Los ocho meses de "paciencia" de Militao: la estabilidad de su hija, la "sombra" del fisio Salom y la fe religiosa

Los ocho meses de “paciencia” de Militao: la estabilidad de su hija, la “sombra” del fisio Salom y la fe religiosa

El día 12 de agosto de 2023, Éder Militao (Sertaozinho, Brasil, 1998) se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Fue en San Mamés, en la segunda parte de un partido que el Real Madrid ganaba 0-2. Intentó presionar a Sancet, no apoyó bien su pie izquierdo y terminó en el césped, levantando el brazo entre gestos de dolor.

Este 13 de abril de 2024, Éder Militao volverá a ser titular en un partido del conjunto blanco, justo cuando se cumplen 245 días desde aquella tarde en Bilbao. Desde aquella camilla en la que los que le rodeaban se echaban las manos a la cabeza y les caía alguna lágrima, especialmente a sus "hermanos" brasileños, Vinicius y Rodrygo, que fueron los primeros en pedir la entrada de los médicos.

Y ahí, con el cruzado roto, Militao, convertido en uno de los grandes líderes del vestuario durante los últimos años, sacó lo que en Valdebebas llaman "espíritu de capitán". "Sonrió y tranquilizó a todos", recuerdan fuentes cercanas al vestuario del Madrid.

"El más tranquilo del mundo"

Esa forma de ser le ha ayudado durante estos ocho meses. Cuentan en el club que mientras el entorno y la prensa ya calculaban los posibles sustitutos y fichajes, él se mantuvo como "el hombre más tranquilo del mundo", algo que lleva escrito en la piel: "Paciencia", reza uno de sus múltiples tatuajes.

Operado el 17 de agosto por el doctor Manuel Leyes, el mismo que trató a Courtois, Militao se puso entre ceja y ceja el objetivo de volver para las eliminatorias de Champions y aquí está, en pleno mes de abril, listo para salir de inicio en Palma y para jugar, si así lo considera Ancelotti ante la baja de Tchouaméni y las dudas con Nacho, en el Etihad Stadium contra el City.

En esa tranquilidad del defensa durante la recuperación han sido importantes tres factores. Tres protagonistas. Primero su hija Cecilia, de casi dos años, nacida en el verano de 2022, fruto de la relación sentimental con su ex pareja Karoline Lima, y que le ha brindado estabilidad. Segundo, su fe religiosa, evangelista, a la que ha acudido, explican, "en sus momentos de mayor flaqueza", con lecturas de la Biblia casi cada día. Unido más a su familia desde la lesión, el central ha mostrado públicamente su fe durante el proceso de rehabilitación. "Sé fuerte y no desfallezcas, porque tu trabajo será recompensado (Crónicas 15:7)", escribió en sus redes sociales.

"un impulso tremendo"

El tercer factor tiene nombre y apellidos: Jaime Salom. Se trata de uno de los fisioterapeutas del primer equipo, convertido en "su sombra", aseguran, durante las mañanas y tardes de trabajo en Valdebebas y en casa. Primero en el césped de uno de los campos de la ciudad deportiva, pegado al que utiliza el primer equipo, para no alejarse del objetivo, y más tarde en el gimnasio doméstico del brasileño, adornado con fotos de su familia y con momentos de su carrera deportiva.

En enero, y viendo los buenos avances en su recuperación, el Madrid confirmó su confianza en él con el acuerdo de renovación hasta 2028. Esa firma fue "un impulso tremendo" para el central, convencido, más todavía, de poder ayudar esta misma temporada.

Cuando más se acercaba su regreso, a Jaime Salom le acompañó en el trabajo con Militao Juan Carlos Parrales, rehabilitador del cuerpo técnico de Ancelotti, encargado de asistir a los lesionados cuando encaran su vuelta con el resto de la plantilla. Entre ambos ralentizaron un poco el sprint final de la recuperación para no caer en prisas y asegurar que el defensa llegara al mayor ritmo competitivo posible.

