Un empate aleja del sufrimiento al Valencia y el Espanyol, pero no les permite soñar

Actualizado Martes, 22 abril 2025 - 21:28

Sin ansiedad que atenazara las piernas y sin miedo a arriesgar por si el error tenían un coste excesivo, Valencia y Espanyol se retaron con dos goles incontestables de Puado y Javi Guerra que les dejan un pasito más cerca de la permanencia matemática y uno más lejos de soñar con la pelea europea. [Narración y estadísticas (1-1)]

Ambos equipos fueron buscando poco a poco por dónde dañarse, ahora que ya son dos sólidos, que se han sacudido la losa que les lastró en la primera vuelta e incluso podrían en sus manos ilusionarse con un futuro europeo. Lo buscó con más ahínco el Valencia, que acabó empujando a los pericos a sobrevivir en su área agarrados a la estrella que siempre brilla de Joan García.

En casi nada se parecen los dos equipos que se buscaron en Mestalla a aquellos que sufrieron en Cornellá. Era como si no tuvieran pasado. Los pericos porque Manolo González dio con la tecla cuando todo pendía de un hilo; los valencianistas gracias a que Corberán ha obrado el milagro de una resurrección. Este era el partido que permitía respirar de una vez por todas y fue el Espanyol, aquel equipo endeble lejos de su estadio, quien se llevó un pellizco de un Mestalla que parecía inexpugnable.

Sin prisa, sin riesgos

Al inicio, el Valencia se enredaba camino del área blanquiazul, tanto que el mejor portero de LaLiga se permitió cocinar jugadas de ataque. En un saque buscó a Puado a la carrera a la espalda de Gayà para que el capitán descargara en Expósito, que armó un disparo desde la frontal que se estrelló en el palo. Ese atrevimiento a punto estuvo de costarle caro al guardameta, que se dolió de muslo derecho y el runrún de la lesión corrió por la grada hasta quedar en una falsa alarma.

Para despertar al valencianismo apareció Rioja, encadenando recortes a Romero para apoyarse en Javi Guerra y que sacara un centro que Hugo Duro cabeceó alto. Se durmió el partido, sumido en una pelea por el control que no llegó a las áreas. Buscaban los pericos sorprender a la espalda de una defensa atentísima con Tárrega expeditivo. Solo un cabezazo sin fe de Puado a las manos de Mamardashvili inquietó. Nadie arriesgaba porque no había prisa.

Por si acaso, el capitán del Espanyol desequilibró el duelo antes del descanso. Reclamó el Valencia la falta que Pulido Santana señaló de Almeida a Romero cerca del pico del área, pero Expósito acabó con el debate cuando su disparo lo tocó con la punta de la bota Puado para colárselo al portero georgiano por el primer palo. Ni rozó la maraña de piernas antes de acabar en el fondo de la portería.

Más energía con Mir

Obligado, el equipo de Corberán fue empujando a su rival, que se aculó cómodamente para defender una ventaja que les daba la continuidad en Primera, algo que no le pudo arrebatar un remate de cabeza de Javi Guerra desde el punto de penalti. Era la primera vez que probaba a Joan García. La segunda fue gol.

Al regreso del vestuario, el banquillo local energizó el partido. Rafa Mir se convirtió en la compañía de Hugo Duro, incomodando mucho al Espanyol. A la carrera salió el murciano retando a toda la defensa y, cuando se quedó sin opciones, se apoyó en Rioja para que filtrara una asistencia a Javi Guerra, que llegaba al área como un torrente y cruzó a la red.

El empate hizo instalarse al Valencia en campo contrario, trenzando y buscando la victoria mientras Manolo González no encontraba cómo sacar a sus hombres del asedio. Al salvador lo tenía bajo los palos. En el minuto 79, voló Joan García de palo a palo para evitar que se colara por la escuadra un centro de Diego López peinado por Gayà donde cualquier portero no habría alcanzado. Ese muro ya no lo pudieron tumbar.

El Valencia agarra la salvación y hace tambalearse al Sevilla

Actualizado Viernes, 11 abril 2025 - 23:16

Casi nadie veía al Valencia en Segunda División, pero Mestalla sí sentía que estaba en peligro y le protegía aun a costa de sufrir y apretar los puños cada partido sin rechistar. Por eso vencer al Sevilla no era solo batir un muro de 2.729 días sin tumbarlos en casa, era respirar, agarrar una salvación que ya se ve a nueve puntos y que permite disfrutar. El Valencia prolonga la sonrisa que le ha provocado la llegada de Corberán y hace tambalearse a los hispalenses, que podrían prescindir de García Pimienta buscado un arreón final que no les complique el año. [Narración y estadísticas: 1-0]

Fue en el añadido de la primera parte cuando, pese a un inoportuno resbalón y desde el suelo, Javi Guerra rebañó el balón para ponerlo ajustado al palo largo de un Nyland que ni imaginaba ese recurso. No rebuscó el VAR una posible falta al inicio de la jugada y se ponía en ventaja el Valencia justo antes de irse al vestuario. Corberán tenía trabajo porque si el equipo había llegado vivo era gracias al perdón del rival.

El Valencia no fue reconocible en la primera media hora porque García Pimienta, necesitado, buscó al forma de hacerle daño enviado a sus hombres a presionar la salida de pelota valencianista. Espesos para encontrar una solución a esa telaraña que empezaban a tejer Isaac Romero, Peque y Lukebakio, fueron perdiendo balones demasiado cerca del área. Probó primero Sambi con un disparo que atajó Mamardashvili y después Sow, que estrelló su latigazo en la espalda de Mosquera.

