Los dos mejores, más laureados y prestigiosos equipos de Madrid, que, además, en su denominación, llevan con la cabeza alta por el mundo el nombre de la capital del país. Dos de los más grandes clubes de fútbol del planeta (uno de ellos, el Rey coronado y Dios venerado). Dos de los tres líderes de la actual Liga contribuyen con dos jugadores, uno por cabeza, a la Selección española. Únicamente dos de los 27 futbolistas que han manado, en metafórica abundancia hídrica, del pelado cráneo y el frondoso cerebro de De la Fuente.
Dos jugadores. Curiosamente, dos defensas centrales. Más curiosamente aún, dos anomalías. Bueno, dos rarezas. El Madrid aporta a un novato (Asencio). El Atleti, a un francés (Le Normand). Alguien nacido en Francia, queremos decir, que no se nos ofenda nadie en el nombre de la universalidad sin fronteras de la especie humana y la supresión de las segregadoras barreras distintivas de nacionalidades y razas.
A tono con la pluviosidad reinante, llueve sobre mojado. No: diluvia sobre inundado. Es una situación, más que una circunstancia, harto frecuente. Cada vez de modo más expreso, el Madrid y el Atleti ceban sus canteras para la exportación, no para el uso y disfrute propios. Por su parte, el tercer equipo más laureado, prestigioso y demás del (aún) país, que pasea con orgullo por doquier el olímpico nombre de Barcelona, pone dos velas. Una al abierto internacionalismo de Raphinhas y Lewandowskis y otra a la fértil autarquía de Rufianes y Puigdemon(t)es. O sea, de Gavis y Lamines.
Estos "nois" juegan con España. Pero no es descartable que Moncloa, luego de los indultos, la supresión de la sedición y la rebaja de la malversación. Luego de la amnistía, la financiación singular y la quita. Luego de la introducción del catalán en el Congreso y la promesa de traspasar la gestión de Cercanías. Luego de la delegación de competencias, aún pendientes de aprobación, de inmigración y control de fronteras, autorice que los deportistas catalanes puedan renunciar a representar a España.
Los dos defensas centrales con más internacionalidades con España son Sergio Ramos (180), un exiliado, y Gerard Piqué (102), un jubilado. Ambos se han visto envueltos estos días en insólitos y desagradables episodios. El Rayados de Monterrey, el equipo mexicano de Ramos, cayó eliminado en la CONCAChampions, en la que Messi y Suárez siguen marcando goles a porrillo, ante el canadiense Vancouver Whitecaps. Es posible que, entre otras razones, porque no jugó en su estadio, ocupado por Shakira. Es algo muy de ahora la conversión de estadios de fútbol en salas de conciertos. Así que la colombiana no se fue con la música a otra parte, sino el balón, al que lo echaron de casa.
Casi simultáneamente, por estos "pagos", valga la polisemia, Piqué, su denostado y puesto en solfa ex, declaraba ante la juez(a) Delia Rodrigo por el asunto de las comisiones de la Supercopa hispano-arábiga. Geri, un replicante procedente del planeta Kosmos, ha visto cosas que no creeríamos. Ha visto arder naves más allá de Riad. Humanizado por las circunstancias, se emocionó hasta el llanto. También sus lágrimas, como las de todos nosotros, se perderán en la lluvia.
Hace unos meses que Jota, cantante de Los Planetas, preguntó a Álvaro Rivas por qué se había hecho del Real Madrid si su padre era del Atlético. «Hasta ese momento, nunca lo había verbalizado», admite el cantante de Alcalá Norte, antes de razonar su respuesta. «Cuando yo nací, mi madre murió en el parto. Hacerme del Madrid fue un detalle con mi abuelo materno, que era muy del Madrid y vecino de Chamartín. De un modo inconsciente tomé esa elección para darle cariño a mi familia materna», desarrolla Rivas, en conversación con EL MUNDO. En febrero de 2007, días antes de cumplir 12 años, Álvaro vio en el Vicente Calderón junto a su padre el primer gol de Fernando Torres en un derbi. Sin embargo, mañana no querrá compañía para disfrutar de la ida de octavos de Champions. «Ni de broma voy a verlo con él. En estas ocasiones preferimos harcelo por separado», añade el autor de La vida cañón, uno de los grandes himnos de 2024. En un momento de distanciamiento entre los clubes, con Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil enfrentados a propósito de los árbitros, el caso de Rivas ilustra la rivalidad ciudadana. La de un derbi agitado por las vaivenes históricos y marcado por los extremos.
Estos días, en la sede del Partido Popular de Madrid se suceden las escenas de sano pique deportivo. «Debido a mi cargo, a mí se me respeta bastante. Es cierto que en el PP hay mucho madridista, pero como soy un liberal convencido, allá cada cual con sus decisiones y sus errores», bromea Alfonso Serrano, secretario general de los populares madrileños. Durante su época de portavoz, Serrano inició una tradición que mantiene hasta hoy. «Tras alguna gran victoria, las reuniones del grupo parlamentario arrancan con el himno del Atleti», desvela Serrano, apoyado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida y con la frontal oposición de Carlos Díaz-Pache, portavoz en la Asamblea.
