Ni clásico ni derbi en el sorteo de los cuartos de final de Copa del Rey: Leganés-Madrid, Valencia-Barça, Atlético-Getafe y Real-Osasuna

Ni clásico ni derbi en el sorteo de los cuartos de final de Copa del Rey: Leganés-Madrid, Valencia-Barça, Atlético-Getafe y Real-Osasuna

Ya conocemos los cuatro emparejamientos de cuartos de final de la Copa del Rey, el momento más tenso de la competición del K.O, penúltimo paso antes de la final del 26 de abril en el estadio de La Cartuja. Las urnas de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas han deparado las últimas eliminatorias a partido único.

Al no haber llegado ningún equipo modesto, ni siquiera de la Liga Hypermotion, el sorteo ha sido puro: ocho bolas en un bombo. Y el resultado, a pesar de haber evitado el clásico, el derbi madrileño o un Atlético - Barça, es de máxima tensión.

Las eliminatorias son:

Valencia - Barcelona

Leganés - Real Madrid

Atlético - Getafe

Real Sociedad - Osasuna

La ronda se disputará entre el martes 4 y el jueves 6 de febrero, justo antes de un fin de semana en el que tendremos citas ligueras claves, como el derbi madrileño entre el Real Madrid y el Atlético.

Después de los cuartos llegarán las semifinales, ya a ida y vuelta, con el primer partido el 26 de febrero y el segundo y decisivo más de un mes más tarde, el 2 de abril.

Osasuna elimina al campeón de Copa

Osasuna elimina al campeón de Copa

Actualizado Viernes, 17 enero 2025 - 10:01

Osasuna dio la sorpresa de esta eliminatoria de octavos tumbando, por dos goles a tres, al Athletic Club, vigente campeón de la Copa del Rey, en un trepidante partido en el que el equipo que dirige Ernesto Valverde fue siempre a remolque en el marcador.

El delantero croata Ante Budimir, con dos tantos, uno de penalti, demostró que no es casualidad que se encuentre esta temporada luchando por el Pichichi, mientras que los Williams intentaron devolver la ilusión a San Mamés de tener otra opción de sacar la gabarra, como ya ocurriera tras su victoria ante el Mallorca en la final del torneo de 2024.

Se quedaron sin tiempo los leones ante un conjunto, el osasunista, que venía de una negativa racha en liga con dos derrotas en sus últimos dos partidos, una de ellas, precisamente, ante el conjunto que dirige Ernesto Valverde, que venía de seis victorias consecutivas. Además del torneo doméstico, las opciones bilbaínas para conseguir un título pasan este año por la Europa League, torneo cuya final se disputa en San Mamés.

Por su parte, la Real Sociedad de un inspirado Take Kubo se deshizo sin problemas de un Rayo Vallecano que se quedó con 10 por la expulsión del Pacha Espino en el minuto 77 de partido tras recibir dos tarjetas amarillas (3-1).

Los donostiarras, con goles de su capitán, Mikel Oyarzábal, de Olasagasti y de Sergio Gómez hicieron inútil el tanto de Óscar Trejo de penalti en el descuento del primer tiempo. La Real Sociedad fue campeona de Copa tras imponerse al Athletic en la final aplazada por el Covid y que se disputó en 2021.

El "toque de atención" del Bernabéu al Madrid, la dedicatoria de Endrick y las protestas del Celta: "Tengo que aprender cómo funciona el VAR"

El “toque de atención” del Bernabéu al Madrid, la dedicatoria de Endrick y las protestas del Celta: “Tengo que aprender cómo funciona el VAR”

96 horas después de sufrir una de las peores derrotas de los últimos años, ese 2-5 contra el Barça en la final de la Supercopa de España, el Real Madrid volvió al Santiago Bernabéu para ser juzgado por su afición. Y Chamartín dictó sentencia. Abucheó al inicio a Tchouaméni, Lucas y a Ancelotti y terminó ovacionando a Endrick, olvidado durante las últimas semanas y héroe de una noche que amenazó con tormenta en la Castellana.

