¿Seguro que el filial del Barcelona es el Atleti?

¿Seguro que el filial del Barcelona es el Atleti?

En lo que va de temporada se han producido los siguientes hechos: el Real Madrid ha perdido sus dos partidos contra el Barça por un global de 2-9, el Atlético ganó 1-2 a los de Hansi Flick en Montjuïc y Gil Marín lideró el veto de LaLiga a la inscripción de Dani Olmo mientras Florentino Pérez, que ya dijo en su día que "necesitamos un Barça fuerte". respaldaba a su aliado Joan Laporta. Repito: son hechos. No sospechas, suspicacias o teorías de la conspiración. Fríos datos. Pese a ello, cierto madridismo aún acusa al Atleti de ser un filial culé.

Quizás esta noche los azulgrana arrollen al Atleti, pero eso no cambiaría una realidad indiscutible: el mayor aliado del Barcelona en el fútbol español es el Real Madrid. Y entiendo que eso duela a sus aficionados, porque es una postura empresarial absolutamente contraria a la esencia sentimental de este juego, pero es lo que hay.

Esa esencia sentimental es la misma que provoca, por supuesto, eso que tanto molesta al madridismo: que el aficionado atlético prefiera de manera abrumadora que, no afectando a su equipo, gane el Barça y no el Madrid. Obvio. No entender eso es no entender nada.

El fútbol no tiene sentido sin rivalidades y el rival del Atleti es y siempre será a quien sufre cada día en su ciudad. El Barça ha sido incluso un aliado, un placebo, un alivio efímero durante esos tiempos oscuros, hasta que llegó el Cholo, en que los rojiblancos eran incapaces de estar a la altura de su historia. Cuando no peleaban los tuyos, sólo quedaba que Messi peleara por ti.

"Pero al madridista le da igual el Atleti", claman. Falso. Pregunten a Florentino, que creció en una época en que su vecino era un rival real, cuál es su enemigo de cabecera. O miren ahora, que vuelve a ser un equipo de élite, el odio que genera Simeone en Chamartín. La diferencia es que el Madrid tiene dos enemigos, uno ciudadano y otro nacional, donde Atleti y Barça sólo tienen uno, pero su comportamiento es exactamente el mismo que critica. Y es normal, todos somos antis en el fútbol. También ellos.

Lo curioso es que en los últimos tiempos, como reacción al procés en determinado sector y tras desvelarse el caso Negreira en el resto, se ha producido en la masa atlética un claro desapego hacia el Barça, hasta el punto incluso de equipararlo al Madrid en una aristocracia contra la que luchar. Eso duró, claro, hasta que el Madrid decidió recordarle, a base de ataques y lloros, que aún hay diferencias. Sustanciales.

Las sombras del presidente Louzán: las razones del optimismo ante el Supremo, la protección de Tebas y un arbitraje entre el miedo y las armas

Las sombras del presidente Louzán: las razones del optimismo ante el Supremo, la protección de Tebas y un arbitraje entre el miedo y las armas

'Todos los hombres del presidente' es el relato escrito por Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas del 'Washington Post', sobre sus investigaciones en el caso 'Watergate', que acabó con la dimisión de Richard Nixon, en 1974. Llevada al cine y protagonizada por Robert Redford y Dustin Hoffman, es una crónica de las tentaciones y transgresiones del poder, situada en el lugar más poderoso del mundo. Los reporteros persiguen sombras y voces sin descubrir siempre a los hombres hasta encontrar a su «garganta profunda». El fútbol no es la política, aunque pueda tener hasta más visibilidad, y la Ciudad del Fútbol nada tiene que ver con la Casa Blanca, pero la transgresión y la corrupción se aferran al poder como la hiedra, en cualquiera de sus acepciones. Los ejemplos sobran. Es difícil saber si la España de Lamine Yamal podrá ganar otro Mundial, pero la Federación es campeona del mundo en imputados: Ángel Villar, Luis Rubiales, Pedro Rocha... Rafael Louzán estaba ya condenado hasta que el Tribunal Supremo lo habilitó para continuar en el cargo, limpio, como si se tratase del VAR. El presidente que dice a todos que sí y prefiere enviar a otros a decir que no, arranca su mandato de verdad, tras el fallo del alto tribunal, en un complejo escenario, rodeado de ambiciones, traiciones y enfrentamientos, envuelto por las sombras de los hombres que quieren el poder de verdad, no sólo dar la mano, ganar un buen salario y practicar el deporte del 'palquismo' de campo en campo.

Después de las revelaciones de Woodward y Bernstein en el 'Post', lo que acabó por provocar la dimisión de Nixon fue la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que obligaba al presidente a entregar grabaciones a los investigadores gubernamentales. Para Louzán, en cambio, la decisión del Supremo español ha significado lo contrario, la continuidad, y por unanimidad de los cinco magistrados de la Sala Segunda, al entender que no estaba lo suficientemente sustentado el delito de prevaricación por el pago con dinero público del sobrecoste de unas obras de un campo de fútbol para las que se había destinado ya una subvención pública. Mientras para algunos juristas el fallo es aceptable, la realidad es que había sido condenado en dos instancias judiciales con anterioridad. En la Federación había pesimismo, por lo que se trabajaba en un plan B. En el Gobierno, contrario ya a que Louzán se presentara siquiera a las elecciones, eran taxativos: «Si el Supremo la ratifica, ni un atajo más, nuevas elecciones».

Rafael Louzán.

