Crespones negros, minutos de silencio y partidos aplazados en una triste eliminatoria de Copa del Rey. Encuentro jugados con desasosiego, como el disputado por Las Rozas y Sevilla. El equipo andaluz, jugando sin gran intensidad, se impuso por 0-3, con goles de Luis Méndez (en propia meta) y de Iheanacho (dos). García Pimienta aprovechó el compromiso para dar oportunidades a los menos habituales en su once inicial. Una cita sin apuros para un equipo que en Primera no termina de coger el ritmo.
Las Rozas, conjunto de Preferente de la Comunidad de Madrid, especialista en la formación de jugadores (por allí han pasado, entre otros, Marcos Llorente, Antonio Núñez o Mejía) no se arrugó ante un rival superior y hasta el último instante mostró sus buenas maneras. Álvaro Escolano, con un lanzamiento desde la frontal del área, e Iván Quivira, con un cabezazo a la salida de un córner, pusieron a prueba a Álvaro Fernández, que supo mantener imbatida a su portería.
Antes del comienzo del partido, se entregó una placa conmemorativa a Jesús Navas por su larga y brillante trayectoria profesional.
Penalti errado por Óscar Rodríguez
Mas dificultades para conseguir el pasaporte para la siguiente eliminatoria copera encontró el Leganés en su enfrentamiento con el modesto Ciudad de Lucena. Venció por 1-2, pero nunca se sintió cómodo la formación preparada por Borja Jiménez, que es 14ª en la Liga. En la primera parte, Óscar Rodríguez erró un lanzamiento de penalti. Lo mismo hizo Munir, pero aprovechó el rechace del portero Iván Morales para adelantar a su equipo. El segundo tanto de los visitantes lo anotó Juan Cruz. El gol del Lucena fue obra de David Agudo.
Dominó, pero sin aplomo el Leganés. El Ciudad de Lucena, que se encomendó a los contragolpes de Joseliyo para buscar el empate, apretó en el último tramo y hasta el final, los 1.800 espectadores presentes en el estadio del equipo andaluz, soñaron con el empate.
Una cita con la Copa que pretende servir como terapia para equipos grandes que transitan con rumbo errático en Primera, como el Girona, que goleó al Extremadura por 0-4, con tantos de Bryan Gil, Arnau y Miovski (dos). Tampoco tuvo dificultades para vencer el Celta al San Pedro, por 1-5, con goles de Alfonso González, Pablo Durán, Allende y Douvikas (dos).
«Pido jugar con seriedad»
El Sporting de Gijón también cumplió con su condición de favorito y venció al Numancia (0-1). El Burgos se impuso (2-5) al Móstoles, y el Salamanca al Alcorcón (1-0).
Una Copa en la que el Betis quiere ofrecer la buena imagen de la Liga. Este jueves se mide al modesto Gévora, de la provincia de Badajoz. A pesar de la diferencia presupuestaria entre ambos rivales, Manuel Pellegrini apela a la prudencia y proclama el respeto al adversario: «Afrontamos este debut en la Copa con ilusión, igual que hacemos en todas las competiciones, por eso pido jugar con seriedad». El chileno también añadió que espera que el duelo esté dominado por «exigencias de rendimientos individuales» y por eso ha convocado a jugadores poco habituales que no deberían dejar pasar esta oportunidad, como el portero Fran Vieites, que será titular, y los jugadores del filial Guirao, Jesús Rodríguez y Mateo.
Las pesadillas se acaban con un despertar, no son eternas. Basta con un detalle para que salir de un doloroso letargo. En Mestalla, ente el Girona, fueron dos los que permitieron al Valencia ver reconocido su esfuerzo, resoplar y soltar la piedra que siempre lastra los pies del colista. Seguirá abajo, siendo un equipo que se hace pequeño, pero de él ya pueden tirar sin temblar las casi 41.000 personas que le rescatan siempre desde la grada. [Narración y estadísticas (2-0)]
No quería vestir Baraja el partido de decisivo y lo hicieron sus jugadores. Lo encararon responsabilizados, ordenados, batalladores, algunos incluso incombustibles en los duelos ante un Girona espeso, lento, con tantos recursos como dudas y sin la pátina que le hizo brillar hace pocos meses.
