Gauff resiste ante la fuerza bruta de Sabalenka y es campeona de Roland Garros a los 21 años

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 18:27

Aryna Sabalenka tiene un problema. Es la mejor tenista del mundo, una fuerza desmedida golpeando la bola, quien más se ha acercado al juego de Serena Williams. Pero no soporta que le respondan. Pese a su progresión en los últimos años, desde que llegó al circuito WTA necesita vencer por KO en todos sus partidos. Ganadora de dos Open de Australia y un US Open, lo habitual es que sus rivales se marchen de la pista mareadas, con algún 6-0 en contra y sin saber muy bien qué ha pasado. Pero cuando eso no ocurre, Sabalenka se desespera rápido. Por eso todavía no ha vencido en Roland Garros ni en Wimbledon.

Este sábado Coco Gauff le arrebató el título en París con un ejercicio de defensa, madurez y tenis que acabó con un 6-7(5), 6-2 y 6-4. La estadounidense, mucho más joven, 21 años por los 27 años de Sabalenka, demostró que está más preparada para brillar en un gran escenario. Mientras la bielorrusa fallaba golpes y más golpes -acabó con 68 errores no forzados, una cifra histórica-, Gauff resistía una y otra vez.

Muchas veces pudo rendirse la estadounidense y muchas veces ese levantó para seguir en la pelea. En el partido no hubo control ninguno, se acumularon hasta 15 'breaks' entre ambos lados, pero ella siempre mantuvo la serenidad que le faltaba a su rival. Bajo las bombas de Sabalenka aguantó muchos intercambios para acabar con un pasante, o una dejada, o lo que hiciera falta. Después de aquel US Open de 2023 que le descubrió cuando sólo era una niña, Gauff ha demostrado que su lugar está entre las mejores del planeta.

Hubo un momento clave en el que Sabalenka empezó su descenso a los infiernos. En el primer set dominaba el marcador por 4-1 y 40-0, es decir, contaba con dos roturas a su favor, pero Gauff le remontó ese juego y ahí cambió todo. Otro paseo de la bielorrusa iba a ser. Pero se convirtió en un sufrimiento. Durante algunos minutos pareció recuperada, más con su actuación en el tie-break de ese periodo inicial, pero su mente ya jugaba en su contra. En el segundo y tercer set falló cada punto decisivo, siempre que no tocaba, hasta caer derrotada.

Marc Márquez logra la victoria en la sprint del GP de Aragón tras batallar contra su hermano Álex

Marc Márquez logra la victoria en la sprint del GP de Aragón tras batallar contra su hermano Álex

Marc Márquez está volviendo a dominar con puño de hierro el Gran Premio de Aragón. El piloto de Ducati ha logrado imponerse con contundencia en el que es uno de sus circuitos fetiche de todo el calendario, donde ha sido capaz de construir un legado que será eterno y al que se le suma la victoria en la sprint de hoy.

El ocho veces campeón del mundo dejó claras cuáles eran sus intenciones desde la clasificación. Fulminó la posibilidad de que un combativo Morbidelli pudiera dar la sorpresa con una vuelta magistral en la que registró el mejor tiempo en la historia de Motorland, batiendo el récord que su compañero Pecco Bagania firmó en 2022 y logrando la pole número 99 de su exitosa carrera.

Sin embargo, una mala salida le relegó al tercer puesto en un primer momento, viéndose obligado a adelantar tanto al propio Morbidelli como a su hermano Álex Márquez, quien no dio opción durante los primeros kilómetros. En ese momento, cuando vio peligrar una nueva victoria en su jardín, Marc se puso serio y comenzó a sacar el inmenso potencial de su Ducati para revertir la situación.

Morbidelli no pudo resistir durante más de una vuelta el aliento del maestro de Cervera y Álex Márquez se tuvo que limitar a observar cómo Marc le pasaba como un avión a su izquierda. "El equipo lucha por un objetivo, yo lucho por un sueño", decía el pequeño de los dos antes del inicio del fin de semana, pero su Gresini todavía está lejos de alcanzar a la Ducati y más cuando su hermano mayor se siente cómodo sobre el asfalto.

