Vinicius se redime hasta con un error: del penalti cedido por Mbappé al choque de manos con Xabi Alonso camino del banquillo

Actualizado Sábado, 1 noviembre 2025 - 23:18

Vinicius se redimió de sus pecados en el vestuario y obtuvo el perdón de Xabi Alonso que, benevolente, le dio la titularidad ante el Valencia, una apuesta para el lucimiento. Lo hizo a medias, pero fue suficiente. Ni siquiera le penalizó fallar un penalti. El Bernabéu, lejos de reproches, también optó por hacer borrón y cuenta nueva.

El brasileño tenía entre ceja y ceja que sus disculpas, públicas y polémicas sobre el papel, privadas en la caseta, pero que debían encarnarse en una celebración. Por eso buscó con ahínco la portería de una de sus víctimas favoritas. En los últimos cuatro años, Vinicius siempre le ha marcado al Valencia en el Bernabéu al menos un gol. Incluso el pasado año, cuando marcó el 1-1 y después estrelló un penalti en Mamardashvili. En total son seis, ante este Valencia empequeñecido y desnortado, parecía fácil que la cifra engordara cuando entre Mbappé y Güler lo inclinaron de manera irreversible antes del descanso.

Para entonces, Vinicius ya podía tener cumplido su objetivo. En el minuto 41, Busquets Ferrer pitó el segundo penalti de la noche en contra del Valencia. El primero fue por una mano de Tárrega —más discutible que el agarrón de Diego López a Mbappé en la misma jugada—; este, por el atropello de Thierry a Carreras. Con el Bota de Oro con dos goles en el zurrón, le cedió el lanzamiento a Vini para permitirle escenificar su arrepentimiento. No ocurrió. El brasileño encaró con serenidad a Agirrezabala pero el meta vasco adivinó y escupió el tiro.

Xabi Alonso, expectante en el banquillo, solo pudo cabecear lamentándose. Porque no hubiera cerrado el partido para poner ya la mente en Liverpool y porque ese gol podía poner el mejor cerrojo posible a la polémica. Lo primero lo arregló Jude Bellingham enseguida con su tercer gol en los últimos tres duelos, lo que significa que el inglés, superada la lesión del hombro, ha vuelto.

En el descanso, para la visita a Anfield guardó a Güler, brillante en su asociación con Mbappé, y a Tchouaméni, pero Vini iba a tener más minutos para buscar su gol. Minutos y ocasiones, porque el Valencia era un rival grogui, incapaz de aguantar la pelota y menos aún de hilvanar alguna jugada que inquietara a los blancos. Solo era capaz de perseguir sombras intentando que la humillación no fuera mucho mayor del 3-0. Parecía un milagro que el marcador acabara con esa diferencia.

Por eso el Bernabéu se levantó cuando Vini arrancó por la banda en el minuto 61 y asistió a Mbappé, sin que el francés armara un tiro que complicara a Agirrezabala. Hasta ahí llegó su peligro. Le puso Corberán a Cömert como nueva pareja de baile solo para frenarle y, aún así, esperó Xabi Alonso hasta el minuto 79 para sacarlo del partido.

Lo hizo bajo los aplausos de la grada, dándole la mano a Rodrygo y Hendrick y chocándole al entrenador. Como si nada hubiera ocurrido hace una semana. Gestos contenidos que repitió con todo el banquillo.

Todo está olvidado. "A mí Vini no me tiene que pedir perdón. Le adoro, es un compañero ejemplar", reconoció Carreras, que marcó el cuarto gol con un increíble zurdazo.

Vini había aprendido la lección y así se lo reconoció todo el Bernabéu, que se guardó energía para despedir con una ovación a Mbappé. Nunca Xabi lo había sacado de un partido antes del minuto 80, pero ya había hecho todo el trabajo. 44 goles en 45 partidos, ocho jornadas consecutivas marcando y un partido tan cómodo que merecía la pena guardar energías.

El Madrid golea al Valencia, suma seis triunfos seguidos y zanja el ruido con Vinicius antes de Anfield

El Madrid golea al Valencia, suma seis triunfos seguidos y zanja el ruido con Vinicius antes de Anfield

Seis victorias seguidas después de la derrota del Metropolitano hablan a la perfección de cómo el molde de Alonso comieza a cuajar en el césped del Bernabéu. Ante el Valencia y otra vez con Mbappé como estrella anotando un doblete, acompañado de los golazos de Bellingham y Carreras, el conjunto blanco sumó el décimo triunfo en Liga en 11 encuentros, el 13º si contamos los tres de Champions. Unos datos que asustan camino de Anfield y que zanjan el ruido de la polémica con Vinicius. [Narración y estadísticas (4-0)]

Xabi Alonso anunció el viernes que no habría «ninguna represalia» hacia el brasileño por su reacción al cambio del clásico y lo cumplió. El delantero fue titular, recibió el cariño de la grada, como su entrenador, fue parte del triunfo de su equipo ante el Valencia y terminó sustituido en el minuto 79 justo a la vez que Mbappé. Decisión inteligente de Alonso y choque de manos entre ambos en el área técnica. «Asunto zanjado», como advirtió en la previa, y a mirar hacia otro lado hasta que el foco mediático apriete de nuevo.

