Caído el imperio de la posesión, que fue la Roma del fútbol, a España le han pasado muchas cosas. Unas son las propias de la decadencia, de la pérdida de poder e influencia. Otras llegaron por obra y gracia de un puñado de cretinos que confundieron servir al fútbol español con servirse a sí mismos. La especie, lamentablemente, abunda. La reconstrucción sobre la ruina deportiva y moral es compleja, y más para Luis de la Fuente, que lleva un año es
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Empieza la fiesta en una Europa donde son cada vez más los que quieren que se acabe, y no sólo el 'outsider' español Alvise Pérez, surgido de la sentina de las redes sociales. Crecen los euroescépticos con discursos que desentierran la peor de las pasiones del continente: el nacionalismo. Nada ha costado tanta sangre. Entre esas pasiones ancestrales se encuentra también el fútbol, que levanta estandartes no siempre en la dirección adecuada, pero cuya reconstrucción a lo largo del tiempo es, hoy, lo más parecido al amenazado sueño europeísta, con libre circulación de jugadores desde la 'sentencia Bosman', hace casi 30 años, gracias a sus tribunales. Europa tiene un Real Madrid campeón de la Champions con más acento francés que español sin que ello ofenda a sus aficionados, y selecciones que integran a hijos y nietos de migrantes, como el francés Kylian Mbappé los españoles Lamine Yamal y Nico Williams, dispuestas a conquistar la Eurocopa. El fútbol, tantas veces señalado por las viejas lacras, tiene, pues, una misión, y no es únicamente la de ganar. Es la de mostrar cómo el balón transita mejor si encuentra puentes. Como las ideas. Como Europa.
Cuando Francia levantó su primer Mundial, en 1998, Jean Marie le Pen, fundador del Frente Nacional, se avergonzó del equipo que lideraba Zinedine Zidane por la mayoritaria presencia de jugadores de origen magrebí y subsahariano. Para este ex miembro de la Legión Extranjera no era digno de la 'grandeur'. Por entonces, se trataba también de un emergente 'outsider' de la política francesa, volcada con el proyecto europeo que había liderado Jacques Delors y en pleno desarrollo del Tratado de Ámsterdam, que ampliaba los ámbitos de competencia de la Unión Europea (UE). El perfil multirracial de 'Le Bleu' no ha cambiado, capitaneada la selección por Mbappé, de padre camerunés y madre argelina, fiel a la 'France noir, blanc et beur'. En cambio, el legado de Le Pen, aunque con matices y el nuevo nombre de Agrupación Nacional, ha llevado a su hija Marine a un triunfo histórico en las elecciones europeas del pasado domingo, en la figura de su apadrinado Jordan Bardella. Francia no es la Hungría de Viktor Orban ni la cambiante Polonia. Es el corazón del europeísmo, junto a Alemania, sede de la Eurocopa y donde los radicales y euroescépticos de Alternativa para Alemania (AfD) se han hecho con el segundo puesto.
El hincha Macron, cercado
Emmanuel Macron, un hincha de la selección, como demostró en los palcos mundialistas de Moscú y Doha, acudió a despedir al equipo de Didier Deschamps en Clairefontaine, 'Chez le Bleu'. Al contrario que su padre, Marine también se comportó del mismo modo en sus redes sociales cuando Francia ganó su segundo Mundial, en 2018. Es mejor estar del lado del fútbol, el problema es el mensaje que se incorpora. El de los nacionalistas y euroescépticos es peligroso, especialmente en un torneo de selecciones como el que se inicia, mañana, en Múnich, y con un 'revival' de grupos de hinchas violentos en el corazón del continente. Son los ultras 2.0.
La UEFA está formada por 55 federaciones nacionales, mientras que la UE la componen 27 países. La Europa futbolística es más grande que la política y ello obliga a equilibrios diplomáticos diferentes. No obstante, la coordinación es cada vez mayor, especialmente en lo que respecta a las grandes tensiones o conflictos internacionales, como sucede en la actualidad con las guerras en Ucrania y Gaza. El organismo de Aleksander Ceferin apartó a Rusia de las fases de clasificación, en paralelo a las decisiones de los países occidentales, pero mantiene en su seno a Israel, igual que Eurovisión, del mismo modo que las grandes potencias del continente no han retirado a sus embajadores en Tel Aviv.
