Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

Las lesiones lastran aún más el eterno rompecabezas de Ancelotti antes de la final que decidirá su futuro

El tercer clásico de la temporada encontrará de nuevo al Real Madrid en urgencia médica. Después del 0-4 liguero del Bernabéu y el 2-5 de la Supercopa de España, las últimas lesiones de Camavinga y Alaba obligan a Carlo Ancelotti a improvisar un nuevo puzle justo cuando más quema la mesa. El italiano, perdida la Champions y con la Liga muy complicada (cuatro puntos le separan del Barça), se juega el curso y su futuro en La Cartuja. Si quiere tener alguna opción de continuar en el banquillo de Chamartín, vencer a los de Flick en Sevilla es una obligación... Pero en su bolsillo cada vez hay menos piezas para resolver el rompecabezas.

Ancelotti parecía haber encontrado un once tipo el pasado domingo, cuando aprovechando la vuelta de Ceballos a la titularidad probó a Valverde y a Camavinga de laterales, acumulando seis centrocampistas en total (dos en los carriles y cuatro en el rombo) y dejando a solo dos delanteros en punta, Vinicius y Rodrygo. Fue un equipo compacto y con más sentido en la ocupación de espacios y a la espera de la recuperación de Mbappé, era el once de gala.

Con Valverde y Camavinga el técnico solucionaba así dos de los principales lunares del equipo esta temporada. Lesionados Carvajal y Mendy, el nivel de Lucas Vázquez, Alaba y Fran García en las bandas no le había convencido ante los grandes equipos. Situar ahí al uruguayo y al francés, físicos, verticales y con recorrido, le aportaba mucho al juego del equipo.

Pero el paso por Getafe dejó K.O. a Camavinga, descartado para la final por una rotura en el aductor de la pierna izquierda y para el resto de la temporada. No podrá estar ni tan siquiera en el Mundial de clubes. El galo, de hecho, había salido en el descanso por Alaba, que se retiró con molestias, y ninguno pudo terminar el duelo.

La duda de Ancelotti

Las dos lesiones y la eterna irregularidad física de Ferland Mendy darán una opción única a Fran García, confirmado su billete a la final por el propio Ancelotti: "Jugará Fran", dijo en la sala de prensa de Getafe.

Será la primera vez que el italiano apueste por el ex del Rayo de inicio ante el Barça, porque en los dos primeros clásicos del año se la jugó con Mendy. Fueron dos desastre para el Madrid, que perdonó en el Bernabéu y lo acabó pagando y que se deshizo en Arabia. Siempre, eso sí, limitado por las lesiones.

En el duelo liguero, Ancelotti no pudo contar con Courtois, Carvajal ni Rodrygo. Mbappé erró varias ocasiones y en la segunda parte el Barça le pasó por encima, sufriendo Lucas por la velocidad de Raphinha. La baja de Rodrygo facilitó el rombo del centro del campo, pero entre Valverde, Tchouaméni y Camavinga no tuvieron demasiada creatividad en la construcción. Faltó un timón.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.

Ancelotti, el miércoles, en la zona técnica del Coliseum.EFE

En Arabia, Lucas repitió en el lateral, con Tchouaméni de central (ya lesionado Militao) y con las cuatro estrellas en el ataque secundadas por Valverde y Tchouaméni en el doble pivote. El Madrid estuvo roto, partido en dos por el poco compromiso defensivo de Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. El 2-5 final lo dijo todo.

Ahora, Ancelotti parece convencido de enviar a Valverde al lateral y de incluir a Ceballos o a Modric en el once. Ambos fueron titulares contra el Athletic junto a Tchouaméni, cuajando uno de los mejores partidos del centro del campo madridista este año, y el técnico debe tomar la decisión más comprometida de la final: estando Mbappé de vuelta tras su lesión de tobillo, aunque veremos a qué nivel, ¿jugará con los cuatro delanteros o reforzará el centro del campo?

Los resultados de la temporada y el nivel del mediocampo del Barça invitan a pensar que la idea más lógica es sentar a Rodrygo o a Mbappé (si no está al 100%) y meter más hombres por dentro, volviendo al 4-4-2 en rombo que tan buenos resultados le ha dado en los últimos años. El puzle, eso sí, está cogido con pinzas. Demasiadas urgencias médicas.

Güler y Endrick, cara y cruz para Ancelotti: "No puede hacer esas cosas, tiene que aprender"

Güler y Endrick, cara y cruz para Ancelotti: “No puede hacer esas cosas, tiene que aprender”

Arda Güler fue la cara y Endrick la cruz en la salida nocturna del Real Madrid a Getafe. El turco mantuvo a los blancos a cuatro puntos del Barça en la pelea por la Liga con su gol y su brillantez con balón en la creación, mientras que el brasileño falló dos ocasiones claras y recibió la reprimenda de Carlo Ancelotti en el césped y en la sala de prensa.

Al técnico italiano le ha costado mucho dar oportunidades a los jóvenes durante esta temporada. La exigencia del calendario y las derrotas puntuales en Liga y Champions le obligaron a llevaron a insistir con sus estrellas en las alineaciones, dejando poco espacio para las rotaciones. Así lo sufrieron los dos talentos, los últimos en el fondo de armario de Ancelotti.

Arda, que venía de hacer una gran Eurocopa con Turquía, es el 16º futbolista más utilizado por el entrenador transalpino con 1.323 minutos, sumada ya la hora de juego de Getafe. Endrick, por su parte, apenas acumula 700 tras los 60 minutos de ayer por la noche. Sólo Alaba, recuperado de su lesión en Navidad, Vallejo, que no cuenta, y los canteranos que han participado de forma circunstancial y los lesionados de larga duración (Militao y Carvajal) suman menos minutos que ellos.

A pesar de todo, el brasileño ha logrado siete goles, siendo el sexto máximo anotador del equipo, y el turco cuatro, los mismos que Modric. No han tenido minutos, pero sí los han aprovechado cuando han visto la oportunidad.

En Getafe, Güler fue el mejor del Madrid en plena lucha por la Liga. Acostumbrado a jugar en el extremo derecho, retrasó su posición y se convirtió en el timón del equipo, que giró a su alrededor. A sus 20 años, podría estar camino de un cambio de posición, situación similar a la que vivieron antes Kroos o Modric. Así lo ve Ancelotti.