Empezaba a sentir el Valencia que el duelo se le atragantaba, que el Sevilla dominaba. Lo entendió Foulquier, que trató de estirarse en la orilla derecha por donde Kike Salas martirizó a Rioja, que se encontró un muro cada vez que intentaba irse. Justo cuando pareció que se aclimataban, el Sevilla armó una contra que obligó a Gayà a lanzarse a los pies de Peque para evitar su remate en el punto de penalti. Sánchez Martínez pitó el penalti, pero el VAR revisó que el capitán despejó el balón. Ni ese susto a los 16 minutos espabiló lo suficiente a los jugadores, pero sí a Mestalla que empezó a exigir más, aunque lo que encontró fue otra ocasión de Lukebakio.

Era muy fácil para el Sevilla plantarse en el área. Solo tenía que esperar las pérdidas del Valencia cuando a sus centrales se les apagaba la luz buscando cómo arrancar la jugada. Es el empeño de Corberán, que no ordenó buscar con balones en largo a Sadiq ni para aliviar el sufrimiento. Era García Pimienta quien veía a su equipo ordenado pero con falta de fortuna. La encontró con un gol de córner de Sambi que anuló el colegiado porque la pelota salió el campo. Sobrevivían los valencianistas esperando encontrar su mejor versión.

Aún tuvieron otro susto cuando Lukebakio lanzado a la contra le ganó la carrera a Tárrega y encaró a un dubitativo Mamardashvili que llegó a tiempo de rectificar. Demasiado estaban concediendo los locales, pero el duelo se iba abriendo poquito a poco. Un centro de Diego López lo remató al larguero Badé y el rechazo lo estrelló Gayà en el cuerpo de Nyland.

Aún tuvo el Sevilla la ocasión de ponerse por delante en otra cabalgada de Isaac Romero y Lukebakio que el delantero pifió en el golpeo cuando se quedaba solo ante el guardameta georgiano. Entonces, con el tiempo cumplido, apareció Javi Guerra.

En la segunda mitad, poco cambió. Otra vez el brillante centrocampista de Gilet emergió para enviar un derechazo al larguero en una jugada que comenzó Rioja para un centro a Sadiq que prefirió regalársela de cara a Guerra. Quedaba mucho trabajo por hacer porque en el toma y taca entró el Sevilla. Era pasmosa la facilidad con la que podía armar disparos en la frontal, aunque otra vez a Sambi le amargara Mamardahsvili.

Miró Corberán al banquillo y buscó artillería. La tenía con Hugo Duro y con Rafa Mir, tanto que el madrileño estrelló en el palo el primer balón que tocó, aunque en fuera de juego. Después le privó del gol de Nyland con una gran parada a un testarazo picado. El rechazo lo volvió a salvar el noruego desde el suelo y Diego López no pudo colocarla.

El Valencia crecía, pero el marcador era corto y el Sevilla estaba en partido. García Pimienta, con el futuro en el alambre, echó mano de la energía de Juanlu, Saúl o Ejuke y tuvo Kike Salas la ocasión en un latigazo que tocó en Tárrega y casi sorprende al guardameta valencianista. El duelo era de ida y vuelta, pero ahora los valencianistas no tiemblan, no son vulnerables y tiene como baluarte una grada entregada que festejó como nunca haber dejado de sufrir.

La resistencia y la fe de Mamardashvili a Hugo Duro frente a la cruz de los penaltis: "Tenemos menos opciones al título"

La resistencia y la fe de Mamardashvili a Hugo Duro frente a la cruz de los penaltis: “Tenemos menos opciones al título”

Han pasado 17 años desde que Javier Arizmendi, en el minuto 88 de un duelo empatado dos goles, batía a Casillas para que aquel Valencia de Koeman que también coqueteaba con el descenso ganara en el Bernabéu. Aquella victoria ha sido desbancada por una de mayor mérito, porque la diferencia entre los rivales es abismal y porque el testarazo de Hugo Duro en el 94 que batió al debutante Fran González permite al Valencia agarrarse a una salvación en la que ya se cree, empujado por la fe que despertado Corberán. Sólo el Barça (0-4) y el Atlético (1-1) se había llevado puntos del inexpugnable estadio madridista, lo que agranda la proeza.

El Valencia se sacudió mil demonios de un plumazo. Volvía a ganar en el Bernabéu, sumaba su primera victoria lejos de Mestalla por primera vez en un año y lo hacía sin tres de sus mejores futbolistas pero recuperando a otros tres que se antojan esenciales para el arreón final. Corberán no dudó en reconocer que su equipo rozó la perfección desde Mamardashvili, que volvió a ser un portero que da puntos con sus paradas a Mbappé y Valverde y el penalti de Vinicius, a Rafa Mir y Hugo Duro, que volvió a mostrar su olfato en el área por puro tesón.

«Había que tener personalidad y no dejarse intimidar por la atmósfera de este estadio y había que tener concentración, y solo en la jugada que han visto penalti la hemos perdido. Hemos hecho un ejercicio de resistencia y también de saber atacar. Y todo eso al máximo nivel. Ha sido un ejercicio de resistencia y fe. No lo hemos hecho todo perfecto, pero hemos encontrado a Giorgi Mamardashvili, que ha sido uno de los nombres de este partido», explicó el técnico que cogió al equipo con 12 puntos y le ha hecho sumar 22. «Detrás de eso hay mucho trabajo», puntualizó el entrenador revelación, que no abandonó su rictus serio al recordar que todavía queda camino.

