La ‘dolce vita’ de Xavi: viajes junto a su esposa, disfraces y actos en silencio a la espera de dirigir el año próximo en la élite europea
En Marrakech, en Berlín, en Monterrey o en mallas. La nueva vida de Xavi Hernández es el descubrimiento de la 'dolce vita' por parte de alguien que, a sus 44 años, y pese a la fama y el dinero, no sabía lo que era disfrutar de un fin de semana con amigos y familia desde que era un niño, según confiesa en su entorno. El fútbol cría mucho pobre niño rico. «¡En esto del fútbol el dinero es una burrada!», solía decir cuando vestía de corto e invitaba a sus amigos de Terrassa. Entonces, coqueteaba con la presión. Como entrenador, la padeció hasta extremos preocupantes para su salud mental, por lo que, cerrado el ciclo en el banquillo azulgrana, se propuso una descompresión de verdad, sin declaraciones ni rencores. Ni en la despedida ni ahora que el Barça de Hansi Flick vuelve en la tabla a la misma casilla que el Barça de Xavi.
En la gala del 125 aniversario que precedió a la derrota en Montjuïc ante Las Palmas, Xavi no faltó, acompañado por su esposa, Nuria Cunillera. Leo Messi, pese a haber concluido la MLS, intervino por vídeo, como Carles Puyol o Pep Guardiola. Tampoco evitó las despedidas de Andrés Iniesta o Sergi Roberto, aunque dijo no a todas las propuestas de los medios de comunicación. Cuando escenificó su propio adiós, tras ser despedido por Joan Laporta, explicó que sería un aficionado más en el estadio. Hasta ahora, en cambio, no ha acudido a Montjuïc. Está donde debe estar, pero no allá donde pueda levantar suspicacias.
Los buscadores de gestos vieron más en el rostro de su mujer que en el del propio Xavi mientras en la platea del Liceo escuchaban en vídeo las palabras Guardiola. La comparación, como jugador y entrenador, siempre persiguió al personaje y obsesionó a su entorno, que llegó a referirse al «guardiolismo sociológico» como origen de las críticas hacia el técnico.
El fulgurante arranque del Barça de Flick las volvió propiciar, pero ante la primera crisis, después de lograr un punto de nueve posibles, la clasificación habla claro: en la jornada 15 el equipo azulgrana tiene los mismos puntos que la temporada pasada (34) y cuatro menos que en la anterior, cuando Xavi levantó la Liga. El silencio, sin embargo, continúa. Xavi aceptó la petición que le hizo Flick de tener una cita, algo que tras su llegada al Madrid también hizo Carlo Ancelotti con Vicente del Bosque, mediante Fernando Hierro. Tipos listos. Fue en casa de Xavi y la familia se limitó a difundir la imagen juntos, a la que el club no dio difusión.
De Xavi se sabe más por la intensa actividad de su pareja, profesional de la comunicación, en las redes sociales que por sus iniciativas. Quienes velan por sus intereses futbolísticos han llegado a advertir que quizás tanta exposición podría resultar excesiva, dar a entender que se ha separado excesivamente del fútbol, pero Xavi insiste en que permanece conectado y sigue partidos constantemente, incluso del torneo qatarí.
Las imágenes de viajes o escenas familiares, junto a sus hijos Asia y Dan, o con amigos son habituales. Por Europa, en Marruecos, por una playa o entre tacos y tequila en México, donde acudió para jugar un partido de leyendas y decidió quedarse unos días, acompañado de Héctor Moreno. Se conocieron cuando el mexicano jugó en el Espanyol, volvieron a encontrarse en Qatar y, hoy, Xavi es padrino de su hijo Bruno. El catalán ha llegado a aparecer hasta con unas mallas de gimnasia, poco antes de asistir a un cumpleaños en el que los invitados debían ir disfrazados.
No a las ofertas
Desde el momento en que dejó el club, Xavi tuvo claro que quería tomarse un año sabático. Sentía que tenía una deuda con su familia. En su hoja de ruta figura volver a entrenar la próxima temporada a un club importante europeo. La primera vez que el ex técnico azulgrana dijo que no continuaría en el club, hace ya casi un año, las personas que rigen sus intereses ya recibieron llamadas. Representado por Arturo Canales, agente de Gerard Piqué, es su socio Fernando Solanas quien está más cerca del técnico. El Manchester United empezaba entonces a hacer prospecciones de futuro, un casting para explorar candidatos a suceder a Erik ten Hag. Las partes no aclaran si en ese momento o después se produjo una oferta en firme, pero el elegido, finalmente, fue el portugués Rúben Amorim, entrenador de nueva generación, más joven que Xavi, que estaba detrás del éxito del Sporting de Portugal.
Tras el despido, hubo más llamadas, pero todas obtuvieron la misma respuesta. Algunas llegaron de equipos y selecciones más exóticas, aunque Xavi ha descartado experiencias similares a la que tuvo en Qatar. Quiere entrenar en Europa, en la elite. Durante su paso por el Al-Sadd, encontró un hábitat muy cómodo para su familia en la Perla, zona exclusiva de Doha donde vive la mayoría de desplazados occidentales. Eso influyó en las dos veces que dijo «no» al Barça, al margen de la desconfianza en los dirigentes y su pacto con el opositor Víctor Font. La situación no cambió con Laporta, cuya primera opción no era el de Terrassa, pero un tercer «no» era un desafío excesivo al destino.
La prioridad de Xavi no es económica, debido al patrimonio forjado durante su carrera y gestionado a través de una sociedad limitada creada ya en su etapa como futbolista. La sociedad posee más de 60 activos, principalmente propiedades inmobiliarias, repartidos en pisos, casas, locales, aparcamientos u oficinas en distintas localidades de Cataluña, algunas de ellas en las zonas más exclusivas.
El entrenador catalán piensa en un proyecto deportivo que pueda moldear a su gusto, junto a buena parte del staff que le ha acompañado hasta ahora, especialmente su hermano Óscar, su segundo en el banco azulgrana. El resto depende de la receptividad del mercado, algo en lo que confía que pese más su pasado y el fútbol que representa que el áspero final en el Barça. Pero eso será mañana. Por ahora agota la efímera 'dolce vita'.