El Bayern también golpea en el Parque de los Príncipes, con un doblete y una roja para Luis Díaz

El Bayern también golpea en el Parque de los Príncipes, con un doblete y una roja para Luis Díaz

Actualizado Martes, 4 noviembre 2025 - 23:26

Sólo Antoine Griezmann, en 2021 frente al Liverpool, había reunido en un partido de Champions dos goles y una tarjeta roja, hasta que ayer Luis Díaz quiso emularle en el Parque de los Príncipes. El colombiano decantó con su doblete el triunfo del PSG antes de marcharse expulsado poco antes del descanso tras una dura entrada que lesionó a Achraf Hakimi en el tobillo izquierdo. [Narración y estadísticas (1-2)]

El protagonismo de Díaz, para bien y para mal, no debe eclipsar el formidable triunfo del equipo de Vincent Kompany, que esta temporada enlaza ya 13 victorias consecutivas. Los bávaros supieron defender con aplomo su ventaja, después de que Joao Neves apretara el marcador en el minuto 74. En ese tramo final destacó, como a lo largo de toda la noche, Dayot Upamecano.

Además de su segunda derrota de la temporada, el vigente campeón también tuvo que lamentar la lesión de Ousmane Dembélé. Poco antes de la media hora, el Balón de Oro pareció resentirse de sus problemas en el muslo derecho. Kang-in Lee, su sustituto, no anduvo especialmente inspirado, ni siquiera durante los minutos de superioridad numérica.

Mejor con Ramos

Abrumados por la intensidad física de los muniqueses, el PSG pagó caro su error en el minuto, cuando Díaz aprovechó un disparo de Michael Olise que Lucas Chevalier había rechazado. Traspasada la media hora, el ex del Liverpool se benefició de un grave despiste de Marquinhos para doblar la ventaja. El Bayern, con Harry Kane a los mandos, evidenciaba una superioridad abrumadora.

Quien sí dio otro aire al PSG fue Gonçalo Ramos como principal referencia ofensiva a partir del minuto 66, cuando relevó a Bradley Barcola. El delantero portugués atrajo la atención de los centrales y dio mayor sentido a la pizarra de Luis Enrique. Sin embargo, los minutos de asedio no lograron concretarse ante Manuel Neuer, autor de varias intervenciones de gran mérito, especialmente ante Warren Zaïre-Emery en el minuto 78.

Con este último revés, el PSG encadena cinco derrotas ante el gigante bávaro, su peor racha contra un rival en la Champions. Paradójicamente, su último tropiezo oficial se produjo durante el Mundial de clubes frente al conjunto parisino (2-0).

Watzke, el cerebro que creó el Dortmund: un plan de salvación en un aeropuerto y 335 millones por tres traspasos

Watzke, el cerebro que creó el Dortmund: un plan de salvación en un aeropuerto y 335 millones por tres traspasos

Hace 10 días, Hans-Joachim Watzke decidió mantenerse en segundo plano durante la ceremonia de entrega del Balón de Oro, aunque bien podría haber sacado pecho por seis futbolistas que él mismo había criado en Dortmund. De Ousmane Dembélé, triunfador indiscutible en París, hasta Erling Haaland, Robert Lewandowski, Jude Bellingham, Achraf Hakimi o Serhou Guirassy, cuyos nombres también se escucharon como candidatos al premio de France Football en el Théâtre du Châtelet. El CEO del Borussia también podría haber aprovechado la oportunidad de compartir protagonismo con Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, con quien no sólo le une una estrecha amistad, sino también decisivas responsabilidades en el seno del organismo, donde ejerce como vicepresidente y miembro del Comité Ejecutivo. Sin embargo, desde hace meses, Watzke pretende alejarse progresivamente de los focos. O más bien dirigirlos a su conveniencia.

El próximo 23 de noviembre, Watzke presentará su renuncia a la asamblea general ordinaria del Borussia, el único club alemán que cotiza en Bolsa. De este modo pondrá punto final a dos décadas como director ejecutivo y asumirá como presidente, sustituyendo en el cargo a Reinhold Lunow, con quien ha protagonizado agrias disputas en los últimos tiempos. Según informó el diario Bild, durante el Mundial de clubes, Lunow quiso alojarse en Cincinnati en un hotel diferente al del equipo. De hecho, se negaba a coincidir en cualquier acto público con Watzke, indignado ante la incompetencia de su presidente, que durante una reunión había preguntado por la sede del Mundial de clubes 2026, pasando por alto que ese torneo se disputa cada cuatro años.