"Al jugar en 4-3-3 puede situarse como interior, pero en el 4-4-2 no puede estar en el doble pivote. El 4-3-3 no siempre lo hemos utilizado, pero esta noche lo ha hecho muy bien ahí. Le falta un poco de contundencia en los duelos, pero tiene mucha calidad. Creo que su futuro va a ser más ahí que más adelante", reflexionó el italiano, que cree que "en el futuro lo podemos ver ahí en un 4-3-3". "Tiene calidad en la construcción, ideas y mucha tranquilidad", finalizó.

En el campo, uno de los futbolistas que más desesperó a Ancelotti fue Endrick, el más joven del vestuario. A sus 18 años, el técnico ha cuidado sus minutos, a pesar del importante montante de su traspaso, y con Mbappé como fijo en la punta del ataque al brasileño le ha costado entrar en la rotación y cuando lo ha hecho no ha convencido al técnico. Tampoco en Getafe, donde le dio una titularidad clave en la Liga y donde terminó sustituyéndole a la hora de juego tras una acción que le enfadó.

En el minuto 56, Endrick se plantó ante Soria e intentó una vaselina que apenas se levantó del suelo. Una ocasión clarísima que podría haber sido el 0-2 definitivo para el Madrid, sentenciando el duelo para mirar ya a la final de Copa. Cuando Ancelotti vio la definición de Endrick, levantó sus brazos enfadado y se giró hacia su hijo Davide señalando a Bellingham, que calentaba en la banda. Quería sacar del campo al brasileño de inmediato y así lo hizo.

Más tarde, en sala de prensa, le lanzó un mensaje directo. "Endrick ha tenido dos oportunidades. En la de la primera parte no lo podía hacer mejor. Y luego en la segunda... Podría ser fuera de juego, pero no puede hacer estas cosas. Es joven y tiene que aprender, tiene que pegarle fuerte. En el fútbol, el 'coup de theatre' (un giro inesperado de guion o una sorpresa) no existe", declaró.

Después de perdonar al Getafe, el Madrid terminó jugando con uno menos por la lesión de Camavinga y sufriendo durante los últimos minutos. El francés sufrió un problema en el aductor y está casi descartado para la final de Copa. Una baja importante para Ancelotti, que planeaba situarle en el lateral izquierdo para tratar de limitar a Lamine Yamal. y que tampoco podrá contar con Alaba, que se retiró en el descanso con molestias.

El Madrid sufre en Getafe, pero sale vivo gracias al pie de Arda Güler y las manos de Courtois

El Madrid sufre en Getafe, pero sale vivo gracias al pie de Arda Güler y las manos de Courtois

El Madrid sigue vivo en la guerra de la Liga tras la batalla de Getafe, donde el pie de Arda Güler, timón y goleador, le valió para mantenerse a cuatro puntos del Barça. Tambaleó, eso sí, en un final de infarto donde jugó con uno menos por la lesión de Camavinga. La noche del sur de Madrid la hizo suya Güler. El turco aprovechó las rotaciones de Ancelotti, que sentó a Camavinga, Modric, Ceballos y Bellingham, y se convirtió en el líder del conjunto blanco. Acompañó a Tchouaméni y Valverde en el centro del campo, abandonó la mediapunta, bajó a la base izquierda de la jugada y ordenó y creó para los suyos en una parada clave en la lucha por la Liga. [Narración y estadísticas (0-1)]

El Madrid creció a partir de su pie izquierdo. Calmado, a pesar de la intensidad inicial del Getafe, pausó y aceleró el juego cuando debía, rompiendo líneas en conducción o tocando con los centrales a la espera de la presión rival. Su posición puede abrir una solución para Ancelotti a medio plazo. El Madrid busca desesperadamente un cerebro que complete el puzle de sus próximos años, alguien que sustituya las virtudes de Kroos. Y el turco, mediapunta como el alemán en sus inicios, tiene detalles para crecer en ese puesto.

Y además, Güler puso la guinda a su partido con el 0-1, que asentó las ideas del Madrid en Getafe y puso su mente camino de la final de la Copa del Rey de este sábado ante el Barcelona. Los de Ancelotti fueron superiores al cuadro de Bordalás, que apostó por un bloque sólido en defensa pero sin profundidad en ataque. No le ganó la batalla del centro del campo al Madrid, entregó el balón y estuvo vendido cuando los blancos consiguieron abrir su defensa.

Caminando por el alambre

Valverde y Fran García lo probaron en el primer cuarto de hora, justo antes del gol del turco. Vinicius arrancó en una contra tras un córner de los locales y provocó el tanto. Brahim no aprovechó el pase atrás del brasileño y el rechace terminó en Güler, que batió a Soria con la derecha desde la frontal del área. Sin reacción, el Getafe repitió un plan: balones largos para que Borja Mayoral se peleara con Asencio y alguno de los centrocampistas pudiera lograr una segunda jugada. Tuvo intentos, pero no puso en aprietos a Courtois.

En el otro área, el Madrid se adueñó del balón y buscó romper al espacio con Vinicius y Endrick, que entró en el lugar de Rodrygo y tuvo un mano a mano clarísimo en el minuto 30. Alaba le encontró en largo, el joven delantero tiró una pared con Vini y cuando estaba delante del portero, no logró superarle. Hubiera sido la sentencia de un partido que seguía en el alambre, a un gol de ponerle en bandeja la Liga al Barça.

Pero el paso por vestuarios descolocó al Madrid. Alaba, con molestias en la pierna izquierda, se quedó en la caseta y Camavinga entró en el césped, obligando a Tchouaméni a pasar al centro de la defensa. Y lo que carburaba a pleno rendimiento se gripó. Güler dejó el mando y los blancos comenzaron a perder duelos individuales alentando al Getafe. Lo vio Bordalás, que apretó la salida blanca y lo apostó todo al ataque, dando entrada al gigante Álvaro, canterano madridista, a Coba y a Peter, látigos en la banda. Por ahí nació el peligro local.

Una de las paradas de Courtois ante el Getafe.

