Debut gris de Ancelotti con una Brasil que no pasa del empate ante Ecuador

Debut gris de Ancelotti con una Brasil que no pasa del empate ante Ecuador

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 07:46

Las montañas se escalan poco a poco y la que que tiene enfrente Carlo Ancelotti con la selección de Brasil es muy alta. Eso sí, el sello del técnico italiano comenzó a verse ya en su debut como este jueves ante Ecuador, pero no le alcanzó para ganar un partido que la 'Canarinha' empató 0-0 con un juego deslucido y carente de la magia que hace años la pentacampeona del mundo abandonó.

La Verdeamarela saltó al Estadio Monumental, de Guayaquil, con un planteamiento muy clásico del ex trenador del Real Madrid: un bloque ordenado, presión adelantada y un juego directo y vertical que tanto perfeccionó en el equipo blanco.

La idea inicial se fue desdibujando con el paso de los minutos hasta perder la iniciativa del juego y quedar a merced de un rival que no tenía armas en ataque para inquietar la portería de Alisson Becker, debido a la lesión de Enner Valencia, prácticamente el único hombre capaz de hacer goles en Ecuador.

Desde el pitazo inicial, Ancelotti siguió el partido de pie en el área técnica y en pocos momentos se sentó en el banquillo, atento al desarrollo de un juego que la Verdeamarela comenzó bien plantada sobre la cancha, sin dejar sorprenderse por el combinado local.

Sin embargo, apenas generó peligro a Ecuador, que tiene la mejor defensa de las eliminatorias, y ha recibido cinco goles en quince partidos.

La pentacampeona del mundo apenas tuvo dos ocasiones claras de gol, primero en un remate forzado de Vinícius Júnior dentro del área y luego en un disparo desde fuera del área de Casemiro que no tomó suficiente fuerza.

En la víspera, Ancelotti ya había anticipado que esperaba poder lograr "la mejor versión de Vinícius", esas de las grandes noches del Santiago Bernabeú, y frente a Ecuador fue el jugador más destacado dentro de un equipo que brilló poco en la faceta ofensiva.

El delantero del Real Madrid fue el más desequilibrante desde la banda izquierda, tal como reconoció 'Carletto' al terminar el partido, pero tampoco pudo dominar ese flanco del campo y por momentos cayó por la banda derecha sin tampoco encontrar la jugada que inclinase el partido.

El italiano ya había advertido que buscaba un equipo que atacase y defendiese de manera colectiva, porque por mucho talento que pueda tener Brasil "las individualidades ya no son suficiente en el fútbol moderno", como señaló el técnico en la previa.

Uno de los más implicados en esta misión fue Estevao, el joven extremo derecho del Palmeiras, que hizo su debut con la selección absoluta sin que le pesara la Verdeamarela al demostrar una buena sintonía con Richarlison y Vini. Gracias a una recuperación de Estevao llegó la única oportunidad que tuvo el jugador del Real Madrid en sus pies.

El segundo tiempo no cambió la dinámica y, con el cambio de sistema de Ecuador, que pasó a jugar con tres defensas y dos carrileros, la 'Canarinha' se vio más presionada e incómoda.

Así, pasada la hora de juego llegaron as variantes en la Verdeamarela y el italiano optó por renovar los compañeros de ataque de Vinícius al poner en la cancha a Matheus Cunha en lugar de Richarlison y a Gabriel Martinelli en detrimento del debutante Estevao.

"Era para dar energía al equipo", explicó después en rueda de prensa, donde destacó el compromiso y esfuerzo defensivo de los dos atacantes titulares que fueron sustituidos. Al que se le notó más frustrado por el cambio fue a Richarlison, a quien 'Carletto' ya tuvo bajo sus órdenes en el Tottenham Hotspur.

En la recta final, la selección brasileña se contentó con el empate como visitante ante Ecuador, como sostuvo Ancelotti en la rueda prensa posterior, en la que calificó su debut como seleccionador de Brasil de "muy especial" y prometió trabajar para mejorar el juego ofensivo. "Es un buen punto, ahora a ganar a Paraguay", apuntó.

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Indiana Pacers de Tyrese Haliburton, expertos en remontadas increíbles y épicas, se inventaron este jueves otro milagro para vencer por 110-111 a los Oklahoma City Thunder y adelantarse por 0-1 en las Finales de la NBA.

Los Pacers sufrieron en la primera mitad ante la apabullante defensa de Oklahoma y fueron por detrás en el marcador durante toda la noche, pero supieron resistir, recortaron el margen de los Thunder y una canasta alucinante de Haliburton a falta de solo 0.3 segundos les dio su primera ventaja de la velada, que resultó definitiva.

El segundo encuentro de las Finales se jugará este domingo también en Oklahoma.

Haliburton había tenido una actuación muy discreta (acabó con 14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) pero volvió a demostrar que es el mago de las remontadas en este 'playoff' ya que por de su chistera han salido triunfos inverosímiles frente a los Milwaukee Bucks, los Cleveland Cavaliers y los New York Knicks.

Nada apuntaba algo similar para Indiana tras una primera mitad desastrosa en la que cometieron 20 pérdidas de balón atornillados por la defensa de Oklahoma.

Pero estos Pacers no se rinden jamás y ahora tienen el factor cancha para intentar conquistar el primer anillo de la NBA de su historia (tienen tres títulos de la ABA).