Rafael Louzán.SERGIO PÉREZEFE

Buenas conexiones judiciales

El único realmente optimista era Louzán. Convencido de que saldría adelante su recurso de casación, mantenía una agenda frenética, incluso con una visita a Aleksander Ceferin un día antes de la vista. Estaba bien asesorado y beneficiado por las sombras del contexto. Hablan de la buena sintonía que tiene quien ha dirigido su defensa, Nicolás González-Cuéllar, con Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda y juez del 'procés'. El perfil del panel de los cinco magistrados era claramente conservador ante un recurso que databa de su etapa como presidente de la Diputación de Pontevedra por el PP. Entre ellos, un ex Fiscal General del Estado, Julián Sánchez Melgar, a petición de Mariano Rajoy.

Ahora el presidente de la Federación debe moverse entre otras sombras en la que la mayor es la proyectada por el verdadero presidente in pectore del fútbol español, Javier Tebas. Louzán no estaría en el cargo sin su apoyo. Lo sabe y eso se paga. Tebas es un dirigente hiperactivo, trabajador, inteligente y estratega, pero también frontal. Jamás ha estado en una posición de tanta fortaleza, una vez caído Rubiales, sentado en Las Rozas como vicepresidente y con el sindicato domesticado. La escasa presencia de la AFE en el 'caso Olmo' lo pone de manifiesto, hecho que resultaba chocante en la dialéctica habitual patronal-sindicato. Como si Pepe Ávarez y Antonio Garamendi dijeran lo mismo.

Javier Tebas atiende a los medios.

Javier Tebas atiende a los medios.SERGIO PÉREZEFE

El presidente de la LaLiga, sin embargo, nunca ha estado tan enfrentado a Florentino Pérez, como se ha visualizado a raíz de la carta del Madrid contra el arbitraje y su irónica respuesta. Para Louzán no va a ser fácil hacer de poli bueno, porque hay algo que Florentino y Tebas entienden del mismo modo: conmigo o contra mí.

Al Gobierno no le gusta Louzán, pero una vez que se ha pronunciado el Supremo, José Manuel Rodríguez Uribes no tendrá más remedio que recibir al gallego. Hasta ahora, no había contestado a sus peticiones, lo mismo que la ministra Pilar Alegría. Rodríguez Uribes es hombre de pactos, no de confrontación, pero ya ha tirado líneas de las que no piensa retroceder. La cautelar que el CSD concedió al Barcelona en el 'caso Olmo', contra Liga y Federación, es un ejemplo. La resolución final ahondará en los mismos argumentos. Eso no es un problema para Florentino, pese a lo que diga el madridismo de pie, ya que prefiere dar oxígeno a su aliado Joan Laporta por el bien de la Superliga. Lo es para Tebas.

Medina Cantalejo.

Medina Cantalejo.SERGIO PÉREZEFE

Propuestas de cambio del arbitraje

Louzán conoció el fallo del Supremo mientras estaba reunido con los clubes para hablar del arbitraje, con la ausencia del Madrid. La búsqueda de un nuevo modelo, a lo Premier, que pasaría por externalizar el CTA, es compleja en lo jurídico, puede resultar muy cara y, además, necesita de la complicidad del CSD. Hasta el organismo, incluso al despacho del ministro Miquel Iceta, ya llegaron propuestas de cambio que no prosperaron en la era Rubiales. Se quedaron en el cajón. Veremos si no hay decisiones más cortoplacistas, como cambiar a personas muy desgastadas y relacionadas con el pasado, como Medina Cantalejo. Los colegiados callan porque temen por su promoción profesional, siempre pendientes de evaluaciones poco claras. Algunos querrían parar, utilizar el arma de la huelga y que la Federación los defendiera con mayor aplomo frente a las críticas y los vídeos de RMTV, pero la realidad es que están desunidos. Es un mal de los colectivos del fútbol del que se aprovechan las federaciones territoriales.

La habilitación para la continuidad de Louzán se produce, asimismo, en mitad del juicio por el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso, donde algunos de los testigos han empeorado un relato de por sí detestable. Es el caso de Luis de la Fuente, al que Louzán acaba de renovar bajo un amplio consenso. Debería preguntarse el presidente porque a otros técnicos de éxito, como el campeón olímpico Santi Denia, sólo se les renueva año a año.

"Es increíble que lo ganen todo"

Si algo demuestran las declaraciones es que el conflicto del fútbol femenino no está cerrado, con Montse Tomé en el punto de mira de varias jugadoras. Louzán ha puesto al frente del fútbol femenino a Reyes Bellver. La abogada fue asesora del sindicato FUTPRO, beligerante con la AFE de David Aganzo, ahora también vicepresidente de la Federación.

A una declaración judicial no se va como De la Fuente, con la chaqueta de seleccionador, aunque sea como testigo. La Eurocopa lo blanquea todo, pero la imagen de la Federación continúa en caída libre. Cuando aún no haya acabado el juicio del beso, empezará el del 'caso Haití', con Ángel Villar como imputado. Con razón en despachos de la FIFA bromean: «Es increíble que España lo gane todo con esta Federación».

Enrique Ortego: "Me echaron de un periódico en un coche y de otro, por teléfono el día de mi cumpleaños. Ya nada me asusta"

Enrique Ortego: “Me echaron de un periódico en un coche y de otro, por teléfono el día de mi cumpleaños. Ya nada me asusta”

Enrique Ortego (Madrid, 1956) aparece con su tradicional pinta de despistado, de actor secundario del cine español, pero principal del periodismo deportivo de los últimos 50 años. Repasemos: ha escrito en ‘El Imparcial’, ‘Ya’, 'Diario 16’, ‘Marca’ (dos veces), ‘Claro’, ‘ABC’, ‘Sport’, ‘Mundo Deportivo’, ‘As’ (otras dos), ‘El País’ y, ahora, ‘Relevo ', y ha hablado en Radiocadena, SER, COPE, Onda Cero, Gol TV, Bein y La Sexta. Prometo que no me he inventado ningún medio. Como le debía sobrar tiempo, ha escrito los 15 libros oficiales del Real Madrid. "Puede que tenga el currículum más variado de la prensa española, lo que no sé es si eso es bueno o es malo", sonríe.