Sobre el césped, el Madrid de Xabi clavó una tabla más en la vía que quiere construir para que su tren llegue a estaciones más lejanas que el curso pasado. Fue intenso en la presión, vertical hacia la portería rival y fino en la definición. Todo, claro, ante un Valencia inerte, hundido anímica y futbolísticamente, incapaz de respirar con balón y distraído en las acciones defensivas. Un cúmulo de situaciones que dejaron el corto 3-0 del descanso. Pudo ser peor.

A la espalda de los mediocentros

Con Güler y Bellingham sueltos por delante de Tchouaméni, Mbappé moviéndose con libertad y Mastantuono y Vinicius muy abiertos en las bandas, el Madrid se impuso con lógica en los espacios, aprovechó la debilidad valenciana en la espalda de los mediocentros y llegó con facilidad al área de Agirrezabala.

En los primeros 15 minutos, Mbappé, Bellingham y Vinicius probaron al portero y el Valencia apenas pasó del medio del campo, aguantando el empate hasta que una mano de Tárrega en un córner, revisada por Busquets Ferrer en la pantalla del VAR, permitió a Mbappé abrir el marcador desde el punto de penalti. El galo, que había fallado ante el Barça, repitió el lado del clásico pero definió abajo, superando la estirada del guardameta.

El tanto hundió todavía más el duelo hacia las redes de los de Corberán y el Madrid disfrutó. Movió rápido la pelota, se asoció, intercambió posiciones y estuvo muy intenso en la defensa tras pérdida. En el 30, uno de esos movimientos lo aprovechó Güler para situarse sin marca en la frontal del área. Lo vio Bellingham al hueco, el turco tuvo pausa, vio a Mbappé en el área y le puso un balón medido para que el francés rematara cómodo el 2-0.

Bellingham, ante Santamaría, el sábado en el Bernabéu.

Bellingham, ante Santamaría, el sábado en el Bernabéu.EFE

Al Valencia le temblaban las piernas fruto de una delicada situación en la tabla, con nueve puntos en diez encuentros. Los pases no eran finos y llegaban tarde a muchos duelos. Como Thierry, que hizo penalti sobre Carreras en el 41. Un penalti de falta de concentración y de olvido del contexto. A pesar del error del lateral, Vinicius, obsequiado por Mbappé con el lanzamiento, envió el balón al cuerpo de Agirrezabala.

Se mantuvo el 2-0, pero sólo por un minuto, porque Bellingham se sumó a la fiesta con un disparo potente desde la frontal que sorprendió al portero y se coló por el lateral interno de la red. El inglés, en el tercer encuentro consecutivo marcando, mostró de nuevo que parece haber recuperado la chispa.

El gol, más allá del tópico, fue psicológico para todos. Alonso retiró del campo a Tchouaméni, con amarilla, y a Güler, con molestias en un tobillo, y dio entrada a Ceballos y Camavinga. El cambio llamaba a un fútbol de más control y así fue. Los blancos durmieron el duelo y las sustituciones del Valencia tampoco abrieron demasiado el partido. Al revés. El cuadro de Corberán firmó los tres de desventaja y quiso resguardarse para intentar algún contragolpe imposible que, claro, no sucedió.

Primer gol de un español

El partido se aceleró cuando quiso Vinicius, que protagonizó los mejores momentos de la segunda parte hasta que Xabi decidió enviarle al banquillo en el 79. Antes, había corrido por banda para asistir a Mbappé y a Bellingham, pero se encontraron con el portero.

A partir de los cambios de los dos delanteros, el Madrid y la noche vivieron en los pies de Rodrygo y Endrick, haciendo el joven brasileño su debut esta temporada entre rumores de una posible cesión en enero. Provocó una amarilla, fue intenso en los duelos y vio desde el área el golazo de Carreras por la escuadra desde el pico izquierdo del rectángulo. El primer gol de un español en el Madrid este año, que consolidó las sensaciones de un partido roto.

El Madrid aterrizará en Anfield con seis triunfos seguidos y con la moral en el cielo, consciente de que llega a una plaza que el curso pasado cimentó su techo definitivo en Europa. Eran otros tiempos. Otro entrenador y otro Madrid.

El camino de Gemma Triay, de promesa del tenis a número uno del pádel: "Dejé el tenis a los 18 por una lesión, pero todo eso me ha ayudado en el pádel"

El camino de Gemma Triay, de promesa del tenis a número uno del pádel: “Dejé el tenis a los 18 por una lesión, pero todo eso me ha ayudado en el pádel”

Su adolescencia caminó hacia el tenis, como la de muchos y muchas, pero finalmente Gemma Triay encontró la felicidad y el techo mundial en el pádel. Ahora, con 33 años y todavía siendo número uno del mundo, reflexiona sobre una carrera tan inesperada como exitosa.

