El Madrid centralista

El Madrid centralista

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 19:33

No es el mismo centralismo ventajista al que se refiere desde siempre el victimista barcelonismo. Pero el mismo día que Ancelotti, aplazando 24 horas el alirón azulgrana, ganaba póstumamente la batalla ante el Mallorca con un gol de Jacobo en el alargue, tras asistencia de Vallejo, se conocía el fichaje de Huijsen y el procesamiento de Asencio por lo que ustedes ya saben. Había centrales por todas partes.

Asencio fue, horas después, rebajado de cargos mayores. Veremos en qué para el asunto. Respecto a los otros tres implicados, de cuyos nombres no queremos acordarnos, se ve que en la cantera blanca, donde ciertamente se forman futbolistas y personas, hay ovejas negras. Es de suponer que habrán sido expulsadas del aprisco.

Jacobo se llevó una alegría y, a la vez, un disgusto. Huijsen se incorpora hasta 2030 al nutrido elenco de centrales puros o recalificados como tales, sanos o descacharrados de diversa duración y edades, asentados o amenazados, para hacerle aún más difícil su promoción al primer equipo: Militao, Rüdiger, Alaba, Asencio, Vallejo, Tchouaméni... En el Castilla, aparte del propio Jacobo, proliferan los centrales: Joan Martínez, Mario Rivas...

Huijsen es uno de los ocho nominados por la Premier League al premio de Mejor Jugador Sub-23 de la temporada. Pero el Madrid lo descubrió en la Selección. Y de milagro. Y de rebote. Huijsen entró de refilón en la convocatoria a causa de la lesión de Íñigo Martínez. Y pisó el verde, en el minuto 41, en el lugar de un lastimado Cubarsí. Si no se hubieran dado esas circunstancias, quizás no estaríamos hablando de un fichaje de 50 millones, la cifra más elevada que el Madrid ha desembolsado por un defensa. La contratación parece más fruto de la necesidad (o la desesperación) que de un interés que viene de lejos.

Florentino hace acopio de centrales como otros de víveres por si llegasen tiempos de escasez y racionamiento. Los amontona como quien se surte de un kit de supervivencia por si viene otro apagón o nos ataca Putin. Incluso se habla de que con Alexander-Arnold, un lateral, vendría, también del Liverpool, un central: Konaté. Y del Arsenal, otro central más: Saliba.

El Madrid, como Franco Battiato en una de sus canciones de éxito, busca un centro de gravedad permanente. Y el centro de gravedad de un equipo es el centro del campo. El centro de gravedad del Madrid era Kroos. Y no se ha encontrado a su sustituto. En fútbol, como en política, el centro es el equilibrio. Tampoco en esa parcela del césped le han ido bien las cosas al Madrid. Así que piensa, que sepamos, en Zubimendi, Mastantuono, Exequiel Palacios, Reijnders, Stiller y, de regreso a casa, Nico Paz. A este paso, y con perdón, al Madrid de 2025-26 no lo va a reconocer, en célebre y celebrada frase de Alfonso Guerra, ni la madre que lo parió.

El centralismo, o la centralidad, constituye el fundamento táctico, el espinazo, de un equipo de fútbol. Se justifica desde el mismo lenguaje por la existencia de los defensas centrales, los centrocampistas y el delantero centro. El Madrid se tiene que centrar. Ha estado descentrado toda la temporada. Y en el medio, o sea, en el centro, está la virtud.

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Ya declinaba la final del Masters 1000 de Roma cuando Jannik Sinner, hombre impasible, se permitió algunos gestos de desesperación: un suspiro, una mirada al cielo. No había nada que hacer. En rondas tempranas de torneos lejanos, Carlos Alcaraz a veces se ensimisma, pero con un título en juego y en coliseos como el Campo Centrale, se torna invencible. Su talento se agiganta, sus piernas se precipitan y, sobre todo, su cabeza se endurece. Cuando eso ocurre, no hay jugador en el circuito que pueda responderle, quizá no lo haya en la historia.

Este domingo ante Sinner, dominador del ranking mundial, campeón de los dos últimos Grand Slam, rival para la próxima década, volvió a demostrar que manda si quiere hacerlo. Al final, 7-6(5) y 6-1 en una hora y 43 minutos de juego. Sobre cemento, entre cañonazos, aún puede sufrir, pero en tierra batida, donde siempre gana el mejor, no quedan dudas. En esta gira ha ganado en Montecarlo y Roma y ha llegado en la final en Barcelona y en la edición de Roland Garros que empieza el próximo domingo si no es campeón sería una sorpresa.

El momento decisivo

La final ante Sinner se decidió en apenas cuatro o cinco puntos, todos en el desenlace del primer set, fueron sólo unos minutos. Hasta entonces, ambos jugadores marcaron sus fortalezas, el español con la derecha y el italiano con el revés. No se hicieron daño. El esquema de juego de Alcaraz pasaba por alargar los intercambios para molestar con bolas altas y la táctica de Sinner, mejor con su servicio, buscaba todo lo contrario. Hasta el 6-5, cada uno hizo lo suyo, a veces genial ambos, a veces erráticos. Pero entonces, Sinner ameritó dos bolas de set con n 15-40 y decantó la balanza.