Su derrota tuvo tanto de merecimiento como de desgracia. En dos minutos, entre el 56 y el 58, Pepelu recuperó dos balones que abrió sus extremos. Fue primero Rioja quien, cansado de intentar centros en balde, probó un disparo que desvió Juanpe para desgracia de Gazzaniga. En la banda contraria se reprodujo el ataque y, esta vez, el capitán gironí lo que no pudo es desviar lo suficiente el tiro de Dani Gómez. En dos zarpazos el Valencia había despertado.
Antídoto contra el veneno
No fue un duelo de ida y vuelta desde el arranque y apenas se pisaron las áreas. Ambos equipos parecían incapaces de recordar lo que fueron hace pocos meses. El Girona se olvidó del fútbol con el tuteó a las elites del campeonato y el Valencia de la capacidad de asestar golpes definitivos a sus rivales con una velocidad endiablada. Se alternaron el control pero, como si hubieran pactado una tregua, no lograban amenazarse.
El plan valencianista era sostenerse en busca de un triunfo que ejerciera de antídoto al veneno que le condena en la clasificación. Ganar pasaba por no equivocarse ante un rival que no suele perdonar. Eso lo logró, con Tárrega y Mosquera desesperando dejando sin balón a Abel Ruiz y haciendo desaparecer a Miovski, con Barrenechea siempre vigilante en las ayudas y Thierry frenando en seco el poder destructor de Danjuma. Hasta Javi Guerra parecía tener un partido a su medida que no se lanzó a aprovechar hasta el paso por el vestuario.
Donde el Valencia encalló fue arriba. Sin Hugo Duro, es un equipo romo. Nadie apareció para cazar un centro de Guerra que se paseó por el área en la primera parte, como tampoco el de Diego López que acabó en las manos de Gazzaniga, a quien Dani Gómez estuvo a punto de sacarle los colores. Fueron sustos, pero más que los del Girona, que ni siquiera probó a Mamamardashvili.
Seis meses después
El paso al frente lo dieron en la segunda parte, lanzando más a sus extremos y encontrando en ellos la vía del gol. Cuando llegaron y la ventaja fue cómoda en un pispás, el equipo fluyó.
El pueblo de Mestalla, que no celebraba desde marzo, empujó. No llegaron más goles, ni siquiera ocasiones claras, pero no hubo sufrimiento pese a la revolución de un contrariado Míchel. Eso sí, Mamardashvili salvó con su vistosidad habitual un testarazo de Misehouy para confirmar que la victoria tenía dueño.
Apenas el mercado semanal del parque de la Devesa agrieta la tranquilidad de Girona, donde poco, prácticamente nada, advierte que llega un gran día: el debut de la ciudad en la Champions, este miércoles en el campo del PSG (21.00 horas, Movistar). Sobre la arena de la Plaça de la Independència unos cartelones de Etihad Airways, patrocinador del equipo, dejan algo entrever -"Juntos hacia nuevas alturas" es el emblema- y para alivio del fotógrafo por allí aparece Javi, con una camiseta de Stuani y el logo de la competición. Pero poco más.
Si acaso hay más camiones que de costumbre descargando comida y cerveza en los bares de alrededor, como el Fock Viu, una hamburguesería y cocktelería muy 'street food' que se prepara a conciencia. Allí se reunirán hoy decenas de chavales convocados por el podcast 'Tribuneros de Montilivi' de Pol Mejias y Martí Pardo. "A Girona le falta un lugar de referencia donde ver los partidos de fuera. No hay un sitio donde se junte la afición, estamos desperdigados y, de hecho, igual vas a un bar de la Plaça de la Independència y no sabes muy bien a quien se anima. La gente no es muy enérgica y muchos no visten la camiseta del equipo", comenta Pardo, veinteañero que describe el carácter de sus vecinos.
"La gente tiene ganas de Champions, pero en Girona somos tranquilitos, no nos volvemos locos. Por ejemplo, las entradas para la afición visitante en el campo del PSG no se han acabado. Había como 2.000 e irán unos 1.000, la mitad. Entre semana la gente trabaja y lo primero es lo primero", expone Pardo sin acritud, consciente que tampoco se puede cambiar una ciudad tan burocrática, tan funcionarial, tan capital de provincias, en un visto y no visto. Además, hasta hace 20 años el Girona FC deambulaba entre Tercera y Regional Preferente y su masa social sigue en construcción. En 2011, ya en Segunda, Montilivi vivió el primer pleno de su historia -9.286 espectadores- y hubo que esperar a 2017 para el verdadero 'boom', con el ascenso a Primera y la compra del club por parte del City Group.