Disputó un minuto contra el Athletic, ovacionado por el Bernabéu, y el plan es que hoy en Mallorca acumule una hora de partido para probarle de cara al Etihad, donde no apunta a titular pero sí a echar una mano si el partido lo requiere. "He pensado mucho en este momento. Han sido días difíciles, pero ahora toca disfrutar. Mi vuelta tenía que ser aquí, en casa. Además, frente al club contra el que me lesioné. Volver contra ellos para mí es una felicidad. Pienso en todas las personas que me ayudaron, desde fisios hasta los familiares", aseguró después del duelo contra los bilbaínos.

La marcha casi asumida de Nico Williams, una estrella alejada del divismo

Actualizado Domingo, 7 abril 2024 - 13:56

Aún hablaba Ernesto Valverde en conferencia de prensa, alrededor de las dos de la madrugada de este domingo, cuando Nico Williams se asomó sigiloso por la sala del estadio de La Cartuja y esperó su turno de pie, vestido de corto, en las últimas filas, atento a las palabras de su entrenador. Un periodista se apresuró a solicitarle una foto conjunta, a la que accedió gustoso antes de que uno de los responsables de proteger a los jugadores detuviese una tendencia que podía ir a más, pues el chico, que acudía a la cita tras ser elegido mejor jugador de la final contra el Mallorca, se había saltado el protocolo, entrando por la puerta de atrás, en vez de hacerlo por aquella donde quedaría a salvo de manifestaciones espontáneas de admiración.

Cuando al entrenador se le planteó la continuidad del menor de los Williams en el Athletic, sonrió y dijo: "Preguntádselo a él, que ahí está", pues ya le había visto desde la mesa donde atendía a los medios. Ambos se abrazaron después cuando cruzaron sus caminos, una vez que terminó la comparecencia de Valverde y se inició la del futbolista. Afilado y vertical toda la noche, autor del pase de gol a Oihan Sancet, de un tanto anulado por fuera de juego y de un remate que pudo suponer la igualada a uno en la frontera del descanso, Nico no se desvió de un milímetro de la actitud de un jugador ajeno a cualquier atisbo de divismo, redimido, en su noche más hermosa, de la falta de puntería en la semifinal del pasado año ante Osasuna. La reacción cruel de algunas personas le llevó entonces a cerrar sus cuentas en las redes sociales.

Sin garantías de continuidad

A sus 21 años, el extremo pamplonés despierta el interés de algunos de los mejores equipos de Europa. Su renovación, el pasado 1 de diciembre, con una cláusula de sólo 50 millones de euros, fue, más que una garantía de continuidad, una forma para que el club pueda ingresar dinero en el caso, harto probable, de su marcha. "Del barrio hasta grandes historias como ésta. Siempre he sido el hermano de y ahora me estoy haciendo un nombre", comentó tras el partido, señalando de inmediato el respeto y a la admiración por Iñaki, a quien considera su "referencia".

El Barcelona, donde mantiene buena relación con jugadores como Pau Cubarsí y Lamine Yamal, con quienes ha coincidido en la selección, es uno de los equipos interesados en su contratación, pero la precaria economía de los azulgrana alimenta las posibilidades de su marcha a la Premier League. En el Athletic empiezan a hacerse a la idea de que será complicada su continuidad.

Rápido, habilidoso y con un regate infrecuente en el fútbol de hoy, Nico atesora cualidades sobradas para seguir creciendo lejos de San Mamés, donde ha prendido como el futbolista más cualificado de la plantilla. El Athletic, no obstante, cuenta con una profundidad de banquillo que le permitiría afrontar su marcha sin un carácter traumático.

En la final, a medida que avanzaba el partido, Valverde tiró de alternativas más solventes que las que pudo manejar Javier Aguirre, entrenador del Mallorca, entre ellas Álex Berenguer, que dinamizó la banda derecha como relevo de Iñaki Williams y a quien correspondió marcar el penalti definitivo. En el ex jugador del Torino puede recaer la delicada tarea de tomar el relevo de Nico, si finalmente aleja su destino de los flamantes campeones de Copa.