Ucrania, causa y privilegio
Ucrania toma parte en el torneo, después de una heroica clasificación y de que sus jugadores hayan sido liberados de las férreas normas de reclutamiento en el país, al considerar que competir es su forma de luchar. Un criterio tan entendible por la propaganda que busca Volodimir Zelenski para la causa ucraniana, como polémico por tratarse de un privilegio. El portero Lunin ha dejado claro que los importantes son los que están en el frente.
Ucrania gozará de simpatías en Alemania, pero su competitividad está lejos de llevarla al grupo de las selecciones con aspiraciones, pese a estar en uno de los grupos más asequibles, junto a Bélgica, Eslovaquia y Rumanía. Su título es su presencia.
Calendario de la Eurocopa Alemania 2024
El sueño de Platini y el Brexit
Italia, campeona en 2021, un año después por la pandemia, vive en una montaña rusa: no se clasificó para el Mundial anterior (Rusia) ni para el siguiente (Qatar). El pedigrí es su aliado, pero no parece en condiciones de repetir la gesta que cumplió en Wembley, ante Inglaterra. En Londres concluyó una Eurocopa extraña por la pandemia y por transitar por varios países. Cuando Michel Platini, ex presidente de la UEFA, la ideó, pretendía ser un homenaje al proyecto europeo. Cuando se celebró, el 'Brexit' había dinamitado uno de sus puentes y Platini había dejado su lugar entre acusaciones de corrupción. La maldición quiso que la final se celebrara en Londres, fuera ya de la UE.
La Inglaterra que entonces perdió es un candidato a todo desde hace unos años, ya que goza de una de sus mejores generaciones, a la que ahora se añade Jude Bellingham, después de su estirón y su Champions en el Madrid. Sin embargo, algo falla a nivel mental en este equipo que dirige un entrenador de perfil bajo, Gareth Southgate. Estuvo cerca en el Mundial de Rusia, cayó ante Italia en la final de Wembley y perdió ante Francia, con un error de Harry Kane en el punto de penalti, en Qatar. Sabe que es su última oportunidad.
Francia es la roca, pero una roca por la corre Mbappé y sobre la que baila Griezmann. El nuevo jugador del Madrid falló un penalti en la tanda que dejó fuera a su selección en la última edición, pero en la final del Mundial, pese a la caída de Francia, dejó claro su capacidad para cambiar el signo de un partido. La Euro es su primer gran torneo lejos del PSG, un estímulo más para este futbolista-depredador. Vinicius hará lo mismo en la Copa América, antes de su encuentro en el Bernabéu para jugar juntos por más Champions y uno contra el otro por el Balón de Oro.
Datos de todas las Eurocopas
La bandera alemana
A ese Bernabéu no volverá Toni Kroos, cuyo regreso a Alemania es parte de su final de cuento. No todos lo escriben tan bien. Ha dado a la 'Mannschaft' el mando que necesitaba, porque jugadores de calidad le sobran. Kroos y el hecho de ser local confieren a Alemania una condición de favorita que no ha vuelto a exhibir desde su título mundial en Brasil, hace 10 años. Kroos estaba allí. Durante su Mundial de 2006, la juventud alemana acabó con complejo de exhibir su bandera, dado el pasado nazi. Ahora el peligro es que los radicales de la nueva Alemania no lo hagan en exceso y con otras intenciones.
También en Brasil estaba Cristiano, el eterno. El folletín que protagonizó en Qatar aventuraba un final de 'primadona' que ha perdido la voz, pero la gestión del español Roberto Martínez en el banquillo lo ha rehabilitado, pese a jugar en el balneario de Arabia. La clasificación de Portugal ha sido excelsa, hecho que la coloca en un segundo escalón en el que también está la España de Luis de la Fuente.
Campeona de la Liga de Naciones, donde derrotó a Italia y Croacia, rivales en su grupo, España llega tras la crisis del caso Rubiales, con un entrenador que fue parte del 'Rubialismo' y un presidente, Pedro Rocha, imputado. El balón dictará, pues, sentencia con respecto a una selección que depende de jugadores clave: Carvajal, Rodri, Pedri, Nico Williams y Lamine Yamal.