Durante el calentamiento, el público silbó con cierta intensidad a sus futbolistas y cuando la megafonía anunció la alineación, cuatro nombres se llevaron silbidos contundentes: Lucas Vázquez, Tchouaméni, Ferland Mendy y Carlo Ancelotti.

En el caso del centrocampista francés, titular ante el Celta, recibió abucheos cada vez que tocó el balón. Una situación que hacía años que no se veía en el coliseo blanco y que no cesó durante todo el primer tiempo, empujada también por los errores del propio futbolista. Tchouaméni perdió un par de balones en el centro del campo que terminaron en posesión para el Celta y en pitada global de la mayor parte del estadio.

El Bernabéu clamó así contra el encuentro del galo el pasado domingo en Arabia Saudí y le culpó, en parte, de la contundente derrota contra el Barça.

En el otro lado de la balanza, Chamartín se rindió a Raúl Asencio, nuevo ídolo de la afición, aplaudido tanto en el anuncio de la alineación como durante el partido, con cánticos individuales hacia él: "Asencio, Asencio, Asencio...", corearon los espectadores en cada acción del central, contundente en sus duelos ante los jugadores del Celta.

Fue un partido de tensión, una montaña rusa de emociones desde los pitidos del inicio a los de los últimos 15 minutos, pasando por la alegría del 2-0 y el éxtasis de la prórroga. El Celta protestó un posible penalti no pitado de Lunin sobre Swedberg justo antes del 1-0 de Mbappé. El sueco regateó al portero y terminó en el suelo por el contacto. Munuera Montero, a pesar de las peticiones gallegas, no castigó la acción ni fue llamado a observar la pantalla del VAR.

"Soy un entrenador joven, llevo menos de un año en Primera División, tengo que formarme sobre el VAR, sobre cómo funciona, porque en Primera RFEF no había... Y no acabo de entenderlo", aseguró, con retranca gallega, Claudio Giráldez, técnico del Celta. "El otro día hablé de los árbitros y dije que no volvería a hacerlo. Williot dice que es penalti clarísimo y yo creo a mis jugadores, pero toca acatarlo", añadió el entrenador.

Al otro lado del campo, Mbappé celebró su gol llevándose la mano al escudo y negando con la mano, reaccionando, a su manera, a los silbidos que se habían escuchado antes hacia el equipo.

El galo volvió a ser el mejor del conjunto blanco, abrió el marcador con una cabalgada extraordinaria e inició el 2-0 con una diagonal para Brahim antes de que éste asistiera a Vinicius. El partido parecía sentenciado, pero el Madrid se durmió.

El Celta terminó empatando y provocando la prórroga y el público, parte del cual se había ido ya a la calle, no perdonó a sus futbolistas. El corrillo madridista fue un poema: aplausos y poca conversación, más tensión que otra cosa. Por suerte, Endrick apareció para salvar la noche.

El 3-2 del brasileño a pase de Arda Güler, dos de los más solicitados por la grada y menos utilizados por Ancelotti, resumió una noche inexplicable. Endrick celebró el tanto sin camiseta y con varios gritos de rabia y decantó el duelo antes del misil de Fede Valverde.

Antes de los goles del Madrid, el Celta protestó una mano de Rüdiger dentro del área, pero Munuera Montero, asistido por el VAR, señaló un ajustado fuera de juego de Bamba.

Endrick puso el broche de oro a su noche con un extraordinario gol de tacón para el 5-2 definitivo. "No sé ni qué decir. Sigo trabajando todos los días, estos dos goles son para Rüdiger, él sabe lo que hace conmigo todos los días. Nunca me da un elogio y eso para mí es bueno. Le gusto. Cuando no juego me dice que siga luchando. Ayer en el entrenamiento me dio un partido muy duro, es una gran persona y estos dos goles son para él", explicó el delantero en Real Madrid TV.

A unos metros, Carlo Ancelotti valoraba la noche, los silbidos, el sufrimiento y los goles. "No he visto el penalti, no sé", contestó sobre la polémica. "Los silbidos son un toque de atención de la afición al equipo y al entrenador, me parece un toque de atención aceptable por lo que pasó en el partido contra el Barça", admitió sobre las críticas de la grada.

