso todos los días, hasta cuando estoy con mi mujer en casa y recordamos el trayecto para llegar a uno de los mejores clubes del mundo. Y lo conseguí con trabajo, porque nadie me ha regalado nada. Si estoy donde estoy es por muchas cosas que he pasado y he superado. Y pensaré eso hasta el día que me muera.
Usted vivió momentos muy duros como la pérdida de sus padres.
Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar. Soy una persona que hasta en los malos momentos, saca algo bueno. He perdido mi padre muy pronto, luego a mi madre y eso me ha hecho cambiar el chip varias veces y nunca he desistido. Luego he pasado por lesiones y otras dificultades junto mi familia, pero mi mujer nunca me ha dejado pensar de manera negativa. Tenía muchas razones para dejarlo, pero ella siempre me mantuvo con los pies en el suelo y es una de las personas que más ha creído en mi y en mi potencial, pero tenía que trabajar.
De hecho, sale muy tarde de su país.
Lo hice cuando falleció mi mamá. Vinieron muchos equipos, principalmente de Portugal, queriendo ficharme, pero mi mamá lloraba porque no quería que me fuera. Cuando murió me dije, tengo que ser yo. Y un mes después me llegó la oportunidad del Benfica.
Reinildo se encara con Vinicius.

Reinildo se encara con Vinicius.Javier SorianoAFP

La suerte le compensó, por las dificultades que había pasado.
La gente puede atribuirlo a eso, pero la suerte acompaña a la gente que la busca, que la quiere. Si estás sentado la suerte no toca tu puerta. Incluso en momentos de dificultad, como la lesión, yo siempre pensaba: «arriba» y llegaba como el tío más feliz del mundo.
Es que llegó aquí, encajó como un guante y lo jugó todo hasta aquella jugada con Valverde...
Era una jugada tranquila. Lo he hecho un millón de veces, pero pasó y como todo en la vida tiene un propósito, una razón. Pero desde que me pasó ya empecé a cambiar el chip y pensé: un día menos.
¿Es creyente?
Soy musulmán. Rezo, creo mucho en Dios y creo que me ha influido en toda mi vida desde lo menos bueno hasta lo bueno. Mira, podía pensar que Dios me quitó a la persona más importante de mi vida que era mi madre, pero al mes siguiente me dio un hijo.
Mentalmente, ¿cómo llevó una lesión tan grave?
Lo que más me gusta de mí mismo es mi mentalidad, mi manera de pensar, no tengo tiempo para llorar. No creo que otra persona llevara mi lesión como lo hice yo. Saco lo positivo de todo y a seguir luchando.
Si Reinildo no hubiera sido futbolista, ¿qué hubiera sido?
Gestor, tengo la carrera de gestor de empresas. Pero yo he crecido en una familia de futbolistas. Mi abuelo y mi padre han sido jugador y entrenador. En mi casa todos mis hermanos y mi hermana son o han sido futbolistas. No tenía opción (risas). De hecho mi hermano mayor era mejor. Jugó conmigo como profesional en Mozambique, pero por unas cosas o por otras...
Así nació el Leipzig en 2009: cuatro ascensos en siete años, el 'milagro Ragnick' y mucho dinero de Red Bull

Así nació el Leipzig en 2009: cuatro ascensos en siete años, el ‘milagro Ragnick’ y mucho dinero de Red Bull

Sebastian Albert y Benjamin Bellot recuerdan su infancia con un balón de fútbol por las calles de Leipzig. En el caso de Bellot, además, la tradición familiar le 'forzaba' a disponer también de unas manoplas ya que su padre y su tío habían sido porteros de fútbol. "Empecé como jugador, pero a los cinco o seis años probé en la portería", cuenta a EL MUNDO. La historia de Albert y Bellot podría ser la de millones de niños a lo largo del mundo, incluso de Alemania. Pero, sin imaginarlo, formaron parte del germen de, a día de hoy, uno de los grandes clubes germanos.

El 19 de mayo de 2009 nacía el RB Leipzig tras adquirir la plaza del SSV Markranstädt en la Oberliga Nordost Süd. Hablamos de la quinta división alemana, pero la llegada de una marca de bebidas energéticas a la ciudad de Leipzig, la octava en población de Alemania, era un acontecimiento. "Se respiraba una gran inseguridad, también en los periódicos, sobre cómo iba a llegar Red Bull. Pero nadie imaginaba el impacto que tendría la marca en el club y en la ciudad", recuerda Bellot sobre los inicios.