Carvajal ha hecho su mejor temporada tras muchos sinsabores con España; el jugador del City es el compás de un equipo pragmático, olvidado el catecismo de la posesión; el canario fue el mejor joven de la pasada Euro y vuelve al mismo sitio tras reventar y entrar en un bucle deportivo y personal; Nico tiene la platea que no le ofrece el Athletic, y Yamal está, a sus 16 años, ante el reto de romper en estrella de la Europa que viene, esperemos que con menos euroescépticos.
En esta Europa superada por los acontecimientos, aparece el fútbol para intentar poner orden: los extremos buenos son los que desbordan por la banda. Especialmente en España. Una vez jubilado definitivamente, y tarde, el tiqui-taca, que nos dio cinco años de gloria y 10 de sopor, la modernidad ha llegado a la selección y la única duda es si el espíritu conservador de Luis de la Fuente es capaz de entenderlo y deja fluir la alegría. La alegría, po
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Luis de la Fuente ha dirigido 15 partidos a la selección absoluta, a la que cogió inmediatamente después de que fuera expulsada de mala manera por Marruecos en el Mundial de Qatar luego de ofrecer 1.019 pases (un 77% de posesión) para un solo disparo a puerta. En ese invierno de 2022, mes de diciembre, se hizo famosa la necesidad de un Plan B, que en realidad no era otra cosa que buscar deshacerse, definitivamente, de una herencia tan bonita como nociva. La gran España, la España de la posesión, del tiqui-taca, la campeona en 2008, 2010 y 2012, había muerto hacía tiempo, pero nadie parecía haberse dado cuenta. De la Fuente ha sido el encargado de enterrarla.
La selección, cómodamente instalada en su lujosísimo hotel, escuchando a Estopa, La Oreja de Van Gogh y El Barrio cuando llegan a su campo de entrenamiento, ya no se detiene en cuestiones estéticas. Es más, repasando esos 15 partidos de De la Fuente, se descubre un dato. Quitando a la debilísima Chipre, el partido donde más posesión acumuló este equipo (77%) fue en la derrota, muy dolorosa, ante Escocia, en marzo de 2023. Es más, algunas de las mejores victorias (que son 12), algunas de las más importantes, presentan porcentajes discretos: un 62% ante Italia en la semifinal de la Liga de Naciones, un 54% en la final contra Croacia o un 59% en la victoria sobre Noruega en Oslo (59%).
"La vida pasa, y no podemos estar pensando siempre en lo que hicimos en aquellos años", sostiene Rodri, el arquitecto de este nuevo proyecto. "Luis quiere una selección más vertical, más contundente en las áreas, aunque una cosa es decirlo y otra implementarlo. Le da dos o tres pautas al jugador, no más, nos da mucha libertad", explica el mediocentro del City, que no lo dice, pero sí lo piensa: todo lo contrario que Luis Enrique, que dejaba mucho menos espacio a la improvisación del futbolista. El asturiano, por cierto, solía decir: "Nosotros jugamos siempre igual". Pues bien, esto también ha cambiado: "El juego cambia a nivel táctico dependiendo del rival, dependiendo del partido", explica Oyarzabal.
Lamine Yamal, en una sesión.AP
No confundir con no tener una idea. "Al revés, tenemos una idea clara, y no todas las selecciones tienen eso, así que hay que aprovecharlo. Intentamos dominar cada partido a través de la posesión y, sin pelota, hacemos una gran presión tras pérdida", analiza Grimaldo, uno de los nuevos. Posesión sí, pero ¿qué tipo de posesión? Intercede en este debate, de nuevo, Rodri. "Es una filosofía parecida, pero es verdad que intentamos ser un poco más verticales, sin tanta posesión. Digamos que queremos la posesión, pero para intentar hacer daño al rival".
¿Y dónde empezó todo? Pues fue en Tiblisi, capital de Georgia, en septiembre del año pasado. De la Fuente empezó con Dani Olmo y Marco Asensio en los extremos, pero ambos se lesionaron, y en el segundo tiempo salieron Nico Williams y Lamine Yamal, que debutaba. El festival terminó 1-7, con los dos chicos hiriendo a una selección no tan débil (de hecho está en la Eurocopa, pues se clasificó en la repesca). Tener esos dos aviones en las bandas ha terminado de empujar a De la Fuente a romper con el pasado. "Muy pocos extremos en Europa pueden igualar a Lamine y Nico, así que tenemos que aprovecharlo", cuenta Oyarzabal.