Ahora bien, el equipo golpeado con los peores registros goleadores de las grandes ligas, acostumbrado a deshacerse en defensa al más mínimo golpe, se ha convertido en resiliente. «Ante el golpe como el que hemos recibido en la segunda parte [el gol de Vinicius] y en un escenario donde el Real Madrid se ha acostumbrado a remontadas heroicas, tener la fuerza para levantarnos era importantísimo. Porque si no, no se gana», resumió.

No lo vio de la misma manera Carlos Ancelotti, que no restó mérito al "gran trabajo" del Valencia ni evitó reconocer que la Liga se les complica. "Tenemos menos opciones al título. Hemos perdido la oportunidad de pelear con más contundencia", reconoció antes de poner matices a la derrota. "Las hemos tenido merecidas, pero esta no lo ha sido. No ha faltado la actitud. Hemos creado un montón de oportunidades y hemos estado cerca de marcar. Nos ha faltado un poco de efectividad y se podría hacer mejor en la recuperación del balón, a nivel defensivo. En este momento, para que nos hagan gol los equipos rivales no necesitan mucho. Uno ha sido a balón parado y luego hemos arriesgado porque el punto no servía para nada", se lamentó.

Se encontró el Real Madrid con la confianza que ha despertado la personalidad de jugadores del Valencia como Diakhaby, que marcó con un cabezazo impecable el primer gol para cerrar un círculo: hace uno año se hizo añicos la rodilla al caerle encima Tchouanémi en el partido en Mestalla. "Me lesioné contra ellos y ahora marco en el Bernabéu. Quiero disfrutar de eso", decía el central, al que no le hundió ni el gol en propia puerta que el VAR anuló.

¿Quién será el lanzador de penaltis?

Tampoco lo hizo Tárrega, convertido en uno de los cinco centrales más difíciles de driblar de las cinco grandes ligas, en la disputa con Mbappé que Cuadra Fernández vio como penalti. Ahí emergió Mamardashvili por primera vez ante Vinicius, que falló su segundo lanzamiento de la temporada. Lo hizo ante el Atlético en Champions y de nuevo ante el georgiano. Eso provocó pitos en la grada y quizá que Ancelotti designe otro lanzador. "Vamos a ver", se limitó a decir. "Ha sido una temporada complicada para los lanzadores. Falló Bellingham en Valencia, Mbappé contra Liverpool y el Atlético y Vinicius contra el Atlético y también hoy. Pero está muy focalizado en lo que hace. Le puede ir bien o mal, pero lo da todo", justificó el italiano.

Vinicius, en el lanzamiento de penalti que erró.

Vinicius, en el lanzamiento de penalti que erró.chema moyaEFE

Mientras en el Real Madrid surgen las dudas, más aún a la espera del Arsenal, en el Valencia nadie se arruga. Empezando por el portero, que ha tenido fallos garrafales esta temporada que empieza a enmendar. "Todos tenemos días malos, pero tenía que demostrar quién soy como he hecho", advirtió el georgiano en un mensaje quizá para oídos en Anfield. Tuvo arrestos hasta para apostarse 50 euros con Vinicius. "Le pregunté si quería jugarse 50 euros y me dijo que sí. Se lo paré y gané. Me lo tenía que pagar después del partido, pero aún no me lo ha dado. No pasa nada", sonreía el guardameta.

A ese crecimiento se suman el argentino Enzo Barrenechea o André Almeida, con galones en el control del juego, no desentonaron un esforzado Jesús Vázquez y un cumplidor Max Aarons, con apenas titularidades, y emergió Javi Guerra fajado con Modric, Valverde o Brahim. «Hemos venido a crecer, a trabajar y nos hemos llevado los tres puntos cuando aquí no puntúa casi nadie. No hay mejor escenario», recordó el centrocampista. Dijo Ancelotti que el Real Madrid mereció ganar y los números dicen que remató a puerta nueve veces. Dos lo hizo el Valencia, pero fue el equipo que quiso ganar.

Ancelotti sólo come chicles

Ancelotti sólo come chicles

Actualizado Sábado, 5 abril 2025 - 18:53

Adiós a la Liga. El Madrid no puede ni con un rival que lucha por la salvación. Pero es que el equipo de Ancelotti - aunque eso sea una entelequia- no es capaz de ganar a nadie. Tenía el agua que casi le llegaba a la nariz y ahora se ha ahogado definitivamente.

La tragedia es que hace más de una temporada el Madrid ni tiene juego, ni sistema, ni sentido futbolístico. A muchos les extraña, pero todo el que me lee sabe que llevo denunciándolo ya más de dos años. Es un vetusto entrenador, apagado por su estilo decimonónico y muy engreído en su estilo.

Ahora, los corifeos madridistas dirán que Mamardashvili fue un gigante en la portería y que impidió en más de media docena de ocasiones claras, la mayoría de ellas de Mbappé. Pero el francés solo no puede con unos compañeros que se creen dioses del Olimpo del fútbol, con la nefasta propaganda de la Casa Blanca.