Eso te iba a preguntar, porque una vida así implica fichajes y despidos.
He tenido siete vidas. La gente siempre me dice: "Joder, qué bien, sigues trabajando con tu edad". Y sí, eso está muy bien, pero también he sufrido mucho. He disfrutado del periodismo, pero me he llevado un montón de disgustos: vi el cierre de ‘El Imparcial’, donde empecé del 77 al 80, y de ‘Claro’. Luego me pilló un ERE en el ‘ABC’ y, aunque me dieron varias opciones, opté por la salida. Y tanto de AS como de Marca también salí de una forma un tanto extraña. Al final siempre he caído de pie, pero todo lo bueno que he conseguido me lo he currado porque no ha sido fácil mi carrera. Mi vida ha sido muy movida y nunca he sido cobarde para cambiarme de proyecto. Donde más estuve fue en ‘ABC’, es el medio que más siento como mi casa porque fueron 17 años como redactor jefe y adjunto al director y siempre cumplieron lo que me prometieron.
¿Qué se te ha quedado sin hacer?
Diría que nada. He cubierto nueve Mundiales y nueve Eurocopas, he coordinado todos los grandes eventos y he sido muy polifacético en el sentido de no tener un género especializado. Me gusta tanto una crónica como una entrevista como una información. Y he sido un jefe muy de calle, de hecho cuando llegué a ‘ABC` puse la condición de que no me pensaba meter en una mesa como todos los redactores jefe, porque era mucho más joven y quería seguir escribiendo y haciendo cosas. No había soñado con ser periodista para quedarme en una redacción.

