Milot Rashica, con dos goles y una asistencia, y Rafa Silva, con dos asistencias y un gol, amargaron al Athletic en Estambul, donde concluyó su racha de cinco victorias consecutivas en la Europa League. El equipo de Ernesto Valverde, plagado de caras nuevas, deberá esperar para completar su pase a octavos de la Europa League, cuya primera fase cierra el próximo jueves ante el Viktoria Plzen en San Mamés. [Narración y estadísticas (4-1)]
Las rotaciones no sentaron bien al Athletic, privado de inicio de piezas básicas como Iñaki Williams, Iñigo Ruiz de Galarreta y Dani Vivian, y dieron una merecida victoria, al equipo de Ole Gunnar Solksjaer, que debutaba en el banquillo. Desde el inicio, el Besiktas impuso su solidez en defensa y la calidad de sus centrocampistas.
Rashica clavó en la escuadra de Julen Agirrezabala una incorporación desde la banda, en una jugada iniciada por Ernest Muci y con un precioso taconazo de Rafa Silva.
Agirrezabala, en el mano a mano
Ate un Athletico lento y romo, la superioridad local se plasmó durante la primera parte. Los Leones sólo pudieron desperezarse poco antes del descanso, con un par de acercamientos de Beñat Prados y Alex Berenguer. El preludió de la jugada del empate, bien definida por Unai Gómez. La ajustada posición del futbolista de Bermeo debió ser examinada por el VAR.
Premio para un Athletic remolón y demasiado castigo para un Besiktas que no acusó el golpe. A la vuelta de la pausa, los locales generaron tres ocasiones en 10 minutos. En las dos primeras se interpuso Agirrezabala en sendos manos a mano ante Ciro Immobile y Rafa Silva. En la siguiente, un gran cruce de Unai Núñez evitó que Rashica se plantase otra vez frente al guardameta donostiarra.
Pareció recuperarse el Athletic con una ocasión que Nico Williams, en fuera de juego, falló ante Mert Günok. Sin embargo, al cuarto acercamiento del Besiktas, de nuevo con Rafa Silva y Rashica, se tradujo en el 2-1. Esta vez con el portugués asistiendo y el albanokosovar marcando tras otra cabalgada por la banda derecha. Y aún quedaban el tercero, en el que Rashica y Rafa Silva intercambiaron los papeles, y el 4-1, un penalti de Nico Serrano a Semih Kilicsoy certificado por el VAR, que transformó Joao Mario.
Telmo Goikoetxea Cedrún tiene nueve años y juega en los benjamines del Cultural Durango. De portero, cómo no. Es nieto de Andoni Cedrún (Durango, 1960), guardameta del Athletic entre 1980 y 1983 y del Real Zaragoza entre 1984 y 1996, equipo con el que ganó la Recopa. Es biznieto de Carmelo Cedrún (Amorebieta, 1930), que jugó en el Athletic entre 1950 y 1964 y está considerado uno de los porteros señeros del equipo vizcaíno. «Ha visto vídeos de mi padre y también algunos míos», comenta Andoni en conversación telefónica con este periódico. La tradición viene de largo. De muy largo. Nadie olvida a Raimundo Lezama, que ganó seis Ligas y dos Copas con el Athletic y vivió sus mejores días con los rojiblancos, en los años 40 del pasado siglo. Ni a Andoni Zubizarreta, contemporáneo de nuestro interlocutor, el primer futbolista que alcanzó los cien partidos internacionales con la selección española.
Y José Ángel Iribar Cortajarena. Palabras mayores. Nacido en Zarauz hace 81 años, el hoy embajador del club aún se dejar caer por las instalaciones de Lezama para ver crecer a sus émulos, pues la figura del Chopo trasciende generaciones.
«No es un milagro ni algo casual. Se fue Kepa Arrizabalaga. Se fue Remiro. Y la portería del Athletic es la mejor cubierta de España. Se trabaja en Lezama con un concepto. Algunos niños querrán ser como los Williams, pero muchos prefieren ser porteros. Tienen mitos como Iribar, grandes referentes», dice Cedrún.