Esta es la quinta remontada de 15 o más puntos que logra Indiana en este 'playoff', algo que no se había conseguido jamás en la era 'play-by-play' de la NBA.

Seis jugadores visitantes acabaron en dobles dígitos de anotación con Pascal Siakam (19 puntos y 10 rebotes), Obi Toppin (17 puntos y 5 de 8 en triples) y Myles Turner (15 puntos y 9 rebotes).

El acierto en el triple (18 de 39 para 46,2%) les mantuvo en el encuentro en los peores momentos y del naufragio de pérdidas antes del descanso pasaron a solo 5 en la segunda mitad con un 25-35 en el último cuarto para sellar otra remontada memorable.

Por los Thunder, que tiraron por la borda un partido que tenían totalmente encarrilado (+15 con 9.42 para el final), Shai-Gilgeous Alexander fue el mejor con 38 puntos (14 de 30 en tiros), 5 rebotes y 3 asistencias.

Lu Dort estuvo sensacional en ambos lados de la cancha (15 puntos con 5 de 9 en triples, 4 rebotes y 4 robos) pero el ataque local no estuvo a la altura de su imponente defensa y terminó con un 39,8% en tiros de campo con 36,7% (11 de 30) en triples.

Jalen Williams solo despertó al final (17 puntos con 6 de 19) y Chet Holmgren no tuvo su día (6 puntos con 2 de 9).

El ruido de un trueno

El Paycom Center de Oklahoma City no tiene la solera del Madison Square Garden, pero el estadio de los Thunder es conocido por ser uno de los más ruidosos de la NBA.

La afición hizo esta noche honor a su fama con gritos como truenos ('thunder', en inglés) desde el calentamiento y con el pabellón convertido en un mosaico de camisetas blancas solo interrumpido por las amarillas de algunos intrépidos fans de los Pacers.

En la pista, la primera novedad fue la entrada en Oklahoma de Cason Wallace en el quinteto titular en lugar de Isaiah Hartenstein, lo que permitía a Mark Daigneault un emparejamiento más natural con solo un 'grande' (Chet Holmgren) frente a Turner.

Mucho menos sorprendente fue el excelente rendimiento defensivo de los Thunder desde el salto inicial. ¿El mejor ejemplo? Los Pacers son una maravillosa maquinaria en ataque que sabe limitar muy bien sus pérdidas de balón, pero esta noche se estrellaron con 9 en el primer cuarto y 20 al intermedio.

En todo el sexto encuentro de su serie ante los New York Knicks solo perdieron 13 balones.

El principal responsable de esa carnicería defensiva fue un Dort que aparecía en cada metro cuadrado de la cancha: Dort anulando a Haliburton, Dort en las ayudas, Dort en el rebote... y hasta Dort en el triple, con un 3 de 5 desde el perímetro para una primera mitad fabulosa y no reflejada en la estadística con 9 puntos, 4 rebotes y 4 robos.

El ataque fue cosa de Shai con 19 puntos al descanso (12 en el primer periodo), pero el limitado 37% en tiros de los locales permitió que los Pacers llegaran al descanso con vida (57-45).

El marcador era ajustado pero la primera mitad fue preocupante para los de Rick Carlisle, incapaces de encontrar ese frenético y abrumador ritmo ofensivo que les ha guiado hasta las Finales.

Haliburton estuvo desaparecido (6 puntos, 3 asistencias y 3 pérdidas), Siakam tampoco destacó (8 puntos), y Aaron Nesmith y Turner se enredaron con 4 pérdidas cada uno.

La dinámica se mantuvo en la reanudación. Los Thunder continuaban siendo un portento en defensa pero con un ataque solo sujetado por Shai y Dort mientras que los Pacers seguían demasiado temerosos y demasiado erráticos aunque cortaron la hemorragia de las pérdidas.

Un triple crucial de Shai en el último segundo enfrió un intento de reacción de Indiana y Oklahoma desembarcó en el desenlace con un 85-76.

Silenciado por Haliburton

No daba la impresión de que fuera un día de milagros pero estos Pacers tocados por los dioses desafían cualquier expectativa.

Un triple muy afortunado de Turner contra tablero les colocó a solo 4 puntos (98-94 con 6.16 por jugarse). En la grada se escuchaban algunos murmullos: "¿Y si sucede otra vez...?".

Shai tomó las riendas y desde la línea de personal dio algo de tranquilidad a unos Thunder con cada vez menos aplomo.

En cambio, los Pacers no dejaban de crecer en confianza sumando efectivos como Toppin o Andrew Nembhard y Siakam situó a los suyos a solo un punto en el último minuto tras rebote ofensivo.

Unos Thunder temblorosos no pudieron sumar ni con Shai ni con Williams y Haliburton, con un zarpazo marca de la casa, silenció Oklahoma.

Musetti y la “atracción gravitatoria” de Sinner en el éxito de Italia: “Ahora mismo son los reyes del tenis mundial”

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 01:08

En las pistas pequeñas que hay en el extremo norte de Roland Garros, allí donde ya no hay aficionados, los chavales del torneo júnior se reparten palos y más palos y más palos con la perspectiva de ganarse la vida con ello, triunfar, incluso trascender. Sin españoles en liza, la comidilla es un italiano de 17 años llamado Jacopo Vasami, que se forma en la Rafa Nadal Academy y cuya ligereza recuerda a Jannik Sinner. Hay tenistas italianos por todos lados: es su momento. En semifinales, Lorenzo Musetti se enfrenta este viernes a Carlos Alcaraz (14.30 horas, en Eurosport y Max) y Sinner a Novak Djokovic (19.00 horas) en lo que ha obligado a la prensa italiana a fantasear: ¿Y si la final es 100% nacional?