Una marcada división interna en el PP que derriba algunos tópicos sobre el extracto social de las aficiones. «Hemos superado los estereotipos y ahora vivimos un fenómeno totalmente transversal, que trasciende el barrio y la ciudad, la clase social o los niveles de renta. Aun así, creo que el madridista es más prepotente y el aficionado del Atlético, más dado a saborear la victoria. La pasión de un partido en el Metropolitano no tiene nada que ver con el ambiente del Bernabéu, donde además de apoyar y disfrutar, lo que la gente quiere es exigir a su equipo», relata Serrano.
«Romantización excesiva»
La bipolaridad entre un Madrid supuestamente favorecido, desde los tiempos del franquismo, por las instituciones, frente a un Atlético sufridor, bohemio y canalla, también es puesta en cuestión en nuestros días. «Eso del adalid de las causas perdidas supone una romantización excesiva. Nos gusta montarnos muchas películas, pero no creo que haya tanta profundidad. ¿Por qué somos del Atleti? Porque es el equipo que nos emociona. Pero no tiene nada que ver con las victorias o las derrotas. Como decía Luis Aragonés: "Si el Atlético es El Pupas, ¿los demás qué son, El Costras? La grandeza va por otro lado, no por el número de copas expuestas en una vitrina», apunta a este periódico Juanan Cantelar, socio fundador de Los 50, una asociación que lucha por recuperar la verdadera historia del club rojiblanco.
El veredicto de Cantelar sobre la presunta filiación franquista del gran rival ciudadano derriba algunos mitos. «A Franco no le gustaba el fútbol, pero cuando el Madrid empieza a ganar Copas de Europa, ese éxito le viene fenomenal como instrumento de propaganda de la Dictadura. Por tanto, no oculta una cierta simpatía por ellos, dado el aperturismo que suponía en un momento de aislamiento internacional. ¿Esto quiere decir que el Madrid fuese un club franquista? Sólo hay que analizar las cosas a la luz de su momento».
Tampoco conviene olvidar que el mismísimo Santiago Bernabéu, durante su etapa como futbolista, traicionó al Real Madrid para disputar la temporada 1920-21 con los colchoneros. Y que, pese a su sincera amistad con Javier Barrios, presidente del Atlético, siempre consideró al vecino con mucha más antipatía que al Barça, cuya enemistad fue posterior y de carácter sociopolítico. «Obviamente había rivalidad, pero también otro tipo de valores», completa Cantelar. «En 1964, el Atlético jugó unas semifinales de la Recopa contra el Nuremberg en el Bernabéu y la opinión general del madridista era que ganara el vecino. De igual modo que entre la afición rojiblanca no se veían con odio los títulos de Copa de Europa del Madrid», sostiene el autor de 95-96: El año del doblete (Alborada, 2005).
Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.EFE
A estas muestras de mutuo respeto, Cantelar añade el gol de Rubén Cano en Belgrado, que otorgaría el billete a España para el Mundial de 1978, cuando Juanito salió «a abrazar como un loco a un jugador al que odiaba a muerte en el campo»; la cesión de Ramón Grosso en 1963, cuando el Atlético coqueteaba con el descenso; o la fotografía de Alfredo Di Stéfano con la camiseta rojiblanca en 1955, durante un partido homenaje a Adrián Escudero. Entonces, muchos madrileños adquirían los carnets de socio de ambos equipos para ver cada domingo a uno. «No había un clima de antimadridismo, ni viceversa», finaliza Cantelar, subrayando que ahora vivimos «en una escalada de violencia», con un ambiente «muy encanallado».
Este feo panorama, sin embargo, se matiza en boca de Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Random House. «Aún tengo grabado un derbi en los 90, cuando a la salida del estadio vi a un tipo a quien estaban zurrando con una cadena. Ni siquiera recuerdo si eran Ultras Sur los que pegaban y alguno del Frente Atlético quien recibía. O viceversa. Esa violencia tan exacerbada, afortunadamente, se da mucho menos. Ahora hay otra más gestual, como esta moda de colgar monigotes en los puentes de la M-30», apunta este confeso madridista, en cuya memoria aún permanecen el doblete de Raúl en el Calderón en 1997, el cabezazo de Sergio Ramos en la final de Lisboa o la inmortal jugada de Karim Benzema en las semifinales de 2017, el último derbi disputado en el Calderón.