Para saber más

¿Siempre quisiste dedicarte a esto?
Sí. Estudié el antiguo Bachiller y cuando llegábamos a 4º había que elegir ciencias o letras. Nos hicieron unos tests y contesté que quería ser periodista deportivo, fui el único que especificó exactamente a qué se quería dedicar. En mi casa, cuando mi madre quería castigarme no me dejaba leer el ‘Marca’ y el ‘As’ ni ir al fútbol el domingo. Lo que pasa es que mi padre me levantaba siempre el castigo los domingos para que fuera con él.
¿A qué campo? Dilo, que siempre has sido escurridizo con esto.
Al Metropolitano, porque mi padre era muy del Atleti. También iba al Bernabéu con un familiar que era acomodador. Íbamos dos o tres horas antes del partido, me colaba, me aparcaba en un sitio, él se iba al vomitorio que le tocase y me recogía cuando se vaciaba el estadio. Así que todos los domingos iba al fútbol, a ver al Atleti o al Madrid, al que tocase.
Ya me estás regateando. ¿Eres del Atleti o del Madrid?
Soy del equipo que le venga bien que gane al medio donde trabajo. No niego que vengo de una familia atlética, pero no he tenido nunca problema para trabajar en cualquier sitio ni he ejercido de hincha de nadie. Como escribo los libros del Real Madrid, la mayoría cree que soy madridista, pero si he llegado hasta aquí sin entrar en ese barro de las bufandas, no voy a empezar ahora.
¿Cómo has compaginado ejercer de periodista con trabajar para un club?
Es que yo no considero que escriba libros de club. Es decir, cuando empecé a hacerlos, en 2008, fue justo en la época de mi vida que dejé de pertenecer a una empresa con una nómina y un contrato laboral. Era autónomo, se me se me ocurrió esa colección de libros de la historia del Real Madrid e, igual que hubiera podido proponérselo a una editorial, se lo dije a Florentino. Él me preguntó si eso no se había hecho nunca, le dije que no y le gustó la idea. Sólo le pedí empezar con uno de Cristiano Ronaldo, que acababa de llegar, porque pensé que eso ya ponía alto el listón de acceso que podía solicitar. Aceptó y, aunque Jorge Mendes se resistió, porque quería que pasara un año y hacer ellos su libro, José Ángel Sánchez le dijo que el presidente quería que el primero de esta colección fuera Cristiano Ronaldo y no hubo más que discutir.
¿Cuándo surgió tu conexión con Florentino?
En la Eurocopa del 2000, en Ostende, que es la playa de Brujas. España estaba concentrada allí y Florentino era candidato a la presidencia del Madrid. Joaquín Maroto le llevaba la prensa y le convenció de ir un fin de semana para conocer a todos los jefes de Deportes de los periódicos que estábamos allí. Hizo una presentación y, al acabar, se acercó a mí, me dio la mano y me dijo: "Yo te leo todos los días porque el ‘ABC’ siempre ha sido el periódico de mi casa". Y añadió: "Ah, y que sepas que el dueño de tu compañía me apoya en las elecciones" [risas].
Que te quedase claro.
Sí, me lo dijo en buen tono, pero me lo dijo. Ese fue mi primer acercamiento con él y es verdad que, a partir de ahí y durante años, le llamaba continuamente ante cualquier duda y él me atendía siempre. Lo llamaría cercanía o, mejor, confianza, pero no amistad. Yo sé lo que es la amistad y nuestra relación nunca ha llegado a tanto. Después, esa cercanía se me ha vuelto en contra en algún momento de mi vida, pero reconozco que me ha ayudado mucho con el tema de la colección. Es una experiencia tremenda poder escribir los libros de Cristiano, de Casillas, de Sergio Ramos, de Zidane, de Raúl, de Ronaldo, de Butragueño o de Gento y tener acceso a todos ellos.
¿Cómo reaccionan los futbolistas cuando necesitas que colaboren?
Las dos palabras que más he escuchado son "no" y "pesado" [risas]. Pero cuando asumieron que había que hacerlo, todos se abrieron, me ofrecieron su casa y me dejaron hablar con sus familias. El que más me sorprendió fue Zidane, que se lo leía todo, me aportaba detalles y me ayudó muchísimo. Al final, a todos les gusta verse en la portada de un libro.
¿Cuándo te perjudicó la cercanía con Florentino?
Lo sabes perfectamente, trabajabas allí. Pregunta directamente [risas].
¿Te refieres a cuando Alfredo Relaño te echó de ‘As’?
Sí. Hay que poner en contexto cómo fue mi llegada a ‘As’. Mi salida de ‘ABC’, en 2008, es un poco extraña porque el director me ponía como ejemplo de tío del periódico con presencia en otros medios, que no era muy habitual allí. Yo llevaba desde 1996 con De la Morena en la SER. Sin embargo, al volver de la Eurocopa me llaman, me dicen que va a haber un ERE y que necesitan rebajar sueldos como el mío, pero que quieren mantener mi firma. Me ofrecen varias posibilidades para continuar y, también, pagarme lo que me corresponde e irme a mi casa. Elijo esta porque sabía que iba a poder irme con Relaño a ‘As’.
Porque erais amigos.
Desde hace muchísimos años. Habíamos escrito juntos ‘Gracias, vieja’, la biografía de Di Stéfano y habíamos ido a la final de la Copa de Europa del 81 en París, Madrid-Liverpool, en su coche, que se estropeó a la ida y a la vuelta. Además, en el 96 cuando Prisa decidió fundar un periódico deportivo y se lo encargó a él, me eligió como director adjunto y me encargó que montara la redacción, me pasé la Eurocopa del 96, en Inglaterra, en la sauna del hotel fichando gente. Lo que pasa es que al final Prisa prefirió comprar ‘As’ en vez de montar uno nuevo, se quedó a su redacción y decidí quedarme en ‘ABC’, aunque sí me uní a la SER con José Ramón [de la Morena], que era parte de la oferta que me hicieron. Entonces, Relaño y yo llegamos al acuerdo de que si en un momento determinado de nuestra vida nos necesitábamos, nos llamaríamos. Y eso hice en 2008.
Y respondió.
Sí, en octubre de 2008 me lleva a ‘As’ de adjunto al director, un cargo de confianza, con contrato fijo y me encuentro una redacción en la que conocía a mucha gente y que se porta conmigo maravillosamente. La verdad es que era feliz, pensé que iba a estar allí mucho tiempo, pero pronto empieza a haber choques con el director por mi confianza con Florentino, con quien la relación de Alfredo no era buena. Y todo esto estalla en marzo de 2009 una comida con gente del Madrid. Era la etapa de Boluda, que vino a los postres, como presidente, pero ya se sabía que volvía Florentino. Estaban José Ángel Sánchez, Carlos Bucero, Pedja Mijatovic y, por parte nuestra, Relaño, Tomás Roncero, Pedro Pablo San Martín y yo. El caso es que empezaron a vacilar en voz alta con que, al volver Florentino, en ‘As’ iba a haber que empezar a llamarme a mí, que tenía mano, en vez de a Alfredo.
¿Y tú qué decías?
Nada, porque además veía que Relaño se iba mosqueando cada vez más, de hecho les dijo: "En ‘As’ mando yo. No manda ni Florentino ni este ni nadie". Ahí queda la cosa y volvemos al periódico los cuatro en el coche de Pedro Pablo. Alfredo iba donde Luis Moya y Roncero y yo, detrás. Se fue calentando otra vez con que a ver si se creen que Florentino iba a poner en su periódico un enlace, que "aquí sólo mando yo" y que yo estaba muy equivocado si pensaba otra cosa. Y de repente me suelta: "Bájate del coche, que estás despedido". Textual.
¿Te bajaste?
No. Le dije: "Mira, Alfredo, primero el coche no es tuyo y, segundo, no me puedes abandonar en un semáforo". Fuimos el resto del viaje todos en silencio, al día siguiente me llamó al despacho y me dijo que el tema de Florentino le ponía enfermo e iba a ser muy difícil trabajar así, nos dimos una tregua por Semana Santa y a la vuelta me despidió definitivamente. De todos modos, lo que más me duele no es que me echara de ‘As’, es que hizo que me echaran también de la SER.
Seguíais coincidiendo en ‘El Larguero’.
Claro, nos veíamos dos o tres noches a la semana y Relaño le comentó a José Ramón que le daba cierto remordimiento de conciencia verme después de haberme echado y que no estaba cómodo cuando me veía porque no le saludaba. Así seguimos unos meses hasta que un día me llamó De la Morena en persona y me dijo: "Quique, te tienes que ir de la SER porque Relaño dice que no quiere estar así". Me consta que José Ramón luchó mucho porque siguiera pero no hubo manera. Una de las cosas que he entendido con el tiempo, es que esa salida tan traumática de ‘As’ y la SER supuso que ya nunca volviera a tener un contrato laboral con una empresa. No me ha faltado el trabajo nunca, todo lo contrario, pero me pilla la crisis de la profesión y nunca vuelvo a tener una nómina. Tuve suerte y me he apañado bien como autónomo, pero me pudo joder la vida totalmente.
¿No lo habéis hablado en estos 16 años?
No. Estuve un año sin saludarle porque me mosqueó mucho. Hasta que en un cóctel de Navidad del Madrid en el que regalaban mi libro, vino y me pidió que se lo firmara. Como pasaba de montar una escena, lo hice y ahora, si nos vemos, nos saludamos, pero ya. No voy de víctima por la vida, pero, joder, pudo acabar con mi carrera.
Ortego posa para la entrevista.

