Víctor Valdés aseguraba que la clave para que un portero triunfara en el Barcelona, más que el juego con los pies, es el uno contra uno. Marc-André ter Stegen, a lo largo de los últimos años, ha demostrado tener un toque fantástico a la hora de desplazar el balón. Y también un más que solvente rendimiento en los duelos. Siempre implacable, sabe qué hacer para frustrar a su rival. Y, para lo bueno y para lo malo, ha llevado también esa actitud lejos de los terrenos de juego.
En su último gran pulso, en este caso con el propio club azulgrana, se niega a firmar el consentimiento para que la entidad le haga llegar a la Comisión Médica de LaLiga sus informes médicos, con el objetivo de que determinen su periodo de baja. Si es de cuatro meses o más, podrán usar parte de su salario para inscribir fichajes. Sobre todo, a un Joan García llamado a ser ahora el titular indiscutible bajo los palos.
Pero el germano no tira la toalla. Ya lo evidenció al asegurar que su ausencia sería de tres meses el mismo día en que anunció que pasaría por el quirófano para solventar unos nuevos problemas en las lumbares. Y ahora le ha dado una vuelta de tuerca más ejerciendo un derecho inalienable a su privacidad, pero al que ningún futbolista, hasta el momento, había considerado recurrir en caso de lesión.
Que todo forma parte del tira y afloja con el club azulgrana es más que evidente. Como lo es también que a Ter Stegen no le duelen prendas al lanzar pulsos. En su etapa como juvenil con su selección, compitió fieramente con Bernd Leno, actual arquero del Fulham. Ter Stegen se hizo con la titularidad en las categorías inferiores de la mannschaft, en una etapa en la que casi llegan a las manos porque, en las concentraciones, el azulgrana quería dormir mientras que Leno prefería hablar por teléfono. ¿Solución? Habitaciones separadas.
Frente a Claudio Bravo
Cuando iba a empezar su tercera temporada como azulgrana, surgió otro duelo, esta vez quizás más o menos esperado con otro compañero de fatigas bajo los palos. En esta ocasión, con Claudio Bravo. Durante los dos primeros años con Luis Enrique al frente del equipo, el chileno era titular habitual en la Liga y él debía conformarse con la Champions y la Copa del Rey. Por eso lanzó un serio ultimátum: o él o yo. En las manos, tenía la baza ganadora de que el Manchester City de Pep Guardiola estaba dispuesto a todo para ficharlo. De nuevo ganó el pulso y al final quien acabó incorporándose al conjunto citizen fue Bravo.
Dicen que no hay dos sin tres. Siguiendo esa máxima, no es entonces raro encontrar un tercer choque con otro portero. Uno que, no obstante, no acabó teniendo el desenlace que esperaba. La portería de la selección alemana, durante muchísimo tiempo, la defendió un Manuel Neuer prácticamente inamovible, por mucho que Ter Stegen esgrimiera sus buenas actuaciones con el Barça.
Con el anuncio de retirada del equipo nacional de Neuer, se le abrió al fin la puerta de la titularidad, si bien el arquero del Bayern ha tenido últimamente un gesto que invita a pensar que aún se la tiene guardada al meta barcelonista: ofrecerse a volver a jugar con el combinado germano, algo que su actual máximo responsable, Julian Nagelsmann, ya ha descartado por completo.
El fuerte carácter de Ter Stegen no entiende de galones. Por eso, llegó a vivir también varios momentos tensos con Leo Messi en el Barça. Así lo confesaba él mismo en un podcast del diario Bild. Y el argentino, según explicó, no es de los que se andan con tonterías. "Probablemente, es el único jugador que puede tirarte una pelota a la cara si quiere. Tiene esa habilidad. Otros dispararían a otro lado; él podía dar en el blanco. Lo ha hecho varias veces», destapó.
Poco después de abandonar el Sporting de Lisboa, el pasado febrero, Hugo Viana ya se rodaba al lado de Tixiki Begiristain, a quien releva definitivamente como director deportivo del Manchester City. El guipuzcoano había anunciado su marcha en octubre de 2024 y su club pagó la correspondiente cláusula por Silva, que llega en un período delicado para los de Pep Guardiola. La eliminación en cuartos de final del Mundial de Clubes frente al Al Hilal fue el remate de un curso nefasto, en el que no consiguió título alguno y a duras penas logró plaza en la próxima edición de la Liga de Campeones.
El adiós de Begiristain se hizo efectivo con el final de julio y el término de su contrato, después de 13 años en los que ejerció una notable influencia en la transformación del City. Bajo su responsabilidad llegaron 21 títulos: una Liga de Campeones, siete Premiers, dos Copas de Inglaterra, una Supercopa y un Mundial de Clubes en su antiguo formato. Ex jugador de la Real Sociedad y del Barcelona, distinguido siempre por su clarividencia y exquisitez, también fue director deportivo en el equipo catalán.
Allí coincidió como futbolista con Pep Guardiola, en el inicio de una relación estrecha con los años. Ferran Soriano, director ejecutivo del City, el hombre que hizo efectiva su contratación por el equipo británico, completa una terna determinante en la explosión de un club tradicionalmente opacado por el brillo y el peso histórico del Manchester United.
Homenaje en el derbi
Sensible a cuanto ha representado en la entidad, el City rendirá homenaje a Begiristain precisamente en el derbi de la Premier, que se disputará el 14 de septiembre en el Etihad. «Todos en el Manchester City queremos agradecer a Txiki por todo lo que ha logrado durante su etapa en el Club, y esperamos con entusiasmo rendir homenaje a su extraordinaria contribución el próximo mes de septiembre», expresó el club a través de un comunicado.