El primer equipo se empieza a formar con veteranos y algunos chicos entre los que estaban Bellot y Albert. "Yo pertenecía al cupo de jugadores jóvenes con el que tenía que cumplir el club para disputar la liga, igual por eso me firmaron", bromea Bellot. En el caso de Albert, en cambio, le trajeron la nostalgia de volver a casa tras una etapa en el Hansa Rostock y la amistad con el que fuera entrenador de porteros del Rostock, quien aterrizó en el Leipzig unos meses antes.

Así comenzaba la experiencia en un equipo que pasó de no contar ni con campo de entrenamiento propio a disfrutar de una de las mejores estructuras de Alemania en muy poco tiempo. "Las condiciones eran casi demasiado profesionales para la 5ª división de entonces. Te dabas cuenta de que querían llegar al fútbol de primer nivel lo antes posible", cuenta Albert. En menos de un año, de hecho, ya se firmó el acuerdo para disputar los partidos en el entonces Zentralstadion, que se convirtió en el Red Bull Arena.

"Empezamos en 5ª división, entonces no había muchos aficionados, pero eso cambió rápidamente con el primer ascenso a la liga regional (4ª división)", cuenta Albert. 10.000 personas vieron esa promoción y 30.000, la siguiente. La llegada de Red Bull a la ciudad alemana había generado una atmósfera de ilusión que se alineó con la contratación de un hombre clave en el club y en el fútbol alemán.

"Desde la llegada de Ragnick, se tuvo un objetivo claro", explica Bellot. Ralf Ragnick fue un visionario para "Los Toros" como se les conoce en Alemania tanto de director deportivo como de técnico. Con él llegó una nueva ciudad deportiva y una política de captación de talento joven que ha cristalizado en grandes futbolistas como Timo Werner, Marcel Sabitzer o Dayot Upamecano. Para los ex del Red Bull Bellot y Albert los futbolistas jóvenes actuales son muy diferentes a los de su generación, "atletas", "menos independientes" y con más tendencia a "perder los pies del suelo".

Albert salió antes de la explosión del Leipzig ya que el club no le prorrogó el contrato, pero Bellot sí consiguió mantenerse hasta la llegada del equipo a la Bundesliga. "Jugué algunos partidos en Segunda y estuve cerca de jugar en Primera, pero no tuve minutos", lamenta el portero que tiene muy claro por qué no pudo continuar y debutar. "Llegó un punto en que mi desarrollo y crecimiento no iba a la misma velocidad que la del club. Tuve que tomar una decisión de llegar a un nivel en el que disfrutara más del fútbol", razona.

Crecimiento meteórico

Sólo habían pasado siete años desde que la marca de bebidas energéticas se hiciera con el que hoy es uno de los clubes punteros de Alemania. En ese periodo, el equipo ascendió cuatro categorías y desde que llegó a la Bundesliga solo ha estado una vez fuera del top5. "Nadie imaginaba el desarrollo que tendría el club. En 10 años era algo totalmente nuevo", explica Bellot.

Hoy, ambos futbolistas miran con nostalgia a aquel club por el que apostaron cuando todo era apenas una idea. Los dos siguen jugando cerca de su ciudad, Albert en séptima categoría del fútbol alemán, en el FSV Krostitz, y Bellot en cuarta, en el Chemie Leipzig. "Jugué en el Red Bull 8 años, pero me casé y tuve mi primera hija en Copenhague. Cada parada en mi carrera ha sido magnífica y no me arrepiento de ningún paso que haya dado", detalla Bellot.

Mientras, un Leipzig nuevo mirará de tú a tú esta noche a partir de las 21.00 a un Atlético de Madrid al que ya ganó en los cuartos de final de aquella Champions de la pandemia en 2020. "¿A quién no le gustaría jugar en la Bundesliga y la Champignons League de su ciudad? Me permitieron jugar algunos partidos y formo parte de la historia del RB, lo cual está muy bien", valora Albert mientras que Bellot añade: "Si Red Bull no hubiera llegado a Leipzig, nunca hubiera sido profesional".