«Identificación con la hinchada»
A juicio del prestigioso editor, tanto Diego Simeone como Carlo Ancelotti juegan un papel «muy representativo» en la historia de sus clubes. La pasión del argentino conecta con el Metropolitano, mientras la mano izquierda de Carletto siempre ha encandilado a Chamartín. «Admiro la identificación del Atlético con su hinchada. Ganar una Liga al Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi tuvo un mérito asombroso. Jugar dos finales de Champions, también. Mantenerse tanto tiempo es algo que muy pocos han conseguido. Pero no me quedaría con muchas características de Simeone. Hay una broma que suelo hacer a mis amigos colchoneros: El Cholo debería fichar por el Madrid sólo para que pudiéramos destituirlo en la segunda jornada».
El reciente mensaje de Simeone a propósito de los árbitros, apuntando a favores que se remontan a más de un siglo, tampoco ha pasado desapercibido entre sus fieles. «Si alguien no tiene motivos para quejarse del trato arbitral es el Madrid. En los derbis tenemos ejemplos a manos llenas. Soy un firme defensor del VAR, porque reduce el margen de error y convierte en más legítima cualquier victoria o derrota», desvela Serrano. Por el contrario, Rivas observa con «bastante distancia» las polémicas. «El caso Negreira pinta bastante feo, pero también hay que asumir que todo ha salido a la luz cuando ya no tiene consecuencias deportivas. Por mucho que quieras amañar o inclinar el campo hacia un lado, el deporte siempre se va a imponer», cierra el músico, recuperado de sus cuatro cirugías para corregir una rara infección intestintal.
''Voy a ir a muerte. Vengo con muchas ganas y es una apuesta de la que no os vais a arrepentir». Sergio Ramos, próximo a cumplir los 39 años, inicia aventura en México tras medio año en el paro. El central ha fichado por el club Rayados de Monterrey, uno de los equipos de la clase media de México, que este verano disputará el Mundial de clubes. Esa proyección internacional es lo que ha terminado de convencer al sevillano para comenzar una nueva etapa tras rechazar ofertas de equipos europeos y de las pujantes ligas árabes.
También se han sumado otros argumentos, como un entorno cercano, un año de contrato y un sueldo que podría alcanzar los cuatro millones, más bonus por rendimiento deportivo e ingresos por merchandising. ''Me he decantado por Rayados porque es un club que me aporta equilibrio, que era lo que buscaba y que no me había ofrecido nadie. Me aporta equilibrio de mercado, de país, de ciudad, de afición, de familia, de compañeros, de entrenador... Sentirse querido es muy gratificante'', ha asegurado el internacional español tras vestirse su nueva camiseta, a rayas verticales azules y blancas, y adelantar que llevará el dorsal 93, un guiño para el madridismo por el simbólico minuto de la conquista de la Champions de 2014 tras derrotar al Atlético de Madrid en Lisboa.
El internacional español se instala en Monterrey tras cuatro años en los que su caché ha decrecido. Nada fue lo mismo tras su marcha del Real Madrid. Su fichaje por el PSG nunca fue rentabilizado debido a las numerosas lesiones. Regresó al Sevilla en una etapa revuelta del club y el pasado verano rompió relación con la casa que le vio nacer. Ahora se incorpora a un club que se ha marcado altos objetivos. Su presidente José Antonio Noriega (Ciudad de México, 29 de diciembre de 1969), ex futbolista que jugó de mediocampista, apuesta por jugadores de talento. ''Sergio Ramos es el fichaje más importante de la historia de nuestro equipo'', ha afirmado el directivo.
Rayados cuenta con un presupuesto de unos 1.700 millones de pesos mexicanos, unos 90 millones de euros, y quiere instalarse en la zona noble del fútbol de su país, ahí donde se encuentra América, Chivas, Tigres o Pumas. El jugador más relevante de su historia fue el portugués Eusebio, fichado en 1976.
Esta temporada, busca un nuevo título de Clausura, el sexto campeonato de la Concacaf y dar la sorpresa en el Mundial de clubes, torneo en el que compartirá grupo con Inter, River Plate y el Urawa Red Diamonds. La gran ilusión de Ramos es enfrentarse al Real Madrid en la segunda fase de esa competición.
Para su crecimiento, la entidad cuenta con el respaldo económico de Fomento Económico Mexicano, una multinacional de bebidas, del sector comercial y de restaurantes, fundada en 1890, en Monterrey, la ciudad más importante del estado norteño de Nuevo León, con más cinco millones de habitantes. Monterrey cuenta con más de 50.000 industrias, es una ciudad moderna, con gran poderío económico.
Ramos, que es visto por Rayados como una de las leyendas de la historia del Real Madrid, compartirá equipo con varios ex jugadores de la liga española, como los mediocampistas Sergio Canales (Racing, Real Madrid, Betis, Valencia, Real Sociedad), Oliver Torres (Atlético de Madrid, Villarreal, Sevilla) y el argentino Lucas Ocampos (Sevilla).
El equipo mexicano cuenta con la dirección técnica del albiceleste Martín Demichelis, ex defensa del Málaga, Atlético de Madrid y Espanyol.