Es cierto que el Valencia metió tres fallas ignífugas para defender. Que sólo hubo tres oportunidades y que dos de ellas terminaron en gol. El último de ellos en el ocaso de un partido que pasará a la historia como cuando el Madrid cayó al infierno.

Es posible incluso que el Madrid logre un gol con esa clase delanteros egocéntricos, que jamás juegan con el compañero, sino que van en busca de la jugada perfecta, la genial.

Lo cierto es que Brahim sólo regatea para él y no se va de nadie. Bellingham arranca desde atrás y también quiere meter su gol maravilloso. Y Vinicius es un desastre. Sólo piensa en sus regates.

Y sale hasta Endrick y también quiere ser un dios en el Olimpo madridista por egocentrismo. Un disparate. Como todos los desperdician todo, castigan a su equipo a perder minutos y minutos en el juego colectivo.

Y, curiosamente, el menos individualista sea el mejor: Mbappé. El único que tiene gol. Lo que no entiendo es que cediera ejecutar el penalti al inútil de Vinicius, que ya ha recibido una sinfonía de pitos. No es para menos. Fue decisivo. Ese minuto que marcará una Liga. Jamás entenderé el compañerismo de Mbappé

Hay muchos misterios de Ancelotti en el partido. Una vez más se cargó a Asencio, para que ya nadie dude de su odio cerval, porque se tragó su calidad. Nadie entendió a Tchouaméni en la defensa, cuando por delante sólo estaba Modric para ser mediocentro y un tocado Valverde. Todo es sospechoso.

Nadie defiende ya a Ancelotti. Y no quiero hablar más de él. Estoy cansado y en el club no hacen nada, sólo el tancredo. Ni lo echan ni fichan a nadie, pero, eso sí, tiene un estadio espectacular. Absurdo.

Y no quiero pensar lo que podrá ocurrir en Londres el martes, porque lo mismo se llevan una manita o quizás cuatro. Con Saka y Merino de verdugos. Mientras tanto, Ancelotti come chicles. Quizá demasiados.

Carlos Corberán, el devoto de la Virgen que resucita al Valencia con precisión de cirujano: “Está muy responsabilizado”

Actualizado Viernes, 4 abril 2025 - 23:08

La tarde del 29 de mayo de 2022 se jugaba en Wembley la final de los playoffs de ascenso a la Premier League entre el Nottingham Forest y el modesto Huddersfield Town, que entrenaba un técnico valenciano de 39 años: Carlos Corberán. En la grada se sentaba Miguel Ángel Corona, director deportivo del Valencia, que quería ver con sus propios ojos cómo se comportaba un entrenador del que ya se hablaba mucho en Inglaterra. Por entonces, el Valencia tenía hilvanada la llegada de Gennaro Gattuso y a Corberán se le escapó aquel ascenso con un gol en propia puerta, pero entró en la lista de candidatos al banquillo de Mestalla. Una nómina que siempre debe ser amplia, porque desde la llegada de Peter Lim, el puesto es una trituradora.

No fue hasta mitad del pasado mes de diciembre cuando las puertas del Valencia se le abrieron de par en par. No era fácil tomar las riendas de un Valencia hundido y en una dinámica que le conducía a Segunda. Corberán, que jugó de portero en la cantera y al que su abuelo llevaba a Mestalla, no huyó. Tenía experiencia suficiente y fe, tanta como en la Virgen de los Desamparados, de la que es devoto. 101 días han pasado desde la madrugada del 25 de diciembre, cuando el club anunció su fichaje, con el equipo colista, con sólo 12 puntos. En los siguientes 12 partidos de Liga ha sumado 19, repartidos en cinco victorias -todas en un Mestalla a rebosar- cuatro empates y sólo tres derrotas ante Real Madrid, Atlético y el humillante 7-1 frente al Barça, casi repetido después en Copa (0-5).

Para salvarse, el Valencia necesitaba una segunda vuelta impecable, para remontar los siete puntos que se habían abierto con la salvación. Y lleva camino de ello. Con los resultados del segundo tramo de la competición, el equipo sería cuarto y estaría en puestos Champions, sólo por detrás de Barça, Betis y Madrid.

El 51% de los puntos

El dato más significativo lo aporta su rendimiento frente a los rivales directos. En estas 12 jornadas, ha sumado 15 puntos más que el Valladolid y Las Palmas, 10 más que el Leganés, nueve más que el Alavés y cinco más que el Espanyol.

El valenciano, además, es el técnico que más ha mejorado a su equipo de los que llegaron con el campeonato empezado. Ha sumado el 51% de los puntos, cifra que no alcanzan Diego Martínez, Eduardo Coudet, Diego Cocca ni Álvaro Rubio. Por eso es uno de los técnicos revelación.

Metódico, reflexivo y siempre dispuesto a mejorar, supo hace un año que era el momento de dar el salto a LaLiga. Como hace con los jugadores, detectó sus puntos débiles y los trabajó. Desde la comunicación, porque nunca había dado una rueda de prensa en castellano, a la necesidad de hacer sonar su nombre en España, algo que años en la Championship no le habían garantizado pese a su buen trabajo.

«¿Cuánto cuesta un descenso?»

El pasado verano fue Las Palmas quien tuvo su nombre sobre la mesa y el Valencia lo supo, pero la opción era darle a Rubén Baraja la renovación que se había ganado. El mal arranque de curso lo cambió todo. En noviembre, el club ya pensaba en buscar un relevo o la permanencia sería imposible. Negoció con Quique Sánchez Flores, pero viró hacia Corberán. De hecho, su nombre fue el único que se transmitió a Singapur con una coletilla que nadie sabía si se aceptaría: había que pagar casi tres millones de cláusula para liberarle. «¿Cuánto cuesta un descenso?» fue la respuesta que se recibió, casi retórica, porque se dio luz verde a la operación.