City Studios, la productora de televisión, estrenará A farewell to Txiki [Una despedida a Txiki], documental donde se le rinde un generoso tributo. «Es uno de los mejores de la historia en su puesto», afirma Rodri en esta película donde se traza su trayectoria desde los inicios como futbolista. «Se va una parte de mí», lamenta Pep Guardiola, quien le reconoce su decisiva infuencia para haberse convertido en entrenador. «El desafío era encontrar una identidad», afirma Begiristain, de 60 años, a quien se puede ver también reunido con Guardiola y Soriano, además de en la firma del contrato de Eric Haaland.
Guardiola, que amplió su contrato hasta junio de 2026, se enfrenta a la etapa más difícil en la que será su décima temporada en el banquillo del City. La influencia de Viana, el relevo de Txiki, ya quedó patente en los fichajes de Nico González, Vitor Reis y Marmoush, tres de los futbolistas que forman parte de la acelerada reconstrucción del equipo.
Kevin de Bruyne, eje del equipo hasta el inicio de su declinar el pasado curso y uno de los valiosos fichajes de Begiristain, se fue al Nápoles, pero a Jack Grealish, por el que el City pagó 117 millones de euros en 2021, aún se le busca destino. Apuesta personal de Guardiola, el zurdo no viajó al Mundial de Clubes como consecuencia de su progresiva pérdida de protagonismo y se ha convertido en un problema serio. Cobra 18 millones de euros por temporada, tiene contrato hasta 2027, y será difícil encontrarle un destino donde asuman tan cuantiosa ficha. La opción más plausible a fecha de hoy sería una cesión al Everton.
Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, reconoció en una entrevista a la revista GQ que si bien su etapa como futbolista y entrenador del Barcelona "fue muy bonita" considera que esta se acabó "para siempre" y que no volvería al club, ni siquiera como presidente.
"Ya se acabó. Se acabó para siempre. Fue muy bonita pero ya se acabó. ¿Volver como presidente? No, no sirvo para esto", manifestó en una conversación en la que también indicó que cuando acabe su etapa en el City tiene "más que decidido" parar por un tiempo indeterminado: "Un año, dos años, tres años, cinco, diez, quince...".
Preguntado acerca de Lamine Yamal y su comparación con Messi, señaló: "Creo que a Lamine Yamal hay que dejarle que haga su carrera. Y cuando lleve quince años jugando diremos si es mejor o peor. Dejad que haga su carrera. Y ya el hecho de que lo comparen con Messi son palabras mayores. Como si comparan a un pintor con Van Gogh, pues dirán, hostia, no está mal, señal de que es bueno. Y eso de comparar es señal de que es bueno. Pero hay que dejarle hacer su carrera. Y ya veremos".
Para Guardiola el actual extremo del Barcelona "es bastante bueno" aunque "Messi han sido palabras mayores": "Son 90 goles en una temporada, durante 15 años, sin parar, sin lesiones. Son palabras mayores. Dejádlo. Dejádlo".
Asimismo, analizó su temporada con los 'citizens': "Cuando ganas seis Premier Leagues llega un momento en que tú bajas. Es el ser humano. Entonces probablemente había que haber movido más jugadores, pero es muy fácil decirlo después. Es un proceso en el que había que caer, que pasa, que ha tardado más en pasar y cuando ha pasado ha ido más hondo de lo que podíamos pensar".
"En perspectiva ya veremos que no ha sido tan mala temporada. Pero sí que hemos estado durante muchos meses sin ganar partidos. Hemos estado como 13 o 14 sin ganar y eso era... No había pasado nunca. Pero te pone en tu sitio. Ha sido muy saludable que nos haya pasado. Porque el éxito te confunde", declaró.
El de Sampedor reflexionó además sobre su profesión: "Yo he estado este año durante cuatro o cinco meses en cada estadio fuera de casa con el público gritando: 'You'll be sacked in the morning'. Es decir, te van a echar. No hay una profesión, arquitecto, profesor, doctor, periodista... que le pidan 60.000 personas que se quede sin trabajo. Que quieren que te quedes sin trabajo. Pero nuestra profesión está tan bien remunerada, nos pagan tanto dinero, para aceptar esto. Y si no lo quieres, te dedicas a otro trabajo".
La pasión y el futuro
"La pasión es distinta de cuando empecé. Había más inseguridades, había muchas más dudas, había muchos más miedos, pero aún me sigue gustando. En el fútbol, hubo un momento que dije basta, se acabó. Y de entrenador llegará un día que diré basta, ya no tengo ganas de jugadores, de las tácticas contrarias, de cada tres días ruedas de prensa, de mi jefe... Diré: ahora soy mi 'own' jefe, ya no tengo que poner la alarma y puedo decidir en mi vida. Pues algún día llegará, y cuando llegue, pues pararé y volveré luego, o no, y ahí ya veremos", añadió.
"Sé que después de esta etapa con el City voy a parar, esto seguro, está decidido, más que decidido", mantuvo el entrenador, que no se pone plazos. "Voy a dejarlo tras esta etapa con el City, porque necesito parar y centrarme en mí, en mi cuerpo", dijo.