Con la esperada victoria de Marc, la sorpresa de la jornada la ha protagonizado Fermín Aldeguer, quien ha conseguido escalar desde la séptima a la tercera posición, completando el triplete nacional. Este es el segundo podio en la categoría reina para el joven piloto murciano y se confirma como uno de los corredores de mayor potencial en el campeonato.

Mientras los hermanos Márquez han ejercido su dominio, Pecco Bagnaia no ha parado de perder posiciones durante la prueba. El italiano partía desde una sorprendente cuarta posición, después de los malos resultados registrados durante los entrenamientos libres. Sin embargo, como prueba de que se trataba de un espejismo, en cuanto se ha apagado el semáforo, ha comenzado a ser adelantado por sus rivales, cayendo hasta una decepcionante decimosegunda posición.

El campeón del mundo no atraviesa su mejor momento y las condiciones del asfalto aragonés no le benefician, pero son muchas las voces en el paddock que apuntan a que, si continúa en este nivel, podría estar corriendo sus últimas carreras en Ducati. Esto abriría la posibilidad de que Gigi Dall'igna armase un tándem soñado, con los dos hermanos Márquez vestidos de rojo.

Pogacar y Vingegaard, los colosos de las montañas, se retan 11 meses después y antes de la cita crucial

Pogacar y Vingegaard, los colosos de las montañas, se retan 11 meses después y antes de la cita crucial

Reencuentro de la pareja del siglo antes de la cita crucial del año. Tras 11 meses sin coincidir, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard vuelven a cruzar sus respectivos caminos. El fenómeno esloveno reaparece este domingo en el Critérium Dauphiné tras su frenética temporada de clásicas, con triunfos en Lieja-Bastoña-Lieja, Tour de Flandes, Flecha Valona y Strade Bianche, con 15 días de competición y más de 2.750 kilómetros recorridos. El danés retorna tras una temporada con apariciones esporádicas. Hasta el momento sólo ha competido 10 jornadas, con 1.483 kilómetros cubiertos en dos pruebas: Vuelta al Algarve (con general y triunfo en una contrarreloj) y París-Niza (victoria en una crono por equipos y abandono por una caída).

Los mejores fondistas del mundo se retan en la ronda francesa que arranca con una etapa en línea entre Domerat y Montluçon y finaliza el próximo domingo. Es el último examen antes del Tour de Francia (5-27 de julio), en el que Pogacar persigue su cuarto título y Vingegaard, el tercero.

«Acabamos de terminar un buen entrenamiento en altura en Sierra Nevada con el equipo y me siento con ganas. Tengo las piernas bien y la motivación es alta. Hacía años que no iba al Dauphiné y estamos emocionados de volver a competir después de muchas semanas de entrenamiento. Hay muy buen ambiente en el grupo y estamos listos para demostrar lo que podemos hacer», señala Pogacar, que nunca se ha impuesto en la carrera francesa y no coincide con el danés desde finales de julio del pasado año.

Vingegaard, que se anotó la prueba en 2023, asegura que ha planificado su calendario sólo pensando en la Grande Boucle. «Claro que me fijé en el rendimiento de Pogacar en las clásicas de primavera. Fue impresionante, pero yo sólo estoy concentrado en mi gran objetivo del año: el Tour», explica de danés, que tiene previsto acudir a la Vuelta a España.

Esta edición del Criterium Dauphiné se decidirá en las tres últimas jornadas, con descarados perfiles montañosos. El viernes, se ascenderán Domancy y Combloux. Al día siguiente llega la etapa reina, con tres colosos: Madeleine, Croix-de-Fer y Valmeinier 1800. El domingo, la clausura en la cima de Plateau du Mont-Cenis.

Además de la mejor pareja de escaladores, en este Critérium Dauphiné estarán, entre otros, Remco Evenepoel (dice que acude sólo con la intención de ganar fondo), Van der Poel, Jorgenson, Bardet, Lenny Martinez, Guillaume Martin y el joven francés Paul Seixas. La participación española está encabezada por Enric Mas y Carlos Rodríguez.

La increíble metamorfósis de Cristiano en su reencuentro con la prensa española: cercano, cariñoso con Messi y Lamine y agarrado al ‘Carpe Diem’

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 13:06

Hacía muchos, muchos años, casi siete, que Cristiano Ronaldo no se ponía delante de los micrófonos de los periodistas españoles, que esta mañana se han movilizado rápidamente en Múnich al conocerse que era él quien hablaría en nombre de Portugal antes de la final de la Liga de Naciones de este domingo.