SERGIO ENRÍQUEZ-VALERO

Sin embargo, encontraste trabajo de nuevo muy rápido.
Sí, a la semana de salir de ‘As’ me llamó Inda para empezar en ‘Marca’ y el mismo día que cogí el talón del finiquito de la SER, bajé por Gran Vía, cogí el autobús y, cuando voy en el 19, me llama Paco González y me dice: "Quique, me acabo de enterar, nunca te dije que vinieras a la COPE porque eras más hombre de José Ramón, pero ahora vente, no te vas a quedar en la calle". Y ese mismo día me fichó. Al final creo que la gente de la profesión me quiere, eso es un lujo porque esta profesión a veces es muy cainita y hay gente a la que has ayudado mucho que te traiciona, pero he hecho muchísimos amigos. Tengo hecho hasta un once de la profesión con gente que admiro y quiero.
¿Quiénes son?
4-2-3-1. Axel Torres; José Miguel Mata, Óscar Campillo, Carmelo Ruiz, Kike Gozalo; Paco González, Edu García; Pepe Sámano, J.J. Santos, Orfeo Suárez, y De la Morena. Tengo hasta banquillo: Miguel Rico, Manolo Lama, Roberto Palomar, José Luis Carazo, Eduardo Torrico y Luis Nieto. Y de entrenador, José Ángel de la Casa. Seguro que se me olvida algún lesionado. Llevo trabajando desde el año 77, al final he conocido a mucha gente.
En ‘Marca’ pasaste una etapa muy larga.
Sí, casi diez años con contratos bianuales. Tengo un episodio curioso con [José María] García del día que me ficharon.
Cuenta.
Siempre había tenido una relación muy extraña con él porque, durante mucho tiempo, tres noches a la semana decía públicamente en su programa que cómo era posible que [Luis María] Anson permitiera que yo trabajara en el imperio del monopolio, que un redactor jefe de ‘ABC’ nunca podía trabajar en la SER. Y me pegaba y me pegaba y me pegaba. Hasta que un día fui a hablar con Anson y le dije que, si de verdad era un problema para el periódico, dejaba la radio y me dijo que de eso nada, que para él y para la marca era un orgullo estar en la SER. Al final, García se aburrió y dejó el tema, pero a mí me preocupó. El caso es que el día que voy a firmar por ‘Marca’, me cita Inda en una cafetería de La Moraleja y él estaba allí. Se levanta de su mesa, nos da la mano y le dice: "Fíchale ya, hombre, que es uno de los mejores que hay en España". Y se fue. Pensé: "No tendrá cojones de creer ahora que me han fichado gracias a él". Sólo me faltaba [risas].
¿Qué tal fue la experiencia con Inda?
Estuve a gusto con él y, luego, con Campillo y con Juancho Gallardo, lo que pasa es que se fue complicando la cosa progresivamente: había menos dinero, me bajé el sueldo y, el 1 de diciembre de 2017, me llamó Gallardo y me dijo que no me iban a renovar el contrato porque ganaba mucho y no podían pagar esas cantidades. ¿Sabes qué día es el 1 de diciembre? Mi cumpleaños. Me han despedido de un periódico en un coche y de otro, por teléfono el día de mi cumpleaños. Ya nada me sorprende ni me asusta [risas]. Pero también me ha ayudado mucha gente. Esta peripecia que te cuento, sería imposible sin ellos.
¿Ha merecido la pena?
Sí, porque me gusta mucho mi profesión y me apasiona de lo que escribo. Soy un enamorado del fútbol, nunca he perdido eso. El juego me encanta y cada vez más. Soy un loco. La gente cree que tengo muy buena memoria porque escribo tantas historias del pasado, pero la realidad es que me preparo muchísimo cada una porque me encanta leer, investigar y recordar cualquier cosa que tenga que ver con el fútbol.
Habiendo vivido tanto, ¿cualquier tiempo pasado fue mejor en el periodismo deportivo?
Sí, principalmente porque antes había dinero y ahora no. Mientras tenga trabajo, seguiré porque no puedo vivir sin esto, pero me da pena lo que veo alrededor. Muchas veces me quedo mirando a los periodistas jóvenes y pienso: "Joder, pobrecillos, no les pagan ni 700 euros, no les dan medios, no viajan, no tienen seguridad y aquí siguen esforzándose". Hay gente buenísima con una formación que nosotros ni soñábamos y sin oportunidad alguna de salir y mostrarlo. Antes, si quería escribir algo especial sobre el Milan, el ‘Marca’ me mandaba dos semanas allí. Me permitió conocer medio mundo y a Sacchi, a Pelé, a Di Stéfano… ¿Cómo no voy a estar agradecido? Pero todo eso se ha perdido ahora. Ahora no hay medios y el futbolista te ve como un enemigo, así que poco puedes hacer. Nosotros tuvimos muchísima suerte.
Algo malo habría…
De lo único que me arrepiento es de que no vi crecer a mi hijo, porque era un momento de mi vida profesional tan intenso que no supe frenar. Nació en el 86 y me pasé sus primeros años de viaje por el mundo. Lo lamento ahora, pero entonces no me daba cuenta.
¿Cuál de esos viajes es el que más te impresionó?
La tragedia de Heysel del 85. Desde donde estábamos, veíamos el caos pero no entendíamos la magnitud. Creíamos que todos esos bultos que veíamos en el suelo eran mochilas o abrigos, pero eran cadáveres. Obviamente aún no había móviles y los únicos teléfonos en el estadio eran los que llevábamos los periodistas para transmitir. Nos dimos cuenta de lo que pasaba cuando empezaron a llegar hinchas de la Juve y nos los quitaban para llamar a su casa: "Sono io, non sono morto" ["soy yo, no estoy muerto"].
¿Y tu personaje preferido?
Los cuatro que más he disfrutado conocer han sido Di Stéfano, Luis Aragonés, Luis Suárez y Vicente del Bosque. Me hubiera encantado juntarlos para comer. Y el quinto, Maradona, que siempre se portó de diez conmigo.
¿Con qué te quedas de todo este periplo?
Con la gente que he conocido y lo feliz que me siento todavía haciendo una crónica. Cuando crees que ya estás de vuelta de todo, aún encuentras una persona nueva que hace que merezca la pena todo este lío.
Pérez, Trump y la invasión de la plutocracia

Pérez, Trump y la invasión de la plutocracia

Hace una semana, dos hombres tomaron posesión presidencial de, en sus distintos ámbitos, un par de primeras potencias mundiales con rango de imperios. Donald Trump y Florentino Pérez gobiernan hoy, cada uno la suya, la Casa Blanca.

