Un demente Rayo Vallecano no quiso perder con el Madrid ni por lo civil ni por lo criminal. Pareció que se jugaba la vida, la salvación de su alma. Vehemente, leñero y comprometido hasta que le fallaron las fuerzas.
Vaya por delante que el Madrid mereció ganar. Pero era imposible en un terreno demasiado estrecho, donde resulta muy difícil jugar para los equipos técnicos. No hay espacio. Y menos si aparece un Rayo enloquecido, capaz de dar toda la
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Tres goles de sus tres estrellas salvaron al Madrid de la caída a los avernos de Europa. Fue una victoria angustiosa. Con alto porcentaje de que Ancelotti ejerciera su desesperante catenaccio en el momento que su equipo cobraba ventaja.
Otra triste desesperación es la lesión de Mbappé, que horriblemente ha caído al precipicio muscular. Empezó con un gol fenomenal, de estrella, pero nadie contaba con que se lesionase. Es un avatar más de su desgra
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El relato madridista esperaba ese gol de Mbappé, un gol decisivo, de los que rompen un bloqueo, no un gol para llenar el granero. La inesperada situación de compromiso en que ha derivado esta Champions lo servía. Falló en Anfield, en el punto de penalti, pero acertó en Bérgamo para adelantar al Madrid. Fue una acción made in Mbappé: control, zancada y gol. Todo a altísima velocidad y altísima precisión, sin espacio para la duda que crece como la
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El Madrid volvió a salir vivo del precipicio de la Copa de Europa. Con talento, con pegada, con agonía... Con todo lo que es la historia del conjunto blanco. Mbappé, Vinicius y Bellingham levantaron al cuadro de Chamartín para sacarlo del asedio de Bérgamo, donde se jugaba su futuro continental. De Ketelaere y Lookman les metieron el miedo en el cuerpo, pero aguantaron. [Narración y estadísticas (2-3)]
Ante lo "jodido" de la situación, como reconoció Valverde en la previa, Ancelotti no titubeó en su alineación. Dio entrada a Vinicius, que llevaba cuatro partidos de baja por lesión, y situó a Tchouaméni como central en lugar de Asencio. Nadie había ganado en Bérgamo, castigado todo el mundo por ese extenuante marcaje al hombre del cuadro de Gasperini, así que la tarea era de nota.
Y el Madrid no decepcionó en el inicio. La entrada de Vinicius y Brahim dotó al equipo de mordiente y regate, clave a la hora de superar la presión rival, y el plan de buscar la espalda de los centrales con Mbappé dio lugar a los mejores 15 primeros minutos del curso madridista.
El sufrimiento de Lucas
Tras una combinación entre Brahim y Lucas, el andaluz buscó a Mbappé la frontal del área, éste superó a De Roon con un solo control y batió a Carnesecchi con un disparo seco. El gol fue el premio al buen hacer madridista y metió el miedo el cuerpo a la grada durante unos instantes. Pero fueron eso, instantes.
Unas jugadas después del tanto, Rodrygo comenzó a calentar por la banda y levantó las sospechas. Mbappé dejó de buscar la espalda de los defensas italianos, al Madrid le duró poquísimo el balón en cada posesión y el Atalanta comenzó a asediar la portería de Courtois. Sufrió especialmente Lucas, impotente ante Lookman, MVP de la última final de la Europa League.
Los bergamascos acumularon oportunidades y sólo la aparición de Rüdiger y Tchouaméni para cortar disparos evitó el empate. Lookman en el 13, De Ketelaere en el 17 y el 19, Bellanova en el 20...
Rival incansable
En el banquillo, Ancelotti pedía calma a sus jugadores, insistentes en el plan del inicio pero incapaces de llevarlo a cabo por los problemas físicos de Mbappé, que terminó pidiendo el cambio en el 34. El Madrid, precipitado, perdía el balón demasiado rápido y Brahim y Bellingham ya no podían darse la vuelta con tanta facilidad. El Atalanta, sin embargo, no bajaba marchas, incansable.
Mbappé, tras su lesión en Bérgamo.EFE
Rüdiger tuvo una buena opción en el 39, tras un centro de Ceballos y una continuación de Bellingham, pero su disparo se marchó fuera. Y antes del descanso, los italianos encontraron oro en un error de Tchouaméni. El galo no fue contundente en una arrancada de Kolasinac hacia el área y rozó al defensa en la carrera. Una zancadilla que Marciniak castigó con penalti.
