Amargado en el sillón tras sacrificar la sobremesa del sábado por un Leganés-Atleti de espectáculo mustio y desenlace desagradable para mí, volví a preguntarme, como hago diez o doce veces al año, por qué demonios sigo pensando que me gusta el fútbol. Otro fin de semana amargado en el rato que debería haber dedicado a tomar pacharanes o a ver Harry Potter y el prisionero de Azkaban con los niños como si lo hiciera por ellos y no por mí. Otro rato
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Si alguien pensaba que Diego Simeone iba a rebajar sus declaraciones o "matizarlas" como le preguntaron en rueda de prensa, se equivocaba. El entrenador del Atlético de Madrid se ha mantenido en sus impresiones sobre las actuaciones arbitrales cuando está el Real Madrid de por medio y ha recordado a Carlo Ancelotti y a Dani Ceballos, que ellos pensaban lo mismo cuando no militaban en el conjunto blanco.
"Nunca opino de lo que opinan mis colegas, me remito a la memoria", comenzaba el técnico rojiblanco para recordar que Ancelotti criticaba el arbitraje cuando era entrenador del Bayern y que Ceballos hacía lo propio como jugador del Betis. "Cuando estaban en otro equipo pensaban en otra cosa", ha rematado el argentino.
Pese a ese nuevo dardo, Simeone aseguraba también que el foco lo ponía y lo dimensionaba la prensa. "Ustedes son los que lo focalizan recogiendo comentarios de un lado y otro y luego son ustedes los que lo amplían", ha mantenido el entrenador colchonero.
Polémicas aparte, este martes el Atlético se enfrenta a un rival que viene con una racha positiva, como la que los rojiblancos marraron el pasado sábado ante el Leganés. Son 11 victorias consecutivas para el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.
"Equipo extraordinario que juega muy bien, con transiciones muy buenas. El trabajo de Xabi es buenísimo. Van camino de repetir el trabajo de la temporada pasada", ha halagado el argentino a su colega y ha asegurado que pretenden competir con sus herramientas para conseguir una meta muy importante. "El club nunca ha ganado la Champions y el objetivo es llegar a la final tan deseada y ansiada por todos", ha expresado.
El argentino no ha querido comparar la importancia de FlorianWirtz, la estrella emergente del Bayer Leverkusen con Antoine Griezmann, leyenda del Atlético, pero sí que ha recordado la capacidad que tiene el Bayer para jugar como equipo sin importar los jugadores que estén sobre el césped.
En la rueda de prensa previa al encuentro de Champions se produjo un momento curioso cuando un periodista preguntó a Pablo Barrios, que compareció justo antes que su entrenador, sobre la importancia de mejorar de cara a portería. El técnico y el centrocampista se miraron con complicidad en lo que viene a evidenciar, como ha dicho el Cholo en alguna ocasión, que es esa faceta la que el canterano del Atlético debe de mejorar.
Getafe en Copa
Barrios ha admitido la necesidad de mejorar en esa faceta y también ha valorado, como su técnico, el buen juego que está desarrollando el Bayer de Xabi Alonso. El 8 rojiblanco ha comentado también en la misma respuesta la dificultad que representa el Getafe, próximo rival en el torneo de Copa, cuyo enfrentamiento salía minutos antes de esta comparecencia.
Simeone, por su parte, no se fía del conjunto de Bordalás que ha dicho que "viene creciendo muchísimo". "Conocemos las características de su entrenador, a partido único siempre es complejo enfrentarse a ellos y esperemos tener buen partido", ha explicado.
Ya conocemos los cuatro emparejamientos de cuartos de final de la Copa del Rey, el momento más tenso de la competición del K.O, penúltimo paso antes de la final del 26 de abril en el estadio de La Cartuja. Las urnas de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas han deparado las últimas eliminatorias a partido único.
Al no haber llegado ningún equipo modesto, ni siquiera de la Liga Hypermotion, el sorteo ha sido puro: ocho bolas en un bombo. Y el resultado, a pesar de haber evitado el clásico, el derbi madrileño o un Atlético - Barça, es de máxima tensión.