Una de las paradas de Courtois ante el Getafe.AP

El Madrid, con la Liga en juego, sufrió. Por el ímpetu rival y por sus propios errores, inadmisibles en un equipo que está peleando por el título. En el 56, Endrick tuvo otro mano a mano clarísimo ante Soria, pero con tiempo para pensarlo todo, intentó una vaselina que apenas se levantó del suelo. En la banda, Ancelotti se desesperó y llamó a Bellingham, que estaba calentando.

El enfado del italiano fue a más cuando Vinicius erró otra ocasión clarísima que hubiera sentenciado el duelo y les hubiera dado libertad para pensar en La Cartuja. El brasileño arrancó hacia portería en una contra, amagó ante varios defensas y en lugar de ceder a Bellingham, se jugó el disparo, forzado ante Soria, que sacó a córner.

Arambarri, en el otro área, perdonó la vida liguera del Madrid al definir desviado ante Courtois y el duelo entró en el drama con la lesión de Camavinga, que dejó a los blancos con diez en los últimos minutos. Ahí apareció el héroe Courtois, salvando a su equipo ante un disparo potente de Álvaro. Vivió el Madrid.

Djené: "Muchos en África creen que vas a Europa, ganas mucho dinero y lo mandas de vuelta. Y no es así de fácil, no les dicen la verdad"

Djené: “Muchos en África creen que vas a Europa, ganas mucho dinero y lo mandas de vuelta. Y no es así de fácil, no les dicen la verdad”

Djené Dakonam (Lomé, Togo, 1991) asoma por los pasillos del Coliseum de Getafe con la autoridad que le otorga el brazalete de capitán, las ocho temporadas que lleva en el club, los músculos (no nos vamos a engañar) y una vida de viajes y trabajo. De Togo a España pasando por Ghana, Benin, Camerún y Bélgica. Una experiencia con la que trata de convencer a las nuevas generaciones, admite tener «miedo» del futuro por sus hijos y por una sociedad que «ha cambiado mucho» y en la que «a los jóvenes no les dicen la verdad», explica, sobre el famoso 'sueño europeo'. En el césped, donde hoy se mide al Madrid, va con todo.

Usted nace un 31 de diciembre en Lomé, capital de Togo.
Mis padres son de Dapaong, pero yo nací en la capital. Una buena fecha porque celebrábamos la Navidad y el Año Nuevo. Somos cristianos, aunque ahora yo no soy muy practicante. Y desde pequeños jugábamos al fútbol, siempre después del colegio. Yo vengo de una familia humilde y para mis padres el colegio era importantísimo, tenía que estudiar sí o sí. Luego dejaba la mochila y a jugar.
Hábleme de su familia. ¿Sus padres a qué se dedicaban?
Somos cuatro hermanos y yo soy el más pequeño, era el más mimado. Mi padre era sastre y mi madre se dedicaba a comerciar vendiendo cosas en la calle. Yo iba de casa al colegio y luego al campo de fútbol.
¿Sigue en contacto con sus amigos de la infancia?
Sí, con la mayoría. Lo que pasa que soy el único que sigue jugando al fútbol. La mayoría ya se dedica a otras cosas en Togo, unos tienen trabajo, otros no... Pero... Yo querría volver a mi infancia, ¿sabes?
¿Por qué? Cualquiera diría que ahora tiene una vida más fácil, ¿no?
Todo era más... Limpio. Te lo juro. Quiero vivirla otra vez. Ahora lo tengo todo, familia, hijos... Y todo se complica un poco a veces porque no vives sólo para ti. Yo vivo para mí, para mis hijos, para mis padres... Es un peso. A veces está bien, pero a veces cuesta.
Cuando vuelve a Togo y está de nuevo con la gente con la que ha crecido, ¿qué se le pasa por la cabeza?
Lo aprovecho todo. Todos los años necesito ir allí en vacaciones para vivir con ellos el presente de mi país. Tengo que ir y estar con ellos, hablar del país, de lo que pasa, de lo que va bien y lo que va mal, de ver qué puedo corregir desde mi posición... Es algo que me da mucha más fuerza. Vivir lo que pasa realmente, porque leo los medios y a veces no te cuentan la realidad, la gente te cuenta otras cosas.

JAVIER BARBANCHO

¿Cómo corrige usted las cosas de su país?
Lo primero es ir allí y decirles la verdad, porque hay gente que se cree que todo es fácil, que llegas a España, juegas en la Liga y todos pueden hacerlo porque es fácil. Y no es así. La vida no es así. Intento decirles la verdad para que despierten, que todo se consigue trabajando con humildad. Y luego pues si la gente me cuenta sus proyectos intento estudiarlos y ayudarles. En mi pueblo me ven como un icono, soy el único futbolista, y las cosas ahí no son fáciles... No es fácil comer tres veces al día, así que si puedo les ayudo económicamente o de forma material, con proyectos de agricultura y cosas así.
Usted completó el famoso 'sueño' europeo, aunque esa no es la realidad de muchos inmigrantes.
Muchos creen que vas a ir Europa, vas a ganar mucho dinero y lo vas a mandar de vuelta, así de fácil. Y mi carrera no ha sido fácil. Jugué en Togo, en Ghana, en Benín y en Camerún antes de que me surgiera la oportunidad del Alcorcón. Es una lucha y a los jóvenes no se les dice la verdad. Entonces cada vez que puedo intento decirles la verdad. Mis amigos ya saben que no es algo fácil.
¿Qué es el fútbol para usted?
Todo. Cuando era joven estaba en la universidad, porque mi madre quería que fuera médico. Jugaba en la selección sub'18, creo, pero ella quería que estudiara. Hasta que me dio un clic, cogí la mochila y le dije que me iba a jugar al fútbol a Camerún, a la Primera División de allí. Me pidió que no me fuera, que estudiara, pero lo tenía claro y le dije "mamá, me voy".
Y en 2014 fichó por el Alcorcón, que entrenaba Bordalás. ¿Cómo lo consiguió?
Esto no sé si se sabe. Yo estaba en Camerún, en agosto de 2014, y de repente mi agente me llamó diciendo que había conseguido una prueba de dos semanas con el Alcorcón. Fui a muerte en cada entrenamiento y luego el director deportivo me dijo que no me quería, que ya tenía dos centrales y tres laterales. Así que me fui al hotel pensando en volver a Camerún. Y ahí me llamó otra vez diciendo que el entrenador, Bordalás, quería que me quedara. Y me quedé. Bordalás fue la clave.
¿Dónde vivía?
Vivía en Alcorcón, en un piso... Complicado. El otro día fui por la zona con mis hijos para que vieran dónde vivía. Era un piso... Uf. Tenía que ser cerca del campo e iba caminando todos los días, porque no tenía coche ni carnet. Pero lo superé porque sé de dónde vengo, me da igual el frío o el calor.
¿Sus hijos saben de dónde viene?
Sí, porque cada vez que tenemos vacaciones vamos a Togo para que vivan también esa realidad, lo que hay, que la vida no es tan sencilla.