Entre los periodistas, había muchos que lo habían tratado durante su época en el Real Madrid, y a esta hora todavía no se les han bajado las cejas de la estupefacción. Porque, de no ser porque tenerle a 10 metros despeja las dudas, se podría decir que Cristiano ya no es Cristiano. En la sala de prensa del Allianz Arena compareció un tipo de 40 años maduro, cercano, humilde... Sí, todo eso es hoy Cristiano, que conquistó al personal, del primero al último.

Habló de todo. Lo primero, de su ¿inagotable? Ambición. "Con 40 años, tengo días buenos, días malos, no sólo en el fútbol, también en la vida, con mi familia. Pero siempre encuentro mecanismos para seguir", explicó el portugués, dueño de un currículum en cuanto a títulos impresionante. Conviene subrayar esta frase, pues. "No se puede ganar siempre, es parte de la vida".

Decir "no se puede ganar siempre" es una obviedad, pero viniendo de quien viene resulta llamativo. Fue el primer indicio de que algo ha cambiado en el mito. Luego llegaron los elogios, tremendos, a España. "Es uno de los mejores equipos del mundo, con mucha confianza. Desde que empecé a jugar España siempre ha sido una potencia, ha ganado más que nosotros. Sabéis que tengo un cariño grande por España, parte de mi familia es española", dijo el portugués, que además despejó las dudas que había sobre si jugará o no el Mundial de clubes. "Hubo muchos contactos, pero tengo prácticamente decidido no jugarlo".

Llegó la hora, cómo no, de hablar de Lamine, y producto de su experiencia, analizó la situación del chico. "Desde que empecé, cada vez que llegamos a una final es Cristiano contra este, Cristiano contra el otro... Esto no es así. El niño está haciendo las cosas muy, muy bien. Lo que pido es que le dejen crecer tranquilamente, porque para el bien del fútbol, para disfrutar de un talento así muchos años, hay que dejarle crecer con tranquilidad". Cristiano, por cierto, tiene un hijo de 14 años. "Sí, se parecen. Los dos son morenitos... A mis hijos también les gusta Lamine Yamal", bromeó.

¿Le daría un consejo? "Lo haría en privado, face to face", resumió antes de completar el panorama del nuevo Cristiano al ser preguntado por cuántos años más estará jugando. "Hace años que implanté en mi vida que es vivir el presente y no pensar demasiado en el futuro. No tengo muchos más años, está claro. No lo sé, a lo mejor mañana me levanto y digo: 'no me apetece jugar más, estoy hasta las...'. Y no juego más. No lo sé".

Por último, llamaron mucho la atención las palabras hacia Messi. "¡Boludo!", bromeó primero con el periodista, argentino claro. "Le tengo un gran cariño. No creo que ya podamos jugar juntos, pero le tengo un gran cariño y respeto por los 15 años que los dos estuvimos en el escaparate. No sé si ahora habla inglés, pero recuerdo que antes no y yo le traducía cuando nos explicaban cómo iban a ser las galas del Balón de Oro y nos reíamos. Fue una época muy bonita". El nuevo Cristiano y su 'Carpe Diem'

El Real Madrid doma a la fiera Baskonia, completa un brutal ejercicio ofensivo y avanza a semifinales

El Real Madrid doma a la fiera Baskonia, completa un brutal ejercicio ofensivo y avanza a semifinales

Pablo Laso elevó el listón, pero no fue suficiente para que su errante Baskonia fuera obstáculo: el Real Madrid está ya en semifinales de la ACB, a la espera de Unicaja o Barça (el domingo decidirá el Carpena tras la victoria malagueña en el Palau). Eso sí, los vitorianos exigieron un descomunal ejercicio ofensivo para ser derrotados, 112 puntos (sólo superados esta temporada por los 116 al Maccabi en Euroliga) en el Buesa para el triunfo 24 de carrerilla. Una noche de espectáculo. [103-112: Narración y estadísticas]

Para saber más

Todo fue desenfreno, pero el Madrid supo responder a la puja local. Una fiesta completa, como si anotar no costara, con 10 tipos por encima de los 11 puntos. Fue en la segunda mitad cuando Chus Mateo dio con la tecla, cuando pudo frenar el empuje vitoriano aplicando semejante castigo. Tremendos Campazzo y Andrés Feliz, enorme Llull y sus cuatro triples (18 puntos). Eficaz en el remate Tavares. Cuando domó a la fiera, el Madrid se sintió superior.