"Mi padre fue empleado del club y yo siempre fui del Girona, pero en el colegio se reían de mí por eso. Los que íbamos al campo nos conocíamos todos. Ahora hay niños del Girona, es bonito y vienen grupos de turistas, sobre todo holandeses, que van o vienen de la Costa Brava", expone Lluís Bosch, presidente de la Penya Gironina y autor de un Montilivi hecho con piezas de Playmobil -expuesto en el Centre Cultural La Mercè-, que también habla del talante propio: "Hay mucho alegría, más orgullo de ciudad que nunca, pero también hay temor. El 'tarannà gironí' es el que es: serios, reservados. Nos gusta estar en Champions, pero ya sufrimos por lo que pueda pasar con los aficionados de otros equipos".
Y es que la Champions ha obligado al Ayuntamiento a movilizarse, a visitar Villarreal este agosto para aprender de su ejemplo, a preparar dispositivos especiales junto a los Mossos y a coordinarse con la Universitat de Girona, cuyo campus está al lado de Montilivi, al sur de la ciudad. Las clases acabarán antes en los días que lleguen los aficionados del Feyenoord, del Slovan de Bratislava, del Liverpool y del Arsenal. "Es un reto para la ciudad y tenemos que aprender. Hay que saber disfrutar del momento y, a la vez, que no perjudique la convivencia", apunta Àdam Bertran, regidor de Deportes de la ciudad, que desvela que no habrá Fan Zone, pero sí se realizará un control de los fans visitantes, especialmente de los hooligans que lleguen sin entrada.
"Serán cuatro días en cinco meses, tampoco tanto", asume y como miembro de Esquerra confirma que la política se quedará a un lado. Aunque Girona está gobernada por las CUP con el apoyo de Junts y Esquerra, no se esperan actos reivindicativos antes o durante los partidos de Champions. De hecho, en Montilivi las esteladas sólo fueron mayoría entre el fervor de 2017. "El Girona es un club privado y desde el Ayuntamiento sólo podemos desear que la Champions permita que aumente la gente que practica deporte en la ciudad", finaliza Bertran.
Pocas esteladas, propiedad extranjera
"En Girona cuesta mantener el deporte al margen de la política, pero el club lo ha conseguido. Tiene un posicionamiento más cercano al Espanyol que al Barça porque entre las gradas hay gente diversa. Se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien", puntualiza Ángel Martínez, regidor del Ayuntamiento por el PSC y ex jugador de la entidad, cedido por el Espanyol al Girona para la temporada 2010-2011, que añade: "También los propietarios son extranjeros". El City Group del jeque Mansour de Abu Dhabi, el dueño del Manchester City, posee el 47% de las acciones mientras que el 35% es del magnate Marcelo Claure y el 17% restante es de Pere Guardiola, hermano de Pep.
Sin una Junta Directiva al uso, el Girona ha tenido que cambiar parte de su consejo de administración para evitar conflictos con la UEFA, pero igualmente muchas decisiones se toman lejos de la ciudad. "El otro día, un tertuliano de TV3 decía que el Girona ya no es un equipo humilde por los propietarios que tiene, pero no es verdad. En España no hay dinero y ésta es la única forma de crecer ahora. El City Group respeta la identidad del club, no le ha cambiado el nombre, por ejemplo, y mantiene la base de lo que fue", proclama Martínez, que recuerda cuando los jugadores compartían coche para ir a los partidos.
El entorno de un modesto
O cuando a Montilivi sólo iban 300 aficionados. O cuando el Palamós, el Figueres o el Vilobí se llevaban a los canteranos de la entidad. O cuando no había periodistas que cubrieran los partidos. Ahora los hay, claro, pero no hay día que la tribuna de prensa se acerque al número de profesionales que mueven Real Madrid, Barcelona o Atlético. "Como mucho somos 15, aunque lo normal es que estemos entre cinco y 10. Girona es una ciudad muy pequeña, de 105.000 habitantes, y el entorno del club es pequeño, de trato personal, con una relación con los jugadores más cercana", expone Alex Luna, periodista de Mundo Deportivo o DAZN e impulsor de otro podcast, Montiliving, también con tirón entre los jóvenes.
"Si dentro de unos años el Girona baja a Segunda su masa social bajará, pero quedará lo que estamos viviendo ahora, con la temporada pasada o con el debut en Champions. Ahora hay niños del Girona y eso no pasaba antes", subraya Luna, que en contraposición al tópico habla de una nueva Girona "abierta y divertida" gracias al deporte.