El italiano defendió a Tchouaméni, "un jugador de carácter absoluto", y elogió a Endrick, que "ha mostrado su calidad", después de reconocer que "hemos regalado dos goles". "El partido estaba casi terminado y al final no hemos tenido tensión. Son cosas que no tienen que pasar pero por suerte al final todo ha salido bien", finalizó.

La angustia que provoca Ancelotti

La angustia que provoca Ancelotti

A la épica final, como gusta en el Bernabéu, como si fuera un partido de Champions, el Madrid salvó una eliminatoria que se complicó Ancelotti. Su denostado Endrick logró dos tantos que fueron dos bofetadas para el italiano. Un Celta notable acarició la proeza.

Estoy completamente de acuerdo con la frase de un melancólico Ancelotti en rueda de prensa, en la que estaba visiblemente enfadado con los críticos, ni es el mejor, desde luego que no, ni e

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Endrick sucede a Mbappé en el partido del miedo ante el Celta y lleva a cuartos al Madrid

Endrick sucede a Mbappé en el partido del miedo ante el Celta y lleva a cuartos al Madrid

Mbappé llegó para esto, aunque no esperara encontrarse esto. Para marcar, para ser decisivo, para cambiar la realidad incluso en el lugar que más a menudo la desafía. En la Copa, el Bernabéu observó cómo quien la cambiaba era el Celta, ya con Mbappé fuera del campo y el miedo en la hierba, el banquillo, la grada y el palco. El miedo que no ha tenido tiempo de conocer Endrick, a sus 18 años, no todavía. Encoraginado, revuelto sobre sí mismo, devolvió la vida a todos, de Mbappé a Ancelotti, al Madrid entero, y cerró la noche de tacón, a lo grande.

El desenlace es una prueba de vida para el equipo, pero también un síntoma de que el Madrid, pese a su clasificación para los cuartos de la Copa, no está como debe ni como quiere su entrenador, con ración doble de chicles. La purga que sucedió a la Supercopa, con hasta seis cambios en el once, no le dio los efectos esperados, con errores de bulto de Camavinga y Asencio que llevaron a la prórroga, y únicamente Mbappé con el estandarte en alto, pero para entonces ya sentado en el banquillo, como Vinicius. El destino señaló a Endrick, que apenas había gozado de oportunidades, y miró de reojo a Ancelotti. El gol de Valverde, antes del final torero del brasileño, fue como la descarga de la presión.

El adolescente Endrick es imberbe, como casi todo el Celta. Lo malo de esos equipos es que los descompone cualquier circunstancia. Lo bueno, en cambio, es que no sienten todavía el peso de la responsabilidad, de la jerarquía, como le ocurre al Madrid, atenazado. Eso explica una eliminatoria muy cargada emocionalmente. Para los gallegos, fue demasiado encajar un gol después de reclamar un penalti. Todo sucedió como en la rápida secuencia de un thriller que acaba con el movimiento de un pistolero. Mbappé cambió de ritmo en el área del mismo modo que se desefunda. Lo hizo en carrera para ganar ese espacio decisivo a Javi Rodríguez y disparar a quemarropa. Decisivo, esa es, hoy, la palabra que lo define, la palabra más esperada en la grada. El problema es que llega entre incertidumbres, sobre Ancelotti y sobre el resto. El partido fue la metáfora del momento, marcado desde el inicio por el impacto de la Supercopa.

Ese mismo Mbappé asomó ya en Yeda, pero sin la compañía suficiente frente a la supercantera en la se acompañan todos, y de la que salieron Mingueza o Ilaix Moriba, dos de los mejores con el Celta en el Bernabéu. La Copa era una empresa tremenda, pero el equipo gallego no la afrontó como un Everest, sino como una oportunidad. Supo cómo defender en el inicio y cómo desplegarse entre las dudas que dejaba el Madrid, aunque sin Iago Aspas le faltara su Galicia Calidade en el área. Cuando Camavinga falló, Bamba no lo hizo frente a Lunin; cuando Asencio derribó al propio Bamba en el área, Marcos Alonso fue preciso, quirúrgico en el penalti para llegar a una prórroga que era un martirio en el Bernabéu.