Semejante pulso por el poder se dilucida hoy al calor de cifras astronómicas. Durante el ejercicio 2023/24, cuando disputó la final de la Champions ante el Real Madrid, el Borussia generó un beneficio bruto consolidado de 639 millones de euros, un 24% más que el curso anterior. Cifras que refrendan la estrategia de Watzke, empeñado en consolidar Dortmund como el mejor entorno para el desarrollo de las estrellas del futuro. Sólo Dembelé (2017), Haaland (2022) y Bellingham (2023) dejaron 335 millones de euros por sus traspasos al Barcelona, Manchester City y Real Madrid, respectivamente. Las perspectivas para la venta de Guirassy, autor de 38 goles la pasada temporada, se estiman ahora por encima de los 75 millones. "Nuestra actividad principal es reconocer el potencial de los jóvenes. Y si no podemos retenerlos, potenciarlo", admite Watzke.

Acusaciones de nepotismo

Sin embargo, estos florecientes datos contrastan con otra realidad, la más cotidiana, la de un club instalado en el conformismo, que el pasado verano festejó casi como un título su cuarta plaza en la Bundesliga. Los aficionados del Signal Iduna Park ya se ha acostumbrado a que sus futbolistas sólo desplieguen todo su potencial en partidos como el de hoy ante el Ahtletic.

Y parecen haber perdido la esperanza de que asome algún talento de su cantera, al modo de Aleksandar Pavlovic o Jamal Musiala en el Bayern. Célebres por sus multitudinarias concentraciones en Friedensplatz, los hinchas siguen sin entender las concesiones a dos veteranos como Niklas Süle y Emre Can. Ambos, bajas hoy por lesión, apuran su último año de contrato, a razón de 10 millones y ocho millones brutos, respectivamente. También abundan las críticas al nepotismo de Watzke, que colocó a Sebastian Kehl como director deportivo y Lars Ricken como director administrativo. Ambos viejos conocidos durante su etapa con la camiseta amarilla.

"En el lado correcto de la historia"

No obstante, el fútbol ha cambiado mucho desde el 14 de marzo de 2005, el día que Watzke salvó de la quiebra al Dortmund. Un agónico lunes en una sala del aeropuerto de Düsseldorf, cuando logró vender el Westfalenstadion a un fondo de inversión del Commerzbank. Para ese plan de saneamiento, no dudó en pagar una renta a dicho fondo y a recomprar las acciones. Soluciones milagrosas, en la línea de las que ofrece hoy la Superliga, un torneo al que Watzke se opone con furibunda determinación. "Supo mantenerse firme en el lado correcto de la historia cuando el fútbol europeo dijo no a los intentos de privatización de un pequeño grupo de ricos", escribió Ceferin con motivo del 65º cumpleaños de Aki, el apodo con que trata a su viejo camarada.

Desde su tropiezo el 15 de marzo ante el Leipzig, este Dortmund enlaza 13 partidos sin derrota en la Bundesliga. En las cuatro últimas jornadas ni siquiera ha encajado un gol, aunque hace dos semanas desperdició un 2-4 en Turín antes de ceder un empate en el añadido frente a la Juventus. A sus seis bajas, el Athletic suma una más, porque en las últimas horas Ernesto Valverde perdió a Alex Berenguer y Mikel Vesga.

La lección de Luis Enrique y Dembélé a un Madrid preso de los errores y el desconcierto

La lección de Luis Enrique y Dembélé a un Madrid preso de los errores y el desconcierto

Hace cuatro meses, durante la ida de la semifinal de la Champions, el PSG ofreció una exhibición ante el Liverpool que, paradójicamente, acabó en derrota. Aquella noche, el líder de la Premier se vio ahogado en el Parque de los Príncipes por la abrasadora presión alta del futuro campeón. Cada vez que perdían la pelota, Ousmane Dembélé y Khvicha Kvaratskhelia asfixiaban a los reds. Desde entonces, los grandes equipos de Europa entendieron que el único modo de salir de ese atolladero era recurrir a los balones en largo y minimizar los riesgos. Justo lo que ayer no hizo el Real Madrid en el MetLife Stadium.

