El rey de Europa ha muerto, ¡viva el rey!

El rey de Europa ha muerto, ¡viva el rey!

Gracias a Ancelotti y a Florentino Pérez, el Madrid se ha convertido en un equipo perdedor. ¿Por qué? Porque el italiano es el colmo de la desfachatez y porque el presidente ha planificado una plantilla coja, sin defensas, sin centrocampistas y también porque no tomó la decisión de echar al entrenador transalpino cuando el Barcelona le metió cuatro.

Por lo tanto, el cincuenta y cinco por cierto de la culpa es del nefasto italiano y el cuarenta y cinco por ciento de Pérez, por no fichar a nadie, en puestos claves de la plantilla. Han creado un pequeño Frankestein, incapaz de ganar un sólo partido.

Florentino se va a quedar, porque es el presidente ideal del Madrid, pero se ha equivocado al no ayudar con una plantilla coherente, sin defensas tras las graves lesiones de Carvajal y Militao. Tampoco ha fichado un sólo centrocampista, cuando el Madrid necesitaba dos.

Lo ha fiado todo al "fenómeno" Mbappé y ha hecho trizas a la estrella, que se se perdió en el espacio sideral, con un equipo malo estratégicamente. Este partido ha traicionado los millones que se han gastado en el francés.

No obstante, el galo hizo un partido mediocre, atrapado en ese cubículo de delantero centro, que jamás será su puesto, por culpa de un Vinicius al que se le puede unir a Rodrygo como malabaristas acabados.

Jugar con esos brasileños es hacerlo con dos menos. Poco sirvió el maravilloso orgullo de los futbolistas que jugaron hasta la extenuación ya que quedó la imagen de un ejercito herido, sin gol, sin suerte y bajo una presunta conspiración de la UEFA.

Dos jugadas claves del partido, el VAR las manipuló en favor del Arsenal, rectificando al árbitro francés, convidado de piedra. No pitó penalti de Asencio y sí vió el de Rice, que sujetó a Mbappé, pero fue corregido. No es normal que se tardaran cerca de ocho minutos para decir que no había falta del bronco mediocampista británico, cuando era más que evidente. El VAR enmendó las decisiones del colegiado. Cuanto menos, sospechoso.

He dejado para el final el mezquino triunfo del Arsenal, que hizo un partido infame, replegado como un cordero, con una línea de hasta siete defensas. No parecía un equipo de la Premier. Francamente, el Arsenal será un polichinela en mano de Luis Enrique.

Pero el rey de Europa ha muerto.¡Viva el rey!

El tributo de Arteta a Wenger y su llamada a Guardiola en la previa: "Si estoy aquí es gracias a él"

El tributo de Arteta a Wenger y su llamada a Guardiola en la previa: “Si estoy aquí es gracias a él”

El Arsenal no sólo cerró de forma concluyente su pase a las semifinales, sino que prolongó su formidable racha ante el Real Madrid, ante quien aún no ha perdido en la Champions. Tres victorias y un empate. El pequeño homenaje de Mikel Arteta a Arsene Wenger, que dio el primer paso con un 0-1 en febrero de 2006. La leyenda gunner cuenta ahora con un digno sucesor en Declan Rice, autor de un colosal partido. El mediocentro fue el símbolo de la fortaleza y el carácter de un equipo que iguala su mejor racha a domicilio en la Champions. La última vez que el Arsenal enlazó cuatro victorias europeas lejos de Londres fue precisamente con aquel golazo de Thierry Henry en el Bernabéu.

El último bofetón de Gabriel Martinelli al contragolpe definió la sexta derrota del Madrid en la Champions, el récord absoluto para los blancos, que hasta ayer contaban con las cinco de la campaña 2000-01. En cualquier caso, ni siquiera acierto postrero del brasileño pudo eclipsar el brillo de Rice. Infatigable en las ayudas a sus centrales, sólo falló uno de sus 27 pases (96%), participando en las mejores transiciones, ligeramente volcado en el perfil izquierdo. Su aplomo, en la acción del presunto penalti sobre Kylian Mbappé, terminó por convencer al VAR. Hubo doble recompensa para él, dado que el François Letexier le retiró la tarjeta amarilla y llegará limpio a las semifinales. "Soy un tipo honesto. A Mbappé y Lucas Vázquez les dije que no era penalti y que si admitiría le hubiese derribado, lo diría. Se tiró al suelo y estaba plenamente convencido de que lo anularía", ratificó el 41 en los micrófonos de TNT Sports.