«En la final de Copa fue clave»
En el equipo que ahora entrena Ernesto Valverde, cuarto en el campeonato de Liga, líder en la Liga Europa, presto para volver a disputar a comienzos de año la Supercopa de España y dispuesto a defender el título de Copa del Rey reconquistado el pasado año, las cosas estaban bastante claras: Unai Simón, titular en la selección dirigida por Luis de la Fuente que ganó la Eurocopa, era fijo en los partidos de Liga; Julen Agirrezabala (San Sebastián, 2000) fue el hombre de la Copa, de principio a fin, hasta el partido definitivo en La Cartuja de Sevilla, ante el Mallorca. Simón fue operado en la muñeca derecha después de la Eurocopa.
Los problemas lumbares de Agirrezabala dieron a Alex Padilla, que podría salir hacia Los Pumas de México en el mercado de invierno, la oportunidad de disputar cinco partidos a comienzos de curso. Agirrezabala, no obstante, se haría con la titularidad y se consolidaría en el puesto para discutírselo a Simón, quien, cuatro meses después, ya estaba de vuelta.
«La Copa la ganó él. En la final fue clave. Tiene reflejos, vive intensamente el juego, es rápido en los tiros bajos y a media altura, y maneja bien los pies. Es eléctrico», le retrata Cedrún. «A Unai no le vas a ver nunca nervioso. Es hielo. Es frío, calculador, posee una enorme templanza».
Bajo la tutela de Agirreoa
Simón (Vitoria, 1997) reapareció el 28 de noviembre en el partido de la Liga Europa ante el Elfsborg, que ganó el Athletic 3-0 en San Mamés. Volvería a jugar el pasado domingo, en la visita liguera de los rojiblancos al Alavés. Un balón mal rechazado facilitó a Joan Jordán anotar el definitivo 1-1. Al igual que sucediera en el partido frente a Croacia en la Eurocopa, cuando recepcionó mal un pase de Pedri y concedió el primer gol del partido, Simón admitió con humildad su error. Ante los balcánicos, se reveló clave en el desenlace. España ganó 5-3 en la prórroga. Nadie duda de que resurgirá.
El arco se cuida con mimo desde las categorías inferiores en el Athletic. En la cosecha de los últimos lustros, tiene mucho que ver Peio Agirreoa, responsable del área de formación de los porteros hasta el verano de 2023, cuando se jubiló. A la vera de Agirreoa, el primer hombre que ocupó la portería tras la retirada de Iribar, crecieron, entre otros, Arrizabalaga, Remiro, Simón, Agirrezabala y Padilla.
Julen Agirrezabala, en un partido de Copa ante el Valencia.Julen LazkanoGetty
«La portería del Athletic es un cheque al portador», apunta Cedrún, hoy director de la empresa de seguros Willis Watson Iberia en Aragón. Recuerda el traspaso de Arrizabalaga al Chelsea en el verano de 2018 por 80 millones de euros, el más caro de un guardameta en la historia del fútbol.
Valverde no desveló quién ocupará este sábado la portería en El Sadar contra Osasuna. Agirrezabala, aclamado en San Mamés en la victoria ante el Real Madrid, cuando detuvo un penalti a Mbappé tras cometerlo él por una salida en la que arrolló a Rudiger, parece ofrecer mayores garantías en este momento. Buen gestor del vestuario, sereno y pragmático, el técnico sabrá gestionar la situación. El problema. Bendito problema.
Un doblete de Iñaki Williams en Estambul enfiló hacia los octavos de la Europa League al Athletic, que duerme líder de la clasificación tras imponerse con autoridad al Fenerbahçe de José Mourinho, silbado por su propia afición durante algunos tramos del partido. El único contratiempo para el equipo de Ernesto Valverde se produjo poco antes del descanso, cuando Nico Williams tuvo que retirarse lesionado y ceder su sitio a Alex Berenguer. En el minuto 37, el internacional español empezó a quejarse de algún problema físico, que parecía muscular y de cierta entidad porque cojeaba ostensiblemente. [Narración y estadísticas (0-2)]
Todo lo demás resultó realmente apacible en el Sükrü Saraçolu, donde Iñaki abrió el marcador en el minuto cinco, con un gol a placer cedido por Gorka Guruzeta tras un grave error de Samet Akaydin, y lo cerró en el 45 con un durísimo disparo a la escuadra derecha de Dominik Livakovic.
Se trata de la sexta victoria consecutiva y el duodécimo partido invicto para Los Leones, que encadenan cinco triunfos consecutivos en Europa. A falta de dos jornadas para el final de la primera fase, cuentan con tres puntos sobre sus perseguidores, por lo que presumiblemente evitarán la ronda de dieciseisavos y dispondrán de ventaja de campo en octavos.