Las eliminatorias son:
Valencia - Barcelona
Leganés - Real Madrid
Atlético - Getafe
Real Sociedad - Osasuna
La ronda se disputará entre el martes 4 y el jueves 6 de febrero, justo antes de un fin de semana en el que tendremos citas ligueras claves, como el derbi madrileño entre el Real Madrid y el Atlético.
Después de los cuartos llegarán las semifinales, ya a ida y vuelta, con el primer partido el 26 de febrero y el segundo y decisivo más de un mes más tarde, el 2 de abril.
El ex árbitro de Primera División Joaquín Ramos Marcos ha muerto este fin de semana a los 78 años, según ha informado El Chiringuito de Jugones, programa en el que participó como comentarista.
"Este programa se lo queremos dedicar a alguien muy importante en esta aventura. Empezamos juntos hace 20 años. Le queremos dedicar este Chiringuito a alguien que se nos ha ido este fin de semana: Joaquín Ramos Marcos. Descansa en paz, amigo", aseguraba Josep Pedrerol nada más comenzar el programa este domingo.
Nacido en Salamanca el 23 de marzo de 1946, amante del fútbol, empezó como jugador en equipos salmantinos, pero por una lesión, cuando militaba en el CD Peñaranda, vio truncada su carrera, lo que no le apartó de este deporte y optó por hacerlo a través del arbitraje.
No paró de progresar hasta que debutó en la máxima categoría un 22 de septiembre de 1979 en un Espanyol-Zaragoza (2-0) disputado en Sarriá y dirigió el 12 de diciembre de 1992, su último encuentro en otro estadio mítico del fútbol español, Atocha, un Real Sociedad-Sevilla (1-0).
Durante su carrera pitó 151 partidos en Primera División, tres finales de la Copa del Rey y también dirigió partidos internacionales en competiciones europeas. Recibió el Trofeo Guruceta al mejor árbitro de la Liga en las campañas 1988-89 y 1989-90.
Después de colgar el silbato dio el salto a la televisión, donde se convirtió en uno de los primeros árbitros en analizar las jugadas polémicas de los partidos de fútbol. Como comentarista participó en los programas El día después, El tercer tiempo, Punto Pelota o El chiringuito.
El Valencia tiene un eslabón centenario que le une a Primera: Mestalla. Es arropado por su pueblo donde ejerce su resistencia. Lo hizo hace dos años y se ha conjurado para repetirlo. Es la misión de una grada que lleva en la piel la lucha contra el dueño que les abandona, pero no olvida su misión. Ante la Real Sociedad, en todos los momentos en que el equipo comenzó a temblar, emergió como escudo protector para ayudar a sumar una victoria, la tercera, la primera de Corberán y el paso al frente hacia una tarea titánica. [Narración y estadísticas (1-0)]
El Valencia necesitaba gestionar su angustia, algo que va más allá del fútbol. Temblaba el equipo cuando además de al rival tenía que sobreponerse a sus propios demonios. Saben todos los jugadores, y se lo recuerda todo un estadio, que el escudo de defienden sostiene una historia que no pueden manchar con un descenso. Pero son últimos y cada jornada es una menos de vida para intentar resucitar. Hay que ganar partidos, sumar puntos, recuperar el fútbol olvidado y hacerlo sin que la responsabilidad lastre las botas.
Contaba la Real con ese aliado para tratar de llevar el duelo a la agonía que siempre acaba penalizando. Desahogados y con más armas, la opción de desesperar al Valencia fue la suya al inicio. Alguacil confió en que, con la Europa League en el horizonte, le bastaría sin Kubo o sin Oyarzabal. Por eso sufrió.
La necesidad como combustible
No podía permitirse el Valencia otra cosa que no fuera empujar y empujar a la Real al área de Remiro. Por los carriles, con Foulquier sacando los colores a Pacheco y Javi López. Por ahí apareció Javi Guerra para, en cuatro minutos, poner un centro al punto de penalti que Diego López cabeceó cruzando el exceso. Habían detectado un punto débil que volvería a aprovechar Guerra para buscar a Hugo Duro en el corazón del área, aunque el madrileño la dejó pasar imaginando la incorporación de Rioja al segundo palo. Había perdonado dos veces y Mestalla farfullaba sin dejar de alentar porque la parroquia se siente involucrada en la faena de la salvación.