España lo vivió en 1994 (Bruguera-Berasategui), 1996 (Moyà-Corretja), 2002 (Costa-Ferrero) y 2013 (Nadal-Ferrer), pero ahora es el tiempo de Italia. ¿Por qué? «Cuando un jugador despega genera una atracción gravitatoria a su alrededor. Todo el mundo puede entrar a su estela porque saben cuál es el camino, reciben más apoyo, hay una rivalidad... Se crea una oportunidad conjunta para todos los tenistas del país», lanza en conversación con media docena de medios, entre ellos EL MUNDO, Jim Courier, actual comentarista de Max y Eurosport, dos veces ganador aquí y protagonista en el lugar de la única final completamente estadounidense, en 1991, ante André Agassi.

«Italia ha desarrollado un sistema que funciona y está dando mucho apoyo financiero a sus jugadores. A veces se habla del dinero, pero el dinero son oportunidades. En la formación, por ejemplo. O en los inicios. Cuando estás empezando y juegas torneos pequeños, pierdes dinero, no puedes viajar con tu entrenador... Italia ayuda a sus jugadores para que compitan lo máximo posible en las mejores condiciones. Eso ha hecho que estén llegando a un nivel que nunca hemos visto. Hay muchos países, incluido Estados Unidos, que están mirándoles y diciendo: '¿Cómo podemos copiarles?' Ahora mismo son los reyes del tenis mundial», analiza Courier, que reconoce que en su tiempo como jugador nunca se hubiera imaginado que esto podía pasar.

Dinero para salir de la nada

En 1992, cuando él fue número uno, el mejor italiano del ranking ATP era Omar Camporese, número 42 de la lista, y nadie del país llegó a tercera ronda en Roland Garros. Ahora, junto a Sinner y Musetti hay otros siete compatriotas en el top 100 del ranking, Cobolli, Berrettini, Arnaldi, Darderi, Sonego, Bellucci y Nardi. La mayoría tienen 23 o 24 años por un motivo: cuando eran niños la Federación Italiana dobló el presupuesto, hizo una apuesta en firme.

JULIEN DE ROSAAFP

«La Federación invirtió mucho dinero en los jóvenes, en ayudas para que viajaran con sus preparadores, en invitaciones a torneos... Tenemos torneos en todas las categorías para jugar y eso es clave», apunta en París Filippo Volandri, ex tenista y capitán del equipo de Italia que ha ganado las dos últimas Copa Davis. Sólo un país, Estados Unidos, organiza más torneos Challenger que Italia, la categoría donde se forman los jugadores y se empiezan a acumular puntos ATP: Nápoles en marzo, Barletta, Roma y Cagliari en abril, Francavilla al Mare, Turín y Vicenza en mayo, y así hasta 19 competiciones.

El mismo Musetti ganó dos veces en Forli y fue finalista en Biella entre 2020 y 2022 antes de asaltar los torneos grandes, como el ATP 500 de Hamburgo donde derrotó precisamente a Alcaraz. Desde entonces se han vuelto a medir cinco veces y en las cinco ha vencido el español, como en la final del último Masters 1000 de Montecarlo o las semifinales del Masters 1000 de Roma.

«Este año Lorenzo ha encontrado el equilibrio tanto dentro como fuera de la pista, ha crecido su autoestima. Siempre ha tenido el talento», define Volandri sobre el rival de Alcaraz hoy en semifinales con una vida muy vivida. Aspirante a actor de niño, nieto e hijo de artesanos del mármol -es de Carrara, epicentro mundial de este material- Musetti fue padre por primera vez el año pasado, cuando tenía 22, y ya espera al segundo junto a su esposa, Verónica Confalonieri. Su último verano no fue tan glorioso como el de Alcaraz, pero se le pareció: fue semifinalista en Wimbledon y ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de París. Ahora desafía al español para seguir tiñiendo de verde, blanco y rojo todas las pistas del tenis mundial.

El cambio físico del pivote Pablo Castro, de la obesidad a la élite: "Tenía 18 años y me dolía todo"

El cambio físico del pivote Pablo Castro, de la obesidad a la élite: “Tenía 18 años y me dolía todo”

«Cuando llegué a la Asobal, a un equipo profesional, veía mi peso y el peso de mis compañeros y pensaba: 'Aquí algo falla'», confiesa Pablo Castro, actual jugador del Anaitasuna de Pamplona, concretamente pivote, con todo lo que conlleva. Los pivotes del balonmano son históricamente grandes, muy grandes, pero él lo era demasiado. Hace 10 años, cuando debutó en la primera división española con su equipo de toda la vida, el Balonmano Cangas, pesaba 135 kilos y le registraron un porcentaje de masa grasa de un 33%. Su índice de masa corporal (IMC) era 36, es decir, clínicamente padecía obesidad grado II. Era un deportista profesional, entrenaba a diario, pero tenía los valores de una persona enferma. «Ahí di el primer paso. Era un chaval de 18 años, pero ya tenía dolores en todas las articulaciones y me costaba muchísimo recuperarme de un sprint. Me estaba jugando la salud», recuerda.