20 minutos en superioridad
Aunque el Fenerbahçe no se rehízo mal del 0-1, el Athletic desperdició dos claras ocasiones, una doble, para ampliar diferencias. En la primera el mayor de los Williams no llegó a controlar un balón peligrosísimo al área pequeña de Ohian Sancet. En la segunda, Guruzeta estrelló en Livakovic un mano a mano tras un robo en la salida rival.
No definió el 0-2 el Athletic y le tocó sufrir el cuarto de hora siguiente. En especial, con un disparo cruzado desde la frontal de Mert a centímetros del palo izquierdo de Julen Agirrezabala. Al filo del descanso, Iñaki colocó el 2-0 en un jugada ya conocida del Athletic. Un pase de Aitor Paredes a Sancet, que alarga al hoy capitán, autor de un extraordinario disparo por el primer palo. Mazazo para los de Mourinho, que hizo un cambio en el descanso, sustituyendo a Samet. También movió ficha Valverde, que quiso protegerse de una posible inferioridad numérica relevando a Yeray Álvarez, con amarilla desde casi el comienzo.
Nico Williams sale del rectángulo tras su lesión.EFE
En el arranque de la segunda a parte, a pesar de las ganas de los locales, se mascaba más el 0-3 que el 1-2. Un cabezazo de Guruzeta y una incorporación al área de Andoni Gorosabel anticiparon un remate complicado de Berenguer, a centro de Williams, que a punto estuvo de entrar por la escuadra. El choque se tornó en un ida y vuelta, aunque cualquier emoción se desvanecería tras la roja a Mert en el minuto 69 por dos duras entradas sobre Iñaki Williams.
Con una remontada en un margen de dos minutos, el Athletic se trajo los tres puntos de Bulgaria, dando un paso más hacia la siguiente fase de la Europa League. La situación se había complicado en el minuto 20, cuando el Ludogorets se adelantó gracias a Erick Marcus. Sin embargo, los goles de Iñaki Williams, asistido por Óscar de Marcos, y Nico Serrano, a pase de Unai Gómez, obraron la tercera victoria en cuatro jornadas para el cuadro bilbaino. [Narración y estadísticas (1-2)]
Un disparo alto de Nico Williams a los 15 segundos pareció avanzar buenas cosas para el Athletic. Pero no fue así en la primera mitad porque, aunque los de Ernesto Valverde llegaban en más ocasiones, mayor sensación de peligro daba el Ludogorets.
Aún con ello las primeras oportunidades de gol fueron rojiblancas, en las que Iñaki Williams no estuvo fino. Primero para empalmar, como ya ha hecho alguna vez, un centro desde la línea de fondo de su hermano; y después para reaccionar en el segundo palo a un córner de Berenguer que había sobrepasado al meta y la defensa locales.
Decisivo triple cambio
Perdonó el mayor de los Williams y en la siguiente jugada el conjunto búlgaro abrió el marcador. Lo hizo tras el saque de otro córner, con un impresionante disparo desde la frontal de Erick tras el rechace de Yuri al saque de esquina. Marcó un segundo gol el Ludogorets, pero lo hizo en claro fuera de juego de Rwan Cruz antes de ceder a su compatriota Rick para que superase a Julen Agirrezabala con una picadita suave.
Llegando al descanso, Berenguer, el más activo de su equipo hasta entonces, buscó batir a Padt con un libre directo, pero el meta respondió despejando a un córner en el nació lo que pudo haber sido el 2-0. Una contra local tras pérdida de Gorosabel que Erick cruzó demasiado encarando a Agirrezabala.
No varió el devenir del choque al regreso de vestuarios, ya que Duha amenazó de nuevo con el 2-0 con un balón a la espalda de la defensa, en el que le apuró Dani Vivian y acabó solventando Julen. Viendo cómo iban las cosas, Valverde decidió un triple cambio que su equipo estaba pidiendo a gritos, en especial a los desafortunados Gorosabel y Djaló.
Control y disparo
Intensificó su dominio el Athletic, empezó a aparecer Nico, y dos disparos desde frontal de Yuri y Unai Gómez, clave en su salida al campo, avanzaron al Ludogorets lo que se le venía encima. Que fue la remontada bilbaína en un minuto, con dos lecciones de control y disparo de Iñaki y el joven Serrano.