La confianza de Rice guio a un Arsenal sin titubeos en Chamartín. Curiosamente, el único momento de zozobra llegó en el momento más propicio, con un penalti a favor donde las dudas de Martin Odegaard terminaron por afectar a Bukayo Saka. Después de nueve penaltis consecutivos convertidos, el internacional inglés erró ante Thibaut Courtois. Curiosamente se cumplían dos años exactos de su último fallo, ante Lukas Fabianski, durante el 2-2 en la visita al West Ham. Un revés para la estrella gunner, que luego pudo resarcirse con un clínica definición para el 0-1. En las últimas semanas, Saka en pleno proceso de renovación para ampliar un contrato que expira en 2027. Según recientes filtraciones, la última oferta asciende a 300.000 libras semanales, lo que le convertiría en el mejor pagado de la plantilla.

Aquel 0-0 ante Guardiola

De momento, ese privilegio corresponde a Kai Havertz y Gabriel Jesus, otros dos delanteros de un equipo que basa su fortaleza en la seguridad en torno a su área. Esta temporada, David Raya ha mantenido 18 veces el cero en su portería. Seis de ellas de Champions, donde sólo ha encajado siete goles en 12 partidos (0,58 de promedio). El pasado curso, Arteta causó notable asombro en la Premier tras un 0-0 frente al Manchester City. Escocido por sus resultados recientes en el Etihad, el Arsenal no tuvo el menor empacho aquel domingo en replegarse en torno a su guardameta. El espectáculo resultó soporífero, pero el técnico donostiarra no podía permitirse una novena derrota consecutiva en el feudo de su gran rival por el título.

Entonces, Pep Guardiola debió hacer frente a numerosas críticas por protegerse con tanto toque horizontal y por conformarse con un punto en mitad de la batalla con el Liverpool. En realidad, sus principios debían situarse en el lado contrario del espectro futbolístico. Arteta tomó buena nota de ellos a lo largo de las tres temporadas en las que ejerció como su primer ayudante (2016-2019). Hasta que tres días antes de la Navidad quiso aceptar una oferta del Arsenal.

Aquella propuesta podía interpretarse como un regalo envenenado. No sólo había que recuperar el pulso de un club en vía muerta tras el reciente fiasco de Unai Emery, sino de retomar la senda de Arsene Wenger. Cuando iba a cumplirse su primer año en el Emirates, apenas siete meses después de tocar la gloria con la FA Cup, el donostiarra vivió un momento crítico, con el equipo a cinco puntos del descenso tras sendas derrotas ante Everton y Burnley. A partir de entonces recondujo el rumbo para cerrar el curso con el título de la Copa de la Liga.

Arteta, satisfecho con sus futbolistas, en la zona técnica del Bernabéu.

Arteta, satisfecho con sus futbolistas, en la zona técnica del Bernabéu.AFP

Pese a los habituales comentarios en la prensa local, el vínculo entre Guardiola y Arteta se ha mantenido en algo más que la cordialidad. "Hablamos hace unos días y quería pedirle un consejo. Es importante aprender del mejor", reconoció horas antes del 3-0, su mejor momento en el Emirates. Incluso más especial que el 5-1 del pasado 2 de febrero ante el City, con una exhibición de juego ofensivo, certificado con goles de Myles Lewis-Skelly y Ethan Nwaneri, dos de sus talentos adolescentes. Por el momento, el balance sigue favorable para Guardiola, con ocho victorias en los 14 precedentes. Sin embargo, esta temporada Arteta también rubricó un 2-0 de prestigio ante el PSG de Luis Enrique. Precisamente su próximo adversario por el título.

Porque la última semifinal de Champions databa de 2009, cuando los gunners cayeron ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo y Wayne Rooney por un global de 4-1. Ahora todo se presenta más equilibrado, vista la fortaleza del Arsenal, que sólo ha perdido uno de sus últimos 16 partidos a domicilio en todas las competiciones, con ocho victorias y siete empates. "Es una de las mejores noches de mi carrera, sin duda. Fue muy especial, ante un equipo que ha sido una inspiración para muchos de nosotros. Podemos estar muy orgullosos de pasar del modo en que lo hicimos", finalizó Arteta.

Se encendieron las luces del antro: el Madrid está en peligro

Se encendieron las luces del antro: el Madrid está en peligro

La semana fue espantosa. El meme colectivo del "manicomio" convirtió al Real Madrid en el vecino. Lo que nunca debe ser. Todos somos un poco culpables, hasta los que nunca creímos y observamos la jugada como el sobrio mira a sus amigos borrachos en el antro. No les quitamos el vaso de la boca. No se planteó el partido desde la exigencia ni desde el cabreo por la infamia de Londres sino desde una festividad incomprensible. Como si el club se contentara con los aspavientos y el relato. Faltó dejar el techo abierto para poder cantar bajo la lluvia.