Andrew MedichiniAP

El peligro era mortal. En un encuentro a cinco sets, ceder el primero no es un drama; en un partido a tres sets, hacerlo es sentencia. Alcaraz tenía que hacer lo que hizo. Al contrario que en otras ocasiones, se abrazó a la serenidad, jugó y forzó a Sinner para que repitiera ciertos errores. Entonces sólo quedaba el tie-break, donde clavó dos saques directo a la línea y cerró el periodo con una volea magistral. En ese mismo instante, convirtió el segundo set un disfrute ante rival ya rendido. El título ya era suyo.

"No he tenido altibajos"

"Estoy muy orgulloso de cómo he enfocado el partido mentalmente. Tácticamente todo ha ido bien, pero sobre todo no he tenido altibajos, me he mantenido en mi mejor nivel durante todo el partido", admitió el español al acabar el encuentro, antes de felicitar a Sinner por haber llegado a la final después de su sanción y de aceptarse como favorito para la próxima cita en París: "Ganar aquí en Roma superando a Jannik es un éxito que me da mucha confianza para Roland Garros, aunque ahora lo único que quiero es celebrar con mis amigos, mi familia y con los amigos que han venido desde España. Después descansaré y ya me podré centrar en el Grand Slam".

Con su triunfo, Alcaraz sumó su séptimo Masters 1000, el primero en Roma, pero sobre todo agigantó una estadística de aquellas que asustan a sus adversarios. A sus 22 años, ha jugado 12 finales entre 'grandes' y Masters 1000 y sólo ha perdido una. En los días decisivos, bajo los focos, se vuelve de mármol, como ocurrió este domingo.

La frustración de Alonso tras igualar su peor arranque con McLaren: “Tenemos muy mala suerte”

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 19:05

Nada más cruzar la meta, perdida la batalla frente a Yuki Tsunoda, la frustración por el undécimo puesto llevó a Fernando Alonso a golpearse el casco con ambas manos. De nada había servido tanto esfuerzo en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari. Por séptima carrera consecutiva, el bicampeón se quedaba a cero y prolongaba una nefasta racha con la que ya ha igualado sus peores días con McLaren.

Tras perderse la cita inaugural en Melbourne por las secuelas de un accidente durante los test de pretemporada, Alonso encadenó siete citas consecutivas fuera de los puntos. Fue en el arranque del Mundial 2015. Dos años más tarde volvió a repetir la secuencia entre Australia y Canadá, también con la escudería de Woking. En aquella ocasión quiso renunciar al GP de Mónaco en favor de las 500 Millas de Indianápolis. Todo resultaba demasiado difícil a bordo de un coche que según el propio Fernando se asemejaba a un GP2.

Hoy, el futuro a corto plazo en Aston Martin no debería presentarse tan lúgubre. "Tenemos un coche capaz de luchar por puntos", concedió Alonso en la zona mixta de Imola, con el desánimo propio de quien luchó sin suerte durante 63 vueltas. Tras una avería de Esteban Ocon, la aparición de un virtual safety car iba a echar por tierra sus planes.

"Todo nos sale mal"

Durante el tramo inicial logró sostener el ritmo para no perder el DRS frente a Lando Norris. También había podido sujetarse por detrás del Mercedes de George Russell, manteniendo incluso el tipo cuando sus frenos ardieron en llamas nada más cumplir el primer pit-stop. A diferencia del resto de favoritos, Alonso había agotado el sábado sus juegos de neumáticos duros nuevos. Y también de los medios.

"El virtual dio una parada gratis a quienes no habían parado, así que salieron delante de nosotros con neumáticos nuevos. En ese momento la carrera terminó para nosotros", analizó el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans ante la prensa. Un mensaje que ya se había encargado de transmitir a su ingeniero. "Tenemos muy mala suerte. La carrera era buena, pero todo nos sale mal este año", dijo a través de la radio.

A falta de 17 vueltas para la bandera a cuadros, un contratiempo de Andrea Kimi Antonelli forzó la aparición del safety car. En ese momento, Aston Martin podría haber dividido su estrategia y apostar, en uno de sus coches, por las gomas medias usadas. Pero los ingenieros de Andy Cowell optaron por el mismo plan para Alonso y Lance Stroll.

Por la hierba ante Gasly

"La suerte no estuvo de nuestro lado", concedió el team principal de Aston Martin tras ver perderse por el desagüe su estrategia a una sola parada. Aun así, Cowell quiso quedarse con lo positivo de un fin de semana donde vio un "progreso genuino". "Las actualizaciones han mejorado el rendimiento y nos indican el camino a seguir en las próximas carreras", añadió el británico.

De nada sirvió pues el coraje postrero de Alonso, autor de un par de fantásticas maniobras. Especial mérito tuvo el adelantamiento ante Pierre Gasly, cuando no titubeó a la hora de pisar la hierba.

Del Toro brilla en el infierno del 'sterrato' y oposita al trono del Giro

Del Toro brilla en el infierno del ‘sterrato’ y oposita al trono del Giro

Fue todo lo terrible, apasionante y trascendente que se esperaba, que se deseaba, que se temía. Incluso más. El sterrato sembró el pánico, causó destrozos y convirtió la etapa en un infierno sin paliativos para los corredores y en paraíso para Wout van Aert, vencedor de la etapa, e Isaac del Toro, nuevo líder. Ayuso perdió 1:07.