Rodrygo ilumina de púrpura el Bernabéu

Rodrygo ilumina de púrpura el Bernabéu

No hay apuros que valgan contra el Madrid, que resuelve con suficiencia, como sin darse importancia. Con esa holgura con la que dominan la Liga, los blancos derribaron al Athletic gracias a dos goles de Rodrygo. Otra vez los ocho puntos de margen ante el Barcelona y otra vez Militao sobre el césped, siete meses y medio después de su lesión. En el tiempo añadido, cuando apenas había opción para el cambio, Ancelotti ordenó que su equipo tirase el balón fuera para que reapareciese su central. Así va de sobrado el líder. [Narración y estadísticas (2-0)]

El Madrid tardó siete minutos hasta reconocerse en su indumentaria morada, obra del diseñador japonés Yohji Yamamoto. Uno de esos caprichos del marketing que obliga, además, a saltar al Athletic de blanco al Bernabéu. De inicio, el equipo de Valverde quiso ofrecer su perfil más académico. El que le ha dado fama en Liga, donde aún pelea por una plaza de Champions con el Atlético. Ayer, cuando incluso parecía que iba creérselo, Rodrygo desbarató sus planes con un golazo. Un balón de Brahim en zona de nadie lo convirtió el brasileño en proyectil incandescente fuera del alcance de Agirrezabala. Dicen que esta cuarta equipación púrpura se inspira en motivos florales, pero la historia del Madrid se fundamenta en el cañón. Y no en las rosas.

Tras la semana de parón de selecciones, en una noche casi invernal, sólo algún insensato podía esperar alardes de estética en el Madrid. Sin embargo, aun sin balón, el equipo de Ancelotti controló casi a placer tras el 1-0. En esa confianza estriba su auténtico poderío. Anclado en Kroos, arropado en Rüdiger, el líder viene sacando así sus partidos. Y quiere ser campeón de Liga, más pronto que tarde, sin cambiar ese guion. Durante la primera media hora, el único motivo de asombro para su gente fue una finta de Brahim. A quién le importa, cuando las ocasiones terminan cayendo casi por inercia. El disparo de Fede Valverde, el cabezazo de Tchouaméni y el acercamiento de Bellingham frustrado por Vivian, pudieron ser definitivos para el Athletic.

Sin hacer daño

A seis días de la final de Copa, poco más podía exigirse a los muchachos de Valverde. Escondían el balón, buscaban los espacios, pisaban campo rival... sin encontrar jamás el modo de hacer daño. La baja de Nico Williams mermó su ataque y la lesión muscular de Yeray, antes de la media hora, desestabilizó su defensa. A la vuelta del descanso, Brahim aprovechó el resquicio entre Paredes y Lekue para largar un derechazo que se estampó contra el palo. Puede que el Madrid no andase para fiestas, pero es que el Athletic parecía pensar en la del próximo sábado en La Cartuja.

El único motivo de inquietud para Lunin llegó a balón parado, con una volea de Iñaki Williams tras servicio de Berenguer. El ucraniano, como casi siempre, respondió donde se le espera. Y para no faltar a la costumbre, el Bernabéu volvió a escandalizarse con el árbitro tras una extraña decisión de Alberola Rojas. No hubo forma de entender qué pudo interpretar antes del derribo a Rodrygo en el área. Se nota algo sobreactuado el brasileño al mínimo contacto, aunque lo crucial para Ancelotti es que ha vuelto por donde solía.

A campo abierto

Antes de la hora, Valverde quiso dar otra vuelta de tuerca con Ruiz de Galarreta, Yuri Berchiche y Adu Ares, pero el partido se jugaba cada vez más a campo abierto. En la primera andanada del Athletic, Nacho frenó con amarilla a Iñaki Williams, pero Vivian, en la siguiente, nada pudo ante Rodrygo. Su quiebro y su disparo, exquisitamente pulcros, merecieron por sí solos el precio de una entrada.

Con la ida de cuartos ante el City a la vuelta de la esquina, Ancelotti pudo reservar a Kroos y Valverde, víctima de un fuerte golpe. Cuando Militao saltó al césped, el estadio tributó al central una fabulosa ovación. Por entonces, Bellingham ya se había tapado la boca con una cremallera para no protestar un penalti a Alberola Rojas. Y Rüdiger había dejado claro a Muniain que no toleraría más empujones así ante Carvajal. Asuntos menores, al fin y al cabo, antes de recibir a Pep Guardiola.