Es usted número uno del mundo con 33 años.
Uno de los años más felices. No es la primera vez que soy número uno, pero creo que por la madurez, por la edad que tengo ya lo estoy disfrutando mucho más. Ser número uno implica muchas cosas, esfuerzos, sacrificios, nervios, presión... Pero lo llevo de una forma diferente. Lo disfruto más. Aceptar cuando las cosas no salen, normalizar que hoy soy número uno y mañana puedo no serlo. Con el equipo que tenemos con Delfi (Brea) y Rodri, el entrenador, me siento muy afortunada.
¿Hay que estar un poco loco para ser número uno?
Diría que sí. Tienes que ser un poco obsesivo en tu trabajo. Yo lo normalizo porque tal vez no te das cuenta y lo ves como algo normal, pero para la gente no lo es. Mi entrenador me lo dice, que yo puedo estar dos horas haciendo A y B y me resulta fácil y natural, y para otros no. Se desconcentran, quieren probar otra cosa... A mí eso me pone nerviosa. He llegado a la conclusión, con los años y el trabajo con la psicóloga, que tu compañera hace lo que puede, que somos diferentes y que no todo el mundo hace lo mismo que tú. Imagínate un clon mío al lado, nos mataríamos. Me gusta dar el 100% e irme tranquila a dormir. Venía de tres años siendo número uno, el año pasado fui la dos y este año si no acabamos como número uno, pues dolerá, pero lo habré dado todo. Si llega un día en el que no me apetece levantarme y entrenar es que algo habrá cambiado y será el momento de dejarlo.
¿En un deporte de pareja cómo se gestiona el error de una compañera?
Es un trabajo que se tiene que hacer bien con tu psicólogo. Creo que me ha costado más asumir mi propio error que el de mi compañera, pero ambos son difíciles de gestionar. Llevo tiempo trabajando esa frustración y de hecho soy una jugadora que le tiene pánico al error. Lo que trabajo siempre cada año es aceptar mejor el error porque no me gusta fallar y mi entrenador me repite: "Permítete fallar". Esa es la pelea que tengo y no es fácil, y aceptar el error de tu compañera tampoco, para mí lo más difícil es saber cómo ayudarla, porque las dos queremos ganar y no tiene sentido meterle más caña, decirle algo malo o meterle presión. Hay que encontrar la manera, y no siempre es la misma que te viene bien a ti. Es algo difícil que se trabaja tanto individualmente como en pareja.
¿Desde cuándo trabajas con la psicóloga?
Llevo ya mucho tiempo, he tenido varios en mi carrera y ahora estoy con Eli Amatriain, que fue jugadora. Y me da una paz mental brutal. Cuando viene a los torneos solo verla ya me da calma. Es imprescindible y es un trabajo muy constante, hay semanas que hablo más y otras menos, pero siempre. Trabajo la frustración y aceptar el error, porque todas juegan muy bien y los partidos muchas veces se deciden por la capacidad de gestionar las emociones.
En los 'Major' de Premier Padel los premios son los mismos en el cuadro masculino y en el femenino. ¿En el día a día se nota la igualdad?
Creo que tenemos que estar contentos porque vamos dando pasos. Esos 'Major' reparten lo mismo, también el mundial por parejas, y luego en los demás los premios son diferentes, pero estamos trabajando mucho con Premier y ellos son conscientes de que tenemos que llegar a la igualdad. El pádel femenino está atrayendo mucho espectador y eso es importante. Sería preocupante que jugáramos con las gradas vacías porque dirían que no tenemos motivos para cobrar más, pero los motivos están, el esfuerzo es el mismo, tenemos los mismos gastos y queremos luchar por nuestros derechos.
¿En qué momento dejas el tenis, ves que no hay futuro ahí y terminas en el circuito de pádel?
Pues yo soy de Menorca y toda mi familia jugaba al tenis. No tenía ni tres años y ya estaba con la raqueta por todas partes. Empecé a jugar en el club de tenis, destaqué y con 14 me fui a Mallorca, al Centro de Tecnificación de Baleares, donde estuve hasta los 19. Tuve una lesión en el abdominal, que me lo rompí, y estuve un año para recuperarme, y cuando volví, a los 18, sentí que algo había cambiado. Tenía ese dolor que también me iba a la espalda y sufría mucho. Fue un momento duro y me replanteé un montón de cosas. Llevas toda la vida jugando al tenis para intentar ser buena jugadora y te lo replanteas todo. Así que decidí dejarlo e irme a Barcelona a estudiar, como una adolescente normal y corriente. A los dos años me volvió el gusanillo del deporte y como el tenis lo tenía aparcadísimo y el pádel estaba en auge, me apunté a un torneo universitario con una compañera. Y de ahí a un club, a jugar interclubes, a entrar en el circuito catalán y a las previas de World Padel Tour. Fue todo muy rápido. A los seis meses de empezar a jugar estaba en mi primer torneo de WPT.
Una segunda oportunidad.
Fue una decisión compleja también. Cuando me dijeron de entrar en el circuito eso implicaba viajar, y justo estaba estudiando Lenguas aplicadas en pleno plan Bolonia, tenía seminarios, asignaturas a las que tenía que ir... Tuve que decidir, seguir estudiando o probar con el pádel. Yo no trabajaba ni tenía para pagarme los viajes, así que mis padres me ayudaron. Para mi padre dejar el tenis fue como tirar la toalla, no le gustó, creo, y el pádel era una segunda oportunidad. Y sé que la mentalidad que tengo ahora en el pádel no la tenía en el tenis. Podía haber dado muchísimo más de lo que di. Y creo que vivir la carrera de tenis, el no llegar a profesional, que es algo que le pasa a casi todos, me ha ayudado a ser como soy ahora.
Gorrotxategi decide el derbi vasco con un gol en el añadido