JAVIER BARBANCHO

Dos años en Alcorcón, ficha por el Sint-Truidense de Bélgica, está un año y vuelve a España, al Getafe, de nuevo con Bordalás.
Tenía dos ofertas para volver a España, una del Getafe y otra del Levante. Al Levante lo entrenaba Muñiz, que había sido mi entrenador en mi segundo año en Alcorcón. Tenía dudas, así que llamé a mi madre. Y ella, que sabe cosas, me dijo "vete con tu primer entrenador, con el que te acogió como un hijo". Así que me fui con Bordalás, aunque la oferta económica del Levante era mejor. Y mira, ocho temporadas ya.
Hábleme de su cuerpo. ¿Cuánto lo ha trabajado y cuánto hay de genética?
Hay genética, claro, pero sin trabajo no vale nada. Yo desde joven lo he trabajado muchísimo, más que el trabajo con balón. En mi país no había gimnasio, pero aún así hacíamos de todo. Y luego, claro, hay cosas naturales. Cuando iba al colegio tenía que andar mucho y a veces íbamos corriendo o íbamos a coger agua de un pozo a casa y la llevábamos en los brazos durante mucho tiempo.
¿Usted le tiene miedo a algo?
Antes no, pero ahora sí. Tengo miedo por mis hijos, por lo que veo ahora, por lo complicado que es el mundo. No tengo miedo por mí, sí por ellos. Por el futuro, porque creo que el mundo en general va mal. Creo que en el mundo en el que yo vivía antes, cuando era niño, había más amor. Ahora hay más dinero, más cosas... Los seres humanos no vivimos como antes, la sociedad ha cambiado mucho, también en mi país y en África. En mi país la gente no ríe como antes, cada año que voy es peor. Están más tristes.
¿Ha sufrido racismo?
Yo en el campo me concentro mucho, de verdad, y los ruidos de fuera no los escucho. Y fuera... Yo voy tranquilo a los sitios y la gente no me lo dice, pero existe. Veo cosas. Veo cosas con mi mujer, con mis hijos... Pero lo asumo con humildad y creo que es un problema de educación. Creo que tenemos que educar más. Un padre no puede venir con su hijo al campo de fútbol y decir algo racista con el hijo delante, porque el hijo lo repetirá, seguro. Es algo que va de generación en generación y es un problema de educación. No sé si parará algún día, pero espero que vaya a menos porque creo que hay más gente buena que mala. En España hay mucha buena gente. Por ejemplo, con mi hijo en el colegio siempre se han portado bien.
Me han dicho que su ídolo de adolescente era Andrés Iniesta.
Sí, mi favorito. Empecé a verle cuando yo tenía 16 años o así, en 2007. Veía algo de fútbol en una televisión y me gustaba mucho. Yo era defensa, pero me daba igual, es un jugador que lo veías jugar y sólo podías decir 'guau'. Gracias a Dios jugué contra él en su último año.
33 días, seis jornadas y cuatro puntos entre Barça y Madrid: una primavera de tensión en el fútbol español

33 días, seis jornadas y cuatro puntos entre Barça y Madrid: una primavera de tensión en el fútbol español

La pelea por el título de Liga entra en su recta final con seis jornadas convertidas en seis clásicas de primavera. Si el ciclismo tiene sus cinco Monumentos, Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja y Lombardía, el fútbol español vivirá 33 días de tensión desde esta tarde hasta el próximo domingo 25 de mayo, fecha de la última jornada. Un mes y tres días para decidir qué equipo se hace con el campeonato doméstico. Serán los 18 últimos puntos de la temporada, con el clásico del domingo día 11 en Montjuic como punto de inflexión definitivo y con el Atlético, a 10 del Barça, esperando un milagro casi imposible.

La agónica victoria del Madrid ante el Athletic en el Bernabéu, en el encuentro más difícil que le quedaba en casa este curso, le mantiene a cuatro puntos de un Barça que sufrió ante el Celta en Montjuic y que tiene las semifinales de Champions contra el Inter como piedra en el camino de la Liga. De cómo el cuadro de Hansi Flick gestione la exigencia liguera y continental dependerá lo abiertas que estén las trincheras de la guerra por la Liga.

Es la primera vez desde 2019 que el Barça tiene que pelear los dos grandes trofeos del curso a la vez a estas alturas de abril. Ese curso, el 18-19, fue capaz de levantar la Liga, pero cayó en semifinales de Champions ante el Liverpool tras un desastroso partido de vuelta en Anfield Road. En ese momento era líder destacado del Campeonato, así que su puesto liguero no se vio afectado por la exigencia continental, pero este mes será diferente. El Madrid acecha.

El calendario del Barça

El conjunto azulgrana inicia esta noche ante el Mallorca su particular Tourmalet, siguiendo con las comparaciones ciclistas. La etapa reina de la temporada del Barça incluye la eliminatoria de Champions contra el Inter, el 30 de abril y el 6 de mayo, la final de la Copa del Rey del sábado, tres recibimientos ligueros ante Mallorca, Madrid y Villarreal, y tres visitas al Valladolid, Espanyol y Athletic, el más complicado.

Nueve citas a las que la plantilla de Flick llega exprimida tras un curso extenuante y con Lewandowski, su delantero estrella, en la enfermería. El polaco se perderá el clásico de Copa y no se le espera hasta la vuelta de Champions, previa al encuentro contra el Madrid en Liga.