Aunque distintos, no les faltan similitudes. Son de la misma generación. Pérez cumplirá 78 años el 8 de marzo. Trump, 79 el 14 de junio. Durante unos meses compartirán los 78. Sus mandatos expirarán en 2029, cuando cuenten más de 80, una edad que proyecta incertidumbres en todos los órdenes de la vida. Para empezar, en el sucesorio.

Vienen de mandatos entrecortados, en dos tandas. Hegemónicos, carecen de rivales que puedan discutirles. A Trump, en el Partido Republicano. A Pérez, en el madridismo sociológico. Aunque claro vencedor, Trump ha vuelto al Despacho Oval con un 50% de popularidad. El mismo que, "grosso modo", recibe Florentino. Sin dejar de sentir los colores locales, la mitad de España es madridista por vocación, juegue quien juegue. La otra mitad, antimadridista por principio, mande quien mande. Trump tiene de su parte doctrinal las dos Cámaras del Congreso (el Senado y la Cámara de Representantes). Florentino, los compromisarios y las Peñas. En toda autoridad sin oposición anida una pulsión autoritaria.

Uno y otro son multimillonarios, sobre todo Donald ("Dolard"). Representan una concepción empresarial de la política y el fútbol. Eso no es nuevo. Una nación no deja de constituir una gran empresa. En cuanto al fútbol, hace tiempo que, en manos de países (los famosos "clubes-Estado"), magnates y oligarcas, supone un negocio tanto o más que una pasión. Que se lo digan al Madrid, que, según las cuentas de 2023-24, se ha convertido en la primera entidad futbolística que supera los 1.000 millones de euros de ingresos (1.045,5). Pertenece a los socios. Pero ya veremos en qué desemboca esa idea accionarial, aún sin definir, que aventura Pérez. Como en la granja de Orwell, algunos socios podrían llegar a ser más iguales que otros.

El Palco del Bernabéu

Trump y Pérez personalizan la completa invasión de la plutocracia en dos escenarios que nunca le han sido ajenos. En el Gabinete de Trump abundan los ricachones. En el adinerado ecosistema de Pérez, el equivalente gubernamental sería la Junta Directiva. Pero es el Palco del Bernabéu. Un escaparate. Un catálogo. Para el orgulloso mantenimiento de sus destinos históricos, Estados Unidos ha buscado en Trump a "un hombre fuerte". El Madrid, en Pérez, a "un hombre inteligente".

Donald, en las colosales dimensiones de todo cuanto contiene y significa su país en el Globo, y Florentino, en la hipérbole de lo que importa el Madrid en el fútbol internacional, practican un populismo triunfalista y complacido. Tosco en uno, elegante en otro. Trump pretende anexionarse Groenlandia. Pérez, tragarse a la UEFA.

Trump ha adoptado como himno propio una canción del 79, su edad en junio: "Y.M.C.A" (Village People). Florentino debería agenciarse una del 73, cuando tenía la edad actual de Mbappé, y dedicada a Kylian: "Eres tú" (Mocedades).

"Toda mi esperanza eres tú, eres tú. Todo mi horizonte eres tú, eres tú. Así, así, eres tú."

Los retos de Florentino Pérez hacia 2029: Superliga, nuevo Bernabéu, cambio en la estructura societaria, el futuro del banquillo... Y su sucesor

Los retos de Florentino Pérez hacia 2029: Superliga, nuevo Bernabéu, cambio en la estructura societaria, el futuro del banquillo… Y su sucesor

Hay una situación que da un poco de miedo en la ciudad deportiva de Valdebebas: el futuro del Real Madrid sin Florentino Pérez. Un momento que, a los 77 años del reelegido presidente del conjunto blanco, está cada vez más cerca. La pregunta se repite alrededor del máximo responsable del club de Chamartín: «¿Quién será su sustituto?». La respuesta, en nombre y tiempos, sólo la sabe él. Mientras, afronta su séptimo mandato, quizás el más importante. El que abre el camino del legado más allá de los 65 títulos, 37 de fútbol y 28 de baloncesto. El mandato del negocio del nuevoBernabéu, de la creación de la Superliga y del cambio de la estructura societaria del club.

Esos son sus grandes retos después de unas elecciones que le han encontrado, otra vez, como único candidato. Un resultado que se repite desde 2009. Florentino, que había ganado a Lorenzo Sanz en el año 2000 y 2004, no ha tenido rivales en toda su segunda etapa, 2009, 2013, 2017, 2021 y 2024.

Nadie ha podido cumplir los requisitos para ser presidente, entre los que figuran tener 20 años como socio y presentar un aval bancario del 15% de presupuesto del club respaldado con patrimonio personal, es decir, más de 100 millones. Los condicionantes han dejado a Florentino listo para asumir el timón del Madrid durante otros cuatro años más. En 2029, con 82 años a sus espaldas, cumplirá 26 como presidente. Empezó en 2000 y sólo paró entre 2006 y 2009.