La afición perdonó preventivamente, lo que nunca ha solido hacer el Bernabéu. Entregado a cambio de nada, parece que ni el entrenador ni los jugadores sintieron la necesidad de ofrecer nada distinto a lo que han venido haciendo durante el año. Ni una idea, ni un plan de partido. Melonazos absurdos, sucesión de saques de esquina al primerísimo palo, desesperación acentuada por la locura enfermiza del dañino VAR. El mismo horror de siempre, con la misma propuesta desde el banquillo: ninguna. El primer tiro a puerta fue en el minuto 55. Todavía no había hecho Ancelotti ningún cambio.

Hizo tres de una tacada, incluidos Ceballos y Endrick, el único delantero centro de la plantilla. Le puso de extremo derecho. La revolución consistió en que los tres primeros ataques fueron tres centros a nadie, y el primero del Arsenal un golazo. El único que confió un poco fue Saliba, pero el Madrid recibió el regalo con pereza. No mordió porque no tenía hambre, ¿cómo se arregla eso? Si en el club dudaban hace un año entre cambiar al entrenador o a un puñado de jugadores, ahora tienen que hacer las dos cosas. Pudieron hacerlo antes: este fracaso también es culpa de su inacción.

Cuando acabó el partido los futbolistas se quedaron compadreando, de risas con el rival. Nunca creyeron. "El Bernabéu debería aplaudir al equipo", había sentenciado Maldini poco antes en la retransmisión. Debía tener feligreses en la grada: ni un amago de bronca. La indiferencia es el peor mal, el más difícil de erradicar. Nunca han mandado en el Madrid los maldinis, y ahora es el peor momento para que lo hagan. Se encendieron las luces del antro: el Real Madrid está en peligro.

El Madrid sucumbe a su impotencia y Ancelotti inicia el 'via crucis'

El Madrid sucumbe a su impotencia y Ancelotti inicia el ‘via crucis’

Quien no ha tenido una pareja o un amante que siempre llega tarde, que te desespera en la espera. Cien veces decides irte y cien veces decides quedarte, porque crees que el final de la noche será único. Cuando no acude, lo maldices, pero sabes que volverás al mismo lugar, con la misma excitación, en la siguiente cita. Esa pareja o amante es el Madrid. Lo saben todos los que formaron la larga procesión secular al Bernabéu, esperanzados en una remontada que esta vez no se produjo, porque la cita exigía pasión, claro, pero a las mejores pasiones las acompañan las caricias, y nadie del Madrid se las ofreció a la pelota. El Arsenal lo hizo lo justo, suficiente no sólo para pasar a semifinales de la Champions, también para ganar en el Bernabéu. El Jueves Santo no va a impedir las maldiciones, aunque el fútbol tenga querencia por las estaciones de la Semana Santa: martirio y resurrección. El creyente Ancelotti tiene difícil la segunda. Ha empezado su via crucis. [Narración y estadísticas (1-2)]

El entrenador había hablado, entre medias sonrisas, de la cabeza, el corazón y los cojones. La máxima de las cuatro C la acuñó Seve Ballesteros. Ancelotti se olvidó de citar la primera: la calidad. El Madrid no la encontró en ningún momento, como si esta vuelta de cuartos fuera la metáfora y la hipérbole, ambas a la vez, de la temporada. La sobreexcitación no ayudó. De hecho, el Madrid empezó el partido por el final. Necesitaba tres goles para igualar la eliminatoria, tres goles en 90 minutos, y escogió la montonera. Está bien algo de descontrol, pero si es para descontrolar al contrario en la salida de toriles, en un arranque a fuego. Pasado ese tiempo, es necesario el juego.

El problema no es que el Madrid no lo encontrara en el Bernabéu, es que prácticamente no lo ha hecho en toda la temporada. El choque fue el collage de todos sus problemas estructurales a los que Ancelotti no ha encontrado solución desde la marcha de Kroos. La entrada de Modric, tardía, no sirve de nada porque no es el mismo Modric, y porque el croata no siente ya la jerarquía de antaño. Ceballos pasa por el centro del campo como unos padres por la habitación de un adolescente. Pone las cosas en su sitio, nada más.

Demasiados centros

Esta eliminación, esta derrota y esta impotencia va a pesar sobre la figura del italiano, cuando al via crucis le quedan dos paradas decisivas: la final de Copa y el clásico en Montjuïc, ambas ante el Barcelona, con ventaja en la Liga. Después de haber perdido ya dos este curso ante los azulgrana, el mayor aliado del Madrid es la estadística, porque es difícil perder cuatro. Ese Barça necesitaba un estímulo nuevo en el vestuario la temporada pasada y lo encontró. A Florentino Pérez le corresponde reflexionar acerca de si lo necesita el Madrid, con todo el respeto por el entrenador que más títulos ha ganado en la institución. Difícil análisis.