«Espero que Lewandowski llegue a los partidos decisivos», dijo ayer el técnico alemán, que vio la remontada contra el Celta como un «toque de atención». «El camino es largo y falta mucho, el Madrid también querrá lograr sus objetivos. Tenemos que centrarnos en nosotros mismos y en gestionar el cansancio. Es importante tener las piernas frescas y gestionar la carga de minutos, porque los jugadores se ven en forma y no quieren descansar», reflexionó.

Las citas del Madrid

Enfrente, el Madrid de Ancelotti y una final de Copa que Flick cree que «no influirá», aunque en Valdebebas sí se toma como un punto de inflexión importante de cara a este último mes de temporada. Ganar en La Cartuja levantaría la moral del vestuario y de la grada, frustrados ambos tras la derrota contra el Arsenal en Champions.

Los blancos, liberados, para su desgracia, de cualquier eliminatoria continental, visitan mañana Getafe y viajarán el próximo mes a Montjuic y al Pizjuán, además de recibir a Celta, Mallorca y Real Sociedad, equipos que se están jugando una plaza europea, pero ante los que deben sumar tres puntos y esperar una derrota azulgrana, algo que no sucede en Liga desde diciembre (1-2 ante el Atlético en Montjuic).

En el debe de los blancos, un dato: en los últimos 35 años sólo han ganado dos Ligas consecutivas, en 2007 y 2008. Nunca más. Y Ancelotti, al que sólo un milagro salvaría de poner fin a su etapa en el banquillo del Bernabéu este verano, nunca ha levantado dos títulos ligueros seguidos en toda su carrera.

«La afición, como nosotros, cree que todavía podemos sacar algo esta temporada», respondió Ancelotti el domingo. El italiano espera a Mbappé para la final de Copa y tiene que lamentar las bajas de Carvajal y Militao, pero parece haber encontrado en Valverde y Camavinga la solución a sus problemas en los laterales. Kylian, además, tiene ante sí la posibilidad de recuperar terreno en la lucha del Pichichi contra Lewandowski: 22 contra 25.

El "no pensé mucho" de Valverde y las quejas de Ancelotti por el VAR: "El nuevo fútbol moderno es esto..."

El “no pensé mucho” de Valverde y las quejas de Ancelotti por el VAR: “El nuevo fútbol moderno es esto…”

Carlo Ancelotti ha salvado una nueva pelota de partido. Desde la derrota ante el Arsenal en los cuartos de final de la Champions League, cada triunfo es un respiro de alivio. Contra el Athletic Club llegó en el minuto 92, casi como aquel cabezazo de Sergio Ramos en Lisboa, pero llegó. La "llave" del mismo, como así le definió el técnico, fue Fede Valverde, autor de un golazo tardío que mantiene a los blancos en la pelea por el título.

"No pensé mucho, a veces pienso tanto y se me vienen dudas. Esta vez no pensé y disparé. En este partido tiré mucho y la mayoría fueron bien. Me sentía con confianza y los compañeros me lo piden. Por suerte pudo entrar", explicó el uruguayo, protagonista del duelo.

Valverde fue lateral derecho de inicio, pero jugó casi de todo. Gobernó el carril diestro, completó un 93% de pases con acierto, incluidos varios cambios de juego hacia Vinicius, y disparó siete veces a portería, tres de ellas entre los palos. El que más en todo el Madrid.

"Sabíamos que iba a ser complicado porque siempre es duro salir adelante después de una derrota, pero estamos felices del esfuerzo y de llevarnos una victoria. Costó crear juego en el primer tiempo pero en la segunda parte cambiamos la actitud", aseguró.

Ser el futbolista con más disparos de la noche no es casualidad. En cada entrenamiento, el vestuario "alucina" con los lanzamientos del uruguayo, al que le piden que se atreva mucho más durante los encuentros.

"Parece que nos vamos acostumbrando. En el día a día los vemos (en los entrenamientos) y nos alucina al verlo en los partidos. Nosotros lo sufrimos y lo disfrutamos en el día a día", elogió Asencio sobre el talento del centrocampista.

En sala de prensa, Ancelotti se refirió al uruguayo como "la llave" para conseguir la victoria y elogió el cambio de marcha de sus futbolistas tras el descanso. "Creo que el partido ha sido bueno, no hemos encajado gol, hemos sido agresivos y solidarios. Hay buenas noticias y a ver si seguimos mejorando".

A vueltas con el sistema

Una de esas "buenas noticias" podría ser el cambio de esquema de cara a la final de la Copa del Rey contra el Barcelona, que se celebrará este sábado en La Cartuja. El italiano modificó su habitual formación, con Vinicius, Rodrygo y Mbappé en la delantera y Bellingham muy pegado a ellos, formando casi con un 4-2-4, para añadir un centrocampista más ante la baja del atacante francés, dejando una alineación mucho más compacta. "Mi sistema favorito es el 4-4-2", admitió el entrenador, cuestionado sobre la recuperación del rombo, con Bellingham liberado en la punta del mismo.

"A nivel defensivo, el 4-4-2 es el mejor sistema. Eso no significa que tenga que jugar con cuatro medios, porque a veces los dos delanteros han sido Mbappe y Vini con Bellingham a la izquierda pero era un 4-4-2. Puedes jugar así con seis medios, tenemos extremos que pueden jugar en medio...", reflexionó.

Pero la ausencia de Mbappé dejó más espacios para Vinicius, que cuajó uno de sus mejores partidos en las últimas semanas. "No han sido días felices para él ni para nosotros, pero me ha gustado lo que ha hecho y siempre es muy importante para nosotros".

La polémica

El transalpino fue muy contundente sobre la polémica del partido: el gol anulado a Vinicius por fuera de juego de Endrick y el penalti no pitado de Unai Núñez sobre Bellingham, ambas acciones en el tramo final del duelo.

"El nuevo fútbol es esto. El gol anulado es fuera de juego automático, lo que es extraño es que el VAR no haya llamado por el penalti. El nuevo fútbol moderno... Marcelino está de acuerdo conmigo", deslizó Ancelotti.

La Federación ha hecho públicos los audios de la jugada del gol anulado al brasileño. Una conversación entre Juan Martínez Munuera, árbitro de campo, y Cordero Vega, desde el VAR.