En cuanto a su relación con los futbolistas, expresó: "Tengo 23 y escojo a once cada tres días. Los once siguientes sienten que no los quiero, y es todo lo contrario, los quiero aún más porque sufro por ellos. Yo le digo cada tres días a once jugadores distintos al menos: Tú no eres suficientemente bueno y yo no te quiero, tú eres bueno, pero tu compañero es mejor que tú. Por eso hay conflictos, no hay más que esto".
A Chus Mateo, que aún tenía un año de contrato, lo han echado después de ganar la Liga de modo arrollador, y a Pep Guardiola no lo echa nadie pierda lo que pierda y de la forma en que lo pierda. Tras el despido de Modric, el Real Madrid ha cometido una segunda injusticia y un segundo error en poco tiempo. Tiene poca explicación y menos justificación.
Chus sustituyó sin menoscabo de brillantez a Pablo Laso, miembro, junto a Pedro Ferrándiz y Lolo Sainz, de la Santísima Trinidad del banquillo del baloncesto blanco. Lidió con una plantilla debilitada tras las retiradas de Rudy y el Chacho, las salidas de Poirier, Yabusele y Causeur, y las lesiones de Musa, Deck, Garuba e Ibaka. Y se va con seis títulos en tres temporadas: una Euroliga, dos Ligas, una Copa y dos Supercopas. Accedió también dos veces a la final continental. ¿Qué más se esperaba de él para permitirle seguir a bordo?
Salvo excepciones muy puntuales, el Madrid es una trituradora de entrenadores, que llegan al club con sus sombras susurrándoles al oído: «memento mori». Se diría que lo hace por placer más que por necesidad. Por una especie de retorcido principio de autoridad. Incluso como un signo de clase. Ha interiorizado la idea, hasta convertirla en convicción, de que se trata de una virtud exclusiva. Una cualidad distintiva, diferencial, respecto al resto del mundo, más comprensivo y conforme con los lógicos altibajos del deporte.
Ha cultivado la imagen de que el club es tan grande que al entrenador de turno se le exige lo imposible. Lo posible no es suficiente. Convive con visible disgusto con la derrota, siquiera la parcial, como si sólo a él no le estuviera permitida. Como si sólo por él no fuera asumible. No le faltan razones para estar poseído de sí mismo, pero a veces le sobra la manera de expresarlo.
En cuanto a Pep, vive desde que abandonó el Barça B en una burbuja ideal de clubes ricos, con predisposición a gastar lo que él pida. Ha tenido éxitos. Así cualquiera, pensarán algunos. Niño caprichoso y consentido, ha encontrado en el tramposo Manchester City el hábitat propicio para sus actuaciones y autorías. Su gestión y manejo de las plantillas se basa en renovarlas poco menos que en bloque continuamente. Pep es ese tipo de persona a quien se le estropea una pieza del coche y no la cambia. Cambia de coche.
Solamente para afrontar este Mundial en el que se ha estrellado hizo apoquinar al club 150 millones de euros. En invierno, otros 212, con un resultado parecido en las competiciones inglesas. Desde 2008, cuando pasó a manos de los Emiratos, el City mostró vocación derrochadora. Y desde 2016, año del divino advenimiento de Pep, ha comprado por valor de 1.752 millones. Si le dan esa pasta a Bordalás, encadena tripletes con el Getafe.
En cierto modo, Pep tendría que demostrar su auténtica valía haciendo la mili como cabo, no de general. Y dado que el Girona comparte propietarios con el City, sugerimos que se pase por el feudo político de su admirado Puigdemont y «haga país» convirtiendo al 16º clasificado de la Liga, a un punto del descenso, en un equipo puntero. Puede que así averigüemos cuánto tiene Guardiola de genial y cuánto de normal.
«Tengo la sensación de que el equipo está bien, pero nos vamos para casa. Ahora toca descansar y refrescar la mente para volver la próxima temporada». Pep Guardiola tenía cara de pocos amigos en la sala de prensa del Camping World Stadium de Orlando, donde el Manchester City sufrió la gran sorpresa del torneo al caer derrotado en los octavos de final del Mundial de clubes ante el Al Hilal. Un partido loco en el que se vivieron siete goles y que se decidió en la prórroga, y donde los británicos sintieron una decepción más en una temporada más que irregular.
El fracaso contra el cuadro saudí es el tercero de este curso para el City, que cayó en el playoff de la Liga de Campeones contra el Madrid y se quedó a trece puntos del Liverpool en la pelea por la Premier League.
«Hemos tenido muchas frustraciones en el pasado también, y aún así hemos conseguido darle la vuelta. Es una decepción, pero lo intentaremos de nuevo. Tenemos que trabajar muy duro», expresó Bernardo Silva, autor del primer tanto del encuentro. Un gol que puso por delante al City y que parecía encarrilar la noche, pero que dio paso a una pesadilla. Tras el descanso, MarcosLeonardo y Malcom le dieron la vuelta al duelo en apenas unos minutos y Haaland volvió a poner las tablas que desenvocarían en la definitiva prórroga. Guardiola, que había dado entrada a Rodri en el minuto 53, retiró del campo al español en el tiempo extra y tampoco contó con el delantero noruego en el tramo final, dejando el equipo en manos de Cherki y Foden.
Ahí, el City tembló. Dominó el balón pero sufrió en cada contra del Al Hilal, muy físico y bien entrenado por Simone Inzagui, finalista de la última Champions con el Inter de Milán. Koulibaly adelantó de nuevo a los saudíes, Foden empató el partido y Marcos Leonardo anotó el cuarto y decisivo tanto del Al Hilal para obrar el milagro saudí en Orlando.