Ancelotti optó por lo esperado, con Valverde en el centro del campo, aunque ello supusiera dar el lateral a Lucas Vázquez. Pese a sus lagunas defensivas, fue de los más activos en su despliegue ofensivo, aunque una vez en los tres cuartos, el Madrid abusó de los centros, frontales muchos de ellos y fáciles de defender para el Arsenal. Ni un balón comprometido tuvo que sacar Raya de la portería del Arsenal en todo el primer tiempo. Courtois, en cambio, detuvo un 'penaltito' cometido por Asencio, cantado como un gol en el coliseo blanco, a Saka, un Panenka confundido, y otro disparo cruzado de Martinelli tras una contra.

Poco más hicieron los de Arteta, a la espera de que pasaran los minutos frente a la frustración blanca. Es el equipo de la Premier menos goleado, el que mejor defiende. Se siente cómodo en esa situación. La impresión es que mostró menos de lo que tiene, porque no lo necesitó, en el aspecto ofensivo. En una de sus triangulaciones se encontraron Odegaard, Mikel Merino y Saka para elevar sobre Courtois y redimirse del penalti. El efecto psicológico, pasada la hora, lo emborronó el propio Arsenal, con un error de Saliba que ofreció el gol a Vini.

Los futbolistas del Arsenal festejan el 1-2 en el Bernabéu.

Los futbolistas del Arsenal festejan el 1-2 en el Bernabéu.EFE

Nada cambió, en realidad, porque no había ideas con que cambiarlo, mientras el Arsenal, inteligente, intentaba jugar más tiempo en campo del Madrid, alejarlo de su área y refugiarse en largas posesiones. El control que pretendía Ancelotti, sin conseguirlo pese a dar entrada a Ceballos o Modric, lo tuvo siempre Arteta, un entrenador español de nueva generación que se presenta a lo grande en el mejor escenario posible. Martinelli culminó, a la contra, lo que el juego decía. Sólo se trataba de esperar el momento.

A Arteta le aguarda el PSG de Luis Enrique. El PSG en el que ya no juega Mbappé, que llegaba después de una patada de impotencia ante el Alavés. La impotencia continuó. El francés vino para ganar Champions después de ganar todo el dinero posible. Tendrá que esperar. Se movió por todas partes, pero sin la precisión adecuada, y dejó el campo lesionado. Tampoco acometió escaladas individuales, como intentó Vinicius desde el inicio, pero siempre perdedor frente a Timber, Saliba o Declan Rice, goleador en la ida y pletórico en la vuelta. La cruz que porta Ancelotti es también su cruz.

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: "El Madrid volverá siempre"

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: “El Madrid volverá siempre”

Cinco minutos lastraron las esperanzas de remontada del Real Madrid ante el Arsenal. Un logro casi imposible después del 3-0 de Londres que se deshizo en los 300 segundos que tardó la sala del VAR en comprobar el penalti de Rice sobre Mbappé y en los pocos instantes que necesitó el colegiado francés François Letexier para decidir que el agarrón del inglés sobre el delantero madridista no era pena máxima. Protestó todo el Madrid, pero no sirvió.

Ese momento apagó la llama de la esperanza blanca, empujada hacia la épica por la parada deCourtois a Saka en el primer penalti, la primera jugada polémica de una noche que tuvo de todo.

Antes del pitido inicial, más de diez mil personas recibieron al autobús del Madrid rodeando la plaza de los Sagrados Corazones hasta la Castellana. Bajo la lluvia y las bengalas, la afición del conjunto blanco intentaba marcar el primer gol del partido. En la memoria, las eliminatorias de 2022 ante PSG, City y Chelsea o la del curso pasado contra el Bayern.

El ambiente durante el calentamiento fue de minuto 90. Gritos de «Sí se puede», «cómo no te voy a querer» y un tifo gigante que rezaba «la fábrica de los sueños, haz el nuestro, Real». Ya en el césped, la locura. Mbappé marcó en el 2 bajo el delirio del Bernabéu, pero fue anulado por fuera de juego.

Las acciones del VAR

Y en el 10, la primera gran polémica. El Arsenal sacó un córner y la jugada siguió con normalidad hasta que un minuto después Letexier paró el juego e hizo el gesto del VAR. Al principio nadie sabía muy bien qué se estaba comprobando ni en qué área, así que reinó la incertidumbre. Y de repente, el colegiado galo señaló el punto de penalti del Madrid. Agarrón de Asencio sobre Merino y pena máxima. Momento para la capa de Courtois.