Esta es la historia de una transformación física con todas las de la ley. Aquí no hay dietas de moda ni ejercicios quemagrasas ni medicamentos milagrosos: hay años de trabajo y autocontrol para ir mejorando hasta llegar a su cuerpo actual. Ahora pesa 102 kilos y apenas tiene un 10% de masa grasa.

¿Cómo lo ha hecho?
En mi casa siempre comí muy bien, fruta, verduras, legumbres, pescado. Mi problema era la cantidad, que comía muchísimo, y sobre todo los picoteos. Iba a dar una vuelta con mis amigos y picaba unas patatas aquí, unas croquetas allá. Cuando empecé a hacer las cosas mejor, bajé rápido de peso, pero estuve años haciendo rebotes. Al final lo mejor es ponerte en manos de un profesional».
Castro, años atrás, con el Cangas.

Castro, años atrás, con el Cangas.RAÚL FONSECA

Hoy en día, en Anaitasuna, sigue los consejos del nutricionista Javier Angulo y de su compañero Pablo Itoiz, central y estudiante de Nutrición. Entre los cambios que ha realizado, por ejemplo, reservar la pasta o el arroz a la recuperación de un partido o de un entrenamiento y nunca comer en días de descanso. Reducir las meriendas a un té o, como mucho, unas almendras, un kéfir o una lata de conservas. Y, por supuesto, alejarse totalmente del alcohol, de las harinas procesadas, especialmente de las galletas, otrora una perdición, y de los postres azucarados.

Desde pequeño, Castro era muy alto y no sólo destacó en el balonmano, fue una promesa del atletismo. Como lanzador de peso, estaba entre los mejores adolescentes de España, rozaba los 17 metros, ya competía en la Liga de clubes por el Celta. Pero el deporte precisamente le exigía que se hiciera más grande, y más grande, y más grande y aquello no le convencía. «A los 17 años hubo un momento en el que tuve que elegir entre el atletismo y el balonmano y no me veía ganando más peso. Entonces ya pesaba esos 135 kilos, pero tenía que llegar a 150 o 160 kilos para poder competir a nivel internacional y me parecía insostenible. ¿Cómo sería mi salud a los 30 años?¿Y a los 40? Me dio miedo y me eché para atrás. Me encantaba el atletismo, siempre será mi pasión, pero me exigía demasiado. De ahí empezó a salir mi idea de que necesitaba perder peso, cambiar mi cuerpo, y lo vi claro cuando pasé al primer equipo del Cangas», rememora después de una temporada complicada.

Una temporada complicada

El pasado domingo, en la última jornada de la Asobal, su Anaitasuna descendió a la División de Honor Plata, la segunda división española, pese a su victoria ante el Cangas. El triunfo del Huesca ante el Villa de Aranda les condenó después de una temporada muy irregular. El equipo navarro ascendió hace 14 años y llegó a jugar dos veces en Europa, pero este curso tenía una plantilla muy joven y lo pagó. Pese a ello, Castro, que siempre había sido un especialista defensivo, sorprendió en ataque con 10 goles.

«Me tuve que adaptar a jugar con menos kilos. Noté que los rivales me movían con más facilidad, pero también que era mucho más ágil y, sobre todo, que aguantaba mucho más. Antes me cambiaban después de defender y en el banquillo me costaba respirar. Ahora puedo encadenar defensa y ataque que, al fin y al cabo, es lo que pide el balonmano actual. Con mi cuerpo de antes no hubiera durado muchos años en la élite», finaliza quien ya estuvo en la segunda división española con el Eivissa y el Novás de Pontevedra y que ahora volverá para ayudar al Anaitasuna a volver a su lugar. Lo hará, en todo caso, con un físico preparado para la competición, lejos, muy lejos de la obesidad.

Lamine Yamal reivindica el Balón de Oro y reta a Cristiano: "Es una leyenda, pero haré mi trabajo, que es ganar"

Lamine Yamal reivindica el Balón de Oro y reta a Cristiano: “Es una leyenda, pero haré mi trabajo, que es ganar”

Lamine Yamal salió del Stuttgart Arena asombrando tanto como en la Eurocopa. Si el duelo ante Francia media su altura para pelear el Balón de Oro con Dembélé y quien sabe si también con Mbappé, la conclusión la dicta que salió del partido como mejor jugador. Ahora le espera Portugal con Cristiano Ronaldo. "Es una leyenda, pero haré mi trabajo que es ganar", advierte.

Mientras, cosecha elogios. "Lamine ha dado un golpe en la mesa. Es el mejor del mundo y merece el Balón de Oro", sentenció Luis de la Fuente. "Cada cosa que hace, sorprende", resumía el presidente de la RFEF, Rafael Louzán. Su compadre Nico Williams, que bailaba con Samu y Gavi, antes del duelo, como si fuera un torneo de juveniles y no una semifinal, lo que quiere es que siga concentrado: "Dejadle tranquilo, que tiene que ganar la final". Bien sabe que nada le despista.