«Creamos buenas ocasiones, pero Bono hizo paradas increíbles. No hay nada más que decir. Pensaba que podíamos pasar, la verdad. Vi muchas cosas buenas que no había visto antes, sobre todo en la relación entre los jugadores y el cuerpo técnico. Siento que estábamos felices y los entrenamientos han sido muy buenos, pero el nivel aquí es muy alto», insistió Guardiola, que en los últimos días había criticado este nuevo Mundial de clubes.
«Puede que en noviembre, diciembre o enero sea un desastre, estemos agotados y el Mundial nos haya destrozado», advirtió en la previa de octavos sobre las consecuencias que el torneo podría tener en el futuro nivel físico de su equipo.
Analizando la derrota del City, el técnico catalán admitió que «es una pena». «Estábamos en una buena posición. No quiero olvidarme de dar las gracias al 'staff' por cómo han entrenado y preparado el torneo, lo han dado todo. En estas etapas, todos los partidos son difíciles y les permitimos crear demasiadas transiciones», lamentó el de Santpedor.
Los británicos se han gastado 342 millones en ocho fichajes desde el mes de enero, pero parece que no encuentran el ritmo que les convirtió en el mejor equipo de Europa en el curso 2022-2023.
«He tenido muchas decepciones y muchas alegrías en mi carrera, así que da igual lo que haya pasado en esta competición, en un mes cuando empiece la Premier League nos olvidaremos de esto y nos centraremos en tener una gran temporada», declaró Silva, que admitió que «sí, es un poco como caer derrotado en la Liga de Campeones».
El City se va ahora de vacaciones después y con un pequeño agujero en el bolsillo. Después de sus tres victorias en la primera fase y tras caer en octavos, el conjunto inglés recibirá 52,4 millones de euros. 38,9 por el fijo de participación, el segundo más alto de todos los participantes tras el Madrid, dos por cada triunfo cosechado en Estados Unidos y 7,5 por llegar a octavos.
Pero eso sí, podría haber sido mucho más. La FIFA premia con 13,1 millones al que alcance los cuartos, con 21 al que llegue a semifinales, con 30 al subcampeón y con 40 al que levante el título. En condiciones normales y viendo el cuadro, el City debería, por nivel, debería haber jugado al menos las semis, llevándose a su caja fuerte 44 millones más, 74 si hubieran ganado la final del próximo 13 de julio en Nueva Jersey. «Teníamos mucha ambición para este Mundial de clubes, queríamos ganar. Nos lo tomamos muy en serio y no queríamos perder», reconoció Bernardo Silva. Otra decepción en una temporada inesperada.
El Mundial de clubes siempre recordará este 30 de junio y estos octavos de final. Unas horas después de que el Fluminense venciera al Inter de Milán y firmara una de las grandes sorpresas del torneo, el Al Hilal ha obrado el milagro y ha derrotado en una prórroga imprevisible al Manchester City (3-4). El conjunto de Pep Guardiola se adelantó en el marcador, pero los árabes remontaron, obligaron a los británicos a empatar antes del 90 y vencieron en la prórroga con goles de Koulibaly y Marcos Leonardo, culminando otra decepción más en la temporada de los 'citizens'.
Y eso que el partido empezó de cara para el City. En el minuto nueve, Bernardo Silva completó una buena combinación entre Reijnders y Ait-Nouri para adelantar a su equipo. El Al Hilal pidió mano del lateral izquierdo en la jugada, pero el colegiado, tras una larga revisión de VAR, dio el tanto por válido.
Los ingleses fueron superiores y sólo Bono evitó que ampliaran distancias con una mano colosal ante el regate de Savinho. Doku, que hizo sufrir a Cancelo, provocó las mejores opciones.. Gündogan y Ruben Dias tuvieron sendas ocasiones que hicieron estirarse al portero y los de Inzaghi llegaron vivos al descanso pidiendo la hora.
Pero tras el intermedio todo cambió, tanto en el Al Hilal como en el City. Los ingleses bajaron una marcha y los saudíes quisieron comerse el mundo en los pies de Marcos Leonardo, que marcó el empate en el primer tiro a puerta de su equipo, justo después del descanso.
El gol noqueó al City, que no supo contener la intención saudí. Cancelo estuvo a punto de poner el 1-2 y Malcom, aprovechando una contra tras un córner de los ingleses, corrió casi todo el campo para batir a Ederson de disparo cruzado.
Los de Guardiola, eso sí, no tardaron en reaccionar y Haaland, tras un rechace a la salida de un córner, volvió a empatar el duelo y puso al City de nuevo en el partido. El técnico dio entrada a Rodri para controlar el partido de balonmano que empezaban a jugar contra los saudíes y el City dominó, aunque sin ocasiones extremadamente claras.
Sólo Doku, incansable, propuso algo diferente a sus compañeros, demostrando que el City está lejos de ser ese equipo con ritmo y ejecución que fue hace un par de años. En el 84, los defensas del Al Hilal sacaron un balón de Haaland debajo de los palos y el partido se encaminó a la prórroga, donde reinó la locura.
Guardiola sentó al delantero noruego y dio entrada a Cherki para ganar talento en el último pase, pero el primero que pegó a su rival fue el Al Hilal. Koulibaly puso el 2-3 cabeceando de forma impecable un saque de esquina lanzado por Neves.