El belga, que se movió de lado a lado antes del lanzamiento de Saka, adivinó el Panenka del inglés mientras Asencio corría hacia el delantero para gritarle. Una vez más, el portero evitaba el drama y ampliaba la esperanza.

Diez minutos más tarde llegó la revisión del penalti a Mbappé y el inicio de los nervios del Bernabéu y del cuerpo técnico, que protestó cada pérdida de tiempo de los británicos y apretó al colegiado, que terminó sacando amarilla a Raya por sus constantes pausas. La tensión subía de nivel, pero el marcador seguía 0-0 y Arteta sonreía, viendo cómo Martinelli y Saka volvían a ser superiores a Lucas y Alaba.

El partido aterrizó en el descanso con rabia local, reflejada en el enganchón que tuvo Carvajal, vestido de calle, con Saka en la entrada al túnel. El español le recriminó algo, seguramente el Panenka, y el inglés le encaró, sin llegar a más.

Tras el intermedio y viendo que el único tiro a puerta de su partido era un tímido disparo de Vinicius, Ancelotti movió el árbol. El italiano encomendó a Fran, Ceballos y Endrick la remontada exprés, pero el tanto de Saka terminó por hundir al Bernabéu a pesar del gol de Vini, el primero en la historia del Madrid al Arsenal en 337 minutos (los dos enfrentamientos de 2006 y este año).

No hubo épica. Hubo silencio. Mbappé se lesionó el tobillo y Martinelli, como Henry en el 0-1 de 2006, sentenció. Los blancos se despiden de la Champions antes de semis por primera vez desde 2020 tras una racha extraordinaria de cuatro años jugando dos semis y dos finales. Toca la Liga, la Copa y mucha reflexión.

"Somos responsables, pero el Madrid volverá siempre", aseguró Lucas Vázquez a pie de campo. "Nos ha faltado más claridad con balón, algo de paciencia a la hora de llevar el balón de lado a lado para penetrar en una defensa que estaba muy organizada". "El madridismo sabe que nos dejamos la piel siempre, puede salir bien o mal, siempre damos la cara. Queda mucha temporada", añadió.

El Día D y la Hora H de Mbappé: la sombra de las remontadas de Cristiano y Benzema y 26 goles en eliminatorias

El Día D y la Hora H de Mbappé: la sombra de las remontadas de Cristiano y Benzema y 26 goles en eliminatorias

Históricamente, el Día D y la Hora H eran el 6 de junio de 1944 y las 06:30 de la mañana. Dos términos usados para referirse al desembarco de las tropas estadounidenses en las playas de Normandía, momento que supuso el inicio de la liberación de las zonas ocupadas por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Para Kylian Mbappé y el Real Madrid, su Día D y Hora H serán las nueve de la noche de este 16 de abril, cuando la nueva estrella del conjunto blanco busque liderar una remontada casi imposible ante el Arsenal en los cuartos de Champions.

El 3-0 de la ida en el Emirates convierte esta noche en una liturgia extrema para el madridismo, pisando el miércoles santo en un lugar que ha visto ya demasiados milagros en los últimos años. Todos, eso sí, sin Kylian Mbappé en la plantilla. Para el francés será su debut oficioso en el manicomio de Chamartín, en el terreno de lo casi imposible.

A la sombra del delantero, una temporada espectacular en números (33 entre todas las competiciones, a cuatro del récord de Zamorano en su primer año) e irregular en sensaciones, condicionada esta semana por la roja recibida en Vitoria tras una durísima entrada sobre Antonio Blanco. Pidió perdón a sus compañeros y a su rival, agachó la cabeza, «fastidiado», según fuentes cercanas al vestuario, y tendrá que aguantar el partido de sanción que le puso ayer Competición, perdiéndose la cita contra el Athletic, clave en la lucha por la Liga y por el Pichichi.

El Barça (70) le saca cuatro puntos al Madrid (66) y Lewandowski (25) tres goles al galo (22). Y es que en ese curso de sensaciones irregulares para Mbappé, ahora mismo el delantero camina sobre arenas movedizas. No marca desde el 29 de marzo contra el Leganés, acumulando dos jornadas de Liga, tres encuentros de Champions y uno de Copa del Rey sin ver puerta. 540 minutos, contando las prórrogas contra el Atlético y la Real Sociedad, y la hora que se perdió ante el Alavés, sin producir ni un tanto ni una asistencia para su equipo, que siente como nunca su ausencia goleadora.