Desde el primer tramo, entre la niebla polvorienta, irrespirable, el sterrato pedregoso, a unos 70 kms, de la meta, puso la carrera patas arriba y la dejó hecha jirones. En el segundo se produjeron caídas en curvas traicioneras. Entre ellas la de Roglic. No llegó a caer Ayuso. Pero en la barahúnda puso pie a tierra y algo le rozó en la pierna, que tenía sangre. Roglic sufrió luego un problema mecánico y se vio obligado a cambiar de bicicleta.

De todos esos esfuerzos, de todos esos percances, de todas esas desdichas, de todas esas glorias, con los hombres sufriendo, rebozados en polvo pegado al sudor, emergieron en última instancia, entre los gemidos de unos y los estertores de otros, colosos entre colosos, Del Toro y Van Aert. Habían dejado tirados, deshechos, vacíos, en el último sector de tierra, el Colle Pinzuto, dos kilómetros y medio con una pendiente máxima del 15%, a Egan Bernal y Mathias Vacek, que se uniría al grupo de Ayuso, los Yates, Ciccone, Carapaz, McNulty, Tiberi... Más atrás, el de Roglic, que renueva su triste leyenda de ciclista infortunado. Su enorme historial todavía podría ser mayor.

La cabalgada de Del Toro, siempre tirando en salvaje persecución del rosa, y Van Aert, sólo interesado en una etapa destinada a resucitarle, ofreció toda la belleza que puede deparar el mejor ciclismo posible. En las inclementes rampas finales, en parte empedradas, que desembocan en la Piazza del Campo de Siena, en el Muro de Santa Caterina, recuperó Van Aert su condición de gigante y adquirió Del Toro, a sus 21 años, la de aspirante a ganar el Giro y, en el futuro, todo lo que se le enfrente.

Ahora está a 1:13 por delante de Ayuso, su jefe; Roglic queda a 2:25. El UAE se enfrenta a un dilema. El español no se halla tan lejos y su retraso ha venido en parte como consecuencia de una desgracia. Pero el mexicano ofreció una demostración deslumbrante de poderío. Es un corredor muy completo y sus opciones de llevarse la carrera han aumentado exponencialmente. Después del descanso del lunes, la contrarreloj del martes disipará algunas dudas.

O las aumentará...

Fernando Alonso y Carlos Sainz se pierden en Imola entre la maraña de estrategias

Fernando Alonso y Carlos Sainz se pierden en Imola entre la maraña de estrategias

Max Verstappen dio otra cátedra para su cuarta victoria consecutiva en Imola, escenario de una carrera confusa, plagada de variables, donde Fernando Alonso y Carlos Sainz perdieron sus opciones por culpa de la estrategia. Tampoco supo resolver ese puzle McLaren, que bien puede dar por bueno el doble podio de Lando Norris y Oscar Piastri. Sin embargo, a la menor adversidad, los jóvenes aspirantes se desinflaron de nuevo ante el vigente campeón.

El octavo puesto de Sainz y el undécimo de Alonso dejaron en evidencia a Williams y Aston Martin, que jugaron mal sus cartas. De un modo sangrante en el caso del madrileño, al volante de un monoplaza cada semana más veloz y estable. Alonso, por su parte, puede maldecir tanto la inoportuna aparición de un virtual safety car como su remontada interruptus en las últimas vueltas. Tras sendos adelantamientos a Nico Hulkenberg y Pierre Gasly en Tosa, no pudo finalmente ante Yuki Tsunoda. Salir de vacío en Imola tras partir quinto escuece de veras.

El Autodromo Enzo y Dino Ferrari, tan exigente a nivel técnico, realzó aún más la grandeza de Verstappen. Apagado el semáforo, el holandés estiró la frenada en Tamburello para hacer y deshacer a su antojo frente a Piastri. En sus fauces, el líder del Mundial pareció un recién inscrito en una academia de karting. Hasta George Russell, con muy buen tino a la hora de soltar el embrague, lamentó el escaso coraje de Piastri, que le había taponado a la entrada de la chicane. Mucho más decidido se mostró Norris, autor de un fabuloso adelantamiento ante el propio Russell en la Variante Villeneuve.

Ferrari rompe la baraja

Ese buen rato respirando aire sucio no le vino nada bien al autor de la pole. Mucho menos las prisas de McLaren, que se precipitó con su temprana estrategia. El primero en abrir fuego con los pit-stops para montar los duros había sido Charles Leclerc, ganando la posición a Russell y Sainz, no tanto por la fuerza del undercut, sino por una simple consecuencia del tráfico.

Ese movimiento de Ferrari iba a generar tanta confusión que McLaren llamó a Piastri. Y Aston Martin a Alonso, cuyo ritmo era más que decente. En la vuelta 16, el asturiano había perdido la posición frente a Sainz, aunque sus opciones seguían intactas. Tantas prisas iban a resultar muy malas consejeras en Imola, el circuito donde más tiempo se tarda en recorrer el pit-lane (29 segundos).