Paraíso para los expats
Porque no es sólo el fútbol. El súbito ascenso del Girona ha coincidido con el nuevo proyecto del Girona Bàsquet de la mano de Marc Gasol -en ACB desde 2022- y con la moda del ciclismo en la ciudad. Hace años, con Lance Armstrong como referente, muchos profesionales se instalaron en el centro y con el paso del tiempo llegaron los amateurs de todas partes del mundo, con sus eventos, sus tiendas de ropa ciclista y sus cafeterías de especialidad. Hoy Girona es un lugar 'cool' para 'expats' gracias a su oferta deportiva.
"Antes quizá se veía como un pueblo cerrado y ahora es una ciudad que atrae, con mucha calidad de vida. Muchos nos ven como el Silicon Valley del deporte, un ecosistema único. De hecho, hemos creado un movimiento, el Girona Play Together, para que haya más sinergias entre fútbol, baloncesto y ciclismo", expone Jordi Puyol, de Athletic Affair, una agencia de Girona vinculada a los deportes outdoor y a eventos como el Sea Otter, el festival ciclista que se celebra este fin de semana. Antes hoy, en el campo del PSG, Girona vivirá un gran día, el debut de su equipo en la Champions, aunque poco, prácticamente nada, advierta sobre ello en la ciudad.
La salida de Eric García del Barça fue una de las operaciones más inesperadas del mercado de verano del año pasado. El club estaba negociando casi a contrarreloj para asegurarse las cesiones de Joao Félix y Joao Cancelo y la marcha del central rumbo al Girona acabó por convertirse en un mal necesario. Según desveló ayer el propio Xavi en la antesala del duelo por el segundo puesto que se vivirá este sábado en Montilivi (18.30 horas), el fair play financiero se impuso a los criterios deportivos. Y el defensa, que entendía que no iba a tener muchos minutos, también puso de su parte para buscar un destino en el que sí tuviera opción de conseguirlos. Y vaya si los ha logrado.
Míchel, el técnico de un Girona que escuchará por primera vez en su historia el himno de la Champions en Montilivi la temporada que viene, ha confiado ciegamente en sus posibilidades. En la Liga, ha sido una pieza absolutamente determinante. A pesar de que fue suplente en el primer encuentro en el que tuvo opciones de jugar, en casa, ante Las Palmas, por la premura de su fichaje. A partir de ahí se convirtió en titular indiscutible. En total, ha jugado 25 de 29 partidos posibles, en los que sólo abandonó el campo antes de cumplirse el tiempo reglamentario en tres ocasiones. Y los cuatro que se ha perdido hasta ahora, en este caso, se debieron a unos problemas físicos y a una lesión muscular que le mantuvo de baja durante 26 días.
En la primera vuelta, Eric García fue titular en el duelo en el que el conjunto gerundense se impuso al Barça por 2-4. Y, casi con toda seguridad, lo será este sábado en la visita de los azulgrana a Montilivi, un estadio en el que el Girona no conoce la derrota. En la temporada 2017-18, la del estreno del Girona en Primera División, se impuso por 0-3. En la segunda, en la campaña 2018-19, venció por 0-2. El curso pasado, con muchos más problemas, acabaron por llevarse un sufrido triunfo por 0-1.
El central, al contrario de lo que ocurre con otro cedido por el Barça, Pablo Torre, no tiene en su contrato una cláusula que le impida medirse a sus ex compañeros. La forma en la que se cerró su salida, prácticamente a última hora, y con la entidad que preside Joan Laporta negociando también las llegadas de los Joaos, provocó que se prescindiera de la que muchos denominan cláusula del miedo y que tuviera así la posibilidad de lucirse ante, por ahora, su ex equipo. Por ahora, porque el propio Xavi ya se ha encargado de recalcar que la intención es recuperarlo. «Se fue por el fair play, yo no quería que se fuera. Las circunstancias son las que son y la idea es que vuelva», aseguró el entrenador del Barça. El verano pasado, el conjunto azulgrana tenía prácticamente overbooking en el centro de la zaga, con nombres como los de Jules Koundé, Íñigo Martínez, Andreas Christensen o Ronald Araujo que se unían a los del propio Eric García. Cinco futbolistas para dos puestos, si bien la situación puede ser muy diferente el curso que viene, a pesar de que, a todas luces, Pau Cubarsí también tendrá mucho que decir.