Mucho antes, nada más empezar, había alcanzado el Celta el área con claridad. Lunin salió a los pies de Swedberg, el sueco cayó con un leve contacto del ucraniano y Munuera Montero, muy cerca, no lo estimó suficiente. El VAR, con Hernández Hernández, tampoco le pidió revisarlo. La duda, al menos, merecía hacerlo. Con la cabeza en la protesta, el gol de Mbappé sacó al equipo gallego de un partido que hasta entonces había manejado con comodidad frente a un Madrid lento, al que cerró los espacios con un 5-4-1 muy efectivo. Los hombres de Ancelotti jugaban en exceso al pie, sin la velocidad de balón suficiente. Los tiros de Modric y Tchouaméni habían sido sus escasas opciones hasta que Brahim encontró una aproximación, resuelta por Iván Villar bajo palos.

De un Madrid desfigurado por los cambios podían esperarse imprecisiones. Ceballos y Modric aparecieron en el once, con Tchouaméni pero en el centro del campo, sin Bellinghgam ni Valverde. Ancelotti recurrió a todos ellos, y a todo lo que tenía, al observar la incapacidad para sujetar el resultado, pero la solución de verdad no le llegó está vez de la jerarquía, sino de un joven guardado en el desván que entra en la lucha en el momento indicado. Como Mbappé.

El Atlético y Sorloth no dan opción a la revuelta del Elche

El Atlético y Sorloth no dan opción a la revuelta del Elche

Hay trampas menos evidentes que la que iban a poner al Atlético en el Martínez Valero. El Leganés sobrevivió a otra similar en Almería, con el gancho, y los rojiblancos debían hacerlo si querían seguir haciendo historia. Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo y Simeone se conoce todas las tablas de aquí a Arimatea. Así que, apoyado en un inspirado Sorloth, liquidó al Elche en el primer tiempo y lo remató en el segundo. Ya son 15 victorias seguidas, la historia continúa, como dirían en la Guerra de las Galaxias. [Narración y estadísticas, 0-4]

Y eso que los primeros seis minutos vieron un 90% de posesión para el Elche. Son estilos diferentes, sí, pero un equipo de Primera debe mostrar categoría en todas las circunstancias y ante cualquier rival. No obstante, como sabe el Cholo, y se ha empeñado en demostrar durante toda su carrera: la posesión no gana partidos. Ergo, en el minuto 8, Sorloth ya había hecho el primer gol no sólo en el primer disparo a puerta del Atlético, también en el primer acercamiento al área de San Román.

Por si había dudas, cuatro minutos después, Correa casi hace el segundo. Quizás es eso lo que defina a los equipos de Primera. No les van los preliminares, llegan y te matan. Contundencia en las áreas le llama Simeone. Y Sorloth, el noruego está pidiendo más minutos a gritos. Su efectividad minutos- goles en los últimos partidos asusta: un tanto cada 35 minutos. Una barbaridad.

La tela de araña sobre el Martínez Valero era rojiblanca. Los jugadores del Elche se movían, entraban y salían de zona ofensiva para limpiar las marcas, pero los discípulos del Cholo no picaban. Cerraban cada resquicio con un 5-4-1 esperando matar a la contra. Son el equipo menos goleado de Primera y eso no es casualidad.

Y en dos pases provocaron el segundo tanto. Azpilicueta buscó a Lino en profundidad, que recortó y Diaby se comió el amague con la pierna de arrastre. Error de juvenil. Sorloth no perdonó y puso tierra de por medio. La empresa y el sueño ilicitano se desvanecía en la tela de araña atlética.

Lo terminó de aplastar Nico González, quizás el jugador más talentoso del Elche de Eder Sarabia. Trastabilló por detrás a Riquelme al inicio de la segunda parte y Cuadra Fernández no le perdonó la segunda amarilla. Remontar dos goles al equipo menos goleado de Primera es casi imposible, hacerlo con 10, una quimera.