"Lo importante es hablar en el campo. Como le digo a mi madre, para estos partidos juego al fútbol, son los que me motivan", avisó la joven estrella que, como todos, hubiera preferido sufrir un poco menos. "El resultado en el minuto 60 era muy grande, pero sabemos que tienen jugadores de clase mundial", recordaba. Para cuando Francia quiso apretar en el minuto 80, España ya les había avergonzado en dominio y acierto goleador. Dieron el susto, sí, pero esta selección irreverente olvida los "desajustes", como los calificó Merino, y mira ya cómo vencer a Portugal. "Firmo terminar todos los partidos así", decía el seleccionador. "Estoy feliz porque era un partido dificilísimo con dos de los mejores equipos del mundo. Hemos aprovechado nuestro momento, no es fácil meter a un rival cinco goles, y ellos también", sintetizó.

Quizá fuera Stuttgart la clave. Si España juega en su Arena, Mikel Merino aparece como protagonista y si el rival es Francia, Lamine Yamal aparece para destriparla y, aunque apretando los dientes, encadenar 24 partidos oficiales sin perder, 20 victorias y cuatro empates. Ya ha agarrado al equipo de Javier Clemente y amenaza al exitoso de Vicente Del Bosque. Ante Portugal podrá revalidar su condición de campeón de la Liga de Naciones y sumar tres títulos en tres años. Alemania convertida en Tierra Santa.

Los recuerdos de Merino y Pedri

La selección creó en el estadio alemán los recuerdos del pase a las semifinales de la Eurocopa con un gol de Merino a los anfitriones. "Me está dando grandes alegrías", reconoció el jugador del Arsenal. En septiembre de 2020 este mismo estadio vio su debut como internacional, con su padre en la grada. No podía imaginar el histórico futbolista de Osasuna que, cuatro años después, su hijo celebraría un gol que llevaba a España a semifinales de la Eurocopa dando la vuelta al banderín de córner como él hizo en 1991 en un duelo de la entonces Copa de la UEFA. Mucho menos se le pasaba por la cabeza que exactamente once meses después, volviera a hacerlo para encaminar a la selección de nuevo a una final, esta vez de la Nations League. Dos homenajes, además, ante Alemania y Francia que convierten esos goles en inmortales.

Su tanto fue 'conexión Real', con Zubimendi en el inicio de la jugada y el entendimiento con Oyarzabal, que lo dejó solo ante Maignan. Ya había asistido el capitán txuriurdin a Nico Williams, quien abrió el marcador tras una asistencia en pelea con el gigante Konaté. Por algo De la Fuente le tiene fe ciega y es el máximo goleador con nueve tantos y pudieron ser diez si no llega a ser por su generosidad.

Cuando a Lamine lo cazó Rabiot en penalti, se acercó a la estrella culé y le animó a lanzar. No falló pese a ser el primero que pateaba como profesional y dejó sentenciada una eliminatoria que, es justo decirlo, también sostuvo Unai Simón con sus paradas durante algunos minutos. Así lo hizo De la Fuente: "Me alegro mucho por él porque ha sido cuestionado y maltratado durante mucho tiempo".

No parecía que España tuviera miedo al despertar francés, pero por si acaso Pedri marcó un gol magistral, advirtiendo al portugués Vitinha de que está listo para mirarle a los ojos y disputarle la pelota el próximo domingo. De aquellas lágrimas por caer lesionado en la Eurocopa a celebrar su acierto. También durante todo el partido hubo recuerdos en forma de pitada para Marc Cucurella, como si hubiera sido culpable de aquella mano que nadie olvida en Alemania.

Sin defensa que pare a Lamine

Pero aún tenía que aparecer otra vez Lamine Yamal para burlar a toda la defensa gala y, aunque fuera de punterón, marcar su segundo tanto. Tenía razón Deschamps: no ha habido aún una defensa capaz de parar al talento de Rocafonda. España se estaba divirtiendo y hasta pudo haber sumado a la fiesta a Dean Huijsen en su segundo partido como titular. Su gol, el tercero para España tras una jugada ensayada de libre indirecto, fue anulado por un justísimo fuera de juego.

El camino de rosas que dibujó España con el 5-1, porque había aparecido Mbappé, se fue complicando en parte por la relajación de haberse visto tan superiores pero también a causa del ataque de rabia de Francia, que no quería salir tan humillada de la Nations League. Echó mano Deschamps del debut de Cherki, que se estrenó con golazo, y Kolo Muani tanto para intentar remontar como para maquillar el varapalo que pone en la picota la cabeza del seleccionador.

Una selección prodigiosa con un vergonzoso final

Una selección prodigiosa con un vergonzoso final

Actualizado Jueves, 5 junio 2025 - 23:40

Una selección prodigiosa acabó con la soga al cuello y pidiendo la hora, cuando había hecho un milagroso 5-1, nada menos que a Francia, que quizá tiene mejores jugadores. Pero Deschamps es un un pecado mortal francés.

Todo había sido lujo y maravilla excepcional en la selección española. Con un iluminado llamado Lamine Yamal. Un fenómeno que juega a otro fútbol y que no es de nuestro tiempo. Juega el futuro del fútbol.

Pero la descomunal exhibición acabó en ridículo, con una España que se marcaba en propia puerta, mientras el equipo galo era una apisonadora. Y la pena es que lo que hubiera sido un tanteo escandaloso acabó en una final vergonzoso, con una victoria pírrica, incluso dudosa por la enorme cantidad de goles fustrados por el desacierto francés o las paradas imposibles de Unai Simón.