Los errores groseros de Raúl Asencio y Antonio Rüdiger fueron exprimidos por Dembélé, la pieza más adelantada del PSG. Un falso 9 que ejerce como ariete de la primera línea defensiva de Luis Enrique. Nadie podría haber apostado por ello hace 10 meses, cuando el técnico ofreció una de sus primeras ruedas de prensa de la temporada. "Ousmane es inteligente en la presión", deslizó el asturiano y ninguno de los presentes pareció tomárselo en serio. Desde entonces, aquel genio caótico, incapaz de mantener un mínimo de concentración, se ha convertido en uno de los exponentes defensivos de su equipo. Una estrella que no sólo define en el área sino que da sentido a todo lo que sucede a su alrededor.

La asombrosa coordinación del PSG a la hora de recuperar se tradujo en unas estadísticas escandalosas. Sólo en la primera parte, el gran ogro de la Ligue 1 ganó 26 duelos, por sólo 10 del Real Madrid. Además, hizo buenos sus siete tackles, mientras los blancos sólo lograron uno. La perfección táctica también se hizo palpable con el balón, ya que acumuló un 96% de acierto en los pases (384/402), para un abrumador dominio de la posesión (77%).

Muchos metros entre líneas

El modo tan sencillo con el que el PSG salía desde atrás dejó aún más en evidencia el plan de Xabi Alonso. A diferencia de lo mostrado ante la Juventus y el Dortmund, el guipuzcoano optó por una línea de tres delanteros que nunca supo cómo apretar. Desde comienzo del torneo, el técnico había insistido en que su equipo se trasladase en bloque, siempre ordenado y en pocos metros. Sin embargo, ante el peor rival posible, el Madrid volvió a comportarse como un equipo totalmente roto, con muchos metros entre líneas. Demasiadas facilidades para Vitinha, Joao Neves y Fabián Ruiz, que jugaban a placer cada vez que atravesaban la medular.

Courtois y Carvajal, en la acción del 4-0 del PSG.

Courtois y Carvajal, en la acción del 4-0 del PSG.AP

Nada importó al PSG la baja de William Pacho, porque entre Achraf Hakimi y Nuno Mendes se bastaron para derribar la endeble oposición de Kylian Mbappé y Vinicius. Una arrancada del marroquí dejó en bandeja el 3-0, mientras el portugués abortaba cualquier intento de Vinicius a campo abierto. La abismal diferencia entre los laterales se hizo más acusada ante la baja de Trent Alexander-Arnold.

Con un marcador inicial tan adverso, el equipo de Alonso optó por el peor de los remedios: quedarse a medio camino. Y eso complicó aún más a sus centrocampistas y zagueros, desde entonces presa del pánico ante la amenaza de una goleada de escándalo. El Madrid no encajaba dos tantos en nueve minutos desde febrero de 2017, cuando Simone Zaza y Fabián Orellana anotaron para el Valencia en Mestalla. Según los datos de OPTA, Dembéle se convirtió ayer en el primer futbolista en 22 años con gol y asistencia en los primeros 10 minutos ante los blancos. Unas cifras que explican la actual diferencia, individual y colectiva, entre los dos últimos campeones de la Champions.