Ramos será el último de una larga lista de futbolistas españoles que apostaron por México como final de su carrera, como, Pirri, Lángara, Asensi, Idígoras, Butragueño, Míchel, Sanchís, Guardiola o Bakero.
Después de ocho meses sin jugar, Sergio Ramos volverá a vestirse de corto en México. A punto de cumplir 39 años, el defensa español ha fichado por el Rayados de Monterrey, donde lucirá el número 93, en homenaje al gol que marcó en la final de Lisboa, donde el Real Madrid conquistó su Décima Champions.
"El Club de Fútbol Monterrey informa que ha llegado a un acuerdo con el astro español Sergio Ramos para que se convierta en nuevo jugador de los Rayados con un contrato por un año", comunicó el equipo mexicano en su portal de internet. "Defensa histórico del fútbol mundial, multicampeón con el Real Madrid y el PSG y campeón del mundo y la Eurocopa con Selección Española. ¡BIENVENIDO, SergioRamos! ¡Tu liderazgo, calidad técnica y actitud ganadora llegarán a poner el Azul y Blanco muy en alto", publicó el equipo mexicano en su cuenta en X.
En la misma red social, el Monterrey publicó un vídeo en el que Ramos es recibido personalmente por el presidente deportivo del club, José Antonio Noriega. El dirigente garantizó a Ramos que se incorporará a una de las nóminas más competitivas del balompié mexicano. "Con el plantel que te vas a encontrar y el cuerpo técnico, estoy seguro de que nos van a llevar a otros niveles", apuntó el dirigente. En el Rayados Sergio Ramos, dirigido por Martín Demichelis, coincidirá con otros dos españoles, Sergio Canales y Oliver Torres.
Ramos agradeció a Noriega la cálida recepción y se mostró dispuesto a sumarse pronto al equipo. "Tengo muchas ganas de incorporarme. Gracias por apostar, creo que es una apuesta de la que no vais a arrepentiros. Seguro que va a ser un año de éxito para todos los Rayados", aseguró el zaguero español.
En el vídeo, el defensa recibe la camiseta de rayas verticales azules y blancas con el dorsal 93, uno de los momentos de máxima gloria de su carrera. El Real Madrid reaccionó en X ante el detalle del número que Ramos usará en su nuevo equipo: "Un homenaje a todo el madridismo, el recuerdo de un momento que cambió nuestra historia".
Ramos llega a México con 38 años y un impresionante palmarés. Con el Real Madrid ganó cinco Ligas, cuatro Champions League y tres veces la Supercopa de Europa, entre otros títulos, mientras que con el PSG conquistó dos ligas en Francia. Además, fue campeón con España en el Mundial de Sudáfrica- 010 y en las Eurocopas de 2008 y 2012.
Con su nuevo equipo, Ramos tendrá la oportunidad de disputar la novedosa edición del Mundial de Clubes-2025, que se disputará en Estados Unidos entre junio y julio con presencia de varias potencias de Europa, incluido el Real Madrid.
Fundado en 1945, el Monterrey ha sido campeón de la liga mexicana en cinco ocasiones y también ganó cinco veces la Liga de Campeones de la Concacaf.
A este a Sergio Ramos que sube cuestas a la carrera en mitad de la noche, observado por una incrédula Pilar Rubio, sólo le falta la piedra, la piedra de Sísifo que vuelve a caer por la misma cuesta, inexorable, una y otra vez, como inexorable es el paso del tiempo. En esa lucha se encuentra este dios del estadio, que talla su cuerpo como si fuera un retablo barroco, con la misma minuciosidad de siempre, pero en una realidad muy distinta. Una realidad que se niega a aceptar, del mismo modo que prefiere no escuchar a quienes le ponen frente al espejo. A los 38 años, no quiere la limosna de la gloria, quiere la gloria entera, el paraíso perdido.
Las lesiones en la defensa del Madrid, una plaga bíblica, han invocado su nombre, del mismo modo que lo ha hecho el futbolista y quienes le asesoran en materia de comunicación con los oportunos vídeos de sus entrenamientos en redes sociales. En el Bernabéu no ha habido movimientos. Ni los habrá. La llamada de Florentino Pérez era la llamada más deseada por Ramos. El presidente no pretende variar, salvo sorpresa, la política de evitar el mercado de invierno. No suele salir bien. La última vez, con Kepa, fue el postrero ejemplo. El presidente, además, no perdona. La salida del jugador del Madrid, que exigía una renovación más prolongada, se produjo entre malas caras durante la forzada ceremonia del adiós, como una boda entre montescos y capuletos.
Sergio Ramos, en una imagen de sus redes sociales.E.M.
Para el jugador era la oportunidad de un final de cuento, por lo que ha llegado a decir que al Madrid iría gratis. El regreso al Sevilla, de hecho, tenía mucho de emocional y reparador, por una cifra menor a la de su caché entonces. Ante la tesitura de continuar, algo que podría haber hecho, ya resultaba poco. Todas las ofertas que le han llegado con posterioridad también lo eran, en su opinión, pese a que algunas personas de confianza le intentan convencer de que, a los 38 años, es imposible obtener ingresos mayores a los dos millones de euros por temporada. Del Madrid se fue con 12,5 millones netos.