Quienes movieron ficha tan rápido fueron ya a pie cambiado. Entre los principales damnificados, Sainz y Alonso. El madrileño quedó enredado a la estela de Russell, con un problema en la maneta del cambio de marchas y Tsunoda, que había partido desde el pit-lane. Mientras, su compañero Alex Albon se perfilaba hacia la lucha por el podio gracias a un plan mucho más propicio.

Sainz, el domingo, en el pit-lane de Imola.

Sainz, el domingo, en el pit-lane de Imola.AFP

En la vuelta 29 McLaren paró a Norris, con tan mala suerte que sólo un minuto después, una avería de Esteban Ocon a la salida de Tosa desencadenó el inevitable virtual safety car. El timing perfecto para Verstappen, favorecido otra vez por la buena ventura.

Antonelli y el 'safety car'

Con más de la mitad de carrera por delante, todo parecía bien atado para el tetracampeón, con 18 segundos de renta frente a Norris. Sin embargo aún tuvo que hacer frente a un inesperado contratiempo en la vuelta 47 cuando Andrea Kimi Antonelli, que había llevado por la calle de la amargura a Lewis Hamilton, dejó varado su Mercedes en una zona sin acceso para los comisarios. Un safety car como postrero aliciente a un domingo sin respiro.

Verstappen, desde luego, no iba a conceder un ápice en la resalida. Nada más abrir gas se libró de la amenaza del DRS de Piastri. Con gomas muy usadas, el australiano sería también presa fácil para Norris en Tamburello. La amenaza para el líder del Mundial asomaba por detrás con los Ferrari. Albon pretendía defender su cuarta plaza, ante un agresivo Leclerc. Hamilton, que pasaba por allí, pudo aprovechar la excursión por la grava del Williams para poner la guinda a su remontada.

La ralentización, en cambio, pudo interpretarse como un alivio para Aston Martin, cuyos dos coches amenazaban ruina. "Va a ser una tortura. Esto es un naufragio. Soy el piloto más desafortunado del mundo", lamentó Alonso por radio, cuando ya sólo rodaba por delante de Lance Stroll, Franco Colapinto, Esteban Bortoleto y Oliver Bearman. Su rush final, con gomas más frescas, de nada sirvió frente a Tsunoda.

Un vídeo del incidente en Cornellà confirma un primer atropello previo: "No era una zona donde pudiera pasar un coche"

Un vídeo del incidente en Cornellà confirma un primer atropello previo: “No era una zona donde pudiera pasar un coche”

Crece la polémica por el atropello múltiple de Cornellà en los instantes previos del partido entre el Espanyol y el Barcelona en las afueras del estadio. En un vídeo desde otro ángulo difundido en redes sociales se evidencia un primer atropello antes del acelerón posterior de la conductora.

Uno de los testimonios directos del atropello, un joven de 16 años que evitó "de milagro" ser embestido por el coche, explica a EL MUNDO como vivió los hechos. "La calle estaba repleta de gente de todas las edades y vimos de repente como aparecía un coche que atropellaba varias personas", recuerda.

"Todo fue muy rápido. Hubo pánico y sorpresa. En ese momento, varias personas empezaron a gritar a la conductora, golpear el coche y recriminarle el atropello [el primero], cuando aceleró y se llevó por delante a muchos otros seguidores". "En ese momento, pensé que era un atentado terrorista. No era una zona donde pudiera pasar un coche. Es vergonzoso todo", lamenta M.N.

La juez dejó este sábado en libertad a la conductora del atropello de Cornellà en los instantes previos del partido entre el Espanyol y el Barcelona del jueves: le retira el carné y el vehículo, y deberá personarse periódicamente ante los juzgados. La investigación está abierta por los presuntos delitos contra la seguridad vial, desobediencia a la autoridad y lesiones por imprudencia ("sin más tipificación" hasta que cada una de las personas heridas tenga los informes definitivos de las consecuencias de las heridas).

Un colectivo de abogados analiza las imágenes y podría asesorar a los heridos para que emprendan acciones legales.

Sobre lo sucedido, la investigación debe aclarar qué ocurrió, aunque la policía trabaja desde un inicio con la hipótesis de que la mujer, vecina de la zona, accedió a la avenida adyacente al estadio tras coger su coche de un parking privado, se sintió "agobiada" y quiso huir del lugar después de que los aficionados rodearan su vehículo y la increparan. Entonces y por motivos bajo investigación, aceleró y atropelló a un grupo de personas antes de impactar contra una valla.

El jueves por la noche y durante toda la jornada del viernes, la policía trató de reconstruir los hechos a partir de interrogatorios y el visionado de las numerosas imágenes del momento del atropello, los instantes previos y los posteriores. Con todo el material elaboraron el atestado policial entregado antes de que la detenida, la conductora de 34 años, haya pasado este sábado a disposición judicial y haya salido luego en libertad. Faltan todavía los informes definitivos de las consecuencias de las heridas.

"La conductora apareció, cometiendo un primer atropello. Cuando la gente le recriminó lo que estaba haciendo, se produjo el segundo atropello, este masivo. Es un milagro que no haya habido muertos", explicó a este periódico la noche del jueves un aficionado blanquiazul que se encontraba en ese momento cerca de donde se produjo el incidente.