- Juan, tengo que llamarte para que vengas a valorar la interferencia de Endrick sobre Aitor Paredes, ¿vale?

- Voy a verla

- Este es el punto de contacto

- Quiero ver una que esté el fuera de juego, páramela. Ahora ponme la high behind.

- La high behing no enfoca. Te podemos poner la sky, que es esta, con zoom.

- Vale, está muy justo. Vale, perfecto. Sí que hay interferencia. Voy con fuera de juego.

Fede Valverde sujeta la cuerda del Madrid en el precipicio de la Liga

Fede Valverde sujeta la cuerda del Madrid en el precipicio de la Liga

El empeine del pie derecho de Fede Valverde agarró la cuerda con la que se sujeta el Real Madrid en el precipicio de la pelea por el título de Liga. En el minuto 93 del duelo ante el Athletic, el uruguayo se inventó una volea que se coló por la escuadra de Unai Simón para mantener al Madrid a cuatro puntos del Barça. Los blancos, en su primera cita tras la derrota contra el Arsenal en los cuartos de Champions, sufrieron lo indecible pero siguen con vida en el torneo doméstico, pendientes del clásico del próximo 11 de mayo.

Ancelotti tomó decisiones tras el fiasco continental y utilizó a los suplentes del Athletic para probar el once de la final de Copa contra el Barça, que se disputará este sábado en La Cartuja. Y el italiano sorprendió. Con la baja de Mbappé, descartó el 4-3-3 que ha repetido durante casi toda la temporada y volvió al 4-4-2 en rombo, con Bellingham en el pico del diamante y Vinicius y Rodrygo arriba. El sistema y la alineación que le hizo campeón de Europa hace unos meses.

Atrás, y también pensando en el clásico copero, Valverde y Camavinga ocuparon los laterales, subiendo un escalón en ataque para que Ceballos y Modric asumieran la base de la jugada y aprovechando su físico en defensa. Fue el Madrid de los seis centrocampistas, pero fue un Madrid sin ritmo en el inicio.

El conjunto blanco saltó algo desconectado a un Bernabéu 'de domingo': mucho turista, mucho niño de vacaciones... Y poca respuesta de la afición después de la dura derrota contra el Arsenal. Sólo Mbappé, lesionado, se llevó los pitos cuando salió por el videomarcador del estadio. El resto, aplaudidos.

Pero estábamos en lo del césped. El Madrid amasó la posesión, lento y sin ritmo, casi sin movimiento sin balón, muy previsible en sus ideas y errático en tres cuartos del campo rival. Sólo Vinicius, lejos de su mejor nivel, lo intentó una y otra vez. Eso no se le puede negar al brasileño. Puede perder cinco balones seguidos, que el sexto también se lo va a jugar. Este esquema sin Mbappé y con cuatro medios beneficia sus virtudes y le da espacio, pero estamos en lo mismo: el ritmo.

El lento movimiento del Madrid apenas dejaba situaciones de uno para uno al brasileño, siempre marcado por dos contrarios y obligado a inventarse demasiados regates. Un disparo desviado tras una carrera, un pase atrás en línea de fondo que corta la defensa... Así murieron los ataques del equipo de Ancelotti, siempre en los pies de Vini.

El primer tiro a puerta llegó en el minuto 35 tras un cabezazo de Valverde tras un córner de Modric. Digno reflejo de una noche de mucho dominio de la posesión y pocas ocasiones claras.

Asedio final

Tras el descanso, el Madrid subió una marcha en la velocidad del juego. Rodrygo y Bellingham se movieron más sin balón, generando más espacios, ocasiones y trabajo para un Unai Simón que no había tenido que hacer nada en la primera parte. A veces el fútbol es así de sencillo.

En el 47, el brasileño definió desviado tras un zigzagueo en el área; en el 48, Unai salvó un disparo de Camavinga tras un largo sprint; en el 53, Valverde disparó fuera desde la frontal; en el 60, el portero rojiblanco actuó rápido para sacar un cabezazo de Bellingham a bocajarro; en el 61, el inglés, de nuevo de cabeza, remató desviado un córner...

El Madrid acumuló ocasiones mientras Valverde apostaba por su trío de ataque titular (Sannadi, Iñaki y Sancet) para intentar ganar el partido. Quizás porque pensaban demasiado en esas semifinales de Europa League, los vascos nunca pusieron en peligro la meta de Courtois. Al otro lado, los de Ancelotti se desesperaban por la polémica.

La polémica

En el 79, Vinicius marcó un buen gol tras una diagonal hacia el área y un disparo al primer palo de Simón, pero el VAR avisó a Martínez Munuera. Después de 4 minutos de revisión y tras consultar la pantalla, el colegiado señaló fuera de juego de Endrick. En la siguiente jugada, el Bernabéu pidió penalti deNúñez a Bellingham, pero ni el VAR ni el árbitro lo consideraron.

Llegó entonces el gol de Valverde y el delirio de Chamartín para salvar, de momento, su lugar en la trinchera por la Liga. Sufriendo, pero los blancos siguen vivos.

Los múltiples 'padres' del desastre continental del Madrid: Ancelotti, Pintus, las estrellas, Florentino...

Los múltiples ‘padres’ del desastre continental del Madrid: Ancelotti, Pintus, las estrellas, Florentino…

«No sé si es mi último partido en Europa con el Madrid y no quiero saberlo». Carlo Ancelotti conoce bien cómo es el Real Madrid, su entorno y sus despachos. Lo supo en 2014, cuando la Décima le otorgó una temporada más, y en 2015, cuando a pesar de jugar el mejor fútbol de su etapa en Chamartín fue despedido tras caer en semifinales de Champions. Y volvió a ser consciente de lo que es el conjunto blanco en 2021, cuando en una llamada para pedir cesiones para el Everton descubrió que tenía opciones de volver al Bernabéu. «Aquí un empate es una crisis», ha repetido varias veces durante los últimos años. Sabe el tiempo que hace en la Castellana, y a pesar de los éxitos de hace unos meses, la debacle contra el Arsenal pone decenas de nubarrones sobre su cabeza, todos a punto de soltar agua.