Gorrotxategi decide el derbi vasco con un gol en el añadido

Actualizado Sábado, 1 noviembre 2025 - 22:02

Un tanto en el tiempo añadido, un disparo a bocajarro, con el alma, de Jon Gorrotxategi, premió a la Real Sociedad en el derbi vasco ante el Athletic, que mantuvo el tipo hasta el último tramo y cayó víctima del empuje blanquiazul. Los tres puntos suponen un balón de oxígeno para Sergio Francisco, técnico local, mientras Los Leones enlazan su cuarta jornada sin victoria lejos de San Mamés. [Narración y estadísticas (3-2)]

El Athletic tuvo más posesión durante el arranque, pero tampoco era superior a una Real que no había empezado bien. Eso sí, los guipuzcoanos crecían poco a poco y Mikel Oyarzabal pudo anotar con un disparo seco que se marchó ligeramente desviado.

En el minuto 30, la Real reclamó penalti por una mano de Andoni Gorosabel, pero ni Munuera Montero ni la sala VOR indicaron nada. La primera de los rojiblancos llegó en el minuto 35 con un testarazo de Gorka Guruzeta que se marchó arriba, y en esa misma jugada, Ander Barrenetxea cayó lesionado en el muslo derecho.

Asistencia del lesionado

El canterano pudo continuar solo una jugada más, y puso el centro en el gol de Brais Méndez. Los vizcaínos reaccionaron bien, y en el minuto 42 Guruzeta igualó el marcador con un efectivo remate tras una buena acción de Andoni Gorosabel.

La primera de la segunda mitad fue para la Real, y Gonçalo Guedes la mandó al fondo de la red tras una gran acción individual. Los donostiarras se volvían a poner por delante nada más salir de los vestuarios para la explosión de felicidad de la grada.

Para tratar de remontar el partido, Valverde introdujo a Nico Williams, suplente inesperado, en detrimento de un gris Oihan Sancet. Los Leones empezaron a apretar, y el primer disparo peligroso fue de Iñigo Ruiz de Galarreta, por encima del larguero. Cuando mejor estaba el Athletic, Arsen Zakharyan, recién incorporado, puso el 3-1 a pase de Take Kubo, pero el nipón estaba adelantado y la acción quedó invalidada.

Siete minutos de añadido

A los tres minutos de lo que pudo ser el 3-1, Nico Williams remató arriba en una buena jugada trenzada por el Athletic. Robert Navarro, a un cuarto de hora del final, casi marcó en un centro que se fue envenenando y que no remató nadie.

En el minuto 79, el Athletic logró la igualada en una acción embarullada que Robert Navarro culminó para hacer el 2-2. El árbitro añadió siete minutos, y en el 92 Gorrotxategi, tras un rechace a la salida de un córner, puso el definitivo 3-2 para la locura de la afición local.

Kipchoge se despide en el maratón de Nueva York

Kipchoge se despide en el maratón de Nueva York

Actualizado Sábado, 1 noviembre 2025 - 18:25

El maratón de Nueva York marca la despedida de las grandes pruebas del circuito internacional del legendario Eliud Kipchoge, que, a sus casi 41 años, se estrena en la icónica prueba de la Gran Manzana.

Nueva York, considerada la más exigente de las siete majors -por delante de Boston, la recientemente incorporada Sydney, Tokio, Londres y las llanas Chicago y Berlín-, busca en su 54ª edición recuperar la corona como el maratón más grande del mundo.

Con un récord de 55.646 corredores que cruzaron la meta el año pasado, la cita neoyorquina, una de las grandes fiestas del atletismo popular, vio cómo Londres la superaba en 2025 al reunir 56.640 finishers, informa Efe.

Entre ellos estará Kipchoge. Leyenda del atletismo, el bicampeón olímpico (Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020) correrá por primera vez en Manhattan, su único major pendiente, que también será su último.

«Antes de mi nueva etapa»

«Noviembre, es Nueva York... Es un lugar que ha estado en mi mente por mucho tiempo. Es momento de ir allí antes de embarcarme en mi nueva etapa, corriendo por otras razones, corriendo con un propósito», afirma el ganador de 11 majors. Se trata también del único hombre que ha logrado romper la barrera de las dos horas en un maratón (1:59:40 en 2019 en Viena), aunque es un tiempo no homologado por tratarse de una exhibición.

El keniano compartirá línea de salida con su gran adversario, Kenenisa Bekele. En sus duelos directos, el etíope fue dominante en pista y en distancias más cortas como el 5.000, aunque Kipchoge le ha superado una y otra vez en la prueba reina.