Besiktas o Fenerbahce, en el fútbol turco; San Diego, en Estados Unidos, o hasta el Como italiano, a cuyo mando está Cesc Fàbregas, con el que compartió la trilogía de la selección, mostraron su interés en vano. Ni siquiera en Arabia estaban dispuestos a pagar lo mismo que a Nacho o Laporte, pese a los contactos establecidos, incluso con el Al Qadsiah de Míchel. Nacho tiene cuatro años menos; Laporte, ocho.
René Ramos, hermano y agente de Sergio, ha gestionado con acierto su carrera y ha sido receptor de muchas de esas ofertas, aunque desde hace un tiempo, realmente, el jugador se gestiona a sí mismo, mientras René ha dimensionado su agencia y su condición profesional al margen de su hermano. Son familia y siguen juntos, pero no a todas partes.
El dinero no es la razón
«No es únicamente el dinero. Es el destino, el proyecto deportivo, el tiempo, la oferta...», afirman desde el entorno del futbolista, donde no todos le dicen lo que quiere escuchar. La experiencia en el PSG, familiarmente, no fue buena. Sergio mira lo que ganan Messi o Busquets en el Inter Miami y responde. Pero Messi es único, como Cristiano, y Busquets, dos años más joven. La pasada temporada, el ex azulgrana cobró siete millones de dólares, algo excepcional en la MSL. Jordi Alba percibe 1,5.
A pesar del dinero gastado en la cría de caballos y obras de arte o alguna inversión inmobiliaria, sugerida por familiares cercanos, que no salió como se esperaba, la cantidad a ganar no es la razón de las negativas, ya que Sergio posee un patrimonio, la mayor parte invertido, cercano a los 100 millones de euros que puede hacer líquido cuando lo desee. Bien aconsejado y asesorado, fue uno de los futbolistas de su generación con menos conflictos con Hacienda. La mayoría de los campeones del mundo, en cambio, hicieron frente a duros procesos bajo la amenaza del delito fiscal.
El jugador no habla de la retirada, ni se ha puesto plazos. Mantiene sus entrenamientos personalizados con Bernardo Pérez, 'Berni', preparador personal al que conoció en Sevilla y con el que ha trabajado siempre a lo largo de su carrera. Sergio introdujo a Berni en el Madrid durante la etapa de Zidane en el banquillo y lo puso en contacto con otros jugadores, como Karim Benzema. El francés cambió su físico y alcanzó entonces la cima de su carrera. Los entrenamientos que realiza actualmente con Sergio son estajanovistas, muy duros, desde el punto de vista físico. Las incógnitas nacen de su falta de partidos.
[embedded content]
La rumba latina de Los Yakis
Al margen de la dedicación a los caballos, Sergio también ha incrementado su actividad en el mundo de la música, algo que se ha planteado hacer de forma más profesional una vez se retire del fútbol. Al margen de los cameos que ya ha realizado en el pasado, podría vincularse como promotor. El 'showbusiness', en general, le atrae, como demostró en su acompañamiento al último combate de Ilia Topuria.
Próximo al grupo Los Yakis, formado por tres hermanos, que fusiona el flamenco con los ritmos latinos, el jugador participó en el vídeo de uno de sus éxitos, No me contradigas. Es justo lo que Sergio les dice a quienes le advierten del inexorable paso del tiempo.
Hubiéramos deseado una última, real y simbólica, victoria de Nadal en su apoteósica y merecida despedida sentimental. Pero ya era imposible, incluso frente a jugadores sepultados en las profundidades del ránking. Su adiós, postergado en exceso entre la tristeza, la comprensión y la gratitud de un país entero, suscita de nuevo una reflexión acerca de los deportistas que no se retiran «a tiempo».
El deportista muere dos veces. Y la primera ocurre cuando se retira (o le retiran). Se trata de una muerte biológicamente provisional, pero profesionalmente definitiva. Y el afectado no la acepta porque abre un abismo bajo sus pies. Así que, con frecuencia, y aunque, como en el caso de Nadal, haya proyectado un futuro confortable, experimenta una especie de horror vacui. No es raro. Después de todo, el deporte es la única actividad en la que la jubilación se produce en la juventud. El deportista tiene todavía por delante, en un territorio desconocido, amenazante por ignoto o incierto, incluso por extenso, la mayor parte de su existencia física. Le entra miedo, vértigo, inseguridad y trata de demorar el momento del adiós.
Autoengañándose acerca de sus, todavía, capacidades, o estirándolas con más o menos dignidad, permanece en activo, con frecuencia en un ámbito individual o, sobre todo, colectivo distinto e inferior del de sus mejores días. No lo hace por dinero, o sólo por eso, sino por mantener una ficción de permanencia.