El puesto de Ancelotti corre peligro. Es una frase que no sorprenderá a nadie viendo la temporada del equipo en resultados y en sensaciones. Ha ganado dos títulos, la Supercopa de Europa y la Intercontinental, pero la derrota en la final de la Supercopa de Arabia contra el Barça, la irregularidad en Liga y el desastre continental, con una impotencia que explica muchos de los problemas de la plantilla, le han vuelto a poner en el disparadero.

Le queda la final de la Copa, otro clásico que decidirá su futuro a corto plazo, y la pelea final por la Liga y el Mundial de Clubes, pero en el horizonte algo más lejano el Madrid ya empieza a verse sin él. Por ahí aparece la sombra gigante de Xabi Alonso, heredero lógico del trono. «Acabar mi contrato (vence en 2026) o no para mí no es un problema. No me cambia nada. Si el Madrid decide cambiar, sea mañana, en un mes o en un año, sólo tendré agradecimiento para el club», explicó el miércoles por la noche en la sala de prensa, consciente de que en la grada del Bernabéu estaba un emisario de Brasil para tantearle e incómodo con las preguntas más directas sobre su futuro y su culpa.

El reparto de culpas: de las estrellas al alto mando

Y es que ahí, en la culpa, es donde reside ahora la reflexión de la zona noble del Madrid. Se buscan responsabilidades. Ancelotti se ha llevado el primer dardo y aunque la idea es que siga hasta que acabe el Mundial de Clubes, sería la primera víctima en caso de activar un gabinete de crisis tras la final copera.

La siguiente mirada se dirige al vestuario. Los datos no mienten. El Madrid es el equipo que menos kilómetros ha recorrido de todos los cuartofinalistas de Champions. 208, 17 menos que el siguiente en la lista, el PSG (225), 21 menos que el Arsenal (229) y 35 menos que el Bayern (243), líder. La estadística no es decisiva, porque los alemanes están eliminados y los de Luis Enrique, que corrieron menos que el Villa, en semifinales.

Pero la cifra sí que explica, en parte, las dificultades tácticas del Madrid y la forma física de algunas de sus estrellas. Mbappé (7,9) y Vinicius (8,8) han sido los futbolistas que menos kilómetros han acumulado en la ronda, con Rodrygo (9,4) como cuarto en la lista. Es decir, los tres delanteros ocupan tres de los cuatro últimos puestos. No se han exprimido físicamente o no han podido, provocando una ligera mirada también hacia Antonio Pintus, responsable de la preparación física del equipo.

¿Dónde está el 'fútbol moderno'?

Los blancos, que hace poco eran el gran ejemplo de «fútbol moderno», un estilo físico y vertical que terminaba los partidos pasando por encima de los rivales, no han sido ese equipo. Son una suma de individualidades. Su columna vertebral tiene las virtudes para ello, pero Ancelotti no ha sido capaz de sacarlas en lo que va de curso. Un vistazo a equipos como el Arsenal, el Liverpool o el PSG, que no tienen, ni de lejos, la calidad en su plantilla que tiene el Madrid, invita a pensar en si el equipo se está adaptando bien a los nuevos tiempos que él mismo insinuó hace no tanto.

Sin fichajes en invierno

Y luego está la planificación de la plantilla. El técnico no ha querido mostrar su malestar en público, pero el cuerpo técnico ha destacado durante este año las carencias que tenía la rotación, lastrada todavía más por las lesiones de Militao y Carvajal. El club, con Florentino Pérez al mando también de la parcela deportiva, no quiso gastar en el mercado de invierno, confiando el lateral a Lucas y el centro de la zaga a Asencio mientras espera a Alexander-Arnold, pero el equipo lo notó, especialmente en el carril diestro. En la izquierda, las lesiones de Mendy, la forma de Alaba tras la lesión y el nivel de Fran no han ayudado.

Además, el movimiento de piezas entre Mbappé y Kroos ha desequilibrado el sistema de juego. El Madrid ha perdido un 'cerebro' y aunque en algunas altas esferas del club se mantiene la confianza en Tchouaméni, Camavinga y Valverde, la importancia final de Ceballos pone de manifiesto que se necesita una estrella con creatividad, técnica y orden.

Ancelotti, la "parte triste del fútbol" y su futuro tras la debacle ante el Arsenal: "No lo sé... Y no quiero saberlo"

Ancelotti, la “parte triste del fútbol” y su futuro tras la debacle ante el Arsenal: “No lo sé… Y no quiero saberlo”

"Esta es la otra parte del fútbol...". Carlo Ancelotti fue de más a menos en la rueda de prensa posterior a la eliminación del Real Madrid en la Champions League. La dialéctica del italiano en el inicio de la comparecencia se transformó en contundencia y brevedad según se iban acumulando las preguntas sobre su micrófono. Así es la vida y la exigencia en el banquillo del conjunto blanco, donde un año eres campeón de Europa y al siguiente todo quema.

Así es también la historia del Madrid y pocos la conocen tanto como Carletto, que caminó hacia la sala de prensa del Bernabéu consciente de lo que se le venía encima. Su Madrid tuvo "corazón" por momentos, "cojones" durante algunos instantes y "cabeza" en pocos minutos, tres palabras que había repetido en la previa, mentando a Carlos Alcaraz, para impulsar los argumentos de su plantilla.

Pero ante el Arsenal, entrenador y futbolistas se mostraron impotentes. Sin fútbol ni ideas para contrarrestar la sólida defensa 'gunner'. Un punto de inflexión muy claro en la etapa del italiano al mando del Madrid. Las preguntas, duras, eran también obvias.

En sus primeras palabras, Ancelotti intentó reflexionar sobre la felicidad y la tristeza del deporte, sobre que no se puede ganar siempre, sobre la importancia de recomponerse en los malos momentos... Pero claro, esto es el Madrid.

"Es una decepción, pero es la otra parte del fútbol. Hay una parte feliz, que la vivimos el año pasado, y la parte triste que vivimos ahora. Ahora tenemos que manejar la parte triste, debemos hacerlo porque tenemos tres competiciones por delante, la Liga, la Copa y el Mundial de Clubes", contestó Ancelotti en la primera respuesta.