El gran mérito de esta selección había sido la apabullante lección táctica, posicional, inconcebible porque jamás dejó ni un sólo contragolpe a los galos, justo con los diablos como Dembelé y Mbappé, reyes y rayos vertiginosos, que jamás pudieron ejercer lo mejor que saben hacer.

La horrorosa Francia posicional de Deschamps siempre tuvo que atacar en estático, sin metros para sus fenómenos, sin lineas de tiro siquiera.

Pero llegaron los torpes cambios del seleccionador español, que con las salidas de Pedri y Nico Williams descompuso tácticamente en ataque y en sentido posicional a un equipo donde ni Zubimendi ni los defensas podían creer en sus propias fuerzas.

En cualquier caso, otra muesca más de una selección absolutamente invencible, a pesar de todo sus errores de libro. Ya está en otra final europea. Con esfuerzo, desastre final, pero con el tanteo a favor.

Por mucho que cuenten de Luis de la Fuente siempre salen sus horrores. No es de recibo para ningún técnico que con un 5-1 expusiera a su selección en la disyuntiva del fracaso.

Muchas veces De la Fuentes es de aplaudir y otras incomprensiblemente caprichoso, con todos los centrales, incluido Asencio, al que le tiene manía, prefiera a un tal Vivian con el escarnio de su gol en propia meta, que incluso descompuso moralmente a su equipo.

Es de esperar que Portugal sea un hueso, con ese equipo revolucionario que ha creado el sensacional Roberto Martínez. Atención, que con el agrio gusto que deja España ya no se ve tan favorita como parecía cuando goleaba a Francia. Ya veremos.

España barre a Francia antes de dejarse ir y buscará ante Portugal su tercer título consecutivo

España barre a Francia antes de dejarse ir y buscará ante Portugal su tercer título consecutivo

Conviene no olvidar que en el equipo al que ayer España le metió cinco, y le pudo meter más, jugaban Mbappé, Bota de Oro, Dembélé y Doué, dos de las balas que han ganado la Champions con el PSG e incluso Olise, un tipo bastante bueno. Francia tiene, posiblemente, uno de los mejores ataques del mundo, pero ayer fue pisoteada (más allá del resultado final, producto de la relajación) por un equipo. Un señor equipo, entendiendo el término como aquel colectivo donde, juegue quien juegue, la cosa funciona. [Narración y estadísticas].

Ayer, de inicio, había más de medio equipo nuevo respecto al que empezó la final de la Eurocopa. Da igual. De la Fuente ha construido una máquina de jugar al fútbol. A todos los futboles. Al de presionar arriba, al de defender abajo, al de pasarse la pelota, al de correr como demonios... A todos. España, más allá de que Francia colorease un poco el resultado al final, pasó por encima de un rival potentísimo, y lo mejor es que lo hizo sin darse importancia, mudando en trámite una victoria camino de otra final, la tercera consecutiva para un equipo que hoy parece imparable.

Vendrán derrotas, cómo no, y en este tinglado nadie asegura nada, pero este equipo, con una media de edad de 25 años, con las cosas tan claras, con futbolistas insultantemente jóvenes como Huijsen o Lamine siendo decisivos, con una estructura y unos automatismos que casi nadie tiene, jugará el domingo contra Portugal por su segunda Liga de Naciones, que dicho así no suena muy allá, pero que si para ganarla hay que eliminar a Países Bajos, Francia y al finalista, dice mucho.

Lo pasó mal España los primeros 20 minutos (y los últimos cinco, por su propia desidia). Lejos de lo que anunciaban las alineaciones, mucho balón para España y poco para Francia, la cosa devino en lo contrario. Con Mbappé jugando exactamente entre medias de los centrales y Zubimendi, sus compañeros fueron capaces de encontrarle y sus descargas lanzaban a sus compañeros deshaciendo a España, que vió cómo en los primeros 10 minutos el rival pudo adelantarse, primero con una contra que Unai Simón, inmenso toda la noche, le sacó a Mbappé y después con un tiro de Theo al larguero.

Mbappé, al final del partido.

Mbappé, al final del partido.RONALD WITTEKEFE

Estaba cómoda Francia en ese arranque en el que España no era capaz de encontrar su juego y, por tanto, probar lo que se intuía como el drama bleu: su defensa. Kalulu, Konaté, Lenglet y Theo no son una línea seria. Son un drama. Y se vio en la primera ocasión en la que Lamine logró encarar. Empotró a Theo contra su área, metió un pase que recorrió 20 metros dentro de esa área sin que nadie lo interceptase, el balón lo aguantó Oyarzabal de espaldas ante Konaté y el pase, sutil, del jugador de la Real Sociedad lo estampó Nico en la red.

¿Cómo le sentaría el gol al partido? No se sabe, porque una pared entre Oyarzabal y Merino terminó, tres minutos después, con el segundo gol. Sí, está bien escrito. Fue una pared en pseudo-velocidad entre Oyarzabal y Mikel Merino, rematada por este solo delante de Maignan. Los dos tienen muchas virtudes, pero la velocidad no es una de ellas. Pues fueron veloces. La defensa, lo dicho. Un drama. ¿Cómo le sentarían los dos goles al partido?