Jon Rahm peleará por el PGA Championship tras una accidentada tercera ronda: bolazo en la cabeza a un espectador y un corte en el brazo

Jon Rahm peleará por el PGA Championship tras una accidentada tercera ronda: bolazo en la cabeza a un espectador y un corte en el brazo

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 09:36

La tercera jornada del PGA Championship estaba construyendo un día final legendario hasta que llegó Scottie Scheffler. Sin piedad, el número uno apareció para reventar el torneo el sábado. El viento sopló durante gran parte de la jornada, convirtiendo —esta vez sí— Quail Hollow en un verdadero test de major, y eso que una tormenta descargó con fuerza a las siete de la mañana; si no, la carnicería habría sido aún mayor.

Hasta los destellos de Scheffler, 15 jugadores estaban en cuatro golpes y soñaban ansiosos con la pelea dominical, una mezcla de nacionalidades y experiencias donde Jon Rahm respiraba aliviado: su golf volvía a funcionar. Feliz el de Barrika con su -4 (67 golpes) del sábado, seis bajo par en el acumulado. Es la primera vez desde que firmó por el LIV en la que se mete con opciones de victoria en un major. Rahm, incluso, llegó a coliderar el torneo. "No me doy opciones de ganar un major desde el US Open de 2023", comentaba al término de su jornada, cuando coqueteaba a solo dos golpes del líder. Solo un par de horas más tarde se veía relegado a cinco de Scheffler, y es que el final —eagle en el 14 y birdies en el 15, 17 y 18— sentaron la cátedra del número uno. Un baño de agua gélida para los contendientes de este segundo grande del año.

El bogey inicial no significó nada para Scottie Scheffler, que cerró sus primeros nueve hoyos con tres birdies más. Sus 65 golpes finales son, de largo, la mejor tarjeta del día. El número uno, que se perdió la primera parte de la temporada por un corte en la mano preparando raviolis, viene de ganar su último torneo —su primer triunfo de 2025— al más puro estilo Tiger Woods: masacró el Byron Nelson del PGA Tour con -30 y ocho golpes de ventaja sobre el segundo clasificado.

El domingo Scheffler saldrá con tres golpes de ventaja respecto al sueco Alex Noren (-8), cuatro sobre los norteamericanos David Riley y J.T. Poston (ambos en -7), y cinco sobre Jon Rahm, Si Woo Kim y Jhonattan Vegas, el venezolano que era líder tras los primeros 36 hoyos. El tejano, además, humilló a la Milla Verde con un parcial de -2 en esos tres hoyos, perdonando incluso el birdie en el 16. En esa misma Milla, Bryson DeChambeau (-5) acumuló cinco golpes más que Scheffler, un lastre que le hará salir el domingo a cinco impactos del líder.

Bolazo a un espectador

Rahm, aunque sin ser consciente del recital final del número uno, terminó eufórico. Su ronda tuvo momentos sobresalientes, como el approach desde fuera en el 3, la madera en el 14 dejando la bola a tres metros para eagle, o el birdie en el 16, con dos golpes estratosféricos. Otros, sin embargo, rozaron el drama: en el 11 dio un bolazo a un espectador en la cabeza, afortunadamente sin más consecuencias que la mejora del resultado de su bola. "No entiendo cómo no le ha dolido, estaba encantado...", confesó Rahm, que tuvo un pequeño detalle en forma de regalo y ambos se dieron un aplaudido abrazo. En el 13, tuvo que llamar a las asistencias médicas para que le taponaran un rasguño en el antebrazo que no paraba de sangrar: aparatoso, pero sin importancia.

"He jugado muy, muy bien al golf hoy y hacer cuatro menos es complicado. Estoy muy contento de mi juego hoy." Lo que Rahm no sabía a esas alturas es que, si quiere ser el primer español en ganar el trofeo Wanamaker, va a necesitar que el domingo pasen cosas extraordinarias. ¿Una venganza de los Juegos Olímpicos? En París, Rahmbo tenía la medalla de oro encarrilada hasta que la llegada por detrás de Scheffler provocó un colapso mayúsculo.

La otra buena noticia del golf español es el rendimiento de David Puig, que finalizó el tercer día con 68 golpes para colocarse parcialmente en el puesto 23 del torneo. "Un Top 12 y jugar el año que viene siempre está en el punto de mira. Ese sería uno de los objetivos y creo que es bastante realista", concluía satisfecho el golfista de La Garriga. Mientras, Sergio García sigue con su calvario, materializado hoy en 79 golpes que lo dejan con +9 en la última posición del torneo.

Scheffler, al igual que Rahm, busca su tercer major. Jugó sus cinco últimos hoyos en cinco bajo par y, justo después de atender a los compromisos de la prensa, se fue directo al campo de prácticas a apurar los últimos rayos de luz entre golpes con sus certeros hierros. A veces, las cosas no siempre suceden por casualidad.