La necesidad se ha convertido en combustible que Corberán trata de canalizar hacia al juego y lo logró. El Valencia apretó con orden a la Real ahogándolo de manera que no tejió dos pases. Su medular se volvió transparente, tanto por el trabajo de Barrenechea como por el crecimiento de Javi Guerra, que volvió a dar destellos del jugador que emergió hace dos temporadas. Zubimendi no podía sostener el equilibrio, Brais no aparecía y Sergio Gómez, sin pelota, ni existió.
Ahora bien, sus ocasiones aparecieron a la carrera. La más clara la creó Becker tumbando a Mosquera a la altura de su banquillo para poner un centro a Öskarsson, solo en la media luna, que inexplicablemente envió al lateral de la portería de Mamardashvili.
Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.EFE
Ese fallo espabiló al conjunto donostiarra, que fue creciendo siempre de la misma manera: con velocidad a la espalda de los centrales y de Gayà. Era una forma de intimidar y, a la vez, de neutralizar las escapadas del capitán valencianista. Justo en ese momento, en el minuto 25, el Valencia asestó el golpe.
Acertado en la brújula Javi Guerra buscó de nuevo la derecha, por donde progresó Foulquier para sacar un centro chut raso al segundo palo para la aparición de Hugo Duro, que fusiló a Remiro. El resto fue apretar los dientes para sostenerse hasta el descanso, porque la Real tuvo el empate en una rocambolesca jugada con múltiples remates en la que el Valencia, como un equipo de alevines, defendió por acumulación. La gestión de las ventajas es una asignatura pendiente.
El mando de Brais
Lo que se intuyó fue una evidencia al regreso del vestuario. La Real se desató bajo el mando de Brais e hizo dudar a los locales, sometidos y sin encontrar cómo volver a estirarse. Más madera buscó Alguacil con Take Kubo y Barrene y retrucó Corberán buscando la seguridad de Pepelu para volver a pisar área. Todo el estadio empujó al equipo a una reacción y empezó a enseñar el colmillo.
Fue Rioja el que, tras la peinada de Hugo Duro, encaró la portería donostiarra y, en lugar de soltar un zurdazo, optó por buscar la entrada de Fran Pérez. La segunda fue aún más clara. Gayà, como si jugara al billar, colocó la pelota entre los centrales para que la ganara Hugo Duro, pero estrelló el remate en el cuerpo de Remiro. Entró en efervescencia la grada y el banquillo de la Real se removió. Refrescó Alguacil y ya no pudo prescindir más de Oyarzabal. Acababan los donostiarras con todo su talento en el campo mientras Corberán remendaba por las lesiones de Diego López y Luis Rioja.
Poco más ocurrió porque el Valencia tocó arrebato. Se empeñó en cerrar el partido agarrándose a ese gol de Hugo Duro, apretando los puños y los dientes, achicando agua y sostenido por un Mestalla convertido en el jugador número 12 que explotó recordando que sí, se puede.
El Madrid, silbado por su afición en el partido del pasado jueves ante el Celta, goleado por el Barça en Arabia Saudí y rodeado por las críticas durante las últimas semanas, es ahora líder de LaLiga con dos puntos más que el Atlético y siete por encima del conjunto azulgrana. Así es este fútbol loco, exprimido al máximo por un calendario incansable, en el que uno puede estar en crisis por la noche y en racha por la mañana. Lo sabe Carlo Ancelotti, reivindicativo, otra vez, en sala de prensa. Y lo sabe Mbappé, haciendo suyo el escudo en Copa y ayer en Liga. Y lo sabe Florentino Pérez, en calma a pesar de la derrota en el clásico, y reelegido presidente hasta 2029 al no haberse presentado otra candidatura.
«El fútbol es así, pero estoy un poco confundido. He oído que jugamos mal, pero lo que veo es que somos líderes, así que seguiré estudiando a ver quién se equivoca», contestó el técnico italiano en la primera pregunta de la rueda de prensa. Directo y al grano. Sin esperar al desarrollo de la tarde en los pasillos del Bernabéu. Tenía ganas.