El PSG resiste en Birmingham colgado de Donnarumma

El PSG resiste en Birmingham colgado de Donnarumma

Lo que iba para baile, terminó entre sudores fríos. Un par de intervenciones, casi sobrenaturales, de Gianluigi Donnarumma salvaron al PSG de una debacle en Villa Park, donde antes de la media hora se había adelantado con dos goles. Estas son las curas de humildad de la Champions. El aprendizaje que todo aspirante, por muchas ínfulas que gaste, debe asumir. Sólo colgado de su portero, descomunal en un mano a mano ante Marco Asensio, el equipo de Luis Enrique pudo esquivar la prórroga. [Narración y estadísticas (3-2)]

Maldijo la afición de Birmingham la celeridad con la que se esfumaron los tres minutos de añadido decretados por Sánchez Martínez. No hubo recompensa al asedio inglés, truncado por un despeje bajo palos de Pacho ante la volea de Ian Maatsen. Si quiere competir con seriedad en las semifinales, el PSG no puede permitirse desvanecimientos así. Hasta la media hora había manejado el partido a su antojo. Cuando bajó un punto su nivel, el Aston Villa se lo llevó por delante. Todo el crédito para Unai Emery, que imploraba de rodillas a la fortuna esquiva.

El primer deber de su equipo era meter en temperatura a Villa Park, un escenario con 128 años de historia, sobre el que sigue impreso un lema: "Donde nuestros héroes son villanos". Por allí se cuentan historias de la Copa de Europa arrebatada al Bayern. Para excitar aquella magia, Emery necesitaba un par de incursiones tempranas con las que enardecer a la afición. Esas buenas intenciones se vinieron abajo en el minuto 10.

Vulnerables a la espalda

Fue un balón al espacio de Nuno Mendes hacia la cabalgada de Bradley Barcola por la izquierda. Demasiado espacio abierto ante Emiliano Martínez, cuyo mal despeje fue aprovechado por Achraf Hakimi. Un martillazo para el estadio. Más terrible aún que el fallo de la megafonía, que durante la ceremonia de presentación de los equipos hizo sonar el himno de la Europa League.

El castigo se suponía acorde al riesgo asumido por una defensa tan adelantada. Pretendía el Aston Villa imponer el músculo de Boubacar Kamara y Amadou Onana, a riesgo de mostrar una alarmante vulnerabilidad a la espalda de sus mediocentros. Con tanto campo por delante, los laterales del PSG desplegaban sus alas. Así que no fue casual que Mendes, antes de la media hora, ajustase con la zurda a la red un balón servido por Ousmane Dembélé.

El defensa portugués, autor del 3-1 en la ida, compendiaba todas las virtudes de este PSG, que cuando no domina con la posesión también penaliza los fallos del rival. Un equipo que sólo había perdido uno de sus últimos 30 partidos. Desde el pitido final en París, Luis Enrique venía avisando de sus intenciones para la vuelta. No maneja más alternativa que la victoria. Del mismo modo que no admite otra alternativa ante la presión que el balón jugado.

El remate de Nuno Mendes para el 0-2 en Villa Park.

El remate de Nuno Mendes para el 0-2 en Villa Park.AP

Cuando pisaba campo rival, Hakimi volvía a filtrarse entre sus centrocampistas para dar superiodad. Cuando Mendes buscaba la superioridad con Barcola, Vitinha retrocedía para tapar a su lateral zurdo. Los movimientos acompasados del PSG excedían con mucho la resistencia del Villa, que bastante hizo al encontrarse, traspasada la media hora, con un afortunado remate de Youri Tielemans tropezado en Pacho.

Con todo perdido, Emery empleó el descanso para reforzar la moral de sus muchachos. No hizo ni un solo cambio, pero el Villa pareció otro equipo, con un ritmo frenético, una agresividad distinta, una convicción casi suicida. Un disparo de John McGinn, rozado de nuevo por Pacho, galvanizó al príncipe de Gales en el palco. Dos minutos más tarde, Donnarumma salvó un gol cantado de Marcus Rashford. A la salida de ese saque de esquina, el ex delantero del United sirvió el 3-2 con un lacito a Ezri Konsa.

En las tribunas, la gente llegaba al delirio. Como cuando Dennis Mortimer alzó la Orejona al cielo de Rotterdam en 1982. Con Asensio y Maatsen ya en liza, la gente de Birmingham vio la prórroga en sus manos, pero Donnarumma se interpuso a tiempo.