Otro fútbol
"Nos han venido los dos, con condiciones diferentes a lo que estábamos acostumbrados, y no podemos dejarlo pasar. Tienen regate, velocidad... Es una grandísima ayuda. Para mí, como mediocentro, jugadores que piquen al espacio son fundamentales", insiste Rodri, que ha visto cómo debe modificar sus hábitos respecto al City. "Aquí la clave", cierra Álvaro Morata, el capitán, "es que hay muchísimas soluciones, hay un abanico de tácticas diferentes que nos vendrán bien en los partidos que se complican".
En los alrededores del equipo, las cosas están más claras todavía. "Hace tiempo que no tenemos jugadores para hacer lo que se hacía hace 15 años", cuenta un veterano de Mundiales y Eurocopas, que las ha visto de todos los colores. Existe la impresión en la concentración de España, siempre desde la óptica de los que vivieron aquella época y viven esta, de que nadie ha sido capaz de asumir esa ruptura con la mejor herencia posible. Pero si Xavi, Iniesta, Silva o Cesc ya no existen, y hay futbolistas verdaderamente diferenciales en otro tipo de fútbol como Lamine o Nico Williams (sin olvidar los laterales, Dani Carvajal y Grimaldo), quizá sea el momento de olvidar los complejos. De la Fuente lo sabe.
Al Barça, otra vez, le tocó sufrir. Pero, por lo menos, consiguió llevarse un trabajado triunfo ante la Real Sociedad, gracias a un tanto marcado por Lamine Yamal en las postrimerías de la primera parte y a un penalti transformado por Raphinha en el añadido de la segunda, señalado mucho después de que tuvieran lugar la mano al final sancionada a instancias del VAR de Odriozola, que le permite depender de sí mismo para acabar segundo en la Liga y meterse así en la próxima Supercopa de España. Ahora mismo, el único aliciente que le queda hasta el final del campeonato. [2-0: Narración y estadísticas]
Más allá de la honrilla de ser, por lo menos, subcampeón, el Barça se juega también una buena cantidad de dinero por quedar en el segundo puesto. No en vano, es la única opción que tiene de meterse en la próxima edición de la Supercopa. Esta misma temporada, la participación del conjunto azulgrana en este torneo le supuso unos ingresos de unos siete millones de euros: seis por participar y uno más por alcanzar la final. Los números del club siguen aún en la UVI y el presupuesto de la temporada que viene contempla que el equipo que dirige Xavi Hernández pueda, por lo menos, tener presencia en este torneo. Y, de hecho, su ausencia sería también a su vez un buen golpe para este propio evento, dado que, en caso de que los barcelonistas o el Real Madrid no tomen parte, la cantidad económica a repartir se reduce en cinco millones de euros.
Con esa premisa, fue un tanto extraño ver a Ronald Araujo de inicio en el banquillo. Justo, cuando el nombre del uruguayo vuelve a sonar con fuerza como el de un posible traspaso que, por doloroso que fuera, podría suponer una importantísima inyección para las arcas barcelonistas. Pedri, mientras, suplente ante el Girona, formó en el centro del campo al lado de Gündogan, con Christensen como medio defensivo. Por el hecho de que el joven mediocentro recupere sus mejores sensaciones pasan gran parte de las esperanzas azulgrana de acabar el campeonato de la forma más aseada posible. El alemán, no obstante, sería de nuevo el más en forma de la medular. Una internada suya, tras aprovechar una buena acción de Lewandowski, sería la antesala del 1-0 para los azulgrana, marcada por Lamine Yamal a cinco minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario de la primera parte.
Lamine y Raphinha celebran el gol del Barça.LLUIS GENEAFP
Al Barça le costó lo suyo inaugurar el marcador. Hasta el tanto de Lamine Yamal, su mejor opción, de hecho, había sido fue un disparo al palo de Raphinha. Porque, sobre todo, aunque se las arreglaba para tener más el balón, pecaba de exceso de precipitación a la hora de buscar la finalización. La Real, mientras, tuvo alguna que otra opción de poner en serios aprietos a los locales, fiando gran parte de su suerte a un Becker que cuerpeaba una y otra vez para hacerse hueco con un Cubarsí que recuperó sus mejores sensaciones. El holandés, con todo, se las arregló para ganarle en alguna ocasión la partida. E, incluso, envió el balón al fondo de la red, en una acción finalmente invalidada por un fuera de juego casi al límite.