Conflictos externos

La reelección le llega en un momento de trincheras, quizás uno de los más conflictivos hacia el exterior de toda su carrera presidencial. Enfrentado a la UEFA y a la FIFA por la Superliga, a LaLiga y a Tebas por los derechos audivisuales y las guerrillas del fútbol español, a los vecinos de la Castellana por el ruido en los conciertos del Bernabéu... Y con la idea de transformar la estructura del club.

«Vamos a traer una propuesta que nos proteja, que asegure prosperidad y que garantice que los socios seamos propietarios del club, y la someteremos a referéndum. Me mataré para que el dinero y el patrimonio del Madrid sean del Madrid», anunció en la última asamblea. A la espera de más detalles, ese cambio se centraría en el control del 51% del club por parte de la Fundación Real Madrid y del 49% por parte de una sociedad mercantil. Es decir, convertir al club en SAD. Un cambio histórico.

La transformación societaria llegará, según admiten en el conjunto blanco, para hacer frente a los cambios que se producirán a corto plazo en el modelo de negocio del club y para aspirar a competir de tú a tú contra los clubes estado, protagonistas del mercado de fichajes durante los últimos años.

El videomarcador 360º del Bernabéu, el pasado abril.

El videomarcador 360º del Bernabéu, el pasado abril.REAL MADRID

El Madrid está transformando su interior (un estadio activo los 365 días del año) y las competiciones en las que participa (Superliga), por lo que es necesario, insisten, adaptarse a los nuevos tiempos. Los conciertos y grandes eventos del Bernabéu están parados a la espera de la decisión judicial. De cómo el Madrid sea capaz de solucionar la insonorización, y por tanto la rabia de los vecinos, dependerá una parte de sus ingresos en el corto plazo y la conversión definitiva del estadio en centro neurálgico del ocio de la capital.

Puerta grande o enfermería

La Superliga planea saltar a la mesa del fútbol europeo en 2026, aunque se desconocen de momento los aliados del Madrid más allá del Barça. Puerta grande o enfermería ahí para el conjunto blanco y para Florentino, líder del proyecto y de la guerra contra Gianni Infantino y Aleksander Ceferin.

En la cabeza de Pérez estará también el próximo entrenador del equipo, el heredero de ese binomio Ancelotti-Zidane que ha dado seis Copas de Europa al Madrid. Palabras mayores para cualquier entrenador. Xabi Alonso parece destinado para ello, pero la presión y la responsabilidad serán extremas para una plantilla que debería mantener a Bellingham, Vinicius y Mbappé.

Y para acabar, su sustituto presidencial. José Ángel Sánchez, mano derecha y director general, ha entrado en la directiva y será el hombre fuerte en la sucesión, pero no aspira a presidente. En la lista de rumores, figuran directivos, empresarios... Y Rafael Nadal.

Florentino Pérez, reelegido presidente del Real Madrid hasta 2029

Florentino Pérez, reelegido presidente del Real Madrid hasta 2029

Florentino Pérez continuará cuatro años más como presidente del Real Madrid. A sus 77 años, que serán 78 el próximo mes de marzo, el directivo ha sido reelegido por la Junta Electoral al no haberse presentado otra candidatura que le hiciera frente. Pérez será máximo mandatario del conjunto blanco hasta 2029.

"Que no habiéndose presentado más que una candidatura proclamada por esta Junta Electoral y en virtud del artículo 40, apartado E, punto 2 de los vigentes Estatutos Sociales del Club, se proclama presidente del Real Madrid a D. Florentino Pérez Rodríguez", explica el conjunto blanco a través de su página web, donde ha explicado la forma de proceder de la Junta Electoral.

Se han reunido a las 20:01 de la tarde, justo después de la celebración del encuentro de Liga ante Las Palmas, y han nombrado presidente a Florentino, que estará acompañado en su Junta Directiva por los mismos hombres de confianza de años anteriores. Una Junta liderada por Eduardo Fernández de Blas, Pedro López, Jiménez, Enrique Sánchez González y Enrique Pérez, sus cuatro vicepresidentes, y en la que en este mandato entran como vocales José Ángel Sánchez, director general del club y hombre clave en el mercado de fichajes, Manuel Redondo, Manuel Gómez y Francisco García.

Póker de ases del primer cuarto de siglo: Messi (tréboles), Cristiano (picas), Guardiola (corazones) y Florentino (diamantes)

Póker de ases del primer cuarto de siglo: Messi (tréboles), Cristiano (picas), Guardiola (corazones) y Florentino (diamantes)

El póker de ases no es la mejor jugada posible en el juego de naipes más popular del mundo, superado por la escalera de color, la escalera real o hasta el repóker, si añadimos el joker. Pero se ha convertido en un icono del éxito que ha generado mucha mitomanía. Es un tatuaje habitual en el que los ases de corazones, picas, tréboles y diamantes significan felicidad, poder, suerte y riqueza. Todas se encuentran en el fútbol, representadas por ases

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Laporta, el rey del mambo

Laporta, el rey del mambo

El 'seny' es una de las palabras que define la ponderación como parte de la idiosincrasia catalana. El catalán, sin embargo, tiene también su antónimo, la 'rauxa', referido al impulso irreflexivo. Por mucho que Joan Laporta quiera representar lo primero, por mucho que en su círculo le dijeran que se contuviera en la exposición, los días previos a su comparecencia ante los periodistas, cuando llegó el turno de preguntas, el presidente se desató, e

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Las sombras del 'Plan Galáctico' del Madrid: dos parches de urgencia, un cerebro, 'jugadores inversión', el Bernabéu...

