Hay pocas cosas que no puede controlar Augusta National y una de ellas es el viento; racheado, molesto, a ratos insoportable, así amaneció desde bien temprano la segunda jornada del Masters de Augusta. Las consecuencias del temporal: solo ocho rondas por debajo del par del campo y vueltas de más de seis horas. Una tortura disfrazada de verde.
“Llevo viniendo aquí más de 30 años y no recuerdo haber jugado en estas condiciones”, explicaba José María Olazábal tras finalizar con +6 un par de horas antes de la finalización de la jornada, pensando que estaba claramente fuera del corte. “Es de largo la jornada más dura del Masters que he jugado”, apuntillaba Jon Rahm.
Quizás no se ha dado la importancia que merece la ronda de par de Tiger Woods. Quien piense que la gesta del cinco veces ganador del Masters es pasar su 24º corte consecutivo y establecer un nuevo récord en la historia del torneo, se equivoca. Woods ve más allá, una vuelta de par, un resultado global de +1, siete golpes de desventaja y 36 hoyos por jugar. Cuando un periodista americano le preguntaba por el significado de establecer un nuevo registro de racha de cortes pasados, la respuesta de Woods sonrojó a la zona mixta. “Significa que tengo una oportunidad de ganar el fin de semana”. Así de claro lo tiene Woods. Hoy fue una prueba de fuego, 23 hoyos en este campo exigente y con condiciones duras, y el resultado lo dice todo. Woods es consciente de que hace mucho que se acabó esa era de victorias apabullantes, y a sus 48 años y un cuerpo con más costuras que un torero, tiene claro que sus armas son otras. De momento lleva (literal) media vida pasando cortes en este torneo. “La capacidad que tiene Tiger de no competir en meses y luego venir aquí y pasar el corte… lo dice todo”, admiraba Rahm.
A Jon Rahm (+5) su juego errático, con 76 golpes hoy, le ha castigado a prácticamente ser un convidado de piedra del fin de semana. Rahm está a 9 golpes de los líderes y en ningún momento ha tenido una opción de engancharse al torneo, bastante ha tenido el de Barrika con salir vivo de la ventolera. “Había momentos que pensé que podría suspenderse”, decía. No hay ninguna explicación de que la defensa no esté a la altura de lo esperado, simplemente Rahm no está jugando bien y Augusta National no da respiros ni siquiera a los que cada año se visten de verde. Cuando vienen mal dadas ‘Rahmbo’ siempre tira de coraje. Saltaron las alarmas cuando el doblebogey del hoyo 14 le dejaba en la cuerda floja del corte, pero la reacción con birdie en los hoyos 15 y 16, serenaron el mal momento.
“¿Las sensaciones con el swing? Peores que las de ayer. Ahora solo queda pensar en una buena cena, en pasar bien la noche y mañana quién sabe lo que puede pasar… no tengo nada que perder”, Rahm siempre ve el vaso medio lleno.
En el caso de Sergio García, el problema es que no ve ni el vaso, el batacazo fue sideral con una secuencia final de tres bogeis y un doble para firmar 79 golpes y fallar el corte. En 24 ediciones del torneo disputadas, es el décimo corte que falla Sergio. Tanto desquicia este campo el de Borriol, que volvió a dejar a la prensa plantada sin pasar por la zona mixta.
No fue el único chaqueta verde que ha tenido que abandonar el torneo, Dustin Johnson hizo 79 golpes, Bubba Watson 80, los mismos que Carl Schwartzel. Gary Woodland o Brian Harman también descarrilaron, solo son ejemplos de algunos ganadores de grandes con el fin de semana libre.
Entre tanto batacazo brilla la gesta de José María Olazábal, que a última hora entró en el corte del torneo junto a todos los +6. A sus 58 años dejó una gran ronda de +1, solo emborronada por el triple-bogey del hoyo 12.
“Hoy he disfrutado en el campo; hacía mucho que no pegaba a la bola así de bien… he pegado muchos golpes como quería, en general he pateado bien y, quitando esos veinte minutos del hoyo 12, lo demás ha sido bonito”. Rahm se enteraba en zona mixta del +1 de Olazábal. “Aquí se demuestra que es un maestro y la experiencia que tiene José Mari, hacer un +1 con un triple bogey es propio de un artista. Qué pena que no me hubieran puesto con él para haberlo visto en directo”.
El tridente de líderes en -6, queda repartido con el jugador del LIV Golf Bryson DeChambeau con 73 golpes hoy, para cerrar con -6. El número uno del mundo Scottie Scheffler (72 golpes, -6), que parece estar regulando esfuerzos para lograr su segunda chaqueta verde y Max Homa, uno de los ochos magníficos que ganaron al campo (-1), lo que le permite ser uno de los colíderes.
El danés Nicolai Hojgaard es la sorpresa y se sitúa cuarto en solitario con -4 en su primera participación en el Masters. Malos tiempos se avecinan para los norteamericanos en futuras Ryders Cup, porque la vuelta más baja del día fue para el sueco Ludving Aberg, el jugador capaz de hacer las gestas más sobresalientes sin darse importancia. Aberg fue el único en bajar de 70 golpes hoy, es séptimo a seis golpes de la cabeza, pero lo más alucinante de todo no es solo que está jugando en su primer Masters, es que el sueco debuta esta semana en torneos majors. Solo existen dos referentes en la historia del golf moderno que ganaron un major en su primera participación, Ben Curtis (Open Championship 2003) y Kegan Bradley (PGA Championship 2011).