Más drama para un City en el que Guardiola siguió moviendo piezas. Retiró a Rodri, que había entrado en el 53, y sacó a Foden, talismán para conseguir el 3-3 tras un centro medido, milimétrico, de Cherki desde la frontal del área. Era el minuto 103 y todavía quedaba mucha noche.
El City dominaba la posesión en campo rival, pero cada contra del Al Hilal creaba muchísimo peligro en la portería de Ederson por la escasa transición defensiva de los británicos. Así llegó el tanto definitivo. Lodi, ex del Atlético, puso un centro perfecto con su zurda, Milinkovic-Savic cabeceó sobre Aké, Ederson salvó en primera instancia pero Marcos Leonardo aprovechó el rechace para sentenciar al conjunto de Manchester.
En la lona por verse derrotado, el cuadro de Guardiola no pudo ni acercarse al empate y repitió decepción esta temporada, en la que ha quedado lejos del Liverpool en la Premier y perdió ante el Madrid en el playoff de la Champions League.
Una noticia inesperada para el torneo de Infantino, igual que la del Inter, pero un premio al esfuerzo y el talento del Fluminense y el Al Hilal. El Mundial es imprevisible.
Pep Guardiola se ha enfrentado este año a la primera reconstrucción de su carrera. Hasta ahora, el técnico catalán había trabajado al Barcelona y al Bayern en una etapa. Cuatro años en el Camp Nou y tres en el Allianz Arena, construyendo la plantilla y cambiando de equipo cuando veía que el vestuario no daba para más. En el Manchester City ha sido diferente y este 2025 han llegado los meses de la renovación de la plantilla, con la salida definitiva de Kevin De Bruyne como punto de inflexión.
Cuando llegó en 2016, Guardiola inició un camino de casi una década que tocó techo en la conquista de la Liga de Campeones del año 2023, culmen de su dinastía en Manchester. Había fichado jugadores y evolucionado su plantilla hasta levantar la 'orejona', y la derrota contra el Madrid en los penaltis de los cuartos de la Champions 23-24 fue el momento elegido por Pep para tantear su futuro. Se entendió como un fin de ciclo, se extendieron los rumores del adiós del técnico y finalmente, tras varias conversaciones con los dirigentes del City, el de Santpedor se convenció de abrir una nueva etapa en el Etihad.
Una etapa que desde enero de 2025 y especialmente a partir de la derrota contra el Madrid en el playoff continental y de lo lejos que ha quedado el equipo en la pelea por la Premier League contra el Liverpool (a trece puntos), ha entrado en una nueva dimensión.
El City se ha gastado 342 millones desde el inicio del año en ocho fichajes y siete de ellos son parte importante del equipo que está brillando en este Mundial de clubes. Justo antes del torneo pagaron 55 por Reijnders, mediocentro del Milán; 36,80 por Ait-Nouri, lateral izquierdo del Wolverhampton, y 36,50 por Cherki, mediapunta del Lyon. Los tres han tenido minutos y han sido titulares en alguno de los encuentros. Además, fichó a Marcus Bettinelli, del Chelsea, como tercer portero por 2 millones.
Junto a ellos, los cuatro futbolistas firmados en enero: Marmoush, delantero del Eintrach que costó 75 millones; Nico González, por el que pagaron 60 al Porto; Khusanov, del Lens, que llegó a cambio de 40;y el central brasileño Vitor Reis, del Palmeiras, aterrizado en Manchester a cambio de 37 millones. Todos con minutos en Estados Unidos.
Además, Guardiola cuenta con los jóvenes Savinho, fichado en verano del año pasado desde el Girona, y Echeverri, por el que pagaron hace un año a River Plate y se ha incorporado al cumplir la mayoría de edad. Diez jóvenes para reconstruir un equipo que en el último par de años ha dicho adiós a De Bruyne, Walker, Mahrez y Cancelo y que tiene apartado a Grealish a la espera de que encuentre una salida.
Los británicos son los únicos que han ganado sus tres encuentros de la fase de grupos y en la última jornada le metieron cinco goles a la Juventus, rival del Madrid en octavos. Esta próxima madrugada se enfrentarán al Al Hilal por un puesto en cuartos de final.
Ángel Hidalgo, el jugador que hace un año sorprendió al mundo en el Club de Campo Villa de Madrid, derrotando en un desempate al mismísimo Jon Rahm, ha vuelto a ser protagonista. Esta vez en uno de los salones de Hacienda Golf Links, donde el domingo se coronó junto a su equipo como el gran vencedor de la primera edición del Gasol Foundation Golf Invitational. "El Rey, Pau Gasol y Rafa Nadal, los tres tíos más importantes de España", gritó Hidalgo mientras el salón, con cerca de 300 participantes, estallaba en una ovación atronadora, la más ruidosa de todo el fin de semana.
Probablemente la reacción de la gente es el reflejo de una sociedad hastiada del día a día de la política, que ha encontrado en los deportistas a sus verdaderos referentes. Porque Gasol y Nadal no sólo son embajadores de nuestro país. Son también personas normales que han compartido una fin de semana con amigos y patrocinadores por una buena causa. EL MUNDO estuvo allí como testigo privilegiado de la histórica primera edición de un evento que es ya referencia y que ha recaudado una suma importante para pelear contra la obesidad infantil. "Queremos seguir creciendo en el impacto de los hábitos saludables de los niños", asegura Gasol.