Debutará en la prueba, asimismo, Sifan Hassan. «Estoy muy asustada», asegura la neerlandesa -de origen etíope, campeona olímpica del maratón en París 2024 (además del 5.000 y el 10.000 en Tokio 2020) y que llega a la cita tras imponerse en Sydney hace dos meses.

El recorrido del maratón de Nueva York, con un desnivel positivo de unos 250 metros no apto para récords, se caracteriza por sus constantes subidas y bajadas, el cruce de cinco grandes puentes, así como un final envenenado en Central Park.

El Atlético despierta al final y golea a un Sevilla inofensivo

El Atlético despierta al final y golea a un Sevilla inofensivo

En la hora de las siestas, dos equipos no quisieron despertar a los españoles en una costumbre sagrada hasta que apareció el jugador que no entiende de cabezaditas. Giuliano es como un coche de radiocontrol que pasa de cero a 100 en un instante. De la que despertó el argentino, se terminó la tranquilidad, aunque ya fuera ganando el Atlético por un penalti provocado por un fallo de Nianzou. Suyo fue el pase de gol a Almada y dio otro a Griezmann que no concretó, aunque anotara el francés dos minutos después para cerrar la goleada. [Narración y estadísticas, 3-0]

El duelo había empezado con una alineación arriesgada, en busca del toque perdido con la lesión de Barrios. Se la jugó el Cholo con Álex Baena como acompañante de Koke en el medio y el almeriense se lo tomó muy a pecho. Meritorias su carreras para tapar a Peque entrenado por el carril del 10. También verle basculando de banda a banda e intentando tapar huecos en fase defensiva. Pero faltaba algo.

Faltaba ése último pase que sólo un tipo como el de Roquetas puede dar en el Atlético de Madrid. Esa visión de Griezmann, que empezó en el banquillo y sería su recambio, se ha trasladado al 10 rojiblanco. Así, con el transcurrir de los minutos, se podía ver el tema de la manta que nunca cubre los pies y la cabeza a la vez. Pero, muy avanzado un atípico primer tiempo en el Metropolitano, donde la posesión fue del visitante y no del local, apareció la magia del centrocampista rojiblanco donde suele mostrarse.

El primer toque de varita fue un pase en profundidad desde la frontal a Sorloth que el noruego estrelló en el pecho de Vlachodimos. El segundo fue cinco minutos después y el destinatario fue el mismo. En esta ocasión, el ariete cedió de pecho a Nico para que el argentino reventara la base del palo. Ése es el Baena que quería el respetable, el que vale la entrada. Las habilidades del almeriense en campo rival no son ni parecidas a las de campo propio.

Salvados los últimos diez minutos, el primer tiempo fue bastante plomizo. El control correspondió al Sevilla. Puso más presión y control de pelota el conjunto de Almeyda que el del Cholo, pero no tuvo ninguna profundidad. No se le contaron paradas a Oblak y apenas cuatro disparos fuera, pero siempre lejanos y desde posiciones poco ventajosas salvo el de Vargas, casi al final. Poco antes, el guardameta sevillista sí tuvo que esforzarse cuando Sorloth peinó un balón para Nico que el argentino no logró acertar.

Nico remata ante Vlachodimos.

Nico remata ante Vlachodimos.FERNANDO VILLAREFE

Malas noticias para el Atlético es que Julián Álvarez apenas hubiera tocado el balón los primeros 45 minutos. Aunque las estrellas ya sabemos que aparecen cuando quieren, y cuando lo hacen, suelen modificar partidos. De hecho, ha tenido muy buenos encuentros por detrás del punta este curso. De hecho, tuvo un cabezazo recién iniciada la segunda parte con un gran centro de Sorloth. Respondió con otro similar poco después Isaac Romero. La igualdad se mantuvo a la salida de los vestuarios.

Despertar final

A la hora de partido, el diagnóstico era muerte por aburrimiento. Incluso el público estaba apagado hasta que Nianzou decidió despejar a Giménez y se encendieron las masas. Hernández Maeso necesitó del VAR, pero una vez en la pantalla no dudó tras ver el tatuaje que le hizo al uruguayo el sevillista. Julián Álvarez no perdonó, como habitualmente y Simeone respondió quitando a Sorloth por Almada y a Nico por Gallagher. Más control y menos vértigo.

Ese mensaje lo aceptó el Sevilla y al minuto ya respondió con un disparo de Gudelj que mandó Oblak a córner. Un espejismo. De hecho, ese pasito adelante, ese espacio atrás, lo quiso aprovechar un jugador que nunca duerme. Giuliano no acepta siestas, robo, diagonal, pase atrás y gol de Almada. Es increíble la capacidad del argentino para revolucionar partidos dormidos.

Con los suyos despiertos, el partido ya fue una cuesta abajo en la que Griezmann, que había salido por Baena, no quiso concretar otra asistencia de Giuliano, que le había dejado sólo ante Vlachodimos. Sin embargo, no perdonaría poco después el francés. Quiso el siete sumarse a la fiesta con un disparo cruzado tras una contra con el Sevilla ya volcado. Qué bien viene un hombre que nunca duerme.