De Ketelaere envió la pena máxima a la escuadra de Courtois y los locales se llevaron un gol psicológico al bolsillo camino de vestuarios. El Madrid, 24º en la Champions, se enfrentaba a una segunda parte clave por su supervivencia continental. Y ya se sabe lo que suele suceder cuando el Madrid se enfrenta al precipicio de la Copa de Europa. Que sale victorioso. Sin Mbappé y con Rodrygo y Vinicius recién salidos de lesiones musculares, el conjunto blanco se hizo gigante en Bérgamo. Aguantó la batalla física y de ritmo que propuso el Atalanta y castigó el atrevimiento defensivo de los italianos.
A la espalda de los centrales
Vinicius cogió el testigo de Mbappé y comenzó a desafiar la espalda de los centrales, y en una de ellas apareció el gol. Brahim intentó un pase al hueco al brasileño, Hien lo desvió, pero el rechace dio en Ederson y volvió al delantero del Madrid, que cruzó de zurda ante Carnesecchi. El conjunto blanco siguió creciendo y en la siguiente jugada silenció Bérgamo. Vinicius bajó a recibir en el carril central, levantó la mirada y vio el desmarque de Bellingham a la espalda de De Roon. De nuevo, el mismo plan. El inglés recibió, sentó al neerlandés con una finta y batió al portero con la zurda.
Pero Gasperini vive y muere con su plan durante los 90 minutos, y el Atalanta no tiró la toalla. En el 65, Lookman retó a Lucas en el pico del área y sorprendió a Courtois con un disparo al palo derecho del belga.
El tanto y la fatiga madridista, donde sólo Rodrygo, reemplazo de Mbappé, saltó desde el banquillo, convirtieron los últimos minutos en un asedio italiano. En el 83, Ancelotti movió el árbol. Entraron Modric y Asencio por Ceballos y Brahim y el campo se inclinó hacia Courtois, pero nadie le venció. Ni siquiera Retegui, a portería vacía en el 94. El Madrid sale vivo de Bérgamo y sigue en pie en la Champions. Así es su historia.
"Tantas lesiones no son mala suerte, estamos preocupados". En febrero de 2021, Zinedine Zidane hacía pública la desesperación del Real Madrid, limitado y lastrado por la acumulación de futbolistas en su enfermería, con Grégory Dupont, jefe de la preparación física, en entredicho. En esa fecha, el conjunto blanco visitó por primera vez el Atleti Azzurri d'Italia de Bérgamo, hogar del Atalanta, para jugarse su supervivencia en los octavos de final de la Liga de Campeones. Esta noche, el Madrid, ahora guiado por Carlo Ancelotti en el banquillo y por el sargento Antonio Pintus en la parcela física, regresa a la ciudad italiana con sentimientos similares, pero con reflexiones diferentes.
A falta de tres jornadas, su vida continental está en el alambre, a cuatro puntos de los ocho primeros puestos que dan acceso directo a los octavos y situado como 24º clasificado, en la última plaza que otorga billete al playoff de enero. Sufre, además, una plaga de lesiones que han dejado el famoso 'Método Pintus' a debate, más fuera que dentro del club.
"La exigencia de este calendario no permite a los jugadores descansar y el riesgo de las lesiones es más alto. Es un problema general, no sólo de nosotros", repite Ancelotti, lejos de la desesperación de un Zidane que observaba en febrero de 2021 sus últimos meses como entrenador. El italiano mantiene todavía la calma, con los rumores de Xabi Alonso escuchándose al fondo pero con el saber estar de quien se ha curtido en miles de batallas mediáticas y futbolísticas.
El transalpino camina por su sexta temporada en el Madrid, la cuarta de esta estelar segunda etapa en la que ha conquistado dos Champions y dos Ligas. Una oportunidad inesperada en la que Carletto se ha moldeado a gusto del propio club, empezando por sus compañeros de viaje en el cuerpo técnico.
En ese febrero de 2021 en el que Zidane saltó a Bérgamo con un equipo de suplentes (Isco de nueve, juveniles en el banquillo...), la directiva del Madrid ya había decidido que Dupont no seguiría la siguiente temporada y ya había hecho movimientos para asegurarse el "sí" de Pintus. El preparador italiano, recomendado por Zidane y clave en las Champions de 2017 y 2018, estaba en el Inter y la planta noble de Chamartín asumía la necesidad de su fichaje como si fuera un futbolista estrella. O más.