Los azulgrana saltaron al terreno de juego en la reanudación con mucho ímpetu. Tanto, que Raphinha buscó el 2-0 con un zapatazo desde la frontal casi nada más iniciarse la segunda parte y Gündogan, en un exceso de ganas, vio una amarilla en una arriesgada acción con Le Normand que le impedirá estar el jueves en Almería por acumulación de amonestaciones. Pero, pese a sus ganas, no encontraban la manera de abrir algo más de hueco en el marcador. Volvería a probarlo el brasileño, con otro remate lejano que obligó a Remiro a emplearse a fondo. También tendría casi acto seguido una gran ocasión Brais que no entró poco menos que de milagro. Y de un área, a la otra, con un disparo de Ferran, nada más reemplazar a Lewandowski, que hizo lucir de nuevo al meta rival y la que respondería también Ter Stegen tras tiro de falta de Zakharyan. Los goles, para unos y otros, se resistían. Hasta que Cuadra Fernández, muchísimo tiempo después y a instancias del VAR, dio un penalti que Raphinha convertiría en el definitivo 2-0.
La autodestrucción de Xavi, a patadas con la publicidad en la banda, fue la autodestrucción del Barça, como un Saturno que devora a sus hijos, a una obra inconclusa. Esta eliminación tras un 1-4 en su casa no augura que pueda acabarla, que reconsidere su decisión de marcharse. Cuando lo hizo del banquillo de Montjuïc, expulsado, era como si lo hiciera del Barcelona. [Narración y estadísticas (1-4)]
Lamine Yamal mostró un camino que el propio entrenador cercenó cuando sintió el miedo de una expulsión, la de Araújo, pese a los dos goles de ventaja en ese instante. El pavor llevó entonces al campo a los fantasmas de Liverpool, Roma o Lisboa, como sombras chinescas frente a un PSG que no necesitó a un gran Mbappé, pese a sus dos tantos. Bastó con su versión más terrenal para citarse con el Borussia Dortmund y cerrar las puertas de las semifinales de Champions a un club que vuelve a la casilla de salida, con su ADN, su deuda y sus miedos.
LA DECISIÓN DE YAMAL
Ese Yamal había sido Mbappé un solo instante fugaz, como la carrera de un guepardo, fugaz pero mortal. Hay algo felino en este futbolista que corre sin pisar la hierba. Se desliza. Hay algo también de depredador que aguarda su momento, ausente de lo que sucede durante muchos minutos, porque su minuto es el minuto de oro, el que justifica su presencia en el campo. Al recibir de Araújo, orientó con la cabeza y dejó atrás a Nuno Gomes como se dejan las puertas de esquí en un slalom. El centro del gol fue para Raphinha, que sumaba su hat trick en la eliminatoria después de sus dos goles en París.
Si había un jugador diferencial sobre el campo, acabábamos de verlo en Montjuïc. Si hubo un futbolista al que Xavi eligió para dejar el campo cuando Araújo fue expulsado, fue precisamente Yamal. La mirada baja del futbolista al retirarse era la de la resignación de un joven que todavía no siente como propia la jerarquía que ya tiene en el campo. Había dado al Barcelona la cobertura con la que protegerse, un gol más de ventaja, añadido al que ya trajo en el equipaje de regreso de París. Xavi pensaba en la muralla y por eso llamó a una torre, Íñigo Martínez. En su decisión había cálculo y poco ADN Barça. En su decisión perdía al futbolista que mejor podía correr a la espalda de un PSG desesperado y volcado. Lo lamentaría.
Araujo ve la tarjeta roja.FRANCK FIFEAFP
Había todavía partidos por jugar dentro del mismo partido, pero Luis Enrique era quien más claro tenía el suyo. Lo había empezado con el mando en el juego y los cambios que más le habían dado en el Parque de los Príncipes, como Barcola y Vitinha. El primero se situó en la izquierda, con Dembélé en la derecha, por lo que el lugar del 9 era para Mbappé. Centrado, buscaba saltar de la línea del vértigo, mientras Araújo iba en su busca a todas partes. Era el central del riesgo y era el central por el que empezaron los problemas para el Barcelona cuando había hecho lo más difícil y podía jugar realmente el partido que quisiera. En la ida lo consiguió; en la vuelta, no.