Sólo 250 privilegiados disfrutaron durante tres días del renovado resort Hacienda Golf Links y el casi recién inaugurado hotel Fairmont La Hacienda, entre la Línea de la Concepción y San Roque. En el grupo, deportistas, celebridades y empresarios más importantes, todos reunidos en torno a la figura de Pau Gasol, cansado pero feliz, que hace balance de una primera edición que ha superado todas las expectativas. Tanto él como su mujer Catherine han sido los anfitriones perfectos, pendientes de cada uno de los participantes. Da igual que tuvieras 22 majors como Nadal o una mediana empresa del mundo de los helados.
De Augusta a The Players
Nadal quiso dejar toro el protagonismo a su gran amigo Pau, en una esquina del salón, junto a su mujer Xisca, su amigo de toda la vida Tomeu, o su jefe de prensa. Seguía discretamente la presentación del evento en el cóctel del jueves por la noche. Entre foto y foto, el tema estrella de conversación era el golf. Rafa confesaba no echar nada de menos el tenis. "Comencé a jugar al golf porque era el único deporte que podía practicar sin riesgo de lesión", y ahora lo disfruta siempre que puede. En un corrillo con algunos de los golfistas profesionales comentó su reciente viaje a Augusta National con Ana Patricia Botín o al TPC de Sawgrass, sede del The Players invitado por el PGA Tour. Rafa está encantado en Hacienda Golf Links, de hecho fue el lugar escogido hace solo unos meses para preparar su retirada en la Copa Davis y de paso organizar una "Ryder Cup" con sus mejores amigos.
El salón era un devenir de leyendas e hitos; te movías a la derecha y cruzabas con el internacional Álvaro Morata, un poco más adelante, Luis Milla, el futbolista del Getafe, o Marcos Alonso, del Celta de Vigo, o el ex-delantero del Athletic Aritz Aduriz. Rudy Fernández disfrutaba de uno de sus primeros eventos como golfista, junto a su mujer Helen Lindes, también haciendo sus pinitos en el golf. El chef José Andrés se paseó durante todo el fin de semana repartiendo puros. Los golfistas más veteranos Manuel Piñero o Marta Figueras-Dotti, leyendas de nuestro golf, junto a Álvaro Quirós o Gonzalo Fernández-Castaño tampoco quisieron perderse el torneo y poner su granito de arena en la lucha contra la obesidad infantil. Los más jóvenes, Adri Arnaus, Ángel Ayora o Hidalgo, alucinaban con la sencillez y naturalidad de Gasol y Nadal. "Me preguntó ayer qué tal había ido la ronda", sorprendido nos contaba Hidalgo sobre su encuentro con Nadal. En otro rincón, tampoco quiso perderse el torneo el torero Manuel Escribano, junto a su pareja la modelo Laura Sánchez, horas antes de su encerrona ante seis victorinos en Alicante.
"Nos conocimos hace 22 años", Gasol tira de memoria para recordar su primer encuentro con Rafa. "Tenía 15 años y yo 23 y coincidimos en un evento de Nike en Barcelona, me dijeron que era una futura promesa del tenis, era tímido, callado", continúa con el relato. "Luego nos fuimos conociendo más a medida que fui a Roland Garros, he estado en 11 de sus 14 finales, y él en muchos de mis momentos especiales. Somos muy buenos amigos y su presencia aquí es refrendo de esta amistad".
Rudy Fernández, en uno de los 'greens'.Gasol Foundation
"Lo hablamos hace unos meses", comenta Nadal, "conseguimos cuadrarlo en la agenda y estoy apoyando a Pau y su Fundación. Las personas que hemos tenido la suerte de tener una vida privilegiada y de vivir mejor de lo que hubiéramos soñado, no sólo tenemos que contribuir, sino inspirar a que otros lo hagan", sentencia Rafa en su primer día como marqués de Llevant de Mallorca.
-"Buenos días señor marqués", bromeaba Pau. "Mi primer día como marqués ha sido igual que el anterior", respondía Rafa, aunque ya en tono serio evaluaba positivamente la distinción. "Me hace mucha ilusión y estoy muy agradecido al Rey".
Nerviosas, Paula Martín, flamante reciente ganadora del Women's Amateur, y Andrea Revuelta, otra de las perlas de la cantera, han sido las agraciadas y jugarán los primeros 18 hoyos formando equipo con la dupla histórica Gasol-Nadal. "Ha sido una experiencia increíble, y he aprendido mucho, en mi vida hubiera soñado estar aquí", resumía Paula. "No dudamos ni un segundo, estamos rodeadas de gente que nos inspira", destacaba Revuelta. Ambas estudian en Stanford, la prestigiosa universidad americana muy cerca de donde vive Pau. Fue precisamente Gasol quien contactó con ellas para compartir esta experiencia.
"Algo que sea muy especial"
Morata jugó 18 hoyos con Aduriz. "Los dos somos delanteros y se nota, nos hemos tirado a por todas las banderas", bromeaba. "Estoy bien y si me necesitan para la selección ahí estoy, puedo fallar como lo hice el otro día, pero soy español y de los más españoles que hay", no eludía el delantero del Galatasaray ninguna cuestión. Al lado guardaba sus palos Juanma Morales, conocido empresario que se postuló para presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Muy cerca del ex-futbolista Miguel Ángel Ferrer Mista.