Un fichaje estrella
Al terminar el curso 2020-2021, el Madrid anunció su regreso antes incluso que el de Ancelotti, dejando claro que sus contrataciones eran independientes y valorando la responsabilidad de Pintus en el futuro del cuerpo técnico. Por eso ahora, en plena plaga de lesiones y después de tres años en los que 'el Método Pintus' ha sido vital para los títulos blancos, el club sigue poniendo su futuro en manos del preparador, asumiendo sus argumentaciones sobre las causas de las lesiones y alejándose de las críticas que sí hubo hacia Dupont.
Y Ancelotti, consciente de ello, mantiene cauto su discurso. "Es un problemageneral", insiste en cada rueda de prensa. El Madrid recupera en Bérgamo a Vinicius, baja en los últimos cuatro partidos por una lesión muscular, y a Rodrygo, ausente en Girona. Confía en que Bellingham no empeore de sus molestias del sábado y espera aún a Camavinga y Mendy, el último en caer. Lejos de volver están Carvajal, Militao, con graves lesiones de rodilla, y Alaba va dando pasos en su recuperación.
A lo largo de la temporada, sólo han evitado la enfermería Rüdiger, Fran García, Valverde, Modric y Endrick. El resto, en mayor o menor medida, han sufrido diferentes lesiones. No es la plaga de 2021, que llegó a los 60 percances en el curso, pero ha servido para generar un pequeño runrún alrededor de la preparación física. En el Madrid, mientras, se cierran filas alrededor de Pintus y se recuerda su aviso de hace unos meses. "En mayo, después de ganar la Champions, Antonio nos avisó que esta temporada iba a ser complicada en cuanto a lesiones. Y ha acertado", explican fuentes cercanas al vestuario.
La escasa pretemporada que han tenido los internacionales y la acumulación de partidos oficiales siguen siendo las causas que esgrimen Pintus y los responsables de la preparación como germen de las lesiones. No hay mayor debate interno. Tampoco ruptura. Los problemas de Carvajal y Militao en la rodilla han trastocado todos los planes en defensa y han sido inesperados, pero las continuas molestias musculares se asumen por el poco tiempo disponible en verano.
"Es jodido vernos el 24º en la clasificación". Fede Valverde, convertido en uno de los capitanes del Real Madrid, fue sincero y contundente al analizar la situación del conjunto blanco en la Champions League. A 24 horas del trascendental partido ante el Atalanta, en el que el cuadro de Chamartín se juega su futuro en la competición, el uruguayo reflexionó sobre el momento del equipo y el suyo propio. "Este equipo no está acostumbrado a pasar estos momentos porque esta competición siempre suele ir muy bien, pero es parte del fútbol, del proceso", aseguró.
"Tuve un error clave en Bilbao (que costó el 2-1 de los rojiblancos). Puede ser que estuviera cansado de cabeza... Tuve una conversación con mi mujer y lo importante es que pongas el pecho y demuestres al equipo que vas a sacar esto adelante. Que el equipo vea que por más que tenga errores voy a ser uno de los líderes del equipo y que se vea el orgullo que es vestir esta camiseta", admitió Valverde. "Ese error me sirvió para que esa jugada no pase más, para afrontar diferente esas situaciones. Para mejorar de cabeza".
El uruguayo reconoció que ha hablado "pocas veces" con Toni Kroos, del que ha heredado el número 8, durante esta temporada, porque "no le quiero joder más", bromeó. "Ya me dio consejos durante el tiempo que estuve a su lado, no le quiero joder (molestar) más. Yo trato de ser servicial para el equipo donde me pongan", declaró.
Las críticas, admite Valverde, no le pesan y las considera "parte del proceso". "A veces nos ponen en un altar, es lindo, y otras veces las cosas no salen bien y es del peor día de nuestras vidas. Hay que saber llevar estos momentos, salir adelante por la gente que tenemos alrededor, familia y niños. Afrontar esto de buena forma y trabajar".