Pues se durmió (el partido). Y se durmió, en parte, porque España es también capaz de meterse atrás, de poner el autobús, de eso que ahora los modernos llaman bloque bajo, y claro, Francia sin metros para correr es menos Francia. Como tienen tanta calidad, tuvieron alguna ocasión, cómo no, estando en el campo Mbappé, Dembélé y Doué. Pero ahí alzó la mano Unai Simón, que paró todo lo que le llegó. España hizo incluso el tercero antes del descanso, pero no valió por milímetros tras una jugada de estrategia muy bonita que culminó Huijsen, otra gran noticia para España (y para el Real Madrid).

Rabiot comete penalti sobre Lamine.

Rabiot comete penalti sobre Lamine.Matthias SchraderAP

A la vuelta del descanso el partido enloqueció. Llegadas de los dos, especialmente de Francia, para terminar como en la primera parte, con España dando bofetadas a diestro y siniestro, producto de un equipo enfebrecido al que le sale todo. Rabiot barrió a Lamine dentro del área y la estrella del equipo marcó el tercero de penalti, para después descorcharse Pedri con un control inverosímil, y delicioso, en el centro del campo iniciando una jugada que él mismo culminó en el cuarto.

Se inventó un penalti, muy poco penalti, Mbappé antes de que Lamine, en otra jugada indefendible, hiciese el quinto. Ahí se marchó España del partido y permitió que Francia se fuese con la sensación de haber estado cerca de darle la vuelta. Fue más una cuestión numérica que otra cosa. Posiblemente, si España hubiese necesitado pisar de nuevo el acelerador, hubiese puesto otra vez las cosas en su sitio. El domingo, más.

Lamine Yamal o Dembélé, un Balón de oro coral

Lamine Yamal o Dembélé, un Balón de oro coral

La vanidad del fútbol la representa el Balón de Oro, un éxito comercial que saca a los protagonistas del verde para colocarlos en la alfombra roja, pero que no siempre hace verdadera justicia al fútbol. Este año está abierta la veda, sin un Messi ni un Cristianoimperators, por lo que la primera semifinal de la Liga de Naciones era parte del pulso entre Dembélé y Lamine Yamal por el premio. Esa fue la razón por la que el azulgrana lanzó el penalti del que fue objeto para reclamar foco, aunque no lo necesitara, porque su prestación, con otro gol incluido, fue superior a la de Dembélé, como lo fue la de España sobre Francia, aunque por menos margen de lo que decía un inflamado marcador hasta que el emocionante final repartió mejor los méritos de unos y otros.

Dembélé ha ganado una Champions histórica con el PSG, al margen de todos los títulos en su país, y oposita al Mundial de clubes. Lamine aspira a la Liga de Naciones, después de haber ganado también todo a nivel doméstico con el Barcelona. En ambos casos integrados en los mejores proyectos colectivos de los últimos dos años, sea la España que ganó las últimas Eurocopa y Liga de Naciones, el Barça reconstruido por Hansi Flick o el PSG de Luis Enrique. Al contrario, un Mbappé muy goleador, Bota de Oro en su primer año en el Madrid, se ha visto penalizado por el mediocre curso de los blancos. Sea para quien sea el Balón de Oro, Dembélé o Lamine, tendrá, pues, un sentido coral. Que no lo olviden.

La dimensión de la Champions no tiene comparación con ningún otro trofeo, y más de la forma en la que la ha conquistado el PSG, hecho que confiere ventaja a Dembélé para un premio francés que se entrega en París. A sus 28 años, el delantero del PSG parece estar en su cenit, mientras Lamine, a los 17, encuentra en ese mismo lugar su punto de partida. No alcanzó la finalísima de Múnich, pero su perfomance en la semifinal ante el Inter, ida y vuelta, fue propia de un jugador de época, por lo que hizo y por la personalidad y liderazgo con la que lo acometió.

Luis Enrique habló del sacrificio defensivo por el que un goleador como Dembélé merecía un premio en el que el asturiano no cree. Lo de Lamine, sin embargo, es otra cosa, una influencia fulgurante y colosal, en el Barça, en la selección y en el fútbol mundial.

La continuidad del Gran Premio de Aragón, en el aire a partir de 2027

La continuidad del Gran Premio de Aragón, en el aire a partir de 2027

Actualizado Jueves, 5 junio 2025 - 19:40

Desde los tiempos de Fernando el Católico no existía en Aragón un rey como Marc Márquez, capaz de dominar con mano de hierro el rápido circuito de MotorLand, una de las pruebas más espectaculares del mundial. El piloto cervariense ha logrado subir al cajón más alto del podio en hasta siete ocasiones desde que está en la categoría reina siendo la última, quizá, la más especial, al lograr poner fin a una etapa de cuatro años sin victorias.

Desde que entrara a formar parte del calendario del mundial de MotoGP en 2010, el circuito de Aragón ha sido escenario de batallas memorables entre varios de los corredores más importantes de este siglo, como Dani Pedrosa, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o Pecco Bagnaia, quien, precisamente, estrenó en Alcañiz su casillero de victorias en la categoría.

"En España siempre hay afición, pero como en Aragón hay pocos sitios. Son de esos circuitos en los que vienes con otro pie: vienes con un estado emocional diferente. Fue el primer circuito donde volví a ganar tras mi lesión. Esperemos dar 'show'", expresaba Pedro Acosta, el joven piloto de KTM que pretende seguir con ese legado, durante la presentación del evento en la Plaza del Pilar de Zaragoza.