Las sombras del ‘Plan Galáctico’ del Madrid: dos parches de urgencia, un cerebro, ‘jugadores inversión’, el Bernabéu…

El Real Madrid, campeón de Liga, de Champions, de la Supercopa de España, de la Supercopa de Europa y de la Intercontinental en 2024, ha perdido desde el mes de septiembre 1-0 contra el Lille, 0-4 ante el Barça, 1-3 frente al Milan, 2-0 contra el Liverpool, 2-1 ante el Athletic y 2-5 en el último clásico contra el Barça. Algunas han sido una leve piedra en el camino, un toque de atención, como la de Francia o la de San Mamés, pero las sonrojantes goleadas contra el Barça y la desgracia continental en Anfield y contra los italianos en el Bernabéu han levantado todas las alarmas, con sombras que se repiten en cada encuentro y que preocupan al cuerpo técnico, al vestuario y a la directiva de Chamartín.

La salida de Kroos y la llegada de Mbappé han desestabilizado a un equipo cuya mayor virtud, mencionada por Ancelotti en cada uno de sus éxitos, era el equilibrio. No lo ha hecho por los nombres, sino por los perfiles. El Madrid ha perdido cerebro y ha ganado gol cuando sin cerebro no existe gol. El mercado veraniego era exclusivamente para completar su galaxia con Mbappé y el centro del campo se entregó a Valverde, Tchouaméni y Camavinga. Los cromos eran ideales, pero el puzle de videojuego comenzó a desintegrarse.

Para saber más

Las lesiones de Carvajal y Militao han transformado por completo la plantilla, poniendo a Lucas Vázquez en un foco inesperado y a Tchouaméni en una posición que no domina. Al gallego se le vieron las costuras en aquella semana dramática ante Barça y Milan y el francés cuajó el domingo una de sus peores actuaciones, totalmente superado en la marca, en velocidad y en los duelos individuales.

El 4-2-4 y la parálisis

Al caer Tchouaméni a la posición de central y elegir Ancelotti a Rodrygo por delante de otro centrocampista, el Madrid se rompe, como se pudo ver ante el Barça. El equilibrio que le hizo campeón de Europa en ese 4-4-2 con Bellingham en la punta de un rombo liderado por Kroos ya no existe. Ahora es un 4-2-4 en el que pocas cosas fluyen, especialmente contra los grandes del continente.

En ataque está falto de ideas, paralizado ante equipos que, como el Barça, le dejan sin espacios. No puede dominar el juego como lo hacía con Kroos porque Camavinga y Valverde son todoterrenos imparables, no metrónomos. Y en defensa hace aguas, insistiendo Ancelotti en ese famoso bloque bajo con el que ganó dos Champions. No es otra cosa que cerrarse y buscar la velocidad al contraataque, simple y efectivo, pero imposible con el nivel actual de sus defensa, lastrada por ese Lucas-Tchouaméni del carril derecho y por la poca ayuda de Rodrygo y Vinicius a los laterales.

Y ante los problemas, la búsqueda de soluciones. El cuerpo técnico entendió después de los duelos ante Barça y Milan que Lucas no podía ser titular en partidos grandes y planeó situar ahí a Valverde. Pero perder al uruguayo en el centro del campo era demasiado riesgo. El mercado parece una opción casi obligada para cualquiera, aunque en la dirección de Chamartín se trabaja más por proyecto que por impulso. Los planes por encima de las necesidades puntuales.

Ancelotti y sus futbolistas, tras el 2-5 del domingo en Yeda.

Ancelotti y sus futbolistas, tras el 2-5 del domingo en Yeda.EFE

El fichaje de Alexander-Arnold va por buen camino, pero más para verano, cuando sea libre, que ahora en invierno pagando un traspaso al Liverpool. Como el curso pasado, tras las lesiones de Militao y Alaba, la urgencia deportiva no parece que vaya a cambiar el mapa de los despachos. Ni fue así antes ni parece que vaya a ser así ahora salvo que en Anfield rebajen sus pretensiones.

En el conjunto blanco señalan ese plan como la base principal de sus éxitos recientes. Si uno analiza los fichajes del Madrid en el último lustro, no hay urgencias y sí realidades. La respuesta al adiós de Benzema fue la cesión de Joselu (y adelantar a Bellingham) las llegadas hace tiempo que son 'jugadores inversión', como los llaman en Valdebebas, o gangas a coste cero. De Camavinga y Tchouaméni a Alaba o Rüdiger. El próximo sería Arnold.

Plan deportivo

Hay un plan económico y deportivo sobre la mesa que, de momento y condicionado por las lesiones, deja al vestuario con varias sombras complicadas de corregir. Se buscará un centrocampista organizador y con calidad, pero no en invierno ni con prisa, esperando un paso adelante de Valverde y Camavinga. Se buscará un central joven asumiendo la edad de Alaba o Rüdiger y los problemas físicos de Militao, pero tampoco será con urgencia. Tchouaméni y Asencio son, para el club, soluciones de emergencia y se espera a Alaba.

Se considera que hay piezas suficientes y que es deber de Ancelotti y de los futbolistas a nivel individual hacerlas funcionar. El lateral, conscientes de que Lucas está sólo y que Valverde es mediocentro, podría ser el foco de interés para un parche, pero siempre, como lo que fue Joselu, a coste mínimo.

En la última Asamblea, el Madrid anunció una cifra de negocio de 1.073 millones, 150 más que en 2023, un saldo en tesorería de 83 (40 millones menos), un presupuesto de gasto de plantilla de 482 millones (20 menos que la anterior), una subida en los ingresos de marketing de 90 millones (hasta los 426) y un presupuesto para este curso de 1.127 millones, sin contar los conciertos, pendientes de la pelea legal con los vecinos. Dijo Florentino que no hay que darle "mucha importancia al tema de los ingresos, porque el grueso viene de patrocinadores y estos son espectaculares". Hay dinero, parece, pero también un plan, un carril. Balones a Ancelotti.

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