La suerte de Andrei Ratiu, el "caballo descontrolado" que ganó el Gordo de Navidad

La suerte de Andrei Ratiu, el “caballo descontrolado” que ganó el Gordo de Navidad

Una de las posesiones más preciadas de Andrei Ratiu (Aiud, Rumanía, 1998) lleva la firma de Fito Cabrales. Se trata de una guitarra que Jorge Pulido, capitán del Huesca y fanático -como él- del rockero bilbaíno, le regaló a modo de despedida tras su etapa en El Alcoraz. Porque aquellas dos temporadas en Segunda División, tan explosivas, tan prometedoras, le iban a abrir las puertas de la selección rumana y el Rayo Vallecano. Sin embargo, su primer año con La Franja se ha saldado con apenas 16 partidos y el vago recuerdo de un soberano marcaje a Vinicius en el Bernabéu. Hoy, Ratiu debuta en la Eurocopa con el pelo teñido de azul y una melodía de Fito sobrevolando por Múnich: Un día, la suerte entró por mi ventana / Vino una noche, se fue una mañana / Quizás solamente me vino a enseñar / Que viene y va.

Según cuentan quienes mejor le conocen, Ratiu es un tipo tan tímido como perseverante. Uno de esos profesionales que aún cree en el valor del trabajo bien hecho. Sin embargo, los azares de la vida también le han reservado algunas sorpresas. Como la del otoño de 2021 cuando, a la vuelta de uno de sus primeros viajes con la selección, Andrei compró lotería en Madrid, su penúltima parada antes de tomar el tren rumbo a Huesca. Unas semanas después, aquel décimo resultó premiado con el Gordo de Navidad.

"Es un jugador hecho a sí mismo, que ha ido escalando a base de esfuerzo y de confiar en sus posibilidades. A veces ha creído más en sí mismo que quienes le rodeaban", cuenta Javi Calleja, el técnico que le hizo debutar con el primer equipo del Villarreal. Una noche de grave compromiso en Mestalla, donde los castellonenses se jugaban el pase a las semifinales de la Europa League. "Llegó muy, muy joven a nuestra cantera. Se había formado como extremo, aunque poco a poco fue retrasando su posición. Ya por entonces nos sorprendía por su capacidad para asociarse y llegar arriba, acabando las jugadas", revela a EL MUNDO el ex preparador amarillo.

Por encima de los 35 km/h

Ratiu, callado y laborioso, siempre cumplía con lo que esperaban de él. Sin embargo, necesitaba minutos lejos de La Cerámica. El Huesca, recién descendido, buscaba competencia para Julio Buffarini, recién fichado de Boca Juniors. De modo que Rubén García, su director deportivo, puso manos a la obra. "El lateral derecho ha sido uno de los puestos que más ha evolucionado en los últimos años. Todos han pasado a ser más atacantes que defensores. Fui un par de veces a ver a Andrei en directo y la sensación que me dio es que el campo se le quedaba pequeño. Era un caballo descontrolado, con una potencia bruta espectacular", relata García, en conversación con este periódico.

Según su testimonio y "salvando las distancias", en la línea de Achraf Hakimi o Trent Alexander Arnold. Durante aquel otoño de 2021, ya se había ganado el crédito del seleccionador Mirel Radoi y Edward Iordanescu, su sucesor en el cargo. Durante la última fase de clasificación para la Eurocopa, promedió 5,8 conducciones largas cada 90 minutos, la mayor cifra del torneo.

Con una velocidad punta superior a los 35 km/h, Andrei siempre se ha sentido mejor a campo abierto que a la hora de tomar decisiones en espacios reducidos. "Pisa área con mucha facilidad, pero aún debe mejorar esa pausa, sobre todo a la hora de centrar", abunda García. "Ha ido progresando a nivel táctico y defensivo, una de las facetas que más debía trabajar", completa Calleja. De esa consistencia, precisamente, andaba más bien sobrado Iván Balliu, que le cerraría el paso en Vallecas durante dos largos meses.

Frente a Mudryk

Hasta que el pasado 5 de noviembre, Ratiu debutó en Liga con la camiseta franjirroja ante uno de los extremos más desequilibrantes del panorama mundial. Aquel domingo, Vinicius acabaría desquiciado frente a un rival que acumuló cuatro tackles, dos despejes, 5/12 en duelos y una sola falta. La imagen de uno de sus retornos, acelerando durante casi 40 metros ante el brasileño -que había partido con leve ventaja- antes de cruzarse con limpieza y salir con el balón junto al banderín, le proporcionaron fama efímera. De ahí hasta final de curso, Ratiu únicamente jugó otras seis veces como titular.