EXPULSIÓN FATAL
Barcola ganó en la carrera un balón al espacio y Araújo lo derribó al borde del área. La falta fue fuera del rectángulo, pero el colegiado le mostró la roja por tratarse Barcola del último hombre. El VAR no corrigió su decisión pese a las protestas azulgrana y al no estar el francés exactamente en perpendicular a Ter Stegen. Restaba una hora de partido, la hora de la autodestrucción.
El gol del PSG no llegó en la jugada inmediata, una falta mal lanzada por Nuno Gomes, pero el gol estaba ya en la dinámica del partido. Un centro de Barcola, en otra de sus llegadas por la izquierda, no fue interceptado por Cubarsí ni por Cancelo y Dembélé marcó a placer. Lo mejor para el Barça fue el descanso; lo peor, el regreso.
Lo hizo el equipo azulgrana con las mismas dudas con las que se había ido a la caseta, con el mismo miedo. El acoso metió en su área a un equipo que no está para levantar murallas, y menos un Íñigo Martínez fuera de la dinámica del equipo. En pocos minutos, había visto una amarilla en una disputa con Mbappé. También el francés, pero las amonestaciones pesan menos en un delantero.
UN TÉCNICO HISTÉRICO
Fabián pudo adelantar al PSG a los pocos minutos, pero lo hizo a continuación Vitinha en un paseo por la frontal en el que nadie salió a su encuentro, blando De Jong y en un papel que no es el suyo Lewandowski. El hábitat del polaco es el área contraria, no la suya. Mal asunto. La igualada en inferioridad enmudeció a un Montjuïc convencido de lo contrario y sacó de sus casillas a Xavi. Por una falta sin trascendencia, le dijo de todo al árbitro y pateó una valla de publicidad. Su expulsión era su fracaso, que no pudo corregir su hermano Óscar con las entradas de Ferran Torres, Fermín o Joao Félix, al que siguió el de un Barça desnortado y desamparado.
Cancelo cometió un penalti sin sentido sobre Dembélé cuando el francés iba hacia fuera del área. Ter Stegen se movió como un muñeco de feria y entonces Mbappé, un Mbappé de blanco, no falló para firmar con otro gol más una sentencia en la que poco tuvo que ver. Casi todo, lo bueno y lo malo, fue cosa de Xavi.
Con todo. Y con Pedri. Al Barcelona no le queda otra que poner su equipo de gala para meterse en las semifinales de la Liga de Campeones. El 2-3 conseguido frente al Paris Saint Germain le da una ventaja mucho más tímida que antaño y el canario, quien firmó la asistencia que le permitió a Raphinha igualar el partido a dos, formará, salvo sorpresa, parte de un once titular en el que no podrán estar ni Sergi Roberto ni Christensen, ambos baja por acumulación de amonestaciones tras ver sendas amarillas en París. Ahora, deben andarse con mucho ojo Frenkie de Jong, Ferran Torres, Joao Félix, Araujo y Lamine Yamal. Una cartulina, en su caso, les privaría de estar en la ida de las semifinales si los azulgrana consiguen culminar su pase de ronda.
«Cuando vuelves de lesión, notas el cansancio, pero me siento con fuerzas y tengo muchas ganas. Cuantos más minutos sean, mejor, pero puestos a elegir, prefiero jugar 80 y hacerlo al 100% antes que acabar a medio gas. Cuando no pueda más, pediré el cambio», aseveró Pedri en la rueda de prensa previa al duelo de este martes en Montjuïc. Por ahora, el canario parece haber exorcizado de una vez por todas los demonios de sus problemas físicos. «Cuando salgo al campo, no pienso en las lesiones que he tenido. El pase del otro día es parecido al que hice la última vez que me lesioné. Me doy cuenta luego. Ahora, tengo ganas e ilusión, que lo suplen todo», recalcó el centrocampista, consciente de la gran importancia de este partido. «Este y las semifinales de la Eurocopa serán los más importantes de mi carrera. Ojalá vengan muchos más. La afición se lo merece y estoy convencido de que nos ayudará con su apoyo», recalcó.