Minutos para Lemar

Así, ya en la segunda parte Simeone se dedicó a conservar fuerzas para la serie de partidos que le vienen al Atlético en los próximos días, cinco en dos semanas. Se permitió incluso sacar a Lemar, casi en blanco esta temporada. Riquelme, además, quiso reivindicarse para esa serie con un gran disparo de fuera del área que se coló por la escuadra de San Román pese a que la tocó el cancerbero. Quedaba aún un purgatorio para el Elche.

El equipo ilicitano, además, tuvo momentos en los que intentó no rifar el balón. Mala idea. El Atlético robaba arriba y llegaba rápido. Correa perdonó la primera, pero Julián, también en racha, metió la segunda. Es bueno tener la unidad B enchufada, que se lo pregunten a aquel Madrid B de Zidane que se hizo con la liga. Tiene el Atlético plantilla para pelear y para soñar. Con un compromiso imperturbable sea la competición que sea. Son 15 victorias seguidas y sumando. El Atlético también quiere la Copa.

El Barça es una fiesta y arrolla al Betis con otra 'manita' extraordinaria

El Barça es una fiesta y arrolla al Betis con otra ‘manita’ extraordinaria

Actualizado Miércoles, 15 enero 2025 - 23:07

El Barça no acusó ningún tipo de resaca por su sonado triunfo ante el Real Madrid en la Supercopa. Los azulgrana necesitaron poco más de una hora para dar por sentenciada su eliminatoria de Copa ante un Betis que, por momentos, se vio impotente. El Barça es una fiesta y ha recuperado del todo las sensaciones perdidas.

El 5-1 final, con Gavi, Koundé, Raphinha, Ferran Torres y Lamine Yamal como encargados de marcar los goles mientras Lewandowski descansaba en el banquillo y con Vítor Roque salvando de penalti la honrilla visitante, reafirma las sensaciones vividas en Arabia Saudí. Ahora, con el regreso de la Champions ya a la vuelta de la esquina, todo invita a pensar que esos titubeos han quedado ya definitivamente en el pasado.

Los azulgrana saltaron al terreno de juego con el cuchillo entre los dientes. Sin referencia en punta y con Dani Olmo moviéndose directamente por donde mejor le pareciera y con Pedri marcando los tiempos perfectamente en la distribución y ejerciendo como metrónomo del juego, los locales encontraron muy pronto premio a su actitud. Gavi, tras un pase del canario al egarense que este prolongó para que llegara hasta sus botas, se encargó de inaugurar el marcador cuando aún no se habían disputado ni los primeros cinco minutos del duelo.

El acoso del Barça al área de Vieites no se paró tras el 1-0 El propio Olmo, de hecho tuvo dos buenas ocasiones para llevarse el 2-0 al zurrón, pero el meta bético y el poste, respectivamente, marraron sus intentos. Koundé, cuando el partido se acercaba a a media hora de juego, sí supo aprovechar una exquisita asistencia de Lamine Yamal para echar algo más de tierra de por medio.

El francés, de hecho, volvería a estrellar el balón contra la red en el añadido del primer acto tras otro buen pase del joven crack barcelonista. Su tanto, no obstante, acabaría siendo invalidado por un fuera de juego casi milimétrico, señalado a instancias del VAR. Los visitantes, además, habían tenido también en el ocaso de los primeros 45 minutos una inmejorable acción para meterse de lleno en el duelo. Iñaki Peña se encargó de firmar una grandísima intervención para evitar que Vítor Roque materializara a la primera la tan manida maldición del ex.

Los de Flick se mostraron tremendamente cómodos sobre el césped. La imagen, desde luego, no tenía nada que ver con la firmada en una recta final de año que acabó por provocar que cayeran desde la primera hasta la tercera plaza de la tabla en la Liga. En la reanudación, eso sí, el Betis decidió adelantar un poco sus líneas para, por lo menos, complicarle la salida de balón a su rival.

Y Araujo, con el rival algo más envalentonado, tuvo una gran oportunidad para demostrar su en apariencia renovado compromiso como azulgrana marcándose un sprint potentísimo para rebañarle un balón que parecía a todas luces destinado a convertirse en posesión de los verdiblancos. La sombra de la Juventus, que empezó a apartarse con la confirmación de la baja por un mes de Íñigo Martínez, parece haberse disipado ya del todo.