Y claro, su respuesta aceleró las cuestiones sobre las críticas al equipo. «No voy a decir que somos los que mejor jugamos, pero... He escuchado que 'jugamos muy mal', que 'el equipo no está trabajado'. Y hombre... A veces jugamos mejor, a veces no, a veces no hay equilibrio, a veces no tenemos mucho compromiso, nadie es perfecto. Pero no veo que los grandes equipos jueguen un futbol fantástico», reflexionó Ancelotti.
El entrenador no se guardó nada y admitió que «los pitos del Bernabéu son una crítica que duele», pero insistió en lo necesario de los mismos: «Ese toque de atención ha sido útil para el equipo».
La reivindicación continuó en el vestuario, donde Mbappé, autor de dos goles, explicó su gesto del pasado jueves, cuando negó con el dedo y señaló el escudo del equipo al marcar, en referencia a los pitos de la afición. «Todos los jugadores somos líderes. Simplemente creo que debemos estar unidos, porque afrontamos muchos retos. Queda casi todo. Es lógico que la gente no se fuera contenta el jueves, normal, porque el Madrid tiene que ganar todos los partidos. Pero creo que debemos seguir unidos», aseguró.
Otro que estuvo reivindicativo fue Dani Ceballos, el mejor del partido junto al delantero francés, que contestó a las palabras de Simeone en rueda de prensa, donde se refirió a las supuestas ayudas arbitrales al conjunto blanco. «Yo creo que aún no ha superado las dos finales de Champions perdidas con el Madrid. Ellos tienen sus opiniones y tenemos que seguir», dijo.
El andaluz confirmó que se queda en el club hasta final de temporada y que está «aprovechando mi momento». «He trabajado y he esperado mi momento. Creo que es el partido más completo del año», admitió el centrocampista, ovacionado por el estadio.
Florentino Pérez continuará cuatro años más como presidente del Real Madrid. A sus 77 años, que serán 78 el próximo mes de marzo, el directivo ha sido reelegido por la Junta Electoral al no haberse presentado otra candidatura que le hiciera frente. Pérez será máximo mandatario del conjunto blanco hasta 2029.
"Que no habiéndose presentado más que una candidatura proclamada por esta Junta Electoral y en virtud del artículo 40, apartado E, punto 2 de los vigentes Estatutos Sociales del Club, se proclama presidente del Real Madrid a D. Florentino Pérez Rodríguez", explica el conjunto blanco a través de su página web, donde ha explicado la forma de proceder de la Junta Electoral.
Se han reunido a las 20:01 de la tarde, justo después de la celebración del encuentro de Liga ante Las Palmas, y han nombrado presidente a Florentino, que estará acompañado en su Junta Directiva por los mismos hombres de confianza de años anteriores. Una Junta liderada por Eduardo Fernández de Blas, Pedro López, Jiménez, Enrique Sánchez González y Enrique Pérez, sus cuatro vicepresidentes, y en la que en este mandato entran como vocales José Ángel Sánchez, director general del club y hombre clave en el mercado de fichajes, Manuel Redondo, Manuel Gómez y Francisco García.
El póker de ases no es la mejor jugada posible en el juego de naipes más popular del mundo, superado por la escalera de color, la escalera real o hasta el repóker, si añadimos el joker. Pero se ha convertido en un icono del éxito que ha generado mucha mitomanía. Es un tatuaje habitual en el que los ases de corazones, picas, tréboles y diamantes significan felicidad, poder, suerte y riqueza. Todas se encuentran en el fútbol, representadas por ases
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Mbappé fue el soberbio jugador de siempre, el mago del área, el de los milagros ofensivos y con una facilidad para ser absolutamente increíble. Pudo meter cuatro cinco, seis... los que le hubiera dado la gana ante una Unión Deportiva ridícula, asombrosamente mediocre.