Iñaki se resarció de las ocasiones falladas en la primera mitad con un control orientado y un duro disparo que premió la enésima asistencia que le da De Marcos. Serrano acarició el balón que le pasó Unai Gómez, recortó para buscar el ángulo y disparó con la fortuna de que el balón dio en Son para hacer más imposible aún la parada a Padt.
Todavía pudo marcar el 1-3 el Athletic en ocasiones de Herrera y una doble tras córner de Paredes y Williams; aunque también pudo empatar el Ludogorets con un disparo de Gusev que impactó en el cuerpo de Yuri antes de una pequeña tangana final consecuencia de una dura entrada de Serrano a Rwan Cruz.
El Athletic volvió a rugir en Europa seis años después de la última vez, celebrando un gol salvador de Aitor Paredes en los compases finales de un partido ante la Roma donde supo sufrir, para empujar con convencimiento en los minutos finales y llevarse un punto en la primera jornada de la Europa League. [Narración y estadísticas (0-1)]
Volvió el Athletic a competir en Europa 2387 días después la última vez. Y volvió puntuar en un partido que parecía perdido. Fueron seis años largos en los que peleó por volver a vivir noches grandes. Su reestreno fue sin Nico Williams en el once titular, en una de las grandes plazas de la competición y ante una Roma acostumbrado a rendir en la Europa League, semifinalista de la pasada edición y finalista en la anterior.
Muchos condicionantes en contra que, sin embargo, no pesaron a los 'leones' en los primeros 15 minutos, en los que presentaron una versión muy positiva. Agresivo y ofensivo. Con personalidad y presencia. El Athletic dispuso de dos ocasiones claras, pero las desaprovechó con definiciones erráticas de Iñaki Williams y Paredes.
El plan de Juric
A partir de entonces, el equipo de Ivan Juric se hizo claramente con el control. Coincidió su despertar con el del Olímpico, mudo los primeros 15 minutos a modo de protesta por sus enfrentamientos con la directiva y el despido de Daniele De Rossi, al que recordaron con una pancarta. Con un plan claro, con mecanismos ofensivos y una presión al hombre a todo campo, llegó la primera de la Roma. De un pase largo de Celik a Artem Dovbyk, que superó a Vivian y que tuvo que salvar Agirrezabala con una salida in extremis.
El gol llegó en otra jugada preciosa giallorossi, con Paulo Dybala como ejecutor de un caño, una apertura a banda para la subida de Angeliño y un centro medido del español a la cabeza de Dovbyk, que sumó el tercer gol en los últimos tres partidos.
Mejoró notablemente el Athletic tras el descanso, aunque sin hacer trabajar demasiado a Svilar. Ni siquiera con la entrada de Nico por Djalo pudo marcar la diferencia. Sólo un disparo de Iñaki Williams asustó al meta serbio antes del gol. Tenía la posesión ante un rival que se dejaba hacer, pero que era sólido.
Del 2-0, al 1-1
De hecho, la más clara la tuvo La Loba en pies de Soulé, que había sustituido a Dybala. El argentino se encontró con un regalo de Paredes, que le dejó solo ante Agirrezabala tras un inoportuno tropezón que el meta vasco se encargó de desbaratar tras una gran intervención.
Pero el Athletic no se iba a rendir tan fácil en su vuelta y en cuanto encontró una grieta la exploró hasta sacar petróleo, encarnada en Abdulhamid por el perfil diestro romano, desde el que Nico botó una falta salvadora que Núñez remató en un primer momento, ganado por arriba a Hermoso, y que Paredes se encargó de remachar desde el corazón del área, resarciéndose de sus dos errores previos.
El 7 de noviembre se cumplirán ya cuatro años de una lesión que cortó de raíz la progresión de un jugador que se atrevió a heredar el 10 de Leo Messi. Desde entonces, el camino de Ansu Fati, llamado hasta entonces a convertirse en el nuevo gran ídolo de la afición azulgrana, mucho antes de que Lamine Yamal irrumpiera en escena, ha estado plagado de baches. En el arranque de la pretemporada, sus ganas e ilusión por hacerse con un puesto en el nuevo Barça de Hansi Flick provocaron que el técnico valorara muy positivamente sus opciones.