El Villarreal atropella al Rayo con una exhibición de fútbol vertical

El Villarreal atropella al Rayo con una exhibición de fútbol vertical

Actualizado Sábado, 1 noviembre 2025 - 17:58

El Villarreal ha convertido el Estadio de la Cerámica en un fortín prácticamente inexpugnable. Después de haber dejado escapar los primeros puntos en casa, con aquel gol en el descuento del Real Betis, el equipo de Marcelino pasó por encima de un Rayo Vallecano que llegaba en racha y se marchó goleado. Gerard Moreno abrió el marcador en un primer tiempo igualado que dio paso a una segunda mitad en la que los amarillos castigaron con sus contragolpes la fragilidad madrileña con tres goles en apenas 10 minutos. [Narración y estadísticas (4-0)]

Además de la solidez del Villarreal en casa, el partido confirmó también que Gerard está definitivamente de vuelta. Ya había marcado el delantero en Mestalla, desde el punto de penalti, en su segundo partido tras recuperarse de su lesión, y volvió a hacerlo ante el Rayo, esta vez al más puro estilo Gerard. El catalán desatascó un partido que no tenía un dueño claro con uno de esos movimientos marca de la casa. Recibió en el área, controló, amagó con irse hacia fuera, recortó a Chavarría y colocó el balón en la base del poste con un preciso derechazo, dejando de paso a Batalla sin la opción de superar el récord de imbatibilidad de los franjirrojos. El VAR chequeó la posición del atacante amarillo, que parecía ligeramente adelantado en alguna toma, pero no en la que se usó para tirar las líneas.

El gol no cambió en exceso el escenario de un partido que no era el que pretendía Marcelino. Había manifestado el asturiano en la previa su deseo de que el Villarreal supiera imponer su juego con pausa, pero el duelo estaba siendo de ida y vuelta, con los extremos como protagonistas. Pepe y Moleiro intentaban desbordar a la defensa madrileña apoyándose en el omnipresente Gerard y el Rayo replicaba sobre todo por la derecha, insistiendo en las penetraciones de De Frutos, apoyado por las incorporaciones del ex amarillo Andrei Ratiu.

Pérdidas en campo rival

Llegaba el equipo de Íñigo Pérez pero le faltaba rematar las jugadas. O más que rematar, encontrar portería, pues estaban muy atentos los centrales del Villarreal bloqueando los disparos rivales. Solo Alemao obligó a estirarse a Luiz Júnior, con un cabezazo a centro de De Frutos.

Los de Marcelino no sufrían en exceso pero tampoco tenían las ideas excesivamente claras en los últimos metros, más allá de buscar alguna acción individual de Pepe o Moleiro ante el poco protagonismo de Mikautadze, sustituido al descanso. El segundo tiempo, sin embargo, fue otra historia muy diferente. El Villarreal se encontró en su salsa cuando el Rayo empezó a acumular pérdidas en campo contrario, promoviendo las transiciones que tan bien se le dan.

Con Moleiro a los mandos, los amarillos dejaron el partido visto para sentencia en menos de diez minutos. El canario firmó el segundo tras recorrerse prácticamente todo el campo sin oposición y golpear ajustado al palo desde la frontal. También jugó un papel fundamental en el tercero, una acción que inició y culminó Comesaña tras un contragolpe de libro en el que Moleiro tiró una pared con Oluwaseyi antes de regalar el gol al ex del Rayo, quien no quiso celebrar.

El remate de Gerard Moreno para el 1-0 en La Cerámica.

El remate de Gerard Moreno para el 1-0 en La Cerámica.AFP

El Rayo estaba grogui y Ayoze lo acabó de mandar a la lona. En el primer balón que tocaba tras sustituir a Gerard, el delantero castigó el error de Chavarríaen un control que le dejó mano a mano con Batalla.

Los tres goles exprés del Villarreal hicieron olvidar el increíble fallo de Pepe en el arranque del segundo tiempo, rematando por encima del larguero cuando estaba apenas a un metro de la portería, aunque la acción habría sido invalidada por fuera de juego de Oluwaseyi. Pudieron hacer más sangre los de Marcelino, que tuvieron el quinto en un tiro de Comesaña que se escapó por poco y un lanzamiento de falta de Parejo al larguero. Al Rayo no le quedó ni el consuelo de maquillar el resultado, a pesar de intentarlo hasta el final.

La versatilidad de Shengelia y un asombroso triple de Clyburn congelan el Belgrado Arena

La versatilidad de Shengelia y un asombroso triple de Clyburn congelan el Belgrado Arena

Actualizado Viernes, 31 octubre 2025 - 23:14

La versatilidad de Tornike Shengelia, con 42 de valoración, y una genialidad de WIll Clyburn, autor de un triple decisivo desde 10 metros, decantaron el triunfo del Barcelona en el Belgrado Arena. Un esfuerzo titánico por parte del equipo de Joan Peñarroya, guiado por los 24 puntos, cinco rebotes, cinco asistencias, cuatro robos y nueve faltas recibidas del ala-pívot georgiano, tan determinante como la pincelada final de Clyburn a falta de 32 segundos para la bocina. [Narración y estadísticas (76-78)]

El Barça, irritantemente irregular desde el arranque del curso, prolongó su formidable racha frente al Partizan, ante quien no pierde desde el 3 de febrero de 2010. Con la del viernes, los azulgrana encadenan ya 12 triunfos consecutivos, cinco de ellos en una de las pistas más difíciles de la Euroliga, donde este año ya habían mordido el polvo Armani Milan y Anadolu Efes.