Unos segundos más tarde salió ante la prensa Carlo Ancelotti, con "un grado de preocupación media" ante un partido que necesitan ganar. "No me juego algo más que tres puntos, pero son importantes para clasificarnos. Será difícil entrar en los primeros 8, tendremos que hacer playoff, pero no son más de tres puntos", insistió.
El italiano esperará al entrenador de esta tarde para valorar la titularidad de Vinicius y Rodrygo, anunció que Bellingham "está bien" para disputar el duelo y dejó claro que no tiene "prejuicios" con los jóvenes. "Conmigo han jugado futbolistas de 17 o 18 años. Intento poner el mejor equipo posible, tengan 17 o 40 años", contestó, preguntado por los minutos de Güler y Endrick. "Ninguno va a salir cedido", aseguró.
Sobre su situación en el Madrid y preguntado sobre la longevidad de Gasperini en el banquillo del Atalanta (nueve temporadas), Ancelotti reconoció que "el entrenador aguanta si el equipo aguanta". "No hay más recetas, es así de sencillo. Para el éxito del equipo es muy importante la relación de confianza entre el entrenador y el club, es la base. El éxito del Madrid es por esto, no solo yo, con todos los entrenadores que han estado aquí. Han tenido éxito porque han tenido relación de confianza con el club", reflexionó.
Por fin el Madrid goleó y vivió con felicidad ante un Girona, que ha sido capado por su "amo" el Manchester City. Hasta Ancelotti sopló de gusto. Estuvo relajado, salvo en el caso de Gil Manzano, que una vez más demostró que no le gusta que el Madrid gane.
Marcaron Bellingham, Arda Güller y Mbappé, que al fin logró un tanto al estilo de cuando jugaba en el PSG. Encima, más difícil todavía, porque penetró por el lado derecho, cosa inhabitual en
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El Real Madrid se regaló un respiro en Montilivi, plaza teóricamente difícil en la pelea por la Liga, y sumó tres puntos que le hacen quedarse a dos, con un partido menos, del Barcelona. El conjunto blanco pasó por encima del Girona a hombros de Jude Bellingham, goleador y asistente antes de retirarse con molestias a tres días del duelo contra el Atalanta. Mbappé, que sigue buscando sensaciones, sentenció el duelo con el tercer tanto del partido.
Después de los «palos», como así los definió Ancelotti en la previa, tras la derrota en San Mamés, el técnico italiano continuó ajustando a su Madrid en Montilivi camino del trascendental duelo de Bérgamo, con la supervivencia continental en juego. Y viendo la alineación, todavía sin Vini, el ajuste más importante tiene a Bellingham como protagonista.
Ancelotti, que durante algunos momentos del primer tramo de la temporada había acorralado al inglés en la banda, parece decidido a convertir al británico en eje central de su juego. No suena a una decisión contraproducente, sino lógica viendo los defectos de este Madrid. El conjunto blanco sufre en salida de balón y sufre al presionar. ¿Quién puede solucionar eso? Bellingham, capaz de recibir de espaldas entre líneas y con oxígeno para no desfallecer en la presión, fue el líder madridista ante el Girona.
La noche no fue sencilla para el Madrid en el inicio. Nadie imaginaba lo contrario. Los de Míchel son valientes e inteligentes con balón, a veces incluso demasiado osados, y durante la primera media hora fueron superiores a su rival. Un Madrid con el motor gripado, incapaz de conectar en estático y de robar alto para generar peligro.
Asprilla y Bryan Gil fueron un tormento para Mendy y Lucas, especialmente el segundo, compartiendo carril zurdo con Miguel Gutiérrez y logrando las mejores ocasiones del Girona. Un pase atrás al que no llegó nadie, un disparo desde lejos que rozó el palo... Asprilla, por su parte, se inventó un pase sin mirar a Van de Beek que el holandés, ya dentro del área, envió alto. Era el minuto 28 y el susto despertó al Madrid.
Los blancos dieron un paso adelante en la presión, confiaron en su físico, que debe ser una de sus mayores virtudes, y sondearon la meta de Gazzaniga hasta que Bellingham vio puerta en el 35. La presión madridista provocó la pérdida local en campo propio, Bellingham cedió a Brahim, éste se internó en el área por el carril izquierdo, intentó un pase atrás que despejó mal Miguel y Bellingham, en el rechace, marcó el 0-1 para calmar ánimos.