Pero le costó buenos sudores, especialmente al comienzo. El arranque fue una feria del triple, 10 jugadores desatados en el Buesa. En los siete primeros minutos, siete había acertado el Baskonia (seis entre Forrest y Samanic, tres cada uno), por cuatro del Madrid, con Llull como una moto. No existían las defensas o los ataques las trituraban. En este salto sin red que ha sido su temporada (muy mala en general), Laso optó por el rock and roll, como en sus mejores tiempos en la casa blanca. Su equipo anotó 33 puntos en el primer round (nueve triples de 12) y el Madrid sobrevivía como podía.

Tuvo que recurrir Mateo a su chistera táctica para detener al ciclón que lideraba Trent Forrest. Porque llegó a caer por 10 (43-33). Primero optó por una zona. Ayudó en ese tramo la aparición de Dzanan Musa, en el segundo partido tras su lesión. Y después con un quinteto de bajitos (dos bases, Abalde, Hugo González y Garuba al cinco), que despistó por completo a un Baskonia que vio cómo su ventaja desaparecía. Si antes Feliz había mantenido la puja, ahora era Campazzo el que elevaba el tono blanco.

Campazzo, ante Baldwin.

Campazzo, ante Baldwin.L. RicoEFE

El argentino fue el que tocó a rebato a la vuelta, para que el Madrid se pusiera por delante, para que respondiera con la misma medicina ofensiva. La noche en el Buesa seguía siendo maravillosa, un tiroteo sin respiro. Pero el Baskonia empezaba a dar signos de no poder seguir ese ritmo. Porque en los blancos todos se unían a la verbena: Llull, Musa, Hugo González, Hezonja y hasta Bruno Fernando. Y, por supuesto, Feliz, que culminó un tremendo tercer cuarto de su equipo con un triple sobre la bocina para la máxima (81-88).

El dominicano siguió con el equipo a la espalda después, cuando ya el Madrid paladeaba un triunfo que le exigió una brutal versión de sí mismo. En defensa y en ataque Andrés Feliz, el mismo base que parecía perdido al comienzo de temporada, ahora un líder total. En la recta de meta, mientras Forrest insistía, apareció Tavares para zanjar el asunto.

Alcaraz, la foto de la placa de Nadal, problemas para ver la otra semifinal y un enfado: “No soy como otros, que siempre están serenos”

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 22:51

«Ha habido momentos en los que las cosas no me salían, me he quejado, he pegado una patada, pero sé que esso debe ser momentáneo. Soltar la rabia, que el cabreo no me afecte más de uno o dos juegos. Eso es lo que estoy aprendiendo, la experiencia que voy cogiendo con los años. No soy como otros, que están serenos siempre y no abren la boca, pero debo olvidarlo rápido», reconocía Carlos Alcaraz este viernes después de una celebración extraña. Había ganado a Lorenzo Musetti en semifinales de Roland Garros por 4-6, 7-6(3), 6-0, 2-0 y jugará su segunda final consecutiva. Pero su rival se acabó retirando, final indeseado para todos. Y él se sumergió en la frustración en algunos momentos.

Su patada al banquillo a mediados de segundo set queda como advertencia de lo que no debe ocurrir en la lucha por el título este domingo ante Jannik Sinner (15.00 horas, La 1, Eurosport y Max). «A veces sólo pienso en mí mismo. Pienso que he perdido el set y no que mi rival lo ha ganado. Pero también pienso que puedo darle la vuelta, que puedo recuperarlo», añadió el número dos del mundo del ranking ATP con la confianza ya reparada.