Hoy, sí formará de inicio frente a Ucrania, donde intentará minimizar a Mykhaylo Mudryk. El '10' del Chelsea, diestro, parte desde el perfil zurdo para suministrar a Roman Yaremchuk y Viktor Tsygankov. De la fortaleza de Ratiu, escoltado por Radu Dragusin, el central del Tottenham, penden las opciones rumanas. Andrei ya ha adelantado a su círculo íntimo que mantendrá ese tinte capilar porque le viene dando suerte. Que viene y va.

El último desafío de Mbappé: la herida de Lisboa, la preparación mental y el deseo de una despedida triunfante

El último desafío de Mbappé: la herida de Lisboa, la preparación mental y el deseo de una despedida triunfante

«Quiero hacer historia para mi país. Esta es mi misión: ganar la Champions». Las palabras de Kylian Mbappé sonaron a premonición aquella tarde del 22 de agosto de 2020 en Lisboa. En esa inusual Champions pandémica, huérfana de público en las gradas y desplazada en el calendario, el PSG, liderado por el francés escoltado por Neymar y Di María, se deshizo del Atalanta y el Leipzig para plantarse en la final ante el Bayern Munich. Todo parecía indicar que los parisinos iban a convertirse en el segundo equipo francés en proclamarse campeón tras la gesta del Olympique de Marsella en 1993.

Sin embargo, no tuvieron opción. El Bayern de Hansi Flick se llevó su sexta Copa de Europa con un 0-1 de Kingsley Coman en el minuto 50 ante el que el equipo de Thomas Tuchel no pudo reaccionar. Aquella derrota dejó huella en Mbappé, el sentimiento de que no había cumplido con la tarea que le encomendaron cuando le ficharon en 2017 por 180 millones de euros- 35 de ellos sujetos a variables- y le rodearon de estrellas.

No pudo cobrarse venganza en 2021, porque el Manchester City le apeó en semifinales de manera inapelable. Pero busca hacerlo esta noche, arropado por el Parque de los Príncipes en la que será, seguro, su última gran noche europea en ese estadio. «Llegaré al partido con buen humor, dispuesto a defender los colores y llevar al equipo a la final. Ya estoy preparado», advirtió el domingo en un acto con su fundación con decenas de niños. No será fácil ante un Dortmund que llega con la ventaja del gol de Füllkrug, pero no hay escapatoria.

Liderar a los jóvenes

No habrá otra oportunidad, como no la ha habido desde 2021 de pelear por llegar a la final, algo que sólo habían conseguido una vez en toda su historia un año antes. Antes de la irrupción del flujo millonario catarí, el PSG había pisado en una ocasión las semifinales de la máxima competición. Fue en 1995 con Luis Fernández en el banquillo y con George Weah como estrella, pero el Milan de Fabio Capello les apartó de la final que acabaría llevándose el Ajax de Louis Van Gaal.

Con ese peso de la historia a sus espaldas, para que Mbappé acabe su misión tendrá que hacerse más presente que el duelo de ida, donde le costó dañar al conjunto alemán. Lo tendrá que hacer con sus incuestionables condiciones, pero también ejerciendo el liderazgo de la plantilla más joven que queda en la competición. Con una media de 24,5 años, casi ninguno de los que estará en el once ha vivido una situación similar. Se lo puede contar el propio Mbappé y el capitán Marquinhos, protagonistas en el once titular de aquella noche de lágrimas en Lisboa, como también de la decepción ante el City en 2021. También se mantiene en la plantilla de aquellas derrotas Keylor Navas y de la última, lesionado en el tendón de Aquiles, Kimpembe.

Los campeones, del Madrid

Achraf Hakimi llegó después con una Champions bajo el brazo que ganó con el Real Madrid en 2018, pese a haber jugado sólo dos partidos en la fase de grupos y haber ido convocado a otro, la ida de los octavos precisamente ante el PSG.