Ilusión recuperada
«Todos los que estén en la convocatoria de este martes están para jugar. Pedri debe ser muy importante», deslizó por su parte un Xavi que, junto con la plantilla, recibió la visita sorpresa de Joan Laporta, en la sesión de entrenamiento. El presidente, en un momento crucial de la temporada, le dio un abrazo. «Es un momento importante para el barcelonismo, hay ilusión, se nota en la calle. El presidente es un fanático del club, lo siente. Nos ha querido transmitir confianza, está emocionado, como todos. Hemos recuperado la ilusión que tanto ha faltado durante la temporada», abundó el técnico azulgrana, quien recalcó el gran peso que tendrán los jugadores en el encuentro. «Esto va de futbolistas, no de entrenadores. Y nuestros futbolistas estuvieron a un nivel brillante en la ida, todos. El trabajo de los entrenadores es inspirarlos», apuntó, consciente, además de que será fundamental templar los nervios.
«Visualizo un partido muy parecido al de la ida. Tendremos una guerra futbolística importantísima y habrá momentos en los que el equipo va a sufrir», explicó un Xavi que, de nuevo, quiso destacar la importancia del anuncio de su adiós en el cambio de imagen del equipo. «Ha sido bueno para mí, para los futbolistas e incluso también para la prensa. Se ha liberado todo el mundo. Todos han tenido más sentimiento de pertenencia, hacia el club y al equipo. Ha ido fenomenal», sentenció.
Movistar Plus ha decidido despedir a Germán El Mono Burgos tras su comentario sobre Lamine Yamal en la previa del encuentro de la Liga de Campeones entre el PSG y el Barcelona. El ex asistente del Atlético de Madrid, colaborador del espacio que presentaba Susana Guasch, realizó el siguiente comentario cuando vio al joven atacante azulgrana dar toques a un balón: "Ojo, si no le va bien termina en un semáforo".
Tras analizar la situación, Movistar ha anunciado hoy que deja de colaborar con Burgos. "En cumplimiento del código interno de conducta de Movistar Plus+, que contempla una política de tolerancia cero con cualquier comportamiento discriminatorio, la plataforma ha tomado medidas tras el episodio vivido anoche. Movistar Plus+ y Germán 'El Mono' Burgos dejarán de colaborar con carácter inmediato en los programas de la plataforma", anunció la cadena, que además advirtió que "se apercibirá a los presentadores del espacio donde se produjeron estos comentarios", en referencia a Susana Guasch.
El comentario provocó la indignación de la afición culé y la negativa del Barcelona y el PSG a dar entrevistas a la cadena después del encuentro. El conjunto azulgrana, que salió vencedor por 2-3, se sintió "ofendido y enfadado".
Al término del partido, el periodista Ricardo Sierra informó desde el Parque de los Príncipes de que el Barça no atendería a los micrófonos de la cadena por el comentario del Mono Burgos, y pidió disculpas en nombre de Movistar Plus+ al Barça y al jugador.
"Entiendo que muchos espectadores esperaban que tuviésemos alguna conversación o entrevista con el Barça. Pero la UEFA, PSG y Barça nos han notificado que no nos iban a atender porque estaban tremendamente enfadados con un comentario que se ha vertido en nuestro plató durante la previa. Por tanto, no nos iban a hacer ninguna entrevista, no hemos estado afortunados. Pedir disculpas desde aquí. Lo debemos hacer también desde el plató".
También lo hizo desde el plató el ex jugador argentino. "Ojalá hubiera tenido yo la habilidad de este chico. Fue un comentario sin querer herir a nadie y pido disculpas. Haciendo una humorada te metes en problemas y, en estos tiempos, tienes que aceptarlo y pedir disculpas", aseguró.
Horas después, la propia plataforma envió un comunicado pidiendo disculpas: "Con motivo de los desafortunados comentarios de uno de los colaboradores de Movistar Plus+ en la previa del partido de la UEFA Champions League entre el PSG-FC Barcelona sobre el jugador azulgrana Lamine Yamal, la plataforma pide disculpas públicamente".