THIBAUD MORITZAFP

Su actuación ante Musetti, en realidad, fue notable. En el primer set su derecha sonó a látigo, como había sonado en cuartos de final ante Tommy Paul, y dominó los puntos, pero fue acumulando errores: una volea aquí, una dejada allí, varios reveses cruzados más allá. Punto a punto se peleaba con sus dedos, su mano, con su muñeca y, en su única oportunidad de rotura, perdía el periodo. La paciencia resistía a duras penas. Hasta que en en el segundo set, la lucha de Musetti, que le devolvió hasta dos breaks, le acabó por desesperar. Entonces hubo un mal rato, sí, pero también un tie-break perfecto en el que le entraron todos los golpes que antes fallaba. En el tercer set ya no hubo competencia y en el cuarto, el italiano abandonó. Después, en rueda de prensa, aseguró que había perdido fuerza en la pierna izquierda y que se hará pruebas.

La foto de la placa de Nadal

«La gira de Lorenzo en tierra batida ha sido increíble, su nivel aquí en Roland Garros ha sido muy alto y espero que se recupere pronto. Estoy seguro que luchará otra vez por estar en una final de Grand Slam» pronosticó Alcaraz sobre Musetti y también supo ponerse en valor: «En los primeros sets he tenido opciones de breaks que no he podido convertir. He jugado bien, aunque he cometido algunos errores que han marcado la diferencia. Luego he jugado un gran tie-break y he sabido llevar a Lorenzo al límite».

Antes del partido, en el calentamiento de la mañana, Alcaraz se había hecho la clásica fotografía con todo su equipo en medio de la Philippe Chatrier -lo hace siempre antes de semifinales y finales-y había reservado un hueco en su galería del móvil para una imagen de la placa homenaje a Rafa Nadal. Allí estuvo, unos segundos justo encima, mirándola, limpiándola de tierra, inspirándose. Pese a que los dos jugadores son muy distintos siempre hay una línea invisible que los une. Pongamos un dato increíble: si Alcaraz vence este domingo, sumará su quinto Grand Slam exactamente a la misma edad, 22 años, un mes y tres días, que lo hizo Nadal.

«No había podido calentar en la Chatrier así que todavía no había tenido tiempo de acercarme, verla y disfrutar. Me encanta tener un recuerdo ahí, me parece un homenaje muy bonito. Rafa era mi ídolo y sigue siendo una gran inspiración», proclamó el español antes de marcharse a ver lo que faltaba de la otra semifinal del torneo.

Una carrera para ver la otra semifinal

Al acabar su partido aseguró que la quería ver al completo en directo, pero luego los compromisos se lo impidieron durante un buen rato. Después de la rueda de prensa y de atender hasta a ocho televisiones -Amazon Prime, Canal + Internacional, Channel Nine, ESPN International, Discovery...-, pudo por fin encender su móvil de camino al hotel cuando Jannik Sinner y Novak Djokovic ya encaraban el segundo set.

MOHAMMED BADRAEFE

«Pase lo que pase la final será un gran partido para los fans del tenis. Quiero ver la semifinal porque de ahí saldrá mi rival, pero también como fanático de mi deporte. Ver jugar a dos tenistas así siempre es un disfrute», aseguró apresurado mientras varios familiares y muchos amigos ya presentes en París le esperaban para felicitarle por su logro.

Los obstáculos de Unai Simón con España: de un debut en plena pandemia a un "maltrato" de origen incierto

Los obstáculos de Unai Simón con España: de un debut en plena pandemia a un “maltrato” de origen incierto

Dos detalles de cómo es Unai Simón (Vitoria, 27 años).

Uno. Ayer, el día después de ganar a Francia, fue uno de los elegidos para hablar con la prensa. El departamento de comunicación dispuso tres 'corrillos': televisiones, radios y prensa escrita. Unai, Zubimendi y Fabián habían de hacer las tres postas del circuito. Después de hablar en las teles, Unai se iba al vestuario hasta que una empleada de la Federación le dijo: "No no, te quedan dos". "¡No jodas!", bromeó él, que respondió a todo lo que se le preguntó.

Dos. El sábado pasado, los jugadores de la selección, al terminar el entrenamiento, estaban obligados a firmar autógrafos y hacerse fotos con los aficionados. Los hubo que pasaron de puntillas por el asunto (Nico y Lamine) y los hubo que llegaron tarde a cenar. En este último grupo sólo había un jugador. Unai Simón (Vitoria, 27 años) salió pitando a las nueve menos dos minutos, azuzado por un miembro del departamento de comunicación, hacia la residencia, donde a las nueve en punto estaba prevista la cena. Aunque no hay imágenes que lo confirmen, llegó tarde seguro a la mesa. A la mesa y a la televisión, donde el PSG ya estaba pasando por encima del Inter de Milán.