Pese al intento bético de meterse en el duelo, no tardaría mucho en llegar otro golpe azulgrana. Directo a la mandíbula. Y con otro tanto anulado por fuera de juego, muy anterior al remate de Lamine Yamal que acabaría besando la red, como aparente ascua que prendió el fuego.

Lejos de desestabilizarse por la anulación, el de Rocafonda pareció aprovecharla como estímulo. Así lo demostraría poco después con un avance directo hacia la portería rival, deshaciéndose de todo rival que le salió al paso hasta ser derribado por un defensor. La jugada no acabó en penalti porque el colegiado concedió la ley de la ventaja y Raphinha, prolongando su idilio con el gol, sí remachó un 3-0 con sabor de sentencia que Ferran Torres redondearía algo más tarde con el 4-0.

Lejos de conformarse con el póquer, el Barça mantuvo el pie en el acelerador. Y Yamal, tras revisión del VAR tras ver en primera instancia como su gol era nuevamente invalidado por posible fuera de juego, puso la guinda con un 5-0 que Vítor Roque, de penalti y en el ocaso, transformaría en el definitivo 5-1.

Ancelotti y una mañana de tensión y seriedad en Valdebebas: "Esto es una rueda de prensa, no un debate"

Ancelotti y una mañana de tensión y seriedad en Valdebebas: “Esto es una rueda de prensa, no un debate”

Después de la contundente derrota contra el Barcelona en la final de la Supercopa de España, el Real Madrid de Carlo Ancelotti se enfrenta este jueves a otra final: los octavos de final de la Copa del Rey contra el Celta de Vigo. Otro fracaso provocaría la pérdida de dos títulos en apenas una semana, una situación casi límite para el conjunto blanco y su cuerpo técnico. A 24 horas del duelo, el italiano, en una rueda de prensa con cierta tensión, defendió su legado y el de la actual plantilla, que ha ganado Liga, Champions, Supercopa y Mundial en los últimos meses, y sacó su perfil más serio para surfear las preguntas de los medios.

"Es una plantilla con juventud, valentía y compromiso, aunque no siempre sea capaz de mostrarlo, pero sigo confiando en esta plantilla. Hace seis meses que hemos ganado la Champions. Y ha salido un mal partido y hemos perdido una final, pero hemos ganado muchas finales. A veces tienes que pagar la cuenta de todo lo bueno que has hecho y en este caso ha sido una cuenta cara, pero ha sido un partido", recalcó e insistió Ancelotti ante los medios.

El italiano recordó que "estamos dentro de todas las competiciones y lucharemos como siempre". "Todo el mundo puede opinar, pero total confianza en mis jugadores, sobre todo en los que ahora no están sacando su mejor versión", advirtió.

En el entrenamiento de este miércoles formaron parte del grupo Bellingham, Valverde y Mbappé, que ayer se habían ejercitado dentro de las instalaciones, y Camavinga, que sufrió un proceso gripal. Todos parecen listos para el duelo copero en el que se espera alguna rotación en el once madridista además de la portería, donde jugará Lunin. "Todos han recuperado bien, puede que haga algún cambio, pero sacaremos el mejor equipo posible", dijo, y analizó que el duelo de Copa es "una oportunidad importante de salir de un partido que nos ha dolido mucho. Es un rival que juega bien y esperemos que el equipo pueda tener una reacción fuerte tras el partido del otro día".

Cuestionado sobre las horas posteriores a la derrota del Barça, el análisis de la final y de los errores a nivel interno, Ancelotti aseguró que "esto es una rueda de prensa, no un debate", preguntado sobre si la derrota había sido cuestión "de fútbol o de actitud". "El debate lo hemos tenido con el cuerpo técnico, no aquí", declaró. "Es una falta de compromiso colectivo, no individual. Hemos hecho un mal partido a nivel defensivo en todas las líneas, no solo la delantera", continuó.

Sobre Tchouaméni, señalado tras el partido contra los azulgrana, el técnico admitió que la de central "no es su posición ideal". "Estoy convencido que lo ha hecho bien, lo dicen los datos, pero es pivote defensivo. En el momento en el que no tengamos la emergencia, volverá a su sitio como pivote".