El FC Barcelona y el PSG se negaron a atender a los micrófonos de la televisión que en España tiene los derechos de retransmisión del Champions League, Movistar Plus+, tras el vibrante duelo en el Parque de los Príncipes. El conjunto azulgrana, que salió vencedor por 2-3, se sintió "ofendido y enfadado" por un comentario que minutos antes del inicio del encuentro y desde el plató en Madrid hizo Germán 'Mono' Burgos sobre Lamine Yamal.
El joven futbolista del Barça fue protagonista en el calentamiento porque de manera permanente desde la grada era señalado con punteros láser y, cuando enfilaba el túnel de vestuarios seguido por las cámaras, lo hizo dando toques al balón. Eso provocó el comentario del ex guardameta del Atlético que acabó ofendiendo a los culés y, por solidaridad, al PSG. "Ojo, si no le va bien termina en un semáforo", dijo.
Al término del partido, el periodista Ricardo Sierra informó desde el Parque de los Príncipes de que el Barça no atendería a los micrófonos de la cadena por el comentario del Mono Burgos, y pidió disculpas en nombre de Movistar Plus+ al Barça y al jugador.
También lo hizo desde el plató el ex jugador argentino. "Ojalá hubiera tenido yo la habilidad de este chico. Fue un comentario sin querer herir a nadie y pido disculpas. Haciendo una humorada te metes en problemas y, en estos tiempos, tienes que aceptarlo y pedir disculpas", aseguró.
El Barça jugará en París bajo alerta amarilla. Más allá de la imperiosa necesidad de buscar un resultado que pueda permitirles decidir la eliminatoria ante el PSG en Montjuïc, los azulgrana mantienen hasta siete futbolistas en riesgo de perderse la vuelta de los cuartos de final de la Champions, si son amonestados en el Parque de los Príncipes.
La mayoría de ellos, con mucho peso en los esquemas de Xavi: Andreas Christensen, central reconvertido a mediocentro, Ronald Araujo, Frenkie de Jong, Sergi Roberto, Joao Félix, Ferran Torres y Lamine Yamal son los jugadores que tienen ahora esa particular espada de Damocles sobre sus cabezas.
De todos ellos, quien incurriría en un mayor riesgo es Araújo. No en vano, el joven central podría ser el elegido para tratar de contener las incursiones de Kylian Mbappé si, como es habitual, acaba jugando por la banda izquierda del ataque parisino. De hecho, el uruguayo ya ha protagonizado duelos de voltaje parecidos con el madridista Vinícius, en los que nunca ha pisado el freno.
Frenkie de Jong
Al mismo tiempo, Andreas Christensen, también con un rol defensivo pese a situarse en la medular, es otro de los que podría correr un peligro más serio. Una zona en la que, presumiblemente, le acompañará Frenkie de Jong que, tras su última lesión en el tobillo derecho, ya se ha ejercitado con normalidad con el resto de sus compañeros.
Más reducidas parecen las opciones para el capitán, Sergi Roberto, autor del gol que culminó la remontada en el 2017 y que ahora realiza labores más ofensivas que destructivas en el centro del campo. Lo mismo puede decirse de Joao Félix, Ferran Torres y Lamine Yamal, tres argumentos a los que Xavi suele recurrir para tratar de resquebrajar las defensas rivales.
En todo caso, la ausencia que podría resultar más dolorosa en caso de ser amonestado, sería la del canterano. Su aportación en ataque se ha dejado notar muchísimo y no es de extrañar que, pese a su juventud, muchos vean en su forma de jugar una de las grandes esperanzas del conjunto barcelonista para buscar un tremendo golpe de efecto. Una ilusión que, en el otro extremo del campo, encarna también otro joven al que no le faltan ni calidad ni descaro: Pau Cubarsí.
Achraf Hakimi
En el PSG, los futbolistas que también están a una cartulina amarilla de la suspensión son los defensas Lucas Hernández y Milan Skriniar y el centrocampista Manuel Ugarte. Además, Luis Enrique, no podrá contar en el partido de esta noche con el ex madridista Achraf Hakimi, suspendido, precisamente, por acumulación de amonestaciones. El lateral vio dos cartulinas en la fase de liguilla, una ante el Newcastle y una ante el Milan, a las que se les sumó una más frente a la Real Sociedad en la vuelta de los octavos de final jugada en Anoeta.