Franco Colapinto, el protegido de Briatore, arranca con mal pie: duro accidente en Tamburello y sanción

Franco Colapinto, el protegido de Briatore, arranca con mal pie: duro accidente en Tamburello y sanción

"Si hay un piloto que no progresa, que no me trae resultados, lo cambio. En la F1 no te puedes guiar por los sentimientos y las emociones". La advertencia pronunciada por Flavio Briatore el pasado febrero se ha concretado este fin de semana en Imola. Franco Colapinto ocupa el asiento de Jack Doohan en Alpine gracias al empeño personal del italiano, que ejerce, ya sin ambages, un poder casi omnímodo en su equipo. De hecho, sólo una traba administrativa le ha impedido dirigir desde el viernes las operaciones desde el muro.

Oficialmente, Briatore no es un empleado de Alpine, sino un consultor externo contratado por Renault, así que no puede desempeñar labor alguna en ningún evento de la FIA. Para solventar este contratiempo, la escudería francesa ha nombrado provisionalmente a Dave Greenwood, un recién llegado a la cúpula de Enstone. Se trata del quinto team principal de Alpine en cuatro años, tras Marcin Budkowski (2021), Otmar Szafnauer (2022-2023), Bruno Famin (2023-2024) y Oliver Oakes, que dimitió la pasada semana después de sólo unos meses en el cargo. Bajo el abrupto adiós del británico parecen esconderse turbios manejos. Y algunos apuntan también a Briatore.

Desde 1988, año de su aterrizaje en el Gran Circo, Briatore jamás ha titubeado a la hora de hacer realidad sus propósitos. Su fe en Colapinto, por el que Alpine ha pagado 20 millones de euros a Williams, trae a la memoria la argucia que le permitió fichar a Michael Schumacher. En 1991, cuando El Kaiser parecía decidido a aceptar la oferta del equipo Jordan, Briatore modificó una sola palabra -el artículo indeterminado "un" por el determinado "el"- para materializar su contrato con Benetton.

Hoy, a los 75 años, el magnate sigue permitiéndose ciertas licencias con Colapinto. No sólo anda prendado de su indudable talento, sino del poderío de sus patrocinadores, entre quienes destacan la petrolera YPF, la cervecera Quilmes o Mercado Libre, una de las empresas líderes del comercio electrócnico en América Latina. Poco antes del inicio del Mundial 2025, mientras ya circulaban los rumores sobre el futuro incierto de Doohan, Alpine formalizó un acuerdo de patrocinio con Mercado Libre.

Este particular modus operandi, a menudo fronterizo con la ilegalidad, no puede esconder el finísimo olfato de Briatore para el talento joven. Porque hoy se cumple un año exacto de la única victoria de Colapinto en la F2, precisamente durante la sprint race de Imola. Desde aquel adelantamiento en la última vuelta ante Paul Aron, todo ha girado a una velocidad endiablada para el argentino. El pasado septiembre debutó con Williams en el GP de Italia. Un par de semanas más tarde acabó octavo en Bakú. Tras sólo dos carreras sumaba cuatro puntos, tres más de lo que había logrado Logan Sargeant, su predecesor, en 36 carreras.

La locura se desataba entre la afición argentina, que acudió en masa al GP de Sao Paulo. Durante aquella drivers parade, Lando Norris fue preguntado por el recibimiento del público. "No son aplausos para mí, sino para Franco", admitió el británico. El descaro de Colapinto, dentro y fuera de la pista, se ajustaba a las exigencias de la actual F1, que pretende atraer a un público joven en sus estrategias de marketing. Esa misma ambición, que le hizo cometer a varios errores en la recta final del campeonato, terminaría por cautivar a Briatore.

Alpine necesitaba horizontes más amplios. No sólo para dejar atrás las traumáticas salidas de Fernando Alonso y Oscar Piastri en 2022, propiciadas por el mal tino de Szafnauer, sino para cauterizar las heridas de la feroz rivalidad entre Pierre Gasly y Esteban Ocon a lo largo de 2024. El recurso de Doohan fue provisional, por mucho que Oakes enarbolara la defensa del australiano. Briatore siempre confió sus cartas a Colapinto. Igual que en su momento hizo con Alonso en Renault.

Para jugar esa baza tendría que lidiar con Oakes, a quien él mismo había colocado al frente de Alpine. El joven ingeniero, vinculado a los oligarcas rusos gracias al entorno de Nikita Mazepin, tuvo que abandonar la partida hace sólo unos días, horas después de que la policía británica arrestara a su hermano William con grandes sumas de dinero en metálico encima. Una de esas tramas, a medio camino entre los negocios y el crimen, tan familiares para Briatore.

Ni Colapinto ni su entorno se han pronunciado sobre el caso. A punto de cumplir 22 años, su única prioridad es acabar el Mundial y convertirse en el tercer argentino con más carreras de F1, por detrás de Carlos Reutemann (146) y Juan Manuel Fangio (51). «Sólo tiene que ir rápido, no chocar y hacer puntos. Son tres cosas que le pido, no 10», dijo Briatore nada más llegar a Imola.

El sábado, durante la Q1, su protegido incumplió la segunda premisa, al perder el control en Tamburello y destrozar el A525, sobre el que deberán trabajar los mecánicos hasta bien entrada la madrugada. "Era la primera vez que probaba los límites del coche y decidí atacar, pero perdí la parte trasera. No es la mejor manera de empezar, pero creo que somos lo bastante competitivos como para llegar a la Q3", expresó Colapinto.