No obstante, una lesión en la planta del pie derecho, cuando mejor parecían irle otra vez las cosas, le recordó el lado más amargo del fútbol. Esta misma semana, por fin, ya ha podido entrenarse con el grupo y, si todo va bien, incluso podría tener minutos contra el Girona este domingo en Montilivi.
En sus comienzos con el primer equipo, de la mano de Ernesto Valverde, parecía estar tocado por una varita mágica. Fue todo un soplo de aire fresco y, además, también logró marcar goles decisivos para los suyos. Por eso, no es nada raro que el actual técnico del Athletic propiciara su estreno con el primer equipo cuando aún tenía 16 años.
7 de noviembre de 2020
El 26 de septiembre de 2021, en su primer regreso desde los infiernos, ya con Ronald Koeman como entrenador azulgrana, volvió a evidenciar esa suerte de toque especial. Después de haber pasado por hasta cuatro operaciones de rodilla para olvidar de una vez por todas ese 7 de noviembre de 2020, vivió un retorno al césped de ensueño.
Saltó al terreno de juego como relevo de Luuk de Jong a falta de nueve minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario y, tras firmar varias acciones de mérito, culminó su reestreno con un gol que sellaba el definitivo 3-0 ante el Levante. A su padre, Boti Fati, incluso se le escaparon algunas lágrimas de emoción cuando el joven atacante subió a la grada para fundirse en un abrazo con el doctor Lluís Til, a quien consideraba como el gran artífice de su retorno.
La alegría, a pesar de todo, volvió a serle esquiva. Un mes después, se resintió otra vez de molestias en la rodilla. Y, posteriormente, encadenaría una serie de problemas musculares que, unidos a otros condicionantes físicos, le llevarían a permanecer en el dique seco 162 días más.
Cláusula de 1.000 millones
En la temporada 2022-23, con Xavi Hernández como máximo responsable del banquillo, las lesiones parecieron darle tregua: únicamente se perdió dos partidos por este motivo, con un total de seis días de baja por una contusión en la rodilla. Su papel en el equipo, pese a ello, no fue aquel que parecía llamado a tener en sus primeros días. El de Terrassa contó mucho con él y llegó a alinearlo en 51 partidos de una campaña en la que los azulgrana se hicieron con la Liga y con la Supercopa de España, pero partiendo casi siempre desde el banquillo. Únicamente formó parte del once titular en 13 ocasiones. Y su rendimiento, cómo no, también se resintió. En total, marcó 10 goles, siete de ellos en la Liga, dos en la Copa del Rey y uno en la Supercopa de España, y repartió cuatro asistencias, todas en el torneo de la regularidad.
El curso pasado, el club decidió buscarle una salida en forma de cesión a un jugador que, en octubre de 2021, el día en que se hizo oficial la última ampliación de su contrato como azulgrana y su decisión por lucir el 10 de Messi, había visto cómo su cláusula de rescisión se catapultaba hasta los 1.000 millones de euros. Entonces, parecía llamado a ser el relevo del gran ídolo, quien había vivido una traumática salida de la entidad ese mismo verano. Su paso por el Brighton no fue todo lo bien que habría desado. Con el equipo inglés jugó 27 partidos, 19 de ellos en la Premier, seis en la Europa League, uno en la Copa y uno en la Copa de la Liga, casi siempre saliendo desde el banquillo, y anotó un total de cuatro goles.
Una lesión en el gemelo derecho, en este caso, provocó que se perdiera un total de 14 encuentros y removió viejos fantasmas que, ahora, quiere exorcizar de una vez por todas en el Barça.
Lamine Yamal y Nico Williams tienen una conexión especial. Tanto sobre el césped, cuando defienden los colores de la Roja, tal y como quedó demostrado en la pasada Eurocopa, como fuera de él. Mientras duró una competición que culminó con el cuarto título de su historia para la selección española, el joven de los Williams casi siempre estaba cerca de los jugadores del Barça. Una actitud que llevó a propios y extraños a pensar que su fichaje por el club azulgrana no era para nada una quimera. Más aún, cuando tanto el ahora 10 del Athletic, como la última gran perla de La Masía, pasaron también juntos incluso parte de sus vacaciones. Su amistad, a pesar de todo, tendrá que quedar aparcada este mismo sábado, cuando el conjunto que dirige Hansi Flick se mida en Montjuïc a unos leones que han peleado con uñas y dientes para evitar que el jugador hiciera las maletas. Por lo menos, este mismo verano.