El portero de España está de nuevo bajo el foco. En realidad nunca ha dejado de estarlo desde que Luis Enrique le hizo debutar, en plena pandemia, noviembre de 2020, ante Países Bajos. El asturiano le eligió, en parte, porque era (es) uno de los mejores porteros del mundo jugando con los pies, y eso en este fútbol moderno se valora mucho. Sin embargo, su tranquilidad, excesiva en ocasiones, ha motivado en estos casi cinco años cierta controversia en torno a su figura. No para los técnicos (tras Luis Enrique, Luis de la Fuente nunca dudó), pero sí entre la prensa y los aficionados.

Sin embargo, un vistazo a los números solventa el debate. De los 48 partidos que lleva en la selección, ha perdido cuatro, y dos más (Italia en semifinales de la Euro'20 y Marruecos en octavos del Mundial'22) por penaltis, empatando en el tiempo reglamentario. Al tiempo, fue decisivo en varias tandas de penaltis (cuartos de la Euro'20 ante Suiza, final de la Nations'23 ante Croacia y cuartos de la Nations'25 ante Países Bajos). El jueves ante Francia se vio en una situación curiosa: encajó cuatro goles y vio dos tiros a sus palos, pero salió como un héroe gracias a las seis paradas que hizo, alguna de ellas, como una a Mbappé en la primera parte, espectacular.

Unai intercepta un disparo de Mbappé.

Unai intercepta un disparo de Mbappé.AFP

Quizá por eso Luis de la Fuente salió con los tacos por delante para reivindicarle, algo que probablemente a estas alturas de la película no hubiese hecho falta. "Me alegro especialmente por él, porque es un futbolista al que habéis maltratado", soltó el entrenador ante la cara de sorpresa de alguno. "Bueno, quizá tú no, pero sí sí, se le ha maltratado", insistió.

"Maltratar quizá no es la palabra. Se nos ha criticado, pero hay que convivir con esa crítica. Quizá el míster se refiera a una etapa después del Mundial de Qatar, que fue difícil en la selección, pero el tiempo todo lo cura", suavizó él mismo ayer, dejando también un detalle de su personalidad. "A todos los gusta que nos halaguen los oídos. Pero no hago demasiado caso ni de las críticas buenas ni de las malas si no vienen de mi entrenador, de mis compañeros o de mi madre"

En realidad, y más allá de que los futbolistas y entrenadores confundan, de manera consciente, a un puñado de agitadores con "la prensa", así en general, Unai nunca ha sido maltratado. Ha sido criticado por sus fallos sobre el campo, como cualquier otro, y probablemente quien mejor lo entiende es él mismo, al que no se le mueve un pelo de la barba porque tiene muchísima personalidad.

La tiene para decirle a un periodista que no le contesta a una pregunta porque le faltó al respeto y la tiene, por ejemplo, para defender a Vinicius, alto y claro, cuando ocurrieron los episodios más lamentables de racismo. "Entiendo que hay jugadores como Vinicius que estallen. No vemos lo que pasa en categorías inferiores, chavales de Basauri y de Santutxu que pasan por cosas parecidas. Es algo que deberíamos de cambiar todos. Es un problema de la sociedad. No entiendo por qué pasa. Nunca lo voy a entender ni compartir", expresó en 2023. Y eso en Bilbao, uno de los feudos más hostiles para el Madrid y sus futbolistas polémicas. Es Unai un tipo sin ataduras.

Desde esa calma, es hoy el líder del vestuario en ausencia de Laporte y de Rodri. De hecho, ante Francia era el capitán del equipo y lo volverá a ser mañana contra Portugal, donde podría levantar su tercer título consecutivo con una selección a la que lleva viniendo desde que tiene 15 años. El primer seleccionador que le llamó para viajar a Madrid fue Santi Denia, hoy al mando de la sub'21. "Su trayectoria es espectacular, y es un gran compañero. Siempre suma, desde el lugar que le toque. Espero que alguno ahora reconozca su trabajo", finalizó De la Fuente, pidiendo algo que ya existía.