Wembley: la final de los 10 minutos que conviene al Real Madrid

Wembley: la final de los 10 minutos que conviene al Real Madrid

De las finales de Champions que ha disputado el Madrid contemporáneo, a la que más podría parecerse la de Wembley es a la que jugó frente al Bayer Leverkusen, en 2002. Un rival alemán de clase media, inferior desde cualquier ángulo a los blancos, que desde 1988 han ganado dos veces a la Juventus, dos al Liverpool, dos al Atlético, una al Valencia y otra al citado Leverkusen: ocho de las 14. Sin embargo, la Novena, resuelta con la volea de Zidane en el minuto 45, fue la que supuso un mayor padecimiento para el Madrid, junto con la disputada en París, con un desenlace heroico para Casillas. La radiografía de los finalistas en el trayecto hacia Wembley no augura, inicialmente, algo similar, ya que de todas las superioridades que pueden apreciarse en el Madrid frente a su rival, ninguna es tan evidente como su producción goleadora en los 10 últimos minutos de los partidos o su alargue. Las estadísticas de este curso dicen que en ese tramo es imbatible, y no precisamente por su portero. Si es capaz de llegar sin sorpresas, nadie como el equipo de Carlo Ancelotti juega mejor la final de los 10 minutos.

Entre el gol que marcó Vinicius al Bayern Múnich en el minuto 83, en la ida de las semifinales, y el de Bellingham al Unión Berlín, en el minuto 93, en el primer encuentro de la fase de grupos, el Madrid ha conseguido cinco más (ver gráfico). Es decir, siete a partir del minuto 80 de los 26 marcados en total en la competición, un 26,9%. El porcentaje de su producción goleadora ya es mayor en el segundo tiempo (61,5%), aunque con una gran concentración en esa franja final. En el mismo segmento, el Dortmund sólo ha marcado dos tantos, el que anotó en el Metropolitano por medio de Haller (minuto 81), en cuartos, y el logrado frente al PSV Eindhoven, en la ida de los cuartos, a cargo de Reus (minuto 94). Un 11,7% de su bagaje goleador en esta Champions.

Al contrario, los alemanes han conseguido dos tantos en los primeros 10 minutos por ninguno de los blancos, que lograron el primero por parte de Rodrygo frente al Nápoles en el Bernabéu, a los 11 minutos. Sugiere el dato que el Dortmund parte más activado en los partidos frente a un Madrid que ha tenido arranques perezosos, algo de lo que los propios protagonistas han hecho autocrítica repetidamente. Los anticuerpos que son necesarios para evitarlo es de suponer que son más fáciles de activar en una finalísima.

UN RIVAL MEJOR EN EL ECUADOR

Los goles alemanes se reparten prácticamente a partes iguales entre los dos tiempos, tan sólo uno más tras el descanso. Sorprende que, pese a la diferencia en la producción (17 frente a 26), el Dortmund ha marcado más en el ecuador de los encuentros, entre los minutos 30 y 50 (cinco frente a dos). Las dos salidas al terreno de juego y el final del primer periodo son, según el recorrido anterior de los equipos, fases en las que el Madrid ha de estar especialmente vigilante.

Con muchos menos goles, en el equipo de Edin Terzic, en cambio, han marcado más futbolistas que en el de Ancelotti (12 por 10). Vinicius, Rodrygo y Joselu han anotado cinco cada uno, por cuatro de Bellingham. Ningún jugador del rival en Wembley ha conseguido tantos. Füllkrug suma tres por dos de Brandt, Reus y Adeyemi. Se trata de un equipo muy coral tanto en lo defensivo como en lo ofensivo, donde el despliegue de Adeyemi, Jadon Sancho y Brandt multiplica las opciones. El balón parado le da, asimismo, buenos frutos, como demostró Hummels en París. Füllkrug es un 'delantero-tanque' poderoso físicamente.