Son algunos de los menos protagonistas para Luis Enrique los que mejores recetas tienen sobre cómo jugar, y ganar, la Liga de Campeones. Uno de ellos es el guardameta costarricense, que alzó tres con el Real Madrid. Las mismas ha conquistado Marco Asensio, con un rol residual para el asturiano, pero fue campeón en 2017, 2018 y 2022.

La máxima de que todos los campeones de Europa que hay en el PSG lo fueron con la camiseta del Real Madrid la rompe Lucas Hernández. Él supo lo que es ser campeón precisamente en Lisboa, pero jugando para el Bayern. La opción de ayudar a poder devolver a la afición parisina la euforia arrebatada en 2020 se esfumó hace una semana. El central francés no estará hoy en el césped del Parque de los Príncipes y es una de las principales bajas de Luis Enrique. En el intento por evitar el gol de Füllkrug se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda.

Todos ayudarán a empujar contra los alemanes, pero las miradas serán para Mbappé. En sus botas estará si la despedida se alarga hasta Wembley buscando que la relación acabe con buenos recuerdos y una bonita amistad, o si el final de una leyenda empieza a llorarse en París.

El Barça, en alerta amarilla para jugar contra el PSG

El Barça, en alerta amarilla para jugar contra el PSG

Actualizado Miércoles, 10 abril 2024 - 12:53

El Barça jugará en París bajo alerta amarilla. Más allá de la imperiosa necesidad de buscar un resultado que pueda permitirles decidir la eliminatoria ante el PSG en Montjuïc, los azulgrana mantienen hasta siete futbolistas en riesgo de perderse la vuelta de los cuartos de final de la Champions, si son amonestados en el Parque de los Príncipes.

La mayoría de ellos, con mucho peso en los esquemas de Xavi: Andreas Christensen, central reconvertido a mediocentro, Ronald Araujo, Frenkie de Jong, Sergi Roberto, Joao Félix, Ferran Torres y Lamine Yamal son los jugadores que tienen ahora esa particular espada de Damocles sobre sus cabezas.

De todos ellos, quien incurriría en un mayor riesgo es Araújo. No en vano, el joven central podría ser el elegido para tratar de contener las incursiones de Kylian Mbappé si, como es habitual, acaba jugando por la banda izquierda del ataque parisino. De hecho, el uruguayo ya ha protagonizado duelos de voltaje parecidos con el madridista Vinícius, en los que nunca ha pisado el freno.

Frenkie de Jong

Al mismo tiempo, Andreas Christensen, también con un rol defensivo pese a situarse en la medular, es otro de los que podría correr un peligro más serio. Una zona en la que, presumiblemente, le acompañará Frenkie de Jong que, tras su última lesión en el tobillo derecho, ya se ha ejercitado con normalidad con el resto de sus compañeros.

Más reducidas parecen las opciones para el capitán, Sergi Roberto, autor del gol que culminó la remontada en el 2017 y que ahora realiza labores más ofensivas que destructivas en el centro del campo. Lo mismo puede decirse de Joao Félix, Ferran Torres y Lamine Yamal, tres argumentos a los que Xavi suele recurrir para tratar de resquebrajar las defensas rivales.

En todo caso, la ausencia que podría resultar más dolorosa en caso de ser amonestado, sería la del canterano. Su aportación en ataque se ha dejado notar muchísimo y no es de extrañar que, pese a su juventud, muchos vean en su forma de jugar una de las grandes esperanzas del conjunto barcelonista para buscar un tremendo golpe de efecto. Una ilusión que, en el otro extremo del campo, encarna también otro joven al que no le faltan ni calidad ni descaro: Pau Cubarsí.

Achraf Hakimi

En el PSG, los futbolistas que también están a una cartulina amarilla de la suspensión son los defensas Lucas Hernández y Milan Skriniar y el centrocampista Manuel Ugarte. Además, Luis Enrique, no podrá contar en el partido de esta noche con el ex madridista Achraf Hakimi, suspendido, precisamente, por acumulación de amonestaciones. El lateral vio dos cartulinas en la fase de liguilla, una ante el Newcastle y una ante el Milan, a las que se les sumó una más frente a la Real Sociedad en la vuelta de los octavos de final jugada en Anoeta.