El inglés lleva cinco jornadas seguidas marcando, justo desde que Ancelotti centró su posición y le hizo pisar más área que antes. Desde ahí llega más al remate, es el primero en presionar la salida de balón rival y sirve de hilo conector entre los dos centrocampistas y los tres delanteros. El sistema está creado para él y ni siquiera la vuelta de Vinicius, chispa constante del Madrid, debería moverle de sitio.
Tras el descanso, el Girona bajó pulsaciones y el Madrid fue capaz de respirar con balón durante largas posesiones, creciendo en confianza en mitad del temporal de sensaciones que ha vivido en las últimas semanas. Modric y Bellingham hicieron suyo el partido en estático, movieron a su rival y empezaron a encontrar situaciones favorables.
Tchouaméni, central en lugar de Asencio, se encontró con Gazzaniga al cabecear una falta lanzada por el croata. Y de los pies del capitán del Madrid salió el 0-2. Todo en apenas tres toques. Luka, en campo propio, conectó con Bellingham en la medular, el inglés controló, se giró y vio con rapidez el desmarque del turco entre los centrales rivales. Güler avanzó y cruzó el balón a la esquina izquierda de Gazzaniga.
Después de la alegría del gol, llegó el susto. En el 58, Bellingham se fue al suelo tras enviar un balón largo, dolido en la zona del isquio izquierdo. Pidió el cambio y se quedó en el banquillo, pero el miedo de cara al encuentro contra el Atalanta (el martes a las nueve de la noche) se apoderó del conjunto blanco.
La ausencia del inglés no dinamitó al Madrid, superior a un Girona hundido física y mentalmente. Y de nuevo, apareció Modric. En el 61, el croata indicó y esperó el desmarque de Mbappé, el galo pisó área y batió a Gazzaniga con un buen disparo. El tanto sentenció la cita y completó una segunda parte sobresaliente del Madrid, que se queda a dos puntos del Barça y prepara la visita a Bérgamo con más confianza.
Un calamitoso fallo del novato Asencio, que confundió a Courtois y otro ignominioso de Valverde sentenciaron otra derrota indignante del Madrid en San Mamés. Y una vez más, Ancelotti fue el culpable de un vil partido defensivo.
Encima Mbappé ha caído en un agujero tenebroso. Falló otro penalti y lo volvió a tirar como un calco de Anfield. Y peor es que empieza pensar que se ha equivocado solemnemente de haber venido a Madrid. Es sólo un niño perdi
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En Marrakech, en Berlín, en Monterrey o en mallas. La nueva vida de Xavi Hernández es el descubrimiento de la 'dolce vita' por parte de alguien que, a sus 44 años, y pese a la fama y el dinero, no sabía lo que era disfrutar de un fin de semana con amigos y familia desde que era un niño, según confiesa en su entorno. El fútbol cría mucho pobre niño rico. «¡En esto del fútbol el dinero es una burrada!», solía decir cuando vestía de corto e invitaba a sus amigos de Terrassa. Entonces, coqueteaba con la presión. Como entrenador, la padeció hasta extremos preocupantes para su salud mental, por lo que, cerrado el ciclo en el banquillo azulgrana, se propuso una descompresión de verdad, sin declaraciones ni rencores. Ni en la despedida ni ahora que el Barça de Hansi Flick vuelve en la tabla a la misma casilla que el Barça de Xavi.
En la gala del 125 aniversario que precedió a la derrota en Montjuïc ante Las Palmas, Xavi no faltó, acompañado por su esposa, Nuria Cunillera. Leo Messi, pese a haber concluido la MLS, intervino por vídeo, como Carles Puyol o Pep Guardiola. Tampoco evitó las despedidas de Andrés Iniesta o Sergi Roberto, aunque dijo no a todas las propuestas de los medios de comunicación. Cuando escenificó su propio adiós, tras ser despedido por Joan Laporta, explicó que sería un aficionado más en el estadio. Hasta ahora, en cambio, no ha acudido a Montjuïc. Está donde debe estar, pero no allá donde pueda levantar suspicacias.
Los buscadores de gestos vieron más en el rostro de su mujer que en el del propio Xavi mientras en la platea del Liceo escuchaban en vídeo las palabras Guardiola. La comparación, como jugador y entrenador, siempre persiguió al personaje y obsesionó a su entorno, que llegó a referirse al «guardiolismo sociológico» como origen de las críticas hacia el técnico.