"NUESTRA AUTOESTIMA CRECIÓ"

El Madrid ha marcado en todos los partidos mientras que el Dortmund no lo hizo en los dos primeros, ante PSG y Milan. Curiosamente, no pudo ganar a los de Luis Enrique en ninguno de los dos encuentros de la fase de grupos, pero les derrotó en ambos en semifinales. Ello dice mucho de un equipo que ha crecido en los momentos de presión, como era la vuelta de cuartos después de perder en el Metropolitano. «A partir de la tercera jornada, cuando jugamos contra el Newcastle y ganamos, notamos cómo empezábamos a creer que podíamos conseguir algo. Nuestra autoestima comenzó a crecer», dice Terzic. La realidad es ya no dejó de hacerlo. La final es su premio. «Si jugáramos 10 veces contra el Madrid, sería difícil ganar en el balance general, pero a 90 minutos o 120 más los penaltis, podemos vencer a cualquiera».

El Dortmund será el cuarto rival alemán del Madrid en esta Champions, que la empezó ante el Unión Berlín, con una victoria pírrica en el Bernabéu, y en el mismo lugar tuvo su momento crítico del torneo ante el Leipzig. Padecer ante el Bayern estaba en el guion. Las finales tienen el suyo propio. Mejor para el Madrid sise decide en los 10 últimos minutos.

Joshua Kimmich, el "monstruo mental" con cara de niño

Joshua Kimmich, el “monstruo mental” con cara de niño

Los viajes en coche se hacían largos para un niño de 12 años. Había que recorrer más de 100 kilómetros en cada partido y cada entrenamiento. Aquella rutina suponía más de una hora al volante para Berthold Kimmich, su padre, que había cambiado los turnos en el trabajo con tal cumplir con la formación del pequeño Joshua. A menudo no quedaba más remedio que turnarse con otros familiares del equipo, pero Beppo aprovechaba cada minuto. Mientras conducía reiteraba sus mensajes al chaval, más bajito y enclenque que sus compañeros, pero capaz de procesar mejor que el resto. Desde Bösingen, un pueblo de poco más de 3.000 habitantes, hasta las instalaciones del VfB Stuttgart, Joshua no sólo aprendió las leyes fundamentales del fútbol, sino que fue construyendo unos lazos que jamás se quebrarían. Nadie iba a cuidarle mejor que su familia. Ningún técnico de la cantera podría motivarle como su padre, cuyo fuerte carácter ya se había ganado cierta fama por los contornos. Hoy, casi dos décadas después, Kimmich sigue sin representante. Su ficha anual ronda los 20 millones de euros y su vínculo con el Bayern expira en junio de 2025, pero nadie, salvo él y los más cercanos, tomará decisiones en su nombre.

Durante aquellos trayectos en coche, Beppo hablaba sin cesar a su hijo de un mediocentro zurdo llamado Krasimir Balakov, el antiguo ídolo de la hinchada del Stuttgart, considerado el mejor futbolista búlgaro de la historia, por detrás de Hristo Stoichkov. Joshua idolatraba a Zinedine Zidane y Xavi Hernández, aunque durante los Mundiales sólo tenía ojos para Bastian Schweinsteiger. Pese a su notoria inferioridad física, Joshua siempre quiso sentir que el juego pasaba por sus pies. Desde muy niño se sintió centrocampista, no lateral derecho.

Y cuando aterrizó en Leipzig, con 18 años, ni siquiera intuía la dureza de la Dritte Liga, la tercera categoría alemana. Cada partido se resolvía en los duelos aéreos, las disputas a ras de hierba, los pelotazos en largo... Además, desde hacía tiempo arrastraba molestias de pubis. Todos le superaban en altura y velocidad y él se sentía un alfeñique. "Me decían que el salto había sido demasiado grande, que me iban a devorar. Me sentí muy decepcionado y enfadado. Desde entonces sólo quise demostrar lo equivocados que andaban", admitió, durante una entrevista con Sports Illustrated.

"Un absoluto profesional"

Si no llega a ser por la paciencia de Ralf Rangnick, máximo responsable técnico del Red Bull, nunca hubiese podido llamar la atención de Pep Guardiola. El Bayern pagó 8,5 millones de euros por un chico de 20 años del que Marcus Sorg y Horst Hrubesch, desde las divisiones inferiores de Alemania, ya hablaban maravillas. Su pasión desbordante en los entrenamientos, su deseo de aprender, encandilaron a Guardiola.