El circuito, situado en pleno desierto aragonés, con 17 curvas, es uno de los que más giros tiene de todo el mundial y además es de los pocos que se corren en sentido antihorario, es decir, a izquierdas. Dominio absoluto de Márquez en ese aspecto. Estas cualidades hacen de MotorLand una de las citas más vibrantes del año, capaz de llenar el Bajo Aragón con más de 100.000 visitantes durante todo el fin de semana y haber logrado tener un impacto de 650 millones de euros en el territorio desde su apertura, según el Instituto Aragonés de Fomento.

Las cifras, como señala el presidente autonómico, Jorge Azcón, son "espectaculares" y, por ello, uno de los principales objetivos de su primera legislatura es evitar perder la celebración de este Gran Premio, como ya ocurrió en 2023. El año pasado, el Gobierno de Aragón y Dorna firmaron un acuerdo que establecía que el circuito albergaría el mundial hasta 2026, lo que abre un marco plagado de incertidumbres a partir de esa fecha.

Un país con cuatro eventos

La intención de la empresa española, que posee en exclusiva los derechos de la competición, es reducir el número de circuitos europeos para ampliar fronteras y aumentar su presencia en mercados pujantes como Arabia Saudí u otras potencias del continente asiático. Ese deseo, tal y como reconoció el director general de la compañía, Carmelo Ezpeleta, pone en riesgo a España, ya que es el único país que cuenta con hasta cuatro eventos en el calendario.

"Existe una alta demanda de países que quieren formar parte del calendario, lo que hace que, muy a nuestro pesar, Aragón tenga que ser uno de nuestros puntos de mira. Sin embargo, Dorna no quiere decir que España sea el sitio que tenga que perder carreras inmediatamente. Estamos viendo todas las posibilidades para seguir en Aragón todo el tiempo que sea posible", explicó Ezpeleta al respecto.

Sin embargo, la realidad es que los circuitos de Valencia y Cataluña tienen asegurada su presencia en el campeonato hasta el año 2031, al igual que Jerez, uno de los mayores templos del motociclismo a nivel mundial. Por ello, Alcañiz, que además fue el último de estos en incorporarse, parte, al menos de primeras, con un menor número de opciones de mantenerse.

El compromiso del Ejecutivo regional para que siga celebrándose es "pleno", consciente del peso que tiene este evento en el resultado electoral del Bajo Aragón. Para ello ya invirtió 6,2 millones en el reasfaltado del circuito y está dispuesto a destinar otros 12 millones en su continuidad. Por el momento, las negociaciones entre las partes se desarrollan de forma "discreta", según indicó Manuel Blasco, consejero de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, quien bromeó con estar dispuesto a disfrazarse de "jeque árabe" si es necesario para mantener el Gran Premio.

Gauff destroza el sueño francés con Boisson y jugará la final de Roland Garros contra Sabalenka

Actualizado Jueves, 5 junio 2025 - 19:15

Hace unos días la estadounidense Coco Gauff explicaba dos cosas curiosas sobre su amistad con Carlos Alcaraz. La primera, que se conocieron en 2018 al ganar al mismo tiempo la Copa Davis junior y la Copa Federación junior, que el español le escribió por Instagram y ella no le hizo ni caso hasta años más tarde. Y la segunda, que ve a su amigo sonreír sobre la pista y piensa en imitarle, pero no le sale.

"Es una inspiración para mí, quiero pasármelo tan bien como él", confesaba la estadounidense, niña prodigio como pocas, finalista en Roland Garros en 2022 cuando sólo tenía 18 años. Gauff normalmente mantiene un porte de extrema seriedad y eso, fatal para las fotografías, fue una bendición para ella este jueves. No era un día para disfrutar.

Ante la francesa Lois Boisson, la cenicienta de esta edición, semifinalista desde el 361 del mundo, Gauff fue implacable, fue severa, fue inamovible. El público de la Philippe Chatrier ya podía hacer el ruido que quisiera que ella estaría impertérrita una hora hasta cerrar la victoria por 6-1 y 6-2 y clasificarse para la final, su segunda final aquí. En ella se medirá a la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, que derrotó a la vigente campeona, Iga Swiatek, por 7-6(1), 4-6 y 6-0.

La reacción de Gauff

El peligro este jueves estaba en dejar que el ambiente volviera a hervir, que las gradas se le cayeran encima, que fuera se sumergiera en el infierno que quemó a Jessica Pegula y Mirra Andreeva. Desde el principio del partido, Gauff salió a contrarrestar con puntería el juego de Boisson. Hasta ahora las actuaciones de la gala habían sido excelentes. Su resistencia en los intercambios enloquecía a sus adversarias, consumidas por un fervor muy poco habitual en el tenis. Pero esta vez Boisson, ya convertida en ídolo nacional, portada de L’Equipe durante tres días seguidos, apareció con más nervios y Gauff no perdonó.

En el primer set no hubo competencia. Y en el segundo duró unos minutos. Entonces Boisson logró su primer break y los aficionados franceses empezaron a rugir, pero la estadounidense se llevó los cinco juegos siguientes con la autoridad de las mejores.