La posible salida del central uruguayo, para lograr unos ingresos muy necesarios, por dolorosa que sea su venta, unida al hecho de que tampoco se harían ascos a negociar por Andreas Christensen y de que ya se empieza a especular que Íñigo Martínez podría no seguir la temporada que viene, parecen destinadas a propiciar que el viaje de Eric García al Girona vaya a ser, definitivamente, de ida y vuelta.
Cuarenta años y seis finales después, el Athletic busca de nuevo la Copa del Rey, un torneo al que ha intentado poner cerco en las últimas temporadas sin lograr el éxito que se le niega desde el 5 de mayo de 1984, cuando el equipo de Zubizarreta, Goikoetxea,Dani y compañía, dirigido por Javier Clemente, figura medular en los primeros ochenta, se impuso al Barcelona de Maradona y Schuster para lograr la vigesimotercera.
Tampoco en esta ocasión lo tendrá fácil. Detrás del decimoquinto clasificado de la Liga, sólo seis puntos por encima de los puestos de descenso, se esconde un Mallorca de lija, capaz de dejar atrás al Girona, la gran sensación del curso, y a la Real Sociedad, ganador del torneo en la edición de 2020. Con todo, en esta ocasión el conjunto que entrena Ernesto Valverde parece tener el título más a tiro que en las recientes balas perdidas. De las seis finales que se le escaparon, cuatro las disputó frente al Barcelona, una ante la Real y otra, ya muy lejana, en 1985, contra el Atlético de Madrid.
En su segunda temporada en esta tercera etapa al frente del equipo vizcaíno, Valverde dirige un grupo en continuo crecimiento, en el que, como ha comentado en más de una ocasión, muchos jugadores han dado un paso adelante. Como sucediera en 2022, cuando dejó en el camino al Real Madrid y al Barcelona antes de varar en semifinales con el Valencia, el Athletic se deshizo de nuevo de los azulgrana para liquidar después, ya a doble partido, al Atlético de Madrid, con quien litiga por una plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones.
Avalancha de aficionados
El Athletic rock and roll prometido por Jon Uriarte cuando tomó la presidencia ha tardado una temporada en llegar, tras un curso de discreta transición, pero aquí está, acompañado por cerca de 70.000 seguidores, 30.000 de los cuales habrán de conformarse con seguir el encuentro desde la fan zone habilitada fuera de La Cartuja. En Sevilla sólo se ven banderas rojiblancas y seguidores bilbaínos ataviados con toda la parafernalia propia de estas ocasiones. Resulta difícil dar con algún hincha mallorquín, cuya representación se estima más de tres veces inferior.
Javier Aguirre se siente cómodo en el papel que le corresponde a su equipo, sin renunciar al que podría ser el mayor triunfo de su dilatada carrera en los banquillos. «Del Athletic me preocupa su velocidad; al espacio son letales. Te equivocas en una salida de balón y te matan. Son muy dinámicos y cualquiera te la puede liar. Es el equipo de primera división que más balones roba y que más daño hace cuando lo consigue», comenta. «No basta con la ilusión. Hay que hacer un partido casi perfecto».
Con la única probable baja de Yeray, lesionado en el último encuentro de Liga, en el Bernabéu, el Athletic tratará de marcar pronto para obligar a su adversario a ser más propositivo de lo que acostumbra. La victoria del Athletic por 4-0 en el último partido de Liga entre ambos equipos resulta excepcional en una secuencia reciente que arroja tres empates, dos de ellos a cero. Con el vértigo de los Williams y la inteligencia de Guruzeta, que suma 15 goles esta temporada, el Ahtletic, que destaca por el equilibrio en todas sus líneas, tratará de buscarle la vuelta al Mallorca. Ahora bien, deberá gestionar la ansiedad, el ferviente deseo de volver a surcar la gabarra después de cuatro décadas
En el plano institucional, será una final marcada por las turbulencias en la Federación Española de Fútbol. Tras la dimisión de Pedro Rocha y la convocatoria de elecciones para el 6 de mayo será Rafael del Amo, presidente de la junta gestora, quien se siente en el palco. Ahí estará Rafael Nadal, dos días después de anunciar que tampoco estará listo para reaparecer en el Masters 1000 de Montecarlo.
Girona 0 Real Madrid 3
ABRAHAM P. ROMERO
@AbrahamRomero_
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LUCAS SÁEZ-BRAVO
@LucasSaezBravo
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