26 goles en eliminatorias

Su hat-trick al Manchester City en el playoff, cuatro en total si contamos el anotado en el Etihad, parecían colocarle en el timón continental del Madrid en las eliminatorias, pero ha desaparecido desde entonces. Una situación similar a la que vivió en París durante su última temporada. Marcó tres goles en octavos y dos en cuartos, pero contra el Dortmund, en semifinales, se quedó en blanco mientras los alemanes conseguían el billete para la final.

En blanco se quedó también en los octavos de la 2022-23, cuando el PSG quedó eliminado ante el Bayern, en las semifinales de la 20-21, perdidas por los franceses ante el City, en las semis y la final de 2020, donde cayó ante el Bayern, y en los octavos de la 17-18 contra el Madrid.

A pesar de esas noches, Mbappé, con 26 goles, se sitúa ya entre los mejores de la historia en las eliminatorias. Lejos de Cristiano Ronaldo (67) y de Messi (49), pero en el camino de batir a Thomas Müller (28), Lewandowski (34) y Benzema (34), los únicos que tiene por delante más allá de los dos grandes de la última década. De su generación, mejora a Haaland (16), su gran rival.

Cristiano ante el Wolfsburgo, Benzema ante el PSG

En el horizonte, las escenas gloriosas de sus ídolos en el Bernabéu, empezando por Cristiano Ronaldo y siguiendo por Karim Benzema. Ambos protagonistas de extraordinarios momentos de fe con la camiseta blanca. Jugadores que hicieron suyas las remontadas, como espera hacer Mbappé.

Cristiano y Benzema tienen a sus espaldas varias noches históricas en la Castellana. El portugués marcó dos goles en la vuelta de semifinales de 2012 ante el Bayern, perdidas en los penaltis; tres en la remontada ante el Wolfsburgo en 2016, 3-0 tras el 2-0 en Alemania; tres en los cuartos de 2017 contra el Bayern, decididos en la prórroga; uno en la vuelta de cuartos de 2018, ante la Juve... y tres en finales, en 2014 y 2017.

También Benzema, de menos a más en su carrera madridista, coronada con un Balón de Oro tras una serie de eliminatorias extraordinarias en 2022, cuando enlazó 10 goles entre octavos, cuartos y semifinales que le valieron el trono del fútbol mundial. Hat-trick para remontar al PSG en octavos, gol para recuperar la ventaja perdida ante el Chelsea y gol en la prórroga contra el City.

"La plantilla cree"

En el vestuario se espera un paso adelante de Mbappé y de todos, reconociendo los errores de Londres y de algunos instantes de esta temporada, y empujando hacia la remontada: «La plantilla cree», se repite desde Valdebebas. Ayer, en sala de prensa, Bellingham admitió que la palabra más repetida en el vestuario durante los últimos días es «remontada». «Hemos visto los vídeos que ha hecho la gente y estamos motivados. Queremos formar parte de esta historia», dijo el inglés.

Mientras, Ancelotti y su cuerpo técnico buscan convencer desde el plano emocional para recuperar esa «actitud» que tantas veces ha pedido a su plantilla. A Mbappé el primero. Del francés necesita implicación e intensidad en la presión, y así se lo ha dejado claro después de la roja de Vitoria. El ejemplo de sus ídolos está escrito, ahora necesita escribir su propia página en la historia del Madrid. Le ficharon para eso.

Bellingham y Ancelotti 'copian' a Carlos Alcaraz: "Hay que jugar con cabeza, con corazón... Y con cojones"

Bellingham y Ancelotti ‘copian’ a Carlos Alcaraz: “Hay que jugar con cabeza, con corazón… Y con cojones”

Carlo Ancelotti y Jude Bellingham fueron las voces del Real Madrid en la previa del gran partido de esta temporada continental: la vuelta de los cuartos de Champions contra el Arsenal, un duelo de obligada remontada tras el 3-0 de la ida y una cita que requerirá "cabeza, corazón... y cojones". Así lo resumió el entrenador italiano, que citó a Carlos Alcaraz. "Como ha dicho Alcaraz, que me ha gustado mucho", comentó.

Bellingham fue el primero en salir a una sala de prensa de Valdebebas que presentó un lleno hasta la bandera, con más de un centenar de medios de comunicación. El centrocampista inglés se ha acostumbrado a ser el portavoz del vestuario en los días grandes y repitió la presencia que tuvo en la rueda de prensa previa al duelo contra el Manchester City en el Etihad Stadium.

"La palabra más repetida estos días en el vestuario es 'remontada'. La habré escuchado un millón de veces. Hemos visto muchos vídeos sobre ella, nos motiva mucho. Es una noche a medida de lo que es el Madrid, no hay que añadir nada más a esa palabra", contestó Bellingham.