"Fue una gran victoria de equipo, nunca nos rendimos. Sabíamos desde el principio que el partido iba a ser muy duro. Siempre es difícil venir aquí y jugar contra esta afición y contra el equipo de Zeljko Obradovic. Incluso cuando íbamos perdiendo por ocho o 10 puntos, seguimos luchando y mantuvimos la fe", comentó Shengelia. Su completísima actuación niveló la superioridad bajo los aros del Partizan, que capturó 10 rebotes más (40-30) y dominó la canasta rival (13-6).

La ausencia de Jabari Parker no pasó factura al Partizan, autor de un parcial de 12-0 en el arranque del segundo cuarto. Sin ideas en ataque y blando en defensa, el equipo de Peñarroya se descompuso ante Bruno Fernando —recién fichado del Real Madrid—, que se ganó a su nueva afición.

Tras el descanso, los serbios alcanzaron su máxima renta (43-33, min. 21), pero entonces emergió Kevin Punter, autor de un 3+1 antológico al que, poco después, se sumaron cinco puntos consecutivos de Shengelia (45-45, min. 23). El tercer cuarto se mantuvo en ese pulso constante, con Punter y Shengelia asumiendo la responsabilidad, bien secundados por chispazos de Darío Brizuela y Myles Cale.

Con el partido en un puño, el Partizan impuso su fuerza interior. Tyrique Jones y Fernando se convirtieron en un tormento para la pintura azulgrana, incapaz de frenar su empuje. Su dominio se tradujo en numerosas segundas opciones y ventajas claras en ataque. Shengelia sostuvo al Barça cuando la bola quemaba (74-73, min.37). Y en el momento decisivo, emergió Clyburn: con 76-75 abajo, el escolta clavó un triple desde casi el centro del campo, al límite de la posesión, que enmudeció el Belgrado Arena y selló la quinta victoria azulgrana europea en ocho jornadas.

Un Valencia azotado por su enésima crisis sueña con otra gesta en el Bernabéu

Actualizado Viernes, 31 octubre 2025 - 22:05

El Valencia siempre ha sido mal enemigo para el Real Madrid, con partidos cargados de electricidad y polémica aunque los puntos se quedaran en el Bernabéu. Ahora, ni las sensaciones son esas. En abril, un cabezazo de Hugo Duro en el añadido, y un penalti fallado por Vinicius, hicieron que los valencianistas volvieran a ganar después de 17 años. Casi nadie cree en que la proeza se repita.

Este partido es el peor para la crisis que vive el equipo de Calos Corberán. No consigue el entrenador que rescató al equipo casi del descenso que este funcione. Dos puntos en cinco partidos y un juego que ha provocado la bronca de Mestalla. Con siete puntos, otra vez está en la cola de una clasificación muy apretada, se ha de reconocer, pero sin transmitir sensaciones de mejora. El equipo se ha acostumbrado a vivir sobre ese alambre por el que transita desde hace tres años. De hecho, de todos los que merodean por la zona de peligro, es el que más jornadas lleva con la luz roja: 27 en los tres últimos cursos.

«En el fútbol los resultados condicionan muchísimo las sensaciones y los análisis. La línea entre un resultado positivo y negativo es muy fina; sin embargo, las consecuencias a nivel de sensaciones, análisis e interpretaciones son muy dispares», argumenta Corberán, el artífice del milagro que parece haber perdido su don. El Valencia no sólo no gana, sino que su juego es pobre y los jugadores son un manojo de nervios. Eso, ante el Barça, le costó recibir un escandaloso 6-0 en el Johan Cruyff. Ante un Madrid con Kylian Mbappé afilado aún podría ser peor.

Un Madrid "más redondo"

Para el entrenador, la mano de Xabi Alonso se traduce en un equipo «más redondo» que aprovecha «la verticalidad, pero da pausa al juego y ataca más y mejor». «El hecho de que el Madrid use más pases antes de finalizar las acciones hace mas difícil que le puedas sacar contraataques», analizó el valenciano.

En sus 90 visitas a Chamartín, el conjunto che apenas pudo rascar 10 victorias y 14 empates, sin encadenar nunca dos triunfos consecutivos. Tras este duro compromiso completará el mes de noviembre con dos partidos en Mestalla: el domingo 9 ante el Betis (18:30 horas) y el viernes 21, después del parón de selecciones, frente al Levante.

Con esta acumulación de esfuerzos, el partido de esta noche representa un reto mayúsculo, porque el Valencia ni ha conseguido solidez defensiva ni fluidez en ataque . No arranca en colectivo que, con la marcha de futbolistas como Giorgi Mamardashvili, Ezequiel Mosquera, Enzo Barrenechea o Umar Sadiq tiene menos pólvora para resistir en el Bernabéu.