El fulgurante arranque del Barça de Flick las volvió propiciar, pero ante la primera crisis, después de lograr un punto de nueve posibles, la clasificación habla claro: en la jornada 15 el equipo azulgrana tiene los mismos puntos que la temporada pasada (34) y cuatro menos que en la anterior, cuando Xavi levantó la Liga. El silencio, sin embargo, continúa. Xavi aceptó la petición que le hizo Flick de tener una cita, algo que tras su llegada al Madrid también hizo Carlo Ancelotti con Vicente del Bosque, mediante Fernando Hierro. Tipos listos. Fue en casa de Xavi y la familia se limitó a difundir la imagen juntos, a la que el club no dio difusión.
Imagen antes de una fiesta en redes sociales.
De Xavi se sabe más por la intensa actividad de su pareja, profesional de la comunicación, en las redes sociales que por sus iniciativas. Quienes velan por sus intereses futbolísticos han llegado a advertir que quizás tanta exposición podría resultar excesiva, dar a entender que se ha separado excesivamente del fútbol, pero Xavi insiste en que permanece conectado y sigue partidos constantemente, incluso del torneo qatarí.
Las imágenes de viajes o escenas familiares, junto a sus hijos Asia y Dan, o con amigos son habituales. Por Europa, en Marruecos, por una playa o entre tacos y tequila en México, donde acudió para jugar un partido de leyendas y decidió quedarse unos días, acompañado de Héctor Moreno. Se conocieron cuando el mexicano jugó en el Espanyol, volvieron a encontrarse en Qatar y, hoy, Xavi es padrino de su hijo Bruno. El catalán ha llegado a aparecer hasta con unas mallas de gimnasia, poco antes de asistir a un cumpleaños en el que los invitados debían ir disfrazados.
No a las ofertas
Desde el momento en que dejó el club, Xavi tuvo claro que quería tomarse un año sabático. Sentía que tenía una deuda con su familia. En su hoja de ruta figura volver a entrenar la próxima temporada a un club importante europeo. La primera vez que el ex técnico azulgrana dijo que no continuaría en el club, hace ya casi un año, las personas que rigen sus intereses ya recibieron llamadas. Representado por Arturo Canales, agente de Gerard Piqué, es su socio Fernando Solanas quien está más cerca del técnico. El Manchester United empezaba entonces a hacer prospecciones de futuro, un casting para explorar candidatos a suceder a Erik ten Hag. Las partes no aclaran si en ese momento o después se produjo una oferta en firme, pero el elegido, finalmente, fue el portugués Rúben Amorim, entrenador de nueva generación, más joven que Xavi, que estaba detrás del éxito del Sporting de Portugal.
Tras el despido, hubo más llamadas, pero todas obtuvieron la misma respuesta. Algunas llegaron de equipos y selecciones más exóticas, aunque Xavi ha descartado experiencias similares a la que tuvo en Qatar. Quiere entrenar en Europa, en la elite. Durante su paso por el Al-Sadd, encontró un hábitat muy cómodo para su familia en la Perla, zona exclusiva de Doha donde vive la mayoría de desplazados occidentales. Eso influyó en las dos veces que dijo «no» al Barça, al margen de la desconfianza en los dirigentes y su pacto con el opositor Víctor Font. La situación no cambió con Laporta, cuya primera opción no era el de Terrassa, pero un tercer «no» era un desafío excesivo al destino.
Xavi y su mujer, en Marrakech.
La prioridad de Xavi no es económica, debido al patrimonio forjado durante su carrera y gestionado a través de una sociedad limitada creada ya en su etapa como futbolista. La sociedad posee más de 60 activos, principalmente propiedades inmobiliarias, repartidos en pisos, casas, locales, aparcamientos u oficinas en distintas localidades de Cataluña, algunas de ellas en las zonas más exclusivas.
El entrenador catalán piensa en un proyecto deportivo que pueda moldear a su gusto, junto a buena parte del staff que le ha acompañado hasta ahora, especialmente su hermano Óscar, su segundo en el banco azulgrana. El resto depende de la receptividad del mercado, algo en lo que confía que pese más su pasado y el fútbol que representa que el áspero final en el Barça. Pero eso será mañana. Por ahora agota la efímera 'dolce vita'.