Por si no bastase, la última orden de Briatore, la relativa a aumentar el botín de puntos, se complica un poco más después de la sanción de un puesto en la parrilla a su discípulo por salir al pit-lane antes de lo permitido. Finalmente, el coche 43 partirá decimosexto, justo por detrás de Liam Lawson.

Del mal ojo de Stroll a la cautela de Alonso, quinto en la parrilla de Imola: “Hay que mantener los pies en el suelo”

Actualizado Sábado, 17 mayo 2025 - 23:42

El pésimo arranque de Mundial, con seis carreras consecutivas a cero, venía tiñendo de pesimismo el discurso de Fernando Alonso. El bicampeón se veía cerrando el año sin puntos, como en 2001, su curso de debut en Minardi. Esos negros presagios, sin embargo, parece que pueden disolverse hoy en Imola, donde arranca quinto y deberá contener a Charles Leclerc, Lewis Hamilton y Andrea Kimi Antonelli, entre otros, para mantenerse en el top-10.

"Estaremos preparados para perder alguna posición, pero esperamos que no sean demasiadas", adelantó ayer el ovetense en la zona mixta del Autodromo Enzo e Dino Ferrari. Pese al tremendo salto competitivo de Aston Martin, Alonso optaba por la prudencia. "El coche siendo un poco frágil a la hora de empujar al límite y siempre da alguna sorpresa desagradable", analizó.

Sin embargo, los datos de ayer resultan más que alentadores para Aston Martin. El AMR25 fue el segundo coche que más mejoró respecto a la qualy de 2024 (56 centésimas), sólo por detrás de Williams. De este modo pudo desbancar de la Q3 a los Ferrari, que cedieron 63 centésimas respecto a sus prestaciones del año pasado en esta pista.

"Mejor de lo esperado"

"Todo fue mejor de lo esperado con el nuevo paquete aerodinámico", analizó Alonso, consciente de que ahora hay que "mantener los pies en el suelo". "No creo que seamos tan rápidos como para ser quintos, así que a ver si podemos mantenernos por ahí y sumar algunos puntos", declaró sobre la carrera, donde se espera una dura pugna también con los Williams.

Desde luego, el AMR25 volverá a perder comba ante sus rivales en las zonas más lentas del trazado (Tosa, Acque Minerali y Variante Alta). En el segundo sector, Stroll ya sufrió en exceso durante los entrenamientos libres, cuando se quedó muy corto a la hora extraer el rendimiento. De hecho, según sus propias declaraciones, sólo había percibido "pequeños cambios" en el coche y sus cronos fueron peores que los de su compañero, que montaba la especificación antigua.

De momento, Alonso mantiene su perfecto registro ante el canadiense en las sesiones clasificatorias (7-0). Y si extendemos el rango hasta 2024, el resultado resulta aún más devastador (12-0). Además, el papel de Stroll como primer candidato a probar las mejoras queda en entredicho. Tras las dos sesiones del viernes, su feedback a los ingenieros no pareció ajustarse a lo que realmente sucedía en el monoplaza.

Stroll, durante los libres del viernes en Monza.

Stroll, durante los libres del viernes en Monza.ASTON MARTIN

Sin embargo, a últimas hora del sábado, Stroll tuvo que reconocer que los cambios habían tenido un "impacto positivo". "Queda mucho rendimiento por desbloquear y en la carrera nos haremos una mejor idea de nuestro ritmo real", zanjó. A esa cautela quiso sumarse Alonso, cuyos dos últimos domingos en Imola se saldaron con un abandono (2022) y un decimonoveno puesto en la meta (2024). "Quizá este sea un circuito favorable, así que veremos cómo funciona el paquete nuevo en Mónaco o Montmeló", reflexionó el ovetense.

Lo que parece fuera de cualquier duda es que el AMR25 ha pasado de ser el último coche en Miami, donde Alonso cruzó la meta a 20 segundos del Sauber de Nico Hulkenberg, a convertirse en una fuerza emergente. Tampoco se puede cuestionar que sus ingenieros han desplegado todo el potencial del coche con los neumáticos medios. La mala noticia estriba en que para las 63 vueltas de hoy ya han agotado los juegos nuevos de dicho compuesto.

De señalado a "insustituible", la metamorfosis de Andrés Feliz en el Real Madrid: "Es muy fuerte mentalmente, más de lo que parece"

De señalado a “insustituible”, la metamorfosis de Andrés Feliz en el Real Madrid: “Es muy fuerte mentalmente, más de lo que parece”

Como si su carrera hubiera sido un proceso sin descanso de adaptación, Andrés Feliz (Santo Domingo, República Dominicana, 1997) ha vuelto a salir victorioso. O así lo parece tras sus últimas semanas en el Real Madrid. El mismo jugador que era el blanco principal de la sospecha y del runrún de las tribunas del Palacio durante la primera parte de la temporada, es ahora aplaudido puesto en pie cuando despliega su abanico de fiereza en la pista. El Tigre, lejos del cliché caribeño, es un guerrero durísimo que apenas gesticula en la batalla. Ni cuando el baloncesto le ponía mala cara ni ahora que parece sonreírle.