"Una cosa es perder y otra no aprender"

El británico reconoció que Emilio Butragueño le habló de algunas noches mágicas que ha vivido el Bernabéu en los años 80, y en concreto una, la del Anderlecht. "Me habló de ese día y he visto vídeos en TikTok sobre las remontadas. Queremos ser parte de eso y añadirlo a la historia del club", aseguró. En ese partido, correspondiente a la Copa de la UEFA 84-85, el Madrid venció 6-1 en el Bernabéu tras haber caído 3-0 en Bélgica.

Sobre el nivel del equipo, Bellingham asumió que no habían estado bien en algunos momentos de la temporada, pero confió en que llegado este punto, darían un paso adelante. "Sabemos que podemos jugar mucho mejor, una cosa es perder y otra no aprender. Hay que confiar en que los jugadores lo van a dar todo. Tenemos que aumentar el nivel de atención y podemos estar ahí, por supuesto que sí. No somos tontos, pero confiamos en las capacidades que tenemos".

En la salida del Emirates Stadium de Londres, en el autobús del Madrid ya se hablaba de la remontada. "Fue uno de los peores resultados que podíamos imaginar y en el autobús ya estaba ahí la palabra, no estábamos como ahora pero ya creíamos en nosotros mismos. Todo el mundo piensa en la remontada. Significa que estás en el mejor club del mundo".

Cuestionado sobre los kilómetros que recorre la plantilla este año, menos que sus rivales, reconoció que "influye en el juego", pero recordó que "el año pasado no fuimos los que más corrimos y ganamos la Champions". "Tenemos que saber qué implica correr a un lado y para otro. Hay que saber cómo correr. Mañana vamos a querer correr mucho más y ojalá tengamos un mejor plan para hacerlo".

"queremos jugar un fútbol eficaz"

Unos segundos más tarde apareció Carlo Ancelotti, que rechazó que pueda ser su último partido si pierde. "Creo que no, y ojalá que no sea el último". "Es muy complicado, muy difícil, pero tenemos que hacer un partido con cabeza, con corazón, con cojones, lo que ha dicho Alcaraz".

Al italiano le da un poco igual que digan que el Madrid juega peor o mejor porque "queremos jugar un fútbol eficaz". "Intentaremos un partido intenso, intentando presionar y tener más control que en la ida. Nada de magia, porque la magia no existe", insistió.

Una parte central de la previa serán las charlas del entrenador a sus futbolistas. Un aspecto que intenta que tanto "emocional" como futbolística. "Quiero que tengan las ideas claras y que estén tranquilos. Ayer hablé de esa parte emocional, de la motivación, de cómo vivir esta previa, cómo la tiene que vivir un profesional. La motivación está ahí y deseo que el jugador esté tranquilo y convencido, e intentarlo todo. La única cosa que no sabemos es el resultado, pero sé que sacaremos lo mejor de nosotros. Necesitamos un poco de todo, una conexión entre calidad, físico y actitud, no puede fallar ninguna de estas cosas".

Luka Modric, copropietario de un club inglés de segunda división

Luka Modric, copropietario de un club inglés de segunda división

Actualizado Martes, 15 abril 2025 - 13:14

El futbolista del Real Madrid, Luka Modric, anunció que ya es copropietario e inversor del Swansea City, un equipo que está en la segunda división de Inglaterra.

Tras este anuncio, el jugador comentó que es una "oportunidad emocionante. El Swansea tiene una identidad sólida, una afición increíble y la ambición de competir al máximo nivel. Jugando al máximo nivel, creo que puedo aportar mi experiencia al club".

Asimismo, el Balón de Oro se refirió a que su futuro ante este nuevo reto es el de "apoyar el crecimiento del club, y ayudar a construir un futuro prometedor". El croata buscará así devolver al Swansea a la Premier League, en la que no ha vuelto a jugar desde su descenso en 2018.

Desde el Swansea se mostraron orgullos y entusiasmados con la incorporación, explicando a través del comunicado que su papel será clave para el "reconocimiento internacional" del jugador, y para su progreso "tanto dentro como fuera del campo". "No hay mejor modelo a seguir en el fútbol para nuestros jugadores, desde la cantera hasta el primer equipo", concluyó el CEO del club, Tom Gorringe.

Modric se une así a otros compañeros del Real Madrid que han invertido recientemente en clubes de fútbol, como Kylian Mbappé, accionista mayoritario del SM Caen (Ligue 2) y Vinicius Junior, del FC Alverca (2ª portuguesa).