De Corberán convencieron dos frases que escucharon los dirigentes del Valencia en la primera conversación. «Vengo a trabajar con lo que tenga», les dijo. Eso suponía un alivio para un club que nunca sabe si puede acudir o no al mercado. Se movían entonces, pero sin garantías de acceder a cesiones como la de Umar Sadiq.

La segunda frase se ha demostrado aún más cargada de sentido: «La mejora en el campo siempre viene de la mejora individual». Es un mantra que repite y que ha traducido en charlas individuales para potenciar a Javi Guerra, Barrenechea o Diego López, a quien mandó al banquillo una tarde y marcó las cuatro siguientes. «Va tieso y lleva a todo el mundo tieso», aseguran. Para rescatar al Valencia ha actuado con precisión de cirujano y quienes le rodean lo definen como «minucioso» y «exageradamente responsabilizado», tanto que pasó la noche tras las derrota ante el Barça en su despacho en Paterna. Pese a las bajas y los 17 años que lleva el Valencia sin ganar en el Bernabéu, no quiere humillaciones. Para los creyentes como Corberán, las virtudes cardinales son prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Él las exhibe todas.

El Valencia se agarra a un gol de Diego López ante el Mallorca para mirar de lejos el descenso

Actualizado Domingo, 30 marzo 2025 - 21:06

Diego López llegó a Mestalla fruto de la necesidad y se ha convertido en la catapulta que ha impulsado al Valencia a salir del descenso. Cuatro goles para abrir el marcador en cuatro partidos consecutivos en los que el equipo de Corberán ha sumado ocho puntos que le permiten mirar desde arriba la parte infernal de la clasificación. El Valencia revive, pese al sufrimiento al que le obligó el Mallorca, y se niega de decir su última palabra. [Narración y estadísticas: 1-0]

La losa de la debilidad como visitante -pronto se cumplirá un año sin ganar fuera de casa- han convertido cada partido en Mestalla en una final, sea quien sea el rival. Da igual que pelee codo con codo por huir de la quema o que tenga la vista puesta en objetivos más esperanzadores, como era el casi del Mallorca. No puede el Valencia permitirse el más mínimo despiste, y eso deparó un partido muy atascado en la primera parte, donde los dos equipos, casi al ralentí, era incapaces de hacerse daño. Sólo en el minuto 22 apareció Javi Guerra para armar un disparo que tocó en Raíllo y se perdió rozando el palo de Greif. De ese córner sacó Sadiq un testarazo que obligó al guardameta eslovaco a atajar el balón casi sobre la línea de gol.

En la segunda parte no fue más vistosa, pero sí obligó a una disputa mayor. Nada más volver al césped, Mamardashvili tuvo que volar para atrapar una volea de Sergi Darder desde la frontal. Después volvió a ser Sadiq quien amenazara la portería mallorquinista.

Una racha histórica

La necesidad y el susto empujó al Valencia a apretar a su rival y de una recuperación de Almeida nació una ventaja que acabaría siendo definitiva. El portugués vio aparecer por su izquierda a Diego López y le sirvió un balón que el asturiano se acomodó para enviar al palo largo de Greif. Cuarto gol en cuatro partidos, todos para abrir el marcador y recordar que, desde 2018, ningún valencianista había tenido una racha igual. El quinto se le escapó en un remate forzado a centro de Foulquier que engatilló a la grada.

Desde ese momento, tocó sufrir. Apareció el Mallorca a la contra demostrando más capacidad de amenaza que efectividad. Assano se dejó el empate al no conectar a bocajarro un centro perfecto de Maffeo. La sensación en la grada, preocupada por la atención a sus aficionado en el minuto 70, era de inquietud. Corberán optó por protegerse sumando a Diakhaby al eje de la zaga, a lo que Jagoba Arrasate respondió deshaciendo ese dibujo para tratar de empatar un duelo que se le iba presentando más cómodo porque el Valencia, desde el gol, no había vuelto a rondar el área.

Más corazón que fútbol

El partido, por momentos, pareció enloquecerse y ahí el Valencia no había sabido manejarse quizá porque no tiene suficientes recursos para hacerlo. Echó mano el entrenador de Rafa Mir, muy despistado, de Fran Pérez y hasta de Jesús Vázquez para mantener al menos la tensión física con más corazón que fútbol. Acabó achicando balones con Mamardashvili cazando los intentos de Darder de colgar balones al área y un remate de Dani Rodríguez.

La pelota quemaba, pero el Valencia superó la prueba de fuego con la única penalización de que Gayà y Rioja, dos jugadores esenciales, no estarán en el Bernabéu. Eso importa menos que los 17 puntos que lleva sumados desde enero para la resurreción.

Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Mejor porcentaje goleador que Lamine, Raphinha y Lewandowski: Ferran Torres, a seguir la racha ante Osasuna

Actualizado Miércoles, 26 marzo 2025 - 23:12

Ferran Torres tiene otra gran oportunidad para reivindicarse este jueves frente a Osasuna. El valenciano, a quien Hansi Flick suele recurrir como revulsivo cuando las cosas no acaban de ir todo lo bien que le gustaría en la faceta ofensiva, ha sabido aprovechar hasta ahora muy bien sus oportunidades y se perfila como el relevo de un Raphinha finalmente descartado por el entrenador en el ataque barcelonista.