Mbappé fue como un ángel libre porque no estaba Vinicius, que le molesta. Curiosamente, también Rodrygo se transforma de una manera especial, como si le liberaran de una opresión ofe
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"Este no es mi Mbappé", admitía Florentino Pérez en los meses más duros de las negociaciones con el futbolista. Una frase que llegó a todos los aficionados del Real Madrid. "Este sí es mi Mbappé", debieron pensar ayer el presidente y las miles de personas que llenaron el Santiago Bernabéu. El delantero se transformó en superstar, anotó dos goles que pudieron ser más, guió la remontada de los blancos ante Las Palmas y asaltó el liderato de LaLiga. [Narración y estadísticas (4-1)]
Y eso que el partido empezó cuesta arriba para el Madrid. Todavía asentándose en el mismo césped sobre el que había sufrido en la noche del jueves copero, los blancos se encontraron por debajo en el marcador en el segundo 28 del partido. En la primera jugada, Moleiro zigzagueó entre rivales, Silva abrió a Sandro en la derecha, el ex del Barça dibujó un buen centro y Silva, llegando a la espalda de Lucas, anotó ante Courtois.
El gol pudo poner al Madrid y a Ancelotti contra las cuerdas en un domingo que parecía propicio para dar un golpe a la moral de Atlético y Barça tras sus pinchazos del sábado. Otro tropiezo madridista provocaría más silbidos en un Bernabéu con más dudas que alegrías. Y ahí apareció Mbappé. El galo había señalado el escudo y había negado con el dedo al anotar contra el Celta después de los abucheos de la grada, y contra Las Palmas hizo directamente suyo el logo del equipo. El Madrid creció a sus hombros.
Rodrygo, en la izquierda
Sin Vinicius, Rodrygo se acomodó en la izquierda y cuajó uno de sus mejores partidos, dejando el centro libre para los movimientos de Bellingham y Mbappé. El francés, más ágil, coordinado y acertado que nunca, empató de penalti en el 17 tras una clara zancadilla de Sandro a Rodrygo. Cillessen ya había salvado varias veces la igualada, pero no pudo detener la pena máxima.
Tras las tablas, el Madrid fue un huracán y sólo los vuelos del portero holandés evitaron más goles, siempre con Mbappé en modo superstar, bailando sobre la marca de los centrales canarios, cayendo a banda, moviendo el ataque y gustándose por momentos. Quitándose toda la presión de los primeros meses.
En el 32, el galo arrancó un contraataque tras sortear la entrada la Herzog. Llegó al borde del área, probó a Cillessen y el despeje del portero llegó a Lucas, que asistió a Brahim para el 2-1. Era un Madrid eléctrico, activo con y sin balón en una versión totalmente distinta a la del equipo espeso y sin ideas que había mostrado en Arabia Saudí y por momentos contra el Celta.
Brahim anota el 2-1, el domingo en el Bernabéu.EFE
Con Ceballos, extraordinario, y Valverde en el eje, Las Palmas permitió demasiados metros a Bellingham, Rodrygo y Mbappé y la movilidad de éstos rompió su defensa. En el 36, Rodrygo apareció en izquierda, cedió a Jude dentro del área, el inglés dejó pasar la pelota y Mbappé, de primeras, encontró la escuadra de Cillessen.
Sin tiempo para saborearlo, Mbappé anotaría su hat-trick a los cinco minutos al empujar un pase de Rodrygo tras una gran asistencia de Bellingham por encima de la defensa. El gol, eso sí, acabaría anulado por fuera de juego del francés en el inicio de la jugada. Mbappé era un vendaval y se fue a vestuarios tras disparar al palo izquierdo de Cillessen.
El regreso de Alaba
Después del intermedio, el Madrid mantuvo la marcha. Incansable, necesitado de alegrías y sensaciones. Bellingham perdonó el cuarto al rematar desviado tras regatear al portero y Rodrygo culminó una buena combinación entre Mbappé y Fran García para anotar con facilidad en el centro del área.
El Madrid disfrutó después de varias semanas complicadas, asalta el liderato de LaLiga en solitario y coge aire de cara a las dos últimas jornadas de Champions, claves para conocer su rival en las eliminatorias.
Los canarios jugaron la última media hora en inferioridad tras la roja a Benito, que golpeó en el muslo de Lucas. De modo que Chamartín siguió con el día festivo. Ancelotti le dio minutos a Alaba, de vuelta 13 meses después de su grave lesión de rodilla, Bellingham y Valverde marcaron pero sus goles fueron anulados por fuera de juego y el técnico le dio la oportunidad de debutar a Chema, joven centrocampista del Castilla.