Sinner derrumba la prodigiosa resistencia de Djokovic y se enfrentará a Alcaraz en la final de Roland Garros

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 22:32

Existe un ejercicio de imaginación que para algunos será interesante y para otros irrespetuoso: ¿Cuánto hubiera ganado Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en la mejor época de Novak Djokovic, Rafa Nadal y Roger Federer? Quizá absolutamente nada, quizá hubieran estado a la altura, quizá hubieran dominado. Lo único que se puede hacer es debatir, con lo bueno y lo malo que tiene. Ese pasado ya es imposible y sólo queda el presente.

En él, los actuales número uno y dos del ranking ATP, dos chavales de 23 y 22 años, son rivales demasiado duros para el único en activo, Djokovic, con sus 38 años. Sigue siendo Djokovic y sigue golpeando, luchando, corriendo, resistiendo como siempre ha hecho Djokovic. Pero la edad pesa y los nuevos son muy buenos. Este viernes en semifinales de Roland Garros Sinner venció al ganador de 24 Grand Slam por 6-4, 7-5 y 7-6(3) en una muestra de su superioridad. Si en los dos enfrentamientos entre ambos del año pasado -semifinales de Australia y final de Masters 1000 de Shanghai- el italiano ganó sin conceder un sólo break, esta vez tampoco tembló pese al prodigioso aguante de Djokovic.

Desde que empezó el torneo, Sinner se ha declarado en una misión histórica por conseguir su primer Roland Garros, uno de los dos ‘grandes’ que le faltan, y sólo Carlos Alcaraz, su rival en la final de este domingo, parece capaz de detenerle. Más allá de no haber concedido ningún set de los 18 que ha disputado, el italiano está más fuerte que nunca, se ha adaptado a la tierra batida y está liberado después de cumplir su mínima sanción por dopaje. Si el año pasado en semifinales ante el español ya llegó a plantarse a un set del triunfo, esta vez será todavía más peligroso.

La evolución de Sinner

Ha cambiado él y su juego ha cambiado. Si antes, incluso en el último Masters 1000 de Roma, insistía en arcilla en mantenerse sobre la línea y golpear siempre al ataque, ahora es capaz de dar un paso atrás para sostener los intercambios largos. Sigue siendo el tenista agresivo que siempre será, pero ha descubierto la variable defensiva que le faltaba. Ante Djokovic lo demostró como nunca y, de hecho, fue quien más puntos ganó cuando se intercambiaron nueve golpes o más.

Lindsey WassonAP

Su victoria se cimentó en su temple ante un rival espléndido. Djokovic, animal competitivo, estaba decidido a dejarse la vida en la pista y regaló acciones geniales. Esta vez no le funcionó la táctica que hundió a Alexander Zverev, las continuas dejadas de revés, pero peleó, peleó y peleó. En el segundo set incluso consiguió lo que casi nadie había conseguido en esta edición.

Desde su primer partido ante Arthur Rinderknech, Sinner no había concedido ningún break y ante Djokovic no tuvo más remedio. El italiano, por fin en peligro. Moderado, muy moderado, pero peligro al fin y al cabo. Para desgracia de Djokovic, en el juego posterior hubo otro break y la duda se resolvió rápido. Después el ganador de 24 Grand Slam pidió en dos ocasiones la atención del fisioterapeuta del torneo, se dolió de su muslo izquierdo y su triunfo ya parecía imposible. Pero pese a ello, pese a todo, igualmente siguió luchando hasta el final contra el presente, contra el tiempo. En el tercer set llegó a tener tres bolas de set y llevó a Sinner hasta el límite del tie-break.

Carlos Alcaraz, un fórmula 1 que supo reconducir la carrera frente a Musetti

Carlos Alcaraz, un fórmula 1 que supo reconducir la carrera frente a Musetti

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 22:28

Ahora mismo, si Carlos Alcaraz adquiere dinámica, intensidad y ritmo de partido, resulta un jugador prácticamente invencible, más aún sobre una pista de tierra batida. Su mayor problema, si lo hubiere, reside en él mismo. Es un fórmula 1 que bien conducido se dispara hasta el infinito. Su mayor preocupación ha de ser no salirse de pista como consecuencia de toda la potencia y recursos que atesora. En las semifinales de este Roland Garros, Lorenzo Musetti sacó provecho durante un buen tramo de partido de su condición de outsider. Toda la responsabilidad estaba en el lado del defensor del título, así que el italiano se soltó y pudo mostrar gran parte de su enorme talento.