Con menos minutos en sus botas que Robert Lewandowski, el brasileño y Lamine Yamal, Ferran se ha erigido como cuarto máximo anotador de los azulgrana en lo que llevamos de curso. En total, suma 13 goles en todas las competiciones, los mismos que Yamal, pero está aún a una distancia considerable del ex delantero del Leeds (27 goles) y, sobre todo, del polaco (35 goles), quien parece vivir una segunda juventud como killer.

No obstante, los fríos datos son también demoledores si nos fijamos, precisamente, en los minutos de juego que atesoran unos y otros. En este sentido, Lewandowski, en promedio, marca un gol por cada 89,7 minutos disputados; Raphinha, uno por cada 127,4, y Lamine Yamal, uno por por cada 237,8. Los números de Ferran Torres, en este caso, son mejores que los de los tres delanteros en principio titulares indiscutibles: un gol por cada 86,7 minutos disputados. Sobre el papel, ha jugado únicamente seis duelos menos que el joven crack barcelonista para marcar los mismos tantos, pero, en muchas ocasiones, sus minutos han llegado con cuentagotas. A veces, incluso, se ha visto desplazado hacia el centro del campo azulgrana.

Espectacular 2025

El nuevo año, además, ha sido tremendamente productivo para él. No en vano, ha marcado en 2025 ocho de los 13 tantos que luce en su casillero. Su buena racha arrancó en la Copa del Rey, ante el Betis. Frente a los verdiblancos convirtió únicamente un tanto del contundente 5-1 con el que los azulgrana sellaron su pase a los cuartos de final.

Ante uno de sus ex equipos, el Valencia, fue capaz de marcar un gol en la Liga, en un duelo que terminó con 7-1 en el luminoso y, también, de sellar un hat trick en un cruce en la Copa del Rey que acabó con otra contundente victoria, en este caso por 0-5.

De vuelta a la Liga, el 22 de febrero, frente a Las Palmas, le bastaron únicamente cinco minutos para sentenciar el triunfo de los suyos al convertir el 0-2 en la recta final del partido. Y, justo antes del parón por las selecciones, fue capaz de anotar dos goles más frente al Atlético en el Metropolitano, en un encuentro que se saldó con un incontestable 2-4 para los azulgrana, por mucho que llegaran a verse dos tantos por debajo en el luminoso.

Algunos goles importantes

Curiosamente, su partido más productivo en los primeros meses de la competición llegó ante el que será el rival del Barça en los cuartos de final de la Champions: el Borussia Dortmund. En el Signal Iduna Park, Ferran Torres marcó dos tantos para un equipo que se llevó una victoria por 2-3. El Valladolid, el Mallorca y el Betis, mientras, en duelos en los que el Tiburón fue capaz de marcar un gol en cada uno de ellos, fueron sus otras víctimas en unos primeros compases de la temporada 2024-25 en los que también se vio frenado por una lesión en el bíceps femoral del muslo derecho que le obligó a perderse un total de ocho partidos con el equipo azulgrana.

Su rendimiento, en el conjunto de lo que llevamos de curso, está siendo más que satisfactorio a ojos de Flick. Por eso, no es nada raro que ya se esté especulando en el entorno azulgrana con la posibilidad de que el club amplíe su contrato, que finaliza al término de la temporada 2026-27, hasta el 30 de junio de 2029.

En el duelo frente a Osasuna tendrá una nueva opción para seguir sumando goles. En el partido aplazado por el fallecimiento del doctor Carles Miñarro iba a encargarse de relevar a un Lewandowski con molestias. En este caso, podría hacerlo como recambio de un Raphinha a quien Flick da por descartado junto con Ronald Araujo.

«Tienen que recuperarse»

«No van a jugar ni van a estar en el banquillo. Están fuera. El vuelo es largo y no es la situación más óptima. Tienen que recuperarse, entrenarse y, luego, ya veremos qué haremos el domingo. El equipo sigue siendo fantástico y tenemos que luchar por los tres puntos. Ganarlos sería la mejor reacción que podemos mostrar», sentenció un Flick que evitó quejarse del calendario con puyita incluida para el eterno rival. «Somos el Barça, no el Real Madrid, y estamos orgullosos de ser el Barça», sentenció.

Raphinha fue una de las víctimas a tiempo completo de la goleada sufrida por Brasil en Argentina (4-1), mientras que Araujo no jugó en el empate a cero de Uruguay en su visita a Bolivia.

La Comisión Antiviolencia propone 30.000 euros de multa para los agresores de tres aficionados con discapacidad del Villarreal

La Comisión Antiviolencia propone 30.000 euros de multa para los agresores de tres aficionados con discapacidad del Villarreal

Actualizado Miércoles, 12 marzo 2025 - 20:57

La Comisión Antiviolencia ha propuesto, en su reunión de este miércoles, una sanción de 30.000 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de 18 meses para dos individuos que el 15 de febrero, una vez acabado el partido entre el Villarreal y el Valencia agredieron en las inmediaciones del estadio de La Cerámica a tres aficionados locales.