Fue una rueda de prensa con tensión, en la que Ancelotti evitó contestar a preguntar sobre el mercado. "No te respondo", llegó a decir a un compañero que le preguntó sobre la necesidad de fichajes. "No me molesta nada", contestó a otro. "No hemos cambiado la idea del mercado, son charlas que hacemos con el club para tener el Madrid máximo competitivo. Hablar aquí de lo que yo hablo con el club no me parece correcto", insistió.

Para acabar, reconoció que no hace caso a las críticas. "No sigo la onda de la crítica, porque un día eres el mejor y otro el más tonto. Tengo equilibrio, si sigues la onda no sabes quién eres, ¿eres el mejor o el más tonto? No pienso que sea el mejor, pero tampoco el más tonto".

El Valencia encuentra un bálsamo en la Copa y se mete en cuartos a costa del Ourense

El Valencia encuentra un bálsamo en la Copa y se mete en cuartos a costa del Ourense

El Valencia ha encontrado un bálsamo en la Copa del Rey para una temporada que escuece. En Ourense cortó las alas al equipo más contestón en un duelo que tuvo que madurar y que Sadiq tuvo ocasión de finiquitar una y otra vez, pero que le pusieron de cara los gallegos. [Narración y estadísticas: 0-2]

No estuvo el Valencia cómodo en O Couto. Corberán buscó activar a jugadores que o no tienen sitio en el once que pelea la supervivencia en Liga o necesita engrasarlos enrolarlos, y eso acabó reflejado una escasa fluidez de juego que les dejó a merced de un Ourense que sí tenía las cosas más claras. Sabe cómo aplastar gigantes y quiso aplicar la fórmula una vez.

Los gallegos no se sintieron intimidados a pesar de que el partido arrancó con un centro raso de Jesús Vázquez que a punto estuvo de cazar Valera. La respuesta fue una contra que Noriega acabó rematando a la media vuelta obligando a Dimitrievski. Apareció entonces Sadiq, que fue errando una y otra vez en sus testarazos, a veces desviados y otras al cuerpo del veterano guardameta Guillén. El pobre desempeño en ataque lo demuestra que el primer saque de esquina para los valencianistas llegó en el minuto 40.

Golpe de fortuna

Aunque con la amenaza del Ourense bajo control, el Valencia anduvo desorientado toda la primera parte. Ni Pepelu ni Guillamón tomaban el mando y el canterano Martín Tejón no catalizaba el ataque, con Canós desdibujado y Valera casi desaparecido. Las alocadas galopadas de Foulquier, a quien amargaba Raúl Prada, y las subidas de Jesús Vázquez eran las únicas vías de alimentación del gigantón nigeriano.

Antes de que se apreciaran cambios en la segunda mitad, el Ourense se quebró. Subió una marcha el Valencia y un centro de Martín Tejón lo empujó Fran Carmona al fondo de su propia portería. Pareció que la fortuna sonreía, pero volvió a girarle la cara cuando Sadiq se estrelló de nuevo contra el larguero.

Reparto de esfuerzos

Empezó Corberán a mover su banquillo para apuntalar el resultado y repartir esfuerzos que permitieran mantener el pico de intensidad, pero fue el Ourense el que espabiló. Ángel Sánchez estrelló un remate en el palo y a Ramos su disparo desde la frontal se le fue alto.

Pero el Valencia se guardaba la bala de Sadiq. Buscó tanto el nigeriano el gol que lo encontró en el minuto 78. Tuvo como socio a Almeida, quien le apoyó en su pelea para, trastabillado, amar un imparable disparo cruzado al palo largo. Por fin volvía a celebrar un gol dos años, cuatro meses y 11 días después. Y el Valencia ya podía respirar.

Eder Sarabia, fan de Guardiola y discípulo de Quique Setién: "El que no aprenda de Simeone es un torpe"

Eder Sarabia, fan de Guardiola y discípulo de Quique Setién: “El que no aprenda de Simeone es un torpe”

Su ídolo es Pep Guardiola y su mentor y amigo es Quique Setién. Quizá todo el mundo sepa de qué pie cojea Eder Sarabia (Bilbao, 1980), pero a él no le importa porque con su personalidad, valiente, honesta, y sus ideas ha conseguido construir equipos a su imagen y semejanza. Dijo Julián Calero, técnico del Levante, que "nadie tiene tanta influencia en su equipo en las grandes ligas europeas".

