El Madrid se topa con una heroica Real y queda a cinco puntos del liderato

El Madrid se topa con una heroica Real y queda a cinco puntos del liderato

0-0 en el Bernabéu

Actualizado

El equipo de Ancelotti, liderado por Rodrygo y Vinicius, deja minutos de buen fútbol, pero no logra derribar la soberbia resistencia de los donostiarras (0-0).

Remiro saca con la mano izquierda una clara ocasión de Vinicius.AP

Lo quiso el Madrid, con lo mejor que puede ofrecer ahora mismo, y se lo negó la Real, con su cabal resistencia, propia de un equipo acostumbrado a las alturas, capaz de competir en las condiciones más precarias. Suya fue la última ocasión de una bonita noche de fútbol, en botas de Carlos Fernández. Vayan los reconocimientos al empuje madridista, comandado por Rodrygo, y la corajuda réplica donostiarra. El liderato queda ahora a cinco puntos para los blancos, incapaces de concretar sus ocasiones ante Remiro. Pero siguiendo esta línea, aún queda mucha Liga por delante. [Narración y estadísticas (0-0)]

Igual que el Barcelona, que avanza y avanza aun con la baja de Lewandowski, privilegiando resultados por la mínima a otras alharacas estilísticas, el Madrid también ha de sostenerse con un esfuerzo mucho mayor de lo que ofrece su juego. En la previa, enarcando las cejas, Ancelotti lo explicó con meridiana rotundidad: “No tenemos una identidad clara en nuestro fútbol por la simple razón de que no quiero tenerla”. Y es cierto que su equipo pretende, por encima de cualquier otra trivialidad, manejarse con soltura en el mayor número de registros. El último, este 4-2-3-1 en ataque, con Ceballos compartiendo protagonismo por delante de Kroos y Rodrygo convocando a las musas por detrás de Benzema.

Era obligado saldar con éxito el octavo partido de este extenuante enero. Y aún más prioritario sacudirse la glacial rigidez de las articulaciones. Meter en temperatura al Bernabéu, que en el derbi del jueves se había quedado de hielo durante la primera parte. Vinicius, con un caño sobre Zubeldia y un dulcísimo remate pegadito al poste, levantó a la afición. Unos minutos más tarde, por la otra banda, abusaría de Muñoz con otra soberana muestra de su habilidad. Los mejores minutos del Madrid desde que sus estrellas volvieron del Mundial. Un regalo para los sentidos. Aun sin la recompensa del gol, la gente de Chamartín pudo disfrutar a lo grande, con vítores personalizados para Kroos.

Salvador Remiro

La Real, por supuesto, no iba a dejarse amedrentar por la grandiosidad del escenario. Pese a sus 10 lesionados, incluidos algunos ilustres como Merino, Silva o Guevara, el equipo de Imanol Alguacil volvió a moverse con envidiable garbo competitivo. Ellos saben salir incluso ante una presión tan temible como la liderada por Rodrygo y Fede Valverde. O aguantar a pie firme cuando el rival lo intenta por dentro y sacar sus guantes con la presteza de los pesos pesados. Que Sorloth no llegase a ese balón de Ahien envuelto en música o que el disparo de Illarramendi se perdiese a un palmo de la madera, no exime de mérito a los txuri-urdin. El único borrón de la primera parte, atribuible a Brais Méndez, fue corregido por Remiro, con un pie salvador en el mano a mano ante Vinicius.

Zubeldia repele un disparo de Rodrygo.AP

Desde la zona técnica, Ancelotti asentía satisfecho, únicamente atormentado por los achuchones de Le Normand a Rüdiger en los saques de esquina, que ni siquiera iban a merecer una llamada del VAR. Pese al día extra de descanso, el avance del reloj, iba a ensañarse con la Real, que empezó a desplomarse al mismo ritmo que la temperatura. Derrochó el Madrid ocasiones para el 1-0, merced a las filigranas de Vinicius, el fusil de Valverde y la febril exuberancia de un lateral zurdo llamado Camavinga. Aunque ninguno como el monumental Rodrygo. De no ser por Zubeldia, autor de un par de cruces milagrosos, el brasileño habría trasladado al marcador la lógica del juego.

Por eso no resultaba muy comprensible la decisión de Alguacil de trasladar a su central al carril derecho tras la lesión de Elustondo y de retrasar a Zubimendi para parchear la defensa. No obstante, aún le sobraron arrestos a la Real para sacar un par de zarpazos gracias al sutil talento de Kubo. Y para que Remiro, cuyas torpezas no pasaron desapercibidas en el Camp Nou, levantase un guante salvador. Cuando Ancelotti, ya a la desesperada, reclutó a Asensio y Modric, el madridismo mantenía un hálito de fe. Tantos victoriosos asedios, tantas voluntades quebradas… Todo se antojaba excesivo para la Real, que aferrada a su mástil, salió de escena sin un rasguño en el traje. Una noche sin goles también sacia a los gourmets de morro fino.

kpd