El propio presidente, Joan Laporta, en la presentación del técnico germano, dejó caer que el club estaba en disposición de contratar tanto a Dani Olmo, su único gran fichaje, al que se le sumaría también el del joven Pau Víctor, como a Nico Williams. El Athletic, no obstante, removió cielo y tierra para asegurarse la continuidad de un jugador al que le dieron nuevos galones otorgándole un dorsal con tanto peso como el número 10 y por quien estaban incluso más que dispuestos a denunciar al Barça ante la Liga si, finalmente, el club pagaba los 58 millones de euros que figuran ahora mismo en su cláusula de rescisión. Su argumento: que la entidad azulgrana incumpliría los controles económicos de la competición y que superaría el límite salarial que tiene establecido. Algo que se evidenciaría, en este caso, con los problemas que está teniendo el club barcelonista para inscribir a Olmo y que han acabado cristalizando en la salida relámpago deIlkay Gündogan, cuyo regreso al Manchester City traspasado a coste cero se oficializó este mismo viernes.
"Después de sólo un año, ya es hora de decir adiós. Vine aquí para afrontar un reto nuevo y emocionante, y estaba preparado para hacerlo. Lo di todo para luchar por el equipo y el club de la mejor manera posible en una temporada difícil y quería ayudar a mis compañeros en una nueva campaña. Ahora me voy en una situación difícil, pero si mi marcha puede ayudar financieramente al club, eso hace que me sienta un poco menos triste", señaló el alemán en un mensaje escrito en inglés y compartido a través de sus redes sociales. "Después del partido contra el Valencia, tuvimos una conversación honesta y pensé que quería ayudarnos, pero ha cambiado de idea, son cosas que pasan. Le conozco personalmente, ha sido un jugador fantástico para el Barça y sólo puedo decir cosas buenas de él", señaló al respecto Hansi Flick.
Con esta salida, eso sí, espera que Olmo pueda ser al fin inscrito en la Liga. "Dani, está listo para jugar, esperamos que pueda hacerlo, que pueda entrar en el equipo y que pueda ayudarnos. Confío en poder disponer de él lo antes posible", aseguró el técnico alemán, quien tuvo también palabras de elogio para un Lamine Yamal a quien tiene en muy alta consideración. "Jugó la Eurocopa, lleva dos semanas y media entrenando con nosotros y lo que he visto hasta ahora es increíble. Tiene posesión, control... Jugadores como él ayudan enormemente a cualquier equipo. Espero que no repitamos los errores que cometimos en la primera mitad en Valencia y hay que ubicarlo en la posición adecuada», apuntó acerca del joven crack barcelonista. Muchísimo más parco en palabras, eso sí, se mostró a la hora de valorar el juego de un Nico Williams por quien tanto han suspirado los azulgrana.
"No es mi trabajo hablar de él, yo me centro únicamente en mis jugadores. Jules Koundé le frenará bien", se limitó a apuntar Flick acerca del delantero del Athletic. El tira y afloja que han protagonizado tanto la entidad bilbaína como el Barça por el jugador, con el club azulgrana resistiéndose a renunciar a su contratación hasta prácticamente el último momento y los leones jugando todas las cartas posibles para retenerlo, mientras el propio futbolista hacía gestos más dirigidos hacia su continuidad, podría provocar que la grada de Montjuïc le brinde un recibimiento poco amistoso. Ernesto Valverde cree que todo discurrirá con normalidad. "Yo he jugado muchos partidos en Montjuic. Y te garantizo queno es el campo más caliente del mundo, más que nada por la distancia que hay con la gente. Además, es verano. El público animará a su equipo, habrá muchos turistas y la gente estará con ganas de ver al Barça, igual que cuando nosotros jugamos aquí. No espero nada especial", dijo ayer el técnico del Athletic.
El Athletic y el Getafe se repartieron los puntos en un partido con marcado protagonismo de dos debutantes: Álex Padilla, bajo los palos del conjunto bilbaíno, y Christantus Uche, en el equipo azulón. El nigeriano, precisamente, fue el encargado de materializar el tanto del definitivo 1-1 después de que Oihan Sancet, en la primera mitad del encuentro, abriera el marcador con tremendo zapatazo desde la frontal del área ante el que nada pudo hacer un David Soria que, en la recta final del duelo, fue vital para que los de Bordalás amarraran el empate.