El mismo tipo del que se dudaba que pudiera ser el suplente (único) de garantías de Facundo Campazzo tras la retirada de Sergio Rodríguez, que tuviera siquiera nivel Euroliga, fue titular en el cuarto y último partido de la serie de playoffs contra Olympiacos. En su caso, un dominicano de perfil bajo, es cuestión de superación. Como cuando escapó de la delincuencia y las drogas en las calles de Guachupita ("mientras jugaba no hacía cosas peores", admitía en una entrevista en este periódico), el barrio más pobre de Santo Domingo. O cuando, sin hablar una palabra de inglés viajó a Florida con 16 años para después acabar triunfando en la cancha con los Fighting Illini y se graduó en Sociología en la Universidad de Illinois. El mismo chico que llegó a España con 23 años para probar en el CB Prat de LEB Plata y sólo un año después ya había derribado la puerta ACB de todo un Joventut.

"Es muy fuerte mentalmente, más de lo que parece", destacan en su entorno. Que apunta a otro episodio, cuando vestía de verdinegro en La Penya, de superación del base. Sin jugar a los paralelismos con Campazzo, con quien además comparte amistad, aprendizaje y complicidad fuera de la cancha -es, junto a Edy Tavares, su gran apoyo en el vestuario y la ciudad-, Feliz avanzó a la sombra de Ferran Bassas. Con un año más de contrato el catalán, fue adelantado por la derecha por un chico que saltaba etapas. Finalmente, Bassas acabó saliendo en 2022.

Andrés Feliz, durante el partido de ACB contra el Andorra.

Andrés Feliz, durante el partido de ACB contra el Andorra.ACB Photo

A muchos, sin embargo, la apuesta del Madrid por Feliz pudo parecer sorprendente este verano. Terminaban en el club el retirado Sergio Rodríguez y Carlos Alocén, al que las lesiones habían impedido desarrollarse como apuntaba. Con Llull como único comodín en el puesto de director, el suplente de Campazzo era un chico que había sobresalido en el Joventut, pero que apenas tenía tres años de experiencia en Europa y jamás había disputado la Euroliga. "Me encanta. Es súper competitivo, siempre pone al equipo por encima de lo individual, lo que encaja perfectamente en el Madrid", le alababa ya tras los primeros entrenamientos de pretemporada el Facu.

Lesión

A Feliz tampoco le ayudo la lesión que sufrió al poco de comenzar, una rotura en la fascia del pie derecho que le tuvo casi dos meses parado. Por momentos, se antojaba una misión imposible lo suyo, intrascendente, errático, falto de confianza y, como siempre, inexpresivo. Pero Chus Mateo no desesperó con él. Desde su vuelta de la lesión, siempre tuvo más o menos minutos. Hasta que todo empezó a cambiar.

Una de sus primeras grandes actuaciones llegó a mediados de enero en Andorra. 11 puntos, cinco rebotes, tres asistencias. El Tigre, como le apodaron en Badalona, no destaca por su capacidad de tiro. Más bien es su fortaleza física, pese a no pasar del 1,90 metros. Tanto a la hora de batallar en defensa como a la de penetrar en ataque. La temporada anterior con el Joventut había sido su estallido -15 puntos, 4,3 rebotes, 4,3 asistencias, 1,1 recuperaciones y 16,9 de valoración fueron sus números-, incluido en el quinteto ideal de la ACB. Su récord de anotación fueron los 28 puntos que le hizo al Manresa en marzo, su mejor noche la había firmado en febrero ante el Baskonia 27 puntos (4 triples), 8 rebotes, 7 asistencias y 34 de valoración.

Feliz, defendido por Hakanson, del Murcia.

Feliz, defendido por Hakanson, del Murcia.ACB Photo

Pero en el Madrid debió crecer y convencer desde la defensa y el esfuerzo, algo que nadie dudó ni en sus días más grises. Al poco que a su fiereza le ha acompañado un poco de confianza, Feliz ha empezado a dibujar las pinceladas de lo que él se esperaba cuando fue firmado por tres temporadas. Hace 10 días tocó techo siendo decisivo con 20 puntos y 26 de valoración ante el Valencia, segundo clasificado. "Ahora mismo, es insustituible", había dicho de él Mateo, "encantado con su manera de ser, de entrenar y de su competitividad".

Feliz, que no ha cambiado mucho de hábitos en su vida en Madrid junto con su esposa Lisa Wygal -a la que conoció en la Universidad- y sus dos hijos pequeños nacidos en Badalona (Dree y Lily), ha derribado contra todo pronóstico el primer muro, aunque será en los próximos playoffs, donde el equipo de Chus Mateo se juega la temporada, cuando deba corroborar su pujanza. Es posible que su porvenir, a punto de cumplir 28, dependa de ello. De momento, su importancia en los esquemas del entrenador no se reflejan sólo en el aumento de minutos, también en que hasta comparte cancha con Campazzo en muchos minutos decisivos. Lo que no ha logrado Rathan-Mayes ni lo hizo el efímero Dennis Smith Jr., al que ficharon en su puesto y no duró ni un mes.