Un tiempo innecesario
El caso de los futbolistas es paradigmático: Pelé, Cruyff, Beckenbauer, Maradona, Michel, Hugo Sánchez, Guardiola, Iniesta y un interminable etcétera alargaron impropia e innecesariamente sus carreras. Hoy siguen en activo Cristiano, Messi, Luis Suárez, Busquets, Alba y otro largo etcétera. Pero el fútbol sabe que este tiempo les sobra. No son Zidane, Kroos o como Rijkaard, que, en la celebración en el vestuario, después de ganar con el Ajax la Champions de 1995, anunció que ese había sido su último partido. O, cambiando de deporte, como Alberto Contador, que dio sus últimas y crepusculares pedaladas ganando en el Angliru.
No se retiraron a tiempo, entre nosotros, Alfredo Di Stéfano, Severiano Ballesteros e incluso un Alejandro Valverde en su longevidad digna... Ni, volviendo al tenis y al exterior, el mismo Federer. Y quizás Djokovic debe pensar en parar, ahora que está «a tiempo» de mantener su mejor recuerdo. Tampoco Serena Williams se fue cuando debía. Ni Usain Bolt. Existen «retirados en activo», valga la paradoja. Oficialmente aún en la brecha, pero en la práctica fuera de foco, Sergio Ramos o Mireia Belmonte siguen erróneamente la senda de Nadal.
Bolt, en los Juegos de Río 2016.AP
Si un bel morir tutta una vita onora, un mal morir, metafóricamente hablando, no estropea un pasado merecedor de elogio y agradecimiento. Tampoco hace añicos una imagen que se reconoce irrompible. Pero sin borrarla en absoluto, la empañe un tanto por ser la última. Saber retirarse oportunamente, es, no sólo en el deporte, una virtud casi teologal, incompatible a menudo con la ciega y sorda naturaleza humana.
En el lado opuesto de quienes se resisten en vano a los odiosos imperativos de Cronos figuran quienes se retiran «a tiempo» por el procedimiento de hacerlo «antes de tiempo». A «destiempo», en suma. Son sobre todo nadadores, debido a la precocidad de su deporte con relación a otros. La australiana Shane Gould (Gold), que este 23 de noviembre cumplirá 68 años, tuvo en 1972 todos los récords en todas las distancias del estilo libre. Insólito. Apabullante. En los Juegos de Múnich se llevó tres oros, una plata y un bronce. Y le «faltó tiempo» para retirarse. Tenía 16 años. En los mismos Juegos, Mark Spitz conquistó siete oros estableciendo siete récords del mundo. Y se despidió de las piscinas a los 22 años. Le quitó «tiempo al tiempo».
Acudir a los recursos propios para tapar el socavón de la banda derecha. Esa es la estrategia del Real Madrid para cerrar el hueco dejado por Dani Carvajal. A corto plazo, la intención de Carlo Ancelotti es apostar por los efectivos de la plantilla. La normativa señala que hasta que no se abra el mercado de invierno, los equipos sólo pueden sustituir a los jugadores damnificados por una larga baja con futbolistas que no tengan contrato con otro club, como ha hecho el Barcelona con el portero Wojciech Szczesny tras la lesión de rodilla de Ter Stegen.
En la actualidad, en la relación de jugadores en paro, sólo Sergio Ramos tendría el nivel adecuado para incorporarse al campeón de Europa, pero su regreso al Bernabéu es una quimera. En este parón provocado por los partidos de las selecciones, Ancelotti terminará de sellar su plan para sustituir a Carvajal. Su intención, como ya señaló el pasado sábado, es apostar por Lucas Vázquez: «Ya tendremos tiempo para hablar del tema. Lucas nos da mucha confianza. El mercado está cerrado y no hay muchas opciones. Tenemos que tirar del único lateral derecho que tenemos ahora, que es Lucas Vázquez. También tenemos que manejar bien la plantilla y en caso de la ausencia de Lucas, pensar a quién podemos meter en esta posición».
Una segunda alternativa es trasladar a Militao a la banda y a Tchouaméni a la posición de central. La tercera es retrasar a Fede Valverde a la zona del lateral.
Ancelotti siempre ha sido poco partidario de acudir a la cantera, pero ahora podría ampliar su visión. Lorenzo Aguado (22 años), que ya viajó con el equipo a la pretemporada de Estados Unidos, podría tener su oportunidad. En el equipo de Raúl ha disputado tres partidos y ha marcado un gol. Otro candidato es David Jiménez (20 años), seis partidos y una asistencia. Jesús Fortea, un juvenil de 17 años, renovado hasta 2026 y formado en el Atlético de Madrid, gusta mucho.
Dumfries, Juanlu...
Una opción no descartable es acudir al mercado de invierno, y en ese contexto el preferido es Trent Alexander-Arnold (26 años) del Liverpool. El contrato del internacional británico expira en verano, lo que le convierte en un interesante fichaje a bajo costo. Para incorporarse en enero sería necesario negociar con el club inglés, pero hasta el momento no parece muy dispuesto. Su llegada sería más factible a final de curso.