Ernesto Valverde apostó por dejar inicialmente en el banquillo a un Nico Williams por quien el Barça se resiste a arrojar la toalla, por mucho que sus esperanzas sean cada vez más tenues. Más aún tras escuchar la algarabía con la que le recibió la grada cuando, ya en el segundo tiempo, saltó a la banda para calentar y acabó por ingresar en el terreno de juego para tratar de romper la igualada en el marcador, después de que Sancet mandara el partido al descanso con 1-0 para los locales. Y eso que fue el Getafe, con su fútbol directo, el que llegó inicialmente con más peligro a la portería de un Álex Padilla que, pese a su juventud, no se dejó impresionar ni por el hecho de debutar en Primera ni por hacerlo en un escenario con un aura tan especial como San Mamés.
Para saber más
El tanto de Sancet, inapelable, unido a la lesión de Arambarri, le pasó factura a un Getafe que a punto estuvo de marcharse al descanso con un nuevo jarro de agua fría sobre sus hombros. El disparo de Iñaki Williams, en el añadido, no obstante, acabó por perderse por la línea de fondo. Muy cerca, eso sí, del marco visitante. Pese a todo, el equipo azulón saltó al césped en la reanudación más que dispuesto a poner la igualada en el marcador. Peter Federico avisó con un disparo al larguero, finalmente invalidado por fuera de juego. Y Carles Aleñá, por su parte, vio cómo Padilla firmaba una intervención providencial con su pie izquierdo para negarle un gol que el ex azulgrana casi daba por cantado.
Nada pudo hacer, en cambio, para evitar que otro debutante en Primera, el nigeriano Christantus Uche, anotara el tan buscado tanto del empate con un colocado remate de cabeza tras saque de esquina los visitantes antes de que se cumplieran los primeros 20 minutos de la segunda parte. El revulsivo que buscó Valverde con la entrada en el terreno de juego de Nico Williams a punto estuvo de surtir buen efecto pronto, con un disparo envenenado desde la frontal del menor de los Williams perfectamente desviado por David Soria. La insistencia por encontrar el tanto del triunfo de los locales subió cada vez más enteros cuando el duelo se acercaba inexorablemente a su final, pero nada pudieron hacer a la postre para romper un 1-1 que, a la postre, fue definitivo.
Hansi Flick se convertirá este sábado en el último técnico extranjero que se estrena en el fútbol español. Lo hará desde el banquillo de un Barcelona que en los últimos años ha sido una montaña rusa de emociones. Y, también, un potro de tortura. Dos leyendas de la entidad azulgrana, Ronald Koeman y Xavi Hernández, acabaron triturados por la exigencia de un puesto para el que no se tiene memoria. Ni paciencia. El primero, dejó la entidad por la puerta de atrás tras ganar una Copa del Rey. El segundo fue despedido tras sumar una Liga y una Supercopa de España y poco después de ser ratificado en su cargo.
El banquillo azulgrana supone un desgaste tremendo. Incluso a nivel físico. Basta con ver fotografías de Pep Guardiola, Luis Enrique o Ernesto Valverde, al inicio y al final de sus respectivas etapas, para comprobarlo de manera tremendamente esclarecedora. Para esta entidad que el primer equipo cierre una temporada en blanco es imperdonable. A sus seguidores no les importa lo más mínimo que la caja del club esté atravesando por un largo proceso de recuperación. Algo que condiciona las operaciones que pueden llevarse a cabo para conseguir los refuerzos adecuados para pelear por todo. Por lo pronto, el club ha cerrado este verano, hasta ahora, únicamente dos llegadas: Pau Víctor y Dani Olmo. Y, al menos hasta ayer, ninguno de los dos estaba convenientemente inscrito para jugar el sábado ante el Valencia en el estadio de Mestalla.