Las víctimas eran personas con discapacidad y sufrieron graves lesiones. Según el Villarreal, uno de ellos pasó la noche hospitalizado con una fractura maxilofacial completa. La sanción propuesta por la Comisión Antiviolencia tendrá que ser ratificada por la Delegación del Gobierno, que tiene competencia para hacerlo en las multas de 150 a 60.000 euros.

Pero al margen de esa vía, hay abierta una causa penal por esos hechos. LaLiga confirmó el martes que ha pedido personarse como acusación. También solicitó la imposición a los dos investigados, de medidas cautelares como la prohibición de aproximación a estadios, así como prohibiciones de aproximación y de contacto con las víctimas y sus familiares directos.

"LaLiga continua firme en su propósito de erradicar con cualquier tipo de conducta de odio del ámbito del fútbol", afirmaba el martes ese organismo.

Para saber más

Una semana después de los hechos fueron detenidas dos personas, que pasaron a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Mislata (Valencia), en funciones de guardia, y quedaron en libertad con medidas cautelares y con la obligación de presentarse ante el juzgado de forma periódica. Los dos son de nacionalidad española y están investigados por delitos de lesiones.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana informó que el juzgado número 3 de Mislata se inhibiría en favor de los Juzgados de Vila-real con competencias para continuar con la investigación de los hechos. Como consecuencia de la agresión, una de las víctimas sufrió una fractura de mandíbula y la pérdida de una pieza dental, por lo que debió ser intervenida quirúrgicamente. Tanto el Villarreal como el Valencia anunciaron también que se personarán en la causa.

El Valencia se agarra a los goles de Sadiq y obra ante el Valladolid el milagro que le saca del descenso

Actualizado Sábado, 8 marzo 2025 - 21:01

Cinco meses y medio, 162 días, 19 jornadas, todo ese tiempo ha pasado el Valencia en puestos de descenso, con Mestalla ejerciendo de salvavidas pero cómo al equipo le costaba reaccionar. Sufría el mismo castigo que Sísifo, condenado a empujar la piedra por la ladera de la montaña, a pelear por sacar la cabeza de la cola de la clasificación y, cuando parecía que llegaba con ella a la cima, que podía pasar una jornada sin estar en peligro, algo ocurría y le obliga a empezar de nuevo. Ante el Valladolid, también se enfrentó a lastres como la falta de acierto o el error tan grosero como inesperado de Mamardashvili, pero reaccionó, se sacudió Sadiq la losa de sus fallos y logró el milagro de asomar la cabeza para tomar aire fuera del infierno. [Narración y estadísticas: 2-1]

El momento del Valencia, sin permiso para descuidarse ni un momento, se evidenció claramente en este partido y lo personificaron el atacante nigeriano y el guardameta con errores groseros. El primero perdonó clarísimas ocasiones de gol que bien podían proporcionado un descanso a Mestalla, que por primera vez en mucho tiempo percibió que podía ver fútbol sin tener un nudo en el estómago de manera permanente. Le había regalado esa tranquilidad el gol de Diego López en apenas seis minutos y la ocasiones que fueron cayendo, una tras otra, en el área de Hein. Alguna tenía que entrar, que sí, que el Valencia estaba dominando a un Valladolid que ni siquiera intimidaba y que había tenido que reponerse de la conmoción que obligó a su central David Torres a abandonar el campo. El aturdimiento lo había demostrado todo el conjunto pucelano, que respiraba al ver que el corto marcador les daba vida. Y así fue.

En el minuto 40, Mamardashvili, el mismo jugador de manos milagrosas en el que se impulsó el Valencia la pasada temporada, le regaló el empate con un fallo incompresible en la salida de balón. Sin tensión, sin saber a quién tenía que entregarle la pelota, la mandó a los pies de Latasa, que no perdonó y se llevó el empate al vestuario. No está el georgiano entero, aparecieron algunos pitos en Mestalla que se tornaron en aplausos para sostenerle el ánimo.

Imposible no responsabilizar al guardameta, pero tampoco se pueden olvidar que hubiera sido un lunar si en ataque el Valencia hubiera sido más letal. Hasta cinco ocasiones claras tuvo de ampliar el marcador. La tuvo Rioja en el minuto 10 con un disparo perfilado que se le escapó rozando la escuadra. Más clara fue cinco minutos después la de Sadiq, que no enganchó de cabeza un centro telegrafiado por Gayà.

Volvió a fallar el nigeriano, titular indiscutible por la lesión de Hugo Duro, al no aprovechar otro centro raso que le sirvió el capitán al punto de penalti tras una jugada de pizarra al saque de una falta a la media hora de partido. Dos minutos después, cabeceó alto otra pelota llovida de Almeida, muy gris. El Valencia generaba mucho peligro sin que su delantero fuera capaz de sacar provecho ante un Valladolid que parecía capaz de acompañar.

Se animó Rioja, poco exigido en sus labores de carrilero y más centrado en intimidar como extremo, a conectar con Diego López pisando área para dejársela de cara a Enzo Barrechena en la frontal. Pero el tiro del argentino, sin demasiada fe en su golpeo, se perdió a la izquierda de la portería pucelana. Es lo único que le falta a este centrocampista que cuajó un partido soberbio y que ha dado estabilidad al juego del equipo.

Ya con el empate, fue de nuevo la conexión Rioja-Gayà la que provocó que el sevillano enganchara un testarazo al fondo de la red, aunque en un ajustadísimo fuera de juego. No se afinaba.