Sin duda es esta la época de los eventos golf, recientemente Nadal fue protagonista en Mallorca de la Batalla de las estrellas, Bernd Schuster también organizó el suyo en Salamanca y Pep Guardiola reunió a un selecto grupo de amigos en el PGA de Cataluña. Gasol mira ya a los grandes eventos que se celebran en Estados Unidos como los proams de celebridades donde la estrella de los Lakers ha tomado parte. "Me gustaría que el evento fuera como un major, algo que sea muy especial y de lo que todo el mundo quiera formar parte", explica.
Los comentarios de todos fueron unánimes, la organización es perfecta; de la mano de la agencia ASG liderada por Pablo Neira. Un despliegue de flota de coches de cortesía están pendientes de los participantes, en el lujoso Fairmont cuidan todos los detalles y miman a cada uno de los participantes y la calidad del campo de Hacienda Golf Links rivaliza con unas espectaculares vistas sobre el peñón y el mar, son postales únicas que no se pueden ver en ningún otro lugar del mundo. "Hemos puesto el listón muy alto", reconoce Gasol, satisfecho.
José Andrés, en un carrito, camino de un hoyo.Gasol Foundation
A última hora aparece Ron Artest, su nombre de nacimiento o Metta World Peace (Mega Paz Mundial, como decidió rebautizarse durante un tiempo). Sus dos metros y corpulencia no pasan desapercibidos: jugó 19 temporadas en la NBA, donde coincidió en los Lakers con Gasol. Artest es tristemente conocido por protagonizar la pelea más salvaje en la historia, cuando defendía la camiseta de Indiana y se enzarzó en una reyerta, subiendo a la grada y repartiendo maporrazos con quien se cruzaba en su camino. Le sancionaron durante 86 partidos. Metta vestido con ropa deportiva se paseaba entre los diferentes grupos de participantes en el cóctel de entrega de premios con una copa de champán en la mano. "Hola qué tal, soy Metta, de Estados Unidos", se presentaba tendiendo la mano". Todo un personaje.
Durante el fin de semana, una subasta contribuyó a recaudar más dinero para la causa, desde unas entradas para ver a los Lakers en primera fila, hasta una raqueta de Carlos Alcaraz o Nadal o una camiseta de Pau Gasol con la posibilidad de jugar 18 hoyos con la estrella española, fueron los artículos más demandados.
Los resultados deportivos fue en este caso lo de menos. Pau reconocía que lo más importante es haber cerrado una primera edición con un éxito rotundo. "La gente ha disfrutado, han hecho conexiones y han vivido una experiencia única". El torneo tendrá continuidad y se postula como uno de los grandes eventos sociales y deportivos que será una referencia cada año. Mientras llega la segunda edición y gracias al empuje de la primera, la Fundación Gasol podrá seguir contribuyendo a hacer que la vida de nuestros niños sea un poco más saludabl
Habrá partidos más reveladores para evaluar al Manchester City que el resuelto este martes ante el Wydad de Casablanca. Inmerso en una severa transición, con muchos jugadores casi recién incorporados en este segundo ciclo de fichajes, el equipo británico liquidó a su primer rival en este Mundial de clubes por 2-0, con un gol de Foden nada más comenzar el partido y otro de Doku a la salida de un córner cuando se consumía el primer tiempo. En ambos casos quedó en evidencia la capacidad defensiva del conjunto más laureado de África, retratado por la debilidad de su guardameta y después por la complacencia de sus zagueros.
Después de una temporada muy decepcionante, con el equipo emitiendo señales crepusculares, el conjunto de Pep Guardiola afronta la competición con la idea de redimirse y sentar las bases de un proyecto fiable, que le devuelva la competitividad exhibida en la última década. Esta primera edición del Mundial de clubes es una buena oportunidad para los británicos, el Real Madrid o incluso el Atlético, que vienen prácticamente de vacío de los torneos importantes.
Fueron muchas las novedades del City, con Reis, 0'Reilly, Reijnders y Cherki en el equipo inicial, junto a futbolistas más reconocibles, con Ederson, Foden y Ake entre la que pudiéramos denominar vieja guardia. Tras un curso muy flojo, el delantero internacional exhibió mejores prestaciones, que seguramente le ayudarán a recobrar parte de su devaluada autoestima.
Poca fluidez
Como no podía ser de otro modo, el City respeta la propuesta de su técnico, que presentó una formación de marcado carácter ofensivo. Distinto es que aún le falte ajustar automatismos y lograr mayor fluidez en el centro del campo, además de más coordinación atrás, donde el brasileño Reis se mostró vulnerable, sobre todo en un lance que no supieron rentabilizar primero Lorch y a continuación Mailula y que hubiera significado la igualada a uno.
Hubo media hora para Rodri en el medio deshabitado Lincoln Financial Field de Filadelfia. En el medio centro español, aún corto de ritmo y precisión tras estar lesionado prácticamente durante toda la temporada, se encuentra la piedra angular para devolver al City su peso jerárquico. No sucedió demasiado en la segunda parte, más allá de una ocasión franca para Doku tras una pifia defensiva de rubor al que encontró remedio esta vez el guardameta Benabid. Aparecieron también entrada la segunda parte Haaland y Gündogan, supervivientes en un equipo en el que ya no están pesos pesados como De Bruyne y buscan destino Walker y Grealish.
La expulsión de Lewis por un plantillazo sobre Obeng en el minuto 89 le impedirá disputar el próximo partido, ante el Al Ain. El último en el Grupo G será ante la Juventus, prueba ya de cierto nivel para un equipo obligado a reinventarse.