Cambios en el estilo
Las lesiones de Pedri o Frenkie de Jong, la Eurocopa y los Juegos Olímpicos han provocado que Flick se viera obligado a afrontar los primeros amistosos sin muchos jugadores clave. Y, cuando por fin pudo contar con algunos de ellos, sobre todo con uno que ha tomado tanta trascendencia como Lamine Yamal, llegó la derrota más dura y clara. Con el 0-3 encajado ante el Mónaco, el alemán escuchó los primeros pitos de una grada que va a ser muy exigente. Desde el primer minuto. Los seguidores barcelonistas quieren victorias y buen juego, y les trae sin cuidado que el libro de estilo del ex entrenador del Bayern (bajo su dirección derrotó 2-8 al Barcelona en la Champions de 2020) y de la selección germana (estuvo desde 2021 a 2023) tenga en principio poco que ver con aquello a lo que se han acostumbrado en las últimas décadas.
La preparación física es vital para un entrenador que exige a los suyos que desplieguen una presión asfixiante por todo el terreno de juego. Por eso, las cargas de trabajo están siendo muy fuertes. Ante el Mónaco, los azulgrana parecieron no tener fuelle suficiente durante muchos minutos. Puede que su equipo vaya a ir de menos a más. Pero, aun así, ganar ante el Valencia es vital. Si no, descubrirá muy pronto la peor cara de ser técnico azulgrana.
Un gol de Asier Villalibre en el minuto 96 niveló el partido entre Athletic y Osasuna en San Mamés, un encuentro que, a pesar de ese empate al final, deja casi imposible el cuarto puesto, que da acceso a la Champions, para el equipo bilbaíno. Se adelantaron los visitantes con dos tantos al final de la primera parte y el inicio de la segunda de Raúl García de Haro y Rubén García, y empató el Athletic gracias a Iñaki Williams, cumplida a la hora, y Villalibre, que aún tuvo opción de sellar la victoria en la penúltima jugada. [Narración y estadísticas (2-2)]
Con Ernesto Valverde y Jagoba Arrasate sustituidos por sus ayudantes Jon Aspiazu y Bittor Alkiza por las tarjetas rojas vistas en la jornada anterior, el partido comenzó con mucho ritmo y dominio inicial de Osasuna. Aún en los frenéticos primeros minutos, Iñaki Williams abrió el marcador tras una cabalgada por la izquierda, tras recibir de Yuri Berchiche, que inició en fuera de juego, según estableció el VAR. Que lo invalidó.
También se invalidaron desde la sala VOR otros dos tantos antes del descanso. Uno, claro en fuera de juego, de Raúl para Osasuna y otro, también por fuera de juego pero más ajustado, de Iker Muniain en el área pequeña a pase de un Berenguer, que inició su carrera al pase previo de Nico también en situación antirreglamentaria. Cuando todavía celebraba San Mamés el tanto de su capitán, invalidado bastante después de producirse, Raúl ponía esa vez sí el 0-1 desviando el borde del área pequeña un centro fuerte de Mojica.
100 goles para Iñaki
Esa mínima ventaja se transformó en amplia nada más comenzar la segunda mitad, cuando Rubén García resolvió perfecto ante Unai Simón tras aprovechar una indecisión de Ander Herrera y Óscar de Marcos. Rubén se sacó así la espina de la ocasión fallada en la primera parte.
Tocó a rebato el Athletic y Williams, con su gol 100 de rojiblanco, acortó distancias de violento disparo la escuadra derecha de Sergio Herrera. Había sido el otro Herrera, Ander, el que había recuperado el balón en un error en la salida de balón de Mojica.
Antes de que la noche se eternizase con cambios masivos que no acababan de llevarse a cabo, el Athletic pudo empatar en un pase largo de Yuri a Unai Gómez. El zurdo controló bien de primeras, pero luego le dio en la otra pierna y ya se le adelantó Herrera. Y también pudo hacerlo en un centro de Prados que De Marcos, solo en el punto de penalti, voleó alto con todo a su favor.
A punto del 3-2
Todavía tuvo más ocasiones el Athletic en el descuento, todas de Villalibre. La primera, un buen cabezazo en el segundo palo a centro de Williams, cogió a Herrera bien colocado y atento; en la segunda aprovechó un error en el blocaje del meta; y en la tercera no logró el 3-2 porque su remate le salió muy peinado.
Fue un choque muy movido y con muchas llegadas peligrosas en el que se mostró más acertado el conjunto visitante, que se resarce con este resultado de un final de temporada un tanto anodino, y más insistente el local. Aun salvando un punto sobre la hora, el Athletic se mantiene quinto en la tabla a cinco puntos de un Atlético que recibe al Celta con solo tres jornadas más por disputarse.