Cara y cruz de Rodrygo: talismán del Madrid en la Champions y tres meses de sequía en la Liga

Cara y cruz de Rodrygo: talismán del Madrid en la Champions y tres meses de sequía en la Liga

El ritual ya está preparado para una nueva noche mágica. El pantalón de la suerte, la camiseta de las remontadas, la espinillera tatuada, la bota firmada... Todo es poco para reclamar los augurios más favorables. El gran talismán del Santiago Bernabéu en los desafíos extremos de la Champions es Rodrygo Goes, a quien el miércoles esperan para culminar otra hazaña asombrosa frente al Arsenal.

El brasileño siempre aparece en el lujoso escenario continental. Inolvidable su doblete ante el Manchester City en las semifinales de locura del curso 2021-22 y su puntería en los cuartos (ida y vuelta) de la pasada edición. Guardiola siempre ha destacado el talento del internacional brasileño. En el Real Madrid, equipo al que llegó en verano de 2019, ha marcado 70 goles, 25 de ellos (35%), en la Champions. «El Rodrygo de verdad es el que veis en Champions. Todo me sale bien en esta competición», declaró tras recoger su premio MVP en el primer partido de los octavos de final contra el Atlético de Madrid.

En esta temporada, el polivalente delantero suma cinco tantos en los 11 partidos disputados en la máxima competición continental: dos ante el Salzburgo, otros dos contra el Brest y uno contra el Atlético, pero acumula dos encuentros consecutivos sin marcar, en los estadios de Metropolitano y Anfield. El miércoles, en la caldera de Chamartín, se sentirá más arropado y con una motivación extra en su torneo fetiche. Últimos ensayos para la liturgia embriagadora.

Desplazado del foco

Carlo Ancelotti confía en que el 11 recupere su efectividad goleadora y termine con sus discretos resultado desde comienzos del presente año, sobre todo en los compromisos de Liga, en los que presenta seis tantos (frente a Mallorca, Espanyol, Alavés, Rayo Vallecano, Sevilla y Las Palmas), pero no marca desde hace tres meses, 11 partidos sin celebración, la última diana la consiguió el 19 de enero, en el 4-1 contra el equipo insular, con un lanzamiento con la pierna derecha. Sin su acierto goleador en esta nefasta racha, el Real Madrid ha perdido tres partidos, empatado dos y ganado seis. Una sequía alarmante para un jugador que reclama más cariño a prensa y afición. Él se siente desplazado del foco que acaparan Mbappé, Vinicius y Bellingham.

En esta temporada ha participado en 46 partidos, en los que ha anotado 13 goles, a los 11 rubricados en la Champions y en la Liga hay que sumar dos en la Supercopa de España.

Rodrygo es uno de los habituales en las rotaciones de Ancelotti, su relevo natural es Brahim. El pasado domingo fue titular en la victoria contra el Alavés y fue reemplazado por Bellingham en el minuto 63, dosificación de fuerzas para preparar el hechizo de otra noche formidable. El Madrid le necesita.

Vitoria, campus de guerra

Vitoria, campus de guerra

Honrado, presionado y agotador triunfo del Madrid ante un Alavés, que para meter un gol, la portería debería ensancharse hasta los quince metros. El equipo blanco flotó como un corcho, que lo manejaba un Camavinga celestial, impresionante. Quizá en el mejor partido que ha jugado en el Real Madrid desde que llegó. Encima fue el héroe del único tanto del partido.

Ya me entra la risa cuando un prevaricador "negreiro" como Soto Grado ensuciaba la honestidad, la justicia y el fútbol. Dejaba maniobrar a sus anchas patadas constantes de un Alavés super- leñador, como corresponde al estilo de su entrenador argentino Coudet, exageradamente y degradante "canchero", como ellos se manifiestan.

A la cincuentena de faltas, ya dejé de contarlas. Más menos sólo el 25% las pitó a favor de su "enemigo" Real Madrid. Ademas de patética, la corrupción de los árbitros ya huele mal. Infantino, lo sabe, cuidado.

Cansado de recibir patadas, Mbappé perdió los nervios y se auto expulsó ante el jugador que le había molido a palos. La expulsión metió el partido en un engorroso encharcamiento de barro, violencia y falta de ideas y juego. El Madrid salió a flote, porque otro "vengador" se cargó a Vinicius y se igualaron las fuerzas.

En fin, que el Madrid salió con vida de ese campus de guerra que fue Vitoria, incluso con minas, planeado por un sospechoso Coudet, que huele definitivamente a equipo de Segunda. Tiene la opinión ridícula de que si se gana al Madrid la salvación estaba ganada.

Me indigna mucho una Primera División de veinte equipos, de los que sobran, al menos, diez. Cuánto echo de menos aquellas Ligas con sólo 16, que mejoraban el nivel técnico de un campeonato espantoso de Tebas.