Alcaraz salió guiado por la inercia de su arrolladora victoria en cuartos de final ante Tommy Paul, un buen tenista que aún siendo de la escuela estadounidense es capaz de competir con actitud sobre arcilla. El español arrancó como más le gusta, con un juego directo y tratando de reducir la frecuencia de los intercambios. El exceso de velocidad le generó desorden. Y sucedió frente a un jugador en progresión constante, como es Musetti, con los mejores argumentos en arcilla.

Al límite

Alcaraz pagó el peaje por sus errores, sobre todo en la finalización de las jugadas, y dio alas a su rival, que se llevó el primer set y le llevó al límite en el segundo. Replicó sendos breaks del murciano y le llevó al desempate. Entre los muchos méritos del campeón en Montecarlo y Roma está haber sabido dar un paso atrás después de las serias dudas que atravesó. Recondujo el partido, puso más peso de bola sobre el revés a una mano del transalpino y le erosionó hasta doblegarlo. Su lesión y consiguiente retirada vino por la elevada exigencia a que se vio sometido a lo largo del encuentro.

Estamos ante la final que casi todo el mundo esperaba. Jannik Sinner, que se rindió en la final de Roma, sin suficiente engrase en su juego después de tres meses ausente, a buen seguro que ofrecerá más resistencia este domingo. Estamos ante los dos jóvenes llamados a disputarse el presente y el porvenir. El sentimiento que le produce Alcaraz es más inquietante sobre la superficie que nos ocupa. Si Carlos no quiere ir más rápido de lo que toca, diría que tiene un 55% de su parte. Promete ser una cita para no perdérselas, como señala la ya generosa lista de sus enfrentamientos.

El Unicaja responde al Barça con una paliza en el Palau

El Unicaja responde al Barça con una paliza en el Palau

La temporada de Unicaja, campeón de Supercopa, Copa y Champions League, no podía morir así, tan temprano, tan sin ser ellos. En el Palau Blaugrana, contras las cuerdas tras su derrota del martes, los de Ibon Navarro desplegaron su versión más voraz para seguir con vida, para pasar por encima del Barça y forzar el tercer partido (será el domingo en el Carpena) que resuelva la eliminatoria de cuartos. [59-81: Narración y estadísticas]

Fue Oleg Balcerowski el as que se sacó de la manga Navarro, el elemento desequilibrante de ese plan que siempre tiene alternativas. El gigante polaco desplumó definitivamente en la segunda parte a un Barça que nunca se encontró, siempre a remolque del ritmo de Kendrick Perry, incapaz de aprovechar el match ball que se trajo de Málaga.

Un duelo roto ya mediado el tercer acto, cuando Joan Peñarroya buscaba soluciones y no las encontraba ante un rival sin fisuras. Una paliza finalmente. "El peor partido del año en el Palau", resumió el técnico local.

Desde bien pronto el Barça pareció desinflado, como si el esfuerzo de la prórroga en Málaga el martes hubiera dejado sin fuerza a su menguada rotación, pese a la victoria. Todo fueron problemas desde el amanecer: una agresión de Justin Anderson a Barreiro (que sólo fue sancionada con antideportiva...), dos faltas rápidas de Fall y un Unicaja eléctrico y acertado. Con los puntos de Perry y un par de buenas acciones de Tillie cerró el primer round con ventaja clara (17-26). Que no menguó después, agresivos Taylor y Carter también, decididos mientras los azulgrana aguantaban como podían.

Pero el empuje de Unicaja se mantuvo a la vuelta. Enérgico. Perry era un demonio en el Palau y el Barça se tambaleó, con preocupantes grietas defensivas hasta un -14 (38-52), alarma roja. La solución de Peñarroya fue directamente un suicidio. Quitó a Willy Hernangómez y jugó sin pívots ante Balcerowski (Ibon Navarro dejó fuera esta vez a Sima y Osetkowski), que se puso las botas y estiró la distancia hacia lo inasumible.