Un material tan dúctil resultaba demasiado tentador para el técnico español, que empezó a alternarle como central y pivote defensivo, con algunas apariciones esporádicas en el lateral o el flanco derecho del ataque. La riqueza táctica del Bayern quedaba patente con varios cambios de sistema en un mismo partido. Incluido aquel 0-0 en Dortmund, cuando Guardiola dedicó una inolvidable reprimenda a Kimmich por no haberse puesto de acuerdo con Mehdi Benatia para tapar el vacío dejado por Xabi Alonso durante los minutos del añadido.

"Es un absoluto profesional, un monstruo de la mentalidad. Siempre está en el partido y nunca se rinde. Presiona como nadie, aunque le sobre calidad con el balón". El elogio de Hansi Flick compendia un peculiar modo de entender la profesión. El mismo que le había transmitido su padre, cuando le insistía en que golpeara con los dos pies en el jardín de casa. "Rendirse nunca fue una opción. Hasta el día de hoy, mi lema es creer siempre en uno mismo", sostiene durante uno de los capítulos del documental de Jan Mendelin para el diario Bild. En otro episodio comparte entrenamiento con Tommy Haas, ganador de 15 torneos de la ATP y ex número dos del circuito. El dominio mental propio del tenis sigue muy vigente para Kimmich, que aún hoy festeja los goles con el índice en la sien, al modo de Stan Wawrinka.

Lateral en la sexta Champions

Kimmich marcó en sus dos últimas visitas al Bernabéu, durante los cuartos de 2017 y las semifinales de 2018, pero sólo tras regresar al lateral derecho, cubriendo la ausencia del lesionado Benjamin Pavard, pudo al fin alzar la sexta Copa de Europa del Bayern. Desde aquella fase final a puerta cerrada en Lisboa, su liderazgo en el vestuario se ha multiplicado. Allí donde otros prefieren la discreción ante los micrófonos, Kimmich se descuelga con una feroz autocrítica. "No es de los que hablan mucho y luego no dicen nada. Se pone a sí mismo bajo presión, pero también parece dispuesto a cumplir con lo que exige a los demás. Y eso me gusta", elogiaba el ex presidente Uli Hoeness.

Desde que en el verano de 2015 se ejercitó por primera vez en las instalaciones de Saebener Strasse, bajo la tutela de Philipp Lahm y Manuel Neuer, comprendió el papel de los veteranos a la hora de mantener la cultura ganadora del Bayern. Y eso fue, precisamente, lo que se ha propuesto con Jamal Musiala. Después de cada partido, Kimmich envía mensajes de WhatsApp a sus compañeros, sea con cumplidos o con críticas. Es su manera de ganarse el respeto. No conviene enfadar al líder del vestuario, aunque tenga esa cara de niño.

Ancelotti hace mucho peor al Madrid

Ancelotti hace mucho peor al Madrid

Vergonzoso y horroroso cumpleaños madridista. Todo el viejo continente vio como el Rey de Europa era zarandeado y ridiculizado por un Leipzig que sólo tiene quince años de edad. Y, desde luego, nunca mereció el Madrid siquiera empatar el partido.

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El Madrid casi se quema en un empate agónico contra el Leipzig, pero pasa a cuartos de Champions

El Madrid casi se quema en un empate agónico contra el Leipzig, pero pasa a cuartos de Champions

El Madrid está en cuartos de Champions con mucho sufrimiento y menos felicidad, el mismo sentimiento que Carlo Ancelotti admitía en la previa del partido ante el Leipzig. En un duelo durísimo, impreciso y con menos sangre de la que pedía la ocasión, un gol de Vinicius fue suficiente para equilibrar el de Orban y superar, con la agonía de las noches de Chamartín, una eliminatoria trampa.

En el regreso de la Copa de Europa al Bernabéu, Ancelotti decidió innovar. El italiano es un entrenador enamorado del futbolista centrocampista, la posición que más ejemplifica la evolución de este deporte. Físicos, técnicos, con potencia, pase y gol, Carletto los tiene con todo tipo de virtudes. Y ahora, obsesionado con el fútbol moderno, el transalpino los quiere a todos. Por eso, en un día tan importante y tan trampa como una vuelta de los octavos continentales tras haber ganado la ida, Ancelotti cambió el esquema y encajó a sus cinco centrocampistas fetiche: Tchouaméni, Kroos, Camavinga, Valverde y Bellingham.