Un Atlético de 'sofá y manta': en noviembre viajará 50 kilómetros frente a los 11.750 del Real Madrid o los 7.902 del Barça

Un Atlético de ‘sofá y manta’: en noviembre viajará 50 kilómetros frente a los 11.750 del Real Madrid o los 7.902 del Barça

Entre el Metropolitano y el Coliseum hay 23,3 kilómetros por carretera, ida y vuelta, 46,6. Esa es la distancia que el Atlético de Madrid tendrá que recorrer durante el mes de noviembre. El Getafe es el único partido fuera de los rojiblancos de los próximos seis encuentros, cuatro de liga y dos de Champions League. Lo que significa que el club colchonero no tiene que salir de la Comunidad de Madrid durante un mes de competición. "Al final todo se compensa", responden fuentes del Atlético, que tienen un mes de diciembre más movido.

El vecino, por contra, tendrá que desplazarse 5.875 kilómetros durante el mismo periodo, 11.750 si es ida y vuelta, y el FC Barcelona recorrerá 3.951 kilómetros de ida y 7.902 si contamos también el retorno. Si el Atlético jugará ante el Sevilla, Levante y Oviedo en casa en Liga, hará lo propio en Champions ante el Unión Saint Gilloise y el Inter de Milán. El Barça se enfrentará en casa a Elche, Athletic y Alavés en Liga y fuera en competición doméstica lo hará con el Celta y en Europa ante Chelsea y Brujas. "Lógicamente es mucho mejor no salir de Madrid, pero luego en diciembre también tenemos varios partidos seguidos fuera" recuerdan desde el entorno rojiblanco.

Pero el Madrid tiene la situación contraria a los colchoneros. Todos los partidos de noviembre de los blancos son fuera de casa menos el encuentro contra el Valencia del día 1. Así, el equipo de Xabi Alonso se desplazará a Vallecas, el único que se juega dentro de la Comunidad, a Elche y a Girona en Liga. En Champions viajará a Liverpool y a Atenas.

Lógicamente, también hay que mencionar que muchos futbolistas de los tres grandes del fútbol español tendrán parón internacional entre el 10 y el 21 de noviembre. El Atlético, que cuenta con media selección argentina, perderá a muchos de sus internacionales para el duelo amistoso ante Angola en el país africano del día 14. Por contra, los internacionales españoles viajarán a Georgia el 15 y recibirán a Turquía en La Cartuja el 18. Habrá que ver cuántos aporta el FC Barcelona a esos encuentros, aunque muchos de sus internacionales están lesionados o tocados. El Madrid también sufre un gran éxodo en estos paréntesis.

El Cholo siempre se ha mantenido muy crítico con respecto al calendario que hoy favorece al Atlético de Madrid. El argentino ha llegado a comentar en varias ocasiones que durante el año se intenta "descansar más que entrenar" ya que al estar en tres competiciones es complicado realizar entrenamientos demasiado específicos tácticamente. Aunque el pasado domingo, en la sesión abierta al público, se pudo ver cómo los que fueron titulares ante el Betis realizaron una labor específica de mejora de la presión y basculación de una banda a otra. Eso sí, apenas 15 minutos.

No obstante, desde el club aseguran que, pese a reducirse los viajes, no da tiempo a hacer más entrenamientos específicos. "Lo fundamental es que el jugador tiene más descanso, en eso sí que se le saca partido", apuntan fuentes del vestuario. Los futbolistas están encantados con este mes y lo agradecen especialmente cuando vienen de una temporada en la que tuvieron que desplazarse a Estados Unidos por el Mundial de Clubes.

Menos fatiga muscular

Los expertos en la salud física de los jugadores son contundentes. "Es lo mejor que les puede pasar", explica Alejandro Lanchas, ex fisioterapeuta del Leganés y director del centro 180º. Para el especialista jugar en casa "elimina el estrés del viaje y reduce la fatiga a nivel muscular" lo que, lógicamente, beneficia a la hora de prevenir lesiones en los jugadores. Recuerda que vuelos de más de dos horas producen "acortamiento de las cadenas musculares" que pueden afectar a nivel deportivo. "Ya no es sólo el estrés del viaje a nivel físico, salir de tu casa y separarte de tu familia afecta a nivel emocional", añade el fisioterapeuta.

Encima, el Atlético afronta este mes con la enfermería casi vacía. Tras el susto dado por Pablo Barrios en el partido ante el Betis, parece que el internacional español no podrá estar ante el Sevilla en el encuentro de esta tarde en el Metropolitano, pero quizás llegue para el duelo de Champions ante el Union Saint Gilloise. Es el único lesionado de Simeone para este mes de "sofá y manta" en casa. Para noviembre ni le hace falta al Atlético haber roto el maleficio de sus duelos a domicilio ante el Betis. Sólo tendrán que afrontar lejos del Metropolitano el partido ante el Getafe, un duelo, por cierto, en el que se despidieron prácticamente de la lucha por LaLiga la temporada pasada.