Otro que ha figurado en el cásting del futuribles es Denzel Dumfries (28 años), lateral del Inter de Milán. Al igual que Alexander-Arnold, el neerlandés termina contrato al final de esta temporada. La renovación del lateral con el conjunto italiano se ha estancado. En verano también salió el nombre de Juanlu Sánchez. El chaval de 21 años podría representar una suculenta fuente de ingresos para el Sevilla.
A Carlo Ancelotti le agradan los jugadores polivalentes, por eso tampoco sería descartable la llegada de un defensa de segundo escalón que se desenvolviera con soltura como central y lateral derecho.
Un panorama con muchos frentes abiertos en un escenario que no entusiasma al Madrid. El club es remiso a acudir al mercado de invierno por las numerosas experiencias negativas acumuladas. Los mejores resultados de las últimas temporadas los han proporcionado Casemiro y Brahim Díaz. También cuajaron, tiempo atrás, las llegadas de Marcelo, Higuaín, Diego López, Panucci o Diarra. Sin embargo, fueron cortas las trayectorias, entre otros, de Adebayor, Cassano, Huntelaar, Gravesen, Odegaard o Lucas Silva.
Por inesperado o por extraordinario, la Plaza de Cibeles de Madrid, esta vez teñida de rojo, se abarrotó de gente para acoger un nuevo triunfo de la selección. La cuarta. Muchos de los que ayer agitaban la bandera gritando a sus nuevos ídolos no estaban cuando, hace ya 12 años, Sergio Ramos tenía el honor de presentar al número 23 de aquella selección, Pepe Reina, que antes había hecho lo propio con el resto de jugadores de ese equipo que se hizo leyenda. Pero esta vez fue diferente. Fue la noche de los chavales, de esos que eran muy pequeños entonces, pero que han conectado como nadie con un país ansioso por volver a gritar, con orgullo, "¡Campeones, oé, oé!". Ellos eran la atracción y ellos protagonizaron la fiesta.
Una celebración que empezó horas antes de la llegada de los jugadores, cuando los clásicos como Yo soy español, español, español o el We will rock you de Queen comenzaron a sonar. Ya no pararían. Tampoco lo hizo el calor, que obligó a los presentes a asentarse en los lugares más inhóspitos, árboles incluidos.
Así, sobre las 22.00 horas, llegaron a una plaza que, rodeada de camiones policiales, vehículos blindados y plagada de familias de todas las partes del país y del mundo, esperaba eufórica su llegada: "Venimos desde Huelva solo para ver la celebración. Llevamos cuatro horas de espera para coger un buen sitio. Lo importante es que los chavales lo recuerden y lo pasen bien", decía un padre onubense.
"Respeta a todo el mundo"
También argentinos, que fueron campeones de América en la misma noche del domingo, quisieron acompañar, con la camiseta albiceleste, la histórica celebración. Allí, junto a la diosa griega esperaban las madres, que no dudaron en mostrar su emoción por lo que estaban viviendo. "Estoy muy contenta y orgullosa de lo que Nico ha conseguido. Es un chico que respeta a todo el mundo", dijo María a TVE. Todo un símbolo.
El baile fue un elemento esencial durante toda la noche, con Wally López, Aitana, que acertó con su predicción para la final e Isabel Aaiún, autora de la canción fetiche de esta Euro: Potra salvaje. Porque esta selección demostró ser así, "libre como el principio de una canción". Sin complejos, sin la necesidad de imitar ni ser nadie más que ellos mismos. Tardaron, el procolo obligaba a saludos protocolarios que, quizás, retrasaron más la gran bienvenida de lo esperado, pero un gran escenario decorado con los colores de todos les esperaba para animar la fiesta. Ni siquiera Ibai Llanos, que bromeaba en los momentos previos con Marc Cucurella, se lo quiso perder.
Vista general de la Plaza de Cibeles, el lunes.EFE
Como en todo acto que se precie, lo primero es presentarse. Y así lo hicieron. Vídeo con todos los goles, móviles en alto para inmortalizar el momento y a saltar. El primero fue Álvaro Morata, el capitán, que con una sonrisa radiante levantaba al cielo de Madrid el trofeo mientras era ovacionado. "Españoles, ¡somos campeones de Europa!", gritó tres veces. "¿Sabéis por qué? Porque habéis creído y lo hemos notado", dijo el delantero rojiblanco. "Ha sido un auténtico orgullo ser el capitán. Os aseguro que siempre me he dejado la vida por intentar conseguir esto". "Tenemos el mejor país del mundo, la mejor comida, los mejores sitios de vacaciones, los mejores trabajadores, somos el mejor país del mundo", terminó.