Están ambos, su Elche y el Atlético, en racha.
El Atlético es, seguramente, el equipo más en forma de Europa. Aunque son favoritos, nos creemos capaces de poder eliminarles. Pondremos la ilusión, el alma y el fútbol para que así sea.
¿Usted y Simeone son antagonistas en el banquillo?
Simeone construye su equipo desde otras bases, como fortalecerse desde situaciones de mayor repliegue y de cubrir su portería. Nosotros miramos más la contraria, defendemos más lejos y con el balón. Sí, tenemos ideas diferentes, pero es lo maravilloso de este deporte, que hay muchas maneras de jugar y hacerlo bien para sacar resultados.
El Cholo le dijo a Guardiola que a él no le gustaba su estilo.
Hay importancia en sentirlo, en entenderlo, y en que te mueva, que te genere algo. Si no lo sientes y no lo entiendes, no vas a poder ser capaz de transmitirlo. En ese sentido, el Cholo ha sido un maestro en transmitir aquello en lo que él sí cree al cien por cien.
¿Es más fácil ser valiente en equipos grandes?
Creo que no. Hay cada vez más equipos que han aprendido cosas de Guardiola y luego las desarrollan como creen, y esa es la riqueza de este deporte. ¿No nos acordamos también del Milán de Sacchi? Son referencias, como lo es también Simeone. El que no aprenda cosas de su Atlético es un torpe. No obstante, seguramente armar un equipo hacia atrás sea un poquito más simple, porque creo que destruir es más fácil que construir, y lo digo con máximo respeto para cualquier modelo.
Eder Sarabia junto a Quique Setién, en el banquillo del Barça.

Eder Sarabia junto a Quique Setién, en el banquillo del Barça.Quique GarcíaEFE

¿Por qué no funcionó en el Barça?
Creo que jugamos bastantes partidos buenos. Fuimos fieles a nuestra idea y a lo que se nos pidió cuando se nos contrató. Pero hubo diferentes circunstancias que nos condicionaron. No llegamos en el mejor momento institucional, había mucha inestabilidad y eso condicionaba mucho el bienestar del futbolista e hizo que muchos no estuvieran en su mejor nivel. Luego, en aquella época post Covid, el Madrid estuvo especialmente acertado con Courtois y Benzema, nos ganó la Liga y eso nos dejó un poco tocados. Llegamos a la Champions con pinzas y fue el resultado del Bayern, que seguramente fue uno de los mejores Bayern de la historia.
Entonces, no les hicieron mobbing.
Ni mucho menos. Quizás de parte de la directiva sí que podíamos haber tenido un apoyo mayor, pero Eric Vidal y Ramón Planes sí que nos respaldaron. Es que se suelta un bulo y a partir de ahí se empiezan a generar cosas que no son. Me gané el respeto de ese vestuario y por eso el que me lleva a Andorra es Piqué. Tengo muy buena relación con muchos de aquellos jugadores y estoy muy orgulloso de haber pertenecido a ese club descomunal.
Quien sí sufrió mobbing fue su padre por parte de Clemente. ¿Cómo puede ocurrir algo así?
El fútbol tiene infinitamente mayor repercusión que cualquier empresa. En aquel caso, pues era un entrenador joven, inexperto, al que se le suponen muchas habilidades, pero que no tiene ni esa madurez ni esa preparación. El fútbol es tan complejo que muchas veces no estamos preparados para esa repercusión. Por eso, cuando los actores no tenemos la preparación y la capacidad necesaria, pues las cosas no se hacen bien y por eso tritura tantos entrenadores y deja por el camino a tantos futbolistas.
Usted, además, es una persona que nunca se calla.
A veces lo que interesa es meter mierda y defenderse sin argumentos. La esencia del fútbol es ser naturales y dar ejemplo, es una de las cosas que aprendí con Quique.