El Valencia volvió tras el descanso con la herida abierta de un castigo que no merecía, y le costó algo sobreponerse. Lógico porque el rival intentaba no enterrar todas sus opciones de salvación y eso pasaba por no dejar pensar. Lo pudo hacer el medio argentino para enviar una pelota a Sadiq que la espalda de Cenk. Esta vez no falló. Con su control orientado y su poderoso cuerpeo venció al turco en el duelo para batir a Hein. Se había redimido, como también lo hizo Mamardashvili salvando un cabezazo de Latasa en el minuto 59.

Desde ahí mostró el equipo de Corberán una versión desconocida: supo manejar en el encuentro, con Enzo a la batuta, contener el ímpetu que, aunque fuera por agallas, mostraron los pucelanos y hasta pudieron marcar el tercero en un córner que Tárrega cabeceó a la cruceta. Mestalla, al borde de Fallas, encendió la traca que le permite soñar con la permanencia.

El Valencia cambia de presidente: el hijo de Peter Lim, Kiat Lim, coge las riendas del club que niegan haber puesto en venta

Actualizado Lunes, 3 marzo 2025 - 12:59

El máximo accionista del Valencia, Peter Lim, ha tomado la decisión de dejar en manos de su hijo Kiat Lim la presidencia del club, que niega haya puesto en venta. Miembro del consejo de administración desde diciembre de 2022, ejercerá a partir del próximo 5 de marzo como nuevo presidente en sustitución de Layhoon Chan, que regresará a Singapur para seguir al frente de otras empresas del holding. Así lo ha comunicado de manera oficial del club, que deja la puerta abierta a que el nuevo presidente pueda estar en el palco de Mestalla el próximo sábado en el duelo ante el Valladolid.

"Kiat Lim asume esta nueva responsabilidad en un momento clave para la organización. Su nombramiento demuestra un firme compromiso a largo plazo con el Club y refuerza la apuesta del club con la estabilidad y la construcción de un proyecto sólido para el futuro", explica el comunicado, en el que la todavía presidenta le da la bienvenida.

"Me complace pasar el testigo al Sr. Kiat Lim, hijo de nuestro máximo accionista. Este nombramiento es una clara afirmación del compromiso continuo con el club y su futuro. También quisiera expresar mi más sincero agradecimiento a nuestros aficionados y a todas las personas cercanas al club por su apoyo durante mi tiempo en este cargo", asegura.

Desde que compró la mayoría accionarial del Valencia en 2014, el empresario ha confiado las riendas a tres presidentes: Amadeo Salvo, Layhoon Chan, en dos etapas, y Anil Murthy. Ahora será un miembro de la familia Lim en primera persona quien lidere al Valencia, auxiliado por Javier Solís, actual director corporativo y figura que se fortalece con el cambio en la presidencia.

Lim provoca este relevo en un momento delicado, con el equipo luchando por salir de los puestos de descenso y en plena negociación para conseguir, de la mano de Goldman Sachs, un préstamo de hasta 320 millones de euros para acabar las obras del nuevo estadio. Por el momento, esta financiación no se ha cerrado.

El cambio llega, además, en medio de rumores sobre el interés de Lim en vender el Valencia por una cantidad cercana a los 400 millones, algo que hoy mismo Meriton ha negado en un comunicado recogido por el diario The Business Time. "Meriton quiere dejar claro que tales informaciones son falsas. El Valencia CF no está en venta y sigue comprometido con el Valencia CF". Muestra de ese compromiso entienden que es poner al frente a Kiat Lim y reforzar ante los mercados su compromiso de continuidad para liderar un proyecto para el que están buscando financiación externa.

Contrasta esta postura con la manifestada por la presidenta Layhoon Chan tras la pasada junta de accionistas en el mes de diciembre, cuando dejó por primera vez la puerta abierta a una salida: "No he oído hablar de ninguna oferta. Si es muy atractiva, seguramente la estudiará. No tiene ninguna prisa en vender", expresó. Encajaba esa respuesta con los acuerdos para refinanciar la deuda y la rebaja de los costes operativos, empezando por la plantilla deportiva.

Para entonces, el deseo de quien ha sido la ejecutiva mano derecha de Lim era volver a Singapur una vez cumplida la tarea encomendada por Peter Lim, que no era otra que desbloquear las relaciones con el Ayuntamiento de Valencia para reanudar las obras del nuevo estadio. Una vez conseguido el acuerdo y con el desgaste generado por la mala campaña del equipo, su intención era volver a dejar Valencia.

Por su parte, Kiat Lim se había convertido en el interlocutor de los ejecutivos locales. Como miembro del consejo de administración -conformado al completo por personas del entorno directo empresarial de Lim-, estaba al tanto de todos los movimientos, pero también era el enlace con el que se consultaban los movimientos deportivos y de inversiones en el último año.

La única vez que estuvo en Valencia, en diciembre de 2022, el hijo de Lim concedió una entrevista a los medios del club en la que fijó cuáles eran sus intenciones. "Queremos exactamente lo mismo que todos. Queremos jugar en Europa, queremos ganar partidos, queremos ganar títulos. Eso es lo que claramente queremos. Creo que con respecto a todo lo que ha sucedido, tengo ganas de formar parte del Consejo y estar aquí a título oficial", aseguró. Entonces entrenaba al equipo Gattuso, que dimitió un mes después y el equipo acabó luchando por evitar el descenso con Baraja en el banquillo y alejándose mucho de Europa y los títulos.