El puzle le funcionó sobre la pizarra, pero no sobre el césped. Dejó de lado el 4-4-2 de toda la temporada y mostró un 4-3-3 con el inglés como 9 y el uruguayo como extremo derecho. Y el Madrid naufragó en una primera parte en la que el Leipzig le perdonó varias vidas. Algo que se puede hacer en Chamartín. Los pitos del descanso eran merecidos para un tramo inicial desastroso.

Lento, previsible e impreciso, el Madrid no fluyó entre líneas y no encontró a Vinicius, la única chispa de un ataque demasiado plano. Y atrás sufrió, salvado sólo por los errores de Openda, delantero rival. Dio la sensación, una vez más, de que el conjunto blanco necesita verse medio muerto en la orilla de la Copa de Europa para despertar de verdad.

En el primer aire del duelo, el Madrid ya mostraba debilidad. En el 12, Openda inició su carrusel de oportunidades. Primero remató desviado desde la frontal cuando tenía a Olmo desmarcado en la derecha y en el 15, en otra contra visitante, cruzó demasiado su disparo a la izquierda del portero ucraniano.

Ancelotti abría los brazos en el banquillo desesperado. Y en la hierba, sólo Kroos mostraba claridad. El Madrid jugaba, pero no sabía a qué. Con Valverde en la derecha, los tres del medio, Camavinga, Tchouaméni y Kroos, se estorbaban en la creación y ninguno creaba líneas de pase verticales para combinar con Bellingham y Vinicius. El inglés, también errático, se las ingeniaba para bajar a recibir a la base perdiendo un hombre, casi el único, referencia arriba.

Mientras, el Leipzig esperaba oportunidades con una línea de presión muy adelantada, con Sesko y Openda en el centro y Simons y Olmo en las bandas. Fue imposible para los blancos superar la primera avanzada alemana, que tuvo nuevas ocasiones rozando el descanso. Simons, el mejor, probó a Lunin desde fuera del área y Openda tuvo una volea clarísima dentro del área que rozó la red derecha del portero madridista.

Pitos al descanso

El Madrid no había lanzado a puerta y sólo tuvo un córner tras un tímido intento de Bellingham dentro del área. Nada más de uno de los favoritos al título en la vuelta de una eliminatoria. Peligroso y un tanto vergonzoso, de ahí los pitos multitudinarios del Bernabéu al descanso.

Ancelotti pasó por vestuarios y cambió fichas, convencido de los errores de su equipo. Camavinga, intrascendente e impreciso, se quedó en la caseta para que entrara Rodrygo. El brasileño acumula una mala racha goleadora en Liga, y quizás por eso el técnico decidió sentarle en un día así, pero tiene regate y movilidad, algo de lo que el Madrid careció en el primer tiempo.

Una arrancada suya en el 50 provocó una falta peligrosa a favor del conjunto blanco y animó a la grada, desencantada en el torneo más importante para el club. Un torneo que corrió peligro cuando Vinicius empujó a Orban en una discusión y los alemanes clamaron por una tarjeta roja. El empujón, en el pecho y no en la cara, fue amarilla.

Primero Vinicius, luego Orban

El Madrid encontró respiro cuando se dejó de cálculos y se rindió a sus mayores virtudes: las arrancadas de Bellingham y Vinicius. En el 65, el inglés inició una contra, avanzó y esperó el desmarque del brasileño, en diagonal viendo el espacio libre. Cedió Jude y Vini, de primeras, definió ante Gulacsi.

El Leizpig se resistió a claudicar sentenciado y reaccionó para igualar de nuevo la eliminatoria a los tres minutos. Orban se adelantó de cabeza a Nacho tras un centro de Raum y puso el miedo en el cuerpo al Bernabéu. La pelea volvía a estar a un asalto y el duelo entró en la agonía. La de los visitantes por provocar la prórroga y la del Madrid por evitarla. Ancelotti introdujo a Modric por Kroos y a Joselu por Bellingham para calmar el choque y lo consiguió entre suspiros de alivio. El Madrid puso la mano en el fuego y casi se quema.