Justo después, se vistió de ese Pepe Reina que tanto recordábamos, y que el propio Álvaro se encargó de homenajear, para presentar a sus compañeros. Desde David Raya, pasando por Dani Carvajal o por Robin Le Normand que, a pesar de no estar acostumbrado a hablar delante de tanta gente, sí que se atrevió a gritar bien fuerte: "¡Viva España!".
También nos dejó un surtido de apodos, como el "teniente Vivian", con el que parafraseó la canción de La Bamba o el "tiburón" para Ferran Torres. Joselu se arrancó con Luis Miguel, Dani Olmo con Estopa o Grimaldo que vibró con La Falda de Myke Towers. También Álex Remiro, el único que no ha podido jugar en el torneo, se llevó su merecido aplauso. "Gibraltar es español", fue otro de los gritos coreados.
Solo quedaba el míster, Luis de la Fuente, que después de ser manteado por todos los jugadores, también mandó un mensaje al país: "Unidos somos más fuertes". Así fue la noche en la que España celebró, simplemente, ser campeona.
Ya es oficial. Sergio Ramos no seguirá como jugador del Sevilla la próxima temporada. Así lo ha anunciado el club esta mañana a través de un comunicado oficial en sus redes sociales.
El central sevillano, que volvió al club del que es canterano el pasado verano tras abandonar el PSG, anuncia su despedida de Nervión tras una temporada muy complicada a nivel colectivo.
Pese a los cambios de entrenador y las dificultades, que llevaron al Sevilla a pelear por la permanencia, Ramos se marcha de nuevo de su casa habiendo disputado un total de 37 partidos en esta segunda etapa y marcado 7 goles .
El presidente de la entidad, Del Nido Carrasco, ya había comentado en la presentación de García Pimienta como nuevo entrenador, la renovación integral que se llevará a cabo en la plantilla sevillista en este mercado estival con el fin de recuperar la senda del triunfo y volver a situarse la próxima temporada en puestos europeos.
Por último, el club ha anunciado que despedirá al canterano mañana en un acto que se celebrará en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Primera etapa
En su primer periodo en el Sevilla, antes de fichar por el Real Madrid en el verano de 2005, Sergio Ramos disputó 39 partidos de Liga con la camiseta del Sevilla, pero no logró levantar ningún título.
Javier Iglesias Villanueva detuvo el partido entre Getafe y Sevilla debido a los insultos racistas que recibió Marcos Acuña por un sector de la grada del Coliseum. El árbitro reflejó con exactitud en el acta lo que tuvo que escuchar el defensa argentino del Sevilla. "En el minuto 68 tuve que detener el encuentro debido a que se produjeron insultos racistas sobre el dorsal 19 del equipo visitante, con palabras como 'Acuña mono' y 'Acuña vienes del mono' desde aficionados situados en la zona central del campo detrás de la posición de mi árbitro asistente".
De inmediato, el árbitro avisó al delegado del Getafe, Manuel Mejuto González para lanzar por megafonía el habitual mensaje del protocolo contra el racismo. Tal y como explica Iglesias Villanueva en el acta, el juego se reanudó dos minutos después y los insultos no se volvieron a repetir en ningún momento.
Sin embargo, Quique Sánchez Flores, entrenador del Sevilla, también denunció haber recibido otro insulto racista. Algunos aficionados del que fue su equipo durante tres etapas le llamaron 'gitano'. "Quiero decir que estoy orgulloso de cada poro de mis venas que pueda respirar gitano. Pero una cosa es ser gitano y otra es que lo utilicen como un insulto racista. Me parece aberrante. Aquí, parte del público, porque hay parte que no, se cree que puede ir a un estadio a decir lo que quiera", denunció.
"esto no puede ser"
En el Getafe, su entrenador José Bordalás respaldó sus palabras. También el defensa Djené Dakonam. No se escondieron. Aunque los insultos, tanto a Acuña como a Quique, venían de su afición, criticaron y condenaron unas acciones que parecen enquistadas en el fútbol. "Estoy en contra de cualquier cántico, aunque sea una minoría. Estoy de acuerdo con Quique. Llevamos tiempo denunciándolo y hasta que no se tomen medidas serias, desafortunadamente vamos a seguir oyéndolos. Nuestros jugadores lo han sufrido en muchos escenarios. Estoy en contra de cualquier insulto o cántico racista sea a quien sea y en el estadio que sea", manifestó Bordalás. "Si hay un cántico aquí (en el Coliseum), el partido tiene que pararse porque esto no puede ser", añadió Djené.
Sergio Ramos, el autor del gol de la victoria del Sevilla (0-1), también se pronunció al respecto. "Venimos reclamando respeto dentro del fútbol. Que la gente no venga a un estadio a liberarse y a decir tonterías, a insultar a los jugadores. Hay que acabar con este tipo de gente, señalarlo, que la gente lo vea y que se le prohíba la entrada a los estadios para ir limpiando la imagen del fútbol, que debe ser un deporte maravilloso para unir y no separar", comentó el capitán sevillista.