Debutó un 22 de febrero después de nueve meses sin competir y con apenas unos días de puesta a punto en México, pero Rayados le entregó el brazalete y casi la ciudad entera a Sergio Ramos, número 93 en la espalda y en varios tatuajes a lo largo y ancho de su cuerpo, y el defensa se convirtió en referente del club desde el minuto uno. Martín Demichelis, por entonces entrenador del equipo, le había llamado hacía unos meses para River Plate, pero Ramos desestimó la oferta buscando el destino correcto. Lo encontró en Monterrey, la segunda ciudad más grande de México, y en el equipo que hoy debuta en el Mundial de clubes ante el Inter de Milán. Rival de Champions y competición fetiche para Ramos, que ganó cuatro de los antiguos Mundialitos vestido de blanco, metido ahora en su laboratorio personal el último año para aguantar el día a día del fútbol a sus 39 años.
Desde ese 22 de febrero han pasado muchas cosas en Rayados, donde Ramos comparte vestuario con viejos conocidos como Sergio Canales, Oliver Torres y Lucas Ocampos. Demichelis ya no es el entrenador, ahora manda Domènec Torrent, técnico catalán que fue durante años asistente de Pep Guardiola en el Barcelona y en el Manchester City. «No me sirve lo que he hecho anteriormente yo ni lo que ha hecho Sergio Ramos. Empezamos desde cero. Pero es un jugador top a nivel mundial. Me he enfrentado muchas veces a él y todo el mundo sabe que es un líder, un jugador profesional, que aprieta, en el buen sentido, a sus compañeros», explicó en su presentación el entrenador. «Vamos a ver», respondió el propio Ramos, cauto, cuando le preguntaron.
El equipo no ha cuajado una buena temporada, eliminado en octavos de la Copa de Campeones de la CONCACAF y lejos de los mejores en el Apertura y Clausura nacional, pero Ramos ha rendido. Ha marcado cuatro goles y no ha soltado el brazalete, que llevará también esta noche en el Rose Bowl de Pasadena, y hasta recibió una tarjeta roja. Cuestión de tradiciones.
«Ese ejemplo contagia»
Su secreto lleva de vuelta a su gran pasión: los caballos. «Es un purasangre», le definen en Monterrey, donde hace unos días se presentó de imprevisto y de forma voluntaria para entrenar antes del Mundial de clubes. La decisión sorprendió en las instalaciones de El Barrial, pero el de Camas quería tener sesiones personalizadas de entrenamiento antes del día marcado por el club para que la plantilla volviera de vacaciones. «Ese ejemplo contagia», dicen en el equipo.
Desde que dejó el Sevilla al final del curso 2023-24, ha entrenado como si estuviera en un equipo, con sesiones de mañana y tarde en gimnasio y con balón. Sin descanso, esperando la mejor oportunidad e invirtiendo miles de euros en personas y herramientas que le ayuden a mantener su puesta a punto: tratamiento con fisioterapeutas, baños de contraste entre frío y calor, baño turco, sauna, cámara hiperbárica... Cosas que ha repetido día tras día en sus épocas en Madrid, París y Sevilla. Incluso ha añadido la famosa luz roja que ha puesto de moda Marcos Llorente, una técnica terapéutica que se utiliza para estimular las células y promover una mayor regeneración de los tejidos.
Ramos, que ya lo ha ganado todo, todavía no observa el final de su carrera y quiere estirar lo máximo posible su etapa futbolística, pero Monterrey ha sido el primer riesgo para él, después de decisiones lógicas como firmar por el Real Madrid, irse luego a París y volver después a Sevilla para reconciliarse con el Sánchez Pizjuán. El caso de México, animado por el Mundial de clubes, por la cultura y el estilo de vida, ha sido su primera decisión incómoda.
Extremar la seguridad
«Tengo la suerte de haber estado muchos años en Madrid, después en París y en Sevilla, y era un paso importante, un cambio muy gigante en mi vida. Y me gustan los retos y conquistar nuevas cosas», dijo nada más llegar a Rayados.
Pero de momento es feliz. Su familia no se ha establecido en el país por las dificultades del año escolar, aunque ha ido a visitarle en varias ocasiones. Vive en una zona residencial con mucha seguridad, lógico en una ciudad de ese calibre que obliga a casi todo el mundo con cierto nivel económico a circular en coche blindado. Está cerca de la ciudad deportiva, evita pasear, algo que tampoco podía hacer en Madrid o París, y cuando va al campo como espectador le rodean varios miembros de seguridad, porque no hay un pasillo privado para acceder al palco y la gente le rodea para hablarle, pedirle fotos o simplemente tocarle.
«Sergio es un caso único, de laboratorio. Mantiene una fisiología pocas veces vista. Su masa muscular, su fuerza, su intensidad y rapidez son de primer nivel, pero destaco su ambición y su carácter competitivo», dijo sobre él Demichelis. Al llegar a Los Ángeles, Ramos concedió una entrevista a la FIFA en la que aseguró que quiere acabar sus últimos años de fútbol «ganando». «El equipo tiene facilidad para jugar este tipo de competiciones y a mi gen competitivo le gusta», explicó, siempre como capitán. «Los líderes los deciden los grupos, pero por mi carácter siempre tuve esa facilidad para tirar del carro cuando el equipo lo necesita, para aconsejar también por mi experiencia. Me siento bien con ello», finalizó. Inter de Milán, River Plate y Urawa Red Diamonds le esperan en el Mundial de clubes.