"Hay que aceptarlo, el Arsenal ha sido mejor. Hay que ser honestos y aceptar los palos que nos llegan, es lo que he dicho a los jugadores. Que tengan la cabeza alta, que hay que aguantar y sufrir, que no ha sido como otros años, que no existen equipos invencibles. Si bajan los brazos o no están motivados para los próximos partidos significa que no habrán gestionado bien este momento triste", explicó.

El futuro

Pero esa argumentación no sirve en todos los estadios ni en todos los clubes. Y seguro que no sirve en un Bernabéu acostumbrado a la gloria, a pisar, como mínimo, la semifinal continental durante las últimas cuatro temporadas. Y no servirá con un segundo puesto en Liga, situación que tiene ahora, y una Copa pendiente de su final ante el Barcelona.

Y ahí, en plena reflexión, le cayó la gran pregunta: el futuro, su futuro. "No sé... Y no quiero saberlo. Puede pasar que el club decida cambiar. No hay problema. Lo que está claro es que el día que termine aquí sólo haré una cosa, agradecer a este club. Puede ser mañana, dentro de un mes o dentro de un año, porque si el contrato se acaba o no a mí ahora me da igual", clamó.

Y siguió apagando fuegos. "Si alguien considera que soy el único culpable no me cambia nada". "No lo he pensado", contestó en la siguiente, cuestionado sobre si ve que es el entrenador adecuado para el equipo. "¿Cómo voy a responder ahora a eso?", respondió más tarde a una pregunta sobre su contrato y el Mundial de Clubes.

43 centros

Y al final, un contundente "no" a si cambiaría algo de la eliminatoria. La respuesta habrá que cogerla con pinzas, porque los datos explican que el Madrid cometió errores tanto en Londres como en el Bernabéu, una circunstancia en la que sí insistió Courtois. "Quizás deberíamos haber lanzado menos centros y haber hecho otras cosas", dijo el belga, muy crítico con el equipo.

El conjunto blanco realizó 43 centros, la inmensa mayoría despejados por la defensa británica sin que Mbappé, Bellingham, Endrick o incluso Rüdiger, delantero durante varios momentos del duelo, pudieran rematar. "No teníamos a Joselu", dijo el portero.

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: "El Madrid volverá siempre"

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: “El Madrid volverá siempre”

Cinco minutos lastraron las esperanzas de remontada del Real Madrid ante el Arsenal. Un logro casi imposible después del 3-0 de Londres que se deshizo en los 300 segundos que tardó la sala del VAR en comprobar el penalti de Rice sobre Mbappé y en los pocos instantes que necesitó el colegiado francés François Letexier para decidir que el agarrón del inglés sobre el delantero madridista no era pena máxima. Protestó todo el Madrid, pero no sirvió.

Ese momento apagó la llama de la esperanza blanca, empujada hacia la épica por la parada deCourtois a Saka en el primer penalti, la primera jugada polémica de una noche que tuvo de todo.

Antes del pitido inicial, más de diez mil personas recibieron al autobús del Madrid rodeando la plaza de los Sagrados Corazones hasta la Castellana. Bajo la lluvia y las bengalas, la afición del conjunto blanco intentaba marcar el primer gol del partido. En la memoria, las eliminatorias de 2022 ante PSG, City y Chelsea o la del curso pasado contra el Bayern.

El ambiente durante el calentamiento fue de minuto 90. Gritos de «Sí se puede», «cómo no te voy a querer» y un tifo gigante que rezaba «la fábrica de los sueños, haz el nuestro, Real». Ya en el césped, la locura. Mbappé marcó en el 2 bajo el delirio del Bernabéu, pero fue anulado por fuera de juego.

Las acciones del VAR

Y en el 10, la primera gran polémica. El Arsenal sacó un córner y la jugada siguió con normalidad hasta que un minuto después Letexier paró el juego e hizo el gesto del VAR. Al principio nadie sabía muy bien qué se estaba comprobando ni en qué área, así que reinó la incertidumbre. Y de repente, el colegiado galo señaló el punto de penalti del Madrid. Agarrón de Asencio sobre Merino y pena máxima. Momento para la capa de Courtois.

El belga, que se movió de lado a lado antes del lanzamiento de Saka, adivinó el Panenka del inglés mientras Asencio corría hacia el delantero para gritarle. Una vez más, el portero evitaba el drama y ampliaba la esperanza.

Diez minutos más tarde llegó la revisión del penalti a Mbappé y el inicio de los nervios del Bernabéu y del cuerpo técnico, que protestó cada pérdida de tiempo de los británicos y apretó al colegiado, que terminó sacando amarilla a Raya por sus constantes pausas. La tensión subía de nivel, pero el marcador seguía 0-0 y Arteta sonreía, viendo cómo Martinelli y Saka volvían a ser superiores a Lucas y Alaba.

El partido aterrizó en el descanso con rabia local, reflejada en el enganchón que tuvo Carvajal, vestido de calle, con Saka en la entrada al túnel. El español le recriminó algo, seguramente el Panenka, y el inglés le encaró, sin llegar a más.

Tras el intermedio y viendo que el único tiro a puerta de su partido era un tímido disparo de Vinicius, Ancelotti movió el árbol. El italiano encomendó a Fran, Ceballos y Endrick la remontada exprés, pero el tanto de Saka terminó por hundir al Bernabéu a pesar del gol de Vini, el primero en la historia del Madrid al Arsenal en 337 minutos (los dos enfrentamientos de 2006 y este año).

No hubo épica. Hubo silencio. Mbappé se lesionó el tobillo y Martinelli, como Henry en el 0-1 de 2006, sentenció. Los blancos se despiden de la Champions antes de semis por primera vez desde 2020 tras una racha extraordinaria de cuatro años jugando dos semis y dos finales. Toca la Liga, la Copa y mucha reflexión.

"Somos responsables, pero el Madrid volverá siempre", aseguró Lucas Vázquez a pie de campo. "Nos ha faltado más claridad con balón, algo de paciencia a la hora de llevar el balón de lado a lado para penetrar en una defensa que estaba muy organizada". "El madridismo sabe que nos dejamos la piel siempre, puede salir bien o mal, siempre damos la cara. Queda mucha temporada", añadió.